CRÓNICA
SONORARTEC LAB
un espacio para la lisergia en la experimentación
Por: Margarita Ardila CABLES
quinas. Literatura y Sonido. No dudé un segundo en participar sin conocer absolutamente nada de componentes electrónicos, programación, electrónica, mucho menos de soldar. La conclusión del proceso fue un juguete interactivo llamado: Máquina de Hacer Libélulas, una suerte de batería de palabras, donde las personas al percutir cada uno de los tres pads, sonaban un artefacto hablante de poesía random.
La grabadora destruida terminó envuelta en una manta llena de trozos electrónicos, muy escondida en el cuarto San Alejo para no ser encontrada por mi padre. La idea al desarmarla era recordar y regresar a su lugar cada uno de los componentes “ marcianitos ” de esa caja negra llena de cables y botones desconocidos. Me interesaba ver “ las tripas ” de esa caja sonora, quería saber cómo funcionaba el so- Por aquel entonces, era una profesora nido, me emocionaba desarmar para extenuada de música. Me sentía candescubrir. Era una pequeña. sada, estática. Me costaba montones un sistema educativo donde tenía que En un cartel de la Biblioteca Pública de bancarme todas y cada una de las la ciudad leería: “ Taller Poemas Elec- ocurrencias, groserías, de mis alumtrodomésticos ”. Dos palabras de in- nos adolescentes y tener, de 7 a.m. evitable agitación que reunía, en una a 4 p.m., casi cuarenta flautas dulces sola frase, lo que me volaba la cabeza “ rechinando ” el himno de la alegría , desde la adolescencia: Poesía y Má- entre otras tonadas.
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