Volumen 4

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Rota Punctatis nยบ4



Historias ciclistas, ciclistas con historia



Bienvenidos


SUMARIO Editorial | pág. 8 Barra libre | Sonrían por favor | pág. 10 Rutas bizarras | RAAM | pág. 16 Mármol por esculpir | Entrenamiento integrado | pág. 24 Enfants terribles | Johan Van der Velde | pág. 28 Tubular Vs Cámara | Evolución del campo aficionado | pág. 32 Subiendo puertos | Bidasoa: fuente de talentos | pág. 38 Farolillo rojo | Tour de Trump | pág. 42



DITORIAL


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espués de una primavera emocionante en la que hemos vuelto a vibrar con las carreras más espectaculares del calendario rendimos homenaje en portada a lo que viene a ser un rito cada domingo ante la televisión: adoquines, cerveza bien fresca y sofá. Quién dice televisión dice internet. Reivindicamos desde Rota Punctatis mayor cobertura a estas grandes carreras que crean afición. Mientras tanto el verano ha venido para quedarse y al ritmo que los cicloturistas van poblando masivamente las carreteras nuestra humilde publicación crece poco a poco, pero sin pausa ¿Quién nos iba a decir allá por diciembre que en el momento de publicar nuestro cuarto número habríamos presentado la revista en la Feria de la Bicicleta de Donostia o que nos iban a entrevistar en la radio? Es sin duda un subidón para nosotros. Con un equipo consolidado de redactores (en crecimiento constante) y una red de colaboradores muy predispuesta sacamos adelante una nueva edición de Rota Punctatis con más participación que nunca. Esto nos encanta ya que era uno de los objetivos principales de la revista en sus inicios. Como veréis van naciendo nuevas secciones y seguimos buscando y rescatando historias, cuando menos, controvertidas. De hecho uno de los vicios más divertidos de editar esta revista es maquinar el siguiente número cuando no tenemos terminado el anterior. Momentos tensos pero con los que nos lo pasamos en grande. El quinto ya lo tenemos en los fogones. Os recordamos que las puertas de esta publicación están abiertas de par en par y a la vez queremos dar las gracias a todos aquellos que, de una u otra manera, nos apoyan, nos leen y nos siguen. Rota Punctatis



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SONRÍAN, POR FAVOR por Yon Suinaga

Sacamos una fotografía de la situación actual del ciclismo femenino de nuestros lares, que a pesar de no gozar de la excelente salud y los grandes triunfos de antaño, sale bastante bien favorecido en el retrato.


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ablar de ciclismo es hablar de esfuerzo, de superación y de sacrificio, y todos estos valores cobran aún mayor fuerza y sentido cuando nos referimos al ciclismo de las féminas. Afortunadamente, es clara la tendencia ascendente que se está produciendo durante estos últimos años, aunque también es cierto que al ciclismo femenino todavía le queda un larguísimo camino por recorrer para que, mínimamente, sea reconocido y valorado como se merece. En el lado positivo podríamos destacar el progresivo aumento en el número de corredoras, las salidas de nuestros equipos a participar en las mejores carreras internacionales o la irrupción de la televisión en la retransmisión de las mejores carreras. Por el contrario, en el lado negativo de la balanza se podrían colocar la diferencia de nivel que existe con las mejores corredoras extranjeras, tendencia que parece empieza a reconducirse viendo algunos de los excelentes resultados que se están cosechando últimamente, y la falta de “profesionalización” de las ciclistas, ya que a día de hoy el nivel de sueldos no alcanza para que las corredoras profesionales puedan vivir única y exclusivamente del ciclismo, lo que las obliga a compaginar la bici con los estudios y otros trabajos, a pesar de que se preparan y cuidan como las auténticas profesionales que son. Las corredoras vascas gozan de un calendario privilegiado, con bastantes carreras que discurren por las carreteras de la tierra o que se disputan en las comunidades vecinas. La pasada edición del Torneo Euskaldun contó con trece pruebas puntuables, mientras que la Copa de España apenas sumó seis pruebas repartidas por toda la península. Y no podemos olvidarnos de la “Semana Mágica” del ciclismo vasco, en la que se disputan la clásica inter-

