Wicked Cookers. La Venganza del Pajarete

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Nº 31 · SEPTIEMBRE 2010 · P.V.P. 1,80 EUROS

revista gastronómica y club de vinos y restaurantes

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Colaboraciones LA VENGANZA DEL PAJARETE POR NACHO RODRÍGUEZ

Wicked Cookers Esta columna, que como saben suele tratar asuntos colaterales al mundo de la gastronomía, no es la primera vez que se centra en el aspecto mediático que la cocina ha adquirido en nuestros días y en los cocineros convertidos en celebrities y estrellas, no sólo de la famosa guía de restaurantes. Dentro de esta consideración del ‘Cook & Entertainment’, hoy quiero presentaros a mis cocineros perturbados favoritos, showmen de la espumadera a los que, a una técnica y un amor por su trabajo, acompaña una gracia natural, un punto de sal y pimienta a la parrilla televisiva (disculpen la acumulación de tópicos, me ha sido inevitable). El primero de ellos es José Luís Santamaría, más conocido como ‘El Cocinero de Rota’. Con su chispa gaditana, este cocinero saltó a la fama cuando al Gran Wyoming le dio por sacar en ‘El Intermedio’ de La Sexta cortes de su programa en la televisión local de su pueblo. Tras el apagón analogico, en lugar de encerrarse en su restaurante, Santamaría ha aprovechado el tirón de las nuevas tecnologías y tiene su propia web, cuenta en Facebook, Twitter y MySpace y su canal en Youtube. El Cocinero de Rota es el personaje televisivo más natural que se puedan imaginar, porque tanto él como su cocina son de lo más rústico que hay. Seguimos en La Sexta para encontrarnos con Bruno Oteiza, con su espacio propio matutino. Con un currículum impresionante a sus 40 años recien cumplidos, su restaurante el Biko está incluido en la lista de los 50 mejores del mundo. Su

programa comienza en el supermercado, para irse a la cocina en la que, entre gritos y onomatopeyas, elabora platos con influencia de todas las gastronomías del mundo. Es un tipo hiperactivo y pone un poco nervioso al espectador, pero se le nota que tiene una formación sobresaliente. Mención especial merece el Falsarius Chef, cuya identidad real es desconocida, ya que se oculta tras unas gafas y un nariz de coña. El mérito principal de Falsarius es que es uno de esos casos de blogger que comienza a ganar adeptos hasta que saltan a los medios. Le han entrevistado en todos los canales y llegó a tener un miniespacio dentro de ‘Estas no son las noticas’ de Cuatro, pero ahora se maneja fantásticamente bien con su blog, su canal de Youtube y su Facebook. Si Santamaría es la naturalidad, Falsarius es el descaro. Su ‘Cocina para Impostores’ está dirigida a aquellos que no saben cocinar, dándoles recursos para que, con cuatro latillas, puedan sorprender a quien pase por su mesa, incluso a ese “invitado mamón”, que viene a casa a mirar por encima del hombro nuestras creaciones. Y, finalmente, el maestro de todos ellos, Don Karlos Arguiñano Urkiola. Telecinco acaba de dejar escapar el único espacio con un mínimo de calidad que

había en su programación, con lo que nos ha dejado sin muchos motivos para mantenerlo sintonizado en nuestros receptores. Recién fichado por Antena 3, el más mediático, noble, entrañable simpático, campechano, humorista, rockero y cocinero de la televisión, con casi dos décadas entrando diariamente en nuestros hogares, el tío Karlos ha sido el gran divulgador de la gastronomia de nuestro país, lo que ha favorecido enormemente que hoy día nuestra cocina ocupe el lugar que ocupa. No voy a extenderme más hablando de él por tres motivos: (1) porque poco queda por decir que no se haya dicho ya, (2) porque es un personaje tan completo que intentar abarcarlo es casi imposible y (3) porque soy tan fanático de su trabajo que quedaría feo. Bendita locura, en definitiva, la de todos estos fantásticos cocineros, porque nadie como ellos ha entendido eso de que la gastronomía, amén de otras funciones, sirve para hacer feliz a la gente, alimentando el espíritu, dibujando sonrisas en nuestras caras y en nuestros estómagos.

MESA Y NEGOCIOS • Septiembre 2010

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