Junta Directiva 2019-2023
Secciones Científicas y Educativas
Presidente Manuel Rojas Aquije (PE) Vicepresidente Edgardo Rubén Maza Martín (ES) Secretario General Alberto Anunziato (AR) Secretario Administrativo Jorge Coghlan (AR) Vo cal 1 Santiago Paolantonio (AR) Vocal 2 Pavel Balderas Espinoza (BO) Vocal 3 Hebert Pistón Rodríguez (UY)
Asteroides Astrofísica Astrofotografía Astrometeorología Astronáutica Cielo del Mes Cohetería Civil Cometas Cosmología Cursos a Distancia de Formación Contínua Derecho Aeroespacial Enseñanza y Divulgación (SEDA) Estrellas Dobles Estrellas Variables Exobiología Exoplanetas Historia de la Astronomía Lunar Materia Interplanetaria, Meteoros y Bólidos Meteorítica Eclipses, Tránsitos y Ocultaciones (SETO) Planeta Azul Planetarios Planetas Radioastronomía Solar
Director de Cursos Raúl Roberto Podestá (AR)
Editores de UniVersoDigital Jorge Coghlan (AR) Ignacio Ingaramo (AR)
Webmaster Jorge Coghlan (AR)
Comité Científico Magíster Pedro Ignacio Deaza Rincón (CO) Dr. Roberto Aquilano (AR) Dr. Rodolfo Zalles (BO) Dr. David Merlo (AR) Dr. Gustavo Esteban Romero (AR) Dr. José Carlos Guirado (ES) Dr. Ignacio Ferrín (VE) Lic. Horacio Tignanelli (AR) Dr. Josep M. Trigo-Rodríguez (ES) Dr. Leonardo J. Pelliza González (AR)
Editorial UD64
Revista UniVersoDigital Edición N°64- Segundo semestre 2020
Desde esta Edición # 64 de UniVersoDigital de la LIADA, las entregas serán semestrales. No escapa a nadie las enormes dificultades que hemos (y estamos) atravesando como consecuencia del Covid 19, lo cual nos impidió desarrollar desde Marzo de 2020 todo tipo de actividades presenciales como los cursos y talleres en escuelas, institutos terciarios y universidades, hasta las presentaciones públicas tanto en los lugares fijos de las sedes de asociaciones y sus observatorios o en sitios urbanos como plazas, paseos, clubes, vecinales y fundamentalmente, escuelas. 2021 no se presenta con demasiadas diferencias, pero en el mientras tanto, el ingenio y las actuales tecnologías nos permitieron en 2020 y seguramente se repetirá este año, llegar con una serie importante de Charlas Virtuales, tanto desde la LIADA como desde la Sociedad Lunar Argentina, a una gran cantidad de colegas astrónomos de todas las latitudes, incluso gracias a ellas logramos hacer nuevos y muy valiosos vínculos. También fue 2020 un año especial para el desarrollo de las clases a distancia de los Cursos de Formación Continua de la LIADA con una gran cantidad de alumnos interesados en capacitarse en las diferentes especializaciones. Estos cursos que se brindan ininterrumpidamente desde el año 2001, están a cargo de docentes idóneos y reconocidos, bajo la dirección del creador de los cursos el Prof. Dr. Raúl R, Podestá del Observatorio Nova Persei II de Formosa. En la presente Edición presentamos una serie muy interesante de artículos de autoría de reconocidos colegas, más una serie de noticias y una formidable galería de astrofotografías relacionadas con los dos principales e inolvidables eventos astronómicos del 2020 como lo fueron el eclipse total de Sol del 14 de Diciembre y la conjunción maravillosa de los dos gigantes del sistema solar, Júpiter y Saturno ocurrida en su máximo acercamiento aparente el 21 de Diciembre. Esperando que UD # 64 sea de vuestro agrado, los saludamos desde la LIADA deseándoles mucha salud y bienestar familiar. Jorge Coghlan, Editor
Portada: Colage del Eclipse Total de Sol del 14/12/20 (Autor Eduardo Púlver,Rosario, Santa Fe, Argentina) y de la Gran Conjunción Júpiter-Saturno del 21/12/20 (Autor Luis Amiama Gómez desde República Dominicana)
Artículo invitado
Los eclipses de sol en la cosmovisión Mapuche - Tewelche d`ANS barthélemy (Planetarium Rapa Nui, bdans100@yahoo.com), Bustamante Patricio (Arqueo astrónomo, bys.con@gmail.com) Canio Margarita (Universidad Católica de Temuco, margaritacanio@gmail.com) y Moyano Ricardo (Arqueólogo, Investigador Independiente, astronomiaintercultural@gmail.com)
Introducción Este artículo es trabajado por un grupo de profesionales pluriculturales y multidisciplinario que están asociados para la consolidación de la astronomía Mapuche para elaborar el contenido de sus constelaciones y principales cuerpos celestes para Stellarium. El trabajo etno astronómico está basado en el trabajo de campo realizado por Pozo y Canio (2014) iniciado en el año 2008 cuyo uno de los autores participa en esta breve comunicación.
La banda de totalidad del eclipse total de sol del 14 de diciembre del 2020 y el territorio tradicional de las naciones originarias. El conocimiento etno astronómico recopilado es representativo de los lafkenche de isla Wapi y alrededores del lago Budi; de los mapuche en la zona central, cercanos a la ciudad de Temuco; de los pewenche, desde el Alto Biobío hasta Icalma; de los mapunche, quienes habitan a los pies del volcán Lanín; y de los mapuche-tewelche, oriundos de la zona patagónica argentina. La banda de totalidad recorrerá diversas áreas donde se encuentran las comunidades ancestrales involucradas en el trabajo.
Ilustración ( ) Recorrido de la banda de totalidad del eclipse y territorios de las poblaciones estudiadas. Dibujo B. d´Ans en base a Pozo y Canio (2014) sobre generador de mapa de eclipse Xavier M. Jubier (2020).
Introducción a la cosmovisión mapuche –tehuelche Las nociones cosmológicas en la sociedad mapuche y tewelche son variadas y situadas en sectores territoriales específicos. Una de estas ha sido descrita por Clementina Neculfilu (2010), que consiste en dar una vuelta circular en el Nagmapu “—Mundo Terrestre—, nombrando los bosques, lagos, cerros, volcanes, y desde allí se sube ordenadamente hacia el Wenumapu, comenzando por Küyen —Luna—; Wüñellfe —Lucero del amanecer—; Waŋlen
—estrellas y planetas—; para finalizar con Aṉtü —Sol.” Este recorrido permite comprender el Wenumapu, cuya traducción literal es “Mundo de Arriba”, se toman como referencia los astros visibles a simple vista y la influencia que ejercen sobre el entorno.
La Luna La Luna, tiene gran importancia en la vida sociocultural, ya que influye en la organización de los trabajos cotidianos, en materias climáticas y es uno de los seres fundamentales dentro del sistema religioso o mundo espiritual. “Küyen (la luna) es la elegida como la esposa preferida de Aṉtü (El Sol), el pillán más poderoso; siendo por ello quién está a cargo de las demás estrellas, y todo lo creado por ellas. Se dice que cuando la eligió como esposa, este hecho provocó la envidia del resto de estrellas, lo que terminó por provocar una guerra. Al final de la guerra, Aṉtü castigó a los rebeldes, y a las estrellas les atenuó su brillo, por eso la luz más brillante de la noche es Küyen. Se casaron en el lugar donde acaba la Tierra, y ambos corren hacia allí sin encontrarse: Aṉtü intenta alcanzarla, ella le elude. En una ocasión Aṉtü la golpeó, por eso tiene señales en la cara y un ojo amoratado, y no dejará que Aṉtü la alcance hasta que no desaparezcan.” Koesller-Ilg (2006). Posterior a la gran batalla de los antiguos Pillanes, por la voluntad de Pu-am, se le ordenó darle una compañera al hombre (creado por el espíritu Elche). Así, Küyen habría elegido a una de sus hijas para transformarla en mujer; y a través de los primeros pasos de esta mujer se habrían creado los seres vivos de la Tierra. Un último detalle que surge al momento de observar
a Küyen, es la figura que se forma con las manchas interiores, que representarían por efecto de pareidolia la cara de un animal llamado luwan, el guanaco. Esto fue indicado por dos mujeres que habitan las comunidades cordilleranas del Alto Biobío Seberiana Ancanao, Lob Chenkeko (2010) y Juana Beltrán Lob Kallawken (2010)
Ilustración (2) Percepción de la cara de un guanaco durante la Luna llena. Figura B. d´Ans, fotografía Luna llena 26/07/2020 B. d´Ans Telescopio C8 cámara celular Huaweii P8 afocal Figura Guanaco recortado free shutterstock 2020.
El Sol Otro elemento visible en el Wenumapu corresponde a Aṉtü, el Sol. De esta palabra surgen otras connotaciones relacionadas con el astro: Aṉtü es un día preciso o varios días, indica la hora y se refiere a la energía. Sus movimientos por el horizonte durante el año son el detalle fundamental de su observación, implicando así tanto su relación práctica cotidiana, como su connotación espiritual. El Sol, como elemento visible del cielo, tiene influencias sobre la organización de los momentos del día. Esto se realiza a partir de su observación directa y también según la sombra que provoca. Las denominaciones que implican los horarios diurnos siempre se relacionan con el Sol. La única
etapa que no lleva de manera implícita la palabra Aṉtü es “puliwen”, el rocío que se produce por las mañanas. Los significados específicos, desde antes del amanecer hasta que se esconde el Sol, se puede identificar: 1) Epetripanantü, “antes de que aparezca el Sol”; 2) Tripanantü, “salida o levante del Sol”; 3) Puliwen, “momento del rocío”; 4) Raŋiantü, “Sol en el cenit, mediodía”; 5) Külürüpaiantü, “Sol ladeado [hacia el oeste]” o Rüpaiantü, “Sol que ya ha pasado”; 6) Püchileweiantü, “queda poco Sol” o Konünantü, “se está poniendo el Sol”; 7) Koniantü, “Sol que se ha puesto, el ocaso”.
Si bien en la actualidad el uso del reloj ha reemplazado estas observaciones, siguen vigentes en la conversación. Sus nombres, definiciones y características permanecen en la memoria Según las leyendas “entre los pillanes estaba Aṉtü, quien es el más poderoso entre ellos; y como tal fue el primero que decidió tomar a una wangulén como su propia inandomo (esposa preferida). Elegir a la wangulén llamada Küyen, trajo problemas y envidia hacia Aṉtü y Küyen, ya que los demás espíritus pillanes y wangulén estaban celosos de ellos. Debido a los celos y la rivalidad que eran muy grandes, se empezó a perder la armonía en el wenumapu, y no se respetaba el admapu (reglas sociales que rigen en el pueblo mapuche, en la índole moral, religiosa, espiritual y jurídica de su espacio territorial). El líder de estos disturbios era el pillán Peripillán, quién sentía envidia del poder y el color de Aṉtü. Además estos disturbios originarían que los hijos e hijas de los primeros pillanes y wangulén también decidieran pelear para tratar de tomar el lugar de sus padres. Al ver la actitud de Peripillán y de los hijos, Aṉtü decidió
castigarlo, y con ello comenzó la gran lucha entre los pillanes; y así el resto de los pillanes y las wangulén tuvieron que unirse a la lucha. Primeramente en una alianza con Peripillán, castigaron a sus hijos; posteriormente Aṉtü castigaría a Peripillán y sus aliados, siendo todos los derrotados pillanes arrojados al mapu (la tierra), que recién estaba siendo creada por Elmapu. Estas luchas crearían las montañas, cerros y posteriores lagos de la mapu. Luego, al querer Aṉtü castigar a las wangulén vencidas en ambas batallas, éstas se pusieron a llorar y a implorar su perdón. Debido a ello, que sus lágrimas se convirtieron en toda el agua que existen en el mapu, y Aṉtü se apiadó de ellas y sólo les disminuyó sus luces, dejándolas como el brillo de simples estrellas. Es así como permanecería Aṉtü y su esposa Küyen como los líderes de los pillanes y de las wangulén” Trivero (1999), En los diversos sectores territoriales mapuche, cuando se habla de Aṉtü, nunca se hace la separación entre astro visible y el ser espiritual.
Ilustración (3) Recorrido diurno del Sol y sus nombres para los Mapuches. Grafico redibujado de Pozo y Canio 2014. B. d´Ans
Los eclipses de sol De acuerdo con los relatos los eclipses de Sol se ha nombrado como “maloŋii ta Aṉtü” (vinieron a tapar al Sol) o “zumiñii Antü” (se oscureció lentamente el Sol). Otra acepción: Zumiñialu Antü Piam “Dicen que se oscurecerá el Sol” (Canio, 2019, com. personal) “Cuando aparece para alumbrar a sus hijos e hijas el Antürei, el Sol, también le pasa eso, también tiene su eclipse: si le ganan, la tierra va a estar muy mal, la gente va a pasar una muy mala vivencia, va a pasar por sustos, la tierra estará con escasez, la gente no encontrará cosas para vivir, no sabe qué camino tomar, le tapan su camino. Ese conocimiento tengo en mi memoria.” Juana Beltrán, Lob Kallawken, 2010 Presenciar un eclipse de Sol genera gran desesperación, llantos y lamentos. Es una seña, pero sin saber cuáles serán las consecuencias. Comienzan a preguntarse “¿qué ocurrirá en el futuro?, ¿qué cosas malas pasarán?, ¿irá a desaparecer la gente?”. Aunque parezca coincidencia estos tienen una significación real. Juan Canio recuerda que en su juventud vivió un eclipse de Sol: “De repente empieza, ahí se avisan unos con otros, “miren”. Ahí están todos calladitos, algunos están orando, haciendo ŋillatun: “Chawŋünechen, ¿chem chi üllkii mu, chem zuŋu chi müleai, ŋünewün montulmuaiñ, chem zuŋu chi müleai ka antü, tuntepu chi, chumai chi, afai chi che?”. Al día siguiente se juntan y hacen como una conversación, comentan que se produjo el eclipse y hay lamentación nomás, una semana por lo menos se acuerdan de eso. Cuando se encuentra la gente lo primero que conversan es eso, lo que pasó ahí.” Juan Canio, Lof Kusako, 2008 Durante los eclipses se hacen rogativas Clementina Neculfilu vivió un eclipse de Sol, posiblemente el que se produjo el día 25 de enero de 1963, ya que coincide con la siguiente descripción: “También hubo un eclipse de Sol, dejó de iluminar. Gritaban los pajaritos, los animales gritaban, las vacas, los caballos relinchaban, las vacas bramaban, las ovejas balaban, las cabras, todos gritaron cuando se oscureció el Sol, nada de nada se iluminaba cuando oscureció, entonces solo con la caña coligüe se alumbraba, hicieron fuego afuera de la casa para
hacer el zuŋulkan [rogativa con canto kümpem], sacaron comida, tabaco para hacer la rogativa, ahí alumbramos con caña coligüe cuando todo se oscureció. Entonces se hizo el zuŋulkan y al Sol se le dijo así, se le hizo toda una rogativa:. De acuerdo con los relatos los eclipses de Sol se ha nombrado como “maloŋii ta Aṉtü” (vinieron a tapar al Sol) o “zumiñii Antü” (se oscureció lentamente el Sol). Otra acepción: Zumiñialu Antü Piam “Dicen que se oscurecerá el Sol” (Canio, 2019, com. personal) “Cuando aparece para alumbrar a sus hijos e hijas el Antürei, el Sol, también le pasa eso, también tiene su eclipse: si le ganan, la tierra va a estar muy mal, la gente va a pasar una muy mala vivencia, va a pasar por sustos, la tierra estará con escasez, la gente no encontrará cosas para vivir, no sabe qué camino tomar, le tapan su camino. Ese conocimiento tengo en mi memoria.” Juana Beltrán, Lob Kallawken, 2010 Presenciar un eclipse de Sol genera gran desesperación, llantos y lamentos. Es una seña, pero sin saber cuáles serán las consecuencias. Comienzan a preguntarse “¿qué ocurrirá en el futuro?, ¿qué cosas malas pasarán?, ¿irá a desaparecer la gente?”. Aunque parezca coincidencia estos tienen una significación real. Juan Canio recuerda que en su juventud vivió un eclipse de Sol: “De repente empieza, ahí se avisan unos con otros, “miren”. Ahí están todos calladitos, algunos están orando, haciendo ŋillatun: “Chawŋünechen, ¿chem chi üllkii mu, chem zuŋu chi müleai, ŋünewün montulmuaiñ, chem zuŋu chi müleai ka antü, tuntepu chi, chumai chi, afai chi che?”. Al día siguiente se juntan y hacen como una conversación, comentan que se produjo el eclipse y hay lamentación nomás, una semana por lo menos se acuerdan de eso. Cuando se encuentra la gente lo primero que conversan es eso, lo que pasó ahí.” Juan Canio, Lof Kusako, 2008 Durante los eclipses se hacen rogativas Clementina Neculfilu vivió un eclipse de Sol, posiblemente el que se produjo el día 25 de enero de 1963, ya que coincide con la siguiente descripción: “También hubo un eclipse de Sol, dejó de iluminar. Gritaban los pajaritos, los animales gritaban, las -
vacas, los caballos relinchaban, las vacas bramaban, las ovejas balaban, las cabras, todos gritaron cuando se oscureció el Sol, nada de nada se iluminaba cuando oscureció, entonces solo con la caña coligüe se alumbraba, hicieron fuego afuera de la casa para hacer el zuŋulkan [rogativa con canto kümpem], sacaron comida, tabaco para hacer la rogativa, ahí alumbramos con caña coligüe cuando todo se oscureció. Entonces se hizo el zuŋulkan y al Sol se le dijo así, se le hizo toda una rogativa: “¿Puedes volver a vivir? ¿Puedes volver a vivir? Antükushe, Antükushe, Antüfücha, Antüfücha. ¿Puedes volver a vivir? ¿Puedes volver a vivir? Antüülcha, Antüülcha, Antüweche, Antüweche. ¿Puedes volver a vivir? ¿Puedes volver a vivir? Ha llegado, ha llegado el momento de revivir, ha llegado el momento de revivir, vuelve a vivir, vuelve a vivir, para que ilumines, para que ilumines en el mundo, no nos dejes tirados, no nos dejes tirados, ilumina nuevamente, ilumina nuevamente en el mundo, Antükushe, Antükushe, Antüfücha, Antüfücha, ilumina nuevamente, ilumina nuevamente Antüülcha, Antüweche, Antüweche, vuelve a iluminar nuevamente, vuelve a iluminar nuevamente. Vuelve a vivir, vuelve a vivir, vuelve a vivir nuevamente, vuelve a vivir nuevamente, vuelvan a iluminar alegremente, vuelvan a iluminar
alegremente. Ha llegado, ha llegado el momento de revivir, vuelve a vivir, vuelve a vivir”. Así se le dice al Sol, se le canta el kümpem y entonces empieza a iluminar nuevamente, vuelve a iluminar, lentamente comienza a alumbrar mientras se le hace el kümpem, de esa manera vuelve a revivir el Sol. “Vuelve a revivir” le dicen, así escuchamos el kümpem cuando mi abuelita fallecida lo cantó. Eso solamente es un poquito de lo que tengo en memoria.” Clementina Neculfilu, Lof Chüwkülliwiñ, 2010
Ilustración (4) Eclipse total de Sol y rogativas, dibujo del artista mapuche Ramón Daza Pilquinao
Impactos sociales Aunque son coincidencias los eclipses no solo solares sino también lunares, estos tienen una significación real, recordando la conversación de Clementina Neculfilu en torno al eclipse de Luna de marzo de 1960, cuando luego, en mayo del mismo año, se produjo uno de los terremotos con mayor magnitud conocido hasta la fecha desde que existen instrumentos de medición. Chile asumió el eclipse del 2 de julio de 2019 en la Región de Coquimbo, casi como una fiesta, se organizaron eventos, hubo espectáculos musicales y miles de personas “festejaron” cuando el sol se oscureció por 4 minutos y 33 segundos. Luego el acontecimiento fue quedando en el pasado. El 18 de octubre, solo 3 meses después, se produjo es estallido social en Chile, durante meses los manifestantes se tomaron las calles y la policía los reprimió violentamente, al estallido inicial se quemaron estaciones de metro, se saquearon
supermercados, se incendiaron sitios patrimoniales. El epicentro de las concentraciones fue la plaza de la Dignidad, ex plaza Italia, en el momento culminante, la presencia de banderas mapuches mostraron la cara indígena que hacia parte del conflicto. 7 meses después del eclipse, las protestas se silenciaron solo producto del confinamiento obligado por la pandemia del Covid 19, las calles se vaciaron, el confinamiento y el toque de queda pasó a ser la realidad diaria, se perdieron trabajos y la gran cantidad de la población quedó sin ingresos. Gran conmoción causó la palabra hambre proyectada en el costado del edificio de la telefónica. Parecía que los malos augurios que anunciaba el eclipse, se hicieron carne en el país, que poco a poco tomaba conciencia y relacionaba simbólicamente el eclipse con estos acontecimientos. En diciembre de 2020 se producirá un nuevo eclipse, esta vez en territorio Mapuche, con conflictos centenarios con el Estado.
