JULIO - SEPTIEMBRE 2016

Año 16 · Nº 74 · Julio - Septiembre 2016

UN RENUEVO ESPIRITUAL

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Viviendo tranquilo en tiempos difíciles

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Eleva la mirada

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Año 16 · Nº 74 · Julio - Septiembre 2016

Consejeros Espirituales Fernando Saravia Marianela de Saravia

Contenido

Editora Lorena Farrach Asesor Administrativo Francisco Castañeda Redactores Osberto Ruano Lissette de Archila Lilly de Porres Lourdes de Castañeda Armando Molina

Corrección de Texto Paola de Pajares María Inés Moeschler Diseño Gráfico Rony Chiché Impresión CIFGA

La Buena Noticia

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Viviendo tranquilo en tiempos difíciles

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Hoy en el Mundo El sacrificio versus la obediencia

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Espada de la Palabra Jesucristo, el juez justo

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Los Milagros Continúan El Señor es mi pastor, nada me falta

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Reflexiones Tu justicia irá delante de ti

Decisiones

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Eleva la mirada

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Mujeres de Proverbios La bendición de ser mujer

Vida de Alabanza

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Alabadores sirviendo a sus pastores

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Entretenimiento Las respuestas de Dios y Moisés

escribenos@revistaaguaviva.com

Editorial Eleva la mirada La vida del cristiano se compara a una carrera de resistencia más que a una de velocidad. No son los mismos requerimientos para un corredor que va a correr 100 metros, a uno que lo hará por 20 kilómetros. Ambos requieren de un entrenamiento especial y disciplina, pero la gran diferencia es que uno tiene puesta la mirada a corto plazo, y con fuerza y energía logra alcanzar su meta; mientras que el otro, aunque no logra ver su meta desde el inicio, sabe que después de un largo recorrido, la alcanzará, pero le es necesario tener paciencia y perseverancia, además de fuerza.

Hebreos 12:1-4 nos hace una exhortación de cómo debemos llevar a cabo nuestra carrera espiritual, y dice: “Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante, puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de Él sufrió en la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios. Considerad a aquel que sufrió tal contradicción de pecadores contra sí mismo, para que vuestro ánimo no se canse hasta desmayar. Porque aún no habéis resistido hasta la sangre, combatiendo contra el pecado.”

Veamos entonces, en Hebreos se nos aconseja: 1) Despojarnos de todo peso y del pecado que tan fácilmente nos envuelve, 2) Correr con paciencia la carrera que tenemos por delante, 3) Poner los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, 4) Fortalecer las manos débiles y las rodillas que flaquean, y hacer sendas derechas para los pies.

Elevar la mirada al Señor no es fácil en medio de un mundo tan llamativo y entretenido, por eso nos es necesario no desconectarnos del ámbito espiritual. Jesús nos enseñó con su ejemplo a apartarse frecuentemente del resto para orar con su Padre, y nos enseñó cómo hacerlo. Oramos no porque Dios lo necesite, somos nosotros quienes necesitamos recordar cada día que dependemos de nuestro Padre; que Él es soberano, Santo, que Su voluntad es buena para nosotros, que de Él proviene nuestro sustento, que nos es necesario pedir y extender perdón y que sólo Él tiene nuestra vida en sus manos. Cuando oramos como Él quiere, nuestro enfoque se centra en Él y no más en nosotros o en las circunstancias. Orar es un ejercicio espiritual, y como todo ejercicio, puede cansarnos y no parecer llamativo, pues requiere disciplina, pero poco a poco se convierte en una necesidad vital para nuestra vida. Así que si tus manos y rodillas se han debilitado, has dejado de orar y pedir, tal vez porque no recibiste lo que pediste un día, o sentiste que Dios tardó mucho en responder. ¡Cobra fuerza una vez más, levántate en oración y vuelve a poner tu mirada a Jesús!

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Pensando en los tiempos actuales y hablando con varias personas, el tema que predomina en cada conversación es lo difícil de los tiempos que estamos viviendo.

Y esto, en todos los niveles.

Por: Osberto Ruano

Viviendo tranquilo en tiempos difíciles

a

nivel espiritual, sacando a Dios de la educación, de los hogares, llenos de idolatría, hechicería, herejías, espiritismo, brujería, burlándose de Dios; a nivel político, cada quien viendo únicamente por su propio interés, sin importar a costa de qué o de quién, con niveles de corrupción nunca antes vistos, llenos de ambición inagotable y desmedida de poder; a nivel social, viviendo tiempos en que no se valora la vida de las personas, violencia, asesinatos, secuestros, extorsiones, robos, maltrato, depravación sexual, entre otras cosas; a nivel familiar, con un índice de desintegración familiar altísimo, niños abandonados, abortos, violencia intrafamiliar, alcoholismo, drogadicción, etc.; a nivel justicia, jueces corruptos que se dejan sobornar, condenando al inocente, y dejando en libertad al culpable; a nivel económico, una minoría acaparando la mayoría de las riquezas y aprovechándose de su poder para explotar a las grandes mayorías que viven en extrema pobreza.

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Julio - Septiembre 2016

Dios dejó registrado en su Palabra varios listados que describen a la humanidad. Es como que si Dios fuera un presentador de noticias dando una radiografía del mundo actual.

Gálatas 5:19-21: “Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, idolatría, hechicería, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, envidias,

homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a éstas; acerca de las cuales os amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios”.

El corazón es perverso Romanos 1:26-29: “Por esto Dios los entregó a pasiones vergonzosas; pues aun sus mujeres cambiaron el uso natural por el que es contra naturaleza, y de igual modo también los hombres, dejando el uso natural de la mujer, se encendieron en su lascivia unos con otros, cometiendo hechos vergonzosos hombres con hombres, y recibiendo en sí mismos la retribución debida a su extravío. Y como ellos no aprobaron tener en cuenta a Dios, Dios los entregó a una mente reprobada, para hacer cosas que no convienen; estando atestados de toda injusticia, fornicación, perversidad, avaricia, maldad; llenos de envidia, homicidios, contiendas, engaños y malignidades; murmuradores, detractores, aborrecedores de Dios, injuriosos, soberbios, altivos, inventores de males, desobedientes a los padres, necios, desleales, sin afecto natural, implacables, sin misericordia” Santiago 4:1-2: “¿De dónde vienen las guerras y los pleitos entre vosotros? ¿No es de vuestras pasiones, las cuales combaten en vuestros miembros? Codiciáis, y no tenéis; matáis y ardéis de envidia, y no podéis alcanzar; combatís y lucháis, pero no tenéis lo que deseáis, porque no pedís”.

La causa principal es lo perverso y engañoso que es el corazón del hombre. Jeremías 17:9-10: “Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá?

Yo el Señor, que escudriño la mente, que pruebo el corazón, para dar a cada uno según su camino, según el fruto de sus obras”.

