Rómulo Betancourt: Más de medio siglo de historia

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Rodulfo González

RÓMULO BETANCOURT: MÁS DE MEDIO SIGLO DE HISTORIA

Isla de Margarita, Estado Nueva Esparta, Venezuela, Julio de 2020


Al noble pueblo de Venezuela, que llorรณ la partida de Rรณmulo Betancourt a la eternidad


“Cubre medio siglo de historia venezolana consagrado a la fundación de una democracia y modo de vivir de libertad que habrá de perdurar como una de sus realizaciones más importantes”. José Alberto Zambrano Velasco “En la historia no se producen milagros. Los milagros los hacen los dioses. Los hombres son los que, actuando de acuerdo con las circunstancias y fijándose metas claras, conducen la historia”. Rómulo Betancourt


ADVERTENCIA: Este libro debió haber sido publicado en 2008 por el Comité Ejecutivo Seccional de Acción Democrática en el Estado Nueva Esparta como parte de los actos conmemorativos del primer centenario del nacimiento de tan ilustre venezolano en los cuales tuve el honor de pronunciar el discurso de orden. No se publicó por desidia de sus organizadores a quienes les bastó incluir ese evento que nunca se materializó en el respectivo programa. En ese acto fui el Orador de Orden. En solitario, doce años después, con más información para nutrir el libro, honro la memoria de don Rómulo Betancourt, vía Internet inicialmente y después en formato papel.


ÍNDICE Advertencia El autor Pórtico Cronología Los primeros años El bautizo político Tres exilios El Plan de Barranquilla Acción Democrática fue su gran obra Rómulo Betancourt, ¿The Great? ¿Una biografía? El modelo betancurista está en liza La Doctrina Betancourt Los recuerdos de Simón Alberto Consalvi Lo que reveló una fotografía Un personaje historiográfico Un gesto de pedagogía cívica Su primer amor fue Venezuela Rómulo o una vida triunfante Sentó las bases del Estado de Derecho Rómulo visto por Américo Martín Rómulo visto por Teodoro Petkoff El más grande estadista de Venezuela Más presente que nunca El muchacho de Guatire que llegó a ser presidente Recuerdos de Rómulo Betancourt, el gobernante Betancourt no fue asesino, bachiller Rodríguez Betancourt y nosotros Betancourt en una biografía La modernización de las Fuerzas Armadas No soy un hombre de mitineo Un hombre de primera importancia en la historia venezolana Relaciones con los medios de comunicación social Obsesionado por el país Tiempo de gobernar La obra de Rómulo Betancourt El magnicidio frustrado La violenta década de los sesenta Bibliografía activa Biblio-hemerografía pasiva Un político sin ocaso Un adversario lúcido


La cancelación del siglo XIX Labor periodística El factor militar Betancourt visto por Domingo Alberto Rangel Epistolario Mis anotaciones El Pacto de Punto Fijo La enfermedad Entendio la necesidad de una convergencia civilizada La muerte AD convertirá exequias de Betancourt en manifestación de pesar colectivo Solemne velorio en Nueva York Actos protocolares El último adiós Dirigentes y militantes de AD lloran la muerte de Betancourt Hablan los líderes de Acción Democrática El entierro Las condolencias internacionales Betancourt multifacético Cuando escapó de la muerte Collage sobre Rómulo Betancourt En la historia no se producen milagros La valoración de los medios de comunicación social italianos


EL AUTOR Eladio Rodulfo González nació en el caserío Marabal, hoy en día parroquia homónima del Municipio Mariño del Estado Sucre, Venezuela. Es licenciado en periodismo, trabajador social, investigador cultural y poeta. Todo cuanto escribe, en prosa o verso, lo firma con sus dos apellidos, Rodulfo González. Publica diariamente los blogspost “Noticias de Nueva Esparta” y “Poemario de Eladio de Eladio Rodulfo González”, Es miembro fundador del Colegio Nacional de Periodistas, Seccional Nueva Esparta. Pertenece a la Sociedad Venezolana de Arte Internacional En formato digital ha publicado los libros Dos localidades del Estado Sucre, Textos Periodísticos Escogidos, Textos Periodísticos Escogidos 2, El Municipio Marcano del Estado Nueva Esparta, Patrimonio Cultural Mariñense, Cristo en la devoción religiosa católica neoespartana, Festividades Patronales Mariñenses, La Niña de Marabal, La Quema de Judas en Venezuela, La libertad de prensa en Venezuela, Poesía Política, El Municipio Gómez del Estado Nueva Esparta, Elegía a mi hermana Alcides, Cien Sonetillos, La Niña de Marabal, Cuatro periodistas margariteños, La historia de Acción Democrática en tres reportajes periodísticos, Festividades patronales del Municipio Antolín del Campo, La Virgen María en la devoción religiosa de Margarita y Coche, Festividades patronales del Municipio García del Estado Nueva Esparta, Venezuela, Festividades patronales del Estado Nueva Esparta, Mosaicos Líricos, Nuestra Señora de Los Ángeles, patrona de Los Millanes, La Hemeroteca Loca, La Hemeroteca Loca 2, Hemeroteca Loca 3, La Hemeroteca Loca 4, La Hemeroteca Loca 5, La Hemeroteca Loca 6, La Hemeroteca Loca 7, La guerra del dictador Nicolás Maduro contra comunicadores sociales y medios desde enero hasta mayo de 2018, Alegría y tristeza, La Quema del Año Viejo en América Latina, La Quema de Judas en Venezuela, 2013-2014, La Quema de Judas en Venezuela 2015, La Quema de Judas en Venezuela, Covacha de sueños, ¡Cómo dueles, Venezuela!, Encuentros y desencuentros, Ofrenda lírica a Briceida, Catorce años de periodismo margariteño, Guarumal, Primera Antología de poemas comentados y destacados, Segunda Antología de poemas comentados y destacados, Tercera Antología de poemas comentados y destacados, Cuarta Antología de poemas comentados y destacados, Brevedades líricas, Grandes compositores y compositoras del bolero, Grandes intérpretes del bolero, La guerra asimétrica del dictador Hugo Chávez contra comunicadores sociales y medios desde 1999 hasta 2003, La guerra asimétrica del dictador Hugo Chávez contra comunicadores sociales y medios 2004, La guerra asimétrica del dictador Hugo Chávez contra comunicadores sociales y medios 2005, La guerra asimétrica del dictador Hugo Chávez contra comunicadores sociales y medios 2006, La guerra asimétrica del dictador Hugo Chávez contra comunicadores sociales y medios 2007, La guerra asimétrica del dictador Hugo Chávez contra comunicadores sociales y medios 2008, La guerra asimétrica del dictador Hugo Chávez contra comunicadores sociales y medios 2009 Poemas disparatados, Guarumal, Imprenta y Periodismo en Costa Rica y Gobernadores contemporáneos del Estado Nueva Esparta. .


Entre sus publicaciones en papel se cuentan El Gallo en el Arte, la Literatura y la Cultura Popular, Pelea de Gallos, Patrimonio Cultural Mariñense, Festividades Patronales Mariñenses, La Desaparición de Menores en Venezuela, Problemas Alimentarios del Menor Venezolano, Niños Maltratados, Háblame de Pedro Luis, Siempre Narváez, Estado Nueva Esparta:1990-1994, Caracas sí es gobernable, Carlos Mata: Luchador Social, Así se transformó Margarita, Margarita y sus personajes (cinco volúmenes; Vida y Obra de Jesús Manuel Subero, La Mujer Margariteña, Breviario Neoespartano, Margarita Moderna, Festividades Navideñas, Cuatro Periodistas Margariteños, Morel: Política y Gobierno, Manifestaciones Culturales Populares de la Isla de Coche, Francisco Lárez Granado El Poeta del Mar, El Padre Gabriel, Manifestaciones Culturales Populares del Municipio Gómez, Manifestaciones Culturales Populares del Municipio Marcano, Ofrenda Lírica a Briceida, Marabal de Mis Amores, La Niña de Marabal, Elegía a mi Hermana Alcides, Dos Localidades del Estado Sucre, La guerra del dictador Hugo Chávez contra comunicadores sociales y medios 2004, La guerra del dictador Hugo Chávez contra comunicadores sociales y medios 2005, La guerra del dictador Hugo Chávez contra comunicadores sociales y medios 2006, La guerra del dictador Hugo Chávez contra comunicadores sociales y medios 2007, La guerra del dictador Hugo Chávez contra comunicadores sociales y medios 2008, La guerra del dictador Hugo Chávez contra comunicadores sociales y medios 2009, La Hemeroteca Loca IV, La Hemeroteca Loca V, La Hemeroteca Loca VI, Nuestra Señora de los Ángeles patrona de Los Millanes y los trípticos literarios A Briceida en Australia, Colorido, Elevación, Divagaciones y Nostalgias. En formato CD ha publicados los libros Publicaciones en CD. La Libertad de Prensa en Latinoamérica y otros textos, Festividades Patronales Mariñenses, Elegía a mi Hermana Alcides, La Niña de El Samán, Marabal de Mis Amores, Festividades Patronales del Municipio Villalba y Festividades Patronales del Municipio Antolín del Campo.


PÓRTICO

“…Fue muy difícil mentalizar al venezolano en la idea de que la convivencia y evolución nacional son producto de un convenio civilizado que culmina en los derechos y deberes de cada quien para cada cual. Esa fue la gran, inmensa labor del estadista Rómulo Betancourt”. Alicia Freilich

Rómulo Betancourt es el único líder político venezolano por el que siempre he sentido ferviente admiración. Y a medida que conozco más sobre su vida y obra esa admiración se ha convertido en veneración, porque gobernó a Venezuela en situación crítica y supo superar todos los escollos que encontró en su camino para superarla, tomando algunas veces decisiones antipáticas, como la reducción del sueldo del funcionariado a los fines de sanear la económica, que encontró en la bancarrota, pero que gracias a esa medida, complementadas con otras que consideró adecuadas para devolverle la felicidad a los gobernados, le permitió entregarle a su sucesor en la Presidencia de la República, doctor Raúl Leoni, un país sin dificultades económicas y en franco crecimiento.


Venero a Rómulo Betancourt porque tuvo el valor de enfrentar exitosamente a quienes quisieron derrumbarlo para establecer en el país un gobierno semejante al de la Cuba fidelista, por su enfrentamiento a las dictaduras de los generales Juan Vicente Gómez y Marcos Pérez Jiménez, por haber echado bases firmes para el establecimiento de la democracia y la modernidad, por su probidad en el manejo de los recursos públicos, por la firmeza que demostró en la defensa de sus principios y la valentía que tuvo para rectificar cuando sus colaboradores le demostraron que estaba equivocado; por la Doctrina Betancourt que más tarde adoptó la Organización de Estados Americanos (OEA) para cerrarles el paso a las dictaduras de toda laya en Latinoamérica y por haber sido un venezolano excepcional que creyó realmente en el diálogo entre opuestos para encontrar un punto de equilibrio que facilitara la convivencia de ambas posiciones. Hace algunos años Virgilio Ávila Vivas, siendo gobernador de Nueva Esparta, me propuso que escribiera un libro sobre Rómulo Betancourt, a lo cual gentilmente me negué porque entonces carecía de las herramientas metodológicas adecuadas para llevar a feliz término esa tarea, máxime si escritores de la talla del profesor Manuel Caballero, Carlos Gotberg, Naudy Suárez y Juan Liscano habían estudiado profundamente la vida y obra de este genial venezolano. Y si ahora acepto el reto de acercarme con mi escritura a quien ha sido considerado como el padre de la democracia venezolana, es porque dispongo de suficiente material biblio-hemerografico, así como herramientas tecnológicas, convencido, como ya lo ha afirmado el escritor margariteño José Joaquín Salazar Franco, de que rastrojeando en este caudal de documentos puedo lograr darle forma a una monografía con los restos de lo que la gran historia no percibió de Betancourt, personaje considerado por el ex presidente norteamericano Ronald Reagan “un gran patriota venezolano”; el “Bolívar de nuestro tiempo” por Alexander M. Haigh, ministro de Reagan; “modelo de líder que escapaba del predominio militar de la década del 1950”, por el malogrado presidente norteamericano John F. Kennedy; “demócrata ejemplar cuyas virtudes personales lo mostraron al mundo como un verdadero estadista”, por Roberto Viola, ex dictador argentino; quien “sentó las bases del Estado de derecho”, por la magistrado Helena Fierro; “una de las figuras más importantes del país”, que “había dejado de ser sólo el líder de un partido político. Guillermo Morón lo consideró uno de los cuatro caudillos surgidos en el país a partir de 1830, al lado de José Antonio Páez, Antonio Guzmán Blanco y Juan Vicente Gómez. Igualmente lo describió como un “hombre organizado, doctrinario, razonador que no vacila en la acción. Criollo en el hablar, en el comer, en el andar, en el sentir”. Y añadió que era “Agresivo en el lenguaje y en la participación, menciona emocionado el nombre de la madre, se detiene para acariciar a un niño… Y uno de los estudiosos de su obra, que había sido su adversario político, el profesor Manuel Caballero, lo calificó de político de nación y advirtió la importancia que tuvo este venezolano excepcional en siglo XX. En declaraciones a J.E. Brando, de El Nacional, Luis Herrera Campins a la sazón presidente de la Repúblico, reconoció en Betancourt dos grandes virtudes, la de entender la necesidad de una política de convivencia civilizada entre los distintos


grupos actuantes en la vida nacional y la de contar con “una destacada probidad y una lucha constante contra la corrupción administrativa”. Al mismo periodista el entonces ministro de Relaciones Interiores, Rafael Andrés Montes de Oca, le reveló que “El pensamiento de los grandes hombres no se entierra con ellos. Y el mensaje de Rómulo Betancourt a la conciencia y el diálogo”. Otro periodista, Alfredo Peña, señalaría que “Rómulo Betancourt entró a la historia en 1928 y ahora se ha marchado para definitivamente quedarse en ella. Los últimos cincuenta años de existencia nacional están singularmente marcados por la figura de este jefe impar de la socialdemocracia vernácula”. Betancourt, desde sus tiempo de estudiante, combatió la dictadura del general Juan Vicente Gómez, tanto en el país como en el exterior, con el instrumento de la escritura (artículos periodísticos, manifiestos), mediante discursos y por intermedio del uso de un arma de guerra en los hechos militares ocurridos el 7 de abril de 1928, cuando después de vivir en la clandestinidad algún tiempo, se exilió en Curazao, luego de burlar la vigilancia político-militar disfrazado de peón. No pudo participar en la conspiración del “Falke”, comandada por el general Román Delgado Chalbaud, padre de quien sería su ministro de Defensa en la Junta Revolucionaria de Gobierno, el teniente coronel Carlos Delgado Chalbaud, por una jugarreta del destino que probablemente lo salvó de la muerte en Cumaná, donde fuerzas militares gomecistas esperaron a los insurgentes para aniquilarlos. Resulta que la nave “Gisela” donde viajaba Betancourt para incorporarse a la sublevación naufragó. Presente en la vida política del país desde 1936, en la oposición o en el gobierno decisivamente, sostiene Morón, pero la historia revela que su lucha comenzó en 1928, cuando era un estudiante. Él hizo famosa muchas frases: “mulitsápidas hallacas”, “ni renuncio, ni me renuncian”, “un partido comunista sin clase obrera es como un arroza con pollo pero sin pollo”, “obsoleto y periclitado”, “adeco es adeco hasta que se muere”, “como la cola al perro y como la sombra al cuerpo” (se refería a los comunistas seguidores del general Isaías Medina Angarita); “con el pañuelo en la nariz” (para aceptar la reunión de un Congreso nombrado por el dictador Juan Vicente Gómez) y “ni un minuto más, ni un minuto más” (respuesta a los extremistas del PCV y el MIR que exigían su renuncia). Sobre esta última frase, tuvo una equivocación porque por disposiciones constitucionales le hizo entrega de la Presidencia de la República al doctor Raúl Leoni no el 13 de febrero de 1964 sino el 13 de marzo. El profesor e historiador Manuel Cabello estuvo entre quienes adversaron políticamente a Rómulo Betancourt. Con los años no sólo presidió hasta su muerte la fundación homónima, sino que escribió el libro Betancourt, político de nación, en donde menciona la importancia que éste concedía a la honestidad.. -“…algo inhabitual en la historia de Venezuela:-afirmó- que hablar de gobierno honesto resultara ser una contradicción en los términos. Eso comenzó por casa. En primer lugar, cuando decretó la reducción de sueldos y salarios, el primero en sufrir cortes fue el suyo, así como de los ministros de su gabinete. Cuando debió, por razones de Estado, viajar fuera de Venezuela y quiso llevar a su esposa, tuvo un escrupuloso cuidado en costear su pasaje y sus gastos, a veces pagándolos por cuotas en una agencia de viajes privada”.


Por supuesto —continuó Caballero— seguía la máxima maquiaveliana según la cual no basta que un gobernante sea bueno, sino que además debe parecerlo: eso fue conocido de una u otra forma; pues ningún sentido tenía que un gobernante fuese honesto, sino que el pueblo supiese que lo era hasta esos extremos. En consecuencia, “El resultado es que, acusado de todos los crímenes posibles, como es normal en todo gobernante, y sobre todo uno tan polémico, jamás se le ha podido comprobar, y ni siquiera acusar en serio de haber manejado los dineros públicos en provecho propio”. Este personaje histórico logró que Venezuela ingresara a la modernidad, Él no tuvo ocaso y su obra, por extraordinaria, no murió con el 28 de septiembre de 1981 sino que, al contrario, creció con los años, tanto que las dos dictaduras gobernantes en el país desde 1999 hasta 2013 y desde esta última fecha hasta mayo de 2020, dirigida la primera por el teniente coronel [r] Hugo Chávez Frías y la segunda, por un conductor del Metro de Caracas con fama de repostero, no han podido destruirla, menos todavía la esencia democrática que regó en los venezolanos para defender sus derechos. Estos dos siniestros personajes borraron sus datos biográficos de la cronología venezolana, del parque del Este, construido bajo su gobierno, de la autopista de Oriente y de otros sitios para condenar al olvido por quien es considerado el hombre que sembró el espíritu democrático en Venezuela desde la remota Junta Revolucionaria de Gobierno de octubre de 1945, a pesar del origen golpista de la misma. No fue cobarde y enfrentó con firmeza la violencia guerrillera inducida por la dictadura de Fidel Castro para establecer en Venezuela un régimen comunista similar al existente en Cuba. De igual modo siguió gobernando tras el magnicidio frustrado del 23 de junio de 1960. Nunca se declaró bolivariano pero gobernó con los mejores funcionarios aunque no fueran fichas de Acción Democrática, creó instituciones escolares de todos los niveles, manejó con probidad el tesoro público, luchó contra la corrupción y no permitió el nepotismo Cabe señalar que en ese propósito de borrar de la historia contemporánea del país los grandes aportes a la democracia de Rómulo Betancourt el sitio Web de la narcodictadura de Nicolás Maduro www.venezuela. gob.ve excluyó su fecha natal de los 65 hechos notables recogidos en su sección de efemérides para el mes de febrero, pero si incluyo el del dictador panameño Omar Torrijos y Caracazo. Betancourt, o sencillamente Rómulo como lo llamaba el pueblo que acompañó su féretro hasta el Cementerio del Este, fue un arquitecto de la democracia continental, “Un gran patriota venezolano…Bolívar de nuestro tiempo”.[Ronald Reagan]. modelo de líder que escapa al predomino militar de la década del 1960 [Alexander M. Haig], demócrata ejemplar cuyas virtudes personales lo mostraron al mundo como un verdadero estadista [John F. Kennedy], una de las figuras más importantes del país”, cuya “vida se confunde con los últimos 50 años de Venezuela”.[Ezequiel Monsalve Casado]. un personaje que “había dejado de ser sólo el líder de un partido político para convertirse en uno de los patriarcas de este país”, .[Pedro J. Mantellini], un político de nación [Manuel Caballero], .el adversario lúcido [Rodolfo Izaguire], el estadista que “Sentó las bases del Estado de derecho en un régimen democrático”.[Helena Fierro], el


hombre que acabó con los golpes [Wolfgang Larrazábal] el padre de la democracia venezolana [Ricardo Rojo], uno de los factores esenciales de la Venezuela moderna [Carlos Sequera Yépez], un indiscutible líder político de nuestro país y del Continente” cuyo “prestigio trascendió el ámbito mundial”.[Roger Boulton], un hombre que se había proyectado en forma determinante en la política venezolana de los últimos 30 años. [Carlos Vogeler Rincones], un político que “supo en el pasado inspirar en el ánimo de los venezolanos el valor y la tenacidad que han hecho de su país una democracia ejemplar [Francois Miterrand], un Ilustre hombre, fundador de la democracia venezolana y los derechos humanos de los exprimidos. [José Napoleón Duarte] y un gran venezolano y notable estadista que dedicó su vida a la causa de la democracia y rindió eminentes servicios a su patria. [José López Portillo]. Estos fueron algunos de sus atributos políticos que contribuyeron a construir la institucionalidad democrática, desgraciadamente bastante herida por un chafarote militar, el teniente coronel Hugo Chávez Frías, que el 4 de febrero de 1992 usó las armas de la República para derrocar y asesinar al presidente Carlos Andrés Pérez y no pudo, pero que en 1999 el voto popular establecido por Betancourt durante su gestión al frente de la Junta Revolucionaria de Gobierno lo encumbró en la presidencia de la República desde la cual arremetió contra todas las instituciones, incluidas las Fuerzas Armadas para establecer ese adefesio político que denominó socialismo del siglo XXI, calco de la dictadura cubana. Estuvo preocupado por la situación política de Bolivia, que se agravó con la llegada a la presidencia de la República, en enero de 2006, del cocalero y agitador social Evo Morales, quien tuvo que renunciar por presión popular en 2019, luego de cometer un fraude electoral. Quería perpetuarse en el poder e hizo lo mismo que su mentor político en Venezuela, el teniente coronel retirado Hugo Chávez Frías, modificó la Constitución, mediante el sumiso tribunal supremo, y participó para un tercer período que le estaba vetado. Los periódicos de septiembre de 1981, fecha de su enfermedad y muerte, permitieron documentar la primera parte de este libro, y la que siguió fueron tomados de la Web, hasta 2020 lapso en el tiempo que trata parcialmente la investigación documental. Inclusive, cuando salga a la luz pública la obra primero en formato digital y luego en papel, habrá más material sobre la vida y la obra de don Rómulo Betancourt, tanto favorable como adverso, pues como sentenció el poeta español Ramón de Campoamor “Todo es según el color / del cristal con que se mira”. Fue odiado por quienes en febrero de 1999 se hicieron del poder por la vía democrática que él estableció para transformarla en el socialismo del socialismo XXI, que en 2013 devino en narcodictadura y aniquiló la institucionalidad que rigió en el país durante cuarenta años, empobreció masivamente a la población y se entregó a la dictadura cubana. Su vigencia, no obstante, es indiscutible, tanto que no cesan en los medios de comunicación social, que ambas dictaduras atacaron inmisericordemente, referencias a su obra en beneficio de la democracia y del bienestar ciudadano, como el acueducto submarino de Margarita y Coche, el puente Rafael Urdaneta sobre el Lago de Maracaibo, el primer puente Angostura, la Universidad de Oriente, el inicio de la represa de El Guri, bastante disminuida en el chavo-madurismo-castrimo-militarismo, el Instituto de Investigaciones Científicas,, Parque del Este, Corporación Venezolana de


Guayana, el distrilbuidor El Pulpo, de Caracas, etc. De igual modo fundĂł Santo TomĂŠ de Guayana, que se conoce como Ciudad GuayanaFinalmente resulta claro que es tarea imposible escribir un libro sobre tan insigne venezolano que abarque toda su obra y no requiera ser acttualizado..


CRONOLOGÍA 1908. El 22 de febrero se produce su nacimiento en la casa Nº 3 de la calle Bolívar, de Guatire, Estado Miranda, del matrimonio formado por Luis Betancourt, de origen canario, y la venezolana Virginia Bello. Alí termina la educación primaria con el maestro Juan José Fermín 1919. Se traslada con sus padres a la capital del país, realiza los estudios de secundaria en el Liceo Caracas que dirige don Rómulo Gallegos y es uno de sus profesores predilectos. 1924. La revista Kronos de Caracas, le publica su primera producción literaria, el cuento “Érase un poeta”. 1925. Con el relato “La caja de bombones” obtiene un premio literario juvenil patrocinado por el diario La Esfera… La revista Billiken le publicó la pieza romántica “Adieu, ma petite”. 1926. Ingresa a la Facultad de Derecho de la Universidad Central de Venezuela, pero cursa sólo dos años, a pesar de ser un excelente estudiante, por dedicarse a combatir el régimen dictatorial del general Juan Vicente Gómez…En el Nº 64 de la Revista Venezuela aparece su cuento “Orgullo de Blasón” y Élite le publica una nota literaria sobre la poesía de Israel Peña. 1927. El 13 de enero fallece en Caracas Virginia Bello de Betancourt… Constituye con los futuros dirigentes del país (Jóvito Villaba, Pío Tamayo, Miguel Otero Silva, Joaquín Gabaldón Marquez, Jacinto Bombona Pachano y otros) la Federación de Estudiantes de Venezuela que formarán la llamada Generación del 28…En el Club Venezuela hace la presentación de la escritora española María Álvarez Burgos quien diserta sobre “La mujer y el amor”, lo que hace decir a Joaquín Gabaldón Márquez: “Allí se perfilaba ya, junto con el don oratorio, la capacidad de invectiva, la crítica acerba, el sarcasmo, que han constituido después pronunciada modalidad del periodista y el escritor”. 1928. Entre el 6 y el 12 de febrero tiene lugar la Semana del Estudiante, convertida en torneo político, donde Betancourt hace su debut político el 8…El 14 de ese mes cae preso junto con otros compañeros de lucha, con quienes va dar al Cuartel del Cuño…1º de marzo es liberad… El 7 de abril al fracasar el conato de golpe militar liderado por el capitán Rafael Alvarado y el teniente Barrios Véliz, en que el estaba comprometido, permanece en la clandestinidad hasta abandonar el país en junio rumbo a Curazao, donde continúa el trabajo político al que dedicará toda su vida. Alí ejerce el oficio paterno de contabilista. 1929. El 8 de enero le dirige desde Curazao una carta José Rafael Pocaterra comunicándole su ruptura con los fundadores del Partido Revolucionario Venezolano, entre quienes se encontraban Carlos León, Salvador de La Plaza y Gustavo Machado, por haberle calificado el Movimiento Estudiantil de 1928 congregado a su alrededor de


pequeño-burgueses y anti-proletarios…Se dirige a la República Dominicana para integrarse a la expedición del crucero Falke liderizada por Román Delgado Chalbaud, quien pretendía desembarcar en Cumaná para derrocar la dictadura del general Juan Vicente Gómez. Se embarca, pero en la nave Gisela, que zozobra…Aparece en Santo Domingo su obra En las Huellas de la Pezuña… En el poema “El Nidal”, Miguel Otero Silva, lo describe así: “Rómulo: otro recio incansable/ armado/ con las virtudes teologales del triunfo; /ambición, voluntad y talento./ Fiero cuando recuenta el calvario tremendo de la patria/ Tierno cuando se acuerda de la novia./ Diminuto/ Con el pecho lleno de confianza en sí mismo”. 1930. Junto con Raúl Leoni establece en Barranquilla una frutería y funda la Agrupación Revolucionaria de Izquierda (ARDI)…Se incorpora en Costa Rica al Partido Comunista. “Venía de regreso –reconoció en El Nacional el 8 de octubre de 1967- de todas las experiencias de invasión armada contra la tiranía de Gómez. La desesperación de nuestra impotencia para derrocar al tirano odiado, nuestra ignorancia de la realidad económica y social de los países de América Latina, nuestra ardorosa juventud era terreno abonado para la mesiánica esperanza de una revolución a la rusa”. 1931. El 22 de marzo se publica en Barranquilla el llamado Plan de Barranquilla…Viaja a Costa Rica, donde publica Con quién estamos y contra quién estamos. 1936. Regresa a Venezuela y funda con Alberto Adriani y Mariano Picón Salas el Movimiento de Organización Venezolana (ORVE), cuyo permiso de funcionamiento le fue revocado a fines de ese año por el gobernador del Distrito Federal Elbano Provenzali, acusado de promover una huelga en contra del proyecto de Orden Público presentado al Congreso por el ministro Alejandro Lara. 1937. El 13 de marzo el presidente de la República Eleazar López Contreras decreta la expulsión del país por el término de un año de 37 personalidades política, entre las que se encontraba Betancourt, quien evade la disposición y se dispone, en condición de clandestinidad, a organizar los cuadros directivos del Partido Democrático Nacional (PDN). Publica en Caracas Una República en Venta. 1939. El 30 de octubre las fuerzas policiales del régimen lo detienen y es expulsado a Chile, donde la Editorial Futuro le publica Problemas Venezolanos. 1940. Cumplido el término de la expulsión regresa a Venezuela y promueve la candidatura presidencial simbólica de Rómulo Gallegos para oponerla a la oficial, representado por el general Isaías Medina Angarita. 1941. El 13 de mayo la Junta Directiva de Acción Democrática, presidida por Rómulo Gallegos, solicita la legalización del partido ante el gobernador del Distrito Federal, cuya Acta Constitutiva no lleva la firma de Rómulo Betancourt. 1945. El 17 de octubre pronuncia un discurso en el Nuevo Circo y dos días después pasa a presidir la Junta Revolucionaria de Gobierno tras el derrocamiento del régimen del general Isaías Medina Angarita…El 22 el diario El Heraldo titula “Consolidada la Revolución/ El Cambio Político más Radical en la Historia de Venezuela se ha Realizado Totalmente en Tres Días y Medio”…Ese mismo día, en


rueda de prensa, el secretario de la Junta Revolucionaria de Gobierno, doctor Leonardo Ruiz Pineda, garantiza el respeto a todos los partidos políticos, incluso el Partido Democrático Venezolano y anuncia que “no se debe mantener relaciones de ninguna especie con los gobiernos antidemocráticos de Franco y Trujillo”…El 22 decreta la inhibición de los miembros de la JRG de ser candidatos presidenciales…El 30, en alocución al país, expone los principales lineamientos del gobierno revolucionario: instaurar el voto universal, secreto y director, combatir la corrupción administrativa y atacar el alto costo de la vida… El 17 de noviembre decreta la creación de la comisión preparatoria que procedería, bajo la presidencia de Andrés Eloy Blanco, a la redacción de un proyecto de Estatuto Electoral para elegir a los representantes de la Asamblea Nacional Constituyente y al presidente de la República… El 22 de noviembre decreta la obligación de los empresario de repartir entre los trabajadores por lo menos el 10 por ciento de las utilidades obtenidas en el ejercicio económico anual…Aumenta el sueldo de los maestros y directores de las escuelas públicas…El 27 decreta la creación de un Jurado de Responsabilidad Civil y Administrativa…El 22 de diciembre establece mediante decreto los procedimientos a seguirse para la resolución de los conflictos obrero-patronales…El 31 de diciembre, mediante Decreto Nº 212, produce una reforma impositiva para adoptar el régimen del fifty-fitty en materia de renta petrolera… Decreta la obligación legal de los empleados públicos de la declaración jurada de bienes antes un juez donde éstos ejerzan sus funciones. 1946. El 15 de enero presenta la declaración jurada de sus bienes ante un juez…El 6 febrero crea al Patronato Nacional de Alfabetización…Por Decreto Nº 183 del 11 de febrero autoriza al Ministerio de Agricultura y Cría para que proceda a parcelar fundos ubicados en los estados Aragua, Carabobo y Táchira…El 8 de marzo crea el Consejo Nacional de Economía…El 15 de marzo se produce promulgación del Estatuto Electoral, ampliamente democrático…El 1º de abril se instala con representantes de todos los partidos políticos el Consejo Supremo Electoral.. El 19 de mayo crea la Corporación Venezolana de Fomento para el otorgamiento de créditos destinados a estimular las actividades agrícolas, pecuarias e industriales…El 31 de mayo, emite el Decreto 321 sobre calificaciones, promociones y exámenes en educación primaria, secundaria y normal…El 21 de julio en el inicio de una gira al exterior llega a La Habana, donde es recibido por el presidente Ramón Graü San Martín; el 22, arriba a México y el presidente Manuel Ávila Camacho le impone la Orden Mexicana del Águila Azteca e inaugura una estatua ecuestre de Simón Bolívar en el Paseo Reforma de la capital mexicana; el 26 hace su llega a Guatemala, donde el presidente Juan José Arévalo le impone la Orden del Quetzal; el 28 visita a Costa Rica y es recibido por el presidente Teodoro Picado y Panamá, como huésped del presidente Enrique Jiménez; finalmente, el 29 visita Barranquilla, ciudad colombiana en la cual es recibido por el presidente Alberto Lleras Restrepo…El 27 de octubre, mediante voto director, popular y secreto es elegida la Asamblea Nacional Constituyente, con una gran mayoría de representantes de Acción Democrática…El 30 de julio es creado el Servicio de Investigaciones Folklóricas Nacional, a cargo de Juan Liscano…El 17 de diciembre se produce la instalación de la Asamblea Nacional Constituyente presidida por Andrés Eloy Blanco. 1947. El 13 de enero el ministro de la Defensa, Carlos Delgado Chalbaud, lee ante la Asamblea Nacional Constituyente un documento de apoyo por parte del ejército


a la Junta Revolucionaria de Gobierno y al parlamento…El 20 de enero presenta un Mensaje de la gestión de la Junta Revolucionaria de Gobierno que preside a la Asamblea Nacional Constituyente…El 5 de julio la Asamblea Nacional Constituyente sanciona la nueva Constitución de la República, promulgada por la Junta Revolucionaria de Gobierno… El 21 de octubre la Asamblea Nacional Constituyente prolonga las funciones ejercidas por la Junta Revolucionaria de Gobierno hasta la elección y toma de posesión del nuevo presidente de la República…El 14 de diciembre Rómulo Gallegos resulta elegido presidente. 1948. El 12 de febrero presenta al Congreso Nacional el último mensaje al frente de la Junta Revolucionaria de Gobierno…El 15 del mismo mes le entrega la banda presidencial a don Rómulo Gallegos…El 6 de abril Aparece en Caracas, publicado por la Imprenta Nacional, Trayectoria Democrática de una Revolución. En la misma fecha viaja a Bogotá como jefe de la delegación de Venezuela a la IX Conferencia Interamericana… El 24 de mayo se reincorpora a la presidencia de Acción Democrática durante un mitin celebrado en el Nuevo Circo de Caracas…El 24 de noviembre es derrocado por un golpe milita el presidente Rómulo Gallegos…El 1º de diciembre, luego de estar en la clandestinidad para evitar ser detenido por los golpistas, se refugia en la embajada de Colombia…La Junta Militar declara a Acción Democrática fuera de la ley. 1949. El 23 de enero sale expulsado vía Curazao-Kingston-Nueva York. Se residencia en Washington en la casa de Carlos D´Ascoli… El 18 de agosto se crea el Comité Central Exterior, presidido por Betancourt, para coordinar las acciones de Acción Democrática en el extranjero. 1950. El 24 de abril llega a La Habana…El 12 de mayo preside en la capital cubana la Conferencia Interamericana Pro-Democracia y Libertad. 1951. El 18 de marzo resulta ileso en un intento de asesinato en La Habana.

1952. El 10 de marzo, tras el derrocamiento del presidente Carlos Prío

Socarrás se refugia con su familia en la embajada de Guatemala… El 15 de ese mismo mes viaja a Tegucigalpa y luego a San José de Costa Rica, donde está como presidente su amigo José Figueres Ferrer 1953. El 25 de enero, en la revista cubana Bohemia publica ¿A dónde va Venezuela?, con motivo del fraude electoral del 30 de noviembre de 1952…El 6 de febrero envía un memorándum a los líderes exiliados de Unión Republicana Democrática advirtiéndoles sobre la urgencia de crear un frente unido de las fuerzas políticas democráticas enfrentadas a la dictadura…El 1º de abril llega a La Paz como invitado del presidente boliviano Víctor Paz Estensoro…El 10 de abril e reúne con VPA y dirigentes del Movimiento Nacionalista Revolucionario… El 27 de abril llega a Chile… El 2 de mayo en Viña del Mar se entrevista con el presidente chileno Carlos Ibáñez…El 4 de mayo dicta una conferencia en la Universidad de Chile… El 13 de mayo el Senado chileno celebra una sesión solemne en su honor…El 1º de junio se reúne en Montevideo con el presidente del Consejo de Gobierno…El 2 de junio pronuncia un discurso en la Cámara de Representantes del Uruguay…El 8 de junio dicta una conferencia sobre petróleo en la Universidad de Montevideo…En julio regresa a Costa Rica y se retira al campo para evitar la amenaza de un atentado y continuar la


redacción de Venezuela Política y Petróleo Publica en México Panamericanismo y Dictadura…En agosto publica Panamericanismo y Petróleo como separata de la revista mexicana Cuadernos Americanos…Le envía un mensaje a la militancia de Acción Democrática en Venezuela y el exterior…El 18 de septiembre les envía una carta a los estudiantes de Acción Democrática en la que señala que “La lucha donde puede y debe librarse eficazmente, es dentro de Venezuela”…En la misma fecha, en Cuadernos Americanos publica “La opinión continental frente a la X Conferencia”…El 23 de octubre pronuncia un discurso sobre la lucha por la democracia en Hispanoamérica en el banquete anua del Partido Social de Estados Unidos. 1954. El 26 de julio pone fin a su exilio en Costa Rica… El 30 de julio llega a Puerto Rico, donde se encuentra con su hija Virginia y el gobernador Luis Muñoz Marín…El 22 de agosto el gobierno de Puerto Rico le asigna una protección policial permanente ante la llegada de un alto esbirro de la temible Seguridad Nacional… Aparece en México Pensamiento y Acción. 1955. El 7 de enero inicia en el exterior una campaña contra la realización en Caracas, en abril de ese año, de la Conferencia de Petróleo…El 11 de enero defiende al gobierno de Costa Rica de las agresiones de las dictaduras de Venezuela y Nicaragua…El 1º de mayo escribe en el diario El Tiempo, de Bogotá, el artículo “Andrés Eloy Blanco, poeta civil”…En diciembre asiste como invitado a la reunión en Nueva York destinada a la unificación de la AFL y la CIO. 1956. El 20 de enero fija su residencia en Dorado, Puerto Rico… El 11 de junio le escribe a Jóvito Villalba una carta ratificándole la importancia de coordinar esfuerzos contra la dictadura…El 2 de noviembre le escribe a Rafael Caldera estimulándolo a participar en las elecciones anunciadas por la dictadura…El 28 de noviembre recibe la primera copia de Venezuela, Política y Petróleo del Fondo de Cultura Económica de México… El 30 de noviembre es agasajado por Serafino Romualdi, de la AFL-CIO. 1957. El 12 de enero pronuncia un discurso en el Carnegie Internacional Center, de Nueva York…El 31 de diciembre, junto con Rafael Caldera y Jóvito Villalba, acuerda la unidad política de la lucha contra la dictadura del general Marcos Pérez Jiménez. 1958. El 5 de febrero pronuncia un discurso en el acto de homenaje que le fuera rendido por la Asociación Pro-Democracia y Libertad con motivo de su regreso a Venezuela…El 9 de febrero pronuncia un discurso en la Plaza Diego Ibarra, a su llegada a Caracas después de diez años de exilio…El 5 de junio pronuncia una conferencia en Valencia por invitación de empresarios…El 4 de julio pronuncia un discurso en el Nuevo Circo de Caracas…El 7 de septiembre pronuncia un discurso en la Plaza de El Silencio, con motivo de la dominación popular del golpe de Estado contra la Junta de Gobierno…El 13 de septiembre pronuncia un discurso en la Seccional de Acción Democrática en Maracaibo con motivo del 17º aniversario del partido…Ese mismo día aparece en el semanario A.D. un extenso trabajo sobre el mismo evento histórico...El 15 de septiembre dicta una conferencia en la Cámara de Comercio de Maracaibo…El 21 de octubre le hace una exposición al país por Radio Caracas Televisión, en cadena con otras emisoras… El 31 del mismo mes se constituye el Pacto de Punto Fijo, integrado por los partidos AD, URD y COPEI…El 21 de noviembre dicta


una conferencia en el Seminario sobre Reforma Agraria que se celebra en la Universidad Central de Venezuela… El 5 de diciembre pronuncia en la Plaza de El Silencio el discurso de clausura de su campaña presidencial…Aparece en Caracas la primera edición de Posición y Doctrina. 1959. El 29 de enero sostiene una entrevista con Fidel Castro, a pocos días del triunfo de la revolución cubana. Castro le pide un préstamo de 300 millones de dólares para hacerles entre ambos una jugada a los gringos. A lo que Betancourt responde: “Le contesto no, doctor Castro. Por ciertas razones. La primera, que no hay campanas, como le dijo el sacristán al cura. En la Tesorería Nacional dejaron escaso dinero Pérez Jiménez y su pandilla desfalcadora. Esos bolívares salvados de milagro son para atender necesidades de los venezolanos y no para financiar planes de gobierno ajenos”… 4 de febrero. Los comités regionales en de URD, AD, PCV y COPEI firman un amplio documento tendente al logro de la unidad de acción “en la lucha antigolpista, por la constitucionalidad, por la defensa de las reivindicaciones populares”. 12 de febrero. Integración del Gabinete Ejecutivo con tres ministros de URD, 3 de COPEI y 2 de AD. Del anterior gobierno quedan ratificados Rafael Pizani (Educación), José Antonio Mayobre (Hacienda) y Josué López Henríquez (Defensa). El 13 de febrero toma posesión de la Presidencia de la República, luego de ser juramentado por el presidente del Congreso Nacional, doctor Raúl Leoni. Este evento lo registra el diario La Esfera así: “Juráis sostener, defender y hacer respetar la Constitución y Leyes de la República y la dignidad y Soberanía Nacional. Con voz trémula, pero enérgica, respondió Betancourt: Juro. Y finalizó Leoni: Si así lo hicieres, Dios y la Patria os premien, sino ellos os lo demanden!... 27 de mayo. Por más de dos horas se entrevista con el presidente de Indonesia, Ahmed Sukarno, en Maiquetía acompañado del canciller Ignacio Luis Arcaya. Un batallón de la Infantería de Marina les rinde honores y luego recorre el litoral en automóvil con el distinguido huésped, después de lo cual sostienen una conferencia privada… El 12 de junio el Gabinete Ejecutivo rompe relaciones con la dictadura dominicana de Trujillo…El 13 de junio suspende las relaciones diplomáticas con el Gobierno de la República Dominicana por las provocaciones y ofensas emanadas del dictador Rafael Leonidas Trujillo.. 26 de junio. El Senado aprueba el Presupuesto General de Ingresos y Gastos Públicos para 195960, que asciende a 5 millones 68 mil 900 bolívares…24 de julio. Los partidos integrantes de la coalición gubernamental reglamentan el compromiso unitario suscrito en los pactos del 31 de octubre y el 6 de diciembre de 1958 a los fines de asegurar el cabal cumplimiento del Programa de Gobierno presentado a los electores en la última fecha, de la manera más conveniente a los intereses del país. . 4 de agosto. Mediante el Decreto Nº 107 se suspende el derecho de reunión por 30 días en el territorio del Distrito Federal y en la parte del Distrito Sucre del Estado Miranda comprendida en el Área Metropolitana de Caracas, debido a los actos de violencia y en los atentados contra las personas y las propiedades, ocurridos ese día…Por Decreto Nº 108 queda eliminado el Plan de Emergencia creado durante la gestión del contralmirante Wolfgang Larrazábal como presidente de la Junta de Gobierno. En su lugar se crea una Comisión Ejecutiva con amplios poderes en todo el país para lograr que los trabajadores queden protegidos con ocupaciones permanentes. … El general Jesús María Castro León es pasado a retiro con motivo de carta irrespetuosa dirigida al presidente de la


República… Le solicita a Estados Unidos la extradición del ex dictador general Marcos Pérez Jiménez. 1960. El 14 de enero llega a Caracas en visita oficial el presidente de México Adolfo López Mateo… 21 de enero. El Ministerio de Relaciones Interiores anuncia la detención de 23 civiles acusados de un plan conspirativo contra el Gobierno, con la probada participación de agentes perezjimenistas y del dictador dominicano Rafael Leonidas Trujillo. Según el comunicado, los conspiradores planeaban bloquear la Universidad Central de Venezuela y asesinar estudiantes “para crear un clima de intranquilidad y zozobra que sirviera para justificar una acción tendiente a sustraer al país del régimen constitucional y de derecho surgido de las elecciones libremente celebradas el 7 de Diciembre de 1958”… Ese mismo día el presidente Betancourt le habló al país, en concordancia con el compromiso adquirir al asumir la Presidencia “de mantener a la opinión pública informada de cuanto tuviera relación con el destino de Venezuela”. En su alocución recordó que desde el comienzo de su régimen se inició una subrepticia campaña de oposición a través de panfletos, periódicos y hojas clandestinas, literatura sediciosa, según lo estableció la policía, “editada en el exterior, por los prófugos de la justicia ordinaria que fuera de Venezuela no se sienten satisfechos con la cuantiosa porción malhabida de sus bienes de que disponen, sino que añoran el retorno para continuar oprimiendo y expoliando a los venezolanos. Añadió que “de los panfletos explosivos se pasó a las bombas explosivas por los irreductibles enemigos de la paz y de la felicidad de los venezolanos”. Concluyó el discurso “diciéndole a los venezolanos que pueden dormir tranquilos, trabajar tranquilos; soñar, amar, vivir tranquilos”….22 de febrero. El Congreso Nacional sanciona la Ley de Reforma Agraria…5 de marzo. A las tres y cinco minutos de la tarde promulga en el Campo de Carabobo la Ley de Reforma Agraria, ante millares de campesinos llegados de todo el país.11 de marzo. Recibe en Maiquetía al presidente del Perú Manuel Prado….8 de abril. El Consejo de Ministros aprueba los Estatutos de la Corporación Venezolana de Petróleo…17 de abril. El Gobierno anuncia la detención en San Cristóbal de Miguel Hernández Carabaño, en cuyo poder se encontraron documentos sobre una invasión al territorio nacional planeada por el general ® Jesús María Castro León con apoyo del régimen dictatorial dominicano de Rafael Leonidas Trujillo…19 de abril. Creación de la Corporación Venezolana del Petróleo….20 de abril. Elementos sediciosos dirigidos por Castro León se apoderan del Cuartel Simón Bolívar de San Cristóbal…21 de abril.. El Gobierno sofoca el movimiento sedicioso dirigido por Castro León, quien se da a la fuga con algunos de sus colaboradores. Una huelga general convocada por la CTV en contra de los golpistas paraliza el país….22 de abril. Castro León es capturado por unos campesinos….23 de abril. Desde San Cristóbal los doctores Raúl Leoni y Rafael Caldera presidente y vicepresidente del Congreso Nacional respectivamente, declaran que el Congreso estudiará detenidamente las incidencias de la asonada militar para hacer recomendaciones especiales al Ejecutivo a fin de que se tomen enérgicas medidas que impidan ulteriores brotes sediciosos….25 de abril. En Consejo de Ministros se acuerda suspender por 15 días las reuniones y manifestaciones públicas en todo el país….24 de junio. Un atentado terrorista en la avenida Los Próceres casi lo priva de la vida… Se suspenden las garantías constitucionales en todo el país…25 de junio. Dirigentes de AD, COPEI, PCV y MIR llaman al pueblo a permanecer alerta pues estiman que el atentado contra el presidente


de la República no es un hecho aislado sino que debe tener algunas ramificaciones… 27 de junio. El ministro de Justicia, Andrés Aguilar, da a conocer varios nombres de sindicatos como culpables en el atentado y responsabiliza al gobierno dominicano de haber suministrado a los terroristas los elementos con los que se perpetró el atentado…29 de junio. El Gobierno venezolano denuncia formalmente ante la OEA al régimen dominicano como responsable del frustrado magnicidio… 8 de julio. La OEA decide por unanimidad hacer investigaciones sobre las denuncias de Venezuela contra la República Dominicana y celebrar una reunión de cancilleres para oír la acusación….16 de julio. El presidente Betancourt se presenta por primera vez desde el atentado ante las cámaras de televisión y le habla al pueblo para tranquilizarlo… En Caracas se reúne una Convención Sindical Continental para organizar un boicot con el régimen de Trujillo….8 de agosto. El ministro del Interior informa sobre el descubrimiento de un extenso plan terrorista y la ejecución de varias detenciones. 16 de agosto. La Federación Internacional de Trabajadores Petroleros le comunica a Fedepetrol que se suma al boicot contra el Gobierno de la República Dominicana….17 de agosto. El canciller Ignacio Luis Arcaya pide ante la Conferencia de Cancilleres reunida en Costa Rica sanciones para la República Dominicana y no simples recomendaciones….22 de agosto. El presidente Betancourt, en un telegrama enviado a José A. Mora, secretario general de la OEA, expresa que en la próxima Conferencia Interamericana a celebrarse en Quito, debe acordarse una declaración o Tratado en el que se defina en forma explícita que aquellos Gobiernos no elegidos por el pueblo no puedan formar parte de la Comunidad Jurídica Regional… 6 de septiembre. El partido URD anuncia la decisión de poner a disposición del presidente de la República todos los cargos que tiene en el sistema de coalición nacional… 9 de septiembre. Son restituidas las garantías constitucionales suspendidas con motivo del atentado contra el presidente de la República…14 de septiembre. En un gimnasio de San Cristóbal estalla una bomba….15 de septiembre. En la Conferencia de Países Exportadores de Petróleo, que se celebra en Bagdad, con asistencia de Venezuela, se acuerda la constitución de una Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP). 1961. El 23 de enero de promulga la nueva Constitución Nacional. El 11 de marzo le presenta al Congreso Nacional el segundo mensaje de gestión…El 25 de junio se produce la rebelión militar conocida como El Barcelonazo, dominada por las Fuerzas Armadas, para entonces subordinadas a la civilidad…El 2 de julio coloca la primera piedra fundacional de Santo Tomé de Guayana, conocida como Ciudad Guayana. 1962. El 12 de marzo le presenta al Congreso Nacional el tercer mensaje de gestión…El 4 de mayo se produce la rebelión militar conocida como El Carupanazo y el 2 de junio El Porteñazo. Esta última asonada tiene un saldo de 400 muertos y 700 heridos, El 9 de julio la Siderúrgica hace la primera colada de arrabio, con la presencia del presidente Betancourt, el Cuerpo Diplomático y representantes de la economía…El 18 del mismo mes el presidente del Ecuador, doctor Carlos Julio Arosemena, visita a Venezuela y en septiembre lo hace Víctor Paz Estensoro, de Bolivia. 1963. Presenta ante el Congreso Nacional el cuarto mensaje de gestión.


1964. El 29 de enero inaugura en Maturín un hospital de 400 amas. El 7 de marzo le entrega al Congreso Nacional su último mensaje de gestión...El 13 del mismo mes le coloca la banda presidencial a su correligionario, doctor Raúl Leoni. 1967. Aparece la primera edición de Hacia América Latina Democrática e Integrada. 1975. Hace su aparición Venezuela Dueña de su Petróleo.

1976. El Fondo de Cultura Económica de México publica El Petróleo de Venezuela…Juan Liscano y Carlos Gottberg publican Multimagen de Rómulo. Vida y acción de Rómulo Betancourt en gráficas…Preside la Reunión de Caracas de los dirigentes de los Partidos Socialistas y Socialdemócratas de Europa Occidental, de sus afines de América Latina y de los de habla inglesa y holandesa del Área del Caribe. 1981. El 4 de septiembre pronuncia su último discurso en la cena sindical del 40 aniversario de Acción Democrática que tiene en Casa Mar, urbanización Campo Claro de Caracas. El 7 del mismo mes viaja a Nueva York con el fin de descansar y adelantar el trabajo de sus Memorias. Se residencia en el piso 11, apartamento 35 H del edificio Gallería, sito en la calle 57 entre Park Avenue y Lexington, propiedad de Luis Oropeza…El 21 asiste a las Naciones Unidas a escuchar el discurso del presidente Luis Herrera Campins, con quien se toma su última fotografía, publicada por Samuel Robinson en su documentado libro…El 22 acompaña a Luis Herrera Campins a un juego de pelota en el Yankee Stadium…El 24 sufre un derrame cerebral masivo y es internado en el Doctor`s Hospital de esa ciudad, donde fallece el 28. El Acta de Defunción, emitido al efecto por el doctor Arthur Ancowitz, señala que la defunción se produjo a las 4:30, pm. Sin embargo, Samuel Robinson sostiene que fue a las 4 y 17 minutos. Su cadáver es luego trasladado a la funeraria Campbell para ser embalsamado y hacer los arreglos del velorio. El 1º de octubre, luego de que se le rindieran honores militares y una banda interpretara la marcha fúnebre de Straus y los himnos de los Estados Unidos y Venezuela, sus restos regresan al país y seguidos de una multitud son trasladados, primero a la Casa Distrital de Acción Democrática y después hasta el Salón Elíptico del Congreso Nacional…El 2 de octubre sus restos son enterrados en la Fosa M17 del Cementerio del Este…La Editorial Ateneo publica el libro Rómulo Betancourt Proyecto de Modernización, de Manuel Suzzarini Baloa…El 8 de diciembre fue creada la Fundación Rómulo Betancourt. 1982. Samuel Robinson publica en Washington, D.C. el libro Los últimos días de Rómulo Betancourt. 1985. El Congreso Nacional publica el libro Un joven llamado Rómulo Betancourt, de Eduardo Morales Gil. 2001. La Fundación Rómulo Betancourt y la Universidad Católica Andrés Bello publican el libro Rómulo Betancourt y el Partido del Pueblo [1937-1941]2004. El profesor Manuel Caballero publica el libro Rómulo Betancourt, político de nación. 2005. En agosto aparece el libro Rómulo Betancourt, de la historiadora María Teresa Romero.


2013. El historiador Germán Carrera Damas publica el libro Rómulo histórico.

LOS PRIMEROS AÑOS “Betancourt fue un político sin ocaso”


Luis Buitrago Segura

Rómulo Ernesto Betancourt Bello nació en Guatire, Estado Miranda, el 22 de febrero de 1908. Sus progenitores fueron el canario Luís Betancourt y la guatireña Virginia Bello, personas de clase media baja,. En su ciudad natal vivió con sus padres hasta 1919 cuando éstos se residenciaron en Caracas. No vivió más en Guatire pero espiritualmente nunca se fue. Con el padre, su puso en conocimiento de la realidad política del país, bajo el yugo de la dictadura gomecista que más tarde combatiría. Con la madre cimentó su gusto por la literatura. Los estudios primarios los inició en una Escuela Taller, fundada por el maestro Juan José Fermín, antigomecista como su padre, quien influiría en su l despertar político y en su interés por el conocimiento del pasado venezolano. Según la periodista y politóloga María Teresa Romero “en Guatire el pequeño Rómulo comienza a inquietarse por las miserias humanas, por la injusticia y la pobreza extrema en que vivían muchos habitantes de esta zona” y “Junto a su padre, colaboró en la distribución de medicamentos a las personas con dificultades económicas afectadas por la peste española de 1918” En Guatire sus padres fundaron un pequeño periódico literario llamado El Geranio, donde el pequeño Rómulo colaboraría en la parte literaria. Ya en la capital del país, en junio de 1920 comenzó a estudiar en el Liceo Caracas, dirigido por don Rómulo Gallegos, quien además dictaba las cátedras de Filosofía y Álgebra y sus disertaciones políticas le sirvieron de inspiraciónNunca más, desde que sus padres se establecieron en Caracas, residió en su Guatire natal donde, cuando fue presidente de la República, le hizo construir el Grupo Escolar Elías Calixto Pompa y su principal iglesia. Pero espiritualmente se mantuvo fiel a su pueblo de nacimiento. Alguna vez habló de “mi amado pueblo nativo”, donde “aprendí a amar la naturaleza y a disfrutar de la vida al aire libre”..


Pacairigua, el río en el cual pescaba bagres con sus amigos de la infancia fue el nombre que escogió para su última vivienda en Caracas. En su pueblo natal aprendió a nadar en el Pozo de las Catanas, a jugar fútbol y béisbol, a fabricar papagayos y a montar bicicleta en el biciclo que le regaló su padre cuando cumplió diez años. Los terrenos del patio de su casa fueron donados con el mandato de que allí se construyera una biblioteca en honor a sus padres. Se llama biblioteca pública Don Luis y Misia Virginia. En Guatire nació su madre, Virginia Bello Millano de Betancourt, y sus hermanas. Escribe María Teresa Romero que de su padre el joven Rómulo heredó su característico sentido de humor algunas veces ácido, mordaz. -Ni la cárcel, ni el exilio, ni las adversidades de su vida política lograron vencer su buena actitud vital. De él también aprendió disciplina por el trabajo, virtud que lo acompañó a lo largo de toda su vida. Desde pequeño ayudaba al padre en la oficina y de su obligada asistencia heredó la aritmética y el oficio de contabilista de los que haría uso para sobrevivir durante su primer exilio. En Guatire fue también enrollador de tabacos, fabricante de papagayos y acomodador de cine. Su padre lo introdujo en el periodismo y la política. Éste fundó un pequeño periódico literario El Geranio, donde el niño Rómulo lo asistía pasando en limpio algunas crónicas. Y por su padre empezó a conocer la situación política venezolana de la época. De su madre heredó “un carácter jovial y amoroso”, según un testimonio del historiador Ángel Grisanti. Como ella, él era “abierto, social, comunicativo, en especial con su familia y amigos”.De ella también la temprana pasión por la lectura y su interés literario, ya que quería que su único hijo varón fuera escritor. De nuño le regaló Don


Quijote de la Mancha (Cervantes); El Judío Errante (Eugenio Sue), La Isla de los Pingüinos y Los Dioses tienen sed (Anatole France) y El Conde de Montecristi y Los Tres Mosqueteros (Alejandro Dumas). Doña Virginia también lo introdujo en la historia de Venezuela leyéndole pasajes de la vida y pensamientos de Simón Bolívar y Venezuela Heroica, de Eduardo Blanco. En un discurso pronunciado en 1964 reconoció que fue ella quien le inculcó la admiración y reconocimiento a sus conciudadanos y que tras su muerte prematura, el amor que le profesaba lo había transferido a su país”. El maestro Juan José Fermín, con quien estudió la primaria, influyó de manera definitiva en su despertar político y le cultivó el gusto por la historia, leyéndole y comentándole episodios del acontecer nacional y mundial. También la influencia de don Rómulo Gallegos, director del Liceo Caracas, de Fernando Paz Castillo, Jose Antonio Ramos Sucre, Julio Planchart y Caracciolo Parra León, fue decisiva en su formación intelectual. Dibujo de Francisco Maduro

Otro texto de la Web abunda sobre los primeros años de Rómulo Betancourt. En efecto revela que el padre …”comenzó trabajando en un almacén, gracias a la ayuda de Antonio García Guerra, un importante comerciante de la zona quien lo tuvo bajo su manto protector” y “más tarde ejercería como contador en una agencia del Banco de Venezuela”. Precisó también: -Rómulo aprendió de su padre la contabilidad, conocimiento que luego le sería de mucha utilidad durante su primer exilio. El chico se dedicó a varios oficios con el fin de colaborar económicamente con su familia: enrolló tabacos en una fábrica, confeccionó papagayos para la venta y fue acomodador de cines. Además en Guatire sus padres fundaron un pequeño periódico literario llamado El Geranio en el que Rómulo prestaba apoyo en la parte técnica. Asimismo indicó: Por su parte, don Luis lo adentraría en el conocimiento de la realidad política venezolana del momento al manifestarse contrario al gomecismo frente a sus allegados, con las reservas que la represión del tirano imponía. Su formación académica se inició en una Escuela Taller, fundada por el maestro Juan José Fermín, éste va a ser otra gran referencia para Rómulo. Fermín —también anti-gomecista— era un hombre consiente de la importancia del conocimiento de la historia y un gran aficionado del periodismo, lo que probablemente le transmitió a su pupilo. Lo que sí es seguro es que influyó en el despertar político de Betancourt y en su interés por el conocimiento del pasado venezolano.


En cambio, “Su madre, apasionada lectora, también le entrenó en su gusto por la literatura e incentivó su fervor político” y por lo tanto “se puede decir que Rómulo Betancourt fue impulsado por un entorno favorable para su crecimiento, tanto político como intelectual”. El texto de la Web adicionó: -Más tarde, la familia Betancourt Bello se trasladó a Caracas con sus tres hijos: María Teresa, Helena y Rómulo, quien ya contaba con 11 años. Aquí, en junio de 1920, comenzó a estudiar en el Liceo Caracas, en cuyas aulas se encontraban quienes luego serían figuras destacadas del país. Manuel Caballero (2004, p. 41) cita a algunos: Nelson Nimiob y Felipe Massiani, futuros literatos; Teodoro Capriles, más tarde famoso deportista; Vicente Lecuna, quien se convertiría en banquero e historiador; Israel Peña, futuro crítico musical; Andrés Germán Otero, futuro ministro; Julio de Armas, futuro rector de la Universidad Central de Venezuela; entre otros. Ya estaban en años superiores Miguel Otero Silva, Luis Felipe Urbaneja, Inocente Palacios, Elías Toro, Edmundo Fernández, Germán Suárez Flamerich, etc. También destacan Jóvito Villalba y Luis Beltrán Prieto Figueroa, quienes serán más tarde sus compañeros en la lucha política. Además, en el Liceo Caracas, hoy en día Liceo Andrés Bello, dirigido por don Rómulo Gallegos, “quien con sus clases de Filosofía y Álgebra y sus disertaciones políticas sirvió de inspiración a Betancourt y a sus coetáneos”. De igual modo, “Las lecturas periodísticas acompañaron este período de su vida, adentrándose así a lo que luego sería su oficio; también se interesaba por libros de política de autores nacionales y extranjeros”. La fuente virtual también reveló: -De los autores venezolanos el joven Betancourt se inclinaba por Fermín Toro, Cecilio Acosta, Juan Vicente González y José Rafael Pocaterra. Con respecto a este último, la autora Maria Teresa Romero (2005) señala que fue en él en quien Betancourt “se inspiró en escribir sus primeras páginas políticas”, y también indica que “Tal vez, aún más que Pocaterra, Betancourt sentía una firme convicción íntima de estar llamado por el destino a hacer algo grande por Venezuela” (p. 19-20). De los autores extranjeros Miguel de Unamuno y José Ortega y Gasset eran algunos de sus preferidos; pero fue la obra Sashka Yegulev del escritor ruso Leonidas Andreiev la que impresionó profundamente al joven Betancourt, así como a los jóvenes de su generación. Romero (2005) señala que la obra “los introdujo en una noción diferente y novedosa de los significados de ‘pueblo’ y ‘partido’, de sus luchas organizadas por la liberación de Rusia y en contra el zar” (p. 20). Finalmente la fuente digital reveló: Estando en Caracas, Betancourt pudo conocer más de cerca el autoritarismo del presidente Juan Vicente Gómez, sentía el odio silente del pueblo hastiado de represión y escuchó de las torturas que sufrían aquellos que se atrevían a adversarlo; pero el Betancourt político no se había despertado aún, su sueño era ser escritor.


EL BAUTIZO POLITICO

En

el

marco de la celebración de la Semana del Estudiante Rómulo Betancourt se estrenó en la política en 1928. |Los protagonistas de estos actos políticos en contra de la dictadura de Juan Vicente Gómez pasaron a la historia como la General del 2 y dos de ellos presidieron los destinos de l República, Rómulo Betancourt y Raúl Leoni, ambos del partido Acción Democrática, fundado el 13 de septiembre de 1941. Ese evento se celebró entre el 6 y el 12 de febrero y fue organizado por un grupo de jóvenes universitarios pertenecientes a la Federación de Estudiantes de Venezuela (FEV) de la Universidad Central de Venezuela decidieron conmemorar la Semana del Estudiante, mediante la elección de una reina y diversos actos festivos. -En principio –registra un texto publicado en la Web- los actos tenían como objetivo la recolección de fondos para la construcción de la Casa del Estudiante, pero en la medida que transcurrieron las actividades se convirtieron en protestas veladas contra el régimen gomecista.


[PROGRAMA DE LA SEMANA DEL ESTUDIANTE 1. Desfile desde la Universidad hasta el Panteón Nacional, en homenaje a los próceres de la Independencia. 2.Coronación de la reina de los estudiantes Beatriz I ( Beatriz Peña), en el teatro Municipal. 3.Recital de la juventud, en un teatro capitalino. 4. Concentración juvenil en La Pastora. 5. Preparación de una becerrada que no se realizó debido al desarrollo de los acontecimientos.] El texto añadió: -En el Panteón, el 6 de febrero, a las once de la mañana, el estudiante Jóvito

Villalba alzó su voz criticando “a quienes han mantenido su cara al sol durante veinte años” (Caballero, 2004, p.72). Gómez estaba próximo a cumplir este lapso en el poder; sin embargo nunca se mencionó su nombre aunque todos sabían de quien hablaba, la emoción retumbaba en sus palabras y en el público expectante. Recordó luego: -Esa misma noche el poeta Pío Tamayo declamaba sus versos en la coronación de la reina Beatriz y hablaba de “la reina secuestrada”, refiriéndose a la libertad. El martes en la Plaza de La Pastora Joaquín Gabaldón Márquez se dirigió de manera vehemente a los estudiantes, otorgando un reconocimiento a los jóvenes que batallaron en La Victoria. El día siguiente en el Teatro Rívoli se hicieron escuchar Gonzalo Carnevali, Manuel Noriega Trigo, Jacinto Fombona Pachano, Miguel Otero Silva, Antonio Arraiz y Rómulo Betancourt, quien habló de “nuestro pobre pueblo olvidado de Dios y crucificado de angustias republicanas” Los ánimos se fueron caldeando y Guillermo Prince Lara destrozó una lápida que llevaba el nombre del dictador .


Después indicó: -El día 14 de febrero de 1928 fueron apresados en la Cárcel de Puerto Cabello cuatro dirigentes de estas actividades: Guillermo Prince Lara, Jóvito Villalba, Pío Tamayo y Rómulo Betancourt, quien cumplió sus veinte años en la cárcel. María Teresa Romero comenta sobre la participación de Betancourt en los sucesos de febrero de 1928: “Su personalidad desafiante, su afán de servicio y lucha por el país, así como también, por qué no decirlo claramente, su inocultable ambición de poder y de ser protagonista de la historia, encontraron el momento propicio para manifestarse”. Sin embargo, Romero también comenta, muy a tono con lo citado de Caballero en el inicio de este apartado, que “la actuación de Betancourt no fue decisiva en este movimiento de carácter colectivo; el mismo hubiese transcurrido sin su presencia” Detalló igualmente: -Y es que precisamente el personalismo gomecista que tanto criticaba Betancourt fue herido en ese momento, cuando las ideas superaron los individualismos. Esto se va a demostrar más aún cuando luego de apresar a estos cuatro jóvenes, doscientos estudiantes salieron en su defensa y se entregaron a la policía. Los de Gómez encarcelaron a todos los estudiantes en El Castillo de Puerto Cabello. En este momento el movimiento se volvió aún más colectivo y el pueblo de Caracas se sumó a las protestas, convocando a una huelga general. El pueblo pedía reivindicaciones para los estudiantes y lo logra. En seguida se lee de la misma autora:


Betancourt a partir de este momento va a ser un opositor frontal de la dictadura gomecista y más tarde va a participar en la conjura cívico-militar del 7 de abril de 1928, dirigida por el capitán Rafael Alvarado Franco y otros militares; además de contar con la participación de un grupo de estudiantes y de algunos profesionales. Este movimiento, conocido como “el cuartelazo” logró tomar Miraflores, sin ninguna consecuencia importante, pero fracasó cuando intentó tomar el Cuartel San Carlos, que contó con el efectivo control del general Eleazar López Contreras. Varios dirigentes fueron nuevamente encarcelados, entre ellos Jóvito Villalba; Betancourt logró huir del país hacia Curazao, empieza así su primer exilio. Y en otra cita de Romero se señala: -Antes de hablar de esta importante época de su vida, cabe destacar que estos hechos del 28 cambiaron el rumbo que Betancourt tenía trazado para su vida. Es así que, luego en 1936, él mismo confiesa: “Yo no escogí la política, la vida me echó por ahí… y ahí vamos, para adelante”. Creo pertinente reproducir el artículo “La oreja, las manos y las costillas”, de fuente anónima, porque se nos olvidó identificarlo al almacenarlo: -A estas horas--y van setenta y tres años--, después de los atentados y de los accidentes, Rómulo Betancourt debería ser, en su conformación física, algo así como un producto típico de laboratorio científico, como un exponente característico de la más moderna o más avanzada cirugía, como una referencia a milagrosas reconstrucciones en el tiempo. —Un hombre artificial —podría resumir alguien. No tanto, aunque sí algo de eso. Hoy, el líder fundador de Acción Democrática y dos veces Presidente de la República de Venezuela tendría una oreja de material plástico. unas manos enguantadas en perfecta simulación y unas cuantas costillas de trasplante. Quedarían en él, genuinos y activos, el cerebro para pensar y la pipa para humear. Rómulo Betancourt tiene siete vidas. Cualquier referencia a su salud, soltada por cualquiera en una esquina, por entre la prisa del tránsito, llega inmediatamente y en vuelo directo a las redacciones de los diarios caraqueños. —Betancourt está enfermo —es lo primero que se publica, de entrada y sin entera confirmación. RB es noticia. Y los periódicos, que tienen prisa, que deben salir al día siguiente, sin falta y muy temprano, no esperan. Así, a comienzos de setiembre el estado de salud del ex presidente volvió a leerse en la letra impresa, a oírse en la letra hablada y a verse en la letra televisiva. —Apenas sufrí —aclaró él durante la cena del Buró Sindical de AD—, un endiablado catarro-virosis, que algunos llaman dengue y otros el VI Plan. Las enfermedades, los accidentes, los atentados entran ya, como ingredientes Inevitables, en la realidad, en la anécdota y en el mito betancourianos. En 1936, cuando Betancourt, buscado de puerta en puerta por los sabuesos del lopecismo, andaba de concha en concha por todo el área metropolitana, el diario El Heraldo asombraba a los caraqueños con la noticia de que la policía, en un intento por capturar al líder, había arrancado a éste, de cuajo, una de sus orejas. —Betancourt logró escapar — informaba el diario.


Escapar, escapar con vida de atentados supuestos o verdaderos, era signo que lo iba a marcar por mucho tiempo. En 1948, instalado ya el presidente Gallegos en Miraflores, Rómulo Betancourt, que había estado al frente del gobierno provisorio durante casi tres años, regresaba a Caracas después de una temporada de reposo en los Estados Unidos, concretamente en Nueva York. —A Betancourt le preocupa — había adelantado la prensa—, la estabilidad del régimen democrático. A mí, como reportero de El Nacional designado para entrevistarlo me preocupaban otras cosas… El anónimo periodista citó que “Betancourt había sido golpeado por un venezolano, enemigo político suyo, en una calle céntrica de Nueva York. Esa noche caraqueña, en su casa de Altamira le pregunté qué había de cierto en todo aquello El lo desmintió. —Ese tipo —me respondió—, como que era alérgico al plomo. Le iba a tocar, más tarde —y de verdad—, el plomo del atentado en el Paseo de Los Próceres. Es mismo día, con las manos vendadas, dolorido pero lleno de coraje, convocó al Estado Mayor y se dirigió al país por la cadena de televisión. Estaba casi sordo. Pero conservaba, intactas, sus dos orejas. El estado de salud de Rómulo Betancourt ha vuelto a conmover a Venezuela. En Nueva York daba él un último repaso a sus memorias, documento de próxima aparición. —¿Qué irá a decir Rómulo en ellas? —se preguntan.

[En el texto se indica que fue escrito por un reportero de El Nacional y menciona la enfermedad en Nueva York que le arrancó la vida, por lo cual resulta fácil deducir que fue publicado] Como completo a lo anterior vale la pena recurrir al registro que hace Wikipedia, la enciclopedia libre de tales acontecimientos de la juventud estudiantil de la época en contra de la dictadura de Juan Vicente Gómez. El complot estudiantil se mimetizó en la celebración del Carnaval, programada así: -Desfile desde la Universidad Central de Venezuela hasta el Panteón Nacional, en homenaje a los próceres de la Independencia. Coronación de la reina de los estudiantes Beatriz I (Beatriz Peña Arreaza), en el Teatro Municipal de Caracas. Recital de la juventud, en un teatro capitalino. Concentración juvenil en La Pastora. Todo en el marco de fortalecer la nueva Federación de Estudiantes de Venezuela, promovida por los jóvenes estudiantes que buscaban reconstruir este ente, clausurado en el pasado por Cipriano Castro. Todo empezó el día lunes 6 de febrero y transcurría normalmente para la costumbre de la época, hasta que empezaron los pronunciamientos, el primero de ellos por parte de José Pio Tamayo, quien recitó un poema dedicado a la reina Beatriz I considerado por algunos el primer manifiesto antigomecista. El poema rezaba:


(...)Pero no, Majestad que he llegado hasta hoy, y el nombre de esa novia se me parece a vos! Se llama: ¡LIBERTAD! Decidle a vuestros súbditos -tan jóvenes que aún no pueden conocerlaque salgan a buscarla, que la miren en vos, ¡vos, sonriente promesa de escondidos anhelos! Vuestra justicia ordene. Y yo, enhiesto otra vez, -alegre el junco en silbo de indígena romeroarmado de esperanzas como la antigua raza, proseguiré en marcha. Pues con vos, Reina nuestra, juvenil, en su trono, ¡se instala el porvenir!3 A continuación se lee: Al día siguiente en la Plaza de La Pastora Joaquín Gabaldón Márquez, de vehemente arenga a los estudiantes, invitó a seguir el ejemplo de los jóvenes patriotas en La Victoria en 1814 y el miércoles ocho en el teatro Rívoli, en un recital de poesía, prorrumpieron los discursos políticos donde hablaron Miguel Otero Silva, Manuel Noriega Trigo, Gonzalo Carnevali, Jacinto Fombona Pachano, Antonio Arráiz y Rómulo Betancourt. Sin embargo, “El gobierno puso fin a la celebración y el 14 de febrero, Día de la Juventud: por sus discursos detuvieron a los estudiantes de Derecho, Rómulo Betancourt, Joaquín Gabaldón Márquez y Jóvito Villalba, Prince Lara por la ruptura de la placa y Pío Tamayo por su poema “subversivo”. Y “En solidaridad con los detenidos, más de dos centenares de universitarios dieron a conocer un telegrama a Juan Vicente Gómez en el que se consideraban corresponsables de lo sucedido, por lo que 214 de ellos fueron también encarcelados, ahora en la antigua fortaleza colonial de Puerto Cabello. Ante este abuso de autoridad, brotaron nuevas protestas populares en Caracas, acompañadas de cierre de comercios y huelgas, que se extendieron a otras partes del país. Para calmar los ánimos, y en un acto sin precedentes, el gobierno liberó a los jóvenes estudiantes doce días después de su arresto, los que fueron ovacionados por el pueblo al regresar a la capital”. El estudiantado también estuvo presente en el movimiento insurreccional de carácter cívico-militar encabezado por el capitán Rafael Alvarado Franco que tuvo lugar el 7 de abril del mismo año, cuya finalidad era el derrocamiento de la dictadura. En el portal Venezuela Tuya se señala sobre dicha conspiración que ésta se efectuó en el cuartel de Miraflores y contó también con la cooperación de los subtenientes Rafael Antonio Barrios, Agustín Fernández, Leonardo Leefmans y Faustino Valero; los cadetes de la Escuela Militar, Eleazar López Wolkmar. hijo del general Eleazar López Contreras; entonces jefe de la guarnición de Caracas), Antonio J. Ovalles Olavaria, Benjamín Delgado Leefmans y Armando J. Chávez; algunos sargentos; los estudiantes universitarios Jesús Miralles, Fidel Rotondaro, Germán


Tortosa, Francisco Rivas Lázaro, Antonio Arráiz, Juan José Palacios, Luis Manuel García, Gustavo Tejera y César Camejo; el dentista Rafael Franco; hijo; Francisco Betancourt Sosa; el capitán chileno Pedro Dubournais; los trabajadores Aurelio Esparragosa y Julio Naranjo, varios miembros de la Federación de Estudiantes Venezolanos y obreros de la fábrica de vidrio de Maiquetía. Y “Aunque los alzados lograron controlar el cuartel de Miraflores, cuando se dirigieron al Cuartel San Carlos para hacer lo mismo, se encontraron con que los allí comprometidos habían sido dominados por el propio general López Contreras.

TRES EXILIOS


Los tres exilios que registra el historial político de don Rómulo Betancourt les sirvieron como escuela para una cabal comprensión de los problemas venezolanos en los niveles económicos, petroleros, mineros, agrícolas, urbanos, educacionales, sanitarios, hidrológicos, viales, culturales alimentarios, democráticos, sindicales, etc., que luego pondría en prácticas las dos veces que presidió los destinos nacionales. Pero también le sirvió para denunciar ante el mundo civilizados, primero, la barbarie gomecista, y luego, el régimen dictatorial de Marcos Pérez Jiménez, dictando conferencias magistrales en diversos foros, estableciendo relaciones con dirigentes políticos democráticos e instituciones gubernamentales y publicando artículos en medios impresos expresando su pensamiento y denunciando la violación de los derechos humanos de quienes opinaban diferentes a las de la dictadura militar. Lo hizo mediante la publicación de artículos en revistas y periódicos, En el ensayo Rómulo Betancourt: una vida de exilios su autora, Mirela Quero de Trinca, analiza un aspecto importante de la trayectoria política del gran líder venezolano marcada por los exilios, que asumió como una consecuencia normal de ésta, y aprovechó para la formación y evolución de su pensamiento político.


Ese documento fue recibido en el Centro de Investigaciones del Instituto Pedagógico de Caracas y aprobado el 19 de marzo del mismo año. La autora recordó que Betancourt pasó en el exterior 26 de los 73 años que vivió “experimentando todas las modalidades conocidas del alejamiento de la patria: huida, expulsión, asilo diplomático y por decisión propia”. Pero “Sin embargo, a pesar del trastorno que el destierro forzoso ocasiona en la vida de las personas, Betancourt, hombre estudioso y trabajador, virtudes aprendidas en el seno familiar y practicadas a lo largo de su vida, no se dejó atrapar por la bohemia del exilio y siempre supo aprovechar esa circunstancia, que no era sino una pausa en la lucha, para avanzar en su proyecto personal y político”. En la introducción recalcó que el exilio fue un compañero constante en la vida de éste. Y a continuación señaló: -Comenzaba Betancourt su vida política y ya entonces se hizo presente el exilio. La insurgencia juvenil de la Semana del Estudiante en febrero de 1928, pronto se convirtió en una actividad política al tomar las armas en el Cuartelazo del 7 de abril para derrocar la dictadura de veinte años de Juan Vicente Gómez. Fracasado este intento, a Betancourt, quien había cumplido veinte años en una de las cárceles de Gómez, no le quedó otro camino más que huir, para escapar de la amenaza de un nuevo encarcelamiento. Después reveló: -En este primer exilio, de 7 años y medio, el joven Rómulo, enrumbado ya por el camino de la política, se ocupó de estudiar y formarse, actividad que cultivó simultáneamente con la denuncia del régimen gomecista y la utilización de todos los medios para derribarlo, propósitos que ya alimentaba cuando en junio de 1928 subió al vapor Táchira que desde Puerto Cabello lo trasladó a Curazao. Preocupado por sus compañeros universitarios encerrados en las cárceles venezolanas, Rómulo se empeñó en una campaña que incluía desde la correspondencia con diversos líderes americanos y mundiales, hasta la publicación de escritos en diversos órganos de prensa porque el mundo debía conocer lo que sucedía en Venezuela. Los escenarios de su acción fueron el Caribe y Centroamérica, De esta época son sus dos folletos Dos meses en las cárceles de Gómez y En las huellas de la pezuña, éste último escrito en colaboración con Miguel Otero Silva. Según la autora, “Es éste un período de formación, de aprendizaje y crecimiento, en el que se observa su preocupación por lograr una definición ideológica”. Luego apuntó: En este proceso pasó por diferentes etapas: su acercamiento a Salvador de la Plaza, Carlos León y Gustavo Machado, marxistas venezolanos exiliados en México; su apego por corto tiempo al aprismo que aportó el elemento latinoamericano a sus


análisis; su involucramiento con los viejos caudillos militares y sobrevivientes del liberalismo amarillo, con quienes participó en varias conspiraciones y en la consecución de armas y recursos para la gran expedición del Falke; su creencia en la fuerza del movimiento estudiantil organizado en un Frente Amplio e impulsador de la revolución marxista, antiimperialista y nacionalista; y, finalmente, su pasantía de casi cinco años por el Partido Comunista de Costa Rica, fundado en junio de 1931. Respecto a la expedición del Falke, con miras a derrocar la dictadura del general Juan Vicente Gómez, que se llevó a efecto en agosto de 1929, expresó que Betancourt se salvó de participar en ella, convertida en rotundo fracaso, porque la goleta Gisela, en la que viajaba, naufragó cerca de las costas dominicanas. Mirela Quero de Trinca consideró igualmente que ese fracaso y otros lo obligaron a “La redefinición de sus objetivos” y “le lleva a interesarse en otros asuntos como el imperialismo, el andinismo, la economía, el nacionalismo y la unión latinoamericana, trascendiendo así su propósito inicial puramente denunciativo”. Agregó que “De esta época es el Plan de Barranquilla y el folleto Con quien estamos y contra quien estamos, así como la fundación de la Alianza Unionista de la Gran Colombia y de la Agrupación Revolucionaria de Izquierda (ARDI)”, y “También de estos años es su interés por analizar el impacto de la industria petrolera venezolana en la vida política y económica del país, tema que le apasionará durante toda su existencia y le llevará a escribir un libro, Petróleo y Dictaduras en Venezuela, inédito y desaparecido, en el que analizaba la penetración capitalista en Venezuela y la dependencia del Estado respecto al ingreso petrolero, que devino en importante sostén del régimen gomecista”. Del mismo modo aseguró que “A partir de mediados de 1931, Betancourt radicaliza su anterior posición de izquierda moderada y milita en el recién fundado Partido Comunista de Costa Rica, en el que llegó a ocupar cargos de dirigencia y a encargarse de su órgano periodístico Trabajo, cuyos editoriales escribía”. Sin embargo, “El Partido Comunista tampoco le satisfizo como fórmula política a ser aplicada en Venezuela debido a su dependencia de las directrices de Moscú”. Pero “Ya en 1935 Betancourt marcaba distancia” debido a esa tendencia, diría más tarde, “que tanto repruebo en los Burós de la I.C.: la de trazar desde sus oficinas de Moscú, Nueva York o Montevideo esquemas standard que (…) sirven para todos los países y dan respuesta a todas las situaciones”. A ello se unía el reconocimiento de su ignorancia de la realidad venezolana, limitación que lo mortificaba y superó al visitar todo el país a su retorno. En otro segmento del ensayo expresó: -En diciembre de 1935 el ciclo vital de Juan Vicente Gómez llegó a su fin y los exiliados regresaron a la patria cargados de ideas y propósitos para colaborar en el proceso de modernización del país. Betancourt regresa al país a comienzos de febrero de 1936 acompañado de su esposa, la maestra costarricense Carmen Valverde y de su pequeña hija Virginia. Ya no es el joven inexperto de 1928. El nuevo Betancourt es un hombre casi en la treintena, con amplia formación política, teórica y práctica, con un profundo conocimiento de la historia venezolana y de la industria petrolera y con la firme decisión de intervenir directamente en la política venezolana. Este primer exilio, entre otras cosas, le sirvió para reconocer en sí mismo y empezar a desarrollar, sus dotes de liderazgo.


Betancourt llegaba a Venezuela impregnado de ideas comunistas y consciente de su inaplicabilidad a la realidad venezolana. Por ello se propuso crear un movimiento de izquierda democrática, “un partido político de orientación democrática y de raigambre popular”2, para estudiar y proponer soluciones a los problemas nacionales. El primer intento fue el Movimiento de Organización Venezolana (ORVE), y después, fue la fundación de un partido político de orientación nacionalista y antiimperialista, el Partido Democrático Nacional (PDN), que unificaba a las organizaciones políticas de izquierda y propugnaba la implantación de un Estado democrático, la reconstrucción económica, la salud y educación de los venezolanos y la incorporación de los indígenas a la República. La negativa del sucesor de Gómez, el presidente López Contreras, a legalizar el PDN y el apoyo de este partido a la huelga petrolera de diciembre 1936 – enero 1937, desencadenaron acciones represivas que condujeron al decreto de expulsión de 47 líderes de oposición, entre ellos Betancourt, quien permaneció un año clandestino eludiendo la persecución policial y escribiendo la columna “Economía y Finanzas” del diario Ahora, hasta que fue detenido en octubre y expulsado el 8 de noviembre de 1939. Sobre este segundo exilio, que se extendió hasta 1941, la ensayista precisó: -A bordo del vapor Orazio, Betancourt se encaminaba a su segundo destierro. Esta vez las circunstancias eran distintas y también su actitud frente al gobierno del presidente Eleazar López Contreras. Esta vez, Betancourt no dejaba en Venezuela a un dictador pretoriano sino a un militar civilista, que tímidamente daba pasos en la vía de la modernización del país. También era distinto el Betancourt que salía al destierro. Ya no era el joven inexperto del primer exilio, buscando y experimentando los más disímiles caminos para su realización política, sino un hombre que había encontrado su vía en la izquierda democrática; era un líder político que había palpado los problemas de la realidad venezolana y elaboraba soluciones para resolverlos, participando en la oposición política a través de una organización clandestina, el PDN. Por lo tanto, a pesar de salir expulsado por el gobierno, el propósito de Betancourt en el exterior no es ya el de denunciar al gobernante venezolano ni el de dar pasos para su derrocamiento, como había sido su propósito durante su primer exilio, sino como bien expresa el historiador Manuel Caballero, el de “conquistar la legalidad para él y su partido, mediante el reconocimiento internacional del PDN, lo que sin duda, contribuiría a lograr su legalización en Venezuela. Igualmente “era distinto el país que le cobijó en su segundo alejamiento de la patria”, porque “Chile vivía entonces la experiencia gubernamental de una coalición formada por los partidos Comunista, Radical y Socialista, al que también se unieron la Central de Trabajadores de Chile, la Federación de Estudiantes y el movimiento mapuche, para integrar el Frente Popular, presidido por Pedro Aguirre Cerda, quien inspirado en el New Deal norteamericano impuso un ambicioso programa asentado en la educación y la industrialización”. En ese país tenían responsabilidades gubernamentales sus amigos socialistas, entre ellos Salvador Allende, ministro de Salud y Oscar Schnake, ministro de Fomento. Pasó 14 meses, tiempo en el cual fortaleció relaciones con la izquierda chilena, especialmente con el Partido Socialista, avanzando en la internacionalización de su liderazgo y en la de su partido, el PDN, aún ilegal en Venezuela.


-Desde Chile –escribió- orientaba a su Partido, tanto al grupo que había quedado en el país como a los grupos de exiliados pedenistas, recomendándole a sus compañeros estudiar, trabajar y organizar. Allí le fue reconocido su liderazgo, como figura de la política continental, invitándole a dar un discurso en eI VI Congreso del Partido Socialista, reunido en el Teatro Caupolicán, de la ciudad de Santiago. En ese evento presentó a su partido, el PDN, como una organización verdaderamente democrática de izquierda, socialista, no comunista y de profunda vocación americanista. -En el país austral, -reveló la autora- Betancourt publicó el libro Problemas Venezolanos, en el que recoge una selección de sus artículos en el diario Ahora, sobre temas económicos y sociales; y además, cumplió una apretada agenda política, intelectual y académica, con escritos en la prensa, discursos y conferencias, en los que planteaba la situación venezolana, latinoamericana y mundial. En la Universidad de Chile, dictó tres conferencias: Evolución Histórica de Venezuela, Estructura económica y fiscal de Venezuela y Venezuela en función internacional: Su vocación de americanidad; y en la Facultad de Economía, disertó sobre “La guerra europea y las materias primas de la América Latina. Contrariamente a su primer exilio, para Betancourt los meses transcurridos en Chile fueron de tranquilidad familiar y de reconocimiento de su liderazgo. Pero a pesar de que no dejaba de añorar su tierra, su fortaleza ética siempre estaba presente: “Duele en la entraña más íntima la ausencia de la Patria, pero fuera de ella, cuando se tiene energía y aptitudes, siempre hay ancho campo para disputarle a la vida el derecho de vivirla decorosamente y sin miseria. En el siguiente segmento la autora registró: -Transcurrido el año de expulsión, regresó a su país, deteniéndose un mes en Argentina donde dictó dos conferencias, una en Buenos Aires sobre la “Repercusión de la guerra en América; y otra en la Universidad de La Plata: Venezuela: Problema y Posibilidad”. Con su familia, llegó a Caracas el 6 de febrero de 1941 y desde su llegada Betancourt se consagró a la reestructuración del PDN y su conversión, tres meses más tarde, el 11 de mayo de 1941, en el partido Acción Democrática, que obtuvo su legalización el 29 de julio de ese mismo año. Nacía Acción Democrática, un partido político de vocación democrática, policlasista, nacionalista y americanista que reivindicaba la elección universal, directa y secreta. Y después de un vuelo rasante por los eventos del 18 de octubre de 1945 que colocaron a Betancourt en la presidencia de la Junta Revolucionaria de Gobierno, desde donde pudo “cumplir una vieja aspiración: el que todos los venezolanos mayores de 18 años, incluidas las mujeres y los analfabetas, pudieran elegir al Presidente de la República”, Su tercer y último exilio fue descrito así por la ensayista: -En la madrugada del 23 de enero de 1949, el embajador de Colombia en Venezuela, Manuel Barrera Parra y otros funcionarios de su embajada subieron a un avión de la Pan American con destino a Curazao. No viajaban solos. Acompañaban al ex presidente de la República, Rómulo Betancourt, quien una semana después del derrocamiento del presidente Rómulo Gallegos, se había asilado en la embajada colombiana y luego de casi dos meses de diligencias había obtenido el salvoconducto


que le conducía a su tercer exilio. No habían sido fáciles las negociaciones con la Junta Militar que gobernaba en Venezuela; entre otras cosas, habían costado una acusación ante la Organización de Estados Americanos (OEA) y la ruptura de relaciones diplomáticas con la hermana república de Chile. En esa ocasión se trazó como objetivo “denunciar ante el mundo los sucesos de Venezuela y contribuir con todos los medios a derrocar a la Junta Militar de Gobierno”, el cual cumplió a cabalidad, porque, a juicio de la autora, “Fue el venezolano que más hizo para divulgar y crear conciencia en Latinoamérica sobre lo que pasaba en Venezuela”, el que “Con incansable dedicación mantuvo correspondencia con los principales líderes políticos, intelectuales, sindicalistas, parlamentarios, burócratas, diplomáticos, estudiantes y opinión pública en general” y “Dio conferencias ante nutridos”. Asimismo, “diversos auditorios: varias universidades, parlamentos, gobiernos y organismos internacionales, oyeron su voz punzante, pero convincente y apasionada” En su propósito, “No desdeñó ningún medio de comunicación: la radio, revistas, periódicos, libros, etc., de todos los instrumentos se valió para cumplir la promesa que se había hecho a sí mismo y a sus compañeros de partido” y se dispuso “No descansar hasta lograr la liberación de Venezuela” y “Su palabra era oída y obtuvo el apoyo de los gobiernos y pueblos democráticos de América, en su peregrinar por los países donde se residenció: Estados Unidos, Cuba, Costa Rica y Puerto Rico y en los que visitó en gira política: Bolivia, Chile, Argentina y Uruguay”. Por supuesto, “Toda esta actividad opositora, le convirtió a los ojos del régimen militar venezolano, en el enemigo a vencer, y si posible, eliminar, como varias veces trataron de hacer en Cuba, México, Costa Rica y Puerto Rico”. Pero “Además de la palabra, Betancourt no desdeñó la acción directa. Por ello desde el exterior apoyó las conspiraciones que la dirección clandestina de Acción Democrática acordó llevar a cabo en Venezuela y participó en la obtención de recursos y armas, apelando a sus relaciones con los entonces gobernantes de Cuba, Bolivia y Costa Rica”. Más adelante la ensayista aseguró que de ese tercer exilio el expresidente “identificó en el petróleo la columna vertebral de la historia venezolana del siglo XX, no sólo como factor económico sino también como protagonista político, cuya existencia había financiado los grandes avances en materia de modernización del país, pero también la permanencia de regímenes dictatoriales como los de Cipriano Castro y Juan Vicente Gómez y los gobiernos militares de la década de los años 50, cuyo último exponente era el general Marcos Pérez Jiménez”, resultante de lo cual fue la publicación en México, en noviembre de 1956, por parte del Fondo de Cultura Económica, de su obra fundamental, Venezuela: Política y Petróleo, “en la que analiza la historia venezolana ligada a la industria de los hidrocarburos, cincuenta años en los que el “villano del drama, en ese lapso de la vida nacional, es el dios por excelencia de la mitología de la era mecánica: el petróleo” y “es también una afirmación de esperanza, de fe en “los elementos afirmativos y promisores… de nuestra personalidad colectiva, entre ellos, la pasión por la libertad y la capacidad para asimilar las ideas renovadoras y democráticas, concepto que Betancourt opone a la tesis que atribuía a los americanos de habla hispana “una incapacidad casi congénita para vivir dentro del régimen democrático”. En esa obra su autor concluye “expresando su convencimiento


de que Venezuela volvería a ser patria de gobiernos democráticos y nación fraternalmente integrada a la América Latina”. En lo que sería su último exilio, como medio de subsistencia, ejerció el periodismo, profesión que lo enorgullecía, especialmente en la revista Bohemia de Cuba y El Tiempo de Bogotá. -Al cabo de diez años –acotó Mirela Quero de Trinca- pudo regresar a su país, que al retomar la senda democrática, mediante votación universal, directa y secreta le eligió como su presidente constitucional. La ensayista menciona un cuarto exilio que se habría extendido desde 1964 hasta 1972 y que lo llevó a vivir en Nueva York, donde falleció el 28 de septiembre de 1982, Washington, California, Berna

EL PLAN DE BARRANQUILLA


El 7 de abril de 2008 María T. Leal presentó ante el Centro de Investigaciones Históricas Mario Briceño Iraggorry del Instituto Pedagógico de Caracas su tesis de grado Plan de Barranquilla” y el proyecto político de Rómulo Betancourt que le fue aprobada el 23 de abril del mismo año. En el resumen de ese documento se lee: -Rómulo Betancourt es, sin lugar a dudas, uno de los personajes más influyentes en la dinámica política nacional del siglo XX. La oposición que emprende al régimen de Juan Vicente Gómez le lleva desde sus días de estudiante con la afamada Generación del 28´, a formarse en las filas de la izquierda latinoamericana, al punto inclusive de participar en la fundación del Partido Comunista de Costa Rica. De aquella formación ideológica y ante las necesidades sociales, económicas y políticas que aquejaban a Venezuela en los años de la dictadura gomecista, surge en 1931 el Plan de Barranquilla, bajo la autoría de Betancourt y de la Agrupación Revolucionaria de Izquierda (ARDI). Este manifiesto, el cual fue concebido desde el exilio de la agrupación, conviene revisar y analizar en el marco de los alcances del proyecto político de Rómulo Betancourt. Y en la Introducción; -Cuando nos dedicamos al estudio de la historia contemporánea de Venezuela, encontramos en sus páginas diversos protagonistas que contribuyeron a su construcción; empero, es la figura de Rómulo Betancourt, una de las más representativas en la dinámica política venezolana, pues su participación en la insurgencia estudiantil de 1928, la creación de organizaciones partidistas sumado a su decisiva y controversial incursión en los asuntos relacionados con el destino político de nuestro país, así lo reflejan. Es por ello que en esta ocasión interesa particularmente, analizar el ideario político de Betancourt, para lo cual tomaremos como referente el afamado Plan de Barranquilla de 1931. Primeramente, en cuanto a la personalidad de Rómulo Betancourt es necesario destacar algunas características que privaron en su denotada lucha por la transformación estructural de la política venezolana. Su activismo lo convirtió desde pensador político, literato e historiador hasta un crítico de la acción del capitalismo internacional, al punto de asociarse con ciertas organizaciones políticas de corte socialista. Su actitud opositora ante los problemas que aquejaban a la sociedad venezolana es justificada por Mariano Picón Salas en las inmediaciones de 1929, justo cuando Betancourt contaba con 20 años de edad. En momentos cuando tiene la oportunidad de revisar los planes del para entonces joven Betancourt, Picón Salas (1964) recuerda con admiración la clarividencia, rigor y fervor de las ideas de


Betancourt, ya que en ellas dejaba relucir el descubrimiento en torno a las necesidades de nuestra sociedad y los métodos con los cuales debía organizarse el estado moderno en Venezuela (pp. 34-35). Otros por su parte, le catalogaron como un hombre ambicioso, hábil, diplomático de incuestionable audacia política, que supo intervenir oportunamente en aras de conciliar su ascenso en el poder, con lo que se relega su proyecto político a una demagogia revolucionaria populista, como parte de su estrategia para alcanzar dominar la dinámica política venezolana. Luego se refiere al contexto histórico en el cual se produce el Plan de Barranquilla, bajo la dictadura de Juan Vicente Gómez, cuya obediencia colectiva “descansa sobre la represión política y la inhibición de las libertades individuales fundamentales”, porque “El dictador, ante los numerosos enemigos que despierta por toda la república y fuera de ésta, emprende la más dura campaña de persecución a intelectuales, ideólogos así como de cualquier agrupación o asociación que intentase quebrantar los intereses personalistas de su administración”.

[A iguales mecanismos represivos, en nombre del socialismo del siglo XXI, recurrió el dictador Hugo Chávez Frías y luego su sucesor Nicolás Maduro. La historia, desgraciadamente se ha repetido en Venezuela, pero con mayor crueldad, bajo las órdenes de la tiranía cubana de los hermanos Fidel y Raúl Castro] La autora precisó después: De igual forma, es importante destacar que el levantamiento estudiantil universitario de 1928, no fue propiamente el resultado de virtuosas voluntades de un puñado de universitarios. Se hallaba la república en esos momentos reaccionando de forma tardía a la gigantesca oleada insurgente que ya había despertado en otros rincones de la América, dejando en Venezuela, el último bastión del despotismo por arrasar. Recordó asimismo: -Tras el fallido intento de revolución en tierras venezolanas y a los efectos de la persecución política del régimen gomecista, Betancourt se ve en la imperiosa necesidad de trasladarse al exterior para concentrar fuerzas. El propósito de Betancourt: invadir las costas venezolanas y vituperar nuevamente el orgullo de los Gómez, no obstante, decide sustituir esa ruidosa estrategia por una quizás más acertada y de mayor alcance político. Los próximos años que le suceden a 1929, servirán para la consolidación en la formación filosófica e ideológica de Betancourt, quien se dedica al análisis de los textos fundamentales del materialismo dialéctico a la par que estudia la posibilidad de aplicar un modelo político distinto al contexto venezolano. Según María Leal, “En el exilio, Betancourt logra perfilar su formación ideológica. Sin clientelismo y con una actitud reactiva a su época, construye un documento que ha


de proyectar con basamento en la historia nacional, la realidad venezolana desde las estructuras políticas dispuestas y heredadas desde la colonia”. Por lo tanto, “El Plan de Barranquilla, que a juicio propio constituye realmente un manifiesto, se construye y no coincidencialmente en la fase, si no de decadencia del gomecismo, al menos de nuevos despertares para la república, pues para el pesar de las masas, el estoico régimen de los Gómez halla vigencia en la misma prolongación del servilismo político hasta llegada la muerte del dictador en 1935”. En consecuencia, luego de preguntarse “¿El Plan una propuesta de socialdemocracia?”, expresó: -El desarrollo de los acontecimientos, tanto de orden interno como externo conducen a Rómulo Betancourt y a un grupo de líderes políticos, entre los que destacan Raúl Leoni, Ricardo Montilla, Valmore Rodríguez y Juan J. Palacios a la definición de un plan en el que se precisen las acciones fundamentales a emprender en procura de la transformación social y política del país. Bajo esta premisa, se concibe el Plan de Barranquilla. Ese documento fue firmado en fecha del 22 de marzo de 1931 y constituye, según María Leal, “una iniciativa de Betancourt y de los integrantes de la Agrupación Revolucionaria de Izquierda (ARDI)”, que “Básicamente… refleja un programa político de emergencia ante manifestaciones que anticipaban la inminente caída de la dictadura gomecista, pero en otro tanto, este Plan se ha reconocido como una obra que denota la madurez política de Rómulo Betancourt y su consecuente preocupación por la situación de dependencia que ha regido el destino de Venezuela, a partir de las estructuras políticas y económicas dominantes del sistema mundial”. Citó a continuación palabras de Germán Carrera Damas en la que éste afirma que “el verdadero propósito del Plan no fue el de formular una acción revolucionaria sino permitir una práctica y con referencia a un conjunto de proposiciones, el deslinde de las actitudes, pero sobre todo de los propósitos”… Mencionó también otras posiciones encontradas respecto al Plan, “pues otros intelectuales discuten en relación con lo impreciso del programa, pero no se debate en torno a las razones que pudieron conducir a tal limitación”. ¿Falta de madurez política?, ¿vagas ideologías?-se preguntó- para luego señalar que Ramón J. Velásquez, entre otros, “refieren que las proyecciones revolucionarias que Betancourt había planteado en sus cartas, califican al Plan de Barranquilla de incompleto como texto histórico, para luego objetar, que fue deliberada la omisión, pues el documento estaba destinado a circular en Venezuela y a caquetizar a gente tímida e ignorante cuyo miedo rechazaría la proposición de fórmulas de cambio social”. Comentó igualmente: Es posible que Rómulo Betancourt y los miembros del ARDI, presentaran este proyecto de contenido básico a las masas y guardaran para sí, el proyecto que comentaba los cambios de carácter estructural. En numerosos escritos de Betancourt, deja manifiesta su confianza limitada en la base social, al menos así quedó plasmado en una carta de Rómulo Betancourt (1931) a José Rafael Pocaterra, faltando sólo días para la presentación del Plan de Barranquilla, en la cual expresa: “…Ese pueblo es aún ignorante, gregario, incapaz de buscarle por sí solo cauces a sus anhelos confusos de dignidad civil, pero está apto para recibir palabras de renovación”.


No obstante, a su juicio, es con ese documento “que llegan las primeras ideas de izquierda a nuestro país en el siglo XX”. En otra parte de la tesis aclaró: La concepción del modelo socio-político de Rómulo Betancourt estaba muy lejos de los supuestos teóricos del movimiento comunista internacional, aunque con las contribuciones que éste hiciese en su favor en el escenario político de Costa Rica, tras fundar el Partido Comunista. La propuesta de Betancourt parece clarificarse tiempo después, específicamente en 1943, cuando expone su inconformidad, ante las pretensiones de la Segunda y la Tercera Internacional en unificar mundialmente la revolución obrera con criterio europeizante al margen de las necesidades del pueblo venezolano y de la región latinoamericana. Betancourt además, rechaza categóricamente el partido proletario y demanda en su lugar, un partido [de izquierda] moderno donde pueda caber tanto el obrero, como el campesino y el industrial (Betancourt citado por Feo Calcaño; 1975), en aparente reconocimiento de la privativa ortodoxia que al respecto sostenía al ideario comunista. Éste es el texto del Plan de Barranquilla : Precisados en el orden interno y en las relaciones internacionales los factores determinantes de la situación venezolana hemos suscrito un programa mínimo de acción política y social con vistas a esos factores. Presumen espíritus simplistas, viciados de la tradicional indolencia venezolana para ahondar problemas, que asociaciones cívicas y otros remedios fáciles de la misma índole bastarían para promover en el país un movimiento de dignificación civil. Nosotros con criterio más realista y positivo, nutrido de doctrina y de historia, creemos que la elevación del nivel político y social de las masas no pueden lograrse sino sobre bases de independencia económica. Por eso, hemos articulado nuestra plataforma con postulados de acción social y antiimperialista, trascendiendo resuelta y conscientemente las aspiraciones retrasadas de quienes creen que basta moralizar la administración y reformar cuatro o cinco artículos de la Constitución para que Venezuela comience a realizar su destino de pueblo. Hemos dicho programa mínimo, porque el suscrito hoy por nosotros apenas contempla los más urgentes problemas nacionales y porque el contenido mismo de nuestros postulados de acción es apenas reformista. Consecuentes con un método que repudia la sobreestimación de fuerzas, hemos querido considerar sólo las necesidades y aspiraciones populares que creemos más urgentes. La marcha misma del proceso social nos señalará el momento de poner a la orden del día la cuestión de ampliación y revisión del programa. Constaba dicho programa de los siguientes puntos: I. Hombres civiles al manejo de la cosa pública. Exclusión de todo elemento militar de mecanismo administrativo durante el período preconstitucional. Lucha contra el caudillismo militarista. II. Garantías para la libre expresión del pensamiento, hablado o escrito, y para los demás derechos individuales (asociación, reunión, libre tránsito, etc). III. Confiscación de los bienes de Gómez, sus familiares y servidores y comienzo inmediato de su explotación por el pueblo y no por jefes revolucionarios triunfantes. IV. Creación de un Tribunal de Salud Pública que investigue y sancione los delitos del despotismo.


V. Inmediata expedición de decretos protegiendo las clases productoras de la tiranía capitalista. VI. Intensa campaña de desanalfabetización de las masas obreras y campesinas. Enseñanza teórica-industrial y agrícola. Autonomía universitaria funcional y económica. VII. Revisión de los contratos y concesiones celebrados por la nación con el capitalismo nacional y extranjero. Adopción de una política económica contraria a la contratación de empréstitos. Nacionalización de las caídas de agua. Control por el Estado o el Municipio de las industrias que por su carácter constituyen monopolios de servicios públicos. VIII. Convocatoria dentro de un plazo no mayor de un año de una Asamblea Constituyente, que elija gobierno provisional, reforme la Constitución, revise las leyes que con mayor urgencia lo reclamen y expida las necesarias para resolver los problemas políticos, sociales y económicos que pondrá a la orden del día la revolución. Los que suscriben este plan se comprometen a luchar por las reivindicaciones en él sustentadas y a ingresar como militantes activos en el partido político que se organizará dentro del país sobre sus bases. Rómulo Betancourt Pedro A. Juliac, Mario Plaza Ponte, Simón Betancourt, Ricardo Montilla, Carlos Peña Uslar, Rafael Ángel Castillo, P. J. Rodríguez Berroeta, Valmore Rodríguez, Raúl Leoni V., Juan J. Palacios y César Camejo. Sobre el Plan de Barranquilla, el portal Venezuela Tuya registra: -Se le considera la primera expresión de un análisis estructural de la sociedad venezolana y de su proceso histórico, vinculado a un proyecto político y a un programa de acción que planteaba la lucha contra el régimen de Juan Vicente Gómez como una revolución de las estructuras políticas y económicas del país. En la primera parte del documento se analizaba la situación venezolana desde los orígenes de la República y de sus caudillos, recurriendo para esto a la utilización de categorías del marxismo para lograr una comprensión materialista de la estructura socio-económica del país. En consecuencia, ”De acuerdo con este enfoque Venezuela es caracterizada como una nación de rasgos semifeudales, en una relación de dependencia neocolonial con la estructura imperialista del capitalismo internacional. Venezuela Tuya añadió: -Ese manifiesto se conoció en Venezuela en 1936, cuando se incluyó en el Libro rojo que el gobierno del presidente Eleazar López Contreras publicó a partir de un legajo de documentos que por un descuido atribuido a Raúl Leoni, habían caído, desde Colombia, en manos de las autoridades venezolanas. El objetivo fundamental del llamado Libro rojo era demostrar las afiliaciones comunistas de los firmantes del Plan de Barranquilla, entonces agrupados en el Movimiento de Organización Venezolana (ORVE). En definitiva, el Plan de Barranquilla puede considerarse como el primer antecedente político de lo que posteriormente vendría a ser el partido Acción Democrática, legalizado en 1941 durante la presidencia de Isaias Medina Angarita.


[Betancourt, como presidente de la Junta Revolucionaria de Gobierno [1945-1948] llevó a la práctica este plan y desde entonces los venezolanos, salvo durante la década dictatorial, [1948-1958] pudieron escoger al presidente de la República y a los integrantes del Congreso Nacional, convertido en Asamblea Nacional en la Carta Magna de diciembre de 1999 por voluntad del teniente coronel retirado Hugo Chávez Frías, Asambleas Legislativas y concejales mediante el voto secreto, universal y directo.


ACCIÓN DEMOCRÁTICA FUE SU GRAN OBRA El

propio Betancourt reconoció en muchas oportunidades que el partido Acción Democrática fue su gran obra política. Sin embargo, su nombre, por precaución política no aparece en el acta fundacional del partido que nació “para hacer historia”, según sentenció en el discurso pronunciado al clausurar el primer acto de masas celebrado el 13 de septiembre de 1941 en el Nuevo Circo de Caracas fecha ésta consagrada como la de su nacimiento y consiguiente incursión en la arena política. A continuación la pieza oratoria:: Conciudadanos: Una doble emoción m e domina, en este momento de dialogar de nuevo, de viva voz, con el pueblo venezolano. Emoción de quien soñó con esta hora, y la esperó sin impaciencia, seguro de que habría de sonar. La hora de comparecer ante el tribunal de la opinión venezolana, a rendirle cuenta de la labor cum p lida por nuestro sector político, de 1937 a esta fecha.


Dijimos y prometimos, en aquellos turbulentos días de 1936, de nuestra resolución de mantener reivindicaciones populares y nacionales, fueren cuales fuesen las circunstancias en que se nos colocara. Y aquí estamos de regreso de un duro recorrido, sin engreída jactancia, pero con la orgullosa satisfacción de haber sabido ser dignos de la fe depositada y consecuentes con el compromiso contraído. La bandera que se nos entregó, en aquellas tumultuosas jornadas multitudinarias del despertar nacional, ha seguido flameando, sin que nada, ni nadie, la haya mancillado. Extendemos al aire sus alegres colores, en esta tarde inolvidable, enarbolándola con manos más seguras, por la experiencia acumulada y la madurez adquirida. Nos reincorporamos a la actuación pública sin rencores personales contra nadie, m e nos impulsivos que ayer, compenetrados mejor de la realidad venezolana, más saturados del sentido de nuestra responsabilidad social. Empero, animados de la misma pasión de justicia, de la misma fe en Venezuela, de la misma vocación democrática, de la misma convicción profunda de que el pueblo será el principal artífice de una patria lograda, que dio sentido a nuestra labor política en el ya histórico 1936. Hemoss rectificado, y de una vez para siempre, los errores de ayer, pero seguimos siendo fieles a nuestras convicciones democráticas y venezolanistas de siempre. Hablé de una doble emoción. La otra proviene de saberme participando en un acto que dejará huella profunda en la vida nacional. De un acto que recogerá en sus páginas la historia contemporánea de Venezuela, esa que estamos escribiendo, con nuestras miserias y grandezas, los hombres y las mujeres de esta tierra. Imagino la escena, que sucederá dentro de cincuenta años, en una población agraria de los Andes, forjada al arrimo de una potente planta hidroeléctrica, en una población donde en vez de los garajes para autos de lujo que se multiplican en Caracas , habrá garajes para tractores; o bien, en una ciudad industrial de la Gran Sabana, construida en la vecindad de las chimeneas de los altos hornos, donde obreros venezolanos estén transformando en materia prima para las fábricas venezolanas de m á quinas esos mil millones de tonelada s de hierro que en sus entrañas guarda, hoy inexplotadas, la Sierra del Imataca. Imagino la escena que se desarrollará en una u otra de esas ciudades venezolanas del futuro. La escena de un niño venezolano -de m i nieto, o del nieto de cualesquiera de los asistentes a este mitin, en todo caso del nieto de un venezolano de hoy- que gangoneará, con esa voz vacilante de todos los niños cuando aprenden su lección, un párrafo del manual de historia de Venezuela , que diga así: El 13 de septiembre de 1941 es una fecha gloriosa en los anales de Venezuela, porque en ese día comenzó a actuar públicamente el Partido Acción Democrática. Porque en ese día comenzó a actuar públicamente el Partido que inició la segunda independencia nacional, y contribuyó, decisivamente, al avance, prosperidad y dignificación de la República. Y no estoy haciendo una frase retórica. No he apelado a una argucia de orador, para arrancar esos aplausos que acaban de estallar. Eso hubiera sido irresponsabilidad, y entre mis muchos defectos, tengo una cualidad: la de ser hombre responsable y sin concesiones a la demagogia. Digo lo que siento y m e brota de lo profundo de la conciencia. La convicción de que este Partido ha nacido para hacer historia. Nace armado de un Programa que interpreta las necesidades del pueblo, de


la nación; de un programa realista, venezolano, extraído del análisis desvelado de nuestro s problemas, porque nosotros podremos ser partidarios de que se importe creolina -como acaba de decir Ricardo Montilla-, pero programas, no. Nace Acción Democrática asistido por la fe y la emoción multitudinarias del pueblo, y lo comanda un equipo de hombres conocidos de toda Venezuela, de bien ganada solvencia política y moral, al frente del cual, como su gonfalonero y conductor máximo , m marcha Rómulo Gallegos. Marcha Rómulo Gallegos, maestro de juventudes, profesor de civismo, el candidato simbólico, o lírico, o como quiera llamársele, para la Presidencia de la República en 1941. El mismo Rómulo Gallegos a quien en 1946, en las elecciones de 1946, los votos y la decisión del pueblo venezolano elevarán a la Primera Magistratura de la Nación. En la distribución de temas a desarrollar en esta asamblea, hecha por el Directorio de nuestro Partido, m e correspondió el capítulo de nuestro programa sobre economía nacional. Tema , tan vasto y complejo tendré que esquema tizarlo, por cuanto supongo al auditorio lógicamente fatigado. Acción Democrática reconoce y proclama que el m á s angustioso problema nacional es el de la bancarrota de nuestra economía. Somos una nación paradójicamente rica y empobrecida, una nación con un Estado que m a neja millones y una industria minera que cierra sus balances anuales con cifras astronómicas. Y, sin embargo, la mayoría de la población venezolana está pauperizad a y vive bajo el signo de la inseguridad y de la angustia económicas. Nuestro país, en 1941, es la negación de aquella Venezuela de hace más de cincuenta años, de la cual pudo decir Cecilio Acosta que en ella las bestias pisaba n oro y era pan cuanto se tocaba con las manos. ¿A qué se debe esta situación de miseria generalizada, en un país sin deuda gubernamental externa y con un Estado que ostenta el costoso privilegio de un presupuesto anual de gastos señalado entre los m á s altos de América? ¿Cuál es la causa de que un país como Venezuela, el que exporta m á s petróleo en el mundo y figura en el tercer puesto en la escala mundial de producción de esa pingüe riqueza minera, presente un cuadro tal de colectiva pobreza? La razón es ésta: nuestro país, económica y físicamente, está girando alrededor de una sola fuente de riqueza: el petróleo; y los gobiernos venezolanos no han sabido, hasta ahora, imprimirle un ritmo agresivo, dinámico, a las otras fuentes de producción. En la medida en que ha ido ascendiendo la explotación de oro negro, explotación que controla el capital extranjero, se ha acentuado progresivamente la decadencia de nuestra producción agrícola y pecuaria. Voy a dar algunas cifras, aun cuando sean breves, por cuanto ellas definen mejor que las palabras, cómo es de alarmante nuestra depresión económica Las exportaciones venezolanas se mantuvieron, en la década 1929- 1930 a un promedio de 130 millones de bolívares, excluyendo petróleo y oro. Y en 1940, año en que terminó el quinquenio del gobierno anterior, la exportación de Venezuela, excluyendo también petróleo y oro, fue de apenas 31 millones de bolívares ¡cien millones de bolívares m e nos que hace veinte años! Y conste que durante ese quinquenio de gobierno se gastaron, oficialmente, cerca de dos mil millones de bolívares, pero no se aplicaron en la debida forma a incrementar la producción agrícola, pecuaria e industrial del país.