Conclusiones Los eclipses han cautivado a los seres humanos en distintos lugares y momentos de la historia. Generalmente están asociados a cambios climáticos, desastres naturales y cambios a nivel social y político. En el mundo Mapuche los eclipses son entendidos como momentos fatídicos y de alto respeto. Por cuanto constituyen también parte de su mundo espiritual, al igual que pasa con otros
fenómenos astronómicos. En la actualidad la astronomía cultural nos entrega las herramientas necesarias para describir a los eclipses no sólo como un fenómeno astronómico sino sobre todo social. El eclipse de Sol del 14 de dic de 2020, abre un espacio para la interculturalidad y el intercambio de saberes entre distintas concepciones y maneras de explicar el mundo.
Bibliografía KOESSLER-ILG, Berta (2006) Cuenta el pueblo mapuche. Santiago de Chile: Mare Nostrum (3 volúmenes)
social. Tesis doctoral presentada en el Departamento de Historia y Antropología de América, Universidad Complutense de Madrid.
LEHMANN-NITSCHE, Robert (1918) “El Diluvio según los araucanos de La Pampa”. En: Revista del Museo de La Plata, Mitología Sudamericana, Nº 1, Tomo 24, pp. 28-62.
POZO, G y CANIO, M. (2014) “Wenumapu, astronomía y cosmología mapuche. “ Santiago de Chile. Ocho Libros.
POZO, Gabriel (2011) Astronomía y cosmología mapuche. “Wenumapu tuwkülerkelu Nagmapu eŋu”, la vinculación entre cielo y conocimiento
TRIVERO, Alberto (1999); Trentrenfilú, Proyecto de Documentación Ñuke Mapu.
Oralidad Clementina Neculfilu, habitante del Lof Chüwkülliwiñ, Provincia del Neuquén, Argentina. Entrevista realizada los días 8 de agosto de 2008; 3 y 6 de marzo de 2010; 22, 23 y 26 de abril de 2010. Juana Beltrán, habitante del Lob Kallawken, Región del Biobío, Chile. Entrevista realizada el día 9 de abril de 2010.
Juan Canio, habitante del Lof Kusako, Región de la Araucanía, Chile. Entrevista realizada los días 16 y 26 de julio de 2008. Seberiana Ancanao, habitante del Lob Chenkeko, Región del Biobío, Chile. Entrevista realizada el día 8 de abril de 2010.
Sociedad Interamericana Astronomía Cultura (SIAC) 12 agosto 2020. I encuentro informal virtual: – “El astro turismo en el contexto del eclipse de Sol del 14 de diciembre del 2020”.
El Sol y el Clima de la Tierra Prof. Dr. Raúl Roberto Podestá -Director de los Cursos LIADA (Liga Iberoamericana de Astronomía). Profesor e Investigador en la Universidad Nacional de Formosa (UNaF). Director del Observatorio Astronómico Nova Persei II. rrpodesta@hotmail.com
El Sol la Estrella más próxima a la Tierra, se clasifica como una estrella de clase espectral tipo G2 ubicada en la Secuencia Principal del diagrama de HR y Clase de luminosidad V, con una distancia media de 1,5x108 km, o sea unos 500 segundos luz (velocidad de la luz 300000 km/s). Tiene un ciclo se actividad de 11 años, por donde pasa su ritmos por un máximo y mínimo de actividad que se manifiesta en su fotosfera por la cantidad de manchas Solares que se observan en su superficie.
el exterior tenemos: a) Núcleo b) Zona Radiactiva c) Zona Convectiva d) Fotosfera e) Cromosfera f ) Corona Solar g) Entre la Zona Radiactiva y la Zona Convectiva una delgada capa de transición llamada Tacoclina.
El Sol tiene una series de capas, desde el centro hacia
Estructura del Sol
Manchas Solares y la Actividad Solar Las variaciones más comunes que se observan en el Sol son las manchas solares, que tienen un ritmo de cambios de 11 años, el máximo brillo coincide con el máximo de las manchas, llamadas regiones activas (RA) y el mínimo brillo coincide cuando su actividad es cuando casi es nula. Sin embargo esta variación
no supera el 0.1 % (1365,5 - 1367,0 W/m2) por lo que sus efectos son despreciables. Nuestra estrella está dentro de lo que se llaman Estrellas Variables, (siendo el estudio de estas una de las ramas importantes de la Astrofísica), es una variable intrínseca con un período de 11 años.
El valor que se toma para construir los diagramas de actividad del Sol es el nro de Wolf, que es un índice que se obtiene con la llamada Fórmula de Wolf: R= k (s+10*g), donde s es el número de manchas individuales, g el número de Grupos y k una constante que depende del observador (lugar,
instrumento), siendo R el número de manchas Solar relativo. Por otro lado el periodo de esas variaciones es tan corto que los factores moderadores terrestres, como los océanos o las nubes, impedirían que hicieran un efecto sensible por simple inercia térmica.
Región Activa 2192 obtenida por el autor en el año 2016 con los instrumentos del Observatorio Nova Persei II (Formosa)
Nro de Wolf vs Años
Manchas Solares y la Actividad Solar La Corona Solar es la capa más exterior del Sol, está formada de plasma y se distribuye más de un millón de kilómetros desde su origen sobre la cromosfera. Puede observarse desde la Tierra durante un eclipse solar total o utilizando dispositivos como el coronógrafo. La densidad de la corona solar es mil millones de veces inferior a la de la atmósfera terrestre al nivel del mar y su temperatura es de 10⁶ kelvin, (observar que no decimos grados kelvin, sino temperatura K, pues los kelvin no son grados, como lo son los Celsius que se simbolizan ⁰C , esta es una escala convencional que carece de cero absoluto mientras los kelvin (K) es una temperatura termodinámica y posee cero absoluto). T(K) = t(⁰C) + 273,16 Durante los ciclos de actividad solar donde se manifiestan en la fotosfera como las RA, que esta son debidas a las variaciones del campo magnético del Sol, esto es muy importante ya que la polaridad del Sol se invierte cada 11 años, esto es se va debilitando hasta desaparecer y reaparecer con los polos invertidos por eso también se habla de períodos de 22 años pues vuelven a la polaridad inicial. Cuando aparecen RA, en ocasiones se produce Eyección de
Masa Coronal o CME (por sus siglas en inglés: Coronal Mass Ejection). Esta es una onda hecha de radiación y viento solar que se desprende de nuestra estrella en el periodo de Actividad Máxima Solar. Esta onda suele llegar a la Tierra y su campo magnético puede dañar los sistemas de comunicación satelitales, además de reducir el campo magnético de la Tierra por un período, estas son las llamadas tormentas solares, pero la magnetosfera de la Tierra ofrece una buena protección desvía la mayor parte (pero no todo) del viento solar pues forma un escudo protector. Durante estas tormentas solares de producen las famosas aurora polares, que observan en las latitudes altas y se aprecian como maravillas bandas de colores. En una ocasión en el año en Septiembre de 1859 produjo el Evento Carrington donde fue tan grande la CME, que se observaron desde América del Norte hasta Colombia convirtiendo la noche en día. Desde el Observatorio Astronómico Nova Persei II (forma parte de la LIADA, Liga Iberoamericana de Astronomía) se realizan observaciones permanentes del Sol, registrando manchas y erupciones solares.
La magnetosfera de la Tierra es un escudo protector
Imagen durante el Eclipse del 02 de Julio de 2019 donde se observa la Corona Solar. Tomada con los equipos del Observatorio Nova Persei II desde Merlo (San Luis)
Aurora boreal
Protuberancia (llamarada) Solar en la Cromosfera Solar. 04 de Abril del 2020, imagen obtenida desde el Observatorio Nova Persei II (Formosa)
Cambios Climáticos Definiremos “Cambio Climático” como la variación en el estado del sistema climático terrestre, formado por la atmósfera, la hidrosfera, la criosfera, la litosfera y la biosfera, que perdura durante periodos de tiempo suficientemente largos (décadas o más tiempo) hasta alcanzar un nuevo equilibrio. Puede afectar tanto a los valores medios meteorológicos como a su variabilidad y extremos. En las últimas décadas, mientras la temperatura global ha estado aumentando, el Sol ha mostrado una ligera tendencia al enfriamiento. El Sol y el Clima han estado moviéndose en direcciones opuestas durante los últimos 35 años de calentamiento global. Como fuente de casi toda la energía en el sistema climático de nuestro planeta, el Sol tiene una fuerte influencia en el clima. En los últimos 150 años se
encontró se encontró que las temperaturas se correspondían estrechamente a la actividad solar, pero, desde 1975, las temperaturas aumentaban mientras que la actividad del Sol mostraba poca o ninguna tendencia a largo plazo. Ver el gráfico de temperatura vs Actividad Solar.
Conclusión “Durante los últimos 45 años ni la radiación Solar, ni la radiación UV ni tampoco el flujo de Rayos Cósmico han mostrado una tendencia significativa en el tiempo atmosférico, por lo tanto el calentamiento global debe tener otras causas al menos que todavía no entendamos mejor los comportamientos de nuestra Estrella y su influencia sobre nuestro punto azul en el Cosmos.”
Otros Trabajos concluyen: -Erlykin 2009: "Deducimos que el máximo aumento reciente de la temperatura media en superficie de la Tierra que puede adscribirse a la actividad solar es el 14 % del calentamiento global observado” -Benestad 2009: "Nuestro análisis muestra que la contribución más probable del forzamiento solar al calentamiento global es del 7 ± 1% para el siglo XX y es despreciable para el calentamiento desde 1.980." -Lockwood 2008: "Se muestra que la contribución de la variabilidad solar a la tendencia de temperature desde 1.987 es pequeña y descendiente; la mejor estimación es −1.3% y el nivel de confianza 2σ fija el rango de incertidumbre de −0.7 a −1.9%." -Lockwood 2008: "Las conclusiones de nuestro anterior documento, que el forzamiento solar ha disminuido durante los últimos 20 años mientras que la temperatura del aire en superficie ha continuado aumentando, se muestran aplicables al rango completo de posibles constantes temporales para la respuesta climática a las variaciones en el forzamiento solar." -Ammann 2007: "Aunque los efectos solares y volcánicos parecen dominar la mayoría de las variaciones climáticas lentas durante los últimos cientos de años, los impactos de los gases de efecto invernadero han sido dominantes desde la segunda mitad del último siglo” -Lockwood 2007: "El rápido aumento observa do en las temperaturas globales medias después de 1.985 no puede adscribirse a la variabilidad solar, cualquiera que sea el mecanismo invocado e independientemente de cuánto fuera amplificada la variación solar." -Foukal 2006: concluye "Las variaciones medidas por satélite desde 1.978 son demasiado pequeñas para haber contribuido apreciablemente al calentamiento global acelerado de los últimos 30 años." -Scafetta 2006: dice "desde 1.975 el calentamiento global ha global ha ocurrido mucho más rápido de lo-
que podría esperarse razonablemente tan solo del sol". -Usoskin 2005: concluye "durante estos últimos 30 años ni la irradiancia solar total, ni la irradiancia solar UV, ni el flujo de rayos cósmicos han mostrado tendencia secular significativa alguna, de modo que al menos este episodio de calentamiento más reciente debe tener otra causa." -Solanki 2004: reconstruye 11.400 años de número de manchas solares utilizando concentraciones de radiocarbono, encontrando que “la variabilidad solar difícilmente puede haber sido la causa dominante del fuerte calentamiento durante las últimas tres décadas". -Haigh 2003: dice "los datos observacionales sugieren que el Sol ha influido en las temperaturas en escalas decadales, seculares y milenarias, pero consideraciones de forzamiento radiactivo y los resultados de modelos de balance energético y modelos de circulación general sugieren que el calentamiento durante la última parte del silo XX no puede adscribirse completamente a efectos solares." -Stott 2003: aumentó la sensibilidad de un modelo climático al forzamiento solar y aun así hallo que "la mayor parte del calentamiento durante los últimos 50 años es probable que haya sido causada por los aumentos de gases de efecto invernadero." -Solanki 2003: concluye "el Sol ha contribuido menos de un 30% al calentamiento global desde 1.970". -Lean 1999: concluye "es improbable que las relaciones Sol-clima puedan dar cuenta de gran parte del calentamiento desde 1.970". -Waple 1999: encuentra "escasa evidencia que sugiera que cambios en la irradiancia están teniendo un gran impacto en la actual tendencia de calentamiento." -Frolich 1998:concluye: "las tendencias en la potencia radiactiva solar han contribuido poco a los 0,2 ºC de aumento de temperatura global media de la última década".
Contribución posible a la mejora de la alfabetización astronómica Sobre un proyecto de acompañamiento astronómico a las escuelas Horacio Tignanelli - Astrónomo. Profesor de Astronomía Buenos Aires, Argentina htignanelli@hotmail.com
Introducción En la formación de un individuo, particularmente durante su escolaridad básica, las nociones astronómicas aparecen con diferentes "ropajes", a saber: Explícitamente, por ejemplo, en tópicos referidos a la constitución del universo o la concepción de la Tierra como objeto cósmico. No obstante, en pocos casos estos temas se los identifica como de carácter netamente astronómico. Implícitamente, por ejemplo, en temas referidos a la orientación espacial – puntos cardinales, horizonte, entre otros, o a la medida del tiempo (mes, año, etc.). Muchos otros temas se han incluido dentro de las secciones destinadas a ciencias sociales, por lo que su tratamiento astronómico pierde su valor como parte de las ciencias naturales. Enmascarada, por ejemplo, avances tecnológicos referidos a la exploración espacial (satélites, naves espaciales, etc.) o bien en los análisis sobre la posibilidad de vida extraterrestre. La astronomía, como campo disciplinar a enseñar, parece no seducir a los responsables de la gestión educativa, ya que aún: -En el Nivel Inicial, como parte de los contenidos del mundo natural, es inexistente (si surge en alguna sala, es a voluntad e interés del docente) -En el Nivel Primario, cuando aparece, lo hace en forma nominativa, fragmentaria, discontinua. A pesar de ello es en el único nivel que un individuo se acerca a estos temas durante su escolaridad. -En el Nivel Secundario fue desapareciendo como asignatura obligatoria y sus contenidos fueron licuándose en otras materias, como geografía o matemática. -En la Formación de Profesores, aparece en muchos programas, pero se discute su inclusión debido a que luego los docentes no tienen oportunidad de dar esos temas o bien directamente no están en los programas de las escuelas en que trabajan.
Las astronomías: La curiosidad y respeto que genera el cielo puede rastrearse en el historial de todos los pueblos en todas las épocas; la misma historia del desarrollo humano no es únicamente el derrotero de su actividad sobre la Tierra, sino también la historia de la evolución de su meditación acerca del cielo y sus fenómenos asociados. La astronomía es una de las expresiones más antiguas entre las desarrolladas por el hombre con el fin de entender ciertos aspectos de la naturaleza que lo rodea. Vale reiterar que la astronomía actual, en su forma más formal, es ahora una parte de las Ciencias Naturales ya que tiene afinidad en su objeto de estudio, sus metodologías de construcción de conocimientos y sus modos de razonamiento. Sin embargo, como mencionamos, frente al rol que la astronomía ocupó en el desarrollo de la humanidad, en la actualidad resulta notable el escaso lugar que aún se le asigna en los programas de enseñanza. A lo largo de nuestra experiencia educativa en diversos niveles de enseñanza, en orden de caracterizar el grado y profundidad del conocimiento de los astros y, en general, el de distintos fenómenos celestes decimos que ese conocimiento surge de ideas identificables en alguna de las siguientes categorías astronómicas: Astronomía Ingenua Se trata del cúmulo de ideas y modelos que el individuo elabora espontáneamente, vinculados estrechamente con lo que se ha llamado una teoría estructural ingenua de la física, la cual no está disponible al conocimiento consciente. Esa teoría restringe el proceso de adquisición de conocimiento en el mundo físico en manera análoga a la que se ha pensado que los programas de investigación y los paradigmas restringen el desarrollo de las teorías científicas.
Astronomía Escolar Desde temprana edad, el individuo construye sus propias explicaciones respecto de los fenómenos astronómicos, y luego busca su adaptación, con diversa suerte, a la forma en que algunos de esos fenómenos le son explicados en la escuela. Llamamos astronomía escolar a los conocimientos adquiridos por los individuos durante su escolaridad junto a los que simultáneamente recoge de su entorno familiar y social. Las ideas escolarizadas sobre los astros y el universo, combinados con sus propias creencias, se hallan en una pugna permanente por conciliar lo observable en la experiencia cotidiana y lo imaginable en su actividad pensante, con lo aprendido sistemáticamente en el aula. Astronomía Ambigua Coincidimos con diferentes autores en que, al desconocimiento generalizado de los temas astronómicos, han colaborado voluntaria e involuntariamente los medios de comunicación; éstos han reconocido, explorado y canalizado la curiosidad inherente que genera la astronomía en las personas de toda edad y de cualquier cultura. Su acción, por ejemplo, ha sido multiplicar las historias fantásticas de extravagantes naves espaciales, seres extraterrestres y científicos estereotipados en astros desconocidos, en una forzada combinación con algunos conceptos científicos, generalmente mal enunciados, interpretados y/o aplicados. Esta situación conformó un conjunto de ideas astronómicas que hemos agrupado en una categoría particular de carácter ilógico y estructurada sobre errores conceptuales. La denominación de ambigua se halla relacionada con el hecho que las ideas que hallamos en esta categoría generan dudosas expectativas en relación a sucesos que nada tienen que ver con hechos propios de la astronomía. Al respecto, mencionemos que estas ideas ambiguas compiten en cierto grado de igualdad con las astrológicas en la captación del interés de algunos individuos; una competencia en la que la astronomía científica no aparece ni como juez ni como parte. Astronomía Cultural/Científica Aquí agrupamos las ideas sobre los astros y el universo, culturalmente aceptadas (es decir, las que se hallan incluidas en los programas de enseñanza científica de las escuelas). Se trata de los conceptos
científicos tal como son elaborados y planteados por los astrónomos y luego trabajados por especialistas y profesores para ser llevados al aula (trasposición didáctica). Convenimos que, en términos de educación en astronomía, el objetivo mínimo es lograr individuos astronómicamente alfabetizados y para alcanzarlo es necesario realizar un profundo estudio sobre las metodologías a emplear y los contenidos a considerar. Ahora bien, la situación actual, en términos de las astronomías antes señaladas y en función de esa potencial alfabetización, puede caracterizarse mediante cier to tipo de evolución de los conocimientos astronómicos, desde una astronomía ingenua hacia una ambigua, con una escala temporaria en las ideas acumuladas en la astronomía escolar. Definitivamente, los conceptos de la astronomía científica no se hallan presentes sino en unos pocos individuos, que son aquellos particularmente proclives a incorporar la astronomía como parte de su sistema conceptual y su bagaje cultural. A pesar del relegamiento a que fuera objeto por parte de los sistemas de enseñanza en todo el mundo, la astronomía aún permanece como una de las temáticas que mayor curiosidad e interés despierta en los alumnos de todas las edades. En la medida en que la astronomía forma parte de la oferta educativa, los alumnos la toman con gran entusiasmo, debido fundamentalmente a la gran atracción que generan ciertos fenómenos astronómicos cotidianos y también a la gran atención que le dedican al tema, permanentemente, diarios, revistas, documentales, películas de ciencia-ficción e incluso dibujos animados. La motivación y el entusiasmo que señalamos generan cierta fascinación por una astronomía que dé cuenta tanto de los fenómenos naturales observados como de los presentados desde su tratamiento de ficción, tal como aparecen en las distintas manifestaciones comunicacionales. La mayoría de las veces, las explicaciones y modelos que se dan en la escuela no se corresponden ni con lo observado ni con lo simulado en los medios de comunicación; se trata de ideas arcanas, conceptos aparentemente aislados del resto de las otras ciencias, ajenos a los conocimientos populares que se recogen en el entorno y que finalmente sólo son utilizables en
el aula. Así, encontramos que el individuo atraviesa por una astronomía escolar fugazmente, para después retrotraerse hacia conceptos ingenuos o bien mantener anodinas conversaciones sobre fenómenos propios de una astronomía ambigua. Como en los mitos, estas astronomías (inclusive la científica) se erigen en determinadas operaciones lógicas, por más que inconscientes, en las cuales los sucesos se despliegan con sujeción a ciertas reglas internas y forman en su conjunto una estructura
duradera coincidente no sólo con el pasado, sino también con el presente y hasta con el futuro. De esta manera, en términos de la educación apreciable en astronomía, las diferencias que detectamos entre la lógica del pensamiento científico moderno (presentes en la que llamamos astronomía científica) y la lógica del pensamiento mítico (gobernantes de las otras astronomías) no son tan esenciales, pues conciernen menos a los procedimientos lógicos que a la naturaleza de las cosas.