Pon tu esperanza en Dios Muchos hombres ponen su esperanza en otro hombre para que los gobierne, sabiendo que todo hombre tiene un corazón perverso y engañoso, como dice la Palabra; en lugar de poner su esperanza en Dios.

En el tiempo del profeta Samuel, el pueblo de Israel, cuyo rey era Dios hasta ese momento, copiando el modelo de los demás pueblos, pidieron al profeta que les asignara un rey, a lo cual Dios respondió advirtiendo acerca del gobierno humano en 1 Samuel 8:9-15 “Ahora, pues, oye su voz; mas protesta solemnemente contra ellos, y muéstrales cómo les tratará el rey que reinará sobre ellos.

Y refirió Samuel todas las palabras del Señor al pueblo que le había pedido rey. Dijo, pues: Así hará el rey que reinará sobre vosotros: tomará vuestros hijos, y los pondrá en sus carros y en su gente de a caballo, para que corran delante de su carro; y nombrará para sí jefes de miles y jefes de cincuentenas; los pondrá asimismo a que aren sus campos y sieguen sus mieses, y a que hagan sus armas de guerra y los pertrechos de sus carros. Tomará también a vuestras hijas para que sean perfumadoras, cocineras y amasadoras. Asimismo tomará lo mejor de vuestras tierras, de vuestras viñas y de vuestros olivares, y los dará a sus siervos.

Diezmará vuestro grano y vuestras viñas, para dar a sus oficiales y a sus siervos”.

1Samuel 8:18 dice: “Y clamaréis aquel día a causa de vuestro rey que os habréis elegido, mas El Señor no os responderá en aquel día”.

Cómo vivir en estos tiempos difíciles La solución no está en un hombre o un gobierno. Además, no debemos olvidar que vivimos en tiempos que están profetizados y descritos en la Palabra de Dios. Ahora bien, Dios también dice cómo vivir en medio de estos tiempos difíciles.

• Creyendo en el Señor Jesucristo.

Hebreos 4:3ª “Pero los que hemos creído entramos en el reposo”. Como primer paso para vivir tranquilos en estos tiempos, es indispensable haber creído y recibido, por la confesión de fe, a Jesucristo en el corazón, como Salvador y Señor. Es un buen momento para entregar tu vida a Cristo y pedirle que entre en tu corazón, si es que aún no lo has hecho, • Siendo guiados por su Espíritu Santo. Gálatas 5:25 “Si vivimos por el Espíritu, andemos también por el Espíritu”. Para ser guiados por el Espíritu Santo, se necesita tenerlo dentro del corazón y morir a nuestros deseos, • Perseverando en hacer el bien.

Romanos 2:7 “vida eterna a los que, perseverando en bien hacer, buscan gloria y honra e inmortalidad”, • Obedeciendo, buscando y humillándose delante de Dios y resistiendo al diablo. Santiago 4:7-8 “Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros. Acercaos a Dios, y Él se acercará a vosotros. Pecadores, limpiad las manos; y vosotros los de doble ánimo, purificad vuestros corazones. Santiago 4:10 “Humillaos delante del Señor, y Él os exaltará”.

Finalmente, te dejo esta pregunta que está en Gálatas 1:10 “Pues, ¿busco ahora el favor de los hombres, o el de Dios? ¿O trato de agradar a los hombres? Pues si todavía agradara a los hombres, no sería siervo de Cristo”.

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Hoy en el mundo

Desde los comienzos de la civilización, el hombre ha buscado diferentes maneras para agradar a Dios.

Por: Lissette de Archila

El sacrificio versus la obediencia

h

ubo quienes hicieron sacrificios de animales para aplacar la ira de sus dioses. Otros sacrificaron humanos, o se enganchaban en prácticas paganas como danzas, rituales o tradiciones para provocar el agrado de su ser superior. Otros se autoflagelaban para provocar dolor en su cuerpo para mostrarle a Dios (o sus dioses falsos) que su cuerpo era menos importante que Él.

La pregunta es, ¿pueden los sacrificios acercarnos más a Dios? ¿Estamos siempre agradando y obedeciendo a Dios cuando hacemos sacrificios?

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Julio - Septiembre 2016

En 1 Samuel 15, hay una historia que nos aclara la diferencia entre sacrificio y obediencia. Dios había hablado, a través de Samuel el profeta, a Saúl rey de Israel. Le ordenó derrotar por completo al pueblo de Amalec, pues éste había negado la ayuda a Israel años atrás.

Saúl, afligido por las palabras de Samuel, se apresuró a sacrificar los animales que había llevado de

la tierra de Amalec. Pero Dios no aceptó su sacrificio.

Esa fue la última vez que Samuel vio a Saúl en su vida. Dios había desechado a Saúl como rey, a pesar de que, en apariencia, la intención de Saúl había sido buena. Había hecho sacrificios como Dios lo mandaba en la ley, pero sin la intención correcta en el corazón. Por lo tanto, los sacrificios fueron rechazados.

¿Qué es un sacrificio?

Es despojarse de algo que vale mucho para nosotros, cuando no tenemos ninguna esperanza de recuperarlo. Para algunos, es dinero: el que da una ofrenda para ayudar a otros o para Dios, sabe que no lo recuperará jamás.

Para otros, un sacrificio es dar su tiempo. Pero a otros, es aun su propia vida. La entrega puede ser dolorosa, pero se hace para ganar algo más. Puede ser que lo que deseamos es ganar el favor de alguien más, por ejemplo, el favor de Dios.

En nuestra mente, un sacrificio puede ser para “torcerle el brazo a Dios” o, en otras palabras, para tratar de convencer a Dios de que lo reconocemos como tal.

Por ejemplo, una persona que camina arrodillada en la calle hasta llegar a la iglesia, se lastima sus rodillas y pasa por un gran dolor para mostrarle a Dios que desea su perdón y su bendición. Está entregándole su comodidad y el bienestar de su cuerpo físico para convencer a Dios de su idea. Pero, ¿es esto agradable a Dios? Otro ejemplo puede ser que una persona regale dinero a la iglesia (o a una obra social) para que sus pecados sean perdonados. Pero el sacrificio sin un cambio de corazón es sólo un ritual vacío, religiosidad sin un efecto verdadero en el Reino de Dios.

Hoy en el mundo

Saúl fue entonces a conquistar a los amalecitas y los derrotó de inmediato. La orden fue de no dejar a nadie con vida, incluyendo animales y al rey. Pero Saúl no obedeció la orden que Dios le dio.

