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Maestros que Inspiran.
Elizabeth Palacios Llera Escuela Primaria Revolución
2ºB
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Xalapa, Veracruz
Hace algunos años escuché al investigador Jorge Vaca decir: “La lectura es una actividad”. En ese instante sus palabras fueron para mí, hielo que derretía dolorosamente mis representaciones sobre la misma. ¿Qué?, así nada más, como salir a correr, dibujar, comer… Sentía que estaba minimizando al templo del saber. Pero la respuesta se encontraba ahí, latiendo, empujando con fuerza, aleteando y vibrando alto: sí, una actividad como cualquier otra, placentera, calmante, in- quietante, necesaria a la cual se le debe dedicar tiempo.
Hay una pregunta que los docentes de educación básica debemos formularnos: ¿para qué queremos que lean las alumnas y alumnos? Si es para resolver un cuestionario, reporte escolar, realizar algún resumen o mejorar su comprensión lectora, me parece que estamos en el rumbo equivocado, porque la lectura es algo para emocionarnos, activarnos, transformar nuestros esquemas y un largo etcétera que está o debiera estar en movimiento.
Sin más preámbulo les comparto mi experiencia que zumba y danza así: Mi vida de abeja es un fantástico esfuerzo de Kirsten Hall para transmitir ternura y amor por un polinizador. Pude haberle dejado toda la responsabilidad a la autora y a la ilustradora Isabelle Arsenault para que con los vocablos e imágenes los estudiantes disfrutaran del cuento. Sin embargo, en esta ocasión decidí desarrollar trabajo previo, que forma parte de un proyecto pensado a partir de los talleres del Fairchild Challenge, impartidos por especialistas del INECOL.
¿Cómo abordé este texto?
1.- Familiarizar a niñas y niños con el personaje principal para permitirles sentirse seguros y asimilar mejor la información proporcionada con anticipación, enriqueciéndola con la presentada en el libro. Desde una semana antes, aproximadamente, inicié el tema de los polinizadores con diversos ejercicios, incluí sopa de letras, crucigramas, exposiciones, dibujos, investigaciones, etc. Cuando llegó el momento de mostrarles la obra, una alumna que habló de las abejas, nos dijo: - “por cierto, no les dije en mi exposición, ellas no perciben el color rojo”-. pertenece, debido a ello, es importante de alguna manera hacerles sentir que pueden quedársela. Para lograrlo, les entregué una hoja con las indicaciones debidas en cuanto a dobleces y cortes para convertirla en un mini libro y llevarlo a casa, este tiene actividades para completar palabras, ordenar sucesos de la historia, colorear y escribir retomando elementos significativos del relato. Finalmente salimos a la explanada y acomodados en forma de una flor, se pusieron a leer su trabajo, emocionados con la idea de posar para la cámara y mostrar su creación.
2.- Dejar hablar al título, preguntar al grupo, cómo vivirían si fueran abejas, nos abre un abanico de ideas y situaciones hipotéticas muy divertidas. - ¿Estos insectos irán a la escuela? “Por suerte no”, - contestaba una alumna. - ¿Harán pipí o popó como nosotros? “¡Qué asco!”, - decían unos niños.
3.- Hacer que los escolares se muevan, es cierto, todo ocurre gracias a nuestras funciones superiores, pero es necesario dejar que sus cuerpos se activen con la narración, especialmente cuando trabajamos con infantes. No olvidemos, podemos recurrir al cuento motor. Durante la lectura pedí actuaran como abejas. Uno de mis alumnos extrovertidos, comenzó a “volar” por todo el salón, los demás solo “zumbaban” desde su lugar, al verlo danzar, no dudaron en imitarlo. Entonces les indiqué fueran a su colmena y señalé el cartel elaborado por uno de los compañeros. Se apilaron, “vibraron, cantaron, y aletearon” al ritmo de “lap, lap, lap y tap, tap, tap”.
4.- Preparar un material que les recuerde la obra: usualmente solo contamos con una por título y aunque existe el préstamo a domicilio, esta no les
Las posibilidades para plantear un texto son infinitas. No dejemos que nuestra ardua labor como docentes con toda la carga académica y burocrática por realizar, nos impida ocuparnos de disfrutar y motivar el amor por la lectura. Y si esto nos muestra una razón para amar y cuidar nuestro planeta, no la dejemos escapar: que zumbe y dance “lap, lap, lap y tap, tap, tap”.