La parte larga Salimos de Bogotá la noche del jueves y ahora nos encontrábamos en la cabaña de Eudoro y Margarita, cerca de la entrada suroccidental del Parque Natural. El martes siguiente teníamos que estar de regreso trabajando y estudiando en la ciudad, así que sólo contábamos con un par de días para cumplir nuestro objetivo. La mañana siguiente nos pondríamos en marcha hacia el pie de la vía en la zona oriental de la Sierra. Cargaríamos todo nuestro material sin mulas, sin campamentos y sin otros compañeros de apoyo. Esta estrategia la habíamos ensayado previamente en otras montañas, sacrificando comodidad por velocidad. Por lo tan-
Corredor completo de hielo en las paredes orientales del Pan de Azúcar Foto: Andrés Hurtado García
to, empacamos con gran cuidado nuestras pequeñas maletas de treinta y cinco litros, sólo lo absolutamente necesario para un largo y continuo esfuerzo sin carpa, estufa o bolsa de dormir. Por varios años observé un afiche de la Sierra Nevada del Cocuy que yacía sobre la pared de mi apartamento, en el cual sobresalía la canaleta que estábamos a punto de abordar. Cuando consulté con varios montañistas me sugirieron que esta misión era loca y peligrosa, por no decir imposible. Esta llamativa formación en las paredes orientales del Pan de Azúcar es visible para cualquier visitante de la laguna de La Plaza y había sido fotografiada por el pionero del montañismo colombiano Erwin Kraus, pero un aura de peligro había desanimado a muchos pretendientes. El único intento previo lo habíamos discutido con Víctor Correa (q.e.p.d), quien junto con su compañero se había retirado al no poder acceder al glaciar inferior. Iniciamos la marcha tras un buen descanso y una sabrosa comida. Después de una larga jornada de aproximación, antes del anochecer del sábado ya nos encontrábamos frente a la vertiente nororiental del pico Pan de Azúcar, ansiosos por ver de cerca la pared. Tratamos de imaginar una línea a seguir por los cientos de metros de roca y de hielo en ese terreno vertical desconocido.
Arriba a la izquierda. Santiago en el “Tobogán”, cuarto largo de hielo.. Todo el material y equipo necesarios para la expedición.
Dormimos un par de horas en nuestros pies de elefante (funda de vivac especializada, con relleno sintético, para pasar la noche al aire libre), contemplando de reojo nuestro objetivo.
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El río Suaza a la entrada de una de las cuevas. Vistosas flores del bosque de niebla. Abajo: Bosque de cordillera típico del Parque
El camino en tierra, ahora bastante embarrado, avanza imparable. Este recorrido fue doloroso para nosotros porque amamos profundamente los bosques y verlos aniquilar nos estremece. Mis compañeros son los hermanos Daniel y Jaime Delgado. Cuando termina el camino entramos definitivamente en la magia del bosque. Antes de emprender el gran descenso presenciamos en un barranco la lucha entre la avispa y la araña; siempre gana la avispa. Anestesia con su veneno al arácnido, lo arrastra a su nido y sobre él pone sus huevos; cuando nacen las avispitas tienen carne fresca. Terminado el larguísimo descenso, pasamos el puente de madera sobre la Cascajosa e iniciamos el ascenso. Arriba, muy arriba, llegamos al bosque de robles. Nunca lo he podido olvidar y la emoción que experimenté cuando lo caminé por primera vez volvió a mi alma y ha sido un referente de comparación con muchos bosques que he recorrido en Colombia y en todo el planeta. Lo gozamos en reverente silencio y con la vista extasiada en los follajes.
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COLOMBIA SECRETA Cueva de los Guácharos
Encontramos muchas estalactitas y estalagmitas y también las llamadas estalagnatas que son las columnas completas, cuando las primeras, que penden del techo, y las segundas, que suben del piso, se juntan y forman una columna. John Uni, amable como todos los funcionarios del Parque, nos acompañaba. Por la tarde fuimos a visitar la falla geológica llamada Lapiaz. El río Suaza al salir
Arriba. El río Suaza se desliza por las rocas de la falla de Lapiaz. El bosque es rico en orquídeas. El color rojo predomina en las inflorescencias del Parque.