En vez de escuchar la voz de Dios y seguir sus instrucciones, lo que hizo fue matar únicamente lo que no servía. Las mejores bestias las llevó de vuelta como botín a Israel, para hacer sacrificios a Dios. También dejó con vida al rey Agag de Amalec. Cuando Samuel, el profeta, lo ve a su regreso, reprendió con dureza a Saúl. Le dijo de parte de Dios que, por su desobediencia, lo quitaría para siempre del reinado de Israel. Con estas famosas palabras Samuel dijo: “¿Se complace el SEÑOR tanto en holocaustos y sacrificios como en la obediencia a la voz del SEÑOR? Entiende, el obedecer es mejor que un sacrificio, Y el prestar atención, que la grasa de los carneros. Porque la rebelión es como el pecado de adivinación, Y la desobediencia, como la iniquidad e idolatría. Por cuanto tú has desechado la palabra del SEÑOR, Él también te ha desechado para que no seas rey.”

1 Samuel 15:22,23.

¿Qué es la obediencia?

Es algo muy diferente. En hebreo, la palabra es “Shammah”, que significa oír con atención y poner por obra lo que se escucha.

Deuteronomio 12:28 “Guarda y escucha todas estas palabras que yo te mando, para que haciendo lo bueno y lo recto ante los ojos de Jehová tu Dios, te vaya bien a ti y a tus hijos después de ti para siempre.”

Obediencia es seguir las instrucciones de una autoridad o ser superior, sin cuestionar la razón o sin tomar en cuenta si nos agrada hacerlo o no.

En el caso de nuestra relación con Dios, obedecerlo significa vivir dentro del marco de sus mandamientos, no sólo por fuera sino en el corazón también, porque el corazón está sujeto a Él.

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Hoy en el mundo

Jesús lo enseñó así: Mateo 5:27 “Oísteis que fue dicho: No cometerás adulterio.

Pero yo os digo que cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón.”

Esto es un ejemplo primario de la diferencia entre sacrificio y obediencia. No es únicamente el acto físico de lo que hagamos, sino hacerlo con un corazón sujeto y humilde ante Dios. No cometer un pecado físicamente, pero sí desearlo en el corazón, no es obediencia.

En otras palabras, la obediencia es la combinación entre la intención del corazón en sujeción a Dios y la acción que lo acompaña. Se obedece cuando hay gozo, aunque no entienda del todo por qué Dios pide que haga alguna acción.

El Sacrificio que SÍ agrada a Dios Es la entrega de algo valioso para nosotros, como resultado de la obediencia a Dios. Esto se ve reflejado en el sacrificio de la alabanza: le entregamos nuestras emociones de amor y admiración a Dios, porque lo reconocemos como nuestro Rey. En el sacrificio de alabanza le damos nuestro amor, nuestro canto, y es un acto de rendición hacia Dios.

La actitud del corazón es lo que Dios mira a la hora de hacer un sacrificio. ¿Usted lo está haciendo para provocar una acción de Dios, pero con un corazón contaminado?, o, ¿Lo está haciendo desde una actitud de humillación y amor por Dios?

Sacrificar nuestro ego, nuestros propios deseos y planes para hacer la voluntad del Señor, es algo que sí agrada a Dios.

Dios mira la actitud del corazón al hacer un sacrificio. ¿Lo haces con una actitud humilde y de obediencia a Dios?

Dios ve la voluntad del hombre, cuando éste decide no hacer caso a sus propios deseos por hacer la voluntad de Dios. Este es un sacrificio de obediencia, y Dios lo toma como un acto agradable.

• El sacrificio sólo significa que reconocemos que Dios existe, pero no necesariamente es algo que Dios nos dirige a hacer.

• La obediencia demuestra que seguimos a Dios y hacemos su voluntad.

El mejor ejemplo de sacrificio lo encontramos en Jesús. Él se despojó de su deidad para venir a la tierra como hombre. Fue sujeto en todo sentido al Padre, y nunca hizo su propia voluntad, sino siempre buscó la voluntad del Padre (Juan 5:30). Él hizo un sacrificio por amor a su Padre, y dio hasta su vida para que los planes de su Padre fueran hechos. Por eso, Dios lo exaltó hasta lo sumo, y lo puso como rey sobre toda creación.

Si Dios no es el que inicia el sacrificio, sino que es iniciado por nuestras propias ideas o imaginación, el sacrificio no es agradable a Dios. Es más, Dios lo compara con rebeldía, iniquidad y hechicería.

Nosotros somos seguidores de Jesús, y nuestros sacrificios deben provenir del amor y la entrega a Dios, y nunca de una intención de manipularlo para que Él haga o piense lo que nosotros queremos.

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“Por lo demás, me está reservada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día; y no sólo a mí, sino también a todos los que aman su venida.” (2ª Tim 4:8)

Por: Armando Molina

Jesucristo, el Juez Justo

s

imilar a lo que sucede con las promesas de Dios, en donde nuestra tendencia natural es a enfocarnos en aquellas que ofrecen bienestar, generalmente nos atraen más los atributos y títulos del Señor que remarcan su misericordia, amor y poder. Sin embargo, “juez justo” también es un título de Él que está revelado en su Palabra y el entenderlo bien nos llena de confianza y un santo temor de Dios.

Un juez es aquel que ha recibido la potestad y autoridad de juzgar y sentenciar. Ahora bien, si el título fuera sólo un juez a secas, podría en teoría quedar la duda de cómo se comportará este juez. Pero acá se nos dice explícitamente que Él es un juez justo.

Esto significa que puede correctamente considerar todos los elementos de un caso, sopesarlos y asignar con verdad y exactitud el bien o el mal de una situación y en una persona. Este juez está alejado de cualquier parcialidad y corrupción, su juicio es exacto, preciso, verdadero y sin errores.

El juez justo conoce todas las cosas: los hechos, las palabras y las motivaciones. No es por nada que cuando vemos a Jesús glorificado en el libro de Apocalipsis, el apóstol Juan nos dice que tenía ojos como llama de fuego.

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Apocalipsis 19:12 “Sus ojos eran como llama de fuego, en su cabeza tenía muchas diademas y tenía escrito un nombre que ninguno conocía sino él mismo”

Espada de la palabra

Estos ojos que parecían llamas de fuego nos indican que nada escapa a su mirada, toda obra, motivación y palabra están expuestas completamente delante de Él. Es inútil tratar de esconderle cualquier cosa.

Ahora bien, ¿en base a qué juzgará Él? Juzgará en base a su carácter santo que está expresado en su ley. Los 10 mandamientos que encontramos en el libro de Éxodo, capitulo 20, todavía están en vigencia, ya que son una expresión eterna de la justicia y carácter santo de Dios. Ellos nos resumen en pocas palabras qué es lo que Dios espera del hombre y en base a qué, cada uno de nosotros será evaluado por el Señor. Estos mandamientos son conforme a lo que es bueno, correcto y agradable, porque la ley de Dios es santa, fiel reflejo de su carácter, rechazando totalmente todo aquello que es malo, torcido o falso.

Hebreos 4:13 “Y no hay cosa creada que no sea manifiesta en su presencia; antes bien, todas las cosas están desnudas y abiertas a los ojos de aquel a quien tenemos que dar cuenta.”