Claro está que esta decadencia de la producción natural de Venezuela deriva del empirismo y despreocupación ante los problemas vitales del país vigentes durante las casi tres décadas de tiranía. Empero, los cinco años del régimen anterior, desde el punto de vista del incremento de la productividad de riqueza netamente venezolana, rectificaron muy superficialmente la obra destructora cumplida por gobernantes divorciados del interés de la nación. Coincidiendo con esta bancarrota de nuestra producción, crece de año en año el porcentaje de dólares provenientes de compañías petroleras y auríferas que entran, como factor decisivo, en la circulación de dinero dentro del país. En 1937, los dólares provenientes de esas compañías cubrieron el 67 por ciento de las necesidades de dinero de la nación. En 1940, el 90 por ciento del circulante fue suministrado por esas mismas empresas. Lo que significa que por cada 100 bolívares que circularon, 90 fueron aportados por compañías mineras extranjeras, en concepto de im puestos, de sueldos y de salarios por ellas pagados. Y eso entraña un doble peligro para nuestro país, que los avizora Acción Democrática, vanguardia alerta de la nacionalidad. El doble peligro de que Venezuela cifre su destino en una sola carta: la de la industria minera, una industria que por naturaleza es perecedera, y la cual se agota cuando en el subsuelo desaparece la veta aurífera, o el yacimiento de donde el petróleo mana. Y, además, la influencia preponderante que en la vida económica y fiscal del país ejercen las empresas, explotadoras de esas fuentes de riqueza minera, determina la tuición de aquéllas, en una forma indirecta, pero no por eso menos efectiva, sobre el rumbo político y social de la nación, porque manda en la casa quien tiene la llave de la alacena. Esta bancarrota de la producción agrícola y pecuaria del país, unida a su atraso industrial, es causa principal de ese problema que agobia a la mayoría de la población: el del alto costo de la vida. Ya mi compañero Montilla habló sobre el particular, pero quiero recalcar lo recientemente dicho por los representantes de entidades científicas e industriales extranjeras quienes recorrieron el país contratados para investigar su situación económica. Me refiero a la Comisión Fox, contratada por el Ministerio de Hacienda, y a la de los ingenieros Ford, Bacon y Davis, contratados por la Standard Oil. Ambas comisiones afirmaron, categóricamente, que el alto costo de la vida determina una sub-alimentación del pueblo, y una consecuencial falta de energía creadora en la mano de obra criolla. Calle, pues, la grita reaccionaria, que achaca a flojera, o “sinvergüenzura”, del trabajador nacional el escaso rendimiento de su esfuerzo productor. Esta situación -pintada con brochazos realistas, y hasta tétricos, porque nuestro Partido no viene a ponerse anteojos de suela, sino a ver la realidad nacional con ojos claros y limpios- se ha agudizado con motivo de la guerra europea. El fisco, que en 1939 obtuvo los mayores ingresos de la historia fiscal de la República, los ha visto declinar progresivamente, en el curso de 1940 y en lo que va corrido del 41. Carece de mercados seguros nuestra exportación, con todo y ser tan precaria. Dejaron de traficar barcos mercantes de numerosas banderas por los puertos de la República y cada día son m á s altos los costos de los fletes. La industria nacional


tiene dificultades para adquirir materia prima y m a quinaria extranjeras; y el comercio trabaja preocupado por la inseguridad de los negocios y por los obstáculos que confronta para adquirir mercancía de importación. Ha aumentado el precio de cuanto compramos en el extranjero, casi todo lo consumido en el país; y Estados Unidos, que en 1939 nos vendió 230 millones de bolívares -el 75 por ciento de nuestras compras en el exterior- ha restringido sus exportaciones para cumplir compromisos de guerra contraídos con Inglaterra y Rusia. Esta situación repercute sobre la m asa consumidora del país en forma de reajuste de los sueldos y salarios de los empleados

del Estado y particulares; y nuestro pueblo sufre, de un extremo a otro de la República, las consecuencias de una verdadera epidemia de desocupación, o está obligado a resolver el insoluble problema de trabajar y ganar sólo durante dos o tres días de cada semana, cuando los gastos familiares deben cubrirlos siempre por semanas completas de siete días. Ante este panorama desolado, muchos, por egoísmo o cobardía, alzan los hombros, y se limitan a decir: “Este país está perdido”. Nosotros, los hombres de Acción Democrática, comprendemos los peligros que entraña esa frase. Los “países perdidos” se los encuentra y se los coge el primer aventurero audaz que se atreva a ponerles la mano, especialmente en esta época en que ciertos “bandoleros internacionales” – estigmatizados por el Presidente Roosevelt en su discurso de anteanoche- están aspirando a pisar en amos sobre la superficie del globo. Nosotros, los hombres de Acción Democrática, partido afirmativo y con fe en las reservas de la nacionalidad, decimos que Venezuela no está perdida. Puede salvarse, debe salvarse y se salvará. Su situación difícil será corregida, si en los hombres y en las mujeres de este país -los que están en el gobierno y los que estamos en la oposición- se afirma el sentido de la responsabilidad hacia la tierra donde nacimos, y


nos empeñamos todos en hacerla tramontar la crisis económica y fiscal que la agobia, y la ayudamos a salir de ella fortalecida. Acción Democrática dice, en su programa, que un país de las riquezas y posibilidades económicas del nuestro no tiene por qué estar agobiado de necesidades insatisfechas. Y que sólo se requiere la concertación de un plan científico, audaz y bien elaborado de impulso a la producción nacional para alcanzar una era de prosperidad. Nuestro partido considera que, en este propósito, el Estado venezolano tiene una tarea central por realizar. Debido a las peculiaridades de nuestra estructura económica, el Estado venezolano cuenta con disponibilidades de dinero y con recursos de todo orden que lo señalan como el pionero, como el “baquiano”, en esta tentadora empresa de la reconstrucción nacional. Dispone el gobierno venezolano de un presupuesto fantástico, de 300 millones de bolívares, que anualmente consume una tercera parte de la renta nacional. Y este presupuesto, invertido en una forma racional y honrada, serviría para impulsar la economía pecuaria, agrícola e industrial del país; y como acicate y estímulo para la actividad del capital privado. Pero para ello es necesario, previamente, que se moralicen e higienicen las prácticas administrativas del país. Para ello es necesario que dejen de figurar en el presupuesto los sueldos de escándalo, y se supriman las obvenciones inconfesables, y que el Capítulo VII pase a la categoría de pesadilla, de un mal recuerdo en la memoria de este pueblo. Es necesario que se aplique el termocauterio de la sanción sobre esa verdadera lepra de la administración pública, que es el peculado. Y por último, que se cum p la efectivamente la hermosa promesa -escuchada por este pueblo con profunda emoción- hecha en memorable oportunidad por el actual Jefe del Esta do, de ser inflexible con quienes despilfarren dineros públicos, o se apropien de ellos indebidamente. Saneado el aparato administrativo, podría imprimírsele ritmo acelerado a la producción nacional. Dinero no faltaría. Ahí está la posible y necesaria reforma tributaria realizada en forma tal que se disminuyan los impuestos descargados actualmente sobre las espaldas dolientes del consumidor, y que se trasladen parcialmente al m e nos sobre las espaldas bien fuertes de los poseyentes de riqueza, especialmente de quienes mantienen congeladas en los bancos, en forma de depósitos que no cumplen con la función social del dinero, buena parte de las reservas monetarias de la República. Es indudable que si la Administración Pública da ejemplo de austeridad en el manejo de los fondos fiscales , y devuelve a la colectividad los nuevos impuestos que cobre en forma de servicios de utilidad colectiva, muchos de los ciudadanos no opondrían resistencia para satisfacerlos. Y queda otro impuesto posible, el mismo al cual se refirió nuestro Presidente Gallegos, en su memorable discurso de Maracaibo. Me refiero a la aplicación a las compañías mine ras del artículo 11 de la Ley de Arancel de Aduanas, en 1936, por el recordado Alberto Adriani. Ese artículo faculta al Estado venezolano para cobrar, en casos de emergencia como éste confrontado actualmente por el país, un tributo de hasta el 10 por ciento sobre el valor comercial de las exportaciones de minerales. Cobrado ese impuesto, ingresarían al fisco nacional no m e nos de 80 millones de bolívares anuales. Ya nutrido de dinero el fisco, debería darse al esfuerzo de estimular la producción, especialmente la de la tierra. Empero, para hacer producir la tierra se


necesita de la tierra. Esta es una verdad de Perogrullo tan grande, tan evidente , como aquella de que para hacer tortilla hay que quebrar los huevos. Y tierra está necesitando y esperando este pueblo. Según los censos de la Dirección Nacional de Estadística, en toda la República hay apenas 70 mil propietarios de tierra. De esos 70 mil propietarios, la mitad se encuentra en los estados de la cordillera, dándose el caso de que en el Estado Táchira, una de las escasas entidades federales del país donde existe difundida la propiedad parcelaria, haya menor número de propietarios que en los estados del Centro y Oriente de la República, tomados en conjunto. Es interesante precisar que nuestro Partido no considera necesario para realizar un ensayo de parcelación agrícola confiscarle tierra a nadie. Nuestro programa señala la forma cómo puede y debe el Estado proveer de parcelas -y con ellas, del crédito barato y del implemento agrícola- al hombre de nuestros campos. Ahí están las tierras confiscadas a la sucesión Gómez, casi todas regentadas malamente por administradores que se parecen un poco a los “coroneles” de ayer. Ahí están las tierras ejidales y baldías, usurpadas por personajes influyentes de otras épocas, esperando la remensura que las rescate para la nación y permita ser mejor utilizadas. Ahí están innumerables haciendas abandonadas por sus dueños, quienes viven en las ciudades, convertidas en barbecho infecundo y aptas para ser transformadas en surco promisor de riqueza, cuando el Estado las adquiera a su justo precio, y las ponga entre las m a nos callosas de los agricultores que sueñan con una parcela laborable… Y estimular y apoyar, resueltamente, a la industria nacional. Consumir lo que producimos y empeñarnos en producir cada vez más. Que tengamos orgullo en andar vestidos con la tela que fabricó la m a no de obra nacional en la empresa textil de capital nacional; de curarnos con la medicina que elaboró en los laboratorios nacionales, el técnico nacional; de construir nuestras casas con las maderas que aserraron, en las montañas venezolanas, los peones de Venezuela. Y realizada y coordinada e impulsa da esta voluntariosa empresa de la reconstrucción económica del país, por un Consejo de Economía Nacional, previsto en la Constitución de 1936 y aún no realizado. Un Consejo de Economía Nacional que entre sus primeras tareas tendría la de convocar un congreso. económico, en el cual


estuvieran representadas todas las fuerzas dinámicas del país . Todas las fuerzas que intervienen en los procesos de producción y circulación de la riqueza, desde el industrial, el agricultor y el comerciante hasta el trabajador manual e intelectual. Y que surgiera de es te Congreso económico un plan audaz y armónico de producción nacional, que permitiera al obrero y al empleado obtener trabajo bien remunerado, y abriera para el comercio, la industria, la agricultura y la cría nacionales perspectivas insospechadas de desarrollo y prosperidad. También debería abordar de inmediato ese Consejo de Economía Nacional uno de los problemas m á s serios que tenemos en estos momentos: el problema de nuestras relaciones comerciales con Estados Unidos Al albañil que se quedó sin trabajo, por haberse agotado en el país algunos de los materiales de construcción indispensables; al habitante de Valencia, a quien se le dice cómo se han paralizado las obras del acueducto porque no hay tubos; a mucha gente en Venezuela, que no sabe por cuál causa hay crisis de quinina en un país de tal porcentaje de enfermos de paludismo, debe explicársele cómo todo eso proviene de la imprevisión del gobierno anterior, al no almacenar cuando estalló la guerra, reservas apreciables de tales productos, y a una situación especial existente en las relaciones entre Estados Unidos y América Latina, en el terreno comercial. Antes de abordar esta cuestión, es necesario precisar que Acción Democrática está plenamente de acuerdo con la vigorosa y valerosa política antifascista del Presidente Roosevelt. Somos partidarios de la coordinación eficaz de la defensa continental, frente a posibles agresiones de potencias extra-americanas. Cree nuestro Partido que a “la culebra de cascabel debe golpearse por la cabeza antes de que nos agreda”, y también que son traidores a América quienes están preparando la luz verde del pase libre -como gráficamente dijera en su más reciente discurso el Presidente de los Estados Unidos- a los dictadores ensoberbecidos, quienes después de aplastar a las tres cuartas partes de Europa aspiran a esclavizar al mundo. Empero, esta solidaridad con la política antifascista de los Estados Unidos, no significa que debemos silenciar nuestras aspiraciones y reclamos nacionales. Ya en este plano, cabe decir que la política de “buena vecindad”, cuyos aspectos políticos positivos reconocemos, se ha traducido para Venezuela en muy precarios beneficios económicos. Mientras el Brasil ha recibido, del Banco de Exportaciones e Importaciones Estadounidense, 25 millones de dólares en maquinaria y materias primas para incrementar su industria pesada, a Venezuela apenas se le ha acreditado 200 mil dólares para la Ganadera Industrial Venezolana, 3 millones de dólares para el Banco Agrícola y Pecuario y 400 mil dólares para una famosa Sociedad Anónima Hotelera Nacional, que está construyendo en el barrio San Bernardino, de Caracas, un hotel para turistas. De nuestra exportación de café, que es de un millón de sacos anuales, Estados Unidos nos compra apenas 400 mil sacos, y los otros se quedan sin mercado estable, no obstante que somos uno de los principales clientes compradores de la manufactura yanqui. Y últimamente se ha dictado en Estados Unidos una “ley de prioridad”, cuyas cláusulas drásticas implican que difícilmente podrán salir antes del próximo diciembre una serie de materias primas norteamericanas con destino a nuestros países latinoamericanos. Los efectos de esta ley ya se han hecho sentir en nuestro país. En sólo Caracas, por dificultades para la adquisición de


materiales, ha y alrededor de 600 construcciones paralizadas, y ello repercute desfavorablemente sobre los trabajadores, sobre el comercio y sobre el país. El Gobierno Nacional adelanta gestiones en Washington para lograr que al Ministerio de Obras Públicas y al comercio nacional se les provea de las materias primas y mercancías necesitadas perentoriamente por el país. Y nuestro Partido respalda plenamente esa gestión, porque la política de m a no tendida no puede ni debe ser una política de sumisión. Al propio tiempo el Consejo de Economía Nacional tendría la misión de tender puentes de acercamiento, en el terreno del intercambio comercial, hacia los demás países latinoamericanos. Si somos bolivarianos, recojamos de la herencia de Bolívar una de sus ideas centrales: la de la unidad de nuestra América. Recordemos su máxima: “Sólo la unión de los pueblos latinos de América los hará fuertes y respetables ante las demás naciones”. Y trabajemos, con auténtico fervor bolivariano -no ese fervor bolivariano de prestado que todos conocemos y repudiamos – porque llegue a realizarse una federación de Estados latinoamericanos. Trabajemos, con encendida fe, por que llegue el día en que podamos entendernos con nuestros vecinos del Norte de quién a quién, de soberanía a soberanía, porque ya no existan frente a los Estados Unidos del Norte los Estados desunidos del Sur, de que hablara Sarmiento. Concluyo ya, pidiendo excusas por haberme dejado arrastrar por el impulso oratorio. Y lo hago lanzando el mismo llamamiento que, como sostenido ritornello, se ha escuchado de todos los oradores, en esta tarde inolvidable. Un llamamiento a todos los hombres y mujeres demócratas de Venezuela, de todas las clases sociales, a que vengan a buscar un puesto de acción, de responsabilidad y de trabajo bajo las limpias, acogedoras banderas de nuestro Partido. Acción Democrática se dirige a los hombres y mujeres de los cuatro costados del país, porque uno de sus propósitos fundamentales es el de contribuir a que termine para siempre eso de andinos, orientales y centrales, doctrina del desmigajamiento nacional forjada por politiquillos de aldea, por miopes caciques de caserío. Acción Democrática aspira a ser -y será- el cemento que amalgame a todos los venezolanos que amen su nacionalidad. El cemento que amalgame -para hacerla cada vez más fuerte y viril- el alma inmortal de la nación.



El 5 de septiembre de ese año Betancourt escribió en el diario Ahora. -Han existido Partidos en Venezuela. Desde los “históricos”, -tentado estuve de llamarlos prehistóricos- hasta los de izquierda, que organizamos en aquella hora del despertar nacional, en el 36. Empero ninguno de esos Partidos que han actuado sobre la arena política nacional tendrá trayectoria comparable a la de Acción Democrática. Esta organización hará historia. No fueron simples conceptos teóricos los esbozados por el creador del más importante partido político venezolano, sino la firme convicción de un veterano luchador social que desde joven había combatido la dictadura gomecista, inconforme con la lentitud liberaloide del gobierno medinista para facilitarle al pueblo el disfrute de todos sus derechos ciudadanos, que con esa gran visión política, producto del análisis exhaustivo de la realidad nacional, vislumbró el brillante futuro del partido que desde sus inicios hizo buenas las consignas “Pan, tierra y libertad”. Apenas faltaban ocho días para que Acción Democrática hiciera su primera asamblea pública en el Nuevo Circo de Caracas, donde hablarían Don Rómulo Gallegos, los doctores Andrés Eloy Blanco, Luis Beltrán Prieto Figueroa, Mario García Arocha y Ricardo do Montilla y Don Rómulo Betancourt. quienes abordarían los siguientes temas: “Orientación General de Acción Democrática”, “La Ofensiva Cultural del Partido”, “Acción Democrática y los Problemas de la Educación’; ”Acción Democrática ante la cuestión electoral”, “Los Problemas de la Provincia Venezolana y Acción Democrática” y “Acción Democrática y los Problemas Económicos de la Nación”. En el citado artículo también expresó: -Nace Acción Democrática bajo el signo de la madurez. Es la culminación de un proceso social y no el producto de mentes con capacidad inventiva». En efecto, al mencionar la madurez con que nacía el partido, se estaba refiriendo al proceso político que finalmente, en 1941, condujo a la creación de Acción Democrática. Lo primero que tenemos que mencionar de este proceso es Acción Revolucionaria de Izquierda (ARDI), formada en Barranquilla por Betancourt, Pedro Juliac, Mario Plaza Ponte, Ricardo Montilla, Juan José Palacios, César Camejo Oberto, Valmore Rodríguez y otros exiliados venezolanos, que el 22 de marzo de 1931 hacen público el denominado “Plan de Barranquilla”, considerado por los politólogos el primer análisis serio de la realidad política venezolana. En este documento los firmantes se pronuncian por el acceso de la civilidad al manejo de la cosa política, contra el caudillismo militar, por la libre expresión del pensamiento, por la confiscación de los bienes de Gómez, sus familiares y servidores, por la creación de un Tribunal de Salud, por la convocatoria dentro de un plazo no mayor de un año de una Asamblea Constituyente que elija gobierno provisional y reforme la Constitución y por la puesta en práctica de un gran plan de alfabetización. Asimismo se comprometen a ingresar como militantes activos en el partido político que se organizará dentro del país sobre sus bases. A ARDI, en 1936, sucede Organización Venezolana (ORVE) que el 28 de octubre de 1936, al constituirse el Partido Democrático Nacional (PDN), se adhiere a éste, que designa a Jóvito Villalba, Secretario General y de Organización a Rómulo Betancourt. Negada la legitimación por el gobierno del General Eleazar López Contreras, tiene que actuar clandestinamente. Expulsados la mayoría de sus dirigentes del país prácticamente desaparece


el PDN, corresponderá a Betancourt, en 1939, su reestructuración, así como la elaboración de su Tesis Política y Programa. Fue un largo calvario su legalización. El PDN, como el anterior, no tuvo vida, y constituye el más inmediato antecedente histórico de Acción Democrática. Para la fecha de su legalización y constitución es Presidente General Isaías Medina Angarita, quien aunque no provocó durante su mandato el desmantelamiento de la maquinaria gomecista, sí permitió el uso moderado de las libertades públicas, entre ellas la referente al ejercicio de la política. En el marco de esta libertad se constituyó Acción Democrática el 11 de mayo de 1941, en la casa de habitación de Don Rómulo Gallegos, eligiéndose, conforme a los estatutos que en el mismo ato se aprobaron, la primera Junta Directiva, que quedó constituida así: Rómulo Gallegos, Presidente; Andrés Eloy Blanco y Luis Mosquera, respectivamente, Primero y Segundo Vice-Presidentes; Julio Ramos, Luis Lander, Ricardo Montilla, Juan Pablo Pérez Alfonzo, Arturo Briceño y Luis Beltrán Prieto Figueroa, Directores. Firmaron el acta, además de los integrantes del Directorio, Manuel Noriega Trigo, Antonio Alcalá, Guillermo López Gallegos, Luis B. Sánchez Bellorln, Otto Alvizu, Luis González Herrera, José Lino Quijada, Mariano Medina Febres, Jesús Valery Pacheco, Efraín Alvarado, Luis González Velásquez, Ramón Pardo, Raúl Ramos Jiménez, Ramón Narváez, Leandro Antonio Álvarez, Alberto Carnevali y Luis Manuel Peñalver, entre otros, donde por supuesto no se encontraba incluido el padre de la criatura, Don Rómulo Betancourt, porque se consideró inconveniente su inclusión para facilitar el proceso de legalización, que era muy estricto. Sobre este tópico escribiría más tarde Rómulo Betancourt en su conocido libro “Venezuela y Petróleo: ”El proceso de legalización de ese partido no fue fácil ni exento de trabas reveladoras de que el régimen gobernante seguía viendo con expresión no disimulada la existencia de fuerzas políticas organizadas, distintas del aparato burocrático que le servía para ganar elecciones fraudulentas”. Por su parte, Rubén Carpio Castillo, señalaría que las preguntas incluidas en el cuestionario que había que llenar en la Gobernación del Distrito Federal y en las demás gobernaciones para optar a la legalización eran: «Dignas de figurar en los registros de un tribunal del Santo Oficio» El 13 de mayo, luego de la firma del Acta Constitutiva del partido, se hizo la solicitud de legalización ante el Gobernador del Distrito Federal, doctor Luis G. Pietri, quien remitió el documento para su estudio al Consultor Jurídico de la Gobernación, doctor Héctor Parra Márquez, que a su vez lo hizo del conocimiento del Ministro de Relaciones Interiores, doctor Tulio Chiossone. La solicitud se envió también, para su análisis, a la Consultoría Jurídica del Ministerio de Hacienda, a la Consultoría Jurídica del Ministerio de Agricultura y Cría, al Ministro de Relaciones Exteriores, a la Consultarla Jurídica del Ministerio de Fomento, al Ministro de Sanidad y Asistencia Social, a la Consultaría Jurídica del Ministerio de Obras Públicas, al


Ministerio de Trabajo y Comunicaciones y al Auditor General del Ministerio de Guerra y Marina, los cuales emitieron sus observaciones. Vale la pena citar la parte final del informe presentado por el Auditor General de Guerra y Marina, L. A. Celis Paredes, quien luego de sostener que se han cumplido a cabalidad los requisitos a que se refiere el Artículo 16 de la Ley para Garantizar el Orden Público y el Ejercicio de los Derechos Individuales, se observa, sin embargo que: «Entre las firmas de los individuos que formaron la Asamblea Constitutiva hay algunas ilegibles, y pudiesen muy bien ser ellas de personas que estén afiliadas a las doctrinas a que se refiere el inciso 6° del Artículo 32 de la Constitución Nacional, circunstancia esta, que de ser cierta, encubrirla una grave falta que hará cambiar los propósitos legales de la asociación». El 4 de junio, el Gobernador Luis G. Pietri, envió a los firmantes de la solicitud de legalización de Acción Democrática las condiciones exigidas por el gobierno para proceder a dicha legalización, conforme a lo acordado en la reunión del Consejo de Ministros el 30 de mayo, las cuales eran: Supresión del aparte b) del Articulo 22 de la siguiente frase: “Acogiéndose en todo caso a las interpretaciones del Consejo Directivo Nacional”; supresión del aparte a) del Articulo 28; la letra c) del Articulo 25 debería concluir con esta frase: “La cual, en todo caso debe ajustarse a las normas generales- aprobadas por la Asamblea Nacional del Partido”; envío de una lista de los miembros del partido escrita a máquina; contestar, conforme a lo acordado en reunión del Consejo de Ministros del 23 de mayo, para dar cumplimiento a lo previsto en el inciso 60 del Articulo 32 de la Constitución Nacional y en el Artículo 32 de la Ley para Garantizar el Orden Público y el Ejercicio de los Derechos Individuales, el siguiente cuestionario: En relación con el derecho de propiedad 1° a) ¿Debe abolirse la propiedad privada? b) ¿Debe abolirse la propiedad privada tan sólo sobre los bienes de producción? c) ¿A cuáles limitaciones debe estar sometido el derecho de propiedad? En relación con la libertad económica 2° a) ¿A cuáles limitaciones debe estar sometido el ejercicio de la libertad económica? En relación con la lucha de clases 3° a) ¿La vida social es el campo de una lucha de clases? b) ¿Debe llegarse al establecimiento de una sociedad sin clases? En relación con la familia 4° a) ¿Debe conservarse la familia como célula fundamental de la sociedad?


b) ¿Debe suprimirse la familia y ser suplantada por la colectividad o por el Estado? 5° En relación con el Estado a) ¿Debe el Estado suplantar al individuo, y en caso afirmativo en cuáles actividades y hasta qué punto? b) ¿Debe el progreso de la sociedad proponerse como ideal la superación del Estado? El 17 de julio los representantes de Acción Democrática le contestaron al Gobernador Pietri, quien al fin, el 29 del mismo mes, procedió a declarar legalizado el partido, que haria su primera Asamblea Pública el 13 de septiembre, fecha tradicionalmente acogida para la celebración aniversaria de la organización. Así fue el proceso de legalización de Acción Democrática en el Distrito Federal.


RÓMULO BETANCOURT, ¿THE GREAT?

El 30 de mayo de 2020 Luis Beltrán Guerra, en un artículo con el título spanglish que antecede, publicado en El Nacional y Panam Post, escribió: -Alguien se habrá preguntado qué hubiese escrito Tito Livio en lo concerniente a Rómulo, pero no el amamantado por una loba en la mitología griega. Por el contrario, a


uno de los luchadores más exitosos en la construcción de la democracia en el continente. La Venezuela que edificó, hoy no existe. Y agregó: Las ejecutorias de este “titán” exhiben preparación, laboriosidad, coraje y una alta dosis de jefatura y pragmatismo. Al convencerme de que el viaje a Tierra Santa sería largo, me propuse conversarles de sus ejecutorias, comenzando con el “compromiso explícito y solemne”, firmado en Barranquilla, en el cual jura con compañeros de lucha, oponerse a un gobierno militar para sustituir al régimen gomecista, alegando que la razón, la ideología y sus raíces cívicas no se avienen con la persistencia de los hombres de cuartel en el manejo de la cosa pública el destacado venezolano perseguía, desde el inicio, una democracia civil, liberal y constitucional. Así lo revelan, inclusive, otras fuentes. Después expresó: -El “genio criollo” moldea una revolución propiciadora de lo “social y no meramente política”. Encaminada, por tanto, a conquistas primordiales inaplazables, acotando que de no alcanzarse, no iríamos más allá de una de las “clásicas danzas de espadas” venezolanas. Su logro, por el contrario, pondría término a cien años de fracaso de los ideales democráticos, desplazando a los enemigos históricos de la cultura y mejoramiento de las masas. Luego aclaró: -Nos estamos refiriendo al Plan de Barranquilla, guía para el gobierno democrático del devenir. Un periodo preconstitucional, con civiles en el provisional, pero con la participación del soberano en una Asamblea Nacional Constituyente, para elegir al permanente. Asumo que el documento fue elaborado por el histórico líder. Explicó a continuación que la secuencia en la lucha del “latinoamericano notable”, consta, asimismo, en “el acuerdo constitucional consensuado” ante la necesidad de un cambio determinante de rumbo del país, única forma de frenar a quienes, en beneficio propio, habían expoliado a la República. -Me refiero -indicó- a la Junta Revolucionaria y cuya razón y propósito radia desde el mismo Miraflores. En una rendición de cuentas al soberano. No hay dudas de que comprometió su vida a una causa noble, para no abandonarla, y que cumple como un genio. A Rafael Caldera invita a participar en el proceso electoral convocado, como para lavarse la cara, por el gobierno dictatorial (1952), ya que toda coyuntura debe aprovecharse. Alguna vez, le dice, hablé contigo en Miraflores con respecto a tu candidatura y hoy vuelvo a recordártela. Se potenciarían si manejándonos bien, salimos de la tiranía. Predijo, sin dudas, como profeta, el éxito presidencial del fundador de Copei. En otro segmento Guerra refirió: -En esa gesta de aportes sucesivos, no puedo dejar de mencionar la calificación que hace del gobierno provisional (1945), como “el legítimo personero de la voluntad del pueblo”. Esgrime que derrotado el fascismo, nació el derecho de las naciones para gobernarse. Agrega que la Junta es resultado de una Unión Patriótica Militar, por la falta de atención a una consulta electoral democrática, por el “gendarme” (Medina Angarita), imbuido de orgullo demoníaco. Prosigue con un código electoral para una constituyente, sustitutiva de la caricatura legislativa que abochorna. En aras de pautas claras, los miembros de la provisionalidad no podrán aspirar a la jefatura del Estado. Su


titular, escogido electoralmente. Se establecía así la formula sensata. El pueblo decidiría libremente. Vislumbraba al país camino a la escogencia soberana del próximo presidente. No equivocándose. El líder inició sus arengas con “Conciudadanos”, prosiguiendo con la palabra como presidente de la Junta Revolucionaria, no olvidándola en sus misivas como exiliado, y reverberándola en su campaña electoral para la segunda presidencia democrática que condujo y, por supuesto, durante los cinco años estatuidos, conforme a la nueva carta magna. No un día más. También escribió: Pudieran preguntarme si manejó un concepto integral de la política. La repuesta: “Un estadista medita sobre las futuras generaciones, al político solo le interesan las próximas elecciones” (B. Disraeli, 1867). “Un sí”, la respuesta. El predicador posibilita la primera jefatura democrática, presidida por Rómulo Gallegos, el de Doña Bárbara. Después del exilio alcanza por el voto la propia. Se le imputan errores, entre ellos, escisiones en AD al cual dedicara su vida, una por la influencia de Fidel Castro en la juventud, llevándola a la guerrilla. Al dictador cubano le contestó, por haberle solicitado para Cuba 300 millones: “Esos bolívares son para las necesidades de los venezolanos y no para planes de gobiernos ajenos”. Con esa misma sobrada agilidad, respondió a alguien inquieto por sus veleidades comunistas, en Costa Rica: “Yo he puesto mis trastadas fuera de la nación”. Sin dudas, un erudito de la política, sabiendo combinar la teoría y la realidad práctica. Fórmula, ciertamente, beneficiosa. Respecto a su retorno al país a la caída de la dictadura de Marcos Pérez Jiménez apuntó: -El regreso a Venezuela derrotada la dictadura por el pueblo y sus soldados, lo planea con una misiva a sus compañeros de partido, planteándoles que se reorganizaran, a fin de restablecer un régimen de libertades. Además, les refiere conversaciones con Villalba y Caldera, en procura de lo que terminó siendo “el Pacto de Punto Fijo”, fuente de “una democracia pactada” de 20 años. Ante la pretensión de extremistas para abandonar la presidencia, dijo: “Al frente del gobierno está una persona que no renuncia, ni la renuncian”.


¿UNA BIOGRAFÍA?

El 5 de marzo de 2005 Rafael Arráiz Lucas, en Papel Literario de El Nacional, analizó en un extenso artículo el libro Rómulo Betancourt político de nación, del historiador Manuel Caballero. Lo tituló “’¿Una biografía?” y allí expresó: -…Sobre la figura histórica de Rómulo Betancourt, y dada su importancia radical, es poco lo que se ha escrito buscando abarcar la totalidad de su parábola vital, mientras se cuentan con estudios excelentes que auscultan períodos claves de su acción política, pienso en los trabajos de Arturo Sosa Abascal y María Teresa Romero, por ejemplo. Quizás el único antecedente del libro de Caballero, en cuanto a su vocación de totalidad, sea Rómulo de Alfredo Tarre Murzi, escrito en una atrevida primera persona, al igual que la reciente Autobiografía de Fidel Castro adelantada por Norberto Fuentes. Seguramente, algunas tesis de maestría o doctorales sobre la vida y


obra de Betancourt reposan en algún archivo sin ser publicadas: ¿cómo saberlo? La obra que ahora presenta Caballero es antecedida por un primer ensayo biográfico del mismo autor, escrito en 1971, 10 años antes de morir el guatireño. Como puede verse, es muy poco lo que se ha escrito con una pretensión totalizante. Luego se preguntó ¿Es una biografía? Y contestó: -Respondo de una vez: no. Rómulo Betancourt político de nación de Manuel Caballero Agüero no es una biografía. Es un ensayo que sigue la cronología betancourtiana pero que busca interpretar las líneas de fuerza de su acción política, siempre dentro del análisis del contexto histórico, y sin obviar la significación de su persona. En este sentido, el trabajo guarda similitud con otra investigación de Caballero que tuve el honor de publicar: Gómez, el tirano liberal (Monte Ávila Editores, Caracas, 1995, en la que nuestro fértil historiador indaga en el universo gomecista, con el norte de esclarecer su circunstancia y su tiempo. No digo que el autor en ambos casos desatienda los datos biográficos de los personajes estudiados, digo que no se propone seguir los pasos de sus sujetos de estudio como quien reconstruye con el fervor de los sabuesos. Lo que mueve más el interés por comprender lo que estos hombres significaron en la Venezuela de su tiempo, y cómo modificaron el paisaje y las entrañas nacionales con su acción, que intentar dibujar el perfil de los personajes novelescos que ambos son. En otras palabras, pesa más en ambos trabajos el historiador que interpreta que el escritor que podría llegar a fascinar con las aristas literarias de los personajes. De modo que estamos ante un ensayo histórico gráfico que, no por ello su autor olvida que escribe para el lector y que busca hacerle el tránsito lo más atractivo posible. Pero esto, el lector de Caballero, comprende que no se trata de una novedad. Si a alguien lo asiste la amenidad en la escritura es a él: no pasan en vano tantos años de ejercicio de periodismo de opinión, que han aquilatado un natural talento para la elocuencia y la gracia. A continuación observó: -El propio autor se encarga de precisar la naturaleza de lo que hace en la introducción a su obra: “La presente es menos una biografía personal que política” (Caballero, 2004:19), pero ya antes ha señalado que “la historia no es sólo producto de fuerzas ciegas donde nada o muy poco cuenta la voluntad humana, sino de hombres muy concretos de carne y hueso” (Caballero, 2004:18). En otras palabras: una biografía politice que no olvida que el hombre que se biografía es, radical y exclusivamente, un político las 24 horas del día. Luego de lo cual hizo algunas observaciones: -La primera y la segunda paste del ensayo biográfico indicó- son impecables: dibuja con certeza su infancia y juventud y se detiene a indagaren las lecturas del cachorro político, así como sus primeras ejecutorias. El tratamiento que le da al asunto de la definición ideológica de Betancourt, su marxismo de los primeros años, su deslinde de los comunistas por razones antiimperialistas (el soviético era tan imperio como cualquier otro), así como sus primeras nociones del ejercicio del poder, el lector lo sigue con fruición. En la tercera parte, cuando entra a indagar en el proyecto idiosincrásico de configuración (¿o descubrimiento?) del adeco como parte consustancial de la venezolanidad, también el trazado es prístino. En el siguiente segmento aapunó:


-Este lector quedó insatisfecho cuando Caballero coloca la lupa sobre el primer gobierno de Betancourt. No pasa por alto ningún aspecto fundamental del proyecto betancourtiano, pero no entra en mayores profundidades cuando en algunos sesgos era necesario hacerlo. Que este gobierno continúa con la tarea económica que ha comenzado con el de Medina Angarita, la de “Sembrar el petróleo”, es un hecho de suma importancia. También lo fueron los mecanismos que el gobierno de Betancourt halló para trasladar los recursos de la renta petrolera hacia un empresariado naciente, a través de un sistema crediticio favorable, que sería defendido por políticas arancelarías que protegieran al producto nacional y que tendiera a la soñada diversificación de la econornía. ¿Nada nuevo en relación con el proyecto Medina Angarita-Uslar Pietri? En esencia no, pero en la práctica sí: la creación de un tramado institucional para hacer efectivo el proyecto. Por otra parte, la educación fue un asunto demasiado importante para el primer gobierno de Betancourt como para no analizarlo como una de las políticas públicas centrales e hincarle el diente a sus consecuencias. No digo que Caballero no lo señale, pero pongo el acento en que esperaba más análisis prospectivo de lo que este proyecto educativo significó para Venezuela. Y, por último, esperaba mayor atención en otra política neurálgica durante el primer gobierno de Betancourt: la creación de cerca de 500 sindicatos en dos años desde el Ministerio del Trabajo, así como la creación de 13 federaciones sindicales, todo esto auspiciado por Raúl Leoni, adelantando lo que ha sido, hasta el sol de hoy, uno de los bastiones de las transformaciones que Acción Democrática trajo con su proyecto de país: la fuerza sindical. Después reiteró: -insatisfacción similar experimenté este lector al trasegar el análisis del segundo gobierno de Betancourt, ya que ninguna me quedó al seguir a Caballero en la reconstrucción de los pasos del “político de nación” en estos años. Extraña paradoja: ¿plenitud de la biografía personal e insuficiencia de la biografía política? No exactamente. Esperaba más del análisis que adelanta el autor sobre el segundo gobierno. En él tiene lugar una suerte de epifanía de la política petrolera betancourtiana, con la creación de la OPEP, y tiene lugar la implementación de una política de resonancia internacional que se convirtió en una tesis diplomática, la llamada “Doctrina Betancourt”, según la cual un gobierno democrático no podía reconocer plenamente a otro de fuera (sic). Tampoco me parece suficiente el análisis que le dedica al Pacto de Puntofijo, sin él el ensayo democrático habría naufragado otra vez. Pero, adelantémonos a señalar que las observaciones que formulo provienen de un lector que degustó el libro en dos días, que no lo pudo soltar imantado por su escritura y por el seguimiento de la vida y obra de uno de los pocos estadistas de peso que hemos tenido en Venezuela. Además, desde hace 20 años esperaba por él y


cuántas veces pude conversé con Caballero acerca de su cocina a lUego lento, de modo que lo esperaba con impaciencia y así lo consumí en una primera lectura. Las observaciones, como suele suceder, emergieron de la segunda lectura, ya detenida y sin la ansiedad del apetitoso. Para finalizar puntualizó: -Con todo y las observaciones que humildemente expongo, la obra me parece desde ya indispensable, no sólo por su pensada estructura y su escritura, o por su documentada investigación y pertinencia, sino porque es la primera que, desde las atalayas de la historiografía, aborda sistemáticamente la totalidad de la vida y obra del personaje. Por último, mi intuición de lector me conduce a pensar que la primera y la segunda parte del trabajo descansaron y maduraron más que la tercera y la cuarta pero así es la escribirá. Como decía Alfonso Reyes, los autores mandan el libro a la imprenta para no pasarse la vida corrigiéndolos. Ya demasiados años tenía Caballero con esta “papa caliente” entre las manos.


EL MODELO BETANCOURISTA ESTÁ EN LIZA

"A 25 años de su muerte la clase dirigente lo odia porque fundó un gobierno civil acatado por los militares". El 17 de febrero de 2008 el periodista Roberto Giusti, de El Universal, entrevistó al historiador Manuel Caballero, uno de sus adversarios políticos. Esta fue la primera pregunta que le formuló: -De estar vivo Rómulo Betancourt cumpliría cien años el 22 de febrero. Uno de sus más enconados adversarios, el historiador Manuel Caballero, será el orador de


orden en el homenaje que la Academia de la Historia ofrecerá al dirigente político, creador del sistema democrático venezolano y presidente del país entre 1958 y 1963. ¿No es una paradoja que habiendo sido enemigo político de Betancourt ahora seas orador de orden en su centenario? ¿No implica eso un giro radical en tu posición? Respuesta: -Ni en los momentos de mayor enfrentamiento con Betancourt dejé de reconocer su estatura como gobernante, político y figura histórica. Eso lo digo en la introducción de un pequeño trabajo publicado en 1970, en Argentina: "las líneas que siguen son apenas un intento por comprender un trozo histórico contemporáneo de Venezuela, a través del desarrollo de una clase y de la biografía de una recia y apasionante personalidad". Más adelante sostengo que la comparación vale hacerla con Guzmán Blanco, el más importante y truculento campeón del liberalismo del siglo XIX. La diferencia está en que Guzmán Blanco puso, por encima de la pasión del poder, la vida regalada, que Betancourt ignoraba. Roberto Giusti: -No le interesaba, como dijo el propio Betancourt, el disfrute sensual del poder. Manuel Caballero: -Exacto. Y agrego que no niego su celo reformador ni su dinamismo como gobernante. Esto en 1969, 12 años antes de su muerte y en plena pelea con él, a pesar de haber salido del poder. Luego, como continuación lógica de mi biografía sobre Gómez, pensé que debería escribir sobre la otra personalidad dominante del siglo XX: Betancourt. Comencé, entonces, a trabajar sobre éste, a lo largo de varios años y luego de descubrir muchos errores escribí, hice autocrítica en libros y artículos. Pero no sólo eso, sino que fui tutor de una tesis de grado de un estudiante uruguayo de Historia, Alejandro Gómez, quien refutaba algunas de mis conclusiones sobre la actividad política de Betancourt en Costa Rica durante los años 30. Posteriormente conseguí que la UCV le publicara el libro. Así que hay un proceso de revisión. Roberto Giusti: -Proceso que implica el cambio, desde una posición política de enfrentamiento, a la frialdad del historiador. Manuel Caballero: -En mi caso no se puede hablar de frialdad, pero sí trato de ser lo más objetivo posible. De manera que mi libro sobre Betancourt no es laudatorio, pero tampoco denigra de él. Libro, por cierto, que lleva tres ediciones en menos de dos años. Uno de los biógrafos de Hitler, Ian Kershaw , dice que una cosa es la empatía y otra la simpatía hacia un personaje. Por supuesto que yo tenía la empatía hacia Rómulo porque me interesaba el personaje. Mi intención era despojarme de toda simpatía o antipatía y escribir concentrado en la objetividad para no cometer un fraude intelectual. Roberto Giusti: -Lo cual no resulta fácil porque Betancourt despertaba todo tipo de pasiones. Manuel Caballero: -La influencia de Betancourt durante el siglo XX venezolano es inmensa. Yo me propuse comprender por qué llegó , o ha llegado a tener esa influencia. Roberto Giusti:


-Hay una serie de intelectuales que, a la luz de lo ocurrido en el país durante los últimos 10 años, le han otorgado un renovado valor a la democracia representativa. Más allá de la mirada objetiva, ¿no ha llegado la hora de la reivindicación? Manuel Caballero: -Es necesario un renacimiento de la democracia, pero renacimiento no es sinónimo de restauración. Roberto Giusti: -Cuando hablo de reivindicación me refiero a colocar en su verdadero sitio lo que fueron esos 40 años. Manuel Caballero: -Ese es un error. A un personaje no lo reivindica ningún historiador, se reivindica él mismo. Si estudia con objetividad su papel histórico, uno llega a la conclusión de cuál es su puesto y por qué. Ahora, que sea grande o chiquito es otra cosa. Cuando me hablan de la grandeza de Bolívar respondo que no soy sastre, sino historiador. Me interesa comprenderlo, no medirlo. Lo mismo sucede con la democracia. Por supuesto, hay todo un sustrato cultural que se aprendió desde la muerte de Gómez hasta el presente, en los cuales los 40 años (del 58 al 98) son la parte más importante. Ahora, no tengo ningún inconveniente en señalar, a pesar de haberme opuesto a aquellos gobiernos, que esa es la época más brillante de Venezuela en toda su historia. Y eso no lo digo yo porque me haya convertido, sino por el empeño de sus adversarios en destruirlos Roberto Giusti: -Quizás la reivindicación no sería tan radical si los últimos 10 años no hubieran constituido una ruptura. Manuel Caballero -Pero la historia es lo que es y no lo que pudo haber sido. Roberto Giusti: -Es decir, el derrumbe de un sistema que cayó por su propio peso. Manuel Caballero: -En gran parte fue así. Por eso digo que renacimiento no quiere decir restauración. Roberto Giusti: -El fracaso de ese sistema político, ¿no era el fracaso del modelo Betancourt? Manuel Caballero: -Pero para llegar al poder Chávez tuvo que rendirse ante el mecanismo de la democracia representativa y participar en unas elecciones. Dicho de otra manera, debió inclinarse ante el legado fundamental de Betancourt y aceptarlo. Roberto Giusti: -¿Es Chávez, entonces, una prolongación de la democracia representativa? Manuel Caballero: -No él personalmente, porque no la quiere. Pero debió aceptarla. La prueba está en que fracasó en 1992. Roberto Giusti: -Quince años después fue derrotado electoralmente.


Manuel Caballero: -Todo eso proviene de la promulgación del estatuto electoral de 1947, cuando se nacionaliza a la inmensa mayoría del pueblo venezolano, que no tenía calidad de ciudadano. Me refiero a las mujeres, a los jóvenes en edad militar y a los analfabetas. Roberto Giusti: -Sin embargo, ¿podemos afirmar que continuamos viviendo en una democracia, en este caso, con o sin el cognomento de representativa? Manuel Caballero: -Esto no es aún una dictadura, pero no es ya una democracia. Si Chávez gobernara en Costa Rica, EEUU, Inglaterra o Francia, esta sería una dictadura feroz. No olvides que tenemos el irrenunciable honor de ser compatriotas de Juan Vicente Gómez, Cipriano Castro y Pérez Jiménez. Pero no es ya una democracia porque la democracia representativa se convirtió, con Chávez en el poder, en una democracia plebiscitaria y en un movimiento hacia el fascismo puro. Por eso Carlos Fuentes lo califica de Mussolini bananero. Y no le falta razón, porque su inspiración, muchas veces sin saberlo, es Mussolini. No sólo por su demagogia, sino por propuestas de crear un congreso con cuatro cámaras: una obrera, una campesina, una estudiantil y una militar. Roberto Giusti: -¿El corporativismo? Manuel Caballero: -Eso era lo que tenía Mussolini y eso lo propone Chávez sin saberlo. Roberto Giusti: -Hablas de la sombra de los dictadores, mientras reivindicas el sustrato democrático que ha frenado el avance de Chávez. ¿No indica eso la existencia de una lucha soterrada entre dos tendencias? Manuel Caballero: -Por fortuna existe, aunque es soterrada sólo en los cuarteles y allí también a veces aflora. Roberto Giusti: -Es decir, la doctrina Betancourt está en liza. Manuel Caballero: -El mecanismo propuesto y creado por Betancourt está en la base de nuestra cultura democrática. En 500 años de nuestra historia, 430 han sido de gobiernos autoritarios, algunos despóticos, incluyendo la Colonia, prácticamente todo el siglo XIX y hasta 1936. El resto, primero una democracia elitista y luego más abierta, desde el 45 y el 58, ha podido crear una fuerza suficiente como para oponerse a Chávez, muchas veces con éxito. La oposición no ha sufrido sólo derrotas y la prueba está en que lo ha hecho retroceder y no le permitió avanzar más en su proceso dictatorial. Que 70 años de historia pesen frente a 470 de autoritarismo, no igual, pero con fuerza notable, es un resultado extraordinario de nuestra historia. Roberto Giusti: -Señalas ese pasado reciente como esplendoroso, pero afirmas que no podemos volver a él. Manuel Caballero:


-Eso se basa en el argumento usado por Chávez hasta la saciedad: "no volverán". Gómez mandó durante 27 años o 35, si sumamos los de Castro, sobre la base de que "si me voy, vuelve la guerra civil. Soy garantía de paz". Todo el mundo creía, a su muerte, que volverían los viejos partidos, los viejos caudillos y la guerra civil. El 14 de febrero de 1936 echó eso por tierra. El pueblo salió a la calle, le torció el rumbo al gobierno de López Contreras y lo hizo abrirse a la democracia. Los viejos caudillos intentaron regresar, pero estaban muriendo en todos los sentidos. El país nos los entendía y los dejaba atrás. Roberto Giusti: -¿Estableces una analogía? Manuel Caballero: -La gente demostró que no volvería a atrás, aunque no todo lo del pasado fuese malo. Estaba la independencia y el comienzo de la modernización con la separación de la Iglesia y el Estado. Venezuela es el primer país del mundo en suprimir la pena de muerte en 1864 y se aprueba el divorcio en 1904. Pero el pasado no volvió. Ahora pasa lo mismo. ¿Puede volver Carlos Andrés o cualquier dirigente histórico de AD? Roberto Giusti: -¿Por qué no sus herederos? Manuel Caballero: -Una cosa es que sean los herederos biológicos y otra que realmente sean los herederos. Si son herederos de los malos igualmente serán enterrados. Roberto Giusti: -Pero retomar la democracia es volver al pasado. Manuel Caballero: -Renacimiento no es restauración. Surgirán nuevos partidos y en los viejos aparecerán nuevos dirigentes.

LA DOCTRINA BETANCOURT


El 15 de abril de 2018 Manuel Corao escribió en la Web sobre el aporte que hizo el gran líder político venezolano a la democracia latinoamericana, asediada por el gorilismo golpista:: -Para el momento de la salida de este escrito, en Lima capital del Perú se lleva a cabo la Octava Reunión de Las Américas la cual reúne a los presidentes y Jefes de estado del continente americano para tratar aspectos comunes. En dicha concentración está en pleno vigor la aplicación de la doctrina Betancourt de creciente vigencia en nuestros días ante la cada vez mayor presencia de gobiernos populistas tiránicos. Agregó:


-Tal pensamiento efectivo desde la década de los sesenta del siglo veinte es consecuencia de la política exterior de Venezuela implementada por Rómulo Betancourt en defensa de la democracia continental, su desarrollo fundamentado en los derechos universales del hombre y arma política para enfrentar “ La Internacional de las espadas” símbolo de la fraternal unión sustentada en las armas mas no en la voluntad popular. Recordó luego: -Rómulo Betancourt fue el primer presidente electo por el voto universal y secreto en Venezuela en mil novecientos cincuenta y ocho luego de largos años de dictadura, tras el derrocamiento de Marcos Pérez Jiménez. Durante la primera mitad del siglo veinte se observaron ciertas manifestaciones electorales con escogencias de autoridades en procesos de tercer grado. Un hito democrático de corta duración previo a Betancourt fue la elección del humanista Rómulo Gallegos para la magistratura nacional el 14 de diciembre de 1,947, quien luego de once meses de pleno ejercicio de libertades es extrañado del poder por un movimiento de fuerza dirigido por los militares Carlos Delgado Chalbaud, Marcos Pérez Jiménez y Luis Felipe Llovera Páez. En el primer aniversario de su período Rómulo Betancourt en acto oficial ante el cuerpo legislativo sustentado en el artículo primero de la Organización de Estados Americanos, y en defensa de la institución; participa iniciativas diplomáticas en su resguardo. En otro segmento del artículo expresó: -El social demócrata mandatario pide la integración de los países miembros en al OEA para aislar las administraciones de facto provenientes de los cuarteles en el poder. Betancourt consecuente con su pensamiento anuncia que no mantendrá Venezuela relaciones con ningún gobernante ni nación sustentados en la violencia. Esta constante defensa de la democracia le gana cada vez mayor cantidad de adeptos a sus decisiones, surgiendo como consecuencia lo que algunos estudiosos han reseñado como La Doctrina Betancourt para los pueblos libres. Cuando las nacientes democracias estaban amenazadas, sus jefes de estado en ser desalojados del mando logrado mediante el voto por ambiciosos capitostes; estos últimos se inhiben ante la vigorosa mancomunidad. Según el articulista, “Los gobiernos dictatoriales de Cuba y República Dominicana fueron los primeros condenados por la institución continental y consecuentemente aislados del contexto comunitario”. Morao escribió a continuación: -Al ejemplo de “Solo democracia para los pueblos en América latina”, intentos golpistas entre los sesenta y setenta fracasaron, como por igual asonadas de invasiones y guerrillas ante la posición común de los países en el área. Las dictaduras convertidas en historia vuelven de nuevo a relucir sus filosos sables envueltos en hojas de olivo, hablando de elecciones transparentes, justicia, progreso y paz. Para introducir el decálogo del mal en Venezuela utilizaron la miel que aporta la democracia para luego imponer, la insalubridad, hambruna y el terror , para luego dilapidar el erario público.


Tales conceptos son aplicados como régimen de vida política y convivencia comunitaria por vía de la fuerza. Al final del artículo precisó: Los países presentes en Lima deben conformar un frente político que tome e implemente decisiones que den al traste con el tirano Nicolás Maduro y sus cómplices. De no iniciarse una acción asociada con vanguardias por la salubridad de los seres condenados al ostracismo; serán coautores por omisión por la posible pérdida de la hoy vapuleada democracia en la cuna de Simón Bolívar. Tampoco tendrán excusas al observar los males causados en otros pueblos como consecuencia de las enfermedades que portan los venezolanos en su deambular mundial en busca de alimentos, medicina y sosiego social. Dejemos la retórica de lado; llegó la hora de actuar. El 4 de abril de 2017 Luis Guillermo Vélez Álvarez, economista y docente universitario, al referirse en Panam Post a la aplicación de la Carta Democrática al régimen del narcodictador Nicolás Maduro señaló que se ha dicho que su aplicación en Venezuela en poco o nada contribuirá a ponerle fin a la dictadura, concepto que a su juicio tiene algo de verdad. -La historia –explicótiene sus astucias, al decir de Hegel. La Carta Democrática de la OEA, por cuya aplicación a Venezuela claman los “demócratas” de América Latina, buena parte de los cuales han guardado silencio durante los 18 interminables años de la dictadura chavista-madurista, es el invento de un venezolano, Rómulo Betancourt, quien lideró el movimiento cívico que en 1958 dio al traste con la dictadura de Pérez Jiménez, a quien sucedió en el poder después de triunfar en la elecciones realizadas en diciembre de ese año. Y añadió: -En el discurso de posesión, el 13 de febrero de 1959, Betancourt formuló la que desde entonces llevaría su nombre, la Doctrina Betancourt: “Solicitaremos cooperación de otros gobiernos democráticos de América para pedir, unidos, que la OEA excluya de su seno a los gobiernos dictatoriales (…) sólo pueden formar parte de este organismo los gobiernos de origen respetable nacidos de la expresión popular, a través de la única fuente legítima de poder que son las elecciones libremente realizadas. Regímenes que no respeten los derechos humanos, que conculquen las libertades de sus ciudadanos y los tiranice con respaldo de las políticas totalitarias, deben ser sometidos a riguroso cordón sanitario y erradicados mediante la acción pacífica colectiva de la comunidad jurídica internacional. Recordó también: -En 1960, Betancourt consiguió que su doctrina se aplicara a República Dominicana, gobernada con mano férrea por el dictador Rafael Leonidas Trujillo, El Chivo, de Vargas Llosa. Más tarde se aplicó a la Cuba de Fidel Castro. Betancourt se granjeó así, o mejor acrecentó, el odio visceral de ambos dictadores. El odio de Trujillo era muy viejo, por lo menos desde 1948. En varias oportunidades había enviado pistoleros para asesinarlo. Indicó a continuación: -Después de la expulsión de la OEA, organizó un atentado dinamitero en Caracas al que Betancourt sobrevivió milagrosamente. Castro, por su parte, patrocinó dos incursiones guerrilleras contra Venezuela, que fueron conjuradas cabalmente. Pero


Castro lo odiaba también desde antes de su expulsión de la OEA, después que Betancourt se negó a otorgarle un préstamo de USD $300 millones en petróleo. El petróleo de Venezuela no se regala, según Enrique Krauze, con esta frase lapidaria habría despachado Betancourt la pretensión del dictador cubano. Años más tarde, Chávez compensaría con creces el regalo negado. De manera unilateral, en aplicación de la Doctrina Betancourt, Venezuela rompió relaciones diplomáticas y comerciales con España, Argentina, Perú, Ecuador, Guatemala, Honduras y Haití. Hacer esto en los años 60 era ir en contra de la política exterior de Estados Unidos que, en su afán de contener la “amenaza comunista” apoyaba a las dictaduras de derecha. Pero era algo que Venezuela se podía pagar pues desde los años treinta se beneficiaba de ingentes ingresos petroleros. Curiosamente, otra astucia de la historia, como Chávez, en su momento Betancourt se enfrentó al “Imperio” pero para defender la democracia mientras que aquel lo hizo para defender la dictadura. En otro segmento especificó: Se ha dicho que la aplicación de la Carta Democrática a Venezuela en poco o nada contribuye a poner fin a la dictadura. Hay algo de verdad en esto, se alega el caso de Cuba. Pero también es verdad que el aislamiento internacional del gobierno de Maduro sería un fuerte apoyo moral al pueblo venezolano que desde hace años lo ha venido reclamando infructuosamente. El desenlace de la crisis depende de la capacidad de la oposición venezolana de paralizar el país y volcarse a las calles durante varias semanas y de la respuesta del ejército frente a una movilización masiva. Si la respuesta es la represión, la dictadura se consolidará y se hará más brutal. Y como punto final observó: Rómulo Betancourt era un hombre de armas tomar en el sentido exactamente literal. Se dice que portaba siempre un revolver con el que estaba dispuesto a plantar cara a los sicarios que Trujillo, Somoza y otros dictadores enviaban para asesinarlo. Al pueblo venezolano le está haciendo falta ciertamente el apoyo internacional y de algo le serviría la aplicación de la Carta Democrática. Pero inerme como está frente a una dictadura armada hasta los dientes, más que la doctrina lo que más falta le hace es probablemente el revolver de Betancourt.

LOS RECUERDOS DE SIMÓN ALBERTO CONSALVI


El 24 de junio de 2007 el suplemento Siete Días, de El Nacional, dio a la publicidad un texto recordatorio de la relación que mantuvo el periodista e historiador Simón Alberto Consalvi con Rómulo Betancourt, reproducida a continuación: En 1957 Rómulo Betancourt era uno de los tantos venezolanos exiliados en Nueva York y otras ciudades norteamericanas. Allí lo conoció Simón Alberto Consalvi, quien a raíz de su muerte en esa misma ciudad, escribió en el diario El Nacional el 2 de octubre de 1981 sus impresiones sobre este primer contacto con el gran líder político que un año después, derrumbada la dictadura militar de Marcos Pérez Jiménez, regresaría al país para restablecer sus contactos con el pueblo y participar en diciembre en las elecciones que ganaría holgadamente. Así se expresó el periodista, historiador y ex ministro: Pocas veces las páginas en blanco se hacen tan difíciles de descifrar como cuando se escribe bajo mociones, sentimientos o reflexiones llenas de tensión. Uno se sienta a la máquina y quiere pedirle tiempo al tiempo, pero el tiempo, a su vez, acosa. Escribir sobre Rómulo Betancourt a la hora y con motivo de su muerte es una tarea, (para algunos de nosotros) en donde uno puede desdoblarse y convertirse en el analista que establece juicios objetivos y trata de ubicar en el tiempo una figura de tal significación en la bistorta y en la vida venezolana, pero también de tanta significación en la vida personal. De modo que la página en blanco parece de pronto como un espejo que da vueltas, un espejo donde desfilan rostros, momentos, circunstancias, encuentros, emociones que uno hubiera preferido retener más que evocar. Descifrar el


espejo (o la página, en blanco) en estas circunstancias obliga, por lo pronto, a la opción de escribir sobre el político, el estadista de singular percepción histórica o, simplemente, sobre el hombre y el amigo. Parece ser la hora propicia para el testimonio personal, inevitable en el propósito del redescubrimiento de Rómulo Betancourt como ser humano. Conocí a Rómulo Betancourt en el destierro, en Nueva York, a mediados de 1957. (Allí también conocí a Raúl Leoni y a Gonzalo Barrios). El grupo de desterrados de Nueva York era pequeño. En un apartamento inmensamente grande (por el que pagábamos sesenta dólares al mes) vivíamos en Broadway Jaime Lusinchi, Edilberto Moreno y yo. La llegada de Rómulo Betancourt cambió nuestra vida, nuestras tareas y nuestros hábitos Para fortuna nuestra, Rómulo se radicó en el Hotel “París”, muy cerca de la calle donde vivíamos, el médico que ejercía en un hospital de las afueras, el abogado que tenía que cargar hielo en invierno y el otro que pretendía estudiar en Columbia más por razones de visa y de legalidad que por dedicación a una tarea que evidentemente no era prioritaria para un grupo de conspiradores, con tantas urgencias en la mente. Desde antes de l945 estábamos magnetizados (a distancia) por la figura de Rómulo Betancourt por la realidad y la leyenda del estudiante de 1928, del gran combatiente del post-gomecismo y por el político de 1945. Los avatares del destierro nos lo ponían ahora al alcance de la mano. El líder estaba allí junto a nosotros. Esta era una experiencia humana verdaderamente profunda, una de esas experiencias que marcan con tinta (o sangre) indeleble, la confrontación personal del líder, el conocimiento cercano del político que se admira, del hombre cuyo pensamiento y cuya acción ha sido capital en la acción y también en el destino racionalmente elegido. Betancourt sabía de donde veníamos los tres caballeros andantes de la Calle 89 y Broadway. Betancourt sabía quién era quién en la resistencia, en la cárcel, en el destierro. Yo había vivido en La Habana desde diciembre de 1955 y escribía en Bohemia y acababa de comentar en la gran revista de entonces la tesis de Betancourt sobre él entendimiento nacional y sobre la tesis de la evolución pacífica para acabar con el régimen dictatorial y otro documento de gran repercusión en Venezuela, la Carta Pastoral del Arzobispo Arias Blanco, del 1ro. de mayo de 1957. Rómulo nos dispensó su confianza y su personal y así trabajamos estrechamente con él y fue Edllberto Moreno quién asumió tareas más directas y permanentes como su secretario personal. Comenzamos entonces a descubrir a un hombre hasta entonces desconocido para nosotros disfrutar de la compañía de un hombre de personalidad avasallante. Dábamos lentas caminatas nocturnas a lo largo de Broadway, en un tiempo ya otoñal y recalábamos de cuando en cuando en una modesta cafetería llamada “Triny” donde comíamos arepas con queso y en alguna ocasión buenas hallacas, caídas seguramente del cielo, por qué en verdad de verdades, ¿que más podían pedir unos desterrados venezolanos en aquella Metrópoli asombrada y desconcertada, que una buena noche se enteró de que los rusos habían lanzado un sputnik al espacio y que le estaba dando vueltas a la tierra?. Una mañana Rómulo me invitó a acompañarlo a una reunión importante. -Voy a entrevistarme con Jóvito, me dijo. Vamos. Fuimos al apartamento de Ignacio Luis Arcaya, en Central Park. Ignacio no estaba en Nueva York, pero en su apartamento estaba Jóvito para la cita. Los viejos


amigos-compañeros-adversarios-rivales (cómo definir esa relación contradictoria de la política), no se habían visto desde la caída de Gallegos o no habían hablado desde ante del 24 de noviembre. Yo tenía toda la curiosidad posible por aquel encuentro, pero al propio tiempo me sentía terriblemente incómodo. Nada me ha molestado tanto, como el papel de intruso. Traté de alejarme hacía la biblioteca y Rómulo me dijo: Quédate. Eran días de intensa conspiración, de contactos y visitas febriles. Por Nueva York desfilaban venezolanos de mucha influencia. Eugenio Mendoza entre ellos. Militares, civiles, empresarios. Betancourt se reunía secretamente con ellos, multiplicaba sus contactos dentro y fuera de Venezuela. El animal político estaba en su apogeo. Así transcurrieron y así terminaron en Nueva York los últim8os meses de 1957.

LO QUE REFLEJÓ UNA FOTOGRAFÍA El 8 de septiembre de 2019 la periodista Milagros Socorro publicó en el portal Prodavinci un reportaje sustentado en el análisis médico de una fotografía del presidente Betancourt durante la visita que hiciera al mercado de Maturín, capital del Estado Monagas.


Se le observa conversando con un carnicero. Nada extraño en él dado su arraigo popular.. Dermatólogo 1 —Lo que se logra ver en la foto —dice el doctor Jorge Vera, médico internista y dermatólogo, miembro de la Sociedad Venezolana de dermatología médico-quirúrgica y estética, miembro de la Academia Americana de Dermatólogos desde 2007— son cicatrices hipocrómicas con lesiones hiperpigmentadas. Podría haber también daño fotoactínico severo, el daño solar, dado que nació en Guatire y pasó toda su vida en alta exposición al sol en sus actividades políticas. “El daño fotoactínico severo se caracteriza por manchas, máculas hipercrómicas, que los especialistas llamamos pecas melanóticas o léntigos actínicos. Hay una línea muy demarcada donde se ve una hipocromía (más blanco) y donde pareciera haber atrofia. Eso puede deberse a que le hicieron un injerto o microinjerto de piel para acelerar el proceso de curación y salvar la función de la mano. Lo más importante en las quemaduras de las manos es salvar su función. No la estética sino la prensión y esa movilidad fina que permite agarrar un lápiz o teclear en un celular o pantalla táctil. En la época de Betancourt, los médicos trataron de salvar su capacidad de prensión para que pudiera manejar un carro y escribir”. El momento El presidente de la República, Rómulo Betancourt (1959-1964), desliza sus manos sobre la pulcra mesada del carnicero, quien lo atiende enfundado en su no


menos impoluta bata. La cerámica del mostrador está carcomida en los extremos y los riachuelos de sangre que han trasegado por su superficie han teñido las juntas de los azulejos, pero es evidente que en espera del jefe del Estado le han dado su buena pasada con jabón y cloro. A la gestión de gobierno le quedan tres trimestres —es junio y el mandatario que resulte elegido ese diciembre se juramentará en marzo de 1964—, es momento de entregar obras, reforzar la seguridad en que, tal como aseguró en muchos discursos, no estaría en funciones “ni un minuto más ni un minuto menos” del lapso constitucional y, muy importante, es momento también de dejar claro que así como un mercado popular puede estar impecable y pulido también deben estarlo los manejos de un presidente democrático. Esas manos podrán estar chamuscadas y tiznadas, pero por ellas no ha pasado un centavo que no puede explicarse ante una contraloría exigente. El lugar y la fecha Es junio de 1963. El 11 de ese mes concluirá la gira administrativa (así se llamaban entonces los recorridos del Presidente de la República por el interior del país) por 12 estados. En esta ocasión recorrió 4.563 kilómetros de carreteras construidas o asfaltadas por su gobierno para inspeccionar o inaugurar obras, así como “… tomar contacto con necesidades y problemas de las distintas colectividades en jornadas que se han iniciado más de una vez a las cinco de la mañana y terminando a las nueve o diez de la noche”. La foto lo capta en el Mercado de Maturín. «De Presidente”, escribiría después en su libro Multimagen de Rómulo, “lo primero que yo hacía al llegar a un sitio era visitar el mercado local». Los personajes Justo detrás del presidente Betancourt, pegado a su espalda, está un oficial de la Aviación, de quien solo alcanzamos a ver el escudo de la gorra y las estrellas en los hombros. Como la foto es en blanco y negro, no sabemos si las estrellas son plateadas o dorados, esto es, si se trata de un coronel o un capitán. A la derecha (desde nuestra perspectiva) y un poco hacia atrás, está un capitán cuyo nombre ignoramos. La gorra es de oficial subalterno. El oficial es muy mayor para ser teniente (y un teniente no hubiera estado detrás del jefe del Estado). En el centro de la imagen, vecino a Betancourt, apoyado también en el mostrador, está, según estima su hija Virginia Betancourt Valverde, un miembro de su «guardia civil», integrada por miembros de Acción Democrática que habían sufrido cárcel y torturas durante la dictadura de Pérez Jiménez. Muchos de ellos eran llamados guasineros, por haber estado recluidos en el campo de concentración de Guasina, inhóspita isla del Delta del Orinoco. Dermatólogo 2 —Es difícil —dice el dermatólogo Jaime Piquero Martín, autor de varios libros sobre la especialidad. Es editor de diversas revistas dermatológicas, asiduo conferencista en congresos y directivo de varias organizaciones académicas internacionales—, a partir de una foto en blanco y negro, sin tocar textura, atreverse a un diagnóstico. “Las posibilidades son: 1.- Acromías residuales a quemadura de 2do y 3er grado; 2.- Vitiligo acral (habría que examinar los pies); 3.- Fenómeno de Koebner (vitiligo que aparece donde ha habido un trauma o injerto) y 4.- Injerto. Me quedo con la primera posibilidad”.


–Mi papá no tenía ninguna dolencia en sus pies –afirma Virginia–. Después del atentado, sus manos quedaron muy sensibles al sol, por lo que usaba guantes blancos de algodón cuando se bañaba en el mar o en la piscina de Pacairigua [su residencia particular]. Su oído derecho quedo afectado para siempre. Y sí, pasó mucho tiempo bajo el sol. Tenía 34 años cuando comenzó a recorrer, palmo a palmo, su amada Venezuela. Las quemaduras de segundo y tercer grado Puede afirmarse que Betancourt no tuvo un día de sosiego mientras estuvo en Miraflores. Sin respeto al hecho de que había llegado allí por elecciones confiables, los partidos políticos de izquierda optaron por la lucha armada para derrocar al poder legítimo y sustituirlo como había hecho la revolución cubana. Sus acciones incluían actos terroristas que en Caracas eran perpetrados por las llamadas Unidades Tácticas de Comando. Y en el otro extremo, la ultraderecha soñaba despechada con un regreso a las mieles a las que se habían acostumbrado en casi una década de dictadura militar. No eran estos los únicos tiburones que acechaban al guatireño. También había una que otra tiranía caribeña que se lo quería echar al pico. Fue así como el 24 de junio, día de la Batalla de Carabobo, de 1960, un grupo financiado por Rafael Leonidas Trujillo, dictador dominicano, le hizo un atentado en la avenida Los Próceres de Caracas. Tres personas murieron, el chofer, el jefe de la Casa Militar y un joven que pasaba por ahí. Se salvaron, con heridas de cuidado, los tres que iban en el asiento de atrás: el ministro de la Defensa, su esposa, y Betancourt, quien entonces tenía 52 años. Llevados de inmediato al Hospital Clínico Universitario, el general Josué López Henríquez y Dora, su esposa brasileña, fueron atendidos por el dermatólogo Luis Alberto Velutini Ruiz (1919-1993), entonces jefe del Servicio de Dermatología de ese hospital, quien dio sedación profunda a los pacientes para proceder a su dolorosa cura. El presidente Betancourt, cuyas manos, según él mismo diría años después, “eran como pedazos de carne”, fue intervenido por el doctor José Ochoa, jefe del Servicio de Cirugía Plástica y reparadora, sección que se había iniciado el año anterior, como parte del servicio de traumatología, ortopedia y cuidados de quemados. Enfocado en su urgencia de que el país supiera que estaba vivo y que sus enemigos habían fracasado, les pidió a los médicos que le aplicaran la anestesia justa, para espabilarse rápido y comparecer ante la Nación. Esto lo pidió cuando llegaba al hospital “en una camilla, ambas manos como guindajos de carne quemada; la cara deforme; escasa la visión; oyendo poco”, como él mismo dijo. —Su comportamiento en ese momento —escribió el académico y activista político norteamericano Robert Jackson Alexander, en su libro Rómulo Betancourt y la transformación de Venezuela— hizo un gran aporte para acrecentar su reputación de valor personal, cualidad respetada en cualquier país, pero particularmente en Venezuela, y para confirmar su capacidad de manejar prácticamente cualquier situación. La prensa lo resumió al decir: “La pipa seguirá ardiendo”. Betancourt nunca se recuperó del todo. Sus manos siguieron marcadas y una cicatriz psicológica más sutil, pero no menos profunda, también permaneció. Dermatólogo 3 —Por supuesto que sí se hacían injertos cutáneos en esa época, incluso mucho antes —confirma el doctor Francisco Kerdel-Vegas, una eminencia a quien la


comunidad dermatológica de Venezuela reconoce como maestro—. Pero no recuerdo ningún comentario de que se lo hicieran a R.B. La foto Nadie, ni el mismo autor, se tomó la molestia de anotar en el dorso el nombre del fotógrafo. Habían pasado tres años exactos del atentado. Las manos habían cicatrizado, pero quedaba esa marca psicológica a la que alude Bob Jackson Alexander. El centro de atención de la imagen son las manos. Esas manos sobre las que parece haber pasado el horror del mundo, además, flanqueadas por trozos de carne. Es demasiado dramático. El fotógrafo es consciente de eso y no quiere que su obra caiga en la obviedad o el esperpento. Opta, entonces, por una composición horizontal en la que el punto de tensión queda en el tercio inferior, de manera que el peso visual queda equilibrado con el tercio medio, que es el ocupado por las caras de los hombres (y la muchacha que, en vez de mirar al presidente, observa al comerciante, ¿su jefe?, ¿su padre?). El tercio superior muestra una hilera de volantes propagandísticos y el techo, blanco e inocente, del mercado. En la veta del centro, de izquierda a derecha, vemos la mirada franca y confiada del destacado visitante; el vistazo rápido y concernido del guasinero hacia algún punto de donde haber venido un ruido; el niño asomado (en Venezuela, pescueceando) para echarle un vistazo a Betancourt y el militar adusto cuyos lentes oscuros no esconden su examen al fotógrafo. Y, a cada momento, los ojos se nos van a esas manos torturadas, en inquietante vecindad con los cortes de carne. El símbolo En su libro Betancourt, político de nación, el historiador Manuel Caballero alude a la importancia que aquel concedía a su honestidad. Que fuera absoluta y que se supiera. “…algo inhabitual en la historia de Venezuela: que hablar de gobierno honesto resultara ser una contradicción en los términos. Eso comenzó por casa. En primer lugar, cuando decretó la reducción de sueldos y salarios, el primero en sufrir cortes fue el suyo, así como de los ministros de su gabinete. Cuando debió, por razones de Estado, viajar fuera de Venezuela y quiso llevar a su esposa, tuvo un escrupuloso cuidado en costear su pasaje y sus gastos, a veces pagándolos por cuotas en una agencia de viajes privada”. —Por supuesto —continúa Caballero— seguía la máxima maquiaveliana según la cual no basta que un gobernante sea bueno, sino que además debe parecerlo: eso fue conocido de una u otra forma; pues ningún sentido tenía que un gobernante fuese honesto, sino que el pueblo supiese que lo era hasta esos extremos. “El resultado es que, acusado de todos los crímenes posibles, como es normal en todo gobernante, y sobre todo uno tan polémico, jamás se le ha podido comprobar, y ni siquiera acusar en serio de haber manejado los dineros públicos en provecho propio”. Las máculas no son de deshonra. El fotógrafo captó que ahí se estaba diciendo eso. Dermatóloga 4


—En esa foto lo que se ve es una hipocromía o despigmentación de las manos, así como también áreas hiperpigmentadas —afirma con gran aplomo la dermatóloga Elena Machado—. Todo lo demás es un ejercicio de especulación… interesante, cómo no. “Yo conocí a Betancourt” dice la doctora Machado. “Lo vi varias veces en casa de mi tío Andrés Germán Otero (ministro de Hacienda en 1961, gobernador por Venezuela en el Banco Interamericano de Desarrollo en 1963 y otra vez titular de la cartera de Hacienda en 1964). Y por eso sé que era una persona de tez morena. Sería una piel tipo 4 (va desde la 1, la más blanca, hasta la 6, la más oscura). Era un tipo curtido. Recuerdo un hombre morenito. Eso de daño solar ni lo consideraría”. “Tampoco veo retracción en las manos. Al contrario, las tiene bien extendidas. Planitas. Me quedaría con unas lesiones cicatrizales postquemaduras… a menos que haya tenido vitiligo, porque así se ven las manos de los pacientes con vitiligo. Exactamente iguales. El caso es que sabemos que tres años antes había sufrido una exposición al fuego que le dejó una cicatriz residual”. La conclusión Seis meses después de haberse tomado esta foto, el 29 de enero de 1964, Betancourt regresó a la ciudad para inaugurar el hospital de Maturín, con 400 camas y dotación asegurada. La imagen, entonces, cobró otro significado: mira lo que se puede hacer cuando hay voluntad política y transparencia en las cuentas. Con estas manos.

UN PERSONAJE HISTORIOGRÁFICO


El de

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septiembre de 2019 Miguel Gómez Muci publicó en el portal Analítica un extenso artículo en el cual abordó el tema Betancourt como personaje historiográfico. Lo hizo en los términos siguientes: -Rómulo Betancourt (1908-1981), no sólo fue un político venezolano que ejerció la Presidencia de la República de Venezuela en dos oportunidades: 1945-1948 y 19591964, sino también un personaje de variadas facetas. Destacó en él, además del ejercicio de la política, su capacidad para el desarrollo de actividades intelectuales y literarias, llegando a desempeñar la cátedra de literatura en el Liceo Caracas. Comenzando sus estudios universitarios, se observa en él disposición a la elaboración de escritos de diversos género en referencia a la realidad nacional. Todas esas actividades estarán signadas por su claridad conceptual. MGM añadió:: -Luego de los sucesos de 1928, Betancourt se siente llamado con mayor pasión por la política y el liderazgo social, y no evadió el reto. Así fue despuntando como líder político y organizador social, además de periodista y estudioso de la historia. Una fuerte personalidad hermanada a su inteligencia y a la pasión por la lectura, se plasmarán en miles de paginas de diario testimonio y análisis de todo cuanto constituía la vida del país y de la realidad latinoamericana y mundial. Así se fue fraguando como conductor de primer orden en la política, la que entendía como medio de realización de la elevación política y cultural y bienestar material de la población. Esos estadios de avance fueron logrados en sus dos ejercicios presidenciales quedando la huella del notable progreso cultural y material del país alcanzado; además del rescate del ejercicio efectivo de la ciudadanía. En los siguientes segmentos se lee: -Para Betancourt el ejercicio de la política activa requería contar con el concurso de la historia: de dónde venimos y cuál ha sido nuestro devenir histórico como nación. Se involucrará profundamente en el conocimiento de nuestra historia y en la


observación del ciudadano y de las comunidades convirtiendo sus resultados en insumo para el diagnóstico del país y valioso presupuesto político. El título de este artículo hace referencia a Betancourt como personaje historiográfico, vale decir de su pertenencia y lugar en la historiografía como registro de la historia. La historia va hermanada a la historiografía, y la trayectoria y producción de Betancourt quedará comprendida en ellas. Para el estudioso de la historia resulta importante conocer cómo él registra y analiza a la historia, pero también cómo la historia trata a nuestro personaje. En ese registro de la historia que constituye la historiografía, Betancourt debe ser visto y tratado desde una doble perspectiva: una personalidad histórica que simultáneamente a la vez que es sujeto productor de historiografía, también constituye objeto de la misma, porque sus actos revisten la condición de históricos. Como sujeto de la historiografía, Betancourt, iniciando su vida universitaria se muestra como un gran productor de ideas que van quedando contenidas en artículos en los que acreditaba opinión sobre temas de actualidad, principalmente políticos; pero también se iniciaría en el cultivo del género epistolar que signará una característica personal a lo largo de su vida. Se sumará el ensayo con el que analizara los problemas nacionales. En esos primeros años de su vida Betancourt escribió Dos meses en las cárceles de Gomez, y luego ya en Santo Domingo, Al Alimón con Miguel Otero Silva, En la huella de la pezuña, ambos textos de denuncia contra la tiranía gomecista. Llegado su primer exilio, 1928, a la par que sus ansias de conocimiento eran mayores e intensas, se va correspondiendo en él una constante producción de textos que envía a importantes diarios de Colombia: El Tiempo de Bogotá, y La Nación y La Prensa de Barranquilla; y otros del continente. Pasará luego a Costa Rica, 1929, primera estadía, donde publica en el medio Repertorio Americano, donde publicó Otra farsa de Gómez, y luego un ensayo sobre los movimientos estudiantiles en América Latina y sus proyecciones políticas. A los artículos y ensayos se sumarán sus conferencias y discursos, una de ellas la pronunciada en la Universidad San Marcos, en Lima, a la caída del dictador Leguía. Todas esas formas pasan a constituir fuentes de historiografía de la Venezuela contemporánea. A continuación apuntó: -De nuevo en Barranquilla, 1931, con solo 23 años, en unión de Raúl Leoni, Ricardo Montilla, Juan José Palacios, Valmore Rodríguez, entre otros, agrupados en ARDI, se formulará el principal documento hasta ese momento existente, el Plan de Barranquilla, que consta en su primera parte del análisis histórico de la situación de Venezuela, y El Plan, propiamente dicho, contentivo de las ideas bajo las cuales se gobernaría Venezuela a la muerte de Gómez, siendo ampliamente difundido por el continente. Betancourt continuará produciendo innumerables textos en forma de artículos, ensayos, y a ello se sumarán las conferencias, porque Betancourt pasará a ser –a pesar de su juventud- un personaje cada vez más demandado en los movimientos estudiantiles y foros de diversos países. Permanecerá bajo esa constante en el área de la cuenca del Caribe y de ese período pasa los años finales en Costa Rica, donde cumplió diversas funciones, incluso de cátedra y electorales; también prestará su concurso en los editoriales del periódico “Trabajo”, de importante análisis para el estudio de la evolución de su pensamiento político. Así llegará a diciembre de


1935, cuando la muerte de Gómez abra para Venezuela una nueva etapa y para Betancourt un nuevo punto de partida en el desarrollo de su vida política. Según Muci, “El año de 1936 significa para Betancourt la oportunidad de poner en práctica el cultivo de su intelecto a la vez que el acicate para proseguir en la producción de ideas, artículos, ensayos, y ello lo cumple en paralelo con el proselitismo político y la necesidad de organizar a la población” y advierte: “Es la época de Orve, junto a Mariano Picón Salas y Alberto Adriani, y luego la de la organización del PDN, que nunca llegará a ser legalizado pero que nucleara al país a su alrededor. Durante esa época corresponderá a Betancourt alternar y constituir un polo frente al gobierno y a López Contreras”, hecho que fue relevante para él “como eje de la oposición, incluso en situación de ilegalidad como consecuencia de la orden de expulsión dictada en contra de 47 militantes opositores”, lo cual permitió que “se mantuviera día a día al frente de la opinión nacional mediante los editoriales del diario “Ahora”, sección Economía y Finanzas, por más de dos años y en número de 647 ediciones, en los que trataba temas nacionales de política y economía, e internacionales, pues su opinión también se refería a la situación latinoamericana y a la tirante situación que desde Europa anunciaba la inminencia de una guerra de gran envergadura”. Para Mucci, “ Esos editoriales constituyen un material importante para el estudio del pensamiento político de Betancourt”. Refirió igualmente que en 1936 se produjo su detención y la consiguiente expulsión a Chile, donde “será objeto de la atención del gobierno del Presidente Aguirre Cerda, y estudiara de manera directa el sistema político e instituciones” de ese país. Alli “Continuara la producción de sus ideas que plasma en los diversos géneros: artículos, cartas y ensayos” y “ Las conferencias a su cargo se mantendrán vigentes y se extenderán a países del área del cono sur”. Además, “Continuará su producción historiográfica”. Más adelante el autor explicó: -La permanencia en la nación austral le será productiva y desde allá no cesará de auscultar a distancia el país. Las cartas serán el medio de comunicación, de instrucciones y de análisis cruzadas con su partido no legalizado pero sí existente, y con sus cuadros activos, valioso testimonio de cuanto se vivía en aquel entonces. Purgada la sanción Betancourt regresará a Venezuela y su pluma recoge los acontecimientos principales vividos entre 1941 y 1945. Sera promotor de la candidatura de Rómulo Gallegos como punto de honor y necesaria para sembrar un nuevo estilo de conducción política; conducirá la creación y puesta en escena del partido Acción Democrática, herramienta indispensable para la conducción organizada de la lucha y la conquista del poder; motor en todas las negociaciones destinadas a lograr la elección del Presidente de la República mediante el voto directo, universal y secreto de todos los venezolanos, y dentro de ello la siempre vigente posibilidad de lograr el consenso de un candidato unitario que en gobierno de transición llevara adelante esas reformas, acuerdo que recayó en Diógenes Escalante, cuyo final conocemos. Finalmente, en torno a esa época, concluiría con los sucesos del 18 de octubre de 1945, y la revolución democrática. Betancourt, ante todos los acontecimientos del primer quinquenio de los años 40, con sus artículos, conferencias, ensayos y discursos, fue un agente historiográfico de primer orden. Hoy día Luego señaló:


-A la caída de Gallegos seguirán diez largos años en que la pluma de Betancourt no cesará de narrar y analizar la situación nacional y mundial; y es la época cuando tiene lugar su gran producción: Venezuela, Política y petróleo, una bien documentada obra de contenido histórico y político, de permanente vigencia. Observó después: -Habíamos señalado que partiendo de una segunda perspectiva de la historiografía, Betancourt aparecerá como objeto de ésta. Betancourt fue a lo largo de su vida un productor constante de hechos que por su liderazgo político e importancia nacional e internacional, rápidamente se traducían en históricos y por tanto de necesaria reseña y análisis por parte de los estudiosos de la historia en la evaluación de nuestro devenir. Permanentemente se encontraba en el centro de los acontecimientos que ocurrían en las distintas épocas convulsas del país; era un observador atento a lo que acontecía que luego reseñaba y analizaba con la producción de una opinión que pasaba a ser evaluada y a disposición de la historia. Era así que los medios de comunicación reseñaban sus actos y opiniones sobre los cuales a su vez recaían la opinión y critica de otros autores. Es que su actividad política pública producía hechos que por causa de su connotación publica y social y de los cambios que producían quedaban registrados por la historia y por ello es fuente de historiografía. Su actuación publica presentada en forma de hechos y opiniones, discursos y conferencias, pasaba a ser un insumo histórico y consecuentemente debido a su importancia factor necesario para el conocimiento e interpretación de la realidad de su país y del contexto latinoamericano, convirtiéndose en acervo historiográfico. Ciertamente quienes hacen política producen actos constitutivos de historia, pero con Betancourt ellos fueron continuos, abundantes y de calidad por los cambios que producía en el ámbito nacional y por tanto objeto del objeto del estudio histórico e incorporados al registro historiográfico. Al final se lee: -El trabajo Ensayo historiográfico sobre Rómulo Betancourt, de Manuel Hernández González (Universidad de La Laguna, 2012), constituye, sin duda, un importante balance que nos muestra la evolución historiografía respecto a la personalidad política de Betancourt. Nos permite conocer y acceder de manera organizada a la bibliografía existente y válida guía en el acceso a las fuentes. No es común que un importante sujeto productor de historiografía sea a la vez su objeto, y menos con la cantidad y calidad que se dan en relación a Betancourt. Sin incurrir en ningún exceso, Rómulo Betancourt es ciertamente un personaje historiográfico, pero también un caso de excepción.

UN GESTO DE PEDAGOGÍA CÍVICA


Una prueba, entre muchas, de que Rómulo Betancourt practicaba lo que predicaba puede apreciarse en el siguiente texto periodístico, debidamente documentado, que publicó su autor, identificado solamente con las letras L.B.S,. en el diario El Nacional el 3 de octubre de 1981: -Dentro de un sistema democrático joven que lleva en el alma nacional los estigmas hereditarios del absolutismo, el abuso de poder, la inmoralidad, la corrupción, la venalidad y el atropello, la conducta de sus líderes se convierte en un patrón social. Un gesto cualquiera de ellos asume una función pedagógica. La corrupción vía arbitrariedad alcanzaron a la Nación porque partieron de los centros de poder. Esos delitos en que incurren hombres degradan a la sociedad, porque la hacen cómplice. En un momento de dignidad el país se deshizo de una dictadura corruptora pero veintitrés años de luchas democráticas contra los delitos con los fondos públicos no han dado por resultado un preso. Veintitrés años de denuncias sobre abuso de poder, atropellos, privilegios irritantes y contra otras irregularidades que desnaturalizan el sentido de la democracia, hasta hoy no han generado correctivos ni sanciones morales, Por eso cobra especial significación el gesto de Rómulo Betancourt en enero de 1975 al cancelar los derechos de importación de un auto usado, como un ciudadano más. En cualquier democracia real es un hecho corriente que a menudo pasa inadvertido porque la condición de ex presidente y líder político no releva al hombre de las obligaciones que le imponen leyes y reglamentos, y se anticipa cumplirlos. Los siguientes documentos lo dicen todo: Caracas, 23 de enero de 1975 Señor doctor Iván Pulido,


Encargado del Ministerio de Hacienda Su Despacho. Estimado amigo: He recibido la planilla de la Aduana de La Guaira con la estimación de los derechos de aduana del automóvil usado que importé en mi reciente regreso a Venezuela. Tal como le dije por teléfono, espero que la estimación de los derechos de aduana que debo pagar se ajusten estrictamente a lo que establecen las leyes en la materia. He sido y seguiré siendo muy escrupuloso en no utilizar en beneficio propio las posiciones que he ocupado en la vida pública del país, cuando he ejercido la jefatura del Poder Ejecutivo y cuando he dejado el poder. Aun cuando confío plenamente en su palabra y en la rectitud del proceder de las autoridades aduaneras, mucho sabré agradecerle que al contestar estas breves Iíneas me ratifique por escrito lo que ya me dijo telefónicamente. Lo saluda cordialmente su amigo, (fdo.) Rómulo Betancourt. Señor Don Rómulo Betancourt Quinta Pacairigua, urbanización Altamira Ciudad. Distinguido señor ex presidente y amigo: El carácter oficial de la presente comunicación me limita exteriorizar la grata impresión que ha causado en los funcionarios de este despacho la rectitud demostrada por usted, una vez más, en la escrupulosidad de no concebir las posiciones de poder como un medio para obtener privilegios y beneficios personales. En tal sentido, y atendiendo su solicitud, me apresto a contestar de inmediato su amable nota, de esta misma fecha, para ratificarle lo que ya le he informado telefónicamente, que la estimación de los derechos de aduana causados por razón de la importación de un automóvil usado, de su propiedad, ha sido hecha con estricta sujeción a lo dispuesto en nuestro vigente arancel de aduanas, para cualquier ciudadano que se encuentre en análoga situación, habida cuenta del uso del automóvil y de otras circunstancias que causan un demérito. A la brevedad posible, le haré llegar informe levantado por el funcionario que intervino en el caso. Le doy la seguridad que esas son las instrucciones precisas que se han impartido a los funcionarios de Hacienda que actúan en la nacionalización de las mercancías, advirtiéndoseles que el nombre del consignatario no tiene porqué constituir intimación alguna para proceder en contrario. Reitérole mis sentimientos de alta estima y consideración. Cordialmente le saluda, Iván Pulido Mora, ministro encargado. Señor Don Rómulo Betancourt Quinta Pacairigua Urbanización Altamira


Ciudad. Estimado señor ex presidente y amigo: Como alcance al oficio Nº H-28 de fecha 23 de los corrientes, tengo el gusto de enviarle fotocopia de las comunicaciones emanadas del administrador y del interventor jefe del Terminal de Pasajeros de la Aduana de La Guaira, bajo los números HALG1220.211 y HALG-1210-5, respectivamente, de esta misma fecha en relación con la liquidación de derechos de aduana causados por razón de la Importación de un automóvil usado, de su propiedad. Cordialmente le saluda, Iván Pulido Mora, ministro de Hacienda encargado. Anexo: lo indicado. Ciudadano Dr. Iván Pulido Mora Encargado del Ministerio de Hacienda Su despacho. Tengo a honra dirigirme a usted para Informarle que en el vapor Federico C”, el cual arribó a este puerto de La Guaira en fecha 27 de noviembre próximo pasado, llegó un vehículo automotor como parte del equipaje del señor, don Rómulo Betancourt y al mismo le fue aplicado el régimen establecido en el artículo 122 de la Ley de Aduana vigente, concediéndose el demérito proporcional al uso, conforme a la misma ley. En la presente importación no se ha procedido en modo alguno de manera extraordinaria, a pesar de la alta Investidura del ex presidente de la República, ya que es un hecho reiterado en la vida pública y privada del eminente ciudadano el haberse negado a aceptar y mucho menos solicitar consideraciones especiales, fundadas en su condición de prominente hombre público. Por lo demás el ex presidente enfatizó en el presente caso que se negaría a ser objeto de un tratamiento diferente al que se otorga por las autoridades de la Aduana a cualquiera de sus conciudadanos. Esta encomiable actitud constituye una prueba más de la elevada condición moral del ex presidente y un precedente pedagógico para los venezolanos en general. Se anexa copia de memorándum emitido por el interventor jefe del Terminal de Pasajeros del Puerto de La Guaira, con destino a esta Administración. Atentamente, Gral. (r) Heraclio Anzola G. MEMORANDUM De: Jefe del Terminal de Pasajeros Para: Administrador de la Aduana Asunto: Liquidación Impuestos arancelarios automóvil Importado por el señor don Rómulo Betancourt. Fecha: La Guaira, 24 de enero de 1975 Por medio del presente memorándum, cumplo con informar a usted, que en cumplimiento de sus instrucciones se procedió a la elaboración de la planilla de liquidación por los impuestos arancelarios causados por la importación de un vehículo automotor, por el señor don Rómulo Betancourt, por el vapor Italiano “Federico C”. llegado a este puerto el 21-11-74, procedente de Génova.


A dicho vehículo se le aplicó el régimen establecido en el artículo 122 de la Ley de Aduanas, habiéndosele concedido el demérito proporcional a su uso, por formar parte del equipaje del pasajero. Por lo demás, resulta bastante encomiable la actitud del señor Betancourt, al haber demostrado gran interés en que la importación de su automóvil particular, se ajustara en un todo a las normas legales. Creo dejar cumplida la misión que tuvo a bien encomendarme esa superioridad. Atentamente, José Piñerúa Ordaz, interventor jefe del Terminal de Pasajeros.

SU PRIMER AMOR FUE SIEMPRE VENEZUELA


“Su primer amor fue siempre Venezuela”, expresó con gran aplomo la viuda de Rómulo Betancourt, doctora Reneé Hartmann, al ratificar que el ex presidente fue un hombre consecuente con sus firmes convicciones. La señora de Betancourt de negro talleur y blusa blanca, estaba sentada al lado del féretro y con gran serenidad aceptó los requerimientos de la prensa, al aclarar los detalles sobre el accidente que ocasionó el deceso del ex mandatario explicó, que éste sufrió una caída y se levantó dando muestras de su recia constitución a pesar de tener una costilla rota. -Hablaba normalmente, nada indicaba gravedad. Como médico considero -puesto que yo estaba allí- que a consecuencia de la caída sufrió una alta depresión sanguínea, lo que a mi juicio provocó el daño cerebral, irreversible y fatal. Expresó que se sentía agradecida tanto de las autoridades como de los profesionales de la medicina norteamericana, por las atenciones recibidas y la preocupación que despertara tanto la gravedad como la muerte de su esposo. Mientras la señora Hartmann de Betancourt hacía estas declaraciones, militantes AD, en gesto de desespero derrumbó la puerta de hierro, a la entrada de la casa distrital de AD, en El Paraíso, para acompañar al líder fenecido. El revuelo provocado por la turba causó preocupación en el interior del salón velatorio. En ese momento los reporteros consultaban a Virginia Betancourt sobre la personalidad de su padre, quien apenas alcanzó a decir


-Se trata de una figura política nacional que rebasó no solamente el ámbito partidista, sino que tiene una proyección continental. Su lucha fue por el forjamiento y la preservación de la democracia. El alboroto dificultó la labor reporteril. Los bomberos seguían rescatando asfixiados y personas con alteraciones nerviosas. Las brigadas de seguridad interna de AD pugnaban por mantener el control. Se supo que hubo varios desalojos y la detención preventiva de un sujeto en relación al desplome del portalón principal que en su caída lesionó levemente a un efectivo de la Guardia Nacional. Por su parte, la brigada antimotín de la PM logró restablecer el orden en la calle frente a la casa de AD. MÁS QUE UN AMIGO “Betancourt fue para Andrés Eloy y para mí, más que un amigo, un hermano”, declaró llorosa y compungida la señora Lilina Iturbe, viuda del ilustre poeta venezolano Andrés Eloy Blanco. “Para nosotros es una pérdida de honda significación”, alcanzó a expresar la honorable dama antes de que el llanto ahogara sus palabras. “Nuestra familia está consternada. (…)

(Esta información fue publicada por El Nacional el 1 de octubre de 1981 cuando los restos de don Rómulo Betancourt eran velados en la casa distrital de Acción Democrática, El Paraíso).

RÓMULO O UNA VIDA TRIUNFANTE


En el siguiente artículo, publicado en El Nacional el 2 de octubre de 1981, el dirigente nacional de Acción Democrática Carlos Caniche Mata explicó la trayectoria política de don Rómulo Betancourt, que calificó de triunfante: La biografía política más apasionante del siglo XX venezolano será la que se escriba sobre Rómulo Betancourt. Nada de lo que aquí ha pasado en los últimos 50 años no está marcado de algún modo con su impronta vital. Ningún combatiente romo él ha tenido tantos combates. Ningún conductor de masas ha tenido como él tantas masas para conducir. Ningún luchador como él ha enfrentado a tantos otros luchadores en la lucha. Tocó las puertas de la Historia para entrar a ella nimbado con el hechizo de los elegidos. El lento, el silencioso poder del tiempo, de que nos hablara Schiller, Irá dando la dimensión cabal de su legado hazañoso. Es el primer gran líder de la Venezuela moderna que surge después de la muerte del dictador Juan Vicente Gómez. La historia nacional tenía sus ijares Fatigados por las espuelas de los caudillos sin doctrinas. Rómulo Betancourt inaugura una cueva casta de conductores, la de los que combaten con Ideas y organiza el pueblo para la lucha civilizada y democrática. Siendo estudiante, sacude la larga siesta de la dictadura gomecista con su famoso discurso del 7 de febrero de 1928 en el Teatro Rivoli. Afuera, en la calle aún no se había apagado el grito de “sigala y balajá, saca la pata lajá” con que se había empenachado durante varias horas el desfile de carrozas y automóviles celebrado con motivo de la Semana del Estudiante. El día anterior, Jóvito Villalba había hecho escuchar su verbo encendido frente al Panteón Nacional y Pío Tamayo había recitado en el Teatro Municipal, como homenaje a la reina Beatriz, su recordado poema sobre el indio: “…sangre en sangres dispersa/ ialmagre oscuro y fuerte/estirpe jiraja/ra/ caclque tononó/ balle de piaches, rezo de quenas/ soy un indio tocuyo/ yo”. Primero fue el verbo y después la cárcel. El 14 de febrero, dos días después de haber concluido la rebeldía estudiantil del 28 disfrazada de fiesta, caen presos Rómulo


Betancourt, Jóvito Villalba, Pío Tamayo y Guillermo Prince Lara. Al conocer la noticia, el estudiantado realiza una agitada asamblea en el viejo recinto universitario de San Francisco y resuelve, en protesta simbólica, entregarse en masa en el cuartel de la policía de Caracas. De allí los envió el dictador a los calabozos del Castillo de Puerto Cabello. Refiriéndose a este episodio; escribió más tarde Rómulo Betancourt: “había cumplido los veinte años, el 22 de febrero de 1928, tirado sobre el cemento de un calabozo, remachado a los pies cien libras de hierro, con grilletes muy similares a los que vi mucho tiempo después en la Torre de Londres, exhibidos ahí como testimonio de la barbarie medieval”. De la cárcel salió para participar en el asalto del cuartel San Carlos en Caracas el 7 de abril del mismo año 28. En camino hacia el sitio de la acción armada pasó frente al Panteón Nacional y seguramente fulguró en sus sienes la lección que nos enseño el Padre de la Patria de que la libertad a veces hay que conquistarla arriesgando el fragor del combate. Los tiros que iluminaron aquella madrugada de abril fueron truenos devueltos por la mole imponente del Ávila que estremecieron la cabeza somnolienta de la ciudad sorprendida. Fracasó el esfuerzo, pero quedó el gesto. Vida clandestina y exilio marcan después con recio brillo la vida de aquel muchacho graduado prematuramente de luchador social. Cuando Rómulo Betancourt regresa a Venezuela en 1936 nadie como él tuvo la visión profética de que —fallecido Gómez— advendría la era de los partidos políticos. Por eso surge ORVE y el PDN después. Por eso, haciendo uso de su admirable olfato político, transforma el PDN en Acción Democrática, que es, sin duda alguna, el más grande movimiento organizado del pueblo venezolano conocido hasta ahora. SI no hubiera hecho nada más, la sola fundación de Acción Democrática bastaría para que el nombre de Rómulo Betancourt perdurara en el recuento memorable, Fue Presidente de la República dos veces. Si entre 1959 y 1964 no hubiera estado al frente el gobierno un líder de la talla de Rómulo Betancourt tal vez habría sucumbido el régimen democrático. Y esa afirmación no conlleva una concepción personalista, carlyliana, de la historia. En los últimos años, al margen del activismo político, ha sido atalaya orientadora y conciencia vigilante de la democracia venezolana. Nadie discute. Y ahora sus adversarios de ayer lo respetan. Los que siempre lo hemos querido, los que somos sus compañeros de partido, sentimos que desde su tumba nos dicta el orden del día que ya no debemos olvidar jamás: cuidar, por encima de todo, la unidad de Acción Democrática, su mejor obra, su más excelsa realización. Sólo así. Rómulo Betancourt, más allá de la muerte, seguirá siendo una vida triunfante.

[El autor aseguró que “Si entre 1959 y 1964 no hubiera estado al frente el gobierno un líder de la talla de Rómulo Betancourt tal vez habría sucumbido el régimen democrático”. Yo sostengo al respecto que habría sucumbido, especialmente por la erotización que causó en


Venezuela la entonces incipiente revoluciรณn cubana liderada por Fidel Castro, a la que el presidente se enfrentรณ con unas fuerzas armadas conscientes de su rol constitucional, su partido Acciรณn Democrรกtica y Copei]

SENTร LAS BASES DEL ESTADO DE DERECHO


Distintas personalidades vinculadas al Poder Judicial analizaron la trascendencia histórica de Rómulo Betancourt y su participación en leyes que son fundamentales en la moderna democracia venezolana, y una magistrada, Helena Fierro, opinó que al ex presidente se le debe “haber sentado las bases del Estado de derecho en un régimen democrático”. Estas opiniones fueron vertidas en una rápida encuesta realizada por El Nacional en las fuentes de tribunales el 1 de octubre de 1981. El presidente de la Corte Suprema de Justicia, Ezequiel Monsalve Casado, que fuera ministro de Justicia en el último tiempo del gobierno de Betancourt, dijo que está muy conmovido corno lo está toda Venezuela con la desaparición del estadista. -Rómulo Betancourt es sin duda una de las figuras más importantes del país. Su vida se confunde con los últimos 50 años de Venezuela —dijo Monsalve Casado— Le tocó vivir momentos muy difíciles en su vida. Su actuación desdé 1928 es muy recordada por su ímpetu revolucionario; después, cuando llegó a Miraflores, el 18 de octubre de 1945, trató de darle una gran velocidad a la transformación del país, y posteriormente, cuando volvió a Miraflores como Presidente Constitucional en 1959, imprimió a la defensa del régimen democrático y de las instituciones una gran fuerza que proyectó su imagen y ha permitido que muchas personas lo hayan calificado como el padre de la democracia venezolana. Creo que este titulo, sin mezquindad, le corresponde, porque fue una de las figuras más importantes de estos últimos años, en el afianzamiento de las instituciones democráticas. -Venezuela es uno de Los pocos países latinoamericanos que tiene una democracia bastante sólida -agregó Monsalve Casado. -Y esa democracia contó como pilar fundamental a Rómulo Betancourt. A mí me correspondió ser ministro de Justicia en su último gobierno, al final de su periodo, del gobierno de coalición, postulado por Copei y conservo entre las credenciales que me honran el haber sido ministro en ese tiempo tan difícil donde se tomaron decisiones de mucha envergadura que, gracias al


tiempo ha permitido considerar que esas actuaciones constituyeron fundamental para esta democracia. El presidente de la Corte Suprema dijo que Betancourt fue un hombre respetuoso del Poder Judicial y de las leyes. -Recuerdo que él acostumbraba llamar a sus ministros de Justicia la conciencia jurídica del gobierno. Yo no recuerdo ningún acto de intromisión en el Poder Judicial. En 1963-64, no existía el Consejo de la Judicatura. Sus atribuciones las ejercía el Ministerio de Justicia, como la designación de los jueces. Yo era magistrado de la Corte Suprema de Justicia cuando fui invitado a colaborar como ministro de Justicia con su gobierno. El hecho que él escogiera a un magistrado de la Corte Suprema revela el respeto que le merecía la Corte y el Poder Judicial. Por su parte, el Fiscal General de la República, Pedro J. Mantellini, opinó que la pérdida de Rómulo Betancourt afecta a todos los venezolanos: -Él había dejado de ser sólo el líder de un partido político para convertirse en uno de los patriarcas de este país –dijo Mantellini. Personalmente he observado como una de mis directrices lo que él enseñaba como respecto a la probidad administrativa. Creo que es una pérdida irreparable, pero las enseñanzas que él nos deja encontramos cómo debemos vivir y cómo debemos llevar adelante a nuestra querida Venezuela. Así se expresó la magistrada de la Corte Suprema de Justicia, Helena Fierro -A Rómulo Betancourt se le debe la base del régimen democrático, y por consiguiente, el Estado de Derecho. Él y sus seguidores hicieron lo posible para que pudiéramos elegir a nuestros gobernantes por el voto directo, secreto y universal, con lo cual ya tenemos sentada la base del régimen de derecho. Luego durante sus períodos de gobierno se impulsa la Ley de Reforma Agraria, las reformas al Código de Enjuiciamiento Criminal, al Código Penal, la Ley del Seguro Social, y muchas otras leyes que hacen posible que el país no sólo tenga un Ejecutivo sino un Poder Legislativo que representa la voluntad del pueblo y un Poder Judicial que tiene la función de juzgar sin importar distingos de ninguna especie. Creo que la Constitución de 1961 sentó las bases jurídicas para que el Poder Judicial sea libre e independiente, no sólo porque tiene más poder la Corte Suprema de Justicia.

RÓMULO VISTO POR AMÉRICO MARTÍN


El 15 de marzo de 2018 el dirigente nacional de Acción Democrática, Carlos Canache Mata, analizó en un artículo publicado en el diario Últimas Noticias la exposición que hiciera el 22 de febrero del mismo año el exmilitante de ese partido, Américo Martín, con motivo del centenario natal de Rómulo Betancourt. El expositor tituló su conferencia “¿Por qué Rómulo Betancourt predominó sobre sus compañeros de generación?”. El articulista escribió: En su primer exilio, durante el auge de la URSS, pasa por el Partido Comunista de Costa Rica, cuyos éxitos políticos y organizativos “se atribuyeron a la presencia en sus filas del joven exiliado venezolano Rómulo Betancourt” (Manuel Caballero, La Internacional Comunista y la Revolución Latinoamericana, pág. 91). Dijo Américo, en su enjundiosa disertación, que, al romper con esa militancia, en la lucha “contra esa onda avasallante” del determinismo marxista existente en la conciencia de la izquierda, “se levantó casi como gladiador solitario, Rómulo Betancourt…y lo hizo con cuerpo y alma, soportando a muy temprana edad complejas responsabilidades y brutales agresiones”. Martín añadió que los comunistas “no pudiendo soportar la audacia teórica de Rómulo, vertida cuatro años después en el Plan de Barranquilla (1931), optaron por enfrentarlo”. Canache Mata añadió: Ese Plan, que Mariano Picón Salas comparó con la Carta de Jamaica (“una exageración de un calificado escritor que, sin embargo, entrevía el gran potencial de Betancourt”, glosa Américo), es de “índole reformista” y de evidente “rechazo al


maximalismo de los extremistas”. En efecto, después de caracterizar la organización político-económica semifeudal y la penetración y explotación capitalista extranjera en el área petrolera, el Plan propone un programa mínimo, en el que plantea las libertades y garantías democráticas; el control estatal de las industrias que, por su carácter, son monopolios de servicios públicos; y la revisión y expedición de “las leyes necesarias para resolver los problemas políticos, sociales y económicos que pondría a la orden del día la revolución”. Era el comienzo de la identificación con el pensamiento socialdemócrata. Luego acotó; -El tema de esa identificación, recordó Américo en sus palabras, dio origen a una “polémica en el diario El Universal entre Carlos Canache Mata y yo”, porque él la negaba, mientras mi opinión era contraria. En realidad, fue posteriormente que Acción Democrática se afilió a la Internacional Socialista (socialdemócrata) y, por eso, acertadamente dijo Américo en su disertación que “sin embargo, al entrar al fondo del asunto se descubrirá que en esencia ese partido era y es socialdemócrata”. A continuación señaló: -Al hacer un símil entre Rómulo y Jóvito, Américo dijo que el primero privilegió la organización, y el segundo la tribuna: “tribuna o partido … la historia al final, puesta a decidir, ha escogido al partido más que a la tribuna”. Y si la organización se acompaña con la palabra, mejor.

BETANCOURT VISTO POR TEODORO PETKOFF


En la Web puede leerse la siguiente entrevista del economista, político y editor Teodoro Petkoff con fecha 28 de agosto de 2007, sin identificación de autoría ni medio, contentiva de interesantes datos sobre la actividad política y gubernamental de don Rómulo Getancourt:. Pregunta ¿Cómo fue la Relación de Rómulo con los medios de comunicación? -Fue un hombre de pensamiento democrático pero autoritario. Más de una vez tuvo bronca con los medios. Más de una vez amenazó con darle unos fuetazos a un periodista que dijo algo que a él no le gustó. Además que se los iba a dar en la Plaza Bolívar. Betancourt era un hombre de temperamento atravesado. Pero por supuesto demócrata, por lo tanto su relación con los medios, en general, puede decirse que corresponde a la de alguien que se atiene a la Constitución del 61. Sin embargo debe recordarse que a él le tocó vivir un período en el cual la izquierda se alzó. La izquierda publicaba unos periódicos que el gobierno de Betancourt clausuraba sistemáticamente y ellos lo volvían a publicar con otro nombre para volver a ser clausurado y así sucesivamente. Ahora con el resto de la prensa Rómulo Betancourt no tenía mayor inconveniente que yo recuerde. Pero si prohibió la mención de las siglas FALN (Fuerzas Armadas de Liberación Nacional) en la prensa. Entonces la prensa inventó un eufemismo, se hablaba de “las cuatro letras”. Pregunta ¿Cuándo ocurrió lo del fuetazo? Cuando fue Presidente, la verdad no puedo asegurar la fecha exacta. Creo que fue durante la segunda presidencia. El nombre del periodista era Rodolfo Serrano, que para colmo era cronista taurino bajo el seudónimo “positivo”. Pregunta ¿Cómo hacía Betancourt para obtener la información detallada que utilizaba en la columna “Economía y Finanzas”? -Leyendo el periódico. La clandestinidad era en una época digamos light. Entonces por supuesto él tenía acceso a sus miembros del partido. Eso no le impedía Leía periódicos y libros. Rómulo era un hombre muy estudioso. Uno de esos grandes políticos venezolanos de los que se puede decir que fue lo que fue porque era un


hombre de estudio y de pluma. No le costaba para nada tener la mejor información disponible. Pregunta ¿Las recomendaciones que él hacía a los funcionarios públicos en esa columna eran tomadas en cuenta por el gobierno? -Los gobierno no suelen prestarle mucha atención a la oposición y en esa época menos aún, porque el partido que él dirigía estaba en esa clandestinidad light, lo cual no excluyó que varios de sus dirigente fueran expulsados del país, pero en fin, no era una persecución brutal a lo Pérez Jiménez. Pregunta ¿Por qué cree que utilizó la prensa para difundir sus ideas tomando en cuenta el analfabetismo que existía en esa época? -Porque seguramente como todo dirigente político él se dirige a otros. No hay manera dirigirse a otros aparte de hacerlo verbalmente y directamente a través de los medios. No existía en esa época la televisión, él estaba clandestino y no podía hablar por la radio, utilizaba la prensa. Le llegaba a los que sabían leer y el partido se encargaba de transformar eso en charlas y mecanismos de promulgación hacia los venezolanos menos letrados. Escribía para lo que pudiésemos llamar la élite política, económica y social de ese tiempo. Pregunta ¿Lo definiría como político o como periodista? Él era esencialmente un político que usaba el periodismo. Por encima de todo y sobre todo, político, en el sentido más noble de a palabra. Pregunta ¿Cómo fue el paso de Betancourt por la izquierda? -Cuando los muchachos del 28 se dispersaron en el exilio Betancourt militó en el Partido Comunista de Costa Rica. Él estuvo tratando de borrar esa militancia o la presentaba como una cosa de menor importancia. Betancourt fue uno de los dirigentes principales del Partido de Costa Rica y de hecho estuvo encargado del periódico de ese partido. Fue una militancia comunista muy importante en Costa Rica. Pero una vez que salió de ese país se revinculó con sus antiguos compañeros estudiantes y formaron los embriones de lo que después sería el PDN y Acción Democrática. Betancourt rompió con el comunismo, pero mantuvo una orientación para su época a finales de los años 30, una orientación que podríamos llamar nacional revolucionaria. Y el PDN será definido como un partido antiimperialista por un lado y antifeudal, y democrático por supuesto. Cuando llegaron al poder por primera vez los adecos en el 45 de la mano de los militares, de Pérez Jiménez, su primero gobierno fue realmente un gobierno de avanzada social. Un gobierno que cometió muchos errores quizás de infantilismo y de inmadurez, pero que tenía un contenido popular innegable. Fue con ese gobierno que las masas populares venezolanas adquirieron protagonismo político. El famoso fifty, fifty del petróleo. Se promulgó la Ley de Reforma Agraria, y un conjunto de medidas sociales importantes, de avanzada. Con respecto a errores cometidos durante su gestión política… Quizás el más grande de sus errores fue uno parecido al que Chávez comete: provocar al conjunto de la sociedad innecesariamente, con un lenguaje camorrero. Él era muy chocante cuando polemizaba, era muy pendenciero, irritaba mucho innecesariamente a sus adversarios, y tal como ocurre hoy con Chávez, generaba un tipo de clima político en el país que facilitó mucho la creación del ambiente que condujo al golpe del 48 Son periodos de inmadurez de infantilismo político si se quiere.


Pregunta ¿Cómo se reflejaba el sectarismo del que se le acusa constantemente? -Eso formó parte de su estilo. Acción Democrática era tremendamente sectaria. En el sentido que ellos podían repetir, como gusta hacerlo Chávez, “sólo nosotros somos gente”. A partir del criterio de que como tenían el 80% del país consigo, electoralmente hablando, pues ellos eran gente, y quienes no, eran mierda. Ese tipo de sectarismo y de división del país fue un error gravísimo y completamente innecesario, que condujo en su época –yo no justifico el golpe, porque es completamente injustificable- pero alimentó a sus adversarios y les puso en bandeja de plata los argumentos que utilizaron para tumbar a Gallegos. Con respecto al boicot que se le hizo a El Nacional… Fue en su segunda presidencia. Ese fue un boicot decretado por factores económicos. Factores tácticos de la derecha venezolana que no resistían un periódico independiente y de izquierda moderada como El Nacional. No sé exactamente si Betancourt fue el que hizo todo eso, pero si le entró un fresquito con lo que le hicieron no lo sé. Pregunta ¿Por qué esa alianza con los militares en el 45 en contra de su propio proyecto? Ese es probablemente el más grave de los errores cometidos por Betancourt. Ese golpe militar que de no haber participado Acción Democrática no estoy seguro que se hubiera dado. De ahí para acá un curso evolutivo que llevaba la sociedad venezolana, hubiese producido a modificaciones democráticamente logradas. Hay que tener en cuenta que antes de ese golpe hubo otro error muy grande que cometió con Medina. Y es que a raíz de la locura de Diógenes Escalante, que era un candidato acordado con Medina y AD. Medina no insistió en buscar un nuevo candidato acordado con AD sino que impulsó a un dr. llamado Ángel Biagini, que era nadie, una persona en torno a la cual no se podía construir un consenso como se construyó alrededor de Diógenes Escalante. Entonces eso abrió por supuesto las puertas al golpe. Él dio a los militares e insólitamente a los adecos, la justificación moral y política para el golpe. Pero el golpe en sí mismo obviamente cortó ese proceso evolutivo. Pero por supuesto ese golpe militar abrió la caja de pandora, después de ese golpe vino otro golpe y después vino la dictadura, etc. Desde luego un curso que pudo ser más apacible y democrático, que con Medida se había iniciado, (ya con López, pero Medina va a ser un conjunto de acciones para democratizar el país, eliminando los residuos del gomecismo) y además se había alcanzado el compromiso con AD y la reforma necesaria para darle a Venezuela una estabilidad, el golpe lo alteró. ¿Cree usted que la exclusión de los comunistas en el Pacto de Punto Fijo alimentó esa división que se vive hoy en Venezuela? No creo en esa explicación. Es verdad que la exclusión del Partido Comunista fue una arbitrariedad en los tiempos de Guerra Fría. Y sobre todo de un Betancourt que venía con la idea clara de que él tenía que diferenciarse de los comunistas porque su primer gobierno y el de Rómulo Gallegos, fueron tumbados con argumentos de que eran comunistas. La derecha venezolana y los ricos utilizaron ese argumento. Por ejemplo, la palabra adeco, el apócope significaba “ad comunistas”. Por su puesto Betancourt vino a hacer una política anticomunista principalmente. Y fue muy duro, sus primeras declaraciones fueron vamos a segregar a los comunistas. Pero pensar que entonces se sembraron los polvos que trajeron estos lodos me parece a mi una racionalización porque efectivamente hubo una insurrección, un alzamiento, nos fuimos a la guerra entre comillas, pero después se inició un proceso democrático, ya no


hay un pacto de Punto Fijo como tal. La izquierda incluso comenzó a ganar espacios institucionales en alcaldías, instituciones parlamentarias, etc. De tal manera que pretender establecer un vínculo entre la exclusión de los comunistas en el Pacto, que fue por cierto muy arbitraria e injusta, porque había sido una fuerza decisiva en el derrocamiento de Pérez Jiménez. Pero Betancourt tenía una obsesión anticomunista, vamos a llamarla oportunista, en el sentido que le convenía a su propósito de desmarcarse del comunismo. Y esa obsesión lo llevó a producir esa exclusión, aceptada por los otros dos partidos por cierto. Los partidos convencionales del país les parecía normal excluir a los comunistas. Es más, a los propios comunistas les parecía normal que los excluyeran, no fue que ellos reclamaron que los dejaron afuera. Era una especie de juego tácito digamos. Pero eso es una interpretación acomodaticia, eso de vincular Pacto de Punto Fijo con lo que ocurre con Chávez. Rasgo de su personalidad. Como dije anteriormente Betancourt era supremamente inteligente y leal, pero también muy pendenciero,


EL MÁS GRANDE ESTADISTA DE VENEZUELA

El 30 de abril de 2020 Orlando Avendaño, en el reportaje “Elogio a Rómulo Betancourt desde la derecha”, publicado en Panam Post, le atribuyó el valor político de ser “El más grande que ha tenido Venezuela”, el cual “Enfrentó a los comunistas y a Fidel Castro cuando en el resto de la región salivaban por él”, quien además “tiene el encomiable mérito de, en tiempos en que toda la región andaba cautivada por los ademanes autoritarios del dictador caribeño, alzar su Doctrina: Venezuela no tendrá ningún tipo de vínculo con regímenes dictatoriales como el de Fidel Castro”. Luego señaló: -Me ha sorprendido la reacción que genera Rómulo Betancourt en esa derecha limitada y tosca de Venezuela. Es un grupo minúsculo, sin eco ni trascendencia, pero que rechaza a Betancourt con enérgica furia. Lo detestan profundamente y le atribuyen los males que hoy nos aquejan. El chavismo, según ellos, es consecuencia natural de su militancia marxista y sus breves andanzas por el comunismo ortodoxo. Después apuntó: -Este profundo deprecio a quien quizá ha sido el mayor estadista que ha gobernado Venezuela no es sino la auténtica muestra de un insondable desconocimiento de nuestra historia y los hechos que la forjaron. Esos que argumentan que Betancourt fue un comunista, amigo de comunistas, padre político de comunistas y lo que a usted le dé la gana de inventar, no saben de lo que hablan. Son, al final, simples víctimas de las espirales de irracionalidad que hierven en las redes. Y aquí no voy a estar condonando a la izquierda venezolana y su inexcusable responsabilidad en el desarrollo del chavismo. Que en el noventa y ocho los venezolanos se decantaran por el teniente coronel golpista que mentía fue consecuencia de la edificación por parte de adecos y copeyanos de un decadente modelo rentista y de todo eso innato a la agenda socialdemócrata del bipartidismo. Hoy nadie duda de ello. Quien polemice al respecto formó parte del juego de repartición del fisco. En el siguiente segmento escribió:


-Podemos proponernos increpar a Rómulo Betancourt por su pasado explícitamente comunista, cuando veinteañero y romántico. También por ser el padre de la criatura. Pero hacerlo sería mezquino. En cuanto a lo primero, porque creció; y lo segundo, porque el hijo se le descarriló. Betancourt fue comunista, es cierto. Profundamente marxista, de esos que sí leyeron. En los 30 dejó un manifiesto rebosante de rasgos leninistas —aunque entonces, Betancourt, vanguardista como siempre, proponía un movimiento policlasista —. Pero también lo fueron Mauricio Rojas, Roberto Ampuero, Antonio Escohotado, Sánchez Dragó y Mario Vargas Llosa. Y no quiero decir que Betancourt sea propiamente un converso —y que en los últimos años de su vida haya abrazado el liberalismo—; pero del comunismo sí se alejó. De hecho, en el 59, en su discurso de toma de posesión, lo dejó muy claro: «En el transcurso de mi campaña fui muy explícito en el sentido de que no consultaría al Partido Comunista para la integración del Gobierno. Es un hecho que la filosofía política comunista no se compagina con la estructura del Estado venezolano». En seguida explicó: -Rómulo Betancourt pudo haber obviado esas dos oraciones y, así, haberse ahorrado un cruento conflicto que casi le cuesta más a él que a sus enemigos. De hecho, para el momento su terquedad ante la firme idea de no conciliar con los comunistas parecía desatinada. Al final, Betancourt era presidente en gran parte porque el dictador desterrado, Marcos Pérez Jiménez, encontró una valerosa resistencia de los grupos comunistas en Venezuela. Pero a Rómulo nada de eso le importó. Estaba obstinadamente convencido de que la ética comunista contrastaba con el proyecto democrático que él quería construir. Y esto no se lo perdonaron los del martillo y la hoz, a quienes su tozudez “le ganó una guerra, bastante encarnizada, con los comunistas que al final manifestaron su auténtica naturaleza”. Y Rómulo Betancourt “los enfrentó, incluso al costo de la chilladera permanente de esos que se dicen defensores-de-los-derechos-humanos”, y “El Gobierno adeco, que ya había sufrido varias escisiones, mató comunistas violentos como cucarachas”. Sobre esa lucha violenta de los comunistas para derrocarlo, Avendaño refirió: -Hay no se cuántas historias. Que si los lanzó desde helicópteros, las torturas o desapariciones. Pero la realidad es que Rómulo Betancourt enfrentó con gallardía la amenaza que para el momento representaban los movimientos guerrilleros a la seguridad de los venezolanos. Y todos estos movimientos guerrilleros, terroristas al final, progenitores de atentados contra civiles, gozaron del amparo económico e ideológico de la otra gran amenaza que enfrentó Rómulo Betancourt: Fidel Castro. Sin embargo, “Hoy, para descalificar a Rómulo Betancourt ponen a rodar esa estampa del presidente con el dictador cubano”. Pero de “Lo que no cuentan es que de ese primer y único encuentro floreció la hostilidad que en 1967 llegaría al paroxismo con un burdo y obsceno intento de invasión de Cuba a Venezuela”. Recordó asimismo la reunión de Betancourt con Castro el 26 de enero de 1959 y, ante la exigencia del líder cubano de asistencia económica a la isla, el presidente venezolano fue tajante: váyase por donde vino.


Sobre la intransigencia del gran líder de la democracia venezolana afirmó: -Se ha dicho, sin analizar el problema, que Betancourt fue intransigente. En cierta forma, sí. Ante los planteamientos exagerados de Fidel, Betancourt reaccionó como lo hizo», dijo Simón Alberto Consalvi, testigo presencial, en una entrevista a Ramón Hernández. El historiador mexicano, Enrique Krauze, también se refirió al encuentro en su obra El poder y el delirio: «Fidel viaja a Caracas (donde recibe una bienvenida apoteósica) y visita a Betancourt (entonces presidente electo) para pedirle petróleo. Betancourt le responde que el pueblo venezolano no regala petróleo, lo vende y que no hará una excepción en ese caso. Betancourt lo cala y sabe que Castro será, a partir de entonces, su enemigo mortal». El capítulo de mi libro en el que escribo sobre la reunión se titula Declaración de guerra a Venezuela.

[El dictador cubano sí se haría del petróleo venezolano con la llegada al poder en 1999 del teniente coronel [r] Hugo Chávez Frías, quien devendría en tirano como Castro, y su sucesor el narcodictador Nicolás Maduro, cuya nacionalidad venezolana no ha sido demostrada. No sólo se hizo de nuestra riqueza petrolera, sino que convirtió a Venezuela en su colonia penetrando las Fuerzas Armadas, los servicios de identificación, notarías y registros públicos, etc] En seguida apuntó: -Fue una guerra entre ambas naciones. Y Betancourt tiene el encomiable mérito de, en tiempos en que toda la región andaba cautivada por los ademanes autoritarios del dictador caribeño, alzar su Doctrina: Venezuela no tendrá ningún tipo de vínculo con regímenes dictatoriales como el de Fidel Castro. Y finalmente el diseño de esta política exterior se terminó concretando el 11 de noviembre de 1961, cuando Rómulo Betancourt decidió romper relaciones con La Habana. Ese día dijo ante los venezolanos: «El Gobierno de Venezuela no ha ocultado en ningún momento su repulsa a los métodos de fusilamientos políticos, encarcelamientos en masa, irrespeto de la dignidad y la vida humana, que se vienen aplicando por el Gobierno de Cuba». Y agregó en la siguiente porción del reportaje: -Cuando pude reunirme con el legendario guerrillero venezolano Douglas Bravo para mi libro, noté su intenso odio hacia Rómulo Betancourt. Él, antiguo militante del Partido Comunista, luego jefe del Partido de la Revolución y gran referente marxista en Latinoamérica, le reclama a Rómulo Betancourt su desprecio a los rojos. «Ya antes de asumir el Gobierno, Betancourt no era comunista. Pero fue un ingrato con nosotros», me dijo. En su libro, Moisés Moleiro, quien había dejado Acción


Democrática porque Betancourt no era tan rojo como él hubiese querido, también lo resalta: «El Gobierno era sordo para los reclamos populares y para las sugerencias hechas por los sectores progresistas de los mismos partidos coaligados (…) Betancourt ha decidido salir del ala izquierda del partido y se traza una estrategia para ello». Al final ratificó lo expresado al principio: -Fue un estadista. El más grande que ha tenido Venezuela. Supo dejar la política en su momento y luego vio consternado cómo su partido, ese gran legado, se extraviaba por los vicios del estatismo, el populismo y la corrupción. Aun así, se mantuvo al margen y, asumiendo que sería desoído, no dio consejos. Enfrentó a los comunistas y a Fidel Castro cuando en el resto de la región salivaban por él. Padeció atentados, golpes de Estado y el asedio constante de la extrema izquierda, que fantaseaba con ver su cabeza empalada. Y, aún así, la derecha le reclama. Si a un venezolano habría que reconocerle su papel en la historia moderna de nuestro país es a Rómulo Betancourt. Y en la derecha, en vez de atribuirle cargas que no arrastra, deberíamos reivindicarlo como el valiente que, aún considerando el costo personal que le significó, pudo enfrentarse a Fidel Castro y a esa izquierda que lo tiene como norte moral. Si quienes le sucedieron hubieran continuado alzando la Doctrina Betancourt, Hugo Chávez jamás hubiera llegado a gobernar.

[El autor de este reportaje es un periodista venezolano egresado de la Universidad Católica Andrés Bello, con estudios de Historia de Venezuela en la Fundación Rómulo Betancourt. También es autor del libro Días de sumisión: cómo el sistema democrático venezolano perdió la batalla contra Fidel.]

MÁS PRESENTE QUE NUNCA


En la menguada hora que ha vivido Venezuela desde febrero de 1999, cuando el teniente coronel [r] Hugo Chávez Frías se hizo del poder con el voto popular tras no poderlo alcanzar por la vía del mal uso de las armas de la República el 4 de febrero de 1992, la presencia de Rómulo Betancourt ha estado más presente y necesaria, según lo afirmó Antonio Sánchez en un artículo publicado en el diario El Nacional el 10 de abril de 2016 con el epígrafe “¡No era yo quien tenía razón! ¡Era Rómulo Betancourt!”, frase de Rodolfo Izaguirre, quien lo había adversado políticamente durante la violencia promovida desde Cuba por Fidel Castro.