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El suelo del Parque fue marino y allí quedaron fósiles de conchas en las rocas del río Suaza
de una de las cavernas se desliza perezosamente por un plano inclinado que él mismo ha formado y que parece una gigantesca hoja de cuaderno cuadriculado. Las figuras son cuadrados y rectángulos de roca, perfectamente encuadrados por líneas que se cortan perpendicularmente. Es tal la perfección de las figuras que uno se sentiría llevado a pensar en la intervención humana en la confección de las mismas. En las rocas se encuentran pegados centenares de moluscos marinos. En los bosques pudimos apreciar orquídeas, quiches, anturios, muchas flores NN para nosotros y algunas de las 50 especies de mariposas que hay en el Parque, entre ellas la famosa 88. La segunda visita fue para la cueva que da nombre al Parque, la de los Guácharos.
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COLOMBIA SECRETA Cueva de los Guácharos
Luchando contra la oscuridad pudimos fotografiar a los pájaros en sus nidos. El sabio Humboldt los estudió y clasificó y los nombró como ”Steatornis caripensis”. Son aves nocturnas, se alimentan de frutos (frugívoras), viven en cavernas y se orientan como los murciélagos por una especie de radar. El sabio Humboldt las conoció en la cueva de Caripe en Venezuela y de allí el nombre de la especie. Su resistencia es notable dado que salen de esta cueva y vuelan sobre la montaña para bajar a la lejanísima selva del Caquetá a alimentarse sobre todo de las pepas de la palmera llamada milpesos. La algarabía que arman en la cueva es fenomenal. El Suaza atraviesa la cueva y no pudimos recorrerla en toda su longitud porque el río estaba crecido. Ricardo Reyes fue nuestro guía y al salir Arriba. Pareja de guácharos en el nido Abajo. El gallito de roca, el ave más bella de los bosques del Parque.
de la cueva tuvimos la suerte de observar y fotografiar el gallito de roca (Rupícola peruviana), precioso pájaro de color rojo. También pudimos ver el mono churuco. Existen además el mono maicero y el marimonda.
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Por la noche tuvimos la suerte de gozar de
las canciones de Jorge Villamil interpretadas por el funcionario Rosendo Paramero. Este Parque es el único que tiene canción propia que es realmente un resumen de sus riquezas naturales. Rosendo la canta en ritmo de guabina. Y dice así: Al suroriente del Huila hay un área natural, la primera de Colombia en ser Parque Nacional. Origen del Suaza y Fragua y del guácharo habitat, allí hay cuevas y cascadas y gran biodiversidad. Se llega por carretera hasta el sitio la Mensura y de allí a la Cascajosa por camino de herradura. Pasando la Cascajosa está muy cerquita ya el sitio donde se encuentra un árbol muy especial. El famoso roble negro, descubierto en el lugar, que crece con roble blanco y se ve en el robledad. Más de 300 especies Arriba: Rarísimo insecto hallado en el camino hacia el Parque. Abajo: Ambiplígido, artrópodo típico de las cavernas. El Parque es rico en mariposas.
de aves en el Parque hay, primates osos de anteojos, danta, venado y jaguar. La lapiaz del río Suaza, el guácharo en su habitat, la Pocock y estalactitas si vas podrás observar. La Pocock es un rarísimo insecto del gran mundo de los arácnidos y vive en la oscuridad de las cavernas. Pertenece a los ambiplígidos y parece una araña con un primer par de patas enormes. Es inofensivo y se alimenta de insectos. En todas las cuevas lo encontramos. Otro día visitamos la cascada Cristales de unos veinte metros de caída y al regreso nos metimos a la Cueva del Cuadro o Chiquita. La entrada es muy estrecha en un tramo de unos quince metros y casi hay que arrastrarse;
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COLOMBIA SECRETA Cueva de los Guácharos
Preciosas formaciones calcáreas.
Vista parcial del bosque visto desde las cabañas del Parque.