Sobre un aprendizaje posible de la astronomía A fines de los años '60 del siglo XX , los investigadores Postman y Weingartner, en su libro Teaching as a subversive activity (1969) decían que, aunque se debía preparar a los estudiantes para vivir en una sociedad caracterizada por el cambio - cada vez más rápido - de conceptos, valores, tecnologías, la escuela aún se ocupaba de enseñar conceptos fuera de foco y dichos autores citaron entre los más evidentes a los siguientes: -El concepto de “verdad” absoluta, en particular desde una perspectiva bipolar del tipo buena o mala. -El concepto de certeza. Existe siempre una respuesta “correcta”, y es absolutamente “correcta”. - El concepto de entidad aislada, o sea, “A” es simplemente “A”, y punto final, de una vez para siempre. El concepto de estados y “cosas” fijos, con la concepción implícita de que cuando se sabe el nombre, se entiende la "cosa”. - El concepto de causalidad simple, única, mecánica. -El concepto de que las diferencias existen solamente en formas paralelas y opuestas: buenomalo, correcto-errado; si-no, corto-largo, para arriba-para abajo, etc. - El concepto de que el conocimiento es “transmitido”, que emana de una autoridad superior. Las conclusiones de Postman y Weingartner indicaban que una educación basada en estos conceptos fuera de foco no era la indicada para predisponer a los individuos ante una sociedad en continua y profunda transformación. Un resultado posible de esa educación sería el de personalidades pasivas, dogmáticas, intolerantes, autoritarias, inflexibles y conservadoras, que se resistirían a
cualquier cambio para mantener intacta la ilusión de la cer teza. Por el contrario, las estrategias intelectuales de sobrevivencia en esta época de energía nuclear y de viajes espaciales dependerían de conceptos como relatividad, probabilidad, incertidumbre, función, causalidad múltiple (o nocausalidad), relaciones no simétricas, grados de d i f e re n c i a e i n c o n g r u e n c i a ( o d i f e re n c i a s i m u l t á n e a m e n t e a p ro p i a d a ) . Po s t m a n y Weingartner señalan que tales conceptos deberían ser estimulados por una educación cuyo objetivo fuera un nuevo tipo de persona, con personalidad inquisitiva, flexible, creativa, innovadora, tolerante y liberal que pudiese enfrentar la incertidumbre y la ambigüedad sin perderse, y que construyese significados nuevos y viables para hacer frente a los amenazadores cambios ambientales. Todos esos conceptos constituirían la dinámica de un proceso de búsqueda, cuestionamiento y construcción de significados que podría llamarse “aprender a aprender”. Como bien señala Moreira (2005), las ideas de Postman y Weingartner tienen más de sesenta años, cuando la llegada del hombre a la luna y la llamada era nuclear simbolizaban grandes cambios; aquellos cambios resultan pequeños frente a los que nos atropellan cotidianamente. La educación, sin embargo, continúa estimulando varios de los conceptos que Postman y Weingartner criticaban y clasificaban como fuera de foco. El discurso educativo puede ser otro, pero la práctica escolar sigue sin fomentar el “aprender a aprender” que permitirá al individuo lidiar con el cambio de modo fructífero. En lugar de ayudar a los estudiantes a construir significados para conceptos como relatividad, probabilidad, incertidumbre, sistema,
función, causalidad múltiple, asimetría, grados de diferencia, representaciones y modelos, la educación ahora agregó nuevos conceptos fuera de foco a la lista de Postman y Weingartner. Por ejemplo, -El concepto de información como algo necesario y bueno; convencer que estamos en plena era de la información (como si fuera única, es decir, como si hubiera existido una era de la desinformación). -El concepto de idolatría tecnológica; la tecnología es buena para el hombre y está necesariamente asociada al progreso y a la calidad de vida. - El concepto de consumidor consciente de sus derechos; cuanto más se consume, mejor, cuantos más objetos innecesarios para comprar, mejor, pero se deben hacer valer los derechos de consumidor. En términos de la enseñanza de la astronomía, podemos identificar también conceptos fuera de foco vinculados con los antes mencionados por Moreira (2005). Algunos de ellos se han convertido en auténticos efectos del saber que impregnan sobre todo la astronomía ambigua, sepultan la astronomía escolar y, a la vez, construyen un discurso arcano que sólo profesan los divulgadores científicos que han hecho de la ciencia (y de la astronomía en particular) una actividad de propaganda acultural para instalar ilusiones de certeza cósmica en individuos que, en el mejor de los casos, han sido educados con los conceptos fuera de foco señalados por Postman y Weingartner, individuos que ven al avance en el conocimiento del cosmos con la misma dudosa fascinación que aquellos personajes de García Márquez – en su novela Cien años de soledad – que contemplaban por primera vez el hielo. Algunos de los efectos del saber que reconocimos como parte de una astronomía fuera de foco, son los siguientes: Efecto filatélico: Los astros y los fenómenos cósmicos se presentan como entidades inmutables, todos propensos a ser fácilmente catalogados en algún taxón natural que la tarea científica ha identificado. El quehacer del astrónomo o el fin principal de su tarea es el descubrimiento permanente de nuevos “especímenes” que engrosan esos taxones y, por lo tanto, los validan. Este efecto filatélico genera necesariamente una tendencia a considerar la astronomía como una simple actividad de coleccionistas. Un derivado de este efecto es el que llamamos Efecto terabit, que consiste en mostrar la acumulación de información astronómica como un
sinónimo de conocimiento esencial del cosmos. Plantear que la astronomía se construye casi exclusivamente por información directa (su procesamiento, filtraje, y ajuste rara vez se menciona), fidedigna (todos los datos que se obtienen son útiles) y, en general, sólo revelada a profesionales de alto nivel académico y enorme caudal de información. -Efecto monocausal: Vinculado directamente con uno de los conceptos fuera de foco de Postman y Weingartner, suelen presentarse los fenómenos celestes respondiendo a una causa única e identificable. Se acostumbra a los estudiantes a considerar una causalidad simple, natural, en cuya descripción se omiten los errores propios de cualquier procedimiento científico y se minimiza (o anula) la posibilidad de que haya otras causas fuera de la que hace evidente y efectivo el modelo aceptado para explicar ese fenómeno. -Efecto Paracelso: Los argumentos astronómicos que provienen de una institución de prestigio o son presentados por una autoridad de cierto ámbito académico, deben considerarse correctos y ser aceptados sin ser cuestionados. Una academia de ciencias, una agencia espacial o incluso un Premio Nobel, entre otros, son galones necesarios y suficientes para dar por cierto un argumento acríticamente, sin cuestionar siquiera si es veraz la fuente de información que lo sustenta. Un derivado de este efecto es el que llamamos Efecto Sputnik, que consiste en considerar que los datos que provienen de sondas o naves espaciales (o bien de telescopios de alta complejidad) son necesariamente más relevantes que los datos adquiridos por cualquier otro medio. En este efecto subyace el concepto fuera de foco de idolatría tecnológica que señalara Moreira (2005. ¿Cómo pensar en un foco posible? Coincidimos con Moreira (2005) en que una salida podría ser el aprendizaje significativo crítico y para el cual propone algunos principios, ideas o estrategias facilitadoras del tal aprendizaje, teniendo como referencia las propuestas de Postman y Weingartner. Su propuesta resulta viable para su implementación en el aula y, al mismo tiempo, crítica en relación con lo que normalmente ocurre en ella. Moreira (2005) señala que el factor aislado más importante para el aprendizaje significativo es el conocimiento previo, la experiencia previa o la percepción previa, y el estudiante debe manifestar una predisposición para relacionar de manera no-arbitraria y no literal el-
nuevo conocimiento con el conocimiento previo. Sin embargo, eso no es suficiente, pues de esa manera se pueden aprender significativamente cosas fuera de foco, como se indicó antes, aun utilizando la tecnología más moderna. Es preciso cambiar el foco del aprendizaje y de la enseñanza que busca facilitarla. Moreira argumenta que ese foco debería estar en un aprendizaje que permita al individuo -Formar parte de su cultura y, al mismo tiempo, estar fuera de ella, -Manejar la información críticamente, sin sentirse impotente; -Usufructuar la tecnología sin idolatrarla; -Cambiar sin ser dominado por el cambio; -Convivir con la incertidumbre, la relatividad, la causalidad múltiple, la construcción metafórica del conocimiento, la probabilidad de las cosas, la no dicotomización de las diferencias, la recursividad de las representaciones mentales; -Rechazar las verdades fijas, las certezas, las definiciones absolutas, las entidades aisladas. Para eso es preciso, continúa Moreira (2005): -Aprender/enseñar preguntas en lugar de respuestas. -Aprender a partir de distintos materiales educativos. -Aprender que somos perceptores y representadores del mundo. -Aprender que el lenguaje está totalmente involucrado en todos los intentos humanos de percibir la realidad. -Aprender que el significado está en las personas, no en las palabras. -Aprender que el hombre aprende corrigiendo sus errores.
las estrategias irrelevantes para la supervivencia. -Aprender que las preguntas son instrumentos de percepción y que las definiciones y las metáforas son instrumentos para pensar. (una pequeña descripción de estas premisas se da en el APÉNDICE de este artículo). La mayoría de los miembros de la LIADA, tanto individualmente como desde las instituciones a las cuales pertenecen, han desarrollado una amplia tarea de docencia astronómica, con múltiples recursos y diferentes estrategias. Un trabajo denodado y continuo desde el inicio mismo de la LIADA, hace poco más de seis décadas, apenas un año antes del artículo de Postman y Weingartner, buscando transmitir saberes a todas las personas con el fin explícito de contribuir a su alfabetización científica en general y astronómica en particular. Muchos miembros de la LIADA viven en comunidades pequeñas y resultan ser los únicos referentes de la astronomía al alcance directo de sus habitantes, otros viven en grandes ciudades y, sin embargo, además de insertarse como divulgadores/educadores, se las han ingeniado para llevar el conocimiento astronómico a lugares periféricos o distantes donde, en muchos casos, los habitantes pudieron ver por primera vez por un telescopio o escuchar los últimos avances en el conocimiento del cosmos. En sintonía con la tradición de la LIADA y en afán de incrementar el potencial de sus miembros, presentamos un proyecto que permite no sólo contribuir al aprendizaje significativo crítico de los estudiantes, sino también a visibilizar las actividades que ya de por sí se realizan desde las diferentes secciones de la LIADA. Estamos convencidos que este proyecto, como tantos otros encarados desde esa institución, puede convertirse en una contribución posible a la alfabetización científica de los ciudadanos.
-Aprender a desaprender, a no usar los conceptos y
Proyecto de padrinazgo/madrinazgo astronómico Coincidimos en que la educación en ciencias busca promover el aprendizaje de saberes científicos fundamentales para comprender y par ticipar reflexivamente en la sociedad contemporánea. Bajo esta premisa, la LIADA desarrolla actividades y acciones tendientes a favorecer los procesos de enseñanza y aprendizaje de astronomía, contribuyendo a su vez al desarrollo de la alfabetización científica de la sociedad. La LIADA ha participado en diversas estrategias que involucran a
los distintos actores del sistema educativo, como así también a los institutos científicos y tecnológicos comprometidos en llevar adelante iniciativas para el fortalecimiento de los conocimientos astronómicos. Con este espíritu, la LIADA propone instrumentar un proyecto que intente responder a las necesidades de mejora planteadas para la educación científica y astronómica, denominado Padrinazgo/Madrinazgo Astronómico (PMA) cuyos principales objetivos son:
-Desmitificar la representación de los estudiantes y docentes de los distintos niveles educativos respecto del proceso de generación de conocimiento, estimulando su valoración como actividad de construcción social. -Fortalecer la experiencia de los docentes con objeto de que promuevan el interés de sus estudiantes hacia la indagación y argumentación para la adquisición de nuevos conocimientos astronómicos y de sus ciencias conexas (como la física o la matemática). -Promover una mayor articulación entre el sistema educativo (establecimientos primarios, secundarios y terciarios) y la LIADA a partir de la presencia y/o el acompañamiento por parte de algunos de sus miembros con los docentes de dichas escuelas. Así, queda explicitado cómo el PMA plantearía como prioridad la asistencia de miembros LIADA en las escuelas (primarias y secundarias) en función de colaborar en las acciones de mejora de la educación científica escolar. Con respecto a el trabajo de los Padrinos/Madrinas, la implementación del PMA se realiza por ciertas particularidades que en principio estimamos que adquieren tres fisonomías (Esta calificación no es exhaustiva.) 1.Apoyo astronómico/pedagógico 2. Padrinos/Madrinas en campaña 3. Actualización disciplinar A continuación, se detallan sus principales rasgos.
Ofertar recursos didácticos accesibles para los docentes y sus clases (por ejemplo, materiales b i b l i o g r á fi c o s , d i s e ñ o s observacionales/experimentales, etcétera). Promover la utilización de tecnologías de información y comunicación (en los casos en que la escuela contara con los medios adecuados). Esto es: intercambios vía Internet, consulta de sitios especializados, etcétera. Alentar y colaborar con los docentes en la gestión de intercambios con otros actores e instituciones de la comunidad astronómica, por ejemplo, salidas de observación, visitas a observatorios y/o centros de investigación, etcétera. Eventualmente, también el Padrino/Madrina podría: Asistir a clases de sobre temas de astronomía de los docentes apadrinados, con el fin de reflexionar, posteriormente, junto con ellos, acerca de lo ocurrido y argumentar sobre posibles alternativas para su optimización. Plantear un espacio de reflexión sobre la enseñanza de la astronomía en el nivel que se haya escogido para la implementación del Programa PMA. Realizar experiencias directas con la clase (por ejemplo: observaciones astronómicas tanto día como de noche) siempre acompañando a los docentes. Organizar visitas de clases a obser vatorios particulares, si lo tuvieran.
1) Apoyo astronómico/pedagógico para el acompañamiento didáctico
Apoyar a los docentes en el uso de nuevas tecnologías.
En principio, cada Padrino/Madrina astronómico tendrá a su cargo una escuela y operará con los directivos y los docentes de la misma. En particular, se espera que las actividades estén centradas en el trayecto curricular de Ciencias Naturales, vinculado con la astronomía independientemente de la modalidad que implemente la escuela (área, área integrada, etc.). Las principales acciones esperadas son:
Ofertar recursos accesibles para las escuelas que acompañan didácticamente.
Asesorar a los docentes de las escuelas con respecto a las nociones astronómicas escolares, con pistas de posibles actividades para su enseñanza en el grado/año que se desempeñen, como así también orientar a dichos docentes en la planificación y diseño de unidades didácticas relacionadas con las propuestas vinculadas con la astronomía, en función de los diseños curriculares correspondientes.
Colaborar para el armado de una red con otros miembros de la LIADA que se sumen al PMA y, también, entre las escuelas involucradas (del mismo país y entre diferentes países). 2) Padrinos/Madrinas en campaña Esta modalidad del PMA permite la adaptación del trabajo del miembro LIADA a diferentes formatos, atendiendo a la demanda de las escuelas. Algunos rasgos esperados son los siguientes: Organización y realización, junto con los docentes, de encuentros con sus estudiantes para el desarrollo de alguna temática astronómica de especial interés1. -Colaboración para el diseño e implementaciones de proyectos de indagación astronómica, tanto escolares como interescolares.
Acciones directas de campaña, con una misión en particular, siempre diseñada en conjunto con la escuela, que tenga una injerencia directa en las aulas. A continuación, damos algunos ejemplos de campañas posibles: Campañas temáticas En términos de celebraciones particulares vinculadas con la astronomía en particular y sus ciencias conexas. Por ejemplo, por celebrarse la publicación de un texto fundamental de astronomía, por cumplirse un nuevo aniversario del arribo de una nave tripulada a la Luna, por la ocurrencia de un fenómeno celeste de relevancia escolar (un eclipse, un cambio de estación, una alineación planetaria, etcétera. Campañas olímpicas Se trata de miembros de la LIADA que facilitan información, recursos, materiales didácticos y acceso a sus centros de información, para alumnos y alumnas de escuelas que par ticipan de olimpíadas astronómicas. Campañas de proyectos escolares de astronomía En este caso, se espera que los miembros LIADA faciliten información, recursos, materiales didácticos y acceso a sus centros de información, para alumnos de escuelas que participan de proyectos de indagación enfocados en la astronomía, con posibilidad de que algunos de ellos se proyecten para una feria de ciencias en cualquiera de sus instancias y/o modalidades. Se espera que el aporte de los miembros LIADA no sea exclusivo para un grupo de estudiantes, sino para todos los alumnos. Si hay un grupo con aspiraciones a participar en alguna instancia de feria de ciencias o actividad semejante, y precisan de una colaboración especial, la recibirán de
sus Padrino/Madrinas astronómicos junto al resto de sus compañeros. En otras palabras, la clase recibirá el mismo material e información. Campañas de popularización de la astronomía Algunos rasgos del trabajo esperado: (a) Participación en jornadas culturales de divulgación de la astronomía para la comunidad educativa: cine debate, charlas, muestras, exhibiciones, observaciones, etcétera. (b) Realización de conferencias, charlas o coloquios de divulgación científica abiertas a la comunidad en general, realizadas en la misma escuela y/o fuera de ella. (c) Apoyo para gestionar intercambios con otros actores e instituciones de la comunidad. 3) Actualización disciplinar El trabajo de los miembros LIADA del PMA en esta modalidad está orientado exclusivamente para formadores de formadores, es decir, profesores de Institutos de Formación Docente (IFD), tanto de educación universitaria como de educación superior no universitaria. Algunos rasgos del trabajo esperado: -Promoción de la utilización de tecnologías de información y comunicación: intercambios vía Internet, consulta de sitios especializados, trabajos colaborativos, etcétera. -Colaboración a través de materiales y/o diseños para experiencias de formación astronómica. -Participación, a pedido de los IFD, en la formación inicial y continua de sus alumnos sobre temas de astronomía, con seminarios, talleres, cursos y asesoramiento.
Rasgos de la implementación del PMA Por una parte, esperamos que las escuelas que participen PMA puedan presentar propuestas concretas que den cuenta de qué tipo de intervención les gustaría que tenga su Padrino/Madrina. Esas propuestas deberían adoptar diversos aspectos; entre otros, damos algunos ejemplos:
particular.¹ -Asesoramiento y apoyo para una salida de observación astronómica.
-Colaboración a través de materiales y/o diseños para trabajar en el aula.
-Supervisión de las tareas que se propone para desarrollar en vistas a la participación en eventos especiales (por ejemplo, ferias de ciencias). De esta manera, cuando se elabore un cronograma de colaboración debería quedar plasmado el tipo de actividad que se desarrollará en cada escuela, el responsable de la misma y la fecha estimativa de realización. Entre la información esperada por la LIADA, destacamos:
-Participación en actividades de divulgación y difusión de las ciencias y de la astronomía en
-Identificar la institución: nombre, número, dirección, teléfono, correo electrónico y nombre de las-
-Colaboración en el diseño e implementación de proyectos astronómicos escolares. –Asesoramiento sobre nociones de astronomía que se propone enseñar el docente.
autoridades y eventualmente los docentes involucrados.
se trata de eventos singulares sin repetición. Sobre la actividad de los Padrinos/Madrinas.