[Cabe destacar que durante los 14 años de gobierno

del dictador Chávez se borró

su nombre

del Parque del Este, construido durante su mandato, de

la

Autopista

a

Oriente,

cuyos

estudios

de

factibilidad se realizaron en 1960 y de muchas otras obras. Asimismo, se modificó la historia política contemporánea

para

descalificar

su

rol

de


importancia en ésta como factor preponderante en la creación de la democracia y la lucha que sostuvo desde el gobierno para impedir que ese modelo político fuera sustituido por el comunismo, al estilo de la Cuba castrista. Chávez dijo de él

“¿Rómulo

Betancourt?, bueno, conocido en el mundo como un gran demócrata, fue un gran tirano, ¿ah?”. Por su parte, Antonio García Ponce aseveró: “Los cambios de

Betancourt

quedaron

en

la

superficie

(…),

mientras que los cambios que está haciendo Chávez son cambios muy profundos”. Sigamos con el artículo de Sánchez García, que a continuación reprodujo un texto de Betancourt: “Desde aquí veo el panorama nacional definitivamente favorable. El despotismo caerá en el curso de días –acaso haya caído cuando esta carta llega a manos de ustedes– o de semanas, o de meses. Pero caerá. La sentencia está escrita en el muro. Pero hay que darle, ahora sí, el empujón definitivo”. Rómulo Betancourt, carta a la dirección de AD en la clandestinidad, Nueva York, 14 de enero de 1958”En seguida aclaró: No soy quién para defender a Rómulo Betancourt. Estadistas de su talla, que los ha habido y muy escasos en América Latina, se defienden solos. Con su obra y su palabra. Y hay venezolanos infinitamente más capacitados que yo para recuperar la vigencia de su palabra y extrapolar su obra en función de la grave crisis existencial que vivimos, ya a punto de aniquilar su máxima obra: la república liberal democrática, como la ha llamado uno de nuestros más destacados historiadores, Germán Carrera Damas. Autor por cierto de un estudio imprescindible dedicado a su obra y su figura: Rómulo histórico, Editorial Alfa, Caracas, 2013. Y agregó: --De la detenida lectura de su obra, editada primorosamente por la Fundación Rómulo Betancourt a cargo de su hija Virginia Betancourt, especialmente su Antología política en siete volúmenes, así como las obras con temáticas específicas: Venezuela, política y petróleo, por ejemplo, y de los distintos trabajados dedicados a su vida, su pensamiento y su acción –destaco el bello homenaje que le hiciera el historiador


Manuel Caballero: Rómulo Betancourt, político de nación, Editorial Alfa, Caracas, 2004, tanto más valioso cuanto que fuera uno de sus antagonistas desde el Partido Comunista de Venezuela– se transparenta su genialidad intelectual, la cristalina verticalidad de su comportamiento político, un amor a prueba de cárcel, persecución, destierro y atentados contra su vida por su amada patria, Venezuela, una moral más allá de toda sospecha y un respeto a sí mismo que le hubiera impedido cualquier atisbo de arbitrariedad, estalinismo o complicidad con un régimen dictatorial y de alcahuetería con los mercaderes de la política. En otro fragmento del artículo escribió: -Conoció todos los ámbitos del pensamiento y la acción políticas a lo largo de su vida: desde las interioridades del leninismo revolucionario hasta las propuestas ideológicas del liberalismo. Sin traicionar jamás su voluntad: independencia de criterios, independencia política, venezolanismo como vocación moral. Y dos actitudes lo definen en la extraordinaria lealtad a la grandeza: finaliza su mandato orgulloso de haber demostrado que bajo su gobierno, al erario no se le había robado un solo centavo. Deja la presidencia y decide no volver nunca jamás a postularse, sabiendo que no solo tenía todo el derecho, sino la aceptación de los suyos. ¿Más prueba de integridad? No conozco otra entre quienes se proclaman sus herederos. Señaló asimismo: -Para desmentir cualquier intento de tergiversación que sirva, precisamente, a avalar lo que más le repugnara en vida –el tartufismo, el aventurerismo, la inescrupulosidad, la alcahuetería y la complicidad con dictaduras y tiranos– quisiera citar una carta en la que toma posición contra la dictadura de Marcos Pérez Jiménez en los términos más categóricos e intergiversables. La escribe el 21 de mayo de 1957 –a ocho meses del desenlace– y va dirigida a Carlos Andrés Pérez y Luis Augusto Dubuc. En sus partes más destacables afirma: “He tenido algún trabajo en estos años y rumiado mucho desagrado; sobre todo, ando con el reconcomio de haber sido víctima, o cómplice, de una serie de presiones, desde el interior del país, y desde el exterior, para haber dejado de cumplir con el deber de hacerle la revolución a esa gente. Lo que está haciendo Fidel Castro, y con mucho más éxito, debí hacerlo yo en 1950; y deberemos hacerlo en 1957, si no hay elecciones libres. La opción es entre eso –tirar la parada– o dedicarnos, como los dominicanos, a “piquetear” los consulados de Trujillo. Es más: si en el 57 o comienzos del 58 no hay solución al problema venezolano – evolutivo o a la brava– no nos quedaría otro camino sino el de ponernos un bozal, y no hablar más en el exilio de los atropellos, etc., de esa gente. Por propio respeto, tendríamos que callarnos definitivamente”. Rómulo Betancourt, Antología política, volumen sexto, 1953-1958, Fundación Rómulo Betancourt, Caracas, 2004, pág. 619. Afirmó después:: -Obviamente: no se puso un bozal ni se calló definitivamente. Desde la distancia siguió con angustia los empeños de lo que quedaba de su partido por obedecer sus dictados y, sobre todo, comprender y responder a las exigencias del pueblo


democrático: tumbar al tirano. Hasta tumbarlo. Con lo cual se respetó su palabra hasta en su más mínimo significado. Jamás llamó a postergar la lucha hasta reventar. Y cuando a una semana de ver cumplidos sus más profundos deseos en manos de la heroica juventud acciondemocratista que seguía su ejemplo, en carta escrita desde Nueva York el 14 de enero de 1958 pidió mesura, lo hizo convencido de que el régimen caía en días, quizá al momento de ser recibida su carta, como en efecto sucediera. Dijo: “Desde aquí veo el panorama nacional definitivamente favorable. El despotismo caerá en el curso de días –acaso haya caído cuando esta carta llega a manos de ustedes– o de semanas, o de meses. Pero caerá. La sentencia está escrita en el muro. Pero hay que darle, ahora sí, el empujón definitivo”. Y ya al final del artículo: -Ciertamente: pedía no romper vidrieras y apostar por la vía pacífica, para no entorpecer la inevitable, la inexorable, la impostergable salida de la dictadura. Que estaba a horas de acontecer. No sabía que ya las campanas repicaban a la rebelión y el dictador preparaba su fuga. No para permitirle sobrevivir tanto como lo decidiera la tiranía cubana o el castrocomunismo, al que derrotó con coraje, lucidez y grandeza en todos los terrenos. Decir lo contrario por obediencia a espurios intereses personales es falsear a Rómulo y obrar según los principios de Tartufo: miente, miente, que algo queda. El 22 de febrero de 2020, con motivo de cumplirse 112 años de su nacimiento, Antonio Ecarri Bolívar escribió en El Nacional sobre la vigencia del pensamiento político de tan importante e ilustre personaje de la Venezuela contemporánea que le debe su inicio. -Quiere la historia –escribió- que el 110 aniversario del nacimiento del «instaurador de la sociedad civil venezolana», como califica a Betancourt el eminente historiador Germán Carrera Damas, se conmemore en medio de una lucha sin cuartel por el rescate del régimen democrático que creó y defendió a todo trance Rómulo Betancourt…reconocido, por amigos y enemigos, como el político venezolano más importante del siglo XX, pero los militantes de su partido lo seguimos considerando el visionario de una obra inacabada, como lo es la democracia venezolana, perfectible, con justicia social, equidad e igualdad de oportunidades para todos sus compatriotas, que debemos consolidar en el siglo XXI. El articulista añadió: -Rómulo Betancourt tuvo desde su juventud la claridad política que le permitió diseñar una organización partidista equidistante, en lo ideológico, de las posturas extremas de derecha e izquierda. Lo más sorprendente de Rómulo Betancourt, quien es el líder indiscutible de la corriente democrática y nacionalista enfrentada a la derecha intransigente y al comunismo adorador de las ideas imperiales soviéticas, es la rapidez con que absorbe esos conocimientos de avanzada y la mayor velocidad que le imprime a su espíritu crítico sobre la actuación de los Partidos Comunistas y, sobre todo, de la utilización de la Internacional Comunista como mascarón de proa de la política soviética en detrimento de los intereses de las demás naciones, especialmente en América Latina. Además del mérito que significa asumir esta posición, treinta años antes de las denuncias de Jruschov sobre el estalinismo y casi cuarenta años antes de que lo


hicieran los eurocomunistas: Georges Marchais en Francia, Enrico Berlinguer en Italia, Santiago Carrillo en España o Teodoro Petkoff y el MAS en Venezuela; solo comparable en el tiempo con las autónomas y valientes actitudes de los socialistas españoles, con Fernando de los Ríos e Indalecio Prieto a la cabeza De igual modo recordó: -En junio de 1935, con apenas 27 años de edad, le decía a Raúl Leoni que reprobaba la conducta de los Partidos Comunistas en América Latina, los que aplicaban mecánicamente el marxismo a los problemas de Venezuela. Así, se pronunciaba contrario a “esa tendencia de los Burós de la Internacional Comunista de trazar desde sus oficinas de Moscú, Nueva York o Montevideo, esquemas standards que sirven para todos los países y dan respuestas a todas las situaciones”. En otra carta a Raúl Leoni, en agosto de 1935, pocos meses antes de retornar de su exilio a Venezuela, con ocasión de la muerte del dictador Juan Vicente Gómez, deja traslucir su empeño en organizar a los trabajadores y su convicción de que éstos representan la fuerza motriz más importante de cualquier cambio político de avanzada y de justicia social. Luego indicó: -La muerte de Juan Vicente Gómez, en 1935, sorprendió a mucha gente, incluyendo a Betancourt y «sus hermanitos», pero lo que diferencia a estos con el resto de exiliados y enemigos del régimen es en la preparación política y la intención febril de estos muchachos de constituir una organización policlasista y revolucionaria, que dirigiera políticamente a la sociedad venezolana, sin el dogmatismo comunista ni su dependencia de ningún centro de poder internacional. Ya en esa época remota, cuando Rómulo aún no había cumplido 30 años de edad, tenía clarísimo la necesidad de constituir lo que fue su obra mejor acabada: Acción Democrática, y lo dijo de la siguiente manera: “Creo urgente la creación de un partido político de orientación democrática y de raigambre popular. Hay quienes piensan que partido político es sinónimo de ‘guachafita’ o de cuartelazo. Ese es un concepto simplista y errado. Precisamente un partido político, o varios partidos políticos, ajustados a la Constitución y las leyes del país, servirán para encauzar las dinámicas populares dentro de normas de acción civilizada. Haciéndose más complejo el organismo de la nación, mediante la agrupación de los individuos y de los gremios dentro de partidos políticos, se podrá trabajar mejor, y más eficazmente, por una Venezuela democrática y civilizada, en posesión de su gran destino de pueblo libre”. Con respecto a su participación en el derrumbamiento del gobierno de Isaías Medina, Ecarri Bolívar esclareció: -Rómulo Betancourt se vio obligado, el 18 de octubre de 1945 –por la obsecuente actitud de los causahabientes del gomecismo de impedir la democracia y la expresión de la voluntad popular– a liderar un golpe de Estado, que se convirtió luego en revolución al instaurar, por primera vez en Venezuela el voto universal directo y secreto, permitiendo así que, tanto los analfabetas como las mujeres, pudiesen opinar


sobre los destinos de la nación. Así mismo se abrieron las compuertas para la educación de las grandes masas populares, la erradicación de enfermedades endémicas, la sustitución del rancho por viviendas populares dignas y el progresivo control por parte del Estado de nuestras principales riquezas básicas. Se refirió a continuación al tercer exilio de Betancourt, después del derrocamiento, el 24 de noviembre de 1948, del gobierno del presidente Rómulo Gallegos, que lo llevó a Cuba, Costa Rica, Estados Unidos y Puerto Rico, en cuyo período publicó su obra más importante, Venezuela, política y petróleo. Asimismo, hizo referencia a su regreso a Venezuela, tras la caída de la dictadura del general Marcas Pérez Jiménez, en febrero de 1958, cuando asumió la presidencia de Acción Democrática y la asunción nuevamente al poder, esta vez mediante el voto de más del 49% de los sufragantes el siguiente año. Después acotó: -Durante su período presidencial (1959-1964) se enfrentó a una grave crisis fiscal y económica y a un importante movimiento de guerrilla, financiado por Cuba, al igual que con los causahabientes de las dictaduras de derecha que intentaron un magnicidio frustrado que le costó la vida al Jefe de su Casa Militar. Ese atentado fue financiado por el dictador Rafael Leonidas Trujillo desde la República Dominicana. Betancourt tuvo el mérito de haber entregado el poder, por primera vez en la historia de Venezuela, a otro presidente electo por voluntad popular y lo hizo con su compañero de partido y de generación Raúl Leoni Otero. Al final del artículo su autor precisó: -A los 112 años del nacimiento de Rómulo Betancourt, Acción Democrática ratifica su solidaridad con su pensamiento y para ser consecuentes con esos ideales ha decidido trabajar, como en efecto lo está haciendo, en la modernización de las tesis políticas del partido para ponerlo a tono con los nuevos tiempos, como siempre entendió Betancourt que se debía actualizar el pensamiento socialdemócrata en Venezuela. Igualmente AD trabaja, denodadamente, en función de unas elecciones presidenciales libres, con garantías para la sociedad y con observación internacional, para producir el cambio progresista que anhela toda Venezuela e impedir la entronización en el siglo XXI del régimen comunista que bajo el liderazgo de Rómulo Betancourt derrotamos en el siglo XX. El 21 de mayo de 2020, Juan Carlos Zapata publicó en su portal Konzapata el artículo “Lecciones de Rómulo Betancourt para la dirigencia 2020”, donde su autor escribió: -“En la historia no se producen milagros”, señala Rómulo Betancourt. Y hay que poner las palabras del expresidente en tiempo presente. Como un alerta. Una lección. Un recordatorio. Para que la dirigencia transite el camino de la unidad que fue lo que hizo posible el Pacto de Punto Fijo que dio origen a la etapa de mayor progreso político, social y económico que ha vivido Venezuela.


El autor explicó luego: En la única entrevista que aparece en el archivo del programa Buenos Días conducido por Sofía Imber y Carlos Rangel, Rómulo Betancourt precisa que la unidad alcanzada por la dirigencia de Acción Democrática, Copei y URD, perseguía “un entendimiento para evitar que la barbarie recurrente se introdujera de nuevo al país, que pudiera volver una nueva dictadura”. Luego afirmó: -La dictadura ya está instalada en Venezuela. A las palabras de Rómulo Betancourt hay que darles esta vuelta. ¿Es tan difícil la unidad de la dirigencia de este tiempo para echar a la dictadura? En seguida recordó: -Betancourt fue entrevistado por Sofía Imber y Carlos Rangel el 19 de mayo de 1978 con motivo de la aparición de sus obras completas, editadas por Seix Barral. Es la única entrevista que aparece en el archivo digital del Centro de Investigación de la Universidad Católica Andrés Bello, UCAB. Es año electoral. Han pasado dos décadas de la caída de la dictadura de Marcos Pérez Jiménez, el 23 de enero de 1958. Pérez Jiménez, personaje que Betancourt prefiere no llamar por su nombre. Carlos Rangel pregunta. Quiere saber “qué factores casi milagrosos” hicieron posible que Venezuela pudiera transitar ese año, ese “periodo tan caótico” que comienza en enero de 1958 hasta 1959, que es cuando Betancourt asume la Presidencia. El expresidente responde: -En la historia, Carlos y Sofía, no se producen milagros. Los milagros los hacen los dioses. Unos creen en ellos, otros no creen en ellos. Los hombres son los que, actuando de acuerdo con la circunstancia y fijándose metas claras conducen la historia. Zapata observó: -Aquí está la primera lección. Que los hombres “actuando de acuerdo con la circunstancia y fijándose metas claras conducen la historia”. Agrega que “yo le asigno una gran importancia al hecho de que nos hubiéramos dado cuenta los dirigentes políticos de que era necesario buscar un entendimiento para evitar que la barbarie recurrente se introdujera de nuevo al país, que pudiera volver una nueva dictadura”. A continuación indicó: -Aquí va la segunda lección. El entendimiento. La unidad. Para salvar a Venezuela de la barbarie. Apunta: Yo le doy una gran importancia al Pacto de Punto Fijo en el que nos entendimos los copeyanos, los adecos, los urredistas para, sobre ciertas reglas mínimas del juego político...”. La tercera lección es el resultado. El Pacto de Punto Fijo con reglas mínimas de juego. ¿Será tan difícil hoy?


Carlos Rangel interrumpe para precisar que el Pacto de Punto Fijo “no fue operante sino a partir de cierto momento”, a lo que Betancourt precisa que “el Pacto no vino a ser sino la culminación de un proceso, es decir, el registro de un acuerdo que ya se venía realizando”. En el siguiente región aseveró: -Esta respuesta conduce a la cuarta lección. Si ya ha habido acuerdos en la oposición, por ejemplo en 2015 para las elecciones de la Asamblea Nacional, ¿por qué no haberlo ahora? Un acuerdo que incluya a todos los factores. Porque aquí viene la quinta lección de Betancourt: “Y además, algo muy importante. Además de las fuerzas obreras que siempre habían estado dentro de sus sindicatos militantemente luchando por la democracia, en el 58 hubo una toma de conciencia del sector empresarial. Entonces el sector empresarial que ya había aprendido también la ruda lección de los diez años de dictadura, entonces cooperó en la formación de ese gran frente democrático”. Zapata dijo en el siguiente segmento: -Este aspecto lleva a otro de primera actualidad hoy en Venezuela. La Fuerza Armada. El papel de la Fuerza Armada en 1958 para sacar a Pérez Jiménez del poder. Las Fuerzas Armadas también habían aprendido la lección de la dictadura. Una dictadura que hablaba en nombre de las Fuerzas Armadas pero de la cual se beneficiaban el dictador, una pequeña camarilla de incondicionales suyos en uniforme y una vasta cauda de civiles, de contratistas, de abogados, de ingenieros, y el tal gobierno de las Fuerzas Armadas era un gobierno del dictador y una camarilla de aprovechadores. A esta respuesta poco o nada hay que cambiarle. Al fin y al cabo las dictaduras sufren del mismo mal. El mal que las termina matando. Explica Betancourt: Naturalmente, persistían en las Fuerzas Armadas hombres con ambición de poder usurpado, pero había un grupo grande de oficiales, unos que habían estado presos y perseguidos por la dictadura, otros que habían seguido en su ejercicio activo pero sintiendo sobre ellos el dolor y la vergüenza venezolana de que se les considerara los responsables de que se mantuviera un gobierno que saqueaba y deshonraba al país.

Es lo mismo. El poder usurpado. La ambición de los grupos en el poder. Los que saquean. Los oficiales presos `por manifestarse en contra. Los oficiales perseguidos. Espiados. Los oficiales que no aceptan que se diga que son ellos también los responsables de la tragedia venezolana. De allí la reacción de la oficialidad. En la porción que sigue Zapata apuntó: Pero Betancourt anota un aspecto crucial, luego de reconocer la confluencia de factores que hacen posible la caída de la dictadura. “Hubo una serie de factores


favorables. Pero esos factores no hubieran conducido al país a una salida positiva si no hubiéramos habido unos cuantos hombres lúcidos, claros, que nos dimos cuenta que era necesario que las fuerzas democráticas del país no se entre devoraran, no se entregaran a una lucha caínita, de Caín contra Abel, sino que nos pusiéramos de acuerdo para enrumbar a Venezuela por la democracia”. Y para finalizar: -Ahí está la clave. Hay que decir que Betancourt no elude su propia responsabilidad. “Nos dimos cuenta”, señala. Y este de debe ser un punto de partida para entender que la dirigencia opositora al régimen no se devore entre sí, no se entregue a la lucha cainita, y que se ponga de acuerdo. El objetivo es uno. Lo dice, lo dijo Betancourt: enrumbar a Venezuela por la democracia. Lo dice quien ha sido el más importante dirigente político de la Venezuela del Siglo XX y sin competencia aun en el Siglo XXI por la obra realizada, por el legado, y por la herencia de civilidad política.

EL MUCHACHO DE GUATIRE QUE LLEGÓ A SER PRESIDENTE


De Tomás Straka es la siguiente semblanza biográfica de don Rómulo Betancourt, publicada en El Nacional en el Aula el 2 abril de 2008; Hace 100 años Caracas era una ciudad rodeada de valles y montañas muy verdes Los ríos que la surcaban servían para regar las siembras. Caña de azúcar en las zonas bajas y café en las más altas. También se sembraban duraznos y flores. Un cinturón de pueblos marcaba los límites de la ciudad: La Vega. Antímano y Macarao al oeste; Chacao y Petare al este; Baruta, El Valle y El Hatillo, al sur. Entre ellos había haciendas y unos caminos de tierra por los que pasaban arrieros con ganado. Cerca de los ríos había hurtos. Muchos de los que trabajaban eran inmigrantes, personas venidas de otros países. Sobre todo “isleños”, como se les llamaba a las personas de las Islas Canarias, en España Más allá, saliendo del contorno de la ciudad, en el camino hacia Barlovento, había dos pueblos; también dedicados a la siembra de la caña de azúcar. Eran Guarenas y Guatire. El río Pacairigua los bañaba. En Guatire un “isleño”, don Luis Betancourt, abrió una pulpería, es decir, una tienda de víveres y otros géneros. Hombre trabajador, pudo prosperar. Se casó con una muchacha de la localidad, Virginia Bello. De la unión nació, el 22 de febrero de 1908, hace 100 años, uno de los hombres que cambiaría la vida del país Rómulo Betancourt (1908-1981), al que se le conoce como el Padre de la Democracia. A los 16 años se muda con su familia a Caracas y poco después entra en el principal liceo de la dudad, el Liceo Caracas que hoy se llama Andrés Bello. Allí tiene entre sus maestros al gran escritor Rómulo Gallegos. Betancourt es un excelente estudiante. Lee mucho y le gusta estudiar. Su promedio es de 19 puntos. Quiere ser escritor y hasta publica algunos cuentos y versos de amor. Pero la política será su destina En 1928 los estudiantes de la Universidad Central de Venezuela hacen un conjunto de manifestaciones cívicas en contra de la dictadura de Juan Vicente Gómez,


presidente de la República para ese entonces, que ya llevaba 20 años en el poder. El muchachito de Guatire que sigue sacando 19 en todas las materias, ahora está en la Escuela de Derecho de la Universidad. El movimiento lo impulsa a decir un discurso. Causa sensación. Encarcelado con el resto de sus compañeros, descubre la vocación de su vida: que Venezuela sea un país que viva en democracia y libertad; y que el pueblo, sobre todo los más pobres, vivan mejor. Es una vocación a la que se entrega apasionadamente. Participa en un movimiento para tumbar a Gómez. Fracasa y cae preso. Sale al exilio. En él se forma. Lee mucho sobre historia, economía y petróleo. Sabe que sólo con conocimientos se pueden hacer grandes cosas. Aprende inglés. Se marcha a Colombia, y después a Costa Rica; regresa a Venezuela, una vez muerto Gómez. Y sale al exilio otra vez en 1938. Regresa tres años después, funda el partido político Acción Democrática, con el que recorre el país; escribe numerosos textos sobre los problemas nacionales; y en 1945, gracias a un golpe de Estada que aún genera polémica, es presidente del país Lo será nuevamente, de 1958 a 1964. Son años agitados, en los que ocurren muchas cosas y se cometen errores, pero en los que queda sembrada, de manera definitiva, la democracia. Por eso, muchos llaman a aquel muchacho de Guatire, el padre del sistema que rige en el país. El líder fundamental del siglo XX cuya obra se proyecta hasta hoy.

RECUERDOS DE RÓMULO BETANCOURT, EL GOBERNANTE


El autor del texto periodístico que sigue es el abogado, historiador, político y expresidente interino de la República, doctor Ramón J. Velásquez, muy cercano a don Rómulo Betancourt, dado que ocupó la Secretaría General de la Presidencia durante su segunda gestión. Lo publicó en El Nacional el 30 de septiembre de 1981. .El 12 de marzo de 1964 ante las Cámaras Legislativas reunidas en el recinto del Senado, Rómulo Betancourt entregó la banda presidencial a Raúl Leoni, elegido en los comicios de diciembre de 1963, Jefe del Estado para el período constitucional 1964-1969. Días antes, Betancourt había leído al Parlamento su último mensaje como Presidente de la República. Es un largo documento en el cual detalla los diferentes aspectos de su gestión oficial, explica las razones de su política nacional o internacional y de sus iniciativas en materia de educación, sanidad, vivienda, vialidad, reforma agraria, fuerzas armadas, seguridad social y transporte y comunicaciones. Al referirse a la moralidad administrativa anotó ante los parlamentarios: “Decir que en estos cinco años se ha logrado erradicar en Venezuela el peculado y los subproductos que lo acompañan y complementan sería una falsedad. Perviven los malolientes signos de la más indecente forma de robar, que es la apropiación indebida de dineros públicos. Pero mucho trecho se ha recorrido en la vía de la recuperación de la ética administrativa. Ya nadie en Venezuela se atreve a decir que el Jefe del Estado en vísperas de transferir su mandato a quien habrá de sucederle en Miraflores; ni los ministros, ni los presidentes de institutos autónomos; han aumentado su peculio privado en forma ilícita, durante los cinco años de este gobierno”. Y concluyó: “Sólo un gobernante que así puede hablar, ante su país y ante la historia, en activo repudio a la indecente práctica del peculado, dispuso de fuerza moral suficiente para conducir las


gestiones del régimen que ha presidido hasta lograr la extradición y el sometimiento a la Corte Suprema de Justicia del ex dictador que entró a saco en las arcas de la Nación”. Terminaba así un período presidencial de características singulares, tiempo tormentoso y creador como que se estaban fundando las bases de un nuevo orden político nacional que ha perdurado a lo largo de los últimos veinte años. La posición que como Secretario General de la Presidencia de la República durante cuatro años y medio, hasta agosto de 1963, me brindó oportunidad excepcional de ser testigo y actor en numerosos episodios de esta etapa agitada y novedosa. Cuando el presidente electo Betancourt me invitó a acompañarlo en su nueva gestión presidencial y me ofreció la secretaria general de la Presidencia, me explicó: “Yo no lo invito a que me escriba mis discursos, mis discursos míos, igual que todas mis decisiones. Y sonriendo agregó: “y al fin y al cabo con mi estilito Iiterario me ha ido bien en la vida”. Para luego agregar: “Lo invito a una tarea política: yo vengo a gobernar para todos los venezolanos y no quiero que nadie me aísle, ni me levanten murallas que me aíslen. En Miraflores, Acción Democrática soy yo. Pero quiero tener en cuenta en todo momento al resto del país, quiero no caer en el peligro de reunirme aquí a toda hora con un grupo exclusivo de mi partido como dentro de un cuarto de espejos y creer entonces, en la multiplicación de la imagen del grupito, que contamos con el respaldo del país. Yo soy un hombre polémico y tengo grandes simpatías, pero también grandes resistencias. Pero en la Presidencia debo oír a todo el país y usted inspira confianza a muchas personas que no se atreverían a venir ante mí o a los cuales no puedo recibir por mis convicciones o por la necesidad de guardar en todo momento la jerarquía de Jefe del Estado. Además en Miraflores voy a ser el Presidente de la República y no quiero que en ese manoseo tan venezolano me estén diciendo a toda hora compañero Betancourt. Yo quiero más que nadie a esa criatura, yo la parí, son muchos años formando el partido, pero en Miraflores soy el Presidente de Venezuela. Usted le inspira confianza a los andinos que puedan tener todavía reservas conmigo y a gente de las más diversas tendencias que se sentirán más cómodos tratándole sus problemas”. Y en cuantas ocasiones, altas personalidades del CEN de Acción Democrática plantearon la necesidad y la urgencia detraer persona de militancia y carnet a la Secretaría de la Presidencia, Betancourt sin dar explicaciones tomó nota en silencio. Al organizar su programa de trabajo dio instrucciones al secretario privado de la Presidencia, Alejandro Yabrudy, para que sistemáticamente diera excusas por no atender a las invitaciones de las cenas de gran tronío con las que constantemente se regala a los jefes de estado venezolano y Iimitó a tres el número de embajadas acreditadas ante el gobierno de Venezuela a las cuales asistiría en los días de su fiesta nacional. Lector empedernido, utilizaba las noches en que no estaban planteados golpes militares, crisis de partido o brotes guerrilleros, a la lectura de libros en español, inglés y francés de los más variados temas, materias que oscilaban entre la historia, la sociología y la novela clásica y moderna, sin desdeñar las de temas policiales, alternando esta lectura nocturna con la proyección de películas antiguas y de actualidad, no desechando las de suspenso, de detectives y de vaqueros. Todos los días durante su período presidencial, antes de las seis de la mañana se había leído todas las columnas de opinión y muchas veces estallaba su cólera frente a las


acusaciones infundadas y en otras llamaba a ministros o presidentes de institutos autónomos a esa misma hora para que replicaran el infundio o aclararan la información errada. A lo largo de las repetidas crisis militares ocasionadas por la invasión de Castro león, los alzamientos de Carúpano, Puerto Cabello y Barcelona o por el alzamiento del coronel Edito Ramírez en la Escuela Militar, Betancourt asumía su papel de comandante en jefe. En cada una de estas oportunidades, Miraflores quedaba vacía de funcionarios civiles y únicamente permanecíamos en la sede presidencial, Manuel Mantilla, Luis Vera Gómez, Trino Jiménez y yo. Desde el momento mismo en que estallaba la crisis o en oportunidades muchas horas antes cuando tenía la seguridad de las informaciones acerca de la conspiración en marcha, el Presidente se encerraba en su despacho junto con el ministro de Defensa y los jefes de la cuatro fuerzas, en contacto constante con las comandancias y las guarniciones. El Palacio quedaba aislado y protegido por la guardia presidencial confiada a jefes de probada lealtad. Desde el despacho presidencial se iba dirigiendo la acción de contraofensiva y cada orden dada por uno de los Jefes del Alto Mando era oída por el resto de los integrantes del grupo dirigente y en muchas oportunidades ratificada personalmente por Betancourt quien una vez que terminaba de hablar el jefe militar respectivo se hacía pasar el teléfono para saludar al Jefe de Estado Mayor de la respectiva Fuerza que estaba recibiendo la instrucción respectiva. En Miraflores comían y dormían los integrantes del Alto Mando y el ministro de Defensa hasta la liquidación definitiva de la sublevación. Cuando Los dirigentes de su partido que presumían de consumados “expertos militares” trataron de plantear al presidente Betancourt, en una y otra oportunidad la necesidad de ascender violentamente a quienes por su identificación con las luchas de la resistencia democrática habían permanecido fuera de filas durante diez años y que en realidad era un número reducido de profesionales de las armas y al propio tiempo le pedían cambios violentos en los mandos militares para confiarlos a figuras de la amistad y confianza de esos “expertos”, Betancourt nunca transigió en discutir esa clase de temas, afirmando su condición de Presidente de la República, pero en una de las escasas oportunidades en que hizo un comentario acerca de sus decisiones anotó: “yo prometí mantener las Fuerzas Armadas al margen de los intereses, antipatías o simpatías de los partidos y no modifico la línea. Yo no puedo confiar la estabilidad militar en tres, cuatro o diez apellidos, en tres o diez amigos alterando por razones ajenas a la propia política militar y de seguridad del gobierno el ordenamiento que se ha logrado. En estos años a partir de 1958, las Fuerzas Armadas han demostrado su determinación consciente de apoyar un régimen de instituciones democráticas y lo están probando cada día al dejar aislados los grupos conspirativos de una y otra tendencia que han tratado de poner las Fuerzas Armadas al servicio de sus intereses. Yo sigo otorgando mi confianza a quienes vienen constituyendo los altos mandos y oficial que conspire o pretenda crear una situación de crisis pues sale de filas o se le abre consejo de investigación. Pero nadie va a lograr de mí esas modificaciones sin sentido de esos “expertos a la violeta” que tocan por fantasía. Yo voy a reconocer los méritos de quienes sacrificaron su carrera y corrieron todos los riesgos de cárcel, persecución y destierro por identificarse con la causa democrática y sus ascensos los tendrán y sus reclamos les serán reconocidos pero esa es otra cosa. Son jóvenes y


tienen tiempo de llegar dentro de algunos años, ya consolidada la situación, a los más altos rangos militares, sin provocar ahora esas crisis que ocurrían de hacerle caso a “los expertos”. En más de una oportunidad, el ministro de Educación Pizani manifestó su disgusto y hasta su propósito de retirarse del Gabinete por no ser recibido en cuenta todas las semanas. Ante la noticia de las preocupaciones del ministro Pisan, el Presidente Betancourt comentó con el simple propósito de que se lo hiciera saber al ministro: “yo he nombrado ministros, no jefes de servicio. Es decir he escogido a la gente que creo la más capacitada del país con autoridad moral para que dirija su respectiva área en la administración. Ellos conocen el pensamiento del gobierno ante el problema que manejan y también dominan los detalles de la administración, además tienen mi confianza y la de los partidos que integran el gobierno. Yo no voy a perder tiempo y mucho menos hacerle perder tiempo al ministro para que discutamos temas y problemas que puede resolverlas con su dominio de la materia y su sentido de responsabilidad política. Yo no puedo estar ocupándome personalmente de todos los problemas de la administración pues se me inundaría el despacho de papeles, de llamadas, de reuniones sin sentido y terminaría confundido sin saber qué es lo primero y qué materia puede esperar. Yo necesito tiempo, todo el tiempo que no utilizo en recibir cuentas y el tiempo que no utilizo en ir a comidas de gala de la gente poderosa para pensar sobre los problemas prioritarios. Yo me reservo el área de las Fuerzas Armadas, del petróleo y de la Hacienda. El Ministerio del Interior lo tengo a la mano porque tengo gente de mi total confianza y entonces lo puedo manejar por teléfono sin tener que dar explicaciones de las medidas a tomar que las tendría que dar a cada rato si el problema del Ministerio del Interior lo hubiera resuelto de otra manera. Pero yo no puedo recibir todas las cuentas y si los problemas son muy graves los podemos hablar el ministro y yo por teléfono o en una reunión urgente, a cualquier hora, pero no traer esas agendas sobre los liceos de Monagas o sobre las oficinas de sanidad del Táchira o sobre los correos de Coro y eso es lo que traen esas agendas cuando se hacen por horario semanal. Yo estimulo la formación de una clase de dirigentes nacionales de todos los partidos pues eso es lo que hace falta a la democracia venezolana, una clase dirigente. Hay un ministro que viaja al interior y muchas veces piensa que yo no me entero pues si me enterara, cree el ministro, me disgustaría. Y no es así, ojalá se formaran en Venezuela, cinco o más figuras presidenciales, presidenciables. El viejo López tenía celos de los ministros que se destacaban y los mandaba al ostracismo como a Rangel, a Pacanins. Yo no, no tengo por qué sentir rivales en quienes anhelan ser candidatos presidenciales, mi papel en la historia es otro. Yo soy el creador del único partido político que ha llegado al poder con un programa de reformas y que ha competido en la lucha política con los otros partidos y ha impuesto su pensamiento y ha mantenido sus mayorías y su respaldo popular. Si un ministro quiere destacarse y hacer obra pues tendrá el buen cuidado de trabajar para destacarse y entre tanto gana el gobierno. Ahora el que quiera intrigar, hacer política propia, dividir la administración, convertir su Ministerio en su oficina electoral pues ese señor se va en una hora, porque lo sustituyo. Pero el ministro que tenga mi confianza y demuestre, capacidad al frente de su responsabilidad no tiene por qué estar a cada rato en Miraflores con la agenda de los problemas que debe resolver en su despacho”.


En numerosas notas biográficas y en comentarios acerca de su personalidad se pintan escenas y se hacen afirmaciones según las cuales Betancourt como Júpiter tonante dictaba normas que el partido y el gobierno acataban sumisamente. Nada es más distante de la realidad, pues en su doble condición de jefe del partido de gobierno y de Jefe del Estado mantuvo la tradición de reunirse semanalmente con el alto mando acciondemocratista para revisar los grandes y menudos temas de la actualidad nacional e internacional. Pero además, lo mismo durante las horas de trabajo como a cualquier hora de la noche cuando estaba planteada una crisis política o militar, también en el caso de las medidas fiscales de 1960, las reuniones con Leoni, Barrios, Prieto, Dubuc, Paz Galarraga así como con los dirigentes de los partidos de la coalición a quienes otorgaba atención espacialísima, se sucedían y se prolongaban a lo largo de las horas. Pero en lo que jamás hizo concesión Betancourt, ni permitió intromisiones, fue en el ejercicio de sus funciones de Presidente de la República y de Comandante en Jefe. De allí que una de las afirmaciones que respaldaban la promoción de la candidatura de Leoni en el seno del partido en 1962 y 1963 era la de que el partido iba a tener mayor injerencia en la marcha del gobierno. En la oportunidad en que Betancourt iba a realizar un viaje por carretera a Guayana aplazó su salida mientras que logró que la personalidad política que estaba interesado en acompañarlo en el automóvil fuera invitado por un ministro, alegando el inesperado invitante que tenía que tratarle asuntos de suma importancia. Betancourt deseaba viajar acompañado de uno de sus edecanes. “Son gente muy disciplinada y nunca abusan y eso me permite pensar mis cosas a lo largo de la carretera, sin que me interrumpan con comentarios que ni me van, ni me vienen”, afirmó, y es que uno de los ejercicios a que estaba más acostumbrado Betancourt era al examen minucioso de la medida que iba a tomar, del problema que enfrentaba, de la táctica a seguir, de la estrategia que debía trazar ante una crisis inminente. Unas veces daba vueltas y vueltas en los corredores de Miraflores y pedía que funcionarios y visitantes no lo importunaran basta que por fin regresaba a su despacho; en otras ocasiones se encerraba en una de las habitaciones del departamento presidencial que en 1959 se construyó en Miraflores, también en plan de darle vueltas y vueltas al problema, de mirar los pro y los contras, de pensar en lo que pensaría el adversario, de meditar un plan a seguir, actitud con la que llevaba desde el principio ganada la partida a quienes sólo empezaban a pensar en el problema, en sus aristas, en posición del contrario en el momento mismo en que empezaba la reunión. Mientras los unos improvisaban, Betancourt se sabia Íntegra la lección. Frente a las críticas que lo tachaban de reformista, social demócrata de derecha, aliado de Muñoz Marín y de Figueres, aprista y defensor de la democracia burguesa, en algunas oportunidades comentó: “con respecto al balance histórico de mi obra no es “La Pava Macha”, ni el columnista o el político M que escribe con seudónimo quienes van a dictar sentencia. Esas denominaciones no son más que litigios mentales y alardes críticos de primeros premios en literatura. El valor de esas criticas cuando más será documental cuando dentro de 50 años vayan a consultar en las colecciones de periódicos qué dijeron de Betancourt, unos y otros. Por cierto que mi archivo guarda todas esas colecciones. Pero mi papel histórico ha sido otro y la intuición popular que me acompaña en forma de un partido mayoritario probado a lo largo de muchos años me está diciendo que estoy históricamente en lo justo para crear


el desarrollo económico y social que asegure el ejercicio democrático. Qué demócrata burgués voy a ser yo cuando es bajo mi gobierno que las clases obrera y campesina han encontrado quien les otorgue la entidad que merecen y reclaman y le he abierto todas las puertas a la clase media. Que se le otorguen créditos para el desarrollo industrial y agrícola a los empresarios no puede nadie criticarlo si se aspira a modificar definitivamente las condiciones de la economía nacional. O de acuerdo a quienes critican la política con la naciente burguesía empresarial se sentirían más cómodos si se les otorgaran todas las facilidades a las empresas extranjeras para que siguieran instalando sus feudos en el país. La nación es un todo armónico y no puede dividirse o liquidarse por decretos. Todavía no ha llegado la hora de la revolución socialista marxista en Venezuela. Están muy equivocados los que piensan que en 1959, en enero triunfó en Cuba una revolución comunista, no. Esa guerrilla de los años 50 de Fidel Castro en Sierra Maestra no fue ni comunista, ni socialista, encontró eco en la derecha cubana y en las clases populares cansadas de la corrupción de los gobiernos del autenticismo y de la tiranía de Batista, además a esa guerrilla indefinida hasta mucho después del triunfo la ayudaron fuerzas liberales norteamericanas, adversas a las tradicionales tiranías, entre otras la propaganda del “New York Times”, además detrás de Batista no existía ningún partido popular sino un grupo de ladrones y asesinos y el ejército de Batista era en realidad una faena mercenaria y policial que no tenía nada que ver con la estructura y la formación de un ejército regular. Me llaman reformista en forma peyorativa pero desde 1931 he sido consecuente con mi línea pues jamás ofrecí encabezar en Venezuela una revolución marxista-leninista y bien claro lo dije en la polémica con Miguel Otero y con Salvador de la Plaza que Venezuela debía pasar forzosamente por el periodo de la democracia representativa o burguesa, como quieran llamarla. Yo no he ofrecido jamás trabajar por ese tipo de revolución y no solamente eso, sino que desde 1931 vengo combatiéndola por irrealizable y por esa concepción que ofrece el cambio por obra de una clase obrera que apenas se está formando en Venezuela. También me llaman “aprista” y vuelven con el descubrimiento de que yo me inspiré en las páginas de Haya y no es así. Dos, tres, personas que con cierta preparación piensan y estudian un mismo tema y viven dentro de una realidad, la realidad latinoamericana, pueden llegar naturalmente a ciertas coincidencias en el análisis del problema y luego en sus planteamientos, sin que el uno copie o repita la lección del otro. Por lo demás ahí está el campo para quienes quieren hacer revoluciones integrales sobre una realidad que no conocen, son los constructores de “las repúblicas aéreas” de que habla Bolívar. La democracia en Venezuela no tiene antecedentes y hay que sembrar las bases levantar las paredes, colocar el techo porque de lo contrario sin bases, sin paredes, sin techo con el primer ventarrón se viene abajo el parapeto. Yo soy leal con mis convicciones y he planteado y promovido y realizado cambios que han liquidado un orden tradicional”. Ya en el último año de su gobierno era una decisión del presidente Betancourt viajar a Europa y establecerse en Italia si como todo lo hacía presumir, el candidato triunfante en las elecciones presidenciales era el de Acción Democrática. No repetir episodios como los provocados por los amigos del presidente Gallegos en el año 48 y no crearle dificultades en sus tareas de gobierno al nuevo Presidente eran, entre otras, las razones de esta determinación. No quería ser el centro de quienes por uno u otro motivo trataran de formar fracción o simplemente crear peña de murmuración contra el


gobierno que se iba a iniciar. Y a pocos días de la instalación del gobierno de Raúl Leoni viajó a Nápoles en donde vivió varios meses para radicarse en Berna durante ocho años, interrumpidos con varias visitas a Venezuela. Según personas que lo oyeron, manifestó asimismo que creía necio y perjudicial pretender imitar a Guzmán Blanco dándole desde Europa, pautas al nuevo gobierno, a través de cartas, memorandas y comisionados. Pero una cosa era el gobierno y otra distinta, el partido. Y con los líderes políticos y sindicales mantuvo relación casi diaria vigilando la vida interna de la organización, la formación de tendencias y la colocación de los cuadros dirigentes a nivel estadal y de las organizaciones gremiales. Era la confirmación en la práctica, en un nuevo episodio, de su vieja y conocida posición de darle más valor, como tuerza de poder, al control del partido de gobierno que al ejercicio presidencial mismo. El debate interno por la candidatura presidencial de Acción Democrática en las elecciones de 1968 va a determinar una tercera y violenta crisis en el seno del partido. La corriente que visiblemente encabezan Jesús Angel Paz Galarraga, secretario general de Acción Democrática durante largo tiempo y José González Navarro, presidente de la Confederación de Trabajadores de Venezuela, auspician y proclaman la precandidatura de Luis Beltrán Prieto Figueroa, quien había ocupado las más altas posiciones dentro de AD, además de ser el líder del magisterio nacional y de haber desempeñado la presidencia del Senado. Frente a la candidatura de Prieto se alineaba la corriente que proclamaba el nombre de Gonzalo Barrios, con iguales títulos dentro de la organización partidista que los ostentados por Prieto, para alcanzar el triunfo en la Convención acciondemocratista. Han pasado los años y aún no se conocen los textos de las cartas cruzadas entro Rómulo Betancourt y Luis Beltrán Prieto Figueroa sobre el problema de la candidatura; pero las consecuencias de la polémica se tradujeron en una dramática lucha interna, en la división de las seccionales y en la crisis provocada por las primeras elecciones internas celebradas a imitación de Estados Unidos, para la escogencia del candidato. Se asegura que la oposición de Betancourt a la candidatura presidencial de Prieto tuvo su origen en el respaldo que le brindaban al precandldato personalidades del partido en cuya ortodoxia no creía su fundador. Por otra parte se dice que la discrepancia de puntos de vista sobre problemas fundamentales del país y su forma de solucionarlos ahondó el antagonismo entre Betancourt y Prieto que ya venía creciendo desde los días mismos del gobierno del presidente Betancourt. La decisión de quienes acompañaban a Prieto de proclamar su candidatura presidencial determina el estallido de la tercera división de Acción Democrática, el retiro de gran número de líderes sindicales y magisteriales, el lanzamiento de la candidatura presidencial de Gonzalo Barrios y la concurrencia de las fuerzas populares que hasta 1967 integraban el partido Acción Democrática con dos candidatos presidenciales rivales: Gonzalo Barrios y. Luis Beltrán Prieto Figueroa. Igual que a las elecciones de diciembre de 1963 concurrieron dos caracterizados líderes del mismo partido encabezando ahora antagónicas corrientes: Raúl Leoni y Raúl Ramos Giménez. La división de 1967 traerá como consecuencia el triunfo de Rafael Caldera, candidato presidencial por cuarta vez y fundador del partido socialcristiano Copei. Para Betancourt la pérdida de la Presidencia de la República para su partido no constituía una catástrofe, sino un episodio normal y corriente en la vida de la democracia y en cambio consideraba que el trance que iba a confrontar Acción Democrática en los próximos cinco años serviría para revisar métodos, analizar errores y recuperar el


espíritu de mística y combate que se había ido perdiendo en diez años de predominio absoluto. Por lo demás, Acción Democrática se conservaba como fuerza mayoritaria en las cámaras legislativas, en las asambleas legislativas y en las municipalidades de casi todo el país. Y el control del partido volvía a quedar en manos de su fundador. Mientras nuevos líderes como Carlos Andrés Pérez y Luis Piñerúa Ordaz en unión de Gonzalo Barrios, presidían la empresa de reorganizar los cuadros de Acción Democrática y reconquistar los sectores perdidos en el momento de la división de 1967, Betancourt guardaba silencio absoluto acerca de su decisión en materia de candidaturas presidenciales para las elecciones de diciembre de 1973. Los viajes a Berna de los aspirantes fueron infructuosos pues en largas conversaciones y en repetidas entrevistas no dio prenda acerca de sus verdaderas intenciones. Regresa definitivamente en 1972 Betancourt a Venezuela y las conversaciones con los líderes de su partido se suceden a diario sin que todavía se decida a revelar sus intenciones hasta el 20 de julio que se dirige a la nación “para declarar, en forma clara y enfática: no seré candidato a la Presidencia de la República en los comicios a realizarse en 1973. Y entonces recuerda que en enero de 1964, en rueda de prensa en Miraflores había expresado: Rotunda y categóricamente digo que no volveré a ser más Presidente de Venezuela. Ya lo he sido en dos oportunidades y hay que darles ocasión de ejercer la primera magistratura, con todo lo que comporta de responsabilidad y de satisfacciones, a otros venezolanos. Y agregó que “a ninguna persona le he insinuado siquiera la posibilidad de que había variado el criterio que en forma tan diáfana hice del conocimiento público en 1964”. Recordó que por lo accidentado del proceso político venezolano, signado de largas dictaduras y tiranías, gran parte de su vida había pasado en el destierro, en la persecución y en la cárcel y otras actuando en la oposición legal o gobernando, pero que en todo momento, en las circunstancias adversas o propicias lo había animado la intención “de procurar consolidar la institucionalidad democrática’. Y concluye reiterativo: “Queda ratificado mi propósito de no aspirar ya mas al ejercicio de la Presidencia de la Republica”.


BETANCOURT NO FUE ASESINO, BACHILLER RODRÍGUEZ Tildar a don Rómulo Betancourt de asesino porque durante su gobierno tuvo que responder a la violencia extremista conspirativa que pretendía sustituir el sistema democrático que él presidía, con la violencia institucional para preservar el régimen de libertad escogido por los venezolanos en diciembre de 1958, tras diez años de dictadura castrense, es como aplicarle tal calificativo desconsiderado al Libertador Simón Bolívar por haber decretado la guerra a muerte contra españoles y canarios y por el fusilamiento del general Manuel Piar, ambos actos perfectamente legales porque emanaron de una autoridad legítima. La primera obligación de un presidente es defender su gobierno y para hacer factible esa defensa dispone de mecanismos legales y recursos materiales. Betancourt, agotadas las instancias del dialogo y otras vías pacificas de conciliación, tuvo que recurrir a la utilización de las Fuerzas Armadas y otros cuerpos de seguridad del Estado, para hacer frente a una conspiración animada desde el exterior por el revolucionario cubano Fidel Castro, dirigida a implantar en nuestro país un régimen semejante al suyo, aventura bélica, que significó la pérdida de muchas vidas de ambos bandos. Si acaso hubo asesinos en esta absurda contienda, liderizada a buen resguardo (Congreso Nacional, UCV, etc.) por figuras políticas de la extrema izquierda (MIR, PCV y unos pocos dirigentes de URD que después abandonaron ese partido) que confundieron a Cuba con Venezuela y creyeron que aquí podría repetirse la revolución que echó del poder a Fulgencio Batista, estos asesinos serían Pompeyo Márquez, Gustavo Machado, Domingo Alberto Rangel, Gumersindo Rodríguez y una larga lista de líderes que utilizaron a nuestros jóvenes de liceos y universidades como conejillos de india para socavar las bases del gobierno legítimo y democrático de don Rómulo Betancourt, aún a sabiendas de que tales propósitos fracasarían porque estos falsos revolucionarios no disponían de un aparato militar bien entrenado y carecían también de apoyo campesino que encubriera sus actividades. A nivel urbano este apoyo se reducía a los liceos y las universidades, especialmente la Universidad Central de Venezuela, donde disponían de un verdadero arsenal de guerra y realizaban el entrenamiento. Sus operaciones bélicas consistían en la colocación de bombas de alto poder explosivo en sitios de gran aglomeración como cines, supermercados, etc. y la muerte de humildes policías para privarlos de su armamento, nunca el asalto de un destacamento policial o militar, por lo que tales acciones, lejos de granjearles la simpatía de la población les provocaba repulsa. Betancourt gobernó en un momento muy difícil para el país. Por un lado, la grave situación económica heredada de la dictadura, y por el otro, las conspiraciones de izquierda y derecha que querían arrojarle del poder. A ambas situaciones las enfrentó con coraje y valentía, dentro de la legalidad, porque no podía permitir que un proyecto político, .como era la instauración de la democracia en Venezuela, en el que había invertido muchos años de su vida, se fuera a pique para beneplácito de unos pocos militares que querían retrotraer al país al obscurantismo y un puñado de pseudo-revolucionarios que dirigían la “revolución” desde los escaños parlamentarios, las cátedras universitarias y los cafés de la calle real de Sabana Grande. Esta es la realidad histórica del quinquenio de don Rómulo Betancourt que tal vez ignora el bachiller William Rodríguez, presidente de la Federación de Centros Universitarios de la UDO, quien también parece ignorar que fue durante su agotado gobierno cuando se puso en funcionamiento la Universidad de Oriente, y que gracias a su decisiva defensa del sistema democrático puede hacer uso de un medio de comunicación social para agredir su memoria sin que el gobierno - del partido por él fundado, tome ninguna represalia en su contra, lo que no


habría podido hacer si Betancourt demuestra debilidad y cobardía en el ejercicio de su alta investidura, ¿O sí con las bayonetas derechistas o el paredón revolucionario? Finalmente no creo que a don Rómulo Betancourt le hubiese agradado, de estar vivo, ser epónimo ejecutivamente de ninguna promoción universitaria o de cualquier otra distinción. No porque careciera de méritos, pues tenía muchísimos, sino porque no era partidario de tales manifestaciones, Así que puede estar tranquilo el bachiller Williarn Rodríguez. –

[Este artículo, de mi autoría, fue publicado en Diario del Caribe, de Porlamar, Estado Nueva Esparta. el 7 de 1987. Cabe recordar que la Universidad de Oriente fue inaugurada por el presidente Betancourt. Diario del Caribe ya no existe por obra y gracia del dictador Hugo Chávez Frías, al apropie de las propiedades del doctor Rafael Caldera, entre ellas Conferry,]

BETANCOURT Y NOSOTROS


El 2 de octubre de 1981 Eduardo Fernández, para la fecha secretario general del partido socialcristiano COPEI, escribió un artículo en El Nacional, donde puso de manifiesto los innegables valores políticos de Betancourt, especialmente tres de sus virtudes, su política de entendimiento, su acendrada probidad y su lucha infatigable contra la corrupción administrativa y su claridad y valentía y valentía en sus posiciones políticas. A continuación reproduzco el referido texto: ROMULO Betancourt ha muerto. Ante su desaparición todos los sectores de la vida nacional han rendido testimonio de profundo pesar, de admiración y de inquietud frente a las consecuencias que necesariamente ha de producir ese hecho. El ex Presidente era, sin lugar a dudas, un punto de referencia y un factor de confianza, de estabilidad y de diálogo aún en los años de su aparente retiro. El país tendrá que acostumbrarse a su ausencia y las nuevas generaciones debemos renovar el compromiso de seguir bichando por el ideal democrático, renovándolo y actualizándolo, para de esa manera rendirle el mayor homenaje a su memoria. A Rómulo Betancourt se le atribuyen muchas virtudes. En Copel, desde mucho antes de su enfermedad, siempre lo tratamos con mucho respeto y le expresamos nuestra admiración y - nuestro aprecio, El ex Presidente por su parte siempre reconoció, en público y en privado, la lealtad, el coraje y el patriotismo con que Copel, con Rafael Caldera a la cabeza, lo supo acompañar en los difíciles años de su gestión como Presidente Constitucional de la República. En distintas ocasiones y frente a variadas audiencias llegó a expresar que la empresa de asegurar la estabilidad Institucional de nuestra democracia no había tenido éxito de no haber sido por la presencia en la coalición de gobierno, de la Democracia Cristiana Venezolana. Entre todas sus virtudes nosotros quisiéramos destacar en este momento tres que son particularmente significativas: Betancourt practicó una política de entendimiento. A pesar de haber sido por muchos años un gran combatiente y un líder que suscitó grandes afectos y grandes desafectos, en el momento culminante de su existencia supo demostrar condiciones de estadista y de factor fundamental en la concertación de los dos grandes partidos democráticos de Venezuela. La Venezuela primitiva, caracterizada por el canibalismo político y por los “tirapiedras” profesionales evolucionó bajo su liderazgo a una etapa de convivencia civilizada y de afirmaciones de los valores comunes por encima de las discrepancias naturales en el debate democrático. La segunda virtud que quisiéramos destacar es la de su acendrada probidad y su lucha infatigable contra la corrupción administrativa. Betancourt fue un obseso de la rectitud y de la pulcritud en el manejo de los dineros públicos y dedicó buena parte de su tiempo a procurar un régimen político decente y un ejercicio pedagógico del poder público. Su tránsito por el poder ocurrió bajo el signo de la austeridad y no del escándalo de la opulencia. No estimuló grupos económicos de favoritos o validos que prosperaran bajo el amparo de su gobierno, ni observó conductas que mancillaran la majestad del poder público confiado a sus manos por la voluntad del pueblo. Por último, Betancourt fue un hombre claro y valiente en sus posiciones políticas. El sabía que al escoger a sus amigos, escogía a sus enemigos. El estaba consciente de que la afirmación de su propia tesis generaba antitesis muy


apasionadas. El momento en que le tocó ejercer la Presidencia Constitucional de la República, lo obligó a una clara definición frente al revolucionarismo de inspiración castrista y lo hizo con absoluta claridad y decisión; sin concesiones al populismo, ni ambigüedades pecaminosas dirigidas a conquistar aplausos y elogios en las bancadas enemigas. En la lucha entre la democracia y la tiranía escogió con todas sus consecuencias el terreno de la democracia y no hizo distingos imposibles entre las tiranías de derecha al servicio de privilegios irritantes y las tiranías de izquierda al servicio de mesianismos despóticos. 0jalá la sensible desaparición del viejo caudillo no represente un retroceso en ninguno de estos tres frentes: ni en la práctica del entendimiento y la concertación como signos de nuestro desarrollo político; ni en el empeño por mantener siempre vigente el empeño de lucha por una Democracia decente y en contra de. La corrupción administrativa; ni la necesidad de definiciones claras y valientes contra la tentación de la blandenguería y de la complacencia frente a los enemigos de la libertad y de la Democracia. Nosotros, que pertenecemos a una joven generación que y que llegamos a la vida política cuando ya el nombre de Rómulo Betancourt era una leyenda, no podemos menos que inclinar nuestras banderas en testimonio de respeto y admiración ante sus restos mortales; pero junto al pesar por su desaparición física, sentimos una fascinante invitación para empinarnos por encima de nuestras propias limitaciones y ofrecerle al país un liderazgo vigoroso, renovador y de hondo contenido ético para llevar hasta sus últimas consecuencias principios y banderas que inspiraron en gran medida su conducta política y su pasión de patria. Paz a sus restos.

BETANCOURT EN UNA BIOGRAFÍA


Carina Mendoza es la autora de la monografía Rómulo Betancourt: Biografía, gobierno, aspectos políticos y mucho más en la que al inicio recuerda su presencia como presidente del gobierno que rigió los destinos del país entre los años 1945 y 1948 y 1959-1064. Asimismo el nacimiento del estadista en Guatire, Estado Miranda, el 22 de febrero de 1908, del matrimonio de Luis Betancourt, un extranjero de las islas Canarias que llegó a Venezuela a los siete años y Virginia Bello, una criollita de la misma localidad. De esa unión nacieron también sus dos hermanas: Elena y María Teresa. -En el año de 1914 –explicó- comenzó su entrenamiento básico primario al que asistió en una escuela en su ciudad local. A la edad de 10 años Rómulo quedó en total estado de orfandad materna, su madre quien falleció después de los muchos esfuerzos médicos que se consideraron restaurativos para evitar la malignidad del cáncer, lo deja solo sin su presencia, este episodio lo marcó mucho. Viéndose esta escena como uno de los eventos más destacados entre los más agonizantes que sufrió en medio de su infancia y aun su edad adulta. Es preciso connotar que en el año de 1919 la familia de Betancourt se mudó a Caracas, donde Rómulo terminó sus estudios en la escuela primaria, luego ingresó a la escuela secundaria en Caracas en el año de 1924 coordinada en ese momento por don Rómulo Gallegos, educador y ensayista. En otro segmento de la monografía precisó: Es menester recalcar que en medio de su enseñanza contó con la majestuosa calidad de ser instruido por los más distinguidos maestros como Caracciolo Parra León, José Antonio Ramos Sucre, Fernando Paz Castillo y el propio Rómulo Gallegos. Es significativo que en este terreno tuviera como camaradas de cohortes a


Miguel Acosta Saignes, Armando Zuloaga Blanco, Jóvito Villalba y Raúl Leoni muchos de los cuales serían parte de la convocatoria que le llevó a lograr sus meta y objetivo como precursor de la democracia. En el curso del año de 1927 ingresó para aprender leyes en la Facultad de Derecho de la Universidad Central de Venezuela, y mientras tanto trabajaba en una firma legítima así como también en el Colegio de Abogados y defensores. En medio de sus años de soltero y más tarde como estudiante universitario, que también invirtió parte de su energía en leer, componer historias y completar como colega en el negocio de la Administración de su padre. A continuación indicó: -En medio de la más importante y reconocida Semana del Estudiante que abarcaba desde el 6 al 12 de febrero del año de 1928, se interesó muchísimo de manera efectiva en el desafío contra la legislatura del tirano Juan Vicente Gómez que imperaba en esa temporada como gobernante. Sin embargo, “Es de apreciar que dichas exposiciones pasaron por algunas reuniones de estudiantes, entre los cuales se encontraban compañeros de escuela como por ejemplo Raúl Leoni, Jóvito Villalba, Andrés Eloy Blanco, Armando Zuloaga, Miguel Acosta Saignes, Pio Tamayo, Joaquín Gabaldón Márquez, Guillermo Prince Lara, Juan Oropeza, entre otros, quienes dieron forma a la supuesta Generación del 28 como una conformación política de índole juvenil”. Carina Mendoza escribió luego: -A partir de ese momento don Rómulo Betancourt logró destacarse de manera notable entre los precursores más famosos del furtivo enemigo de la resistencia al régimen Gomecista, motivo que lo llevó a la detención y la consiguiente exclusión de la nación porque fue llamado opositor. Durante su exilio en Costa Rica contrae matrimonio con Carmen Valverde, su primera esposa, quien desempeñaba el cargo de maestra de preescolar con quien tuvo su única hija Virginia. Citó después la renuncia a la vida abierta y su viaje al exterior en 1979 [Berna, , Suiza] con Reneé Hartmann, su segunda esposa En el siguiente segmento señaló: -Días antes de su fallecimiento se había marchado a Nueva York luego de una calurosa bienvenida que le diera el presidente Luis Herrera Campins para asistir a un juego de pelota en el estadio de los Yankee, evento al que había sido invitado y que de seguro disfrutó mucho, no solo porque era partidario del béisbol sino por la compañía de su amigo. En medio de todo este recorrer por los distintos espacios del mundo sucedió que don Rómulo Betancourt murió el 28 de septiembre del año de 1981 a las 4:17 pm, en el Doctor’s Hospital en la ciudad de Nueva York, debido a una embolia cerebral. Se destaca que al momento de su deceso contaba con 73 años de edad, toda una vida llena de las más ricas experiencias, bañadas y envueltas con los más terribles momentos y sacrificios que tuvo que enfrentar. Por lo que sus partes restantes es decir, sus restos los cuales fueron trasladados a Venezuela donde fue velado en la Casa de Acción Democrática en El Paraíso, Caracas fue hecho con todas las distinciones completas en los respectivos honores que merecía un buen ilustre patriótico.


Su servicio funerario fue una de las mayores expresiones declaradas de duelo abierto para todos, en la que se demostró que fue un personaje muy importante para el país, eso se demostró cuando su ataúd de pino fue llevado sobre los hombros de los partidarios del Centro de Caracas hacia el Cementerio Oriental de La Guairita, situado a unos 10 km donde fue sepultado. En los siguientes segmentos Mendoza trató el comienzo de Betancourt en la lucha política contra el gomecismo que tuvo como consecuencia su prisión, la creación en 1941 de Acción Democrática, su presencia como presidente de la Junta Revolucionaria de Gobierno [1945-1968] que instauró el voto secreto, universal y directo, la lucha contra lo que llama el fascismo de Pérez Jiménez, tras el derrocamiento del gobierno de Rómulo Gallegos, y su gestión entre 1959-1964 al estar nuevamente dirigiendo el país. Citó su lucha contra las conspiraciones izquierdistas y derechistas, el magnicidio frustrado del 24 de junio de 1980, año del levantamiento en abril de Jesús María Castro León. Pese a esas dificultades, Betancourt promulgó la Ley de Reforma Agraria para que los trabajadores agrícolas fueron dueños de la tierra que cultivaban, la creación, el 19 de abril de 1960, de la Corporación Venezolana de Petróleo, una gran organización para la investigación, la explotación, la refinación y el transporte de hidrocarburos. Asimismo más de tres mil escuelas y liceos. -El alistamiento escolar –escribió- se expandió de una manera fantástica, fue impresionante pues, este maravillosos proyecto partió de 847 mil estudiantes que habían en el año de 1958 a 1.6 millones para el año de 1963, es decir que más del 90% de la población en general fue a las aulas. La matrícula continuó con una expansión de prácticamente el 100% en solo 5 años de gobierno, fue maravilloso porque se incrementó el área social de una manera asombrosa. También durante su gestión se puso en funcionamiento el puente sobre el Lago de Maracaibo bautizado con el nombre de General Rafael Urdaneta el Distribuidor El Pulpo, en Caracas; el puente de Angostura, sobre el rio Orinoco, el Parque del Este, EL Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas, construcción de más de 4.563 kilómetros de carreteras bien construidas en todo el país, constitución de la Corporación Venezolana de Guayana, y la creación con otros país de la Organización de Países Petroleros [OPEP]. Al final de la monografía Carina Mendoza apuntó: -Fue un notable personaje que marco la historia por su inteligencia y sabiduría, los cuales fueron las mejores herramientas que usó para llevar las riendas del país como gobernante, fue de un rico léxico que era lo que más denotaba su gran inteligencia, por lo que cabe hacer mención a muchas de sus célebres frases como: Exprésale a Fidel Castro que Venezuela produjo héroes cuando lo demandó, no los importó. Venezuela cuan seductora y cautivante, que el solo hecho de ser concebido en ella es una dulce obligación pero, aislarse de ella es inadmisible, siento que de manera milagrosa a pesar de consumir todo un recipiente de sardinas consideré que eran las más fantásticas del planeta. Frases enviadas en una misiva a Virginia Betancourt, en la región de Nápoles el 22 de enero del año de 1966. Frases ilustres de mucho significado.


Somos liberales de izquierda totalmente separados de todo el entrenamiento psicológico o político de las importaciones profundas, inquebrantables y con entusiasmo de los venezolanos y americanistas. Controversia con Gustavo Machado y J. Bautista Fuenmayor el 15 de abril del año de 1944. Compongo cómo pienso y cómo razono, Venezuela es la viva esencia que llevo en mi sangre y en mis huesos, mis tormentos agregados me lastimaron y al hablar de ellos sería un falso en el caso de que tocara la sátira de los desprejuiciados. Prólogo, Venezuela en cuestiones legislativas y petroleras. Llamarse nativo del mundo es un mundialismo que no pronuncio pues, por encima de todo y lo que es más importante soy venezolano. Siento y adquiero una mentalidad similar como sujeto. El entusiasmo por mi nación lo puse delante de él fue inquebrantable al de otro país. La Nación, 11 de enero del año de 1944. Los individuos que tienen una moral muy descabellada o que simplemente están en bancarrota honesta, complementan la nota del radicalismo verbal. Vuelan pancartas fanáticas para cubrir el daño de su impecable y falaz testimonio. De aquí en adelante que reúnen gritos y declaran su comunismo; informan a fondo Insurgencia de estructuras, frases de la misiva de Rómulo Betancourt sobre división de AD en el año de 1968. De la Colección de obras políticas en los años de 1929-1981. Los padres de la patria no se propusieron firmar mapas nacionales en los signados populares para cerrar partes para alardear de caudillos y estaciones. Necesitaban sobre todo fabricar un alma republicana una inclinación basada en el voto, recetas de concurrencia que hicieron concebibles las inconsistencias lógicas que contiene la batalla política. En la vida existen difuntos que fallecen para matarse sin embargo hay fallecidos que resucitan y son eternos. Las frases cuando son bien expresadas dejan una gran moraleja a quien se digna en leerlas.

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LA MODERNIZACIÓN DE LAS FUERZAS ARMADAS


Recordemos que una de las causas por las cuales la juventud militar depuso al presidente Isaías Medina Angarita el 18 de octubre de 1945, fue por el abandono en que éste tenía sumida a las Fuerzas Armadas. Tal anomalía, como otras existentes en la sociedad de entonces, trató desde la Junta Revolucionaria de Gobierno. En ese sentido, el 22 de junio de 1946, mediante decreto Nº 348”., dictó un conjunto de medidas con el fin de transformar las Fuerzas Armadas y beneficiar a sus integrantes. En sus considerando se señaló que de acuerdo con los preceptos de la guerra moderna, la acción eficiente de las fuerzas armadas nacionales requiere la completa comunidad de principios y procedimientos, base de la unidad de doctrina, sin la cual no es posible la necesaria coordinación entre estas fuerzas, y que el actual Ministerio de Guerra y Marina o reúne, por su organización, las condiciones características para cumplir eficientemente con la misión a que se le destina, conforme a los modernos principios del “Comando Único”. Por lo tanto se dispone que se de al Despacho Ejecutivo que tiene a su cargo el gobierno, mando, organización, administración, instrucción y movilización de las fuerzas armadas militares y demás funciones que le asigna la ley de ministerios, Defensa Nacional. En el Decreto 349 de la misma fecha precisó que se denominan Fuerzas Armadas Nacionales las fuerzas que tienen por misión en todos sus aspectos, garantizar la defensa nacional, mantener la estabilidad interna y asegurar el cumplimiento de la Constitución y de las leyes. Las agrupó en tres clases: Fuerzas Armadas Militares, Fuerzas Armadas de Cooperación y Fuerzas Armadas Policiales.


El decreto 350 ordenó la construcción y dotación de un edificio para debido funcionamiento del Ministerio de la Defensa Nacional. El decreto 351 ordenó construir en los terrenos adquiridos para la nueva Escuela Militar, en la Parroquia El Valle, los edificios necesarios para el funcionamiento de un centro de instrucción militar, ampliando así la obra planeada actualmente en ejecución con las siguientes especificaciones: Dirección General del Centro de Instrucción; Escuela Superior de Guerra; Escuela de Aplicación de Infantería para 50 alumnos; de Artillería para 25 alumnos; de Caballería, para 20 alumnos; de Ingeniería, para 25 alumnos: de Blindados y Motorización, para 15 alumnos; de Transmisiones para 15 alumnos; Escuela Militar con capacidad para 400 cadetes. Agrupación de cuarteles para las siguientes unidades: batallón de Infantería, para 700 plazas; batería de Artillería para 120 plazas; escuadrón de Caballería, 200 plazas, destacamento de Blindados y del Tren, 150 plazas, compañía de Transmisiones, 120 plazas; batería Antiaérea, 100 plazas; compañía Antitanque, 100 plazas y un destacamento de Policía Militar, 120 plazas. El decreto 352 dispuso la construcción de un edificio destinado al Círculo Militar de las Fuerzas Armadas, dotado de las dependencias requeridas para el buen desempeño de sus funciones. Por último, el decreto asignó 3 millones de bolívares al patrimonio de la Caja de Previsión Social de las Fuerzas Armadas. En su Mensaje al Congreso Nacional, presentado el 12 de febrero de 1948, hizo particular referencia a la posición y conducta de las Fuerzas Armadas. -Terminado el hecho de armas, -recalcó- la acción violenta del 18 de octubre, el Ejército regresó a sus cuarteles. Desde allí y desde las dependencias del Ministerio de Defensa, se ha dedicado la oficialidad venezolana a entrenar y organizar una Institución Armada al servicio de Venezuela, de su soberanía, de sus leyes democráticas. Y seguidamente señaló: -Nos complace consignarlo así ante el país y ratificar aquí cómo es un motivo más de orgullo nacionalista para nosotros que haya sido un Gobierno con mayoría de hombres civiles en sus cuadros el iniciador de un acelerado proceso de transformación modernizadora de las Fuerzas Armadas de tierra, mar y aire, y de las Fuerzas Armadas de Cooperación. En febrero de 1947 Betancourt le confió al periodista colombiano de El Tiempo, Jaime Posada, que lo fundamental para el Ejército era su tecnificación, fuera de todo otro interés menor de cariz electoral. -Unas Fuerzas Armadas –explicó- por encima de los climas de beligerancia y de las divergencias hostiles, serán una prueba de confianza y seguridad. Betancourt añadió: -El gobierno revolucionario le dio un vuelco a la situación dentro de los cuarteles. Aumentó en un 37 por ciento los sueldos de los oficiales, en un 57 por ciento las raciones de las tropas y en un 50 por ciento lo destinado a la alimentación de las mismas. Los suministros en productos de farmacia para la sanidad militar fueron aumentados en un 250 por ciento. Se destinaron cuatro millones de bolívares como aporte para fortalecer la Caja de Previsión de las Fuerzas Armadas, la cual sólo había recibido desde su fundación el aporte único de un millón de bolívares. Se prestó


especial atención al desarrollo de la marina de guerra y de la aviación militar; y en material flotante y aéreo, así como en moderno material bélico, se adquirieron o contrataron cantidades superiores a las correspondientes al decenio 1935-1945. El alumnado de la Escuela Militar, de la Escuela Naval y de la Escuela de la Guardia Nacional, fue aumentado en proporciones que oscilan entre el ciento por ciento, y el doscientos por ciento, preparándose así a la oficialidad que se requería. Al preguntarle el periodista la intención que perseguí con esas medidas, le respondió: -Así ha procedido el gobierno porque conceptúa que todo Estado moderno y democrático necesita afianzar su seguridad interna y externa en instituciones armadas técnicamente idóneas.

NO SOY UN HOMBRE DE MITINEO Estas sentencias de don Rómulo hablan, con lucidez anticipada a su tiempo, de la inclusividad y desjerarquización administrativa como condición monolítica de la política.


Con motivo del 112 aniversario del natalicio de Rómulo Betancourt, el 22 de febrero de 2020. O. Viera Blanco publicó en Runrunes y otros portales digitales el texto que sigue: -El pasado sábado 22/2/2020 se cumplieron 112 años del natalicio del padre de la democracia venezolana, don Rómulo Betancourt. La oportunidad fue propicia para que rodaran misivas que se intercambiaron Luis Beltrán Prieto Figueroa y el propio Rómulo Betancourt a la víspera de la contienda presidencial de 1967, entre la precandidatura de Gonzalo Barrios y Prieto Figueroa. Luis Beltrán, cofundador de AD, y don Rómulo Betancourt, manteniendo un nivel respetuoso y crítico, hacen referencia a aspectos estratégicos, pragmáticos y éticos que resumen una verdadera cátedra política para evitar desviaciones muy similares a las que hoy repetimos… En su carta a Prieto, don Rómulo reprocha la actitud de Uslar y URD, cuando dice “poco puede dar URD como prenda de confianza en su lealtad política, y sus ejecutorias. Desde el punto de vista de la moralidad administrativa no serán las que recogerá la historia contemporánea de Venezuela como ejemplos edificantes…”, o su preclaridad sobre las denunciadas “distorsiones fraccionalistas de Paz Galarraga, esto es, la inconveniencia de enemistarse con la Iglesia, de demonizar a los ‘yanquis’ con discursillos ‘arsistas’ (neocomunistas), o arengas divisorias de pegada muy corta.” Estas sentencias de don Rómulo hablan, con lucidez anticipada a su tiempo, de la inclusividad y desjerarquización administrativa como condición monolítica de la política, donde lo partidario debe subordinarse al interés superior del pueblo, la democracia y la nación. En otro sentido condena sin ambages el colectivismo arsista (ARS) que propugna ideales retrógrados de un socialismo que quedaba de hijos huérfanos en los 60, y actitudes faccionalistas por guerrillas que conducían a una inapropiada fragmentación del piso político necesario para garantizar el proceso evolutivo de la recién nacida democracia.


Agrega Betancourt en su carta a Prieto, con inocultable desprecio por Castro, “ver a Luis Salas arengando a obreros portuarios para que no sigan saboteando los buques de países comerciadores con Cuba porque Castro no es nuestro enemigo sino lo es el imperialismo Yankee… fue una demostración pública más de su filiación Douglasbravista”. Al pan pan y al vino vino. Al enemigo ni agua. Así era Betancourt. Diáfano y sin estacas. En el intertítulo “De Jamaica y Angostura a Betancourt” Oviedo Vera expresó: Mi padre me comentó un día “Cuando leas la Carta de Jamaica de Bolívar (6/9/1815 en Kingston, en respuesta a una misiva de Henry Cullen / Contestación de un Americano Meridional a un caballero de esta Isla) y su discurso en la instalación del Congreso de Angostura de la Gran Colombia (1819), aprenderás de la coherencia política de El Libertador en su lógica legalista, costumbrista y moralista”. En su Carta a Jamaica apela a la ruptura del contrato social de la Corona española con las colonias, reivindicando la necesidad de un cuerpo legal propio de los territorios en regencia, mientras que en Angostura nos dice: “Dignaos conceder a Venezuela un gobierno eminentemente popular, eminentemente justo, eminentemente moral, que encadene la opresión, la anarquía y la culpa. Un gobierno que haga reinar la inocencia, la humanidad y la paz. Un gobierno que haga triunfar, bajo el imperio de leyes inexorables, la igualdad y la libertad”. Siglo y medio después, Betancourt cabalga el mismo camino. “No soy hombre de mitineos” resume su talante. Sin cumplir 30 años de edad escribió “Creo urgente la creación de un partido de orientación democrática y de raigambre popular. Hay quienes piensan que un partido es sinónimo de ‘guachafita’ o de cuartelazo. Concepto errado y simplista de un partido político. Un partido político ajustado a la Constitución y a las leyes del país servirá para encauzar las dinámicas populares dentro de normas de acción civilizada”. El reto unitario de la Venezuela de hoy y de ayer está anunciado en el pensamiento clásico y contemporáneo de Bolívar y Betancourt. No es la ética administrativa, partidista y fragmentaria. Es la ley en sintonía con el pueblo, su raigambre y costumbres. La igualdad y la libertad, es de abajo hacia arriba. No al revés. El voto es expresión de ello. Rescatar la república no descarta nada de nada. Ni calle, ni presidenciales, ni parlamentarias, ni alianzas internacionales. Cuando se encadene la opresión, revisamos el mitineo. Antes hay que jugar juntos en TODOS los terrenos porque el adversario nos derrota en nuestras fracturas. Lo contrario sería antihistórico y torpe porque supone la pérdida de la república, la paz, la libertad y la democracia.

UN HOMBRE DE PRIMERA IMPORTANCIA EN LA HISTORIA VENEZOLANA


A raíz de su muerte física la prensa nacional e internacional recogió diversas opiniones sobre la importancia que representó su obra política y parcialmente registro. Según Arturo Uslar Pietri La historia venezolana de los últimos cuarenta años, en gran parte ha sido la consecuencia de la acción de Rómulo Betancourt. Fue “un hombre de primera importancia en la historia venezolana”. Para bien o para mal; lo que Venezuela ha llegado a ser en el tipo de desarrollo político, económico y social, refleja en gran parte la acción de Betancourt, reconoció. Su presencia era útil y su ausencia se hará sentir, sin duda, sentenció Uslar. Ratificó que Betancourt llegó a adquirir por los años, con la labor de creación del gran movimiento político en torno a. él, una autoridad muy importante en el seno de la colectividad venezolana. Para el entonces presidente peruano, Fernando Belaúnde Terry, tras calificar su muerte como una “irreparable pérdida” que enluta a ese país y al hemisferio, señalando que su vida fue “intensa y marcada por la rebeldía y el valor en la lucha”. Elogió también “la capacidad y el talento en el gobierno” de Betancourt y remarcó que “los servicios” que hizo “a su patria, con amplia proyección al exterior, honraron a la democracia latinoamericana”. Julio César Turbay Ayala, para la época presidente de Colombia, aseguró que su muerte deja en ese país “un vacío que no será fácil de llenar”, añadiendo: “Era uno de esos hombres con gran visión, sentido del futuro y capacidad para comprender y superar los problemas circundantes de su pueblo y de Hispanoamérica” El entonces presidente ecuatoriano Osvaldo Hurtado, afirmó: “La desaparición de tan ilustre ciudadano de América Latina, enluta por igual a nuestros dos pueblos”. Por su parte el historiador Ramón J. Velásquez comentó: “Se pierde una figura que había desbordado, hace mucho tiempo, los linderos de su partido, para constituir una personalidad orientadora de la vida democrática nacional”, y al serle formulada por la periodista Mireya Mata, de 2001, la siguiente pregunta: ¿Qué significado tiene para la historia y para la democracia el gobierno de Rómulo Betancourt? Respondió: -En la perspectiva de la historia podemos decir que la presencia y la acción de Betancourt, permitió la consolidación del régimen democrático y su prolongación a lo largo de estos años. Se pierde una figura que había, hace mucho tiempo, desbordado los linderos de su partido, para constituir una personalidad orientadora de la vida democrática nacional, cuya voz era respetada, cuya vida y cuyo ejemplo hablan permitido que el país oyera con confianza su palabra y con respeto sus intervenciones. De manera que deja un vacío indudable dentro del panorama de la vida nacional, porque era un hombre que estaba en plenitud e interesado en buscar las formas para evitar una crisis del sistema. El entonces secretario general de la Organización de los Estados Americanos, Alejandro Orfila, consideró en un mensaje de condolencia enviado al gobierno y pueblo venezolanos, que “Su fallecimiento extiende un aire de duelo en todo el continente americano”. Además, lo calificó como “uno de los líderes ilustre de las Américas”. Por su lado, Andrés Townsed, entonces senador del peruano partido APRA manifestó: “con la desaparición del ex Jefe de Estado venezolano, muere uno de los grandes constructores de la América Latina contemporánea” porque “Rómulo


Betancourt significó la feliz coincidencia de la inteligencia, la voluntad y la sensibilidad humana”. Para el ministro del Interior de El Salvador, Ovidio Hernández O. la muerte de Rómulo Betancourt “significa una irreparable pérdida no sólo para Venezuela sino para el mundo occidental”. Para Jorge Font Saldaña, político de Puerto Rico, fue “una pérdida para la democracia” la muerte del ex Presidente venezolano Rómulo Betancourt. Y para su amigo José Figueres, expresidente de Costa Rica “La muerte de Rómulo Betancourt significa una pérdida irreparable para Venezuela y para la democracia americana”. Otro amigo personal, el expresidente colombiano Carlos Lleras Restrepo, comentó que “ningún otro político o jefe de Estado de América Latina, en este siglo, ha realizado una obra más fecunda, más positiva, más ceñida a las aspiraciones de los demócratas, al bienestar de su pueblo y a los Intereses generales de su continente”. La entonces Miss Universo, Irene Sáez. Aseguró que “Betancourt fue un gran luchador por la democracia y un hombre de incomparables condiciones humanas, por lo que la pérdida para mi país es incomparable”.

RELACIONES CON LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN SOCIAL


Esto expresó el dirigente político y fundador del periódico TalCual, Teodoro Petkoff, durante una entrevista realizada el 28 de agosto de 2007, publicada en la Web, sin identificarse la autoría de quién lo entrevistó ni el medio, sobre las relaciones de Rómulo Betancourt con los medios de comunicación.

[Cuando presidió la Junta Revolucionaria de Gobierno creó por decreto la Escuela de Periodismo de la Universidad Central de Venezuela, convertida posteriormente en Escuela de Comunicación Social. Además privilegió el periodismo como su profesión. Por otro lado, durante su segunda gestión de gobierno tuvo que afrontar la violencia guerrillera rural y urbana de la que Petkoff fue participante activo, aunque después dejó las armas, se incorporó a la vida democrática, fundó el Movimiento Al Socialismo, fue candidato presidencial y ministro durante el segundo gobierno de Rafael Caldera] ¿Cómo fue la Relación de Rómulo con los medios de comunicación? Fue un hombre de pensamiento democrático pero autoritario. Más de una vez tuvo bronca con medios. Más de una vez amenazó con darle a unos fuetazos a un periodista que dijo algo que a él no le gustó. Además que se los iba a dar en la Plaza Bolívar. Betancourt era un hombre de temperamento atravesado. Pero por supuesto demócrata, por lo tanto su relación con los medios, en general, puede decirse que corresponde a la de alguien que se atiene a la Constitución del 61. Sin embargo debe recordarse que a él le tocó vivir un período en el cual la izquierda se alzó. La izquierda publicaba unos periódicos que el gobierno de Betancourt clausuraba sistemáticamente y ellos lo volvían a publicar con otro nombre para volver a ser clausurado y así sucesivamente. Ahora con el resto de la prensa Rómulo Betancourt no tenía mayor inconveniente que yo recuerde. Pero si prohibió la mención de las siglas FALN (Fuerzas Armadas de Liberación Nacional) en la prensa. Entonces la prensa inventó un eufemismo, se hablaba de “las cuatro letras”. ¿Cuándo ocurrió lo del fuetazo? Cuando fue Presidente, la verdad no puedo asegurar la fecha exacta. Creo que fue durante la segunda presidencia. El nombre del periodista era Rodolfo Serrano, que para colmo era cronista taurino bajo el seudónimo “positivo”. ¿Cómo hacía Betancourt para obtener la información detallada que utilizaba en la columna “Economía y Finanzas”? 1 Egresado de la Escuela de Economía de la Universidad Central de Venezuela (mención magna cum laude). Fundador del partido político Movimiento al Socialismo en 1971. Ex ministro de Cordiplan durante el gobierno de Rafael Caldera. Ex director del Banco Central de Venezuela. Ha sido dos veces candidato a la Presidencia de la República. Fue director del diario El Mundo y fundador del diario TalCual, en el que escribe las editoriales. Autor de las publicaciones Checoslovaquia el socialismo como problema; Socialismo en Venezuela; Proceso a la izquierda; Las dos izquierdas, entre otros.


Leyendo el periódico. La clandestinidad era en una época digamos light. Entonces por supuesto él tenía acceso a sus miembros del partido. Eso no le impedía. Leía periódicos y libros. Rómulo era un hombre muy estudioso. Uno de esos grandes políticos venezolanos de los que se puede decir que fue lo que fue porque era un hombre de estudio y de pluma. No le costaba para nada tener la mejor información disponible. ¿Las recomendaciones que él hacía a los funcionarios públicos en esa columna eran tomadas en cuenta por el gobierno? Los gobierno no suelen prestarle mucha atención a la oposición y en esa época menos aún, porque el partido que él dirigía estaba en esa clandestinidad light, lo cual no excluyó que varios de sus dirigente fueran expulsados del país, pero en fin, no era una persecución brutal a lo Pérez Jiménez. ¿Por qué cree que utilizó la prensa para difundir sus ideas tomando en cuenta el analfabetismo que existía en esa época? Porque seguramente como todo dirigente político él se dirige a otros. No hay manera dirigirse a otros aparte de hacerlo verbalmente y directamente a través de los medios. No existía en esa época la televisión, él estaba clandestino y no podía hablar por la radio, utilizaba la prensa. Le llegaba a los que sabían leer y el partido se encargaba de transformar eso en charlas y mecanismos de promulgación hacia los venezolanos menos letrados. Escribía para lo que pudiésemos llamar la élite política, económica y social de ese tiempo. ¿Lo definiría como político o como periodista? Él era esencialmente un político que usaba el periodismo. Por encima de todo y sobre todo, político, en el sentido más noble de a palabra. ¿Cómo fue el paso de Betancourt por la izquierda? Cuando los muchachos del 28 se dispersaron en el exilio Betancourt militó en el Partido Comunista de Costa Rica. Él estuvo tratando de borrar esa militancia o la presentaba como una cosa de menor importancia. Betancourt fue uno de los dirigentes principales del Partido de Costa Rica y de hecho estuvo encargado del periódico de ese partido. Fue una militancia comunista muy importante en Costa Rica. Pero una vez que salió de ese país se revinculó con sus antiguos compañeros estudiantes y formaron los embriones de lo que después sería el PDN y Acción Democrática. Betancourt rompió con el comunismo, pero mantuvo una orientación para su época a finales de los años 30, una orientación que podríamos llamar nacional revolucionaria. Y el PDN será definido como un partido antiimperialista por un lado y antifeudal, y democrático por supuesto. Cuando llegaron al poder por primera vez los adecos en el 45 de la mano de los militares, de Pérez Jiménez, su primero gobierno fue realmente un gobierno de avanzada social. Un gobierno que cometió muchos errores quizás de infantilismo y de inmadurez, pero que tenía un contenido popular innegable. Fue con ese gobierno que las masas populares venezolanas adquirieron protagonismo político. El famoso fifty, fifty del petróleo. Se promulgó la Ley de Reforma Agraria, y un conjunto de medidas sociales importantes, de avanzada. Con respecto a errores cometidos durante su gestión política… Quizás el más grande de sus errores fue uno parecido al que Chávez comete: provocar al conjunto de la sociedad innecesariamente, con un lenguaje camorrero. Él era muy chocante cuando polemizaba, era muy pendenciero, irritaba mucho innecesariamente a sus adversarios, y tal como ocurre hoy con Chávez, generaba un tipo de clima político en el país que facilitó mucho la creación del ambiente que condujo al golpe del 48 Son periodos de inmadurez de infantilismo político si se quiere. ¿Cómo se reflejaba el sectarismo del que se le acusa constantemente? Eso formó parte de su estilo. Acción Democrática era tremendamente sectaria. En el sentido


que ellos podían repetir, como gusta hacerlo Chávez, “sólo nosotros somos gente”. A partir del criterio de que como tenían el 80% del país consigo, electoralmente hablando, pues ellos eran gente, y quienes no, eran mierda. Ese tipo de sectarismo y de división del país fue un error gravísimo y completamente innecesario, que condujo en su época –yo no justifico el golpe, porque es completamente injustificable- pero alimentó a sus adversarios y les puso en bandeja de plata los argumentos que utilizaron para tumbar a Gallegos. Con respecto al boicot que se le hizo a El Nacional… Fue en su segunda presidencia. Ese fue un boicot decretado por factores económicos. Factores tácticos de la derecha venezolana que no resistían un periódico independiente y de izquierda moderada como El Nacional. No sé exactamente si Betancourt fue el que hizo todo eso, pero si le entró un fresquito con lo que le hicieron no lo sé. ¿Por qué esa alianza con los militares en el 45 en contra de su propio proyecto? Ese es probablemente el más grave de los errores cometidos por Betancourt. Ese golpe militar que de no haber participado Acción Democrática no estoy seguro que se hubiera dado. De ahí para acá un curso evolutivo que llevaba la sociedad venezolana, hubiese producido a modificaciones democráticamente logradas. Hay que tener en cuenta que antes de ese golpe hubo otro error muy grande que cometió con Medina. Y es que a raíz de la locura de Diógenes Escalante, que era un candidato acordado con Medina y AD. Medina no insistió en buscar un nuevo candidato acordado con AD sino que impulsó a un dr. llamado Ángel Biagini, que era nadie, una persona en torno a la cual no se podía construir un consenso como se construyó alrededor de Diógenes Escalante. Entonces eso abrió por supuesto las puertas al golpe. Él dio a los militares e insólitamente a los adecos, la justificación moral y política para el golpe. Pero el golpe en sí mismo obviamente cortó ese proceso evolutivo. Pero por supuesto ese golpe militar abrió la caja de pandora, después de ese golpe vino otro golpe y después vino la dictadura, etc. Desde luego un curso que pudo ser más apacible y democrático, que con Medida se había iniciado, (ya con López, pero Medina va a ser un conjunto de acciones para democratizar el país, eliminando los residuos del gomecismo) y además se había alcanzado el compromiso con AD y la reforma necesaria para darle a Venezuela una estabilidad, el golpe lo alteró. ¿Cree usted que la exclusión de los comunistas en el Pacto de Punto Fijo alimentó esa división que se vive hoy en Venezuela? No creo en esa explicación. Es verdad que la exclusión del Partido Comunista fue una arbitrariedad en los tiempos de Guerra Fría. Y sobre todo de un Betancourt que venía con la idea clara de que él tenía que diferenciarse de los comunistas porque su primer gobierno y el de Rómulo Gallegos, fueron tumbados con argumentos de que eran comunistas. La derecha venezolana y los ricos utilizaron ese argumento. Por ejemplo, la palabra adeco, el apócope significaba “ad comunistas”. Por su puesto Betancourt vino a hacer una política anticomunista principalmente. Y fue muy duro, sus primeras declaraciones fueron vamos a segregar a los comunistas. Pero pensar que entonces se sembraron los polvos que trajeron estos lodos me parece a mi una racionalización porque efectivamente hubo una insurrección, un alzamiento, nos fuimos a la guerra entre comillas, pero después se inició un proceso democrático, ya no hay un pacto de Punto Fijo como tal. La izquierda incluso comenzó a ganar espacios institucionales en alcaldías, instituciones parlamentarias, etc. De tal manera que pretender establecer un vínculo entre la exclusión de los comunistas en el Pacto, que


fue por cierto muy arbitraria e injusta, porque había sido una fuerza decisiva en el derrocamiento de Pérez Jiménez. Pero Betancourt tenía una obsesión anticomunista, vamos a llamarla oportunista, en el sentido que le convenía a su propósito de desmarcarse del comunismo. Y esa obsesión lo llevó a producir esa exclusión, aceptada por los otros dos partidos por cierto. Los partidos convencionales del país les parecía normal excluir a los comunistas. Es más, a los propios comunistas les parecía normal que los excluyeran, no fue que ellos reclamaron que los dejaron afuera. Era una especie de juego tácito digamos. Pero eso es una interpretación acomodaticia, eso de vincular Pacto de Punto Fijo con lo que ocurre con Chávez. Rasgo de su personalidad. Como dije anteriormente Betancourt era supremamente inteligente y leal, pero también muy pendenciero.

OBSESIONADO POR EL PAÍS El 26 de abril de 2016 el comunicólogo Andrés Cañizález analizó en un artículo publicado en El Nacional la obra de don Rómulo Betancourt y las acciones del chavismo dirigidas a menospreciar su figura como personaje histórico.


En efecto citó: -Mi padre, ahora educador jubilado, me comentó el caso del “aula 1” en el liceo (bachillerato) público en el cual él trabajó largamente. En medio del frenesí del chavismo, de una década atrás, un grupo de estudiantes tras analizar la historia contemporánea de Venezuela decidieron bautizar el aula número 1 del instituto con el nombre de Rómulo Betancourt. Porque “Los jóvenes reconocían no solo a quien inició el período democrático como el primer presidente electo que le entregó la banda presidencial a otro jefe de Estado elegido en las urnas, sino a quien se considera el principal artífice del modelo político bipartidista que rigió a Venezuela entre 1958 y 1998, antes de la llegada de Chávez al poder”. El comunicólogo añadió: -En aquel 2006, la directora del instituto donde trabajaba mi padre de forma autoritaria impidió que se le colocara el nombre de Betancourt al aula y pretendió colocarle el nombre de Hugo Chávez. En estos días mi padre me comentó con satisfacción cómo, hace poco, unos estudiantes (otros, estamos hablando de una década) finalmente colocaron una sencilla cinta y una fotografía de Rómulo Betancourt en el “aula 1” de este liceo público de la provincia venezolana. Ahora nadie se opuso, me comentó. Son señales de los tiempos que se viven en Venezuela. Cañizalez se refirió nuevamente a Betancourt el 1 de octubre de 2019, en el artículo “Rómulo íntimo” publicado en el portal Efecto Cocuyo. Dijo entonces: -Rómulo Betancourt, a quien podemos llamar sin vergüenza el padre de la democracia moderna en Venezuela, falleció el 28 de septiembre de 1981. Nunca lo vi en persona. La imagen que recuerdo más directamente de verlo en televisión fue cuando dijo “we will come back”, para anunciar que los adecos volverían al poder tras perder Luis Piñerúa en las elecciones de 1978 ante Luis Herrera Campins…. Betancourt en la década de los 70, cuando yo andaba ya acercándome a mítines políticos, aun siendo un niño, había optado por retirarse de la vida pública. Ha sido una excepción, en nuestra historia, ya que sabiamente entendió que había cumplido su papel. Y agregó: -Sin haber tenido nunca un contacto directo con Betancourt, es posiblemente sin embargo la figura pública de la que pude saber más detalles de su lado humano. Una tía mía, a mitad de los años 70, sirvió en la casa de Rómulo. Era una de las personas que limpiaba en la casa del expresidente. Aquello me intrigaba y cada tanto que mi tía iba de visita a Barquisimeto la atormentaba yo haciéndole preguntas sobre Betancourt. En seguida precisó: -Hago un ejercicio de memoria de aquellas conversaciones con mi tía y es la primera vez que escribo sobre este asunto. Me atrevo a esbozar tres características personales de Rómulo, de un Rómulo en su mundo íntimo.


La fama que tuvo Betancourt de ser un cascarrabias, una persona irascible, es cierta. Mi tía me contaba de rabietas que agarraba Rómulo. Le molestaban fundamentalmente cosas de la vida política. Se enardecía, y lo hizo muchas veces, al saber de los sonados casos de corrupción que envolvieron al primer gobierno de Pérez (1974-79). Apuntó después: Adecos de la vieja guardia, me contaba mi tía, venían a contarle situaciones o casos en los que la megalomanía de Pérez y su séquito hacían de las suyas con los fondos públicos. Betancourt era intolerante con la corrupción y los malos manejos públicos, aún en el espacio de su casa.

[“El Rómulo que me dibujaba mi tía era el de un hombre obsesionado con el país”]

-Pese a esa imagen dura que exhibió en público, Rómulo fue una persona amable con las personas que le rodeaban y le servían. Mi tía siempre recordaba experiencias infames, personas a las que sirvió la humillaron o vejaron. Y aquello lo contraponía con la amabilidad y el buen trato que Betancourt le brindó a la gente, en su gran mayoría de origen humilde como él mismo, que le atendían o ayudaban con las labores domésticas. Sin embargo. “El hombre que en su época tuvo el mayor poder en el país, que tuvo tanto poder que pudo renunciar a él para construir una democracia, era un hombre sencillo, un ser humano sin ínfulas en su mundo hogareño. Obsesionado con el país A continuación manifestó: -Y aunque Rómulo se había salido del juego por el poder, seguía siendo una referencia, dentro y fuera del país, por aquella casa desfilaban políticos, diplomáticos, recibía llamadas de líderes extranjeros. Todo aquello seguía ocurriendo pero nada de eso le impedía ser amable con su personal subalterno. Obsesionado con el país. En la última parte del artículo observó: -Finalmente, el Rómulo que me dibujaba mi tía, siendo yo un niño interesado en el devenir de Venezuela, era el de un hombre obsesionado con el país, con la historia de Venezuela, con los problemas que nos aquejaban como nación. Era el Betancourt cuyo tiempo mayor transcurría en su biblioteca, leyendo, escribiendo cartas, juntando información que recogía de revistas y periódicos. Y sí, era humano. Me decía mi tía que se molestaba en extremo cuando le movían algún papel, fuera carta o recorte, que él tuviera dispuesto en algún lugar. Ese Rómulo es posiblemente el hombre público más importante de nuestra historia moderna. Cuanto agradezco tener aquellos destellos de su imagen privada, sencillamente lo enaltecen.

[Tanta falta haces, don Rómulo, en esta hora aciaga que vive desde 1999 la Venezuela que amaste y por la que mucho luchaste para sacarla de lo oscuridad y llevarla a la luz de la modernidad y la decencia! Se han robado el tesoro público que tanto cuidaste y acrecentaste quienes llegaron


al poder, no para combatir la corrupción y fortalecer la institucionalidad que tú contribuiste a construir, sino para ser agentes activos de esa plaga a los fines de beneficiar a sus aliados de las cúpulas envilecidas de las Fuerzas Armadas que tú modernizaste, miembros de la corporación criminal gobernante y los chulos del exterior, encabezados por Fidel Castro, a quien le negaste en enero de 1959 petróleo y recursos económicos. Los cimientos de la Venezuela que ayudaste a construir son muy fuertes y ha resistido tenazmente la embestida, primero del dictador Hugo Chávez Frías, un mediocre teniente coronel retirado del ejército, y desde 2013, a la fecha, junio de 2020, un ignorante agitador social formado por la tiranía cubana, que fue reposero del Metro de Caracas, el narcodictador Nicolás Maduro, cuya ciudadanía venezolana no ha demostrado. La fuerza de las armas que debían defender a los venezolanos serán derrotadas, pronto, por la fuerza de la razón]

TIEMPO DE GOBERNAR


“El

pensamiento de los grandes hombres no se entierra con ellos. Y el mensaje de Rómulo Betancourt a la conciencia y el diálogo, mantiene plena vigencia”. Rafael Andrés Montes de Oca “Betancourt no es cobarde y de ello hay constancia”.. Moisés Moleiro

En dos oportunidades, una de facto y otra de derecho, los destinos de Venezuela estuvieron en manos de este político ejemplar. En la primera gestión, que se extendió del 19 de octubre de 1945 al 17 de febrero de 1948, desencadenó los motores de la modernidad, hasta entonces detenidos, para devolverle al pueblo la soberanía confiscada durante siglos por quienes detentaron el poder. Los sucesos militares del 18 de octubre de 1945, que derrocaron el gobierno del general Isaías Medina Angarita se suscitaron por el empeño de éste de negarse a que en el país se realizaran elecciones libres, universales y directas para escoger al presidente de la República y a los representantes del pueblo, es decir, Congreso Nacional, Asambleas Legislativas y concejales. Asimismo, por el descontento de la oficialidad joven, mal remunerada y bajo las órdenes de oficiales montoneros del gomecismo. Aunque se formó el siguiente día de tales hechos una Junta Revolucionaria de Gobierno presidida por Rómulo Betancourt, éste reconocería años después que se trató de un golpe de Estado.


Sin

embargo, estableció la democracia., al contrario de lo que ocurrió con el teniente coronel [r] Hugo Chávez Frías, cuando el 4 de febrero de 1992 empleó las armas de la República para hacerse del poder, que logró con votos en diciembre de 1998, para años más tarde establecer el sistema político antidemocrático que denominó socialismo del siglo XXI, todavía con presencia en julio de 2020, bajo la figura de una corporación criminal del narcotráfico internacional, bajo el mando de Nicolás Maduro. La Junta fue constituida en el palacio de Miraflores durante la tarde del 19 y además de Betancourt formaron parte de la misma Gonzalo Barrios, Raúl Leoni, Luis Beltrán Prieto Figueroa, el mayor Carlos Delgado Chalbaud, el capitán Mario Ricardo Vargas y Edmundo Fernández, quien había servido de enlace entre militares y civiles. Se planteó desde el principio institucionalizar la democracia a través del voto universal, directo y secreto, y sanear la administración pública. El primer gabinete quedó integrado por cinco ministros de Acción Democrática: Valmore Rodríguez (Relaciones Interiores), Carlos D"Ascoli (Hacienda), Juan Pablo Pérez Alfonzo (Fomento), Luis Lander (Obras Públicas) y Raúl Leoni (Transporte); cuatro independientes: Carlos Morales (Relaciones Exteriores), Humberto García Arocha (Educación), Edmundo Fernández (Sanidad y Asistencia Social) y Eduardo Mendoza Goiticoa (Agricultura y Cría); y los militares, Carlos Delgado Chalbaud (Defensa) y Mario Vargas (Comunicaciones). Ésta fue su Acta Constitutiva: Hoy, 19 de octubre de 1945, a las 8 p. m., se reunieron en el Despacho Presidencial del Palacio de Miraflores de Caracas, los ciudadanos Mayor Julio César Vargas, Mayor Carlos Delgado Chalbaud, Mayor Celestino Velazco, Capitán Mario R. Vargas, Teniente Horacio López Conde, Alférez de navío Luis J. Ramírez, Rómulo Betancourt, doctor Raúl Leoni, doctor Gonzalo Barrios, doctor Luis B. Prieto F., doctor Leonardo Ruiz Pineda, Luis Troconis Guerrero, doctor Eligio Anzola Anzola y doctor Edmundo Fernández; los oficiales militares y navales citados en representación del


Comité Militar que ejecutó la Revolución; y los siete siguientes en representación del Partido Acción Democrática que cooperó en la revolución y el último citado como colaborador eficaz de ese movimiento y elemento de enlace entre el Ejército del Pueblo y el Partido del Pueblo, con la finalidad de constituir la Junta Revolucionaria de Gobierno de los Estados Unidos de Venezuela. Examinada la situación política, creada a la República como consecuencia de la revolución, oídos los informes hechos por el Mayor Julio César Vargas a nombre del Comité Militar y por Rómulo Betancourt a nombre de Acción Democrática, se acordó: 1. Constituir una Junta Revolucionaria de Gobierno integrada por siete miembros, los cuales constituirán el Poder Ejecutivo de la Nación. 2. Que esa Junta dure en el ejercicio del Poder Ejecutivo el tiempo necesario para convocar a elecciones generales, elección del Presidente de la República por sufragio universal, directo y secreto, realizar esas elecciones y llevar a cabo cuanto sea necesario a reformar la Constitución Nacional, de acuerdo con la voluntad del Pueblo. 3. Que la Junta Revolucionaria de Gobierno de los Estados Unidos de Venezuela esté formada por los ciudadanos Rómulo Betancourt -como Presidente-, doctor Luis B. Prieto F., Mayor Carlos Delgado Chalbaud, doctor Raúl Leoni, doctor Gonzalo Barrios, Capitán Mario R. Vargas y doctor Edmundo Fernández. En consecuencia, en este mismo acto se declara constituida la Junta Revolucionaria de Gobierno de los Estados Unidos de Venezuela y asume inmediatamente el Poder Ejecutivo de la República. Y sus miembros, mediante acuerdo aprobado por unanimidad, resuelven mantener la continuidad administrativa del país, mediante fórmula que se llevará a la práctica después de nueva discusión del Consejo. En fe de la cual firman (L. S.): Rómulo Betancourt, Luis B. Prieto F., Julio César Vargas, Carlos Delgado Chalbaud, Gonzalo Barrios, Raúl Leoni, Mario R. Vargas, Edmundo Fernández, Celestino Velazco, Horacio López Conde, Leonardo Ruiz Pineda, Eligio Anzola Anzola, Luis Troconis Guerrero, Luis J. Ramírez. Luis Beltrán Prieto Figueroa, Raúl Leoni, Carlos Delgado Chalbaud, Rómulo Betancourt, Mario Vargas, Edmundo Fernández, Gonzalo Barrios y Valmore Rodríguez. El talante democrático de esta Junta Revolucionaria de Gobierno surgida de un golpe de fuerza, quedó evidenciado desde el primer decreto que emitió, del tenor siguiente: -La Junta Revolucionaria de Gobierno de los Estados Unidos de Venezuela, en uso de los plenos poderes asumidos en su Decreto número 1 y considerando: que uno de los objetivos fundamentales de la Revolución del 18 de octubre de 1945 ha sido el integrar una Asamblea Constituyente, mediante la consulta verdaderamente amplia, libre y honesta al pueblo venezolano; Asamblea llamada a dotar a la República de una Carta Fundamental que contenga los modernos principios de la democracia, el derecho y la justicia social y corresponda así adecuadamente a las necesidades históricas de la Nación, Considerando: Que la elección de los miembros de dicha Asamblea Constituyente deberá efectuarse conforme a un Estatuto Electoral que garantice las condiciones señaladas, para lo cual se requiere indispensablemente la existencia de normas legales superiores que amparen los derechos individuales y las actividades de las organizaciones


políticas, de manera que la ciudadanía sienta plenamente asegurado y protegido su derecho al sufragio y estimulado su interés por la cosa pública; Considerando: Que la promulgación de normas para garantizar las libertades públicas habrá de contribuir a la ampliación y mejor ejercicio de las libertades que han existido de hecho bajo el Gobierno Revolucionario; Considerando: Que la defensa del Régimen Revolucionario y de los intereses del pueblo requieren el mantenimiento de las medidas adoptadas que, sin afectar la validez de las libertades públicas, aseguren la permanencia de las conquistas de la Revolución frente a la reacción contrarrevolucionaria y preserven también las regulaciones de orden económico acordadas en defensa de la colectividad, dicta el siguiente decreto número 217. Artículo 1. Se garantiza a los venezolanos los siguientes derechos: 1.El derecho de sufragio para todos los venezolanos mayores de dieciocho años, con las solas excepciones establecidas en el Estatuto Electoral, y, en consecuencia pueden formar parte de los partidos o asociaciones políticas y tienen derecho, sin distinción de sexo, al ejercicio de cargos públicos, salvo que por disposiciones especiales se reclamen condiciones o cualidades particulares. 2. La libertad de pensamiento, manifestada de palabra, por escrito o por medio de la imprenta u otros medios de publicidad, pero quedan sujetos a pena, conforme lo determina la ley, las expresiones que constituyan injuria, calumnia, difamación, ultraje, o instigación a delinquir. No es permitido el anonimato, ni se permite ninguna propaganda de guerra, ni encaminada a subvertir el orden político o social. 3.La libertad de reunión sin armas, pública o privadamente, y sin comprometer el orden público, sin que puedan las autoridades ejercer acto alguno de coacción; y la libertad de asociación, quedando ésta sometida a las restricciones y prohibiciones que establezcan las leyes. La ley reglamentará el ejercicio del derecho de reunión. 4. La libertad de transitar, cambiar de domicilio, ausentarse de la República y volver a ella, observando las formalidades legales; la de llevar y traer sus bienes al país, salvo las limitaciones que exigen el orden público y los intereses de la Nación. 5. La seguridad individual, y por ella: a) Ningún ciudadano podrá ser preso ni arrestado por deudas que provengan de delitos. b) Ni ser juzgado por tribunales o comisiones especialmente creados, sino por sus jueces naturales en virtud de ley preexistente. c) Ni ser preso o detenido sin que preceda información sumaria de haberse cometido un hecho punible que merezca pena corporal y orden escrita del funcionario que decrete la detención con expresión del motivo de la causa, a menos que sea sorprendido in fraganti. El sumario no podrá en ningún caso, prolongarse por más de treinta días después de la detención. d) Ni ser incomunicado. e) Ni ser obligado a prestar juramento ni a sufrir interrogatorio en causa criminal contra sí mismo, ni contra sus ascendientes, o parientes dentro del cuarto grado de consanguinidad o segundo de afinidad, ni contra el cónyuge.


f) Ni continuar en detención si mediante decisión judicial firme hubieren quedado destruidos los fundamentos que la motivaron, ni después de prestar fianza suficiente en los casos en que, pendiente todavía el proceso, permita la ley libertad bajo fianza. g) Ni ser condenado a sufrir pena en materia criminal sino después de haber sido notificado personalmente de los cargos y oído en la forma que indique la ley. h) Ni ser condenado a pena corporal por más de veinte años ni a penas infamantes. Tampoco habrá penas perpetuas aunque no sean corporales. i) Ni ser juzgado otra vez por los mismos hechos punibles que motivaron anteriores enjuiciamientos. j) Ni continuar privado de la libertad por motivos políticos, restablecido que sea el orden, a menos que se trate del cumplimiento de una pena ya impuesta. 6. La libertad personal, y por ella: a) Queda abolido el reclutamiento forzoso para el servicio de las armas, el cual debe prestarse conforme lo disponga la ley. b) Queda proscrita para siempre la esclavitud y serán libres los esclavos que pisen el territorio de la República. c) Todos tienen el derecho de hacer lo que no perjudique a otro, y nadie estará obligado a hacer lo que no estuviere legalmente ordenado, ni impedido de ejecutar lo que la ley no prohíbe. 7. La inviolabilidad de la correspondencia en todas sus formas, y la de los papeles particulares, que sólo podrán ser ocupados por disposición de la autoridad judicial competente y con las formalidades que establezcan las leyes, pero guardándose siempre el secreto respecto a lo doméstico y privado que no tenga relación con el juicio que se ventila. Los libros y documentos de los comerciantes e industriales quedan sujetos, de conformidad con las leyes o sus reglamentos, a las funciones de inspección o fiscalización por parte de los funcionarios correspondientes. 8. La inviolabilidad del hogar doméstico, que no podrá ser allanado sino para impedir la perpetración o consumación de un delito, o para cumplir las decisiones que, de acuerdo con la ley, dicten los tribunales de justicia en los procesos de que conozcan. También estará sujeto a visitas sanitarias conforme a la ley. 9. La libertad de petición ante cualquier funcionario público o corporación oficial, con derecho a tener oportuna respuesta. 10. El derecho de acusar ante los tribunales competentes a los funcionarios que incurran en quebrantamiento de sus deberes. Artículo 2. La enunciación de derechos políticos que anteceden no debe entenderse como una negación de todos los otros que corresponden a los venezolanos en su condición de hombres libres y dignos y que no le habían sido ni suspendidos ni limitados. Artículo 3. El inculpado por los delitos de injuria, difamación o ultraje, podrá prestar fianza de cárcel segura para responder por los efectos del auto de detención hasta sentencia ejecutoriada, en los casos en que obrare auto de detención contra él. Artículo 4. Quedan a salvo todas las disposiciones de los decretos emanados de la Junta Revolucionaria de Gobierno de los Estados Unidos de Venezuela, así como también las medidas de alta policía nacional ya adoptadas por el Gobierno Revolucionario y todas aquellas disposiciones que facultan al ejecutivo, en razón de


situaciones de emergencia, para intervenir en cuestiones de orden económico y financiero. Artículo 5. Se garantiza a la Nación el orden público. Todo acto de instigación, participación o ejecución dirigido a alterar dicho orden por medios violentos, será reprimido y sus autores, cómplices o encubridores, sancionados conforme al Código Penal y a lo dispuesto en el ordinal 2.º del artículo 113 del Código de Justicia Militar. Artículo 6. Los Encargados del Despacho Ejecutivo cuidarán de la ejecución del presente Decreto. Dado, firmado y sellado en el Palacio de Miraflores, en Caracas, a los quince días del mes de marzo de 1946.-Año 136 de la Independencia y 88 de la Federación.(L. S.) Rómulo Betancourt.-Mayor Carlos Delgado Chalbaud, Doctor Raúl Leoni, Mayor Mario R. Vargas, Doctor Gonzalo Barrios, Doctor Luis B. Prieto F., Doctor Edmundo Fernández. Respecto a ese evento histórico ha habido muchos comentarios, inclusive del propio Betancourt, –En octubre de 1945 –aseveró Germán Carrera Damas– se instauró la República liberal democrática y se activóó́ el pleno ejercicio de la soberanía popular, por primera vez, en función de la redefinición democrática del universo electoral; y de la modernización y democratización de los criterios y procedimientos atinentes a la formación, ejercicio y finalidad del Poder Público. De esta manera, a los cien años de haber sido reconocida la Independencia por la que fuera hasta entonces, jurídicamente, nuestra Corona; y de haberse legitimado con ello la procurada conversión de súbditos rebeldes en ciudadanos, se dio comienzo al cabal ejercicio de la Soberanía popular. El historiador añadió: -Desde el inicio de su formulación, en 1945-1946, el Proyecto Nacional liberal democrático aportó, entre otros, tres logros fundamentales y perdurables: en lo social, el haber completado la sociedad venezolana, mediante el reconocimiento a la mujer de sus derechos ciudadanos; en lo sociopolítico, haber instaurado la Soberanía popular como principio legitimador de la formación del Poder público; y en lo político-territorial, el haber impulsado, mediante políticas genuinamente nacionales y participativas, la integración definitiva de la Nación. La personalidad histórica de Rómulo Betancourt está vinculada, de manera primordial, con la reformulación democrática del Proyecto nacional venezolano. Por su parte, la historiadora Ocarina Castillo explicó que Acción Democrática apoyó a un sector militar en su proyecto golpista, “con lo cual se jugaba una carta demasiado importante al contradecir en la práctica el principio de la institucionalidad, que era uno de sus fundamentos como organización comprometida con la democracia y la participación”. Castillo igualmente señaló: -Lo cierto es que esta jornada significó el inicio de un nuevo ciclo en la vida política de nuestro país: dio paso a la modernización de nuestro sistema político, permitió la emergencia de los militares académicos y abrió las puertas a nuevos actores políticos y sociales. […] los años 45 al 47 fueron de un activísimo proceso de institucionalización, reorganización y modernización de las Fuerzas Armadas Venezolanas, a partir de lo cual adquirió una gran importancia, desde el punto de vista


organizacional y estratégico, el Estado Mayor General, instancia responsable de dictar las políticas y pautas para la institución”. Para críticos como Jorge Olavarría, el 18 de octubre “un pequeño grupo de oficiales jóvenes de baja graduación derrocó un gobierno prestigioso, liberal, progresista, civilista y democrático, presidido por un militar que fue el primer oficial de carrera graduado en la Academia Militar, quien ejerció la Presidencia entre 1941 y 1945 sin atropellar, vejar, insultar, maltratar, apresar o exiliar a un solo venezolano”. Olavarría adicionó: - […] La dialéctica empleada para justificar el golpe al general Medina llevó a la denigración de los gobiernos anteriores presididos por militares, a los que se les descalificó con epítetos denigratorios como ‘chopo ‘e piedra’, ‘chácharos’, etc. Para diferenciar a los militares “revolucionarios” y “patriotas” de los anteriores, se desató una feroz campaña de descrédito, se enjuició y condenó mediante tribunales especiales a los generales López Contreras y Medina Angarita, se expulsó de las Fuerzas Armadas a oficiales de alta calificación profesional que no participaron en el golpe. Se hizo tomar parte a los militares ‘revolucionarios’ en las concentraciones políticas que se realizaron entre 1946 y 1947. Se nombraron militares activos en cargos de la administración civil y se recompensó con altos puestos a oficiales muy jóvenes de baja graduación. La similitud con lo que se ha vivido en los últimos años es evidente. Otro opinante fue el periodista e historiador Simón Alberto Consalvi, quien escribió en escribió en 1991: -.Los años 1946 y 1947 habían sido de gran sensibilización y movilización política. El vértigo de la libertad poseía a todos los venezolanos. El 27 de octubre de ese año se elige la Asamblea Nacional Constituyente, votan el 92% de los inscritos en un país donde antes votaban apenas el 5%, en elecciones mediatizadas. La Asamblea se instala en enero y el 5 de julio se promulga la Constitución Nacional. El proceso va hasta el 14 de diciembre, elecciones generales para Presidente de la República, Congreso y Asambleas regionales y el 9 de mayo del 48 elecciones de los Concejos Municipales en los veinte estados. SAC indicó asimismo: -Efectivamente, tras varios meses de deliberación de la Asamblea Nacional Constituyente, se promulgó una nueva Constitución y se puso fecha a las primeras elecciones universales, directas y secretas de Venezuela. el Decreto No 9 de la Junta Revolucionaria de Gobierno, de 22 de octubre de 1945, disponía que ninguno de los miembros de éste podía ser candidato a la presidencia. De igual modo, en su libro Los últimos días de Rómulo Betancourt, el periodista Samuel Robinson apuntó:: -La Revolución de Octubre produce el establecimiento de una Junta presidida por Rómulo Betancourt (1945-1948). La Junta establece por primera vez en la historia de Venezuela, el sufragio universal y directo. Por primera vez las mujeres tienen derecho a concurrir a las urnas electorales; por primera vez todos los hombres y mujeres venezolanos mayores de 18 años, alfabetos y analfabetas, pueden escoger a su gobernante de acuerdo a su criterio personal. Por primera vez, el pueblo en su totalidad elige primero una Asamblea Constituyente y después al Presidente de la República


Uno de sus protagonistas, el doctor Luis Beltrán Prieto Figueroa, uno de los que le confió a Alfredo Peña:en el libro Conversaciones con Luis Beltrán Prieto, publicado por la editorial Ateneo de Caracas -Indudablemente que los sucesos del 18 de octubre de 1945 no cambiaron las relaciones de producción. No hubo modificaciones esenciales en la estructura económico-social. Pero para Venezuela significó una revolución terminar con el gomecismo y el postgomcismo prevalecientes hasta entonces. Las relaciones de poder en nuestro país derivaban de las dictaduras de Gómez y Castro. Por mucho que hayan hecho López Contreras y Medina Angarita, mantenían, sin embargo, intactas las estructuras del poder político. La Revolución de Octubre tuvo la virtud de establecer el verdadero Estado democrático en Venezuela. Creó las relaciones de derecho en todo orden, dejando atrás el personalismo y la arbitrariedad caudillistas. Por primera vez los venezolanos, en forma universal, comenzaron a concurrir a las urnas electorales a fin de elegir a sus gobernantes. Antes, apenas un diez por ciento participaba en las elecciones. Esos sucesos bélicos que dieron al traste con el gobierno del general Isaías Medina Angarita se hubieran producido de todas maneras sin el concurso de Acción Democrática, dada la resistencia de este gobernante a una ruptura definitiva con el gomecismo y a producir los cambios políticos que les permitiera a los venezolanos ejercer sus derechos democráticos a plenitud. Más tarde serían calificados más tarde por el propio Betancourt en su conocido libro Venezuela Política y Petróleo como “un golpe de Estado típico y no una bravía insurgencia popular”. Lo cual era cierto, pero por primera vez en Venezuela se producía una insurgencia castrense que tuvo como propósito no establecer una dictadura, sino facilitarle al pueblo el ejercicio absoluto de sus derechos políticos, económicos, sociales y culturales que nunca hasta entonces había practicado. Sin embargo, como lo acotó El Nacional en un editorial del 18 de octubre de 2005, “aquel golpe de Estado muy pronto se convirtió en un movimiento político de largo alcance, cuyas reformas cambiaron la historia venezolanos” y “entonces se conquistaron derechos que nadie después pudo negar, como la elección directa de presidente y la idea de que la sociedad exige demandas justas y reformas necesarias”. El editorial recordó que la asonada militar se consumó “Por la negativa a reformar la Constitución y permitir la elección directa del Presidente de la República; la enfermedad trágica del doctor Diógenes Escalante, el candidato que había logrado que AD y el gobierno lo respaldaran de manera conjunta”. Además, Omar Gómez Castañeda se refirió a ese hecho político, en Monografías.com, en los siguientes términos: -Durante su administración, Isaías Medina Angarita impulsa una política moderada de apertura democrática a la cual se enfrenta una tendencia que pretende acelerar el proceso. Esas dos concepciones se endurecen al aprobarse la reforma a la ley electoral, la cual no incluye la votación universal, directa y secreta para la sucesión presidencial, tal como lo exige la oposición. Rómulo Betancourt y Acción Democrática, presentan el alcance de la reforma electoral como signo inequívoco de la escasa disposición del gobierno a concretar las reformas democráticas.


Por otro lado, en las Fuerzas Armadas, una generación de jóvenes oficiales ven sus aspiraciones de ascenso obstruidas por viejos militares a quienes acusan de atrasados, corruptos y de no querer abandonar el poder. Los sectores civil y militar insatisfechos entran en contacto. Un grupo de oficiales encabezado por Marcos Pérez Jiménez se reúne con Raúl Leoni y Rómulo Betancourt. A ellos se unen, luego, Luis Beltrán Prieto Figueroa y Gonzalo Barrios. La conspiración se pone en marcha. Acción Democrática realiza un mitin en el Nuevo Circo de Caracas, de manifiesto contenido insurreccional, el cual confirma las noticias que tiene el gobierno sobre acciones conspirativas. Ante esto, el 17 de octubre se decide acuartelar las tropas y son detenidos varios de los cabecillas militares de la conspiración, entre quienes se encuentra Pérez Jiménez. Al día siguiente estalla la insurrección en la Escuela Militar, seguida por los cuarteles San Carlos, La Planta, Miraflores y la base aérea de Maracay. El gobierno recupera el cuartel San Carlos, pero Medina no ordena atacar la Escuela Militar por temor a que mueran los cadetes. La situación se complica para el gobierno el día 19 cuando se pierde nuevamente el cuartel San Carlos, esta vez en manos de la insurrección civil. El presidente decide entonces rendirse. La tarde del 19, se constituye en Miraflores la Junta Revolucionaria de Gobierno, presidida por Rómulo Betancourt e integrada por Gonzalo Barrios, Raúl Leoni, Luis Beltrán Prieto Figueroa, el mayor Carlos Delgado Chalbaud, el capitán Mario Ricardo Vargas y Edmundo Fernández, quien había servido de enlace entre militares y civiles. La Junta Revolucionaria de Gobierno fija desde el principio sus dos líneas de acción: institucionalizar la democracia a través del voto universal, directo y secreto, y sanear la administración pública. Cabe observar que en el Mensaje que le presentara a la Asamblea Nacional Constituyente el 20 de enero de 1947 Betancourt, al referirse a la asonada militar que puso fin al régimen medinista, reveló que el “sentimiento de repulsa contra lo existente y el anhelo de un nuevo estilo de Estado penetró a los cuarteles, por entre los intersticios de las pétreas murallas conque el régimen se empeñó siempre en aislar de la Nación a las Fuerzas Armadas”, agregando que “También el Ejército era una víctima del régimen, porque su desarrollo profesional lo entrababa la vigencia en su conducción de las prácticas del empirismo, personalismo y desbarajuste en el manejo de los dineros fiscales característicos de toda la Administración”. En ese documento precisó que “Los hombres conscientes de las Fuerzas Armadas sentían, además, cómo gravitaba sobre ellos la tácita acusación colectiva de ser los sustentadores casi únicos de una semi-dictadura de aparentes perfiles militaristas, cuando en realidad sólo había un régimen autocrático jefaturado por Generales-Presidentes, en exclusivo beneficio suyo y de las camarillas de intelectuales y traficantes que les formaban séquito”, lo cual “incubó la Junta Patriótica Militar”, formada inicialmente por “algunos oficiales surgidos de las aulas castrenses, militares formados profesionalmente en escuelas técnicas de Venezuela y del exterior”, pero que “Pronto el grupo extendió su ramificación clandestina a todos los cuarteles de las más importantes guarniciones de la República: la de Caracas y la de Maracay, y a las de muchas dispersas en el vasto ámbito venezolano”. Refirió asimismo que “La cuantía y calidad de los oficiales que se juramentaron para ese movimiento revela, al observador desaprensivo, cómo era de extenso y de


intenso el sentimiento de repulsa alimentado en los pechos jóvenes de los militares venezolanos contra el régimen y sus prácticas”. Del mismo modo acotó que “Esos insurgentes venían resueltos a rectificar el clásico esquema de los pronunciamientos venezolanos. No querían la sustitución de un autócrata por un régimen militarista. Los animaba un sincero y desinteresado empeño de civilidad. Y por eso buscaron contacto con el Partido Acción Democrática, única fuerza políticamente organizada que a diario libraba lucha sin desmayos y sin pausas contra cuanto significaba, en lo político y en lo administrativo, vergüenza para la República”. Betancourt aclaró: -Estas páginas se escriben para contribuir a esclarecer un trozo de intensa historia venezolana, será necesario detenerse en este punto para recordar la actitud asumida, ante el reclamo de cooperación que le solicitó la Unión Patriótica Militar, por los dirigentes de esa agrupación política. Como toda colectividad políticamente organizada y con vocación de Poder, Acción Democrática deseaba gobernar. Sus hombres y mujeres no eran iconoclastas de inclinaciones anárquicas, sólo empeñados en destruir lo que conceptuaban perjudicial a Venezuela. Querían contribuir, con manos y espíritu, a la edificación de un orden nuevo, basa- mentado en la democracia efectiva, en el nacionalismo económico y en la justicia social. Por tales circunstancias, resultaba particularmente tentadora para ellos la proposición formulada por la Unión Patriótica Militar, después de demostrar con datos verídicos y convincentes que en sus manos estaba el control de las palancas decisivas de comando de las fuerzas armadas de tierra, mar y aire. El presidente de la Junta advirtió: -Sin embargo, no revelaron los dirigentes de Acción Democrática inclinación al aventurerismo político, ni desenfrenada ansia de mando. En cordial discusión con la oficialidad coaligada en sus patrióticos fines, se llegó a la unánime conclusión de que debía buscarse una salida evolutiva para la situación existente. Fue entonces cuando parlamentaron dirigentes de ese Partido con el Doctor Diógenes Escalante, para entonces Embajador de Venezuela en Washington, prometiéndole no combatir su candidatura si le daba a la Nación prendas concretas en fianza de sus promesas de garantizar libertad de sufragio, honestidad en el manejo de la cosa pública y renovación modernizadora de las instituciones nacionales, entre ellas el Ejército de la República. Luego indicó que “Eliminada esa candidatura, por la dolorosa circunstancia de todos conocida, se arbitró otra fórmula política, en el casi angustioso empeño de eludir el golpe de Estado. Se propuso, acordados los dirigentes acciondemocratistas con los dirigentes de la Unión Patriótica Militar, que en vez del Doctor Ángel Biaggini, candidato de imposición escogido ya por el gran elector de Miraflores, se eligiera un Presidente Provisional, producto de entendimiento entre las fuerzas políticas actuantes y los sectores dirigentes en la vida nacional, y el cual convocaría al país a elecciones directas para la escogencia de un Jefe del Estado en el curso de un año de Gobierno”. Dijo seguidamente que “Los militares proyectaban hacer llegar hasta los hombres que estaban en Miraflores su simpatía por esa fórmula, mientras que al sector civil nos correspondió la tarea de popularizarla en la calle y sembrarla en la conciencia colectiva”. Pero cuando “ se iniciaba el debate público en torno de esa proposición transaccional, ridiculizada y escarnecida desde el primer momento por la prensa


oficiosa del régimen, cuando el Gobierno de Medina Angarita comenzó a detener a oficiales comprometidos en el movimiento”. Por lo tanto, “La insurgencia del 18 de octubre fue la respuesta de la Unión Patriótica Militar a una ofensiva represiva desatada contra sus miembros y encaminada a ahogar las ansias que animaban a los auténticos personeros del Ejército Nacional de servir lealmente a Venezuela y a la institución armada”. El talante democrático de Rómulo Betancourt quedó demostrado cuando al convocarse la Asamblea Nacional Constituyente para redactar la nueva Carta Magna que establecería la organización de elecciones libres, directas, universales y secretas para la escogencia del futuro presidente de la República escribió con su puño y letra en el Decreto convocando ese evento que “ningún miembro de la Junta Revolucionaria podría presentar como candidato presidencial en las elecciones venideras”. Pero además La Junta fijó en 4 mil bolívares los sueldos del presidente, el secretario, los ministros y el gobernador del Distrito Federal, que anteriormente eran de 10.250 y 6 mil bolívares, respectivamente. Igualmente estableció que ningún funcionario del Gobierno central o de los institutos autónomos podrá devengar un sueldo superior a los 4 mil bolívares. Otros logros de la Junta Revolucionaria fueron: ruptura con el régimen dictatorial de Francisco Franco, de España; la creación de un Jurado de Responsabilidad Civil y Administrativa con Facultades Extraordinarias para Juzgar Delitos de Peculado, lo que permitió expropiar bienes de los herederos del ex dictador Juan Vicente Gómez por 18 millones 100 mil 320 bolívares con 53 céntimos, una fortuna entonces; la imposición de un impuesto único extraordinario a las empresas e individualidades cuyas ganancias excedían los 800 mil bolívares; la elevación del capital del Banco Obrero a 70 millones de bolívares para construir mil casas en Caracas y tres mil en Cumaná, Maracay, Barquisimeto, Ciudad Bolívar, Maturín, Barcelona, Valencia, San Cristóbal, Coro, San Fernando o Barinas, Cabimas, Puerto La Cruz y Valera; el establecimiento de un fondo de 10 millones de bolívares como aporte del Gobierno para la creación de la Marina Mercante Nacional; creación del Consejo de Economía Nacional con el fin de que contribuya a orientar la política del Estado en materias fiscales y económicas y de la Corporación Venezolana de Fomento, que hizo posible el inicio de la industrialización del país. Pero además, con el ejemplo, Betancourt estableció el requisito de la declaración jurada de bienes de los funcionarios al asumir el cargo y al cesar en el mismo. José Salazar Meneses declaró lo siguiente respecto a la importancia de la Junta Revolucionaria de Gobierno: -De 1945 a 1948 en Venezuela se opera una transformación, que tímidamente había comenzado a realizarse desde la terminación del régimen gomecista, y la cual se trataba de frenar como incompatible con las prerrogativas de casta y con los intereses y privilegios de una oligarquía que se esforzaba en mantenerse en el poder.

