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4.1.5. La salud del suelo
gracias a una biomasa viva de microbios que representa del 1 al 5 % del carbono total del suelo. Son organismos que crecen, viven y mueren a un ritmo rápido. Mediante la actividad anabólica, los microbios sintetizan moléculas complejas lo que contribuye al almacenamiento de carbono. La mayor parte del carbono nuevo en el suelo ingresa por las raíces vivas y queda enterrado cuando mueren las plantas. /// La edad promedio del carbono enterrado aumenta con la profundidad. En las islas y lagos del bosque de Suecia se estudió la acumulación de carbono en el suelo. Pero, contra lo previsto, se pudo observar la acumulación de depósitos de carbono joven en las profundidades. La única forma de que exista una inversión en la acumulación en capas, corresponde a los azúcares enviados por los árboles mediante las raíces. /// El estudio del ADN de los hongos micorrízicos, permitió rastrearlos a mayor profundidad. El estudio indica que entre 50-70 % del carbono en el suelo proviene de las raíces y los hongos. El estudio se hizo en 30 islas en los lagos nórdicos que sufrieron incendios en los últimos 5.000 años. Estos bosques boreales tienen el 16 % de todo el carbono de los suelos del planeta.
Cambios en el ciclo de carbono. Los microbios del suelo húmedo son más sensibles a la humedad y emiten más carbono (respiran más) que los microbios de regiones secas. /// Un estudio calculó que los microbios del suelo añaden entre 44 y 77 GtC/año a la atmósfera mediante la respiración. El aumento de temperatura debería aumentar la respiración, pero los microbios responden de manera diferente a los cambios de humedad, por lo que el resultado final es incierto. /// En un trabajo de campo se formaron recintos para encerrar árboles individuales. Se los llenó de una brisa de CO2 hasta 700 ppm. Una década más tarde se encontró que los árboles crecieron más rápido, pero el carbono en el suelo se redujo 15 % cerca de la superficie. Los microbios y hongos del suelo se volvieron más activos en un proceso forzado, donde las raíces exudan azúcares que alimentan a los microbios. Pero mientras consumen lo que entregan las raíces, también consumen el carbono acumulado en el suelo. /// Un metaestudio usó datos de siete experimentos con arbustos y suelo afectado por sequías y calentamiento. Se encontró que la pérdida de carbono del suelo resultó ser más sensible a los cambios en la humedad que a la temperatura. En suelos húmedos el carbono se acumula como turba y el posterior secado permite la pérdida de carbono. En suelos secos, la sequía limita la biota, lo que impide la descomposición y pérdida de carbono. /// Otro metaestudio se basó en 439 trabajos sobre la respiración del suelo publicados entre 1989 y 2008. Se consideraron los datos de CO2, temperatura y precipitaciones. Se encontró que la respiración aumentó 0,1 % al año desde 1989 y que se correlaciona con la temperatura, pero no con la lluvia. Se calculó que la cantidad de CO2 que fluye en los suelos son 25 GtC por año.
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La extinción del suelo. Como el consumo de suelo por la agricultura es más rápido que la reposición natural se puede pensar que el suelo es un recurso no-renovable, y a escala humana “se pierde para siempre”. Según la ONU, más de un tercio del suelo global está en peligro de extinción y al ritmo actual todo el suelo cultivable desaparece-
415. Los minerales en el suelo. El suelo es un ecosistema que se mantiene gracias a los elementos químicos (nutrientes) y minerales básicos. La actividad agrícola es un proceso de minería extractiva. Las reservas básicas de minerales son menores en los campos agrícolas, comparado con el terreno protegido por el alambrado y los campos silvestres (izquierda). Los campos agrícolas necesitan el aporte periódico de nutrientes debido a la pérdida por extracción y lixiviación (derecha).
ría en 60 años. /// El proyecto Global Soil Map tiene como objetivo generar una base de datos en tiempo real de la condición de los suelos. Se trata de pasar de un mapa con resolución de 1.000 m a otro de 100 m. Se requieren encuestas de campo, información de drones, imágenes satelitales; análisis de laboratorio; etc. Se busca tener en tiempo real la salud del suelo: niveles de arcilla, limo y carbono orgánico; acidez; y densidad general. /// Un caso de suelo en extinción ocurre en California. En 1997 se designó como “suelo estatal” al San Joaquín (durixeralfs abruptas). Pero este honor no fue acompañado con ninguna protección legal y el problema es que forma una capa superficial dura (compacta y densa) que repele las raíces y el agua. En las zonas agrícolas está “anidando” entre franjas de tierras agrícolas de primera calidad. Los agricultores frustrados recurren al uso de explosivos para eliminarlo. Un método dramático de extinción del suelo.