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A caminarrr A una hora larguita de la capital del país, por la vía a La Calera y Guasca, empezamos el periplo hacia las lagunas de Siecha, primero en medio del paisaje característico de la sabana y después de los típicos de selva andina y páramo, cuya formación geológica es de origen glacial. Existen varias rutas para acceder a ellas, pero sólo dos son consideradas como oficiales: la principal y más suave, a 45 minutos del casco urbano de Guasca en auto, ingresando por el sector conocido como Paso Hondo hasta arribar al puesto de atención y control de Siecha (cabaña de madera). Allí comienza un sendero interpretativo que consta de 20 estaciones, que enfatiza el tema ancestral, pero integrando otros biológicos, geológicos y, obviamente, naturales relacionados con el páramo y con la importancia de Chingaza para los municipios aledaños y Bogotá. Para llegar a la segunda ruta (la que escogimos), un kilómetro después de La Calera se toma un desvío. Por carretera destapada se recorren, aproximadamente, 27 kilómetros hasta Piedras Gordas, que es el puesto de control y entrada principal del parque; allí empieza un sendero paralelo a la quebrada Piedras Gordas que conduce hasta la Cuchilla de Siecha, en medio de un valle de frailejones. Después de registrarnos y de recibir la inducción pertinente, iniciamos la caminata. La duración de la marcha depende del estado físico del visitante, pero la ida y el regreso pueden demorarse entre tres horas y media y cuatro, pues aunque la mayoría
sistema de páramo, hicieron poco acto de presencia durante la
de las pendientes son moderadas, es cata-
jornada y el sol tan picante y característico de la sabana tampoco
logado como senderismo de alta montaña
se mostró en su máxima expresión, pero lo normal es que en la
y es recomendable estar en buena condi-
mayoría del año las condiciones climáticas se caractericen por las
ción física, o por lo menos aceptable. Ade-
bajas temperaturas, la lluvia y la neblina.
más, no se trataba de realizar el recorrido en el menor tiempo posible, sino de com-
Patrimonio natural
penetrarnos plenamente con la naturaleza,
Después de casi dos horas de recorrido por un terreno de baja-
aprovechar el aire puro, extasiarse con la
das y subidas, con fango y desniveles que pueden convertirse en
riqueza de un paisaje sin igual (cascadas,
pequeñas ‘trampas’ si no se tiene cuidado, entre cumbres de piedra
quebradas, lagunetas, formaciones monta-
divisamos las tan anheladas lagunas, comunicadas entre sí por tú-
ñosas, zonas rocosas…) y hacer algunos
neles y desagües construidos durante la época de la Colonia para
breves recesos para descansar de andar y
extraer utensilios de oro y otros tesoros muiscas. Y la verdad, ante
andar, y para comer e hidratarnos.
tanta majestuosidad y encanto, la magia se convierte en realidad y
El día congeniaba con nosotros, pues la niebla y el frío, tan comunes del eco-
Las lagunas de Siecha se ubican en el noroccidente del Parque Nacional Natural Chingaza, circundadas por cumbres de piedra, montañas, frailejones, pajonales y todos los demás elementos característicos del paisaje paramuno.
poco importan el corazón un tris agitado, la dureza de las piernas o las posibles magulladuras causadas por algún mal paso.
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PEQUEÑOS PARAÍSOS Lagunas de Siecha
esta denominación es de género femenino. Laguna Grande, como es llamada por los habitantes de la zona, se encuentra a 3.570 m.s.n.m. y su área se aproxima a las 6,8 hectáreas. La última y la más grande es la de Siecha o laguna desaguada, de 3.590
Las lagunas de Siecha constituyen un destino de enorme atractivo turístico y cultural, ideal para realizar diversas actividades relacionadas con el ecoturismo.
m.s.n.m., con una superficie de 7 hectáreas y 25 metros de profundidad, aproximadamente.