[En la Venezuela destruida por el dictador Hugo Chávez Frías y el narcodictador Nicolás esas sumas de dinero resultan ridículas, dada la pulverización


del bolívar que estos dos siniestros personajes hicieron en 20 años. pero en el trienio democrático 1945-1948 eran enormes, dado el poder adquisitivo que en es época tenía tenía nuestro signo monetario] A continuación se presenta una cronología incompleta de las actividades de la Junta Revolucionaria de Gobierno_

1945

22/10. Se crea una comisión para determinar las personas que no podrán disponer de sus depósitos de valores y dineros que se encuentren en poder de los bancos. 27/10. Designación de Rafael Caldera como Procurador General de la Nación. 30/10. Es reconocida la Junta por Estados Unidos al considerar que este régimen es más democrático que el anterior. 2/11. Ruptura de Relaciones con el régimen del dictador español Francisco Franco. 11/11. La Junta publica una lista de los presuntos acusados de peculado. 28/11. Creación de un Jurado de Responsabilidad Civil y Administrativa con Facultades Extraordinarias para Juzgar Delitos de Peculado. 29/11. Salen desterrados los ex presidentes Isaías Medina Angarita y Eleazar López Contreras, lo mismo que 14 altos funcionarios del depuesto Gobierno, entre ellos Arturo Uslar Pietri, Vicencio Pérez Soto y Luis Gerónimo Pietri. 30/11. 5/12. La Junta anuncia la expresión de bienes a los Gómez por un monto de 18 millones 100 mil 320 bolívares con 53 céntimos. 13/12. El gobernador del Distrito Federal, Gonzalo Barrios, procede a la legalización del Partido Socialista Venezolano, de J.T. Rojas Contreras. 24/12. Rebaja de entre el 10 y el 15% del canon de arrendamiento de las viviendas del Distrito Federal y Distrito Sucre del Estado Miranda. 27/12. El ministro de Relaciones Interiores, Valmore Rodríguez, suprime el semanario humorista El Morrocoy Azul. 31/12. Imposición de un impuesto extraordinario a las empresas e individualidades cuyas ganancias excedan los 800 mil bolívares por una sola vez.

1946 13/1. El ministro de la Defensa, Carlos Delgado Chalbaud, le hace entrega al presidente de la Asamblea Nacional Constituyente de un manifiesto de solidaridad de las Fuerzas Armadas con ese organismo. 14/1. Se anuncia la detención de Noé Valera y Narciso Cacique por comprobárseles su participación en un brote conspirativo de carácter


contrarrevolucionario. Por tal motivo, unas 20 mil personas se congregan en la plaza Urdaneta de Caracas para solidarizarse con el Gobierno y repudiar la conspiración reaccionaria. 18/1. 2/2. La Comisión de Juristas designa por la Junta para redactar el Estatuto Electoral le hace entrega formal del mismo al presidente Betancourt. 7/2. El Jurado de Responsabilidad Civil y Administrativa condena al general Vicencio Pérez Soto a devolverle a la Nación más de 20 millones de bolívares. 14/3. El Jurado de Responsabilidad Civil y Administrativa condena al doctor Arturo Uslar Pietri a reintegrar todos sus bienes al patrimonio nacional. 15/3. Restitución de las garantías constitucionales en todo el territorio nacional. 1/4. Queda instalado el Consejo Supremo Electoral, presidido por Jesús Enrique Losada. 9/4. Emisión de un Decreto contra los Préstamos Usurarios, por considerar que la usura en todas sus manifestaciones es contraria al orden público y por ello debe considerarse ilícita y perseguírsele plenamente. En el mismo se prohíbe también el embargo de sueldos, pensiones o salarios menores de 400 bolívares, cualesquiera que sean las causas, salvo en los juicios de alimento. Y los superiores a esta cifra hasta 1.200 bolívares, podrán embargarse solamente una quinta parte. 1/6. Miles de alumnos de los colegios privados desfilan en protesta ante el Ministerio de Educación Nacional por el contenido del Decreto-Ley Nº 321 sobre calificaciones, promociones y exámenes aparecido en la Gaceta Oficial Nº 178 Extraordinario del 30 de mayo pasado. 5/6. Alumnos de los liceos y escuelas de Caracas manifiestan en apoyo al Decreto 321. 19/6. Es modificado el Decreto 321 y sustituido por el 344, motivo por el cual la Federación Venezolana de Maestros y el Colegio de Profesores de Venezuela expresan públicamente su repudio y renuncian el ministro de Educación, Humberto García Arocha, así como los directores de ese despacho. 2/7. Por Decreto 367 se crea en el Ministerio de Relaciones Interiores la Dirección de Identificación… Se extienden las disposiciones del decreto 344 referidas a la promoción sin exámenes del estudiantado de Primaria, Secundaria y Normal. 19/7. La Junta anuncia la develación de un complot lopecista con participación de varios miembros de COPEI. 22/ 7. Rómulo Betancourt llega a México desde La Habana en visita oficial y tanto él como su comitiva son declarados huéspedes de honor en la capital mexicana.


5/8. Por Decreto 376 la Junta fija para el domingo 27 de octubre la fecha de las elecciones para la Asamblea Nacional Constituyente. 15/9. Se produce un motín en el Cuartel Ambrosio Plaza, dominado rápidamente por fuerzas leales, con saldo de cuatro muertos y varios heridos. Lo dirige el comandante y jefe de la Guarnición de Caracas Enrique Rincón Calcaño.

1947

El 13 de enero el ministro de la Defensa, Carlos Delgado Chalbaud, lee ante la Asamblea Nacional Constituyente un documento de apoyo por parte del ejército a la Junta Revolucionaria de Gobierno y al parlamento…El 20 de enero presenta un Mensaje de la gestión de la Junta Revolucionaria de Gobierno que preside a la Asamblea Nacional Constituyente…El 5 de julio la Asamblea Nacional Constituyente sanciona la nueva Constitución de la República, promulgada por la Junta Revolucionaria de Gobierno… El 21 de octubre la Asamblea Nacional Constituyente prolonga las funciones ejercidas por la Junta Revolucionaria de Gobierno hasta la elección y toma de posesión del nuevo presidente de la República…El 14 de diciembre Rómulo Gallegos resulta elegido presidente.

1948.

El 12 de febrero presenta al Congreso Nacional el último mensaje al frente de la Junta Revolucionaria de Gobierno…El 15 del mismo mes le entrega la banda presidencial a don Rómulo Gallegos…El 6 de abril aparece en Caracas, publicado por la Imprenta Nacional, Trayectoria Democrática de una Revolución. En la misma fecha viaja a Bogotá como jefe de la delegación de Venezuela a la IX Conferencia Interamericana… El 24 de mayo se reincorpora a la presidencia de Acción Democrática durante un mitin celebrado en el Nuevo Circo de Caracas…El 24 de noviembre es derrocado por un golpe militar el presidente Rómulo Gallegos…El 1º de diciembre, luego de estar en la clandestinidad para evitar ser detenido por los golpistas, se refugia en la embajada de Colombia…La Junta Militar declara a Acción Democrática fuera de la ley. En su segunda gestión presidencial, esta vez con la plataforma democrática que había creado durante el trienio de la Junta Revolucionaria de Gobierno, tras resultar triunfador en los comicios presidenciales del 7 diciembre de 1958, fue juramentado por el doctor Raúl Leoni, su compañero de lucha desde los lejanos tiempos de la juventud, en su condición de presidente del Congreso Nacional, el 13 de febrero de 1959.


En esas elecciones obtuvo 1.284.092 sufragios, 49,18% de los votos presidenciales, un éxito rotundo si se toma en consideración la popularidad de la que gozaba el vicealmirante Wolfgang Larrazábal, candidato de Unión Republicana Democrática y el Partido Comunista de Venezuela, que ilegalizaría por la conducta política francamente subversiva y antidemocrática de su dirigencia. -A las 11 y 48 minutos de la mañana –registró El Nacional- el doctor Edgar Sanabria, hasta ese día presidente de la Junta de Gobierno, pasó la bandera tricolor al doctor Leoni y éste cruzó la insignia presidencial sobre el pecho de Rómulo Betancourt, quien un minuto después recibió el collar con las llaves del Arca que guarda el Acta del Congreso de 1811 y los del Panteón Nacional, donde reposan los restos del Libertador Simón Bolívar. A las 11 y 52 minutos el presidente Betancourt firmó el Acta de Entrega de las Llaves y lo propio hicieron Raúl Leoni y Rafael Caldera como presidentes de las Cámaras del Senado y de Diputados, respectivamente; José Manuel Padilla, Julio Horacio Rosales, los miembros de la Junta de Gobierno saliente y el secretario de la misma y otros funcionarios de alto rango. Ya investido como presidente, Rómulo Betancourt inició el discurso de toma de posesión a las 12m. y lo concluyó a las 12:55 pm. Así se expresó: En respetuoso acatamiento de lo dispuesto por el soberano Congreso, que fijó la fecha de hoy para la iniciación del régimen constitucional, acabo de jurar que cumpliré y haré cumplir fielmente la Constitución y las leyes, en ejercicio de la Presidencia de la República. Al comparecer ante el Poder Legislativo, auténtica expresión del pueblo porque el pueblo lo eligió -por el sistema democrático del sufragio directo, universal y secreto- en los inobjetables comicios del pasado 7 de diciembre, no he cumplido sólo con una fórmula de ritual. Sobrecogido el ánimo por la magnitud y responsabilidad de la tarea por venir, planteada a los venezolanos de hoy en términos de reto, he sentido muy dentro de mí mismo la trascendencia de este acto, un eslabón más de singular proyección dentro del proceso revalorativo de la nacionalidad, iniciado en Venezuela el primero de enero de 1958. En esta fecha memorable estalló, frente al régimen dictatorial instaurado el 24 de noviembre de 1948, la sorda pero sostenida oposición a la arbitrariedad erigida en fórmula de gobierno, que siempre estuvo presente en vastos sectores de las Fuerzas Armadas. Precedieron a ese estallido insurgente de grupos militares, transitoriamente debelado, las heroicas refriegas callejeras, en Caracas y en otras ciudades, de estudiantes, pueblo y mujeres inermes contra el despotismo superarmado, respuesta de la nación al escarnio plebiscitario. Y culminó la primera fase de esa marcha resuelta de Venezuela hacia la reconquista de sus libertades y hacia la recuperación de su dignidad colectiva, con los históricos sucesos del 23 de enero, cuando las Fuerzas Armadas y un vastísimo frente civil, confluyendo en la empresa libertadora, le dieron el empellón final al podrido armatoste del despotismo. La aurora de la libertad alumbró de nuevo en esta tierra, en esta tierra donde nunca se extinguió el ansia de vida libre y digna. Los diez años de oprobio dejaron, en aleccionador contraste con sus muchos balances negativos, uno enaltecedor: el de que durante esa década las cárceles de Venezuela y los países hospitalarios con el exilado político, estuvieron poblados por millares de venezolanos leales a lo que es entrañable e irrenunciable para la nación: la


pasión de libertad. En 1952, esa pasión inextinguible se expresó en la derrota aplastante que sufrió la dictadura al llamar a consulta comicial, cuyos resultados fueron irrespetados y burlados; y por ella, por la pasión de libertad, docenas de venezolanos ilustres murieron en las cárceles, en el destierro o asesinados en las calles. Algunas de sus madres y de sus viudas, algunos de sus huérfanos, están aquí presentes, en el palco de honor del Palacio Legislativo. Nombrarlos a ellos, mis amigos entrañables, me estrujará el corazón, pero lo hago porque siento que así se acrecerán mis modestas capacidades para cumplir hasta el fin, sin desfallecimientos ni claudicaciones, el terrible deber y el honroso cometido que me confirió el pueblo al elegirme su Presidente. Que sobre nosotros gravite, en esta hora impar, como inexorable mandato de no cejar en el empeño de hacer de Venezuela una patria ya para siempre inserta dentro de un estilo de vida democrática, inmunizada contra la recurrencia dictatorial, la imperecedera presencia inmaterial de Leonardo Ruiz Pineda, de Alberto Carnevali, de Antonio Pinto Salinas, de Andrés Eloy Blanco, de Valmore Rodríguez, de Luis Hurtado Higuera, de Luis Troconis Guerrero, de Cástor Nieves Ríos, de Víctor Alvarado, de tantos otros más; de las víctimas anónimas de Turén, Tunapuy y Tunapuicito; de los que murieron en las cárceles, en el campo de concen¬tración de Guasina y en las jornadas callejeras de enero del 58; de los que sin ser militantes políticos los hizo sus víctimas la vesanía criminal del régimen, como el industrial Mario Pérez Pisanti; y de los militares que fallecieron en el exilio o fueron también victimados, como el teniente coronel Mario Ricardo Vargas; los capitanes Juan Bautista Rojas, Wilfrido Omaña y el teniente León Droz Blanco. Homenaje a su memoria esclarecida, a ellos que ya están en el panteón de la inmortalidad, rindo en esta hora de júbilo republicano para la patria. Derrocado el despotismo, Venezuela demostró, en forma que desmantela definitivamente la tesis acerca de la vocación anarcoide de su pueblo, elaborada por sociólogos improvisados al servicio de las dictaduras, su capacidad para el disfrute y ejercicio de las formas democráticas de gobierno y de vida. Demostró ser "vieja en los usos de la sociedad civil”, como la decía el Libertador Bolívar en su Carta de Jamaica, al desarrollar una concepción optimista relacionada con la actitud de las entonces colonias americanas para desenvolverse, una vez conquistada su soberanía, dentro de los sistemas políticos de derecho. Sin asomo alguno de jactancia nacionalista, de mal gusto, con la objetividad de quien constata una realidad de positivos relieves en el acontecer de esta tan incomprendida y, a veces, calumniada América Latina, señaló el hecho de que no su cedió al despotismo unipersonal la enconada disputa de grupos por el poder, y de que eliminado el orden mecánico impuesto a la sociedad por el terror, no advino una situación caótica. Hubo, es cierto, brotes aislados de inadaptabilidad al orden de cosas democráticas, promovidas por grupos sin mayor arraigo colectivo, como fueron los del 23 de julio y el 7 de septiembre, pero ambos fracasaron ante la actitud institucionalista de las Fuerzas Armadas y ante la irrenunciable decisión de los venezolanos de todos los estratos sociales y de todas las condiciones económicas, de cerrarles el paso a los empresarios del retroceso. Se han apreciado síntomas de desajuste en las relaciones entre gobierno y población, con manifestaciones de autoridad, reguladoras de la vida de relación en las modernas sociedades civilizadas. Pero esas manifestaciones de irrespeto a los poderes constituidos, han sido consecuencia de problemas sociales irresueltos acumulados a lo largo de la década dictatorial, y en algunos casos las han


promovido directamente agentes de los prófugos que aún operan dentro del país, pero ninguna de ellas ha significado riesgos de que la sociedad venezolana se sienta amenazada en sus bases estructurales. Por lo contrario, lo que Venezuela ha vivido y el mundo democrático ha admirado, es una etapa posterior a la dictadura regida por gobiernos respetuosos de la libertad y de la dignidad ciudadanas, y una nación de conciencia cívica adulta, capacitada plenamente para transitar por los caminos pacíficos de la ley democrática hacia el logro de su estabilidad institucional. Honrar honra, dijo José Martí. Y me honro dejando testimoniada de la gratitud nacional para los hombres que encarnaron y respetaron, desde el gobierno de la República, la voluntad democrática de Venezuela en el breve lapso de doce meses y días de provisionalidad, que van del 23 de enero de 1958 a esta fecha de hoy, en la cual se inicia el quinquenio de gobierno constitucional. Cito los nombres del contralmirante Wolfgang Larrazábal, primer Presidente de la Junta de Gobierno, militar civilista que dio el ejemplo de abandonar el poder para competir como simple ciudadano, en limpia lid electoral, con un ilustre venezolano, el doctor Rafael Caldera, y conmigo mismo, y de ser de los primeros en acatar y en pedir a sus numerosos partidarios que acataran el veredicto de la mayoría popular; y el doctor Edgar Sanabria, jurista y profesor de eminentes cualidades, quien también en calidad de Presidente de la Junta impartió lección a América de estricta imparcialidad en la difícil hora de arbitrar el proceso de comicios, y quien desciende hoy de su alta investidura con la satisfacción de haber dejado de su paso por el poder indeleble huella de su paso por el poder. Y junto con Larrazábal y Sanabria compartieron, en distintas etapas, la responsabilidad de cogobernar a la República, tres civiles de conocida vocación de servicio público y de respeto a la dignidad del hombre y a las libertades del ciudadano: Don Eugenio Mendoza y los doctores Blas Lamberti y Arturo Sosa. Justicia al mérito se rinde cuando a estos hombres se agregan los de tres militares que también, in¬tegrados a la Junta de Gobierno, fueron fieles a la actitud institucionalista que Venezuela siempre esperó de sus Fuerzas Armadas y al propósito que en éstas se aprecia de contribuir a la estabilidad del régimen democrático, respaldándola con las armas que les entregó la República. Me refiero a los coroneles Pedro José Quevedo y Carlos Luis Araque y al capitán de navío Miguel Rodríguez Olivares. Esa exitosa manera de conducir al país en el tránsito de despotismo a constitucionalidad, ejercida por la Junta de Gobierno, hubiera sido esfuerzo fallido sin el concurso de la nación. Esta lo aportó, de manera espléndida. Así como en los días de la gran revolución francesa la gente deponía sus discordias ante las contraofensivas monárquicas de los coaligados de Coblenza al grito de "Unión sagrada: la Patria en peligro", así los venezolanos sellamos un pacto de unidad nacional, escrito en la conciencia de todos, para preservar la libertad recién recobrada. Patronos y obreros llegaron a fórmulas de avenimiento, y ni una sola huelga de envergadura ha entorpecido en los últimos tiempos el normal proceso de la producción, y la Federación de Cámaras y el Comité Sindical Unificado sincronizaron su paso al frente solidario cuantas veces estuvo amenazado el orden de cosas nuevas. Los gremios de profesionales suscribieron un pacto solemne comprometiéndose ante el país y ante la historia a no prestar jamás sus servicios de técnicos a un régimen de usurpación. El estudiantado de las universidades de la República ocupó siempre los lugares de mayor


riesgo, con alardosa y hermosa decisión juvenil, cuando se vislumbraron, o se concretaron, peligros de retroceso en la evolución del país hacia la constitucionalidad. Y, los factores últimos, últimos en esta exposición, aun cuando en la escala jerárquizadora de importancia les corresponden rangos más preeminentes que hicieron posible el éxito hasta ahora logrado en la experiencia democrática venezolana, fueron la posición asumida por las Fuerzas Armadas y por los partidos organizados, las primeras marginándose al debate político y a la controversia ideológica, y aportándole respaldo consecuente al régimen provisional; los partidos dando una revelación impresionante de clara conciencia de sus responsabilidades con el destino de Venezuela. En forma sumaria y esquemática, siquiera, debe recordarse y precisarse los contornos de esa actitud de las diversas corrientes ideológicas organizadas en partidos, y más cuando, ciudadanos congresantes, ha tenido ella otra expresión positiva muy reciente en la forma como ha sido integrado el primer Gabinete Ejecutivo del gobierno constitucional, al cual tomaré el juramento de ley en el Palacio de Miraflores, dentro de pocos momentos. Los partidos políticos venezolanos, obligados por el despotismo a laborar en la clandestinidad, convinieron en una acción concertada y unida para abrirle a Venezuela caminos hacia el orden democrático. La Junta Patriótica, de tan relevante actuación en las postrimerías del régimen de los diez años, fue una de las expresiones visibles de ese acuerdo. Su vigencia hizo posible que no se presentaran fisuras, sino compactación en las filas populares, en los inolvidables días de las jornadas multitudinarias de diciembre de 1957 y enero de 1958. Y al recuperar la nación su fisonomía democrática, el pacto para erradicar al despotismo se transformó en otro, de tregua en la pugna interpartidaria y de esfuerzo coordinado para ofrecer a la nación soluciones a sus problemas básicos, políticos, económicos y sociales. Dentro y fuera de Venezuela -debemos reconocerlo y admitirlo- se apretó con no disimulado escepticismo, ese compromiso acordado entre colectividades partidistas con programas propios y diferenciados, con estilo y filosofía políticos autónomas, que en el trienio 1945/1948 habían consentido ásperamente en el parlamento, en la prensa y en la calle; y animados cada uno de ellos por el impulso que se conceptúa generalmente como la única fuente energética de los partidos democráticos: la conquista del poder por la vía del sufragio, para ejercerlo en ejecución de una plataforma privativa y con sus propios equipos humanos. Los augurios pesimistas fallaron. La discordia interpartidista fue reducida al mínimum y así revelaron sus conductores que habían aprendido la dura lección que a todos los venezolanos nos dio el despotismo. En la clandestinidad, en la cárcel, en el destierro o sobrellevando en la calle una libertad siempre en precario, comprendimos que por la brecha abierta en el frente de la cultura y de la civilidad, se abrió paso la conjura del 24 de noviembre de 1948, de inconfundible signo regresivo y que algunos apoyaron por desprevenida buena fe, conjura que derrotó al gobierno legítimo del Maestro de Venezuela, de Rómulo Gallegos. Mucho más profundo que la regularización de la controversia pública y el respeto a las reglas del juego democrático, fue el sentido que se dio a la tregua interpartidista. Llegó a tan positivos extremos como el de la suscripción, el 31 de octubre de 1958, de un pacto público, en el cual los partidos Acción Democrática, el Social Cristiano COPEI y Unión Republicana Democrática adquirieron compromisos


concretos con la nación, en vísperas de iniciarse la campaña electoral de esas tres colectividades, cada una de ellas con su propio candidato a la Presidencia y con listas propias de aspirantes a cargos electivos en organismos deliberantes. Se comprometieron a darle al debate electoral un sostenido y elevado tono principista, erradicándose el desfogue verbal y la acrimonia personalista; a respetar y a hacer respetar el resultado de los comicios; a popularizas un programa común de gobierno y a que se gobernase luego dentro de un régimen de coalición. El 6 de diciembre de 1958, un día antes de efectuarse las elecciones, como recuerdan emocionados todos los venezolanos, concurrimos Larrazábal, Caldera y yo al local donde sesionaba el Consejo Supremo Electoral, grupo de eminentes ciudadanos que bajo la presidencia idónea del doctor Fidel Rotondaro dirigió y supervisó el proceso de comicios, y allí mismo ratificamos con nuestras firmas, ya en directa posición de contendores por la Presidencia de la República, el anterior pacto del 31 de octubre. El país sabe cómo se cumplieron, con mutua lealtad, esos compromisos. Pero faltaba la prueba de fuego y de ella ha salido indemne la buena fe de los partidos y seguramente acrecida la confianza de la nación en los hombres públicos que conducen las tres más poderosas corrientes nacionales de opinión organizada. Esa prueba era la de la estructuración del nuevo gobierno. Los suspicaces pensaban que, en ejercicio sin trabas de la facultad constitucional que me asiste de escoger libremente al Gabinete Ejecutivo, integraría éste con olvido de los compromisos contraídos con URD y con COPEI. Otros pensaban que a mi reiterada afirmación de que presidiría un gobierno de coalición y no unipartidista, o de sólo miembros de Acción Democrática y de individualidades políticamente independientes, le esperaba un obstáculo insuperable. Aludo al de una presunta intransigencia de urredistas y de copeyanos, deseosos de eludir las corresponsabilidades del poder y de irse en zafarrancho de combate hacia las aspilleras de la oposición. Se agregaba, para darle cierto toque de dramatismo al sombrío cuadro, que esos partidos amigos pensaban utilizar el expediente -para torpedear el ensayo de gobierno de coalición- de hacerme exigencias inaceptables, por cuanto comportarían abdicación de facultades que son privativas del Presidente de la República, según textos constitucionales democráticos y tradiciones muy arraigadas en nuestras costumbres políticas. Fracasaron los cálculos alarmistas de los descreídos, algunos formulados con la mejor buena intención. He podido llegar a un acuerdo de fondo con los partidos políticos, a través de sus jefes doctores Jóvito Villalba y Rafael Caldera, para la integración de un gobierno de ancha base nacional, donde tienen los partidos adecuada representación, así como también los sectores de la producción sin ubicación partidista y los grupos técnicos. Acción Democrática, con gesto que me ha conmovido y obligado aún más con esa colectividad política que contribuí a crear, me relevó de responsabilidades disciplinarias para la escogencia del equipo ministerial, dejándome libertad cabal para integrar el gobierno en la forma que conceptuara más apropiada a la buena fe, empeñado con sinceridad en acertar, deseoso de procurar lo mejor para Venezuela, aun a riesgo de aparecer como inconsecuente con personas de mi mejor amistad y con capacidad de servicio público, quienes en esta oportunidad no ocuparán cargos en el Gabinete, porque en ellos estarán otros venezolanos conceptuados también por mí como expresión tangible de la idea de un gobierno con ancha base venezolana, prometido a la nación cuando la recorrí de un extremo a otro


de su amplia geografía, exponiendo en las tribunas públicas los que serían lineamientos de mi conducta como gobernante si resultaba electo Presidente de la República. El gobierno de coalición que hoy será anunciado al país, en decreto ejecutivo que se publicará en la Gaceta Oficial de esta misma fecha, no ha respondido a las reglas de la aritmética electoral. Acción Democrática tendrá sólo dos carteras servidas por dirigentes suyos y tres cada uno de los partidos aliados. Pero ni estos partidos me pidieron esa proporcionalidad, ni lo hecho en esta ocasión consagra una fórmula inmodificable. Prevalece en el Gabinete una mayoría de técnicos, políticamente independientes, unos reafirmados en sus cargos, garantizándose así la continuidad administrativa y la continuidad del servicio a la República de eminentes ciudadanos; otros incorporados ahora al quehacer gubernamental con capacidad indiscutible. Es por causa de los necesarios cambios en el tren ejecutivo de un gobierno que inicia su gestión y bajo el compromiso de poner en marcha a un régimen de coalición, por lo que el Gabinete ha sido ratificado sólo parcialmente. Espero y confío en que los valiosos ciudadanos que no continuarán en sus actuales cargos ministeriales podrán seguir prestando en lo futuro servicios a la República y cooperación al Gobierno constitucional. Ha prevalecido también un criterio de amplitud en la escogencia de los gobernadores del Distrito Federal, de los veinte Estados y de los dos territorios. Las conversaciones celebradas por mí para la integración del gobierno se han circunscrito a los partidos políticos Copei y Unión Republicana Democrática. Fueron esas dos colectividades y Acción Democrática, la que me postuló a la Presidencia, las suscriptoras del pacto tripartito del 31 de octubre de 1958. De ese pacto fue excluido el Partido Comunista, por decisión razonada de las organizaciones que lo firmaron. En el transcurso de mi campaña electoral fui explícito en el sentido de que no consultaría al Partido Comunista para la integración del gobierno y en el de que, respetando el derecho de ese partido a actuar como colectividad organizada en el país, miembros suyos no serían llamados por mí para desempeñar cargos administrativos en los cuales se influyera sobre los rumbos de la política nacional e internacional de Venezuela. Esta posición es bien conocida de los venezolanos; y la fundamentaron los tres grandes partidos nacionales en el hecho de que la filosofía política comunista no se compagina con la estructura democrática del Estado venezolano, ni el enjuiciamiento por ese partido de la política internacional que deba seguir Venezuela con los mejores intereses del país. La forma como ha sido integrado el gobierno no responde a un ánimo excluyente y su gestión estará signada por una actitud continuada, firme, de convivencia democrática. Porque la unidad nacional que ayer contribuyó a erradicar a la dictadura y a garantizar el tránsito hacia la constitucionalidad, se requiere ahora, con similar urgencia, para organizar el país sobre bases estables y justicieras. Y es que la coyuntura actual venezolana, sin que alcance a darle asideros a la desesperanza derrotista y negativa, presenta facetas que no deben ocultarse al país. El pueblo venezolano ha preferido siempre conocer no la mentira piadosa, ni la media verdad elusiva, sino la verdad cabal y escueta, directamente dicha, porque del conocimiento de ella extrae reservas de energías para afrontar, tramontar y vencer las dificultades.


El país fue dejado por la dictadura al borde de la bancarrota. Las deudas impagadas suman cantidades cuya magnitud aún no ha sido precisada cabalmente, y ello indujo al gobierno saliente a contraer un crédito con bancos del exterior, que excede de los seiscientos millones de bolívares, y que sería utilizado por el Gobierno constitucional si así lo creyere conveniente. El nuevo gobierno habrá de continuar analizando seriamente el origen de esas deudas, pero ya parece evidente que los compromisos vencibles para el ejercicio fiscal 1959¬1%0 excederán de los quinientos millones de bolívares. La reforma a la Ley del Impuesto sobre la Renta realizada por el gobierno provisional, que el nuestro no se propone modificar en la actual coyuntura económica con el aumento de cargas impositivas, impedirá que el desbalance de la Tesorería Nacional llegue a un límite suscitador de alarmas. Es un hecho indiscutible el que no encontraremos, por la política hacendaria de despilfarrar lo que no desfalcaron, practicada por los hombres de la dictadura, un erario público en condiciones de abundancia, sino de estrechez. Ello reclamará del Gobierno constitucional, para equilibrar las finanzas del Estado y para señalarle una tónica nueva al país, una política de austeridad. El nuevo rriquismo derrochador desaparecerá de las costumbres oficiales. Lo ornamental y suntuario en las obras públicas será radicalmente eliminado. Y junto con todo ello, con mano firme, sin temblor en el pulso ni vacilación en la empresa moralizadora, se castigará sin contemplaciones los delitos del peculado, del tráfico de influencias, del porcentaje corruptor, del favoritismo rentable para quienes lo practican en las colocaciones de comprar por los organismos oficiales o en el otorgamiento de contratos a empresas particulares. De inmediato se pondrá en plena vigencia la Ley contra el Enriquecimiento Ilícito de Funcionarios Públicos. Será integrado el tribunal especial en ella previsto, con representación del Congreso Nacional, de la Corte Federal y de Casación, de la Presidencia de la República y de los partidos políticos con representación parlamentaria. Ante ese tribunal podrá cualquier ciudadano denunciar a quien esté manejando dolosamente los dineros públicos. Y los funcionarios podrán, a su vez, denunciar a los particulares que les propongan negociaciones lesionadoras de los intereses del Fisco, porque tan digno de sanción es el cohechado como quien pretenda cohecharlo. Todos los funcionarios públicos que manejen intereses del Fisco serán instruidos para que hagan declaración jurada de sus bienes propios ante un juez, y esa declaración tendrá carácter de documento público, accesible al conocimiento de cualquier ciudadano que desee informarse de su contenido: "Hay que poner de moda la honradez", pedía Martí, y el Libertador, dirigiéndose al Congreso del Perú, le sugería que dictara "penas terribles contra los agentes del Tesoro que contribuyan a defraudar las rentas públicas". Fieles a esa tradición trunca de exigente moralidad administrativa iniciada por los próceres de la Independencia, seremos los hombres que gobernaremos la República en el próximo quinquenio. Moralizada la administración pública, y continuándose y reafirmándose así lo hecho a partir del 23 de enero; eliminándose todo gasto público superfluo o suntuario, estará en capacidad el Gobierno de afrontar los problemas del desarrollo económico nacional y del mejoramiento de las condiciones de vida del venezolano, que resultan tareas inaplazables. En lo que al primer punto se refiere, sanó la hora, sanó hace mucho tiempo, de que el país encare la necesidad de diversificar y de venezolanizar su producción.


Estamos pendiendo prácticamente, como nación y como estado, de un solo hilo: el petróleo. La mayor parte del producto en dólares de lo que corresponde a Venezuela en la riqueza del subsuelo petrolífero, se transforma en mercancías importadas del exterior, y aun en bienes de consumo fácilmente producibles en el país. No pueden caber dudas de que las inversiones reproductivas que se hagan a través de la Corporación Venezolana de Fomento, del Banco Industrial y del Banco Agrícola y Pecuario, se encuentran entre aquellas reclamadoras de inmediata atención por parte del Estado. El desarrollo armónico de la producción agrícola, ganadera e industrial permitirá al país diversificar su actual fisonomía típicamente monoproductora y afrontar sin zozobras la hora, que inevitablemente llegará, en que se agoten los reservorios del aceite mineral. Dentro de esa política de desarrollo económico parece lo más indicado, y así lo hará de inmediato el gobierno que presidiré, la iniciación de conversaciones de cancillería con el gobierno amigo de Estados Unidos de América, para revisar, por mutuo acuerdo, el Tratado Comercial vigente entre ambos países. De igual modo se procurará arbitrar las fórmulas que hagan coincidir las medidas de proteccionismo arancelario a la industria nacional y el compromiso que no eludirá el gobierno de preferir en sus compras lo nacional a lo importado, con la defensa de los intereses del consumidor, el cual pide calidades aceptables a los productos criollos y que los precios de éstos no sean lesionadores de su débil y quebrantada capacidad de compra. El desarrollo económico nacional reclama la realización de bien estructurados programas, algunos bajo control estatal, como los de la petroquímica y la siderúrgica; o mixtos, como el de la gran cuenca guayanesa, que por la confluencia de la energía eléctrica del Caroní, de las reservas ferrosas prácticamente inagotables, de amplias extensiones territoriales colonizables, de la siderúrgica nacional en marcha, del Orinoco como vía fluvial fácil para el tráfico transoceá¬nico, hacen de ese proyecto uno de los más tentadores para quienes ambicionamos contribuir a la creación de una Venezuela grande, próspera y feliz. Pero es que también faltan carreteras de penetración, complemento de las troncales ya hechas; y electrificación, más acelerada; y una red de puertos y aeropuertos; y obras de riego; y un sistema moderno de telecomunicaciones. Pienso, y así habré de proponerlo al Consejo de Ministros, que debemos proceder a contratar el estudio o realización de esas obras, de acuerdo con indicaciones técnicamente elaboradas, para que se realicen en plazo lo más rápido posible y puedan ser pagadas a las empresas europeas o norteamericanas que las construyan en razonables lapsos de diez a quince años. De igual modo, debe pensarse en utilizar el apreciable grado de capacitación de algunas empresas constructoras nacionales para contratar con ellas la ejecución de obras pagaderas en varias anualidades, mediante el sistema de partidas que se escalonen en sucesivos presupuestos. Pertenece al repertorio que los conceptos más obsoletos, realmente periclitados, la creencia de que un país, al utilizar su crédito público en el mercado nacional o internacional, está enajenando parte de su soberanía. Lo que se requiere es amplia discusión pública de cualquier negociación que vaya a realizarse del tipo de las señaladas, con adecuado conocimiento del soberano Congreso e información cabal al país de lo que se proyecte. Esta utilización racional del crédito público permitirá aplicar aportes fiscales cuantiosos y continuados a la atención de problemas de primera magnitud. Hay en el país un desempleo generalizado y el número de personas sin trabajo, aun cuando no


esté tabulado, alcanza a una impresionante cifra. El promedio de salario-día de una vasta porción del pueblo venezolano es tan bajo que el índice de ingreso de la familia campesina, generalmente muy numerosa, es de apenas ochocientos bolívares anuales, unos sesenta y tres bolívares mensuales. Cada año aumenta en cien mil nuevos venezolanos el número de los que se incorporan al mercado de trabajo, porque en el país existe un evidente predominio de gente joven y cerca del 50% de la población se encuentra en un límite de edad menor de los veinte años. La población campesina carece, en su determinante mayoría, de créditos, de tierras, y su vivienda habitual es el primitivo rancho de paredes de bahareque, techo de paja, piso de tierra, sin servicios sanitarios de ninguna especie. Setecientos mil ranchos constituyen el acervo de vivienda en el que habitan, en condiciones infrahumanas, varios millones de venezolanos. Más de dos millones de adultos analfabetos; cerca de medio millón de niños en edad escolar sin planteles donde concurrir; apenas seis mil estudiantes en escuelas técnicas y artesanales; un déficit acusado de maestros y de profesores; pésimas construcciones escolares. La mortalidad infantil en el grupo de uno a cuatro años de edad es diez veces mayor en Venezuela que la registrada en los países desarrollados. Faltan en casi todas las poblaciones buenos servicios de acueductos y de cloacas y si se continuara su construcción al ritmo actual y no se acelera ese ritmo, se necesitaría el transcurrir de cien años antes de podérsele prestar esos servicios a toda la población. Los servicios asistenciales son insuficientes y faltan hospitales, por lo cual es urgente ejecutar nuevas construcciones, bien distribuidas geográficamente, con el fin de cubrir el déficit existente y las necesidades de una población creciente que reclama tres mil nuevas camas por año. El Seguro Social Obligatorio apenas cubre los riesgos de enfermedad y accidente de trabajo yes imprescindible establecer los de invalidez, ancianidad, muerte y subsidio familiar por el número de hijos. El Estado venezolano le aporta un menor porcentaje a ese Instituto de Seguros Sociales del que al suyo le aporta Chile, nación de reconocidas dificultades financieras. Una política concertada de creación de fuentes permanentes de trabajo, de reforma agraria, de educación, de vivienda, de salud pública, la está exigiendo Venezuela en imperiosa forma, y desatender esas necesidades significaría no sólo criminal renuncia por la sociedad y por el Estado a sus deberes hacia la parte menos favorecida en la distribución de la renta nacional, sino un seguro riesgo de que el país se vea sacudido dentro del plazo más o menos largo por un desbordamiento de masas de pueblos desesperados, similar al turbión de la Guerra Federal. Sería actitud poco responsable de mi parte exponer ahora los lineamientos concretos de un programa de acción administrativa. Habrá de ser discutido por el Gabinete Ejecutivo, después de un plazo prudencial de iniciación de tareas del nuevo gobierno. En su oportunidad será informado el país de los proyectos concretos en los cuales cristalicen estas ideas de carácter general, que por otra parte se ajustan al programa común de acción administrativa que suscribimos los candidatos a la Presidencia de la República el 6 de diciembre. No se dispone de datos serios y confiables como para poder anunciar desde ahora un programa articulado de acción administrativa para los próximos cinco años.


El Departamento de Planeamiento Económico que habrá de organizarse con el concurso de calificados técnicos nacionales y extranjeros, permitirá que para el año 6061 sí pueda presentarse al país un plan a cumplir en los últimos cuatro años del próximo quinquenio de gobierno y aun proyectado más allá de ese lapso, porque no es tiempo que se pierde al insistir, con obstinada reiteración, en que no llegaremos a solucionar armónicamente nuestros complejos y difíciles problemas, si se continúa con el sistema de los planes parciales, desarticulados e inconexos. Una coordinada y vasta acción de conjunto de gobierno y nación, planeada con detenimiento y ejecutada con acometividad agresiva, está pidiendo a gritos Venezuela para echar a andar con pasos seguros hacia un orden social nuevo. Si se está en condiciones de asegurar desde ya que todos los planes administrativos del gobierno se ejecutarán recabando el concurso de la iniciativa privada para su mejor éxito, son tan vastos y difíciles los problemas del país, que para solucionarlos se requiere la cooperación de todos los venezolanos con sensibilidad social. En lo que a política nacional se refiere ninguna duda puede caber de que el gobierno será respetuoso de las libertades públicas y garantizará su ejercicio; nadie será coartado para la exteriorización de sus ideas por todos los medios de expresión hablada o escrita, con la sola restricción de las que establecen las leyes de la República para quienes irrespeten a las instituciones que el pueblo libremente se dio o que pretendan, al amparo de las libertades, promover subversiones o motines. El orden y la democracia son perfectamente conciliables; el irrespeto y la agresión contra las autoridades legítimas no pueden ser tolerados y no serán tolerados. En política internacional la línea de conducta del gobierno será consecuente con los módulos democráticos de su política interna. Apoyaremos a las Naciones Unidas y a la Organización de los Estados Americanos y respetaremos y cumpliremos los pactos internacionales suscritos por las naciones que las integran. Solicitaremos cooperación de otros gobiernos democráticos de América para pedir, unidos, que la Organización de Estados Americanos excluya de su seno a los gobiernos dictatoriales porque no sólo afrentan la dignidad de América sino también porque el artículo 10 de la Carta de Bogotá, acta de constitución de la OEA, establece que sólo pueden formar parte de ese organismo los gobiernos de origen respetable, nacidos de la expresión de la voluntad popular, a través de la única fuente legítima de poder, que son las elecciones libremente realizadas. Regímenes que no respeten los derechos humanos, que conculquen las libertades de sus ciudadanos y los tiranicen con respaldo de policías políticas totalitaristas, deben ser sometidos a riguroso cordón sanitario y erradicados mediante acción pacífica colectiva de la comunidad jurídica interamericana. Tesis coincidentes con éstas aquí esbozadas son sostenidas hoy por partidos y personalidades muy influyentes, tanto de la América Latina como de Estados Unidos. Y quiero aquí rendir un homenaje de gratitud venezolana y de admi¬ración americana a quien, por sostener estas ideas con motivo de la inasistencia de Costa Rica a la X Conferencia Interamericana de Caracas, con el argumento inobjetable de estar gobernado el paíssede por un régimen despótico, afrontó una invasión a su país de tropas reclutadas, entrenadas y armadas por la Internacional de las Dictaduras. Me he referido a quien es hoy, en este recinto, ilustre huésped de Venezuela, el ex Presidente José Figueres.


Con los Estados Unidos, país con el cual nos unen, como con el resto de la América Latina, nexos geopolíticos y de vinculación económica, mantendremos cordiales relaciones, y que por ser con el país más poderoso del continente deberán situarse en un plano diferente de la sumisión colonialista y del desplante provocador. Tengo motivos para creer, y así se lo digo responsablemente al país, que serán normales, sin fricciones y mutuamente provechosas, las relaciones diplomáticas entre Estados Unidos y Venezuela. Se procurará estrechas los nexos con los países de nuestra misma raza, religión, lengua e intereses económicos comunes, ubicados en el ámbito geográfico de América, porque además de los vínculos de tradición e historia nos une a ellos la circunstancia de ser todos países subdesarrollados o insuficientemente desarrollados. Tendremos presente en nuestra política de acercamiento con el resto de Latinoamérica, el apotegma previsivo del Libertador, formulado hace más de un siglo y que conserva plena vigencia: "Sólo la unión de los pueblos latinos de América los hard grandes y respetables ante las demás naciones". Se enfocarán las posibilidades de concertar con otros países latinoamericanos acuerdos subregionales en materia económica y cultural, y se reafirmarán las gestiones iniciadas por el gobierno provisional para que la sede del proyectado Banco Interamericano de Fomento se radique en Caracas, a fin de que se amplíe la hasta ahora tímida política orientada a procurar que los organismos fundamentales del sistema interamericano no funcionen sólo en Washington o en Nueva York. Prestaremos nuestra colaboración a los trabajos exploratorios que se adelantan para la realización, a largo plazo, de la idea del mercado común latinoamericano, movimiento que no debe apreciarse con miope aislacionismo aldeano, ahora que los pueblos asiáticos, africanos y árabes nos están enseñando cómo a través de la concertación de acuerdos multinacionales los pequeños países pueden hacer oír cabalmente su voz en estos tiempos de división del mundo en bloques de grandes potencias. Toda la política nacional e internacional del Gobierno se realizará a la luz del día, en diálogo constante del Gobierno con el pueblo, sin ocultarle nada a la nación, porque en definitiva los gobernantes no son sino mandatarios de ella, y porque es esa vigilancia permanente de la opinión pública lo que le impide al gobernante desviarse hacia el ensimismamiento ególatra, hacia la vacua presunción de infalibilidad. Consultaremos así, sin arrogancia, con humilde ánimo de escuchar y de atender lo razonable, a todos los sectores de la colectividad con respecto a los rumbos políticos y administrativos por imprimirle a la nación. Se continuará el tradicional sistema, en materia religiosa, de libertad de cultos, afincado en sólidas tradiciones. El respeto a todas las creencias de carácter confesional no excluye el reconocimiento de que la mayoría del pueblo venezolano profesa y practica la religión católica. Cordiales serán las relaciones con la Iglesia, cuyo máximo prelado, monseñor Rafael Arias Blanco, ha contribuido en mucho a las buenas relaciones hoy existentes entre la jerarquía eclesiás¬ticas y las distintas colectividades políticas. Personalmente, creo que ha llegado la hora de que se inicien conversaciones con la Santa Sede para presentarle al Congreso de la República fórmulas que permitan, si éste lo considera conveniente, la sustitución de los inoperantes cartabones contenidos en la Ley del Patronato Eclesiástico, legislación perteneciente casi a la


prehistoria de nuestro derecho público, por las normas más flexibles de un moderno modus vivendi, cuidadosamente discutido entre las partes contratantes. La crudeza con que he expuesto algunas de las dificultades y problemas que confronta nuestro país coincide, aun cuando esto parezca paradójico, con la firme actitud de optimismo con que avizoro el porvenir de Venezuela, el inmediato y el mediato. Tenemos problemas, pero con posibilidades de afrontarlos para resolverlos. Nuestras riquezas mineras -petróleo, hierro- serán por varios años fuentes seguras de divisas; cantamos con una población laboriosa, trabajadora, esforzada, y la capitalización nacional ha permitido la formación de grupos de hombres de empresa con agresividad y empuje de capitanes de industria. Hay, además, un estado de ánimo colectivo en esta gran hora venezolana, propicio al entusiasmo, a la confianza en el porvenir, a la fe en el futuro. Conjugando recursos, voluntades y esfuerzos públicos y privados, podemos llevar adelante la empresa de estabilizar un régimen democrático en Venezuela, no sólo garantizador del ejercicio de las libertades ciudadanas sino también eficaz agente creador de riqueza, de cultura y de bienestar general. En esta empresa todos los venezolanos debemos empeñarnos, resueltamente, sin temor alguno por riesgos que amenacen la estabilidad del régimen que hoy se inicia. El Gobierno constitucional nace asistido de un sólido aval de opinión colectiva; y con el respaldo leal de las Fuerzas Armadas. He tenido ya amplio contacto, en mi condición de comandante en jefe de las Fuerzas Armadas que conlleva el cargo de Presidente de la República, con oficiales, suboficiales, clases y soldados del Ejército, la Aviación, la Marina y las Fuerzas Armadas de Cooperación. He podido apreciar que en los venezolanos dedicados al servicio de la patria en la institución castrense, prevalece un afán de superación, de estudio, de trabajo, dentro de un concepto de profesionalización y apoliticismo de la institución. He podido observar también cómo detrás de las fachadas de espectaculares edificaciones, no solicitadas ni deseadas por la institución castrense, se ocultan muchas dificultades y problemas para la mejor estructuración de nuestras Fuerzas Armadas. El Gobierno constitucional les prestará la debida atención, por considerar que son imprescindibles para la República y porque cumplen una silenciosa, abnegada y relevante labor, al garantizar el orden público y la seguridad de las fronteras nacionales. Ciudadanos congresantes: Con el país, a través de vosotros, contraigo el compromiso de venir a otra cita con el Poder Legislativo. Será el 9 de abril de 1964, cuando vaya a entregar a mi sucesor, electo como yo en comicios pacíficos y libres, esta banda tricolor que es símbolo del poder presidencial en Venezuela, y con la cual me cruzó el pecho el señor Presidente del Senado, mi fraternal amigo y compañero de treinta años, Raúl Leoni. Estoy seguro de que cuando dentro de cinco años venga aquí a cumplir con el imperativo constitucional de transferirle la banda presidencial a quien habrá de sucederme en la jefatura del Estado, se podrá decir que he cometido muchos errores y desaciertos en mi gestión de Presidente de la República, por la infalibilidad y la aptitud para acertar siempre, no son virtudes que se hayan dado nunca en ningún ser humano. Pero Venezuela reconocerá entonces -estoy seguro de ello, porque tengo dominio de mis convicciones- cómo durante los años en que cumplí el mandato de Presidente de la República, no actué nunca con intención distinta de la de procurar con


lealtad, con empelo creador, con fe si se quiere fanatizada, la gloria de Venezuela y la felicidad de su pueblo. Ciudadanos senadores; Ciudadanos diputados. En esa ceremonia estuvieron presentes los ex presidentes Rómulo Gallegos y Eleazar López Contreras, de Venezuela, y José Figuera, de Costa Rica; los presidentes de las Cortes Federal y de Casación, monseñor Rafael Arias Blanco, el Alto Mando Militar, el contralor, los 43 miembros de las misiones diplomáticas acreditadas en el país; Roberto García Peña, director de El Tiempo, de Bogotá, y el periodista norteamericano Herbert Mathews, entre otras personalidades. Como nota curiosa cabe señalar que en ambas ocasiones le entregó la banda presidencial a dirigentes del partido al que dedicó todo su esfuerzo, Acción Democrática, herramienta partidista a través de la cual llevó a feliz ejecución

importantes cambios en lo político, lo económico, lo social, lo militar, lo educativo y en lo cultural. El 13 de septiembre de 2007 la colega Eneida Valero, de Diario del Caribe, de Porlamar, Estado Nueva Esparta, Venezuela, analizó la segunda presidencia de Rómulo Betancourt (1959-1964) reconociendo que ese período “fue fue un torbellino desde el punto de vista político y su estabilidad”, el cual “copó la escena mundial y donde las relaciones con Cuba en sus implicaciones de injerencia en nuestros asuntos también constituyeron parte del análisis permanente”. La periodista recordó que “Betancourt había ganado las elecciones el 7 de diciembre de 1958 convocada por la Junta de Gobierno con una votación de 1.284.092 sufragios, un 49,18% de los votos, emitidos para presidente” y “constituyó un gobierno de coalición formado por el partido ganador Acción Democrática, el partido Unión Republicana Democrática (URD)y el partido social cristiano COPEI cuyos líderes


habían firmado el Pacto dé Punto Fijo el 31 de octubre de 1958, días antes de las elecciones, con el fin de comprometerse a apoyar al candidato que resultare ganador y a compartir las labores de gobierno”. Luego mencionó los “Alzamientos militares como el protagonizado por el ex Ministro de la Defensa Castro León; posteriormente otro en 1960 conocido como el Barce!onazo, ambos sofocados por leales al gobierno pusieron en jaque la tranquilidad social” y “la necesidad de eliminar la inmunidad parlamentaria de Teodoro Petkkoff del PCV que había tomado posiciones radicales en contra del Gobierno”. También hizo referencia al “atentado contra el mismo Presidente cuando se preparaba para los actos de celebración el 24 de junio en el año 1961 y cuya responsabilidad directa fue endosada al Gobierno del Dictador Leonidas Trujillo en República Dominicana”, acotando que tales dificultades “no fueron sin embargo obstáculos para que al final de periodo primero de la era democrática venezolana los alcances económicos en materia de crecimiento fueran considerados eficientes por las respectivas autoridades del Banco Central de Venezuela”. El magnicidio frustrado no fue en 1961 como lo sostiene la periodista, sino en 1960. Señaló más adelante que “Con Rómulo Betancourt, se crean oficinas importantes de la Administración Pública e institutos crediticios agrícolas para atender la Reforma Agrícola puesta en marcha en este gobierno llamado de Ancha Base, ya que contaba con la participación de AD COPEI y URD”, y que “En esta fase de consolidación y de controles políticos Juan Pablo Pérez Alfonzo, acelera la creación del cartel de la OPEP cuyo aporte actual a la demanda mundial de crudo se ubica en más del 40% y que ha sido un bastión importante desde el punto de vista de la política económica de la era democrática”. Eneida Valerio mencionó en otra parte de su análisis la promulgación de la nueva Constitución Nacional, el 13 de enero de 1961, la sublevación el 20 de febrero de de ese año, en la Escuela Militar, del coronel Edito Ramírez, sofocada rápidamente por las fuerzas castrenses leales a la institucionalidad, el III Congreso del Partido Comunista de Venezuela el 10 de marzo que impone “una dirección definitivamente insurreccional a la política de dicho partido” y el alzamiento militar ocurrido el 25 de junio del mismo año en Barcelona”. El esclarecedor reportaje periodístico concluyó en los siguientes términos: -El 13 de marzo de 1964, el gobierno cumple la promesa de entregarle la Presidencia al candidato ganador de las elecciones nacionales. Así terminaba el período presidencial de Rómulo Betancourt lleno de problemas políticos pero con una


notable obra hecha en materia de libertades políticas (instauración del régimen de partidos, promulgación de la nueva Constitución); en planificación económica promulgación del Primer Plan de la Nación); en educación (más de 3.000 escuelas primarias y 200 liceos); en el rescate de la industria petrolera (creación de la CVP y apoyo a la OPEP); en política económica (la reactivación y la reforma agraria) y en política exterior (defensa del sistema democrático en el continente). En estos 5 años Venezuela había superado el trauma de un régimen dictatorial y había transitado hacia un sistema de libertades que tuvo su mayor éxito en la estabilidad institucional y en el apoyo de los grupos sociales determinantes (partidos de la coalición, empresarios, sindicatos, las Fuerzas Armadas y la Iglesia Católica) al gobierno, a pesar de las conspiraciones de derecha e izquierda, la lucha armada, la baja en el precio del petróleo, los conflictos con Cuba y las dictaduras de derecha en el Caribe y la reducida productividad económica y social.

[El magnicidio frustrado no fue en 1961 como lo sostiene la periodista, sino en 1960} En esta segunda gestión, que se prolongó del 13 de febrero de 1959 hasta el 13 de marzo de 1964, recuperó la economía, luchó contra el castrismo apoyado por el Partido Comunista de Venezuela y el Movimiento de Izquierda Revolucionaria, llenó de carreteras al país, construyó edificaciones escolares, echó adelante la reforma agraria, hizo frente con energía, pero acogido a la legalidad, a la violencia fomentada por el extremismo en las universidades, escuelas y liceos, se enfrentó a las guerrillas urbanas y rurales, triunfó con el apoyo de las Fuerzas Armadas, a las que modernizó, y las fuerzas populares contra las asonadas militares conocidas como El Carupanazo, El Porteñazo y El Barcelonazo y la invasión desde territorio colombiano del Táchira del general J.M. Castro León, detenido por campesinos cuando huía, dotó a los pueblos de Margarita y Coche de agua potable traída desde el vecino Estado Sucre mediante una tubería subterránea, fortaleció el sistema democrático, logró la vigencia de la Doctrina Betancourt a través de la cual los gobiernos surgidos de asonadas militares no serían reconocidos por los regímenes surgidos de elecciones y, en fin, echó las bases de la modernidad.


A quienes llenaron las calles de Caracas y otras ciudades venezolanas con pintas solicitando su renuncia (RR) él les contestó que “ni un día más ni un día menos permanecería en el poder”. Sin embargo, por razones constitucionales gobernó unos diítas de ñapa. La caricatura de Fonseca fue muy expresiva

Como nota curiosa cabe señalar que en ambas ocasiones le entregó la banda presidencial a dirigentes del partido al que dedicó todo su esfuerzo, Acción Democrática, herramienta partidista a través de la cual llevó a feliz ejecución importantes cambios en lo político, lo económico, lo social, lo militar, lo educativo y en lo cultural,


LA OBRA DE RÓMULO BETANCOURT

De su desempeño durante las dos veces que dirigió los destinos de la República se lee en el Blog de Mario Buffone fechado el 29 de septiembre de 2013, con documentación de la Sala Virtual de Investigación de la Universidad Católica Andrés Bello -Rómulo Betancourt, bien conocido como “Padre de la Democracia”, admirado por muchos, odiado por otros. Su personalidad y trayectoria son importantes y no exentas de polémica. Sin embargo, nadie que sea amante de la democracia podría negar su invalorable aporte en el desarrollo cívico, social, económico, e infraestructural de Venezuela. Se ha escrito mucho sobre Betancourt, la mayoría resaltando su extensa labor, otros pocos se dedican a difamarle porque no permitió que a través de caminos distintos de la legitimidad popular (léase guerrillas e intentos de golpes militares) llegasen al poder. Gracias a la decisión de aceptar el ofrecimiento de los militares que derrocaron a Medina de ser presidente de la Junta Revolucionaria de Gobierno en 1945 se lograron muchos avances políticos, como el voto de las mujeres y los analfabetos, la elección directa del presidente de la república y el Congreso Nacional y la reducción de la edad para el voto de 21 a 18 años, con los cuales se logró la elección del primer ciudadano con total legitimidad popular como lo fue Rómulo Gallegos en 1947. Al mismo tiempo, la inmensa labor de planificación del Trienio Adeco en las áreas de educación, salud, electricidad, vialidad, regadío y otras, cuyos frutos primarios los cosechó la dictadura militar de Marcos Pérez Jiménez a quien erróneamente algunos atribuyen esos logros. Fue también paladín de la institucionalidad en un país acostumbrado a caudillos militares y una de sus grandes creaciones fue el partido Acción Democrática, de innegable impronta en el mejoramiento de los venezolanos y el


avance del país y también la Corporación Venezolana del Petróleo (CVP), la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), la Corporación Venezolana de Guayana (CVG) y la Siderúrgica del Orinoco (SIDOR). Para no ahondar más en esos aspectos, harto conocidos por todos, en este artículo se expresarán solamente algunos de sus logros como gobernante como presidente constitucional de la república (1959-1964). EDUCACIÓN: se crearon 3838 planteles educativos desde el preescolar hasta el bachillerato; fueron activadas las universidades de Carabobo y Oriente y decretados el Instituto Pedagógico de Barquisimeto, la Universidad Centro-Occidental "Lisandro Alvarado" y el Instituto Politécnico de Barquisimeto. CULTURA: fueron creados un total de 126 bibliotecas y 5 museos. SALUD: se pusieron en servicio 34 hospitales, algunos de los cuales son: Oncológico Padre Machado, Pediátrico Elías Toro, Militar Carlos Arvelo, Universitario de Maracaibo, Ildemaro Salas, Francisco Risquez (Caracas), Psiquiátrico El Peñón; Naval Raúl Perdomo Hurtado y Luis Razetti (Barcelona). Además, se transfirieron al sector público el Pediátrico Jesús García Coello y la Maternidad Santa Ana. AMBIENTE: fueron decretados 3 parques nacionales: Yurubí. Yacambú y Canaima. AGRICULTURA: se comenzó la reforma agraria en gran escala a partir de 1960 con la cual se logró afectar 1514200 hectáreas de tierras, provenientes de latifundios, para adjudicárselas a los campesinos; además la superficie bajo regadío creció en 31400 hectáreas. EMBALSES: se inició la construcción de 11 embalses: Quebrada Seca, Lagartijo, Guanapito, Las Majaguas, El Isiro, Santa Clara, Mapara, Guri, el más grande del país, Camatagua, Clavellinos y El Pilar y se culminaron Pueblo Viejo y Macagua. ELECTRICIDAD: la capacidad instalada de generación eléctrica aumentó en 987 megavatios, con lo cual se duplicó la existente hasta 1958. AGUA: el suministro de agua potable creció en 63 millones de metros cúbicos. CLOACAS: la población con este servicio se elevó en más de 500000 habitantes. TRANSPORTE: fueron construidos 3274,9 kilómetros de nuevas carreteras y asfaltados 6956 kilómetros, esta última la mayor cifra en la historia del país. Algunas obras iniciadas o concluidas fueron: las autopistas Regional del Centro (tramo CocheLa Tejerías), Valencia-Puerto Cabello, Charallave, Prados del Este y Norte-Sur (Caracas); las intercomunales Cabimas-Lagunillas, Barcelona-Puerto La Cruz y Antímano; las avenidas Libertador (Caracas) y Circunvalación Nº 1 (Maracaibo); los distribuidores El Pulpo y La Araña; los puentes María Nieves (Guárico-Apure), Simón Bolívar (Venezuela-Colombia), Rafael Urdaneta (Lago de Maracaibo), el más grande del país, La Restinga (Nueva Esparta), el primer puente sobre el Caroní y se dejó en construcción el puente Angostura; los túneles La Cabrera, Los Ocumitos y La Planicie; los aeropuertos de Barquisimeto, Cabimas y Ciudad Guayana y se dejó en construcción el aeropuerto de La Chinita en Maracaibo. VIVIENDAS: Fueron construidas por parte del sector público un total de 33892 viviendas y se comenzó en 1959 el Programa Nacional de Vivienda Rural, destacando que nadie antes había gestionado casas para los campesinos. Estos datos lo transforman sin lugar a dudas en el más grande estadista de Venezuela. (*) Estos fueron actualizados el 15 de abril de 2015. Es importante señalar que durante la dictadura del teniente coronel retirado Hugo Chávez Frías la Siderúrgica del Orinoco, en 2020 casi destruida por la narcodictadura de Nicolás Maduro fue bautizada con el nombre del guerrillero Alfredo Maneiro. Así ha ocurrido con muchas otras obras de la democracia.


El 23 de octubre de 2015 Gabriel Ron publicó en https://es.slideshare.net/ el ensayo Periodo Presidencial de Rómulo Betancourt 1959 1964 donde sintetizó su gestión como presidente constitucional. Sobre los aspectos resaltantes en lo político señaló: -Betancourt tuvo que enfrentar uno de los períodos de gobierno más difíciles en la historia contemporánea nacional, por tener que efectuar la definitiva transición de la república hacia la democracia. En cumplimiento del acuerdo del Programa Mínimo Común, Betancourt conformó su gabinete de gobierno con representantes de su partido, Acción Democrática, y de los movimientos políticos: socialcristiano COPEI y Unión Republicana Democrática (URD). El gabinete de coalición betancourista se destacó por estar integrado de diversos intelectuales y connotados profesionales de la vida pública nacional, como: Juan Pablo Pérez Alfonzo, Mariano Picón Salas, Rafael Pizani, Andrés Aguilar, Luis Beltrán Prieto Figueroa, Arnoldo Gabaldón, Ramón J. Velásquez, Raúl Leoni, Carlos Andrés Pérez, Octavio Lepage, José Antonio Mayobre, Leopoldo Sucre Figarella con representantes de su partido, Acción Democrática, y de los movimientos políticos: socialcristiano COPEI y Unión Republicana Democrática (URD). Ron indicó igualmente: -En este período se ilegalizó al Partido Comunista de Venezuela (PCV) por vincularse a las Fuerzas Armadas de Liberación Nacional (FALN), en una lucha armamentista contra su gobierno. En diciembre de 1961 recibe a John F. Kennedy durante la primera visita oficial de un presidente de los Estados Unidos a Venezuela. En la ocasión Kennedy y Betancourt firmaron el acuerdo de Alianza para el Progreso un programa de ayudas diseñado por el gobierno norteamericano para contrarrestar el avance de la revolución cubana en la América Latina. En cuanto a los aspectos resaltantes en materia económica, precisó que ésta estaba centrada en la independencia económica del país y el estímulo al desarrollo industrial al aplicar el modelo de la CEPAL referente a la sustitución de importaciones -En 1960 -explicó- el Ministro de Minas e Hidrocarburos, Juan Pablo Pérez Alfonzo suscribe en Bagdad, Irak, el acta de creación de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), con el cual se establece una alianza estratégica en materia petrolera junto a países exportadores de crudo, como: Kuwait, Arabia Saudita, Irak e Irán. Ese mismo año el Presidente Betancourt decreta la creación de la Corporación Venezolana de Guayana (CVG) y de la Corporación Venezolana del Petróleo (CVP). Ron agregó: - Según el Banco Central de Venezuela al final de este gobierno, se habían superado las marcas de los años precedentes en cuanto a cifras positivas de recuperación económica, la tasa de crecimiento económico fluctuaba entre el 4 y 5%. En lo social la fuente reveló que el 5 de marzo de ese mismo se promulga la Ley de Reforma Agraria en el histórico sitio del Campo de Carabobo. Asimismo citó que el 24 de junio el régimen va a recibir otro ataque; ese día, el Presidente viajaba en su automóvil oficial rumbo al paseo Los Próceres donde se tenía programado en horas de la mañana un desfile militar en ocasión de celebrarse un aniversario de la batalla de Carabobo.


-Durante el trayecto, -indicó. entrando al paseo, se produce un estallido proveniente de una bomba colocada en un carro estacionado a la derecha que alcanza el automóvil presidencial dejando sin vida al Coronel Armas Pérez, produciendo graves quemaduras en las manos del Presidente e hiriendo a las demás personas. Más adelante acotó que “en los últimos meses del año de 1960 se dictan medidas económicas de emergencia aplicándose una política de control de cambios y la rebaja del sueldo de los empleados públicos en un 10%”. -En el año de 1961 –reveló- se celebra el segundo aniversario del 23 de enero, con la promulgación de la nueva Constitución Nacional que rige desde ese entonces y hasta 1999, el ordenamiento legal del sistema político imperante en el país. A continuación abordó los aspectos resaltantes en materia educacional y cultural precisando que “Durante la gestión de Betancourt se invirtió una gran cantidad del dinero de la nación en la construcción de nuevas escuelas y liceos públicos, se construyeron entonces más de 3.000 escuelas y 200 liceos en todo el país” y La matrícula escolar pasó de 847 mil alumnos en 1958, a 1.6 millones en 1963, más del 90% de la población estudiantil total asistía a las aulas de clase” En lo que respecta a lo cultural afirmo: “Se produce un momento de eclosión creativa en el campo de las artes y de intensos cambios en las costumbres cotidianas”. Además, bajo el título “Rómulo Betancourt y la Venezuela urbana” Arturo Almandoz Marte analizó en dos entregas publicadas en el portal Prodavinci la obra gubernamental betancurista en los espacios urbanos. La primera entrega apareció el 18 de junio de 2020 y la subtituló “la ciudad vitrina”, Por su interés documental se copia textualmente a continuación: “…Tenemos una hermosa ciudad capital, ciudad vitrina comparable a un pumpá de siete reflejos para un hombre que tuviera los pies descalzos….” Rómulo Betancourt, Posición y doctrina (1958)

1. En vista de las desigualdades urbanas y territoriales que contrastaban con las de Caracas, el progreso y desarrollo aparentes de la Venezuela de Pérez Jiménez fueron fustigados por los oponentes a la dictadura. Desterrado por tercera vez en su vida política desde 1949, adalid de esa crítica fue Rómulo Betancourt. Al advertir sobre el contrastante territorio de espejismos, parecía seguir los argumentos de Arturo Uslar Pietri –ya para entonces su enemigo político– en De una a otra Venezuela (1949). En 1957, de visita en Nueva York durante su exilio en Puerto Rico, el líder de Acción Democrática, ante una audiencia en el Carnegie Hall, señalaba a las “dos Venezuelas”


de Pérez Jiménez, “la de exportación, presentada como modelo a imitar por los propagandistas de la dictadura, y por ciertos cruzados de la libre empresa, que en la presunta prosperidad extraordinaria de mi país señalan demostración objetiva de cómo avanzan las naciones cuando las actividades económicas privadas se realizan al margen de la vigilancia y preocupación gubernamentales; y la Venezuela real. En ella, en la real, hay centenares de secuestrados políticos, algunos con hasta siete años de reclusión, ninguno habiendo sido juzgado o sentenciado por jueces; millares de exiliados; prácticas de torturas físicas en las cárceles, idénticas a las que aplicaron en sus tiempos las policías políticas de Hitler y de Stalin; impedimento para la organización por los trabajadores de sus organismos de defensa gremial; anulación radical de todos los partidos políticos; censura rígida sobre la prensa nacional y sobre las agencias internacionales de noticias, que ha venido denunciando sistemáticamente la Sociedad Interamericana de Prensa”. El natural grafismo del líder adeco, aguzado por la percepción del país a la distancia del tercer exilio, puso en perspectiva histórica las contradicciones económicas y políticas, así como los atropellos judiciales y carcelarios de un régimen cuyo progresismo acaso deslumbraba a más de un asistente al Carnegie Hall. Seguramente Betancourt sabía que la fascinación con las obras faraónicas del Nuevo Ideal Nacional (NIN) persistiría entre la masa venezolana, especialmente en la Caracas renovada. Aquí sobre todo, para erradicar los vestigios de la dictadura había que apelar a reivindicaciones políticas más que materiales. Quizás por ello, como buscando recobrar el apoyo capitalino, en mitin pronunciado en la plaza Diego Ibarra a su regreso al país tras el 23 de enero de 1958, Betancourt afirmó que “estaba viva la pasión de la libertad” en el pueblo caraqueño que se había unido, “desde el millonario hasta el limpiabotas, desde el hombre de La Charneca hasta el del Country Club, desde el


sacerdote hasta el seglar, desde la monja hasta la lavandera, para realizar esa gloriosa epopeya de la reconquista de la libertad”. 2. Una suerte de antinomia entre primacía urbana y atraso rural atraviesa el mapa de Venezuela bosquejado por el líder adeco a su regreso del exilio, recogido en los discursos de Posición y doctrina (1958). Por contraste con la “ciudad vitrina, para regodeo de los ojos transeúntes del turista”, Betancourt señalaba, como muestra del atraso agroindustrial, por ejemplo, al millón de kilómetros cuadrados que apenas era atravesado por “algunas excelentes vías de comunicación troncales, pero sin carreteras de penetración”. Así como los escasos caminos vecinales, “a través de los cuales el campesino lleva sus productos a los mercados y centros de consumo, totalmente abandonados”. Fustigando la “megalomanía del dictador” que había pretendido presentarnos como el país líder de América Latina y uno de los primeros del mundo –no en vano Pérez Jiménez acarició el sueño de organizar en Caracas la exposición internacional de 1960 y las olimpíadas de 1964– el líder adeco arremetió en sus discursos contra el crecimiento aparente y el atraso fundamental de la contrastante Venezuela que salía de la dictadura: “Nuestro país ha crecido en una forma distorsionada. Tenemos una hermosa ciudad capital, ciudad vitrina comparable a un pumpá de siete reflejos para un hombre que tuviera los pies descalzos. Porque la Venezuela de Los Andes, de Oriente, de los Llanos, es la misma Venezuela atrasada, la misma Venezuela deprimida y la misma Venezuela paupérrima que existía antes. Hay dos Venezuelas: esta Venezuela de la danza del bolívar, la de Caracas y el Litoral y de algunas zonas del centro del país; la Caracas del ‘5 y 6’ y los rascacielos de 35 pisos. Y la otra Venezuela en la que el hambre es una realidad patética”. Continuando con el reporte antitético de las dos Venezuelas urbana y rural – tema recurrente de la ensayística nacional, sobre todo después de 1945– las desigualdades legadas por la dictadura en términos políticos y económicos, evidenciaban también para Betancourt distorsiones dentro de la misma región central. Poco después de retornar, en conferencia pronunciada en Valencia, centro de la política de sustitución de importaciones que se había adoptado en el país, el líder de AD denunció la gravedad de la millonaria hipertrofia de Caracas –que concentraba un quinto de la población de Venezuela en mucho menos del uno por ciento de su territorio– sobre todo por su falta de base económica sólida. Contrastaba en este último, según Betancorurt, con el ejemplo del São Paulo industrial: “Un país con una capital macrocefálica, la ciudad de Caracas, donde está concentrado en el 0,21 por ciento del área territorial del país un quinto de su población. Ya más de un millón de personas viven en la capital de la república. Y con la circunstancia de que este crecimiento demográfico violento de Caracas no ha coincidido con un crecimiento industrial coetáneo, como sucedió en São Paulo, en el Brasil, porque es bien sabido que por carencia de terreno suficiente y de agua suficiente, Caracas no puede llegar a ser nunca una ciudad industrial. En realidad Caracas ha crecido en esa forma desproporcionada por dos circunstancias: porque allí se concentraron la mayor parte de las inversiones de obras públicas, muchas de ellas en obras suntuarias como teleféricos, Hoteles Humboldts y Avenidas espectaculares, y


porque la población provinciana, especialmente la población campesina, fue impulsada por el hambre a una especie de éxodo, de diáspora, de la periferia al centro”. Junto al secular atraso de regiones de base agraria, Betancourt denunció la hipertrofia caraqueña como debida a obras públicas suntuarias. A través de estas la dictadura había concentrado el excedente petrolero en ciudades no productivas, distorsión que también se acentuó a través del crecimiento administrativo. Esta “sobreurbanización”, “inflación urbana” y “terciarización” de las grandes ciudades era problema común en América Latina y otras regiones del Tercer Mundo, del Brasil de Kubitschek al Egipto de Nasser, como lo registraría la literatura especializada. Sin embargo, Betancourt pareció endilgarlo exclusivamente al caso venezolano, con cierta miopía mostrada asimismo por intelectuales de entonces –Uslar Pietri, Briceño Iragorry, Picón Salas– no exenta de retaliaciones políticas a la dictadura. 3. Como otro ejemplo del privilegiado contraste de la capital con el resto del país, a su regreso Betancourt hizo referencia a la visita a Caracas, en 1954, de una comisión técnica de la Organización de Estados Americanos (OEA). Esa comisión había determinado que en la periferia de “esa ciudad con tantos rascacielos y tanto despliegue de nuevorriquismo arquitectónico, unas 300.000 personas –el 38 por ciento de la población de entonces– vivían amontonadas en lugares que tienen nombres muy significativos: ‘Ciudad Chamizas’, ‘Ciudad Tablitas’, ‘Ciudad Cartón’”. El líder adeco fustigó que en superbloques modernistas como los del conjunto 2 de Diciembre apenas “pudieron ser hacinadas 30.000 personas”, mientras que la población de los cerros llegaba a 300 mil. Ello contradice, por un lado, las aseveraciones del propio Pérez Jiménez, quien reivindicara entre sus logros la “extirpación” de más de 58 mil ranchos caraqueños, dejando apenas 7 mil para el final de su régimen. Por otro lado, la crítica de Betancourt desconocía las innovaciones de una política de vivienda masiva que, no obstante sus apresuramientos, llegó a ser referencia para otros países latinoamericanos, por su experimentación arquitectónica y urbanística. El futuro presidente ofreció dar respuesta al problema de vivienda construyendo a un ritmo de 40 mil unidades por año durante su gobierno, entre 1959 y 1964. Apoyado en el decreto respectivo de 1958, tales promesas fueron concretadas, en el medio campesino, a través del programa de vivienda rural, coordinado por el doctor Arnoldo Gabaldón y adscrito a la División de Malariología del Ministerio de Sanidad y Asistencia Social (MSAS), el cual buscaba erradicar endemias tropicales y mejorar los estándares de la vivienda campesina. Sin embargo, la cuestión del déficit habitacional quedaría como una de los grandes desafíos del ciclo político que se iniciaba. Las promesas habitacionales buscaban acabar con la “vergüenza nacional del rancho” y los “inadecuados y deficientes servicios públicos”, considerados por Betancourt como “los más deplorables” del continente. Era discutible, por un lado, este dictamen con respecto a los servicios nuestros en el contexto de América Latina, donde Venezuela destacaba con una red vial de 36 mil kilómetros, entre otros logros de infraestructura. Por otro lado, hay antecedentes que avalan la existencia de una política habitacional y de expansión urbana desde la década de 1950, al menos en la región metropolitana de Caracas. Tal como recordara Víctor Fossi, el Banco Obrero (BO) no solo había sido principal productor de vivienda pública desde su fundación en 1928, sino que también, por recomendación de comisiones especializadas creadas desde 1945, había venido adquiriendo tierra urbanizable como reserva para la expansión


capitalina, programa que fue después extendido a las principales ciudades del país. Si bien la compra precavida de terrenos fue continuada durante los años cincuenta por el Centro Simón Bolívar (CSB), fue precisamente en la década siguiente cuando sería descuidada en la capital, a pesar de que en 1959 fuera decretado el desarrollo de las ciudades Losada y Fajardo, como satélites de industria y vivienda obrera para Caracas. Con todo y ello, bajo la égida de Leopoldo Martínez Olavarría, su director gerente, el BO pudo constituir en el interior, como ha recordado Alfredo Cilento, “una gran reserva de terrenos que serán insumo fundamental para la construcción de vivienda hasta la década siguiente”. Son muestras de cómo, a pesar de la continuidad en el proyecto modernizador nacional, titubeos en la inversión pública de la democracia recién instaurada, para desmarcarse de la dictadura, desatenderían parte del desarrollo urbano y la inversión y producción en Caracas. En este sentido, si bien comprensible en lo concerniente al desequilibrado programa edilicio del NIN, la temprana reacción de Betancourt contra la “ciudad vitrina”, era en parte una posición ante el hecho metropolitano asociado con la dictadura. Sin embargo, tales reticencias iniciales serían superadas por un vasto programa de obras territoriales y modernización urbana en su conjunto, como veremos en entregas siguientes. La segunda entrega de los dos reportajes de Arturo almandoz Marte, con el subtítulo “infraestructura, vienda y planificación”, tiene como fecha de aparición el 2 de julio de 2020, y aalí el autor describió la obra del presidente Betancourt en esos importantes rubros de la vida ciudadana. Rómulo Betancourt en inauguración del Planetario Humboldt, el 23 de julio de1961. La foto, de autor desconocido, pertenece al ©Archivo Fotografía Urbana, Su construcción se inició en enero de 1959. El Parque del Este, como se llamó inicialmente había sido inaugurado por él el 18 de enero de 1961 y después de su muerte se le dio su nombre hasta que el dictador teniente coronel retirado Hugo Chávez Frías lo reblautizó con el nombre de Generalísimo Francisco de Mirada. Sobre el Planetario Humboldt se lee en Wikipedia, la enciclopedia libre, que “es

una de las instituciones venezolanas dedicada al estudio y enseñanza de la astronomía, astronáutica y ciencias afines” y “El diseño es obra del arquitecto venezolano Carlos Guinand Sandoz”. Además, “el Planetario presta servicio en el área de la enseñanza de la Física, Matemática, Química, Geografía y Ciencias de la Tierra,


contando con personal calificado para el desarrollo de sus actividades, por medio de talleres y cursos”. Así se expresó el autor: 1. Dejando de lado la crítica inicial a la ciudad vitrina heredada de la dictadura de Pérez Jiménez, el gobierno de Rómulo Betancourt (1959-64) dio muestras ingentes de continuar la modernización urbana iniciada desde la era gomecista. Si bien hubo cambios en el énfasis territorial de los proyectos –que se hicieron menos urbanos, puede decirse– las obras públicas continuaron su protagonismo, llevando adelante proyectos ya en desarrollo, al tiempo que emprendiendo nuevos. Así lo demuestran la inauguración, en 1962, del puente General Rafael Urdaneta, sobre el lago de Maracaibo, iniciado cinco años antes; el teleférico de Mérida, el más alto de mundo, comenzado en 1955 y puesto en funcionamiento en el 60; y al año siguiente, la central hidroeléctrica de Macagua, en Guayana, entre otras obras emblemáticas a través de la geografía nacional. Ya desde la restauración democrática de 1958, la antigua Comisión Nacional de Urbanismo (CNU) fue sustituida por la Oficina Central de Coordinación y Planificación (Cordiplán). Este fue el primer organismo que, a través de los planes de la nación, vinculaba desarrollo económico con ordenamiento territorial, en la tónica preconizada en el aménagemet francés, emparentado con el soviético. La plataforma económica para el ordenamiento territorial y las obras públicas a nivel nacional incluyó la creación, en 1958, de la Compañía Anónima de Administración y Fomento Eléctrico (Cadafe); en el sector industrial, el mismo año, el Instituto Venezolano del Hierro y del Acero, presidido por el general Rafael Alfonzo Ravard, junto al Instituto Venezolano de Tecnología Industrial. Dirigida por Juan Pablo Pérez Alfonzo, también fue creada en 1960 la Corporación Venezolana del Petróleo (CVP), al tiempo que era inaugurada la refinería de El Palito, iniciada en 1954, mientras la red de oleoductos alcanzaba 3.200 kilómetros. En paralelo con el mejoramiento sanitario y de regadío liderado por el Instituto Nacional de Obras Sanitarias (INOS) –presidido a la sazón por el ingeniero Julio Urbina– la energía eléctrica requerida por el crecimiento industrial y urbano también evidenció continuidad por parte del nuevo gobierno. En 1959 fueron completadas las turbinas generadoras de la planta térmica de Arrecifes, en el litoral central, la cual había sido iniciada en 1947; fue continuada con los cinco generadores de Tacoa, concluidos en 1962, así como con la planta El Convento, en el distrito Sucre del estado Miranda. Y la piedra angular del desarrollo hidroeléctrico fue la ya mencionada central Macagua I, puesta en funcionamiento en 1961, entre otras obras destacadas por María Elena González Deluca en Venezuela. La construcción de un país… (2013).

[Todas estas obras eléctricas e hidráulicas construpidas durante la gestión de Betancourt y lo otros gobiernos de los cuarenta años de democracia que él inicio, por falta de mantenimiento y la institucionalizada corrupción de las dictaduras del teniente coronel retirado Hugo Chávez Frías y Nicolás Maduro colapsaron, de tal manera que en


julio de 2020, la escasez de agua potable en Caracas, Maracaibo y el resto del país, así como los constantes apagones eléctricos se había convertido en un grave problema social que desmejorarón notablemente la vida de los sectores más vulnerables de la población. RG] 2. Mientras el área metropolitana superaba 2.879.000 habitantes en el censo de 1961, Caracas era realzada con varias obras iniciadas en la década anterior. Así por ejemplo la avenida Francisco de Miranda, comenzada en 1952, a lo largo de la antigua carretera del Este, fue inaugurada en 1959, al mismo tiempo que el hipódromo La Rinconada, comenzado dos años antes. Tanto la astronomía como el entretenimiento capitalinos fueron enriquecidos con el planetario Humboldt, iniciado en 1959 y concluido dos años más tarde, coronado con el domo de veinte metros de diámetro, diseñado por Carlos Guinand Sandoz. Inauguradas durante el gobierno de Betancourt, las 77 hectáreas del parque del Este añadieron asimismo verdor y sofisticación a la metrópoli, especialmente por un paisajismo del renombrado arquitecto brasileño Roberto Burle-Marx y el venezolano Fernando Tábora, junto a John Stoddart, Mauricio Monte y Julio Pessolani, todos bajo la coordinación de Guinand Sandoz. Creadas la Oficina Municipal de Planeamiento Urbano (OMPU) en 1960 y la Oficina Ministerial de Transporte tres años más tarde, por entonces fue puesto en funcionamiento el distribuidor El Pulpo, seguido por La Araña en el 67. A lo largo de la década destacó la labor del ingeniero Leopoldo Sucre Figarella como ministro de Obras Públicas, después de haber estado en la gobernación del estado Bolívar, de donde era oriundo. Tras inaugurarse el tramo Coche-Tejerías de la autopista Caracas-Valencia en 1965, fue iniciada la avenida Libertador, con sus novedosas trincheras, así como la avenida intercomunal de El Valle. Esa vialidad expresa fue completada, desde la cota mil del cerro Ávila, con la avenida Boyacá, “Cota Mil”, que fungió desde finales de la década como autopista perimetral. Aunque algunas fueron concebidas o iniciadas durante el Nuevo Ideal Nacional, esas y otras autopistas y avenidas, completadas por el distribuidor El Ciempiés a comienzos de los setenta, magnificaron y animalizaron, en los gobiernos democráticos, la imagen de la Caracas motorizada y moderna. 3. El sector habitacional fue fortalecido desde 1958 por el decreto del Programa nacional de vivienda rural, respaldado dos años más tarde con la Dirección de Malariología y Saneamiento Ambiental del Ministerio de Sanidad y Asistencia Social (MSAS), así como financiado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Recordemos en este sentido que, desde la primera Dirección de Malariología en 1936, el programa de erradicación del paludismo había sido liderado por el doctor Arnoldo Gabaldón, iniciándose en 1945 el rociamiento con DDT; si para aquel año el número de muertes por malaria era de 143 por cada cien mil habitantes, para 1950 había bajado a cinco, y a cero para 1962, como resalta Rafael Arráiz Lucca en su semblanza del sabio. En el ámbito urbano alcanzó protagonismo la Fundación Vivienda Popular, patrocinada por Eugenio Mendoza Goiticoa, la cual trabajó con la empresa de Vivienda Popular S. A. (Viposa) y créditos del Banco Hipotecario de la Vivienda Popular. Fue una articulación pionera y virtuosa, investigada por Óscar Olinto Camacho en Eugenio Mendoza Goiticoa. Empresario social de la vivienda popular en Venezuela (2007). Con


financiamiento del BID y la Agencia para el Desarrollo Internacional (AID), en el marco de la Alianza para el Progreso, en 1961 fue creado el Sistema Nacional de Ahorro y Préstamo (SNAP). Tal como hace notar Alfredo Cilento, el SNAP fue reforzado con la promulgación, en febrero del mismo año 61, de la Ley general de bancos, cuya especialización contemplaba la banca hipotecaria. Con la reactivación, en agosto, de la Junta de Crédito para la Construcción de Viviendas Urbanas –originalmente creada en 1948– se completó un aparato financiero para la producción y adquisición de vivienda popular que impulsó el crecimiento de este sector hasta finales de la década de 1970.

Leopoldo Sucre Figarella, ministro de Obras Públicas (izq.) y Rómulo Betancourt, presidente de la República, entre otros, durante acto público. Ca. 1961 | Autor desconocido ©Archivo Fotografía Urbana

En Caracas destacó el inicio de la urbanización Pinto Salinas, inaugurada en la avenida Andrés Bello en 1966, así como las Unidades de Desarrollo (UD) de Caricuao, completadas en el 84, abarcando así buena parte del ciclo democrático que se iniciaba. No obstante la envergadura de esos y muchos otros proyectos habitacionales, en 1965 advertía Leopoldo Martínez Olavarría, entonces director del Banco Obrero, que para afrontar el déficit acumulado de vivienda, se necesitaba construir al menos 75 mil unidades tan solo en las ciudades mayores de 25 mil habitantes; ello representaba una vez y media las casi 50 mil unidades producidas por la institución desde 1940. 4. Si bien la Dirección de Urbanismo (DU) del Ministerio de Obras Públicas (MOP) había sido ya creada, fue en 1958, una vez desaparecida la Comisión Nacional


de Urbanismo (CNU), cuando asumió más propiamente las funciones que le correspondían por el Estatuto Orgánico de Ministerios de 1950. Antes de cambiar su nombre a Dirección de Planificación en 1963, la DU desarrolló el plano regulador de La Victoria en 1957, así como los de Guarenas, Guatire, Caucagua y Río Chico al año siguiente. Sin embargo, tal como señaló Víctor Fossi en entrevista con Camacho, parte de ese equipo del MOP tendió entonces a dejar la planificación urbana en manos de los municipios, para concentrarse en el “sistema de ciudades” a nivel territorial, apoyándose para ello en las bases de información provistas por Cordiplán, el Banco Central y los censos. Para esa nueva aproximación se contrató, entre 1959 y 1960, asesores extranjeros como Hubert Bennett, del Greater London Council (GLC); Frederick Gibberd, planificador de la nueva ciudad de Harlow, en Inglaterra; y Lloyd Rodwin, autor de The British New Towns Policy (1956) y posterior colaborador de Ciudad Guayana. Hacia 1962 se produjo un cambio en la denominación y concepción de los planes e instrumentos –Plan de Desarrollo Urbano (PDU), Plan Piloto y Ordenanza de Zonificación– los cuales conformaron una nueva tipología que se superponía en parte con los antiguos planos reguladores de la CNU. Si bien los PDU supusieron un avance en la evolución urbanística venezolana, justamente en la medida en que dieron un paso transicional de urbanismo a planificación, no terminaron de desprenderse del énfasis espacial de aquel. En este sentido, aun cuando se trató de considerar implicaciones económicas y sociales en el desarrollo metodológico y prospectivo del plan, en definitiva predominaron las variables físico-espaciales, por lo que sus resultados fueron similares a los planos reguladores de la CNU. Pero con todo y ello, puede decirse que los PDU mostraron, al igual que mucho de la infraestructura urbana y la vivienda durante la administración de Betancourt, continuidad y avance en la modernización urbanística del país.


EL MAGNICIDIO FRUSTRADO

El 24 de junio de 1960 se produjo el atentado contra su vida en la avenida Los Próceres, donde habría de presidir un desfile militar patrio. Fue una decisión de última hora su asistencia a este acto, pues se encontraba afectado de un virus gripal, por lo que alguien muy cercano a su entorno de seguridad debió transmitirle el dato de última hora a los secuaces del dictador dominicano, artífice de la acción criminal, en Venezuela. El Cuerpo Técnico de Policía Judicial, dirigido para la época por el doctor Rodolfo Plaza Márquez, estuvo a cargo de las investigaciones que en tiempo récord dieron con las pistas que condujeron al esclarecimiento del caso y a la captura de sus autores materiales. El subcomisario Manuel Ramón Terán Quintero, aunque secretario de la División de Menores de ese cuerpo de investigación policial, llevó a cabo las pesquisas pertinentes. Por él supe detalles del atentado que no fueron revelados entonces. Esta fue la versión oficial del atentado, emanada de la Oficina de Prensa de la Presidencia de la República: Hoy a las 9.20 de la mañana, la altura de la Avenida de “Los Símbolos”, cuando el señor Presidente de la República, Don Rómulo Betancourt, acompañado del Ministro de la Defensa, General Josué López Henríquez y su esposa, y del Jefe de la Casa Militar, Coronel Ramón Armas Pérez, se dirigía al acto que se celebraba en la Avenida Los Próceres, con motivo del “Día del Ejército”, un vehículo que se hallaba estacionado a la parte derecha de la vía, estalló por explosión de una carga de gran poder. La explosión ocurrida en el automóvil que allí se hallaba abandonado, alcanzó el vehículo donde viajaban el señor Presidente de la República y sus acompañantes. Asimismo los de la escolta militar del Presidente y el vehículo de la Casa Militar.


El estallido produjo un incendio en el auto del señor Presidente y fragmentos de granadas alcanzaron al vigilante motorizado que guiaba los vehículos y a los autos del señor Presidente y de la escolta militar y de la Casa Militar. La explosión y el incendio provocaron el cierre de las puertas delanteras del automóvil donde viajaban el señor Presidente, impidiendo que los que viajaban en esta parte del vehículo, Coronel Ramón Armas Pérez, Jefe de la Casa Militar y el chofer del auto, pudieran escapar del incendio. Entre tanto, el señor Presidente, el Ministro de la Defensa y su esposa pudieron abandonar el auto después de gran esfuerzo, debido a que también las puertas traseras habían sufrido con el impacto. El señor Presidente de la República sufrió leves quemaduras en las manos y su estado de salud se señala en el presente boletín emitido por los médicos que atienden en el Hospital de la Ciudad Universitaria, donde se encuentra hospitalizado. El señor Presidente de la República se encuentra hospitalizado bajo cuidados médicos por haber sufrido en la mañana de hoy quemaduras de primer grado en manos y cabeza. Sus lesiones no son de gravedad. Su estado general es satisfactorio. Caracas, 24 de junio de 1960. Víctor Brito, Joel Valencia Parparcén, Carlos Gil Yépez, José Ochoa Alfonso Benzecry. En cuanto al señor Ministro de la Defensa y su esposa, sufrieron quemaduras leves y se encuentran también hospitalizados en el Hospital de la Ciudad Universitaria. Es de lamentar que en el atentado pereciera el Coronel Ramón Armas Pérez, Jefe de la Casa Militar, quien sufrió gravísimas quemaduras en todo el cuerpo, al producirse el incendio del automóvil del señor Presidente, por explosión de la carga que se encontraba dentro del vehículo que estaba estacionado en la vía. Desde las once de esta mañana hasta las doce y cuarenta y cinco minutos del mediodía se celebró una reunión del Gabinete Ejecutivo con el Jefe del Estado Mayor Conjunto, General Regulo Pacheco Vivas, el Comandante General del Ejército General Pedro Quevedo y el Contralmirante Ricardo Sosa Ríos en representación de la Marina. No estuvieron en la reunión el General Antonio Briceño Linares quien se encuentra en la Base Aérea de Maracay y el Coronel Carlos Luis Araque quien se encuentra al frente de su Comando en las Fuerzas Armadas de Cooperación. Estuvieron además en la reunión el Procurador General de la Nación, doctor Pablo Ruggieri Parra y el Contralor General de la Nación, doctor Luis A. Pietri; los dirigentes de los partidos políticos, doctor Raúl Leoni, Presidente del Congreso Nacional y Presidente del Partido Acción Democrática; doctor Rafael Caldera, VicePresidente del Congreso Nacional y Secretario General del Partido Social Cristiano Copei, el doctor Jóvito Villalba, Secretario General del Partido Unión Republicana Democrática, y el señor José González Navarro, Presidente de la Confederación de Trabajadores de Venezuela. Fueron discutidos aspectos generales de la situación se acordó que una comisión integrada por los doctores, Juan Pablo Pérez Alfonso, Ministro de Minas e Hidrocarburos, Lorenzo Fernández, Ministro de Fomento e Ignacio Luis Arcaya, Ministro de Relaciones Exteriores, sostuviera una entrevista con el señor Presidente de la República en el Hospital Clínico de la Ciudad Universitaria para someterle a su consideración las medidas acordadas en principio en esta reunión.


La mencionada comisión se encuentra reunida con el señor Presidente en el Hospital Clínico de la Ciudad Universitaria y dentro de poco tiempo se informará al país sobre dichas medidas. Miraflores, junio de 1960. Hora: 12:50p.m. Betancourt llegó a medianoche a Miraflores. Tan pronto llegó a su despacho Betancourt hizo oficialmente, a través de su Oficina de Prensa, las declaraciones que siguen, recogidas por los medios de comunicación social de la época:

El atentado de hoy es una revelación más de que los enemigos nacionales e internacionales de la democracia venezolana no se detienen en medios y procedimientos para establecer el despotismo en este País. Nunca he ignorado los riesgos que comporta una actitud tan decidida e indeclinable como la mía, de contribuir a que en nuestro País se estabilice la democracia representativa, respetuosa de los derechos humanos; se forje una economía propia vigorosa, y que la justicia social y la cultura alcancen a todos los venezolanos. Lo que ha sucedido no me arredrará, y seguiré siendo leal al mandato que recibiera del pueblo de Vezuela en libres elecciones.


Mucho me ha preocupado el riesgo de muerte que corrieron mis acompañantes, general Josué López Henríquez y señora; coronel Ramón Armas Pérez, jefe de la Casa Militar; el chofer Asael Valero y el motorizado Félix Acosta. Agradezco y valoro en toda su magnitud el compromiso mío para futuro, y las palabras de solidaridad que en forma caudalosa han llegado a Miraflores. Por su parte, los periódicos publicarom la noticia el siguiente día. El Nacional registró: El Presidente de la República, señor Rómulo Betancourt, escapó ayer a las 9 y 15 minutos de la mañana de un atentado terrorista cuando se dirigía a la Avenida “Los Próceres” para asistir a los actos que allí se iban a realizar con motivo del Día del Ejército. Cuando la caravana oficial, compuesta por tres vehículos pasaba por la Avenida Los Símbolos, estalló un poderoso explosivo colocado en un automóvil color verde que fue parado a un lado de la vía y accionado a control remoto en el preciso momento en que pasaba frente al sitio el coche presidencial. En el vehículo viajaban el Presidente Betancourt; el Ministro de la Defensa, General de Brigada Josué López Henríquez y su señora esposa, Dora de López Henríquez y el Jefe de la Casa Militar, Coronel Ramón Armas Pérez, quien pereció casi instantáneamente así como Luis Elpidio Rodríguez un joven que se hallaba próximo al lugar y que se dirigía también a presenciar el desfile militar en “Los Próceres”, Tanto el Presidente Betancourt, como los esposos López Henríquez, resultaron lesionados, así como el conductor del carro, Asael Valero, el médico personal del Presidente, Dr. Francisco Pinto Salinas, quien viajaba en otro vehículo y Félix Acosta, el motorizado de la comitiva presidencial. La noticia del atentado se conoció casi de inmediato en toda la ciudad. La gente se volcó en el lugar donde ocurrió el atentado y los dirigentes políticos, así como los miembros del Gabinete y otros altos funcionarios se trasladaron de inmediato al Hospital Militar, en la Ciudad Universitaria, para enterarse del estado de salud del Jefe del Estado. Más tarde, desde Mira- flores, los doctores Raúl Leoni, Rafael Caldera y Jóvito Villalba, dirigentes de los partidos de la coalición, dirigieron alocuciones a la Nación, condenando el reprobable hecho, así como el doctor Rafael Pizani, Ministro de Educación y el Presidente de la Confederación de Trabajadores de Venezuela, José González Navarro. Como consecuencia del repudiado hecho concebido y maquinado desde el exterior por Marcos Pérez Jiménez, Silvio Gutiérrez, Luis Felipe Llovera Páez, y P.A, Gutiérrez Alfaro, en convivencia con el tirano de Santo Domingo, Rafael Leonidas Trujillo. Al mediodía, el Ministro del Interior, dirigió un mensaje al país, dando cuenta del hecho y por la tarde leyó el Decreto por el cual se suspenden o restringen algunas Garantías Institucionales, según lo acordado por el Consejo de Ministros, que estuvo reunido casi todo el día. Por la noche, el Presidente recibió a los periodistas en el Hospital Militar y pasadas las 11 y 45 llegó a Miraflores, desde donde dictó unas declaraciones que se publican en otra parte de esta edición. En la misma fecha el vespertino El Mundo hizo referencia a las pesquisas policiales que se estaban efectuando dirigidas a dar con el paradero de los culpables del frustrado magnicidio.


Según la información periodística, los cuerpos policiales llevaron a cabo un allanamiento en la urbanización Montecristi donde encontraron algunas armas. El 26 de junio la Oficina de Redacción del diario Panorama anunció de manera extraoficial la captura del capitán de Navío Eduardo Morales Luengo por parte de efectivos del Cuerpo Técnico de Policía Judicial. Al ser consultado el subdirector de ese cuerpo policial, José Luis Gutiérrez, declaró que había tenido noticias de que efectivamente el oficial de la Marina había sido capturado. Morales Luengo había sido expulsado del país en febrero pasado. También el periódico zuliano dio cuenta de la captura en las primeras horas de la tarde de ese día del fugitivo Manuel Vicente Yánez Bustamante, a quien se sindica como el hombre clave en las investigaciones que adelanta el Gobierno relacionadas con el atentado criminal. La noticia sobre la detención de este individuo la dio a conocer en el Palacio de Miraflores, poco después de haberse producido la captura, el doctor José Luis Gutiérrez, subdirector del Cuerpo Técnico Policía Judicial y confirmada unos minutos después por el Subdirector del Servicio de lnteligencia Militar, mayor Nicolás Parra. Yánez Bustamante estaba siendo solicitado por todas las autoridades del país desde el pasado viernes para que explique las razones por las cuales había dejado abandonado el automóvil que le fue confiado por su cuñado, Eudoro Cedraro, abandonado en el sitio donde se produjo la explosión. En la misma fecha El Nacional dio cuenta de los recursos combinados de los cuerpos policiales para dar con el paradero de Manuel Vicente Yánez Bustamante, el hombre clave en el atentado contra el presidente Betancourt. El matutino caraqueño agregó: “El Juez de Instrucción, doctor Francisco J. Villarte, acompañado por funcionario de la PTJ, que están siendo asesorados por expertos británicos y chilenos, fue ayer en la mañana a Petare para realizar una inspección ocular de los terrenos adyacentes a una cantera, donde Yánez Bustamante y sus cómplices efectuaron por lo menos dos pruebas del atentado. En ese sector – carretera Petare-Santa Lucía- hay varias canteras en explotación”. El 27 de junio el diario El Mundo, basándose en una declaración suministrada por el ministro del Interior, Luis Augusto Dubuc, anunció el descubrimiento por parte de los cuerpos policiales de todos los hilos de la conjura terrorista. Por su parte, la Secretaria de la Presidencia, informó “que antes de las ocho de la noche de hoy, el Pueblo de Venezuela y el mundo entero, conocerán los detalles exactos, orígenes, proyección y autores del atentado, contra el ciudadano Presidente de la República, en el cual murieron el Jefe de la Casa Militar, General Armas Pérez y el joven Luis Elpidio Rodríguez. El anuncio será hecho por transmisión conjunta radial en la que participará el propio Secretario de la Presidencia, Dr. Ramón J. Velásquez, el Ministro del Interior, Dr. Luis Augusto Dubuc y el Ministro de Justicia Dr, Andrés Aguilar Mawsdley, este último quien ha sido comisionado por el Presidente Betancourt para dirigir la investigación e instrucción judicial del sumario en torno al atentado. El 28 de junio El Mundo aportó más información sobre la acción criminal en el extenso reportaje que se reproduce a continuación: Las informaciones obtenidas por redactores de este periódico revelan La intervención directa del dictador dominicano Rafael Leonidas Trujillo en el atentado de


que fuera víctima el Presidente de la República, señor Rómulo Betancourt, la mañana del viernes próximo pasado en la Avenida Los Símbolos. Hacia ese punto convergen los datos que, pese al secreto sumarial, se desprenden de la actividad desarrollada por los autores materiales hasta ahora apresados, Y así como en la asonada de Castro León, el 20 de abril de este año, quedó demostrado internacionalmente la protección diplomática de Chapita para los facciosos, en esta oportunidad ya ha sido establecido que la máquina infernal que estalló al paso del vehículo presidencial la trajeron desde Santo Domingo, en avión que violó las normas del ATC Internacional y de personeros que recibieron, asimismo, la protección del Gobierno dominicano. Queda demostrado un nuevo y monstruoso atentado de Trujillo contra la paz y la seguridad de las naciones. El anciano tenebroso. Desde hace muchos años se domicilió en Santo Domingo un sujeto que se hace llamar General Juan Manuel Sanoja, a quien Chapita decidió utilizar en su red de espionaje americano y de la isla con la encomienda de que lo tuviera al tanto de cuanto pasaba en nuestro país, lo envió a Caracas. Demás está decir que Sanoja es venezolano y que en la actualidad alcanza a los setenta años. Se trata de un individuo fuerte y vigoroso a pesar de su avanzada edad. Sanoja se constituyó en el principal agente del déspota dominicano, y recientemente viajó a la isla, donde vivió por espacio de tres décadas, llamado por el tirano para confiarle la ejecución del plan definitivo contra la democracia venezolana. Sanoja fue enviado a España por Eduardo Morales Luengo, ex-Capitán de Navío, expulsado por Gobierno venezolano, a raíz de sus actividades conspirativas para ponerlo al frente del equipo que perpetraría el crimen. Cumplido este primer encargo, tomó Sanoja al país y desde aquí prosiguió su labor de espionaje y de contacto con los individuos señalados para llevar a efecto la liquidación del Presidente. Posteriormente, centralizó los medios que hicieran posible el traslado de la maquinaria que debía explosionar en la avenida Los Símbolos y logrado su objetivo, organizó el viaje del avión de Ransa, que tripuló el piloto Juvenal Zavala y en el cual viajaron él y Manuel Vicente Yánez Bustamante junto con Eduardo Morales Luengo, a quien dejaron en un hato denominado La Uriosa, en jurisdicción del Estado Guárico, propiedad de Carlos González Rincones. Morales Luengo se quedó unos días hasta embarcar con las seguridades del caso, la carga explosiva que debían trabajar luego los nazistas y peronistas contratados al efecto y que debía recibir en Caracas Manuel Vicente Yánez Bustamante, ya en connivencia con Luis Cabrera Sifontes y con Lorenzo Mercado. LA INTERVENCION DE “RANSA” “De las averiguaciones practicadas hasta ahora se desprende, que aviones de esta empresa (Rutas Aéreas Nacionales, Sociedad Anónima) de la cual es principal y casi único accionista el Capitán Carlos Chávez volaron a Santo Domingo llevando inicialmente al llamado General Sanoja y trajeron luego al país la maquinaria infernal puesta en acción la mañana del viernes 24 de junio en Los Símbolos. Los capitanes encargados de esta empresa engañaban a los funcionarios del ATC internacional, indican do que realizaban un vuelo de rutina a Miami -La Ransa opera solamente con carga entre Miami y Maiquetía, vía Jamaica- y al regreso, en vez de aterrizar en


puertos internacionales del país tomaba tierra en hatos ubicados en el Estado Guárico, donde dejaban cargamentos de armas que eran traídos desde Santo Domingo con fines subversivos. En este momento, el Gobierno ha intervenido temporalmente la empresa y todos sus aviones han sido puestos en tierra. Se ha establecido que Juvenal Zavala, piloto de la empresa, fue quien tripuló la nave que viajó con la carga explosiva y que trajo asimismo al ex-Capitán de Navío Eduardo Morales Luengo. Trascendió asimismo ayer en la capital que el Mayor (r) Horacio López Conde, Director de Aeronáutica Civil del Ministerio de Comunicaciones, fue removido de su cargo y reemplazado por el señor Milton Inciarte, hasta hace poco funcionario en la Embajada de Venezuela en Chile, por razón de ser él quien autorizaba- ignorando por supuesto los fines de los vuelos y por razón quizás de amistad y conocimiento que tenía del Capitán Chávez, persona persuasiva y de vieja tradición en la aeronáutica venezolana- los vuelos de los aparatos Ransa al exterior. Agitadores para desorientar. El plan del asesinato del Presidente estaba ligado a una acción callejera de agitación que debía llevarse a efecto con la ignorancia de los trabajadores que allí participarían; pero sí con el concurso de conocidos conspiradores infiltrados en sus filas y que fracasó dos días antes por la acción decidida del Comisionado Especial de la Presidencia, señor José Agustín Catalá y la activa cooperación del Gobernador del Distrito Federal, Dr. José Enrique Machado, quien prestó oídos a los múltiples reclamos de Catalá en el sentido de que averiguara la razón por la cual en Los Símbolos precisamente, en un galpón del Ministerio de Obras Públicas, un grupo se había resistido y hecho fuerte, bajo el comando de un individuo de apellido Raga Peralta y de otras personas que con él tenían contacto entre quienes se señala a un señor de nombre Ernesto Rhan, conocido como propietario de caballos de carrera. Los conspiradores llegaron a disponer para esta acción posterior de confusión que crearía un estado caótico proclive a un golpe de fuerza, de más de 1.500 personas en un momento dado. Se insiste en que estas personas seguían creyendo de buena fe en que intervendrían en actos para resolver su problema de desempleo y sólo la dirección estaba implicada en la operación que conocía de antemano. Un grupo sería lanzado a la calle con consignas criminalmente desorientadoras y otro lo seguiría voceando consignas contrarias para provocar choques y acelerar la intervención militar, que esperaban ellos se produciría. Hay evidencia contra Hernán Escarrá Quintana, un dirigente sindical de la dictadura. En una de las casas de Morales Luengo allanada por las autoridades que investigan el atentado contra el Presidente, fue hallada una chaqueta de cuero, de color amarillo propiedad de Escarrá Quintana, quien olvidó en uno de los bolsillos su cédula de identidad. También fue hallada en dicha casa una gran cantidad de hojas con una proclama sediciosa que está encabezada con la mote de “Viva Fidel” y otra relativa a una carta pública del mismo Escarrá Quintana dirigida al pueblo de Venezuela y que fue regada por las calles de Caracas el día anterior al atentado. Manuel Vicente Yánez, Bustamante, quien confesó a las autoridades hasta el mínimo paso que diera para consumar el atentado contra el Presidente fue procesado por desfalco en el Banco


Industrial de Venezuela en el año de 1952, fecha para la cual era cajero del mismo. Y más recientemente se apoderó de 192.000 bolívares en el Distrito Sucre (Petare), en la oportunidad en que desempeñaba el cargo de recaudador de rentas. Se comprobó el ensayo del crimen. Tan seguros estaban los terroristas de que la explosión daría resultado, que no se preocuparon por eliminar una serie de detalles que a la postre aceleraron el esclarecimiento de los hechos. En la casa de Manuel Vicente Yánez Bustamante, por ejemplo, fueron halladas dos fotografías gigantes de igual número de ensayos realizados en las canteras de Mariche, que demostraban la potencia capaz de volcar un vehículo similar al coche presidencial. La fuerza expansiva del infernal artefacto era tal, que el vehículo volcaba y quedaba con las ruedas en el aire. Los hombres probaron incluso con un tractor. El material del explosivo no dejaba huellas, pues, inmediatamente se producía un incendio que borraba hasta el más mínimo indicio. Suerte grande fue que el coche donde viajaban el Presidente Betancourt, el Ministro de la Defensa General José López Henríquez y su esposa y el General Ramón Armas Pérez, trepara la pequeña isla que divide la avenida y se mantuviera en equilibrio, lo que permitió la salida de los ocupantes, segundos antes de producirse el incendio. Las noticias anoche eran tales, que el mismo Chapita da por segura la reacción violenta de Venezuela y de los Organismos internacionales y ha ordenado la movilización general de la isla. Anoche mismo, también, el Canciller venezolano, doctor Ignacio Luis Arcaya, convocó a los diplomáticos americanos acreditados en el país, a una reunión sobre cuyo objeto no fueron enterados los periodistas, pero que se supone está relacionada con esta nueva intervención del dictador de Santo Domingo en la política interna de Venezuela. También el Ministro de Justicia, investido de poderes extraordinarios por el Presidente de la República, confirmó anoche al país la intervención de Trujillo y el estudio de medidas especiales por parte del Gobierno. En la misma fecha, El Nacional conjeturó la posibilidad que estudiaba Venezuela “de invocar el Pacto de Río de Janeiro ante la agresión cometida por Santo Domingo al instigar y organizar el asesinato del Presidente de la República, señor Rómulo Betancourt”, la cual “podría adoptarse en el curso de las próximas horas”. El matutino caraqueño explicó que el Pacto de Río dispone que los Estados Americanos romperán relaciones diplomáticas y comerciales con la nación agresora y se solidarizarán moral y materialmente con el Estado agredido. -Aunque las fuentes oficiales de la Cancillería –reconoció El Nacional- se han mantenido herméticas, nuestros redactores supieron que se ha considerado apelar al Pacto de Río de Janeiro y que posiblemente esta materia fue insinuada por el Canciller Arcaya en la reunión que sostuvo con los Embajadores americanos en la noche del lunes. La misma edición informó también sobre la captura en la noche del día anterior de Lorenzo Mercado, en una avenida de la urbanización Bello Monte, por el propio director de la Digepol, capitán Oscar Zamora Conde. Igualmente la aprehensión en Lídice (en la mañana de ayer) de Hernán Escarrá Quintana, uno de los autores materiales del atentado contra el presidente Betancourt.


El Nacional igualmente le dio cabida al siguiente comunicado del ministro de Justicia, Andrés Aguilar, a cargo de las investigaciones de la acción terrorista: Gracias a la actuación del Cuerpo Técnico de Policía Judicial y de la colaboración recibida de los otros servicios policiales y en general de las autoridades civiles y militares de la República, el Ejecutivo Nacional puede anunciar a la Nación que tiene medios suficientes para establecer el origen del atentado contra la vida del Presidente de la República ocurrido en la mañana del día 24 de junio, en que perdió la vida el Jefe de la Casa Militar, General Ramón Armas Pérez y sufrieron lesiones el Primer Magistrado de la Nación, el Ministro de la Defensa su esposa y otras personas, militares y civiles. Se conoce asimismo el procedimiento empleado por los autores de estos delitos y los medios le que se valieron para introducir al país explosivos y armas. Están en poder de las Autoridades pruebas fehacientes de todos los extremos antes indicados y las declaraciones rendidas por los indiciados y testigos corroboran en todas sus partes la información obtenida después de una cuidadosa y rápida investigación. La mayor parte de los autores y cómplices de los hechos delictivos ocurridos el 24 de junio han sido detenidos y se espera poder anunciar en breve la captura de los estantes. Entre los detenidos se encuentran Eduardo Morales Luengo, Juan Manuel Sanoja, Manuel Vicente Yánez, Lorenzo Mercado, Carlos Chávez, Luis Álvarez Veitía, Juvenal Zabala; se ha ordenado la detención de Luis Cabrera Sifontes, para cuya captura se pide la leal colaboración de todos los ciudadanos. La investigación continúa su curso. No se descarta ninguna hipótesis ni se exceptúa de investigación a ninguna persona que pueda tener conocimiento directo o indirecto del caso o haya participado de algún modo en la comisión del delito. No es posible en este momento en virtud de expresas disposiciones legales revelar los detalles de la averiguación realizada hasta ahora y el buen éxito de la averiguación exige reserva. El Juez Primero de lnstrucción de la Circunscripción Judicial del Distrito Federal y del Estado Miranda y el Fiscal Segundo del Ministerio Público de la misma circunscripción han participado desde el primer momento en la investigación en cumplimiento de los deberes y en ejercicio de las atribuciones “que a cada uno de estos funcionarios señala la Ley. Estamos seguros que el proceso se desarrollará con la mayor celeridad y que todos los responsables serán castigados con las penas que señala la Ley. Está establecido con medios de prueba idóneos la responsabilidad del gobierno de la República Dominicana, desde cuyo territorio fueron traídos implementos con los cuales se perpetró el crimen. Esta última situación plantea problemas que el Gobierno estudia con rapidez para adoptar las decisiones más convenientes a los intereses nacionales”. El 2 de julio los periódicos registraron la decisión adoptada por Venezuela de solicitarle a la Organización de Estados Americanos, la convocatoria de una reunión extraordinaria de Cancilleres Americanos para dar cumplimiento al Pacto de Río de Janeiro y aplicar al gobierno dominicano las sanciones comprendidas en el Artículo 8o. de ese Tratado. Para tal propósito viajó el día anterior a Washington el Embajador ante la OEA, doctor Marcos Falcón Briceño. La decisión de Venezuela fue anunciada por el Ministro de Relaciones Exteriores, doctor Ignacio Luis Arcaya, a todos los Embaladores Americanos


acreditados en Caracas en una ceremonia que se efectuó el mediodía del 1 en la Casa Amarilla, Posteriormente, a las 6.35 pm. –reseñó El Nacional- el Canciller Arcaya hizo el anuncio oficial ante la prensa. Dijo que el Gobierno había decidido invocar el Tratado de Asistencia Recíproca de Río de Janeiro después de examinar las pruebas irrefutables de la participación dominicana en el atentado al Presidente Betancourt. El Canciller Arcaya se refirió concretamente al primer informe del Juez de Instrucción, Dr. José F. Villarte, que junto con el Fiscal Segundo del Ministerio Público, Dr. Enrique Carrasquero, que están participando en el interrogatorio de los derechos y en el examen de las pruebas recogidas por la Policía Técnica Judicial. El informe del Juez de Instrucción Nacional, hace ver la gravedad del complot descubierto al revelar la participación de una nación extranjera. Añadió el Dr. Arcaya que el Embajador en la OEA, doctor Marcos Falcón Briceño, partió a Washington con instrucciones precisas para solicitar una reunión de urgencia del Consejo de la Organización, donde se pedirá la convocatoria de una Reunión de Consulta de Cancilleres, prevista en el Pacto de Río. Se calcula que esa reunión podría ser el próximo miércoles. Una copia de la denuncia será entregada al Secretario General de las Naciones Unidas para mantener informada a la Organización mundial. El texto de la declaración formulada por el Canciller Arcaya a los periodistas es el siguiente: —Este hecho, con el cual culmina un constante proceso de violación de todo lo que configura y define la existencia misma del sistema interamericano, no puede ser tolerado por el Gobierno de Venezuela ni por el resto de las naciones democráticas del Continente, porque entrañan, además de incalificable agresión, la más monstruosa intervención en asuntos internos de Estados Miembros de la Comunidad Americana; el empeño de desquiciar los fundamentos del orden institucional y democrático, y la perversa intención de provocar en nuestros pueblos el desasosiego propicio para las contiendas civiles y la subversión política. —El comedimiento y la ponderación del Gobierno Constitucional de Venezuela y de su pueblo, su apego sincero a las fórmulas institucionales, su ininterrumpida tradición de amistad y respeto hacia los demás Estados y su decidida vocación por el Imperio del derecho en las relaciones internacionales, son los factores que frente a la temeraria agresión de la Dictadura Dominicana, han impedido la explosión de un violento conflicto que habría causado ya numerosas víctimas y destruido de modo irremediable la paz del Continente. —Es todavía convicción del Gobierno Venezolano la de que los recursos previstos en el Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca y en la Carta Constitutiva de la Organización de los Estados Americanos podrían ser capaces, si se les aplica con resolución y firmeza, para hacer frente a tales a atropellos y para restablecer el orden y la paz continentales. —Con La esperanza que esa convicción, el Gobierno que represento ha resuelto solicitar la reunión de Consulta de Ministros de Relaciones Exteriores del Continente Americano, prevista en el Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca, a fin de que ella, a la luz de las pruebas que se presentarán oportunamente, decida la adopción de las medidas apropiadas, dentro de las que señala el artículo octavo del mencionado Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca, para asegurar que en América


prevalezcan el derecho y la paz y para garantizar definitivamente a los Estados Miembros de la Comunidad Americana su defensa contra agresiones como la que se ha realizado contra la democracia venezolana. -Considero que así como el criminal atentado ha servido en la vida interna de nuestra nación para robustecer la unidad democrática de los venezolanos, este paso dado por Venezuela ante la O.E.A. comprobará la unidad democrática de los pueblos de América. El 4 de julio en un amplio reportaje, El Nacional registró: -Los expertos de la Policía Técnica Judicial han logrado determinar que el explosivo empleado en el atentado terrorista contra el Presidente de la República fue trinitrotolueno (T.NT.). La carga explosiva estaba en dos maletas de color verde, ubicadas en el interior del automóvil Oldsmobile estacionado en la vía de la Avenida Los Símbolos. Tanto el explosivo como el aparato de micro-ondas que usó Luis Cabrera Sifontes fueron proporcionados a los terroristas en Santo Domingo. El ex capitán de Navío, Eduardo Morales Luengo, se entrevistó personalmente con el dictador Rafael Leonidas Trujillo Molina, (a) “Chapita”, en la noche del 17 al 18 de junio en una casa que el tirano tiene en un barrio residencial de la capital dominicana. A esa entrevista también asistieron Luis Cabrera Sifontes y el “general” Juan Manuel Sanoja. En círculos de la Policía Técnica Judicial, se dijo que las pruebas recogidas permiten acusar ante cualquier tribunal del mundo al dictador dominicano y conseguir su condena por la participación que le cabe en el atentado criminal. Lo anterior fue confirmado a nuestros redactores en fuentes oficiales, que dijeron que el Embajador de Venezuela en la OEA, doctor Marcos Falcón Briceño, se entrevistó ayer en la mañana con el equipo de la PTJ que dirige la investigación y que le fueron entregadas numerosas pruebas que serán mostradas en la sesión de emergencia a la que se convocará al Consejo de la Organización de Estados Americanos. Desde luego, utilizando reactivos y otros elementos técnicos, se consiguieron los seriales del armamento de fabricación dominicana que fue introducido clandestinamente a Venezuela. Asimismo los detectives de la PTJ rescataron el aparato de micro-ondas que sirvió para hacer explotar el T.N.T. El aparato también fue identificado como de procedencia dominicana. Se agregó a nuestros redactores que la intención del Gobierno Nacional es remitir a la OEA y luego a la Reunión de Consulta de Cancilleres Americanos, que se convocará para aplicar a Santo Domingo las sanciones del Pacto de Río de Janeiro, el mayor cúmulo de pruebas de la participación dominicana en el atentado. Los mismos círculos oficiales citados dijeron que hasta el momento los investigadores disponen de material de esa índole como para presentar una verdadera exposición de armas, explosivos, fotografías y confesiones” que probarán hasta al más ciego que la tiranía de Santo Domingo tuvo participación decisiva en la gestación del atentado yen la realización del mismo. Tanto Manuel Vicente Yánez Bustamante como Eduardo Morales Luengo —que comprometió a toda su familia y en especial a su hermano Ángel en la conjura— Carlos Chávez y otros, han confesado de plano ante los interrogantes policiales. A estos interrogatorios han asistido también el Juez de Instrucción y el Fiscal del Ministerio Público que conocen del caso. Anoche el Canciller Arcaya mencionó este hecho destacando que el sistema democrático, que rechaza las torturas y vejaciones de los


detenidos que utilizaba la dictadura, ha resultado ampliamente satisfactorio. Los detenidos han sido enfrentados a las pruebas que previamente recogieron los investigadores. Esas pruebas son tan aplastantes que los comprometidos no han podido negar su culpabilidad. Tal como se dijo que es decisión del Gobierno permitir que al terminar el estado sumarial de la investigación se permita a los periodistas ver e interrogar por si mismos a los detenidos. El Gobierno ha comprendido que este caso mantiene en tensión y expectativa a todo el Continente americano por lo que se permitirá que los periodistas y corresponsales extranjeros entrevisten al grupo terrorista que utilizó el tirano dominicano para atentar contra la vida del Presidente Betancourt. Las mismas fuentes oficiales consultadas por nuestros redactores dijeron que Manuel Vicente Yánez Bustamante fue el individuo encargado de avisar con una señal previamente convenida a Luis Cabrera Sifontes que aguardaba estratégicamente ubicado para hacer funcionar el aparato de micro-ondas que hizo estallar el T.N.T. La señal de Yánez Bustamante fue sacarse el sombrero al paso de la comitiva presidencial. Cabrera Sifontes estaba instalado en lo alto del trébol distribuidor de tránsito del sistema de La Nacionalidad. Disponía de un par de anteojos largavistas con los que observaba a su compañero Yánez Bustamante. Luego a través de los largavistas siguió el curso de la caravana de automóviles indicada por Yánez al descubrirse y apretó el conmutador del micro-ondas en cuanto el automóvil presidencial enfrentó el carro Oldsmobile estacionado en la vía. Los terroristas dejaron la placa del automóvil porque creyeron que la carga de T.N.T. que contenían dos maletas de color verde sería suficiente como para no dejar la menor huella del vehículo. Sin embargo, el Oldsmobile se partió por la mitad con la fuerza de la explosión, dejando relativamente sin graves daños la parte donde va ubicada la placa. La placa fue la pista que permitió a la PTJ acelerar su investigación. Al parecer los terroristas desdeñaron robar un automóvil para cometer el atentado, sistema que les habría permitido contar con un mayor margen de impunidad, porque temieron que al denunciarse el robo del carro la policía llegara hasta el automóvil que cargaba la máquina infernal destinada a atentar contra la vida del Presidente. Las pruebas de explosión que en un primer momento se creyeron se habían hecho en unas canteras en las que tiene intereses la madre de Yánez Bustamante fueron hechas en Santo Domingo, según lo confesaron los detenidos. Las fotografías de carros volcados a resultas de explosiones de trinitrotolueno fueron hechas en Santo Domingo donde Cabrera Sifontes, Morales Luengo, y demás indicados hicieron un verdadero curso de terrorismo. Las fotografías de 18 x 24 cms. fueron encontradas en el domicilio de Yánez Bustamante. El “general” Juan Manuel Sanoja fue un contacto importante con Chapita del grupo terrorista. Sanoja vivió muchos años en Sto. Domingo. Tiene 14 hijos dominicanos algunos de los cuales sirven en las fuerzas armadas del dictador. En su poder, fueron hallados cuatro pasa portes, dos de ellos dominicanos. El ex capitán de Navío, Eduardo Morales Luengo se entrevistó personalmente con Chapita en la noche del 17 al 18 de junio. Morales Luengo ha hecho un relato extenso a la PTJ de su conversación con el tirano dominicano que ofreció toda su ayuda material para la comisión del asesinato del Presidente Betancourt. El Gobierno Nacional hará públicas gran parte de la entrevista Morales Luengo-Chapita al anunciar


al país los detalles de la espectacular investigación, que dio con lo culpables del atentado terrorista quienes actualmente se encuentran en la Cárcel Modelo de Caracas. Entre otras de las recomendaciones curiosas que Chapita hizo a Morales Luengo figura la de que “mejo no te metas con los curas”. Morales Luengo ha confesado que Chapita siente ahora profunda adversión por la Iglesia Católica a la que juzga como enemiga declarada de su régimen y que le manifestó que desconfiaba de los sacerdotes venezolanos. A la entrevista Morales Luengo-Chapita, también asistieron el “general” Sanoja y Cabrera Sifontes. Estos dos, especialmente Sanoja mantuvieron también conversaciones con otros conmilitones del dictador dominicano y posiblemente, a su vez, cada uno de los tres se haya entrevistado a solas con Chapita para recibir dinero e instrucciones. Respecto a los viajes de Ransa Santo Domingo, la PTJ reunió testimonio de varios testigos oculares del aterrizaje de esos aparatos en lugares del interior. Estos testimonios terminaron por hundir al capitán Chávez, dueño de Ransa, que también ha confesado toda su participación al asunto. Finalmente se dijo que los expertos de la PTJ han logrado reconstruir el serial de las armas (sub-ametralladoras, fusiles y pistolas) de fabricación dominicana encontradas en allanamientos tanto en Caracas como en el interior. Además han incautado granadas de mano y cartuchos de dinamita debidamente rotuladas sus cajas con marcas que demuestran su procedencia que es también dominicanaa. El trinitrotruleno empleado en el atentado fue traído por Morales Luengo y Cabreras Sifontes desde Santa Domingo en las mismas dos maletas de color verde que fueron instaladas en el carro Oldsmobile. Tanto el T.N.T. como el aparato microondas que fue rescatado de una quebrada en la carretera vieja de la Guaira-Caracas, fueron proporcionados por el Servicio de Inteligencia Militar, (MIMA) de Santon Domingo, con cuyo Teniente coronel John Abbes García, se entrevistaron también Morales Luengo, Cabreras Sifontes y el “general” Sanoja. La misma edición de El Nacional le dio cabida a la colaboración solicitada a la ciudadana por el Gobierno Nacional para dar con el paradero de Luis Cabrera Sifontes, uno de los encargados e manipular el aparato que hizo estallar la carga explosiva en la avenida Los Símbolos. -Se ha podido establecer plenamente –decía la solicitud- que Luis Cabrera Sifontes, tuvo activísima participación, en la preparación y realización del atentado terrorista de “Los Próceres” teniendo a su cargo el trabajo más importantes en el plan llevado a cabo. Cabrera Sifontes, junto con Lorenzo Mercado, fueron los encargados de manipular el aparato de micro-ondas, utilizado para hacer estallar la carga explosiva, colocada en el automóvil, que fue estacionado a la orilla de la vía, en la Avenida “Los Próceres”, para perpetrar el crimen. Imagen de Fotografía Urbana Sobre el fallido magnicidio, ocurrido el 24 de junio de 1960 escribió Francisco Suniaga el 5 de agosto de 2019 en Prodavinci, el texto que sigue: -Durante los primeros años de la era democrática, en los albores de la larga paz interna que se extendió hasta el final del siglo XX, la violencia fue una constante. Los alzamientos militares se sucedieron con inusitada recurrencia y, a partir de 1961, la izquierda abandonó el camino democrático y abrió varios frentes guerrilleros rurales y


urbanos. En ese período ocurrió también el único intento de magnicidio del que se tenga noticia (y pruebas) en la historia moderna del país.