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Julio - Septiembre 2016

¿Te has puesto a pensar alguna vez que, sin importar tu posición, edad, preparación, trabajo o circunstancias, hay un día en que deberás presentarte delante de Dios a dar cuenta de tus acciones?

A algunos de nosotros nos es muy difícil aceptar esto. Preferimos “ser nuestro propio jefe”, y creer que “no tengo que darle cuentas a nadie”…. Pero por mucho que ésta sea nuestra preferencia, todo ser humano en esta tierra debe su vida al Creador, quien ha puesto en los corazones de todo hombre un conocimiento innato de lo que es bueno, y quién no solamente se revela a través de su Palabra, sino también por medio de la grandeza de la creación, la cual grita a la humanidad de la existencia de un Creador.

Por eso, la Biblia dice que el principio de la sabiduría es el temor de Dios (Salmo 111:10).

Este temor es una sana conciencia que más allá de nuestros padres, jefes, superiores, supervisores y mandatarios, al final de cuentas, todos respondemos ante un Dios santo, quien con justicia perfecta nos juzgará ese día.

Pero al mismo tiempo que el juez justo nos inspira un santo temor, también nos llena de confianza saber que en última instancia nadie puede burlarse de Él y escapar a su juicio.Todas aquellas malas acciones que en esta tierra parecen quedar impunes, serán finalmente llevadas delante del trono de Dios, Él juzgará según sus normas, no las nuestras. Puede que pensemos que por no cometer algún pecado escandaloso o evidente, somos buenas personas, pero Dios, que mira el interior, conoce nuestra verdadera situación.

Gálatas 6:7 “No os engañéis; Dios no puede ser burlado, pues todo lo que el hombre siembre, eso también segará”

Génesis 18:25 “Lejos de ti el hacerlo así, que hagas morir al justo con el impío y que el justo sea tratado como el impío. ¡Nunca tal hagas! El Juez de toda la tierra, ¿no ha de hacer lo que es justo?”

Que Él sea un juez justo también nos anima a clamar para que sea Él el que nos defienda y haga justicia.

Podemos apelar a Él, sabiendo que aborrece lo malo y ama la justicia.

Por eso, los creyentes oramos con gran anhelo “venga tu reino”, porque sabemos que así estamos pidiendo que la justicia impere en la tierra, porque sabemos que el reinado de este rey se caracterizará por la justicia y la paz.

Isaías 9:7 “Lo dilatado de su imperio y la paz no tendrán límite sobre el trono de David y sobre su reino, disponiéndolo y confirmándolo en juicio y en justicia desde ahora y para siempre.”

No podemos terminar este tema sin decir que para el verdadero creyente, “No hay pues ninguna condenación” (Romanos 8:1) Las justas demandas de la ley de Dios fueron cumplidas en Jesucristo. Él no solamente vivió una vida justa, totalmente apegada a la ley de Dios.

También tomó sobre sí la sentencia merecida de aquellos rebeldes que habían desobedecido esa ley. Ahora, para aquellos que confían en Él, en lugar de juicio, hay misericordia.

“Hace 12 años”, comienza contándonos Mayra, “fui donde el ginecólogo, debido a que tenía problemas hormonales.”

Por: Lorena Farrach

El señor es mi pastor, nada me faltará

e

l doctor me mandó a hacer unas radiografías, por medio de las cuales descubrió que tenía un tumor en la hipófisis.

Como consecuencia, tenía la prolactina elevada y en el futuro podía tener problemas de motricidad, equilibrio y pérdida de la vista, por lo que estuve bajo tratamiento médico durante cinco años. Sin embargo, el tumor nunca disminuyó, sino que al contrario, creció en tamaño.

Durante estos cinco años de tratamiento, me mantenía con fuertes dolores de cabeza. Mis amigas, cuando me juntaba con ellas me decían que me veían muy mal, por lo que decidí dejar de tomar las medicinas que me había recetado el doctor.

Durante dos años, al ya no tomar el medicamento, se me quitaron los dolores de cabeza y los fuertes cambios de humor y carácter incontrolable, producto del desbalance hormonal que producía la medicina.

Después de esos dos años, siguiendo el consejo de los hermanos de mi congregación, fui nuevamente al médico y me dijo que aparentemente estaba bien, que yo no demostraba los síntomas de una persona con un tumor en la cabeza.

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Los milagros continúan

Los hermanos de mi congregación me dijeron que fuera prudente y que fuera al hospital a hacerme unas radiografías, y ahí salió que el tumor había crecido y que había que operar. Llevé a cabo todos los procesos necesarios para poder ingresar a un hospital público, procesos que duraron alrededor de seis meses. Como mi hija en ese entonces estaba pequeña, conseguí dejarla internada en el colegio durante el tiempo de mi hospitalización, pero cuando al final llego el día de la operación, me dijeron que el hospital estaba en crisis y que ya no me iban a operar.

Dios milagrosamente me cerró las puestas en ese hospital y, por medio de una trabajadora social, me abrió las puertas en el hospital donde me podían operar vía nasal.

Un nuevo examen

Comencé a vivir el milagro que Dios tenía para mí. Esta vez me sentía confiada y respaldada por mi Padre celestial y mis hermanos de la congregación. Mientras llegaba el día de la operación, Dios me permitió, junto con otra paciente cristiana, orar por las personas que estaban ahí en el hospital y Él me enseñó durante ese mes a ser humilde, a no criticar y no creerme mejor que los demás.

Mis emociones se alteraron y me sentía muy sola y desconsolada.

Pasaron otros cinco años y nuevamente, por obediencia a mis líderes espirituales, fui a hacerme otra vez el examen. Al ver los resultados, mis pastores oraron por mí y me dijeron que a un hermano de la congregación lo habían operado de lo mismo y que había salido muy bien, que no le habían abierto la cabeza, sino que habían hecho la operación vía nasal.

Un nuevo médico Realicé entonces los trámites operatorios en un hospital público, en donde la única forma en que me operaban era abriéndome la cabeza y, en mi desesperación, me puse a llorar y le dije a Dios: “Señor, ya no puedo más, estoy en tus manos, te tengo a ti como Padre y sé que me vas a dar lo que necesito y hoy confieso que, si es tu perfecta voluntad para mi vida, por tus llagas seré sana”.

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Julio - Septiembre 2016

Al chequearme el médico de este hospital, me dijo que ya tenía hemorragia en el nervio óptico y que era importante operar de una vez; así que me dio una hoja de ingreso para que me asignaran una cama y cabalmente sólo una cama había disponible y fue para mí.

Viví un milagro

Un mes después, llegó el día de la operación y no sentí ningún temor a morir, iba tranquila y le dije al doctor que Dios me iba a operar por medio de sus manos.

