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3. CARACTERÍSTICAS LABORALES DE LOS ALUMNOS/AS DE CEFP
3. CARACTERÍSTICAS LABORALES DE LOS ALUMNOS/AS DE CENTROS DE FORMACIÓN PROFESIONAL
En los aspectos laborales, quienes concurrieron en sus estudios secundarios a una escuela técnica, parecen mostrar una situación más favorable respecto de quienes no lo hicieron; ello, considerando los diversos aspectos que se presentan a continuación. Cabe señalar que si bien el género de los alumnos de CFP incide en varias de las características de la inserción laboral, no necesariamente se hará referencia a todas las disparidades que se pueden encontrar entre mujeres y hombres.
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Al centrarse en la propensión a y posibilidad de trabajar –denotada a través de la experiencia laboral- que presentan quienes concurrieron o no a una escuela técnica en sus estudios secundarios, puede advertirse que entre aquellos que asistieron a un secundario técnico, se registra una proporción algo mayor de los que alguna vez trabajaron -92,3%- frente al 87,5% de los que asistieron a una escuela no técnica, que se encuentra en igual situación.
Grafico 9. Alumnos de los CFP, que asistieron a una escuela técnica, no asistieron y total, por experiencia laboral (en porcentajes).
Fuente: Elaboración propia en base a datos relevados. Año 2017
Cuando el análisis se centra en la situación ocupacional actual puede verse que entre los que asistieron a escuelas técnicas su situación laboral actual resulta más propicia respecto de los que en su secundario asistieron a escuelas no técnicas. Esto se denota por la mayor proporción de concurrentes a CFP -entre los que asistieron a escuelas técnicas- que trabajan (62,8%) respecto de quienes no lo hicieron (54,1%). Por otra parte, entre los que fueron a escuelas técnicas, la proporción de los que no trabajan y buscan una ocupación (desocupados) son menos que entre los que fueron a una escuela secundaria no técnica (23,9% y 27,8% respectivamente). Asimismo la proporción de los inactivos y la de quienes no trabajan pero no pudo establecerse si buscan trabajo o no, también resulta inferior en el caso de quienes asistieron a un secundario técnico: 5,5% y 5,6% frente a 7,3% y 8,9%, respectivamente.
Grafico 10. Alumnos de los CFP, que asistieron a una escuela técnica, no asistieron y total, por situación ocupacional actual. Caracterización de los que no trabajan por asistencia a una escuela técnica. En porcentaje
Fuente: Elaboración propia en base a datos relevados. Año 2017
Fuente: Elaboración propia en base a datos relevados. Año 2017
Esta parte se refiere a los ingresos laborales mensuales que declaran percibir los participantes de capacitaciones realizadas en los distintos CFP. Estos ingresos son los que se reciben por el desarrollo de una actividad económica. En el caso que hubiera más de una ocupación, se considera la principal, es decir la que demanda más horas. También en este caso la situación de quienes concurrieron a una escuela secundaria técnica parece ser más beneficiosa. Entre éstos, algo más de la décima parte (14,1%) obtiene ingresos de menos de 5 mil pesos, en tanto que entre los que no fueron a escuelas técnicas este porcentaje se eleva al 22,6%5. En los dos tramos subsiguientes (5.001-7.000 y 7.001-10.000 pesos) no parece haber diferencias de magnitud: las proporciones que allí se ubican no difieren significativamente entre quienes concurrieron y no concurrieron a una escuela técnica en su paso por el nivel secundario.
Mirando los mayores ingresos -15.001 y más- se observa que entre los que concurrieron a escuelas técnicas una tercera parte (33,3%) obtiene ingresos superiores a dicho monto en tanto que esa proporción desciende a la quinta parte (20,8%) entre quienes concurrieron a secundarios no técnicos. Una llamativa situación ocurre en el tramo intermedio (10.001-15.000 pesos) donde casi otra quinta parte (18,0%) de estos últimos se ubica allí, en tanto que poco más de la décima parte (12,3%) de los asistentes a escuelas técnicas aparecen en dicho tramo. De todas maneras, con independencia de donde se realice “el corte acumulado” de los distintos tramos, en todos ellos, los asistentes a escuelas técnicas muestran ingresos superiores respecto de quienes no asistieron a escuelas técnicas.
5. Estos porcentajes son los que resultan de considerar también la proporción de quienes no contestaron -que no incide en el análisis- ya es similar en ambos grupos.
Grafico 11. Alumnos de los CFP que trabajan por ingresos laborales y asistencia a una escuela técnica (en porcentajes).