-Dar un nombre de fantasía a la actividad, que remita al tema que se tratará y luego una pequeña descripción de qué se trata y de qué manera participarán los estudiantes y los docentes en la misma.
-Los participantes del PMA deben ser miembros de la LIADA.
-Identificar la institución a la cual pertenece el Padrino/Madrina (si es que pertenece a alguna). -Indicar la fecha en que se realizará cada actividad. Explicitar si la actividad será un proceso continuo (entonces indicar el lapso durante el cual se hará), si son actividades unitarias pero que se repiten, o bien,
-Se recomienda que, en principio, las escuelas que apadrine sean cercanas a la localidad en que vive Al finalizar cada intervención, el Padrino/Madrina se compromete a informar sobre lo actuado en la escuela. -Entre las escuelas a seleccionar para participar del PMA se espera que tengan prioridad las de escolaridad primaria, tanto rurales como urbanas.
Bibliografía de referencia
Moreira, M.A (2005): Aprendizagem Signficativa Crítica, Porto Alegre: Ed. A.M. Toigo
Tignanelli, H. (2009): “Sobre la educación en astronomía”, Anales del 1º Congreso Internacional de Educación en Ciencias y Tecnología (Catamarca, Argentina)
Postman, Neil & Weingartner, Charles (1969): Teaching as a subversive activity. New York: Dell Publishing Co.
Tignanelli, H. (2009): “Astronomía escolar básica”, Anales del 1º Congreso Provincial de Enseñanzas de las Ciencias (Tucumán, Argentina)
Gowin, D. Bob (1981): Educating. Ithaca, New York: Cornell University Press
Postman, Neil (1996): The end of education: redefining the value of school. New York: Vintage Books/Random House.
Anexo MODELO DE FORMULARIO PARA LAS INSTITUCIONES EDUCATIVAS
FORMULARIO PARA EL MIEMBRO DE LA LIADA QUE PARTICIPA DEL PROYECTO PMA
Un micrómetro de lámparas Edgardo Rubén Masa Martín - Vicepresidente de la Liga Iberoamericana de Astronomía (LIADA). Coordinador General de la Sección de Estrellas Dobles de la LIADA. Miembro Asociado de la Comisión G1 de la UAI (sistemas estelares binarios y múltiples). Coeditor de la revista especializada El Observador de Estrellas Dobles (OED) ermasa.dsa@gmail.com
Resumen En 1782 William Herschel dio a conocer un nuevo tipo de micrómetro de su invención bautizado como Lamp-Micrometer. Las particularidades de este instrumento y lo ingenioso de su fundamento le otorgan el carácter de único en su clase. En este artículo describiremos sus principales características técnicas y operacionales haciendo, al mismo tiempo, un profundo análisis de las razones involucradas en su diseño y concepción.
Figura 1 Sir William Herschel en 1785. Óleo sobre lienzo por Lemuel Francis Abbott. Wikipedia.
Introducción Es harto conocido que William Herschel (1738-1822) se embarcó en el estudio de las estrellas dobles con la única intención de poder medir la distancia a las estrellas usando la técnica de la paralaje, método ya apuntado por Galileo¹. Queda claro que para los astrónomos de entonces las asociaciones duales de estrellas eran meros efectos accidentales de posición. Sencillamente, no podían imaginar que, en realidad, en muchas de aquellas parejas estelares se establecía una íntima relación gravitatoria regida por la ley de la Gravitación Universal de Newton. Como muchos otros observadores antiguos, Herschel está aquejado de una especie de obsesión por llegar a medir por vez primera la distancia a una estrella, problema que, tradicionalmente, se resistía a ser resuelto por la ciencia astronómica. Los intentos de Hook, Flamsteed, Molineux y Bradley, entre otros, habían resultado infructuosos. Con las ideas claras, Herschel establece las bases fundamentales de su futuro trabajo encaminado a la medición de la paralaje y, para ello, redacta un completo artículo donde las da a conocer: On the Parallax of the Fixed Stars, Philosophical Transactions of the Royal Society of London, Volume 72, pp. 82-111, 1782. En estas páginas expone el uso de las estrellas dobles como la herramienta que sustentará las mediciones de la paralaje y, por consiguiente, la conveniencia de la búsqueda
sistemática de esta clase de objetos, los cuales deberán tener una gran diferencia de magnitud entre las componentes (asegurando así que la más brillante esté cerca de nosotros y la más débil se sitúe muy en el fondo sobre la bóveda celeste) y, al mismo tiempo, estar lo más cerca posible la una de la otra. Por otro lado, está el aspecto de la instrumentación. Herschel está convencido de que los medios de observación utilizados por sus colegas no tenían en absoluto la capacidad necesaria para llevar a buen término la medición precisa de la paralaje. En este sentido, Herschel piensa que es prioritario el uso de telescopios de grandes aberturas y trabajar con el mayor aumento posible. De esta manera “los errores ocasionados por la refracción, la nutación, la precesión de los equinoccios, cambios en la oblicuidad de la eclíptica y la aberración de la luz” que tanto aquejaron las obser vaciones de sus predecesores, serían paliadas en gran medida. Al mismo tiempo, el instrumento de medición, el micrómetro, debería ser mejorado sustancialmente. Como veremos más adelante, los resultados de estas metas autoimpuestas fueron exitosas: Herschel, construyó –él mismo– los telescopios más grandes de su época, fabricó sus propios oculares y mejoró e inventó los micrómetros más fiables dentro de sus posibilidades.
En este mismo año de 1872, Herschel, habiendo ya recopilado una buena cantidad de estrellas dobles, publica su primer catálogo (Catalogue of Double Stars. Philosophical Transactions of the Royal Society of London, Volume 72, pp. 112-162, 1782) en el que se listan 269 estrellas dobles, de las cuales 227 eran pares observados por primera vez. Recordemos que este catálogo no es el primero de la Historia: en 1779 Christian Mayer (1719-1783) ya había publicado un listado de estas características enumerando un total de 72 pares en su De novis in coelo sidereo Phaenomenis in miris stellarum fixarum comitibus Mannhemii (Mannhemii, Typographia Elector, Aulica & Academica, 1779). Poco después se compiló una nueva versión en la que se incorporaban algunas otras dobles que ya habían sido registradas por otros observadores. Este inventario se constituye como el primer catálogo general de estrellas dobles conteniendo un total de 80 pares. El catálogo vio la luz publicándose en 1781 con el título de Verzeichniss aller bisher entdeckten Doppeltsterne, que en nuestro idioma viene a decir “Directorio de todas las estrellas dobles descubiertas hasta la fecha”. La edición corrió a cargo de Johann Elert Bode (1747-1826) en Astronomisches Jahrbuch oder Ephemeris para 1784 (págs. 183-6). Esta publicación de carácter anual, de la que Bode fue fundador, era un anuario de efemérides astronómicas. El propio Bode, en notas explicativas que acompañan al texto, comenta que la mayoría de las estrellas declaradas en el catálogo habían sido observadas por vez primera por Mayer, aunque un puñado de ellas fueron registradas con anterioridad por Cassini, Flamsteed, Bradley y Tobias Mayer. Para poder evaluar cambios en la posición relativa de las componentes de un par a lo largo del tiempo se hacía necesario establecer una referencia posicional lo más exacta y fiable que fuera posible. En la astronomía de estrellas dobles, al ser un campo prácticamente inexplorado y nuevo, aún no se había estandarizado la manera de registrar las posiciones de una pareja. Herschel decide establecer dos parámetros que lo hacen posible: el ángulo de posición medido en grados (y usado por primera vez) y la separación o distancia angular entre las componentes expresada en segundos de arco. Vemos, pues, que el registro de estrellas dobles se basa en la medición de dos ángulos. Mayer, en cambio, opta por establecer la ubicación de las estrellas dando sus diferencias en ascensión recta y en declinación, si bien en la edición de Bode se añade calculada por este-, la separación en segundos de arco y una precursora y meramente orientativa valoración
del ángulo de posición. En el texto descriptivo de su catálogo, Herschel critica en cierta manera, pero sin desmerecer la labor de Mayer, que las diferencias en AR y Dec adolecen de graves errores, pues los instrumentos de observación al alcance de su colega no permiten conseguir el grado de precisión requerido. Estos comentarios no son un alarde por parte de Herschel y reconoce, a la vez, que sus propias medidas acarrean muchas imprecisiones y que su catálogo “está todavía en un muy imperfecto estado” pero que empleará todos sus esfuerzos en mejorar la calidad de sus observaciones. Herschel publicará aún otros dos catálogos de estrellas dobles². En su segundo catálogo (Catalogue of Double Stars. Philosophical Transactions of the Royal Society of London, Volume 75, pp. 40-126, 1785) añadirá otros 434 pares a su lista personal. En esta ocasión se mostrará mucho más satisfecho con los resultados obtenidos por dos razones principales: la mejora de su instrumentación y el poder trabajar –por fin– a tiempo completo en la astronomía (gracias al reconocimiento y l o s p r i v i l e g i o s q u e s e l e o t o rg a ro n t r a s e l descubrimiento de Urano). Estas nuevas circunstancias permitieron que las observaciones pudieran ser repetidas frecuentemente, promediando los resultados, para alcanzar mayor precisión. Finalmente, en 1821, siendo presidente de la recién fundada (1820) Royal Astronomical Society y a sus 83 años, publicará un último listado de descubrimientos aportando otras 145 nuevas estrellas dobles (On the places of 145 new Double Stars. Memoirs Astronomical Society, Volume 1, pp. 166-181). En el breve texto introductorio que acompaña a este suplemento Herschel señala que “… la distancia y posición de las dos estrellas, cuando se dan, son solo en términos de estimación general…”. Efectivamente, este el catálogo más incompleto de los tres publicados en su carrera, quizás debido a su avanzada edad. Herschel fallecería al año siguiente, habiendo fracasado en la empresa de medir la paralaje estelar pero, en un claro caso de serendipia, supo vislumbrar un descubrimiento trascendental que cambiaría el rumbo de la astronomía: el descubrimiento en 1803³ de los sistemas binarios y, por ende, la ratificación observacional de la validez de las leyes de Newton fuera de las fronteras del Sistema Solar; los sistemas binarios serían la herramienta que permitiría a las futuras generaciones de observadores poder medir directamente las masas estelares, el pilar fundamental sobre el que se sustenta el conocimiento de la evolución estelar.
Los micrómetros de Herschel Podríamos considerar tres tipos de astrónomos: los teóricos, los observadores y los constructores de instrumental. Herschel reunió los tres en su persona, y lo hizo en cada campo de una manera destacada. Supo discernir que se harían necesarios telescopios de gran abertura para trabajar a grandes aumentos y se las ingenió para consolidarse como un afamado especialista en el arte del fundido, tallado y pulido de espejos metálicos de importantes diámetros. Tanto, que en aquella época llegó a disfrutar de los telescopios reflectores más grandes del mundo. Por otro lado, como complemento al sistema óptico se tenía que disponer de oculares y micrómetros de calidad que sirvieran para medir los parámetros de las estrellas dobles. Herschel experimentó en el desarrollo y mejora de sus micrómetros, los cuales, por lo general, tenían el aspecto exterior de simples oculares; es decir, eran lo que hoy denominaríamos oculares micrométricos. Estos micrómetros disponían, en el interior del cuerpo del ocular, de dos hilos paralelos, uno de los cuales era móvil gracias a la acción de un tornillo micrométrico que lo desplazaba por el campo de visión. Se hacían coincidir los hilos con la separación de las estrellas y posteriormente se leía la distancia angular sobre la graduación del tornillo de precisión. Se sabe que en las tareas de fabricación de sus micrómetros estuvo asistido por su hermano Johann Alexander (17451821), otro músico más de la dinastía Herschel quien, dotado como él de un gran talento para las habilidades mecánicas, participó repetidamente en la construcción de muchos elementos de sus telescopios -espejos incluidos- no solamente para su uso propio, sino también para la venta. Alexander era un experto trabajando el latón, por lo que todas las pequeñas piezas metálicas de los oculares y los micrómetros, como tornillos, discos graduados, bastidores, ruedas dentadas, etc., sin duda pasaron por sus manos. En la web del Royal Museum Greenwich, Londres, podemos encontrar una buena cantidad de oculares de las más variadas focales y micrómetros oculares construidos íntegramente por Alexander Herschel y que fueron usados por William en sus observaciones. (https://collections.rmg.co.uk/collections/objects/11 022.html). Sin lugar a dudas, Alexander Herschel
desempeñó un papel muy relevante en esta historia. in embargo, su contribución al éxito de William ha sido en la misma medida injustamente olvidada y es lícito reconocer aquí su valía. A pesar de haber realizado muchos ensayos y mejorado sucesivamente sus micrómetros, Herschel solo habla de sus diseños en tres ocasiones publicando comentarios acerca de ellos: (i) parallel silk-worm's-thread micrometer, (ii) position angle micrometer o revolving wire micrometer y (iii) lampmicrometer, siendo este último el cuerpo principal de este artículo y que detallaremos más adelante. En las notas de su segundo catálogo de estrellas dobles, Herschel comenta que sus medidas de distancia se realizaron con un micrómetro de hilos paralelos trabajando a 227 aumentos. El material de estos hilos eran las finas hebras de seda procedentes del gusano de seda común. Para las medidas de posición, utilizó a 460 aumentos “un excelente micrómetro fabricado por Nairne & Blunt⁴, de acuerdo al modelo dado en [Account of a Comet]⁵ Philosophical Transactions, Volume 71, p. 500, fig. IV; pero con una gran y necesaria mejora que permite a la rueda (dentada) d, de esa figura girar una revolución completa...” (Figura 2). Si acudimos a esta referencia encontramos una detallada descripción de este micrómetro (Description of a micrometer for taking the angle of position). Parece claro que Herschel –o más probablemente Alexander– fueran los autores del micrómetro original. Sin embargo, se encargó a Nairne la fabricación de un nuevo aparato con algunas modificaciones –las apuntadas más arriba– para aumentar la precisión de las medidas de los ángulos de posición. Se trata de lograr que la rueda dentada sea capaz de girar una revolución para “que los dos hilos de seda paralelos puedan ser ajustados con el más alto grado de exactitud”. El efecto nocivo se daba si los hilos no estaban exactamente dispuestos diametralmente en el círculo ocular, lo que suponía que al girarlos una “semirevolución” (180º) no coincidieran exactamente. Este efecto, entendemos, no es otra cosa que el conocido error de índice.
Figura 2. Micrómetro de posición (o revolving-wire micrometer) inventado por Herschel en 1779. El cuerpo que aloja el mecanismo está construido en madera tropical de cocoa, muy dura y capaz de conservar sus propiedades dimensionales a lo largo del tiempo. En este micrómetro el hilo móvil solo podía recibir un movimiento de rotación de hasta 180º. Versiones posteriores permitirían realizar un giro de una revolución entera, pudiéndose adoptar todas las inclinaciones posibles con respecto al hilo fijo. Esta simple modificación permitió medir por primera vez el ángulo de posición, de ahí que el aparato también sea conocido como micrómetro de posición. (Imagen: The Scientific Papers of Sir William Herschel, Vol I.)
Las medidas Hemos visto, tal como hizo Mayer, que la posición relativa de dos estrellas puede obtenerse de las diferencias de ascensión recta y declinación. Sin embargo, es más cómodo y preciso hacerlo directamente. En este sentido, Herschel introduce el ángulo de posición y la separación angular, parámetros que han llegado a nuestros días como la forma estándar de registrar las estrellas dobles. No obstante, es conveniente matizar que el ángulo de posición herscheliano no es el que solemos manejar en nuestras observaciones. Veamos cuál es la diferencia entre ambos. Figura 3. Arriba: ángulo de posición introducido por Herschel. La línea AB representa el movimiento diurno aparente de la estrella en la dirección del paralelo de declinación y de este a oeste. Abajo: equivalencia entre el modelo de Herschel y el actual. En el sistema de Herschel el círculo de posición está divido en cuatro cuadrantes. El ángulo se calcula desde el paralelo del movimiento diurno hacia el norte o hacia el sur. Para orientar el micrómetro la estrella debe correr a lo largo del hilo fijo, el cual está marcado con 0º en sus dos extremos. El punto norte y el sur se indican con 90º. Según Herschel, el ángulo de posición del par de estrellas representado en el gráfico sería 23º nf. En el sistema actual simplemente 67º. (Cortesía del autor).
Herschel establece que la posición relativa entre las dos componentes de un par esté definida por el ángulo que forma la línea recta que une las dos estrellas y otra paralela al ecuador celeste, es decir, imaginaba a la principal en la intersección de un meridiano y un paralelo de declinación (el de su movimiento diurno). La compañera era referida a u n o d e l o s c u a t ro c u a d r a n t e s d e fi n i d o s . Lógicamente, siempre tomaba valores menores de 90º. Para conocer en qué cuadrante se halla el par utiliza la convención north following, south following, south preceding y north preceding, con las siglas correspondientes en inglés (nf, sf, sp y np). (Figura 3). A pesar de su simpleza, el método podía dar lugar a ambigüedades, por lo que era frecuente realizar esquemas de la disposición de las estrellas en el campo ocular durante las observaciones. El micrómetro más simple para realizar este tipo de medidas es un simple ocular con un hilo colocado en su plano focal y un disco externo graduado. En un primer paso se gira el ocular hasta que pase por los centros de las dos estrellas y se realiza una primera lectura. Después, el hilo habrá de ser colocado perpendicularmente al meridiano, simplemente girando el ocular hasta que una de las estrellas se desplace a lo largo del hilo en toda la longitud del campo. El ángulo entre las dos posiciones del hilo, es decir, el formado por la línea que une las dos estrellas con el paralelo del movimiento diurno, es el ángulo de posición. El método actual de dar el ángulo de posición con respecto al norte y hacia el este en el rango 0º-360º fue introducido por John Herschel quien propuso “comenzar la lectura del ángulo desde el meridiano en el punto norte y continuar rotando en la dirección n f s p n (north, following, south, preceding, north) desde 0º a 360º: es decir, 1º corresponde a 89º nf; 91º a 1º sf; 181º a 89º sp; 271º a 1º np”(Memoirs of the Royal Astronomical Society, Volume 4, p. 333). Si deseáramos transformar los ángulos originales de William Herschel (H) al sistema actual sería necesario aplicar las siguientes correcciones: North following = 90º - H South following = 90º + H South preceding = 270º - H North preceding = 270º + H
En lo relativo a las distancias aportadas por Herschel, éstas vienen dadas de varias maneras. En los pares muy cerrados son simplemente estimadas en términos de los propios diámetros aparentes de las estrellas. Lógicamente, los diámetros estelares y el hueco que los separa variarán su aspecto de forma sustancial al ser obser vados bajo diferentes aumentos y/o con distintos telescopios. De acuerdo a ello, Herschel da varias medidas de distancia para cada par. Veamos un ejemplo con el sistema Epsilon Bootis, la entrada número 1 de su primer catálogo y descubierta el 9 de septiembre de 1779. La estrella principal se denota como L (Large) y la compañera como S (Small). Las distancias angulares, como promedio de dos años de observaciones, son: a. 227x, ¾ del diámetro de S. b. 460x, 1¼ diámetros de L. c. 932x, 2 diámetros de L. d. 2010x, 2¾ diámetros de L. Según Herschel, esta forma de proceder puede procurar muy buenas medidas de distancia, incluso mejorar las realizadas con el micrómetro. A este respecto, Herschel comenta: (On the Parallax of the Fixed Stars, Philosophical Transactions of the Royal Society of London, Volume 72, p. 99, 1782). “En la determinación de las distancias de las estrellas dobles he usado ocasionalmente dos diferentes métodos. En las que están extremadamente cerca la una de la otra, puede ser estimada a ojo, en medidas de sus propios diámetros. Para este propósito esta distancia no debería exceder mucho de los dos diámetros de la más grande, ya que el ojo no puede hacer una buena estimación cuando el intervalo entre ellas es más grande. Este método es frecuentemente preferible al del micrómetro: por ejemplo, cuando el diámetro de una pequeña estrella, quizás no igual a medio segundo, es doble que el hueco entre las dos estrellas. Aquí el micrómetro debería medir décimas de segundo al menos, de otro modo no podemos, con algún grado de confianza, fiarnos de sus medidas; incluso entonces, si las estrellas están situadas en el mismo paralelo de declinación y cerca del ecuador, su rápido movimiento a través del micrómetro hace que sea extremadamente difícil medirlas. En ese caso una estimación a ojo es preferible a cualquier otra medida…”.