Le dije a Dios: “ya no puedo más, estoy en tus manos; si es tu perfecta voluntad por tus llagas seré sana”.

La operación fue todo un éxito, tuve una recuperación milagrosa, pues estuve sólo un día en cuidado intensivo y a los cuatro días salí caminando del hospital. Y gracias a que fue la voluntad de Dios para mi vida, fui sana.

Experimenté el amor y cuidado de Dios íntimamente Experimenté de una forma personal e íntima el Salmo 23:1 que dice “El Señor es mi pastor, nada me faltará”. Viví el amor y cuidado de Dios en mi vida, su provisión, su dirección y su sanidad, y así como el tumor me fue arrancado de raíz, así Él ha comenzado a trabajar en mí como una persona nueva. ¡Toda la gloria, alabanza y gratitud sean para el Señor Jesucristo!”

Reflexiones

Por: Lissette de Archila

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Tu justicia irá delante de ti

ios guiará tu camino con su luz cuando obres de acuerdo a su corazón, y muestres misericordia al necesitado. ¡A donde tú vayas, allí estará contigo! Su luz te rodeará como un escudo y su verdad te mostrará la dirección a seguir. Su justicia irá delante de ti, y su gloria te seguirá… ¿Sabes qué significa eso? Que Dios abrirá sendas para ti. Él quebrantará los yugos que te aprisionan, y te hará prosperar en tus caminos. Escóndete en su justicia. Deléitate en Él mientras Él juzga tu causa y pelea tu batalla.

La muerte de Jesús en la cruz fue para salvarte y para darte libertad. Él vino al mundo a vencer a la muerte por ti, y lo logró. De igual manera, toda situación que te suceda, toda batalla que viene a tu camino es Su batalla. Si confías en Dios en cada prueba que tengas, Él peleará por ti y vencerá.

Cuando Él dice en su Palabra que tu justicia va delante de ti, es porque al confiar en su nombre, tú te escondes en Él, y Dios se convierte en tu escudo protector. Con su diestra vence a tus enemigos, mientras que a ti te enseña su misericordia.

¿No es acaso el ayuno compartir tu pan con el hambriento y dar refugio a los pobres sin techo, vestir al desnudo y no dejar de lado a tus semejantes?

Si así procedes, tu luz despuntará como la aurora, y al instante llegará tu sanidad; tu justicia te abrirá el camino, y la gloria del Señor te seguirá.

(Isaías 58:7,8) Después de recorrer el camino que Él te trazó, verás para atrás en tu situación y comprenderás que su gloria te siguió por donde anduviste. Porque detrás de ti verás las victorias que Dios obtuvo por ti y las bendiciones que te tenía guardadas. Esta es su gloria siguiéndote: Ver para atrás y entender que nunca te abandonó. Qué todo lo que pasaste fue por un propósito eterno, para atraerte más a Él y a su justicia. Mientras tanto, Dios formaba tu corazón, y te mostraba su amor eterno.

Busca la presencia de Dios con adoración. Es en su presencia donde te muestra el camino a seguir, donde te da nuevas fuerzas y donde se revela a ti. Es allí, escondida en Él, donde su rostro resplandece sobre ti. ¡Escóndete en Dios!

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Por: Lourdes de Castañeda

La vida del cristiano se compara más a una carrera de resistencia que a una de velocidad.

No son los mismos requerimientos para un corredor que va a correr 100 metros, que para uno que lo hará por 20 kilómetros.

Eleva la mirada

a

mbos requieren de un entrenamiento especial y disciplina, pero la gran diferencia es que uno tiene puesta la mirada a corto plazo, de modo que con fuerza y energía logra alcanzar su meta; mientras que el otro, aunque no logra ver su meta desde el inicio, sabe que después de un largo recorrido, la alcanzará, pero le es necesario tener paciencia y perseverancia, además de fuerza.

Hebreos 12: 1-4 nos hace una exhortación de cómo debemos llevar a cabo esta carrera.

Veamos detenidamente lo que nos aconseja:

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1. Despojémonos de todo peso y del pecado que tan fácilmente nos envuelve.(v. 1)

Decisiones

Para poder realizar cualquier deporte, es esencial tomar en cuenta la vestimenta. La ropa ligera facilitará nuestro paso y garantizará que avancemos más. En términos espirituales, todo “peso” se refiere a todas esas cargas que nos echamos sobre la espalda tratando de resolver o aguantar, pensando que estamos haciendo un “sacrificio agradable al Señor”.

El Señor Jesús nos enseñó diciendo: “Vengan a Mí, todos los que están cansados y cargados, y Yo los haré descansar.” (Mateo 11:28). Y también nos dijo que tomáramos nuestra cruz y le siguiéramos.

La cruz es el instrumento donde morimos. Romanos 12:2 nos enseña que el verdadero sacrificio agradable al Señor es el de uno mismo, es decir, que lo único que debemos llevar a la cruz cada día es nuestro yo, a morir, para agradar a Dios realmente. Así, por ejemplo, si mi carga es pensar en el futuro de mis hijos, debo primero dejar esa carga a los pies de Dios, que es el único que tiene el control de lo que pasará en el futuro; debo entregarle a mí misma, mis temores, mi falta de confianza, mi orgullo de creer que yo tengo el control de la vida de los demás, etc., y tomar Su yugo, y aprender Su mansedumbre y Su humildad, y así mi alma hallará descanso (Mateo 11:29).

Lo segundo que nos insta Hebreos 12:1 es a despojarnos también del pecado.

Éste es la causa de toda desgracia humana, comenzando por la separación que causa en nuestra relación con Dios. Si hemos nacido de nuevo, habremos experimentado la paz que viene al corazón arrepentido y perdonado por Dios.

Es algo realmente inexplicable. No importa el color o tamaño que creas que tenga el pecado, aun el más “pequeño” tiene el mismo efecto: separación con Dios. Tan cierto es esto, que fue necesario que Jesús mismo viniera a morir por TODOS a este mundo para deshacer esa obra del maligno, rompiendo el pecado y su poder por medio de su muerte y resurrección. Pero Él, que nos ha liberado del pecado, nos ha dejado su perdón por medio del arrepentimiento y su Sangre, porque todos los días necesitamos ser perdonados y limpios de algo, especialmente de aquello que no queremos soltar y nos enreda con facilidad, y para avanzar, nos es necesario dejar el pecado.

2. Corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante (v.1) Cuando comenzamos la “carrera” cristiana, lo hacemos de forma muy enérgica y entusiasta. Es hermoso ver a los nuevos creyentes llenos de pasión y agradecimiento por el Señor, prestos a hacer cualquier cosa que Él les pida. Ese es el primer amor del que se habla en apocalipsis, que no debemos perder. Sin embargo sucede que, después de algún tiempo, nos damos cuenta que todo aquello que vivimos en el Señor es tan sólo el comienzo de un largo recorrido, y comenzamos a perder fuerzas y deseos de continuar.