Fuente: Elaboración propia en base a datos relevados. Año 2017
El promedio de ingresos laborales de quienes asistieron a escuelas técnicas y quiénes no, -medida resumen, con todas las limitaciones que presenta- permite advertir la mejor situación relativa de los primeros: los montos respectivos ascienden a 13.485.- y a 10.979.- pesos. Más allá de lo recién presentado, y atendiendo a las diferencias salariales o de remuneración que habitualmente existen entre las mujeres y los hombres, y que también apareciera entre los asistentes a cursos de CFP y se mostrara en un documento anterior6, pareció pertinente hacer una rápida comparación entre ellas y ellos. En primer lugar, entre las mujeres que asistieron a una escuela técnica, la mitad de ellas (49,3%) obtiene ingresos de menos de 5 mil pesos, en tanto que entre los que fueron a escuelas no técnicas este porcentaje disminuye al 38,1%. Esto denota una situación menos favorable entre las asistentes a escuelas técnicas, situación que se reitera al mirar el siguiente tramo (5.0017.000 pesos) y que -considerando la proporción de unas y otras acumulada hasta allí- se eleva a más de dos tercios (68,5%) de las asistentes a escuelas técnicas y a poco más de la mitad (53,2%) de las que no. Por su parte, al considerar los mayores ingresos se observa que entre las primeras menos de una décima parte (7,4%) obtiene ingresos superiores a los 10.000 pesos en tanto que esa proporción asciende a algo más de la quinta parte (22,7%) entre quienes concurrieron a secundarios no técnicos, concentrándose en el tramo de 7.001-10.000 pesos. Como puede apreciarse entre las mujeres los ingresos laborales de las que asistieron a escuelas técnicas son inferiores a las que no asistieron a escuelas de ese tipo, lo cual resulta en una situación inversa a la que se mostrara para el conjunto.
6. Martín Moreno y Paola Pacífico (s/f): La formación profesional en la Provincia de Buenos Aires (mimeo).
Grafico 11.1. Alumnas mujeres de los CFP que trabajan por ingresos laborales y asistencia a una escuela técnica (en porcentajes).
Fuente: Elaboración propia en base a datos relevados. Año 2017
Por su parte, entre los varones que asistieron a una escuela técnica, casi una décima parte (8,7%) obtiene ingresos menores a 5 mil pesos, en tanto que entre los que fueron a escuelas no técnicas este porcentaje se incrementa al (14,0%); esto denota una situación más favorable para los asistentes a escuelas técnicas. En los dos tramos subsiguientes (5.001-7.000 y 7.001-10.000 pesos) hay una paridad de casos entre unos y otros; vuelve a observarse una proporción mayor en el tramo 10.001-15.000 pesos entre los no asistentes a escuelas técnicas vis a vis los asistentes. Al considerar las proporciones acumuladas hasta allí puede verse que se elevan al 45,2% y al 57,3% entre los concurrentes y no concurrentes a ese tipo de enseñanza.
A su vez, al considerar los dos tramos de mayores ingresos se observa que nuevamente los asistentes a escuelas técnicas muestran una mejor situación respecto de los no asistentes ya que un 38,6% y un 26,8% –respectivamente- obtienen más de 15.000 pesos.
Grafico 11.2. Alumnos varones de los CFP que trabajan por ingresos laborales y asistencia a una escuela técnica (en porcentajes).
Fuente: Elaboración propia en base a datos relevados. Año 2017
Apelando a las diferencias porcentuales se puede ver, dentro de quienes asistieron a escuelas técnicas como no técnicas, que las disparidades de ingresos que existen entre varones y mujeres son siempre superiores a las diferencias que se encuentran cuando, dentro de las mujeres y dentro de los varones, se comparan los montos laborales de quienes asistieron a escuelas técnicas comparados con las y los que no fueron a secundarios de esa índole7. Pareciera entonces que la diferencia genérica prevalece sobre la que puede establecer la asistencia a escuelas secundarias de una y otra índole.
En las diferenciaciones presentadas, debe tenerse en cuenta que en los ingresos obtenidos incide el tipo de ocupación desempeñada, la extensión de la jornada laboral, el género del/la empleado/a, además de la asistencia o no a una escuela técnica, que probablemente también incida sobre los factores mencionados –y otros- cuyo análisis va más allá de los propósitos planteados para este documento.