Flora y fauna Pero el encanto hídrico ofrecido por las lagunas no es el único
Espeletia argentea, una de las tres especies de frailejones que embellecen el camino hacia las lagunas de Siecha.
espectáculo natural para observar; hay algo más, mucho más. Por ejemplo, la vegetación de páramo es la que se impone, destacándose los frailejones; cuando se ingresa por Piedras Gordas es
En la parte alta de la zona, además de las lagunas, se encuentran unos picos llamados “Las Cuchillas de Siecha” y el valle en forma de “U”, propio del glaciar.
común divisar durante el recorrido una especie endémica de Chingaza conocida como Espeletia uribei, que puede alcanzar una altura de hasta 14 o 16 metros. Si la caminata se realiza desde la cabaña de Siecha, se encuentran tres especies de frailejones que se diferencian con claridad: al comienzo y en la zona más baja, el frailejón plateado (Espeletia argentea), después el Espeletia grandiflora y ya en el área de lagunas y pantanos el Espeletia killipii, como lo afirma Elkin Pedraza, guía de la región. Otras especies de flora para admirar son sietecueros, pajonales, guardarrocíos, Son tres lagunas contiguas de formación
musgos, líquenes, licopodios, bromelias (puyas), estrellitas de pá-
glacial, cuyas aguas van a parar al río
ramos, mascollas, chusque, bomarea, árnica y valeriana, entre
Tominé. La primera, la de Teusacá, reci-
unas 2.000 existentes en el parque.
be dicho nombre porque tiene alineación
Pero debido a la equivocada intervención humana en épocas
solsticial con el municipio de La Calera,
pasadas con actividades como cabalgatas, motocross, campis-
que antiguamente era llamada Teusacá.
mo, cacería y ciclomontañismo, la fauna de la zona ha disminui-
Al semejarse con la forma de Suramérica,
do, y esta realidad la notamos en nuestra excursión porque pocas
también es conocida como América, pero
especies dijeron “presente”. Pero si otros caminantes tienen mayor
además como la laguna de los Patos, por
éxito, es posible que se encuentren con venados de cola blanca,
tradición campesina y porque suelen verse
zorros, borugos, monos churuscos, osos de anteojos, gallitos de
algunos ejemplares de esta especie. Está
roca y aves como colibríes, cardenales, diglosas, patos de pára-
ubicada a 3.550 m.s.n.m. y con tan sólo
mo y águilas reales de páramo, que tienen sus nidos en los picos
1,9 hectáreas de superficie es la más pe-
más altos del sector, conocidos como las Cuchillas de Siecha.
queña de las tres. La segunda históricamente ha sido cono-
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Las ceremonias
cida como Fausto, aunque recientemente
La población aledaña al PNN Chingaza en su gran mayoría
se ha denominado Guasca, porque ade-
es de estirpe campesina, pero hace más de 10.000 años la re-
más de localizarse en el municipio que
gión fue habitada por los muiscas, para quienes la humanidad
lleva el mismo nombre, ciertos textos la
surge a partir de una laguna y la vida se renueva día a día a
señalan como la laguna de las mujeres y
raíz del encuentro entre Sua (el Sol) y Sie (el Agua). Tal vez por
GRANDES EXPEDICIONES Manaslu 2012 Preparándonos Sin ser de escalada muy técnica, el Manaslu tampoco es una montaña fácil. Su peligro estaba claro desde el comienzo, porque según las estadísticas las probabilidades de muerte son de 3 a 1 para los que logran su cima. Cuatro expediciones partieron en los años anteriores de Colombia intentando alcanzar el punto más alto; algunas multitudinarias, al estilo clásico, con jefe, banderas, “asalto” a cumbre, etc., pero otras más modestas, de dos o tres personas, incluso de una sola. Ninguna había logrado pisar la cumbre de este coloso y mucho equipo se había perdido en los campamentos, forzosamente abandonado por las malas condiciones y, lamentablemenRampas de nieve cerca al Campamento 2.
te, también un montañista colombiano
Campamento 2 a aproximadamente 6.300 msnm.
avalancha que lo sepultó para siempre
Santiago Quintero y Hernán Wilke en el Campamento 3, a aproximadamente 7.000mnsm, al terminar el proceso de aclimatación y equipamiento de la montaña.