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Es allí donde necesitamos la paciencia. No es algo sencillo, sobre todo cuando nos damos cuenta de que otros creyentes o nosotros mismos, seguimos actuando de manera tan contraria a lo que debiéramos ser en Cristo. Eso nos desanima y hace pensar que no vale la pena seguir adelante. Es en ese momento donde necesitamos de la fe y de recordar todas las promesas de La Palabra que son nuestro alimento. Por ejemplo, debemos creer firmemente lo que dice Filipenses 1:6 necesitamos rodearnos de gente llena de fe, que constantemente nos aliente y anime a continuar el caminar, para lo cual es esencial no dejar de congregarnos (Hebreos 10:25). Y también necesitamos continuar hacia el siguiente paso, no bajar la mirada.

Por esta razón, es justo reconocer a Jesús como el único Señor y Salvador, y es necesario para nacer de nuevo. Al nacer de nuevo, experimentamos esa presencia del Señor en nuestra vida, y es la experiencia más sobrenatural y espectacular que podamos tener.

Saber que podemos entrar en la misma presencia de Dios Padre, todos los días y vivir, pues hemos sido justificados por Jesús.

Este es el mejor regalo que podemos recibir. Tal vez tú has vivido ya esta experiencia, pero sólo la tienes como un buen recuerdo de algo que te pasó hace mucho tiempo, o que fue sólo una bonita emoción de un momento de vulnerabilidad en tu vida.

Ahora vives nada más por vivir y piensas que aquella experiencia no puede ya cambiar tu situación actual. Recuerda que Jesús es el mismo de ayer, de hoy y de siempre.

Lo que viviste fue real, pasaste de muerte a vida espiritual, no lo menosprecies más y aférrate de nuevo a la cruz del Señor. Él es la vida, Él es la verdad, no busques más por otras partes, sólo arrepiéntete y vuelve tus ojos al Señor. “Porque del corazón del que cree en mí brotarán ríos de agua viva”, Juan 7:38. El poner los ojos en Cristo, quita nuestra mirada de otras cosas que no nos traen bendición. La biblia nos enseña que el que pone su confianza en otro hombre no recibe bendición, sino maldición (Jeremías 17:5).

Revisa en tu vida si es que acaso has estado poniendo tu mirada en los hombres en lugar de ponerla en Jesús. Si es así, eso explicará el porqué de tu desanimo, derrota, ansiedad, cansancio espiritual, etc.

Pídele perdón al Señor y vuelve tus ojos a Él.

Decisiones

Oramos, no porque Dios lo necesite, somos nosotros quienes necesitamos recordar cada día que dependemos de nuestro Padre.

Nos alejamos de su luz y santidad y Cristo vino a rescatarnos para regresarnos de nuevo al Padre.

Creer esto nos ha dado el privilegio de ser llamados hijos del Dios Altísimo, del Rey de Reyes.

Sin este acto de amor de Jesús, sería imposible para cualquiera de nosotros llegar al Padre.

3. Puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe. (v.2-4) Jesús es el verdadero motivo de nuestra fe. Su entrega y muerte por cada uno de nosotros es la mayor prueba de amor que alguien pueda dar por otro. En Jesús está la razón de nuestro existir. Somos el objeto de su amor. Dios nos creó para estar con Él.

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4. Fortaleced las manos débiles y las rodillas que flaquean, y haced sendas derechas para los pies. (v. 12-13)

“Dad gracias en todo, porque ésta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jeús.”

(1 Tesalonicenses 5:18)

Decisiones

Poner la mirada en el Señor no es fácil en medio de un mundo tan llamativo y entretenido, por eso nos es necesario no desconectarnos del ámbito espiritual. Jesús nos enseñó con su ejemplo, apartándose frecuentemente del resto para orar con su Padre, y nos enseñó cómo hacerlo. La oración del Padre Nuestro es mucho más que una oración aprendida de memoria, cada palabra nos habla de una gran profundidad espiritual.

Oramos, no porque Dios lo necesite, somos nosotros quienes necesitamos recordar cada día que dependemos de nuestro Padre, que Él es soberano, Santo, que Su voluntad es buena para nosotros, que de Él proviene nuestro sustento, que nos es necesario pedir y extender perdón, y que sólo Él tiene nuestra vida en sus manos. Cuando oramos como Él quiere, nuestro enfoque se centra en Él y no más en nosotros o en las circunstancias.

Orar es un ejercicio espiritual, y como todo ejercicio, puede cansarnos y no parecer llamativo, pues requiere disciplina, pero poco a poco se convierte en una necesidad vital para nuestra vida.

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En Jesús está la razón de nuestro existir. Somos el objeto de su amor. Dios nos creó para estar con Él.

Así que si tus manos y rodillas se han debilitado, has dejado de orar y pedir, tal vez porque no recibiste lo que pediste un día, o sentiste que Dios tardó mucho en responder.

Cobra fuerza una vez más y levántate en oración, pues “Aunque parezca tardar, espérala; porque sin falta vendrá”, Habacuc 2:3.

Dios no engaña a nadie; Él es la Verdad y es digno de confianza. En la medida que nos sumerjamos más en oración, nuestros ojos tomarán el lugar que les corresponde, y no olvidemos estudiar Su Palabra para que nuestro pies anden por caminos rectos, pues “Lámpara es mis pies tu Palabra y lumbrera en mi camino”, Salmos 119:105.

La Palabra de Dios es verdad y por ninguna razón debemos ponerla en duda. Sin embargo, sí es importante que la conozcamos completa y le pidamos al Espíritu Santo que sea esa luz bajo la cual podamos entenderla para que no sea sólo letra muerta.

Te invito a leer el salmo 119 completo y buscar en él todo lo que la Palabra de Dios es, y luego, léela completa, acompañada de oración todos los días, verás cómo se enciende en tu corazón una llama de amor por el Señor, que mantendrá tu mirada en las alturas.

Mujeres de proverbios

Siempre que tenía la oportunidad de leer Proverbios 31:10-31, me sentía mal y frustrada, porque pensaba que era el ejemplo de una mujer inalcanzable.

Por: Lilly de Porres

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La Bendición de ser mujer

esde que inicia el versículo 10... “Mujer virtuosa, ¿quién la hallara? Porque su estima sobrepasa largamente a la de las piedras preciosas”, me preguntaba qué tenía que hacer para llegar a tener aunque sea un poco de los atributos que allí se describen, y nuevamente mi mente y mi corazón se frustraban, y hasta generaba enojo en mí por ser tan opuesta y diferente a ese “modelo de perfección”. Algo estaba muy mal... y por muchos años pasé sintiéndome así.

¡¡Imaginen cómo me sentía!!

Manejaba una gran carga de culpa, que cada vez era mayor.