Prosiguiendo con el análisis de los aspectos laborales, y atendiendo ahora al sector de actividad en que se desempeñan los actualmente ocupados, no puede soslayarse que en general el sector de actividad en que la población ocupada se inserta, guarda relación, entre otros elemen-
7. Efectivamente, entre quienes asistieron a escuelas técnicas y quienes no, las diferencias salariales de las mujeres y de los varones (expresadas en puntos porcentuales) son mayores en todos los tramos de ingresos, con muy pocas excepciones, que las diferencias encontradas al comparar varones y mujeres, que hayan asistido o no a escuelas técnicas. Así en menos de 5.000, técnica varón/mujer: -40,6, no técnica varón/mujer: -24,1; varón técnica/no técnica: -5,3; mujer técnica/no técnica: 11,2. De 5.001-7.000, técnica varón/mujer: -9,1; no técnica varón/ mujer: -5,6; varón técnica/no técnica: 0,5; mujer técnica/no técnica: 4,0. De 7.001-10.000, técnica varón/mujer: 5,9; no técnica varón/mujer: 5,8; varón técnica/no técnica: -0,1; mujer técnica/no técnica: -0,2. De 10.001-15,000, técnica varón/mujer: 9,5; no técnica varón/mujer: 8,3; varón técnica/no técnica: -7,3; mujer técnica/no técnica: -8,5. De 15.001 a 20.000, técnica varón/mujer: 17,4; no técnica varón/mujer: 7,3; varón técnica/no técnica: 5,2; mujer técnica/no técnica: -5,0. Más de 20.000, técnica varón/mujer: 18,0; no técnica varón/mujer: 9,4; varón técnica/no técnica: 6,7; mujer técnica/no técnica: -1,9.
tos, con las habilidades o capacidades adquiridas por las personas tanto en su formación formal o no formal y en el propio desarrollo de actividades laborales (formación informal); en este sentido la asistencia –o no- a una escuela técnica en el ciclo secundario se relaciona claramente con dichas habilidades/capacidades.
Entre quienes asistieron a cursos desarrollados en los CFP 8, Industria y construcción –conjuntamente, tal como fue indagada- son las actividades que mayor presencia tienen, una cuarta parte (24,6%). Puede verse que hay una clara distinción en la proporción de quienes allí se desempeñan según el tipo de escuela secundaria al que asistieron; entre los que concurrieron a escuelas técnicas una tercera parte (33,4%) se desempeña en el sector mencionado, en tanto que entre quienes no asistieron a un secundario de esa índole, la inserción en dicho sector se reduce a la quinta parte (21,3%). Debe señalarse que es en este sector de actividad que se encuentra la mayor diferencia entre ellos (12,1 puntos porcentuales9). Sigue en importancia, por la cantidad de ocupados que se insertan, el sector Ventas/comercio con una quinta parte (21,4%) de los encuestados. En este caso, se observa que es mayor la inserción de los que no asistieron a escuelas técnicas (23,3%) frente a los que sí lo hicieron (16,5%); las habilidades o capacidades (técnicas) requeridas para desempeñarse aquí, en principio parecen ser menores que en Industria y construcción. En este sector la diferencia que se registra se reduce a 6,8 pp. Otro sector -también importante por su presencia, aunque menor (17,3%)- es Servicios con características similares al de Ventas/comercio en cuanto a las capacidades requeridas. Allí hay también mayor presencia entre los que no asistieron a escuelas técnicas (18,7%) que entre aquellos que sí lo hicieron (13,7%). En el sector Educativo/social con características similares a los recién mencionados, pero de menor importancia cuantitativa, se reitera la situación descripta: mayor presencia entre los que no fueron a escuelas técnicas (9,0%) que entre aquellos que sí (3,1%) lo hicieron. Finalmente entre quienes se inscriben en la categoría “Otros”, muy importante –como se dijera- cuantitativamente pero en la que convergen actividades de distinta índole y heterogénea en su contenido, también marca una diferencia bastante importante (5,3 pp.) entre quienes concurrieron (28,1%) y no (22,8%) a escuelas técnicas. Sin embargo, dada la heterogeneidad señalada, no puede ser interpretada en relación al significado que esta distinción pudiera implicar.
8. Debe advertirse antes de desarrollar el análisis de este aspecto que entre las alternativas de indagación presentadas a los encuestados, la correspondiente a “Otra” fue indicada por una importante cantidad de ellos (24,2%), prácticamente igual al sector industria-construcción. 9. En adelante pp.
Grafico 12. Alumnos de los CFP que trabajan por sector de actividad de la ocupación y asistencia a una escuela técnica (en porcentajes).