había dejado su vida a causa de una apenas arriba del campo 1. Con esta triste lección que Lenin Granados dejó a los deportistas nacionales en mente partí a comienzos de septiembre hacia Europa, donde debía recoger aún algo de equipo técnico, para luego volar a Nepal, vía Doha. En el caótico Katmandú me reuní con Santiago, su esposa Claudia, quien nos acompañaría como asistente desde el Campo Base, y Víctor. Después de realizar los últimos arreglos partimos en bus hacia Gorka, último sitio al que se puede acceder en transporte por una carretera casi imposible. Desde allí caminamos seis días por hermosos valles, bordeando el río Burigandaki. Disfrutamos mucho esta aproximación, a pesar de la humedad, las sanguijuelas y las largas marchas diarias. Este Nepal campesino y rural me trasladó hacia atrás en el tiempo, preparándome espiritualmente para nuestra escalada. Apenas llegamos al Campo Base la noticia no podía ser peor: una avalancha inmensa, causada por el desprendimiento de un gran serac, había borrado de un solo golpe todo el Campo 3. Como fuimos de los últimos en arribar al Campo Base, había mucha gente en aquel fatídico lugar, algunos ya con planes de cima y otros terminando su proceso de aclima-
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tación a la altura.
Finalmente fue el mismo Kyla quien desistió de trabajar para Santiago y abandonó el Campo Base. Muchos otros sherpas hicieron lo mismo, amedrentados por la gran avalancha acaecida y sus nefastas consecuencias. Decidimos que debíamos unir fuerzas con Víctor, usar las carpas de altura entre los tres y alivianar así un poco la dura tarea de montar los campamentos y subir todo el material necesario para un intento a cumbre. La segunda incursión a la altura resultó otra vez con problemas: al alcanzar el Campo 2, a unos 6.300 m.s.n.m., Víctor presentó pruebas inequívocas de mal de altura, con dificultad para coordinar sus movimientos, tomar decisiones y, con un muy fuerte dolor de cabeza, lo asistimos en el descenso hasta el Campo Base. Allí fue medicado por el doctor Nima, de la expedición comercial más rica de la montaña, Himex, liderada por el mismísimo Russel Bryce. Todos apoyamos la buena decisión de Víctor de seguir el descenso hasta el pueblo de Samagaon, donde el aire más denso seguramante ayudaría en gran manera a su pronta recuperación. Tanto el médico como nosotros y otros montañistas más experimentados coincidíamos en que para él la expedición había terminado. El riesgo de exponerse nuevamente al aire enrarecido de la altura era demasiado alto. Con apenas una noche de descanso, un tanto apremiados por el avance de la temporada y nuestro lento equipamiento de la montaña, salimos con Santiago de nuevo Durante los siguientes dos días se realizaron decenas de vuelos en helicópteros para rescatar a los heridos y descender los cadáveres. Mientras tanto, en el Base realizamos nuestra Puya, la ceremonia budista en la que se pide permiso a la montaña para meterse en sus dominios y salir ileso. Una mala sensación me
Mujeres porteadoras de Samagaon Camino al Campamento 1, abriendo huella y desenterrando las cuerdas de la nieve fresca.
hacia arriba a finales de septiembre, cuando ya muchos de los montañistas presentes programaban su día de cima. Alcanzamos de un tirón el Campo 2, dormimos allí una noche para luego seguir hacia el 3, donde dejamos un depósito con una carpa,
embargaba al ver que mientras se realizaba el ancestral rito, los
estufa y gas. Con otra noche en el Campo
helicópteros pasaban por encima nuestro, aún terminando su difícil
2 dimos por terminado nuestro proceso de
y comprometida labor de rescate.
adaptación a la altura.
Momento de ascender
que disparó en mí una alerta: Víctor se en-
Antes de descender tuvimos una noticia
Comenzamos nuestra escalada con aún más contratiempos:
contraba de nuevo en el Base, planeando
Kyla, el sherpa contratado por Santiago para ayudar en el
subir hacia los campos de altura. Realicé
ascenso, resultó un tanto borrachín y más de una noche lle-
algunas llamadas a Colombia, intentando
gó por nuestra carpa comedor con dificultad para hablar y
que desde allí lo convencieran de lo pe-
con una actitud prepotente que Santiago decidió no tolerar.
ligroso e inútil de su decisión y ascenso.