Las distancias medidas con el micrómetro frecuentemente acarreaban errores de 1”, o incluso llegaban a los 2” si las operaciones no se hacían con extremo cuidado. El promedio de varias medidas en noches diferentes permitía reducir el error en torno a medio segundo de arco. Conviene remarcar que Herschel mide las distancias angulares disponiendo los hilos paralelos exteriormente tangentes a los diámetros aparentes de las componentes. Para deducir la separación entre los centros de las estrellas habrá que restar los dos semidiámetros a la media original. ¿Cuál es la razón de este proceder? Sencillamente, que los hilos montados en los micrómetros eran demasiado gruesos y al trabajar a grandes aumentos adquirían un diámetro tal que era superior al de las estrellas a medir; es decir, las componentes eran tapadas literalmente por los hilos, perdiéndose toda referencia fiable sobre la ubicación de los centros estelares. Sin duda, este aspecto supuso para Herschel una inagotable fuente de desvelos. Fueron muchos los intentos –sin resultados– de buscar hilos cada vez más delgados, cuyos espesores, una vez aumentados, pudieran considerarse despreciables. Usualmente, los hilos de los micrómetros eran de metal (plata o platino), de seda común o, incluso, podían ser también cabellos humanos. Este fue un problema sin solución en los días de Herschel; aún deberían transcurrir algunos años para que en los micrómetros se empezaran a montar los finos y resistentes hilos procedentes de la seda de las arañas, el retículo por excelencia usado por las siguientes generaciones de micrometristas hasta muy avanzado el siglo XX. Recordemos que, en esta revolucionaria mejora, su hijo, Sir John Herschel, tuvo mucho que ver. Todos estos inconvenientes técnicos no fueron los únicos que minaron en cierto modo la férrea
perseverancia herscheliana. William documenta también imperfecciones en el paso de los tornillos micrométricos, las cuales suelen mostrar diferencias en el avance regular de una revolución a otra. Por otro lado, las graduaciones en los tambores o discos del micrómetro, o en el tallado de las ruedas dentadas y los piñones también adolecían de defectos apreciables. Por si fuera poco, era imprescindible iluminar el campo de visión para poder distinguir los hilos durante la noche. Si las componentes del par mostraban gran diferencia de magnitud, era preciso disminuir la intensidad luminosa para poder obser var a la estrella secundaria, con lo que los hilos no eran iluminados suficientemente. El resultado final, en un círculo vicioso, era que muchas veces una pareja con una separación en principio asequible al sistema óptico no podía ser medida. Convendría aquí remarcar que Herschel nunca disfrutó de un telescopio montado ecuatorialmente con seguimiento horario y había de estar continuamente luchando con los mandos para que las estrellas nos se escaparan del campo de visión en poco tiempo; tiempo que, sin duda, habría de ser muy corto dados los elevados aumentos que empleaba. Sin embargo, aún en estas condiciones tan desesperantes, siempre podían más el entusiasmo y la tenacidad y era capaz de medir ángulos diminutos sobre un par de estrellas que se empeñaban en evadirse de su escrutinio. Estas circunstancias despertaron el ingenio de Herschel e ideó un novedoso tipo de micrómetro cuyo fundamento es ajeno a todas las deficiencias anteriores y goza de la remarcable característica de ser completamente externo al telescopio. Este instrumento fue bautizado por Herschel como lampmicrometer (micrómetro de lámparas).
Micrómetro de lámparas Pensamos que la descripción detallada de este micrómetro, por lo curioso de su fundamento y concepción y, asimismo, por la escasa difusión de su existencia en la documentación histórica, puede ser especialmente interesante. En 1872 Herschel da a conocer su invento y lo hace en un artículo de 10 páginas titulado Description of a Lamp-Micrometer and the Method of using it, que se
publicó en Philosophical Transactions of the Royal Society of London, Volume 72, pp. 163-172. En algunos artículos precedentes Herschel ya había adelantado que estaba trabajando en el desarrollo de un nuevo micrómetro libre de todos los defectos inherentes asociados a los micrómetros de hilos, los cuales hemos enumerado en líneas anteriores.
Figura 4. Lámina original del micrómetro de lámparas publicada junto al artículo de Herschel (Description of a lamp-micrometer and the method of using it, Philosophical Transactions of the Royal Society of London, Volume 72, p.172,1782). Todos los componentes mecánicos descritos en el texto hacen referencia a esta ilustración. Imagen: Harvard University Library, Expeditions and Discoveries: Sponsored Exploration and Scientific Discovery in the Modern Age: (http://pds.lib.harvard.edu/pds/view/11342322)
Todo el artilugio está construido en madera salvo pequeñas piezas como tornillos, tuercas, ejes y otros accesorios auxiliares que fueron hechos de latón. Todas las medidas referidas por Herschel en su artículo están dadas en pulgadas. Aquí las ofrecemos en el S.I. para que el lector se haga una mejor idea de las dimensiones manejadas. Hemos procurado ajustarnos lo más posible a las explicaciones originales de Herschel, además de utilizar su misma nomenclatura para las piezas (designadas mediante letras), si bien, en algunos pasajes, hemos añadido explicaciones adicionales para hacer más comprensible el principio de su funcionamiento. 1. Descripción mecánica. El instrumento (Figura 4) consta de un mástil de 2,74 metros de altura, mantenido en posición vertical por medio de cuatro pies a 90º que sirven de base y están ayudados por otros tantos tirantes inclinados que aportan solidez a la estructura. Sobre el mástil, y orientada a lo largo el diámetro, va montada una tabla semicircular de 355,6 mm de radio que puede desplazarse longitudinalmente sobre él mediante dos abrazaderas dispuestas en la parte posterior y se mantiene en posición por medio de un pasador cónico de madera –insertado a modo de tope en su parte inferior– en cualquiera de los orificios practicados equidistantemente a lo largo de toda la longitud del mástil. En realidad, el semicírculo no es tal, sino que está ensanchado en unos 76 mm para poder alojar los mandos principales del aparato D y P. En el sector semicircular va fijado un brazo L de 762 mm de longitud que puede bascular sobre un eje
enclavado en el centro del círculo. El movimiento del brazo sobre su eje se transmite mediante una cuerda que pasa por una acanaladura mecanizada en el canto del semicírculo. La cuerda se une al brazo mediante un gancho situado en la parte trasera del mismo y, dispuesta a lo largo de la ranura del disco, retorna hasta la polea q para llegar hasta un pequeño tetón (localizado en el plano del semicírculo) donde se conecta un acoplamiento cardán⁶ (Figura 5) solidario al mando P para gobernar el movimiento. Este montaje permite que el brazo L pueda ser colocado a cualquier altitud (o lo que es lo mismo, a cualquier inclinación), desde la posición horizontal hasta la perpendicular, e incluso puede descender por su propio peso por debajo de la línea horizontal hasta el caso extremo de perpendicularidad totalmente opuesta a la anterior (extremo del brazo mirando al suelo). El peso del mando P es suficiente para mantener el brazo en cualquier posición, pero si el movimiento fuera demasiado suave, un muelle de fricción aplicado al cilindro de unión moderará a voluntad la presión. En la parte frontal del brazo L se dispone una pequeña corredera de unos 76 mm de longitud que puede moverse en un ensamblaje en “T”, desde el extremo del brazo hasta el centro del semicírculo. Una cuerda –sujeta al canto izquierdo de la corredera– va hasta el extremo del brazo rodeando la polea m y pasando después por la parte inferior del brazo, desde m hasta n en dirección al centro; desde aquí es conducida por una ranura de forma circular sobre el canto del brazo en su extremo derecho-
para ascender hasta un tetón (igualmente sobre el plano del semicírculo) donde está conectado el segundo mando principal D. Una segunda cuerda se fija a la corredera, ahora en su canto derecho, y es dirigida hacia el centro por la polea n. Una contrapesa w, suspendida en el extremo libre de la cuerda mantiene el sistema en tensión y envía la corredera hacia el centro cuando se imprime un giro contario al mando D. Los mandos principales P y D son dos livianas varas de 3,048 metros de longitud. El mando P podía estar graduado (cerca de su extremo libre) con ciertas divisiones para conocer exactamente la distancia (en pies, pulgadas y décimas de pulgada) que mediaba entre la lámpara fija central y el observador. A este respecto, Herschel contaba con la asistencia infatigable e incondicional de su hermana Caroline, que –según ella comentó– era la encargada de obtener la medida de la distancia con la mayor pulcritud, mientras su hermano permanecía estático ante ocular.
Figura 5. Esquema de la junta cardán. Wikipedia.
2. Las lámparas. En este apartado Herschel pasa a describir las dos lámparas que dan el nombre al micrómetro. Denotadas como a y b son dos pequeñas cajas idénticas de las siguientes dimensiones: alto: 50,8 mm, ancho: 38,1 mm y fondo: 31,75 mm. La cara frontal conforma una puerta corredera en sentido vertical hacia arriba, construida de una fina lámina de latón. Dentro de la lámpara a la llama se sitúa a 7,62 mm de la cara interior izquierda, a la misma distancia de la puerta frontal y a 12,7 mm del fondo. En la lámpara b se ubica a las mismas distancias, pero medidas con relación a la cara interna derecha. La mecha de la lámpara, propiamente dicha (que es una lámpara de aceite común) consistía en una fina hebra de algodón.
Así, la llama producida era muy pequeña y fácil de mantener ardiendo dentro del habitáculo cerrado. En la parte superior de cada lámpara, se definían sendas rendijas muy estrechas (i, k), que junto a otras dos pequeñas aberturas s situadas cerca de la parte superior de las cajas, permitían la suficiente circulación de aire que alimentara la llama. Para evitar cualquier indeseada reflexión de la luz interna, la abertura lateral de la lámpara a estaba practicada a la derecha y la de la lámpara b a la izquierda. Cada puerta corredera frontal tenía un diminuto agujero –realizado con la punta de una aguja muy fina– localizado justo al lado contrario de la posición donde ardían las mechas. Cuando las puertas estaban cerradas, se podían distinguir dos puntos luminosos (l) brillando como dos estrellas de la tercera o la cuarta magnitud, gracias a la luz que salía al exterior a través de los orificios reseñados. La lámpara a estaba dispuesta de tal forma que su punto luminoso coincidía con el centro exacto del semicírculo y se mantenía siempre fija en esta posición. La lámpara b se ubicaba en la pequeña corredera móvil a lo largo del brazo, de tal manera que su punto luminoso, en posición horizontal con respecto al brazo, podía estar a cualquier nivel con relación al punto luminoso central. La lámpara móvil es solidaria a una pieza de latón (R) que a su vez se une a la corredera mediante un clavo pivotante (c) ubicado exactamente detrás de la llama y que permite la oscilación del conjunto para mantener la lámpara siempre vertical gracias a un contrapeso de plomo (W) dispuesto en la parte inferior de la caja. Así, gracias a esta plomada, se asegura la verticalidad de la lámpara independientemente de que el brazo esté por encima o por debajo de la horizontal. En la parte inferior de la chapa R y remachado a ella existe un eje roscado que sirve para fijar la lámpara, mediante la tuerca correspondiente, una vez insertado en un agujero pasante practicado en el contrapeso W. 3. Procedimiento de medición Según Herschel, el telescopio newtoniano es muy recomendable para el uso del micrómetro de lámparas por varias razones de comodidad: el observador siempre permanece erguido y mira en una dirección horizontal, aún en el caso extremo de que el telescopio apunte al zenit. Por otro lado, colocado convenientemente, nunca causa obstrucción a la visión del observador. El micrómetro-
se coloca a una determinada distancia del ojo izquierdo en una línea perpendicular al tubo del telescopio y, tras regular el semicírculo sobre la vertical para que el punto luminoso de la lámpara fija central esté a la misma altura que el ojo, ya es posible pasar a la medición. Herschel anota dos pequeños trucos para mejorar la observación: en el extremo izquierdo del tubo del telescopio practica un rebaje o escote que permita al ojo izquierdo poder ver el micrómetro al completo⁷ y para efectuar un cómodo manejo de los mandos principales, estos se hacen descansar sobre un par de argollas u aros sujetos en el propio tubo del telescopio, consiguiendo así que estén al alcance de la mano. Tras llevar una estrella doble al campo del ocular, esta es vista con el ojo derecho y al mismo tiempo el ojo izquierdo controla el micrómetro. Maniobrando en el mando P, que gobierna la posición del brazo, se debe conseguir colocar los puntos luminosos de las dos lámparas en la misma orientación que muestra la pareja real en el ocular. Seguidamente, se deberá accionar sobre el mando D para llevar el punto luminoso móvil a la misma distancia que muestra el par real. En definitiva, habrá que conseguir que la estrella doble simulada con los puntos luminosos de las lámparas tenga el mismo aspecto en orientación y distancia que las componentes vistas con el ojo derecho. Herschel apunta que con un poco de práctica estas tareas no resultan muy dificultosas, sobre todo si ya se ha adquirido la costumbre de observar con los dos ojos abiertos. Después del ajuste basta medir sobre el micrómetro –con el mayor cuidado posible– la distancia entre los dos puntos luminosos mediante una regla graduada de precisión. Esta medida es la tangente de la separación angular ampliada bajo la cual son vistas las dos estrellas a una distancia ojo izquierdo-punto luminoso fijo determinada (el radio). El ángulo obtenido en este paso será dividido por el número de aumentos empleados en la observación, siendo el resultado de esta operación la buscada distancia angular real (en segundos de arco) entre los centros de las dos estrellas que componen la pareja estudiada 4. Ejemplo real de una medición Herschel ilustra su procedimiento de medición con la estrella doble Alfa Herculis, observada el día 25 de septiembre de 1781. Todos los parámetros numéricos involucrados en la medición (originariamente en pies
y pulgadas ingleses) los hemos convertido en milímetros y en esas unidades realizaremos los cálculos. Según describe Herschel, la distancia desde el ojo izquierdo hasta la lámpara fija central (radio, r) es de poco más de 3 metros (3153,41 mm). La distancia, d, entre los dos puntos luminosos es de 32,131 mm. Usando estas dos longitudes en conjunción con trigonometría básica se obtiene la separación angular ampliada (460 veces) subtendida por los puntos luminosos de las dos lámparas a una distancia r del observador (Figura 6). Aplicando la ecuación de la Figura 6 se obtiene un ángulo ampliado de 35,02', el cual habrá que dividir por los aumentos empleados (460 en este caso) para derivar la distancia angular real entre los centros de las componentes de la estrella doble. El resultado es que la separación de Alfa Herculis es igual a 4,57” (4” 34'''). Finalmente, se comprueba que la escala del micrómetro de lámparas con la configuración indicada y de acuerdo a los valores d, r y 460x es de 7 mm/segundo de arco. Herschel resalta en este punto que, con un aumento de 932, sin incrementar la distancia al micrómetro y en noches especialmente estables llegó a obtener escalas de más de media pulgada por segundo (algo más de 13 mm/segundo de arco) y siempre valores más capaces que con sus otros micrómetros. Para concluir, Herschel alega que el micrómetro de lámparas resultaba muy útil para otros tipos de mediciones, tales como los diámetros de las estrellas fijas, los de las montañas lunares o los de los planetas. Por ejemplo, el 28 de noviembre de 1781 realizó la primera medición de su recién descubierto Georgium Sidus (Urano), obteniendo un resultado de 5,06”, alegando que la noche era inestable y que la imagen acusaba mucha aberración. Esta y otras muchas mediciones fueron publicadas en un artículo titulado On the Diameter and Magnitude of the Georgium Sidus; with a Description of the dark and lucid Disk and Periphery Micrometers. Philosophical Transactions of the Royal Society of London, Volume 73, pp. 4-14, 1783. En este trabajo da cuenta de sus experimentos con varias modificaciones del micrómetro de lámparas, dando lugar a tres variantes: el lucid disk micrometer, el dark disk micrometer y el periphery micrometer; todos ellos destinados a obtener la más precisa medida del diámetro de Urano. .
. En estas observaciones trabajaba solamente con una lámpara, en realidad un farol grande en este caso, capaz de poder albergar hasta tres llamas, las cuales podían encenderse o apagarse independientemente a voluntad según fuera necesario. La puerta corredera frontal se sustituía por otra de cartón fino con un vaciado circular (hizo un conjunto de plantillas cuyos agujeros iban variando sus diámetros en incrementos de 2,54 mm y desde 50,8 mm hasta 127 mm). La plantilla elegida en la observación era cubierta con una o varias hojas de papel blanco o de colores, que podían estar secos o impregnados en aceite para aumentar la transparencia. Todo ello pretendía conseguir un disco artificial que en tamaño y luminosidad igualara el disco real de Urano visto a través del telescopio. La medición se realizaba usando el mismo procedimiento del micrómetro de lámparas original, pero en este caso la distancia d era el diámetro del disco lúcido seleccionado. Esta variante era el lucid disk micrometer. Por el contrario, si la plantilla mostraba un disco oscuro sobre fondo iluminado, se constituía el dark disk micrometer. Finalmente, el efecto que mezclaba los dos anteriores
Figura 6. Representación geométrica de los parámetros involucrados en la medición con el micrómetro de lámparas. (Cortesía del autor).
y permitía ver un delgado anillo iluminado, es decir, solo la periferia del disco de comparación, se bautizó como periphery micrometer. Este último párrafo viene a demostrar, una vez más, el carácter infatigable y paciente de un hombre empeñado en robarle al Universo sus secretos con talento, ingenio y el trabajo de sus manos. Para concluir nuestra exposición, quisiéramos indicar a los lectores que, si existe la oportunidad, no dejen de v i s i t a r e l H e r s c h e l M u s e u m of A s t ro n o m y (https://herschelmuseum.org.uk/), en Bath, ubicado en la que fue su primera casa en Inglaterra. Allí, entre otras muchas cosas interesantes, podrán contemplar una réplica a tamaño real del entrañable micrómetro de lámparas, instrumento algo más conocido, así lo esperamos, a partir de ahora (Figura 7). Por cierto, en la actualidad, el autor de este trabajo de investigación está en proceso de fabricar un lamp-micrometer similar al referido, con la idea de probarlo en la medición de estrellas dobles brillantes y comprobar su rendimiento. Quizás los datos recogidos den cuerpo y esencia a un futuro artículo.
Figura 7. Réplica del micrómetro de lámparas que se expone en el taller de la casa de Herschel en Bath.
Bibliografía de referencia Analyse de la vie et des travaux de Sir William Herschel, M. Arago, PARIS: Bachelier, ImprimaturLibraire, 1843.
Herschel, Hector Macpherson, LONDON: Society for promoting Christian knowledge, NEW YORK: The Macmillan Company, 1919.
The Scientific Papers of Sir William Herschel, Vol I, LONDON: Publicado por The Royal Society and The Royal Astronomical Society y Dulau & Company, LTD, 1912.
William Herschel and His Work, James Sime, EDINBURGH: T. & T. Clark, 1900.
The Herschels and modern astronomy, Agnes Mary Clerke, CASSELL and COMPANY, Limited, LONDON, PARIS & MELBOURNE, 1895.
Sir William Herschel, his life and works, Edward S. Holden, NEW YORK: Charles Scribner's Sons, 743 and 745 Broadway, 1881.