[Tanto

la

guerrilla

como

las

asonadas

militares fueron derrotadas por las Fuerzas Armadas. El castro-chavismo-militarismo que por ceguera de la dirigencia democrática se instaló en el palacio de Miraflores en febrero de 1999, borró el historial delictivo de los autores de El Barcelonazo, El Porteñazo y el Carupanazo,

convirtiéndolos

en

héroes

surgidos de la lucha contra lo que calificaron de

puntojismo,

democracia,

es

que

decir con

los

todos

40 sus

años

de

errores

hicieron mucho por la modernidad venezolana] Suniaga agregó: -El 24 de junio de 1960, poco después de las nueve de la mañana, camino de los actos militares previstos para celebrar el Día del Ejército, en el Paseo Los Próceres, el presidente Rómulo Betancourt fue objeto de un atentado con explosivos. Apenas veinticuatro horas más tarde, adolorido y convaleciente (las heridas recibidas le afectaron la vista del ojo derecho, lo dejaron parcialmente sordo y con quemaduras en ambas manos y en el rostro), Betancourt denunció a los responsables del frustrado magnicidio. Luego citó lo dicho por Betancourt respecto a la autoría del crimen que por poco le arranca la vida: -“No me cabe la menor duda de que en el atentado de ayer tiene metida su mano ensangrentada la dictadura dominicana. Existe una conjunción de esfuerzos entre los desplazados del 23 de enero y esa satrapía, para impedir que Venezuela marche hacia el logro de su destino final; pero esa dictadura vive su hora preagónica. Son los postreros coletazos de un animal prehistórico, incompatible con el siglo XX”. Después explicó:


-El material explosivo-incendiario estaba colocado en un carro modelo Oldsmobile, que fue estacionado minutos antes del paso de la caravana presidencial, un hecho que violaba los códigos de seguridad en la materia y que no debió permitirse, pero ésa fue la prueba misma de que miembros de las Fuerzas Armadas, residuos de la dictadura reciente, estaban en la conspiración. En sus propias palabras, el Presidente describió lo ocurrido: “En la avenida de Los Próceres, a las nueve y veinte de la mañana, estalló una poderosa explosión, que lanzó el automóvil nuestro fuera de la vía y lo convirtió en una masa de hierro y fuego. Pereció allí mismo, alcanzado directamente por el cono de la explosión, el valeroso y bueno Ramón Armas Pérez, ascendido post mórtem a general de brigada. Murió también el estudiante Juan Eduardo Rodríguez, transeúnte ocasional. El chofer Azael Valero fue despedido del vehículo y cayó sobre el pavimento, pira ardiendo. Y por entre la cortina de fuego que nos rodeaba y nos lamía, alcanzamos a escapar con vida el Ministro de la Defensa (Josué López Henríquez), su esposa y yo, los tres con quemaduras generalizadas de primero y segundo grado. Se había hecho estallar una poderosa carga de dinamita y gelatina inflamable colocada en un vehículo que se situó paralelo a una intersección de la avenida por donde debíamos pasar. Fue usado el novísimo sistema de atentados políticos, que teníamos el dudoso privilegio de estrenar, de hacer estallar la poderosa bomba desde una distancia de centenares de metros, mediante un mecanismo de microondas”.

[Fui compañero en el Cuerpo Técnico de Policía Judicial del subcomisario que investigó el caso. Por él supe que don Rómulo Betancourt decidió a última hora que asistiría al desfile con motivo del Día del Ejército ya que sufría de una gripe. Por lo tanto, no es

aventurado

afirmar

que

del

grupo

que

lo

acompañó a ese acto salió la noticia para los terroristas,

convertidos

en

héroes

por

el

castro.chavismo-militarismo, de tal presencia. Él me dio el nombre del autor de tal felonía, que por honor a su memoria no menciono con nombre, apellido y rango].


En otra porción del extenso texto Suniaga aportó datos de interés histórico. Al efecto escribió: -Las sospechas sobre la autoría intelectual del magnicidio frustrado fueron inmediatas. No era esa la primera ocasión en que Rafael Leonidas Trujillo atentaba contra el líder venezolano. En el ejercicio de la presidencia de la Junta Revolucionaria de Gobierno (1945-1948), Betancourt expresó la necesidad de liberar a República Dominicana de una dictadura (la más cruel y sanguinaria de América) iniciada en 1930. Desde entonces, amén de considerarlo una amenaza contra su régimen por su política de democratización del continente, Trujillo le profesaba a Betancourt un odio visceral. Había ordenado ya un atentado contra él en La Habana, en 1950. Un sicario arremetió contra el líder venezolano blandiendo una inyectadora con un poderoso veneno, pero este logró esquivar el ataque y salir bien librado. Después en 1953, cuando Betancourt estaba refugiado en Costa Rica, gobernada entonces por Pepe Figueres, el tirano dominicano montó a distancia un complot para asesinarlo, un plan perverso que nada tenía que envidiar a una producción de Hollywood. Conspiración que no fraguó gracias al aviso de un funcionario de la embajada de Venezuela, quien anunció la llegada a San José de dos sicarios cubanos encargados de asesinarlo. Indico seguidamente: -Betancourt contaba con la protección del gobierno tico, pero no era suficiente garantía ante semejante amenaza. Su secretario, Carlos Andrés Pérez, se encargó entonces de formar un equipo integrado por dos cubanos que, como ellos, habían abandonado Cuba tras el golpe de Fulgencio Batista con el objeto de impedir el atentado. Dos hombres entrenados en el uso de armas y con experiencia de guerra: Orlando García Vázquez* y Raúl Hernández Rodríguez, alias El Patato, quien conocía a los sicarios. Tras algunas peripecias de películas de gangsters, que incluyó fingir que estaban en Costa Rica porque tenían el propósito de asesinar a Figueres, García y El Patato liquidaron a los sicarios en una emboscada. Los cadáveres, lanzados por un barranco de la carretera donde ocurrió el hecho, aparecieron ocho meses después. Jamás fueron acusados por ese hecho. Suniaga reconoció en otro segmento: -Este episodio de la azarosa vida del exiliado Betancourt fue narrado y publicado en la revista digital Otro lunes, por el abogado y comentarista cubano Pablo Llabre Raurell. Es una narración digna de la ficción (ese tipo de cuento que uno lee y es tan bueno que desea que sea verdad, pero si no lo es poco importa) que, no obstante, me confirmó como cierta mi fraterno amigo periodista Manuel Felipe Sierra, quien me aseguró que se la había escuchado al propio Orlando García en más de una oportunidad. Aquellos dos atentados y el de Los Próceres ocurrieron en un lapso de diez años. Todos resultaron fallidos y no hicieron sino acrecentar la leyenda de que la pipa


de Rómulo Betancourt no era una pipa cualquiera. Era, por el contrario, un objeto embrujado cuyo humo envolvía a su dueño en una coraza que lo protegía de la mala intención de sus enemigos políticos. Carlos Andrés Pérez y Orlando García, sin embargo, nunca creyeron en esa superstición. Llevados de inmediato al Hospital Clínico Universitario, el general Josué López Henríquez y Dora, su esposa brasileña, fueron atendidos por el dermatólogo Luis Alberto Velutini Ruiz (1919-1993), entonces jefe del Servicio de Dermatología de ese hospital, quien dio sedación profunda a los pacientes para proceder a su dolorosa cura. El presidente Betancourt, cuyas manos, según él mismo diría años después, “eran como pedazos de carne”, fue intervenido por el doctor José Ochoa, jefe del Servicio de Cirugía Plástica y reparadora, sección que se había iniciado el año anterior, como parte del servicio de traumatología, ortopedia y cuidados de quemados. Enfocado en su urgencia de que el país supiera que estaba vivo y que sus enemigos habían fracasado, les pidió a los médicos que le aplicaran la anestesia justa, para espabilarse rápido y comparecer ante la Nación. Esto lo pidió cuando llegaba al hospital “en una camilla, ambas manos como guindajos de carne quemada; la cara deforme; escasa la visión; oyendo poco”, como él mismo dijo. —Su comportamiento en ese momento —escribió el académico y activista político norteamericano Robert Jackson Alexander, en su libro Rómulo Betancourt y la transformación de Venezuela— hizo un gran aporte para acrecentar su reputación de valor personal, cualidad respetada en cualquier país, pero particularmente en Venezuela, y para confirmar su capacidad de manejar prácticamente cualquier situación. La prensa lo resumió al decir: “La pipa seguirá ardiendo”. Betancourt nunca se recuperó del todo. Sus manos siguieron marcadas y una cicatriz psicológica más sutil, pero no menos profunda, también permaneció. En un extenso artículo que tituló “El atentado de Los Próceres” y publicado en el suplemento Siete Días, de El Nacional el 15 de agosto de 2010 su autor, Simón Alberto Consalvi, precisó: -La gente creía que a Rómulo Betancourt nunca lo alcanzarían sus enemigos porque lo protegían designios sobrenaturales. En varias ocasiones trataron de darle muerte. En La Habana, un hombre se le acercó de improviso con ánimo de inyectarle veneno de cobra, pero de un manotón sacudió al agresor que huyó como si hubiera cumplido el encargo. El periodista Humberto Hernández escribió: “Se dice, y no son pocos los que lo creen, que todo ese esotérico poder que lo protege emana de su pipa ensalmada por un brujo barloventeño”. Y agregó:


El 24 de junio de 1960, Día del Ejército, la pipa ensalmada fue puesta a prueba. El Presidente de la República se dirigía a Los Próceres para presidir la ceremonia militar. Respetaba a las Fuerzas Armadas y las Fuerzas Armadas lo respetaban a él. Quiso ser puntual como siempre. Acompañado del ministro de Defensa, general Josué López Henríquez; su esposa brasileña, Dora; y del jefe de la Casa Militar, coronel Ramón Armas Pérez, Betancourt salió de la residencia de Los Núñez, en Altamira, en el auto oficial conducido por Azael Valero. Luego en el intertítulo “Habla Betancourt”, apuntó: -Vale la pena cederle la palabra al Presidente: “En la avenida de Los Próceres, a las 9:20 de la mañana, estalló una poderosa explosión, que lanzó el automóvil nuestro fuera de la vía y lo convirtió en una masa de hierro y fuego. Pereció allí mismo, alcanzado directamente por el cono de la explosión, el valeroso y bueno Ramón Armas Pérez, ascendido post mórtem a general de brigada. Murió también el estudiante Juan Eduardo Rodríguez, transeúnte ocasional. El chofer Azael Valero fue despedido del vehículo y cayó sobre el pavimento, pira ardiendo. Y por entre la cortina de fuego que nos rodeaba y nos lamía, alcanzamos a escapar con vida el ministro de la Defensa, su esposa y yo, los tres con quemaduras generalizadas de primero y segundo grado. Se había hecho estallar una poderosa carga de dinamita y gelatina inflamable colocada en un vehículo que se situó paralelo a una intersección de la avenida por donde debíamos pasar. Fue usado el novísimo sistema de atentados políticos, que teníamos el dudoso privilegio de estrenar, de hacer estallar la poderosa bomba desde una distancia de centenares de metros, mediante un mecanismo de microondas”. En seguida explicó: El Presidente resultó con serias quemaduras, particularmente en el rostro, los ojos y las manos. Fue llevado de urgencia al Hospital Clínico Universitario, donde le aplicaron los primeros auxilios. El atentado había sido de tal magnitud que no quedaba duda, además de asesinar al jefe del Estado, debía ser el detonante de la toma del poder. Contra Betancourt y contra la democracia conspiraban desde la izquierda y la derecha, hasta fuerzas extranjeras desahuciadas pero obstinadas.


Por eso, el mandatario pidió que lo trasladaran esa tarde a Miraflores, y a los médicos que moderaran la aplicación de morfina y de los sedantes que consideraron indispensables, porque necesitaba estar lúcido. A las 11:45 de la noche llegó al palacio. Recordaba que solía decirle a los amigos que de Miraflores saldría con los “pies para adelante” o caminando por sus propios pasos para entregarle la banda presidencial al sucesor, y esa noche entraba “en una camilla, ambas manos como guindajos de carne quemada; la cara deforme; escasa la visión; oyendo poco”. En el intertítulo final denominado “Pero llegaba vivo al puesto de mando.., “ Consalvi reveló:”. -Lo primero que hizo fue reunirse con los jefes de las cuatro fuerzas militares, y con los ministros de Relaciones Exteriores y de Justicia. Antes que nada, se aseguró del control del país y de la normalidad en las regiones. Durmió mal, pero estaba vivo, pasada la más seria de las pruebas. Al amanecer se atrevió a mirarse al espejo. No tenía visión por el ojo derecho y la inflamación generalizada le cerraba el izquierdo. Pensó que estaba tan feo como el Pajarote de Doña Bárbara, y terminó pensando que era un “Quasimodo dinamitado”. Disfrutó con su sentido del humor negro. El Presidente resolvió dirigirse al país porque en la calle se decía que estaba muerto y grabó un mensaje que consideró indispensable. Tenía que demostrarle a los ciudadanos no sólo que estaba en condiciones de garantizar la estabilidad y la seguridad de todos, sino de emprender la investigación de aquel magnicidio frustrado y sus probables conexiones con la red de conspiradores que pretendían ir más allá. En el mensaje, leído mientras le sangraban los labios, dijo: “No me cabe la menor duda de que en el atentado de ayer tiene metida su mano ensangrentada la dictadura dominicana. Existe una conjunción de esfuerzos entre los desplazados el 23 de enero y esa satrapía, para impedir que Venezuela marche hacia el logro de su destino final; pero esa dictadura vive su hora preagónica. Son los postreros coletazos de un animal prehistórico, incompatible con el siglo XX”. Cuando días después los venezolanos lo vieron en televisión, las manos envueltas en algodones y vendas blancas y su rostro quemado, pero resuelto y sereno, pudieron calibrar al verdadero líder que había en Rómulo Betancourt. Del episodio nos separa medio siglo de olvido.


LA VIOLENTA DÉCADA DE LOS SESENTA

En la negativa de Rómulo Betancourt de facilitarle recursos económicos a Fidel Castro para combatir el imperialismo norteamericano y expandir su revolución al resto de América Latina, se encuentra la causa principal de la violencia desatada en Venezuela por simpatizantes de la revolución cubana, especialmente miembros del Partido Comunista y el incipiente Movimiento de Izquierda Revolucionaria, creado con sectores de la juventud de Acción Democrática durante la primera división de ese partido el 8 de abril de 1960, encabezada, entre otros, por Domingo Alberto Rangel, Américo Martín, Moisés Moleiro, Gumersindo Rodríguez. Simón Sáez Mérida, José Rafael Muñoz, Héctor Pérez Marcano y Héctor Pérez Marcano, que Betancourt bautizó como Cabezas Calientes. En enero de 1959 Fidel Castro, recién bajado triunfante de la Sierra Maestra, visitó a Venezuela para estar presente en la celebración del primer aniversario del derrumbamiento de la dictadura del general Marcos Pérez Jiménez. Betancourt no había sido todavía juramentado como presidente de la República, y fue el único político venezolano que no se dejó erotizar por el barbudo comandante guerrillero triunfante, pues avizoró en él al dictador comunista que luego sería. Es posible que el contraste político del demócrata Betancourt y el futuro dictador haya sido uno de los detonantes de esa división que privó a Acción Democrática de su más granada dirigencia juvenil, luego convertida en guerrillera tanta en las montañas como en los centros urbanos y conspiradora en las asonadas militares conocidas como


El Carupanazo, El Barcelonazo y El Porteñazo, ambos intentos golpistas sometidos por las Fuerzas Armadas, que entonces eran demócratas y sometidas al poder civil. El Carupanazo tuvo lugar el 9 de mayo de 1962 y como consecuencia del mismo fueron ilegalizados el Partido Comunista de Venezuela y el Movimiento de Izquierda Revolucionaria por la presencia de dirigentes de ambas organizaciones políticas en la conspiración que pretendió derrocar el gobierno de Betancourt y sustituirlo por un régimen marxista bajo la tutela de Fidel Castro. En esa etapa dichos partidos constituyeron las llamadas Fuerzas Armadas de Liberación Nacional y la violencia guerrillera se extendió hasta el primer gobierno de Rafael Caldera [1969-1974} que llevó adelante el proceso de pacificación que había iniciado su antecesor, Raúl Leoni. También operaron durante la violencia dirigida a derrumbar la democracia los frentes guerrilleros Manuel Ponte Rodríguez, desmantelado en 1964 por el ejército, y el denominado Antonio José de Sucre. Etapa negra para la democracia en la cual fueron ejecutados muchos policías y militares por no apoyar la lucha armada o para despojarlos de sus armamentos. También civiles, entre ellos, en septiembre de 1968, el doctor Alfredo Seijas, consultor jurídico de la Dirección General de Policía, quien fue secuestrado en el interior de la Universidad Central de Venezuela y trasladado hacia la urbanización Macaracuay de Caracas, para ejecutarlo a tiros.

EL MAGNICIDIO FRUSTRADO

Imagen de Fotografía Urbana


Sobre el fallido magnicidio, ocurrido el 24 de junio de 1960 escribió Francisco Suniaga el 5 de agosto de 2019 en Prodavinci, el texto que sigue: -Durante los primeros años de la era democrática, en los albores de la larga paz interna que se extendió hasta el final del siglo XX, la violencia fue una constante. Los alzamientos militares se sucedieron con inusitada recurrencia y, a partir de 1961, la izquierda abandonó el camino democrático y abrió varios frentes guerrilleros rurales y urbanos. En ese período ocurrió también el único intento de magnicidio del que se tenga noticia (y pruebas) en la historia moderna del país.

[Tanto

la

guerrilla

como

las

asonadas

militares fueron derrotadas por las Fuerzas Armadas. El castro-chavismo-militarismo que por ceguera de la dirigencia democrática se instaló en el palacio de Miraflores en febrero de 1999, borró el historial delictivo de los


autores de El Barcelonazo, El Porteñazo y el Carupanazo,

convirtiéndolos

en

héroes

surgidos de la lucha contra lo que calificaron de

puntojismo,

democracia,

es

que

decir con

los

todos

40 sus

años

de

errores

hicieron mucho por la modernidad venezolana] Suniaga agregó: -El 24 de junio de 1960, poco después de las nueve de la mañana, camino de los actos militares previstos para celebrar el Día del Ejército, en el Paseo Los Próceres, el presidente Rómulo Betancourt fue objeto de un atentado con explosivos. Apenas veinticuatro horas más tarde, adolorido y convaleciente (las heridas recibidas le afectaron la vista del ojo derecho, lo dejaron parcialmente sordo y con quemaduras en ambas manos y en el rostro), Betancourt denunció a los responsables del frustrado magnicidio. Luego citó lo dicho por Betancourt respecto a la autoría del crimen que por poco le arranca la vida: -“No me cabe la menor duda de que en el atentado de ayer tiene metida su mano ensangrentada la dictadura dominicana. Existe una conjunción de esfuerzos entre los desplazados del 23 de enero y esa satrapía, para impedir que Venezuela marche hacia el logro de su destino final; pero esa dictadura vive su hora preagónica. Son los postreros coletazos de un animal prehistórico, incompatible con el siglo XX”. Después explicó: -El material explosivo-incendiario estaba colocado en un carro modelo Oldsmobile, que fue estacionado minutos antes del paso de la caravana presidencial, un hecho que violaba los códigos de seguridad en la materia y que no debió permitirse, pero ésa fue la prueba misma de que miembros de las Fuerzas Armadas, residuos de la dictadura reciente, estaban en la conspiración. En sus propias palabras, el Presidente describió lo ocurrido: “En la avenida de Los Próceres, a las nueve y veinte de la mañana, estalló una poderosa explosión, que lanzó el automóvil nuestro fuera de la vía y lo convirtió en una masa de hierro y fuego. Pereció allí mismo, alcanzado directamente por el cono de la explosión, el valeroso y bueno Ramón Armas Pérez, ascendido post mórtem a general de brigada. Murió también el estudiante Juan Eduardo Rodríguez, transeúnte ocasional. El chofer Azael Valero fue despedido del vehículo y cayó sobre el pavimento, pira ardiendo. Y por entre la cortina de fuego que nos rodeaba y nos lamía, alcanzamos a escapar con vida el Ministro de la Defensa (Josué López Henríquez), su esposa y yo, los tres con quemaduras generalizadas de primero y segundo grado. Se había hecho estallar una poderosa carga de dinamita y gelatina inflamable colocada en un vehículo que se situó paralelo a una intersección de la avenida por donde debíamos pasar. Fue usado el novísimo sistema de atentados políticos, que teníamos el dudoso privilegio de


estrenar, de hacer estallar la poderosa bomba desde una distancia de centenares de metros, mediante un mecanismo de microondas”.

[Fui compañero en el Cuerpo Técnico de Policía

Judicial del subcomisario que investigó el caso. Por él supe que don Rómulo Betancourt decidió a última hora que asistiría al desfile con motivo del Día del Ejército ya que sufría de una gripe. Por lo tanto, no es

aventurado

afirmar

que

del

grupo

que

lo

acompañó a ese acto salió la noticia para los terroristas,

convertidos

en

héroes

por

el

castro.chavismo-militarismo, de tal presencia. Él me dio el nombre del autor de tal felonía, que por honor a su memoria no menciono con nombre, apellido y rango]. En otra porción del extenso texto Suniaga aportó datos de interés histórico. Al efecto escribió: -Las sospechas sobre la autoría intelectual del magnicidio frustrado fueron inmediatas. No era esa la primera ocasión en que Rafael Leonidas Trujillo atentaba contra el líder venezolano. En el ejercicio de la presidencia de la Junta Revolucionaria de Gobierno (1945-1948), Betancourt expresó la necesidad de liberar a República Dominicana de una dictadura (la más cruel y sanguinaria de América) iniciada en 1930. Desde entonces, amén de considerarlo una amenaza contra su régimen por su política de democratización del continente, Trujillo le profesaba a Betancourt un odio visceral. Había ordenado ya un atentado contra él en La Habana, en 1950. Un sicario arremetió contra el líder venezolano blandiendo una inyectadora con un poderoso veneno, pero este logró esquivar el ataque y salir bien librado. Después en 1953, cuando Betancourt estaba refugiado en Costa Rica, gobernada entonces por Pepe Figueres, el tirano dominicano montó a distancia un complot para asesinarlo, un plan perverso que nada tenía que envidiar a una producción de Hollywood. Conspiración que no fraguó gracias al aviso de un funcionario de la embajada de Venezuela, quien anunció la llegada a San José de dos sicarios cubanos encargados de asesinarlo. Indico seguidamente: -Betancourt contaba con la protección del gobierno tico, pero no era suficiente garantía ante semejante amenaza. Su secretario, Carlos Andrés Pérez, se encargó entonces de formar un equipo integrado por dos cubanos que, como ellos, habían


abandonado Cuba tras el golpe de Fulgencio Batista con el objeto de impedir el atentado. Dos hombres entrenados en el uso de armas y con experiencia de guerra: Orlando García Vázquez* y Raúl Hernández Rodríguez, alias El Patato, quien conocía a los sicarios. Tras algunas peripecias de películas de gánsteres, que incluyó fingir que estaban en Costa Rica porque tenían el propósito de asesinar a Figueres, García y El Patato liquidaron a los sicarios en una emboscada. Los cadáveres, lanzados por un barranco de la carretera donde ocurrió el hecho, aparecieron ocho meses después. Jamás fueron acusados por ese hecho. Suniaga reconoció en otro segmento: -Este episodio de la azarosa vida del exiliado Betancourt fue narrado y publicado en la revista digital Otro lunes, por el abogado y comentarista cubano Pablo Llabre Raurell. Es una narración digna de la ficción (ese tipo de cuento que uno lee y es tan bueno que desea que sea verdad, pero si no lo es poco importa) que, no obstante, me confirmó como cierta mi fraterno amigo periodista Manuel Felipe Sierra, quien me aseguró que se la había escuchado al propio Orlando García en más de una oportunidad. Aquellos dos atentados y el de Los Próceres ocurrieron en un lapso de diez años. Todos resultaron fallidos y no hicieron sino acrecentar la leyenda de que la pipa de Rómulo Betancourt no era una pipa cualquiera. Era, por el contrario, un objeto embrujado cuyo humo envolvía a su dueño en una coraza que lo protegía de la mala intención de sus enemigos políticos. Carlos Andrés Pérez y Orlando García, sin embargo, nunca creyeron en esa superstición. Antes de esta acción criminal, concretamente el 29 de septiembre de 1963, miembros de las Fuerzas Armadas de Liberación Nacional, en el marco de la llamada

Operación Olga Luzardo, asaltaron el Tren del Encanto, Estado Miranda, protagonizando lo que se conoce como Masacre de El Encanto, que produjo la muerte de cinco efectivos de la guardia nacional, una institución castrense que para esa época era respetada por la colectividad, y ocho mujeres. Dos niños resultaron heridos. El tren cubría la ruta Caño Amarillo-Los Teques y estaba ocupado por cerca de 400 personas que iban hacia El Encanto a disfrutar de un día de solaz


El ataque fue dirigido por el entonces guerrilleros Guillermo García Ponce y tenía como objetivo apoderarse de un armamento de guerra que no existía. Cabe señalar, según la fuente de Wikipedia, la enciclopedia libre, que en 1960 Argimiro Gabaldón, en el marco del III Congreso del Partido Comunista de Venezuela, planteó la necesidad de acudir a la lucha armada entre otros mecanismos de combate inspirados en la experiencia cubana, y en correspondencia con esa posición creó en La Azulita, Estado Mérida, el primer foco guerrillero bajo el lema «Luchar hasta vencer». El 30 de junio de 1962, el entonces diputado al Congreso Nacional, Fabricio Ojeda, que en 1958 presidía la Sociedad Patriótica, un frente civil de lucha contra la dictadura del general Marcos Pérez Jiménez, renunció a su curul para organizar un frente guerrillero bajo el lema "Hacer la patria libre o morir por Venezuela".

Inexplicablemente, los restos de estos dos guerrilleros, enemigos de la democracia, reposan en el Panteón Nacional al lado de los héroes de la patria y sus grandes hombres y mujeres.


Lo decidió el narcodictador Nicolás Maduro. Sobre esa etapa de la violencia como medio para llegar al poder Enrique Viloria Vera escribió en el portal La Patilla, el 12 de septiembre de 2019, el reportaje “La violenta década de los sesenta en Venezuela”. Utilizó como epílogo el siguiente texto del escritor, abogado y docente universitario margariteño Francisco Suniaga: “Los venezolanos llevamos a esta gente por dentro, como si fuésemos un cuerpo que genera anticuerpos contra sí mismo. Así nos dividiéramos hasta el infinito y quedáramos solos en el universo, esa realidad distinta que nuestra intolerancia”. Luego se expresó así: -En Venezuela, la denominada década prodigiosa fue también paradójica. Por un lado, el derrocamiento de la dictadura de Marcos Evangelista Pérez Jiménez en enero del 58, significó el regreso a la ansiada libertad, combinado con la genuina esperanza de construir una sociedad asentada en una democracia perdurable; el 7 de diciembre, gracias al Estatuto promulgado por la Junta de Gobierno, se retoma el sufragio universal, directo y secreto establecido en 1946, Rómulo Betancourt resulta electo Presidente de la República, y asume la complicada y difícil tarea de liderar la consolidación de la democracia y de construir sólidas instituciones republicanas. Sin embargo, negros nubarrones de agua y sangre, comienzan a gravitar sobre la alegre y esperanzada Venezuela de los sesenta; vientos de fronda internos e importados, presagian insurrecciones, sediciones, atentados, innecesarias divisiones entre los hijos de la misma Patria venezolana. A continuación escribió: -Muy prontamente el gobierno legal y legítimo de Betancourt debe enfrentar un revanchista intento golpista liderado por un nieto del Cabito, de Ciprianito Castro: Jesús María Castro León, quien se alza desde el Táchira el 20 de abril de 1960. Recordemos que – el ahora general golpista -, el 1 de enero de 1958, participó en el levantamiento militar que se produjo en contra de la dictadura de Marcos Pérez Jiménez, y a raíz de su derrocamiento el 23 de enero, fue ascendido a general de brigada y designado Ministro de la Defensa en el primer gabinete de la Junta de Gobierno, presidida por el contraalmirante Wolfang Larrazábal. Aunque Castro León se convirtió en un importante vocero de las Fuerzas Armadas, tuvo rápidamente importantes desacuerdos con personeros de la recién creada junta. Por tanto, en julio de 1958, tras el estallido de una crisis en el seno de las Fuerzas Armadas, Castro León optó por dimitir y decidió abandonar el país. Empero, el 20 de abril de 1960, comandó una invasión militar desde Colombia por la frontera del Táchira, obteniendo tomar la ciudad de San Cristóbal. Posteriormente, luego de unas horas el movimiento insurreccional fue derrotado, fue detenido y enjuiciado por rebelión militar, trasladado al cuartel San Carlos de Caracas, años después falleció. Agregó: Sin embargo, este alzamiento estuvo más bien marcado por la revancha y el reconcomio, a diferencia de los siguientes que tuvieron cada vez más justificaciones reivindicativas e ideológicas de izquierda-. Entre ellas tenemos: El Barcelonazo, fue una insurrección militar llevada a cabo en el Cuartel Pedro María Freites de la ciudad de Barcelona, Estado Anzoátegui, el 26 junio de 1961. Este suceso se desencadenó como consecuencia de las persecuciones, allanamientos y


detenciones que efectuaron, conjuntamente, la Dirección General de Policía, DIGEPOL, y las bandas armadas de Acción Democrática contra miembros de la Cámara Agrícola de Venezuela. Ante estos hechos, los dirigentes de la mencionada cámara decidieron acudir a la vía armada, y a esos fines, planificaron, junto a un grupo de militares descontentos, un alzamiento, que debería luego extenderse a otras localidades de Venezuela, a objeto de provocar un gran movimiento cívico-militar que derrocara el Gobierno de Rómulo Betancourt. Los insurrectos instalan su centro de operaciones en el Cuartel Freites e inmediatamente el Mayor (R) Vivas le ordena a Rodríguez Mier y Terán, con cuarenta hombres, que detenga al Gobernador Rafael Solórzano en su residencia de Lecherías. y a otros oficiales les ordena tomar el cuartel de la policía Estadal y la casa de Acción Democrática, la Policía Técnica Judicial, la Emisora Radio Barcelona y el aeropuerto local. Esta intentona fue prontamente sofocada. Hizo referencia después a la asonada militar conocida como El Carupanazo que “estalló súbitamente en la medianoche del 4 de mayo de 1962 en Carúpano, estado. Sucre, en el seno del batallón de Infantería de Marina Nro. 3 y el destacamento Nro. 77 de la Guardia Nacional. Los Insurrectos comandados por el capitán de corbeta Jesús Teodoro Molina Villegas, el mayor Pedro Vegas Castejón y el teniente Héctor Fleming Mendoza, se alzaron contra el gobierno nacional, ocupando las calles y edificios de la ciudad, el aeropuerto y la emisora Radio Carúpano desde donde lanzaron un manifiesto a nombre del Movimiento de Recuperación Democrática. Al día siguiente, las tropas leales al gobierno, tomaron el control de Carúpano y sus alrededores, arrestando a más de 400 personas involucradas en la revuelta, entre ellos se encontraban militares y civiles y el diputado por el Partido Comunista Eloy Torres, así como otros miembros de ese partido y del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR). Ante tales hechos insurreccionales, Betancourt decidió suspender las garantías constitucionales, acusó al PCV y al MIR de estar involucrados en la sedición y promulgó el decreto No.752 suspendiendo el funcionamiento de ambos partidos en todo el territorio nacional. De esta asonada militar, que contó con el apoyo de dirigentes del Partido Comunista de Venezuela y el Movimiento de Izquierda Revolucionaria, considerada por Ricardo Mata, cronista de Carúpano, como el inicio de la mal llamada Quinta República, registró la página Web de YVKE Mundial, con motivo del 56 aniversario de su acaecimiento, el texto que sigue: La insurrección militar conocida como El Carupanazo realizada del 4 de mayo de 1962, hace 56 años en la ciudad de Carúpano, estado Sucre, constituyó un movimiento de militares Fuerza Armada y Guardia Nacional, que incluía a efectivos del batallón de Infantería de Marina Nro. 3 y el destacamento Nro. 77 de la Guardia Nacional al mando del capitán de corbeta Jesús Teodoro Molina Villegas, del mayor Pedro Vegas Castejón y del teniente Héctor Fleming Mendoza, quienes lideraron el alzamiento contra Rómulo Betancourt.


Acotó que “Aunque en el alzamiento estaban involucrados dirigentes nacionales del PCV y MIR (Guillermo García Ponce, Douglas Bravo, Eloy Torres, Germán Lairet, Simón Sáez Mérida, entre otros) la proclama leída por los militares alzados al aire a través de Radio Carúpano identificaba al "Movimiento de Recuperación

BIBLIOGRAFÍA ACTIVA


En su juventud fue cuentista y poeta, Ejerció el periodismo de opinión tanto en Venezuela como en Costa Rica, Colombia, México y Estados Unidos. Publicó, entre muchos otros, los libros Hacia América Latina democrática e integrada [1967], La revolución democrática en Venezuela [1968], La verdadera historia de la Revolución de Octubre, post mortem [1987] y Venezuela, política y petróleo, publicado por el Fondo de Cultura Económica de México en 1956, su libro más importante, de análisis obligatorio en diversas universidades del mundo y del cual se han hecho diversas ediciones.


Ya tenía una primera versión en 1939 pero luego vino el trienio democrático y la noche perizjimenista hasta la ya citada edición en el exilio mexicano, según leemos en la Internet. Pero la edición definitiva, actualizada y corregida, vio la luz pública en 1967. Germán Carrera Damas, se lee también en el ciberespacio, ha sido uno de los intelectuales de la Venezuela reciente que ha escrito y hablado sobre el primer medio siglo de un texto imprescindible, un texto que, como pocos, ayudó a construir el país que seguimos teniendo. El 4 de septiembre de 2006 el periodista Rafael Osío Cabrices, de El Nacional, entrevistó al historiador Germán Carrera Damas, quien ha reconocido que ““Rómulo Betancourt llevó a la práctica la relación entre libertad y democracia”. La entrevista fue titulada “Venezuela: Política y Petróleo”. , El texto completo de esa entrevista, por su gran importancia documental, se reproduce a continuación:

-Venezuela, política y petróleo no es sólo el libro en el que Rómulo Betancourt sistematizó y congregó su pensamiento También fue un compañero de años, una obra en la que él mismo iba dejando huellas de sus propias transformaciones, a medida en que la escribía y reescribía desde finales del ciclo gomecista hasta sus años de ex presidente. Ya tenla una primera versión en 1939, pero luego vino el trienio y la noche perezjimenista y en l956 la publicó en el exilio El texto definitivo salió de sus manos en 1967. El historiador Germán Carrera Damas ha sido uno de los Intelectuales que en tiempos recientes ha escrito y hablado sobre el primer medio siglo de un texto imprescindible, un texto que, como pocos, ayudó a construir el país que seguimos teniendo. -¿Existe en Venezuela otro libro como Venezuela, política y petróleo? -¿En la Venezuela de hoy, o en términos generales? -En términos generales. -Todavía la respuesta debe ser condicionada. Betancourt sostenía que era un libro de Historia. A mí me parece que no lo es, pero es imprescindible para el estudio de la Historia. No atiende a los requisitos fundamentales del conocimiento Histórico: el propósito de la objetividad y la difícil correlación entre imparcialidad y visión histórica, en el sentido de que ésta última implica un compromiso al que ningún historiador puede escapar. Ese libro no es de Historia, entonces, desde ese punto de vista. Pero vale tanto por el testimonio de alguien que demostró tener sentido histórico y una amplia, sostenida, rara vez igualada experiencia en eso que se llama “hacer Historia”. No escribirla; hacerla. ¿Hay algún otro libro comparable? Mencionaría uno publicado en circunstancias que hoy nos parecerían poco propicias: Historia Constitucional de Venezuela, de José Gil Fortoul, que es una apología del poder civil en una Venezuela


caudillesca, escrita por un servidor de la dictadura (Juan Vicente Gómez). Ahí encuentras el sentido histórico, pero no la experiencia de hacer historia, Y yo diría que una cultura, que en un mismo siglo produce dos libros como esos, debe quedar algo fatigada. -Usted ha destacado el propósito de “nacionalizar el marxismo” que Betancourt proclamó en el primer borrador de 1959. ¿Cuánto de marxismo quedó en la versión de 1956 y en la definitiva de 1967? -Creo que en cuanto a la obra de Betancourt hay que diferenciar al marxismo de lo que con toda propiedad habría que llamar “materialismo histórico’ No siempre van juntos. En 1939, él era del Partido Comunista y hablaba de marxismo, pero el que termina escribiendo Venezuela, política y petróleo pone más en juego la visión materialista de la Historia. Esto es muy significativo, muy importante. Sí, su sentido histórico y su experiencia como hacedor de Historia se reúnen por el establecimiento de la democracia en Venezuela, que este libro pretende favorecer. Al final de su vida, pensando en sus memorias, actualiza la simbiosis entre esa concepción marxista y esa concepción materialista, y se expresa como la preocupación por dilucidar el papel del individuo en la Historia. Su sentido histórico le lleva a querer establecer lo que su condición de hacedor de Historia le dictaba: su propio papel en ella. En el fondo, él se preocupaba porque para poder ubicar su rol en nuestra Historia debía dar respuesta ala relación entre su sentido histórico y el relato de su participación. Es decir, el papel del individuo. No hizo el libro para defenderse sino para orientarse reafirmándose, que no es lo mismo. -Cuatro años antes de la versión de 1956 hubo en Bolivia una revolución nacionalista a cargo de gente que tenia un origen marxista y derivó en un nacionalismo revolucionario armado. ¿Iba Betancourt por un camino parecido, pero interrumpido por la imposibilidad de derrocar a los militares? -Betancourt tuvo una relación muy importante con el líder puertorriqueño Luis Muñoz Marín, quien partió de una posición revolucionaria antiimperialista; lo deseable, hasta una nacionalista, regida por lo posible. El Betancourt de entre 1945 y 1948 está dominado por lo deseable; el posterior a 1958 por lo posible. De idealista, ha pasado a realista. Cuando trabaja en función de lo deseable sabe que hay que quebrarle el espinazo a la república oligárquica y que no se puede llegar a la libertad sino mediante la democracia. En aquella Venezuela, la única forma de hacer eso era mediante la formación del poder público, ampliando el universo de participación electoral, como él hizo de la forma más audaz, dándole el derecho del voto a los analfabetos, los mayores de


18 años y las mujeres. El universo de electores pasó de unos pocos miles a millón y medio de personas, Fue algo de enorme trascendencia: por primera vez se vio completa la sociedad venezolana en lo sociopolítico. Pero era un paso idealista. ¿Quién podía prever cómo se comportarían esas masas acostumbradas hasta entonces a ser arreadas, a las que de pronto se les dijo “tú decides”? Así se fundó la primen república liberal democrática en este país. Se innovó también la ejecución del poder: la Constituyente de 1946 fue realmente representativa, y ya no se gobernaba para un sector y una región, sino para toda la sociedad y todo el territorio. Betancourt llevó a la práctica la relación entre libertad y democracia. Ningún gobernante posterior ni siquiera el actual rebrote autoritario que no se atreve a abolir sus aportes ha podido ignorar esa adquisición fundamental, la obra mayor del pueblo venezolano desde la ruptura del nexo colonial. El reqreso de los sobrevivientes -Sí es que, como se dice, el ADN político del venezolano es de centro Izquierda, ¿viene éste de Betancourt? -La Venezuela republicana, efectiva, real, nace en el seno de la Gran Colombia, regida por la Constitución de 1821, que se expresa de vocación liberal y de clara orientación capitalista. La república nace con esa orientación, que se manifiesta concretamente en dos direcciones maestras: la reestructuración de la sociedad, tomando como principio básico la propiedad como un derecho fundamental del hombre, y la búsqueda de una articulación con el sistema capitalista en formación. Desde entonces hemos estado regidos por el liberalismo en lo social, lo económico y lo político. Esa monserga acerca de que el neoliberalismo ataca nuestros valores sólo revela una crasa ignorancia. El grave error de la lucha armada de los sesenta y setenta fue decir que la democracia no valía nada a una sociedad que apenas empezaba a disfrutarla, Por eso, esa prédica no penetró. -¿Y no está penetrando ahora? -Ahí voy. Los sobrevivientes de esa prédica, amparados por la democracia, se han sentido liberados por la crisis del socialismo de dos frenos impuestos por Lenín, quien decía que la única vía al poder era la lucha de masas y que condenaba la tentación militarista. Ahora, aquellos sobrevivientes establecieron una simbiosis con el militarismo tradicional que los ha con vertido en sus peones de ajedrez. -¿Qué le pasó a Venezuela, política y petróleo con el golpe de 1948? ¿Cómo alteró eso la redacción que venía trabajando Betancourt?


-Es el momento en que pasa de reflexionar de lo deseable a lo posible. El mismo se había sumado en el año 45 a un golpe militar, lo cual ya lo había hecho pensar en eso. Los demócratas terminan presos de una creencia: la democracia y la violencia son antitéticas. La Historia revela, en cambio, y esto lo digo sólo como historiador, que ninguna democracia ha tenido un advenimiento pacifico y que incluso ha tenido que defenderse violando principios democráticos, como lo hizo Betancourt en los años sesenta. Las palomas tienen que sacar espuelas para pelear con los gavilanes. Claro, hay distintas formas de violencia, empezando por la de Gandhi. -Usted ha dicho que Betancourt examinaba la Historia, en parte, para justificar su propia vocación de poder. Que “rescataba” a Bolívar como precursor de su reforma agraria, por ejemplo ¿No es eso una reescritura del pasado similar a la que practica Hugo Chávez? -La utilización de la figura de Simón Bolívar es un lugar común en la cultura venezolana. Comenzó cuando había que buscar un culpable dentro de la gran decepción que trajo la independencia; José Antonio Páez y sus acólitos responsabilizaron a Bolívar con un mecanismo tácito que consistía en decir “no fuimos nosotros”. Antonio Guzmán Blanco, en cambio, llevó a Bolívar a la condición de tótem del liberalismo. Bolívar no es ya una figura histórica sino un lenguaje para oficiar lo que he llamado la segunda religión de los venezolanos. Ningún gobernante ha resistido la tentación de utilizar ese lenguaje, sobre todo desde que el más genuino de los bolivarianos, Eleazar López Contreras, intentó hacer de Venezuela una república bolivariana sin cambiarle el nombre. Desde el año 45 en adelante tampoco dejaron de usarlo, y la idea de Bolívar como precursor de la reforma agraria era un lugar común, que decía que se había malinterpretado la adjudicación de bienes militares de la guerra de independencia. A esta circunstancia se debía lo que hacía Betancourt. Los síntomas de la Indigestión -¿Cuánto de su concepción de la república liberal democrática queda hoy en pie, entre nosotros? Esta especie de indigestión que el actual régimen significa para la democracia venezolana no ha derogado muchos de sus logros, como el voto de la mujer. Le teme mucho a la descentralización y ha hecho un cambio fundamental en la finalidad del poder, que dejó de ser nacional y para toda la sociedad, para volver a ejercerse sólo para un segmento del país y una región. Por eso es que este régimen es retrógrado y antidemocrático. Se manipula groseramente la formación del poder político


y luego: se adultera su ejercicio al combatir la descentralización, y se desvirtúa su carácter original de poder para toda la sociedad y todo el territorio., Es un intento de regresión, pero en el caso de la democracia ninguna regresión es absoluta. Marcos Pérez Jiménez lo intentó por diez años, pero en la mañana del 23 de enero de 1958 los partidos estaban más vivos que nadie. -¿Cuánto queda de la Idea betancouriana del petróleo en el uso que hoy se le da al recurso por parte del Estado? -Betancourt decía que el petróleo traía la democracia y ésta la modernización. A mí me parece que el orden es distinto; el petróleo trae la modernización, y es con ésta que puede llegar la democracia. Entiendo a Betancourt en su contexto, pero desde nuestra perspectiva, el desenlace ha sido bien diferente a como él lo imaginaba. El petróleo es la clave para la modernización, y ésta conduce a la democracia porque es un proceso social múltiple que significa un empleo de recursos. No puedes construir escuelas o universidades sin dinero, no puedes tener una clase media sin fondos que levanten la economía. La democracia es un funcionamiento sociopolítico que garantiza y amplía la modernización. No comparto la idea del petróleo como estiércol del diablo, a menos que se entienda corno el estiércol del ganado, que sirve como abono. La modernización de Venezuela se hizo gracias a que los recursos del petróleo se canalizaron por medidas institucionales que alcanzaron gran escala con la democracia. Además de este libro fundamental de la historia del siglo XX Betancourt escribió y publicó América Latina: democracia e integración. Barcelona, Caracas, México: Editorial Seix Barral, 1978. 235 p. Obras selectas 2; Discurso del ciudadano Rómulo Betancourt, Presidente de la República, en el Centro Interamericano de Educación Rural, en Rubio, el 21 de marzo de 1959. -- [Caracas]: Publicaciones de la Secretaría General de la Presidencia de la República, 1959. 7 p.s; El 18 de octubre de 1945: génesis y realizaciones de una revolución democrática. Alberto Consalvi, Simón (introd.); Rosa, Diógenes de la (prol. y notas). Barcelona, Caracas, México: Editorial Seix Barral, 1979. 412 p. Obras selectas; 4; El petróleo de Venezuela. Barcelona, Caracas, México: Editorial Seix Barral, 1978. 195 p. Obras selectas; 3; Golpes de estado y gobiernos de fuerza en América Latina: la dramática experiencia dominicana. [Caracas: s.n.] (Ed. Arte, 1966). 64 p; Hombres y villanos. Caracas: Grijalbo, cop. 1987. 347 p. Testimonios; La revolución democrática en Venezuela: 1959-1964. Caracas: [s.n.], 1968; Trayectoria democrática de una revolución. Caracas: [s.n.], 1948 (Imp. Nacional). En portada: Discursos y conferencias pronunciados en Venezuela y en el exterior durante el ejercicio de la


Presidencia de la Junta Revolucionaria de Gobierno de los Estados Unidos de Venezuela; Tres años de gobierno democrático: 1959-1962. Caracas: [s.n.], 1962 (Imprenta Nacional).,; Universidad de Oriente: almácigo de porvenir. Caracas: República de Venezuela, 1960. 14 p. En portada: Palabras del Presidente Betancourt, en Cumaná, al inaugurarla; Política educacional. Caracas: Ministerio de Educación Nacional, 1947. 46 p. En portada: Conferencia y discursos pronunciados por Rómulo Betancourt durante el ejercicio de sus funciones de Presidente del Ejecutivo Colegiado; Posición y doctrina. Caracas: Cordillera, 1958. 188 p. Post mortem Archivo de Rómulo Betancourt. Caracas: Fundación Rómulo Betancourt en coedición con el Congreso de la República, 1988-1996. Betancourt, Rómulo. Acción democrática: vigencia de un compromiso histórico. Peñalver, Manuel. [Caracas: Fracción de Trabajadores de la Salud, 1985]. 45 p. Betancourt, Rómulo. Antología política. Caracas: Editorial Fundación Rómulo Betancourt, 1990-1995. Contiene: v.1 (1928-1935). Romero, Aníbal; Tinoco, Elizabeth; Romero, María Teresa (selección, estudio preliminar y notas); v.2 (1936-1941). Soteldo, Patricia; Petrásh, Vilma; Romero, María Teresa (selección, estudio preliminar y notas). Betancourt, Rómulo. La segunda independencia de Venezuela: compilación de la columna "Economía y Finanzas" del diario "Ahora", 1937-1939. Sosa A., Arturo (estudio introductorio). Caracas: Fundación Rómulo Betancourt, 1992

BIBLIO-HEMEROGRAFÍA PASIVA


“Era uno de esos hombres de gran ánimo, con gran sentido del futuro, con gran capacidad para comprender y superar los problemas de sus pueblos y aún con gran interés por los problemas que atañen a la América Latina” Julio César Turbay Ayala

Al contrario del famoso coronel de Gabriel García Márquez, Rómulo Betancourt sí tuvo quien le escribiera, tanto adversarios políticos, correligionarios, amigos y admiradores, como investigadores históricos y tesistas universitarios para obtener sus respectivos títulos en pre y posgrado.


A continuación, algunos de los títulos a los que tuve acceso en la Web; 1942. Acción Democrática. Informe sobre actividades en la Quinta Columna en Venezuela. 1942. 1958. La Imprenta Nacional editó el discurso pronunciado por Fidel Rotondaro, presidente del Consejo Supremo Electoral, en el acto de proclamación de Rómulo Betancourt como Presidente electo. 1961. Apareció el libro ¿Quién derrocó a Gallegos?, de José Rodríguez 1963. Manuel Rafael Rivero publicó La política desde mi postigo y César Rondón Lovera Problemas políticos de Venezuela. . Acede de Sucre, María de Lourdes y Mendoza, Carmen M. La Generación del 28 (Estudio de una élite política). 1967. Alexander, Robert Jackson. The Venezuelan Democratic Revolution; a profile of the regime of Rómulo Betancourt. 1964. 1970. Apareció el libro El general Betancourt y otros escritos, con capítulos de Diógenes de la Rosa (“Betancourt: senda y cima de una preocupación venezolana”); 1972. Miguel de los Santos Reyero publicó la novela histórica El último hermoso crimen: principio y fin del asesinato perfecto organizado con el Presidente de Venezuela Rómulo Betancourt. Ese mismo año apareció el tomo 3 de Historia Gráfica de Venezuela denominado La Junta Revolucionaria de Gobierno y el régimen de Rómulo Gallegos, recopilación de José Rivas Rivas. El mismo autor publicaría en 1981 en el tomo 8 de dicha obra la primera parte de El Gobierno de Rómulo Betancourt. Ya en 1968 había publicado Las tres divisiones de Acción Democrática…Luis Rodríguez Malapìsa, en Sinopsis de Venezuela publicó el capítulo “Panorama histórico de Venezuela”. Este libro fue publicado en Santiago de Chile. 1973. Leonardo Altuve Carrillo hizo la publicación de Yo fui embajador de Pérez Jiménez y Manuel Alfredo Rodríguez La estadística en la historia de Venezuela. Este mismo autor publicó en 1975 Tres décadas caraqueñas. Ameringer, Charles D. The Democratic Left in exile: the antidictaroial struggle in the Caribbean, 1945-1959. 1974 Arcila Farías, Eduardo. Centenario del Ministerio de Obras Públicas. 1974. 1976. En Juan Bautista Rojas publicó Los adecos Arvelo, Pierina. Yo denuncio. 1971. Barrios, Gonzalo. Los días y la política. 1963. Berrizbeiti, José Ramón. Atentado en Los Próceres, informe de la defensa del capitán Carlos Chávez. 1965. -El juicio de Carúpano. 1962. Berroeta, Pedro (1987): Rómulo Betancourt Los años de aprendizaje (19081948). Ediciones Centauro. Caracas. Blanco Muñoz, Agustín. Elementos para una discusión sobre los modelos de violencia en Venezuela. 1974 -El orden en la historia nacional: notas para una dilución sobre la explotación en la historia de Venezuela. 1974. Borregales, Germán. Rómulo Betancourt, estadista y diplomático. 1948. Briceño Iragorry, Mario. …Mentís a Rómulo Betancourt. Bogotá, 1949. Minerva. Brito Figueroa, Federico. Historia económica y social de Venezuela.1966-1975.


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Rómulo Betancourt fue un hombre de pensamiento y acción. Así lo testimonian, (1) la obra intelectual que se extiende desde el famoso “Plan de Barranquilla” hasta su libro “Venezuela, política y petróleo”, y (2) la gestión cumplida como Jefe del Poder Ejecutivo Nacional, primero por la vía del movimiento revolucionario del 18 de octubre de 1945 (antes había una democracia restringida, sin elección popular presidencial), y luego como Presidente Constitucional de la República, electo por la vía del sufragio universal, directo y secreto. El doctor Luis José Oropeza acaba de publicar un libro con el título de “La Doctrina Bertancourt, una alternativa para Venezuela”, donde analiza la propuesta del gran líder para defender y abroquelar, contra las aventuras de la fuerza, la vigencia de la democracia y la libertad en nuestro continente. El preludio de la Doctrina Betancourt fue, como lo señala Oropeza, el ensayo titulado “El caso de Venezuela y el destino de la democracia en América”, que Betancourt publicó en agosto de 1949 en la prestigiosa revista Cuadernos Americanos ( que en México dirigía Jesús Silva Herzog), donde hacía la siguiente reflexión: “Ocurre pensar que un primer paso para la estabilidad democrática del continente consistiría en aislar diplomáticamente, mediante la negativa colectiva de reconocimiento, a los gobiernos surgidos de hechos de fuerza en países donde funcione un régimen nacido de la consulta electoral”. El planteamiento se formaliza cuando en su discurso de toma de posesión del 13 de febrero de 1959 ante el Congreso de la República, el presidente afirma: “Regímenes que no respeten los derechos humanos, que conculquen las libertades de sus ciudadanos y los tiranicen con respaldo de políticas totalitarias, deben ser sometidos a riguroso cordón sanitario y erradicados mediante la acción pacífica colectiva de la comunidad jurídica internacional”. Había nacido la Doctrina Betancourt como instrumento de política exterior. El predominio del “acecho histórico del caudillismo tradicional” en nuestros países (el gobierno contitucional del insigne novelista presidente Rómulo Gallegos había sido derrocado el 24 de noviembre de 1948), dice Oropeza, “debió suscitarle un sentido de urgencia a sus viejas reflexiones sobre cómo hacer viable la permanencia de regímenes democráticos y libres en esta América Latina convulsionada por las recurrentes insurgencias autocráticas”. Estar rodeado de países con gobiernos dictatoriales, decían los críticos de la Doctrina Betancourt, convertía a ésta en inaplicable y nos llevaría al aislamiento diplomático por “los perjuicios que a Venezuela traería una ruptura colectiva de relaciones con toda suerte de gobiernos ilegítimos en el continente”. Oropeza apunta que Betancourt enfrentó sin vacilaciones tales “reproches”, y logró su aplicación o ejecutoria concreta en dos casos: la expulsión de la OEA de la República Dominicana de Rafael Leónidas Trujillo en 1960 y la de la Cuba de Fidel Castro en 1962. Aquella realidad hemisférica, aunada al viejo temor del “garrote imperial” (despojo territorial mejicano en el siglo XIX, invasión naval a Venezuela de potencias europeas acreedoras a comienzos del siglo XX, etc), explica Oropeza, hicieron posible que los principios de la no intervención y de la soberanía absoluta se consagraran e impusieran, cuando nació la OEA, como reglas dogmáticas con “connotaciones de sacrosanta intangibilidad”. Las “consecuencias no intencionadas” de la aplicación de esos principios fueron que, “en lugar de ayudar a preservar la democracia, contribuirían a exponerla a un estado de impotencia o de lastimosa fragilidad”.


Ahora, como lo aprecia Oropeza, han aparecido nuevos actores en el escenario mundial: terrorismo, narcotráfico, genocidios, injerencias consentidas de fuerzas armadas de otros países, regímenes autocráticos que se disfrazan de democráticos mediante la manipulacióin y el fraude electoral (para Oropeza, el CNE venezolano “cada día parecía más un croupier de casino que un árbitro de la soberanía popular”), etc, ante los cuales, los países que suscriben “obligaciones multilaterales en defensa de la democracia, asumen un concepto no dogmático” de los principios de no intervenció y soberanía. Considera Oropeza que “dentro del espíritu y razón de la Doctrina Betancourt, cabalmente actualizada a los tiempos cointemporáneos, la situación descrita comporta la obligación jurídica y moral de aplicar sanciones que resguarden la naturaleza y efectividad de nuestras democracias”. Han aparecido posiciones doctrinales en el ámbito del Derecho Internacional, que se debaten en los centros de la academia y de la inteligencia, como lo reseña Oropeza, abriendo vías novedosas “que permiten neutralizar con eficacia y legitimidad compartida las atrocidades humanas suscitadas con recurrencia” en varios países del planeta. Merece destacarse el principio o doctrina de la Responsabilidad de Proteger (R2P, en inglés) con el objeto de que los Estados no puedan seguir entendiendo la soberanía “como una franquicia para ejercer todos los derechos y quedar libres de responsabilidad y de deberes con las sociedades afectadas en doliente agonía”. La doctrina de la Responsabilidad de Proteger se aprobó por consenso en la Cumbre Mundial de las Naciones Unidas de 2005 y busca prevenir crímenes de lesa humanidad, genocidios, depuración étnica y crímenes de guerra. Aun cuando no está consagrada como norma jurídica del Derecho Internacional, ha servido para adoptar medidas en algunos casos (Zimbabue, Sudán, Myanmar). La Resposabilidad de Proteger habilita la intervención colectiva de los Estados en un país cuando las autoridades nacionales ejercen violencia sistemática contra la población o no cumplen con su deber de protegerla de la violencia. No tiene carácter obligatorio para los Estados, pero les da la llave para abrir la puerta y pasar a enfrentar graves emergencias humanitarias. Dice Oropeza en su libro, que “fue por fin, ante las horrendas escenas reiteradas en muchos países atrasados, que parecían una reedición actualizada del holocausto en los campos de concentración nazi, cuando debió iniciarse el debate sobre el tema, convertido en centro de una larga e infatigable controversia”. Volviendo a la Doctrina Betancourt, con posterioridad a la toma de posesión de la Presidencia Constitucional de la República , Rómulo dirigió el 22-8-60 un mensaje al Secretario General de la OEA en el que sugiere la aprobación de una resolución o tratado que permita exluir del sistema a los gobiernos no elegidos “y exigir (obviamente se refiere a los gobiernos elegidos, que no son producto de un hecho de fuerza, CCM) el cumplimiento de ciertas obligaciones democráticas elementales relativas a los derechos y libertades”, ampliando así el espacio de aplicación de la Doctrina que él mismo había formulado. Ramón Guillermo Aveledo opina, en su libro “La 4ª República”, que ese planteamiento es “precursor” de la Carta Democrática Interamericana de la OEA, aprobada en Lima el 11 de septiembre de 2001. Coincido totalmente con esa opinión de Aveledo. En efecto, ¿no se estaba acogiendo la Doctrina Betancourt cuando en el artículo 20 de esa Carta se dispone que “en caso de que en un Estado Miembro se produzca una alteracióin del orden constitucional que afecte


gravemente su orden democrático, cualquier Estado Miembro o el Secretario General podrán solicitar la convocatoria inmediata del Consejo Permanente para realizar una apreciación colectiva de la situación y adoptar las decisiones que estime convenientes”?, y, ¿no se acoge con más precisión la Doctrina Betancourt cuando en el artículo 21 de la Carta se dispone que la Asamblea General podrá tomar “la decisión de suspender a dicho Estado Miembro del ejercicio de su derecho de participación en la OEA (es decir, no reconocimiento y exclusión del sistema, CCM) con el voto afirmativo de los dos tercios de los Estados Miembros”?. En su libro (página 2), Oropeza asienta que la Carta fundacional de la OEA prescribe para todos sus miembros “un sistema necesariamente democrático y compartido” y que “a comienzos de este siglo esa norma se ratificó y amplió con la aprobación” de la Carta Democrática Interamericana. “De eso, precisamente, trata la Doctrina Betancourt”. Concluyo estas líneas referentes al libro de Luis José Oropeza sobre la significación de la Doctrina Betancourt en la lucha por la preservación de la democracia en nuestros países, citando a dos importantes dirigentes demócratacristianos venezolanos: Oswaldo Álvarez Paz opina (Noticiero Digital, 1-4-2019) que “el tiempo y cuanto ha venido sucediendo en estos años reivindican la bien lograda imagen de Rómulo Betancourt como el líder fundamental de la evolución democrática de Venezuela”, y Eduardo Fernández calificó (Noticiero Digital, 13-4-2019) a Rómulo Betancourt como “el político más exitoso en el siglo XX venezolano”. Otras referencias sobre la vida y obra de tan ilustre venezolano a las que también tuve acceso en la Web, como las anteriores, fueron las siguientes Aguilar, Pedro Pablo. “Rómulo Betancourt y el petróleo”. Analítica.com, 4 de octubre de 2005. Bastidas, G.. “El s. XX pertenece a Rómulo Betancourt”. Descifrado en la calle. Caracas. 6 de julio de 2006, p. 8. Bencomo Barrios, Héctor. “Rebeliones militares contra el presidente Rómulo Betancourt”. Boletín de la Academia Nacional de la Historia. Caracas. Octubrediciembre de 2001, t. LXXXIV, n. 336, p. 157-160. Benítez, Pedro. “Rómulo Betancourt: ¿héroe o Villano?”. Analítica.com, 28 de febrero de 2001. “Betancourt fue feliz al entregarle a Leoni”. El Diario de Caracas. 3 de octubre de 1981,p.6. Boon, Lisseth. “Alfredo Sánchez: ‘Betancourt es la excusa para analizar la historia del país’”. El Mundo. Caracas. 22 de febrero de 2008, p. 20. Bosch, Juan. “Reaccionarios y comunistas lo persiguen por igual”. El Diario de Caracas. 3 de octubre de 1981, p. 25-26. Caballero, Manuel. “El Betancourt historiador”. El Universal [en línea]. Caracas. 23 de febrero de 2008 Caballero, Manuel. “El Betancourt histórico y el Betancourt historiador”. Boletín de la Academia Nacional de la Historia. Caracas. Ene-marzo de 2008, t. XCI, n. 361, p. 63-78. Caballero, Manuel. “El Betancourt Histórico”. El Universal [en línea]. Caracas. 23 de febrero de 2008. Caballero, Manuel. “Un libro de historia, un libro histórico”. Descifrado en la calle. Caracas. 6 de julio de 2006, p. 10-11.


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Del CICSIROMULO BETANCOURT/Sala Virtual de Investigaión son los títulos hemerográficos que siguen, como complemento de la información que le antecede: Bastidas G. [2006, julio, 6). El S.XX pertenece a Rómulo Betancourt. Descifrado en la calle. Entrevista. p. 8. Betancourt fue feliz al entregarle a Leoni. (1981, octubre 03). El Diario de Caracas. Edición especial. p.6 Boon, L. (2008, febrero 22). Alfredo Sánchez: “Betancourt es la excusa para analizar la historia del país”. El Mundo. Entrevista. P.20 Caballero, M. (2006, julio, 6). Un libro de historia, un libro histórico. Descifrado en la calle. Política. p. 10. Castillo, R. (1982, septiembre 28). La estela de Betancourt. El Nacional. D. Información. p.17. Creía haber movido el país hacia adelante. (1981, octubre 03). El Diario de Caracas. Edición especial. p.7. Díaz, E. (2008, febrero 22). Betancourt: Los primeros años 1928 – 1958. Últimas Noticias. Centenario. P. 24 – 26 El líder visto de cerca. (1981, octubre 03). El Diario de Caracas. Edición especial. p. 29. El plan de Barranquilla elaborado en marzo del 31. (1981, octubre 03). El Diario de Caracas. Edición especial. p. 19. El Presidente que inició el camino de la democracia. (1981, octubre 03). El Diario de Caracas. Edición especial. p. 9. Fue suscrito el Pacto de Punto Fijo (2007, noviembre 4). El Nacional. Siete Días. P. 5. Gallegos, R. (2008, febrero 22). Betancourt, cien años. 2001. Información. P. 5 . Grillet, A. (1988, noviembre 24).El golpe militar del 24 de noviembre visto por MAC en "Memorias de la Conformidad". Los reportajes de El Mundo. p.14. Habla un protagonista de los sucesos del 48. (s.f.). Revista Élite. IMG. (2008, febrero 22). La figura de hoy: Rómulo Betancourt. 2001. Opinión. P. 6. La significación del 18 de octubre. (1981, octubre 03). El Diario de Caracas. Edición especial. p. 27. Linares, L. (1982, septiembre 28). Cobran vigencia sus ideas con respecto a la unidad del país y la lucha contra la corrupción. El Nacional. D. Información. p. 18. Linares, L. (1948, diciembre 25). Depuesto el gobierno de Rómulo Gallegos.El Nacional. Mayobre, E. (2007, octubre 09). Venezuela, política y petróleo. El Nacional. Nación. p. 13. Mills, s. (1980, abril 12). El derrocamiento del general Medina Angarita. Cuerpo C. El Nacional p.C1. Ortega, K. (1983, febrero 9). La democracia comenzó con López Contreras y no con los adecos. El Nacional. Ortiz, N. (2006, julio 06). Un gobernante pulcro. Descifrado en la calle. Política. p. 6. Pascal, M. (1990, marzo 27). Una nueva división amenaza a los adecos. Revista Élite. p.14 .


Reaccionarios y comunistas lo persiguen por igual. (1981, octubre 03). El Diario de Caracas. Edición especial. p. 25. Rivas, J. (1937, marzo 27). Expulsados del país 23 líderes políticos. El Nacional. Rómulo Betancourt el combatiente. (1981, octubre 03). El Diario de Caracas. Edición especial. p.16. Rómulo es clave en la historia de la Venezuela Contemporánea. (1981, octubre 03). El Diario de Caracas. Edición especial. p. 34. Rodríguez, G. (2006, julio 06 ). La ambición del oro negro. Descifrado en la calle. Rayos X. pp.12-13. Sanoja, J. (1988, abril 08). Diez días que conmovieron a Venezuela. El Nacional Trombetta, R. (2008, febrero 22). Betancourt: El padre de la democracia que evadió la tentación de la izquierda. El Nacional. Nación. P. 6 De esa fuente se lee en Internet: -La Sala Virtual de Investigación de Rómulo Betancourt es un espacio de acceso libre en Internet que organiza y contextualiza la obra periodística de Rómulo Betancourt. Su objetivo es facilitar la consulta y el intercambio de fuentes primarias y secundarias para estimular la investigación en los campos del Periodismo y la Comunicación Social. Asimismo, se persigue conservar y difundir la memoria documental venezolana. La SVI Rómulo Bretancourt es un proyecto en construcción que se inscribe dentro de la línea de investigación sobre memoria comunicacional que adelanta el CICUCAB. Por esta razón, periódicamente se actualizan e incluyen nuevos documentos. Equipo de Investigación Caroline de Oteyza: directora del Centro de Investigación de la Comunicación de la UCAB (CIC-UCAB) y responsable de la línea de investigación Memoria comunicacional María Soledad Hernández: Investigadora del CIC-UCAB. Coordinadora de contenido del programa Prensa del Siglo XIX. Miladys Rojano: investigadora del CIC-UCAB, coordinadora web de las SVI Mabel Calderín: investigadora del CIC-UCAB, coordinadora de Sistemas de información documental Andreína Solórzano: tesista del trabajo de grado Creación de una Sala Virtual de Investigación sobre la obra periodística de Rómulo Betancourt (1937-1939). Daniella Zambrano: tesista del trabajo de grado Creación de una Sala Virtual de Investigación sobre la obra periodística de Rómulo Betancourt (1937-1939). Ermelinda Maglione: tesista del trabajo de grado Obra periodísitca de Rómulo Betancourt durante su primer exilio (1928 - 1935) para la Sala Virtual de Investigación Sandra Di Pino: encargada del proceso de digitalización de los artículos del diario Ahora para el Archivo Digital de la Sala. Nancy Álvarez: Transcripción de textos y secretaría del proyecto Gustavo Portella: Diseñador Gráfico


UN POLÍTICO SIN OCASO Rómulo Betancourt fue un político sin ocaso, afirmó el periodista Luis Buitrago Segura en un reportaje publicado en El Nacional el 30 de septiembre de 1981, a apenas dos días de su muerte física, asegurando que su rico y variado anecdotario político cubre muchas veces su personalidad política. -Figura avasallante –puntualizó- que radicaliza las pasiones desde la ración idolátrica hasta el rechazo vituperino, no ha permitido deslindar la realidad del mito. Esa será tarea de biógrafos e historiadores que logren colocarse al margen de sentimientos. Este intento de crónica sobre una carrera política se reducirá a volver sobre algunos


datos conocidos. Acaso aventure un juicio: Betancourt fue un político que supo escoger su tiempo y su camino. A su juicio, “La Venezuela que emergía a la muerte de Juan Vicente Gómez no estaba lo suficientemente desesperady deprimida para acoger la sangrienta revolución comunista, porque además se había desangrado en ciento veinticinco años de la Guerra de Independencia y de luchas intestinas”, ni “Tampoco estaba lo suficientemente satisfecha para no intentar los intermedios”. Recordó que “Después de una breve pasantía por el partido comunista, natural en todo intelectual político, Rómulo Betancourt vislumbró el camino” y “Supo tomar de los materiales básicos del aprismo lo que pudiera convenir a un ensayo de revolución venezolana, y armó ideológicamente un movimiento que es el hecho más significativo en la historia política del país, desde la Independencia hasta nuestros días”. Igualmente citó “El Plan de Barranquilla, escrito en 1929 por los exilados Políticos que se agrupaban en torno a Betancourt en esa ciudad de la costa atlántica de Colombia y al cobijo de una frutería que les servia para sobrevivir, presentó a Venezuela un nuevo lenguaje político en un tono sorprendente, pero no aun el pensamiento propio de Acción Democrática”.

{El Plan Barranquilla fue firmado el 22 de marzo de 1931 y no en 1929, como afirma Buitrago Segura, y sus postulados fueron puestos en práctica durante el trienio democrático]

Más adelante expresó: -A la Venezuela congelada en la superficie, llegaban ecos de las nuevas ideas sociales que se agitaban en los pueblos de Europa. Entonces afloró en las gargantas de los estudiantes la protesta en 1928. A la cabeza de ellos estaba Rómulo Betancourt. Fue en la Semana del Estudiante que reveló a dos grandes líderes con estilo y destino diferentes: Rómulo Betancourt y Jóvito Villalba. El primero, eficaz, ardoroso, tenaz, en busca del futuro de un político sin ocaso. El segundo, apasionante, iluminado y arrebatado, pero inconcluso como Cuarta sinfonía de Schubert. A las ergástulas de Gómez y a sus trabajos forzados en los caminos, carreteras y obras públicas, fueron más de doscientos estudiantes. Rómulo Betancourt pudo escapar hacia el exilio con un pequeño grupo de condiscípulos. Entonces comenzó un peregrinar político por Colombia y Centro América que le permitió entrar en contacto con otras realidades sociales, ensanchar sus conocimientos y enriquecer sus ideas. A su regreso a Venezuela en 1936, ya estaba convencido de que los grandes cambios sociales sólo podían venir por la vía de la reforma. Buitrago Segura refirió después que al producirse la muerte del tirano, el 17 de diciembre de 1935, el Consejo de Ministros encargó del poder ejecutivo al general Eleazar López Contreras. -Salieron en libertad –escribió- los presos políticos entre ellos el general Fernando Márquez, detenido durante veintisiete años, y regresaron los expatriados al país. Betancourt, Leoni, Barrios, Prieto Figueroa, y Villalba, entre otros, volvieron a su patria para un breve período porque fueron expulsados por el gobierno de López Contreras, junto con otros recién formados líderes estudiantiles, políticos y obreros.


A continuación apuntó: -Durante ese nuevo exilio Betancourt afinó los instrumentos ideológicos de su partido, se deslindó de todo compromiso político con el pasado y lanzó su pequeña y entusiasta tropa hacia las grandes victorias, como un general tras una fulgurante estrella. El escenario nacional era propicio para esas acciones porque una nueva Venezuela estaba en marcha bajo la presidencia del general Isaías Medina Angarita, un demócrata por vocación, por convicción y por ejercicio. El 13 de setiembre de 1.941 culminó la primera etapa de la obra de Betancourt con la fundación de Acción Democrática. En su ensayo Venezuela Contemporánea, Medio Siglo de Historia, el escritor Ramón Velásquez describe esos episodios, entre ellos el cuestionario que tenían que responder los dirigentes del nuevo partido, como “¿Qué piensan ustedes de la propiedad privada? ¿Qué piensan ustedes de la lucha de clases?” Para despejarle el camino a su partido, Betancourt, su fundador, se abstuvo de suscribir la solicitud de legalización. Betancourt salió con su partido apelando directamente al pueblo. “Ni un sólo distrito -dice el historiador Velásquez-, ni un sólo Municipio, sin un organismo de partido...Convocar al pueblo para examinar los problemas nacionales, plantear críticas, proponer alternativas, eran verdaderos acontecimientos en la vida de los pueblos venezolanos”. El periodista expresó en otro segmento del reportaje: -Hace cuarenta años se inició la modernización de la vida política venezolana con el partido fundado por Betancourt. Desde el poder, Betancourt y su partido cumplieron sus compromisos: Voto a los mayores de dieciocho años, hombres y mujeres; elección del Presidente de la República mediante el voto universal, directo y secreto, Reforma Agraria, mayor participación del país en la renta petrolera, Educación gratuita y obligatoria a todos los niveles, servicio de sanidad y asistencia social para todos los venezolanos, libertad sindical y organización social, fueron algunos de esos compromisos cumplidos desde el poder entre 1945 y 1948. El momento augural de Acción Democrática en el poder, lo describe Simón Alberto Consalvi, así: “En 1945 debían celebrarse las elecciones presidenciales para sustituir al general Medina Angarita. Pero no hubo reformas y el Presidente sería elegido otra vez por el Congreso Nacional, dominado en su casi totalidad por el gobierno. De modo que la participación política de los partidos era más ficción que realidad”. Así estalló la Revolución de octubre, como producto de una alianza entre AD y las Fuerzas Armadas. Rómulo Betancourt ejerce la Presidencia de la Junta de Gobierno y se inicia hasta 1948 -año inaugural de Rómulo Gallegos como Presidente de la República, mediante el voto popular, universal y secreto- un periodo de reformas sustanciales en Venezuela. Podría afirmarse que fue un momento singular en la historia de Venezuela. Sí en una síntesis como ésta se precisara expresar una característica de ese período habría que darla sin titubeos en la política petrolera llevada por Rómulo Betancourt y por el Ministro de Petróleo Juan Pablo Pérez Alfonzo. Mencionó luego los logros de la Junta Revolucionaria de Gobierno: Se aplicó la política de no más concesiones petroleras y el régimen del fifty-fifty, es decir, que el Estado tenía que obtener por lo menos el 50% de las ganancias de la explotación del petróleo. Se inició la Reforma Agraria. Se multiplicaron las escuelas. Se


reunió la Asamblea Constituyente y se aprobó una Constitución de avanzada. Se inició un proceso de industrialización y una política de sustitución de importaciones. En otra porción del reportaje aseveró: -En su tercer exilio Betancourt se convirtió de nuevo en la voz de la libertad peregrina. Tocó a las puertas de todos los gobiernos democráticos denunciando la situación política venezolana bajo la dictadura. Regresó al país a la caída de Pérez Jiménez, y en una rápida y brillante campaña política para neutralizar a los sectores que habían sido adversos al gobierno de Acción Democrática (empresarios, clero, militares), consiguió de estos neutralidad en unos casos y apoyo en otros. Pero a medida que en el poder desarmaba los espíritus de sus adversarios naturales, se le armaban facciones y disidencias dentro de su propio partido, y las izquierdas, confundiendo la realidad con sus deseos y cegadas por el triunfo de Fidel Castro (que tenía la limitación de la isla de Cuba) creyeron que todo hecho revolucionario trae consigo necesariamente la dinámica de la extensión, y se lanzaron a la lucha. Era justamente el hecho político que necesitaba Betancourt, y lo supo aprovechar con un amplio margen de ventaja. Aplastó a las izquierdas y consolidó la democracia con las fuerzas de centro. Una vez más supo escoger el camino, su tiempo y oportunidad. Hombre de fino instinto político, conocedor de la naturaleza e idiosincrasia de los venezolanos, de sus valores políticos, sociales, creadores e intelectuales, siempre supo para qué y dónde servía cada quien. Ese instinto certero lo llevó a escoger a Pérez Alfonzo, creador de una política petrolera nacionalista y “padre de la OPEP”. Escribió también: -A Betancourt se le considera el fundador de la democracia venezolana, entendida ésta como el resultado de una dinámica de los hombres, en contraposición a quienes la entienden como un sistema de valores generado en un proceso de perfeccionamiento espiritual de los hombres. Para mantener la democracia juzgó siempre importante estructurar una clase económica y social con influencia en la vida nacional y un partido político importante en la oposición, para que modere los instintos de poder del partido que ejerce el gobierno y ofrezca la solución de alternativa. Ambos objetivos los consiguió. Pero a medida que avanzaba en ellos, se erosionaba su partido hasta perder sus cómodas mayorías. Sin embargo, eso no le impresionó nunca a Betancourt, porque la alternabilidad en el poder es expresión de la democracia. El prestigio y la influencia le permitieron a Betancourt estructurar su política internacional llamada la “Doctrina Betancourt”, que aislaba a las dictaduras de las democracias. Mientras ésta se mantuvo, Venezuela disfrutó de un sólido prestigio entre los países civilizados del mundo. -Con admirable respeto por la libertad de los dirigentes de su partido llevados a la Presidencia de la República, se colocó al margen de toda actividad política, se retiró discretamente. Los gobiernos de Leoni y de Carlos Andrés Pérez, no fueron interferidos siquiera con su preferencia. Últimamente estaba casi alejado de las actividades políticas porque se dedicó a preparar sus memorias que debía publicar a fines del año entrante. Este ha sido y fue Rómulo Betancourt, un político sin ocaso.

{La dictadura del teniente coronel retirado Hugo Chávez Frías trató de invisibilizr su obra en la historia


contemporánea, la ha satanizado quitado su nombre de autopistas, parques, etc., sin lograr su obetivo. Esta acción perversa ha tenido un efecto bumeran porque su obra en beneficio de la colectividad, con pocos recursos económicos provenientes de la renta petrolera es imborrable por lo inmensa. Al contrario de su detractor, que malversó la riqueza nacional mediante la institucionalización de la corrupción, el nepotismo y la regaladera en el exterior, para ganar adhesión a su proyecto castrista conocido como socialismo del siglo XXI, de petróleo, vivendas, aviones, plantas eléctricas, medicina, alimento, gas, gasolina y dinero, etc.]

UN ADVERSARIO LÚCIDO


El artículo es de Izaguirre, en Papel El Nacional, el de 2005:

siguiente Rodolfo publicado Literario de 5 de marzo

Tuvimos que esperar, toda mi generación y yo, más de 30 años para comprender que en la Venezuela que me vio llegar hasta esa edad, y en la que he continuado viviendo hasta la hora actual, el Partido Comunista no era una vía política práctica. No es que haya sufrido mucho por eso pero pude haber orientado mis energías en otra dirección o en ninguna otra. En todo caso, me alertó a tiempo no sólo el realismo stálinista en el arte sino el dogmatismo de los camaradas que intentaron entonces orientar mis pasos. Admiro, en este sentido, la lúcida y visionaria mirada de Rómulo Betancourt porque desde su temprana juventud, a los 23 años, en 1931 cuando se crea la Agrupación Revoluciona de Izquierda (ARDI), germen de la futura Acción Democrática, supo que el Partido Comunista no llegaría a ninguna parte en un país carente entonces de sindicatos u organizaciones obreras. Si se interesó en Costa Rica por el partido comunista de ese país fue tal vez para conocer de cerca su funcionamiento y comprender de una vez por todas que su estructura leninista iba a ser la que sostendría al partido que años más tarde crearía paso a paso y a pulso en 1941. Esta lucidez en un hombre al que siempre adversé es lo que más me ha impresionado del notable estudio Rómulo Betancourt, un político de nación, aludiendo a la circunstancia de que la política en Betancourt más que una pasión resultó ser una plenitud de vida. El propio Manuel Caballero, historiador de “nación” si a ver vamos, demuestra serlo acaso como ningún otro porque ha tenido que superar, él mismo, la


aversión que siempre mostró hacia el creador de Acción Democrática a fin de poder trazar no tanto sus rasgos biográficos sino algo mucho mejor y más interesante: analizar, comprender, reconstruir y situar, sin contaminaciones externas, el pensamiento y las acciones políticas que han convertido a Rómulo Betancourt junto a Simón Bolívar, José Antonio Páez, Antonio Guzmán y Juan Vicente Gómez en la quinta figura más prominente de la historia venezolana. No se trata de construir la imagen del político que fue o la del que quisimos que fuera, sino mostrar cómo ajustó el propio Betancourt su pensamiento político al proceso histórico que lo vio actuar con tan extraordinaria energía. El libro de Manuel Caballero, además de estar escrito en buena prosa diáfana, precisa y esclarecedora, asombra por el rigor de su documentación: no hay en él una sola afirmación que no esté respaldada por la prueba exacta y contundente; la veracidad del documento; la constatación de la fuente utilizada. ¡Es la obra de un gran historiador! Me asombra también la observación que hace Caballero cuando revela que la “clave” de su estudio sobre Betancourt sea la de haber eludido su biografiado, desde sus inicios en 1928, la palabra “yo” de los tiranos por el “nosotros” y haber hecho materia inseparable la aventura de su propia vida con la del partido que fundó y formó. Cuatro grandes secciones divididas a su vez - en breves capítulos, estructuran este estudio. “Bajo la tiranía retrato del intelectual cachorro” se ve al joven Betancourt en sus intentos de escritor; en “El revolucionario: el hombre de partido”, asistimos a la redacción del Plan de Barranquilla y llegamos hasta la candidatura de Rómulo Gallegos. Luego, en “El reformador: el hombre de poder”, el lector se entera de cómo y cuándo se creó el “adeco” (¡un tipo humano y político de excepcional protagonismo en la vida venezolana!); es testigo de la caída de Gallegos, del retomo, del nacimiento de Punto Fijo y del célebre momento de las manos quemadas. Surge entonces en el cuarto capítulo, “El Conservador: el hombre de bronce”, es decir, el: hombre en el poder; el horror a la anarquía; la presencia del petróleo; la política militar y el combate a la corrupción. Manuel Caballero ha realizado la proeza, la hazaña, de mostrar dentro de su abundante bibliografía y condensar en apenas dos libros suyos, Gómez, el tirano liberal y Rómulo Betancourt político de nación, el rostro bicéfalo o bifronte del país venezolano a lo largo de todo el siglo XX: el valor de la vida civil y democrática y el peso autoritario, tiránico y militar que la acechó en el pasado y continúa sofocándola en el nuevo siglo que apenas comienza.

LA CANCELACIÓN DEL SIGLO XIX


El 30 de septiembre de 1981, dos días después de acaecida su muerte física, el profesor Julio Febres Cordero escribió en El Nacional: -El país nacional está a la expectativa ante el fallecimiento del ex presidente Rómulo. Betancourt, emergencia que despierta intensas cavilaciones porque Betancourt no fue un político más o menos hábil, preparado para las tareas que asumió desde su temprana juventud, sino por sus condiciones de dirigentes y principal luchador de la Democracia venezolana, de la Democracia americana, a cuya victoria entregó lo mejor de su vida, transformarse en uno de los personajes más importantes del Continente. Luego aseveró; -A Betancourt le debe la mayoría de las gentes de este país su consagración a la defensa de esos ideales cuando otros flaquearon y el establecimiento de aquellas instituciones que garantizasen su cabal ejercicio. Asimismo, “A él“ y al grupo político que fundó y del cual fue abanderado, el pueblo venezolano agradece la cancelación del siglo XIX; la implantación del sufragio universal, directo y secreto; el voto femenino y la participación activa de la mujer en la política nacional; el desarrollo del movimiento sindical con el subsecuente robustecimiento de la clase media depauperada y la afirmación de la conciencia política de los sectores obreros y campesinos mediante la contratación colectiva y la reforma agraria; la progresiva institucionalismo de las FF.AA.NN: el planteamiento de las reivindicaciones fronterizas: la estrategia del desarrollo económico como fórmula eficaz


para combatir, sin vocinglerías, el imperialismo económico de las grandes potencias; el auge de la educación en el país; una obra escrita que no ha perdido actualidad y haber logrado interesar en el debate político a las mayorías nacionales, en forma tan decisiva como no lo habían logrado Antonio Leocadio Guzmán, ni la guerra federal”. Expresó también: -El fallecimiento del ex presidente Betancourt suscita preocupantes interrogaciones. Por su capacidad de trabajo, su conocimiento del medio y su lucidez, un freno a las ambiciones desmedidas de los grupos que desde los extremistas de izquierdas y de derecha hasta ciertas minúsculas células de oficiales fascistoides o supuestamente populistas, intentaron subvertir el orden democrático, Betancourt, como dirigente político en el Poder o fuera de él, se enfrentó con decisión a los brotes insurreccionales y aseguró la continuidad del sistema democrático, su estabilidad a partir de 1958, como lo han venido demostrando las reiteradas y pacíficas elecciones generales que se han celebrado. Tuvo errores y resentimientos. A estos buscó arrinconarlos y procuró la colaboración de personalidades que por una u otra causa le adversaron. En cuanto a los primeros, los cometió como todo hombre, como todo político. Y si algunos pudieron ser considerados como graves, trató de subsanarlos, dando marcha atrás en algunos asuntos sin importarle reconocer la precipitación o la equivocación en que había incurrido. Del mismo modo recordó: Junto a su lucha por la Democracia está su sostenida actitud para lograr el adecentamiento administrativo, procurando dejar precedentes jurídicos en cuanto al castigo, doquiera se refugiasen, de quienes, valiéndose de ejercicios inmoderados de autoridad, se enriquecieron. No diré que ha muerto pobre; pero no murió rico, pues tenía para vivir de acuerdo con su jerarquía y hasta el cabo de sus días trabajó tesoneramente, venciendo las limitaciones físicas, reatas del atentado contra su persona. Y al final precisó: -Un dramático accidente fue el comienzo de su fin físico y esa forma dramática en que muere trae a la memoria, aunque en las causas que, produjeron sus muertes intervienen factores extraños, a Jacobo Arbenz Guzmán, Omar Torrijos, Salvador Allende o Roldós. De sus características personales es innecesario escribir. Los venezolanos las conocieron a través de su estilo, la radio o la TV. Poseyó virtudes y defectos comunes a los venezolanos y se distinguió, sobre todo, por ser un amigo leal y consecuente, sin tomar en consideración la importancia social, económica o científicas, sino solamente la vocación democrática de las personas.

LABOR PERIODÍSTICA


Don Rómulo Betancourt siempre consideró el periodismo como su profesión y así aparece en su hoja de vida. La ejerció en el género opinión. tanto en Venezuela como en los tres exilios que sufrió a raíz de sus convicciones democráticas contrarias la dictadura de Juan Vicente Gómez, lo que calificó de gobierno socarrón del sucesor de este, el general Eleazar López Contreras, y la década dictatorial de Marcos Pérez Jiménez. En 1986 el Departamento de Investigaciones de la Academia Nacional de la Historia publicó el libro Hemerografía de Rómulo Betancourt, de la autoría de Luis Eduardo Vera, descriptivo de esta faceta del gran demócrata venezolano. No está de más recordar que durante la presidencia de la Junta Revolucionaria de Gobierno decretó la creación de la Escuela de Periodismo de la Universidad Central de Venezuela, donde obtuve mi licenciatura periodística, convertida posteriormente en Escuela de Comunicación Social. De la Sala Virtual de Investigación CIC-UCAB son los títulos y las respectivas fechas de su presencia en el diario Ahora: “El trigo en Venezuela” [1 y 2 de febrero de 1938]; “Balance de pagos de 1936” [3 de febrero de 1938].”Substitutos del carbón vegetal” [4 de febrero de 1938], “Necesitamos electricidad barata” [5 de febrero de 1938], “Estadísticas del comercio internacional: 1936” [8 de febrero de 1938], “Importaciones y exportaciones de Venezuela” [9 de febrero de 1938], “Política Nacionalista del gobierno ecuatoriano” [10 y 11 de febrero de 1938], “El problema de los pisatarios” [12 de febrero de 1938], “Soluciones parciales al problema de los “pisatarios” [14 de febrero de 1938], “México emprenderá explotación de su petróleo” [16 de febrero de 1938], “Riqueza aurífera nacional” [17 de febrero de 1938], “Las perspectivas del algodón” [18 de febrero de 1938], “El éxito de la Reforma Tributaria en Colombia” [19 de febrero de 1938], “Industrialización del sisal y la cocuiza en el Estado Lara” [22 de febrero de 1938], “Nacionalismo económico” [23 de febrero de 1938], “La situación económica de


Alemania” [24 de febrero de 1938], “Reorganización de los servicios económicos del Ministerio de Relaciones Exteriores” [25 de febrero de 1938], “Observaciones acerca del comercio exterior de Venezuela” [20 de febrero de 1938] y “Hacia la formación de una conciencia económica” [27 de febrero de 1938]. La Obra periodística de Rómulo Betancourt durante su primer exilio [1928-1935} fue el tema escogido por Ermelinda Magione para optar, en junio de 2008, al título de licenciada en Comuncación Social de la Universidad Católica Andrés Bello, Caracas. En ese trabajo investigativo su autora reseñó la presencia de Betancourt en la revista Repertorio Americana, Semanario Trabajo, La Tribuna y La Hora, de San José Costa Rica. Igualmente en la revista de Barranquillam Colombia, La Novela Semana, donde publicó su ensayo Dos meses en las cárceles de Gómez el 18 de octubre de 1928, y en el diario El Tiempo, de Bogotá. Asimismo en los periódico La Prensa y La Nación, también colombianos. En México, tuvo presencia en la revista Eurindia y Libertad, órgano del PRV, dirigido por Salvador de la Plaza, con el pseudónimo Sacha Yegulev, y en Nueva York, Estados Unidos, en Venezuela Futura. En 2007 Andreína Solórzano y Daniel Zambrano crearon un espacio virtual con los artículos de Betancourt en el Diario Ahora, entre 1937 y 1939 para optar, a la licenciatura en Comunicación Social de la Universidad Católica Andrés Bello, Explicaron que en la columna de ese “Economía y Finanzas” Betancourt publicó 678 artículos, 116 de los cuales formaron parte de su libro Problemas Venezolanos, publicado en Chile. Sin embargo, su totalidad aparece en la recopilación de Arturo Sosa titulada La segunda Independencia de Venezuela. Su presencia periodística se inició en 1924, cuando publicó en la revista Kronos el cuento “Érase una vez un poeta”. El año siguiente, con el cuento “La caja de bombones” gano un concurso en el diario La Esfera y apareció en la revista Billiken el poema “Adieu, m apetite”. En 1926 la Revista Venezuela le publicó “Orgullo de Blasón”Publicó también artículos en el Semanario Acción Democrática, fundado por Valmore Rodríguez el 10 de enero de 1942. Asimismo lo hizo en los diarios El País y El Nacional. Del mismo modo fundó el semanario ORVE, tamaño standard.

EL FACTOR MILITAR


En un artículo publicado en el portal Analítica el 15 de mayo de 2020, titulado “Betancourt: factor militar”, su autor, Luis Fidhel González, señaló que el personaje obteto de estudio en mi monografía “Nunca descarto ni desprecio el factor militar sabiendo el “peso político” para definición de nuevas situaciones tomando los riesgos” y por lo tanto, “Una insurrección puramente civil sin contar o ignorar a los militares estaba condenada al fracaso”. Que además “aseveraba el gobierno de Medina al haberse ejercido en la coyuntura de la II Guerra Mundial y lucha contra el nacionalsocialismo alemán y siendo Venezuela país proveedor de petróleo de Estados Unidos aunado a la doctrina del presidente Roosevelt de eliminar el totalitarismo “hasta en el último rincón de la tierra” condiciono la necesidad de diferenciarse de López Contreras y crear cierta base de “opinión popular” para oponerse a la “tutoría imperiosa” del antecesor”. A continuación aseguró que el gobierno de Isaías Medina Angarita “se caracterizo por un mayor respeto a las libertades públicas y por una actitud oficial menos represiva frente a las fuerzas políticas de oposición concluyendo fue una “autocracia con atuendo liberal”. Luego indicó: -Se ha planteado la hipótesis que Betancourt sostenía las libertades experimentadas en el gobierno de Medina no eran producto de convicciones democráticas sino producto del orden liberal experimentado al término de la Segunda Guerra Mundial. -El gobierno Representantes del Partido Democrático Venezolano (P.D.V.) organización oficialista del “medinismo”, introducen el 25 de mayo de 1944, un proyecto de Ley de Reforma Parcial de la Constitución de los Estados Unidos de Venezuela en la Cámara del Senado del Congreso de la época. El texto finalmente aprobado en enero de 1945, con su correspondiente ejecútese por el presidente Isaías Medina, el día 5 de mayo de 1945 y finalmente sancionado, el 5 de julio de 1945. -En el aspecto político modificó el ordinal 6) del artículo 32, de la Constitución de 1936; que establecía contrarias a la independencia, a la forma política y paz social de la Nación, las doctrinas comunista y anarquista, y los que las proclamen, propaguen o practiquen serán considerados como traidores a la Patria y castigados conforme a las leyes. Sin embargo, “No previó la “elección directa” del presidente de la República a pesar de la solicitud de los partidos de oposición realizadas en los respectivos debates destacó las intervenciones del senador Jovito Villalba y diputado Andrés Eloy Blanco”. En el párrafo siguiente describió la conspiración cívico-militar que el 18 de octubre derribó el gobierno de Medina Angarita. -Por intermediación del médico Edmundo Fernández –reveló- logro reunir a los dirigentes de Acción Democrática (AD) Rómulo Betancourt y Raúl Leóni con el grupo conspirador Unión Militar Patriótica cuya cabeza visible era Marcos Pérez Jiménez quien manifestó ante los graves desaciertos que estaba cometiendo el gobierno de Medina, no podían permanecer indiferentes, aspirando el movimiento militar implantar en Venezuela un “nuevo orden” donde imperen la honradez, la justicia y la capacitación. Según el autor, los militares “No ambicionaban llevar a las Fuerzas Armadas al ejercicio integral del poder pues los altos cargos deben ser ocupados por hombres


honrados y capaces que tengan respaldo popular entrando en contacto con organizaciones civiles que comulguen con sus ideas y estén dispuestos a secundar la acción de la oficialidad joven”. Estos “Repudiaban a Contreras y Medina por eso estaban dispuesto a dar un golpe de Estado incluso ofrecen a Betancourt encargarse del gobierno”. González recordó que “Betancourt y Leoni habían viajado a Washington con la finalidad de entrevistarse con Diógenes Escalante en aquel momento embajador de Venezuela en los EEUU “con criterio político moderno y sensibilidad democrática” para que aceptara la candidatura presidencial que Medina le había ofrecido a través de su hermano Julio y se había negado aceptar”, pues “Garantizan el apoyo de AD y lograr una solución electoral a la crisis política”. A su juicio, “AD tenia la “lucida idea” que el ascenso al gobierno era inevitable si se le deba la oportunidad al “pueblo” de votar de “manera directa”. Explicó enseguida: -La reunión en Washington con Escalante se realizo sin acuerdo previo, ni contacto de ninguna clase con el Gobierno de Medina. Insistieron a Escalante “con franqueza” sino surgía en el oficialismo un presidenciable dispuesto a impulsar una reforma en la Constitución estableciendo el sistema de sufragio directo, universal y directo para la elección de personeros a cargos públicos, “resultaba inevitablemente” el estallido de una insurrección cívico militar. Escalante daría su asentimiento y se comprometía a propiciar una reforma democratizadora de la Constitución. Rafael Caldera ratifica es evidente que Betancourt llamado por un grupo de oficiales jóvenes dispuestos al derrocamiento del Gobierno, trató de impedirlo, hizo esfuerzos visibles para que no ocurriera. Betancourt pareciese haber convencido a los líderes de la Unión Militar Patriótica (UMP) – Pérez Jiménez, Mario Vargas, Delgado Chalbaud- de la necesidad de buscar una “salida evolutiva” a la crisis política. Escalante llegó a Venezuela el 7 de agosto y fue recibido en el aeropuerto de Maiquetía por dirigentes del Partido Democrático Venezolano entre ellos Arturo Uslar Pietri pero también los lideres de AD incluido Betancourt y el senador Jovito Villalba como del partido comunista organizados bajo el nombre Unión Popular. Pero Escalante sufrió una enfermedad, por lo cual “López Contreras obtiene preferencias y nuevas adhesiones en el Congreso observando los partidos opositores una amenaza de regreso al gomecismo”, en consecuencia fue sustituido por el ministro de Agricultura y Cría Ángel Biaggini”. Esta situación fue interpretada por la oposición como ocontinuismo del gobierno y reforzó la tesis de la Unión Patriota Militar prosiguiendo su labor de juramentar nuevos oficiales. Luis Fidhel González observó en el párrafo siguiente: -AD había planteado a través de Rómulo Gallegos a Medina propiciar el ascenso a la presidencia de la República de un ciudadano sin militancia partidista que convocara a elecciones en un plazo perentorio de un año y realizaría determinadas reformas constitucionales. Medina según Betancourt “fiel a su tradición autocrática” no acepto la solución sino escogió e impuso a su sucesor al País. La escogencia de Biaggini es interpretada por la continuidad de la dominación de la oligarquía “tachirense” iniciada a finales del siglo XIX, sugiriendo que la confrontación política de la época tenía fuertes visos regionalistas. Al ser descubierta prácticamente la


conspiración por el gobierno y teniendo la lista de los conjurados reforzó la actitud para concretarla; celebrándose la última reunión entre militares y civiles el 16, de Octubre; estando de acuerdo Betancourt de realizarla en esa semana. Convocaría a un mitin en el Nuevo Circo de Caracas haciendo alusión al candidato del consenso o coalición agregando “Pero esta aspiración colectiva se frustrara si quienes gobiernan continúan en su aptitud de insólito desdén a la opinión”. Precisó después. -AD expreso Betancourt no iría jamás al gobierno como la “pariente pobre” que entra por la puerta de servicio domestico a ocupar dos o tres carteras. Somos un partido que se ha organizado para que “el Pueblo venezolano vaya al poder y nosotros con el pueblo a gobernar”. Rafael Caldera asevera Betancourt condiciona a los militares que derrocaron al presidente Medina, le den mayoría absoluta en la futura Junta de Gobierno para poder asumir la responsabilidad. El ingreso al poder del grupo de civiles y militares representados por Betancourt – AD- y Pérez Jiménez – Unión Patriótica Militar- a través del “golpe de estado militar” de Octubre de 1945, propicia la teoría que el establecimiento del “proyecto democrático” se sostiene en un “origen bastardo” anti-democrático como explanan sectores conservadores de la historia venezolana. Se acota haber contravenido los principios fundacionales de AD: “gobierno civil”, “profesionalismo” en la fuerza armada y mantenerla al margen de la controversia política. La Junta de gobierno fue integrada de cuatro miembros de AD, un independiente y dos militares, surgió la mañana del 19 de octubre de 1945. La preocupación del nuevo gobierno revolucionario fue dar legitimidad a la acción conspirativa realzando a los militares que la apoyaron. Siendo común las caracterizaciones de héroes, segundos libertadores o herederos de la gloria de Bolívar. Betancourt acuño la frase para la época “Pueblo y ejercito unidos”. El 8 de abril de 2008 durante una conferencia dictada en la Cátedra de Honor del Rectorado de la Universidad Católica Andrés Bello el profesor Alexis Márquez Rodríguez aseguró que “El 18 de octubre de 1945 ocurrió uno de los hechos más lamentables de la historia venezolana”. Agregó que “El derrocamiento del general Isaías Medina Angarita es comparable con la de José María Vargas por Pedro Carujo en 1835, afortunadamente frustrada, o con el llamado “asesinato del Congreso”, el 24 de enero de 1848”, También afirmó: -Llamarlo Revolución de Octubre es una de las más grotescas manipulaciones que se han hecho con el lenguaje en la historia venezolana. Ese presunto carácter revolucionario se sigue pregonando, por el solo hecho de haber instaurado el sufragio universal, directo y secreto para elegir al presidente de la república y los demás funcionarios de elección popular. Esto es cierto, y el más grave error de Medina fue no haberse adelantado y propiciado desde la presidencia la reforma constitucional para establecerlo. A ello él estaba dispuesto, pero no se atrevió a dar el trascendental paso, convencido, sin embargo, de que en poco tiempo se iba a llegar a ello.


[Titular de El Nacional del 20 de octubre de 1945 “Derrocado el General Isaías Medina/ Una Junta Cívico-Militar, presidida por Rómulo Betancourt asumió el poder desde ayer”]

BETANCOURT VISTO POR DOMINGO ALBERTO RANGEL


De la periodista Sebastiana Barráez Pérez es la entrevista a Domingo Alberto Rangel que se copia a continuación, publicada en el semanario Quinto Día en su edición del 23 al 29 de febrero de 2008: Lo que más gusta de él es su irreverencia. No muestra respeto por el peso de un nombre o el significado de una leyenda Tampoco sus detractores le han tenido piedad. Habla sin desparpajo alguno. Pregunta con ansiedad sobre lo que acontece en el país. Su lucidez asombra; no falla en ninguna fecha y recuerda todos los nombres. Muchos lo consideran mordaz. Su mérito más destacado es la coherencia. Es uno de los analistas políticos más brillantes que tiene el país. Siempre escritor y periodista. El es Domingo Alberto Rangel Bourgoin. Uno se deleita oyéndolo, hurgando en la historia, hilando los hilos de los acontecimientos. Su cuerpo delgado se resiste a obedecerle. Con un dejo de aspereza en la voz se queja de su enfermedad. “Hubiera preferido el Alzheimer que deteriora la memoria, porque este Parkinson va deteriorando el cuerpo pero a uno lo deja muy consciente”. Su área de trabajo es un saloncito que colinda con lo que queda de un patio; allí el tiempo parece que se detuvo. Una vieja máquina de escribir y muchos papeles revelan al hombre inquieto. Esta entrevista no lo retrata, porque no hubo tiempo de hablar de él, sólo de su relación con Betancourt, a quien le reconoce muchos méritos. “Fue el primer político que habló de la situación concreta de Venezuela, que utilizó la economía como análisis, que tuvo un programa completo de país”. No recuerda que Rómulo temiera a nadie. “Sí odiaba a muchos”. Tampoco que admirara a algún político de entonces. “Era muy conocedor de la historia universal, especialmente la de Francia”. Domingo Alberto pertenece a la generación del 45. “La que llegó a la vida política con el golpe militar del 18 de Octubre; la de Ugarte Pelayo, José Vicente Rangel, Guillermo García Ponce”. Recuerda a Betancourt antipático. “Extraño porque los caudillos son muy simpáticos”. Pero subyugante. “Cuando quería halagar a una persona”. Extrovertido y conversador. “A Carmen, su esposa, la trataba muy mal”. Cae preso de 1950 a 1954. Su hermano, siendo teniente, ganó un concurso que le permitió ser recibido por el Presidente. “Le pidió a Pérez Jiménez que me expulsaran del país y éste le dijo: ‘muchacho, me gusta eso, porque significa que las familias andinas aún siguen unidas’. Así llegué a Panamá”. A petición de Betancourt, va a Costa Rica por seis meses. Descubre a Betancourt. “A Raúl Leoni lo trataba como un mequetrefe y se burlaba de él incluso ante extraños”. En una reunión con periodistas en la casa de Rómulo en Costa Rica fue implacable. “Ese día le dije que discrepaba de muchas cosas con Leoni, pero es un compañero y tenía que respetarlo”. No quería que fuera candidato presidencial. “Dijo ‘a ese bobo lo derrotan’“. Mostró, este hombre de 84 años, una sorpresiva ternura cuando estrechó su mano con la de mi hija. “Quédate, aquí la pasarás mejor que con tu mamá”. Se levantó con pasmosa lentitud y sentenció: “esta niña será periodista’. A nuestras risas soltó una palabrota. “Carajo, hemos hablado de lo divino y de lo humano”. -¿Cómo se inició su relación con Rómulo Betancourt?


-Yo estudiaba derecho y tenía 19 años cuando lo conocí en Mérida en 1943; Rómulo, en el paraninfo de la Universidad de Los Andes, hizo una brillante exposición sobre los fundamentos estratégicos de la guerra. Sostuvo que Venezuela notenía por qué impedir la huelga a sus obreros, que la estrategia de los aliados es privar a Alemania de sus conexiones con el mundo subdesarrollado que le proporciona la materia prima. Era el primer político que los estudiantes de Mérida oíamos hablando en lenguaje concreto, manejando la ciencia económica con destreza y brillo. Los demás políticos venezolanos de la época; como Jóvito Villalba, para mencionar a su gran rival; o Juan Bautista Fuenmayor, secretario general del Partido Comunista (PCV); o Ernesto Silva Tellería columnista y figura prominente del PCV, no manejaban sino lugares comunes. Betancourt en cambio decía que lo que se estaba disputando en Europa era el dominio sobre estos países. -¿Qué tanto los impactó Betancourt? -Fue tal la impresión en los estudiantes de la ULA que en masa corrimos a inscribirnos en Acción Democrática. Cuando Betancourt llegó a Mérida AD era un partido de 4 o 5 cuadros casi clandestinos; al día siguiente era un partido de masas. -¿Ese Betancourt del 43 cuándo cambia? -En Betancourt hay dos etapas. Una radical, del año 1928 a 1949, que eclipsa a los comunistas por el radicalismo. En 1928 nacen a la conciencia política los hombres de la generación de Betancourt enfrentando la dictadura de Juan Vicente Gómez. Y para 1949 había sucedido el golpe militar del 24 de noviembre de 1948 que derrota a Rómulo Gallegos y convierte a Betancourt en un derechista abominable, que nada tiene que ver con el que venía actuando desde 1928. -¿Cómo es ese nuevo Betancourt? -Reaccionado, inseguro, pugnaz. El Betancourt que llega a la presidencia de la República en 1959 nace en 1948. -A Gallegos lo tumban por negarse principalmente a expulsar a Betancourt del país. ¿Por qué él era tan importante para los militares? -Los militares veían en Betancourt al gran enemigo, porque era quien tenía claridad política en AD; aunque para ese momento ya era un hombre reaccionario, para la masa, para la leyenda era el hombre radical de izquierda capaz de alterar el orden social en Venezuela. -¿Cuándo rompe usted con Betancourt? -Mucho después. Seguí siendo amigo de Betancourt. Tras la caída de Gallegos tuve que asilarme en Colombia. Le voy a hacer una revelación; llegué a Bogotá en diciembre del 48 como columnista en El Liberal, donde trabajaba un primo hermano de Consuelo mi mujer, llamado Juan Lamus Cáceres, quien me dijo que los llaneros del Casanare están alzados, hacen una guerra de guerrillas y el jefe es un peón, Cheíto Velásquez. Una pariente de Consuelo en Cúcuta, Gloria Hoyos me sirve de estafeta en las comunicaciones con Venezuela. El 24 de Noviembre el único adeco que hizo resistencia y derrota a la Guardia Nacional es el tovareño Julio Ramírez Díaz, administrador de la aduana de Encontrados; Julio estuvo preso un año. -¿Y qué pasó? -Le comuniqué a Julio el nacimiento de la guerrilla en Colombia y la perspectiva de una situación revolucionaria. Julio, en Zaraza, era transportista clandestino de


Antonio Pinto Salinas, a quien le pedí, como miembro de la dirección nacional clandestina de AD, que me autorizara a preparar una guerrilla como la del Casanare. -¿Y lo hace? -Te cuento. Julio, se valía de Armando Alarcón Fernández, responsable de la preparación de la posible insurgencia guerrillera en Tovar. En el comité regional de Mérida de AD encargamos a Víctor Olegario Carnevalli, hermano de Alberto; A mi me hacen preso en Seboruco en el 50. Tomé un tren en Cúcuta, crucé a Venezuela por el río y caminamos hasta Seboruco, pero el contacto que me recogió era agente de la Seguridad Nacional. -¿A todas estas, lo sabía Betancourt? -No, ese plan no se lo consultamos. Le dije a Pinto Salinas que lo consultara con Ruiz Pineda, pero no con Betancourt porque ya se había vuelto un conservador insoportable. No le contaré las cosas políticas que vi en casa de Betancourt en Costa Rica, pero ya rebelaban a un hombre inclinado a la derecha, también declinante en lo intelectual. El Rómulo agitador, audaz, tribuno que conocían los venezolanos ya no existía. -¿Cómo impacta Rómulo Betancourt la historia contemporánea de Venezuela? -Sería prematuro decirlo. La historia de Venezuela se ha reducido a dos personajes: Simón Bolívar el bueno y Juan Vicente Gómez el malo. Algún encanto debe tener el demonio; no es todo malo o todo bueno. -Se dice que Betancourt fue el primer político que vislumbró la importancia del petróleo. -Así es. La importancia de los 60 es que para el imperialismo americano ya no conviene una Venezuela anárquica y desorganizada, porque sin pacificar a su patio trasero, a Venezuela, al Caribe, no pueden ejercer dominación. -¿Cómo vea Betancourt después de más de cuatro décadas? -A mi se me olvidó Betancourt. No pienso en él; si Betancourt no hubiese existido, habría existido otro. No nos alzamos contra Betancourt si no contra una situación histórica de un país dependiente, que sigue siéndolo a pesar de Chávez, que sólo habla tonterías. -¿Para quién goberné Betancourt? -Para la burguesía. Con él se consolidaron los grandes grupos como Mendoza, Polar, Sosa Rodríguez. Era muy amigo de Salvador Salvatierra, los Zuloaga, los Vollmer. Claro, también le tiró algo a los sectores populares, como lo hace Chávez. Chávez y Betancourt son muy parecidos. -¿Y no es que a AD lo hace fuerte el respaldo de la clase más humilde? -Esa es la leyenda de Betancourt. AD se torna fuerte, primero por la sinvergüenzura de los comunistas en seguir a Medina; no ha habido movimiento más oportunista en Venezuela que el comunismo. Luego, porque las fuerzas tradicionales estaban desprestigiadas. Y tercero, por el plan de gobierno que tenía AD. -¿Cómo describiría a Rómulo Betancourt? - (silencio) Un político cuyo único norte fue el poder a quien le rendía culto. No tenía principios como todos los políticos a los que sólo les importa el poder. Aquel partido que fue AD


“Mire, el Plan de Barranquilla, de 1931, cuando Rómulo tenía 23 años, es un plan de gobierno serio, no superado por ningún otro partido en Venezuela; ahí participó también Miguel Otero Silva y otros”. -Dicen que Rómulo impuso un estilo. -Sin duda que es un paradigma, un arquetipo; Betancourt, es él político más destacado de la democracia venezolana. La generación de Betancourt fue la primera que conoció al marxismo. -Rómulo dijo que AD era un partido para hacer historia… -La hizo, aunque haya sido fea. Voy a decir algo medio blasfemo: cuidado si tienen más importancia los 70 que cruzan el río Táchira el 23 de mayo de 1899 para acompañar a Cipriano Castro que quienes suscriben el Acta de la Independencia. Esta Venezuela de hoy es bija de los 60. -¿Qué le pasó a AD? -Se corrompió como se está corrompiendo el movimiento çhavista, con la única diferencia que aquellos cobraban el 10% y estos llegan al 28%. Chávez, quien solo busca el poder, hizo el movimiento con lo más podrido, lo que no servía, de la izquierda. -En 1945 entra a jugar papel determinante la Fuerza Armada. Pero ¿cuál fue el papel de AD? -AD fue un gran partido de masas. Es mentira eso que ha dicho Uslar Pietri de que AD era un partidito. Me consta como secretario general de AD en Caracas en diciembre de 1944, que antes del 18 de Octubre, se inscribían en AD unas 100 personas al día, lo que era mucho para una ciudad de 200 mil habitantes. Tenía una militancia caudalosa y ejercía influencia en los sindicatos, en las ligas campesinas, no había centro estudiantil en las universidades que AD no dominara. Lo que molestaría a cualquier revolucionario es cómo teniendo ese caudal los sinvergüenzas del año 28. Betancourt, Leoni, Gonzalo Bardos y otros no hayan hecho una revolución y que nosotros hayamos sido cabrones y no permitirles que la hayan hecho; eso es lo que me duele a estas alturas de la vida. -¿Qué hizo de AD un gran partido? -Que habló claro, que Betancourt dijo que es mentira que este país era una tacita de oro, es el país más atrasado de América Latina Hay dos personajes que utilizan la economía como instrumento de análisis: Rómulo Betancourt y Alberto Adriani. -¿Porqué ustedes o el MIR no lograron coronar? -Porque había unos pillos como Américo Martín, uno de los tipejos más despreciables que hay; llegó a decir que yo era agente de la CIA, lo que ahora dice Chávez de sus detractores; eso es un comodín. -¿Y además de Américo? -El pase de la lucha armada en Venezuela fue prematuro. El Che Guevara me dijo en La Habana en 1962: ‘en Venezuela no hay condiciones para la lucha armada; cuando tengan una fuerza poderosa, entonces pasen a la guerrilla’. Traje la posición del Che, pero la dirección nacional del MIR apoyó una contraria de Américo Martín. Se creyó que el de Betancourt era un gobiernito, cuando en realidad su gobierno era más fuerte que el de Pérez Jiménez. El anticomunista


Cuenta Domingo Alberto que la ruptura del MIR con AD y Betancourt en 1970 fue la única de carácter ideológica y noble que hubo en los partidos tradicionales. “La del ARS y Prieto en AD, la de Miquilena y José Vicente Rangel en URD, fueron rastreras, inspiradas en motivos electorales o vulgares y despreciables apetitos de poder”. -¿Cómo es que Betancourt se hizo anticomunista? -El dejó de ser revolucionario, no sé en qué momento, pero para cuando cae Gallegos ya no lo era y se da cuenta que la única manera de llegar al poder, sin hacer la revolución, era con la venia de los gringos y gira a la derecha de manera tan rotunda que se convierte en reaccionario. Eso sucede en momentos en que se ha iniciado la Guerra Fría y donde los campos están divididos de manera tajante: estás con EEUU o con la URSS. -A ver, cuénteme una anécdota de su exilio en Costa Rica. -Una mañana llegué a casa de Betancourt, y Carmen, que ha sido la mejor primera dama de este país, me dijo: ‘está con unos periodistas americanos, espérelo’. Vi una puerta abierta y en el piso varios periódicos tirados: era El Trabajo, órgano del Partido Comunista de Costa Rica, cuyo editorial tenía la inconfundible prosa romulera. Cuando Rómulo se da cuenta, le echó llave al cuarto, para que la gente no viera lo que él escribía cuando fue comunista en Costa Rica. Ese partido no estaba afiliado a la Internacional Comunista y ahí había trotskistas, porque Rómulo en el fondo era admirador de la revolución rusa, como todo hombre en los 30 años después que siguen a 1917. -Fue con la persecución contra el MIR y el PCV que Rómulo Betancourt demostró su actitud anticomunista. -Actitud degenerada, diría yo. -¿Cuál es el punto de quiebre para el rompimiento con AD? -Posiciones ideológicas irreconciliables. Apoyamos una política de amistad con la revolución cubana; Betancourt iba a la ruptura y ataques permanentes y agresivos contra ella. -¿Por qué era tan importante? -Ver llegar a los barbudos a La Habana denotando a un ejército profesional instruido y sostenido por los EEUU, ver al Che Guevara acusando en las Naciones Unidas a EEUU de potencia rapaz imperialista, ver al pueblo cubano gobernando, ver a los campesinos cubanos armados con fusiles; eso fue un terremoto en América Latina. La solidaridad con Cuba se nos convierte en un mandato sagrado, mientras que para Betancourt es una obsesión para aplastarla y destruirla. Ya era imposible convivir. -¿Cuándo fue la última vez que se comunica con Rómulo? -No recuerdo. Esa relación personal comienza a entibiarse con el regreso de Betancourt, derrotado Pérez Jiménez. Alguien me dijo que la tarde en que nos detuvieron a los parlamentarios del MIR y el PCV, llegó un amigo de Betancourt a Miraflores a felicitarlo y él le respondió: ‘no tiene nada de qué felicitarme, con esos muchachos se ha ido lo mejor del partido, tuvimos que tomar esa medida pero yo lo lamento profundamente


EPISTOLARIO


La epístola fue uno de las herramientas literarias que utilizó el gran líder político venezolano para comunicare con amistades, familiares, compañeros de partido, etc. La misiva que se copia a continuación fue escrita a doña María Eva Rodríguez de Liscano, madre de su amigo y adversario político Rafael Caldera con motivo de haber cumplido 90 años de vida:


El 20 de abril de 1937 Rómulo Betancourt le remitió una carta a su amigo Arturo Croce, quien la hizo pública años después en el diario El Nacional como parte del artículo “De ORVE al PDN”. Para esa fecha el receptor de la epístola vivía en La Grita, Estado Táchira . QUIERO, en primer lugar unirme a quienes hoy lamentan la muerte de Rómulo Betancourt, sin dudas uno de nuestro, políticos de mayor relieve. La carta que aquí se inserta tenía un destino, entre otros pocos ‘papeles personales míos que en reconsideraciones varió de rumbo. La quise incluir entre algunos apéndices que aparecerán, en mi demorada obra “Bosquejos para una Biografía”, sobre la personalidad de Jóvito VillaIba. Después la saqué de allí y comencé a escribir una especie de referencias a mis actividades de orden social y político, casi marginales a mi condición de escritor. De la primera llegué a unas doscientas páginas y de la segunda sólo compaginé unas cien, con posibilidades de ser continuada, igual que la primera. Hoy quiero pasar una fotocopia de esa carta a “El Nacional”, porque considero que ella es un documento decidor de los días en que Rómulo Betancourt seguía abriéndose paso para llegar a su practicismo político, desde los días iniciales de su larga lucha. Entonces aún Betancourt podía decir y escribir las palabras con las que concluye esta carta: “Sólo las izquierdas salvarán a Venezuela”


Conocí a Rómulo Betancourt y a Jóvito Villalba a su regreso a Venezuela después de la muerte de Gómez. Se había iniciado la lucha por los nuevos partidos y me decidí por ORVE, encabezado por Mariano Picón Salas. Probé mis actividades clandestinas en ARDI y Rómulo me firmó una Credencial para irme al Táchira a organizar allá a ORVE: “El suscrito, secretario general de ORVE, certifica: que el compañero Arturo Croce queda autorizado por nuestro partido para organizar la Sección del Táchira. Caracas, agosto 24 de 1936. Rómulo Betancourt.” La carta de Betancourt que doy a conocer aquí, no pudo llegar a mis manos en los mismos días de su clandestinidad en Caracas, porque después de mi prisión de varios meses en San Cristóbal, me trasladé a La Grita y estuve de nuevo preso allí. Le escribí una larga carta a Villalba, de la que tengo copia a mano; sé que éste no la recibió. En esos días ilegalizaron los partidos de izquierda, se dividió la Federación de Estudiantes, se formó la UNE, y fue entonces cuando yo le escribí unas cartas públicas muy violentas a Rafael Caldera, en el diario “Ahora”, con reproducción de una de ellas en “Fantoches”. El tiempo nos ha hecho menos violentos y más amigos. Al ser ilegalizados ORVE y el P.R.P. me vine a Caracas y la carta de Betancourt llegó después de mi salida de La Grita. Fue años más tarde, a mi regreso del exterior, cuando pude conocerla, pues mi hermana menor Ana Rosa la guardó cuidadosamente. De haberle recibido yo, en mi traslado a Caracas hubiera atendido las insinuaciones de Betancourt y luchando a su lado en el PDN. Pero no pude verlo en Caracas; hubo cuestiones de índole personal con el presidente López Contreras, muy amigo de mi padre y le hice caso en su deseo de que me fuera del país, recomendado a la atención en Washington del Embajador, doctor Diógenes Escalante. En mi regreso después de tres años me sentí distanciado de Betancourt y de sus compañeros y formé en la llamada “ala luminosa” del P.D.V., ya que, junto con Fombona Pachano, había conocido mejor al general Medina en su viaje de esos días a Washington. En el P.D.V. hice un esfuerzo, junto con otros compañeros, por la candidatura de Arturo Uslar Pietri para sustituir al general Medina, sin lograrlo. Por ahora sólo quiero que la carta de Betancourt se conozca; todo lo demás será para ese posible recuento mío que titularé “Cuenta de Memoria”. Caracas, 20 de abril de 1937 Compañero Arturo Croce La Grita Querido compañero: Estoy por escribirte desde que comenzó la represión No se había presentado una oportunidad propicia. Aprovecho ahora el viaje de un compañero de toda mi confianza para hacerlo. Leí tu carta para el bachiller en teología. Me satisfizo confirmar en ella mi creencia, de que tú seguirías en la brecha, pese a la represión. En términos generacionales, esa actitud ha sido asumida por la gran mayoría de los militantes de los partidos de izquierda Las bajas por deserción son muy contadas en nuestras filas. Apenas se han ido los arrivistas los snob, los que llegaron a nuestro frente en, la hora en que la posición de izquierda “vestía mucho”. Pero ganamos más bien con esa depuración de nuestras filas. En ellas quedarán todos aquellos para quienes las horas que se avecinan, de prueba, serán apenas una magnífica oportunidad para revelar su


temple civil su masculinidad (que es algo muy distinto y de quilate más noble que la tradicional “macheria” venezolana): Por uno de .su últimos telegramas supe que tenías ya organizado el grupo orvista en La Grita; y que trabajabas por extender ese trabajo hacia pueblos y campos vecinos. Ese esfuerzo organizativo no debe perderse. Venciendo todas las dificultades inherentes a una labor de esa índole, y más cuando se cumple en centros de escasa población, debes continuarlo, pero conspirativa, clandestinamente. Te incluyo el esquema-standard de organización ilegal que hemos elaborado, y que está aplicándose en toda la República. El Partido Democrático Nacional (el Partido Unico de las Izquierdas. que no quiso legalizarnos la Corte) lo estamos estructurando ahora, mediante la fusión de todos los efectivos de los partidos disueltos. Necesito me envíes un informe pormenorizado de la situación política en el Táchira, de las perspectivas de organización ilegal del PDN, etc. Ese informe, así como tu correspondencia constante, debe venirme por la misma vía que organicen los compañeros de San Cristóbal. Ponte de acuerdo con ellos sobre el particular. Por mi parte, procuraré a todo trance mantener una correspondencia constante con ustedes. Esa desvinculación aisladora que existió antes entre occidente y Caracas debe desaparecer. Por mi parte, mientras no me atrape las policías les promete mantener esa correspondencia con toda regularidad. Otra cosa: necesitamos que con el mayor acopio de datos posibles nos envíes un informe sobre el problema de la tierra en el Táchira. Forma como está repartida la propiedad, relaciones entre el propietario y el colono o medianero; necesidades más urgentes de la agricultura regional, etc. Esos datos los estamos pidiendo a toda la República. El PDN -utilizando a los compañeros deportados- se propone editar en el exterior una serie de tesis, abordando doctrinaria y realistamente los problemas fundamentales de la Nación. Así, sobre la marcha, vamos a realizar dos tareas: forjar, estructurar al partido; y darle una base teórica. Si algún error tenemos que apuntarnos, en nuestra labor anterior, es precisamente esa de no haber dotado a nuestro movimiento de una base programática más firme. Estuvo animado de un fuerte soplo de Justicia Social, de una mística porvenirista. Pero le faltó ese firme asidero que a los movimientos sociales destinados a cambiarle el rumbo histórico a un pueblo le suministra el análisis hondo de sus problemas; y el aporte de soluciones científicas y justas para ellos. Nada más, compañero, sino un abrazo y nuestra consigna nacional de lucha: SOLO LAS IZQUIERDAS SALVARAN A VENEZUELA. ROMULO BETANCOURT

[¡Qué equivocada era la consigna política de entonces de Betancourt y sus compañeros de lucha! Sectores de la izquierda radical inspirados en la revolución cubana de Fidel fueron los protagonistas de la violencia que durante los años 60 quisieron


derrumbar su gobierno para abolir la democracia que él representaba y establecer el sistema comunista] Está fechada el 2 de noviembre de 1956 la misiva que enviara desde Nueva York al entonces dirigente del partido socialcristiano COPEI, doctor Rafael Caldera. Esto escribió el máximo líder de Acción Democrática: Estimado Rafael Caldera: He aprovechado esta oportunidad para escribirte unas líneas. A través de ellas quiero darte una opinión rápida y directa sobre la situación de nuestro país. Nunca había caído tan bajo Venezuela como en estos ominosos tiempos. Ni lo de Gómez admite comparación con esa orgía de crímenes políticos, persecuciones a la ciudadanía y ausencia total de limpieza en el manejo de los dineros públicos. Y si algo faltare para completar el cuadro de irresponsabilidad administrativa, el paso ya se dio: la entrega de buena parte de las reservas nacionales de petróleo en condiciones onerosas para Venezuela, sin público debate, sin Congreso idóneo que apruebe esos contratos. Creo que una oportunidad está en perspectiva para ponerle cese a una gestión de gobierno que amenaza a las bases mismas de la nación. Me refiero al proceso electoral anunciado. Creo que, por razones internas e internacionales, ese proceso se realizará, y con un margen utilizable de libertades públicas. Y dependerá de las fuerzas políticas nacionales, de ustedes, de los urredistas, de nosotros, que se aproveche, o no, esa coyuntura. Ustedes, particularmente, porque están dentro del país y porque no han sido “técnicamente” ilegalizados, están llamados a cumplir un papel de primera importancia. Son los que tienen mayores posibilidades para ir, hábilmente, haciendo acto de presencia, tomándole la palabra al régimen en cuanto al proceso electoral que anuncian. Estimulando aquí y allá optimismo con respecto a las elecciones anunciadas; diciendo de oído a oído lo que sinceramente creo; que las elecciones las perderá otra vez el régimen; y que no está hoy su cabeza visible en condiciones de repetir el segundo golpe de cuartel del 2 de Dic. de 1952. Nosotros estamos desplegando en el exterior una campaña persistente, hábil, bien orientada, para lograr que disminuya el clima de terror interno. Consideramos que esa es una premisa básica para que pueda desentumecerse la inquietud política dentro del país. Comprendemos bien que a causa de tanta represión existe allá un clima de apatía y hasta de miedo colectivo. Pero en la medida en que se aprecie un aflojamiento de las tensas condiciones ahora existentes, veremos como de nuevo aflora en la gente el espíritu combativo. El venezolano es demócrata, quiere la libertad, por ella ha peleado y se ha sacrificado a lo largo de nuestra historia, como lo sabes bien por tus afanes de estudioso de la sociedad nacional. Y nuestro deber de dirigentes políticos, sea cual fuere la ideología que profesemos, es el de hacer que despierten esas voliciones en nuestro pueblo, actualmente adormecidas, pero de ninguna manera muertas. Alguna vez –debes recordarlo– hablé contigo en Miraflores. Estimulé tu candidatura presidencial, asegurándote que la Junta por mí presidida rodearía de garantías la campaña que realizaras. Hoy vuelvo a hablarte de tus posibilidades y de


las de tu grupo para ser pioneros en un empeño en el cual no se quedarán solos. Nosotros, “disueltos”, perseguidos, acosados, seguimos teniendo nuestros núcleos clandestinos, y seguimos trabajando empeñosamente, con una tenacidad que es bien conocida. Nos hemos trazado una línea de gran amplitud. No creemos en posibles salidas insurreccionales de la situación de encrucijada en que está el país. Mas viable y más realizable es una salida “a la peruana”; y dentro de esta manera de apreciar la realidad del país contemplaríamos mañana la posibilidad de apoyar a un candidato extraño a nuestras filas, pero que le garantizara al pueblo venezolano una vida más libre y más digna. Pero es necesario que los hombres y los grupos que actúan dentro de Venezuela comiencen a dar señales de vida. De ser posible, hazme llegar noticias tuyas; y recibe saludos y mis votos porque estas apreciaciones coincidan con las que tenías hechas. Amigo afmo.

