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4.4.5. Estudios de casos
resistir los hongos patógenos específicos de estas áreas forestales. Pero no fue así, porque se encontró que sufrían más las infecciones de patógenos. (2) Podría ocurrir que los árboles maduros apoyaran a las plántulas cercanas con el aporte de azúcares mediante la red de hongos EM. Pero no se encontraron evidencias de esta cooperación. Las plántulas que fueron aisladas de los hongos EM crecieron mejor que el resto. (3) La disponibilidad de nitrógeno dentro y fuera de los parches de baja diversidad podría ser diferente. Esta parece ser la causa, ya que se encontró que los parches tenían menos cantidad de nitrógeno inorgánico, lo que afectó a las otras especies. Los isótopos de nitrógeno mostraron que los hongos lo comparten con el árbol dominante bajo estudio, en tanto privan a otras plantas del suelo de este nutriente.
La triple simbiosis. Las asociaciones de bacterias y hongos AM son sinérgicas con las plantas. Un 80 % de las plantas forman simbiosis con los hongos AM (Glomeromycota) y muchas también forman nódulos con bacterias fijadoras de nitrógeno. /// Los hongos de las semillas y hojas (Hypocreales y Xylariales) tienen una historia evolutiva compartida con las bacterias endosimbiótica en las hifas de los hongos. Los análisis filogenéticos muestran que siete phylum de bacterias forman simbiosis en el interior de las hifas. Las bacterias pueden modificar los fenotipos fúngicos, alterar el sustrato, regular la expresión genética y la producción de metabolitos. Por ejemplo, un hongo (Rhizopus microsporus) puede albergar a una bacteria (Burkholderia rhizoxinica) que produce virulencia y enferma a la planta de arroz. Si se elimina la bacteria, el hongo pierde la virulencia y la capacidad de producir esporas asexuales. El estudio del ADN mostró que algunas bacterias simbiontes de hongos pueden absorber nutrientes de ellos, por lo que compiten con la planta. perturba la triple simbiosis. Cuando se agrega nitrógeno al suelo en forma artificial (fertilización) se produce un pico de actividad trófica, que acelera la liberación de carbono del suelo y ayuda a degradarlo. En 1961 se usaban 8,6 kg/ha de fertilizante nitrogenado, pero en 2006 pasaron a ser 62,5 kg/ha. Los experimentos realizados en 25 pastizales de todo el planeta (proyecto Nutrient Network) encontraron que la adición de nutrientes favorece a las bacterias de crecimiento rápido y disminuye la abundancia de los hongos simbiontes con las plantas del pastizal.
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Los hongos de la Roya. La agricultura es especialista en volver global un problema local. /// En el 2012 una epidemia del hongo Roya de Café (Hemileia vastatrix) se esparció en el Caribe: produjo pérdidas en la cosecha de café del 70 % (Guatemala). La roya es un hongo que ataca a las hojas y se conoce desde 1865 en África; en 1970 estaba en Brasil y en 2005 estaba en el resto de los productores de café. Se volvió global para el café arábica, que es el 70 % de la producción global de café. Los arbustos pueden ser tratados con químicos, pero se tardan años para que la planta se recupere. Como la roya no sobrevive por debajo de los 10 °C, los caficultores se trasladan más arriba en las montañas buscando un clima más frío y seco. El humus de lombriz (vermi-
compost) contiene ácidos húmicos (principal componente de las sustancia húmicas), lo que mejora el suelo y la resistencia a la infección de la roya. /// En otro ejemplo, el hongo sudamericano Roya de Trigo (Puccinia striiformis) llegó a Bangladesh y la India produciendo pérdidas totales en 2016. El hongo infecta las cabezas de trigo y evita la producción de semillas. No hay resistencia natural a esta enfermedad y los fungicidas no son eficientes por el desarrollo de resistencia en el hongo. El hongo estuvo aislado en Argentina y Brasil hasta el 2011. Entonces tuvo una mutación en una proteína que es reconocida por el trigo que genera una defensa. Esta mutación le permite al hongo escapar a la resistencia del trigo. /// Otro hongo de la Roya (Puccinia monoica) infecta a la planta soporte y transforma las hojas en pseudoflores de color amarillo brillante. Son flores falsas que están cargadas de células fúngicas y atraen a los polinizadores y propagan la enfermedad. Lo mismo ocurre con bacterias parásitas (fitoplasmas) que convierte a las flores en brotes de hojas porque sus pétalos son verdes. Esto esteriliza a la planta, pero la mantiene viva, con lo que alimenta a las bacterias y atrae insectos chupadores de savia que funcionan de vectores para propagar las bacterias. Un estudio encontró que las bacterias pueden manipular a sus anfitriones mediante una proteína (SAP54) que interactúa con otra proteína de la planta (RAD23). Esto impide la eliminación de desechos de la célula vegetal. Las bacterias controlan a las plantas e insectos con la misma proteína, lo que muestra la relación entre los sistemas de protección vegetal y animal.
El hongo del Mío-Mío. El General Juan Lavalle contaba con una fuerza de caballería muy experimentada en batallas contra Brasil (batalla de Ituzaingó), lo que le daba cierta ventaja. En el año 1829 se enfrentó a Estanislao López cerca de Buenos Aires (localidad de Carrizales). López estaba en inferioridad de condiciones, pero eligió el lugar de la batalla esperándolo en campos que contenían plantas de Romerillo o MíoMío (Baccharis coridifolia). Se trató de una emboscada vegetal. Estas plantas son tóxicas y para que no pastaran los caballos, López les colocó morrales. En cambio, los caballos de Lavalle pastaron en la zona y unos 600 amanecieron muertos. El regimiento unitario de Lavalle, aunque superior en número y armamento a los federales de López, fue diezmado. Hoy el Mío-Mío está en el noreste de Argentina. La planta no es venenosa, pero forma simbiosis con un hongo nocivo (género Myrothecium). El hongo produce un compuesto (tricoticenos roridina) que se transforma en un tóxico (baccarina) en la planta. En el siglo 19 a la planta se la conocía como “Piume” (en la lengua pampa) y se la usaba para curar “manqueras en los pingos mezclando tiernos brotes con grasa, formando una pasta que untaban en zona afectada del caballo.” También se lo usó para bañar a las ovejas en agua con Mío-Mío y eliminar la sarna.
El hongo Armillaria. El organismo vivo más grande conocido es un hongo de la especie Armillaria ostoyae que lleva 21 Ma de evolución. El ejemplar más grande tiene unos 2 km de superficie, pesa 400 toneladas y está en Oregón. El hongo creció de un solo individuo y tiene entre 1.900 y 8.650 años de vida. El límite superior es el final de la última era glacial (11.000 años). Las mutaciones genéticas acumuladas por el hongo son muy bajas, lo que puede ser
consecuencia de la reparación del daño del ADN o por tener una tasa de división celular muy lenta. Cuando las hifas encuentran árboles débiles, los colonizan por sus raíces, los matan y procesan. El hongo Armillaria puede reabsorber las sustancias que exudan las raíces, anticipándose a otros competidores. Cuando estos aparecen puede crear un ambiente químico intolerable para ellos.