Cuando dos cuerpos sólidos se frotan entre sí, hay una considerable resistencia al movimiento independientemente de lo pulidas que estén las superficies. La resistencia se debe a la acción abrasiva de las aristas y salientes microscópicas. La energía suficiente para superar esta fricción se disipa en forma de calor y como desgaste de las partes móviles. Cuando se utilizan piezas metálicas es necesario el uso de sustancias adicionales para disminuir la fricción entre las dos superficies en contacto. Estas sustancias reciben el nombre de lubricantes. Existen diferentes tipos de sustancias lubricantes: productos líquidos como aceites minerales y aceites sintéticos, productos sólidos o semisólidos como las grasas, y finalmente, el aire es un ejemplo de lubricante natural gaseoso. Un lubricante, es por tanto, una sustancia capaz de disminuir la fricción entre dos superficies que están en contacto. La palabra lubricante proviene del latín “lubricum” que significa resbaladizo y veloz. Se trata de una delgada capa de fluido, de espesor a veces inferior a una micra, que se interpone entre dos superficies sólidas para evitar su contacto directo y permitir que resbalen sin deteriorarse.
Un Aceite Lubricante, se define como: Mezcla científicamente balanceada de un aceite base y un paquete de aditivos, en el cual, la base confiere las propiedades de fondo y los aditivos imparten o mejoran las propiedades a los requerimientos específicos de la aplicación. Dos lubricantes con aplicaciones diferentes pueden tener la misma base y diferir en los aditivos. Cuando se diseña un lubricante no se hace al azar, sino con el objetivo de superar determinadas especificaciones, que habitualmente comprenden ensayos en laboratorio y ensayos en motor o en el mecanismo en donde será aplicado.
Las funciones básicas que debe cumplir cualquier aceite lubricante son 5, las cuales se enuncian a continuación:
Lubricar: Reducir la fricción (rozamiento) de las superficies en el mecanismo lubricado así, por consecuencia disminuir el desgaste.
Limpiar: Ayuda a mantener contaminantes en suspensión, para reducir la posibilidad de daño en los mecanismos, reduce la formación de residuos perjudiciales, como lodos, lacas y barnices.
Enfriar: Disipar de manera eficaz el calor, provocado por la fricción de las superficies o en su caso por el funcionamiento del motor, reduciendo la posibilidad de fallas catastróficas, debido a la expansión de partes metálicas adyacentes, o bien debido a la erosión o reblandecimiento de los metales en valores extremos de calor.
Proteger con herrumbre y corrosión: Gracias a la película protectora en las superficies, se reduce el ataque de la humedad o agua, así como de productos químicos como los ácidos con cierta capacidad de neutralización.
Reducir ruidos y vibraciones: Manteniendo una película adecuada de lubricante, en las partes móviles disminuye considerablemente los ruidos y vibraciones causados por falta de lubricación