Referencias ¹ En muchas parejas se observaban diferencias de brillo considerable entre las componentes. Según el razonamiento de la época parecía lógico pensar que aquello era debido a las desiguales distancias existentes entre nosotros y cada uno de los astros. Intuitivamente, la estrella más cercana sería, por lógica, la estrella más brillante y, en consecuencia, la más débil se correspondería con la más alejada. Galileo pensó que se podría utilizar este efecto para demostrar que la Tierra giraba alrededor del Sol, según proclamaba el nuevo modelo Copernicano y, a la vez, se podría calcular la distancia a las estrellas. La herramienta utilizada habría de ser la paralaje. Si observamos una estrella cercana en dos instantes de tiempo, separados por seis meses de diferencia, apreciaremos un ligero cambio en la posición del astro con respecto al fondo estelar. En esos seis meses la Tierra habrá recorrido la mitad de su periodo orbital y se hallará por tanto en un punto diametralmente opuesto al que se encontraba cuando realizamos la primera medición. De forma concreta, estamos ante lo que se denomina paralaje anual, por el movimiento de traslación terrestre alrededor del Sol de un año de duración. Durante ese tiempo la posición aparente de la estrella irá desplazándose hasta dibujar una pequeña elipse en el espacio, que no será otra cosa sino el reflejo de la órbita de la Tierra. Es lo que se denomina movimiento paraláctico. La distancia angular entre el borde y el centro de la elipse trazada será la paralaje estelar. ² Su hijo, John Herschel, publicó en 1867 una recopilación de la totalidad de sus observaciones de estrellas dobles: A Synopsis of all Sir William Herschel's Micrometrical Measurements and Estimated Positions and Distances of the Double Stars described by him, together with a Catalogue of those Stars in order of Right Ascension, for the epoch 1880.0, so far as they capable of identification. Memoirs of the Royal Astronomical Society, 35. S. 21-136. ³Aunque ya hizo un adelanto de su descubrimiento un año antes –en su catálogo de nebulosas y cúmulos– la publicación oficial del mismo tuvo lugar en junio de 1803: Account of the Changes that have happened, during the last Twenty-five Years, in the relative Situation of Double-stars; with an Investigation of the Cause to which they are owing (Descripción de los cambios que han ocurrido en los últimos veinticinco años, en la relativa posición de estrellas dobles, con una investigación de las causas por las cuales han ocurrido), Philosophical Transactions of the Royal Society of
London, Part 1, Vol. 93, pp. 339-382. Aquí Herschel escribe: “Procederé ahora, por consiguiente, a dar cuenta de una serie de observaciones de estrellas dobles, comprendiendo un periodo de alrededor de veinticinco años con las cuales, si no estoy equivocado, se probará que algunas de ellas no son meramente dobles en apariencia, sino que pueden ser combinaciones binarias reales de dos estrellas, mantenidas juntas íntimamente por los lazos de su mutua atracción“. ⁴Edward Nairne (1726-1806) y Thomas Blunt (-1823). Nairne fue un reputado fabricante inglés de instrumentos científicos. Entre 1774 y 1793 formó sociedad con Blunt que había sido su aprendiz desde 1760. ⁵El cometa descrito en este artículo resultará ser el planeta Urano. ⁶El cardán es un componente mecánico, descrito por primera vez por Gerolamo Cardano, o Girolamo Cardan (1501-1576), que permite unir dos ejes que giran en ángulo uno respecto del otro y cuya orientación relativa puede cambiar a lo largo del movimiento. Su objetivo es transmitir el movimiento de rotación de un eje al otro a pesar de ese ángulo. ⁷Para entender mejor el fundamento de esta sugerencia convendría recordar que los telescopios de Herschel no eran newtonianos en un sentido estricto. Los espejos metálicos esféricos que Herschel fabricó se colocaban inclinados con respecto al eje del tubo y además estaban desplazados respecto de su centro. La imagen focal se formaba en algún punto cercano al borde inferior del tubo y allí era donde se colocaba el ocular. El observador se colocaba mirando a la propia boca del tubo y de ahí la justificación de realizar un escote lateral izquierdo que permitiera ver el micrómetro de lámparas. Con esta configuración Herschel evitaba tener que intercalar el espejo secundario plano típico de los reflectores de Newton y se aprovechaba al máximo el poder colector de luz del espejo. Esto era vital para Herschel pues, como hemos visto, observaba a grandes aumentos, sin olvidar la paulatina pérdida de reflexión de los espejos metálicos que, al empañarse muy a menudo, provocaban una considerable merma en el rendimiento del instrumento.
Cómo estudiar científicamente los Fenómenos Lunares Transitorios Alberto Anunziato - Miembro Directivo LIADA; Coordinador Sección Lunar LIADA y Miembro Fundador Sociedad Lunar Argentina (SLA). Paraná, Entre Ríos, Argentina albertoanunziato@yahoo.com.ar
Uno de los sujetos más controvertidos de la astronomía planetaria es el de los “Fenómenos Lunares Transitorios” o FLT (también conocidos por la sigla en inglés LTP, “lunar transient phenomena”). Son cambios repentinos de color, brillo o luminosidad en la superficie lunar de corta duración cuya causa se desconoce y que aparentemente no dejan cambios visibles permanentes. La transitoriedad como característica fundamental de estas observaciones anómalas y esporádicas lleva a que algunos críticos se refirieran a los FLT como “evidencia anecdótica…rozando la pseudociencia”. La epistemología nos ha enseñado que esas “evidencias anecdóticas” suelen repetirse y transformarse en evidencia científica, muchas veces desafiando un paradigma. Pensemos en los meteoritos, el rayo verde o los rayos en bola. A veces, esas observaciones esporádicas resultan insuficientes como evidencia, como las observaciones del supuesto planeta Vulcano que siguieron a la hipótesis de un planeta interior que explicara las anomalías orbitales de Mercurio. Los más reconocidos astrónomos han observado anomalías en la superficie lunar, desde Edmond Halley y Charles Messier hasta Clyde Tombaugh y Patrick Moore, muchos de ellos expertos en la Luna como William Pickering, Johan Schröter y Franz von Gruithuisen. Esas anomalías se fueron repitiendo en tiempos más cercanos y a las observaciones visuales se incorporó evidencia fotográfica e incluso espectografías como la famosa observación de Alphonsus por Kozyrev en 1959. Una rápida revision de los reportes más famosos desmiente las objeciones que suelen realizarse a las observaciones de FLT. No siempre son observaciones de un único astrónomo inexperto. El FLT registrado en Aristarchus en 1963 por el equipo de cartógrafos del USAF Lunar Mapping Program para las misiones Apolo fue observado por dos observatorios independientemente, y quien lo observó primero llevaba 108 horas de observación de la zona. No siempre son efectos atmosféricos, de lo que dan cuenta los FLT observados por astronautas de las misiones Apolo, especialmente el que observaron Amstrong y Aldrin en Aristarchus a
pedido de un observatorio en Alemania. Hay FLT observados y registrados por científicos planetarios, como el obser vado por Audouin Dollfus del Observatorio de Paris en Langrenus, como parte de un programa de análisis con polarimetría de la Luna y planetas interiores. Nuestro asunto fue un tema científico candente durante los años de la carrera espacial. Los proyectos de búsqueda sistemática de los elusivos FLT se m u l t i p l i c a ro n , i n v o l u c r a n d o a a s t ró n o m o s profesionales y amateurs, como la Operation Moon Blink (1964-1966), del Goddard SFC de NASA, el Corralitos Observatory L.T.P. Monitoring Program (1965-1972) y el Lunar International Observing Network (LION) durante las misiones Apollo 8 a 12. Los repetidos eventos obser vados en el área de Aristarchus motivaron que la elección del sitio de alunizaje de la cancelada misión Apolo XVIII recayera en el Vallis Schröteri. Pero la Luna pasó de moda en la década de los '80 y los científicos planetarios se dedicaron a otros objetivos, con la excepción de la ALPO Clementine Campaign (en 1994 la Association of Lunar and Planetar y Obser ver s organizó una red de observadores para cubrir la misión lunar de la sonda Clementine). Ante la indiferencia de los estudios planetarios, los divulgadores (Crotts, 2009:13) sobreactuaron su cientificismo e instalaron un manto de negacionismo disfrazado de escepticismo sobre los FLT, bajo la premisa de que no se producen otros cambios en la superficie lunar que no sean derivados de los impactos de meteoros (previamente incluso se negaba la posibilidad de registrar dichos impactos desde la Tierra) y con la crítica parcial de los reportes, incluso valiéndose de argumentos ad hominem. Otro argumento fue la disminución del número de reportes en estos últimos años, lo que se explica por el cambio esencial de los parámetros de la observación lunar que repercute sobre nuestro tema. Después de siglos de observación detallada a través del telescopio, esencial para cartografiar la Luna, la observación visual fue reemplazada por la astrofotografía “wich had the unfortunate effect of suppressing sensitivity -
to TLPs due to the decreased observational sampling cadence of photographic plates with respect to the human eye, as well as the loss of prompt color information. I speculate that for this reason, reports of TLPs by profesional astronomers began to die out” (Crotts, 2009:13) El tratamiento científico de nuestro tema no sólo comprende la observación y reporte detallados de los FLT (que los valida individualmente) sino también la elaboración de catálogos como los de Barbara Middlehurst y Patrick Moore (1968) y Winnifred Cameron (1978), que permitió la sistematización de los datos. Del análisis de dichos catálogos surgieron en los primeros análisis parámetros que marcan t e n d e n c i a s : l o s F LT p a r e c e n p r o d u c i r s e mayoritariamente en el perigeo lunar, en fase de luna llena, durante el amanecer en cada accidente y cuando la Luna se encuentra en la cola magnética de la Tierra (Crotts, 2009:31). Dichas tendencias, sin embargo, no son relevantes, sea por no reflejar un porcentaje significativo de los casos o por no corresponder con una posible hipótesis explicativa. Los análisis contemporáneos de los datos contenidos en los catálogos, realizados principalmente por Arlin Crotts y su equipo de la Columbia University, han sido mucho más fructíferos. Estos autores examinaron los catálogos de FLT para determinar si el factor humano (bias de observación) genera la distribución espacial de los reportes en la Luna, a través de distintos filtros observacionales. Por ejemplo si Aristarchus (donde se han reportado el mayor número) se relaciona con los FLT por una causa intrínseca o porque es más observado. La rica historia de la astronomía lunar juega un rol preponderante en ese análisis, por ejemplo, a partir de la observación de Kozyrev Alphonsus fue uno de los cráteres preferidos de los observadores lunares. Depurada de los probables factores históricos de distorsión, la base de datos contenidas en los catálogos ya mencionados permite un resultado valioso: acceder a la siguiente distribución espacial de los FLT: 46.7% en Aristarchus/Vallis Schroteri, 15.6% Plato, 4.1% Mare Crisium, 2.8% Tycho, 2.1% Kepler, 1.6% Grimaldi, 1.4% Copernicus y el restante 25,7% repartido entre los demás accidentes con porcentajes de 1,1% o menos. Hay una estructura dada por la ubicación espacial en la superficie lunar de las observaciones, que no es aleatoria-como cabría esperar si fueran causadas exclusivamente por impactos meteoríticos o por
simples errores en la observación. Los FLT se producen en las zonas de bordes entre los maria y las tierras altas (“Highlands”), así como en todas las demás zonas en las que la corteza lunar es débil como f a l l a s , g r i e t a s , c r á t e re s c o n e v i d e n c i a d e deslizamientos en sus paredes o de fracturas en su fondo, así como también en zonas de antigua actividad volcánica. Si teníamos reportes que en sí mismos eran evidencia científica de una anomalía-cambio transitorio en la superficie lunar-pero no podía ser explicados por una hipótesis plausible, analizar sin prejuicios la base de datos que contenía dichos reportes permitió aventurar hipótesis como la de la termoluminiscencia o las descargas eléctricas tipo relámpagos por fracturas de rocas provocadas por seismos. El resultado más espectacular de la sistematización de la base de datos se logró con la combinación de datos científicos surgidos de experimentos en laboratorio y recogidos por distintas misiones lunares. Analizar la base datos permitió a Crotts encontrar que la distribución espacial de los FLT es consistente con los sitios de episodios de afloramiento (“outgassing”) de radón (222Rn) detectados por las misiones Apolo XV y XVI y Lunar Prospector. A su vez el radón es un gas trazador y en la Tierra está relacionado con la actividad sísmica. La revisión en 2006 de los datos de los sismógrafos instalados por las misiones Apolo muestra que hay actividad sísmica relevante en la Luna y que se localiza en el borde de los mares. Un mecanismo consistente con la generación de FLT cuya luminosidad sea la suficiente como para ser observados en la cara iluminada por el Sol sería el siguiente: 1.-La actividad sísmica residual expulsa gases que logran escapar por zonas de debilidad de la corteza lunar, seguramente a través de reiterados microestallidos. 2.- Los afloramientos de gas levantan una nube de micropartículas de polvo que forman el regolito lunar y que puede mantenerse sobre la superficie ayudada por fuerzas electrostáticas. 3.- Esa nube de polvo fluidizado (suelto) puede producir: 3-A: el oscurecimiento de una zona determinada. 3-B: más frecuentemente, un aumento de albedo temporal por:
3-B-a: emisión de luz 3-B-b: modulación de luz incidental El modelo teórico para la producción de FLT a través de ese mecanismo ya se encontraba en el trabajo de Geake y Mills citado en la bibliografía y fue probado en laboratorio con muestras lunares (como se puede leer en el trabajo de Garlick también citado). Lo que es interesante es que la plausibilidad de la hipótesis planteada validaría a posteriori los miles de reportes visuales que obser vaban fenómenos claramente similares a los descriptos por el modelo. La hipótesis de los afloramientos de gas interactuando con el regolito lunar en determinados sitios permitiría, de existir los recursos y la voluntad de continuar con investigaciones como la de Crotts, estudiar sistemáticamente dichos sitios. El equipo de Crotts no se limitó a postular la hipótesis sino que desarrolló un programa de búsqueda, el Robotic Lunar Imaging Monitor usandos dos telescopios, uno en New York y el otro en el Cerro Tololo Interamerican Observatory en Chile, que consiste en un monitoreo constante con dos cámaras de distinta resolución y búsqueda de diferencias entre imágenes consecutivas (usando algoritmos). Pero la característica esencial de estos fenómenos, esporádicos y transitorios, dificulta en extremo la posibilidad de una rápida confirmación de la hipótesis de Crotts-o cualquier otra. Sin embargo, su estudio sistemático puede avanzar paralelamente por otro camino: trabajar sobre la base de datos de los reportes contenidos en los catálogos. Sabemos que los accidentes lunares presentan un aspecto muy variado de acuerdo a cómo incide la iluminación solar, a lo que hay que añadir los “estiramientos” de la superficie lunar por el movimiento de libración, producto de la atracción gravitatoria de la Tierra. Ambas condiciones hacen que cada observación lunar capte un momento casi único de un accidente determinado. Por ello, es muy fácil que cualquier observador tome como una anomalía (FLT) lo que no son más que las condiciones “extraordinarias” de luz y sombra del accidente en un momento dado, condiciones que no se han repetido para ningún otro observador pero que se repetirán si se reproduce exactamente la observación. Tendemos a olvidar, en la ilusión de que conocemos casi todo de la Luna desde las misiones Apolo, las enormes diferencias que presenta un cráter en las
distintas fases de la lunación. Muchos de los antiguos reportes provienen de expertos lunares, que conocían con exactitud la apariencia normal de cualquier accidente lunar en distintas condiciones de iluminación y podían afirmar cuando un pico central estaba más brillante de lo normal, el suelo de un cráter más oscuro o si la mancha brillante en el lado oscuro es la parte alta del borde de un cráter que refleja los primeros rayos del Sol. Con el abandono de la observación lunar (y planetaria) a gran escala los obser vadores carecen por completo de ese conocimiento y no sabrían distinguir un FLT que estuvieran observando, especialmente los más sutiles. El auge de la astrofotografía amateur no ayuda tampoco, ya que pocas veces esas imágenes se analizan, muchos FLT son demasiado difusos incluso para ser captados por la cámara o se pierden en el procesado. El riesgo de no registrar un FLT es paralelo con otro riesgo generado por las mismas causas antes expresadas: el de que el observador que no conoce la apariencia normal del accidente observado en el momento exacto en el que se produce la observación, reporte como anómalo algo que forma parte de la apariencia normal de dicho accidente en las condiciones de iluminación de la fase de observación. A partir de la presunción de que muchos de los reportes históricos de FLT son interpretaciones incorrectas de la superficie lunar por observadores inexpertos, el “Proyecto de Verificación/Eliminación de Reportes Históricos de Fenómenos Lunares Transitorios” dentro del “Programa de Detección de Cambios Geológicos Lunares” que llevan adelante la Association of Lunar and Planetary Observers (ALPO), la British Astronomical Association (BAA) y la Aberystwyth University (en Gales), se propone verificar cómo es la apariencia normal de un área de la Luna en las mismas condiciones de observación (iluminación y libración) en las que se produjo un fenómeno lunar transitorio en el pasado. Repetir exactamente una observación antigua permite comprobar si la “anomalía” observada es tal o si es simplemente un efecto de la atmósfera terrestre o, más comúnmente, un error de interpretación de las condiciones de la superficie lunar en ese momento exacto, condiciones infrecuentes pero no anormales, por falta de conocimiento del observador. Aquí entran las condiciones de iluminación y libración. El programa se propone eliminar gradualmente “los reportes de FLT menos confiables de nuestra lista -
y reajustando el valor observacional de los demás”, en palabras de su director, Anthony Cook (astrofísico de la University of Aberystwyth) y es un claro ejemplo de colaboración entre astrónomos profesionales y amateurs (PRO-AM). El Director del Programa elabora mensualmente una guía de observación en la que se detallan posibles horarios de observación para distintas ubicaciones geográficas. De acuerdo a sus posibilidades, astrónomos de todo el mundo cumplen con las observaciones requeridas. ¿Qué se hace con nuestras observaciones? Se compara nuestro reporte y/o imagen o video con el reporte de FLT histórico para comprobar si el evento reportado se ha repetido en nuestra observación. De repetirse dicho evento, sería un indicio de que lo que vio el primer observador es la apariencia rara del accidente lunar observado (por iluminación solar y libración) pero que se repite cada vez que se dan las mismas condiciones. Si no se repite, sería un indicio a favor de la existencia del FLT. Por supuesto, una sola obser vación no es determinante, por lo que las observaciones sirven para revisar la gradación que al FLT se le ha asignado en los distintos catálogos existentes. Astrónomos amateur de la LIADA provenientes de distintos países (Bolivia, Argentina, Uruguay y
Colombia) colaboran activamente desde 2015 con dicho programa, realizando observaciones de los accidentes lunares indicados para nuestra zona en los días y horarios predeterminados. Al cumplir nuestras observaciones con los estrictos estándares de calidad de la Association of Lunar and Planetary Observers, desde la edición de agosto de 2015 hasta la fecha nuestras observaciones han sido incluidas en todas las ediciones mensuales de “The Lunar Observer”, la revista mensual de observación lunar más prestigiosa a nivel mundial, así como la “Lunar Section Circular” de la British Astronomical Association, y también han servido para el análisis de centenares de reportes históricos de Fenómenos Lunares Transitorios. La información contenida en los catálogos de FLT, que ya probó su valor para elaborar hipótesis, es refinada constantemente por el programa del que participamos como Sección Lunar de la LIADA, ampliando las posibilidades de su uso por la ciencia p l a n e t a r i a y p e r m i t i e n d o a m p l i a r n u e s t ro conocimiento geológico de la Luna, con lo que ello implica en términos futuros: minería lunar y bases transitorias o permanentes, que se instalarían muy probablemente en zonas sujetas a cambios de los que los FLT serían manifestaciones visibles.
En la zona del cráter Aristarchus y sus alrededores se han producido casi la mitad de los FLT reportados. Crédito: Luis Francisco Alsina Cardinali
Bibliografía Crotts, Arlin P., “Transient Lunar Phenomena: Regularity and reality”, The Astrophysical Journal 697, 1-15, American Astronomical Society, 2009.
Vol.3, 2681-2687, The MIT Press, Boston, 1972.
Dollfus, Audouin, “Langrenus Illuminations on the Moon”, Icarus 146, 430-443, Elsevier, 2000.
Geake et al., “Possible Physical processes causing transient lunar events”, Physics of the Earth and Planetary Interiors 14, 299-320, Elsevier, Amsterdam, 1977.
Garlick, G.F.J. et al., “An explanation of transient lunar phenomena from studies of static and fluidized lunar dust layers”, Geochimica et Cosmochimica Acta,
O'Connell et al, “Revisiting the 1963 'Aristarchus event'”, Journal of British Astronomical Association 123-4, 197-208, London, 2013.
