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VIAJE VERDE Y AL CENTRO

Mucho verde, cascadas, aventura, piscinas medicinales, más verde y fauna exótica. Como el caracol gigante de la selva o el gallito de las rocas. También es el escenario natural de las dos únicas colonias austroalemanas del mundo y del segundo canopy más largo de Sudamérica. A solo seis horas de Lima, este es un recorrido por las principales ciudades de la selva central: Chanchamayo, Satipo, Oxapampa y Tingo María.

Chanchamayo

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La Ruta del Café es un recorrido por las principales fincas cafetaleras del distrito de Chanchamayo. Podemos destacar la comunidad Cerro Picaflor, en la que el viajero podrá conocer de cerca los sembríos de café ubicados entre los 1000 y 1300 msnm; y la cooperativa agraria cafetalera Perené, donde se pueden catar y apreciar distintos perfiles de café de especialidad, así como aprender acerca de la cadena de producción: desde los procesos de acopio y despulpado hasta la fermentación en la misma planta. La ruta termina con la empresa familiar Green Gold Coffee, una procesadora artesanal que produce y vende chocolates, caramelos, licores y manjar blanco en base a café.

En la selva de Chanchamayo vive el mishasho, también conocido como coatí de cola anillada. Décadas atrás, estaba en peligro de extinción, pero hoy está involucrado en la extracción de uno de los cafés más caros de la región: puede llegar a costar hasta 1400 dólares el kilo. El pequeño mamífero olfatea las bayas de café y, como si fuera un exigente catador, selecciona los cerezos más maduros y se los come. Seis horas después, expulsa los granos enteros que no ha podido digerir y continúa su recorrido. Ese proceso es otra historia. Los granos están cubiertos por una segunda cáscara que luego es secada, pelada y tostada a 220 grados. Esa temperatura libera a la semilla de cualquier microbio. ¿El resultado? Un café con acidez equilibrada y aroma frutado.

El jardín botánico El Perezoso, de cinco hectáreas, está ubicado a quince minutos de la ciudad de La Merced, capital de Chanchamayo. Cuenta con una variedad de especies animales y hasta 20 mil variedades de flora: orquídeas, uña de gato, sangre de grado y ayahuasca, entre otras. Aquí también se encuentra el primer criadero nacional de caracoles churo, conocido como el caracol gigante de la selva, que puede llegar a medir hasta quince centímetros.

Pero la joya más biodiversa de la región es el Parque Nacional Tingo María, un área natural protegida de aproximadamente 4 777 hectáreas. Hace un par de años, los guardaparques especializados identificaron siete nuevas especies de fauna gracias a la implementación de cámaras trampa. En el parque, además, existen más de trescientas especies de orquídeas silvestres. Entre 2018 y 2021, se descubrieron tres especies endémicas: Andinia tingomariana, Andinia barbacaprina y Andinia crassipetala

Allí es posible realizar actividades recreativas como senderismo y paseos en bote sobre las lagunas. También es un paraíso para birdwatchers gracias a sus más de trescientas especies únicas de aves. En marzo de este año, fue premiado con el segundo lugar en los Green Destinations Story Awards en la feria ITB Berlín 2023, debido a la convicción de la necesidad de un turismo sostenible comprometido con el medio ambiente.

Tingo Mar A

Una de las versiones del origen de Tingo María está en la palabra quechua tincco, que significa la unión de dos ríos. Los antiguos pobladores quechuas habrían usado ese término para referirse a la confluencia de los ríos Huallaga y Monzón. En la actualidad, la ciudad ofrece varios atractivos turísticos, como la Laguna de los Milagros y el Parque Nacional Tingo María. La primera se ubica a media hora desde el centro de Tingo María. Nace de las filtraciones subterráneas del Cerro Belén, cubierto completamente de árboles y vegetación. El color de sus aguas oscila entre el turquesa y el esmeralda. Ocupa un área de 40 mil metros cuadrados y alcanza profundidades de hasta ocho metros. Aquí puedes deslizarte en el segundo canopy más largo de Sudamérica con un recorrido de dos kilómetros y medio.

Oxampampa

Los primeros colonos austríacos y alemanes llegaron a Perú en 1853. Tras un largo recorrido se establecieron en Oxapampa el 30 de agosto de 1891. Durante décadas desarrollaron su propia comunidad casi en aislamiento, buscando preservar su identidad cultural. Hoy se han integrado a las comunidades nativas AsháninkaYánesha y junto a ellas buscan promover el turismo en la zona (es casi seguro que hayas visto una postal de un baile tirolés con la vestimenta típica). En lo gastronómico, los viajeros pueden disfrutar de platos típicos como el tacacho con cecina y quito quito (naranjillo), pero también un strudel de plátano.

Por otro lado, la Casa Museo Schlaefli preserva la historia de las dos únicas colonias austroalemanas del mundo y documenta su vida en los albores del siglo XX. También te enseñan a extraer leche de una vaca y alimentar a los becerros.

El café El Tirolés es otro lugar indispensable, donde se pueden degustar productos artesanales de la zona como yogures, quesos, carnes, chorizos ahumados, cafés de especialidad, mermeladas y hasta cervezas de autor.

Satipo

A menos de tres horas al este de Chanchamayo, se encuentra Satipo, poseedora de más de un centenar de caídas de agua. Quizás la más famosa sea la catarata Las Tres Hermanas, de 941 metros, la segunda más alta del mundo. Otra muy conocida es la catarata Gallito de las Rocas, a ochenta minutos en auto desde la Plaza de Armas. Recibe ese nombre por ser el hábitat ocasional de nuestra ave nacional. Aunque solo tiene veinte metros de altura, en la base se forma una de las tantas pozas naturales de la región, ideal para nadar y hasta bucear gracias a sus cuatro metros de profundidad. Con algo de suerte, el viajero podrá divisar, hacia el amanecer y al lado de la catarata, a un esquivo Gallito de las Rocas saliendo de las cuevas vecinas.

Otra piscina natural es Betania, rodeada de árboles frutales y originada por la confluencia de tres cataratas breves que no superan los tres metros de altitud. Eso sí, para llegar a Betania, hay que caminar durante una hora a través del bosque tupido. Puede contratar los servicios de un guía de la región. El turismo vivencial en Satipo es promovido por personas que tienen ascendencia nomatsiguenga y asháninka. Se tratan de dos comunidades indígenas con un idioma particular que sigue estando vigente. Por ejemplo, Imperitaja, otra cascada, significa “tina de piedra” en nomatsiguenga. La caída del agua ha erosionado el suelo de piedra, confiriéndole una forma circular, parecida a una tina.

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