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La llegada de una nueva compañera

LUISA GONZÁLEZ, VIRGINIA TEJEDOR. TRABAJADORAS SOCIALES. REAPS PICÓN DE JARAMA Y MARIA BARRIO. ALUMNA EN PRÁCTICAS. UNIVERSIDAD DE COMILLAS

Octubre ha sido el mes de recibimiento de María, alumna de prácticas de la Universidad Pontifica de Comillas, desde el Equipo Social nos sentimos orgullosas de poder contribuir a la formación de futuras compañeras trabajadoras sociales y acompañarles en una de sus primeras aproximaciones a la realidad social. Vivimos este hecho como una gran oportunidad de aprendizaje mutuo donde se unen la frescura innovación inicial con la calma y experiencia de los que llevamos años interviniendo, pero la misma fuerza por buscar siempre la máxima profesionalidad. Mezcla de miradas y perspectivas que amplían nuestro enfoque, ilusionan y motivan en el día a día de nuestra profesión. Presentamos su impresión a los pocos días de comenzar.

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Desmontando Convencionalismos

Mi nombre es María Berrio Vaquerizo, estoy cursando cuarto de Trabajo Social y Criminología, por lo que este año debía elegir un centro de prácticas. Sinceramente, el centro de Picón no entraba en mis planes, fue un error administrativo que me asignaron a tan solo seis días de empezar. Lo único que sabía de Picón es que era un centro de menores con problemas de conducta, me dieron opiniones basadas en prejuicios diciendo que iba a ser duro y difícil para mí, que fuera preparada.

Con estos antecedentes me presente el martes 5 de octubre en el centro, nerviosa y desconfiada.

Bajaron a buscarme y entré en un centro que parecía pequeño, pero después de abrir varias puertas me di cuenta de que en Picón no se puede juzgar nada por las apariencias. Es un centro que cuenta con dos edificios y varias explanadas. Una vez en el despacho de las tra-

bajadoras sociales empecé a leer diferentes procedimientos para poder entender el esqueleto de Picón. Tienen un proyecto estructurado en fases que me impacto. Cuando lo leí, pensé “si esto funciona se pueden cambiar muchas cosas”. A lo largo del día me fueron presentando a varios profesionales y niños. Hoy, después de tres semanas solo soy capaz de recordar el nombre de cinco personas. En Picón cuentan con un equipo compuesto por subdirector, enfermera, psicólogas, trabajadores y educadores sociales. Es decir, un grupo de profesionales en mayúsAl final del día me enseñaron el centro. Está dividido en cuatro grupos de convivencia en función de la fase en la que se encuentre el menor.

Empezaron por el grupo que está en fase de acogida, ellos acaban de entrar en el centro y cuentan con mayor supervisión y restricciones debido al poco tiempo de estancia y la necesidad de mayor control.

El contraste fue increíble cuando vi el grupo que está en la fase de autonomía, es decir los menores que están finalizando el proyecto y se preparan para el alta. La zona en la que viven estos niños me la enseño una de las chicas que vive en él, explicándome con orgullo cada estancia de su “casa”, en esta parte de Picón no hay presencia del equipo de seguridad, las actividades y rutinas son autónomas, la presencia educativa se enfoca desde un acompañamiento generador de autorresponsabilidad, las actividades formativas y de ocio se realizan con entidades externas ya que se les prepara y entrena para iniciar una vida autónoma fuera de la residencia.

Después de estas tres semanas puedo desmontar cualquier convencionalismo sobre Picón, y creo que este error administrativo va a ser una gran oportunidad.

LA REVISTA DE PICÓN, SURGE PARA PODER ACERCAR LA COTIDIANEIDAD DE NUESTRA RESIDENCIA DE ADAPTACIÓN PSICOSOCIAL PICÓN DE JARAMA TANTO A FAMILIARES DE JÓVENES QUE PRESENTAN CONDUCTAS LLAMATIVAS DESDE LA INFANCIA O EN LA PREADOLESCENCIA, A PROFESIONALES QUE NECESITAN O SIENTEN LA CURIOSIDAD DE SABER MÁS ACERCA DE UN TEMA TAN COMPLEJO.

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