Y al pasar el tiempo, me topé con la tremenda sorpresa que había más mujeres de lo que pude imaginar, que estaban igual o peor que yo.

¿Por qué? ¿Por qué, Señor, no doy la talla? ¿Por qué no logro avanzar? ¿Por qué, si te entregué mi vida, no hay cambios? ¿Por qué, si tú todo lo puedes, no haces que yo sea diferente?

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¿Qué Palabra inalcanzable?

pasaba? ¿La de Dios es

¿Y sabes una cosa? El modelo de la mujer de proverbios plasmado en la Palabra, sí es inalcanzable para nosotras, en nuestras fuerzas. Por eso necesitamos a Jesucristo. Como su misma Palabra lo dice: ¡Él todo lo puede y en Él todo lo puedo! Con mis fuerzas nunca iba a lograr ser esa mujer de proverbios.

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¿Qué enseña la Bíblia?

El Señor reafirmó en mí varias verdades que están en su Palabra: 1. Soy hija de Dios. Él me dio el derecho de ser su hija a través de la muerte de su Hijo Jesucristo.

2. Su sangre me lava y me limpia de todo pecado. Por eso debo llevar mi corazón a ser limpiado por Él, todos los días.

3. Ya no soy yo quien vive, es Cristo quien vive en mí. Se trata de que Él crezca en mí, mientras yo menguo.

4. Soy templo de su Espíritu Santo. Debo reflejar el fruto del Espíritu, al no contristarlo sino, más bien, dejando que trabaje en mí. Y esas cosas yo las había escuchado siempre, pero no había entendido que ya me habían sido dadas a través de Jesucristo. Yo creí que por hacer cosas me las iban a dar como premio. Entonces esto sí que se volvía inalcanzable.

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Dios es bueno y no se equivoca Aquí, mis queridas mujeres, es donde quiero enfatizar. ¡Dios es bueno y para siempre es su misericordia! Él no nos hizo mujeres para sufrir. Muy aparte es que nosotros estemos sufriendo, por consecuencia de malas decisiones que tomamos en el pasado y por el mundo caído en el que vivimos, pero ése no era su plan original. Él mismo nos dio y puso sobre nosotras muchas virtudes, las de Proverbios 31 para que, a través de su Hijo Jesucristo, nosotras pudiéramos hacerlas efectivas, claro, para Su Gloria, no para la nuestra.

Empecé a comprender qué plan tan maravilloso tiene Dios con nosotras. Él nos da entendimiento espiritual para que nos gocemos al máximo de ser mujeres, porque a través de su plan perfecto podemos ser hijas de Él; coherederas juntamente con Cristo; podemos ser esposas, madres, suegras, cuñadas, hermanas, amigas...

Somos la continuidad perfecta que Dios diseñó para que en nuestras casas podamos desarrollar la plenitud de su gloria. Repito, la gloria de Él, no la nuestra. Esa versatilidad que Dios nos dio es para que la utilicemos cada día en donde nos desenvolvamos pero, sobre todo, en nuestro hogar, con nuestra familia. Y Él es ilimitadamente poderoso para que tú recibas sus “nuevas misericordias” CADA mañana. Y esas misericordias se hacen efectivas al llevar a los pies de la Cruz de Cristo, esa cantidad de culpa que muchas veces manejamos, para que sean redimidas, de modo que seamos libres de ser y vivir conforme al plan del Señor.

¡Imagínense! Cada día es una nueva oportunidad para ser limpiada, transformada, liberada, para conocer más de Dios y así saber todas las riquezas que tenemos en Cristo Jesús. Puedo bendecir a mi familia, puedo perdonar (lo pasado, lo presente, lo futuro), porque yo ya fui perdonada, puedo tener el gozo de abrir mis ojos y vivir para servirle a mi Señor, al servirle a mi familia. Puedo dar gracias por Su Bondad (no importando las circunstancias). Puedo tener la dicha de tener ojos, oídos, manos para descubrir todo lo que mi Padre quiere enseñarme. ¡Ser mujer es maravilloso y Dios nos ha dado ya la capacidad para ir aprendiendo cada día de nuestra vida, que somos mujeres conforme a Proverbios 31, si nos dejamos transformar al llevar nuestro corazón expuesto ante Él, para que sea limpiado y seamos así moldeadas a la imagen de Cristo, creciendo Él cada vez más en nosotras, y menguando nosotras igualmente.

Se trata de Jesús Al final se trata de Cristo, no de nosotras. El Señor usa esa culpa de no alcanzar los estándares, para que veamos nuestra pequeñez ante su grandeza, que confesemos nuestra debilidad, y que Él se haga grande en ella.

Sólo llevando nuestras culpas y pecados a Él, seremos transformadas y limpiadas para poder vivir la vida que Él quiere y planeó para nosotras pero, sobre todo, vivir la vida eterna con Él, habiendo llegado a la altura del varón perfecto. Se trata de dejar ya de pensar en el plano terrenal, para ser usadas y vivir conforme la vida eterna que tendemos con Él.

No permitamos pues que nos engañen, porque todo lo que Dios hace lo hace bien.

Vida de alabanza

Por: Osberto Ruano

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Actualmente en algunas congregaciones queda la impresión de que algunos ministros de alabanza tienen la idea de que existen dos equipos dentro de sus congregaciones: el primer equipo estaría formado por los predicadores, que muchas veces es el pastor, y el segundo equipo es el ministerio de alabanza.

Alabadores sirviendo a sus pastores elean por el tiempo, por el tipo de cantos, etc. Pero el diseño de Dios es diferente.

porque de día y de noche estaban en aquella obra”.

El origen de los músicos y cantores vienen de los levitas, tribu apartada por Dios para servirle. Según 1 Crónicas 6:16: “Los hijos de Leví: Gersón, Coat y Merari”. Cuando Dios, por medio de David, instituyó el canto y la música como una forma de ofrenda agradable, David organizó a los cantores que servirían por turnos, alabando a Dios de día y de noche. 1 Crónicas 9:33 “También había cantores, jefes de familias de los levitas, los cuales moraban en las cámaras del templo, exentos de otros servicios,

Y en 1 Crónicas 6:31-48 nos narra cómo organizó a los cantores: puso a Hemán, descendiente de Coat, hijo de Leví y a Asaf, descendiente de Gersón, hijo de Leví y Etán descendiente de Merari, hijo de Leví en el servicio del canto en el templo del Señor.

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(Salmo 32:8)

Vida de alabanza

Te haré entender, y te enseñaré el camino en que debes andar; Sobre ti fijaré mis ojos.

1Crónicas 6:32-33 “los cuales servían delante de la tienda del tabernáculo de reunión en el canto, hasta que Salomón edificó la casa del Señor en Jerusalén; después estuvieron en su ministerio según su costumbre.

Estos, pues, con sus hijos, ayudaban: de los hijos de Coat, el cantor Hemán hijo de Joel, hijo de Samuel.”

