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La desesperanzada historia de amor de la monja Sacramento y el sargento Adalberto
CRÓNICA
SONORARTEC LAB un espacio para la lisergia en la experimentación Por: Margarita Ardila
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CABLES
La grabadora destruida terminó envuelta en una manta llena de trozos electrónicos, muy escondida en el cuarto San Alejo para no ser encontrada por mi padre. La idea al desarmarla era recordar y regresar a su lugar cada uno de los componentes “ marcianitos ” de esa caja negra llena de cables y botones desconocidos. Me interesaba ver “ las tripas ” de esa caja sonora, quería saber cómo funcionaba el sonido, me emocionaba desarmar para descubrir. Era una pequeña.
En un cartel de la Biblioteca Pública de la ciudad leería: “ Taller Poemas Electrodomésticos ”. Dos palabras de inevitable agitación que reunía, en una sola frase, lo que me volaba la cabeza desde la adolescencia: Poesía y Máquinas. Literatura y Sonido. No dudé un segundo en participar sin conocer absolutamente nada de componentes electrónicos, programación, electrónica, mucho menos de soldar. La conclusión del proceso fue un juguete interactivo llamado: Máquina de Hacer Libélulas, una suerte de batería de palabras, donde las personas al percutir cada uno de los tres pads, sonaban un artefacto hablante de poesía random.
Por aquel entonces, era una profesora extenuada de música. Me sentía cansada, estática. Me costaba montones un sistema educativo donde tenía que bancarme todas y cada una de las ocurrencias, groserías, de mis alumnos adolescentes y tener, de 7 a.m. a 4 p.m., casi cuarenta flautas dulces “ rechinando ” el himno de la alegría , entre otras tonadas.
Tiempo después de la experimentación en el taller, seguí leyendo, investigando y ensayando estas prácticas hasta decidir que, aunque era una opción que no me permitiría ingresos estables, a eso me dedicaría de ahí en adelante.
CIRCUITOS
Zygmunt Bauman le otorga a el mundo contemporáneo un nombre: “ Modernidad Líquida ”, donde todo es cambiante, rápido, disperso, fluido, no hay tiempo para el ritual, para la conversación, para el pensamiento, para los procesos. Todos buscamos resultados inmediatos en todo, se pretende siempre el éxito, la excelencia, los resultados.
De chica no encajaba casi nunca en nada, pero pulsaba en mí una curiosidad inmensa. Soy una exiliada de la academia, de la familia, de la norma, de la geografía, del mandato. Comenzar a trabajar con la experimentación Maker y con la electrónica, hizo a mi carácter altamente ansioso, a la vez que me hacía una persona más observadora, más paciente, más tolerante.
Empecé a pensar que practicar la electrónica era como vivir en la vida: si algo no funciona, hay que devolverse cada tanto para saber dónde conectamos mal, si el cable negativo lo pusimos en el positivo, si los tornillos son los adecuados, qué materiales son más estables, intentar leer los planos así no se entienda nada …. procesos, errores, paciencia, procesos. Las clases como profe de música ocasionaron un desgaste auditivo permanente y definitivo. Empiezo a padecer tinnitus y deficiencia auditiva progresiva [hipoacusia acústica]. Sordera, mareos, vómito, operación, depresión. Mi más profundo interés hacia la experimentación electrónica se manifestó por la necesidad de cercanía a la música mediante el sonido. Experimentar con la electrónica me permitió acceder a un espectro inexplorado, fascinante: [ parlantes de todos los tamaños, circuitos sonoros, synthetizadores, manufactura objetual ] y con ella, a nuevas maneras de percibir la escucha. Decido conceder un nombre a mi entusiasmo: SONORARTEC LAB, un espacio donde podría reunir cada uno de mis intereses, un lugar para jugar, para equivocarme, para volver a empezar, para la paciencia, para destruir y volver a armar. Un lugar que desarrolla, aplica y divulga Prácticas Transdisciplinares y Educación Disruptiva. Espacio emergente, independiente y autogestionado, interesado en compartir y divulgar dinámicas Makers: Hazlo tú mismo, Hazlo en equipo.
ENSAMBLE
El señor que me vende los componentes electrónicos me atiende con una risita burlona y en el lugar donde compro los tornillos soy la única mujer. Bucaramanga es una ciudad hostil para quienes trabajamos con creatividad. La corrupción es el mal mayor, las dificultades agotan. Mudarse, desdoblarse, desmembrarse en afectos, libros, espacios, familia. Cuando me rompen el corazón, escribo con sonido AUDIO-
GRAFEMAS Viajar a Noruega gracias al gobierno Noruego y a un Festival llamado Pik-