Muestras de las rocas de las misiones Apollo capturaron momentos clave de la historia temprana de la Luna Muestras de rocas volcánicas recogidas durante las misiones Apollo de NASA contienen la firma isotópica de eventos clave en la evolución temprana de la Luna, según un análisis nuevo. Esos eventos incluyen la formación del núcleo de hierro de la Luna, así como la cristalización del océano de magma lunar (el mar de roca fundida que se piensa que cubrió la Luna durante unos 100 millones de años después de su formación). El estudio de 67 muestras de vidrios volcánicos y de las diminutas bolas de lava fundida atrapadas dentro de cristales en los vidrios, ha revelado que las lavas
procedían de diferentes lugares del interior de la Luna, con una gran variedad de proporciones entre isótopos de azufre. La proporción del isótopo más ligero en algunos de los vidrios volcánicos indica la segregación del núcleo de hierro en la Luna temprana fundida. Los valores del isótopo más pesado pueden explicarse por el enfriamiento y cristalización de la Luna temprana fundida.
La Luna de la Tierra estaba tan caliente en el pasado que su manto era de magma fundido. Créditos: NASA/Goddard Space Flight Center/Conceptual Image Lab).
El Papa, la Náutica y la Astronomía Fernando Albornoz. Piloto de Marina Mercante (Escuela Naval, R. O. del Uruguay). Docente de Astronomía y Geografía (Consejo de Educación Secundaria). Socio fundador de la Asoc. de Prof. De Astronomía del Uruguay (APAU). observatorio.nautico@gmail.com
“A ti te daré las llaves del Reino de los Cielos y lo que ates en la Tierra quedará atado también en los Cielos, y lo que desates en la Tierra también será desatado en los Cielos” Evangelio de Mateo (Nuevo Testamento) Escribí el presente trabajo hace ya tiempo y para publicarlo ahora aquí, fue necesario hacer algunos ajustes de rigor. En verdad hay algunas citas e información que no recuerdo claramente cómo las obtuve y por tal motivo me disculpo. Pero todo lo que aquí expongo es verificable. Doy fe de ello. Hace algunos años atrás llegaba a la ciudad de Montevideo un ciudadano ilustre de origen polaco del cual yo debía ser parte de su custodia, función para la cual fui previamente invitado y luego seleccionado junto a otros tantos hombres jóvenes católicos. Era la primera vez que un Papa venía al Uruguay, un país que muchos ni saben de su existencia, cosa que comprobé en mis viajes como marino, aunque en esta oportunidad no lo hacía como cabeza de la Iglesia sino como Presidente del Estado Vaticano. Y si bien políticamente un Papa es considerado un primer mandatario más de un estado soberano, su calidad religiosa tan particular no hacía que fuera bien visto si aparecía rodeado por una guardia armada. Así que la nuestra no lo era y debíamos cuidarlo de cualquier acción en su contra que se pudiera perpetrar y que felizmente no ocurrieron.
Pero al tiempo renunció a su cargo aduciendo razones de salud relacionadas a su avanzada edad (cumplío 86 años el 16 de abril de 2013). La anterior abdicación papal fue la de Gregorio XII en 1415, hace unos 600 años, y lo hizo para terminar con una situación conflictiva política interna de la Iglesia donde varios miembros decían ser el Papa. Si digo que son sucesos trascendentes, es porque el personaje del “Papa” continúa siendo hoy para el mundo, un referente moral donde millones de seres humanos esperan oír su opinión, que consideran f u n d a m e n t a l , p a r a j u z g a r s o b re a s p e c t o s relacionados al avance de la civilización. Esa opinión o consejo es considerado “infalible” por la Iglesia, pero solo en cuestiones de fe, magisterio eclesiástico y liturgia, porque en otras cosas el Papa, como cualquier mortal, puede equivocarse. Pero tal vez la mayor sorpresa la constituye el nuevo elegido para ocupar el trono de Pedro tras la renuncia de Ratzinger, que fue el Cardenal Jorge Bergoglio; un jesuita argentino acostumbrado a viajar en la montonera del subte porteño, a tomar mate y es hincha del Club San Lorenzo de Almagro. Así que: primer Papa nacido fuera de Europa y territorios adyacentes, primer Papa latinoamericano, primer Papa jesuita y primer Papa en usar el nombre “Francisco”. Una conocida empresa de transporte marítimo que opera en el Río de la Plata, ha bautizado su última nave con el nombre de “Francisco Papa” en un claro homenaje al aludido jefe religioso y hasta debajo del nombre se dibujó en el casco la bandera “P” del Código Internacional de Señales que justamente se la denomina “Papa”, algo que ampliaré más adelante.
Juan Pablo II, vino a concretar en los papeles, algo que logró de palabra unos pocos años antes y que evitó una guerra entre dos naciones hermanas: Argentina y Chile, originada en el sur del continente, en el llamado Canal de Beagle. Y así confirmó su función de “Pontífice” que significa “el que tiende puentes”.
El término “Papa” se usa como título para quien ostenta el cargo de Obispo de Roma y simultáneamente es jefe de la Iglesia Católica y soberano político del Estado Vaticano.
En 2005 el 2 de abril, Karol Józef Wojtyla, que en verdad así se llamaba, dejaba este mundo y con él su cargo que fuera asignado al alemán Joseph Aloisius Ratzinger elegido el 19 de abril de ese año como el pontífice nº 265 y que adoptara el nombre de Benedicto XVI.
El origen de dicho término es discutido, pero parece apuntar a las iniciales de: “Petri Apostoli Potestatem Accipiens” (El que recibe la Potestad del Apóstol Pedro). Puede también significar “tutor” o “padre” o tal vez “papá” según el latín. No olvidemos que a un presbítero católico normalmente también se lo llama-
“padre”. Otras formas de referirse al Papa son: Su Santidad, Pontífice, Santo Padre y Vicario de Cristo en la Tierra. Se llega al cargo de Papa no por decisión unánime sino por votación secreta de un consejo de consultores eclesiásticos llamados “Cardenales”. No se gana por mayoría simple, sino por dos tercios más uno de votos a favor, y es costumbre anunciar el éxito del acuerdo sobre el elegido, emitiendo humo blanco por una chimenea a la vista del público, que se concentra pacientemente en la plaza vaticana, hasta haber una definición. La proximidad a Roma tal vez sea la causa que hizo que la mayoría de los papas fueran italianos, 212 en total. Las mejores oportunidades para una exitosa carrera eclesiástica, sin duda estaría entre la gente de la región. Pero la globalización como la que hoy experimentamos y para la cual las distancias no son un problema, ha cambiado esa realidad. Las grandes variaciones que han sufrido tanto las fronteras territoriales como las condiciones de los pueblos desde el Imperio Romano hasta el presente, dificultan el establecer con precisión cuántos pontífices hubo por nacionalidad. Hay inclusive Papas de los cuales no es certero su lugar de nacimiento. Pero en líneas generales, desde San Pedro, primero en el cargo, hasta Joseph Ratzinger, los hubo de variados orígenes provenientes principalmente de las naciones pertenecientes a la región mediterránea europea, a saber: 11 griegos, 17 franceses, 6 sirios, 6 alemanes, 3 españoles, 3 africanos, 2 de la antigua Dalmacia, un portugués, un inglés, un holandés, un cretense y un polaco. Y a partir del 13 de marzo de 2013, un argentino. Y como el mundo fue cambiando, los papas debieron estar atentos al respecto y proceder a opinar en consecuencia a los cambios. Analizando sus actuaciones hubo de todo, desde las más hermosas actitudes altruistas dignas de ser contadas, hasta otras dolorosas, avergonzantes y mezquinas que prefiero al menos en este trabajo no hablar de ellas. Esto también incluye a su posición frente a la ciencia donde los hubo más abiertos y dispuestos a aceptar las concluyentes verdades científicas, que la cada vez más sofisticada observación revelaba a los investigadores, y también hubo otros quienes pocos interés mostraron y aún menos colaboración dieron en cuanto a progresar en ideas. Pero la posibilidad de no involucrarse en temas de las ciencias naturales, fue
cada vez menor a medida que pasaba el tiempo. De mi parte he tratado de recopilar crónicas sobre aquellos pontífices de todos los tiempos, que de alguna manera se vieron claramente involucrados en los aspectos científicos. Espero que las mismas sean de utilidad y que con ellas los docentes puedan enriquecer sus clases. Los relatos evangélicos narran la historia de un grupo de pescadores que reclutó Jesús a orillas del lago Tiberíades (llamado también mar de Galilea) que es un espejo de agua dulce cerrado y ubicado en el norte de Palestina. El predicador vio en estos hombres fuerza de carácter y poder de decisión. Fueron sus primeros seguidores. Posteriormente se incorporaron otros discípulos y a todos les encargó la misión de llevar por el mundo la “buena nueva” o “evangelio”. Pero Jesús dio también a su conjunto una estructura jerárquica basada posiblemente en el antiguo Consejo o “Sanedrín” judío. De todos ellos nombró 12 a los cuales llamó “apóstoles” y los puso al frente del grupo humano que de 70 pasó a ser de 500 personas según narra el evangelista Lucas. Hay que recordar que el “12” es un número significativo en la cultura hebrea, ya que, según las escrituras, el pueblo de Israel fue resultado de la alianza formada por 12 tribus semitas. El valor 12, está asociado a las 12 lunaciones anuales que dieron a su vez origen a los 12 meses del año y a las 12 casillas del Sol en el zodíaco, tal y como lo establecieran los astrónomos egipcios y caldeos y que fuera aceptado en toda la región mediterránea. Es curioso que también el panteón griego posea 12 divinidades primarias (6 varones y 6 mujeres). Y de entre esos 12 apóstoles, seleccionó como cabeza a Simón hijo de Jonás, al cual rebautizó “Cefas” (Pietro o Pedro que significa “roca” o “cimiento”) y que a la larga fuera el primer Papa. Le otorgó la autoridad de atar y desatar (permitir y prohibir). Este tosco pescador que posiblemente no fuera muy ducho en lectoescritura, contaba no obstante con óptimas condiciones para llevar adelante esa naciente Iglesia que debería abrirse camino en medio de un complejo y turbulento mundo que el Imperio Romano a duras penas intentaba controlar y no siempre con éxito, pues eran extensos los territorios conquistados, diversos culturalmente los pueblos vasallos y sufría constantes agresiones de las tribus nómadas de bárbaros que llegaban en oleadas a la Europa antigua y padecía las rivalidades de poder internas que hasta lo terminaron fracturando en dos.
Un imperio cuya capital Roma era ciudad cosmopolita donde se practicaban todos los cultos religiosos conocidos del mundo antiguo; síntoma de que estaba bien necesitado de valores espirituales. La tradición eclesiástica cuenta que Pedro dirigió su misión evangelizadora hacia la capital imperial y murió crucificado en dicha ciudad luego de llevar adelante su magisterio apostólico. Lo hizo con la cabeza hacia abajo, según se dice, él lo pidió así para que, con el tiempo, no se confundiera su martirio con el de su maestro Jesús. El templo principal del papado situado mismo en el corazón de Roma, lleva su nombre y la tradición establece que allí se encuentra la tumba del apóstol. Astronomía y Religión han marchado juntas por el camino de la civilización desde los orígenes del hombre hasta nuestros días. Para marcar las fechas de las festividades cristianas, la Iglesia Católica Apostólica Romana marcó reglas astronómicas concretas y hasta definió el carácter social de las mismas. Es bueno recordar que muchas solemnidades del cristianismo son de origen judío, como la Pascua y Pentecostés, y se ha respetado la tradición de fijarlas de acuerdo a la fase de la Luna. Otras más modernas instituidas a posterior de la entrada en vigencia del calendario juliano, son de carácter solar, como Navidad y Epifanía. Dichas reglas calendarias buscaban por un lado desplazar los festejos paganos y por otro unificar criterios de celebración, dado que las primeras comunidades seguidoras de Cristo dispersas por el mundo greco romano, no coincidían en las fechas de los festejos. Hasta hoy se las sigue atendiendo, como la de Julio I, que fijó la Navidad el 25 de diciembre para que de esa forma la gente abandonara el culto al Sol que solía celebrarse ese día a comienzos del invierno del hemisferio Norte. Por su parte, Pío I implantó la celebración de la Pascua cristiana, el domingo después del plenilunio de marzo, regla que posteriormente en el Concilio de Nicea, durante el papado de Silvestre I fue modificada haciendo que el domingo de Pascua fuera el primer domingo después de la luna llena que se produce en 21 de marzo o a posterior; así la cristiandad toda, festejaría la Resurrección de Jesús en la misma fecha. Uno de los pontífices más conocidos asociado al quehacer astronómico por su participación en la reestructura del calendario es Gregorio XIII, que efectuó la segunda gran reforma que entrara en
vigencia en octubre de 1582 y que dio origen al l l a m a d o “c a l e n d a r i o g re g o r i a n o”, q u e h o y internacionalmente el mundo aplica en cuestiones sociales de política y economía. En este proceso se quitaron 10 días de corrido, lapso del defasaje existente entre la fecha contabilizada y la posición real en la eclíptica del Sol, pasándose del atardecer del 4 de octubre al amanecer del 15 del mismo mes. A partir de entonces se eliminan los bisiestos de los años seculares que no son divisibles entre 400. El pontífice tomó esta medida porque el defasaje del Sol con la fecha, provocaba que los cristianos celebraran la Pascua antes del 21 de marzo contra la regla eclesiástica establecida que indica hacerlo después. Parece que el Papa argumentó algo así como que: “las naciones católicas contarán bien el tiempo a partir de ahora; el resto del mundo verá lo que hace”. Evidentemente muchos países, principalmente los de confesión cristiana Ortodoxa y otros de Asia, se negaron a aceptar el nuevo sistema tan solo por haber sido concebido a instancias de un Papa católico. A principios del siglo XX, el calendario gregoriano comenzó a generalizarse pues fue aceptado por Rusia, Grecia, Rumania, Turquía y otros estados. En mi muy modesta opinión 1930 debería ser considerado el año de la “globalización concretada” al anunciar China la aceptación de dicho calendario y siendo la última nación en hacerlo, aunque posiblemente lo vinieran aplicando desde antes. Pero en lo cultural religioso aún hay comunidades que no lo han aceptado como los cristianos Ortodoxos de Oriente y los Coptos de Egipto. Muchos se preguntarán qué tiene que ver históricamente la Iglesia con la Náutica, pues aquí van algunos detalles interesantes. En el mundo antiguo, sin aviones ni ferrocarril, los barcos eran las piezas claves para llevar adelante las conquistas y el comercio, pues unían continentes transportando tropas y mercancías exóticas. Es natural así que reyes, emperadores y pontífices consideraran estratégicas las actividades navieras para sus intereses políticos. No olvidemos que las expediciones de Cristóbal Colón contaban con el aval de la Iglesia, pues se suponía que amén de la posibilidad de descubrir nuevos territorios para usar sus recursos, se procuraría extender el cristianismo por los mismos. Colón se vio obligado inclusive a cambiar el nombre de la nave insignia de la flota por uno más apropiado según su -
misión evangelizadora y así la llamó “Santa María” aunque la pobre Nao no logró ni siquiera completar un viaje.
del viejo como del nuevo mundo, donde hasta eran mayores las reservas en los mares contiguos a los actuales territorios canadienses.
Pero la Náutica, disciplina tradicionalmente asociada a la Astronomía y la Geografía, comenzó a crear problemas geopolíticos principalmente entre España y Portugal cuando los navegantes se animaron a salir lejos de las aguas tradicionalmente navegables, y se agravaron aún más una vez que Colón llegara a América. Juan II rey de Portugal, afirmaba que Colón había violado el Tratado de Alcacovas y Toledo. Los monarcas españoles negaban el hecho pues Colón no había invadido las aguas al sur de las Canarias. En 1493, luego de infructuosas negociaciones, los reyes católicos solicitaron mediación al papa Alejandro VI, con la intención de que terminara el conflicto. El pontífice preparó 5 edictos conocidas como las “bulas de donación a los reyes de Castilla”. En la primera (primera bula Inter coetera), dona a los reyes todas las tierras de occidente que no pertenezcan a otros príncipes cristianos y el hecho lo reafirma en su segunda bula (Eximiae Devotionis). En la tercera, (segunda bula Inter Coetera), se fija una línea divisoria 100 leguas al oeste de los archipiélagos de Azores y Cabo Verde, dividiéndose el mundo en dos hemisferios: el occidental español y el oriental portugués. Pero al ser diferentes las longitudes geográficas de los lugares en cuestión, la línea no coincidía con un meridiano. Esto dio lugar a un nuevo tratado en 1494 entre los dos países: el de Tordesillas. La quinta bula (Piis Fidelium) otorga todo el poder espiritual a Fray Bernardo Boil para extender el cristianismo en las nuevas tierras descubiertas, que también serán de dominio de España más allá de las descubiertas por Colón, según lo establece la quinta y última bula (Dudum Siquidem).
La Iglesia era también una autoridad que marcaba las pautas científicas. Silvestre II, fomentó la numeración arábiga; era conocedor de las Matemáticas, la Física y la Astronomía, aunque su afán por el saber y gusto por la lectura lo hizo incursionar en el campo del esoterismo, la Alquimia, la Cábala y otros temas del ocultismo que hizo que algunos lo tildaran de “hechicero”. Construyó relojes de agua, astrolabios y ábacos. Este Papa tuvo que soportar la desbandada que significó el supuesto “fin del mundo” al comienzo del año 1000. No fue el único papa en construir ingenios astronómicos; también Pío X construía relojes solares, aunque lo hizo algunos siglos después.