1 Crónicas 6:38-39 “hijo de Izhar, hijo de Coat, hijo de Leví, hijo de Israel; y su hermano Asaf, el cual estaba a su mano derecha; Asaf, hijo de Berequías, hijo de Simea”.

1 Crónicas 6:43-44 “hijo de Jahat, hijo de Gersón, hijo de Leví. Pero a la mano izquierda estaban sus hermanos los hijos de Merari, esto es, Etán hijo de Quisi, hijo de Abdi, hijo de Maluc”.

Los alabadores son dados al pastor El diseño de Dios es que los levitas sean un regalo para Aarón. Los levitas vendrían a ser los alabadores y Aarón, el pastor; es decir, que los alabadores le son enteramente dados al pastor como un regalo entre la congregación.

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Números 3:9 “Y darás a los levitas a Aarón y a sus hijos; le son enteramente dados de entre los hijos de Israel”.

Números 18:6 “Porque he aquí, yo he tomado a vuestros hermanos los levitas de entre los hijos de Israel, dados a vosotros en don del Señor, para que sirvan en el ministerio del tabernáculo de reunión”. Por designio divino, los alabadores deben estar al servicio de sus pastores y les deben sujeción, según Números 18:2-3 “Y a tus hermanos también, la tribu de Leví, la tribu de tu padre, haz que se acerquen a ti y se junten contigo, y te servirán; y tú y tus hijos contigo serviréis delante del tabernáculo del testimonio. Y guardarán lo que tú órdenes, y el cargo de todo el tabernáculo”.

Y toda autoridad es puesta por Dios, según Romanos 13:1-2 “Sométase toda persona a las autoridades superiores; porque no hay autoridad sino de parte de Dios, y las que hay, por Dios han sido establecidas.

De modo que quien se opone a la autoridad, a lo establecido por Dios resiste; y los que resisten, acarrean condenación para sí mismos.”

Nuestro servicio debemos de verlo como un privilegio y jamás perder la ilusión, como la primera vez que nos llamaron a alabar en la congregación. Dios nos sorprende cada vez y esas cosquillitas en el estómago son una buena señal de que no dependemos de nuestra experiencia o talento, sino de su misericordia.

Un regalo es apreciado por su utilidad y por quien lo entrega, así que si fuimos entregados por Dios, estamos tranquilos que por esa parte somos apreciados, pero tenemos que buscar ser útiles en lo que se nos requiera, siempre, a tiempo y a destiempo, sin importar cansancio o comodidad, es cuestión de pasión por Dios al hacer las cosas, aportando ideas, pero sujetándonos.

No juzguemos a nuestros pastores En la Biblia tenemos el caso de la rebelión de Coré, de la tribu de Leví (alabador), cuestionando la autoridad de Moisés y Aarón.

En Números 16:9-10, Moisés pregunta a los levitas seguidores de Coré: “¿Os es poco que el Dios de Israel os haya apartado de la congregación de Israel, acercándoos a él para que ministréis en el servicio del tabernáculo del Señor, y estéis delante de la congregación para ministrarles, y que te hizo acercar a ti, y a todos tus hermanos los hijos de Leví contigo? ¿Procuráis también el sacerdocio?”

Dura cosa es menospreciar nuestro ministerio, el cual nos fue dado por Dios, y procurar el de alguien más. Y ojo con la murmuración contra tu pastor, en Números 16:11 nos advierte al respecto: “Por tanto, tú y todo tu séquito sois los que os juntáis contra el Señor; pues Aarón, ¿qué es, para que contra él murmuréis?”

Luego, en Números 16:15 vemos cómo Moisés, ejerciendo el sacerdocio (pastor), pide a Dios que no reciba la ofrenda de Coré: “Entonces Moisés se enojó en gran manera, y dijo al Señor: No mires a su ofrenda; ni aun un asno he tomado de ellos, ni a ninguno de ellos he hecho mal”.

En los siguientes versículos, la Biblia narra cómo Dios no sólo no acepta la ofrenda de Coré, sino que la tierra lo traga a él y a sus seguidores y queda como precedente para quienes buscan un llamado diferente al que Dios les hizo. Números 16:40 “en recuerdo para los hijos de Israel, de que ningún extraño que no sea de la descendencia de Aarón se acerque para ofrecer incienso delante del Señor, para que no sea como Coré y como su séquito; según se lo dijo el Señor por medio de Moisés”.

Vida de alabanza

Si los alabadores nos viéramos a nosotros mismos como un regalo de Dios para nuestros pastores, creo que cambiaríamos muchas actitudes y empezaríamos a servir incondicionalmente y a sujetarnos a ellos, como nuestra autoridad que son.

Así que si queremos vivir en la voluntad de Dios en nuestros ministerios, honremos, sirvamos y sujetémonos a nuestros pastores.

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Entretenimiento Las respuestas de Dios y Moisés Busca una biblia y lee Éxodo 33:1-23 para encontrar las respuestas.

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HORIZONTALES 4. ¿Cuál es una de las cualidades mostrada por Dios?

6. ¿Cuál Tabernáculo levantó Moisés fuera del campamento?

8. ¿Fuera de qué levantó Moisés el tabernáculo?

10. ¿Qué era Josué de Moisés?

13. ¿Cómo era el pueblo de Israel en su cerviz?

15. ¿Quién habló a Moisés?

16. Qué cosa le pidió rogando Moisés a Dios que le mostrara?

17. ¿Qué clase de vestidura se puso el pueblo al oír la mala noticia?

18. ¿Qué hacía cada uno del pueblo de Israel en el versículo 10?

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VERTICALES 1. ¿Quién iba a ir delante del pueblo de Israel?

2. ¿Qué no se puso el pueblo, al recibir la mala noticia de que Dios no estaría en medio del pueblo?

3. ¿Qué no podía ver Moisés de Dios?

4. ¿Quién era uno que tenía un diálogo contínuo e intimo con Dios?

5. ¿Cuántos pueblos habitaban en Canaán?

7. ¿Qué clase de columna descendía sobre el Tabernáculo cuando Moisés entraba en él?

9. ¿Qué le prometió el Señor a Moisés y que le daría descanso?

10. ¿Quién era uno de los patriarcas del pueblo de Israel?

11. ¿Qué otra cosa le pidió rogando Moisés al Señor que le mostrara?

12. ¿Qué halló Moisés delante de Dios?

14. ¿Qué fluía la tierra prometida?

Horizontal: 4) Misericordia 6) Reunión 8) Campamento 10) Asistente 13) Duro 15) Jehová 16) Camino 17) Luto 18) Adoraba

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RESPUESTAS: Vertical: 1) Angel 2) Joyas 3) Rostro 4) Moisés 5) Seis 7) Nube 9) Presencia 10) Abraham 11) Gloria 12) Gracia 14) Miel

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