Las causas de la pérdida. El suelo, que no es basura, se deteriora por causas naturales y humanas. (1) La erosión. Un estudio calculó que se pierden 36 Gt de suelo al año debido al cambio de uso del suelo. Se analizó el período 2001-2012 y se encontró un aumento de 2,5% entre extremos, principalmente por la tala de bosques y posterior erosión por agua. Un nivel de erosión moderada-alta afectaba al 10% de la superficie en Sudamérica en 2012. El deterioro es por agua, nieve, viento y gravedad. Son causas que se agravan en los suelos sin cobertura con el suelo expuesto. La falta de protección produce pérdidas de materia orgánica y minerales, así como el calentamiento y reducción de la vida subterránea. Las sequías favorecen las pérdidas por el viento. Las inundaciones y deslizamientos arrastran el suelo al fondo de los valles o sobre los ríos y embalses. /// En un estudio realizado en Costa de Marfil se midió la pérdida natural del suelo. Un bosque en pendiente pierde 0,03 t/ha/año (toneladas de suelo por hectárea al año). Luego de la deforestación, las laderas desnudas pasan a perder 138 t/ ha/año y cuando se cultivan bajan a 90 t/
ha/año. Esta pérdida de suelo puede llevarlo a la desaparición. (2) La compactación se refiere al aumento de la densidad aparente. Se produce por el tráfico de maquinaria agrícola, la operación en suelos húmedos y el uso de siembra directa (falta de laboreo mediante arado que airea el suelo). El suelo compactado tendrá menos rendimientos porque la falta de porosidad afecta al crecimiento de las raíces. La falta de aireación reduce la absorción de nutrientes y la estructura cerrada impide la infiltración del agua. (3) La salinización es el proceso de acumulación de sales. Afecta al rendimiento de cultivos, produce corrosión de metales y la pérdida de calidad del agua. Una causa es el riego con aporte externo de sales y el ascenso de sales desde el subsuelo por exceso de humedad. El exceso de sales puede llevar a la desertificación que también se produce por sobrepastoreo y deforestación. El exceso de pastoreo reduce la masa de raíces, aumenta la escorrentía, y aumenta la temperatura del suelo. Por ejemplo, en Pakistán, el río Indo y su acuífero subterráneo alimenta al 90 % de los cultivos. El problema es que el Indo transporta 22 Mt de sal por año desde las montañas y solo descarga la mitad en el Mar Arábigo. El resto queda en el suelo y son casi 100 gramos/m2 de sal al año que se acumulan en el terreno irrigado. Esto resultó en un 50 % de suelo en proceso de pérdida grave. Se está produciendo una “cicatriz agrícola” en el planeta. (4) La contaminación en niveles bajos puede ser procesada por la biota del suelo. Se puede hacer remediación (descontaminación) reavivando las funciones naturales de la geología, la química y biología. (5) La acidificación se produce por lixiviación de materiales por la lluvia o por la recolección mediante cosechas que se llevan elementos base. Los fertilizantes nitrogenados y la lluvia ácida aceleran la acidificación. La región pampeana es neutra, mientras que la Patagonia y Amazonia son suelos ácidos. Los bosques de coníferas son ácidos.