Por su parte, Brian Fagan, profesor de Antropología de la Universidad de Santa Bárbara en California (USA), comenta en su obra: “La pequeña Edad de Hielo”, que la aprobación eclesiástica de consumir bacalao en épocas de cuaresma en sustitución de la carne, fue el disparador para que las flotas pesqueras de vascos e ingleses efectuaran faenas a gran escala en las frías aguas del norte, superando en importancia las actividades de sus predecesores los vikingos. Así el consumo de este alimento de origen marino apto durante los períodos de ayuno y abstinencia de carne fomentado por la Iglesia, determinó una fuertísima actividad económica en el rubro pesca tanto en aguas
En la Edad Media la Iglesia comenzó a sufrir la progresiva competencia de las universidades. Sucedió así, en algún momento que el lento avance del conocimiento del Universo cercano, hizo fricción con las concepciones religiosas. El punto más mediático, si es que cabe el término, sucede durante el Renacimiento con la loca hipótesis heliocéntrica de Copérnico defendida por aquel hombretón tan difícil en el trato e imposible de derrotar en los debates académicos, aquel catedrático italiano llamado Galileo Galilei. Muchos papas están involucrados en la historia de este feroz guerrero del conocimiento científico que desafió a la autoridad eclesiástica convirtiéndose en el ícono humano de la Astronomía. El más directo fue sin duda Urbano VIII, que, profesando amistad hacia Galileo, terminó enfrentándolo en su histórico proceso cuando entendió que el astrónomo lo estaba ridiculizando con el personaje de Simplicio, el necio que discute con los dos sabios Salviati y Sagredo, en aquella controvertida obra que éste publicara. Como que Galileo y Urbano tuvieron algunas discusiones amistosas previas sobre Cosmología. Urbano demostró interés por el tema. Le hizo obsequios, le dio inclusive cartas de presentación para algunas personalidades influyentes, no sin antes advertirle de los peligros que corría si no procedía con moderación. Le informó que ni su calidad de Papa podría salvarle si irritaba con sus procederes al Santo Oficio y caía en sus manos. Así aconsejó que tratara el tema del sistema heliocéntrico de Copérnico como algo meramente hipotético. No trataremos aquí todos los pormenores del histórico proceso, pero diremos -
que pese a las terribles medidas tomadas con su contemporáneo Giordano Bruno, las sanciones finalmente impuestas por la Iglesia a Galileo no tienen punto de comparación. Siempre se lo trató con respeto y mesura; nunca lo echaron a un calabozo ni fue físicamente torturado; ni siquiera amenazado con ello. Quizás porque Urbano aún seguía considerándolo, pese a todo, un brillante científico… y probablemente también un amigo. Es por eso quizás que nunca firmó su condena. Las obras de Galileo Galilei fueron rehabilitadas por Benedicto XIV, pontífice que fundara también cátedras de Física, Química, Cirugía y Obstetricia. Finalmente, Juan Pablo II levanta definitivamente en 1992 la sanción eclesiástica impuesta al científico. Nuestro contemporáneo, Benedicto XVI lo menciona varias veces en sus discursos y especialmente ha recordado que los “magos de oriente” que presentaran obsequios al niño Jesús, también eran astrónomos. Para la Iglesia Galileo no es más un contendiente, su alma está reconciliada y puede descansar en paz. Entre las curiosidades que relacionan a los papas con la Astronomía, se cuenta que Calixto III excomulgó al cometa Halley sin duda fundamentado en la tradicional fama que estos cuerpos tenían como anunciadores de desgracias. Pero tal cosa no fue cierta. Todo fue un invento del físico Pierre Simón de Laplace, cuyas ideas no comulgaban con las católicas. Pero ¿cuál es la actitud de los pontífices del siglo XX? Pues que éstos han demostrado un especial interés por las ciencias experimentales. La “Pontificia Academia de las Ciencias” es una entidad que data de muchos años, inclusive es anterior a Galileo (que fuera miembro de la misma) si tomamos en cuenta que sus orígenes están en la anterior llamada “Academia de los Linces”, fundada por Clemente VIII en 1603 aunque cesó al morir el pontífice. Fue no obstante refundada primeramente por Pío IX en 1847 y posteriormente por Pío XI en 1936. Hoy si bien goza de independencia en cuanto a la investigación científica, está bajo la protección del papado y procura promover el progreso de las ciencias naturales. Otra entidad similar es el Obser vatorio Vaticano, situado primeramente en Roma, luego trasladado próximo a la residencia papal de Castel Gandolfo, y actualmente ubicado en Arizona (Estados Unidos), destinado en sus comienzos no tanto a la investigación sino mas bien a la preparación de los astrónomos, aunque hoy se han ampliado sus cometidos según escuché a su
entonces director, el Padre Funes, un presbítero argentino cordobés, doctor en Teología y en Asrofísica que dio una conferencia a la cual asistí, en la Universidad Católica de Montevideo. Sin duda esto deja en claro un error muy común que la gente tiene en cuanto a la posición de la Iglesia frente al avance de la ciencia, que suele verla más como una piedra de tropiezo y censura frente al conocimiento racional de los fenómenos naturales, que como una propulsora de dicho avance. Son tantos los discursos papales animando a la investigación científica, que sería tedioso hacer una pormenorizada lista de los mismos en este trabajo. Aún así mencionaré brevemente a Pío XII, a quien Max Planck explicó los riesgos de la bomba atómica que en Alemania podía estar desarrollándose, no sin preocupar en gran medida al pontífice. En 1951 este Papa dio un discurso titulado “Las pruebas de la existencia de Dios a la luz de las ciencias naturales modernas” en la Pontificia Academia de las Ciencias, en el que declara su admiración por el entonces aún no comprobado Big Bang. Al año siguiente Pío XII fue invitado a participar de la reunión anual de la Unión Astronómica Internacional que se desarrolló en Roma y donde evitó tomar partido por alguna de las hipótesis cosmológicas que por aquel año generaban acaloradas discusiones. Benedicto XVI es sus homilías ha hecho gran cantidad de referencias a la Astronomía que van desde menciones a veces a favor y otras en contra sobre los trabajos de Galileo, Kepler y hasta de Stephen Hawking Terminemos comentando que en cuanto a la Geografía y la Náutica, debo indicar que en la actualidad, cada huso horario lleva el distintivo de una letra del alfabeto del Código Internacional de Señales usado en las comunicaciones marítimas. El huso que aplica el Uruguay (-3 o 3 W) es el “huso P” o “Papa”, porque para las transmisiones radiales, cada letra tiene un nombre que la identifica eliminando los posibles malentendidos fonéticos. En lo que respecta a las comunicaciones visuales, la letra P (Papa) se representa con una bandera cuadra azul con un cuadrado blanco central más pequeño. Ya sé que no son los colores del Vaticano, pero en la distancia el blanco y el amarillo formarían un tono indefinido a la visual: por eso conviene más el uso de colores contrastados. Esa bandera se enarbola en puerto para indicar que el buque está listo para partir y que por tal su tripulación debe permanecer -
acuartelado abordo. En embarcaciones de pesca anuncia que las redes se han enganchado en un obstáculo. Está pintada en las amuras de la nave
“Francisco” que hace la ruta Montevideo-Buenos Aires. ¡Cuántas coincidencias!: Pescador, Pedro, redes, Papa…
Lista de Papas aludidos y sus correspondientes períodos Pedro Apóstol (Simón Bar Jona) / hasta el año 67
Urbano VIII (Maffeo Barberini)/ 1623 al 1644
Pío I / 140 al 155
Benedicto XIV (Próspero Lambertini) / 1740 al 1758
Silvestre I /314 al 335
Pío IX (Giovanni Mastai Ferreti) / 1846 al 1878
Julio I / 337 al 352
Pío X (Giuseppe Sarto) / 1903 al 1914
Silvestre II (Gerbert de Aurillac) / 999 al 1003
Pío XI (Achille Ratti) / 1922 al 1939
Gregorio XII (Ángelo Correr) / 1406 al 1415
Pío XII (Eugenio Pacelli) / 1939 al 1958
Alejandro VI (Rodrigo Borgia) / 1492 al 1503
Juan Pablo II (Karol Wojtyla) / 1978 al 2005
Calixto III (Alonso Borgia)/ 1455 al 1458
Benedicto XVI (Joseph Ratzinger) / 2005 al 2013
Gregorio XIII (Ugo Buoncompagni) /1572 al 1585
Francisco I (Jorge Bergoglio) / 2013
Clemente VIII (Ippólito Aldobrandini) /1592 al 1605
Lista de Papas aludidos y sus correspondientes períodos Biblia Nuevo Testamento
www.jdiezarnal.com
Fagan, Brian. La pequeña Edad del Hielo.
www.elcaminoasantiago.com
Barcelona, España. Editorial Gedisa año 2008
Observado un fenómeno cuántico predicho Las estrellas envejecidas constituyen una nueva vara de medir distancias cosmológicas Las observaciones con el futuro telescopio espacial James Webb permitirán calcular de este modo otro valor independiente de la constante de Hubble y permitirán comprobar si coincide con el de los otros métodos de medida directos o con las medidas en el universo temprano. Un átomo extinto revela los secretos, mucho tiempo escondidos, del Sistema Solar El nuevo modelo sugiere que el sistema solar interior se vio muy afectado por material expulsado de supernovas que explotaron en nuestra galaxia.
Confirmada la teoría que explica las variaciones en la composición del Sol Hace unos 17 años, J. Martin Laming, astrofísico del Laboratorio de Investigación Naval de los Estados Unidos, propuso una teoría que explicaba las razones por las que la composición química de la tenue capa exterior del Sol difiere de la composición de las capas que tiene por debajo.
Cómo se formaron nuestros planetas Planetas terrestres frente a gigantes de hielo: una teoría nueva explica por qué el sistema solar interior es tan diferente de las regiones exteriores y que contradice lo que se pensaba hasta ahora.
Astronomía amateur desde las ciudades Manuel Rojas Aquije (Lima, Perú), Presidente de la LIADA y miembro de la Asociación Peruana de Astronomía (APA). manoloastro@yahoo.com
Este artículo va dirigido a los observadores que por diversas razones no pueden desplazarse fuera de la ciudad para realizar su trabajo astronómico y no tienen otra alternativa que sacar el mayor provecho posible a su punto de observación desde la ciudad, pero no es el propósito del autor pretender que la ciudad sea el mejor lugar para desarrollar la afición por la astronomía.
Dificultades de la observación astronómica urbana Ya que la ciudad no es el entorno natural para desarrollar la afición astronómica se deben tomar en cuenta varios inconvenientes a presentarse. Seguramente son diversos, pero en este artículo se mencionarán tan solo tres, que son los principales. a. La primera y principal dificultad de practicar la observación astronómica urbana es la contaminación lumínica y ambiental de las ciudades que disminuye drásticamente la calidad del cielo con el que contamos. b. Cuentan como dificultades la contaminación sonora y la presencia de centros industriales cercanos, si es que los hubiera, así como todo aquel elemento
hecho o causado por la mano del hombre y que afecte nuestro trabajo astronómico: edificios que bloquean los horizontes, avisos luminosos, paso de aviones, etc. c. Mientras mayor sea el tamaño del telescopio que usemos mayor será, también, la sensibilidad de nuestro instrumento a las vibraciones provocadas por los vehículos motorizados que circulen cerca. Utilizar supresores de vibración en las patas del trípode del telescopio u observar a altas horas de la noche, cuando el flujo vehicular disminuye, pueden ser alternativas para evitar este problema.
Ventajas para los observadores astronómicos de la ciudad Una vez aceptado el hecho que, muy a pesar nuestro, tendremos que observar mayormente desde la ciudad entonces es hora de pensar en las ventajas que esto podría tener. Entre las principales podríamos mencionar: a. El aficionado a la astronomía puede levantar o construir su "centro de operaciones" en su propia casa. El salir de la ciudad en búsqueda de cielos limpios tiene como contraparte la necesidad de cargar con todo el equipo en cada salida con el consiguiente tiempo y gasto que esto implica, por lo que se debe pensar en la alternativa de acondicionar un lugar fijo para las observaciones en el techo, azotea, patio o terraza de la casa. No necesariamente esto quiere decir construirse un observatorio con cúpula, sino sencillamente adaptar un lugar, ambiente o cuarto donde se guarde el instrumental y que sea adyacente al sitio donde se suele colocar el telescopio. De esta forma se evitan los traslados de extremo a
extremo de la casa, al instalar y al desarmar, en cada noche de observación (más aún cuando se observa desde la azotea). Si se tiene la posibilidad de contar con un cuarto cerrado en la azotea de la casa entonces también se puede adaptar el lugar no solo para guardar allí los telescopios sino también como gabinete donde disponer de una computadora, mapas, guías de obser vación o catálogos astronómicos que siempre se requieren en las sesiones de observación. b. Observar desde casa permite poder contar con algunos complementos que nos facilitan el trabajo y que, por cuestiones de espacio, no siempre se llevan cuando se sale a observar fuera de la ciudad, como una mesa o un segundo telescopio o una montura alternativa. c. Con la luz del alumbrado público o de las casas cercanas se hace prácticamente innecesaria la linterna con luz roja que suele usarse cuando se realizan -
observaciones desde lugares muy oscuros, como el campo.
laptop, teléfono celular, linterna, etc. El problema de cargar las baterías antes de salir, desaparece.
d. Corriente eléctrica ilimitada para nuestros equipos,-
Instrumentos Un telescopio pequeño o unos binoculares son suficientes para practicar la astronomía desde las ciudades. No existe un tipo de telescopio especialmente adecuado para la astronomía urbana, y la regla debería ser comprarse el telescopio que uno se pueda pagar o sacar del provecho del que ya se tiene.
vibraciones al observar. Una montura defectuosa o de mala calidad puede anular la capacidad de cualquier buen instrumento astronómico. El observador urbano descubrirá, también, que se hace necesario contar con una tela oscura para cubrir la cabeza mientras se tiene el ojo pegado al ocular, y así evitar las luces parásitas.
Independientemente del tipo o tamaño del telescopio este debe contar con una montura o trípode lo suficientemente estable y que no provoque
Campos de la astronomía amateur posibles de desarrollar desde las ciudades a. Solar. Probablemente la observación solar y la lunar sean las dos áreas en las que el astrónomo aficionado puede desarrollar su trabajo, desde la ciudad, sin que la contaminación de esta le afecte mucho. Ya que el Sol es el objeto dominante durante el día, no tendrá importancia alguna que el lugar donde nos encontramos tenga pésimas condiciones para la observación nocturna. Las manchas solares y las fáculas pueden obser varse, incluso entre, nubosidad leve o moderada. La luz solar, atenuada por la nubosidad, puede que no tenga la fuerza necesaria para dejar una imagen suficientemente nítida con el método de proyección, pero los filtros mylar o de cristal en el objetivo, dan una buena imagen aún con leve nubosidad. Demás está decir que el Sol siempre se tiene que observar con la protección adecuada. Los tránsitos de los planetas Venus y Mercurio y los eclipses pueden ser observados perfectamente desde la ciudad. b. Lunar. Debido a su brillo la Luna no se ve afectada por las luces de la ciudad. Tan solo el smog de los centros urbanos puede ser una dificultad para observarla cuando está baja en el horizonte o en los días próximos, antes o después, de la Luna nueva. Durante el resto de días del ciclo lunar, nuestro satélite, es bien visible, incluso entre algo de nubosidad leve, si es que hubiera. c. Planetaria. Al ser los planetas astros relativamente brillantes su localización desde la ciudad no representa problema alguno. Tan solo Urano, de
magnitud 5, y Neptuno, de magnitud 8, necesitan de ayuda óptica. Ubicar a Venus y a Júpiter, que son los dos planetas más brillantes, es sumamente fácil. El aficionado novato podría ayudarse de algún mapa de estrellas o aplicación de tipo planetario para teléfono móvil. Mercurio, que casi siempre tiene poca altura en el horizonte es el único de los planetas cuya observación puede presentar algún inconveniente al perderse entre las capas bajas de nubes o el smog de la ciudad, a nivel del horizonte. Las frecuentes conjunciones entre planetas o de estos con la Luna, e incluso las ocultaciones, son eventos astronómicos fácilmente observables desde centro urbanos. d. Estrellas Dobles. La norma en la observación de estrellas dobles es que estas pueden encontrarse en cualquier parte del cielo, a cualquier hora y en cualquier noche, incluso con la presencia de Luna. Las estrellas dobles, son de los objetos que mejor responden a la observación astronómica dentro de las condiciones adversas de la ciudad. e. Estrellas Variables. Con un telescopio pequeño, de 60 mm de diámetro, y en noches con buen seeing es posible alcanzar hasta la magnitud 9, observando desde una ciudad mediana. Constantemente se publican campañas de observación de estrellas variables y muchas de ellas están el rango de alcance de pequeños y medianos instrumentos.
f. Astrofotografía. Hay casos de observadores que con un buen equipo de astrofotografía y usando medios de procesamiento digital logran obtener excelentes fotografías de cielo profundo, pero, para la fotografía de objetos más brillantes, como el Sol, la Luna y los planetas, los requerimientos son menores y se pueden lograr tomas de calidad. La fotografía astronómica sin telescopios, tan solo con una cámara y un trípode, también da buenos resultados desde la ciudad: conjunciones de planetas, Venus al atardecer, la Luna con zoom y otros detalles nunca van a faltar para quien desee registrarlos. g. Cielo profundo. En cuanto a objetos puntuales como estrellas o cúmulos abiertos, del tipo Pléyades o M7, en Escorpión, la observación desde ciudad no presenta mayor dificultad, pero, al tratarse de objetos con brillo extendido como nebulosas, cúmulos
globulares o galaxias se pierde mucha calidad en los resultados. Cúmulos globulares como Omega Centauri o M13, en Hércules, requieren, para resolverse desde ciudades, mayores aperturas a las que serían suficientes desde un cielo rural. Galaxias como M31 "Andrómeda" o NGC 5128, en Centauro, simplemente no se observan con los instrumentos del aficionado en cielos urbanos. Ni que decir de otras galaxias de menor magnitud. Quizás este sea un campo de observación exclusivo para cielos alejados de la ciudad. Algunas nebulosas notables como M42 en Orión, Eta Carinae, Trífida y Laguna resisten relativamente bien las luces de la ciudad, pero son las únicas o unas de las pocas, pues la mayoría casi desaparecen con la iluminación artificial.
El observatorio astronómico del aficionado dentro de la ciudad Si se cuenta con el espacio y presupuesto necesario para construirse un verdadero obser vatorio astronómico con un telescopio fijo, motorizado, bajo cubierta, sea esta una cúpula o un techo corredizo, entonces se podrá incursionar en áreas más avanzadas de la astronomía amateur como astrometría y tránsitos u ocultaciones de asteroides y estrellas, pero esto ya sería contenido para un próximo ar tículo completo. Sin embargo, es conveniente saber, que muchos aficionados a la
astronomía, alrededor del mundo, han logrado construirse verdaderos observatorios astronómicos dentro de la ciudad, entendiéndose como observatorio astronómico la instalación que cuenta con un telescopio fijo, debidamente montado y alineado, independientemente del tipo de cubierta que posea, y que colaboran activamente en campañas de obser vación propuestas por instituciones profesionales.
Comentarios finales Es obvio que el campo o los desiertos con sus cielos muy oscuros y alejados de la contaminación, siempre of re c e n l a o p o r t u n i d a d d e l l e v a r a c a b o observaciones de calidad y con mejores resultados que los obtenidos desde la ciudad. Quien tenga la posibilidad de salir a observar fuera de los centros urbanos, y no le implique molestia alguna, no debe desaprovechar la oportunidad de hacerlo. No existe mejor recompensa, al esfuerzo que esto implica, que
el disfrutar del espectáculo del cielo completamente estrellado rematado por la Vía Láctea que lo cruza de extremo a extremo. Queda, entonces, para los observadores astronómicos de cielos urbanos, la obligación de obtener la mayor ventaja posible al hecho de observar desde una ciudad. Este artículo ha tratado de dejar algunas pautas a quienes, como el autor, son mayormente, aficionados a la astronomía atrapados en una ciudad.
Fotos del artículo
Telescopio Sc8
Luna 9 Marzo 2020
Orión 16 abril 2020 Luna menguante 21 Abril 2020
Sección Astrofotografía
Júpiter / Saturno 12-20 Configuración de campo amplio más la captura de Júpiter y Saturno de forma independiente. Campo amplio: Celestron 11 "XLT, 2X Barlow, Nikon D750, 180", 1/50, ISO 2000, convertido y alineado en PIPP, Autostakkert, Registax, Photoshop. Planetas: Celestron 11 "XLT, ASI290MM, filtros ZWO RGB, Autostakkert, Registax, Photoshop. Matt Smith www.instagram.com/insertastronamehere
Conjunción Júpiter-Saturno Noche del máximo acercamiento. 22/12/20 Crédito Eleonora Poitevin, Presidenta de la AGA, Asociación Guatemalteca de Astronomía
Conjunción Júpiter-Saturno. 20/12/20 Combinación de 4 tomas. Una para Júpiter, otra para Saturno, otra para satélites de Júpiter y estrella, y otra para Titán. Distancia focal aproximada 8000mm. Tiene un recorte adicional. Eduardo Pulver
Gran Conjunción Júpiter-Saturno 21/12/20 Luis Amiama Gómez desde República Dominicana
Eclipse Total de Sol del 14/12/20 Secuencia de la totalidad con detalles de la corona solar. Eduardo Púlver, Rosario, Santa Fe, AR
Contenido UniVerso Digital
INDICE
Los eclipses de sol en la cosmovisión Mapuche Tewelche
Cómo estudiar científicamente los Fenómenos Lunares Transitorios
d`ANS barthélemy, Bustamante Patricio, Canio Margarita y
Alberto Anunziato
Moyano Ricardo
El Sol y el clima de la Tierra
El Papa, la Náutica y la Astronomía
Raúl Roberto Podestá
Fernando Albornoz
Contribución posible a la mejora de la alfabetización astronómica
Astronomía amateur desde las ciudades Manuel Rojas Aquije
Horacio Tignanelli
Sección de Astrofotografía
Un micrómetro de lámparas Edgardo Rubén Masa Martín
Galería de autores
d`ANS barthélemy
Patricio Bustamante
Horacio Tignanelli
E. R. Masa Martín
Margarita Canio
Alberto Anunziato
Ricardo Moyano
Raúl R. Podestá
Fernando Albornoz
Manuel Rojas Aquije
Fuente de AstroNoticias: https://observatori.uv.es/category/noticias-del-cosmos https://www.eso.org/public/spain
Miscelanias LIADA
"Un hermoso recuerdo... A veces el universo nos regala maravillas como el cometa Mc Naught, descubierto el 7 de Agosto del 2006, se convirtió en el segundo cometa más brillante desde 1935 y fue todo un espectáculo en los cielos del hemisferio sur. En ese momento no tenía el conocimiento en fotografía que tengo ahora, pero como amante de la astronomía, sabía que era una oportunidad única en la vida capturar el paso de un cometa tan increíble. Durante el crepúsculo del 20 de enero del 2007, hace 14 años, puse la cámara y trípode en la mochila y en mi bicicleta me dirigí a las afueras de la ciudad, después de encontrar una buena locación, tomé esta fotografía que en un solo disparo inmortalizó el paso del cometa Mc Naught, un cometa que nunca volverá". Eduardo Schaberger Popeau, Rafaela, Santa Fe, Argentina Fuente de AstroNoticias: https://observatori.uv.es/category/noticias-del-cosmos https://www.eso.org/public/spain