El 30 de septiembre de 2018, en el artículo “Presencia de Rómulo Betancourt”, publicado en el diario El Universal, su autor, José Félix Díaz Bermúdez, en un artículo publicado en el diario El Universal, aseguró que Betancourt “Entendía de manera singular los factores determinantes de la sociedad y supo actuar ante ellos en el difícil proceso de restablecimiento de la vida democrática”. Luego agregó: -Si alguien conoció a Venezuela en su auténtico sentido e interpretó cabalmente sus necesidades, idiosincrasia, historia, naturaleza y destino como pueblo fue Rómulo Betancourt. Entendía de manera singular los factores determinantes de la sociedad y supo actuar ante ellos en el difícil proceso de restablecimiento de la vida democrática desde la época de Gómez y durante la dictadura militar de Pérez Jiménez al juzgar certeramente los elementos que debían estructurarse a favor del cambio histórico que exigía la Nación. Siempre se le reconoció a Betancourt su sapiencia política, su capacidad organizativa, su autoridad como líder, la constancia de su pensamiento democrático en la lucha sostenida que desde 1928 emprendió a favor de la democracia en contra las dictaduras nacionales y continentales, los derechos del pueblo a su propia autodeterminación, la conducción civil de la República como imperativo de su historia. Enseguida aseveró: -Dos cartas de Rómulo Betancourt desde el exilio -de los tantos que tuvo- escrita el 02 de noviembre de 1956 a Rafael Caldera y otra al Comité Ejecutivo Nacional de su partido el 14 de enero de 1958, a escasos días del fin de la dictadura, dan noticias de las circunstancias del momento y lo que iba a ser de manera inevitable el destino político de Venezuela. En la primera dirigida a Rafael Caldera, le advertía sobre la evidente descomposición del régimen en materia de crímenes políticos, la persecución ciudadana y la: “ausencia total de limpieza en el manejo de los dineros públicos” que era evidente no obstante la presencia frecuente de obras públicas y la imagen de desarrollo y crecimiento en la cual se pretendía justificar el continuismo del gobierno sin


permitir la existencia de condiciones democráticas libres y seguras. Se sumaba al perjuicio que evidentemente causó la dictadura a Venezuela el mal manejo de sus recursos: “la entrega de buena parte de las reservas nacionales de petróleo en condiciones onerosas para Venezuela, sin público debate, sin Congreso idóneo que apruebe esos contratos”. En el siguiente segmento del artículo el autor comentó: -A su juicio, amenazadas y comprometidas como estaban: “las bases mismas de la nación”, preveía Betancourt el fin de la dictadura y ante la supuesta realización de elecciones anticipó la derrota de la misma y, en consecuencia, recomendaba intervenir en ellas como forma de activación política: “Estimulando aquí y allá optimismo con respecto a las elecciones anunciadas; diciendo de oído a oído lo que sinceramente creo; que las elecciones las perderá otra vez el régimen; y que no está hoy su cabeza visible en condiciones de repetir el segundo golpe de cuartel del 2 de Dic. de 1952”. A continuación observó: -No obstante la severa represión y el clima de terror interno que existía, Betancourt señalaba las maneras como se debía superar la situación hasta alcanzar una constante participación ciudadana ya que: “El venezolano es demócrata, quiere la libertad, por ella ha peleado y se ha sacrificado a lo largo de nuestra historia…”, consideración certera sobre la verdadera vocación política del país como parte de una herencia histórica y humana y una manera de apreciar la vida ciudadana con la cual se han formado varias generaciones nacionales.

[Muchos estudiosos de la historia contemporánea del país han afirmado que la narcodictadura de Nicolás Maduro, en materia de represión y terror, superó ampliamente a la dictadura del general Marcos Pérez Jiménez, lo mismo en corrupción] En la siguiente porción expresó: -Betancourt con amplitud política estimulaba que Caldera y su partido participaran en ellas anunciando desde entonces que en el suyo: “Nos hemos trazado una línea de gran amplitud” considerando la necesidad de agrupar y lograr asegurar el rescate democrático como elemento esencial y superior de la acción política de entonces. Después indicó: -En la segunda carta, anticipando el próximo término de la dictadura, destacó Betancourt la vitalidad política de su organización la: “calidad cívica y revolucionaria…” que tenía y debía tener para detentar y conservar la confianza popular. “El despotismo caerá” señalaba y llamaba a su partido a mantenerse activo y realizar acciones callejeras cívicas y pacíficas en demanda de reivindicaciones tales como el restablecimiento de libertades políticas, la de prensa y de asociación política y sindical, la libertad de los presos políticos y el retorno de los exiliados, concluyendo que: “Debemos dar una impresionante capacidad para orientar al pueblo en estos


momentos, no hacia la retaliación explosiva sino hacia el reclamo de las grandes aspiraciones colectivas”.

[Desgraciadamente para Venezuela la historia se repitió con la narcodictadura de Nicolás Maduro, pues las solicitudes de Betancourt para el restablecimiento de la institucionalidad son exactas a las que formulan la sociedad civil y los sectores políticos que adversan al régimen: protestas cívicas, libertades políticas y sindicales, libertad de expresión, retorno de exiliados, libertad de los presos políticos] Al final del artículo recordó: Falleció Betancourt el 28 de septiembre de 1981. El país se sumió en un profundo duelo nacional. La manifestación popular el día de su entierro fue una de las más multitudinarias y cívicas que recuerde la historia nacional. Los más destacados líderes nacionales y mundiales resaltaron su rol como estadista y demócrata de talla continental y como uno de los más eminentes ciudadanos y políticos latinoamericanos del siglo XX.

La carta al CEN de AD El 14 de enero de 1958, a apenas nueve días del derrocamiento de la dictadura del general Marcos Pérez Jiménez, remitió al Comité Ejecutivo Nacional de su partido Acción Democrática, la carta a la que hizo referencia José Félix Díaz Bermúdez en el artículo que escribiera para El Universal y publicado el 30 de septiembre de 2018. Fue escrita en Nueva York, donde para la fecha estaba cumpliendo exilio y decía: -Queridos compañeros del CEN: Aprovecho esta ocasión para escribirles. He estado deseando hacerlo desde hace tiempo, pero no había encontrado una vía tan segura como ésta que ahora estoy utilizando. Desgraciadamente, solo dispongo de pocos minutos, y debo aprovecharlos al máximo. Y Déjenme decirles, antes que otra cosa, como me satisfizo leer la carta para el CC que enviaron Uds. a Mata a través de mensajero personal. Fue magnífico eso de que asumieran el comando del Partido después del más recuente, rudo descalabro. AD tiene la extraordinaria virtud del porfiado: cuando lo golpean por la cabeza recobra el equilibrio y vuelve a pararse. Es que nuestra gente está hecha de una calidad cívica y revolucionaria especial. Nos hemos templado y endurecido en los largos años de la resistencia y hemos demostrado una vitalidad que puede ser solo sorprendente para quienes ignoran los mecanismos que rigen los procesos sociales. Partidos c0omo el nuestro, con un programa, con una disciplina, y con una fe, sólidamente enraizados en la confianza popular, pueden


afrontar todos los avatares, sin que se les quiebre la médula espinal. Basta de filosofías y a cuestiones concretas.

Desde aquí veo el panorama nacional definitivamente favorable. El despotismo caerá en el curso de días –acaso haya caído cuando esta carta llegue a manos de ustedes-, o de semanas, o de meses. Pero caerá. La sentencia está escrita en el muro. Pero hay que darle, ahora sí, el empujón definitivo. Considero lógicamente que el Partido debe haberse manifestado activo en las acciones callejeras. Estas deben seguir, en una forma coordinada y metódica, en entendimiento y coordinación con las otras fuerzas políticas. Esas manifestaciones deben realizarse en torno al reclamo de garantías básicas: restablecimiento de las libertades públicas, entre ellas, las de prensa y de asociación política y sindical; libertad de los presos políticos; retorno de los exiliados. Deben ser precedidas de carteles con la consigna: ESTA ES UNA MANIFESTACIÓN CÍVICA Y PACÍFICA. Deben ser manifestaciones pacíficas, y en ellas no creo que debe plantearse de una vez la salida de PJ, sino consignas de tipo como las que les indico. Es una forma de contrarrestar la ofensiva policial y de lograr que realmente sean masivas. Lo del “pacifismo” de las manifestaciones es porque he visto que ha habido destrucción de vitrinas, etc. en la manifestación que hubo. Considero difícil controlar a las masas exasperadas, pero los dirigentes son para dirigir. Debemos dar una impresionante capacidad para orientar al pueblo en estos momentos, no hacia la retaliación explosiva sino hacia el reclamo de las grandes aspiraciones colectivas. A las consignas políticas, añadan las reivindicaciones económicas, de acuerdo con las que consideren ustedes aspiraciones y reclamos más acuciantes en la actualidad. Estas son, en líneas generales, las indicaciones que les hago. Estamos para reunirnos los del comando exilado para tomar decisiones con respecto a quiénes deben entrar de inmediato. Por lo pronto, se está forzando el regreso legal de la mayoría de los compañeros(…) En este momento me llaman de la United Press para decirme que en Caracas se están precipitando los acontecimientos y que hay otra manifestación en la calle. Bueno, hacer la revolución es mejor que escribir sobre ella. Un colectivo abrazo fraternal.

Carta a Luis Beltrán Prieto Figueroa Está fechada en Berna, Suiza, el 6 de noviembre de 1967 y en ella expresó: -Querido Luis Beltrán:


Largo tiempo ha pasado para que conteste tu carta del 26 de julio. Por supuesto, mucho menos tiempo del que te tomaste tú para escribirme sobre la situación política venezolana, sobre tu candidatura y para contrarrestar las informaciones de quienes —según tus propias palabras — «te escriben con frecuencia, te envían las noticias que les conviene hacerte llegar y te pintan a los hombres a quienes tú conoces, porque has convivido con ellos, de modo tal que aparecen ahora como tus enemigos, interesados en destruirte, o en disminuir la significación tuya como indiscutible creador y conductor de nuestro movimiento». No estabas bien informado. Casi no he mantenido correspondencia política con compañeros de Venezuela. En todo caso, si creías que estaba recibiendo yo una copiosa cantidad de mentiras escritas, resulta cuando menos extraño que tú no hicieras el menor intento para contrarrestar esa supuesta oleada de falsedades desatada desde Caracas. Hasta la carta que contesto ahora no recibí de ti en Italia sino apenas unas cuatro letras, que trasudaban pesimismo y la creencia en la frustración de nuestros esfuerzos de tantos años de actividad política. Pensé que tu actitud era producida por la experiencia anchabasista. Pero te aseguro que no fue como represalia por ese silencio epistolar tuyo que se haya retardado el envío de esta carta. Pensé contestarla lo más pronto posible, y hasta te anuncié en un cablegrama que la llevaría Juan Pablo. Él iba a estar en París un solo día. Pero la noche antes de viajar a llevar la carta se me desató una gripe a virus, violentísima. (Como hecho anecdótico, se me perdió el ticket de la Swissair y para mayor abundamiento, como dicen ustedes los abogados, te incluyo copia fotostática de la carta en que solicito la devolución del dinero por el viaje no efectuado). Esperaba oportunidad segura para enviar esa correspondencia, cuando, en forma gratuita y sin que tuvieras ninguna cuenta por pasarme, lanzaste desde las páginas de El Nacional un ataque directo contra mí. Rompí la carta y pensé no contestarla nunca. Pero después he pensado en la historia. En la necesidad de dejar testimonio escrito de las actitudes de los hombres públicos del país, en momentos de singular importancia para Venezuela. En tus declaraciones para El Nacional, para poner de relieve mi capacidad para «equivocarme», tuviste que usar dos falsedades, las mismas que han venido utilizando los interesados en negarme cualquier influencia en la conducción de AD. Esas dos afirmaciones carentes de veracidad son: 1) Mi «oposición» a la candidatura de Raúl Leoni; y 2) mi derrota cuando traté de «imponerle» al gobierno que sucedió al mío la continuación de la coalición ADCopei. Te voy a desbaratar esas afirmaciones sin base alguna de veracidad. 1) Candidatura Leoni: En tu carta eres más preciso a este respecto que en las declaraciones de prensa; dices: «Cuando te opusiste a la candidatura de Raúl Leoni, yo me enfrenté a tu manera de pensar». Y apelas a un testimonio de quien no puede hablar, porque está muerto, nuestro inolvidable amigo Alejandro Oropeza. Parece que a través de él te hice un «sondeo» sobre mi actitud antiLeoni y la rechazaste. Pero resulta que no hay ni un solo miembro de Acción Democrática, cualquiera que sea su rango dentro del partido, a quien expresara yo, en algún momento, oposición a esa candidatura. Cuando me visitó una comisión del CEN para pedir opinión sobre las candidaturas posibles, no expresé simpatía o antipatía por ninguno de los presidenciables de AD. Expresé, con diafanidad y franqueza, porque como político y


como hombre, simplemente, no he sido persona de entaparaos en mi manera de pensar. Creí, y así lo dije, que si la oposición se unía en torno a una sola candidatura, como parecía viable en ese momento, tenía buena opción para triunfar en los comicios. Agregué que debía explorarse con Copei la posibilidad de que ellos apoyaran a un candidato nuestro, escogido de común acuerdo entre los dos partidos de una lista de presidenciables presentada por AD. Nunca supe y nunca pregunté cuál había sido la reacción de los dirigentes de AD sobre esa posibilidad, y nunca hablé acerca de ella a Caldera, o a cualquier otro dirigente copeyano. El día anterior a la fecha programada para mi intervención en la Convención que iba a escoger candidato presidencial me visitó una delegación formada por Alfaro Ucero —presidente de la Convención— Gonzalo Barrios y Luis Augusto Dubuc. Recuerdo muy bien cómo había en ellos cierto titubeo para formular su pregunta: ¿qué iba a decir yo en la asamblea sobre candidatura presidencial? No dejó de causarme sorpresa la pregunta, pero la respuesta me salió sin dificultad. Me iba a limitar a explicar escuetamente la tesis que sostuve meses atrás ante la delegación, del CEN; a decir que la multiplicidad de candidaturas de oposición ya no constituía riesgo del triunfo suyo; que nada opinaría sobre candidato del partido, ni presentaría ninguna moción. Tan marginado estaba a lo que en ejercicio de su soberanía estatutaria resolviera la convención sobre el candidato del partido, que como cualquier otro venezolano fue en la prensa donde me enteré de la esperable escogencia de Leoni y de los votos de minoría recibidos por Barrios, Anzola y Dubuc. Quien pueda demostrar alguna falsedad en este sencillo y verídico relato tendrá pronto oportunidad de desmentirse. Porque es el mismo que hago en mis Memorias, ya en buena parte escritas. No esperaré a morirme, como lo hará Malraux, para la publicación de los otros 3 tomos de sus Antimémoires. Las mías circularán, en edición completa, en 1968. Si Dios me da vida, como siempre decía mi abuelita. Y es muy curiosa, Luis Beltrán, la contradicción que encuentro en tu carta al hablar de mi supuesta oposición a Leoni. Te refieres al homenaje que te hicieron «centenares de sindicalistas» en respuesta o desagravio a una «agresión de tus supuestos amigos». No pierdas lucidez ni capacidad de análisis. Esa «agresión» a ti fue una comida, sin discursos, que dieron la casi totalidad de los dirigentes sindicales de la vieja guardia, por propia decisión, a otro precandidato. No son «los supuestos amigos míos», sino compañeros de siempre, Luis Tovar, Malavé, Juan Herrera, Olivo, etcétera. Y es sabido que siendo amigos míos fueron los primeros, por boca de Hernández Vásquez, quienes lanzaron la candidatura de Leoni, que yo supuestamente adversé y tú tuviste que «enfrentarte» a mí para hacerla triunfar. 2) No traté de «imponer» al gobierno de Leoni la continuidad de la coalición ADCopei. En ejercicio de un derecho acordado a todos los militantes del partido, en el foro abierto de un CDN realizado con posterioridad a las elecciones de 1963, argumenté en favor de la tesis de que lo más conveniente para Venezuela y para la estabilidad de sus instituciones democráticas era la prolongación, bajo el gobierno de Leoni de la coalición que funcionó hasta la terminación de mi mandato. No solicité de nadie que me apoyara en esa tesis. Fue estando ya fuera del país cuando leí en un Boletín Interno que se había acordado en ese CDN la no continuación de la coalición AD-Copei y dejarle al presidente de la República manos libres para hacer alianzas con otros partidos en la integración de su gabinete ministerial. No me sentí un derrotado en ese debate, porque


ni siquiera formulé una moción en torno a mi tesis. Sigo creyendo que esa era la fórmula más favorable para el país, cuyas instituciones democráticas son aún endebles, porque en menos de diez años no se le dan asentaderas firmes a unas normas de gobierno que apenas han tenido escasa vigencia en nuestros ciento cincuenta años de República. No puede analizarse hoy si Copei hubiera acompañado al presidente Leoni tanto tiempo como me acompañó a mí, pero sí puede decirse que su comportamiento del 59 al 64, fue inobjetable. Que es un partido leal a los compromisos adquiridos, sin gente ávida de enriquecimiento ilícito y el cual, no obstante su confesa militancia católica, no pretendió que el gobierno por mí presidido, aceptara órdenes o imposiciones de la Iglesia. ¿Se puede decir lo mismo de la combinación anchabasista? Hoy hay una acerba pelea política tuya con Uslar Pietri, porque éste atacó al gobierno y a los posibles candidatos de AD con ese odio visceral que le viene de su raigambre gomecista-medinista. Muy poco puede dar URD como prenda de confianza en su lealtad política, y sus ejecutorias, desde el punto de vista de la moralidad administrativa, no serán de las que recogerá la historia contemporánea de Venezuela como ejemplos edificantes. Dejo precisadas estas cuestiones para demostrarte que fueron gratuitas y sin base de veracidad las acusaciones que públicamente me hiciste. No tengo interés en desagraviar a Leoni, porque de él como presidente no he recibido sino su amistad; y si no le pedí ningún favor en los comienzos de su gobierno, ni siquiera el nombramiento de un portero de ministerio amigo mío, menos lo haría ahora que está en vísperas de terminar su mandato. En cuanto a Copei, ninguna relación he tenido con ese partido desde que salí de Miraflores. Incidentalmente me he encontrado en Europa con Caldera Y con otros dirigentes de ese partido, y nunca oyeron de mí la versión de lo que dije en el CDN pos-elecciones. Lo que dije grabado quedó, porque debes recordar cómo quise dejar en esa ocasión registrada en una cinta magnetofónica cuanto iba a decir. Para terminar con este tema de las candidaturas presidenciales me dices en tu carta, y es verdad, que apoyaste la mía en 1958, aún antes de mi decisión de salir a la calle a solicitar el voto del electorado. En mis Memorias he intentado dar una explicación racional y seria a esas vacilaciones mías. Pero cuando fue lanzada la candidatura de Larrazábal, debajo de un retrato de Medina y junto con Jóvito y el estado mayor medinista, tomé la decisión de derrotar en los comicios a quienes significaban el retorno a lo que desmanteló el 18 de Octubre. Debes recordar que dije en el CDN, sin falsas modestias y de frente, que mi candidatura era la única en AD capaz de derrotar al neo pedecomunismo, y que yo debía ser el candidato del partido. Te refresco la memoria porque anda por allí la versión —se la oí en Nápoles a González Navarro— de lo decisivo de tu influencia para mi postulación. En síntesis: reconozco y admito tu actitud definida en favor de mi candidatura, pero ella no fue contrapuesta a ninguna otra de miembro del partido. Tenía peso específico propio. Los después miristas apoyaban a Larrazábal; algunos de los arsistas a Pizani; ninguno a candidatura de partido distinta a la mía. Hablar de mí mismo no me resulta fácil, pero los hechos tienen su propia lógica. «Tú y yo fundamos el partido, compartiendo privaciones a todo lo largo del país», me dices en tu carta. No sólo tú y yo, Luis Beltrán, fundamos el partido. Muchos otros más echamos las bases de nuestra organización, desde los días de 1937,


cuando sólo éramos un puñado de luchadores en la clandestinidad. Y no te has preguntado a ti mismo, ¿por qué son tan pocos los fundadores del partido y los de las generaciones del 36 y del 45, con destacada actuación política, que están al lado mío? Puede ser que en algunos prive la idea de no creerte un candidato viable. En los demás, el rechazo a la maquinaria fraccionalista de Paz Galarraga, a la cual estás aferrado. No es nueva en mí la actitud de repudio a la maquinaria neo-arsista que jefatura ese señor, ni nada tiene que ver con la actual disputa de las candidaturas. Debes recordar cómo, antes de salir del país en 1964, reuní en «Los Núñez» a un grupo grande de dirigentes, tú entre ellos. Y les hice una pormenorizada exposición sobre el peligro que significaba para el país y para AD la existencia evidente de una corriente fraccional montada porese señor después de la salida del partido de quienes con él habían formado dentro de AD el llamado en nuestra jerga Grupo ARS. Textualmente lo definí como «el arsista que no dio el paso al frente con Ramos Giménez y su gente». No tengo por qué ocultar que en Nueva York, con un pequeño grupo de compañeros, auspicié la candidatura de Léidenz para enfrentarla a la de Paz en la Secretaría General, cuando la Convención de 1955. En esas actitudes mías no privó en ningún momento la idea de que el llamado «pacismo» pudiera anular la posible, o segura, influencia mía dentro del partido, Paz es Paz y yo soy yo. Las razones de mi proceder han sido dos. La primera, que esa maquinaria no respondía a motivaciones ideológicas, sino a un afán de monopolizar el control del partido por la vía de la burocratización y del apañamiento de la gente más desaprensiva y de ética más vulnerable. La segunda, el recuerdo casi obsesivo del daño que una sola familia, ni siquiera una maquinaria, le hizo a AD en 1948. Esos quistes malignos, si no se extirpan a tiempo, son capaces de producir daños impredecibles a una organización política. En 1964, cuando alerté a los dirigentes del partido sobre la peligrosidad de esa maquinaria faccionalista, no quise repetir la actitud mía de 1948, cuando no hablé con claridad a los dirigentes sobre el daño que podían causar las maniobras de la bautizada por el viejo Valmore como Familia Sung. Durante los largos años del exilio me torturó la idea de que fue acaso por un impulso de soberbia el silencio mío de 1948. Si alguna persona sabe de la negatividad de esos grupos fraccionales o familiares, eres tú, Luis Beltrán. Dices y repites en tus intervenciones públicas que tienes buena memoria. La naturaleza me dio también esa valiosa cualidad de saber recordar, por eso ambos tenemos muy presente una escena. Fue el 19 o el 20 de octubre de 1945 en la oficina presidencial de Miraflores. Una comisión del CEN, de la cual era vocero Luis Lander, venía a objetar tu nombramiento de ministro de Educación. Argumentó: era un reto lanzado a la Iglesia Católica. Reaccioné con inocultable vehemencia, tanto que en mí se vio a «un futuro dictador». Dije que si alguien estaba ubicado en la posición justa eras tú por tu sólida formación pedagógica y por tu larga trayectoria de educador. Se te llamó entonces y tú, a quien le habían hecho el mismo planteamiento antes que a mí, admitiste la tesis de la inconveniencia de tu presencia en el MEN. El substituto fue sacado del sombrero de copa de la familia prestidigitadora: un miembro del clan.


Después vino lo del 321, provocación política y adefesio pedagógico. Tengo entendido que ni siquiera te fue consultado su texto, pero lo defendiste a capa y espada, por creer en su conveniencia y porque a él se opuso la jerarquía católica y las escuelas dirigidas por curas y monjas. Esa actitud tuya fue el obstáculo presentado por Mario Vargas y Delgado Chalbaud cuando hubo un cambio de Gabinete y les plantié [sic] tu candidatura para ministro de Educación. Llegué hasta plantearles que si había empate en la junta, de tres en favor y de tres en contra, porque tú no podías participar en esa eventualidad, se aplicaría la norma general en los cuerpos colegiados de ser doble el voto del presidente. No hubo necesidad de llegar a ese extremo, y así pudiste ser ministro de educación durante los últimos meses de la Junta, cargo en el que te ratificó Gallegos. Es que siempre te has jactado, Luis Beltrán, de una especie de enemistad personal con Dios y con la Iglesia Católica. Aquí tengo en mi mesa una carta tuya bastante agresiva, recibida por mí en Nueva York en 1964, en respuesta a una muy cordial y afectuosa que te escribiera. Por lo del Modus Vivendi con el Vaticano le predices al país graves daños para el futuro a causa mía; y dices que al proceder así olvidé que el pueblo venezolano era «volteriano». Y déjame decirte, con leal franqueza, que para destruir, o tratar de destruir, esa imagen de anticatólico cultivada por ti durante largos años se está llegando a extremos muy peligrosos. La presencia en el presídium en tu reciente mitin de Maracaibo de los sacerdotes Espinoza y Ríos puede enseñarle otra vez al camello el camino de la tienda. O dicho más concretamente: volver a las andadas de 1946, cuando el clero fue factor beligerante en la contienda electoral. Aprendimos todos la lección de lo negativo que fue esa injerencia del clero en la política, y por eso en las elecciones del 58 y del 63 se mantuvieron al margen de la discordia partidaria. Si lo de Maracaibo se repite, veremos a los curas procopeyanos, muchísimos más que los afectos a AD, utilizando el púlpito y el micrófono del mitin para combatirnos. Y tendríamos que repetir, y con su misma aprensión, aquella frase del Quijote a su escudero: «Con la Iglesia hemos dado, Sancho». Me dices que «AD ha recobrado su extraordinario vigor, incluso en Caracas, donde se ha convertido en la primera fuerza política». No tengo por qué dudar de tu palabra y me complace saber que el partido tenga tanta pujanza. Pienso que si en las primarias de Caracas votó la exigua cifra de 13.000 militantes se deba a una especie de protesta pasiva de muchos compañeros por las luchas internas partidistas. Pero grande o pequeño el número de nuestros militantes en la capital del país y centro de sus actividades vitales, lo cierto es que su dirección actúa en forma demagógica e irresponsable, y habla un lenguaje que no es el de AD sino el del «douglasbravismo». Ni tú ni yo tenemos ni pizca de estimación por Uslar Pietri, y en el prólogo de la 2a. edición de Venezuela, política y petróleo, le paso de nuevo la cuenta por el daño que le ha hecho al país. Pero fue una insensatez y una falta de respeto a la nación ese episodio en la Plaza Bolívar, justificado después por Salom Meza argumentando que UP es «un vulgar agente de la oligarquía y del imperialismo». El mismo compañero le tomó a préstamo a Carmichael sus palabras en las OLAS habaneras y le dijo a los negros de Estados Unidos que desataran o continuaran la vía de la violencia, haciendo su Guerra


Federal. En esas mismas insólitas declaraciones —las tengo frente a mí, en recorte de la página de El Nacional— afirmó que los capitalistas venezolanos «robaban» a los trabajadores. Fue más lejos que Marx; estuvo más de acuerdo con Proudhon: «La propiedad es un robo». Y añadió que sólo a partir del próximo gobierno serían atendidas las necesidades de los 6 millones de «damnificados» que había en el país. Charlita Muñoz dirigiendo y adoctrinando «milicias blancas» juveniles, es algo para suscitar la risa, si no fuera un síntoma revelador de cómo ha descendido la moral del partido en Caracas. Y Luis Salas arengando a obreros portuarios para que no sigan saboteando a los buques de países comerciadores con Cuba, porque Castro no es nuestro enemigo sino el imperialismo yanqui, dio una demostración pública más de su filiación douglasbravista. Esa verborragia «guerrillera» en boca de militantes del Partido de Gobierno, afiliados a la corriente que te apoya, le hacen un daño inmenso al país, al régimen de Leoni, al partido y a ti mismo. No se puede olvidar que nuestra clase empresarial es asustadiza y reacciona ante los sustos desinvirtiendo y sacando la plata del país, o estimulando conspiraciones. Presente debemos tener nuestra dependencia del petróleo, y que nada ayuda en nuestros esfuerzos para superar esa dependencia estribillos de tan típica filiación comunista como es de: «Prieto seguro, al yanqui dale duro». Debemos seguir cumpliendo el deber, nunca eludido por los gobiernos de AD, de la defensa de los intereses nacionales en las relaciones políticas y comerciales con los Estados Unidos. Pero defensa sin grita demagógica y provocadora. Y, precisamente, este es el momento menos indicado para tal clase de vociferaciones. Ya no está Kennedy en la Casa Blanca, y los reveses en Vietnam y la explosión del problema negro están impulsando en Estados Unidos una oleada de opinión tan reaccionaria como la que precedió a la era macarthista. Esta no es la hora para el desplante antiyanqui palabrero, sino para la pelea monga, que dicen los boricuas; o para dar el pase agachado de nuestra jerga criolla. Unos pocos párrafos finales, porque tengo mucho sueño y esta carta está resultando tan larga como la Epístola de Pablo a los Corintios. Nunca he dicho a nadie que estás «rodeado de enemigos míos» y que de llegar al gobierno «reaccionarías en contra mía». Nunca serán enemigos míos, para citar unos pocos de tus adeptos, una Mercedes Fermín, un Octavio Andrade Delgado, un González Navarro, el poeta. Pero sí está toda la fauna fraccionalista y buena parte de los poca vergüenza de la tribu. Estos me detestan, porque «llevan la marca de mi hierro». ¿Recuerdas aquello de nuestro viejo Sarmiento de que «todos los caudillos argentinos tenían la marca de su hierro»? Uno que me detesta y lo profesa, y lo grita, es tu ya famoso sobrinísimo, Antonio Espinoza Prieto. Esto no me ha preocupado desde el punto de vista del sujeto, sino por la vinculación que la gente establece entre el proceder suyo y una inexistente enemistad entre tú y yo. Creo que su malquerer hacia mí nace de una expresión dura mía con él, acaso un ajo que le eché la misma noche en que le conocía. Fue en tu casa de La Asunción. Salí del cuarto del viejo Loreto, moribundo, limpiándome con el revés de la mano dos lágrimas viriles. Era tu padre y mi amigo. El jovenzuelo ese se acercó al sitio donde tú y yo estábamos en adolorido silencio, y pretendió iniciar conmigo una discusión, porque a pregunta suya


me manifesté opuesto: en las específicas condiciones de Venezuela, a la sindicalización de los empleados públicos. Entonces, fue que prácticamente lo eché de nuestro lado. Desde entonces y más en recientes meses, me llega por todas las vías posibles la noticia de que se expresa de mí en los términos más groseros y plebeyos. Inclusive por la prensa acaba de decir que «nos encontraremos en el 23 de Enero y en cualquiera de los pueblos venezolanos» supongo que al lado tuyo, con una vera en la mano. ¿Qué sabe ese joven pedante de los esfuerzos y las luchas que ha costado este partido? Él sabe de él que sus gobiernos le garantizan hasta tres pródigos enchufes burocráticos y tiempo libre en su bufete para algún trafiquillo de influencias. Esto último por si no lo sabías, llegó a oídos de quien me lo contara en Nápoles, y no es un chismoso cualquiera sino un hombre respetable y común amigo nuestro: Juan Pablo Pérez Alfonzo. En cuanto a lo de la reacción en contra mía no la he mencionado porque ni tú ni nadie de nuestro grupo que llegue a la Presidencia podría, aún cuando quisiera, reaccionar en contra mía dándole a ese concepto su contenido dentro de la antigua política venezolana. El viejo caudillo «reaccionaba» contra su antecesor y compadre dejándole cesante a su clientela burocrática y descuidándole la protección de sus «intereses», o apropiándose de ellos. Yo no tengo clientela burocrática, ni con Leoni hoy ni con quien le suceda mañana, si es un hombre de AD. En cuanto a «intereses» por defender, ni dentro o fuera de Venezuela tengo un maíz para asar y si se interpretara en términos más generales y amplios ese concepto de «reaccionar» como un cambio, radical en los rumbos políticos y, administrativo del país, mi respuesta sería la que le dio a sus acusadores Jean Aguerre, el personaje de L’Engrenage que leímos juntos en el exilio, allá en La Habana, «Ustedes tendrán que seguir, con cambios de estilo, las mismas normas que yo seguí, por ser las únicas posibles». Lo cierto hoy es que el partido está dividido y dándole al país el feo ejemplo de su anarquía interna. Comprendo las lágrimas de Raúl. Yo he tenido y tengo un dolor íntimo, mezclado de vergüenza. Algo así como lo que sentiría un padre que crió y educó con el mayor esmero a su hija y después ella se hizo «pensionaria» de un burdel. ¿No podrán ustedes encontrar una zona de entendimiento? Yendo dos candidatos de AD las elecciones se perderían, y ambos grupos, por el carnaval de injurias que escenificarían, quedarán cubiertos de descrédito. Todo esto dando por sentado que un nuevo 24 de noviembre no ponga cese a la guachafita. Por mi parte, lo único que políticamente me interesa es que ustedes encuentren una fórmula de avenimiento, por bien del país y de AD. No aspiro a posiciones ni a honores de ninguna clase. Mi puesto en la historia —grande, regular o pequeño— ya lo tengo adquirido: «Lo bailado no me lo quitará ya nadie», para decirlo con la malicia gaucha de Martín Fierro. Sobre ustedes, los de ambos bandos, factores activos y militantes de la crisis, que viven el país y el partido, reposa el lote definitivo de responsabilidad en esta hora incierta para Venezuela. Es lo mismo que he dicho a quienes ocupan la acera de enfrente a la ocupada por ti y tu gente. Abrazos a la comadre, cariños para tus hijos y un fraternal abrazo para ti, Rómulo Betancourt P.S. Dejaba de comentar una frase de tu carta. Es ésta: «No desearía enfrentarme al hermano de toda mi vida. Me dolería profundamente». Por mi parte elimina esa preocupación. Si en definitiva voy a Venezuela, sería para tratar de ejercer una función moderadora, discreta, al margen del mitineo. Estoy


seguro de tu imposibilidad de injuriarme, porque te conozco; y si al lado tuyo lo hiciera la sargentería pacista, le respondería con el silencio más expresivo y más despreciativo.

Carta a Miguel de Unamuno Desde Santo Domingo, República Dominicana, el 30 de abril de 1929, escribió Betancourt al filósofo y escritor español Miguel de Unamuno la epístola que se reproduce a continuación en la que le expone el sufrimiento del pueblo venezolano como consecuencia de la dictadura de Juan Vicente Gómez, al que califica de Calígula de pacotilla y Nerón en alpargatas, quien desde hace cuatro lustros roba, asesina, usurpa y viola impunemente en Venezuela: Santo Domingo, R.D. Noble y querido Maestro: -Su carta, tan altiva y tan suya, para mis hermanos españoles encarados con la dictadura me da la noticia de su residencia, hace mucho por mí ansiada. Soy un estudiante venezolano, cursante de Ciencias Políticas, y del grupo iniciador, en febrero del pasado año, de una cruzada tenaz contra la dictadura de Juan Vicente Gómez, Calígula de pacotilla, Nerón en alpargatas, que hace cuatro lustros roba, asesina, usurpa y viola impunemente en Venezuela. En panfleto adjunto hallará Ud., noble abuelo, noticias veraces de las etapas iniciales de esa cruzada, empresa de un puñado de hombres de honor y de conciencia resueltamente formados en batallón, para irse por los caminos del mundo buscando el sepulcro de N. S. Alonso.

[Lejos estaba Miguel de Unamuno de pensar que en España se impondría el mismo año de la muerte del sátrapa Juan Vicente Gómez una dictadura de corte fascistas presidida hasta su muerte, el 20 de noviembre de 1975, por el general Francisco Franco, menos todavía que el 12 de octubre de 1936, protagonizaría con el general franquista José MillánAstray un enfrentamiento en el paraninfo de la Universidad de Salamanca donde le dijo “Venceréis, pero no convenceréis”, que supuso su destitución de rector vitalicio de esa institución y la casa por cárcel]. Posteriormente a los sucesos allí narrados, y tan pobremente narrados, por quien hasta entonces solo había sido apenas estudiante, intentamos en el mes de abril


un golpe de Estado, en connivencia con un grupo de oficiales jóvenes del ejército; fracasamos, por obra de un azar del destino, y ese fracaso significó muertes, encarcelamientos y persecuciones de estudiantes. Yo fui de los pocos que lograron burlar la saña de los esbirros de la dictadura, para buscar en el destierro seguridades a mi libertad y a mi vida. Encontrándome ya en el exilio, mis camaradas de aula, de generación y de ideales, reafirmados en la orientación cívica de la cruzada, enturbiada momentáneamente por el cuartelazo de abril, se compactaron al viejo grito de «a ellos!» y en octubre protestaron ante el tiranuelo por los atropellos cometidos por su gobierno. Escúchelos, Maestro, y enorgullézcase, porque esa juventud ha mamado enseñanzas de verticalidad en su vida y en su obra. «Alzamos ante Ud. el grito de nuestra enérgica protesta por los atropellos que se están cometiendo por su gobierno en multitud de venezolanos decorosos y patriotas». Cuantas diferencias hay, noble abuelo, entre este lenguaje altivo, lenguaje de hombres hablándole a un hombre y ese otro que usan en la Venezuela de hoy desde ministrales hasta porteros, lenguaje plagado de babosidades, de devociones caninas, de seguridades de servilismo «pª el presente y para el porvenir…» La respuesta del neroncete era la que cabía esperarse dentro de la ética del régimen: los firmantes de la protesta fueron deportados hacia un sitio paludoso, insalubre del interior de la República, y condenados a trabajar como forzados en la construcción de un camino carretero; sus compañeros en signo de protesta por el bárbaro atropello, declararon una huelga pacífica, disuelta a tiros y a mandobles por turiferarios armados en cuanto se inició; nuevos estudiantes fueron deportados y en los primeros días de noviembre ya ascendía a 300 el número de los universitarios que mezclaban su sudor y su sangre con la tierra calcinada por el duro sol del trópico, intentando arrancarle la clave del destino. Allí permanecieron hasta el mes de marzo de este año sometidos a todas las intemperies, atropellos, vejados, hambreados, óigalo, Maestro, con hambre los hijos más puros de una tierra «donde es pan cuanto se toca con las manos» como escribiera uno de los hombres más alertas! Sus familiares, la gente decente y culta de Venezuela, la que heredó linaje o se lo ganó con los puños en la plataforma democrática, nunca supo nada de ellos, nunca pudo comunicarse con ellos. Algunos estuvieron en trance de muerte, mal atendidos los avances de estos terribles morbos tropicales sobre débiles cuerpos de adolescentes y de niños, pues, muchos de los «forzados» apenas cuentan de 13 a 15 años de edad. En el mes de marzo próximo pasado una orden del despotismo fraccionó en dos el grupo de víctimas del ideal batallador; el sector mayor fue internado en las mazmorras del castillo llamado Libertador, —que ironía tan trágica, verdad?— y el menor, formado por los 16 miembros del Consejo Supremo, o sea el Comité Directivo de la Federación Universitaria, fue internado tierras más adentro, al sitio denominado Palenque, en pleno corazón del llano, donde el beriberi, el paludismo y las fiebres malignas reinan como señores soberanos. Y allí, Maestro, consumaron el atropello máximo: a cada uno le remacharon un grillete de 100 libras de hierro, sobre el tobillo; los uniformaron de presidiarios, con el ignominioso traje típico, a rayas horizontales; y los mezclaron a los salteadores de camino, a los cuatreros, a los criminales reincidentes, a los rateros irreformables que pagan condena de trabajos forzados!


Este es solo el aspecto «universitario» de la tragedia, de la honda tragedia patética, que se está desarrollando en Venezuela. Agregue Ud. a esto expulsiones colectivas de hogares no gratos al régimen, censuras groseras de la correspondencia, violación a toda hora del domicilio, encarcelamientos de ciudadanos, asesinatos cobardes de multitudes desesperadas ante el recuerdo de sus reservas mejores y más nobles en trance de perecimiento. Y así, con un poco de composición y escaso esfuerzo imaginativo, tendrá Ud. el panorama, vale decir, la perspectiva vaga, de esa hora tremenda que vive mi pueblo. ¿Qué hacer ante esto, Maestro, ante esto terrible? ¿Protestar? Si en todos los tonos, con todas las palabras hemos protestado!; protestando con la ofrenda de su libertad, y tal vez de su vida, están mis camaradas encarcelados y deportados; protestando estamos nosotros, los desterrados, vagabundeando en una vida de parias por tierras ajenas, improvisándonos tribunas donde quiera que se nos oiga, mendigando en la prensa asilo para nuestras acusaciones. Mas, con cuantas dificultades, Maestro! El círculo de las complacencias babosas de cancillería nos persigue y nos cerca. Apenas hace unas horas regresé de Puerto Rico, donde me proponía intentar una campaña de opinión mediante conferencias y labor de prensa, devuelto por los gringos en el mismo barco que me llevara; y quien que el canallita de librea encargado de velar por los intereses de Gómez en aquella isla pudo sugerir a los patanes esos que me declararan persona «no grata»? Además, Maestro, es tan pobre nuestra voz, tiene un radio de repercusión tan exiguo! Y los «otros», los que tienen conquistado un derecho a ser escuchados en América, donde están? me preguntará Ud., Maestro, Ah! «ellos», son tan miserables, tan lastimosamente miserables! Todos doblan la cerviz palaciega alrededor del amo y extienden la mano mendiga reclamando su cuota en el festín. Pedro-Emilio Coll, a quienes nosotros, con devoción cariñosa, dábamos el nombre expectable de Maestro, pasea su prebenda de Inspector de Consulados —en verdad de los hechos, Inspector del Espionaje organizado—, en camarotes de lujo, marginal e indiferente a la lucha desigual que sus hijos de ayer empeñaron; César Zumeta representa a la dictadura en la Farsa de Ginebra y en prosa claudicante, caricatura de la gallarda y briosa de ayer, quema los tallos podridos que sostuvieron floraciones de un decoro pretérito ante el altar del asesino y del ladrón andino; Pedro César Dominice [sic] hace cosa semejante e igualmente lastimosa, en Buenos Aires. De los diplomáticos he escogido estos tres, por ser los más representativos; y alrededor de ellos se agrupa y compacta toda la hueste de golaneado casaquín, que ha alquilado sus inteligencias, conocimientos y aptitudes por pingüe y miserable soldada. Dentro de Venezuela, el «entourage» que rodea al Bisonte decrépito y despiadado es también numerosa. Oficia en ella como arzobispo del Cinismo y de la Prostitución aquel Pedro Manuel Arcaya a quien Ud. tan donosa y justicieramente vapuleó en su ensayo «Bolívar, hombre», por su pedantería irreverente al encararse con la humanidad solemne del héroe. Y no solo son «ellos», Maestro, los que han envejecido en menesteres de cómitres, los que ya perdieron la flexibilidad de la columna de tanto mantenerla horizontal; sino también unos cuantos diletantes de los dolores de la patria, incapaces de repercutir con sangre, huesos, y espíritu a las sacudidas de su agonía. Ahí tiene Ud. un ejemplo a mano en el caso de nuestra mutua admirada, fervorosamente admirada,


Teresa de la Parra. Doña Teresa hacía muchos años que se encontraba ausente de Venezuela, desligada prácticamente por la ausencia prolongada y por su dedicación al arte, de una verdadera y absorbente preocupación por sus problemas políticos y sociales. Apunto este hecho sin criticarlo, por cuanto obedece a un proceso típicamente humano. Lo que sí le critico, —y acertadamente, desde el fondo de mi conciencia íntegra—, es que oficiosamente acudiera a un periódico de La Habana a declarar «que el Presidente Gómez hacía la felicidad de Venezuela», «que la red de caminos carreteros era única en el mundo» y, por último, «que el movimiento estudiantil había sido un alboroto de esos tan frecuentes entre las juventudes estudiosas». Y todo esto, Maestro, dicho desde La Habana, después de muchos años de estar ausente de Venezuela, usando y abusando de un apriorismo, sospechosísimo y lamentabilísimo. Por supuesto, cuando la autora del «Diario de una señorita que escribió porque se fastidiaba» fue a Venezuela, en días subsiguientes a las declaraciones de marras, mereció cálidos honores oficiales y agasajos tan poco envidiables como lo fue una fiesta en un club caraqueño, organizado por todos los canallitas que actúan en los bajos fondos de la adulación. Yo quiero, Maestro, que Ud. lea, con los ojos veteranos alumbrados de buena intención, las páginas del folleto que le adjunto. Estoy seguro de que sentirá en ellas, latiendo como una entraña, el fermento de cosas más hondas y más trascendentales que el simple «alboroto» despectivamente señalado por Teresa de la Parra. La elite intelectual, como Ud. ve, nos traiciona, —por supuesto, me refiero a los «consagrados», puesto que toda la intelectualidad joven ha hecho frente único con el estudiantado. «Ellos», los traidores, estarán con el amo hasta que el amo los eche y con la carga agobiadora de sus responsabilidades vayan a gozar de la caritativa lenidad de un crepúsculo, que nosotros, los generosos de toda hora, no le amargaremos… Me preguntará Ud. ahora: ¿y el pueblo? El pueblo, Maestro, es necesariamente el sector de la ciudadanía más duramente castigado por la dictadura; el proletariado venezolano, sin leyes que le protejan, expuesto a ser incorporado a planazos a los batallones del déspota, sin hospitales, sin escuelas, hambreado, miserable, odia, con odio sordo y terrible, a Gómez y a sus hombres. En todos los momentos de la cruzada universitaria lo ha demostrado. A la huelga estudiantil ha respondido el obrerismo con un paro general y automático, actitud extremadamente meritoria si se tiene en cuenta que en la clase trabajadora venezolana no hay ni rudimentos de sindicalización, puesto que el régimen imperante no solo no la alienta sino que aún la persigue. Estos paros, necesariamente, sin una base económica, terminaron cuando el hambre se hizo hostigadora, regresando siempre las huestes trabajadoras a sus labores de parias con muchos claros abiertos en sus filas por el plomo y por las bayonetas. Media otra circunstancia para que la protesta del «gran número» no sea decisiva, y es la de que, surgiendo de un grupo analfabeto en aterradora proporción de un 90% y por consiguiente desprovisto de una obligadora noción del civismo, carece de continuidad, de continuidad «sitiadora». Sin embargo, ese pueblo inhábil para mantenerse erguido en la terrible tranquilidad del «no hacer», de la abstención, está clamando por la otra forma de defensa a que está habituado: la del fusil. Y a ella tendremos que llegar, necesariamente, dolorosamente.


Por eso, tal vez muy pronto, —quien me dice que antes de Ud. recibir este largo disparatario!— estaremos nosotros en la aventura del campamento, buscando lograr con los puños ese puesto bajo el sol bienamado de la patria que unas escasas docenas de Parapillos se empeña en negarnos. Mientras llega esa hora no olvido mis deberes de hombre culto, aun cuando pobremente capacitado; y con todo ardor y con el mayor empeño borroneo a estas horas las cuartillas finales de un libro donde recuento, con detalle y documentación abundosas, todas las etapas del movimiento universitario. Ese libro circulará tal vez cuando ya me encuentro merodeando por las montañas de mi Venezuela, el fusil al hombro y la pupila alerta. Quién sabe si será mi libro póstumo! ¿Sería demasiado exigirle, Maestro, unas breves líneas de aliento para el estudiantado venezolano que en silencio de sacrificio se está sembrando en los surcos donde se gestará la Hispania de mañana, Hispania de América y de España, sin fronteras y sin odios? Esas líneas irían al frente de mi libro, apoyando en ellas mis titubeos. Esta carta puede contestarla a la siguiente dirección: R. Betancourt, Pensión Parra, Curasao, A. H.; en esta casa hay persona amiga que se encargaría de conservármela, en caso de que para entonces ya no me encuentre en el destierro, sino combatiendo por el derecho que me asiste a vivir en una patria amasada con sangre y con dolor de mis abuelos. Bendígame, noble abuelo; y crea que lo quiero mucho Rómulo Betancourt

Carta a Virginia, la hija El once de abril de mil novecientos cincuenta escribió Betancourt desde el exiliolo recordamos en su centenario-, una carta a su hija Virginia que cumplía quince primaveras, en la cual le lee la cartilla moral que le escolta para toda la vida. -Esta es una fecha que recordarás siempre. Y por eso en ella quiero decirte algunas cosas sencillas y humanas. Conserva en el futuro esa alegría de vivir y esa bondad hacia los humildes de la tierra que te han acompañado en tu infancia, ahora terminada. Estudia y prepárate para luchar mañana por una humanidad donde la gente esté liberada de la opresión y de la miseria. Ten fe en la justicia, en la libertad y combate siempre por causas justas. Profesa el supremo orgullo de ti misma, y si tu conciencia te dice que vas por el camino justo desprecia la crítica del cobarde o del débil. Si sigues estas metas, tu vida no será serena, ni cómoda. Sufrirás duras pruebas, y más de una vez sentirás que asquea el ánimo y la voluntad te desfallece. Pero disfrutarás siempre de ese fiero orgullo interior de los que se saben avanzados del futuro, anticipadores de edades por venir en los cuales el hombre y la mujer se habrán liberado de cuanto los hace padecer.

(C.A. “Tres padres de la libertad: Bolívar, Páez y Betancourt”. Diario del Caribe, 14-6-07)


Otros receptores de sus cartas fueron, Carlos León, Mariano Picón Salas, Salvador de La Plaza, Josefina Juliac, Raúl Leoni., Ricardo Montilla, Antonio Pinto Salinas, Luis Estrada, L. Barreto y demás miembros del Grupo de Bogotá del Partido Democrático Nacional. Augusto Ruiz (Luis Manuel Peñalver), Alejandro Oropeza castillo, Jesús Silva Herzog, José Antonio Mayobre, Felipe Massiani, J.P. Pérez Alfonzo, Luis Augusto Dubuc y muchos cuyos textos pueden leerse en la Fundación Rómulo Btancourt.

La carta al empresario Enrique Delfino

Esta epístola es una lección de moralidad que debería ser seguida por la clase política. Está fechada en Caracas el 22 de diciembre de 1977 y es del tenor siguiente: Señor Enrique Delfino Delpré C.A. Ciudad Señor Delfino He recibido una tarjeta suya con felicitaciones de Navidad y Año Nuevo. Le retribuyo esos votos y le deseo a usted y a lo00000000000000000000000s suyos, salud y satisfacción en estos días tan especiales para la humanidad. […] No acostumbro recibir regalos de personas que no forman parte de mi más íntimo círculo de amistades. Envuelvo por eso la caja de champaña aludida a la aludida Distribuidora Chumaceiro, con copia fotostática de esta carta, para que encuentre la justificación de mi actitud. También ha influido en tal decisión la circunstancia de que yo sea un hombre público, aun cuando sin funciones gubernamentales. Y usted un empresario cuya actividad básica es la de hacer contratos con el Estado. De usted atentamente Rómulo Betancourt


MIS ANOTACIONES De mi libreta de anotaciones son los siguientes datos generales sobre Rómulo Betancourt extraídos de libros y publicaciones periódicas dirigidas a llenar el vacío documental en el que haya podido incurrir en la información suministrada en capítulos anteriores:

1959 4 de febrero. Los comités regionales en de URD, AD, PCV y COPEI firman un amplio documento tendente al logro de la unidad de acción “en la lucha antigolpista, por la constitucionalidad, por la defensa de las reivindicaciones populares”. 12 de febrero. Integración del Gabinete Ejecutivo con tres ministros de URD, 3 de COPEI y 2 de AD. Del anterior gobierno quedan ratificados Rafael Pizani (Educación), José Antonio Mayobre (Hacienda) y Josué López Henríquez (Defensa). 27 de mayo. Por más de dos horas se entrevista con el presidente de Indonesia, Ahmed Sukarno, en Maiquetía acompañado del canciller Ignacio Luis Arcaya. Un batallón de la Infantería de Marina les rinde honores y luego recorre el litoral en automóvil con el distinguido huésped, después de lo cual sostienen una conferencia privada. 12 de junio. Su gobierno rompe relaciones con el dictador dominicano Rafael Leonidas Trujillo, quien dirige personalmente las operaciones conspirativas para derribarlo. 26 de junio. El Senado aprueba el Presupuesto General de Ingresos y Gastos Públicos para 1959-60, que asciende a 5 millones 68 mil 900 bolívares. 24 de julio. Los partidos integrantes de la coalición gubernamental reglamentan el compromiso unitario suscrito en los pactos del 31 de octubre y el 6 de diciembre de 1958 a los fines de asegurar el cabal cumplimiento del Programa de Gobierno presentado a los electores en la última fecha, de la manera más conveniente a los intereses del país. 4 de agosto. Mediante el Decreto Nº 107 se suspende el derecho de reunión por 30 días en el territorio del Distrito Federal y en la parte del Distrito Sucre del Estado Miranda comprendida en el Área Metropolitana de Caracas, debido a los actos de violencia y en los atentados contra las personas y las propiedades, ocurridos ese día… Por Decreto Nº 108 queda eliminado el Plan de Emergencia creado durante la gestión del contralmirante Wolfgang Larrazábal como presidente de la Junta de Gobierno. En su lugar se crea una Comisión Ejecutiva con amplios poderes en todo el país para lograr que los trabajadores queden protegidos con ocupaciones permanentes. 1960


21 de enero. El Ministerio de Relaciones Interiores anuncia la detención de 23 civiles acusados de un plan conspirativo contra el Gobierno, con la probada participación de agentes perezjimenistas y del dictador dominicano Rafael Leonidas Trujillo. Según el comunicado, los conspiradores planeaban bloquear la Universidad Central de Venezuela y asesinar estudiantes “para crear un clima de intranquilidad y zozobra que sirviera para justificar una acción tendiente a sustraer al país del régimen constitucional y de derecho surgido de las elecciones libremente celebradas el 7 de Diciembre de 1958”… Ese mismo día el presidente Betancourt le habló al país, en concordancia con el compromiso adquirir al asumir la Presidencia “de mantener a la opinión pública informada de cuanto tuviera relación con el destino de Venezuela”. En su alocución recordó que desde el comienzo de su régimen se inició una subrepticia campaña de oposición a través de panfletos, periódicos y hojas clandestinas, literatura sediciosa, según lo estableció la policía, “editada en el exterior, por los prófugos de la justicia ordinaria que fuera de Venezuela no se sienten satisfechos con la cuantiosa porción malhabida de sus bienes de que disponen, sino que añoran el retorno para continuar oprimiendo y expoliando a los venezolanos. Añadió que “de los panfletos explosivos se pasó a las bombas explosivas por los irreductibles enemigos de la paz y de la felicidad de los venezolanos”. Concluyó el discurso “diciéndole a los venezolanos que pueden dormir tranquilos, trabajar tranquilos; soñar, amar, vivir tranquilos”. 22 de febrero. El Congreso Nacional sanciona la Ley de Reforma Agraria. 5 de marzo. A las tres y cinco minutos de la tarde promulga en el Campo de Carabobo la Ley de Reforma Agraria, ante millares de campesinos llegados de todo el país. 11 de marzo. Recibe en Maiquetía al presidente del Perú Manuel Prado. 8 de abril. El Consejo de Ministros aprueba los Estatutos de la Corporación Venezolana de Petróleo. 17 de abril. El Gobierno anuncia la detención en San Cristóbal de Miguel Hernández Carabaño, en cuyo poder se encontraron documentos sobre una invasión al territorio nacional planeada por el general ® Jesús María Castro León con apoyo del régimen dictatorial dominicano de Rafael Leonidas Trujillo. 19 de abril. Creación de la Corporación Venezolana del Petróleo. 20 de abril. Elementos sediciosos dirigidos por Castro León se apoderan del Cuartel Simón Bolívar de San Cristóbal. 21. El Gobierno sofoca el movimiento sedicioso dirigido por Castro León, quien se da a la fuga con algunos de sus colaboradores. Una huelga general convocada por la CTV en contra de los golpistas paraliza el país. 22 de abril. Castro León es capturado por unos campesinos. 23 de abril. Desde San Cristóbal los doctores Raúl Leoni y Rafael Caldera presidente y vicepresidente del Congreso Nacional respectivamente, declaran que el Congreso estudiará detenidamente las incidencias de la asonada militar para hacer recomendaciones especiales al Ejecutivo a fin de que se tomen enérgicas medidas que impidan ulteriores brotes sediciosos. 25 de abril. En Consejo de Ministros se acuerda suspender por 15 días las reuniones y manifestaciones públicas en todo el país. 24 de junio. Un atentado terrorista en la avenida Los Próceres casi lo priva de la vida… Se suspenden las garantías constitucionales en todo el país.


25 de junio. Dirigentes de AD, COPEI, PCV y MIR llaman al pueblo a permanecer alerta pues estiman que el atentado contra el presidente de la República no es un hecho aislado sino que debe tener algunas ramificaciones 27 de junio. El ministro de Justicia, Andrés Aguilar, da a conocer varios nombres de sindicatos como culpables en el atentado y responsabiliza al gobierno dominicano de haber suministrado a los terroristas los elementos con los que se perpetró el atentado. 29 de junio. El Gobierno venezolano denuncia formalmente ante la OEA al régimen dominicano como responsable del frustrado magnicidio. 8 de julio. La OEA decide por unanimidad hacer investigaciones sobre las denuncias de Venezuela contra la República Dominicana y celebrar una reunión de cancilleres para oír la acusación. 16 de julio. El presidente Betancourt se presenta por primera vez desde el atentado ante las cámaras de televisión y le habla al pueblo para tranquilizarlo… En Caracas se reúne una Convención Sindical Continental para organizar un boicot con el régimen de Trujillo. 8 de agosto. El ministro del Interior informa sobre el descubrimiento de un extenso plan terrorista y la ejecución de varias detenciones. 16 de agosto. La Federación Internacional de Trabajadores Petroleros le comunica a Fedepetrol que se suma al boicot contra el Gobierno de la República Dominicana. 17 de agosto. El canciller Ignacio Luis Arcaya pide ante la Conferencia de Cancilleres reunida en Costa Rica sanciones para la República Dominicana y no simples recomendaciones. 22 de agosto. El presidente Betancourt, en un telegrama enviado a José A. Mora, secretario general de la OEA, expresa que en la próxima Conferencia Interamericana a celebrarse en Quito, debe acordarse una declaración o Tratado en el que se defina en forma explícita que aquellos Gobiernos no elegidos por el pueblo no puedan formar parte de la Comunidad Jurídica Regional. 6 de septiembre. El partido URD anuncia la decisión de poner a disposición del presidente de la República todos los cargos que tiene en el sistema de coalición nacional. 9 de septiembre. Son restituidas las garantías constitucionales suspendidas con motivo del atentado contra el presidente de la República. 14 de septiembre. En un gimnasio de San Cristóbal estalla una bomba. 15 de septiembre. En la Conferencia de Países Exportadores de Petróleo, que se celebra en Bagdad, con asistencia de Venezuela, se acuerda la constitución de una Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP). I962 24 de agosto. Inauguración del puente sobre el Lago de Maracaibo, bautizado con el nombre de Rafael Urdaneta. Fue durante varios años el puente más largo del mundo en su tipo y una de las mayores estructuras de hormigón armado construidas.


EL PACTO DE PUNTO FIJO “El Pacto de Punto Fijo fue una hazaña del pensamiento democrático de Rómulo Betancourt”. Diario La Hora, 30-10-08).

Ese documento tripartitio onentado a consolidar la recién recuperada institucionalidad democrática, fue firmado el 31 de octubre de 1958 en la quinta “Punto Fijo”, de Sabana Grande, Caracas, entonces residencia del doctor Rafael Caldera, uno de sus firmantes, y de allí derivó el nombre que le dio al pacto de gobernabilidad. El objetivo del pacto era conseguir la sostenibilidad de la recién instaurada democracia, mediante la participación equitativa de todos los partidos en el gabinete ejecutivo del partido triunfador, excluyendo al Partido Comunista de Venezuela y a los sectores afines a la derrocada dictadura de Marcos Pérez Jiménez. Duró 40 años que se manifestaron en la consolidación de una democracia que permitió la alternancia en el poder, libertad de prensa y expresión, calidad de vida, construcción de vialidad y acuedctos, aumento considerable del servicio de electrficación y telefonía, vivienda populares y clase media, baja tasa de desempleo, servicios eficientes de salud, escuelas, liceos y universidad. Sin embargo, la llegada a la presidencia de la República en 1999 del teniente coronel retirado Hugo Chávez, que el 4 de febrero de 1992 lideró un golpe de Estado


que fracasó, echó por tierra estos avances mediante la constante violación de Carta Magana, redactada a su imagen y semejanza. Tuvo como finalidad propiciar la implementación de un sistema político fundamentado en el gobierno civil y democrático que se expresó con los siguientes puntos: -Defensa de la constitucionalidad y del derecho a gobernar conforme al resultado electoral. Gobierno de Unidad Nacional. Esto es, considerar equitativamente a todos los partidos firmantes y otros elementos de la sociedad en la formación del gabinete ejecutivo del partido ganador. Programa de gobierno mínimo común. Sus firmantes fueron: Rómulo Betancourt, Raúl Leoni y Gonzalo Barrios [AD]; Jóvito Villalba, Ignacio Luis Arcaya y Manuel López Rivas [URD] y Rafael Caldera, Pedro del Corral y Lorenzo Fernández {COPEI]. Fue complementado al cierre del proceso electoral de 1958 con una declaración de principios y un programa mínimo de gobierno, suscritos por los candidatos presidenciales de los tres partidos: Rómulo Betancourt por AD, Rafael Caldera por COPEI, y Wolfgang Larrazábal por URD, que se retiró del pacto en 1962 por estar en contra de la política exterior venezolana de Rómulo Betancourt, que buscaba sanciones contra Cuba en la Organización de Estados Americanos, después del apoyo de Fidel Castro a las guerrillas que buscaban el derrocamiento del gobierno venezolano. El mismo fue considerado por el historiador Manuel Caballero“uno de los pactos más inteligentes, importantes y duraderos de toda la carrera política de Rómulo Betancourt y de toda la historia de Venezuela”. El politólogo Juan Carlos Rey lo calificó como un pacto que “sentó las bases y las reglas del juego del sistema de conciliación de élites que le dio estabilidad y vida democrática a Venezuela”, mientras María Teresa Romero anota que el Pacto fue más allá de un frente único que preservó el- gobierno que se inició en febrero de 1959. Sobre la guerra que le declaró el tirano Chávez al Pacto de Punto Fijo el historiador mexicano Enrique Krauze, autor de El poder y el delirio apuntó que el desdén de éste por la experiencia del régimen de Punto Fijo es inexacto e injusto”, Con motivo del cincuenta aniversrio del mismo Franciso Salazar-Martínez hace una diferencia entre el Pacto de Punto Fijó y el Pacto con Tirofijo precisó: Se están cumpliendo cincuenta años de la firma de un pacto que hizo historia en los anales de la política venezolana, como fue el de “Punto Fijo”, concebido por Rómulo Betancourt con el respaldo de Jóvito Villalba y Rafael Caldera y destinado a afirmar la democracia frente a los aventurerismos golpistas, de índole militar, resucita- dores de los viejos caudillismos del siglo XlX y parte del siglo XX. Cuanta diferencia con el pacto terrorista, adobado de narcotráfico, que se firmó con Tirofijo. El “Pacto de Punto Fijo” fijó los puntos característicos de toda democracia: autonomía y división de poderes, descentralización administrativa, pluralismo de las fuerzas que intervienen en el juego político, respeto a los Derechos Humanos, funcionamiento de la libertad de expresión, en fin todo lo que conforma el contenido de una democracia representativa. En cambio, el Pacto con Tirofijo significa centralización dictatorial, caudillismo militarista, corrupción participativa y protagónica, adulancia servil al déspota cesarista, irrespeto a los Derechos Humanos, aplastamiento de la libertad


de expresión, sistema educativo regimentado y estado totalitario tipo fascista, donde las botas no piensan, pisan. En el aniversario número 60 de su firma Jesús E. Mazzei Alfonzo en el diario El Universal, el 1 de noviembre de 2018, el artículo que see transcribe a continuación: .Rómulo Betancourt, Rafael Caldera y Jóvito Villalba, encarnaron los retos, anhelos y esperanzas de los venezolanos que en aquél momento buscaron crear un orden político viable Antes de la Firma de Pacto de Punto Fijo, hubo una complicada transición de un año, durante el año 1958 (dos levantamientos militares entre otros eventos), y además, fueron las generaciones del 28, 36 y 45, las que establecieron las bases del proyecto democrático de 1958, en sus coordenadas básicas, primero, por el rol jugado por el contralmirante Wolfgang Larrazábal, que con serenidad, tacto e inteligencia, condujo el proceso y luego Edgar Sanabria que lo culminó exitosamente no obstante no les fue fácil llegar al acuerdo político, inédito en aquella época que se conoce como Pacto de Punto Fijo, verdadera obra de ingeniería política. Las enseñanzas del período perezjimenista –o autoritario como también se le conoce en el lenguaje de la ciencia política– del 1948 al 1958 y, además, la enseñanza del experimento democrático del 1945 al 1948, en torno a la creación de un régimen de partido único hegemón colocó al liderazgo de la época en la coyuntura de construir un orden político de largo alcance e inclusivo. La generación del 52 y la emergente del año 58 serán muy jóvenes pero jugarán un papel relevante, capital y determinante en el año 1957 pues fueron ellos los abanderados y principales organizadores y hacedores de la lucha política contra la dictadura militar entre objetivos en la ruta a la caída de la autocracia: Así las cosas, inicialmente las aproximaciones al estudio del Pacto de Punto Fijo serán realizadas por la moderna ciencia política venezolana cuando el proyecto democrático es estable, se inician en los años setenta, en la UCV. El trabajo del eminente politólogo venezolano Juan Carlos Rey, sobre el sistema de partidos; el texto El sistema político venezolano editado por el instituto de Estudios Políticos de la UCV en 1975; un estudio más reciente también sobre el sistema político venezolano titulado: Crisis y transformaciones, de 1996, producto de un seminario interno de la misma institución; además, los estudios en la revista Politeia y algunas ediciones especiales de los periódicos de edición nacional, son elementos a tomar en cuanto en cuanto al análisis del pacto de Punto Fijo. Y, hace algunos años, el texto del Dr. Naudy Suárez dirigido a los jóvenes: Punto Fijo y otros puntos, el cual es un estudio serio, pormenorizado y actualizado sobre cómo se llegó a ese acuerdo, nos muestra que no fue improvisado, sino labor de una filigrana política realizada por un liderazgo que tenía claro sus objetivos políticos.


Dentro de ese marco, cuando se cumplen 60 años de la firma de este importante pacto político, clave en el desarrollo y estabilidad del régimen democrático venezolano, es oportuno un balance equilibrado. En efecto, este acuerdo se firmó en el difícil final de la década de los años cincuenta, y en el advenimiento de un tiempo lleno de incertidumbre; en un contexto internacional dominado por la guerra fría. En efecto, Rómulo Betancourt, Rafael Caldera y Jóvito Villalba, encarnaron los retos, anhelos y esperanzas de los venezolanos que en aquél momento buscaron crear un orden político viable, estable y gobernable. Sin embargo, no fue tarea fácil lograr un pacto o acuerdo político de esas dimensiones políticas que buscaba crear un orden en base al consenso y un programa de políticas públicas de largo plazo que fue el acuerdo mínimo común. Se quería lograr un mínimo de entendimiento para asegurar el mantenimiento del sistema que se estaba estructurando. Fueron varios meses de reuniones, conferencias, estudios; en fin, paciencia, ponderación política y laboriosa elaboración, donde intervinieron todos los actores políticos que hicieron posible la caída de la última dictadura militar del país, para firmar este acuerdo. Con este fin, se estableció una mesa redonda de los partidos políticos que tenía como método de trabajo unas comisiones de enlace que a su vez estaban divididas en comités de trabajo de diferentes áreas. Se reconoce que la nación no puede volver a repetir la experiencia del trienio 1945-48 de conflicto político cuasi existencial. Debe haber algún grado de civilidad, diálogo y entendimiento en la lucha política democrática. Como diría uno de los maestros de la ciencia política en Venezuela, el respetado intelectual y académico Juan Carlos Rey, un régimen político que satisfaga ciertas condiciones de deseabilidad, equidad, consentimiento, institucionalidad y condición de viabilidad. En suma, el pacto solo estuvo vigente en el primer período democrático: de 1959-1964.El Pacto de Punto Fijo fue un ejemplo y modelo de acuerdos políticos importantes en los procesos redemocratizadores que se dieron en casos como el ecuatoriano o el peruano de finales de la década del setenta, o en el Pacto de La Moncloa en la naciente democracia española de mediados de los años setenta.

[Muchas veces, en cadena nacional, el tirano Chávez les reclamó a sus ministros por la existencia de vestigios del puntofijismo y por lo tanto les pedía su derrumbe total. Era como una obsesión demencia]

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LA ENFERMEDAD


El 27 de septiembre de 1981 El Nacional publicó el siguiente despacho, con la firma del periodista José Sobrino Nueva York, 26, (EFE). Don Rómulo Betancourt, presidente fundador de la democracia venezolana y gran figura política de América y el mundo, yace hoy en su lecho de muerte en un hospital de Manhattan. Durante sus años de vida, y más de medio siglo de incansable lucha contra las tiranías de todo signo, don Rómulo Betancourt sufrió muchas caídas, pero siempre consiguió levantarse y casi un cuarto de siglo de democracia en su patria y de libertad en otros países de América, fue su gran legado. Pero la caída que sufrió el jueves, cuando trabajaba con sus memorias en un apartamento de Nueva York, lamentablemente fue definitiva. Las últimas esperanzas se esfumaron con el primer comunicado oficial sobre su estado, emitido por el “Doctor’s Hospital”, en cuya sala de cuidado intensivo se encuentra desde hace 40 horas, acompañado constantemente por su segunda esposa, Renee Hartman, y Virginia Betancourt, hija de su primer matrimonio El hospital informó que Betancourt sufrió un “ataque cerebral masivo”, está bajo tratamiento y su estado ‘‘es crítico”. Su hija Virginia comunicó a sus compañeros de Acción Democrática, diplomáticos, y otros representantes venezolanos y amigos de la familia, que desde que se anunció la noticia ayer han venido congregándose cada vez en mayor número, y repletan la sala para visitantes del quinto piso del hospital, que la condición mental de su padre es “irreversible”. Don Rómulo había sido ya internado hace un par de años en el mismo hospital por otra caída que sufrió en el baño, pero logró reponerse satisfactoriamente gracias a su increíble vitalidad.


En esa ocasión, la hemorragia cerebral se produjo gradualmente y pareció leve al principio, de tal forma que estaba consciente cuando el jueves lo condujeron al hospital Ayer mostró ciertas señales de posible recuperación, según informaron algunas amistades cercanas a la familia del ilustre enfermo, y durmió satisfactoriamente bajo sedantes la primera parte de la noche, pero esta madrugada su estado sufrió un súbito empeoramiento. Sólo su fuerte corazón ha seguido latiendo, y los rostros sombríos de los familiares y amigos, que se mantuvieron en vela durante toda la noche, indicaban la inevjtabilidad del desenlace fatal a corto plazo, cuestión de horas o días. De Venezuela llegaban dos aviones especialmente contratados para transportar a los sobrevivientes de la vieja guardia de Acción Democrática, compañeros de lucha de la izquierda democrática americana, encabezados por el presidente del partido, Gonzalo Barrios, y otras personalidades de la política, la economía y la sociedad venezolana. En la antesala, las conversaciones se animaban en la discusión política. contando anécdotas de don Rómulo y comentando que a diferencia de Roma, la Venezuela democrática no contó con uno sino con dos Rómulos, Betancourt el gran político, y don Rómulo Gallegos el gran escritor, y también ex presidente. Derrocada la dictadura de Marcos Pérez Jiménez, y electo Betancourt en 1958, no sólo consiguió cumplir su mandato, sino que afianzó la democracia, y cuatro presidentes, dos de su partido Acción Democrática, y dos de la democracia cristiana, se han turnado desde entonces por decisión electoral, por votos y no por balas como antes era tradicional. La pregunta que flotaba en el ambiente, pero que nadie se atrevía tan siquiera a formular abiertamente, era en qué medida afectará la desaparición de don Rómulo Betancourt a la democracia que fue la obra de su vida. En otra nota de la misma fecha El Nacional reportó: Una delegación del CEN de Acción Democrática fue recibida anoche en Miraflores por presidente Luis Herrera Campíns para Informarlo sobre el estado del ex presidente Rómulo Betancourt hasta ese momento. La representación de AD formada, por el vicepresidente del partido, doctor, Reinaldo Leandro Mora, Manuel Mantilla y José Vargas fue a Miraflores a pedido por el presidente Herrera, quien suspendió un acto en Maracay para regresar a Caracas en vista de la situación grave de salud del ex presidente Betancourt internado en un hospital en Nueva York. Los dirigentes del CEN informaron al Presidente que de acuerdo a un boletín recibido media hora antes (alrededor de las 7 de la noche) el estado del fundador de AD seguía siendo critico, pero estacionario, no se apreciaba ninguna mejoría a pesar del esfuerzo de los médicos. En la reunión estaba también presente el ministro de Secretaría de la Presidencia, doctor Gonzalo García Bustillos, Posteriormente el vicepresidente de AD señaló que la visita de la representación del CEN a Miraflores se debió a que el presidente Herrera manifestó querer mantener contacto permanente con la dirección da Acción Democrática para recibir del partido


información directa sobre el estado del ex presidente Betancourt. El presidente Herrera y el ministro García Bustillos mostraron gran preocupación por la salud don Rómulo Betancourt e hicieron conocer a AD su disposición a brindar todas las consideraciones y acciones necesarias que recibiera la asistencia que merece y fuese posible. El doctor Leandro Mora desmintió la información difundida por algunos medios de que el señor Betancourt había fallecido. Se refirió finalmente a la inquietud en la ciudadanía y en los partidos por la salud del máximo líder y fundador de AD y dijo: -‘‘Esto revela que es un hombre que por este país sacrificó gran parte de su vida, muy especialmente a lograr para todos lo que a él le fue muy difícil: la libertad. Creyó siempre que la institución democrática era el marco en el cual el hombre podía desarrollarse en libertad” (…). ---Como tenía por costumbre, don Rómulo Betancourt financió con un pagaré los costos de su viaje a Nueva York, el 7 de septiembre de 1981. Se residenció en el apartamento Nº 35 H, piso 11, del edificio “Gallería”, sito en la calle 57 entre Park Avenue y Lexington, propiedad de un amigo, Luis Oropeza. Allí lo encontró la muerte física. En la ciudad de los rascacielos, donde vivió la última parte del obligado exilio a que lo condujo la dictadura del general Marcos Pérez Jiménez y en la cual, en diciembre de 1957, había firmado un pacto de unidad con los también líderes políticos desterrados Rafael Caldera, del Partido Socialcristiano (COPEI), y Jóvito Villalba, de Unión Republicana Democrática (URD). Allí, con su inseparable esposa la doctora Renée Hartmann de Betancourt, tenía el firme propósito de descansar y seguir trabajando en la preparación de sus memorias. El 21 estuvo en las Naciones Unidas, por expresa invitación del presidente Luis Herrera Campins, escuchando el discurso que éste pronunciara en tan alta tribuna internacional. Y en la noche del 22, asistió con el mismo funcionario al Yankee Stadium, donde se tomaría la última fotografía, según me informara el colega Coromoto Álvarez, integrante del grupo de periodistas venezolanos destacados en Nueva York para darle cobertura a la imprevista enfermedad que lo convirtiera en paciente del “Doctor´s Hospital” a raíz del accidente que sufriera en su apartamento el 24 y lo privara de la vida el 28. El ilustre paciente fue noticia de primera plana, desde el propio momento de su hospitalización. Un despacho de la agencia de noticia AP, de fecha 25, reproducido en El Nacional y otros periódicos venezolanos, el 26, informó al respecto: El ex presidente venezolano Rómulo Betancourt se encuentra en estado delicado en la salaterapia intensiva del Doctor’s Hospital de esta ciudad después de sufrir ayer una caída en su departamento, aquí. Betancourt, presidente de Venezuela en el período de 1959-64, quien acabó con los regímenes militares en ese país, sufrió la caída al levantarse de su sillón de trabajo, alrededor de las seis de la tarde, golpeándose fuertemente en el cuerpo y en la cabeza


con un revistero. Fue atendido inmediatamente por un médico y conducido de urgencia al hospital. El cónsul general de Venezuela en Nueva York, Guillermo Espinoza Fernández, quien se encuentra desde esta mañana en el Doctor’s Hospital, manifestó en el mismo que “el estado del presidente Betancourt es delicado. Se encuentra en la sala de terapia Intensiva (desde hace casi veinticuatro horas) y se le han hecho los exámenes, análisis preliminares, pero no ha habido aún ningún boletín médico. Se encuentra bajo fuertes sedantes y está bajo permanente control médico”. En esferas del hospital se había dicho que Betancourt sufrió la fractura de costillas y un posible principio de conmoción cerebral. Los voceros dijeron que no podían agregar mayor información y que tenían órdenes de no derivar ninguna llamada telefónica a la esposa del ex mandatario, Rennée Hartman, quien acompaña al político. Sin embargo, no se espera que los médicos emitan un parte médico hasta pasadas las 24 ó 48 horas, según las mismas fuentes. El ex presidente venezolano llegó a Nueva York hace dos o tres semanas para completar sus memorias acompañado de su esposa, doctora Rennée Hartman de Betancourt. Su sorpresiva enfermedad causó gran consternación en distintos sectores de la colectividad nacional. El 26 de septiembre El Nacional recogió las opiniones de distinguidas personalidades del mundo político nacional sobre la significación de tan ilustre personaje en la vida venezolana, las cuales se citan a continuación: Toda la información anterior fue publicada por El Nacional, que también le dio cabida al siguiente despacho de la extinta Venpres originado en Mérida el 25 de septiembre: -El presidente Luis Herrera Campins elevó votos y plegarias a Dios por la pronta recuperación del ex presidente Rómulo Betancourt, recluido en un hospital de Nueva York. La información le dio a conocer en el hotel “Belensate”, de esta ciudad, momento antes de un almuerzo que le ofreció el gobernador del estado, Rubén Avendaño Monzón. El presidente Herrera Campins, quien se encuentra en una gira administrativa, expresó a los periodistas: “Debo decir que, por razones familiares, no ha podido estar presente Virginia Betancourt, directora nacional de Bibliotecas, y que había puesto mucho cariño a ésta que hemos inaugurado en Mérida”. Agregó que la súbita enfermedad de su padre, el ex presidente Rómulo Betancourt, de la cual están cuenta loa medios de comunicación social, le impidió estar acá porque debe salir esta misma tarde de viaje hacia Estados Unidos, Nueva York, para estar al lado de su padre. “Debo decir que yo deploro esa circunstancia doblemente, ya que el ex presidente es una sobresaliente figura de la política y del país y estoy seguro de que mis compatriotas me acompañarán a elevar plegarias a Dios por la pronta recuperación de este distinguido hombre público de Venezuela y América”, destacó. “Yo hablé con Virginia en la mañana, antes de salir para acá. Y después establecí una comunicación a través de mi secretario de la Presidencia de la


República, Gonzalo García Bustillos, porque no lograba comunicación directa con Nueva York”. “Según la información que tengo, el ex presidente está en terapia intensiva”, dijo Herrera Campins. Otro despacho de la agencia Veneres, fechado en Caracas el 25, anunció: El estado de salud del ex presidente Rómulo Betancourt es estacionario, aunque los médicos que le atienden en Nueva York no han precisado cabalmente el diagnóstico clínico. La información fue suministrada a las seis de esta tarde, en un boletín de la Secretaría General de Acción Democrática, que transcribimos a continuación: “Tal como es del conocimiento público, el compañero Rómulo Betancourt, fundador de Acción Democrática, ha sido hospitalizado en la ciudad de Nueva York. La dirección nacional estado siguiendo con atenta preocupación el desenvolvimiento del proceso, yen tal sentido puede informar que, a esta hora, a las seis de la tarde, la situación de la salud la situación de la salud del compañero Betancourt permanece estacionaria, sin que la fuente médica informante haya precisado cabalmente el diagnóstico. Se espera, para dentro de pocas horas, un parte médico que será transmitido de inmediato a los medios para conocimiento del pueblo y del partido. Se emite esta declaración para atender a la preocupación general por la salud del ilustre enfermo, expresada en múltiples llamadas y visitas a las casas de AD en todo el país. Jaime Lusinchi, secretario general”. Un nuevo boletín de AD, emitido a las 7pm., indicó que a la declaración dada a las 6 pm en relación con el estado del ex presidente Betancourt, sólo cabe agregar que de acuerdo con los médicos que lo examinan, su estado de salud sigue siendo delicado y que se mantiene en observación. Más tarde, a las 8 pm un nuevo boletín informa que examinado el ilustre paciente por el doctor Astor Ancovitz, éste informó que dentro de lo delicado del estado del ex presidente, han podido apreciarse signos de evidente recuperación. Habría que aclarar que el médico tratante de la enfermedad de don Rómulo Betancourt no fue Astor Ancovitz como lo indicó Veneres, sino Arthur Ancowitz.

{La ciencia médica le prolongó la vida} El 27 un despacho del enviado de El Nacional, Miguel Schapira, registró: -La mañana amaneció límpida en el cielo de Nueva York, mientras el organismo del indomable político Rómulo Betancourt se negaba a ceder ante la muerte, sostenido por la moderna tecnología médica que a base de suero y oxigeno le mantenía aún en el mundo de los vivos. Por la tarde del apacible domingo neoyorquino, un avión sobrevoló dejando escapar una estela de humo que dibujaba las palabras ‘”Is time for Miller” (es tiempo de una cerveza Miller). La palabra “time” fue el término más delicado usado por el doctor Arthur Ankowitz durante la rueda de prensa que dio comienzo a las 10.30 am. y que constituyó la novedad más resaltante en los fríos pasillos del Doctors Hospital. “Esto es medicina, no matemáticas”, dijo Ankowitz en un lenguaje sobrio y sereno para responder a la inevitable pregunta formulada por los corresponsales


¿Cuánto tiempo más durará la situación de Betancourt?. El “timing” no es posible ni deseable calcularlo. Junto al administrador del hospital, Ankowttz sopesó cada palabra antes de emitir respuesta alguna y en algunas oportunidades, como los acusados que declaran junto a su abogado, consultó con el señor Donaher la respuesta a dar. Lo cierto es que nada de lo dicho por el cardiólogo cambió la situación ya conocida. En el cuarto piso del hospital, el ex-presidente continuaba aferrándose al último hálito de vida junto a la vigilia de su hijo político Alfredo Coronil Hartman, que pasó la noche a su lado. El doctor Ankowitz, un médico al que se le atribuyen profundas creencias religiosas, elevó un agradecimiento a la colonia venezolana que se había movilizado hasta el hospital y resaltó la entereza de la señora Renée Hartman a la que definió como “una torre de fortaleza”. Destacó además la presencia junto al equipo médico que dirige, de los doctores venezolanos Juan .Larralde y Victor Brito. El doctor Brito fue el médico que atendió a Rómulo durante aciagos días del atentado de Los Próceres y una de las primeras personas en movilizarse a Nueva York. Jaime Lusinchi diría después de él “que es uno de los más grandes y más anónimos veintiocheros. En referencia a la generación del 28. Durante la noche los miembros de Acción Democrática sostuvieron constantes reuniones en la habitación del hotel Areale ocupada por el doctor Gonzalo Barrios. (…) Casi todos ellos fueron a dormir pasadas las doce de la noche y reaparecieron en la clínica después de las 11 de la mañana del día siguiente. El clima de tensión que reinó durante el día anterior se agudizó hasta un límite casi exasperante. En la mente y el corazón de todos estaba claro el desenlace pero nadie se atrevía a actuar y declarar como si hubiera sucedido. Todos los intentos de los corresponsales destacados por arrancar declaraciones con palabras póstumas fueron vanos. El doctor Humberto Celli, por ejemplo, después de haber aceptado hacer una declaración para Venevision por vía telefónica, desistió a último momento diciendo:”Lo siento, no estoy listo”. Mientras tanto se supo que los miembros de AD hablan decidido dejar a Luis Piñerúa y Gonzalo Barrios a cargo de eventuales preparativos en Nueva York y que el doctor Lusinchi regresaría a Caracas con el resto de los miembros del CEN. La prensa neoyorkina se ocupó por primera vez de la enfermedad de Betancourt. The New York Times, en su página 38 estampó una pequeña nota que tituló “Ex Presidente venezolano internado en Nueva York”. Pero el desconocimiento seguía rondando en la opinión pública norteamericana e inclusive en el Departamento de Estado que no destacó ningún funcionado en el hospital. El mayor movimiento registrado en la East Side Avenue fue el de los joggers que aprovechando la tibia mañana se volcaron a correr en las aceras del parque Schultz, situado frente al Doctor’s Hospital. El Nacional preguntó a algunos curiosos que se acercaron si conocían quién era Rómulo Betancourt y en todos los casos la respuesta fue negativa. Los líderes de AD entraban y salían constantemente del Instituto. Algunos concedían una pausa a la tensión comiendo o fumando. El doctor Lusinchi aprovechó para adquirir un par de pinturas en una exposición callejera que se desarrollaba frente al hospital.


El día transcurrió en una dinámica que entre el aburrimiento y la tensión.”Estamos esperando el desenlace para actuar en consecuencia” era la declaración más escuchada por los dirigentes consultados. ”Actuar en consecuencia” significaba en términos concretos movilizar los preparativos para el traslado eventual de Rómulo Betancourt a Caracas. Para los efectos ya se había inclusive contactado con una casa funeraria y las previsiones tomadas respondían al realismo de la situación. Del punto de vista político la mayor incógnita que sobrevoló los pasillos del cuarto piso del Doctor’s Hospital fue la ausencia del ex-presidente Pérez tanto en Nueva York como en Caracas. El comentario mas difundido lo constituyó lo que aquí se juzgó como irresponsable información emitida por un medio audiovisual de Caracas (en realidad Canal 2 y Radio Capital) sobre la situación ex-presidente Betancourt. Varios de los presentes se comunicaron con Caracas para saber con qué titulares abrieron sus ediciones los matutinos caraqueños y pudieron escucharse comentarios elogiosos en tomo al titulo escogido por El Nacional. -“Se muere Rómulo Betancourt- dijo Omar Pérez Yépez, jefe de protocolo del Congreso-, suena como se dijera se muere un titán”. A unos cuantos pasos de allí la señora Josefina Rebolledo atendía en la biblioteca del hospital cientos de llamadas telefónicas provenientes de todo el mundo. Una de ellas registró la voz del líder dominicano (sic) José Figueres que mostró una intensa preocupación por el estado de Rómulo. Las visitas continuaron fluyendo durante el resto de la tarde. Alrededor del mediodía una jovencita vestida informalmente entró a la sala de terapia intensiva y fue efusivamente saludada por los dirigentes de AD. Después se supo que su nombre es Lily y un esfuerzo de la memoria dibujó el rostro de la muchacha que había invadido las pantallas de televisión durante la última campaña electoral con un rostro sonriente que decía: “Por eso, mi primer voto es correcto”. El saludo más emocionado le fue dado por Luis Piñerúa Ordaz. A las seis de la tarde la espera continuaba sin novedades. Los pintores del “Schultz Park” empaquetaron sus cuadros y los corredores de la East Side Avenue volvían a sus casas para despedir el domingo y prepararse para recomenzar sus labores del lunes. El fin de semana agonizaba en Nueva York. En la sala de terapia intensiva del Doctor´s Hospital también agonizaba el ex presidente Rómulo Betancourt.

ENTENDIÓ LA NECESIDAD DE UNA CONVIVENCIA CIVILIZADA


El periodista Leopoldo Linares, de El Nacional, escribió el 30 de septiembre de 1981el siguiente reportaje que reflejó el talante democrático del gran líder político fallecido dos días antes: El presidente Luis Herrera Campíns y los miembros de la dirección nacional de Copei destacaron que Rómulo Betancourt tuvo dos grandes virtudes: fue un hombre que entendió la necesidad de una política de convivencia civilizada entre los distintos grupos que actúan en la vida nacional; en segundo lugar, tuvo una destacada probidad y una lucha constante contra la corrupción administrativa. Eduardo Fernández, secretario general de Copel, dijo a las puertas de La Casona, pasadas las dos de la tarde de ayer, después de concluir una larga entrevista con el Jefe del Estado, que en la misma habían analizado el reciente viaje del presidente Luis Herrera Campíns a Nueva York para hablar ante la asamblea general de las Naciones Unidas y las repercusiones que tendrá en la política venezolana la muerte del ex presidente Rómulo Betancourt. (…). MUERTE DE BETANCOURT -La mayor parte de la reunión -continuó Fernández- la dedicamos a comentar el hecho, tan importante, que tiene conmovida a la opinión pública venezolana: el fallecimiento del ex presidente Rómulo Betancourt. Ya nuestro partido ha dicho su palabra, que además es consecuente con lo que en vida del ex presidente Betancourt habíamos venido diciendo: en Copei siempre hubo un sentimiento de gran respeto, de gran admiración y de gran reconocimiento por la actuación y por el testimonio del presidente Betancourt. -En estos momentos -añadió Fernández-, en vísperas de la llegada al país de sus restos mortales, la dirección nacional de Copei ha aprobado un acuerdo que será dado a la publicidad mañana (hoy). Pero, quisiera yo recoger dos características fundamentales que nos han merecido comentarios durante la reunión del día de hoy con el presidente Herrera: en primer lugar, para nosotros Betancourt fue un hombre que entendió la necesidad de una política de convivencia civilizada entre los distintos grupos que actúan en la vida nacional; fue un hombre de entendimiento. En segundo lugar, la otra virtud que quisiéramos destacar, es la de su probidad, su lucha constante contra la corrupción administrativa; ideario al cual nosotros adherimos, postulado que nosotros respaldamos y que hacemos nuestro. Luego, después de hacer una aclaratoria en cuanto a la diferencia generacional que le separa de Betancourt, el secretario general de Copei dijo que la desaparición del ex presidente “es como una invitación a empinarnos sobre nuestras propias limitaciones, a ofrecerle a Venezuela un liderazgo vigoroso proyectado hacia el futuro, que la nación venezolana sepa que la obra de los creadores de la democracia sobrevive a sus propios fundadores que hay una nueva generación que asume el compromiso de actualizar, modernizar y renovar el legado que estamos recibiendo; que nos corresponde la tarea de recoger la antorcha y de llevarla hasta sus últimas


consecuencias en lo que esto nos obliga en materia de justicia social, de desarrollo económico, de independencia política, de democracia sustantiva con verdadera participación del pueblo. De modo que, al lado del pesar que hemos expresado por la desaparición del viejo caudillo, hay en este momento de nuestra parte una disposición a ofrecerle al país ese vigoroso liderazgo que, garantice que la democracia venezolana se proyecte en el tiempo, renovándose, actualizándose, haciéndose cada vez más auténtica y más honesta, que se corresponda más con los valores por los cuales lucharon los crea dores de este sistema de gobierno civilizado que felizmente se ha dado nuestro país”. Eduardo Fernández adelantó que el acuerdo duelo aprobado por la dirección nacional de Copei, el partido socialcristiano invita a toda su dirigencia y militancia a asistir a todos los programados con motivo de las exequias del ex presidente Rómulo Betancourt y al mismo tiempo expresa su condolencia a su viuda, a su hija, a su hermana, así como a familiares y amigos y a los dirigentes y militantes de Acción Democrática. Si hubiera podido concluir sus memorias, comentó alguien, si hubiera podido contar todo lo que ha ocurrido en la política caribeña, centro e iberoamericana en los últimos 50 años, en la que él fue quizás el mayor protagonista, sería esa la novela más interesante de nuestra época en el ámbito americano.

LA MUERTE


“Hablaba normalmente, nada indicaba gravedad. Como médico considero -puesto que yo estaba allíque a consecuencia de la caída sufrió una alta depresión sanguínea, lo que a mi juicio provocó el daño cerebral, irreversible y fatal”.

Renée Hartman de Betancourt

Lo que no pudo lograr el dictador dominicano Rafael Leonidas Trujillo con mercenarios de las Fuerzas Navales y civiles el 24 de junio de 1960 que intentaron asesinarlo en la avenida Los Próceres de Caracas, lo materializó un simple accidente doméstico en el apartamento de Nueva York que le prestara un amigo para que se alojara durante el tiempo que permaneciera en la metrópoli norteamericana con su segunda esposa Renée Hartman. Éste fue el Comunicado Oficial sobre su muerte emitido por el gobierno del entonces presidente de la República:


Luis Herrera Campíns, presidente de la República, y el Ejecutivo Nacional, cumplen con el penoso deber de participar a los venezolanos el fallecimiento en la ciudad de Nueva York del eminente compatriota don Rómulo Betancourt, ex presidente constitucional de la República. El gobierno nacional profundamente conmovido por tan Irreparable pérdida hace llegar .a sus familiares, amigos y compañeros de lucha política su expresión de condolencia, e Informa que sus restos mortales serán trasladados al país y velados en Capilla Ardiente en el Salón Elíptico del Capitolio Nacional con todos los honores correspondientes a su alta investidura, el día fecha y hora que se informará oportunamente. Miraflores, 28 de septiembre de 1981. La muerte del líder, como era natural, fue noticia de primera página en todos los periódicos venezolanos y en muchos del exterior, así como en los despachos de agencias internacionales.. Norys Mata, de El Nacional, bajo el título “Ha muerto el Padre de la Democracia”, escribió el 29: Todo es tristeza y confusión, ha muerto el “Padre de la Democracia venezolana”, el hombre que soportó torturas, vejámenes, exilios, en pro de una causa, para lograr la libertad de su pueblo, darnos a todos nosotros lo que hoy disfrutamos: “vivir en democracia”. Ha muerto “Rómulo Betancourt”. Fuera de su terruño, al que dedicó su vida entera, expiró el líder el forjador de libertades. Antes y después de conocerse la infausta noticia de su muerte, el país lo llora. La dirigencia y la militancia accióndemocratista aún más. Han perdido a su guía y fundador, Con la voz entrecortada y el rostro rígido, el doctor Jaime Lusinchi, secretario general de Acción Democrática a pesar de la pena que lo embarga por la muerte del fundador de su partido, señaló:


-La pérdida de Rómulo Betancourt significa para el partido y para el país en general, un duro golpe. Estábamos conscientes de que eso iba a suceder de un momento a otro. Las horas estaban contadas.

{Falleció Rómulo Betancourt Rómulo Ernesto Betancourt Bello nació el 22 de febrero de 1908 y falleció el 28 de septiembre de 1981, fue un político y periodista venezolano. Presidente de la República (1945-1948; 1959-1964). Falleció en el Doctors Hospital de Nueva York, a consecuencia de una embolia cerebral. Irónicamente, el 23 de septiembre había asistido a un juego de béisbol en Yankee Stadium, junto al presidente de Venezuela, Luis Herreras Campins (1979-1984), mostrándose alegre y con la vivacidad que lo caracterizaba. Sus restos fueron trasladados a Venezuela con todos los honores. Su funeral fue una de las mayores manifestaciones de duelo público en la historia de Venezuela, ya que su féretro fue cargado en hombros de simpatizantes desde el Centro de Caracas hasta el Cementerio del Este en La Guairita, ubicado a unos 10 km de distancia. Llegó a la presidencia en 1945 gracias a un golpe de estado militar con la ayuda del destacado militar venezolano, Marcos Pérez Jiménez quien derrocó a Isaías Medina Angarita, promovió una constitución que declaró sufragio universal, y procedió a acelerar


el cambio de la política petrolífera con su partido, pero sin tener el éxito deseado, quizás debido a su inexperiencia como presidente de un país. Sin embargo, su plan presidencial fue continuado luego por Rómulo Gallegos, quien también careció de la organización para llevar a cabo una reforma a nivel nacional el progreso requerido al país. HISTORIA, 28 SEP. 1981]


AD CONVERTIRÁ EXEQUIAS DE BETANCOURT EN MANIFESTACIÓN DE PESAR COLECTIVO El CEN de AD concluyó en una sesión ordinaria todos los preparativos para el sepelio de su líder En el Salón Elíptico hablarán el presidente Luis Herrera y los doctores Godofredo González y Gonzalo Barrios Jaime Lusinchi despedirá los restos de Betancourt en el Cementerio del Este A las exequias asistirán personalidades de diferentes países Acción Democrática ultimó todos los preparativos para las exequias de su líder fundador, el ex presidente Rómulo Betancourt, cuyos restos arribarán en las primeras horas de esta tarde al aeropuerto internacional de Maiquetía. Tras de una reunión del Comité Ejecutivo Nacional de AD, su secretario general Jaime Lusinchi anunció que un avión especial de la línea aérea Viasa despegaría del terminal aéreo en horas de la madrugada, para ir a Nueva York a recoger los restos del ex mandatario y traerlos a la tierra que le vio nacer. Altos dirigentes del partido, representantes del Ejecutivo Nacional y personalidades de diferentes sectores de la vida del país, acompañarían el traslado del cadáver del veterano conductor político. AD parecía haber asimilado lo que constituye un hecho irreversible como es la desaparición de su máximo conductor. Ahora todas las energías de la organización lucían orientadas a convertir sus exequias en una verdadera manifestación de pesar colectivo. En su reunión de ayer el CEN acordó suspender hasta una fecha indeterminada la celebración del Comité Directivo Nacional; un organismo que suple las funciones de la Convención Nacional. En ese evento, que debía realizarse el próximo fin de semana, los líderes nacionales y regionales del partido iban a aprobar de manera definitiva el mecanismo que se utilizará en la escogencia del candidato presidencial. Se trata de uno de los temas más controversiales en la situación actual de esa organización. Es fácil apreciar que en estos días, cuando la consternación ha hecho presa de la dirigencia y militancia de AD, no existe ambiente propicio para la polémica interna a menudo signada por agresiones y negaciones recíprocas. El CEN de AD deliberó un poco más de una hora para darle una revisión final al programa que se cumplirá una vez lleguen al país los restos de su máximo líder. El doctor Jaime Luainchi explicó que se estima su arribo entre la una y tas dos de la tarde y que a la altura del túnel de La Planicie, posiblemente se utilice una cureña para llevarlo hasta la sede seccional de AD en Caracas, en El Paraíso. En este lugar el cadáver pasará la noche y la militancia de AD y el pueblo en general tendrá oportunidad de rendirle su homenaje.


-Tanto en la casa del partido, como en el Salón Elíptico -precisó Lusinchi- está prevista la presencia del pueblo. Fue lo que ocurrió con Rómulo Gallegos y Raúl Leoni. En el Capitolio Federal permanecerán los restos de Betancourt unas 24 horas. Allí todos los poderes nacionales le rendirán su homenaje. Para despedirlo intervendrán el presidente de la República, Luis Herrera Campíns, el presidente del Congreso, Godofredo González y el presidente de AD, Gonzalo Barrios. El viernes será el sepelio en el Cementerio del Este. La manifestación partirá desde la sede del Parlamento, a media mañana. En el cementerio le despedirá el doctor Jaime Lusinchi, en su condición de secretario general de AD. El recorrido desde el Congreso hasta el Cementerio del Este, será a pie. LA SOLIDARIDAD Múltiples expresiones de condolencia se han recibido en la sede nacional de AD. Personalidades de todos los sectores del país, así como numerosos representantes diplomáticos de naciones amigas, han ido a expresar su pesar a los dirigentes de AD por la desaparición de Betancourt. -Anoche -dijo Jaime Lusinchi- estuvo el Presidente de la República en la sede de nuestro partido, ofreciéndonos sus testimonios de pesar. Vino en compañía del ministro Gonzalo García Bustillos. El CEN agradece esté gesto del señor Presidente. Durante todo el día estuvieron visitando a los líderes de AD personalidades vinculadas al mundo político, económico y cultural del país. Representaciones de Fedecámaras, de diferentes organizaciones partidistas, de las universidades y los poderes públicos, fueron a ofrecer su testimonio de condolencia. En su conversación con los periodistas, Jaime Lusinchi señaló que desde diferentes países se han recibido anuncios de que personalidades políticas internacionales estarían presentes en el entierro del fundador de AD. Es bastante larga la lista que mostró el secretario general. Se incluyen los nombres de Bernt Carlson, secretario general de la Internacional Socialista y Karl Lindembert. De Colombia, está confirmada la asistencia de Alfonso López. Estarán Andrés Townsed. Armando Villanueva y Fernando León, del Perú; José Figueres y Luis Alberto Monge, de Costa Rica. De la República Dominicana, Francisco Peña Gómez y los precandidatos presidenciales Jacobo Majluthan y Salvador Borges. -Tenemos entendido, según nos lo anunció Carlos Andrés Pérez, desde Nueva York, que también vendrá a Caracas Felipe González, del Partido Socialista Obrero Español. En la conversación con los periodistas, Lusinchi elogió el comportamiento de las autoridades de Estados Unidos en cuanto al tratamiento que le brindaron a Betancourt durante su enfermedad. -Creo –señaló- que en el aeropuerto Kennedy le rendirán honores militares, poco antes de la partida de sus restos para Venezuela.

[Este reportaje, de la autoría de Olmedo Lugo, de El Nacional, describió los preparativos de Acción Democrática para convertir los actos fúnebres de su líder en un evento


con participación colectiva, que de hecho se produjo, al ser hombres del pueblo, una vez concluidos en el Congreso de la República los actos protocolares, quienes condujeron en hombros los restos de Betancourt hasta el Cementerio del Este, donde fueron sepultados en la fosa M-27 que él había adquirido con sus propios recursos económicos. Como cosa curiosa, no fue presentado el Acta de Defunción requerido en ese camposanto. El texto periodístico fue publicado el 30 de septiembre ce 1981,]


SOLEMNE VELORIO EN NUEVA YORK El 30 de septiembre de 1981 el periodista (Miguel Schapira reportó para El Nacional: Nueva York, 29 (Corresponsal exclusivo) Fue a las 4:18 de la tarde cuando se apagaron los murmullos en el salón “Mayfair”, en el segundo piso del Frank Campbells Funeral Home de la calle 81. A esa hora Renée Hartmann de Betancourt ingresó al salón y el centenar de personas que lo plenaban se abrieron paso espontáneamente para construir un pasillo flanqueado por dolientes hasta el féretro donde reposaban los restos de Rómulo Betancourt La doctora Renée, la frente alta y el rostro firme, se dirigió hasta el cajón acompañada de su hijo Alfredo. El silencio era completo. Sus pasos lentos la llevaron frente al féretro de su esposo; se detuvo ante él. Sus ojos se cerraron y de sus labios emergió la dulce sonrisa que precedió a la mirada que se detuvo en el rostro de Rómulo Betancourt. Las manos de la doctora Renée buscaron aquel espacio del pecho de su esposo donde ya no latía su corazón y posteriormente acariciaron con dulzura los cabellos blancos del ex presidente. Betancourt yacía en un féretro de roble y su rostro conservaba la firmeza de sus últimos años. Vestido con un traje oscuro, su aspecto hablaba de la ausencia de sufrimiento durante su última convalescencia (sic). A su lado dos arreglos florales, de su hija Virginia y su hijo Alfredo, prestaban el marco al rincón donde reposaba el féretro. Fue después de unos siete minutos que recomenzaron los murmullos que habían invadido el salón desde las cuatro de la tarde cuando una procesión doliente de venezolanos residentes en Nueva York se había volcado a rendir tributo al padre de la democracia venezolana. El dolor se expresaba en cada cara pero era el rostro de Luis Piñerúa el que con mayor evidencia la angustia que invadía a los amigos más cercanos de Betancourt y, en definitiva, a toda Venezuela. El ex candidato presidencial se mantuvo durante casi todo el tiempo al lado del ataúd y por momentos las lágrimas rodaron por su rostro. Fue en el pecho de Luis Piñerúa, además de los familiares directos del ex-presidente, donde convergieron la mayoría de los abrazos y las condolencias. En la figura de Luis Piñerúa pareció resumirse el sentimiento de la criatura más querida de Rómulo Betancourt: Acción Democrática. Muchos rostros pudieron reconocerse en Madison Street: Cristóbal Hernández, Gonzalo Barrios, Hilarión Cardozo, la señora Clara Rosa Otero Altamirano, el embajador Marcial Pérez Chiriboga, John y Kathy Phelps, y un anónimo y nutrido grupo de venezolanos que confluyeron de diferentes partes de Estados Unidos en la Campbell Funeral Home. Muchos de ellos, como Beatriz Aguirre que llegó desde New Heaven, eran becarios de la Fundación Gran Mariscal de Ayacucho. Otros, compatriotas humildes que residían en Nueva York. A todos los movilizaba el mismo sentimiento de admiración hacia su líder fenecido.


La casa funeraria que le sirvió de última morada en Nueva York, es una institución bien conocida por los neoyorkinos. Fundada hace más de 50 años, está considerada como la más renombrada de Estados Unidos. Allí reposaron los restos de varios políticos y figuras de dimensión universal. Allí confluyeron miles de personas para despedir y llorar Adolfo Valentino en una de las manifestaciones de dolor más contundentes que conociera Nueva York. Allí se apagó el color de los rostros perfectos de Judy Garland y Joan Crawford y allí ingresó a la historia de la música universal Igor Stravinsky. Un año atrás, en el mismo salón donde estaban siendo velados los restos de Rómulo Betancourt, Yoko Ono impidió que nadie osara ver el cadáver de su esposo John Lennon. La sala velatoria se caracteriza por su sobriedad el mismo estilo que signa el aspecto exterior del edificio. El libro en el que cada doliente estampó su firma estaba encabezado por tu grupo que se identificó como “Cubanos libres en el exilio”. A las seis de la tarde todo había concluido. A esa misma hora una nutrida manifestación recorría la calle 42 expresando su repudio a la junta civico-militar que gobierna El Salvador. Eran jóvenes estadounidenses y latinoamericanos que unían sus sentimientos repudiando a las dictaduras. Seguramente desconocían que la misma razón que movilizaba sus sentimientos había sido la razón de vida del hombre que a pocas cuadras de allí reposaba sin vida en un féretro de roble. Un féretro de roble; un material tan noble y duro como su pasión.


ACTOS PROTOCOLARES

Antes de ser trasladados al país la tarde del miércoles 30 de septiembre de 1981 los restos de don Rómulo Betancourt recibieron honores militares en el Aeropuerto Internacional John F. Kennedy, de Nueva York. A su llegada al Aeropuerto Internacional Simón Bolívar, de Maiquetía, se llevó a efecto el siguiente ceremonial: una cuadrilla de doce cadetes de las diferentes escuelas militares y personal de la dirección de Ceremonial del Ministerio de Relaciones Interiores, abordaron la aeronave para bajar el féretro. Al mismo tiempo, los familiares y comitiva de Betancourt, fueron guiados a su respectiva ubicación junto al entonces presidente Luis Herrera Campins y altas autoridades nacionales. Bajado el ataúd, fue colocado sobre la plataforma de una cureña y cubierto con la bandera de Venezuela. Inmediatamente retumbó una salva de 19 cañonazos. A continuación, un minuto de silencio, seguido de la presentación de armas de la Parada Militar y saludo de la cuadrilla a la escolta de banderas, al toque de silencio, por cuatro cornetas. Luego la cureña fue tirada por doce efectivos del Batallón de Caballería “Tte. Negro Primero”. El desplazamiento de revista a la parada, precedido por el carruaje mortuorio, se inició al compás de una marcha fúnebre. Detrás caminaron el Presidente de la República y los familiares del ex jefe de Estado. La procesión se detuvo ante la carroza fúnebre, donde el presidente Herrera Campíns aguardó hasta la introducción del sarcófago.


Posteriormente se colocó a las puertas del terminal nacional, frente a la rampa 4, a la espera de la salida del cortejo fúnebre con destino a Caracas. Despedida la caravana, se rindieron honores al Presidente, antes de su retirada. Al llegar a la Casa Seccional de Acción Democrática, El Paraíso, los doce cadetes sacaron el féretro y lo llevaron en hombros hasta el catafalco, en el interior de la sede partidista, en presencia de la dirección nacional de ese partido, militantes y simpatizantes. Allí permanecieron hasta las nueve y media de la mañana del siguiente día [1 de octubre] cuando la cuadrilla de cadetes sacó el sarcófago para colocarlo sobre la cureña, que en esa oportunidad fue tirada por un automotor de las Fuerzas Armadas similar a lo que ocurrió en los funerales del ex mandatario francés Charles De Gaulle, con el objeto de trasladarlo hasta el Palacio Federal, siguiendo la ruta Calle Nueva (por el elevado) hacia Capuchinos para tomar la avenida San Martín hasta la esquina de Angelitos en cruce hacia Padre Sierra. Desde allí fue llevado en hombros por los cadetes al interior del Salón Elíptico del Palacio Federal, donde la urna la sobre el catafalco de este a oeste. En el estrado principal se ubicó el presidente Herrera, al centro. A su derecha, el presidente del Congreso, Godofredo González; el presidente de la Corte Suprema de Justicia, Ezequiel Monsalve Casado; y el presidente del Consejo de la Judicatura, Miguel Angel Landáez. A su izquierda, el vicepresidente parlamentario, Armando Sánchez Bueno; y el presidente del Consejo Supremo Electoral, Carlos Delgado Chapellín.

[Esta información fue tomada de una reseña del periodista Jesús Eduardo Brando publicada en El Nacional el 30 de septiembre de 1981, a la cual modificamos el tiempo de cada evento).

Los poderes nacionales, en un acto revestido de gran solemnidad, despidieron en el Salón Elíptico del Capitolio Nacional, sus restos mortales. Así inició su crónica cronológica el periodista Olmedo Lugo, de El Nacional, el 3 de octubre para luego añadir: El jefe del Estado, Luis Herrera Campins, presidió el acto solemne. Estuvieron presentes las directivas del Congreso de la República, los miembros de la Corte Suprema de Justicia, los presidentes Julio César Turbay Ayala, de Colombia, y Antonio Guzmán, de la República Dominicana; el vicepresidente de Estados Unidos, George Bush y misiones oficiales y organizaciones políticas de España, Puerto Rico, México, Portugal, Costa Rica, Curazao, Argentina y Perú, entre otras. Asistieron también a la sede del Parlamento, representantes de las Fuerzas Armadas, del clero, los partidos políticos, el cuerpo diplomático y otros sectores de la vida nacional. Fijado inicialmente para las 9 y 30 de la mañana, el acto dio comienzo pasadas las 10. El Salón Elíptico que había sido cerrado al público en las primeras horas del día, fue plenándose con los familiares del estadista desaparecido, los dirigentes nacionales de su partido y amigos cercanos, y las personalidades que vinieron a Caracas a presenciar las exequias del líder fundador de AD.


En la calle, en las esquinas adyacentes al Capitolio Nacional, fueron congregándose desde tempranas horas millares de hombres y mujeres deseosos de rendirle un homenaje póstumo a Betancourt. Contingentes del Ejército y la Marina mantenían acordonada el área. Seguidamente el periodista observó que “Aunque luce muy amplio, el Salón Elíptico parecía insuficiente para darle cabida a los asistentes a esa sesión de despedida al ex presidente Betancourt, cuyo féretro estaba cubierto con una bandera de Venezuela. En el Salón de los Escudos y en otro ubicado en la planta inferior del Congreso, fueron instaladas sendas pantallas de televisión a color para facilitarles a los asistentes el seguimiento del acto”. Después se refirió al desmayo sufrido por el doctor Jóvito Villalba, líder de Unión Republicana Democrática y amigo de toda la vida del fallecido ex presidente, recalcando que este imprevisto incidente “sembró la alarma por unos momentos entre quienes se encontraban congregados en los pasillos”. Y ocurrió, según el acucioso periodista, a que “El veterano conductor político, quizás por la tensión de estos días, se desplomó Inconsciente y tuvo que ser llevado en brazos de algunos amigos hasta el Hospital Militar”. Después se explicaría que una lipotimia había provocado el desmayo. Olmedo Lugo registró para la historia que “El día estaba soleado y el calor era realmente sofocante en el Salón Elíptico del Capitolio, cuando comenzó el acto”, donde “las palabras de despedida al ex presidente Betancourt estuvieron a cargo de los doctores Godofredo González en su condición de presidente del Congreso; Gonzalo Barrios, presidente de AD, y el primer mandatario Luis Herrera Campins”, que pudieron ser oídas por las numerosas personas que se encontraban en las calles adyacentes al parlamento por intermedio de altavoces. Esta gente del pueblo esperaba el momento de llevar hasta su última morada al líder fundador de AD. Los discursos en el Congreso Nacional En el parlamento hicieron uso de la palabra su presidente, Godofredo González, quien expresó: -Nos reúne esta mañana un motivo que conmociona el corazón de la Patria, que sacude hasta las fibras más profundas del pueblo venezolano: El fallecimiento del ex Presidente y Senador Vitalicio Rómulo Betancourt. Bien sabemos oque, por su propia naturaleza, todo ser humano ha de morir. Pero algunos hombres sobreviven a la muerte, porque para ellos queda la historia y la trascendencia espiritual de sus obras. Rómulo Betancourt pertenece a esta clase de hombres. De modo que podemos afirmar que no ha muerto; que su ausencia de la vida se traduce en su presencia física entre nosotros. Por razones de principios, me niego a creer que las instituciones se deban a los hombres. Al contrario, ellas se deben a algo que trasciende al hombre; ellas se deben al pensamiento y a la inteligencia. Pero a la vez que profeso este credo, no puedo negar tampoco la influencia determinante que la personalidad de ciertos hombres imprimen a las instituciones, promovjendo y acelerando su desarrollo. Dentro de este orden de ideas, nadie podrá negar ni arrebatar a Rómulo Betancourt el papel preponderante que, ron toda responsabilidad, conciencia y tenacidad, jugó en el establecimiento y desarrollo de las instituciones democráticas venezolanas.


