Escrito de pólvora para quemarte, y dejarte el halo supurante de la vida como único espacio distendido. Escrito de pólvora para dimensionar el estallido, de la mala hierba dolo latiente arrancada, unto por tu cuerpo señales de tu abandono, para que arranques, con el animo expectante de la vida, el instrumento hostil que de tí añoro. La uva podrida del racimo, que piso y obligo a ceder su corriente al vino.
Madrid a 27 del primero del 2013. Estimado _________ : Habiendo recibido ayer su carta le hago con esta acuse de recibo. Aunque el que aquí escribe siempre se ha mostrado reticente a comentar cosas personales, he de decir que, entendiendo el proyecto al cual he dedicado tres años de existencia, como algo ya completamente impersonal y viéndome impelido tan atentamente por su propuesta de analizar desde un punto de vista objetivo lo realizado -causas, efectos, motivaciones, resultados y cualquier otra cuestión que usted considere necesaria-, voy aceptar su proposición aún con el riesgo evidente de no ser capaz de razonar tanto sobre lo de uno como de lo ajeno. Por lo expuesto puede usted tener constancia de que su razonamiento ,según el cual aquel que puede atreverse a criticar, reflexionar , meditar o/y analizar los aledaños ha de ser capaz de hacer lo propio con lo propio, ha sido recibido como agudamente razonable , pues teniendo uno la herramienta en el yo para el nos ha de poder utilizarse del yo para el yo. Mas no podría dejar de desestimar por mantener halago aquel otro que hace referencia a los provechos que terceros en aproximada situación podrián obtener de la lectura de este o comentarle que aquellas preguntas que me haga habrán de ser lo suficientemente abiertas para dejarme desarrollar mi tarea y exonerarme de presentar verdaderas cosas personales en salvaguarda de mi intimidad. Si usted tiene a bien considerar estas pequeñas condiciones, un servidor procederá, tanto tiempo como el ánimo me procure, a desarrollar esa auto-reflexión que usted me invoca (permítame sustituirle el término ´”autocritica” por uno que a mi entenderme posea una mayor precisión). Respecto a su sugerencia de posibles títulos examinaré los tres con detenimiento , pues dicen ciertas lenguas que no es bien visto en esta profesión empezar por las bocas. Tanto “cartas a nadie”, “entrevista sin entrevistador” y “crónica de un fracaso necesario” me parecen un encabezamiento adecuado para este modo , forma y desarrollo del relato, y es mi parecer que aquella última podría tener mayor adecuación para esta historia. Mas parte de mi opinión sobre estos temas será delegada aquí sobre mis lectores. También he de pedirle su comprensión por si el ánimo arriba expresado no solo no me fuera procurado, si no que simplemente se rompiese y no pudiera dar debida conclusión a estos inicios . Si esto ha de ser la crónica de un fracaso necesario sería claramente atenuante de su disgusto que la misma acabara tal como el título expresa. Tomese pues las frases “justicia poetica” o “coherencia literaría” como remedio para el comprensible enfado que en usted surgiese . Sin más por ahora, pues altas son las horas de la noche y aun siendo poco el sueño conozco mi costumbre de alargar en exceso mis palabras y recortar en demasía mi descanso, me despido atentamente de esta su lectura. Rezgo Reis.
P.D. . Teniendo en cuenta su posible posterior difusión en el formato por usted requerido ruego permita que esta carta -hágalo extensible tambien a las sucesivas-permanezca abierta a mi disposición para posible añadidos o correcciones hasta que tal fin fuera alcanzado.
La blanca mano de tarántula albina, y la voz más silenciosa, callada, muerta, el respiro tan seco como un huracán de silencio.
Y en la cortina, se quedaron pegados los blancos tuétanos.