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GRANDES EXPEDICIONES Manaslu 2012
Mujer de Samagaon dispuesta con la carga para ser transportada a los Campamentos Niños en Samagaon se acercan a curiosear y me transmiten paz y alegría en el duro momento de recibir la orden de suspender la búsqueda
Amanecer en el Campamento Base. En los últimos días de la expedición, nevaba casi todas las noches. Ascenso hacia el Campamento 1 .
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Mal presagio
Durante los días siguientes tuvimos algunas noticias de él y su po-
La última vez que vi a Víctor con vida
sición, recibidas en forma de sms en mi satelital desde Colombia.
fue durante nuestro descenso, ya casi lle-
Mónica me transmitía la información que recibía de las personas
gando al Campo Base. Intenté, sin buen
a quien Víctor llamaba desde la montaña. No se quedó en el
resultado, convencerlo de que bajara con
Campo 1, como me dijo al cruzarnos, sino que luego de pasar
nosotros y recuerdo como si fuera ayer
una noche allí siguió su ascenso hacia el 2.
cuando le di la mano despidiéndome;
En el Base todos los días observábamos la montaña seguros
le pedí que me llamara o pusiera un sms
de verlo bajando en cualquier momento. Mientras tanto, los mon-
contándome a diario de sus avances y
tañistas presentes se replegaban al Base. Las malas condiciones
de su estado de salud. No supe leer en
reinantes hacían que los que no habían logrado la cumbre en los
sus actos la inmensa determinación que
días anteriores descendieran a esperar una nueva oportunidad,
lo llevaría a adentrarse irreversiblemente
o a comenzar el regreso a la civilización. Los últimos en verlo
en los hielos eternos de la Montaña del
fueron los integrantes de una cordada brasileña-australiana, a
Espíritu. Tampoco pude ver sus ojos cu-
los que intercepté cuando ya salían hacia Samagaon y quienes
biertos por las gafas imprescindibles en
me dijeron que estaba en el Campo 2, que estaba bien, pero
el inmenso glaciar, en los que tal vez hu-
que las condiciones de la vía eran muy malas. Esto ya lo sabía,
biera podido prever el desastre. Repaso
debido a las nevadas de las últimas noches, que hacen muy
estos últimos momentos y siempre llego a
peligrosa la escalada, sobre todo entre los campos 1 y 2. Ellos
una conclusión: fue en ese momento que
habían bajado el día anterior a donde nosotros y me dijeron que
tuve la última oportunidad de salvar a mi
seguramente Víctor bajaría ese día.
amigo de sus propias decisiones. Es muy doloroso el recuerdo.
presagia un día de aventura, pero también de contemplación, pues el viento fuerte, los vaivenes y los golpes de agua provocados por la corriente no son impedimento para ensimismarse con el paisaje matizado de verde y azul. Además, aunque no es de todos los días, es posible que durante la navegación hacia Isla de la Plata aparezcan en el horizonte sorpresas transformadas en cientos de aves migratorias y residentes que juguetean armónicamente con el viento y en delfines manchados que rondan por la costa y acostumbran a escoltar los barcos. Pero un acontecimiento que sí es normal observar desde muy cerquita, entre los meses de
ra vez el océano Pacífico. Sin embargo, dicen, y no las malas
junio y septiembre, es el espectáculo de sal-
lenguas sino investigaciones que merecen total credibilidad y los
tos acrobáticos brindado por unas 400 ba-
vestigios hallados, que desde tiempos ancestrales este territorio fue
llenas jorobadas, que después de recorrer
utilizado por diversas culturas precolombinas (entre ellas Valdivia,
8.000 kilómetros procedentes de la gélida
Machalilla, Guangala y Bahía de Caráquez) como un santuario
Antártida llegan a aguas tropicales para su
para realizar actos ceremoniales como la adoración al Sol y para
proceso de apareamiento y reproducción;
ofrecer dádivas a sus dioses. Las ofrendas enterradas en áreas
la capa de grasa tan delgada con la que
sagradas eran piezas creadas en metales preciosos, como oro y
nacen sus crías no les permite sobrevivir en
plata, y de allí surge una de las teorías sobre el nombre de la isla.
aguas heladas. Posteriormente retornan a
A finales del siglo XIX, G. Dorsey descubrió piezas y estatuillas de
su hábitat natural al sur del continente, don-
aleaciones de plata que se usaban en rituales incas.
de sus ballenatos ya podrán resistir el frío mar de la región Antártica.