Las estrategias de conservación. La erosión del suelo puede reducirse con las prácticas agrícolas de conservación del suelo que podrían ahorrar 1 Gt de suelo al año. La reducción de pérdida de suelo gracias a la agricultura de conservación llega al 16 % en Sudamérica y Argentina tiene la producción más avanzada mediante agricultura de siembra directa. La proyección de la pérdida acumulada (deuda global) de carbono debido a la agricultura desde su origen es de 133 GtC para los 2 m superiores de suelo. La tasa de pérdida se aceleró en los últimos 200 años. Si el suelo se seca, el viento puede levantarlo y moverlo, siendo un aporte a otra región. El pastoreo y las tierras de cultivo contribuyeron casi por igual a la pérdida de suelo. Los hotspot son las regiones de cultivos industriales y de pastoreo semiárido. Algunas acciones para la conservación del suelo en las actividades agrícolas son las siguientes. (1a) La agricultura de contorno. Implica la labranza y siembra a lo largo del contorno del terreno, en lugar de arriba-abajo de la pendiente. Los surcos y las hileras de plantas actúan como diques que frenan el flujo de agua e impiden que se formen arroyos. (1b) Las terrazas. Son crestas de tierra construidas con un canal de agua a lo largo del lado superior. Se diseñan para interceptar la escorrentía en una pendiente. El agua se canaliza a una velocidad más lenta, a lo largo del canal de vegetación. (2a) El cultivo en franjas. Se trata de alternar tiras de grano fino (centeno) o cultivos forrajeros (trébol) con cultivos de grano grueso (maíz). Así se controla la erosión reduciendo la velocidad del viento y el agua. Las filas de forrajes y cereales tienden a atrapar los sedimentos. Es más eficaz cuan-
do se coloca a lo largo del contorno de la tierra. Funciona mejor si las tiras se colocan en ángulo recto a la dirección de los vientos dominantes. (2b) La barrera verde contra el viento. Se pueden formar cortavientos o cinturones de protección para cultivo o ganado. La protección reduce la velocidad del viento al 50 % en una distancia de cobertura de 1520 veces la altura de los árboles. También funciona como trampa de nieve en el invierno y mantiene el contenido de humedad. Es también un refugio de la vida silvestre. (3a) Franjas de protección o corredores biológicos. Es un área de terreno adyacente a un curso de agua cubiertas de vegetación natural. Mantiene el suelo en su lugar, evita el lavado por escorrentía, purifica el agua por sedimentación. Es un refugio para la vida silvestre. Las zonas con tampones de árboles ralentizan la escorrentía. Entre la zona de árboles y las tierras de cultivo se puede dejar una zona de amortiguamiento. Se cortan las raíces para evitar la expansión de los árboles a la zona de cultivo. Un problema es que la sombra de los árboles altos evita que la luz del sol llegue a los cultivos. (3b) Vías de césped. Son canales con vegetación permanente para transportar la escorrentía superficial sin causar erosión. La hierba desacelera el flujo de agua y protege el suelo de la erosión, sin alterar el curso natural del agua. (4a) Estabilizadores de riberas. Se usan para contener las olas, la corriente o la nieve. Se pueden hacer mediante diques naturales (rocas sueltas en un despeñadero), gaviones (jaulas de alambre rellenas de rocas) o reforestación (trampa de sedimentos con plantas y arbustos). (4b) Control de sedimentos. Se puede hacer mediante una malla protectora (tela de filtro) y la barrera de piedra triturada que se coloca sobre una corriente. La piedra impide el movimiento de las partículas grandes y desacelera la velocidad. Se pueden usar también estanques de sedimentación para la deposición de sólidos en agua. (5a) La siembra directa con mínima o ninguna labranza mediante arado demostró ser una buena herramienta para conservar el suelo. Pero también se la acusa de compactar el terreno. (5b) El uso de agricultura de precisión permite reponer los fertilizantes en forma puntual a cada palmo de suelo. Esto garantiza que no se usen compuestos añadidos en exceso y se mantenga la base biológica original. (5c) La rotación de cultivos. Consiste en rotar cultivos complementarios. Algunas ventajas son: reduce el riesgo de que se establezcan plagas y enfermedades, reduce el uso de plaguicidas. Los cultivos forrajeros (leguminosas como el trébol o alfalfa) se usan como abono verde para reconstruir suelo, las legumbres fijan el nitrógeno, las raíces profundas crean túneles para el aire y el agua, protegen la superficie contra la erosión hídrica y eólica. (5d) La plantación de cultivos de cobertura (que no se cosechan). Se usan para absorber el impacto de la lluvia, reducir la velocidad de la escorrentía, mantener el suelo en su lugar y fomentar una mayor infiltración. Permite reducir la temperatura, impedir la proliferación de malezas y mantener activo el ecosistema del suelo. Se plantan en áreas de erosión, como pendientes, bancos de arroyos y ríos, alrededor de los pozos para proteger los suministros de aguas subterráneas contra la contaminación. Si un cultivo de cobertura se aplasta demasiado tarde, el cultivo podría producir semillas. El resultado es un cultivo de malas hierbas que competirá con los cultivos comerciales de la próxima temporada. Y si se aplana pronto, puede volver a crecer. Otro aspecto para considerar es que el cultivo de cobertura crea una superficie más oscura y absorbe más calor.