Fuente: Elaboración propia en base a datos relevados. Año 2017
No puede dejar de considerarse la diferente composición genérica que presentan los distintos sectores de actividad. Así, en el sector Industria/Construcción 33,5 de cada 100 hombres allí se desempeñan (38,8 y 30,9 según asistieran a escuelas técnicas o no, respectivamente), cuando se trata de mujeres solo 3,6 de cada 100 (2,5 y 3,8 para asistencia técnica y no técnica) se insertan en este sector. En el caso de Ventas/Comercio son 27 de cada 100 las mujeres allí insertas (30,8 y 26,9 para técnica y no técnica), en tanto que entre varones resultan menos: 19 de 100 (14,4 y 21,4 para técnica y no técnica). En el sector Servicios 28,9 de cada 100 mujeres encuentran allí su ocupación (37,1 y 27,7 en técnica y no técnica), mientras que en el caso de los varones son 12,5 (en técnica 10,2 y en no técnica 13,7). Parece interesante señalar que entre los varones -como en el total- se encuentra la relación entre sector de actividad que requiere formación técnica y mayor proporción entre quienes asistieron a una escuela técnica (el caso de la Industria/Construcción) respecto de los que no, y menor proporción de asistencia técnica en los otros sectores (Ventas/Comercio y Servicios); entre las mujeres no aparece esta relación entre sector y asistencia técnica, prevaleciendo una relación inversa. Finalmente debe destacarse que solo entre las mujeres adquiere cierta relevancia el sector Educativo/social: 16,3%, observándose mayor proporción de las que no asistieron a un secundario técnico vis a vis quienes sí lo hicieron.
Grafico 12.1. Alumnos de los CFP hombres y mujeres que trabajan por sector de actividad de la ocupación y asistencia a una escuela técnica (en porcentajes).
Fuente: Elaboración propia en base a datos relevados. Año 2017
En lo que tiene que ver con la relación laboral, es decir la relación social que se establece en el desarrollo de la actividad productiva, debe señalarse que entre quienes asistieron a las capacitaciones brindadas en los CFP, la relación de dependencia y el cuentapropismo son las dos formas en que una muy alta proporción de ocupados (90,7%) establece en el desempeño de su actividad laboral. La relación de dependencia es la que predomina (61,1%) tanto sea en forma permanente como temporaria. Aparece aquí una diferencia de cierta relevancia ya que en la relación laboral más favorable (el empleo permanente) casi la mitad de los que asistieron a escuelas técnicas (48,4%) trabaja bajo esa modalidad, en tanto que desciende al 38,3% en el caso de quienes no asistieron a ese tipo de escuela secundaria. No aparecen distinciones entre unos y otros en el caso del empleo temporal. La otra modalidad que adquiere cierta relevancia es la de cuentapropista, donde 3 de cada diez (29,6%) ocupados se inserta de esta manera. Como puede apreciarse, entre quienes asistieron a escuelas técnicas se insertan bajo esta modalidad en menor proporción respecto de quienes lo hicieron a secundarias no técnicas (24,9% y 31,3%, respectivamente). Dentro del cuentapropismo se han diferenciado dos situaciones: cuentapropista-microemprendimiento y cuentapropista–changa y en ambos casos es algo menor la proporción entre los que concurrieron a escuelas técnicas, aunque en la segunda situación (más precaria) la diferencia entre unos y otros resulta algo más amplia: 2,7 pp. y 3,7 pp., respectivamente.
En las restantes relaciones laborales, de poca magnitud, no se visualizan diferencias de importancia.
Grafico 13. Alumnos de los CFP que trabajan por tipo de relación laboral y asistencia a una escuela técnica (en porcentajes).
En esta parte, y como descripción de otro aspecto de los laborales, se va a considerar el grado o nivel de relación que guarda el trabajo que tienen los asistentes a los CFP con su formación ya sea formal como no formal.