Huellas históricas
Los piqueros son aves marinas de aguas tropicales que en Isla de la Plata encuentran un sitio ideal para la anidación, convirtiéndose en una de las especies más vistas y atractivas para los visitantes. Aunque la isla es de bosque seco tropical y se presentan largas temporadas sin lluvia, algunas especies de flora no mueren y enseñan su belleza y colorido.
La otra hipótesis también está relacionada con riqueza, aunque con visos tanto de leyenda como de realidad, pues tiene que ver con los piratas que surcaban la costa Pacífica del continente americano, quienes ocultaban los tesoros en diferentes escondri-
La isla fue descubierta hacia 1526, cuan-
jos de la isla. Se cuenta que Francis Drake, considerado como pi-
do el experto navegante y conquistador
rata por las autoridades españolas, pero corsario y héroe por la
español Bartolomé Ruiz recorría por prime-
corona inglesa, robó a finales del siglo XVI un tesoro de barcos
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TURISMO ECUADOR Isla de la Plata enemigos y lo escondió en este lugar, que por su estratégica posición era escogido como zona de encuentro y descanso. Efraín López, guía turístico y gran conocedor de su querido Ecuador, añade un dato más: “Debido al excremento dejado por la gran cantidad de pájaros y aves que habitan aquí en la isla, cuando se está lejos se observa un paisaje blanquecino, como un brillo plateado, y por esta razón también se le da el nombre de Isla de la Plata”.
Más tesoros Pero más allá del nombre, el verdadero tesoro de la isla, que ni piratas ni conquistadores han podido llevarse ni desarraigar, se descubre en su importante y exuberante caudal natural, que se advierte poco a poco durante las caminatas que se hacen en grupos de máximo 10 visitantes por guía y en medio de la ruta escogida. Existen varios senderos bien demarcados y con espectaculares miradores naturales: uno azul, de 2,5 kilómetros, que conduce hasta donde están las fragatas y en cuyo camino se divisan múltiples piqueros de pata azul; el lila, de 1,6 kilómetros, se dirige hacia el oeste de la isla, donde se han formado hermosos acantilados y espléndidos paisajes que sobresalen aún más ante la presencia de pájaros tropicales que sobrevuelan las paredes y hacen nido en los huecos que quedan. Para llegar a la zona de los piqueros de patas rojas se toma el sendero rojo, pero la caminada, que es larguita (4,8 km), puede demorarse tres horas y algo más. La senda de Punta Machete tiene 4,3 kilómetros de distancia, pero actualmente Por su belleza, encantos naturales y la tranquilidad que transmite, Isla de La Plata es el principal atractivo turístico del Parque Nacional Machalilla. Desde Puerto López parten diversos botes que, además de hacer tours hacia la isla, se transforman en escenarios privilegiados para el avistamiento de ballenas jorobadas que llegan procedentes del sur entre los meses de junio a septiembre.
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está cerrada porque la población de albatros, que hacen nido sólo en la isla, es muy escasa y las autoridades del parque extreman su atención y cuidado mediante rastreadores satelitales. No importa cuál sea el sendero elegido, lo cierto es que a cada paso existe la posibilidad de conjugar la magia con la realidad al revelarse visualmente una gran variedad de animales y plantas que dan vida y color a la “Galápagos de los pobres”, llamada así porque al estar en la misma latitud que el archipiélago,
(y fue el primer descartado), pero esa frase no deja de retumbar-
Taxi aéreo Nada mejor para iniciar una aventura en
me en la cabeza: “Si lo vas a hacer una sola vez, hazlo bien”. Y uno reflexiona y se deja convencer fácilmente. Acepta, cierra los ojos y paga los casi US$400 por persona por 2 horas de vuelo.