Nacido para el combate, nunca lo rehuyó; al contrario, en múltiples ocasiones lo provocó. Pero su combate fue siempre el combate por la democracia y la libertad, en nombre de unos principios, con los que se puede estar o no de acuerdo, pero que sostuvo y defendió con mística y devoción. Por ello no es de extrañar que se ganara el odio de dictadores venezolanos y extranjeros, escapando milagrosamente a la muerte urdida por ellos. Por eso mismo tampoco es de extrañar que se ganara el afecto y la amistad del pueblo de Venezuela y de muchos otros pueblos de América Latina. La presencia en este acto de personalidades representativas de esos pueblos, es la mejor demostración de que el nombre y la figura de Rómulo Betancourt dejaron de ser venezolanos para convertirse, al igual que nuestros próceres del siglo pasado, en nombre y figura del continente latinoamericano. Pero no pretendo hacer en este acto ni siquiera un bosquejo biográfico de Rómulo Betancourt. Muchos lo han hecho antes y seguramente muchos otros lo harán en el futuro. Por ello limitaré mis palabras a exaltar dos circunstancias que, sise quiere, son de carácter personal, pero que me permitieron tratar y conocer al Presidente Rómulo Betancourt, y por ese trato y conocimiento, respetarlo y admirarlo, como siempre lo he proclamado y nunca lo he ocultado. La primera de esas circunstancias, que cronológicamente es la última, se refiere a mis relaciones con el Presidente Betancourt en su rol de Senador Vitalicio. Concluido su mandato presidencial, casi se negaba, por razones de modestia, a aceptar el honor que la Constitución dispensa a quienes han sido Presidentes Constitucionales de la República por elección popular. Y cuando lo aceptó, según hubo de confesar más adelante, lo hizo por un hecho insólito y casi desconocido en esta Venezuela petrolera; por apremios económicos, al borde de los 60 años de edad, con cuarenta de lucha incesante por el adecentamiento de la administración pública, Rómulo Betancourt podía exclamar como siglo y medio antes lo había hecho el prócer Rafael Urdaneta: “estoy llegando a la vejez sin más riqueza que la honra”. Demócrata por convicción, combatiente por naturaleza, Betancourt ha debido ser parlamentario por excelencia. Sin embargo, su accidentada carrera política y las circunstancias que le tocó vivir, no permitieron que fuera parlamentario en sus años juveniles. Es a partir de 1964 cuando se incorpora al Congreso como Senador Vitalicio. Con esta investidura quiso honrarlo la Constitución Nacional, pero a su vez, con su ejemplo, Rómulo Betancourt honró al parlamento venezolano. Dentro de su largo historial de combatiente democrático, el Congreso Nacional debe reconocer que a su iniciativa y empeño se deben la modernización y popularización de nuestro Poder Legislativo, fruto de elecciones restringidas e indirectas, aún en los escasos momentos de apertura democrática de nuestro sistema republicano, lo cierto es que las Cámaras Legislativas no representaron siempre el deseo y el querer de la mayoría popular venezolana. Es a partir de 1946, mediante Decreto Ley suscrito en primer lugar por Rómulo Betancourt, cuando el pueblo de Venezuela acude masivamente a elegir con el voto universal, directo y secreto, a sus legisladores. De allí que, entre los muchos méritos reconocidos a Rómulo Betancourt, tengamos que sumarie el de ser el iniciador de la modernización y popularización del Congreso de la República.


La segunda circunstancia, primera en el tiempo y en el efecto, se refiere a mis relaciones personales con el ex Presidente Betancourt. Por ello ruego a este honorable auditorio que me permita desahogar sentimientos que casi no encuentran modos de expresión en el lenguaje. Constituido el Gobierno de Coalición al derrocamiento de la última dictadura, tuve el privilegio de desempeñar la Cartera de Fomento, a partir de 1961. Debo confesar que, dada mi condición de político no militante de Acción Democrática, acepté el cargo con algunas reservas y prejuicios mentales. Al juramentarme como ministro, el Presidente quiso tranquilizarme con esta afirmación: “Como Jefe de Estado no pertenezco a una sola parcialidad política, sino a todos los venezolanos de todas las tiendas políticas y a quienes no militen en ningún partido”. Con el correr del tiempo y en el ejercicio de mi cargo, pude comprobar la certeza del juicio que sobre Betancourt había emitido el Maestro Gallegos: “Rómulo no sabe faltar a su palabra”. Pero no podría, señores, concluir estas palabras sin referirme brevemente al significado de ese Gobierno. El 13 de febrero de 1962 se produjeron dos documentos que no puedo dejar de citar. El primero es un telegrama que desde París dirige Rafael Caldera a Rómulo Betancourt: dice así: “En ocasión tercer aniversario gobierno de coalición que usted preside reitérole mi más firme respaldo al régimen constitucional, convencido de que urgentes necesidades desarrollo económico y bienestar nuestro pueblo reclaman hoy mas que nunca mantenimiento sistema democrático tenazmente defendido durante estos años. Las dificultades vencidas y las perspectivas desde el exterior robustecen mi fe en el pueblo venezolano y mi convicción de que lograremos victorias decisivas, no solo para Venezuela sino para toda Latinoamérica y aun para la humanidad, lo saluda su amigo, Rafael Caldera.” El segundo es la respuesta de Rómulo Betancourt a Rafael Caldera, dice así: “He recibido tu telegrama de solidaridad con el régimen democrático y el gobierno de coalición que presido. Tu apreciación de que son perspectiva de distancia se aprecia mejor el esfuerzo serio de que aquí estamos haciendo para realizar una reforma social y estabilizar las instituciones democráticas es acertada. A veces, quienes estamos contribuyendo a hacer historia no calibramos bien la proyección nacional y continental de la obra de superación que aquí realizamos gobierno y pueblo. Di a tu telegrama difusión porque es el testimonio de un venezolano y de un jefe político que con su conducta se na ganado el respeto y consideración de la ciudadanía. Te abraza cordialmente tu amigo, Rómulo Betancourt.” Al darme a conocer ambos telegramas, en íntimo coloquio, el Presidente Betancourt me manifestó su convencimiento de que la seguridad de su gobierno y la estabilidad de las instituciones democráticas, en aquellos años de dura prueba, reposaban sobre una trilogía de lealtades: la lealtad solidaria de su partido, Acción Democrática; la lealtad institucional de las Fuerzas Armadas; y la lealtad patriótica de Copei. Emocionado lo interrumpí para contestarle: “Hay, Presidente, una cuarta lealtad, aglutinante de las otras tres: se llama Rómulo Betancourt,” Y agregué algo que hoy quiero ratificar: “Rómulo Betancourt es uno de los estadistas más notables conque ha contado la República. Uno de los hombres que con mayor abnegación ha consagrado su vida al triunfo de la democracia venezolana’:


Señor Presidente Betancourt. Me dirijo a usted desde esta tierra venezolana que con tanta pasión amó. Su muerte física ha congregado en una lágrima al pueblo de Venezuela. Ahora se abre para usted una nueva página: el juicio de la historia. En momento tan solemne, me siento obligado a ratificarle públicamente la promesa que en forma privada le hice cuando finalizó su gobierno: “La historia habrá de juzgar mañana la actuación de los cinco años del gobierno constitucional que se inició en 1959 y concluyó en 1964. Pero, puede tener usted la más absoluta seguridad de que quienes hoy estamos congregados aquí y ayer prestamos a su lado servicio leal y sincero a la República, estaremos igualmente dispuestos a defender con lealtad y con sinceridad sus ejecutorias como Primer Magistrado de Venezuela”. Ya la historia, señor Presidente, dictó su veredicto. Esa lágrima del pueblo es su sentencia absolutoria. ¡Descanse en Paz! Igualmente pronunció un discurso Gonzalo Barrios, presidente de Acción Democrática y amigo de siempre del líder fallecido, quien destacó el significado (le Betancourt en la historia de Venezuela. “Rómulo, ya puedes descansar. Tu partido y tu pueblo te acompañarán hasta el último instante”, fueron las últimas palabras del doctor Gonzalo Barrios, al despedir los restos del ilustre fallecido. Estamos despidiendo a un protagonista. Protagonista de acontecimientos fundamentales en la historia de Venezuela. Protagonista en la defensa y divulgación de las ideas que suscitaron tales acontecimientos. Protagonista en el esfuerzo y la tenacidad para promover adhesiones y aplicar con el concurso del pueblo, sus doctrinas de acción política. Protagonista en la pasión ardiente que iluminó sus convicciones y le armó la voluntad para una lucha sin tregua a lo largo de todos sus años. Esa trayectoria comporta grandeza y es una invitación a la leyenda. Quienes hacen alarde de triunfos y provechos gratuitos y se creen superiores porque la: vida brinda ventajas sin exigirles contrapartida, no conocen la agonía de la diaria consagración a un mismo ideal. Ya lo dijo otro revolucionario es fácil dar la vida por una causa; lo difícil es dar toda la vida. Yo exalto ahora este ejemplo de cívico heroísmo, no sólo porque he sido uno de sus colaboradores y le he guardado, con el afecto, entrañable admiración, sino porque me corresponde ser aquí el vocero de Acción Democrática, el partido que él creó “para hacer historia” según una de las sentencias favoritas. La historia que Acción Democrática ha hecho bajo su inspiración y jefatura ostenta un signo predominante de cambio y de ascenso y se proyecta hacia la realización de un porvenir de bienestar seguro y de entera justicia, aunque no sin tropiezos y sin errores, como el portador de un mensaje venturoso que sortea y supera obstáculos sin apartarse de su destino. Pero no es sólo Acción Democrática quien llora a Rómulo Betancourt y le tributa su reconocimiento. Es toda Venezuela que se consterna porque su partida le empaña las esperanzas. Sin embargo con él no van a morir. La obra no está concluida pero la desaparición de quien la inició no agotó la savia de su tiempo ni interrumpirá un proceso que es ya sustancia de una necesidad histórica: La marcha continuará. El guía estará ausente; pero deja bien señalado el derrotero.


Padre de la democracia lo ha llamado el pueblo. Con ese título debemos enterrarlo, porque ningún otro le sería tan grato, ni otro alguno derramaría tanta gloria sobre su nombre. La empresa que realizó para merecerlo marcó en este país la frontera, antes desconocida, entre la opresión y la libertad, entre el derecho y el atropello, entre el odio y la fraternidad entre la cultura y la barbarie, entre la explotación del hombre y su redención por el trabajo al amparo, de la igualdad. Decisiones en ese inmenso dilema que él planteó a un pueblo de libertadores avergonzado de su postración, fueron la democracia política que une a los adversarios en torno a su cadáver; la dignificación del trabajo, que florece en sindicatos y en ligas campesinas, hoy enlutados por su partida; el nacionalismo económico y en particular su ejercicio en relación con nuestras riquezas naturales básicas. Nacionalismo que se anunció inicialmente en algún discurso y culminó con la expropiación del hierro y del petróleo. Y toda esta obra estuvo apuntalada por el prestigio de una probidad tan obvia que constituía en él una segunda naturaleza y conformaba el clima normal de sus pensamientos. (…) Están equivocados quienes piensan que la política democrática es el mismo zarpazo primitivo, disimulado por el sufragio popular y la aparente contraposición de ideologías. La demostración la hizo Rómulo Betancourt, el líder más enérgico y no obstante el político más dúctil de nuestro renacimiento republicano. Creía en el pluralismo, como expresión de la realidad social y como producto de una recta posición moral e intelectual. Creó a Acción Democrática, pero también estimuló el nacimiento de rivales para su partido, y no sólo mediante una legislación liberal sin dejar de ser moderna, sino también a través de la gestión privada y de la presión amistosa. Rechazaba espiritualmente las oscuras tentaciones del partido único. Su estrategia política se basaba primordialmente en la razón y en la honestidad. Si los partidos son honestos y razonables ¿por qué hay problemas que resisten a sus esfuerzos? En funciones de Jefe de Estado Rómulo Betancourt hubo de enfrentarse a múltiples desafíos. No en vano contribuyó a liquidar los residuos de una autocracia que dejó causahabientes inadaptados. El militar militarista, con la mirada puesta en las oportunidades de la administración pública, no había sido eliminado de nuestras Fuerzas Armadas en la primera etapa de su actuación como gobernante. La mezquindad del adversario político menos afortunado, que regatea méritos y mal interpreta intenciones, no es un invento de nuestra democracia ni ha sido en ella planta desconocida. La turbulencia de una época confusa en el campo de las ideologías, época de revoluciones atractivas y de frustraciones desconcertantes, no ha sido tampoco remanso favorable para la orientación en línea recta de las juventudes. Las que le seguían conocieron desviaciones dolorosas, muchas de ellas rectificadas después, afortunadamente, al calor de la experiencia. El propio atraso de nuestro pueblo, su tendencia a la conducta sin disciplina; la incompetencia de nuestros sectores dirigentes en el campo de la economía, la deformación universitaria, la improductividad del trabajo y finalmente el desquiciamiento que ha engendrado la riqueza petrolera, fueron también motivo de su angustiosa preocupación. Pero concebía al pueblo de Venezuela a su imagen y semejanza, y esta comunión le servía de coraza contra todos los desalientos. Nunca se sintió en medio de la noche. Su hora


siempre fue la del amanecer. Tenía el temple y la confianza del ganador: Abrigamos el presentimiento de que estas cualidades le sobrevivirán como un legado mágico. No quiero concluir estas palabras sin expresar el reconocimiento de Acción Democrática al Poder Público Nacional, por su participación en este duelo, y sin expresar igualmente la gratitud del partido hacia las distinguidas personalidades extranjeras que han venido a rendir homenaje a nuestro fundador desaparecido. La democracia en el mundo es hoy una sola causa y una sola trinchera. Así, no sólo agradecemos sino que también comprendemos en toda su significación la presencia de nuestros huéspedes. Rómulo, ya puedes descansar. Tu partido y tu pueblo te acompañarán basta el último instante. (….). Igualmente pronunció un discurso el presidente de la República, Luis Herrera Campins, cuyo texto es el siguiente: Un día cualquiera de la década de los años 20. En el liceo Caracas un joven provinciano, tímido y poeta, sale contrito, compungido, desolado de la clase de Literatura. El profesor, afamado y veterano crítico, le ha destrozado sus versos: “Así es como no debe escribirse poesía”. El muchacho llanero no oculta el pesar. Rómulo Betancourt se entera del incidente y le acerca para decirle que no se preocupe, que ese profesor no entiende sino de preceptiva literaria, que ya no tiene sensibilidad para lo nuevo. -Vamos a conectarte con gente de mente más moderna. Te vamos a organizar un recital. Y así fue. Esa inyección de optimismo salvó para nuestra Literatura a “música de cuatro”, para que no fuera simple armonía interior; ya “Cantas’: milagro de síntesis entre el ingenio poético y la filosofía, y a “Glosas al Cancionero” y a dos hijos de Alberto Arvelo Torrealba que quizás no hubieran nacido nunca sin aquel aliento oportuno: Florentino y el Diablo... Otro día cualquiera de la década de los años 20. En el patio de Vargas de la vieja universidad sanfranciscana o en alguna tranquila calle caraqueña, el anteojado mozo de Guatire, en cuyos ojos baila la malicia criolla, llega hasta un joven alto y flaco, moreno, como de caoba o de sarrapia. Usted es Raúl Leoni ¿verdad? yo me llamo Rómulo Betancourt... Un apretón de manos sella para siempre ta amistad y el destino común. En uno corre, sangre mediterránea, corsa. En el otro, sangre atlántica, canaria. Hijos de inmigrantes uno y otro, llegarán más tarde a la Presidencia de la República estos vástagos del nuevo mestizaje. Así es nuestra Venezuela, donde no existe la razón del abolengo: una democracia espiritual, punto de partida para la soñada “democracia de la persona”. Tierra adentro en Costa Rica, enero de 1932. El infatigable exiliado escribe a sus compañeros de infortunio en Barranquilla: “mientras tanto, andaré a lomo de mula, revólver en la cintura y con espaldero, recorriendo estas tierrosas regiones… mañana salgo para San Juan. De ahí iré a Pozo Azul. Después a Colorado. Y el tanto sol y el mucho trajín ya han dado al traste con los escasos pigmentos blancos que tenía y el negrito Lucas (Lucas Manzano) resulta un catire al lado mío.. .”.


Desde San José de Costa Rica, mayo de 1932. El panfletario epistolar fustiga a los radicales que lo adversan y lo atacan desde París: “Esos lenines de arroz con coco que pasean su ferocidad chequista por entre las modistillas del quartier latín’: Heredia, también en Costa Rica, junio de 1935. El luchador hace un alto para que hable el orgulloso papá: “les informo que Virginita está resultando un “palo” de mujer: calladita, risueña siempre, duerme como persona mayor, no despierta a los papás; en síntesis, una lotería... ¿La fisonomía de la chiquita? asómbrense, es guapísima... y parecidísima al papá. Misterios de natura. La armonía de IW contrarios hegeliana cumpliéndose una vez más. Todos la encuentran encantadora a la nena; y todos aseguran que es el vivo retrato del autor de la criatura. Pronto se las retrato y se Ias mando, para que directamente, objetivamente, se convenzan de que estoy diciéndoles la purísima verdad... Además, calvito, y te lo aseguramos el llanero y yo, es algo indefinible, que debe vivirse para tener un nuevo concepto del mundo, este goce de ser padre, de sentirnos prolongados en el tiempo, más allá de nosotros mismos y de nuestras miserias pequeñas, en otra existencia”. Domingo 27 de junio de 1943. Mañana de sol. El Nueva Circo, desbordante luminoso. Entonces, en una ciudad menos densa de población que la de ahora, Acción Democrática podía llenar la plaza de toros, sin autobuses ni camiones del interior. La presencia exaltada de un joven montañés que por primera vez alza su palabra en una tribuna central: Leonardo Ruiz Pineda. Un obrero de Cocorote, que sabe llegar a la gente y que también debuta: Baudilio Rodríguez. La voz del gran poeta popular -Andrés Eloy Blanco- exalta al pueblo venezolano en párrafos de hondo lirismo: “El pueblo es alfarero. Es alfarero el pueblo. El va haciendo la múcura a la medida de su agua. El va llenándola de agua a la medida de su sed”. Cuando cesan los aplausos se anuncia al orador de clausura: Rómulo Betancourt. Saluda. Afloja la tuerca del soporte del micrófono y lo hunde casi hasta el suelo, en un gesto “retrechero”, para decirlo con lenguaje popular. Y en medio de un silencio asoleado y redondo, que taladra el penetrante timbre de su voz sin altavoces, ataca, y ataca, en un afán demoledor. El circo es un solo aplauso multitudinario y opositor cuando afirma: “el pueblo venezolano tiene una sola enfermedad: el hambre, que ahora tiene un nombre pedante: avitaminosis’: Un día de la década de los años 40. En Washington, en la Embajada de Venezuela, Rómulo Betancourt, llega en tren, casi al rayar la madrugada, desde Nueva York. Lo habían llamado de prisa. El Embajador Escalante está dispuesto a recibirlo y lo hace. Se pasea inquieto, nervioso. Su esposa sabe cuál va a ser el planteamiento que le hará el líder popular: la candidatura presidencial de entendimiento nacional. Escalante es civil: una ventaja. Escalante es andino y tachirense: una inmensa ventaja. La esposa del diplomático advierte a Betancourt con una pregunta: —Saben ustedes que Diógenes tiene muchas semanas sin poder dormir? El difícil hallazgo de la linterna política comienza a quebrarse, paradójicamente, por Diógenes y frente a Diógenes, el buscado y encontrado. ¿Comenzaría, entonces, a galopar en el espíritu de Betancourt el centauro que, en el decir de Gallegos, todos los venezolanos llevamos por dentro? Un día de diciembre de 1946. Amanece una sublevación castrense en Valencia y en Maracay, y se habla de conexiones en Caracas. El presidente de la Junta Revolucionaria de Gobierno está en el Ministerio de la Defensa, aledaño a Miraflores,


con los jóvenes oficiales que han asumido desde la Revolución de octubre la conducción militar del país. El más despierto, el que ejerce mayor ascendiente sobre los demás, habla sobre la seguridad personal del presidente y le insinúa ir a los sótanos del Banco Obrero, que tiene una situación céntrica, cercana a Palacio, para que no corra riesgo su vida, preciosa para la revolución. Betancourt lo escucha inmutable, pipa en labios, y de pronto, enérgico: -Usted sabe cómo es la cosa, comandante. Yo me quedo aquí. En Venezuela, el que parpadea se. . . embroma. Un 24 de junio de 1960. Un espantoso atentado teledirigido estremece la Avenida de Los Próceres y toda la ciudad. El Presidente Betancourt sale vivo milagrosamente. En el hospital Clínico Universitario, atendido de urgencia, toma conciencia de lo sucedido. Le dicen sus amigos que allí están los recursos a su mano y que debe permanecer hasta tener un diagnóstico y un tratamiento precisos para sus quemaduras. Pero el Presidente, que desconoce los alcances que pueda tener el complot, dice que no está pidiendo consejos, pues lo que quiere es irse a Miraflores, el asiento real y mítico del poder. Y hacia allá va, a convalecer en el que llamaba “viejo caserón crespero”. .Jueves 15 de agosto de 1963. Es el año electoral. Concluyen las sesiones ordinarias del Congreso de la República. Formo te de las Comisiones Parlamentarias que acuden a Palacio para participar ese hecho al Presidente. Betancourt está eufórico. Me invita a almorzar cerca de Los Teques y le dice al Ministro de la Defensa que me conduzca allá. El General Antonio Briceño Linares, siempre cordial, cumple la orden. Nos reunimos en “Le Coy Hardi” en Carrizal. Desde el mediodía hasta la caída de la tarde, Betancourt habla de su vida política, de sus avatares y peripecias. Las anécdotas salpican las confidencias desde su niñez hasta la Presidencia. Son testigos de excepción Mariano Picón Salas, Andrés Germán Otero, Antonio Briceño Linares y Marcos Falcón Briceño. Al despedirme, el Presidente me dice: “tú eres político. Te voy a dar un consejo: no hagas demagogia, no da resultado”. Lunes 21 de septiembre de 1981. Organización de las Naciones Unidas, Nueva York. El ex-Presidente Betancourt me había hecho saber que asistiría a la Asamblea General para escuchar mi intervención, como Presidente Constitucional de la República, sobre los lineamientos y la orientación de la política exterior venezolana. Después de terminar mi discurso se me acercaron generosos amigos de todas las naciones a felicitarme, entre ellos Betancourt, acompañado de su esposa Renée, que en el trance de estos días ha probado ser una “torre de fortaleza”, para decirlo ron palabras ajenas que comparto. Luego, el ex Presidente, tan ajeno y tan esquivo en los últimos años a las declaraciones a los medios sociales de comunicación, dio la última de su vida política. que jamás olvidaré por circunstancias más que sabidas. Dijo Don Rómulo: “El discurso me pareció muy bueno. Pocas concesiones a los latiguillos buscando aplausos. Una exposición coherente sobre los problemas del mundo y causó una excelente impresión en la Asamblea que se manifestó en el prolongado aplauso de los delegados”. Seguidamente le hice la invitación para seguir las incidencias el martes por la noche del juego de baseball entre los Yankees de Nueva York y los Indios de


Cleveland. La aceptó. Compartimos la emoción del encuentro. Estaba contento, eufórico por la pronta aparición de sus memorias y de un libro de Robert Alexander sobre él, que era más bien un ensayo de la vida política contemporánea de Venezuela, según me dijo. Siguió como un fanático joven el discurrir del partido, se solazaba en las buenas jugadas, comentaba los errores mentales de algunos jugadores y aplaudió como un muchacho cada uno de los tres hits que nos regaló el bateo inspirado de nuestro paisano Baudilio Díaz. Rómulo Betancourt ha sido exaltado todos estos días en sus cualidades personales y en sus virtudes cívicas; en su coraje personal y en su labor constante como uno de los más sobresalientes creadores de nuestro proceso democrático y un animador de la democracia en el mundo. Fue un presidente que supo enfrentar con tino y decisión la conjura reaccionaria y la subversión izquierdista. Un inspirador de profundas reformas políticas y sociales que han contribuido a una nueva morfología del Estado y a una reforma de la sociedad venezolana. Un periodista de fuste que se complacía en la polémica y sabía castigar con la ironía y con el sarcasmo. Un autor de libros en los que recogió su experiencia política y gubernativa y su pensamiento de conductor y fundador del partido Acción Democrática, que acaba de cumplir 40 años de existencia. Se ha recordado su extraordinaria capacidad para acertar con la frase oportuna ácida o risueña. Cuando el real o supuesto atentado de Los Caobos provocó los aspavientos del dictador y sus corifeos, dijo que seguramente la bomba floral “había sido atrapada por un Carrasquelito disfrazado de policía militar”. Enérgico gobernante, a la R-R (Renuncia Rómulo), escrita por los mismos que tienen tantos decenios escribiendo en los muros sin siquiera mejorar la letra, replicó categórico y alardoso: “Ni renuncio ni me renuncian“. No deseaba una “democracia bobalicona” ni una “democracia chucuta”, sino una “democracia decente”, donde el ejemplo de probidad y austeridad viniera de la más alta jerarquía pública para constituirse en ejemplo de todos y en trinchera inexpugnable en la lucha contra la corrupción administrativa. Fue como una premonición en su postrer discurso, suerte de testamento político, de última voluntad de líder partidista, haber apelado a la frase de Goethe; “adelante por encima de las tumbas, adelante”. Hoy está fuera de la lucha directa y activa el que enfrentó a los “empresarios de la catástrofe” y a “los ciegos profesionales” empeñados en no ver ni dejar ver la bondad de las cosas, guapos cuando actúan sobreseguros en la democracia, pero mudos voluntarios cada vez que las libertades públicas y los derechos humanos han sido desconocidos o abolidos en nuestra patria. El pueblo de Venezuela está recogiendo lo más provechoso de la enseñanza de este gran conductor, que también deja irredimibles detractores. Quede como lección su búsqueda de la amplitud y de la concertación de voluntades para la concertación de esfuerzos, como ya lo hizo cuando en nombre de su partido suscribió con el partido socialcristiano COPEI y con Unión Republicana Democrática el Pacto de Punto Fijo y cuando señaló que nuestra democracia descansa sobre el entendimiento entre los núcleos civiles organizados política y socialmente y la conciencia institucionalista de las Fuerzas Armadas Nacionales. Sin distinción de ideologías, Venezuela ha sentido en forma solidaria su desaparición. A todos pertenece por tazón de servicio, de conciencia democrática y de patriotismo, y,


por eso, el gobierno nacional se ha esmerado en darle sobria y republicana solemnidad a la ceremonia de sus exequias. Mis palabras de despedida al ex Jefe del Estado, desprovistas de toda petulancia y ayunas de pedantería conceptual, han querido ser apenas como pinceladas de un pintor impresionista que trata de captar y proyectar la luz de algunos instantes vitales betancurianos, en prosa sencilla, elemental y directa, más para contarlos que para cantarlos. El pueblo ha venido a despedirlo a echar una última mirada sobre el rostro inmóvil del extraordinario luchador. Las manos de quienes pusieron en él fe y cariño y sintieron la admiración por la forma como siempre defendió sus ideas llegaban con unción hasta el vidrio de la urna y lo tocaban como si quisieran, con sus caricias, hacerle más leve el viaje hacia la posteridad. El último evento protocolar se realizó en el Cementerio del Este. Luego de que la banda marcial interpretara el Himno Nacional y la Marcha Fúnebre, monseñor Miguel González, oficiante de la ceremonia religiosa, expresó: “Según nuestras costumbres cristianas, daremos sepultura a nuestro hermano Rómulo Betancourt. Oremos por él. Que el Señor sea generoso con nuestro hermano”. Indicó con estas palabras que pronto la tierra guardaría para siempre el cuerpo del padre de la democracia venezolana. Luego del Padre Nuestro, que los presentes repitieron, Jaime Lusinchi, secretario general de Acción Democrática, pronunció la Oración Fúnebre: Ciudadanos: En el seno de su tierra, cubierto por este cielo caraqueño que se prolonga, confundido, en los colores de la bandera estamos dejando, —con el corazón adolorido pero también extrañamente reconfortado— los restos mortales de Rómulo Betancourt. Rómulo, barro tostado de sol y de raíces, iluminado para siempre en la memoria de los venezolanos por la luz interior de los predestinados a hacer historia y señalar caminos. De su modesto origen, de las virtudes de la casa ejemplar infatigable por nuestra geografía física y humana —y por la de América— le vino su vocación de pueblo, su sensibilidad social. De los libros del estudio incesante, de la Universidad rebelde frente a la dictadura ominosa, del escuchar a gentes y del oír su propia voz interior, le vino el mandato de redención y la aventura agónica, apasionada fecunda que fue su vida. El discurso incendiario antidictatorial en la Semana de Beatriz Primera, los disparos heroicos e inexpertos al cuartel San Carlos; las persecuciones; el exilio, que amplía y profundiza su visión latinoamericana y su militancia inquisitiva y fugaz en la izquierda internacional, señuelo de triunfante revolución con profundos cambios, el rechazo de manidos esquemas y del traslado maquinal a América de la teórica revolución proletaria y el creer en la necesidad de una nueva concepción política afincada en la realidad histórica y social de nuestros pueblos, en su genuina democracia social de la que trasciende una posible convivencia de clases, le hacen concebir —como a Haya en el sur- un proceso diferente, “autóctono”, precursor en décadas de la moderna socialdemocracia. Y la construcción piedra a piedra, hombre a hombre, con cemento de ideas, de organización —pero también de fraternidad humana — de un partido moderno “, hecho a imagen y semejanza del pueblo venezolano. Y su Acción Democrática y su ejemplo estimulante, configuran una democracia de partidos, sobre la base de la organización de los obreros y los campesinos, los estudiantes, los


profesionales y gente democrática de empresa. Con este instrumento y su capacidad infatigable —la pluma cae de sus manos sólo cuando es siderado por el golpe inevitable—transforma a Venezuela, desde la oposición y desde períodos de gobierno difíciles y constructivos. El país de hoy: libertad política, democracia representativa, desarrollo económico, justicia social, rescate de las riquezas básicas, desarrollo educación, esfuerzos de integración latinoamericana y hacia un nuevo orden internacional; todo ello —que afianzó la democratización y el desarrollo de Venezuela y la puso a salvo de las conmociones traumáticas con las que otros países hermanos buscan romper esclavizantes estructuras, fue obra, “en su génesis y en su acción del genio y de la mano de este hombre, cuyo perfil se empinará en el futuro hacia las gloriosas cercanías de nuestras más altas y señeras figuras de la historia. Estamos aquí para no llorarle, sino para rendir a Rómulo el tributo que merece en calidad de capitán histórico; para rendir homenaje al amigo que lo supo ser, al compañero de las largas jornadas del destierro en lejanos países, de vigilia en defensa de la herencia de libertad y de independencia soberana; íntegra, completa, que nos legó el Libertador. Estamos aquí esta tarde para inclinar nuestras banderas ante el coraje, la valentía del cuerpo y de la inteligencia del ciudadano Rómulo Betancourt, quién nos condujo con su ejemplo, “nos guió con su palabra y nos alentó con la más férrea de las voluntades “, para honrar al Rómulo de las jornadas gloriosas, “sin miedo y sin incertidumbres” al estadista de excepción que nunca dejó de ser un hombre de pueblo y de su pueblo, no engañado por falsos oropeles “inmune, como él habría dicho”, a los palafreneros y a los botafumeiros, arquetipo de austeridad, “de sencillez venezolana”, “de solidez de carácter en una sola pieza”. Yo quisiera tener palabras para traducir en verbo las lágrimas de nuestras mujeres y de nuestros niños, “el silencio hondo de nuestros trabajadores”, la emoción de sus compañeros y compañeras de la vieja guardia. Nos acompañan invisibles los que lucharon a su lado y se marcharon antes, todos de la estirpe gloriosa de los regimientos de Simón Bolívar, el primero de los grandes. Nos acompaña el país, sobrecogido, identificado con su vida y con su ejemplo. “Los más altos personeros del Estado han recogido, en ejercicio gallardo de deber, ese sentimiento; el Presidente de la República, el primero de ellos“, “así me complace reconocerlo”, recordando que honrar honra. Y más allá, en otras tierras que conocieron de su brega incesante por la libertad y la justicia, ha encontrado eco esta eclosión de amor nacional y aquí están también presentes con nosotros personeros legítimos de sus pueblos, en gesto de solidaridad que agradecemos, bien merecido ciertamente por quien tuvo un sentido ecuménico de la existencia. Es obligado decir en este instante que Rómulo enseñó a nuestro pueblo y aprendió de él. Su carácter se templó en la lucha y su personalidad se fue moldeando al calor de cada desafío. Así, “en la agónica búsqueda de una convivencia democrática”, definió la línea central de su actuación política, cuya característica eje estuvo signada por su capacidad para adoptar las mejores decisiones en los momentos más cruciales. Y todas éstas, llevaron la impronta de su entereza y de su fuerte personalidad para colocar siempre los intereses de la patria por encima de las incidencias momentáneas, temporales o coyunturales. Así se forjó el gran estratega y el admirable táctico. Es obligado decir que Rómulo fue un venezolano integral, que vivió como hombre su vida plenamente, con autenticidad, porque fue consecuente con


la prédica. Rómulo, un hombre que no se dejó envenenar por la concupiscencia del poder, tuvo la grandeza de abrir paso a las nuevas generaciones de conductores políticos y por sobre las rencillas minúsculas e intrascendentes dedicó sus esfuerzos y volcó el peso de su experiencia a la medular tarea de afianzar las instituciones democráticas. Limpio, se va terrateniente de su propia tumba. Este pedazo de tierra donde lo dejamos, fue comprado por él mismo como cualquier modesto trabajador. Hasta el instante de convertirse en raíz de nuestra tierra, Rómulo nos deja un ejemplo de estadista verdadero: honesto hasta en sus cenizas. Hasta aquí nos condujo la presencia integral de un liderazgo. Desde aquí nos orientará la estrella permanente de un ejemplo. Culmina en esta tumba el camino que con profundas huellas surcó la tierra de la patria, al paso de sus pasos, el mismo camino que hasta aquí trazara y que ahora desde aquí lo alumbra. Huellas de luz inmensas se agregan a la claridad del transitar colectivo. Más verticalidad para la sentencia histórica del liderazgo venezolano. Más responsabilidad para la conciencia nacional. Más pensamiento para lo acción política. Más ética para los requisitos de conductor de masas. Más luz desde esta tumba a la historia nos ofrece. Rómulo fue, ante todo, el cumplimiento permanente de una responsabilidad histórica. Continuar su obra, “honrar su memoria “, seguir su ejemplo, presupone, ante todo, asumir y ejercer la responsabilidad que la historia ahora exige de nosotros. Paradigma de moral, es hoy su vida toda. Su extraordinario ejemplo ético no encontraría ubicación satisfactoria en apologías retóricas. Para nosotros, “los que continuamos”, tendrá que ser un espejo infinito que sirva a las generaciones por venir para que al andar sus respectivas trayectorias vitales, desanden la vertical e imperecedera conducta de Betancourt. Su muerte lo consagra al mundo como un predestinado de divina estirpe humana. Rómulo, para adquirir en su muerte la gloria de lo infinito, fue porque en su vida tuvo conciencia exacta de su valor finito. Y fue por eso, que la religión universal y eterna, “cuyo Dios simbolizan la libertad, la igualdad, la justicia, el amor y el respeto entre los hombres”, encontró en la vida de Betancourt su más pleno sacerdocio. “Venezuela y América Latina fueron purgatorio de este enviado que hoy regresa, tras haber demostrado que sí es posible para el hombre, pensar, sentir y actuar en correspondencia con las causas revolucionarias de los pueblos, aportando dignidad e integridades como la suya para hacer grande, universal y permanente la dinámica de la historia. Recojo en este instante su substancia para decir con vocación de compromiso, que el movimiento político por él fundado sólo podrá sobrevivirlo, en la medida en que se inspire a la dinámica de su actuación nacional e internacional con los valores permanentes de su amor a Venezuela, “de su lucha indeclinable por la democracia que es libertad y que es justicia”, y de su ética inflexible en la persecución y defensa del interés colectivo. Cabe recordar que en la última y definitiva etapa de su patriarcado democrático logró congregar a todos los sectores de buena voluntad para la consolidación de la democracia en Venezuela. Ayer, tras la noche dictatorial, su vivo liderazgo nos congregó; hoy en el día democrático, su muerte también lo hace. Es su último servicio. Amplitud, respeto, solidaridad y entendimiento, parecen ser la primera gran lección de esta sagrada tumba de la democracia venezolana. Unidad y convergencia de los mejores y más capacitados esfuerzos, para la continuidad de la transformación que Betancourt iniciara y que hombres e ideas nuestras han venido afirmando.


Aquí quedan los despojos mortales de Rómulo Betancourt, bolivariano. Su obra, es inmortal. En adelante, su presencia invisible continuará iluminando las angustias de los obreros y de los campesinos, a quienes dio organización y aliento revolucionario; incentivando la búsqueda de los jóvenes y de las mujeres, a quienes dio vigencia e instrumentos para cabal realización. Su presencia invisible estará orientada a los oficiales y soldados de las Fuerzas Armadas a las cuales modernizó y transmitió conciencia cívica de su condición de garantes fieles del régimen democrático. Su presencia invisible ejercerá rigor para el pulcro actuar en función pública y el recto ejercicio del poder político. Su presencia invisible será obligante para nosotros, inmersos en la hechura suya que es Acción Democrática. En este instante de dolor y reflexión, pensamos que es trágicamente inherente a la condición humana, el que con frecuencia el bien que un hombre hace, se vuelva polvo al igual que sus huesos. Que así no sea, es nuestro reto y nuestro compromiso con su memoria obligante. Nos deja, como instrumento para el logro, su mejor obra Acción Democrática, faro continental de libertad, herramienta popular recia y poderosa en la cual sabemos cifradas las mejores esperanzas del destino nacional. Defenderla y enaltecerla es el obligante compromiso. Por Venezuela y por tu gloria así lo haremos. Así, determinados, sin miedo y sin incertidumbres, seguros como tú, con fuerza de convicción, aquí te digo, al despedir tus restos mortales, compañero, maestro, amigo, Rómulo Betancourt, juraremos ante ti y ante los pueblos de nuestra patria, de América y del Mundo, en nombre de la dirigencia y de la militancia de Acción Democrática, que en nuestras manos no se perderá tu herencia política y moral. Confía en nosotros, Rómulo. ¡ADIOS COMPAÑERO! “Cuatro cadetes, en representación de cada una de las escuelas militares, -escribió Samuel Robinson en Los Últimos Días de Rómulo Betancourt- retiraron el pabellón nacional que cubría el ataúd, y se lo entregaron a la viuda de Betancourt. Diecinueve cañonazos y el toque de despedida estremecieron a los presentes y a todo el resto del pueblo de Venezuela que seguía los actos por los canales de televisión”. Fue enterrado en la fosa M-27 que el propio ex presidente había adquirido con sus recursos. De ese hecho histórico dejó constancia el periodista Jessie Caballero, de El Nacional, en los siguientes términos: -Aunque desde la una de la tarde ya había más de mil personas en el Cementerio del Este, la ceremonia oficial preparada para el entierro del ex presidente Rómulo Betancourt, comenzó exactamente á las siete y tres minutos, cuando el maestro de ceremonias anunció la llegada del féretro y comenzó a escucharse el Himno Nacional. La llegada del féretro se retrasó, pues los manifestantes que lo acompañaban desde el mediodía en su camino del Capitolio hasta la Plaza Las Américas, se negaron a que el ataúd fuera depositado en el carro fúnebre y a pesar de los efectivos militares fue llevado en hombros por el pueblo hasta la entrada del cementerio. El féretro fue cubierto de flores por militantes del partido blanco que aguardaban la ceremonia tras los cordones policiales. A las siete y diez comenzaron los oficios religiosos y quince minutos después Jaime Lusinchi dijo desde una tribuna situada a la cabecera del féretro, la oración fúnebre que culminó con un “Viva Rómulo”, coreado por millares de simpatizantes de Acción Democrática.


A las siete y treinta y un minutos, el maestro de ceremonias, anunció que el General de Brigada Carlos Soto Tamayo, jefe de la Casa Militar, durante el periodo presidencial de Rómulo Betancourt, haría la entrega del Pabellón Nacional a la viuda, señora Renée Hartmann. En los momentos en que el general Soto Tamayo hacía la entrega de la bandera y dirigía palabras de condolencia a Renée Hartmann y Virginia Betancourt, un militante de la juventud de Acción Democrática alzó su voz para pronunciar un improvisado discurso, que exaltaba las cualidades políticas del ex presidente Betancourt. Pese a los esfuerzos de los encargados del protocolo, el dirigente continuó hasta terminar sus palabras: “Rómulo en el cielo te esperan Bolívar, Ruiz Pineda y Leoni”. A las siete y treinta tres minutos, comenzó la salva de 19 cañonazos como toque de despedida al ex presidente. Los altos personeros del partido Acción Democrática que comenzaron a llegar desde las seis de la tarde, tuvieron que mantenerse a moderada distancia, porque poco a poco otros de sus compañeros de partido, fueron ganándole terreno. Sólo Carlos Andrés Pérez y Octavio Lepage conservaron sus lugares cercanos al féretro. Tanto CAP como Lepage y Manuel Peñalver, siguieron completa la marcha que acompañó al cadáver del ex presidente- Todos ellos, junto a. millares de militantes, simpatizantes y público en general, caminaron durante más de cinco horas. Sin embargo CAP, llegó en impecable estado. Cuando la prensa le resaltó este detalle, contestó simplemente que “estoy en perfecta forma, aguanto mucho, yo soy así”. Dentro del cementerio aguardaban sólo cuatro carros que trasladarían, a familiares ‘y a prominentes miembros de Acción Democrática a sus lugares de destino. La mayoría tuvo que hacer a pie todo el largo trayecto que separa la salida del cementerio del sitio donde aguardaban decenas de autobuses alquilados por AD. Sobre la fosa M-27, donde fueron enterrados los restos del gran político venezolano escribió el periodista Cuto Lamache, de El Nacional, el 3 de octubre de 1981, el texto que sigue:

En ella reposan desde ayer, que fue viernes dos de octubre de 1981, día de los Santos Ángeles Custodios, los restos de Rómulo Betancourt, ex presidente de la República de Venezuela. Al frente, durante la ceremonia, estuvieron los familiares del difunto y los miembros del Comité Ejecutivo Nacional del partido Acción Democrática. En las áreas laterales, en sitios fijados con anterioridad por un croquis, se ubicaron los delegados del sector representativo y los personeros del gobierno nacional, a derecha e izquierda, respectivamente. Desde la puerta, los oficiales miembros de la Casa Militar que sirvieron durante el período presidencial del extinto mandatario cumplieron la misión de conducir el féretro hasta el borde de la fosa, en rigurosa formación castrense. Minutos después, todo habla concluido. --No fue tan fácil, ni tan rápido llegar hasta el final de los ya cumplidos mandatos cívicos y religiosos. El cadáver de Betancourt, traído desde Nueva York el día miércoles, permaneció hasta el jueves en la Casa Distrital de Acción Democrática en El Paraíso, donde fue expuesto a la vista del público, que en largas y apretadas colas desfiló ante él. Todavía tenía que ser llevado hasta el Capitolio Nacional, para que le fuesen rendidos los honores debidos a su alto rango de ex Presidente y de ex Senador vitalicio. -No puede pasar el público -decidió el protocolo. El mundo oficial se apoderaba del cadáver de Rómulo Betancourt, en razón de un programa obligatorio y severo, de absoluto cumplimiento. A las 10:20 el Jefe del


Estado presentaba a los deudos el pésame de la República. A las 10:30 hicieron lo mismo las delegaciones extranjeras y los personeros del Cuerpo Diplomático. Más tarde, en sucesión, hablaron el presidente del Congreso, Godofredo González; el presidente de Acción Democrática, Gonzalo Barrios, y el presidente de la República, Luis Herrera Campíns. -Ha terminado el acto -dijo el protocolo. Pero en verdad comenzaba otro, el verdadero, el que sería para siempre, el que culminaría en la fosa M-17 (primera B) del Cementerio del Este. Eran ya las 11:30 y Cadetes de las cuatro escuelas militares condujeron el féretro hasta la esquina del Padre Sierra. Allí le fue entregado al pueblo, que a hombros lo llevó hasta la Plaza de Las Américas, en El Cafetal, a lo largo de un agotador, maratónico recorrido. Lo demás ya se sabe. El duelo se ha cumplido. Se ha escapado del papel-decreto que le fijaba normas y duración para adentrarse en el ánimo del pueblo, que lo ha hecho suyo con sincera, brotadora y sentida espontaneidad. La manifestación ha sido multitudinaria, para usar una palabra siempre grata a Betancourt, siempre usada por el líder en sus intervenciones fogosas, ante auditorios delirantes. Multitudinario fue el recibimiento a su cadáver en Maiquetía. Multitudinario fue el desfile que lo contempló por última vez en los salones de la Casa Sindical de A.D. en El Paraíso. Y multitudinario ha sido el acompañamiento popular hasta el Cementerio del Este. ¿Se presentía que esto iba ocurrir? En parte, nunca en la dimensión en que se ha manifestado. En todo caso, cabe hacer, algunas preguntas. ¿Qué tenía Betancourt? ¿Qué trajo, qué hizo, qué deja? Una personalidad avasallante, un mensaje esperanzador, una regla de conducta. Son rasgos personales que el pueblo espera encontrar siempre en sus dirigentes y que creyó encarnados en Rómulo Betancourt, no en un día de batalla, sino en la batalla de todos los días. Aún hoy, a la hora de su muerte, lo halla vigente y fresco, como cuando de él escuchó las primeras promesas. Betancourt será sir ídolo, su prototipo por muchos años. El 3 de octubre de 1981 el periodista Cuto Lamache, de El Nacional, en el artículo “La fosa M27 del Cementerio del Este” escribió: -En ella reposan desde ayer, que fue viernes dos de octubre de 1981, día de los Santos Ángeles Custodios, los restos de Rómulo Betancourt, ex presidente de la República de Venezuela. Al frente, durante la ceremonia, estuvieron los familiares del difunto y los miembros del Comité Ejecutivo Nacional del partido Acción Democrática. En las áreas laterales, en sitios fijados con anterioridad por un croquis, se ubicaron los delegados del sector representativo y los personeros del gobierno nacional, a derecha e izquierda, respectivamente. Desde la puerta, los oficiales miembros de la Casa Militar que sirvieron durante el período presidencial del extinto mandatario cumplieron la misión de conducir el féretro hasta el borde de la fosa, en rigurosa formación castrense. Minutos después, todo habla concluido. No fue tan fácil, ni tan rápido llegar hasta el final de los ya cumplidos mandatos cívicos y religiosos. El cadáver de Betancourt, traído desde Nueva York el día miércoles, permaneció hasta el jueves en la Casa Distrital de Acción Democrática en El Paraíso, donde fue expuesto a la vista del público, que en largas y apretadas colas


desfiló ante él. Todavía tenía que ser llevado hasta el Capitolio Nacional, para que le fuesen rendidos los honores debidos a su alto rango de ex Presidente y de ex Senador vitalicio. -No puede pasar el público -decidió el protocolo. El mundo oficial se apoderaba del cadáver de Rómulo Betancourt, en razón de un programa obligatorio y severo, de absoluto cumplimiento. A las 10:20 el Jefe del Estado presentaba a los deudos el pésame de la República. A las 10:30 hicieron lo mismo las delegaciones extranjeras y los personeros del Cuerpo Diplomático. Más tarde, en sucesión, hablaron el presidente del Congreso, Godofredo González; el presidente de Acción Democrática, Gonzalo Barrios, y el presidente de la República, Luis Herrera Campíns. -Ha terminado el acto -dijo el protocolo. Pero en verdad comenzaba otro, el verdadero, el que sería para siempre, el que culminaría en la fosa M-17 (primera B) del Cementerio del Este. Eran ya las 11:30 y Cadetes de las cuatro escuelas militares condujeron el féretro hasta la esquina del Padre Sierra. Allí le fue entregado al pueblo, que a hombros lo llevó hasta la Plaza de Las Américas, en El Cafetal, a lo largo de un agotador, maratónico recorrido. Lo demás ya se sabe. El duelo se ha cumplido. Se ha escapado del papel-decreto que le fijaba normas y duración para adentrarse en el ánimo del pueblo, que lo ha hecho suyo con sincera, brotadora y sentida espontaneidad. La manifestación ha sido multitudinaria, para usar una palabra siempre grata a Betancourt, siempre usada por el líder en sus intervenciones fogosas, ante auditorios delirantes. Multitudinario fue el recibimiento a su cadáver en Maiquetía. Multitudinario fue el desfile que lo contempló por última vez en los salones de la Casa Sindical de A.D. en El Paraíso. Y multitudinario ha sido el acompañamiento popular hasta el Cementerio del Este. ¿Se presentía que esto iba ocurrir? En parte, nunca en la dimensión en que se ha manifestado. En todo caso, cabe hacer, algunas preguntas. ¿Qué tenía Betancourt? ¿Qué trajo, qué hizo, qué deja? Una personalidad avasallante, un mensaje esperanzador, una regla de conducta. Son rasgos personales que el pueblo espera encontrar siempre en sus dirigentes y que creyó encarnados en Rómulo Betancourt, no en un día de batalla, sino en la batalla de todos los días. Aún hoy, a la hora de su muerte, lo halla vigente y fresco, como cuando de él escuchó las primeras promesas. Betancourt será sir ídolo, su prototipo por muchos años El sol puso un pie sobre Caracas y por eso muchas personas que siguieron el cortejo fúnebre de donde llevaban los restos de Betancourt, decidieron quedarse relegados en el camino. La travesía fue larga, desde el Congreso hasta La Guairita. Por las avenidas Libertador, Andrés Bello y otras, cientos de vendedores de helados, jugos, confites, perros calientes, hamburguesas, improvisaron sus ventas, como en una feria, esperando que pasara la muchedumbre. Victoria Castillo se vino de Catia con 6 recipientes plásticos para vender guarapo de papelón. Mientras que Juan Istúriz que inició sus ventas a las 10 de la mañana en el boulevard “Raúl Leoni”, había vendido las 700 salchichas y tuvo que ingeniárselas para abastecerse de nuevo. Los militantes adecos de Mérida, Maracaibo, Puerto La Cruz, Barquisimeto y otras ciudades del interior llegaron al Cementerio del Este muy temprano, unos a las


seis y siete de la mañana, y en sus autobuses que hacían caravanas, acantonaron antes de llegar los funcionarios de seguridad, que luego optaron por retirar los autobuses, y dejar a estos fervientes demócratas. En cierta forma son los privilegiados, en relación a los habitantes de Caracas. Allá estaban los provincianos sentados en grupos, unos con periódicos sobre sus cabezas y sentados en cualquier lugar. Traían sus avios. Los periodistas estaban con sus cámaras, muy cerca de la fosa, que es la única en ser pintada, su color es blanco. Cables por todas partes y los militares en actitud de vigilia. Sobre un andamio y la grúa de un camión de los bomberos están las micro ondas y las cámaras, que pudieron ser derribadas de una altura de 10 metros, cuando sin apoyo alguno el viento que emanó las aspas de un helicóptero, que aterrizó cerca del lugar. 120 bomberos estuvieron en el cementerio, 2 ambulancias con equipo médico, 2 médicos, 2 carros bomba, una grúa, enfermeros, 2 helicópteros, ambulancia con 3 enfermeros, cada uno. En la avenida que da entrada al Cementerio, se instalaron mil quinientos bombillos, en prevención de que las honras fúnebres fueran celebradas en horas de la noche. Un toldo blanco amparó cuatro sillas, a pasos de la fosa. Dos latas de arena, un bulto de cemento y dos tobos con agua fueron suficientes para que el sepulturero Vicente Velazco arrimara cinco lazos y sellara el lugar donde fue depositado el cofre. El cadáver fue colocado al lado de sus suegros Humberto Hermann y Mercedes Viso de Hermann. Rómulo había comprado su parcela en 1.975 por 8 mil bolívares, pero sus familiares pagarán 540 bolívares por concepto de mantenimiento cada tres años. En la negociación no recibió descuento. Los policías de la metropolitana junto a voluntarios, colocaban a lo largo de sitios estratégicos, cordones de seguridad. Se utilizaron más de tres mil metros de cabuya. LA RUTA En las esquinas, como cofradías religiosas, militantes blancos lucen banderas y flores. En los edificios se ve la bandera patria. Las sombrillas atajan el sol, mientras las patrullas sin alarde de sirenas van de un lugar a otro sin que se reporten novedades. Cuarenta motorizados de tránsito fueron delante del cortejo, mientras cinco aviones hicieron la figura de una cruz en el cielo. Sólo un funcionario del Ministerio de Interiores rompió la quietud en la avenida Libertador, cuando con torpeza insultó a funcionarios de la Disip, G.N y P.M porque no lo dejaban transitar por donde él quería. Fue detenido y la muchedumbre que espera el paso del féretro, aplaudió la justa decisión policial. Cientos de pancartas lucían consignas alusivas líder. Las emisoras de radio seguían transmitiendo el evento. La vía estuvo despejada, mientras que en el Cementerio cuatro trompetistas esperaron que el rito religioso terminara, para entonar


el “Toque de Despedida”, una música lenta, triste y que se perdió entre las flores y la noche. (Hugo Colmenares. “Con banderas y flores la muchedumbre lo llevó en hombros”. El Nacional, 3-10-81).

Certificado de defunción no se presentó en el sepelio de Don Rómulo Betancourt Por primera vez esto ocurre en un cementerio de Caracas El sepelio del ex presidente Rómulo Betancourt registró una excepción, ya que sus familiares no presentaron el certificado de defunción, corno es la normativa jurídica que se cumple a cabalidad en estos actos mortuorios. Así lo dijo Alberto Oyarzábal, gerente de servicios del Cementerio del Este, quien justificó el hecho diciendo que a lo mejor el documento no había sido traído de Nueva York, o los familiares no lo han presentado por el nerviosismo y la carga inusitada de compromisos políticos y sociales de que han sido objeto. -No tenemos conocimiento de un hecho similar, y en este caso, pesa la personalidad de Betancourt de quien es notoria la causa de su fallecimiento. (El Nacional, 3-10-81).

Los restos de Betancourt fueron trasladados del Aeropuerto Internacional Simón Bolívar, de Maiquetía, Estado Vargas, hasta el Comité Ejecutivo Seccional de Acción Democrática y desde allí posteriormente fueron llevados en hombros del pueblo al Capitolio Nacional donde permanecieron hasta ser llevados hasta su última morada, la fosa M-27 del Cementerio del Este. Antes de ser trasladados al país la tarde del miércoles 30 de septiembre de 1981 los restos de don Rómulo Betancourt recibieron honores militares en el Aeropuerto Internacional John F. Kennedy, de Nueva York. A su llegada al A0000000eropuerto Internacional Simón Bolívar, de Maiquetía, se llevó a efecto el siguiente ceremonial: una cuadrilla de doce cadetes de las diferentes escuelas militares y personal de la dirección de Ceremonial del Ministerio de


Relaciones Interiores, abordaron la aeronave para bajar el féretro. Al mismo tiempo, los familiares y comitiva de Betancourt, fueron guiados a su respectiva ubicación junto al entonces presidente Luis Herrera Campins y altas autoridades nacionales. Bajado el ataúd, fue colocado sobre la plataforma de una cureña y cubierto con la bandera de Venezuela. Inmediatamente retumbó una salva de 19 cañonazos. A continuación, un minuto de silencio, seguido de la presentación de armas de la Parada Militar y saludo de la cuadrilla a la escolta de banderas, al toque de silencio, por cuatro cornetas. Luego la cureña fue tirada por doce efectivos del Batallón de Caballería “Tte. Negro Primero”. El desplazamiento de revista a la parada, precedido por el carruaje mortuorio, se inició al compás de una marcha fúnebre. Detrás caminaron el Presidente de la República y los familiares del ex jefe de Estado. La procesión se detuvo ante la carroza fúnebre, donde el presidente Herrera Campíns aguardó hasta la introducción del sarcófago. Posteriormente se colocó a las puertas del terminal nacional, frente a la rampa 4, a la espera de la salida del cortejo fúnebre con destino a Caracas. Despedida la caravana, se rindieron honores al Presidente, antes de su retirada. Al llegar a la Casa Seccional de Acción Democrática, El Paraíso, los doce cadetes sacaron el féretro y lo llevaron en hombros hasta el catafalco, en el interior de la sede partidista, en presencia de la dirección nacional de ese partido, militantes y simpatizantes. Allí permanecieron hasta las nueve y media de la mañana del siguiente día [1 de octubre] cuando la cuadrilla de cadetes sacó el sarcófago para colocarlo sobre la cureña, que en esa oportunidad fue tirada por un automotor de las Fuerzas Armadas similar a lo que ocurrió en los funerales del ex mandatario francés Charles De Gaulle, con el objeto de trasladarlo hasta el Palacio Federal, siguiendo la ruta Calle Nueva (por el elevado) hacia Capuchinos para tomar la avenida San Martín hasta la esquina de Angelitos en cruce hacia Padre Sierra. Desde allí fue llevado en hombros por los cadetes al interior del Salón Elíptico del Palacio Federal, donde la urna la sobre el catafalco de este a oeste. En el estrado principal se ubicó el presidente Herrera, al centro. A su derecha, el presidente del Congreso, Godofredo González; el presidente de la Corte Suprema de Justicia, Ezequiel Monsalve Casado; y el presidente del Consejo de la Judicatura, Miguel Angel Landáez. A su izquierda, el vicepresidente parlamentario, Armando Sánchez Bueno; y el presidente del Consejo Supremo Electoral, Carlos Delgado Chapellín.


[Esta información fue tomada de una reseña del periodista Jesús Eduardo Brando publicada en El Nacional el 30 de septiembre de 1981, a la cual modificamos el tiempo de cada evento). Los poderes nacionales, en un acto revestido de gran solemnidad, despidieron en el Salón Elíptico del Capitolio Nacional, sus restos mortales. Así inició su crónica cronológica el periodista Olmedo Lugo, de El Nacional, el 3 de octubre para luego añadir: El jefe del Estado, Luis Herrera Campins, presidió el acto solemne. Estuvieron presentes las directivas del Congreso de la República, los miembros de la Corte Suprema de Justicia, los presidentes Julio César Turbay Ayala, de Colombia, y Antonio Guzmán, de la República Dominicana; el vicepresidente de Estados Unidos, George Bush y misiones oficiales y organizaciones políticas de España, Puerto Rico, México, Portugal, Costa Rica, Curazao, Argentina y Perú, entre otras. Asistieron también a la sede del Parlamento, representantes de las Fuerzas Armadas, del clero, los partidos políticos, el cuerpo diplomático y otros sectores de la vida nacional. Fijado inicialmente para las 9 y 30 de la mañana, el acto dio comienzo pasadas las 10. El Salón Elíptico que había sido cerrado al público en las primeras horas del día, fue plenándose con los familiares del estadista desaparecido, los dirigentes nacionales de su partido y amigos cercanos, y las personalidades que vinieron a Caracas a presenciar las exequias del líder fundador de AD. En la calle, en las esquinas adyacentes al Capitolio Nacional, fueron congregándose desde tempranas horas millares de hombres y mujeres deseosos de rendirle un homenaje póstumo a Betancourt. Contingentes del Ejército y la Marina mantenían acordonada el área. Seguidamente el periodista observó que “Aunque luce muy amplio, el Salón Elíptico parecía insuficiente para darle cabida a los asistentes a esa sesión de despedida al ex presidente Betancourt, cuyo féretro estaba cubierto con una bandera de Venezuela. En el Salón de los Escudos y en otro ubicado en la planta inferior del Congreso, fueron instaladas sendas pantallas de televisión a color para facilitarles a los asistentes el seguimiento del acto”. Después se refirió al desmayo sufrido por el doctor Jóvito Villalba, líder de Unión Republicana Democrática y amigo de toda la vida del fallecido ex presidente, recalcando que este imprevisto incidente “sembró la alarma por unos momentos entre quienes se encontraban congregados en los pasillos”. Y ocurrió, según el acucioso periodista, a que “El veterano conductor político, quizás por la tensión de estos días, se desplomó Inconsciente y tuvo que ser llevado en brazos de algunos amigos hasta el Hospital Militar”. Después se explicaría que una lipotimia había provocado el desmayo. Olmedo Lugo registró para la historia que “El día estaba soleado y el calor era realmente sofocante en el Salón Elíptico del Capitolio, cuando comenzó el acto”, donde “las palabras de despedida al ex presidente Betancourt estuvieron a cargo de los doctores Godofredo González en su condición de presidente del Congreso; Gonzalo Barrios, presidente de AD, y el primer mandatario Luis Herrera Campins”, que pudieron


ser oídas por las numerosas personas que se encontraban en las calles adyacentes al parlamento por intermedio de altavoces. Esta gente del pueblo esperaba el momento de llevar hasta su última morada al líder fundador de AD. Los discursos en el Congreso Nacional En el parlamento hicieron uso de la palabra su presidente, Godofredo González, quien expresó: -Nos reúne esta mañana un motivo que conmociona el corazón de la Patria, que sacude hasta las fibras más profundas del pueblo venezolano: El fallecimiento del ex Presidente y Senador Vitalicio Rómulo Betancourt. Bien sabemos oque, por su propia naturaleza, todo ser humano ha de morir. Pero algunos hombres sobreviven a la muerte, porque para ellos queda la historia y la trascendencia espiritual de sus obras. Rómulo Betancourt pertenece a esta clase de hombres. De modo que podemos afirmar que no ha muerto; que su ausencia de la vida se traduce en su presencia física entre nosotros. Por razones de principios, me niego a creer que las instituciones se deban a los hombres. Al contrario, ellas se deben a algo que trasciende al hombre; ellas se deben al pensamiento y a la inteligencia. Pero a la vez que profeso este credo, no puedo negar tampoco la influencia determinante que la personalidad de ciertos hombres imprimen a las instituciones, promovjendo y acelerando su desarrollo. Dentro de este orden de ideas, nadie podrá negar ni arrebatar a Rómulo Betancourt el papel preponderante que, ron toda responsabilidad, conciencia y tenacidad, jugó en el establecimiento y desarrollo de las instituciones democráticas venezolanas. Nacido para el combate, nunca lo rehuyó; al contrario, en múltiples ocasiones lo provocó. Pero su combate fue siempre el combate por la democracia y la libertad, en nombre de unos principios, con los que se puede estar o no de acuerdo, pero que sostuvo y defendió con mística y devoción. Por ello no es de extrañar que se ganara el odio de dictadores venezolanos y extranjeros, escapando milagrosamente a la muerte urdida por ellos. Por eso mismo tampoco es de extrañar que se ganara el afecto y la amistad del pueblo de Venezuela y de muchos otros pueblos de América Latina. La presencia en este acto de personalidades representativas de esos pueblos, es la mejor demostración de que el nombre y la figura de Rómulo Betancourt dejaron de ser venezolanos para convertirse, al igual que nuestros próceres del siglo pasado, en nombre y figura del continente latinoamericano. Pero no pretendo hacer en este acto ni siquiera un bosquejo biográfico de Rómulo Betancourt. Muchos lo han hecho antes y seguramente muchos otros lo harán en el futuro. Por ello limitaré mis palabras a exaltar dos circunstancias que, sise quiere, son de carácter personal, pero que me permitieron tratar y conocer al Presidente Rómulo Betancourt, y por ese trato y conocimiento, respetarlo y admirarlo, como siempre lo he proclamado y nunca lo he ocultado. La primera de esas circunstancias, que cronológicamente es la última, se refiere a mis relaciones con el Presidente Betancourt en su rol de Senador Vitalicio. Concluido su mandato presidencial, casi se negaba, por razones de modestia, a aceptar el honor que la Constitución dispensa a quienes han sido Presidentes Constitucionales de la República por elección popular. Y cuando lo aceptó, según hubo de confesar más adelante, lo hizo por un hecho insólito y casi desconocido en esta


Venezuela petrolera; por apremios económicos, al borde de los 60 años de edad, con cuarenta de lucha incesante por el adecentamiento de la administración pública, Rómulo Betancourt podía exclamar como siglo y medio antes lo había hecho el prócer Rafael Urdaneta: “estoy llegando a la vejez sin más riqueza que la honra”. Demócrata por convicción, combatiente por naturaleza, Betancourt ha debido ser parlamentario por excelencia. Sin embargo, su accidentada carrera política y las circunstancias que le tocó vivir, no permitieron que fuera parlamentario en sus años juveniles. Es a partir de 1964 cuando se incorpora al Congreso como Senador Vitalicio. Con esta investidura quiso honrarlo la Constitución Nacional, pero a su vez, con su ejemplo, Rómulo Betancourt honró al parlamento venezolano. Dentro de su largo historial de combatiente democrático, el Congreso Nacional debe reconocer que a su iniciativa y empeño se deben la modernización y popularización de nuestro Poder Legislativo, fruto de elecciones restringidas e indirectas, aún en los escasos momentos de apertura democrática de nuestro sistema republicano, lo cierto es que las Cámaras Legislativas no representaron siempre el deseo y el querer de la mayoría popular venezolana. Es a partir de 1946, mediante Decreto Ley suscrito en primer lugar por Rómulo Betancourt, cuando el pueblo de Venezuela acude masivamente a elegir con el voto universal, directo y secreto, a sus legisladores. De allí que, entre los muchos méritos reconocidos a Rómulo Betancourt, tengamos que sumarie el de ser el iniciador de la modernización y popularización del Congreso de la República. La segunda circunstancia, primera en el tiempo y en el efecto, se refiere a mis relaciones personales con el ex Presidente Betancourt. Por ello ruego a este honorable auditorio que me permita desahogar sentimientos que casi no encuentran modos de expresión en el lenguaje. Constituido el Gobierno de Coalición al derrocamiento de la última dictadura, tuve el privilegio de desempeñar la Cartera de Fomento, a partir de 1961. Debo confesar que, dada mi condición de político no militante de Acción Democrática, acepté el cargo con algunas reservas y prejuicios mentales. Al juramentarme como ministro, el Presidente quiso tranquilizarme con esta afirmación: “Como Jefe de Estado no pertenezco a una sola parcialidad política, sino a todos los venezolanos de todas las tiendas políticas y a quienes no militen en ningún partido”. Con el correr del tiempo y en el ejercicio de mi cargo, pude comprobar la certeza del juicio que sobre Betancourt había emitido el Maestro Gallegos: “Rómulo no sabe faltar a su palabra”. Pero no podría, señores, concluir estas palabras sin referirme brevemente al significado de ese Gobierno. El 13 de febrero de 1962 se produjeron dos documentos que no puedo dejar de citar. El primero es un telegrama que desde París dirige Rafael Caldera a Rómulo Betancourt: dice así: “En ocasión tercer aniversario gobierno de coalición que usted preside reitérole mi más firme respaldo al régimen constitucional, convencido de que urgentes necesidades desarrollo económico y bienestar nuestro pueblo reclaman hoy mas que nunca mantenimiento sistema democrático tenazmente defendido durante estos años. Las dificultades vencidas y las perspectivas desde el exterior robustecen mi fe en el pueblo venezolano y mi convicción de que lograremos victorias decisivas, no solo para


Venezuela sino para toda Latinoamérica y aun para la humanidad, lo saluda su amigo, Rafael Caldera.” El segundo es la respuesta de Rómulo Betancourt a Rafael Caldera, dice así: “He recibido tu telegrama de solidaridad con el régimen democrático y el gobierno de coalición que presido. Tu apreciación de que son perspectiva de distancia se aprecia mejor el esfuerzo serio de que aquí estamos haciendo para realizar una reforma social y estabilizar las instituciones democráticas es acertada. A veces, quienes estamos contribuyendo a hacer historia no calibramos bien la proyección nacional y continental de la obra de superación que aquí realizamos gobierno y pueblo. Di a tu telegrama difusión porque es el testimonio de un venezolano y de un jefe político que con su conducta se na ganado el respeto y consideración de la ciudadanía. Te abraza cordialmente tu amigo, Rómulo Betancourt.” Al darme a conocer ambos telegramas, en íntimo coloquio, el Presidente Betancourt me manifestó su convencimiento de que la seguridad de su gobierno y la estabilidad de las instituciones democráticas, en aquellos años de dura prueba, reposaban sobre una trilogía de lealtades: la lealtad solidaria de su partido, Acción Democrática; la lealtad institucional de las Fuerzas Armadas; y la lealtad patriótica de Copei. Emocionado lo interrumpí para contestarle: “Hay, Presidente, una cuarta lealtad, aglutinante de las otras tres: se llama Rómulo Betancourt,” Y agregué algo que hoy quiero ratificar: “Rómulo Betancourt es uno de los estadistas más notables conque ha contado la República. Uno de los hombres que con mayor abnegación ha consagrado su vida al triunfo de la democracia venezolana’: Señor Presidente Betancourt. Me dirijo a usted desde esta tierra venezolana que con tanta pasión amó. Su muerte física ha congregado en una lágrima al pueblo de Venezuela. Ahora se abre para usted una nueva página: el juicio de la historia. En momento tan solemne, me siento obligado a ratificarle públicamente la promesa que en forma privada le hice cuando finalizó su gobierno: “La historia habrá de juzgar mañana la actuación de los cinco años del gobierno constitucional que se inició en 1959 y concluyó en 1964. Pero, puede tener usted la más absoluta seguridad de que quienes hoy estamos congregados aquí y ayer prestamos a su lado servicio leal y sincero a la República, estaremos igualmente dispuestos a defender con lealtad y con sinceridad sus ejecutorias como Primer Magistrado de Venezuela”. Ya la historia, señor Presidente, dictó su veredicto. Esa lágrima del pueblo es su sentencia absolutoria. ¡Descanse en Paz! Igualmente pronunció un discurso Gonzalo Barrios, presidente de Acción Democrática y amigo de siempre del líder fallecido, quien destacó el significado (le Betancourt en la historia de Venezuela. “Rómulo, ya puedes descansar. Tu partido y tu pueblo te acompañarán hasta el último instante”, fueron las últimas palabras del doctor Gonzalo Barrios, al despedir los restos del ilustre fallecido. Estamos despidiendo a un protagonista. Protagonista de acontecimientos fundamentales en la historia de Venezuela. Protagonista en la defensa y divulgación de las ideas que suscitaron tales acontecimientos. Protagonista en el esfuerzo y la tenacidad para promover adhesiones y aplicar con el concurso del pueblo, sus


doctrinas de acción política. Protagonista en la pasión ardiente que iluminó sus convicciones y le armó la voluntad para una lucha sin tregua a lo largo de todos sus años. Esa trayectoria comporta grandeza y es una invitación a la leyenda. Quienes hacen alarde de triunfos y provechos gratuitos y se creen superiores porque la: vida brinda ventajas sin exigirles contrapartida, no conocen la agonía de la diaria consagración a un mismo ideal. Ya lo dijo otro revolucionario es fácil dar la vida por una causa; lo difícil es dar toda la vida. Yo exalto ahora este ejemplo de cívico heroísmo, no sólo porque he sido uno de sus colaboradores y le he guardado, con el afecto, entrañable admiración, sino porque me corresponde ser aquí el vocero de Acción Democrática, el partido que él creó “para hacer historia” según una de las sentencias favoritas. La historia que Acción Democrática ha hecho bajo su inspiración y jefatura ostenta un signo predominante de cambio y de ascenso y se proyecta hacia la realización de un porvenir de bienestar seguro y de entera justicia, aunque no sin tropiezos y sin errores, como el portador de un mensaje venturoso que sortea y supera obstáculos sin apartarse de su destino. Pero no es sólo Acción Democrática quien llora a Rómulo Betancourt y le tributa su reconocimiento. Es toda Venezuela que se consterna porque su partida le empaña las esperanzas. Sin embargo con él no van a morir. La obra no está concluida pero la desaparición de quien la inició no agotó la savia de su tiempo ni interrumpirá un proceso que es ya sustancia de una necesidad histórica: La marcha continuará. El guía estará ausente; pero deja bien señalado el derrotero. Padre de la democracia lo ha llamado el pueblo. Con ese título debemos enterrarlo, porque ningún otro le sería tan grato, ni otro alguno derramaría tanta gloria sobre su nombre. La empresa que realizó para merecerlo marcó en este país la frontera, antes desconocida, entre la opresión y la libertad, entre el derecho y el atropello, entre el odio y la fraternidad entre la cultura y la barbarie, entre la explotación del hombre y su redención por el trabajo al amparo, de la igualdad. Decisiones en ese inmenso dilema que él planteó a un pueblo de libertadores avergonzado de su postración, fueron la democracia política que une a los adversarios en torno a su cadáver; la dignificación del trabajo, que florece en sindicatos y en ligas campesinas, hoy enlutados por su partida; el nacionalismo económico y en particular su ejercicio en relación con nuestras riquezas naturales básicas. Nacionalismo que se anunció inicialmente en algún discurso y culminó con la expropiación del hierro y del petróleo. Y toda esta obra estuvo apuntalada por el prestigio de una probidad tan obvia que constituía en él una segunda naturaleza y conformaba el clima normal de sus pensamientos. (…) Están equivocados quienes piensan que la política democrática es el mismo zarpazo primitivo, disimulado por el sufragio popular y la aparente contraposición de ideologías. La demostración la hizo Rómulo Betancourt, el líder más enérgico y no obstante el político más dúctil de nuestro renacimiento republicano. Creía en el pluralismo, como expresión de la realidad social y como producto de una recta posición moral e intelectual. Creó a Acción Democrática, pero también estimuló el nacimiento de rivales para su partido, y no sólo mediante una legislación liberal sin dejar de ser moderna, sino también a través de la gestión privada y de la presión amistosa.


Rechazaba espiritualmente las oscuras tentaciones del partido único. Su estrategia política se basaba primordialmente en la razón y en la honestidad. Si los partidos son honestos y razonables ¿por qué hay problemas que resisten a sus esfuerzos? En funciones de Jefe de Estado Rómulo Betancourt hubo de enfrentarse a múltiples desafíos. No en vano contribuyó a liquidar los residuos de una autocracia que dejó causahabientes inadaptados. El militar militarista, con la mirada puesta en las oportunidades de la administración pública, no había sido eliminado de nuestras Fuerzas Armadas en la primera etapa de su actuación como gobernante. La mezquindad del adversario político menos afortunado, que regatea méritos y mal interpreta intenciones, no es un invento de nuestra democracia ni ha sido en ella planta desconocida. La turbulencia de una época confusa en el campo de las ideologías, época de revoluciones atractivas y de frustraciones desconcertantes, no ha sido tampoco remanso favorable para la orientación en línea recta de las juventudes. Las que le seguían conocieron desviaciones dolorosas, muchas de ellas rectificadas después, afortunadamente, al calor de la experiencia. El propio atraso de nuestro pueblo, su tendencia a la conducta sin disciplina; la incompetencia de nuestros sectores dirigentes en el campo de la economía, la deformación universitaria, la improductividad del trabajo y finalmente el desquiciamiento que ha engendrado la riqueza petrolera, fueron también motivo de su angustiosa preocupación. Pero concebía al pueblo de Venezuela a su imagen y semejanza, y esta comunión le servía de coraza contra todos los desalientos. Nunca se sintió en medio de la noche. Su hora siempre fue la del amanecer. Tenía el temple y la confianza del ganador: Abrigamos el presentimiento de que estas cualidades le sobrevivirán como un legado mágico. No quiero concluir estas palabras sin expresar el reconocimiento de Acción Democrática al Poder Público Nacional, por su participación en este duelo, y sin expresar igualmente la gratitud del partido hacia las distinguidas personalidades extranjeras que han venido a rendir homenaje a nuestro fundador desaparecido. La democracia en el mundo es hoy una sola causa y una sola trinchera. Así, no sólo agradecemos sino que también comprendemos en toda su significación la presencia de nuestros huéspedes. Rómulo, ya puedes descansar. Tu partido y tu pueblo te acompañarán basta el último instante. (….). Igualmente pronunció un discurso el presidente de la República, Luis Herrera Campins, cuyo texto es el siguiente: Un día cualquiera de la década de los años 20. En el liceo Caracas un joven provinciano, tímido y poeta, sale contrito, compungido, desolado de la clase de Literatura. El profesor, afamado y veterano crítico, le ha destrozado sus versos: “Así es como no debe escribirse poesía”. El muchacho llanero no oculta el pesar. Rómulo Betancourt se entera del incidente y le acerca para decirle que no se preocupe, que ese profesor no entiende sino de preceptiva literaria, que ya no tiene sensibilidad para lo nuevo. -Vamos a conectarte con gente de mente más moderna. Te vamos a organizar un recital. Y así fue. Esa inyección de optimismo salvó para nuestra Literatura a “música de cuatro”, para que no fuera simple armonía interior; ya “Cantas’: milagro de síntesis entre el ingenio poético y la filosofía, y a “Glosas al Cancionero” y a dos hijos de


Alberto Arvelo Torrealba que quizás no hubieran nacido nunca sin aquel aliento oportuno: Florentino y el Diablo... Otro día cualquiera de la década de los años 20. En el patio de Vargas de la vieja universidad sanfranciscana o en alguna tranquila calle caraqueña, el anteojado mozo de Guatire, en cuyos ojos baila la malicia criolla, llega hasta un joven alto y flaco, moreno, como de caoba o de sarrapia. Usted es Raúl Leoni ¿verdad? yo me llamo Rómulo Betancourt... Un apretón de manos sella para siempre ta amistad y el destino común. En uno corre, sangre mediterránea, corsa. En el otro, sangre atlántica, canaria. Hijos de inmigrantes uno y otro, llegarán más tarde a la Presidencia de la República estos vástagos del nuevo mestizaje. Así es nuestra Venezuela, donde no existe la razón del abolengo: una democracia espiritual, punto de partida para la soñada “democracia de la persona”. Tierra adentro en Costa Rica, enero de 1932. El infatigable exiliado escribe a sus compañeros de infortunio en Barranquilla: “mientras tanto, andaré a lomo de mula, revólver en la cintura y con espaldero, recorriendo estas tierrosas regiones… mañana salgo para San Juan. De ahí iré a Pozo Azul. Después a Colorado. Y el tanto sol y el mucho trajín ya han dado al traste con los escasos pigmentos blancos que tenía y el negrito Lucas (Lucas Manzano) resulta un catire al lado mío.. .”. Desde San José de Costa Rica, mayo de 1932. El panfletario epistolar fustiga a los radicales que lo adversan y lo atacan desde París: “Esos lenines de arroz con coco que pasean su ferocidad chequista por entre las modistillas del quartier latín’: Heredia, también en Costa Rica, junio de 1935. El luchador hace un alto para que hable el orgulloso papá: “les informo que Virginita está resultando un “palo” de mujer: calladita, risueña siempre, duerme como persona mayor, no despierta a los papás; en síntesis, una lotería... ¿La fisonomía de la chiquita? asómbrense, es guapísima... y parecidísima al papá. Misterios de natura. La armonía de IW contrarios hegeliana cumpliéndose una vez más. Todos la encuentran encantadora a la nena; y todos aseguran que es el vivo retrato del autor de la criatura. Pronto se las retrato y se Ias mando, para que directamente, objetivamente, se convenzan de que estoy diciéndoles la purísima verdad... Además, calvito, y te lo aseguramos el llanero y yo, es algo indefinible, que debe vivirse para tener un nuevo concepto del mundo, este goce de ser padre, de sentirnos prolongados en el tiempo, más allá de nosotros mismos y de nuestras miserias pequeñas, en otra existencia”. Domingo 27 de junio de 1943. Mañana de sol. El Nueva Circo, desbordante luminoso. Entonces, en una ciudad menos densa de población que la de ahora, Acción Democrática podía llenar la plaza de toros, sin autobuses ni camiones del interior. La presencia exaltada de un joven montañés que por primera vez alza su palabra en una tribuna central: Leonardo Ruiz Pineda. Un obrero de Cocorote, que sabe llegar a la gente y que también debuta: Baudilio Rodríguez. La voz del gran poeta popular -Andrés Eloy Blanco- exalta al pueblo venezolano en párrafos de hondo lirismo: “El pueblo es alfarero. Es alfarero el pueblo. El va haciendo la múcura a la medida de su agua. El va llenándola de agua a la medida de su sed”. Cuando cesan los aplausos se anuncia al orador de clausura: Rómulo Betancourt. Saluda. Afloja la tuerca del soporte del micrófono y lo hunde casi hasta el suelo, en un gesto “retrechero”, para decirlo con lenguaje popular. Y en medio de un


silencio asoleado y redondo, que taladra el penetrante timbre de su voz sin altavoces, ataca, y ataca, en un afán demoledor. El circo es un solo aplauso multitudinario y opositor cuando afirma: “el pueblo venezolano tiene una sola enfermedad: el hambre, que ahora tiene un nombre pedante: avitaminosis’: Un día de la década de los años 40. En Washington, en la Embajada de Venezuela, Rómulo Betancourt, llega en tren, casi al rayar la madrugada, desde Nueva York. Lo habían llamado de prisa. El Embajador Escalante está dispuesto a recibirlo y lo hace. Se pasea inquieto, nervioso. Su esposa sabe cuál va a ser el planteamiento que le hará el líder popular: la candidatura presidencial de entendimiento nacional. Escalante es civil: una ventaja. Escalante es andino y tachirense: una inmensa ventaja. La esposa del diplomático advierte a Betancourt con una pregunta: —Saben ustedes que Diógenes tiene muchas semanas sin poder dormir? El difícil hallazgo de la linterna política comienza a quebrarse, paradójicamente, por Diógenes y frente a Diógenes, el buscado y encontrado. ¿Comenzaría, entonces, a galopar en el espíritu de Betancourt el centauro que, en el decir de Gallegos, todos los venezolanos llevamos por dentro? Un día de diciembre de 1946. Amanece una sublevación castrense en Valencia y en Maracay, y se habla de conexiones en Caracas. El presidente de la Junta Revolucionaria de Gobierno está en el Ministerio de la Defensa, aledaño a Miraflores, con los jóvenes oficiales que han asumido desde la Revolución de octubre la conducción militar del país. El más despierto, el que ejerce mayor ascendiente sobre los demás, habla sobre la seguridad personal del presidente y le insinúa ir a los sótanos del Banco Obrero, que tiene una situación céntrica, cercana a Palacio, para que no corra riesgo su vida, preciosa para la revolución. Betancourt lo escucha inmutable, pipa en labios, y de pronto, enérgico: -Usted sabe cómo es la cosa, comandante. Yo me quedo aquí. En Venezuela, el que parpadea se. . . embroma. Un 24 de junio de 1960. Un espantoso atentado teledirigido estremece la Avenida de Los Próceres y toda la ciudad. El Presidente Betancourt sale vivo milagrosamente. En el hospital Clínico Universitario, atendido de urgencia, toma conciencia de lo sucedido. Le dicen sus amigos que allí están los recursos a su mano y que debe permanecer hasta tener un diagnóstico y un tratamiento precisos para sus quemaduras. Pero el Presidente, que desconoce los alcances que pueda tener el complot, dice que no está pidiendo consejos, pues lo que quiere es irse a Miraflores, el asiento real y mítico del poder. Y hacia allá va, a convalecer en el que llamaba “viejo caserón crespero”. .Jueves 15 de agosto de 1963. Es el año electoral. Concluyen las sesiones ordinarias del Congreso de la República. Formo te de las Comisiones Parlamentarias que acuden a Palacio para participar ese hecho al Presidente. Betancourt está eufórico. Me invita a almorzar cerca de Los Teques y le dice al Ministro de la Defensa que me conduzca allá. El General Antonio Briceño Linares, siempre cordial, cumple la orden. Nos reunimos en “Le Coy Hardi” en Carrizal. Desde el mediodía hasta la caída de la tarde, Betancourt habla de su vida política, de sus avatares y peripecias. Las anécdotas salpican las confidencias desde su niñez hasta la Presidencia. Son testigos de excepción Mariano Picón Salas, Andrés Germán Otero, Antonio Briceño Linares y


Marcos Falcón Briceño. Al despedirme, el Presidente me dice: “tú eres político. Te voy a dar un consejo: no hagas demagogia, no da resultado”. Lunes 21 de septiembre de 1981. Organización de las Naciones Unidas, Nueva York. El ex-Presidente Betancourt me había hecho saber que asistiría a la Asamblea General para escuchar mi intervención, como Presidente Constitucional de la República, sobre los lineamientos y la orientación de la política exterior venezolana. Después de terminar mi discurso se me acercaron generosos amigos de todas las naciones a felicitarme, entre ellos Betancourt, acompañado de su esposa Renée, que en el trance de estos días ha probado ser una “torre de fortaleza”, para decirlo ron palabras ajenas que comparto. Luego, el ex Presidente, tan ajeno y tan esquivo en los últimos años a las declaraciones a los medios sociales de comunicación, dio la última de su vida política. que jamás olvidaré por circunstancias más que sabidas. Dijo Don Rómulo: “El discurso me pareció muy bueno. Pocas concesiones a los latiguillos buscando aplausos. Una exposición coherente sobre los problemas del mundo y causó una excelente impresión en la Asamblea que se manifestó en el prolongado aplauso de los delegados”. Seguidamente le hice la invitación para seguir las incidencias el martes por la noche del juego de baseball entre los Yankees de Nueva York y los Indios de Cleveland. La aceptó. Compartimos la emoción del encuentro. Estaba contento, eufórico por la pronta aparición de sus memorias y de un libro de Robert Alexander sobre él, que era más bien un ensayo de la vida política contemporánea de Venezuela, según me dijo. Siguió como un fanático joven el discurrir del partido, se solazaba en las buenas jugadas, comentaba los errores mentales de algunos jugadores y aplaudió como un muchacho cada uno de los tres hits que nos regaló el bateo inspirado de nuestro paisano Baudilio Díaz. Rómulo Betancourt ha sido exaltado todos estos días en sus cualidades personales y en sus virtudes cívicas; en su coraje personal y en su labor constante como uno de los más sobresalientes creadores de nuestro proceso democrático y un animador de la democracia en el mundo. Fue un presidente que supo enfrentar con tino y decisión la conjura reaccionaria y la subversión izquierdista. Un inspirador de profundas reformas políticas y sociales que han contribuido a una nueva morfología del Estado y a una reforma de la sociedad venezolana. Un periodista de fuste que se complacía en la polémica y sabía castigar con la ironía y con el sarcasmo. Un autor de libros en los que recogió su experiencia política y gubernativa y su pensamiento de conductor y fundador del partido Acción Democrática, que acaba de cumplir 40 años de existencia. Se ha recordado su extraordinaria capacidad para acertar con la frase oportuna ácida o risueña. Cuando el real o supuesto atentado de Los Caobos provocó los aspavientos del dictador y sus corifeos, dijo que seguramente la bomba floral “había sido atrapada por un Carrasquelito disfrazado de policía militar”. Enérgico gobernante, a la R-R (Renuncia Rómulo), escrita por los mismos que tienen tantos decenios escribiendo en los muros sin siquiera mejorar la letra, replicó categórico y alardoso: “Ni renuncio ni me renuncian“. No deseaba una “democracia bobalicona” ni una “democracia chucuta”, sino una “democracia decente”, donde el ejemplo de probidad y


austeridad viniera de la más alta jerarquía pública para constituirse en ejemplo de todos y en trinchera inexpugnable en la lucha contra la corrupción administrativa. Fue como una premonición en su postrer discurso, suerte de testamento político, de última voluntad de líder partidista, haber apelado a la frase de Goethe; “adelante por encima de las tumbas, adelante”. Hoy está fuera de la lucha directa y activa el que enfrentó a los “empresarios de la catástrofe” y a “los ciegos profesionales” empeñados en no ver ni dejar ver la bondad de las cosas, guapos cuando actúan sobreseguros en la democracia, pero mudos voluntarios cada vez que las libertades públicas y los derechos humanos han sido desconocidos o abolidos en nuestra patria. El pueblo de Venezuela está recogiendo lo más provechoso de la enseñanza de este gran conductor, que también deja irredimibles detractores. Quede como lección su búsqueda de la amplitud y de la concertación de voluntades para la concertación de esfuerzos, como ya lo hizo cuando en nombre de su partido suscribió con el partido socialcristiano COPEI y con Unión Republicana Democrática el Pacto de Punto Fijo y cuando señaló que nuestra democracia descansa sobre el entendimiento entre los núcleos civiles organizados política y socialmente y la conciencia institucionalista de las Fuerzas Armadas Nacionales. Sin distinción de ideologías, Venezuela ha sentido en forma solidaria su desaparición. A todos pertenece por tazón de servicio, de conciencia democrática y de patriotismo, y, por eso, el gobierno nacional se ha esmerado en darle sobria y republicana solemnidad a la ceremonia de sus exequias. Mis palabras de despedida al ex Jefe del Estado, desprovistas de toda petulancia y ayunas de pedantería conceptual, han querido ser apenas como pinceladas de un pintor impresionista que trata de captar y proyectar la luz de algunos instantes vitales betancurianos, en prosa sencilla, elemental y directa, más para contarlos que para cantarlos. El pueblo ha venido a despedirlo a echar una última mirada sobre el rostro inmóvil del extraordinario luchador. Las manos de quienes pusieron en él fe y cariño y sintieron la admiración por la forma como siempre defendió sus ideas llegaban con unción hasta el vidrio de la urna y lo tocaban como si quisieran, con sus caricias, hacerle más leve el viaje hacia la posteridad. El último evento protocolar se realizó en el Cementerio del Este. Luego de que la banda marcial interpretara el Himno Nacional y la Marcha Fúnebre, monseñor Miguel González, oficiante de la ceremonia religiosa, expresó: “Según nuestras costumbres cristianas, daremos sepultura a nuestro hermano Rómulo Betancourt. Oremos por él. Que el Señor sea generoso con nuestro hermano”. Indicó con estas palabras que pronto la tierra guardaría para siempre el cuerpo del padre de la democracia venezolana. Luego del Padre Nuestro, que los presentes repitieron, Jaime Lusinchi, secretario general de Acción Democrática, pronunció la Oración Fúnebre: Ciudadanos: En el seno de su tierra, cubierto por este cielo caraqueño que se prolonga, confundido, en los colores de la bandera estamos dejando, —con el corazón adolorido pero también extrañamente reconfortado— los restos mortales de Rómulo Betancourt. Rómulo, barro tostado de sol y de raíces, iluminado para siempre en la memoria de los venezolanos por la luz interior de los predestinados a hacer historia y señalar caminos.


De su modesto origen, de las virtudes de la casa ejemplar infatigable por nuestra geografía física y humana —y por la de América— le vino su vocación de pueblo, su sensibilidad social. De los libros del estudio incesante, de la Universidad rebelde frente a la dictadura ominosa, del escuchar a gentes y del oír su propia voz interior, le vino el mandato de redención y la aventura agónica, apasionada fecunda que fue su vida. El discurso incendiario antidictatorial en la Semana de Beatriz Primera, los disparos heroicos e inexpertos al cuartel San Carlos; las persecuciones; el exilio, que amplía y profundiza su visión latinoamericana y su militancia inquisitiva y fugaz en la izquierda internacional, señuelo de triunfante revolución con profundos cambios, el rechazo de manidos esquemas y del traslado maquinal a América de la teórica revolución proletaria y el creer en la necesidad de una nueva concepción política afincada en la realidad histórica y social de nuestros pueblos, en su genuina democracia social de la que trasciende una posible convivencia de clases, le hacen concebir —como a Haya en el sur- un proceso diferente, “autóctono”, precursor en décadas de la moderna socialdemocracia. Y la construcción piedra a piedra, hombre a hombre, con cemento de ideas, de organización —pero también de fraternidad humana — de un partido moderno “, hecho a imagen y semejanza del pueblo venezolano. Y su Acción Democrática y su ejemplo estimulante, configuran una democracia de partidos, sobre la base de la organización de los obreros y los campesinos, los estudiantes, los profesionales y gente democrática de empresa. Con este instrumento y su capacidad infatigable —la pluma cae de sus manos sólo cuando es siderado por el golpe inevitable—transforma a Venezuela, desde la oposición y desde períodos de gobierno difíciles y constructivos. El país de hoy: libertad política, democracia representativa, desarrollo económico, justicia social, rescate de las riquezas básicas, desarrollo educación, esfuerzos de integración latinoamericana y hacia un nuevo orden internacional; todo ello —que afianzó la democratización y el desarrollo de Venezuela y la puso a salvo de las conmociones traumáticas con las que otros países hermanos buscan romper esclavizantes estructuras, fue obra, “en su génesis y en su acción del genio y de la mano de este hombre, cuyo perfil se empinará en el futuro hacia las gloriosas cercanías de nuestras más altas y señeras figuras de la historia. Estamos aquí para no llorarle, sino para rendir a Rómulo el tributo que merece en calidad de capitán histórico; para rendir homenaje al amigo que lo supo ser, al compañero de las largas jornadas del destierro en lejanos países, de vigilia en defensa de la herencia de libertad y de independencia soberana; íntegra, completa, que nos legó el Libertador. Estamos aquí esta tarde para inclinar nuestras banderas ante el coraje, la valentía del cuerpo y de la inteligencia del ciudadano Rómulo Betancourt, quién nos condujo con su ejemplo, “nos guió con su palabra y nos alentó con la más férrea de las voluntades “, para honrar al Rómulo de las jornadas gloriosas, “sin miedo y sin incertidumbres” al estadista de excepción que nunca dejó de ser un hombre de pueblo y de su pueblo, no engañado por falsos oropeles “inmune, como él habría dicho”, a los palafreneros y a los botafumeiros, arquetipo de austeridad, “de sencillez venezolana”, “de solidez de carácter en una sola pieza”. Yo quisiera tener palabras para traducir en verbo las lágrimas de nuestras mujeres y de nuestros niños, “el silencio hondo de nuestros trabajadores”, la emoción de sus compañeros y compañeras de la vieja guardia. Nos acompañan invisibles los que lucharon a su lado y se marcharon antes, todos de la estirpe gloriosa de los


regimientos de Simón Bolívar, el primero de los grandes. Nos acompaña el país, sobrecogido, identificado con su vida y con su ejemplo. “Los más altos personeros del Estado han recogido, en ejercicio gallardo de deber, ese sentimiento; el Presidente de la República, el primero de ellos“, “así me complace reconocerlo”, recordando que honrar honra. Y más allá, en otras tierras que conocieron de su brega incesante por la libertad y la justicia, ha encontrado eco esta eclosión de amor nacional y aquí están también presentes con nosotros personeros legítimos de sus pueblos, en gesto de solidaridad que agradecemos, bien merecido ciertamente por quien tuvo un sentido ecuménico de la existencia. Es obligado decir en este instante que Rómulo enseñó a nuestro pueblo y aprendió de él. Su carácter se templó en la lucha y su personalidad se fue moldeando al calor de cada desafío. Así, “en la agónica búsqueda de una convivencia democrática”, definió la línea central de su actuación política, cuya característica eje estuvo signada por su capacidad para adoptar las mejores decisiones en los momentos más cruciales. Y todas éstas, llevaron la impronta de su entereza y de su fuerte personalidad para colocar siempre los intereses de la patria por encima de las incidencias momentáneas, temporales o coyunturales. Así se forjó el gran estratega y el admirable táctico. Es obligado decir que Rómulo fue un venezolano integral, que vivió como hombre su vida plenamente, con autenticidad, porque fue consecuente con la prédica. Rómulo, un hombre que no se dejó envenenar por la concupiscencia del poder, tuvo la grandeza de abrir paso a las nuevas generaciones de conductores políticos y por sobre las rencillas minúsculas e intrascendentes dedicó sus esfuerzos y volcó el peso de su experiencia a la medular tarea de afianzar las instituciones democráticas. Limpio, se va terrateniente de su propia tumba. Este pedazo de tierra donde lo dejamos, fue comprado por él mismo como cualquier modesto trabajador. Hasta el instante de convertirse en raíz de nuestra tierra, Rómulo nos deja un ejemplo de estadista verdadero: honesto hasta en sus cenizas. Hasta aquí nos condujo la presencia integral de un liderazgo. Desde aquí nos orientará la estrella permanente de un ejemplo. Culmina en esta tumba el camino que con profundas huellas surcó la tierra de la patria, al paso de sus pasos, el mismo camino que hasta aquí trazara y que ahora desde aquí lo alumbra. Huellas de luz inmensas se agregan a la claridad del transitar colectivo. Más verticalidad para la sentencia histórica del liderazgo venezolano. Más responsabilidad para la conciencia nacional. Más pensamiento para lo acción política. Más ética para los requisitos de conductor de masas. Más luz desde esta tumba a la historia nos ofrece. Rómulo fue, ante todo, el cumplimiento permanente de una responsabilidad histórica. Continuar su obra, “honrar su memoria “, seguir su ejemplo, presupone, ante todo, asumir y ejercer la responsabilidad que la historia ahora exige de nosotros. Paradigma de moral, es hoy su vida toda. Su extraordinario ejemplo ético no encontraría ubicación satisfactoria en apologías retóricas. Para nosotros, “los que continuamos”, tendrá que ser un espejo infinito que sirva a las generaciones por venir para que al andar sus respectivas trayectorias vitales, desanden la vertical e imperecedera conducta de Betancourt. Su muerte lo consagra al mundo como un predestinado de divina estirpe humana. Rómulo, para adquirir en su muerte la gloria de lo infinito, fue porque en su vida tuvo conciencia exacta de su valor finito. Y fue por eso, que la religión universal y eterna, “cuyo Dios simbolizan la libertad, la igualdad, la


justicia, el amor y el respeto entre los hombres”, encontró en la vida de Betancourt su más pleno sacerdocio. “Venezuela y América Latina fueron purgatorio de este enviado que hoy regresa, tras haber demostrado que sí es posible para el hombre, pensar, sentir y actuar en correspondencia con las causas revolucionarias de los pueblos, aportando dignidad e integridades como la suya para hacer grande, universal y permanente la dinámica de la historia. Recojo en este instante su substancia para decir con vocación de compromiso, que el movimiento político por él fundado sólo podrá sobrevivirlo, en la medida en que se inspire a la dinámica de su actuación nacional e internacional con los valores permanentes de su amor a Venezuela, “de su lucha indeclinable por la democracia que es libertad y que es justicia”, y de su ética inflexible en la persecución y defensa del interés colectivo. Cabe recordar que en la última y definitiva etapa de su patriarcado democrático logró congregar a todos los sectores de buena voluntad para la consolidación de la democracia en Venezuela. Ayer, tras la noche dictatorial, su vivo liderazgo nos congregó; hoy en el día democrático, su muerte también lo hace. Es su último servicio. Amplitud, respeto, solidaridad y entendimiento, parecen ser la primera gran lección de esta sagrada tumba de la democracia venezolana. Unidad y convergencia de los mejores y más capacitados esfuerzos, para la continuidad de la transformación que Betancourt iniciara y que hombres e ideas nuestras han venido afirmando. Aquí quedan los despojos mortales de Rómulo Betancourt, bolivariano. Su obra, es inmortal. En adelante, su presencia invisible continuará iluminando las angustias de los obreros y de los campesinos, a quienes dio organización y aliento revolucionario; incentivando la búsqueda de los jóvenes y de las mujeres, a quienes dio vigencia e instrumentos para cabal realización. Su presencia invisible estará orientada a los oficiales y soldados de las Fuerzas Armadas a las cuales modernizó y transmitió conciencia cívica de su condición de garantes fieles del régimen democrático. Su presencia invisible ejercerá rigor para el pulcro actuar en función pública y el recto ejercicio del poder político. Su presencia invisible será obligante para nosotros, inmersos en la hechura suya que es Acción Democrática. En este instante de dolor y reflexión, pensamos que es trágicamente inherente a la condición humana, el que con frecuencia el bien que un hombre hace, se vuelva polvo al igual que sus huesos. Que así no sea, es nuestro reto y nuestro compromiso con su memoria obligante. Nos deja, como instrumento para el logro, su mejor obra Acción Democrática, faro continental de libertad, herramienta popular recia y poderosa en la cual sabemos cifradas las mejores esperanzas del destino nacional. Defenderla y enaltecerla es el obligante compromiso. Por Venezuela y por tu gloria así lo haremos. Así, determinados, sin miedo y sin incertidumbres, seguros como tú, con fuerza de convicción, aquí te digo, al despedir tus restos mortales, compañero, maestro, amigo, Rómulo Betancourt, juraremos ante ti y ante los pueblos de nuestra patria, de América y del Mundo, en nombre de la dirigencia y de la militancia de Acción Democrática, que en nuestras manos no se perderá tu herencia política y moral. Confía en nosotros, Rómulo. ¡ADIOS COMPAÑERO! “Cuatro cadetes, en representación de cada una de las escuelas militares, -escribió Samuel Robinson en Los Últimos Días de Rómulo Betancourt- retiraron el


pabellón nacional que cubría el ataúd, y se lo entregaron a la viuda de Betancourt. Diecinueve cañonazos y el toque de despedida estremecieron a los presentes y a todo el resto del pueblo de Venezuela que seguía los actos por los canales de televisión”. Fue enterrado en la fosa M-27 que el propio ex presidente había adquirido con sus recursos. De ese hecho histórico dejó constancia el periodista Jessie Caballero, de El Nacional, en los siguientes términos: -Aunque desde la una de la tarde ya había más de mil personas en el Cementerio del Este, la ceremonia oficial preparada para el entierro del ex presidente Rómulo Betancourt, comenzó exactamente á las siete y tres minutos, cuando el maestro de ceremonias anunció la llegada del féretro y comenzó a escucharse el Himno Nacional. La llegada del féretro se retrasó, pues los manifestantes que lo acompañaban desde el mediodía en su camino del Capitolio hasta la Plaza Las Américas, se negaron a que el ataúd fuera depositado en el carro fúnebre y a pesar de los efectivos militares fue llevado en hombros por el pueblo hasta la entrada del cementerio. El féretro fue cubierto de flores por militantes del partido blanco que aguardaban la ceremonia tras los cordones policiales. A las siete y diez comenzaron los oficios religiosos y quince minutos después Jaime Lusinchi dijo desde una tribuna situada a la cabecera del féretro, la oración fúnebre que culminó con un “Viva Rómulo”, coreado por millares de simpatizantes de Acción Democrática. A las siete y treinta y un minutos, el maestro de ceremonias, anunció que el General de Brigada Carlos Soto Tamayo, jefe de la Casa Militar, durante el periodo presidencial de Rómulo Betancourt, haría la entrega del Pabellón Nacional a la viuda, señora Renée Hartmann. En los momentos en que el general Soto Tamayo hacía la entrega de la bandera y dirigía palabras de condolencia a Renée Hartmann y Virginia Betancourt, un militante de la juventud de Acción Democrática alzó su voz para pronunciar un improvisado discurso, que exaltaba las cualidades políticas del ex presidente Betancourt. Pese a los esfuerzos de los encargados del protocolo, el dirigente continuó hasta terminar sus palabras: “Rómulo en el cielo te esperan Bolívar, Ruiz Pineda y Leoni”. A las siete y treinta tres minutos, comenzó la salva de 19 cañonazos como toque de despedida al ex presidente. Los altos personeros del partido Acción Democrática que comenzaron a llegar desde las seis de la tarde, tuvieron que mantenerse a moderada distancia, porque poco a poco otros de sus compañeros de partido, fueron ganándole terreno. Sólo Carlos Andrés Pérez y Octavio Lepage conservaron sus lugares cercanos al féretro. Tanto CAP como Lepage y Manuel Peñalver, siguieron completa la marcha que acompañó al cadáver del ex presidente- Todos ellos, junto a. millares de militantes, simpatizantes y público en general, caminaron durante más de cinco horas. Sin embargo CAP, llegó en impecable estado. Cuando la prensa le resaltó este detalle, contestó simplemente que “estoy en perfecta forma, aguanto mucho, yo soy así”. Dentro del cementerio aguardaban sólo cuatro carros que trasladarían, a familiares ‘y a prominentes miembros de Acción Democrática a sus lugares de destino. La mayoría tuvo que hacer a pie todo el largo trayecto que separa la salida del cementerio del sitio donde aguardaban decenas de autobuses alquilados por AD. Sobre la fosa M-27, donde fueron enterrados los restos del gran político venezolano escribió el periodista Cuto Lamache, de El Nacional, el 3 de octubre de 1981, el texto que sigue:

En ella reposan desde ayer, que fue viernes dos de octubre de 1981, día de los Santos Ángeles Custodios, los restos de Rómulo Betancourt, ex presidente de la República de Venezuela.


Al frente, durante la ceremonia, estuvieron los familiares del difunto y los miembros del Comité Ejecutivo Nacional del partido Acción Democrática. En las áreas laterales, en sitios fijados con anterioridad por un croquis, se ubicaron los delegados del sector representativo y los personeros del gobierno nacional, a derecha e izquierda, respectivamente. Desde la puerta, los oficiales miembros de la Casa Militar que sirvieron durante el período presidencial del extinto mandatario cumplieron la misión de conducir el féretro hasta el borde de la fosa, en rigurosa formación castrense. Minutos después, todo habla concluido. --No fue tan fácil, ni tan rápido llegar hasta el final de los ya cumplidos mandatos cívicos y religiosos. El cadáver de Betancourt, traído desde Nueva York el día miércoles, permaneció hasta el jueves en la Casa Distrital de Acción Democrática en El Paraíso, donde fue expuesto a la vista del público, que en largas y apretadas colas desfiló ante él. Todavía tenía que ser llevado hasta el Capitolio Nacional, para que le fuesen rendidos los honores debidos a su alto rango de ex Presidente y de ex Senador vitalicio. -No puede pasar el público -decidió el protocolo. El mundo oficial se apoderaba del cadáver de Rómulo Betancourt, en razón de un programa obligatorio y severo, de absoluto cumplimiento. A las 10:20 el Jefe del Estado presentaba a los deudos el pésame de la República. A las 10:30 hicieron lo mismo las delegaciones extranjeras y los personeros del Cuerpo Diplomático. Más tarde, en sucesión, hablaron el presidente del Congreso, Godofredo González; el presidente de Acción Democrática, Gonzalo Barrios, y el presidente de la República, Luis Herrera Campíns. -Ha terminado el acto -dijo el protocolo. Pero en verdad comenzaba otro, el verdadero, el que sería para siempre, el que culminaría en la fosa M-17 (primera B) del Cementerio del Este. Eran ya las 11:30 y Cadetes de las cuatro escuelas militares condujeron el féretro hasta la esquina del Padre Sierra. Allí le fue entregado al pueblo, que a hombros lo llevó hasta la Plaza de Las Américas, en El Cafetal, a lo largo de un agotador, maratónico recorrido. Lo demás ya se sabe. El duelo se ha cumplido. Se ha escapado del papel-decreto que le fijaba normas y duración para adentrarse en el ánimo del pueblo, que lo ha hecho suyo con sincera, brotadora y sentida espontaneidad. La manifestación ha sido multitudinaria, para usar una palabra siempre grata a Betancourt, siempre usada por el líder en sus intervenciones fogosas, ante auditorios delirantes. Multitudinario fue el recibimiento a su cadáver en Maiquetía. Multitudinario fue el desfile que lo contempló por última vez en los salones de la Casa Sindical de A.D. en El Paraíso. Y multitudinario ha sido el acompañamiento popular hasta el Cementerio del Este. ¿Se presentía que esto iba ocurrir? En parte, nunca en la dimensión en que se ha manifestado. En todo caso, cabe hacer, algunas preguntas. ¿Qué tenía Betancourt? ¿Qué trajo, qué hizo, qué deja? Una personalidad avasallante, un mensaje esperanzador, una regla de conducta. Son rasgos personales que el pueblo espera encontrar siempre en sus dirigentes y que creyó encarnados en Rómulo Betancourt, no en un día de batalla, sino en la batalla de todos los días. Aún hoy, a la hora de su


muerte, lo halla vigente y fresco, como cuando de él escuchó las primeras promesas. Betancourt será sir ídolo, su prototipo por muchos años.

EL ÚLTIMO ADIÓS En una extraordinaria crónica publicada en El Nacional el 3 de octubre de 1981 0registró para la historia el periodista William Becerra el traslado de los restos de don


Rómulo Betancourt desde el Congreso de la República hasta el Cementerio del Este, donde después de los actos protocolares de rigor serían sepultados en la fosa M-27. “¡Adiós

compañero!/ El

pueblo lo llevó en

hombros”, antetítulo y título de la crónica, para luego describir: Una impresionante manifestación de duelo colectivo constituyó ayer el sepelio del ex presidente Rómulo Betancourt. A pie, el pueblo acompañó el féretro desde el Capitolio hasta el Cementerio del Este. Un recorrido de 24 kilómetros cubierto en 6 horas. A las 12 del mediodía, y tras los honores en el Salón Elíptico, comenzó la larga marcha bajo una lluvia de flores y un incandescente sol. El presidente de la República, Luis Herrera Campíns, miembros de su gabinete y de la directiva del Congreso acompañaron el féretro hasta la esquina de Carmelitas. Allí lo tomó el pueblo que ya había ocupado las calles y edificios públicos en un extraño silencio que solamente fue roto con las estrofas del Himno Nacional. Los militantes de Acción Democrática comenzaron las consignas y a veces en la actitud de algunos de sus dirigentes se notó el afectismo proselitista. Los jóvenes de AD iban adelante, después las representaciones sindicales desde la CTV a Fetrabolívar, luego delegaciones de todos los estados con pancartas con los nombres de las regiones, posteriormente el féretro y detrás los máximos dirigentes del partido encabezados por Carlos Andrés Pérez, Octavio Lepage, Carlos Canache Mata, Armando Sánchez Bueno, Luis Piñerúa Ordaz, David Morales Bello, Jaime Lusinchi, Héctor Alonso López y otros. Todos llevaban o banderas blancas con el emblema de AD o cartelones negros que en letras blancas decían: “Honor al líder”. Los motociclistas pasaban raudos con banderas, mientras las autoridades trataban de controlar la situación. Una patrulla de la Disip equipada con altoparlantes hacía llamados al público para que tomara las aceras y dejara pasar la multitud. “Evitemos los atropellamientos y los desmayos. Suban a las aceras’’. Al paso del cortejo, los comerciantes iban cerrando sus locales y sumándose – bien como curiosos o bien como caminantes-; la ciudad iba paralizándose. El tránsito automotor ya era nulo. Cuando la sed acusó su castigo, la juventud del partido comenzó a repartir jugos de naranja o chicha en envases de cartón. Otros entraban en los cafés o fuentes de soda y pasaban rápidamente largos tragos de agua o refrescos. La Guardia Nacional, la Policía Metropolitana, la Disip y los bomberos estaban pendientes del más mínimo detalle. Las consignas estremecían el ambiente: “Rómulo presente en todas nuestras mentes”. Cinco aviones de reconocimiento de la Fuerza Aérea formando una cruz atravesaron el firmamento, os helicópteros cruzaban sobre los rascacielos peligrosamente. La gente volteaba al cielo y murmuraba. Un joven con muletas llevaba una pancarta: “Rómulo, Guatire llora tu ausencia”. En la avenida Los Jabillos, a escasos 50 metros de la Casa Nacional de AD, el momento fue conmovedor. Cientos de personas se abrazaron trémulas. Allí las esquinas estaban cubiertas con largas y gigantescas cintas negras. De acuerdo con lo fijado de antemano, las autoridades del partido tomarían automóviles, pero el calor del


pueblo y el cariño demostrado hizo cambiar los planes. Todos seguirían a pie y por segunda vez, la primera fue en el puente de la avenida Fuerzas Armadas, los carros fúnebres eran rechazados. El cortejo entró a la avenida Libertador, pasó por Chacaíto y tomó la avenida Francisco de Miranda, en medio de una lluvia le papelitos lanzados desde los edificios. A lo lejos continuaban los cantos y por momentos casi todos al unísono gritaban: ¡Rómulo! y contestaban ¡Presente! Ex ministros de los gobiernos pasados se confundían con el pueblo, y se turnaron para cargar entre dos la gran cruz de flores blancas que iba delante de la urna. Al llegar a la avenida Raúl Leoni, en El Cafetal, solamente se escuchaba el acompasado avance de la multitud sobre el asfalto caliente. Una larga cadena humana evitaba que los que cargaban el féretro tropezaran. Alguien con un trapo blanco les secaba el sudor. Por momentos, también lo cargaron guardias nacionales y agentes de la Policía Metropolitana. El ex presidente Pérez saludaba a las personas que de los edificios le gritaban “Carlos Andrés”. Eso nos hizo recordar unas caminatas realizadas antes de diciembre de 1973. El grupo personas que comenzó en Carmelitas al llegar a El Cafetal ya era gigantesca. Ahora el féretro se perdía por momento en un mar humano. La gente seguía asomada en los balcones, en los cerros y en las azoteas. Otros seguían los detalles por televisión. Todo el país estuvo pendiente del sepelio de don Rómulo Betancourt. Las razones son miles y obvias. Solamente desapareció su cuerpo, pero sus ideas están en todos los venezolanos y su obra es tangible. La orden era que los motociclistas no podían llegar hasta el Parque Las Américas. Y hubo cierto roce, pero los grupos de control de AD y la Policía Metropolitana dominaron la situación. Los motociclistas estaban bravos y aceleraban con violencia sus maquinas. El ruido era ensordecedor Y ahora ya no se escuchaba nada. Los aviones y helicópteros volvieron a pasar y todos nuevamente miraron al cielo. La tarde caía y por tercera vez eran rechazados los carros fúnebres. El pueblo siguió con el féretro en hombros hasta el Cementerio del Este. Algunos dirigentes tomaron automóviles para seguirlos. Ya era de noche cuando el primer puño de tierra sonó sobre la madera. Todos cabizbajos comenzaron a retirarse lentamente. Y las últimas dos palabras del discurso de Jaime Lusinchi seguían en el ambiente: ¡Adiós Compañero! El 3 de octubre de 1981 el periodista Cuto Lamache, de El Nacional, en el artículo “La fosa M27 del Cementerio del Este” escribió: -En ella reposan desde ayer, que fue viernes dos de octubre de 1981, día de los Santos Ángeles Custodios, los restos de Rómulo Betancourt, ex presidente de la República de Venezuela. Al frente, durante la ceremonia, estuvieron los familiares del difunto y los miembros del Comité Ejecutivo Nacional del partido Acción Democrática. En las áreas laterales, en sitios fijados con anterioridad por un croquis, se ubicaron los delegados del sector representativo y los personeros del gobierno nacional, a derecha e izquierda, respectivamente.


Desde la puerta, los oficiales miembros de la Casa Militar que sirvieron durante el período presidencial del extinto mandatario cumplieron la misión de conducir el féretro hasta el borde de la fosa, en rigurosa formación castrense. Minutos después, todo habla concluido. --No fue tan fácil, ni tan rápido llegar hasta el final de los ya cumplidos mandatos cívicos y religiosos. El cadáver de Betancourt, traído desde Nueva York el día miércoles, permaneció hasta el jueves en la Casa Distrital de Acción Democrática en El Paraíso, donde fue expuesto a la vista del público, que en largas y apretadas colas desfiló ante él. Todavía tenía que ser llevado hasta el Capitolio Nacional, para que le fuesen rendidos los honores debidos a su alto rango de ex Presidente y de ex Senador vitalicio. -No puede pasar el público -decidió el protocolo. El mundo oficial se apoderaba del cadáver de Rómulo Betancourt, en razón de un programa obligatorio y severo, de absoluto cumplimiento. A las 10:20 el Jefe del Estado presentaba a los deudos el pésame de la República. A las 10:30 hicieron lo mismo las delegaciones extranjeras y los personeros del Cuerpo Diplomático. Más tarde, en sucesión, hablaron el presidente del Congreso, Godofredo González; el presidente de Acción Democrática, Gonzalo Barrios, y el presidente de la República, Luis Herrera Campíns. -Ha terminado el acto -dijo el protocolo.

Pero en verdad comenzaba otro, el verdadero, el que sería para siempre, el que culminaría en la fosa M-17 (primera B) del Cementerio del Este. Eran ya las 11:30 y Cadetes de las cuatro escuelas militares condujeron el féretro hasta la esquina del Padre Sierra. Allí le fue entregado al pueblo, que a hombros lo llevó hasta la Plaza de Las Américas, en El Cafetal, a lo largo de un agotador, maratónico recorrido. Lo demás ya se sabe. El duelo se ha cumplido. Se ha escapado del papeldecreto que le fijaba normas y duración para adentrarse en el ánimo del pueblo, que lo ha hecho suyo con sincera, brotadora y sentida espontaneidad. La manifestación ha sido multitudinaria, para usar una palabra siempre grata a Betancourt, siempre usada por el líder en sus intervenciones fogosas, ante auditorios delirantes. Multitudinario fue el recibimiento a su cadáver en Maiquetía. Multitudinario fue el desfile que lo contempló por última vez


en los salones de la Casa Sindical de A.D. en El Paraíso. Y multitudinario ha sido el acompañamiento popular hasta el Cementerio del Este. ¿Se presentía que esto iba ocurrir? En parte, nunca en la dimensión en que se ha manifestado. En todo caso, cabe hacer, algunas preguntas. ¿Qué tenía Betancourt? ¿Qué trajo, qué hizo, qué deja? Una personalidad avasallante, un mensaje esperanzador, una regla de conducta. Son rasgos personales que el pueblo espera encontrar siempre en sus dirigentes y que creyó encarnados en Rómulo Betancourt, no en un día de batalla, sino en la batalla de todos los días. Aún hoy, a la hora de su muerte, lo halla vigente y fresco, como cuando de él escuchó las primeras promesas. Betancourt será sir ídolo, su prototipo por muchos años. Ciertamente, como lo escribió Cuto Lamache, el fervor popular, tan a gusto del gran líder político, estuvo muy por encima de la rigidez del protocolo oficial. -A las 10:05 minutos –escribió J.E. Brando, de El Nacional, el 2 de octubre de 1981 llegaba el cortejo fúnebre con el ataúd y el cadáver de Betancourt a la esquina de Padre Sierra. Una formación de las cuatro armas de nuestras Fuerzas Armadas constituían la parada de honor. Algunos incidentes se suscitaron, cuando la militancia adeca e independientes afectos a AD se resistían a entregar el féretro a la cuadrilla de honor de doce cadetes para su traslado al interior del Capitolio. Hubo empujones, gritos, confusión. Los efectivos de la Brigada Especial y la Guardia Nacional trataban de controlar a la muchedumbre. Gritos de “es nuestro, a nuestro pueblo corresponde llevarlo en hombros”. Desmayos. Un niño de seis meses que cayó de los brazos de su madre y fue maltratado por la turba incontrolable. Un anciano “de la vieja guardia”, reticente a los empellones esgrimió una navaja, rápidamente fue sometido por los rolos de la P. M. Al fin, normalidad. Sol intenso, firmamento turquesa, apenas salpicado por ovillos blancuzcos. Minutos antes habían llegado el Presidente de la República, los miembros del gabinete, Corte Suprema, Consejo de la Judicatura, autoridades eclesiásticas y los ex presidentes Larrazábal, Caldera y Carlos Andrés Pérez. Solemnemente aguardaban a las puertas de la presidencia de Diputados. El cortejo de cadetes avanzó entre la formación con el féretro en hombros. Al final la instrumentación del Himno Nacional. De allí al Salón Elíptico. Solo se permitió el acceso de los reporteros gráficos y camarógrafos.


El ceremonial se desarrolló con absoluta normalidad y orden. Aproximadamente, media hora más tarde el jefe del Estado, Luis Herrera Canpíns, abandonaba el recinto. Se dijo que tenía un viaje de urgencia a Maracaibo. Nada de declaraciones.

El ataúd será llevado a hombros del pueblo Hoy, a las 11:30 de la mañana, serán trasladados los restos del ex presidente Rómulo Betancourt hacia su última morada, en el Cementerio del Este. Según el programa oficial de las exequias, el féretro permanecerá expuesto al público en el Salón Elíptico del Congreso hasta las 6:00 am. A partir de esta hora y hasta las diez se suprimirá el acceso con el fin de acondicionar el sitio para las ceremonias oficiales. Estas se iniciarán a esa hora con la llegada del Presidente de la República, su esposa y miembros del Gabinete Ejecutivo. Inmediatamente comenzarán los oficios religiosos. A las 10:20, el Jefe del Estado presentará el pésame oficial a los familiares de Betancourt. A las 10:30 lo harán las delegaciones extranjeras y miembros del Cuerpo Diplomático. Luego se pronunciarán los discursos de despedida, a cargo del presidente del Congreso, Godofredo González; del presidente de AD, Gonzalo Barrios, y del Presidente de la República, Luis Herrera Campíns. El cortejo fúnebre partirá a las 11:30 a.m. Cadetes de las cuatro escuelas militares le conducirán en una parada de honor a través de la calle norte del Congreso. Al llegar a la esquina de Padre Sierra, el ataúd será llevado a hombros del pueblo hasta la Plaza Las Américas de El Cafetal, siguiendo el siguiente trayecto: esquina de Padre Sierra-avenida Urdaneta-avenida Andrés Bello-calle Los Jabillos-avenida Libertador-avenida principal del Country Club-avenida Francisco de Miranda-calle La Joya-distribuidor El Ciempiés-Chuao-Boulevard Raúl Leoni. En Plaza Las Américas, el féretro será introducido en un carro fúnebre y trasladado al Cementerio del Este. Allí lo recibirán los integrantes de la Casa Militar cuando el gobierno de Betancourt y conducido hasta la fosa a través de una formación militar. Al frente de la fosa se ubicarán los familiares y miembros del CEN. A la derecha, las autoridades gubernamentales encabezadas por el ministro Montes de Oca, y a la izquierda sectores representativos del país. (El Nacional, 2-10-81).


DIRIGENTES Y MILITANTES DE AD LLORARON LA MUERTE DE BETANCOURT Los restos mortales del ex mandatario venezolano serán traídos mañana al país Una amplia representación oficial del partido viaja mañana a Nueva York para traer el cadáver Será enterrado en el Cementerio del Este el viernes, después de velarlo en la Casa Distrital el miércoles y el jueves en capilla ardiente en el Salón Elíptico La Dirección Nacional de Acción Democrática decretó anoche quince días de duelo oficial por la muerte de su fundador y líder máximo del partido, el ex Presidente de la República, señor Rómulo Betancourt. El anuncio lo hizo el secretario general doctor Jaime Lusinchi, quien informó que se esperaba para mañana miércoles, en las primeras horas de la tarde el arribo al aeropuerto internacional “Simón Bolívar” de Maiquetía, de la aeronave que traerá a Venezuela los restos del ex mandatario venezolano fallecido. La noticia sobre la muerte del ex Presidente Betancourt se conoció en la Casa Nacional de Acción Democrática a las 4 y 25 minutos de la tarde, tres minutos después de producirse el deceso en el ‘‘Doctors Hospital”, de Nueva York y cuando el Comité Ejecutivo Nacional del partido se encontraba reunido con todos los Secretarios Generales quienes desde las primeras horas de a mañana habían comenzado a llegar procedentes del interior. Un silencio impresionante impregnó momentáneamente el ambiente de expectativa que durante cuatro días reinaba en la sede del partido blanco, roto por el llanto incontenible y los sollozos de los hombres y mujeres que se confundían en abrazos emocionados. Las remotas esperanzas de que Rómulo pudiera sobrevivir cifradas solamente en un milagro de Dios habían quedado rotas cuando el fundador de la democracia venezolana exhalaba su último suspiro… En las primeras horas de la madrugada de mañana miércoles viajará Nueva York una nutrida delegación de dirigentes de la organización y amigos personales del ex mandatario fallecido quienes llevarán la representación oficial del partido, encabezada por sus primero y segundo vicepresidente, el diputado José Vargas, presidente de la CTV y el senador Reinaldo Leandro Mora. En la misma aeronave, un avión 747 de Viasa donde serán trasladados los restos mortales de Betancourt viajarán entre otras personalidades los dirigentes Carlos Canache Mata, José González Navarro, Armando González, Luis Manuel Peñalver, Héctor Alonso López, Domingo Alberto Rangel, Omar Higuera, Elia Borges de Tapia, lsmario González, Natalio López Luque, Hernán Yepes, Vicente Plana Callejas, Jorge Ramos, Blas Bruni Celli, Antonio Ledezma, Rafael Marín, Luis Augusto Dubuc, Angel Borregales, Rigoberto Enríquez Vera, Nelson Valera, Joel Valencia Parpacén, Arturo Hernández Grisanti, PabloHerrera Campins, Alejandro Osorio, Eloy Lares Martínez,


Martín Márquez Añez, Inocente Carreño, Antonio Léidenz, Ninfa de Léidenz, Isabel de Malavé, Lilina Iturbe, General Valmore Rodríguez, Marcos Falcón Briceño, Juan Herrera, Luis González Herra, Abraham Barrios, Moisés Marcano, Raúl Nass, Jóvito Villalba, Eduardo Mendoza, Ramón J. Velásquez, General (r) Antonio Briceño Linares, Wolfgang Larrazábal, Pablo Miliani, José Agustín Catalá, Manuel López Rívas, Martin Pérez Guevara, Félix Pífano, Rubén Carpio, Guido Grosscors. General Carlos Carnevalli, Leopoldo Sucre Figarella, General Carlos Soto Tamayo. Los restos del ex Presidente Betancourt eran velados anoche en la Funeraria “Campbell”, de la ciudad de Nueva York a donde fueron trasladados en una carroza fúnebre desde el “Doctor’s Hospital” para ser embalsamado. En el aeropuerto “Kennedy”, de la ciudad de Nueva York, las autoridades del gobierno de los Estados Unidos le rendirán honores multares al ex mandatario venezolano ante de su traslado a Venezuela en un avión de la línea aérea Viasa. Los honores fúnebres en la capital norteamericana serán presididos por el Alcalde de la ciudad de Nueva York y en el acto se anuncia la presencia de una nutrida representación de las autoridades diplomáticas acreditadas en el país del Norte, especialmente de los Embajadores de los países latinoamericanos. En el aeropuerto de Maiquetía una representación de los poderes públicos, encabezada por el Jefe del Estado, doctor Luis Herrera Campins, recibirá el féretro con los restos mortales del ex Presidente Betancourt. En el mismo aeropuerto también le serán rendidos los honores militares correspondientes al rango de General de División, en su condición de ex Presidente de la República y ex Comandante General de las Fuerzas Armadas. Desde Maiquetía el féretro será trasladado directamente hasta la sede de la Casa Distrital de Acción Democrática en El Paraíso, donde será velado durante la noche del miércoles y en horas de la mañana será trasladado hasta el Palacio Federal, donde el cuerpo será colocado en capilla ardiente para que el pueblo tengan oportunidad de despedir al fundador de la democracia venezolana.