Entre los participantes en las capacitaciones desarrolladas en los CFP del país puede verse que una cuarta parte (25,8%) de ellos manifiesta que existe mucha relación entre el trabajo actual y formación. Sin embargo el haber o no asistido a escuelas secundarias técnicas, incide en esa apreciación; poco más de una tercera parte (34,6%) de los que sí han cursado en escuelas técnicas encuentran que hay mucha relación, mientras que algo más de la quinta parte (22,4%) de quienes no fueron a esas escuelas encuentran ese nivel de relación. Es aquí donde el tipo de escuela secundaria al que se concurrió presenta al respecto el mayor grado de diferenciación, que deja de encontrarse entre quienes manifiestan que existe bastante relación. El vínculo se invierte al mirar a quienes encuentran poca o ninguna relación entre el trabajo actual y la formación recibida: en el conjunto poco más de la mitad (53,7%), pero la proporción de los que no asistieron a escuelas técnicas asciende al 57,0% y resulta mayor en relación a los que sí asistieron a un secundario técnico (44,9%). Así entre los primeros, algo más de la quinta parte (22,4%) encuentra poca relación y poco más de un tercio (34,6%) ninguna relación, frente a un 14,6% y un 30,2% de los segundos.
Grafico 14. Alumnos de los CFP que trabajan por nivel de relación entre el trabajo y la formación y asistencia a una escuela técnica (en porcentajes).
Fuente: Elaboración propia en base a datos relevados. Año 2017
A partir de las manifestaciones de los entrevistados pareciera que quienes asistieron a una escuela técnica, encuentran trabajos más afines a la formación recibida.
A modo de síntesis, puede verse que en algunos de ellos, el haber asistido a una escuela técnica, introduce algunas diferencias como que en algunos de ellos el haber asistido o no en el secundario a una escuela técnica, introduce algunas diferencias. En lo que refiere a la experiencia laboral que presentan quienes concurrieron a una escuela técnica o no en sus estudios secundarios, entre los primeros se registra una proporción algo mayor de los que alguna vez trabajaron respecto de los segundos. En cuanto a la situación ocupacional actual entre los que asistieron a escuelas técnicas ésta resulta más favorable respecto de los que en asistieron a escuelas no técnicas. Esta mejor situación se manifiesta por la mayor proporción de los que trabajan, la menor proporción de los desocupados (no trabajan y buscan una ocupación), así como de inactivos y de quienes no trabajan sin que pueda establecerse si buscan o no trabajo. También la situación más favorable de quienes concurrieron a una escuela secundaria técnica se pone de manifiesto al considerar los ingresos laborales mensuales. Muestran una menor representación de los que obtienen los ingresos inferiores a los 5 mil pesos y, a la inversa, una mayor representación de quienes tienen ingresos superiores a los 15 mil pesos. El promedio de ingresos laborales de quienes asistieron a escuelas técnicas y quiénes no, permite confirmar la mejor situación relativa de los primeros. Atendiendo a las diferencias de remuneración que habitualmente existen entre las mujeres y los hombres, puede apreciarse entre las mujeres que los ingresos laborales de las que asistieron a escuelas técnicas son inferiores a aquellos que perciben las que no asistieron a escuelas de ese tipo, lo cual resulta en una situación inversa a la que se mostrara para el conjunto. Por su parte, entre los varones que asistieron a una escuela técnica, es más baja la proporción de los que obtienen ingresos menores, en relación a los de quienes fueron a escuelas no técnicas y, a su vez, entre quienes asistieron a escuelas técnicas, es mayor la proporción que se ubica en los dos tramos de mayores ingresos. La diferencia genérica pareciera que prevalece sobre la que establece la asistencia a escuelas secundarias de una y otra índole, ya que las diferencias porcentuales muestran que, dentro de quienes asistieron a escuelas técnicas como no técnicas, las disparidades de ingresos que existen entre varones y mujeres son siempre superiores a las diferencias que se encuentran cuando, dentro de ellos y ellas, se comparan los montos laborales de quienes asistieron a escuelas técnicas con los de quienes no lo hicieron.
En lo que atañe al sector de actividad en que se desempeñan los actualmente ocupados se observan diferencias entre los que asistieron aun secundario técnico y los que no y también diferencias entre varones y mujeres. En el total de alumnos, Industria/Construcción es el sector que mayor presencia tiene en general y entre los que asistieron a escuelas técnicas. Ventas/comercio y servicios le siguen en importancia y en ellos es mayor la inserción entre los que no asistieron a escuelas técnicas.
Los hombres muestran un comportamiento similar al detallado para el total mientras que varía considerablemente entre las mujeres. La mayor presencia se observa en “Servicios”, seguido de cerca de “Ventas y Comercio”, en todos los grupos aunque con mayor prevalencia de las que asistieron a escuela técnica. La prevalencia de las que no asistieron se observa, solo y levemente, en el sector “Educativo y Social”.
En lo que tiene que ver con la relación laboral, la relación de dependencia y el cuentapropismo son las dos formas que una muy alta proporción de ocupados establece en el desempeño de su