un lugar tan agreste que un reconocimien-
Lo mejor es que jamás se arrepiente. La sensación que produce
to previo desde el aire. 180 km al norte
sobrevolar el majestuoso McKinley en una pequeña avioneta de
de Anchorage se encuentra Talkeetna, un
sólo 5 pasajeros, piloto incluido, que se mueve como licuadora
pequeño pueblo de escasas dos calles y
y luego aterriza donde sólo unos pocos han llegado, es algo
800 habitantes que sirve de sede para
que quizá nunca se llega a sentir. Es como ser el actor principal
despegar en avioneta hacia el Parque
de tantas películas que los aficionados a la aventura hemos visto
Nacional Denali. Aunque ofrecen varias
sobre Alaska. Esa sensación, cuando la pequeña aeronave con
opciones de recorridos, se trata de elegir
esquís en sus ruedas sobrevuela indefensa la agreste cordillera
el que más se acomode al presupuesto,
de Alaska para de repente posarse sobre un blanco manto de
por los elevados precios. Sin embargo, al
nieve, no tiene precio. Pararse allí significa convertirse por 20
final de toda la lista se encuentra una frase
minutos en el rey del mundo.
“lapidaria”: “Si viniste hasta acá y lo vas a
El vuelo permite tener una perspectiva más amplia de lo vasto y
hacer una sola vez en la vida, hazlo bien;
agreste que es esta zona del planeta. Para llegar hasta la cordillera
aterriza en el glaciar”. ¿Aterrizar sobre un
hay kilómetros interminables de tundra que inundan un valle lleno
glaciar? Suena único y demasiado intere-
de agua, ríos y lagos. Caminarla llevaría días, semanas, quizá me-
sante. Rápidamente vuelvo al comienzo de
ses sin llegar a nada diferente. Una vez más queda al descubierto
la lista y constato que es el más costoso
la fragilidad del ser humano frente al mundo que lo acoge.
Aterrizar sobre el glaciar en esta pequeña aeronave, nos convierte por 20 minutos en los amos del universo. Oveja de Dall, nativa del noroeste de América, habita en gran número en el Parque Nacional Denali.
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GRANDES AVENTURAS Alaska
Harding Icefield Trail Según la National Geographic, uno de los 10 mejores caminos de trekking de los Parques Naturales de Norteamérica es el Harding Icefield Trail, ubicado en el Parque Nacional de los Fiordos de Kenai, al sur de Alaska. Un camino de 17 km de ida y vuelta que gana una elevación de 300 metros por kilómetro. Internarse aquí es como dejar atrás el mundo conocido y viajar al reino helado Lago Summit, en la Península de Kenai.
de la época del Pleistoceno. El camino va
La autopista panorámica que une a Anchorage con Seward ofrece paisaje de gran belleza.
te escuchar el agrietamiento del hielo. Los
Un mes después de esta caminata en las inmediaciones del Río Toklat, un oso atacó y mató por primera vez un visitante en la historia del Parque Denali. Queda un sabor agridulce al saber que se estuvo en el mismo lugar poco antes del suceso.
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bordeando el Glaciar Exit, lo cual permiprimeros kilómetros transcurren por empinadas escaleras de piedra y una espesa vegetación típica del lugar. A mitad de camino todo esto queda atrás y de ahí hasta la cima se debe caminar sobre el hielo, siguiendo unas pequeñas banderas color naranja que marcan el camino. El paisaje es cada vez más estremecedor, pero la verdadera recompensa, sin duda alguna, está en la cima. Llegar allí
Vertiente norte del Cerro Pan de Azúcar y Púlpito del Diablo. P.N.N. Sierra Nevada del Cocuy. Juan Carlos Madrigal González
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Represa. El Hato, Ubaté - Cundinamarca Diego Alejandro Garzón
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11
Museo Dolores Olmedo. Ciudad de México
César Garzón
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Termales de Cañon, Nevados del Tolima. P.N.N. Los Nevados.
Carlos Eduardo Castaño
Reflejos. Parque El Gallineral, San Gil - Santander Ana Milena Gacharna Sarmiento
Rumbo a la Cumbre. Sierra Nevada del Cocuy Julie Andrea Ayala
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Templo Budhista. New York City Hennier Pulido
Parque Nacional Natural El Cocuy por el lado de Aguilillas Esterlandi Rodríguez
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Pensamientos Lagunas de Siecha. P. N. N. Chingaza, Cundinamarca Luisa Leal
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