12 Los Kings se quedan sin corona
Los Angeles Lakers sumaron cincuenta y ocho victorias en
la temporada 2001-02. Desde el punto de vista estadístico y médico, todo estaba en su sitio. O’Neal se recuperó de la lesión del dedo del pie y acabó con una media de 27,2 puntos y 10,7 rebotes por partido. Bryant jugó su mejor baloncesto hasta la fecha, como lo demuestra su promedio de 25,2 puntos y 5,5 asistencias. Fisher se perdió doce partidos, pero volvió y acabó siendo su segunda mejor temporada anotadora (11,2 por partido). Además, se consolidó como uno de los mejores bases de la Conferencia Oeste. Jackson utilizó todas las herramientas de las que disponía para mantener la cohesión del equipo y, en general, funcionó. Eran un buen equipo. Un equipo fuerte. Un equipo probado. Pero, para ser sinceros, los Sacramento Kings con sus sesenta y una victorias eran mejores. La idea en sí era absurda. O, dicho de otro modo: si un aficionado de los Kings de principios o mediados de la década de los noventa se despertara de un coma y le dijeran que su franquicia era superior a Los Ángeles Lakers, no dudaría en reír o llorar, y se preguntaría qué drogas se había tomado Mike Peplowski y Duane Causwell para alcanzar el estrellato de la NBA. «Era una franquicia inestable —cuenta Mitch Richmond, que había jugado con los Kings de 1991 a 1998—. Éramos el hazmerreír disfuncional de la liga.» 310