(Este reportaje, firmado con las G.H.B., fue publicado por el diario 2001 el 29 de septiembre de 1981).


HABLAN LOS LÍDERES DE ACCIÓN DEMOCRÁTICA El doctor Jaime Lusinchi expresó: Quiero manifestarle a la militancia del partido y al país, que debemos acostumbrarnos a la ausencia de nuestro guía fundamental. Tenemos que prepararnos para lo que venga en todo caso yo me estoy situando en territorios extremos, creo que eso es lo que corresponde y es mi deber. Además quiero decirle a los compañeros que este es un instante de tristeza y de profunda reflexión. Debemos asimilarlo haciendo nuestros los pensamientos y modos de ser de Rómulo, que siempre le sirvió al país, con cabal vocación de entrega”. Por su parte Luis Manuel Peñalver, ex ministro de Educación, dijo: Sin duda alguna esta situación crítica que está viviendo el país, con la desaparición del gran líder Rómulo Betancourt no sólo nos afecta en lo sentimental, sino que significa un trance difícil, si se quiere en la vida del partido, Y es indispensable que los adecos dirigentes y militantes, tomemos conciencia plena de lo que esto implica. Para hacer un esfuerzo de superar cualquier diferencia que pueda distanciarnos, para unificarnos en torno al ejemplo y al legado que pueda dejarnos Rómulo Betancourt, que fue el gran fundador de este partido y que puso toda su fe, todo su esfuerzo, capacidad creativa, en hacerlo el gran instrumento de liberación y progreso del pueblo venezolano. Desgraciadamente el desenlace es fatal, dijo el doctor Peñalver, yo tengo la esperanza de que todos sepamos estar a la altura del ejemplo y del legado de Rómulo Betancourt. ¿Afectaría la muerte de Betancourt al Partido Acción Democrática? -Desde el punto de vista emotivo, puesto que es una pérdida irreparable, pero al mismo tiempo va a constituir un acicate para continuar su ejemplo. Asimismo el señor Manuel Peñalver, miembro del comité ejecutivo de AD, refirió: Esta hora es de angustia y consternación no sólo para la militancia del partido, sino para el país en general. Hacemos un llamado a la militancia para que permanezcan unidos en torno a lo que fue la obra fundamental de Rómulo Betancourt. Del proyecto político de Acción Democrática, que escribió la historia y lo continuará haciendo más allá del tráfico de los hombres poderosos. Igualmente el doctor Octavio Lepage, ex ministro de Relaciones Interiores señaló: Realmente la desaparición de Betancourt crea una gran expectativa y un profundo duelo en el sistema democrático venezolano. Creo que el pueblo que acompañó a Betancourt y a Acción Democrática en estas gloriosas jornadas por más de 40 años, deben tener la misma firmeza de adicción al sistema democrático. También el doctor Pedro Paris Montesinos dio su opinión: Es el momento de demostrar que las instituciones que Rómulo Betancourt creó –Acción Democrática y la democracia venezolana- han adquirido la suficiente madurez, como para seguir su camino pese a su ausencia. Creo que la “gran obra de Betancourt” se va a realizar en los próximos años, que las instituciones que él creó sigan permanentes.


Por otra parte el doctor Humberto Celli, al referirse a la pérdida irreparable de don Rómulo Betancourt, dijo Como afecta a cualquier familia la ausencia del padre, del fundador. Ahora nosotros estamos en condiciones de demostrar que la ausencia de Betancourt va a estimular el espíritu accióndemocratista para mantener la fortaleza del partido. Yo creo que el mejor homenaje que podemos rendirle los dirigentes y la militancia de Acción Democrática a Rómulo Betancourt, es garantizarle que el partido que él fundó, va a seguir triunfante, va a seguir siendo poderoso. La victoria del 83, será la mejor garantía de que Rómulo Betancourt, “no aró en el mae”

Murió el ex-Presidente Don Rómulo Betancourt La Religión, 29-9-81

Murió a la 5 de esta tarde:

Betancourt Entró a la Historia El Mundo, 28-9-81 Murió Rómulo Betancourt

LA DEMOCRACIA DE DUELO

Meridiano, 29-9-81

Por la muerte de Rómulo Betancourt

Duelo continental El Nacional, 29-9-81 Mañana traen sus restos

Tres Días de Duelo Público por Muerte de Betancourt El Universal, 29-9-81

Rómulo Betancourt 1908-1981

El Diario de Caracas, 29-9-81 Edición Especial


Ha muerto el Padre de la Democracia El Nacional, 29-9-91

EL ENTIERRO


Los restos de tan ilustre venezolano, luego de permanecer en capilla ardiente en el congreso de la República, fueron llevados en hombros de su pueblo hasta el Cementerio del Este donde recibieron cristiana sepultura en la fosa M-27 El 2 de octubre se produjo el traslado del cadáver desde el Salón Elíptico del entonces Congreso Nacional. Sobre este evento El Nacional informó: -Hoy, a las 11:30 de la mañana, serán trasladados los restos del ex presidente Rómulo Betancourt hacia su última morada, en el Cementerio del Este. Según el programa oficial de las exequias, el féretro permanecerá expuesto al público en el Salón Elíptico del Congreso hasta las 6:00 am. A partir de esta hora y hasta las diez se suprimirá el acceso con el fin de acondicionar el sitio para las ceremonias oficiales. Estas se iniciarán a esa hora con la llegada del Presidente de la República, su esposa y miembros del Gabinete Ejecutivo. Inmediatamente comenzarán los oficios religiosos. A las 10:20, el Jefe del Estado presentará el pésame oficial a los familiares de Betancourt. A las 10:30 lo harán las delegaciones extranjeras y miembros del Cuerpo Diplomático. Luego se pronunciarán los discursos de despedida, a cargo del presidente del Congreso, Godofredo González; del presidente de AD, Gonzalo Barrios, y del Presidente de la República, Luis Herrera Campíns. El cortejo fúnebre partirá a las 11:30 a.m. Cadetes de las cuatro escuelas militares le conducirán en una parada de honor a través de la calle norte del Congreso. Al llegar a la esquina de Padre Sierra, el ataúd será llevado a hombros del pueblo hasta la Plaza Las Américas de El Cafetal, siguiendo el siguiente trayecto: esquina de


Padre Sierra-avenida Urdaneta-avenida Andrés Bello-calle Los Jabillos-avenida Libertador-avenida principal del Country Club-avenida Francisco de Miranda-calle La Joya-distribuidor El Ciempiés-Chuao-Boulevard Raúl Leoni. En Plaza Las Américas, el féretro será introducido en un carro fúnebre y trasladado al Cementerio del Este. Allí lo recibirán los integrantes de la Casa Militar cuando el gobierno de Betancourt y conducido hasta la fosa a través de una formación militar. Al frente de la fosa se ubicarán los familiares y miembros del CEN. A la derecha, las autoridades gubernamentales encabezadas por el ministro Montes de Oca, y a la izquierda sectores representativos del país. El reportaje de El Nacional explicó igualmente: Sin requisito ninguno todos podían despedir al ex presidente Rómulo Betancourt. Pero la mayoría eran ciudadanos de prolongada edad, empleados milos niños que probablemente no escogieron ¿por qué van? ,porque la condolencia es general en este caso, porque es un hecho de los que se consideran históricosporque la idea de muerte conmueve a muchos que creen estar peligrosamente cerca Es imposible seguirle la pista a todos los ciudadanos que desfilaron por los costados del féretro del ex presidente Rómulo Betancourt. Sin ningún requisito que lo impidiera cualquier persona tenía derecho a colocarse en la fila más heterogénea del mundo, que iba transformándose del colmo del desorden a la rigurosidad militar a medida que la distancia se acortaba. Así, los miles de ciudadanos Iban dejando atrás los carritos de perros calientes y de helados para entrar -muchos de ellos por primera vez- al Congreso de la República. Cada motivación era una motivación diferente. La condolencia y la curiosidad eran las mayoritarias, seguidas por la sospecha de que las cosas importantes, ésas que forman parte de la historia, nadie debe perdérselas. De todas maneras hay motivaciones que escapan a la norma y es así como un señor de unos treinta años largos declara que fue porque está desempleado y a esa hora, como a todas, está libre. En ese inmenso grupo de gente no faltaron los que se desmayaban o más bien intentaban hacerlo, porque la guardia civil atenta a todo se lo impedía elegantemente. Tampoco dejaron de asistir los más emotivos que no vacilaban en decir en tono quizá demasiado subido para lo que se requería, esas frases clásicas de toda ceremonia funeraria: “qué cosa tan grande”, “Dios lo tenga en la Gloria”. “Quedó igualito’’. Ellos, los que se atrevían a expresarse verbalmente, tampoco estaban entre los preferidos de la guardia. El reportaje observó la ausencia de jóvenes para ver a Betancourt por última vez. -Quizá –apuntó- la más joven de los que vieron por última vez a Rómulo se llama Cristina, una bebé de año y medio. No tenía la menor idea de lo que estaba haciendo allí, pero su mamá no tenía con quien dejarla. Sin embargo, por variadas razones muchos fueron loe niños que asistieron y que tuvieron que caer en el silencio colectivo después de preguntar ingenuamente ¿quién es ése?


A eso de las seis y media el público varió un poco. Comenzaron a llegar muchos empleados públicos fácilmente detectables por la corbata descolorida y el paltó del mismo tono, además de la tradicional cara de cansancio del que tiene que vivir del papeleo, muchas veces innecesario. A esa misma hora muchas damas de oficina también hicieron acto de presencia y así fue como la cosa cambió de color, porque la condolencia interna no rimaba con la alegría de los colores de los atuendos. Tampoco faltaron los representantes que hicieron una institución de la fama de poco serio que tiene el venezolano y que no se reprimían, ya ubicados en la salida del Congreso, de contar funerales de amigos cercanos para poder establecer las diferencias. “En mi pueblo, para que aguanten los que acompañan a los deudos, la familia regala una sopita”, “en el mío, parece que se necesita más energía porque en lugar de sopa dan ron”. No todos somos adecos, no todos somos copeyanos, pero muchos, al parecer sí somos folclóricos. A él nadie puede quitarle el privilegio de creer que fue el primero que vio a Rómulo. Jaime Críspulo González, llegó a las cercanías del Congreso a las nueve de la mañana y como a esa hora todavía no había comenzado la cola se quedó merodeando por allí. Lamentablemente para el, no es muy posible que sea cierto que fue el primero porque había dos colas: una que entraba por el norte y otra por el sur, y así por lo menos cuatro personas simultáneamente podían ver a Rómulo. Pero a Jaime nadie lo convence, de eso y a pesar de todo sigue declarando su privilegio y llorando a mares por el hombre “que casi era mi padre”. Esperaron el cortejo, amén de sus deudos y amigos, el Presidente de la República y altas autoridades nacionales. En el estrado principal se ubicó el presidente Herrera, al centro. A su derecha, el presidente del Congreso, Godofredo González; el presidente de la Corte Suprema de Justicia, Ezequiel Monsalve Casado; y el presidente del Consejo de la Judicatura, Miguel Ángel Landáez. A su izquierda, el vicepresidente parlamentario, Armando Sánchez Bueno; el presidente del Consejo Supremo Electoral, Carlos Delgado Chapellín.

LAS CONDOLENCIAS INTERNACIONALES


muerte

Su causó

conmoción en muchas partes del mundo, especialmente en América Latina. Los receptores de tales de maniofestaciones de duelo fueron el presidente Luis Herrera Campins y líderes de Acción Democrática. En efecto, desde Francia el Presidente Francois Miterrand expresó: Con gran emoción me entero de la desaparición del Presidente Rómulo Betancourt. El supo en el pasado inspirar en el ánimo de los venezolanos el valor y la tenacidad que han hecho de su país una democracia ejemplar. Por su combate incesante Rómulo Betancourt se convirtió en una de las figuras más grandes de América Latina. En mi propio nombre y en el nombre del pueblo francés le presento señor Presidente, así como a todos los venezolanos mi conmovido y más sincero pésame. Desde El Salvador, la Junta Revolucionaria de Gobierno, presidida por José Napoleón Duarte, manifestó. Pueblo y gobierno de la República de El Salvador se dirige por este medio a vuestra excelencia para manifestar el profundo pesar que sienten ante la dolorosa noticia recibida en New York, del fallecimiento del insigne líder político y estadista venezolano ex presidente de ese gran país, Don Rómulo Betancourt. La Junta Revolucionaria de gobierno se une solidariamente al pesar y dolor que existe en Latinoamérica, por la sensible desaparición de tan Ilustre hombre, fundador de la democracia venezolana y esforzado combatiente por la libertad y los derechos humanos de los exprimidos y, expresa con tan infausto motivo,


sus más sinceras condolencias, al ilustrado gobierno y al hermano pueblo venezolano, a su viuda la doctora Renné Hartmann de Betancourt, hijos y demás familia. Desde México, el presidente José López Portillo cablegrafió: En nombre del pueblo y del gobierno de México hago presentes a vuestra excelencia y por su alto conducto al pueblo de Venezuela nuestros sentimientos de pesar por el sensible fallecimiento del doctor Rómulo Betancourt gran venezolano y notable estadista quien dedicó su vida a la causa de la democracia y rindió eminentes servicios a su patria. De Las Antillas Neerlandesas, el Ministro Presidente Ing. D.F. Martina, escribió: Con profundo pesar recibí la noticia del fallecimiento del ex presidente Don Rómulo Betancourt, ocurrido el día 28 de septiembre último en la ciudad de Nueva York Vuestra Excelencia hace entera justicia a mis sentimientos como ésta de que yo me asocio al inmenso dolor que al pueblo venezolano le causó tan sensible pérdida. En nombre del pueblo y del gobierno de las Antillas Neerlandesas y en mi propio nombre presento a vuestra excelencia, a los familiares de don Rómulo Betancourt y al pueblo venezolano mis condolencias por este doloroso acontecimiento que viene a enlutar la República de Venezuela.

Desde Nicaragua, la Junta de Gobierno de Reconstrucción Nacional, presidida por Daniel Ortega Saavedra, expresó: La junta de Gobierno de Reconstrucción Nacional y pueblo nicaragüense, formulan nuestras más sinceras muestras de pesar por el fallecimiento del excelentísimo señor Rómulo Betancourt ex presidente de la República de Venezuela cuya irreparable pérdida enluta a esa hermana nación. Desde Costa Rica, su presidente Rodrigo Carazo Odio fue lacónico: Ruego a Vuestra Excelencia aceptar las condolencias de mi gobierno por el fallecimiento del ilustre ex presidente don Rómulo Betancourt. Desde Honduras, su presidente general de división Policarpo Paz García, cablegrafió:. En nombre del pueblo y gobierno de Honduras y en el mío propio, particípole al hermano pueblo y gobierno venezolano y a la honorable y distinguida familia del gran estadista y fiel defensor de la democracia dr. Rómulo Betancourt, nuestras más sinceras condolencias por el deceso de ese gran venezolano y demócrata convencido. Honduras os acompaña. Desde Perú su presidente, Fernando Belaúnde Ferry, apuntó: A nombre del gobierno y del pueblo peruano exprésole mi más sentida condolencia por el fallecimiento del eminente estadista Rómulo Betancourt cuyos servicios a su patria con amplia proyección al exterior honraron a la democracia latinoamericana. Una intensa vida marcada por la rebeldía y el valor en la lucha por la capacidad y el talento en el gobierno enaltecen al ilustre desaparecido enlutando al continente. En estas penosas circunstancias reitero a Vuestra Excelencia la expresión de mi más alta consideración y estima.


Lo propio hizo el presidente de la Cámara de Diputados, Luis Percovich Roca, en una carta enviada a su colega Armando Sánchez Bueno, concebida en los siguientes términos: Lima 29 de setiembre de 1981 Excelentísimo señor: Hondamente consternado por el sensible fallecimiento del eminente estadista americano doctor don Rómulo Betancourt, cúmpleme dirigirme a V. E. para presentarle en nombre de la Cámara de Diputados del Perú, que me honro en presidir, y del pueblo peruano las expresiones de nuestra más profunda condolencia por tan irreparable pérdida. -No cabe duda que el deceso de tan ilustre estadista y paladín de la democracia americana, que en des oportunidades ejerciera la Primera Magistratura de la hermana República de Venezuela, enluta no solamente a la nación venezolana sino a todos los puebles del mundo que conocieron de su amor a la libertad, de sus nobles ideales americanistas y de su brillante trayectoria que lo elevaron al más alto sitial como uno de los más notables estadistas de América. Reciba V.E. mis altas y muy distinguidas consideraciones. También desde Lima la agencia UPI reportó: El Senador Andrés Townsend, del opositor Partido Aprista se unió hoy “como un compañero mas” al pesar del pueblo de Venezuela por la muerte del ex Presidente Rómulo Betancourt. “Con Rómulo Betancourt me unió una amistad de 40 años, desde el común exilio en Buenos Aires, y, como un compañero más, me uno al dolor’ del pueblo venezolano”, dijo el legislador a los periodistas. Añadió que con la desaparición del ex Jefe de Estado venezolano, “muere uno de los grandes constructores de la América Latina contemporánea”. “Rómulo Betancourt significó la feliz coincidencia de la inteligencia, la voluntad y la sensibilidad humana”, puntualizó. Desde República Dominicana el presidente Antonio Guzmán escribió: Excelentísimo señor presidente: Profundamente consternado me dirijo a su excelencia, para expresarle la condolencia del pueblo y del gobierno dominicano, por la muerte del ilustre ex mandatario venezolano don Rómulo Betancourt, fundador del Partido Acción Democrática y destacadísimo político durante más de medio siglo, el hermano pueblo de Venezuela ha perdido a uno de sus más distinguidos ciudadanos, a un insigne presidente y al forjador más conspicuo de la democracia venezolana… Desde Ecuador, el Presidente Osvaldo Hurtado Larrea hizo saber: Tengo a honra dirigirme a vuestra excelencia para expresarle más sentida solidaridad por la muerte, del ex presidente doctor Rómulo Betancourt La desaparición de tan ilustre ciudadano de América Latina enluta por igual a nuestros dos pueblos. Válgome de la oportunidad para reiterar a vuestra excelencia los sentimientos de mi más alto aprecio y de mi cordial amistad. Desde España, Juan Carlos Primero, expresó: Conocida la triste noticia del fallecimiento del que fuera presidente de la República y personalidad señera de la historia contemporánea de ese país hermano excelentísimo señor Rómulo deseo haceros llegar señor presidente en estos


momentos de dolor para vuestra excelencia y la nación entera de Venezuela mi profundo sentimiento de pesar por tan irreparable pérdida Lo propio hizo Leopoldo Calvo Sotelo, Presidente del Gobierno: Impresionado por la triste noticia del fallecimiento del excelentísimo señor Rómulo Betancourt cuya relevante personalidad tanto ha influido en la historia de esa nación deseo haceros llegar señor presidente la expresión de mi más sentida condolencia por tan irreparable pérdida. Con mi más alta consideración. Desde Guatemala, su Presidente Fernando Romeo Lucas García. Escribió: Consternado fallecimiento gran estadista excelentísimo doctor Rómulo Betancourt presento Vuestra Excelencia sentidas condolencias pueblo gobierno Guatemala y mías propias rogándole hacerlas extensivas su apreciabilísima familia. Reacción en los Países del Grupo Andino por la Muerte MADRID, Sep. (Redacción Central de EFE) - Las muestras de condolencia por la muerte del ex presidente venezolano, Rómulo Betancourt, generales en toda Iberoamérica, se manifestaron rápidamente en los países del grupo andino. Así, el presidente peruano, Fernando Belaúnde Terry, calificó su muerte como una “irreparable pérdida” que enluta a ese país y al hemisferio, señalando que su vida fue “intensa y marcada por la rebeldia y el valor en la lucha”. Belaúnde elogió también “la capacidad y el talento en el gobierno” de Betancourt y remarcó que “los servicios” que hizo “a su patria, con amplia proyección al exterior, honraron a la democracia latinoamericana”. El presidente de Colombia, Julio César Turbay Ayala, aseguró hoy que su, muerte deja en ese país “un vacío que no será fácil de llenar”. “Era uno de esos hombres -añadió- con gran visión, sentido del futuro y capacidad para comprender y superar los problemas circundantes de su pueblo y de Hispanoamérica”. Por su parte, el ex presidente liberal Carlos Lleras Restrepo, personal de Betancourt, comentó que “ningún otro político o jefe de Estado de América Latina, en este siglo, ha realizado una obra más fecunda, más positiva, más ceñida a las aspiraciones de los demócratas, al bienestar de su pueblo ya los Intereses generales de su continente”. Turbay anunció que si sus compromisos se lo permiten, asistirá en Caracas a los funerales. El presidente ecuatoriano, Osvaldo Hurtado, expresó también a su colega venezolano, Luis Herrera Campins, su condolencia, y señala que “la desaparición de tan ilustre ciudadano de América Latina, enluta por igual a nuestros dos pueblos”. El anterior despacho fue publicado en el diario 2001 en su edición del día 29 de septiembre de 1981. En la misma fecha el referido periódico publicó un despacho de la agencia UPI desde Bogotá con el texto siguiente:

Preparan Decreto en Colombia Para Declarar Duelo Nacional


BOGOTA, Setp. (UP!).- El Presidente Julio César Turbay Ayala expresó su “profundo pesar y el del pueblo colombiano” por la “muerte hoy en Nueva York del ex mandatario venezolano Rómulo Betancourt. Turbay Ayala, quien ‘“prepara un decreto para declarar en Colombia duelo nacional y otros honores a la memoria del ex Presidente ‘venezolano, dijo que el vacío que deja Betancourt “no será fácilmente llenable”. “Era una de esos hombres de gran visión, con gran sentido del futuro, con gran capacidad para comprender y superar los problemas de su pueblo y aún con gran interés por los problemas que atañen a la América Latina”. dijo Turbay Ayala al comentar la muerte de Betancourt. Turbay Ayala con un apretado programa de actividades esta semana, indicó su propósito de viajar a Caracas para asistir a los funerales de Betancourt, porque existe la “obligación de acompañar hasta el cementerio a quien fue tan noble amigo de nuestra patria”. Por su parte, el ex presidente liberal Carlos Lleras Restrepo, dijo que con la muerte de Betancourt, América Latina “perdió uno de sus máximos inspiradores y dirigentes”. Lleras Restrepo, amigo personal de Betancourt y compañero de una difícil generación política, dijo que la desaparición del padre de la democracia venezolana “me afecta hasta lo más profundo de mi ser”. Desde Washington, la misma agencia de noticias reportó: La muerte de Rómulo Betancourt fue recibida con muestras de pesar en medios del gobierno estadounidense. Sin embargo, como se supo virtualmente a la hora en que estaban cerrando todas las dependencias, no hubo ninguna reacción oficial. En el Departamento de Estado se informó que se está preparando una declaración, la que será dada a conocer mañana. También reportó en otro despacho: El secretario general de la Organización de los Estados Americanos, Alejandro Orilla, calificó esta noche al fallecido ex Presidente venezolano Rómulo Betancourt como uno de los “lideres ilustres” de las Américas, en un mensaje de condolencia enviado al gobierno y pueblo venezolanos con motivo de la muerte del ex mandatario. “Su fallecimiento extiende un aire de duelo en todo el continente americano”, expresó Orfila en el mensaje. Por su parte, desde Bogotá, la agencia EFE reportó: La muerte del ex Presidente venezolano Rómulo Betancourt ocurrida hoy en Nueva York, fue recibida “con tristeza” por Miss Universo, Irene Sáez, quien se encuentra en esta capital. La beldad venezolana, en visita oficial de doce días por Colombia, declaró que “me siento bastante mal con la noticia”. “Betancourt fue un gran luchador por la democracia y un hombre de incomparables condiciones humanas, por lo que la pérdida para mi país es incomparable”, aseguró la beldad. Añadió que “sabia que estaba muy mal, pero esperaba que mejorara. Dios sabe lo que hace”.


En Brasil, según reportó la agencia UPI desde Brasilia Las radios y emisoras de televisión del Brasil abrieron hoy sus noticieros con la noticia de la muerte del ex Presidente venezolano Rómulo Betancourt, ocurrida en Nueva York. El “Jornal Nacional”, el principal noticiero de televisión, dedicó desusadamente cerca de un minuto para referirse a la muerte del político venezolano, acompañando una imagen reciente del ex- Presidente. Radio “Planalto”, de Brasilia, interrumpió su programación normal para informar sobre la muerte de Betancourt. Otro despacho de dicha agencia, desde El Salvador reportó: SAN SALVADOR, septiembre (UPI.- El Ministro del Interior, Ovidio O. Hernández, deploró a nombre de la Democracia CrIstiana Salvadoreña el deceso del ex Presidente de Venezuela, Rómulo Betancourt, ocurrido ayer en Nueva York. Hernández, uno de los altos dirigentes del Partido Demócrata Cristiano, dijo que durante una reunión del Partido se enteró ayer tarde de la muerte del líder venezolano y dijo que “significa una irreparable pérdida no sólo para Venezuela sino para el mundo occidental”. Desde Puerto Rico, un despacho de la agencia AP, reportó: SAN JUAN, septiembre. (AP).- El ex Secretario de Hacienda de Puerto Rico, Jorge Font Saldaña, llamó ayer “una pérdida para la democracia” la muerte del ex Presidente venezolano Rómulo Betancourt. Enterado de su fallecimiento en Nueva York, Font Saldaña, amigo personal del ex Mandatario venezolano, dijo que con Betancourt por primera vez el gran pueble venezolano tuvo oportunidad de expresar su voluntad”. Añadió que Betancourt, quien vivió parte de su exilio en Puerto Rico y era gran amigo del tallecido gobernador Luis Muñoz Marín, representó lo mejor del liderato. Desde Costa Rica, la agencia AFP reportó: SAN JOSE, septiembre. (AFP).- La muerte de Rómulo Betancourt significa “una pérdida irreparable para Venezuela y para la democracia americana”, comentó hoy aquí, consternado, el ex Presidente costarricense, José Figueres. Figueres, 75 años, amigo personal de Betancourt y compañero de lucha en sus batallas políticas contra las dictaduras latinoamericanas, expresó su pésame a los familiares del ex gobernante venezolano., a sus compañeros de Acción Democrática y a todos les venezolanos. “Va mi pésame también -agregó Figueres con voz entrecortada- para quien más pierde con todo esto: la democracia americana”. También, el candidato presidencial del Partido Liberación Nacional, Luis Alberto Monge, se declaró “dramáticamente sacudido por la ingrata noticia” de la muerte do Betancourt. También hubo consternación por su muerte en la Asamblea General de la Organización de la Naciones Unidas. En efecto, el presidente de la Junta Gubernamental de El Salvador, José Napoleón Duarte, afirmó desde ese foro internacional que “La América Latina está de duelo ante la muerte de Rómulo Betancourt”.


El despacho, emitido desde la sede de la Organización de las Naciones Unidas, apunto que “Esa reacción fue un eco de todas las recogidas en el organismo ante el fallecimiento del ex presidente de Venezuela. Duarte, que se apartó de su discurso para rendir tributo a Betancourt, destacó su personalidad y su aporte a la causa de la libertad y la democracia en las américas. Poco después, en la Reunión de Ministros de Relaciones Exteriores del Grupo de los 77, el canciller de Uruguay, Estanislao Valdés Otero, también rindió un tributo, saludando al presidente del sector, el venezolano Manuel Pérez Guerrero. Valdés Otero dijo: “Ante la muerte de su insigne compatriota, el doctor Rómulo Betancourt, deseamos expresar la más sentidas condolencias del gobierno de Uruguay, Cuando fallece de un hombre de la trayectoria fecunda del doctor Betancourt, que ha iluminado la historia de su país, la antorcha no se apaga; la llama, se multiplica y pasa a nuevos y múltiples portadores. Justamente, dicho legado es lo que distingue a los grandes hombres que hacen la historia de sus naciones”. También hubo pesar en la Secretaría Permanente del Sistema Económico Latinoamericano [SELA], la cual hizo llegar al Presidente de Venezuela, Luis Herrera Campíns, su sentimiento de pesar por la desaparición del ex presidente y extraordinaria figura de América Latina, Rómulo Betancourt. La condolencia, suscrita por el Secretario Permanente Adjunto, el costarricense Fernando Berrocal, expresó: A nombre del Secretario Permanente, actualmente en misión oficial en el exterior y en el mío propio, presento a Vuestra Excelencia nuestro más profundo sentimiento de pesar por el sensible fallecimiento del ex Presidente de la República y senador vitalicio, don Rómulo Betancourt, cuya histórica trayectoria en la actividad pública venezolana y su constante preocupación por los problemas de América Latina, hicieron de él una de las figuras políticas más sobresalientes de nuestro hemisferio. Saludo a Vuestra Excelencia con mi más alta y distinguida consideración”. Del mismo modo, el alto funcionario internacional presentó sus sentidas condolencias al doctor Gonzalo Barrios, presidente de Acción Democrática y al ex presidente Carlos Andrés Pérez. Estas expresiones de pesar fueron publicadas por El Nacional el 1 de octubre de 1981. Además en Colombia, según los enviados especiales de El Nacional, en un despacho desde Cúcuta, con fecha 2 de octubre de 1981, los diarios de Colombia El Tiempo y El Espectador de Bogotá comentaron la muerte del ex presidente de Venezuela, don Rómulo Betancourt. El Tiempo en su tercera página del primer cuerpo a cinco columnas habla de que “con la muerte de Rómulo Betancourt, arquitecto de la democracia, América pierde a uno de los mejores hombres”. El matutino habla de consternación en Caracas por su muerte y hace una semblanza del estadista, el político perseguido, los turbulentos años de Rómulo Betancourt al final un trabajo. “Rómulo el hombre”. El texto está ilustrado por tres fotografías, a tres columnas cada una.


El Espectador abriendo la primera página habla de de la muerte de Rómulo Betancourt con título a cuatro columnas y dice: “Duelo democrático en América Latina”. En la segunda página, donde está el editorial y los artículos de opinión, aparece una foto a tres columnas del fallecido ex presidente con las manos envueltas después del intento de asesinato en la Avenida Los Próceres, en Caracas. Edgar Caldas Vera, de la redacción de El Espectador de Bogotá habla de la muerte de Rómulo Betancourt como uno de los estadistas más importantes del hemisferio en los últimos 40 años. En la misma fecha un reportaje titulado “Duelo en América Latina”, del periodista Alberto Rojas Morales, publicado también en El Nacional registró: El gobierno y las clases populares y políticas de Colombia han expresado en diferentes formas el pesar por la muerte del ex presidente venezolano Rómulo Betancourt que ha causado un “duelo democrático en América Latina”, según un titular de primera página en el que se resume el sentir nacional. Betancourt, quien según lo recordó un oyente de radio fue junto con el extinto presidente Raúl Leoni vendedor de baratijas en Barranquilla durante la época de exilio se convirtió en uno de los máximos dirigentes de nuestro continente”, de acuerdo a la opinión del ex mandatario colombiano Carlos Lleras Restrepo. “Lo conocí cuando comenzó su lucha contra la dictadura de Juan Vicente Gomez”, dijo en forma pausada Lleras Restrepo al recordar que Betancourt “fue uno de los líderes estudiantiles que se levantaron contra la tiranía y fue uno de los pocos que pudo escapar de Venezuela porque a sus compañeros los condenaron a trabajos forzados”. Lleras Restrepo fue posiblemente uno de los amigos más cercanos del ex mandatario venezolano que es recordado aquí como uno de los principales gestores del establecimiento de la hoy poderosa flota mercante Grancolombiana, de la que se retira Venezuela durante la dictadura del general Marcos Pérez Jiménez. Ahora los socios son Colombia y Ecuador. “Siendo un hombre de izquierda y habiendo peleado contra dos dictaduras sucesivas, la de Juan Vicente Gómez y luego la de Pérez Jiménez, siempre buscó medios de persuasión política, sin que le faltara tampoco el gesto audaz revolucionario”, recordó Lleras Restrepo al hablar a la prensa. También dijo Lleras Restrepo que el extinto presidente Betancourt fue un luchador permanente por el buen desenvolvimiento de las relaciones colombovenezolanas para las que “dio todo su talento y todo su valor para conquistar un entendimiento permanente y profundo entre las dos naciones”. El diario El Espectador abre su primera página de edición de este martes titulando “Duelo democrático en América Latina” por la muerte de Betancourt y dedica dos páginas interiores a informaciones relacionadas con la vida del llamado Arquitecto de la Democracia Venezolana. El Tiempo también publica en su primera página del martes la noticia del fallecimiento de Betancourt, pero con menos despliegue, aunque dedica toda su tercera página a relatar la labor que desarrolló en pro de Venezuela v la América Latina.


Todos los sectores colombianos recuerdan a Betancourt y lo ponen como ejemplo de una vieja clase política de hombres honestos dedicados a luchar por si principios sin buscar fines económicos personales. Las emisoras de radio y las cadenas corno Caracol, BCN y Modelar, suspendieron ayer tarde su programación normal para informar sobre la muerte de Betancourt y transmitir apartes de sus discursos, biografía y anécdotas de su vida. Además, un despacho desde Madrid, producido por la agencia EFE, recogió las declaraciones del entonces presidente peruano Fernando Belaúnde Ferry calificando su muerte como “una pérdida irreparable que enluta a ese país y al hemisferio” y señalando que su vida fue “intensa y marcada por la rebeldía y el valor en la lucha”. Belaúnde elogió también “la capacidad y el talento en el gobierno” de Betancourt y remarcó que “los servicios” que hizo “a su patria, con amplia proyección al exterior, honraron a la democracia latinoamericana”. En cambio, el presidente de Colombia, Julio César Turbay Ayala, aseguró que su muerte deja en Venezuela “un vacío que no será fácil de llenar”. Y añadió: “Era uno de esos hombres -añadió- con gran visión, sentido del futuro y capacidad para comprender y superar los problemas circundantes de su pueblo y de Hispanoamérica”. Por su parte, el ex presidente liberal Carlos Lleras Restrepo, amigo personal de Betancourt, comentó que “ningún otro político o jefe de Estado de América Latina, en este siglo, ha realizado una obra más fecunda, más positiva, más ceñida a las aspiraciones de los demócratas, al bienestar de su pueblo ya los Intereses generales de su continente”. Del mismo modo, el presidente ecuatoriano Osvaldo Hurtado expresó que “la desaparición de tan ilustre ciudadano de América Latina, enluta por igual a nuestros dos pueblos”.

BETANCOURT MULTIFACÉTICO


Del periodista Pedro Ramón Romera es el ensayo que sigue sobre la vida y la obra de Rómulo Betancourt, publicado en el diario 2001 el 29 de septiembre de 1981, un día después de su muerte física en un hospital de Nueva York: -Luego de asumir su gobierno, fuimos encomendados para una entrevista en “Los Núñez” que así se llamaba la residencia presidencial de entonces. Era una de esas pocas entrevistas que Rómulo solía conceder a los, como presidente, había sido solicitada durante meses. Al fin había llegado el día. Pero lo que prometía ser un diálogo cordial, único, a solas, que verteríamos a una o dos páginas en el Diario para el que, entonces, trabajábamos, una entrevista ordinaria, porque a tos cinco minutos de estar conversando, hubimos de acceder a la petición del Presidente. Debíamos aguardar otra media hora para luego, junto con otros tantos periodistas, nacionales y extranjeros, y una avalancha de fotógrafos y camarógrafos, al salón de estar de “Los Núñez”, donde el Presidente Betancourt ofrecería una importante rueda de prensa. Se anunciaba la suspensión, apenas en agosto de 1959, del llamado “Plan de Emergencia”, lo que llevó al gobierno a suspender, por primera vez las garantías constitucionales. El llamado “Plan de Emergencia” no era otra cosa que un subsidio al desempleo, mediante el cual se malbarataron millones de bolívares, por obra de una buena idea mal administrada y peor conducida por quiénes, desde cargos subalternos, tenían el encargo de hacer llegar a miles de hombres sin ocupación lo que el Estado destinaba que salieran del paso, hasta, tanto se abrieran las fuentes permanentes de trabajo que le dieran ocupación estable y bien remunerada. Surgió, entonces, una natural reacción popular. Quienes habían comenzado, desde 1958, a parapetearse con el “subsidio”, no pudieron contener reacciones de .contrariedad. Hubo manifestaciones; se lanzaron a las calles “conservadores”.y “Revolucionarios” de los sectores marginales y el gobierno de Betancourt no encontró otra fórmula que suspender las .garantías. El Plan de Emergencia, por supuesto, no


estaba solucionando nada, y por el contrario, se llevaba una buena tajada del erario público. Mientras aguardábamos en el sitio de espera de “Los Núñez”, sólo en el austero salón, la tentación nos visitó y nos acercamos con la natural cautela a un pequeño muro, en el que reposaba un lindo matero. En un costado, poco visible, había una pipa dentro de un cenicero. Surgió en nosotros la natural lucha entre el bien y el mal; algo nos decía, Interiormente, que no debíamos hacerlo: pero una fuerza más poderosa que .la primera, nos impulsaba, aunque no por ningún acto que tuviera que ver, ni remotamente, con cleptomanía, que era una ocasión digna de tener en nuestro poder una de esas pipas de las que tanto se hablaba y a las que tanto se atribuían “poderes especiales”, de esos que, mucha gente del pueblo, solían asociar con los aciertos de Rómulo y sus frecuentes salidas airosas cuando debía afrontar problemas de envergadura. Decididos ya a apoderarnos de la pipa de Rómulo, casi extendiendo ya la mano, después de haber comprobado en rápidos, pero minuciosos vistazos que no había “moros en la costa”, debimos retirar bruscamente la mano y esconderla sin nada en nuestro bolsillo derecho del pantalón. Justamente, en este preciso instante, casi advirtiéndole al Inicio por obra de la Providencia, irrumpieron en el salón de espera un funcionario de poca jerarquía de las relaciones públicas de “Los Núñez” y un ballet que nos servirla un café aguarapado. Rómulo nos había enviado sus excusas a la vez que nos indicaba que, por ahora, la entrevista quedaba interrumpida. La continuaríamos en otra ocasión, pero no tan generosa como la habíamos supuesto al inicio. Sorbimos el café de manera cauta porque aún estaba humeante. Se nos diría que tendría lugar una importante rueda de prensa, a la que concurrirían, a pocos minutos, gente de toda la prensa del país y representantes extranjeros. Que si deseábamos quedarnos para aguardar el desarrollo de la misma podíamos hacerlo. Así aceptamos, pues la oportunidad se presentaba ideal. Cuando se hubieron retirado el bedel y el funcionario de Relaciones Públicas, llamamos por teléfono al Diario, para decir que no enviaran sino a un fotógrafo, que nosotros nos encargábamos de la situación. Volvimos a quedar a solas por unos pocos minutos, pero ya la decisión estaba tomada. Cuando nos sentíamos armados de valor, extendimos la mano y en un solo movimiento, casi brusco pero perfecto la pipa reposaba en nuestro bolsillo. Poco duraría, como dice el refrán “el pan en la casa del pobre” y, si aquí vale la expresión, cien años de perdón tendrá quien la hurtara posteriormente. Sólo 72 horas tuvimos con nosotros la pipa. La teníamos como un objeto de suerte. Y a fe nuestra que, sea como fuere y por obra de lo que se quiera atribuir, desde entonces, la buena suerte nos ha acompañado. Así espero que, también, la tenga quien me la sustrajo tan pronto la tuvimos. Pero dejemos nuestra propia historia, que se hace larga, para volver con la anotación de la Pipa de Rómulo que nos hacen Liscano y Gottberg. Ellos expresan en su Multimagen de Rómulo, lo siguiente: Acerca de la incorporación de la Pipa Rómulo me dice: “Yo estaba enconchado en la época de López Contreras y fumaba cigarrillos negros. En una de esas conchas encontré un libro sobre el arte de fumar la pipa. Entonces hice la prueba: comencé fumando picadura criolla, negra; ese tabaco picado que fumaban los arrieros. Desde entonces decidí cambiar la amistad efímera del cigarrillo por la más permanente de la


pipa. Les digo a mis amigos que no me regalen pipas de espuma de mar porque son muy calientes para la mano... y para el bolsillo”. Y continúa el relato sobre la Pipa de Rómulo, es decir su hábito por fumar pipa, cuando Liscano y Gottberg, apuntan: “Y… bueno, en materia de picaduras, los que fuman esas mezclas tan aromáticas son los recién llegados a la pipa… para que gocen los que estén al lado y amargarse ellos, porque las picaduras aromáticas tienen mucha sarrapia sintética y componentes químicos que, con el calor, dejan escapar un líquido amargo que pone un regusto desagradable en la boca del fumador. Me acuerdo de mi amigo el coronel Armas Pérez, que cuando veía a alguien bebiendo coctelitos y guarapitos azucarados, decía, con el mayor de los desprecios: “Ese no sabe beber”. El fumador de raza no le pone a la pipa esas fantasías. Cuando ejercí la presidencia de la República, tenia una criada gallega –Carmina-, que apenas veía venir un comité de damas, recogía todas las pipas de los alrededores... (suelta una carcajada que le sacude los hombros y los antebrazos mientras se agarra a los brazos del sillón) porque las mujeres se las robaban como recuerdo… Entonces yo buscaba una pipa para fumar y no la encontraba por ningún lado..” Betancourt sigue hablando sobre su afición a la pipa y nos dice, en el relato de Liscano y Gottberg, que seleccionaba las pipas del día según su estado de ánimo y las calificaba unas a otras. Por ejemplo, Rómulo llamaba a algunas de sus pipas “Pizpiretas” por el hecho de tomarlas de tomarlas casi maquinalmente sin advertirlo él mismo, y se las metía en el bolsillo cuando tenía estados de buen humor. Por lo regular, cuando esto ocurría siempre hacía un buen día y un sol espléndido. Decía también Betancourt que él solía curar personalmente sus pipas y nada de particular les ponía. A este punto evocaba a Davidoff, el “rey del tabaco”, quien recomendaba que curara las pipas con leche y que, posteriormente se les agregue unas copas de coñac. Betancourt, entonces, solía decir, en su lenguaje espontáneo y criollo, “yo las curo a fuerza de lengua”. Pero Rómulo no era un fumador sin cultura, a pesar que procedía en base a su propio criterio. Solía tener preferencia por las marcas “DunhilI, Longcham y Savinelli”. ¡Qué buenas son se le escuchaba decir, con frecuencia, pero de inmediato coronaba la expresión con “¡pero que caras las Savinelli “punto de oro”. Agregaba, luego: “las francesas forradas en cuero son muy “funcionales”. No se calientan las escandinavas, con su prosapia vikinga, son obras de artesanía espléndida. Los que las labran tienen una sabiduría heredada que se remonta a siglos. Cuando estaba exiliado en los Estados Unidos, tenía pipas de maíz que son baratas, sabrosas, livianas y se tiran cuando el fuego las perfora”. EL POLITICO Quizá el rasgo más interesante de Rómulo es el de político. Aquí se encierran detalles que nos permiten ver cómo hizo su carrera. Tal como él dijera en su discurso al inaugurar la sede de la Federación de Trabajadores Petroleros de Venezuela, en diciembre 16 del año 1960. “Del pueblo vengo…” Nadie podrá atestiguar, porque no hallará elementos de juicio probatorios, para desmentir este aserto de Rómulo. Proveniente del pueblo, desde su nacimiento, ocurrido en una modesta casa de Guatire, inmueble que años más tarde después de uno de esos tantos regresos al país fuera ya de las obligaciones como presidente, se la adquiriera por colecta popular y que


él donara para un museo popular. Decíamos que su nacimiento y el transcurrir de sus años mozos no tuvieron, por cierto, el halago de la buena fortuna. Por el contrario sufrió de las naturales privaciones a las que están acostumbrados quienes nacemos en cuna humilde. Sin embargo, seria, precisamente, ese modesto origen uno de los incentivos que lo llevaría a procurar una posición que, al correr del tiempo, cristalizaría con creces. Venezuela y América conocerían de sus actuaciones y su nombre pasearía, con el natural prestigio, por toda la inmensa geografía americana, sin descartar otras latitudes extracontinental. A través de toda su carrera de político, es decir durante más de 50 años, Rómulo fue un buen orador. Le habló siempre, al pueblo en su propio lenguaje y esto, por supuesto, es una habilidad de la que muchos de sus colegas carecen. Se puede hacer gala de un verbo encendido; se puede, también, tener esa facilidad de expresión mediante la cual las palabras brotan a torrentes; se puede hasta llegar a ser frío y calculador en la oratoria, pero lo que no se puede, a menos que se tenga la misma reciedumbre oratoria de un Rómulo Betancourt, es convencer a la multitud, diciéndole, inclusive, cosas que pudieran no resultarles del todo agradables. Se pudiera llegar a decir de Rómulo que era impulsivo, vehemente; apasionado, pero todas esas características estaban domeñadas por su deseo de actuar en base a su verdad. Es decir, si debía decir al pan, pan y al vino, vino así esto supiera el origen de una crisis o el distanciamiento de cualquier amigo o dirigente Rómulo no se privaba de ello. Eso, quizá, fue uno de sus rasgos más destacados como tribuno. Tenía, pese a que su voz carecía de la sonoridad más atrayente o ese engolamiento que muchos estudian frente al espejo durante horas y horas ante de enfrentarse al soberano, un encanto especial que atraía en atención a las multitudes, sólo igualado por otro de sus compañeros de partido prematuramente desaparecido; el Ilustre bardo cumanés Andrés Eloy Blanco. Como parlamentario, Rómulo se distinguió igualmente con luz propia. Conocidos son sus discursos y bien comentados en su justa dimensión conceptual. Junto a ellos, su característica peculiar, de adobarlos con esas palabras exóticamente, que le daban a algunas frases su sello peculiar y al contenido una factura de un extraño tropicalismo. En la parte reservada a “El Orador”, el libro “Multimagen de Rómulo”, dice en una corta introducción a una serie de estupendas gráficas: “Rómulo Betancourt ha sabido ajustar gestos y tonos a las necesidades del tiempo y a las exigencias de su propia carrera política. Aunque ya no cultiva jacobinismos juveniles, conserva ese estilo Impactante entre lo coloquial y lo rebuscado, entre lo risueño y lo regañón que le ha sido característico a todo lo largo de su carrera politica”. Sobre una tribuna, Rómulo agigantaba su propia figura. Sabía enfrentar al soberano. Gozaba, como siempre lo demostró, de un recio temple y una seguridad sin límites. Era capaz de encender en entusiasmo a la multitud como de lograr de ella el más absoluto silencio. Sabía hacer el chiste oportuno o, si así lo reclamaba la situación, enfrentar al propio público para demandar el silencio. Se le recuerda cuando, en plena escogencia del candidato presidencial de AD, que se disputaban el ahora Secretario General del Partido Jaime Lusinchi, y quien lograra, a la postre la nominación, Luis Piñerúa Ordaz, en el Poliedro intervino en lo que fue un discurso de la más rancia


conciliación, en el que demostró que, pese a cualquier diferencia circunstancial, sabia poner muy en alto el nombre de Acción Democrática. Pues en ese mitin fue interrumpido una y otra vez, pero no por consignas y mucho menos por abucheos, sino por aplausos. Y fue éste, más o menos, el diálogo entre la muchedumbre y Rómulo, en medio de su disertación. “En Acción Democrática hemos demostrado capacidad para actuar, serena y cívicamente -comenzó diciendo el prestigioso líder guatireño- y ni la gente de Luis Plñerúa ni la gente (aquí fue largamente interrumpido por los aplausos y los vítores interminables) ¡No! ¡no! ¡no! Silenciol He dicho silencio!... ni la gente de Jaime Lusinchi (fue interrumpido nuevamente por abrumadora ovación y los interminables vivas). Volvería don Rómulo a exigir el silencio pero, ahora, amenazaría, de manera decidida y enfática, con abandonar la tribuna, y, así, se dirigiría al público en estos términos: “Silencio! ¡He dicho silencio! Si vuelven a aplaudir cojo mi sombrero y me voy”. Notando por supuesto, Rómulo, la obediencia de los miles de concentrados, es entonces cuando echa mano al recurso de suavizar su arenga, y agrega a la frase: “Y soy uno de los últimos sombreristas que quedan en el mundo. Por supuesto que logró el efecto que deseaba. La muchedumbre estalló en risas y aplausos, pero ya luego no le interrumpiría sino en muy breves ocasiones, sólo para seguir aplaudiendo. Aquí Rómulo denotó, como ya antes lo ti cientos de ocasiones con iguales resultad manejar a su público; que sabía hacerlos levantar de sus asientos; y hasta que sabía hacerlos aplaudir cuando que sabia hacer lograr su silencio cuando lo precisaba. Hay quienes aseguran que Rómulo se lucia cuando más meditaba sus frases, es decir cuando más disciplinaba su pensamiento y lo ajustaba al quehacer político del momento pues producía intervenciones realmente brillantes; pero otras piensan que han sido sus discursos improvisados, de esos nacidos de la espontaneidad circunstancial, los que ganaron mayor popularidad y respaldo entre su propia gente y entre esa masa de supuesta amorfidad política a la que se ha dado en llamar independientes, entre quienes también tenia crecido número de admiradores el líder guatireño. De sus discursos improvisados se recuerda aquel que dijera el 6 de enero de 1978 en el seno del Comité Político Nacional de Acción Democrática: “El Partido Acción Democrática nació, creció, luchó hasta el sacrificio de muchas vidas cuando cayó sobre Venezuela la ignominia dictatorial y ha gobernado y debe seguir gobernando, con sentido de misión, con entrega total de sí misma al engrandecimiento del país y al bienestar de su pueblo”. Tómese en cuenta que sus frases tienen una distancia de medio siglo entre el 1928 y el momento de pronunciarlas. Medio siglo que, si bien muchos pueden abonarle el nutriente de la experiencia y a curtiembre política, también, en el trópico, es signo -en algunos casos- de cansancio, de agotamiento, de pérdida de facultades que, en el caso de Rómulo, nunca se hicieron presentes. Pues bien, esos cincuenta años, durante los cuales transcurrieron hechos trascendentales de todo tipo en la vida de Rómulo y la del país, no hicieron mella alguna para que el veterano líder dibujara, con la llanura de su expresión, una inmensa verdad bordada en unas pocas palabras; una realidad venezolana profunda, intensa, en una sola frase. Por eso Betancourt convencía como orador, como siempre convenció como político y como venezolano.


SU VALENTIA Como político muchas son las facetas destacadas de Rómulo. Pero será definitiva su valentía la que cobrará sello de extraordinaria. La había patentizado ya en sus años mozos del 28, pero la ratificaría más tarde en los carcelazos y en la clandestinidad. No había lugar a dudas, Rómulo era uno de esos extraños venezolanos con suficiente tabaco en la vejiga; de esos venezolanos con suficiente guáramo, que sabían enfrentar la adversidad y los peligros. Pero, definitivamente, su consagración la dejarla sentada como político valiente durante su periodo constitucional que se inicia el 58. No le arredrarían ni los amagas de asonadas; mucho menos los anuncios de atentados; ni siquiera el atentado mismo de que fuera víctima por parte de la tiranía trujillista. A los pocos días de haber salido con vida pero seriamente herido en sus manos, se gastaba el tupé de hacer chistes desde Miraflores, pidiendo a sus compatriotas, amigos o enemigos que fueran a descansar, que aceptaran las buenas noches. Mientras Trujillo empleaba el crimen en las sombras, sin lograr su cometido, Betancourt echaba manos al recurso democrático del organismo regional de la OEA, desde donde proyecta y logra, con suficiente mayoría, la condena del régimen sanguinario de “Chapita”, a quien el destino le tendría reservada una muerte propia de pistolero. Se cumplía, a cabalidad, aquella sabia sentencia criolla, de “quien a hierro mata no puede morir a sombrerazos”. La justicia bien empleada, con sus legítimos fueros, no podía arrojar otros frutos. La acción criminal, de un Chapita ensoberbecido, que pretendió cegar la vida de Rómulo, hallaría contrapartida cuando sus opositores, acicateados por la condena sonora y rotunda de la OEA, se reagrupaban y cobraban bríos para acometer empresas tan riesgosas como la de asesinar al sátrapa. LA PASION DE ESCRIBIR En las primeras cuartillas de este trabajo, que se ha centrado en la maravillosa obra de Liscano y Góttberg, apuntábamos nosotros que, más adelante, elencariamos la lista de libros producidos por Rómulo Betancourt. Y así lo haremos al concluir la trascripción de lo que “Multimagen de Rómulo” describe como la pasión de escribir del prestigioso líder. Dice el trabajo de Liscano y Gottberg, refiriéndose a una foto de Rómulo en la que aparece, atacando a su inseparable pipa, y corrigiendo un manuscrito suyo: “Una foto del 67 muestra a Rómulo en su mansarda de Berna. Como he dicho en otra parte, a la hora de trabajar tiene el sentido de lo Indispensable; un rincón, una mesa cualquiera donde poner los libros, los papeles y las pipas; y una silla no muy cómoda constituyen su universo. Quizá sea la foto de Berna la que más lo revela en plan de escritor: una lámpara maltratada, el suéter de andar por casa, y la pipa, que es casi uno de sus órganos vitales Al fondo, en aparente desorden, todos los libros y papeles que está manejando. Betancourt, es un hombre en quien la actividad política tiene que contender a diario con la pasión de escribir. Después de producir un estudio sobre petróleo, apenas se concede el reposo de cambiar de tema. Traza, entonces, el retrato de un hombre al que admira sinceramente: el violoncello, el arco, la mano pecosa, la camisa sin corbata, la pipa, los anteojos de marco de acero, y la mirada a lo


lejos que parece conversar con Juan Sebastián Bach. Si Betancourt tiene el espíritu en calma le salen de la mano estos retratos un poco al sepia, un poco nostálgicos, de quienes han sido sus amigos, como este Pablo Casals; o ha admirado desde lejos como aquel Juan Masaryk, hijo del viejo Masarylç, político y devorador de libros como Betancourt. Pero hay veces en que el líder advierte la presencia de los antihombres, entonces a pluma comienza a hacer trazos amargos, ácidas caricaturas de sojuzgadores de pueblos. Franco, Trujillo, Gómez, o de los engañadores de pueblos como Juan Domingo Perón. DE LA MAQUINA A LA PLUMA Aunque pudiera significar un retroceso, pues generacionalmente primero está la presencia de la pluma, desplazada, luego, por la aparición de la máquina, en Betancourt los actores se invierten, pues el atentado dinamitero que condujeran los criminales dominicanos con la complicidad de los inadaptados venezolanos, hicieron que este cambio se operara. El atentado había cobrado algo, Rómulo, sin haber perdido, por supuesto, su antigua facultad para escribir a máquina, sintió, desde entonces, que la tarea a pluma se le hacía menos difícil. Acerca de esto “Multimagen” dice al pie de otras dos fotos estupendas de Rómulo: Su colección de plumas de una misma marca y punto obedecen en el Rómulo de hoy a la necesidad de comunicarse por medio de la palabra escrita. Hasta el atentado dinamitero preparado por la reacción dominicano-venezolana escribía en una en una máquina portátil que lo acompañaba a todas partes. Ahora escribe a mano cartas, fichas bibliográficas y unos recados muy concisos de hombres acostumbrados a dar órdenes que son obedecidas y a hacer el seguimiento a distancia de todo cuanto dispone. Tiene la letra casi vertical, de trazo anguloso. En estos papeles no se advierten tachaduras. Lo que revela que la mano está al servicio de una cabeza bien organizada. Esas notas suyas no dejan lugar a dudas en quienes las reciben. A pesar de estar constantemente acicateado por la urgencia, la letra de Betancourt, clarísima, no deja espacio para la adivinación o la interpretación errónea de la nota. Con esa misma letra contesta muchas de las cartas que recibe. Las lee todas. Cuando la respuesta ha sido dictada a su secretaria, agrega una líneas muy personales. Agrega cosas como ésta, refiriéndose a una situación que le era fastidiosa “Es demasiado de mucho, como dice mi querida gente de Puerto Rico”; o ”Los que estaban esperando que yo respondiera se quedaron con los crespos hechos”. Y uno puede adivinarle la sonrisa rabelesiana mientras traza esas líneas. Sus cartas podrían no ir firmadas sin que se corra el riesgo de que no se identifique al autor, Su firma ha autorizado documentos tan importantes para la Venezuela contemporánea como la Ley de Reforma Agraria. Pero, igualmente, lo llenan de orgullo las firmas estampadas al pie de sus declaraciones de bienes a la entrada y salida del poder. En ellas lo que se acrecienta es el pasivo, porque el presidente se ha ganado amigos y enemigos que son una recomendación, con los compromisos del poder le han nacido acreedores que ha ido satisfaciendo muy lentamente. Hace poco le oí parodiar a José Martí, entre amoscado y risueño “He quemado en salvas de funcionalidad mis últimos cartuchos”. Es que para realizar la Operación Remendando a Pacairigua, debió


obtener un préstamo bancario en forma de pagaré; y cada vez que ve a los albañiles trabajando en el patio lo molesta el fantasma del nuevo compromiso. HE AQUI LOS LIBROS Y ENSAYOS DE ROMULO En las Huellas de la Pezuña, Santo Domingo, 1929. Con quién estamos y contra quiénes estamos. San José, Costa Rica, 1931. Una República en Venta, Caracas, 1937. Problemas Venezolanos, Editorial Futuro, Santiago de .Chile, 1940. Trayectoria Democrática de una Revolución, Imprenta Nacional. Caracas, 1948 (Papeles presidenciales durante el .trienio de gobierno 1945.1948). Panamericanismo y Dictadura, México, 1953. Pensamiento y Acción, México, 1954. Venezuela, Política y Petróleo, Fondo de Cultura Económica, México, 1956. (Tres reediciones posteriores por la Editorial “Senderos”, Caracas, Venezuela. Las Facultades de Economía, de las Universidades venezolanas utilizan esta obra como texto de referencia). Posición y doctrina, Editorial “Cordillera”. Caracas, 1958. Dos ediciones. Hacia América Latina Democrática e Integrada (dos ediciones junio-agosto 1967, por la Editorial “Senderos”, Caracas; y una tercera edición por Taurus Ediciones SA. Madrid, 1969). La Revolución Democrática en Venezuela (Recopilación documentos presidenciales en el periodo de gobierno 1959-1964). Venezuela Dueña de su Petróleo, Ediciones. Centauro. Caracas, 1975 (14 ediciones), El Petróleo de Venezuela, Editorial Fondo de Cultura Económica de México (2 ediciones). 1976. Multimagen de Rómulo, Vida y acción de Rómulo Betancourt en gráficas. Textos de Juan Liscano y Carlos Gottberg. Editorial Arte, Caracas, 1978. Venezuela, política .y Petróleo. Prólogo de HughThomas, Editorial Seix Barral, 1978. El Petróleo de Venezuela. Prólogo del Lic. Victor Urquidi. Editorial Seix Barral, 1978. América Latina: Democracia e Integración. Prólogo de Dardo Cuneo, Editorial Seix Barral, 1978. SU SENSIBILIDAD NO ERA SOLO PARA LA POLITICA Hay. otro capítulo que “Multimagen” presenta como una faceta si no desconocida, por lo menos poco conocida, de Rómulo. Su cercanía, amistosa en muchísimos casos, con los artistas y los intelectuales. Esta faceta casi podrá sorprender a algunos, pues no era la que más se publicitó del recio líder mirandino. Era poco dado a las expresiones publicitarias con este tipo de contacto que, a su juicio, debían quedar reservados sólo para la buena relación, porque así debe actuar la


discreción de un político y de un mandatario pues los propios artistas casi no precisan de tales promociones. De allí que a Betancourt, salvo en las ocasiones de Imprescindible rigor oficial, no se le viera apareciendo en la prensa halagando con su presencia el trabajo de tal o cual artista. De este capítulo, dicen Juan Liscano y Carlos Gottberg, en “Multimagen”: CON LOS ARTISTAS Y LOS INTELECTUALES Bastante gente se asombrará viendo estos testimonios gráficos del trato frecuente de Rómulo Betancourt con poetas, pintores, músicos. Y comentarán: “De dónde salió eso?, si Betancourt sólo se interesa por la política”. Hay como una réplica a esa conseja generalizada en lo que dijo la periodista Alicia Segal: “Mire bastante gente, que no me conoce de cerca, me imagina un señor que dedica las 24 horas del día, Incluyendo las del sueño, a pensar y actuar en política. Los que han tenido acceso a mi intimidad, saben cómo son de variadas mis inquietudes, inclusive inconexas para una estimativa superficial. La política si ha centrado mi mayor preocupación. Pero también disfruto de la literatura, del arte, de los deportes. Tengo satisfacción lo mismo leyendo el extraordinario libro póstumo de André Mairaux que traducido se llamaría “El Hombre Precario y la Literatura”, como viendo a nuestro compatriota pelotero Luis Aparicio desbaratarle en el Yankee Stadium de Nueva York un hIt a un cuarto bate de la novena contraria ¿no? Manosear libros usados y estampitas de santos de siglos atrás en las ventas de viejo de la margen Izquierda del Sena, en Paris, la famosa “rlve gauche” me causa tanto agrado como pasarme dos horas lanzándole maní a los ositos de Berna, pirueteros en su foso para alegrar a los niños,., de hasta ochenta años. “Hacer de papanatas” borojiano me gusta, y disfruto lo Inimaginable entrando a las tiendas de antigüedades de la IV AvenIda de Nueva York para manosear piezas japonesas y estatuillas del Renacimiento, o vagar al azar por las callejuelas sucias de Nápoles que el director italiano de cine De Sica universalizó en “Ladrón de Bicicletas” ¿recuerda? Bueno, o caminando a medianoche, sin la presencia afectiva y muy incómodamente efusiva de mis compatriotas, por las calles coloniales de Mérida. He tenido tanto agrado en Londres comprando junto con Renée ñame y verduras en el mercado jamaiquino de Portobeilo, como descifrando el testimonio en piedra de las civilizaciones antiguas catalogado en el Museo Británico y saqueado a Egipto, Grecia, Italia y América Latina por la Gran Bretaña imperial. (La Venedemocracia, Alicia Segal, Editorial Monte Avila, Caracas, 1978). INQUIETO, INTRANQUILO, JAMAS SUPO DEL REPOSO A Rómulo jamás se le vio en reposo. Por lo menos públicamente. Si se concedía esos periodos, pequeños por cierto, entre la política, sus obligaciones de otro tipo, y la necesidad de no dejarse sumergir en el abatimiento físico, esos, necesariamente, no podrían ser calificados de reposo. Apenas, en algunas escasas ocasiones, ya casi cercano a sus cuarenta años de infatigable trajinar político, Rómulo escapó de la arena política doméstica pero su descanso entonces, consistía en escribir y, a quienes le


conocieron en esos momentos de cerca, les consta que se mantenía al día en cuanto al acontecer nacional, ya porque se hacia llegar casi a diario la prensa venezolana ya porque, como buen conversador, se hacia de la inmediata realidad a través de la charla del amigo o del simple relacionado. Sin embargo, en algunas de las fotos que les daremos a publicidad, tomadas de “Multimagen”, de cuya obra, repetimos, es digna y casi obligada de toda biblioteca venezolana, veremos a Rómulo en imágenes poco divulgadas y, si se quiere, Inéditas hasta entonces. “Muchas de estas fotos -dice “Multimagen de Rómulo”- dejan la impresión cierta de lo efímero de la tranquilidad, se siente que Betancourt será absorbido de inmediato por su condición tremendamente activa. Aunque no lo sea, su espíritu lo mantiene preguntando, observando cosas y mostrándolas a quienes -gracias a Dios- sí estamos adecuados a la melancólica papanateria: afortunados transeúntes de feble memoria, taguareros ocasionales, expertos en el arte de perder el tiempo: Hace apenas media hora, en los mismos talleres dónde escribo estos comentarlos a vuelamáquina, Rómulo Betancourt quien está corrigiendo las pruebas de un libro suyo, le decía a Eunlce, la bella colaboradora de Alirio Palacios: “Muy bien, mi hija, así se hace, trabaje duro y luego salga, diviértase con su novio ¡viva! porque la vida es bella y muy sabrosa”. Suelta la risa y le advierto en el fondo cierto dejo nostálgico por una vida que su espíritu batallador le ha Impedido llevar. ASI LO VIO JUAN LISCANO ANTE SUS OBRAS Y LA HISTORIA Si nos hemos dedicado, con exclusividad, a tomar toda fuente de información y a trasladar textualmente los maravillosos párrafos de “Multimagen de Rómulo”, es porque hemos considerado que sólo en ella teníamos la ocasión de poder cumplir con un trabajo ambicioso, desplegado, y, ¿por qué no decirlo? con la garantía de una buena presentación que no mediatizara la premura conque se nos presentaba la situación. Hacer páginas y páginas de un Diario sobre la recia personalidad de uno de los políticos más distinguidos, sino el que más, de nuestra moderna democracia, no es, simplemente, una empresa fácil, por el contrario si no tomamos como asidero trabajos de alta recomendación, contentivos, tanto en el espacio literario como en ángulo gráfico, de una documentación casi completa además de exquisita, entonces íbamos a correr el riesgo de llevar a nuestros lectores algo signado por la mediatización o, tal vez, por la improvisación. Después de haber visto todo cuanto acerca de Rómulo Betancourt se ha escrito en este país, no podíamos menos que acceder a la estupenda obra “Multimagen de Rómulo”, porque con ella, como pretendemos haberlo conseguido, lográbamos la perfecta ayuda y sin la Intención de plagio alguno, porque abundantemente hemos citado el origen y hemos calificado la valía literaria de la obra, a la que no dudamos en Indicar como libro de rigurosa consulta sobre la política venezolana del último medio siglo. Y no podíamos seguir adelante, sin citar, textualmente, cómo Juan Liscano ve a Betancourt ante sus obras y la historia. De nada valdría reseñarlo, pues su estupenda prosa jamás sería igualada por el comentario apretado. Por ello, la vibrante escritura del poeta Liscano, que casi parecen rezos llevados de su intelecto al libro plasma en


las letras desde el recuento de la trayectoria de Betancourt a los aspectos de éste como Luchador Político; su regreso a la Patria; década de exilio, sus dos presidencias; su encuentro con Fidel Castro, y tantos otros apasionantes capítulos, de los que apenas no por falta de ganas sino de espacio, repetimos trasladaremos a este trabajo. Cuando Liscano escribe en el capítulo ROMULO BETANCOURT, hace una singular semblanza que nos pinta un Rómulo con todos y cada uno de sus detalles conocidos y tantos otros desconocidos. Dice Liscano, así: ROMULO BETANCOURT Rómulo Betancourt nació en Guatire, en 1908 el mismo año en que Juan Vicente Gómez ascendió al Poder, impulsado por todos los sectores del personalismo político venezolano. Sus padres eran gentes de clase media. Escribían versos y fundaron una de esas pueriles hojas de prensa provinciana que respondía al nombre de “El Geranio”. El niño Betancourt estudió en su pueblo natal hasta el 6º grado. Cursaba en una singular Escuela Taller, fundada por Juan José Fermín, un entusiasta admirador de la Escuela Nueva. Los niños iban al río a cortar las cañas con que edificaban los galpones para las clases, excursionaban, respiraban el aire puro del guatirense, hacían los ejercicios físicos. El profesor Fermín fue el primero en importar a Guatire una pelota de foot-ball. La familia Betancourt emigró luego hacia la capital. Rómulo ingresó al Liceo Caracas y fue discípulo del Maestro Gallegos, por entonces simple profesor de Psicología. Las primeras aficiones del joven Betancourt fueron literarias. Escribió cuentos y hasta se ganó, en diciembre del año 25 ó 26, un Concurso organizado por “La Esfera”. Había que entregar el cuento el 23 para que el veredicto apareciera el 24 de diciembre. El texto premiado se titulaba: “La Caja de Bombones”. Relataba las vicisitudes de un estudiante pobre a quien, un fracaso sentimental lanzaba al camino de la inquietud social. Con el aval estimulante de Gallegos y en compañía de Armando Zuloaga Blanco, creó una revista literaria que fracasé muy pronto. La cuenta se la pasaron al autor de “Doña Bárbara”. Betancourt se graduó rápidamente de bachiller. A los dieciocho años obtuvo la cátedra de Literatura Española del Liceo Caracas, por ausencia de Julio Planchart. Con ello pudo pagar sus estudios de universitario. La familia Betancourt era pobre. Rómulo, en esa época, cuando se lo permitían sus actividades docentes y universitarias, salía en bicicleta a vender tabacos al por mayor. Además jugaba en el memorable campo de Sarria. Ocupaba el puesto de extremo derecho. Germán Suárez Flamerlch era el extremo izquierdo. Solía reunirse en la plazade La Misericordia -la que la conseja popular designaba como plaza encantada en cuanto llegaba la medianoche- con estudiantes amigos para departir sobre el destino de la patria y de las letras. Joaquín Gabaldón Márquez era uno de sus contertulios habituales. Ingresó en la Universidad a los diecinueve años para cursar Derecho. Era en 1927. La rebelión del año 28 le arrojó a la trinchera de la acción política. Abandonó para siempre los libros de leyes. EL LUCHADOR POLITICO


Salió embarcado por Puerto Cabello hacia la isla de Curazao. Iba disfrazado de humilde peón. En la isla antillana entró como visitante y se ocultó por un tiempo. Le embargaba la pasión antigomecista. Más que combatir a un hombre, quería destruir un régimen despótico y cruel. Todos los caminos le parecían buenos. Las rutas del mar propiciaban los desembarcos heroicos y el asalto a los fortines desprevenidos. Sobre el joven revolucionario Betancourt, exiliado en las islas antillanas soplaban los vientos de aventura del “Leandro”. Su inspiración combativa era aún romántica y pueril. Se veía entrando a Caracas, a la cabeza de las columnas libertadoras, mientras los déspotas inclinaban la cabeza y las muchachas arrojaban flores al paso de los vencedores. Sin embargo, a esa estampa se mezclaba la oscura comprensión de una realidad distinta. La visión de un drama sórdido de cárceles, donde se pudrían los hombres engrillados; la existencia de grandes masas populares olvidadas de Dios y golpeadas por las catástrofes históricas y las epidemias endémicas; la vanidad y el egoísmo de unas clases dirigentes de espalda al pueblo y al bienestar de la propia patria; la presencia tenaz y envolvente de los poderosos intereses extranjeros. Durante su estadía en Curazao, trabajó Betancourt como auxiliar de contabilidad en una casa de comercio. Terminado el trabajo se iba a los campos de la refinería. Había varios centenares de obreros venezolanos. Con ellos empezó Betancourt a conocer al nuevo proletario de su patria. En una entrevista declara mucho más tarde: “Cuando veía llegar buque atiborrados de petróleo crudo que había de refinarse en el extranjero por venezolanos que emigraban del país, aunque bien hubieran podido realizar aquello en su tierra, al lado de sus familiares y hogares, advertí antes de estudiarlo en los libros, la enorme cantidad injusticia social acumulada en la organización económica de la época, y el triste papel que en ese desconcierto desempeñaba mi patria. Era preciso enderezar el mundo y nos preparábamos a hacerlo con cincuenta fusiles viejos… Tras varias andanzas llegamos a Santo Domingo donde no había entonces ningún déspota, y recorrí todo el país dando conferencias contra Gómez y consiguiendo voluntarios para la ansiada invasión…” Al fin la expedición se embarcó en “La Gisela”. La invasión proyectada estaba conectada con la del “Falke”, dirigida por Román Delgado Chalbaud. “La Gisela” era un barco de cabotaje, sin brújula ni sextante y que hacía agua al internarse en el mar. Los revolucionarios –Rómulo Betancourt y Simón Betancourt, un compañero de Horacio Ducharne, Atilano Carnevali, Carlos Julio Ponte, Raúl Leoni- pensaban obligar al capitán de “La Gisela” a llevarlos a Venezuela. No les quedó otro remedio, en vista de los desperfectos del barco, que regresar a Santo Domingo. En actividades revolucionarias…Betancourt recorrió Trinidad, Puerto Rico, Costa Rica, donde se quedó esperando con dos mil fusiles a la goleta “Fortuna” que nunca llegó, hasta que en 1930 se estableció en Barranquilla. En Colombia, los jóvenes revolucionarios venezolanos asentaron cabeza. Los sucesivos fracasos de las expediciones invasoras y de los alzamientos proyectados en unión de viejos caudillos personalistas, les demostraron que ya era tiempo de buscar otros caminos para alcanzar la liberación y la transformación de la patria. Superaron la etapa guerrillera. Se dieron al estudio de las causas históricas y económicas que originaban el gomecismo y las dictaduras afines. Fundaron la Agrupación Revolucionaria de Izquierda (ARDI). Elaboraron el famoso Plan de Barranquilla


calificado de peligrosamente demoledor y comunista por los partidarios de la dictadura, cuando en verdad era una proposición moderada de nacionalismo reformista. El Plan propugnaba la organización del pueblo, la creación de sindicatos, la nacionalización de las caídas de agua, la educación popular, el respeto a las libertades de prensa y asociación y dos rescates importantes: la revisión de contratos celebrados por la nación con el capital nacional y extranjero y la dotación de tierras al campesinado. De ese modo proclamaba en los albores de la década, lo que constituirá dos conquistas básicas de la futura democracia: el cambio del régimen de explotación petrolera y la reforma agraria. En diciembre de1935 falleció Juan Vicente Gómez. EL REGRESO A LA PATRIA En 1928 había huido hacia el exilio un joven estudiante imbuido de ideas libertarias y estremecidas por rachas de romanticismo político. En 1936, regresaba del destierro un hombre joven, estudioso, tenaz, fortalecido en una experiencia vital que cuajaba en voluntad de organización y ambición legítima de triunfo. Rómulo Betancourt muy pronto, se impuso como uno de los dirigentes políticos más capaces del momento transicional por el que pasaba Venezuela, no sin tropiezos. La historia de Acción Democrática empieza entonces. Primero se fundó ORVE, un movimiento vasto, sin color partidista, que se proponía estudiar los problemas venezolanos. Betancourt se fue imponiendo en ORVE. Luego fue el PDN. (Partido Democrático Nacional), embrión de lo que seria más tarde Acción Democrática (A.D.). En el PDN se fraguaron los primeros y más consecuentes cuadros de ese movimiento que ha llegado a ser el que congrega el mayor número de venezolanos, una vez que hubo clarificado su orientación en polémica frente al marxismo. El gobierno de López Contreras condenó a la clandestinidad al P.D.N., que entonces agrupaba a comunistas y a reformistas. Sin ser una dictadura, solía conceder a la reacción prendas y prebendas. López Contreras tenía una estrategia de “estira y encoge” muy suya. Si reprimía, ofrecía de inmediato todos los recursos legales al detenido. Si concedía libertad, disponía de medidas restrictivas temporales. La clandestinidad del PDN nunca podrá compararse con la pesadilla de sangre y muerte que vivió Acción Democrática bajo el perezjimenismo sádico. Pero durante esa etapa de persecución moderada creció el prestigio de Betancourt quien llegó a convertirse en la cabeza invisible del movimiento democrático. Por otra parte, se perfilaron las dos-tendencias de la izquierda confundidas, la comunista y la socialdemócrata. En una oportunidad, la prensa se hizo eco de una versión en la que se decía que Betancourt había perdido una oreja, huyendo de una redada policial. En otra que se baleó con policías. Ya entraba en la conseja popular. Ya también sabia que no podía actuar a la zaga del comunismo. Dieron con él cuando el gobierno de López Contreras preparaba una amnistía, próximo ya al término del periodo presidencial. Betancourt se exiló en Chile. Allí le recibieron columnas de milicianos socialistas. Comenzaba a crecer su fama entre los partidos de la América Hispana El destierro en Chile fue breve. En 1941 está de regreso a Venezuela y con sus partidarios propicia la candidatura simbólica de Rómulo Gallegos frente a la del General Isaías Medina, candidato del General López Contreras. Las elecciones eran indirectas. Sólo votaban para la Presidencia diputados y senadores.


Isaías Medina fue elegido. Rómulo Gallegos obtuvo apenas algunos votos, entre ellos el de Andrés Eloy Blanco. Pero en torno a esa candidatura se fundó el Partido Acción Democrática, PDN redivivo definido corno fuerza reformista nacionalista y crecido. En 1945, se formó una conspiración de jóvenes militares, los unos de sentimientos democráticos, los otros afectos a formas autoritarias de gobierno y predominancia castrense, unidos en el objetivo de derrocar al General Isaías Medina Angarita y realizar reformas en las FF.AA., donde el Presidente mantenía a jefes sin preparación profesional. Para A.D., la aventura golpista abría el camino hacia un régimen de consulta popular y respeto a las libertades públicas. El 18 de octubre, tras unos combates, cruentos, Medina renunció. Rómulo Betancourt presidió la Junta que lo sustituyó donde figuraban también Raúl Leoni, Luis Beltrán Prieto y Gonzalo Barrios, además del Comandante Carlos Delgado Chalbaud y del capitán Mario Vargas, el más convencido de los oficiales de sentimientos democráticos. Betancourt desarrolló una habilidad extraordinaria para evitar o desarticular las conspiraciones y alzamientos del sector derechista del Ejército para lo cual tuvo que apoyar y situar en puestos claves a las individualidades democráticas, violando a veces los reglamentos castrenses. Logró desembocar, sin embargo, en la constitucionalidad y en unas elecciones libres que llevaron al poder a su maestro de antaño, el novelista Rómulo Gallegos, figura de gran autoridad moral e intelectual pero de escasa capacidad de juego y juicio político. Rómulo Betancourt supo cumplir con las promesas que formulaba en el momento de encargarse de la Presidencia de la Junta de Gobierno. Concedió todas las garantías a la oposición, entregó el Poder a quien fuera elegido por las mayorías nacionales, sorteó los peligros de numerosas conspiraciones regresivas y, en 1948, en la !X Conferencia Interamericana de Bogotá, representó a Venezuela con dignidad y con criterio definidamente nacionalista y opuesto a la dependencia soviética o norteamericana. Negó que los sucesos dramáticos de Bogotá, después del asesinato de Gaitán fuera obra de los comunistas, pero suscribió cierto reconocimiento de la Intervención de éstos en asuntos latinoamericanos. La gestión de Betancourt en ese periodo, le calificó romo Jefe de Estado, democrático excepcionalmente capaz. Nunca se sirvió del Poder para ejercer represalias o saciar vindictas persónales. Sus más enconados adversarios gozaron de libertad para agruparse en partidos que le combatieron. En noviembre de 1948, un Estado Mayor alzado y perjuro a sus compromisos de guardianes de la Constitución derrocaba al Presidente constitucional electo. Para Rómulo Betancourt, para sus copartidarios, para los demócratas venezolanos, para los liberales de cualquier bandería, se iniciaba una de las épocas más duras y dolorosas. El régimen instaurado en noviembre de 1950, una vez asesinado el Coronel Carlos Delgado Chalbaud, elemento moderador, se despeñó hacia las mayores corrupciones y los más sanguinarios procedimientos. Jamás en la historia de nuestro país, la dictadura tuvo semejante carácter de orgía viciosa; de apresurado reparto del botín, de falacia, de delincuencia común. Rómulo Betancourt logró salir al exterior. Si lo hubiesen apresado, poca duda cabe de que le hubiera costado la vida. UNA DECADÁDE EXILIO


En el exterior -Estados Unidos, Cuba, Costa Rica, Puerto Rico-se dio entero a la tarea de desenmascarar y acusar ante la opinión mundial, el régimen imperante en Venezuela. Su tenacidad y su prestigio hicieron milagros. En la Oficina Internacional del Trabajo, en las Cancillerías y Parlamentos de los países democráticos de América, en la Comisión de los Derechos Humanos (¡tan poco eficaz!), la gestión personal del líder acciondemocratista estuvo en la base de los éxitos logrados. Pese a la persecución de que fue objeto y la cual le obligó a salir de los Estados Unidos y de Costa Rica, pese a las amenazas de asesinato, Betancourt no cejó en su empeño y en su labor. La dictadura no tuvo mano blanda para con la gente de A.D., pero cuando se trataba de Betancourt, llegaba al furor. Se dice que Laureano Vallenilla, en raptos de violencia, aseguraba disponer de un millón de bolívares tan sólo para liquidarlo y añadía además que daría uno de sus brazos si fuera necesario. Los principales aliados con que cantó Betancourt, en esa lucha de influencias, fueron los Sindicatos Libres (C.I.O.S.L), los partidos afines de A.D. (A.P.R.A., PRC., Radicales Argentinos, etc,,) y algunos jefes de Estado como Figueres y Muñoz Marín. El fracaso de la Conferencia de la Comisión del Petróleo de la O.I.T. en Caracas, debido a la expulsión de Adrián Vermeulen, miembro del Consejo de Administración de la 0.I.T. y el consiguiente escándalo internacional que culminó con el retiro de Venezuela de esa organización, se debió, sin duda alguna, a la influencia de Betancourt y del movimiento sindical acciondemocratista. La Dictadura estaba podrida en sus raíces que siempre fueron débiles y cortas. En enero de 1958, en Nueva York, los dirigentes de los tres principales partidos venezolanos, Rafael Caldera, Jóvito Villalba y Rómulo Betancourt acordaban una acción unitaria contra el régimen corrompido y socavado de Marcos Pérez Jiménez. Fruto de esa estrategia fueron las heroicas jornadas del 21,22 y 23 de enero de 1958 en que el pueblo de Caracas se lanzó a la calle y con su sacrificio empujó la acción militar que dio al traste con la dictadura del vesánico y criminal generalito de La Orchila. LAS DOS PRESIDENCIAS Para Venezuela se inició una era de libertad pero para Betancourt, de regreso del exilio, la más difícil de las pruebas. Es un punto de mira. Los remanentes de la reacción castrense ven en él al enemigo mayor. Aún están vivos los rencores por el golpe del 18 de octubre, por los juicios de peculado gomecista. Los comunistas saben que Betancourt es el cerebro del reformismo, el hombre que logró controlar con su partido a los sindicatos, el político avezado que les gana la partida cada vez que juegan. Los demás partidos, pese a las conversaciones de Nueva York, están conscientes de que él va a ser el principal adversario. Y dentro de las filas de su propia organización, un sector juvenil logró apoderarse de controles importantes y no quiere 0000000000000000000000000}cederlos a la Vieja Guardia. Betancourt sabe que esos jóvenes, por más meritorias que hayan sido sus acciones de resistencia, .no tienen suficiente .ductibilidad y experiencia para encarar una situación tan compleja, en la que fermentar reacciones violentas contra A.D. Los años de exilio no le han quitado su suspicacia y su valor venezolano, pero tiene que ir con cautela. Quiere diferenciar, al mandatario que saltó de la conspiración al poder un 18 de octubre, de este dirigente que regresa a su país después de un dilatado destierro. Ese destierro le ha servido para aquilatar su prestigio internacional.


Para limpiar la gestión octubrista de contaminaciones propagandísticas contrarias. Su posición frente al marxismo está clara. El es un líder reformista, nacionalista y democrático. Ha hecho amistades con figuras de la política internacional. Esas vinculaciones serán de extremada utilidad a la hora de consolidar el triunfo. Betancourt no parece mirar hacia atrás, aunque sabe que le asiste un prestigio Indiscutible: el de haber, propiciado la primera consulta electoral libre, secreta y universal, el 27 de octubre de 1946, para integrar una Asamblea Constituyente que institucionalizara el golpe afortunado del 18 de octubre. Habla dicho, según el historiador Ramón Velásquez, quien será luego su Secretario de Gobierno: “Es el día más feliz de mi vida”. Esta frase pinta bien la gran virtud de fondo de Rómulo Betancourt lo que lo diferencia y contrapone a un Fidel Castro. Es un líder obsedido por la idea de institucionalizar su obra, de trascender su acción personal en las instituciones republicanas. Se le atribuye la opinión de que no le enorgullecía haber sido Presidente de Venezuela, porque ese cargo lo habían ocupado personajes tan grises como Ignacio Andrade, Juan Bautista Pérez, Germán Suárez Flamerich -pudiera añadir otros nombres- sino de haber fundado un partido como Acción Democrática. Aparece aquí de nuevo su idea de elemento en acción no sobre el culto a su persona y a su carisma, sino sobre instituciones de vida más larga. Pero si bien el régimen de octubre determinó, como lo señala Ramón Velásquez, “el rumbo futuro de Venezuela” en el orden, político y social, también realizó reformas en los órganos del Estado creando, por ejemplo, la Corporación Venezolana de Fomento que constituye el principal motor del desarrollo venezolano. Betancourt reivindicará a su hora la gestión octubrista: fomento impresionante de la Educación, campaña intensiva de alfabetización, creación del Patronato Nacional de Comedores Escolares, reforma tributaria, iniciación de los contratos colectivos entre obreros y empresas petroleras, créditos campesinos y formación de cooperativas para iniciar la Reforma Agraria cuya Ley aprueba el Congreso, poco antes del golpe de noviembre que derrocara a Gallegos. Fueron días tan intensos como contradictorios. Al fervor de manifestaciones populares en apoyo del gobierno, seguían conspiraciones, alzamientos, manifestaciones contrarias. Tan sólo su tenacidad, su habilidad, su incansable energía lograron sortear con éxito los constantes obstáculos acumulados ante su gobierno por un sector de procedencia reaccionaria y por rencores de demócratas que no le perdonaban haber derrocado al liberal General Isaías Medina Angarita, heredero pacifico del poder gomecista en su inevitable decadencia. No se le escapa que en el país, su actuación arrolladora ha suscitado una pasión subalterna; el antibetancurismo. Hay gente que no era sino eso; antibetancurista. Si para saciar ese sentimiento a todas luces inferior pues carecía de contextura ideológica y peso doctrinario, era menester pactar con las más funestas fuerzas venezolanas, no se vacilaba en aceptar esa alianza. Betancourt despertaba lealtades singulares, como las ofrecidas por amigos y pueblos, pero también delirantes rencores que los años transcurridos, desde aquel octubre de 1945, no se han todavía borrado. La pasión del antibetancurismo adquiría sus mayores visos irracionales cuando se traducía a alianzas entre gente liberal o de izquierda y sectores reaccionarios los que le atribuían por entero el golpe del 18 de octubre, cuyos aspectos negativos -el sacar el Ejército de los cuarteles a deliberar y asaltar el gobierno- sólo podían


compensar la presencias de una fuerza de vocación civilista y democrática como A.D. y de líderes como Betancourt. El antagonismo entre A.D. y los jefes reaccionarios de la rebelión castrense era evidente e inevitable. Por otra parte la conspiración para derrocar al General Medina no había nacido en las toldas de A.D., sino en los cuarteles, entre jóvenes oficiales descontentos con una formación profesional superior a sus jefes. Era la hora de las logias militares fascistizantes y de las dictaduras militares pero no cabe asegurar que todos los oficiales que intervinieron en el golpe del 18 de octubre de 1945, obedecían a esas tendencias. Betancourt supo jugar con esas oposiciones, pero no Gallegos, de modo que ido Betancourt, se consolidó y predominó finalmente, jefaturada por Marcos Pérez Jiménez, la tendencia dictatorialista y antidemocrática. Muy pronto, una vez derrocado Gallegos, se descubrirá cuáles eran los móviles de Pérez Jiménez. So pretexto de recabar el poder para el Ejército, al cual terminó apartando, procuró su beneficio personal y el de sus validos hasta el punto de que el Ejército le retirará su apoyo en enero de 1958. Los sucesos de su primera Presidencia, de la década de exilio, desfilan como un cine incesante en su memoria, pero sobreimpone a esas imágenes las proyecciones inmediatas de su voluntad de acción. Aprendió del destierro. Si en 1945, la hora no permitía la espera, ahora la espera se imponía. Había que ganar la batalla en varios frentes; el militar, el Interno partidista, el político, el internacional. Este gran táctico va avanzando con calma sus peones, la mente fija en un objetivo de poder que él asimila a la consolidación de un sistema democrático representativo, para lo cual necesita la participación de las otras fuerzas políticas afines: Copei y Unión Republicana Democrática (U.R.D.) de Jóvito Villalba. El Partido Comunista rodea al Presidente provisional, Contraalmirante Wolffang Larrazábal. A Betancourt le conviene esa alineación porque sitúa a los marxistas en oposición con él. Betancourt acaudilla un movimiento propio y, en ese sentido, caló hondo en el nacionalismo venezolano que no puede limitarse a ser simplemente antinorteamericano pero dependiente de la U.R.S.S. Betancourt hace sus partes. Obran contra el, pues, muchos factores y él lo sabe. Regresa del exilio fumando pipa (calumet de la paz), acariciando al nieto como apacible abuelo e invocando sin cesar la unión y la concordia. En vez de hablar de política, discurre sobre problemas sociales y económicos o insiste sobre los méritos de sus posibles adversarios. Se dice que llega derrotado, que ha perdido el control de su partido, que la juventud adeísta le repudia, que las Fuerzas Armadas no tolerarán su injerencia en política. Hay quienes creen que se va a retirar a la vida privada. Pasan los días. La presencia de Betancourt en el campo dirigente de la política vernácula fue poco a poco imponiéndose, Se empezó a discutir la candidatura presidencial en todos los sectores. A.D. callaba. Un día fue la candidatura de Martín Vegas, presentada por IR., U.R.D. y COPEI. La convención de A.D. próxima a realizarse impedía una contestación concreta por parte de esa organización. Se preveía una gran batalla interna. La hubo. Betancourt apareció en minoría inicialmente. Una vez concluida la Convención, la Vieja Guardia había tomando los comandos del partido. La unidad del partido por otra parte, se mantuvo hasta después de las elecciones. En cuanto a la candidatura de Martín Vegas, ésta era rechazada como única, pero, al mismo tiempo, el partido blanco proponía a las demás organizaciones un conjunto de fórmulas tan flexibles como dialécticas sobre las posibles soluciones del


problema presidencial. Una de esas fórmulas incluía la postulación de Vegas conjuntamente con alguna otra de una terna presentada a los demás partidos. Fue la primera sorpresa. Con la perspectiva del tiempo transcurrido se advierte que las soluciones de A.D. circunscribían en su totalidad el problema de la candidatura presidencial. Eran obra de un estratega tan eficaz como conocedor de los secretos mecanismos de nuestra política. Betancourt sostuvo, desde ese momento la tesis del colegiado. Era una solución salomónica e inobjetable en el orden de la equidad abstracta. Se trataba de compartir el gobierno en trozos iguales: un poquito de gobierno para cada uno. Contra el colegiado se unieron todos los partidos y todas las opiniones. Betancourt insistía en su solución tan perfecta como irrealizable. La gravitación misma de los acontecimientos condujo a la pluralidad de candidatos. Betancourt fue el último en mostrarse de acuerdo con las candidaturas partidistas. Aceptó la suya como algo irremediable. Hasta el final insistió en el gobierno colegiado. Se inscribió uno de los últimos. No dio ninguna publicidad a su postulación. Larrazábal despertó pasiones durante su campaña. Caldera inspiró confianza y desplegó el esplendor de una oratoria con la cual tan sólo podía competir Villalba en sus mejores momentos. Ambos tenían la atracción de una sonrisa amplia y acogedora. Las capitales y las carreteras se ornaron de propaganda verde, amarilla, roja. El blanco adeísta repartido parsimoniosamente, se diluía entre aquéllos colores vivos. Betancourt no sonreía, ni hacia carantoñas al público. Hablaba pausada y seriamente de problemas concretos, precisos ante campesinos, atentos que reconocían su lenguaje, ante provincianos respetuosos que se sentían ahora atendidos, interpretados. Betancourt quería horadar conciencias y no conceder nada a la demagogia. Había quienes pensaban que eso seria la derrota, acostumbrados como estamos a la oratoria fácil, a los finales de relumbrón. No contó para obtener ese triunfo ni con la propaganda, pues su partido fue el que se mostró más parco en eso de colmar plazas, calles y carreteras con carteles y afiches pidiendo el voto ni con la gran prensa, netamente inclinada hacia el Contralmirante Larrazábal; ni con Caracas, ni con el prestigio de una oratoria encendida o de un hablar llano y cordial. Sus discursos no eran tales sino interminables exposiciones sobre economía y problemas sociales, dichas en un tono monótono y adormecedor. En el mitin de El Silencio, con el cual culminó su campaña electoral, habló durante hora y media, sin alzar la voz, sin conceder una sola palabra a “la emoción”. En su exposición exhaustiva se trató de irrigación, campos de deporte, seguro pata la vejez, impuestos, reformas tributarias, vialidad, máquinas de coser para las mujeres. etc... Se creía estar escuchando a un profesor de Economía. Sin embargo, nadie se fue del recinto y cuando hubo terminado su Inconcebible discurso con el cual remataba su campaña electoral, yo era uno de los que creía firmemente que Betancourt o había perdido el sentido de la realidad o estaba en decadencia inevitable. Así no se podía ganar campaña electoral alguna. En su contra obraba, además, el rumor, de que si ganaba, las Fuerzas Armadas no acatarían su elección. Pero ganó con una mayoría indiscutible. El Alto Mando, respetando los fueros legales, aceptó su elección. La prensa responsable admitió su victoria. Finalmente sus contendores le dieron el abrazo generoso de congratulación que merecía Wolfgang Larrazábal fue el primero en felicitar a Betancourt, inaugurando


así un estilo de “fair play” poco usual en nuestras justas comiciales, en que el perdedor suele convertirse en conspirador. Fue elegido Presidente de la República por un millón doscientos mil votos. Los electores eran unos dos millones quinientos mil. Exactamente lo que sin jactancias ni exageraciones se concedía ante guíen quiso oírle, durante el tiempo que duró su campaña electoral. Para Rómulo Betancourt habla llegado la hora estelar de su carrera de político, Su triunfo, desde el punto de vista constitucional, era irrebatible. Tan sólo la violencia sin principio jurídico podría regatearle esa victoria lograda por tres razones: el prestigio que había obtenido entre la colectividad venezolana, sin distinción de clases pero con fuerte asiento popular; la táctica de retraimiento aplicada, que melló los ataques contra él y el trabajo reorganizativo alcanzado en el seno del partido. . Betancourt constituyó un gabinete de escaso color partidista, expresión del Pacto de Punto Fijo celebrado con Copei y U.R.D,, otro acierto suyo que confirmaba una política Iniciada poco antes en Nueva York, la cual condujo a la caída de la dictadura. Esa voluntad de alianza era la rectificación del 18 de octubre. En las inmensas vicisitudes que esperaban a su gobierno, Copei se desempeñará como un aliado leal y consecuente. U.R.D., desgarrada entre un a la de moderados y otra de izquierda que llegará a pactar con la insurrección de inspiración castrista, abandonará el Pacto de Punto Fijo. Ya se había segregado de A.D por incitación provocadora del propio Betancourt, quien sabia medir consecuencias y riesgos, un ala izquierda ganada al castrismo. Para compensar esa pérdida conveniente, Betancourt, amplió inteligentemente su base de sustentación, sabiendo que se fortalecía para encarar las ofensivas, que serian simultáneas de militares adversos y del izquierdismo ganado a la idea de guerrilla. Manuel Caballero, refiriéndose a esta compleja situación, escribió con lucidez: “Antes de arremeter contra una izquierda, que apresurada engrasaba sus fusiles pera lanzarse por el atajo de la revuelta armada, Betancourt aseguró sus espaldas; a la alianza con la democracia cristiana unió una política militar destinada a asegurarse fidelidades al precio de una sensible mejoría de sus condiciones de vida y profesionales, y se ganó el apoyo de la Iglesia satisfaciendo una vieja aspiración: la sustitución de la centenaria Ley de Patronato Eclesiástico, por un Concordato con la Santa Sede que ésta premió más tarde otorgando el capelo cardenalicio a un prelado venezolano”. . Sigue una apreciación que tiene gran importancia pues proviene de un marxista: “La ofensiva contra la izquierda podía así largar amarras. Por lo demás, ésta le facilitó la tarea. Obnubilada por el ejemplo de la Revolución Cubana con su confeso apoyo; juzgando la coyuntura favorable al producirse la segunda división de Acción Democrática, perdiendo el gobierno el control de la Cámara de Diputados, tomando apoyo para su propaganda en una prolongada suspensión de las garantías constitucionales que reducía las bases legales y morales del régimen; aprovechando una inquietante recesión económica, husmeando una inocultable desazón militar, el Partido Comunista y el M.I.R, creen llegado el momento de lanzarse al asalto del poder: a principios de 1962 aparecen los primeros brotes guerrilleros y en mayo y junio del mismo año estallan sendas insurrecciones militares izquierdistas, en Carúpano y Puerto Cabello. Betancourt las reprimirá con su habitual energía”. La guerra ha estallado: mientras las calles de Caracas se sacuden con el ruido de las bombas y las


guerrillas urbanas inauguran las espectaculares acciones que años después desprestigiarán los Tupamaros del Uruguay, las paredes se ennegrecen con las consignas “Nuevo gobierno ya” y “Rómulo renuncia”. Betancourt responde que en lo que le concierne “ni renuncia ni lo renuncian”. Desde Cuba Fidel y sus organizaciones de exportación de la revolución concentran sus ataques contra el gobierno de Betancourt y aumentan los apoyos logísticos y económicos a la lucha armada, por lo demás bastante mal organizada y cuya efectividad se demostrará muy poca, una vez aplastadas las conspiraciones militares. Nada le fue ahorrado a Betancourt en esta segunda Presidencia de 1959 a 1964: conspiraciones militares, terrorismo, guerrillas, secuestros, motines de calle, insurgencia universitaria, divisiones internas en el gobierno y en su partido, atentados personales, entre los cuales, el del 24 de junio de 1960 casi acaba con su vida, campañas internacionales de descrédito fomentadas por la izquierda castrista y sus innumerables “tontos útiles” o aliados conscientes. Con esa tenacidad que le caracteriza venció cada una de esas pruebas y entregó el poder a su sucesor, Raúl Leoni, el 11 de marzo de 1964, en un acto que tenia significación histórica, pues no sólo implicaba el triunfo de su gobierno constitucionalmente elegido sobre las más variadas tentativas por derrocarlo, sino el afianzamiento de una práctica de democracia institucional representativa que jamás habla tenido antecedentes en Venezuela. Si políticamente Betancourt habla triunfado, su gestión no se limitó a este aspecto constitucional sino que se proyectó en el campo económico, social y estatal mediante iniciativas tan importantes como la puesta en marcha de un plan de Reforma Agraria y la creación de la Organización de los Países Exportadores de Petróleo (OPEP), el 24 de septiembre de 1960, instrumentada por su Ministro de Minas, Juan Pablo Pérez Alfonzo cuya existencia ha cambiado la correlación de fuerzas políticas y económicas en el mundo, propiciando la emergencia del Tercer Mundo. Para calibrar en toda su amplitud fundadora la obra del gobierno de Betancourt conviene consultar un discurso memorable suyo: El VI Mensaje Presidencial al Congreso, leído el 7 de marzo de 1964, al rendir cuentas de su labor. No hubo campo de la Administración Pública en que no dejara huella en su actuación, desde la creación de la Corporación Venezolana de Guayana, en 1960, que modificó la realidad geográfica y económica de esa región, hasta la elaboración de Programas de Desarrollo Comunal, pasando por reformas en la Industria, la Educación, la Vivienda, la Comunicación, la Justicia, la Salud, las FF.AA., las relaciones de trabajo. Aun el aparato burocrático del Estado y los ingresos nacionales y fiscales eran manejables a niveles de eficiencia y parquedad, pues el país resultaba menos distorsionado que en la actualidad por la explosión demográfica, sobrepoblación urbana, el exceso de riqueza y la alienación a los medios de comunicación. Piénsese que Betancourt realizó su obra con un presupuesto de apenas 6.000 millones de bolívares lo que consume anualmente hoy solo Ministerio de Educación. En su Mensaje se despedía señalando a conciencia que se sentía orgulloso de haber contribuido al cambio histórico de establecer en Venezuela un régimen democrático: “Otros tesoros si los tuviera, pudiera perderlos, por los azares de la tornadiza tortura. Este tesoro muy mío y no cotizable en bolsas de valores, de salir del ejercicio de la Presidencia de la República después de haber aportado un tenaz esfuerzo de alfarero para contribuir a la modelación de una Venezuela Democrática, es


algo que nadie podrá arrebatarme. No aspiro ni deseo, después de que Venezuela me ha dado en dos etapas de su historia la oportunidad de conducir sus destinos, a nada más y a nada menos que a ayudar a nuestro país a seguir caminando por la buena vía que trajinan. Los más suspicaces y prejuiciados apreciarán como hago buenas mis palabras de no ser en el futuro factor activo y beligerante en la vida pública de la nación”. Cumplió con su palabra. Viajó al exterior donde permaneció durante ocho años, atento siempre al pulso de la vida política venezolana, .influyendo en determinadas circunstancias, pero sin asomar deseo alguno de regir de nuevo los destinos del país.


CUANDO ESCAPÓ DE LA MUERTE

Los

sucesos sangrientos ocurridos el 24 de junio de 1960, que casi le arrancaron la vida, fueron recordados 47 años después en los siguientes términos por el suplemento Siete Días, de El Nacional: -El más brutal de los atentados conocidos en Venezuela tuvo lugar en la avenida de Los Símbolos el 24 de junio de 1960, Día del Ejército. A las 9 y45 minutos de la mañana, mientras el Presidente de la República se dirigía a Los Próceres para participar en las ceremonias, al paso del auto presidencial estalló una poderosa bomba, accionada a control remoto que incendié el auto. Aunque con graves quemaduras, que le afectaron seriamente el rostro y las manos, Rómulo Betancourt salió ileso, pero no así el jefe de la Casa Militar, coronel Ramón Armas Pérez, quien pereció en el atentado. También viajaban en el auto el ministro de Defensa, Josué López Henríquez y su esposa. A continuación se lee: -Betancourt fue conducido al Hospital Universitario, pero de inmediato pidió que lo trasladaran al palacio de Miraflores, previendo que el atentado tuviera otras ramificaciones, y pensó que, quemado y todo, debía estar en el puesto de manda Al regresar al palacio, dio a conocer una declaración que fue registrada en la primera página de El Nacional del sábado 25 de junio: “El atentado de hoy es una revelación más de que los enemigos nacionales e internacionales de la democracia venezolana no se detienen en medios y procedimientos para establecer el despotismo en este país”. En la breve declaración añadió: “Nunca he ignorado los riesgos que comporta una actitud tan decidida e indeclinable como la mía, de contribuir a que en nuestro país se estabilice la democracia representativa, respetuosa de los derechos, se forje una economía propia vigorosa, y que la justicia social y la cultura alcancen a todos los


venezolanos. Lo que ha sucedido no me arredrará, y seguiré siendo leal al mandato que recibiera del pueblo de Venezuela en elecciones libres”. Recordó igualmente la suspensión de garantías constitucionales con salvedad de reuniones públicas y sindicales y explicó. -Detrás del atentado, como fue comprobado después, estaba el aparato terrorista del dictador dominicano Rafael Leonidas Trujillo, el cual a su vez fue víctima de un magnicidio el 30 de mayo de 196l. Indicó asimismo: -En la tarde del propio 24 de junio, Betancourt se empeñó en conversar con los periodistas en el Hospital Universitario. “Cómo están ustedes?, saludó el Presidente antes de que los periodistas hablaran”, escribió el reportero de El Nacional. ”No tengo lesión orgánica alguna y por mis propios pies salí del carro”, comentó. El reportero describió así la escena: “El Presidente tiene algo hinchada la cara y más pronunciada la hinchazón en el labio inferior. Una herida cicatrizada en la mejilla derecha aparece al descubierto. En la sien derecha, el pelo que fue quemado aparece cortado. Las dos manos con vendajes le cubren hasta las muñecas. Está acostado en su cama y una sábana blanca cubre el cuerpo. A su lado permanecen constantemente doña Carmen y su hija Virginia.


COLLAGE SOBRE RÓMULO BETANCOURT

En su edoción correspondiente al 29 de abril de 2020 el portal ANALÍTICA publicó un artículo de Carlos Canache Mata con el título que antecede en la que el autor revisó la Tesis política, Programa y Estatutos del Partido Democrático Nacional, que nunca fue legalizado, del cual lsurgió Acción Democrática FacebookTwitterLinkedInPinterestCompartir por correo electrónico -En el mes de febrero de 1937, -recordó- disueltas por el régimen las organizaciones políticas que lo integraban, el PDN pasó a la clandestinidad. Necesitaba ordenar los planteamientos ideológicos y programáticos que Rómulo Betancourt y otros de sus dirigentes hacían sobre la realidad política, económica y social del país, a la vez que aprobar sus Estatutos y formalizar la designación de los integrantes de sus organismos de dirección. A tal fin, como se señaló antes, celebró en Caracas, entre el 27 y el 30 de septiembre de 1939, su Primera Conferencia Nacional, con la participación de delegados de sus seccionales y de sus fracciones periféricas (legislativas, edilicias, sindicales, profesionales, etc). Señaló a continuación: -La Tesis Política contiene “la concepción pedenista sobre la realidad económico-social del país; su criterio con respecto a las fuerzas sociales sobre las cuales se inserta y sostiene el Estado venezolano; el análisis del tipo de transformación política y económica reclamado perentoriamente por la Nación, y las características fundamentales del PDN, el único partido capacitado, por determinismo histórico, para comandar al pueblo en su lucha por la revolución democrática y antiimperialista”.


El primer punto de ésta analizó la realidad económico-social de Venezuela. Al respecto escribió: -Esta parte de la Tesis anota que el 20% de la población vive en centros urbanos, y el resto en medios rurales, consecuencia de ser un país de economía agraria, casi carente de industrias. El latifundio es la característica fundamental de la propiedad rural venezolana. Así fue durante la colonia, cuando la mayor parte de la tierra cultivable se adjudicaba en encomiendas reales a los conquistadores y sus descendientes, y, después de la revolución de independencia, sólo hubo un cambio de personas en la propiedad de la tierra, puesto que quedó inmodificado el sistema agrario semifeudal existente. La Guerra Federal tampoco llevó a un cambio fundamental en el régimen de la tierra porque su victoria formal fue defraudada por “los Convenios de Coche y de Caracas que le ponen término”, los cuales “consagran un cambio de camarillas en el Gobierno del Estado pero dejan intacta la estructura social que le venían sirviendo de base”. La autocracia guzmancista y las guerras civiles, mal llamadas revoluciones, tampoco modificaron el orden económico semifeudal. Bajo el Gobierno de Juan Vicente Gómez, que se apodera de grandes latifundios, “la gran propiedad aumenta su extensión; el proceso de la centralización de la propiedad agraria en pocas manos se acelera y parte de nuestras mejores tierras de cultivo – como sucedió con las tierras de aluvión que circunvalan al Lago de Valencia- fueron transformadas en potreros de ceba y en hatos ganaderos, asestándose rudo golpe a la producción agrícola del país”. La Tesis hace una consideración certera: “Si, considerado desde el punto de vista social, el latifundio se revela como la perpetuación de una tremenda injusticia, que consagra la opresión de las masas campesinas por una minoría privilegiada, no es menos cierto que desde el punto de vista económico, aquél constituye una rémora para el progreso de la producción nacional”. En el siguiente segmento del artículo expresó: Luego, la Tesis se refiere ampliamente a la penetración imperialista en una industria de tipo extractivo y perecedero: la del petróleo. Dejemos que ella hable: “Desde 1917, el imperialismo extranjero afincó sus sólidas garras sobre la economía venezolana, explotando intensivamente nuestro subsuelo petrolífero y creando una forma de industria exhaustiva y destructora –como toda industria minera- sobre la cual ha terminado por girar la vida del país. El violento desarrollo de la producción petrolera, mientras en proporción inversa decrece la producción natural y las industrias de transformación progresan muy débilmente, ha terminado por hacer de Venezuela un país monoproductor, suerte de reserva del imperialismo internacional de la más codiciada entre las materias primas”. Se señalan unas cifras muy reveladoras: las compañías petroleras que operaban en el país, extraían para 1935 cerca de 154.000.000 de barriles, cuyo precio bruto era de 800 millones de bolívares, de los cuales solo quedaban al país –por concepto de tributos fiscales, gastos de administración y pago de mano de obra nativa- apenas 56 millones. La tiranía de Gómez garantizaba a los “trusts” petroleros el mantenimiento de un sistema de tributación indirecta que dejaba a salvo la renta, el patrimonio y el exceso de beneficio de esos “trusts”. Ante esa situación, la Tesis del PDN aboga por “el establecimiento de un sistema impositivo directo, que descargue de gravosos tributos al trabajo y al consumo para hacer incidir los impuestos sobre la renta y la riqueza”. En el espectro del gran fraude impositivo realizado por las compañías petroleras durante la dictadura


gomecista, hay que reseñar el originado por las exoneraciones de los derechos aduaneros que debían pagar las compañías petroleras por sus importaciones de material de explotación y de mercancías, hasta el punto que el propio Gumersindo Torres, Ministro de Fomento (Despacho que para entonces tenía a su cargo los asuntos petroleros), hizo en un célebre Memorándum, a manera de autocrítica, esta terrible observación: “El monto de las exoneraciones asciende durante siete años a Bs 219.038.964,44 y los impuestos recaudados en igual período montan a la cantidad de Bs 187.019.954,82. De la comparación de estas cifras resulta el cálculo desconsolador de que hubiera sido preferible no cobrar impuesto alguno de explotación en cambio del pago de los derechos de aduana exonerados”. Es necesario señalar que el régimen de López Contreras reformó la Ley de Hidrocarburos aumentando el royalty que cobra el Estado como participación suya en la producción y modificó otras disposiciones lesivas para el país, lo que, a pesar de su timidez, permitió al PDN decir en su Tesis que “el actual régimen político no ha adoptado una posición de incondicional entrega al capital extranjero”. Luego apuntó: -En resumen, el diagnóstico de la situación económica es éste: “Venezuela es un país semicolonial y semifeudal, un país atado al imperialismo económico, fiscal y políticamente, con una economía predominantemente agropecuaria estancada por el latifundio e incapaz en su forma actual para asegurar por sí nuestra independencia económica; carente de grandes industrias nacionales de transformación y que se halla forzado, por lo tanto, a importar mercaderías extranjeras por cantidades cinco veces mayores a la exportación agrícola y a depender fortuitamente del residuo que nos deja una industria extractiva de duración limitada y controlada en totalidad por el capital financieron internacional”. Respecto a la ubicación de los diversos estratos sociales del país severó: -Del análisis de la realidad venezolana surge la composición social que la Tesis comenta ampliamente. Me limitaré a su enumeración: 1) la clase latifundista; 2) la burguesía, formada por la alta banca, la industria, el fuerte comercio importador, el comercio exportador; 3) las capas medias; 4) el campesinado; 5) las clases trabajadoras urbanas, con la observación de que “debido al raquítico desarrollo industrial de Venezuela, el sector propiamente obrero o proletario sólo existe en escasas fábricas, en las explotaciones petroleras y en las compañías auríferas de Guayana, en las empresas de pesquería y en los centrales azucareros”. Indicó además: -La Tesis declara que “de todas estas diferentes capas sociales, el PDN encuadra en todas aquellas interesadas en la transformación democráticoantiimperialista del país, especialmente las integradas por las capas medias, los trabajadores intelectuales y manuales y el campesinado; que constituye la mayoría determinante en Venezuela”. Analizada la estructura social, la Tesis pasa a indicar el modo cómo los diferentes sectores sociales actúan en el proceso histórico de Venezuela y a señalar las bases del Estado venezolano. Al respecto, concluye en “la idea de que el Estado está más capacitado en Venezuela que en otros países de América para ejercer, aún antes de que una transformación profunda de tipo democrático se opere en su estructura, una influencia determinante en la vida de la Nación”.


La Tesis Política finaliza sosteniendo que es necesaria una transformación económica, social y democrática del país, y que es el PDN, y no otro, el partido que puede realizar ese cometido, argumentando que un partido reaccionario no podría “por representar a sectores de intereses opuestos a la Nación venezolana”, tampoco un partido de centro “por propugnar fórmulas tímidas, para cumplir esa tarea histórica”, y también estaría imposibilitado el Partido Comunista, como partido clasista, “para dirigir un vasto movimiento de alcance nacional”. En lo atinente al Programa t Estatutos, Carlos Canache Mata especificó: -Simultáneamente a esa Tesis Política, la Primera Conferencia Nacional del PDN aprobó también el Programa del partido, cuyos puntos se ordenaron así: I-Afirmación del Estado Democrático; II-Reconstrucción Económica de Venezuela; III-Legislación del Trabajo; y IV-Educación, Sanidad y reformas a la Legislación. Los Estatutos sancionados, teniendo en cuenta la clandestinidad del partido, establece la estructura organizativa del PDN, basada en pequeños comités o células de cinco miembros, que se reunían semanalmente, y sus decisiones las hacían llegar a los organismos directivos intermedios y nacionales (ver Séptimo Collage). Asmismo acotó que “La nueva Dirección Nacional del PDN, elegida por la Primera Conferencia Nacional celebrada en septiembre de 1939, quedó encabezada por Rómulo Betancourt, como Secretario General.


EN LA HISTORIA NO SE PRODUCEN MILAGROS

El 2 de julio de 2020, con un epígrafe del pensamiento de Rómulo Betancourt, el articulista José Rafael Herrera, de El Nacional, escribió: -Los virus están “muertos” hasta que encuentran un agente vivo del cual se nutren, corrompen y destruyen. Un gánster es un hampón profesional, un maleante “de carrera” —un “muerto viviente”— que forma parte de una organización criminal que se va introduciendo en las células del tejido de un determinado organismo social hasta infectarlo, corromperlo y extinguirlo. Es lo más similar a una virosis letal, y puede llegar a convertirse en la pandemia del Ethos de toda una formación social, e incluso de una totalidad histórica. De hecho, se va apoderando de ella y, poco a poco, la va enfermando y consumiendo. Va menguando sus fuerzas hasta que la destruye por completo. Y, al igual que las células malignas, potentes y mortales, logra, astutamente, engañar al organismo entero, introducirse en los tejidos que conforman la anatomía de su ser y de su conciencia, aparentando ser lo que no es. Un gánster puede llegar a


hacerse pasar por un empresario, un gremialista, un juez, un ideólogo, un religioso, un político o un militar. Se encapucha, se mimetiza y se “arrancha”, para terminar dando rienda suelta a su función destructora. El gansterato –sic] que saquea y mantiene secuestrada a Venezuela —y tal vez a buena parte de Occidente— es justo eso: una pandemia mortalmente infecciosa y agresiva que, en estricto sentido, la está conduciendo a los brazos de la muerte. A continuación apuntó: -En 1978, Sofía Ímber y Carlos Rangel entrevistaron al expresidente Rómulo Betancourt para el programa Buenos días, de grata recordación tanto por su calidad intelectual como por la profundización en temas y problemas que, cada mañana, contribuían con el enriquecimiento del debate político y cultural de un país sano, próspero y auténticamente democrático. Luego refirió: -En aquella entrevista, Betancourt afirmó estas reveladoras palabras, que bien vale la pena transcribir, a los efectos de comprender en detalle contra quiénes se enfrentan las fuerzas democráticas de lo que va quedando de país: “Vivimos en un mundo en el que se ha establecido una internacional del terrorismo. Aquí mismo en Venezuela, tenemos el triste privilegio de haber establecido la célula matriz de ese terrorismo que está conmoviendo al mundo, porque en los años sesenta, cuando se estaban secuestrando aviones, cuando se secuestró a Di Stéfano, cuando se secuestró al coronel Smoller, cuando se asesinó de forma tan cruel como asesinaron a Moro, al señor Iribarren Borges, cuando se asesinó al abogado Seijas, cuando se trató de asesinar al general Moreán Soto. Esos son los antecedentes del terrorismo este que ahora está conmoviendo al mundo. Fue en la época de mi gobierno y en la época del gobierno de Leoni. Y todo eso en Europa lo registraba la prensa como una manifestación del pintoretismo latinoamericano. El terrorismo había comenzado en América Latina, porque era un trasplante del terrorismo cubano. La llamada Revolución cubana fue dirigida por un grupo de pistoleros que se iniciaron no leyendo libros de teoría marxista, no haciendo proselitismo político, no organizando partidos políticos, sino como jefes de bandas universitarias de secuestradores. El señor Fidel Castro es el personaje a quien describe Rómulo Gallegos como Justo Rigores en su novela cubana Una brizna de paja en el viento. Justo Rigores —Fidel Castro—, tal como se lo describió a Gallegos su entonces adversador Raúl Roa —profesor universitario—, era jefe de un bonche universitario, de gente que estaba en un filo de cuchillo entre el Robin Hood de la leyenda inglesa, perseguidor de los ricos en favor de los pobres, y el atracador puro y simple. Esos métodos fueron trasladados a Venezuela por los agentes del quintacolumnismo castrista en nuestro país”. Seguidamente escribió: -Betancourt describe, con extraordinaria precisión, los orígenes de la terrible pandemia que, ya desde los inicios mismos del régimen democrático en Venezuela, amenazaba de continuo, una y otra vez, con expandirse y enfermar gravemente la otrora nación, que ya hoy no existe. Y así, en un momento de defensas bajas, con buena parte del virus ya expandido entre una población que fue premeditadamente conducida a su contaminación, a consecuencia del cobijo que encontrara entre poderosos —e inescrupulosos— sectores resentidos, parasitarios, habituados a vivir de


los “recursos preferenciales” del Estado, y que vieron en serio peligro los intereses de sus jugosas ganancias, el país terminó en manos de una organización criminal oculta bajo los ropajes constitucionales. En nombre de una “nueva república” se fue acabando sistemáticamente no con la “vieja república”, como se anunciaba, sino con la idea republicana misma y, consecuentemente, con su valiosa objetivación institucional. En su lugar, el hampa gansteril se fue apoderando de todo, destruyendo las fibras vitales del país entero, hasta llevarlo a su completo desfallecimiento y poniéndolo al servicio de los negocios del narcoterrorismo internacional. Ahora la pandemia, planificada y propagada desde el comienzo por Justo Rigores, amenaza con expandirse a todo el Occidente, hasta hacerlo “morder el polvo”, ponerlo de rodillas, intoxicándolo, mientras “el bonche”, del que hablaba Betancourt, se enriquece grosera y grotescamente, en nombre del “pueblo” y de la “revolución”. En el último segmento del arículo indicó: -Una vez más, Betancourt —quien, por cierto, sí que sabía de teoría y praxis política— tenía razón: no son políticos, en el sentido clásico del término. No se “iniciaron leyendo libros de teoría marxista” ni “organizando partidos políticos”. Son criminales —“pistoleros”, dice Betancourt—, como lo demostraran con fehaciente saña en aquel aciago Puente Llaguno o, más recientemente, con los asesinatos de Oscar Pérez y de Fernando Albán, entre tantos otros. No conforman uno de los extremos de una supuesta relación de polarización, ni son “la izquierda” respecto de “la derecha”. No son el término opuesto, el otro polo. Más bien, son lo distinto que percibe al otro no como su opositor sino, precisamente, como el “no-polo”, el no-existente, la nada. No hay negociación posible con quien se representa al otro no como su adversario político sino como su “enemigo de clase”, “a muerte”. Ni puede haber un “manejo político” de una relación impolítica. Que Luciano o Capone, Escobar o el “Chapo” incursionaran en el escenario político no significa que lo fueran efectivamente. Hace tiempo que las FARC o el ELN abandonaron los llamados “principios” para deslizarse cada vez más hacia el malandraje narcoterrorista. Las pandemias no se curan con hand sanitizer. Y hace mucho tiempo quedó atrás la etapa de las medidas preventivas. El mal está aquí y todo lo contagia sin contemplación. Todo lo va destruyendo a su paso. No conviene esperar milagros. Solo queda la decisión de combatirlo prescribiendo unidad y exigencia de justicia. Lo que solo con virtus se podrá concretar.


LA VALORACIÓN DE LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN SOCIAL ITALIANOS

Un texto de la periodista Bárbara Mastella, datado en Roma el 2 de octubre de 1981, registró: -Primer presidente verdaderamente democrático, definió la televisión italiana a Rómulo Betancourt al dar la noticia de su muerte. Y el periódico II Corriere della Sera agrega: “Rómulo Betancourt, ex presidente de Venezuela, quien murió, a la edad de 73 años, en una clínica de Nueva York, fue el primer presidente democráticamente electo después de la larga dictadura de Pérez Jiménez y del golpe de Estado militar que había concluido su mandato en 1959:’ El periódico italiano añade que, durante su periodo presidencial, Betancourt se enfrentó con una serie de intentos de derrocamiento, “fomentados por Fidel Castro”, que lo obligaron a interrumpir las relaciones diplomáticas con Cuba. Por otra parte, el rotativo romano II Messaggero declara que “La de Rómulo Betancourt es seguramente la figura más importante que se encuentra tras el nacimiento y desarrollo de la ya no demasiado


joven democracia venezolana”. También el diario La Republica publica la noticia de la muerte del estadista venezolano diciendo que “el político fundador de Acción Democrática se ha encontrado siempre en primer plano en los sucesos venezolano. El fue quien lanzó por primera vez la idea que, más tarde, conduciría a la creación de la OPEP”. Elogiosa ha sido, en su totalidad, las definiciones de la prensa y de la radio y televisión italianos al referirse al ex presidente Rómulo Betancourt y a su lamentable desaparición del cuadro político venezolano. “Sincero demócrata concluye II Corriere della Sera: Betancourt logró darle nueva estabilidad a las instituciones estatales, a llevar a cabo una cuidadosa política de explotación de los recursos petrolíferos del país y a cederle el poder a un presidente democráticamente elegido”. Por su parte, Il Tempo escribe: “Rómulo Betancourt es, casi seguramente, el personaje más importante de la democracia venezolana. Toda la vida de este estadista ha sido dedicada a la afirmación de un régimen democrático. En los últimos cuarenta años siempre estuvo en primer plano en la historia venezolana: a finales de los años cincuenta fue el hombre más buscado por la policía de Marcos Pérez Jiménez. Luego, como presidente libremente elegido, se enfrentó con un movimiento de guerrilla y lanzó la idea revolucionaria que lo llevaría a la fundación de la OPEP”. También eI Paese Sera afirma que “el rol desempeñado por él en la historia venezolana le valió inmenso respeto también de parte de adversarios de partido y de ideología”.


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