“Gloria Rodríguez y Mar Bonnin compaginan carretera y pista a un muy buen nivel” nacional Durango-Durango y la prestigiosa Euskal Emakumeen Bira, congregando año tras año a las mejores ciclistas del panorama internacional. En cuanto a los equipos, los dos únicos élite UCI a nivel nacional que hay son vizcaínos, el BIZ KAIA-DURANGO, que es el equipo decano, y el LOINTEK, que está marcando una clara progresión ascendente estos últimos años. Ambos equipos lucharán encarnizadamente por llevarse las victorias en el Torneo Euskaldun y la Copa de España, así como por dejarse ver y, por qué no, conseguir alguna victoria en sus salidas al extranjero. Una muy buena noticia es que los dos equipos tomaron la salida en la carrera más importante del año, el Giro de Italia. Para ello, el equipo de la Sociedad Ciclista Duranguesa se ha reforzado esta temporada con un gran número de corredoras extranjeras. La directora vizcaína Agurtzane Elorriaga tendrá que sacar lo mejor de ciclistas como la ucraniana Olha Shekel, actual subcampeona de Europa de contrarreloj, las sudamericanas Gleydimar Tapia y Andreina Rivera, potentes rodadoras, la escaladora holandesa Roos Hoogeboom y las experimentadas sudafricanas Heidi Dalton, Lise Olivier y Kim Le Court. Bonitas alegrías está cosechando ya este año el BIZKAIA-DURANGO de la mano de la mallorquina


Barra libre Mavi García, ganadora, entre otras pruebas, de la Vuelta a Burgos. También se está viendo consolidarse a la promesa alavesa Lourdes Oyarbide, que ya se ha estrenado esta temporada en primera prueba de la Challenge Alicante-Murcia. También está andando a un bonito nivel otra de las promesas del equipo, la lezotarra Lierni Lekuona. El plantel cuenta también con corredoras de nivel como Coral Casado, Marga López, Naia Leonet, etc. Por su parte, el equipo de Sopela ha prescindido este año del bloque francés, a excepción de la velocista Aurore Vehoeven, y mantiene su estructura principal con corredoras como la pequeña gran escaladora vizcaína Eider Merino, única vasca del

equipo, Belén López, última ganadora de la Copa de España, las siempre infalibles hermanas asturianas Lucía y Alicia González, ganadora esta última del Torneo Euskaldun 2015. En cuanto a fichajes, el LOINTEK se ha reforzado con la catalana Anna Ramírez, que no ha tardado en dar muestras de su calidad ganando el G.P. Ciudad de Elda, tercera prueba de la Copa de España, y las rodadoras Gloria Rodriguez y Mar Bonnin, que compaginan la carretera con la pista a un muy buen nivel, destacar además que la primera de ellas ha encabezado este año la exhibición del Lointek en la prueba de la Copa de España disputada en Roldan donde han acaparado las cinco primeras posiciones. También destaca el equipo vizcaíno por la presencia en sus


Barra libre filas de un gran plantel de jóvenes promesas que a buen seguro formaran parte del futuro de este deporte, como son, por citar solo algunas, la menuda escaladora Rocío Garcia, Alba Teruel, ganadora de la Vuelta a valencia 2016, Cristina Martinez, Teresa Ripoll o María Calderón. Al mando de todas ellas, por segundo año, la gran Dori Ruano. Heredando la columna vertebral de la plantilla del año pasado del equipo BZK, ha visto la luz esta temporada el también equipo vizcaíno BIORACER-ELKAR KIROLAK. Dirigido de la mano de Eneritz Iturriaga y Humberto Gómez seguirán progresando y dando muestras de su calidad corredoras como la ciclista de Elorrio Ziortza Isasi, Olatz Agorria, Mireia Muñoz, Júlia Rodriguez, Ainhoa Candil, Aiala Amesti y el resto de jóvenes de promesas de la plantilla, que además ha repescado a Rocío Gamonal, seis veces campeona estatal en la modalidad de ciclocrós. Por su parte, el incombustible Agustín Ruiz Larringan sigue adelante con el equipo BZK-EMAKUMMEN BIRA, reconstruyendo la plantilla con experimentadas corredoras como Lorena Ordiñana, Esther Muñoz, Cristina Bru, Andrea Fraile, Mireia Orengo o la lusa Ilda Pereira. También han irrumpido este año con fuerza en el panorama nacional la catalana Lorena llamas y Anna Kiesenhofer, del equipo Frigoríficos Costa Brava, que están cuajando una gran actuación dejándose ver en cabeza de carrera en cuanto la carrera se empina hacia arriba. A la hora de escribir estas líneas, Anna encabezaba la general de la Copa de España. A un alto nivel andan también las hermanas de Ordizia Ana e Irene Usabiaga, que también compaginan exitosamente la pista y la carretera y que tan buena campaña hicieron el año pasado, consiguiendo


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“Ane Santesteban, bajo la tutela de Fabiana Lupperini está consiguiendo los mejores resultado de su carrera” la primera de ellas la victoria al sprint en el Torneo Roldan y obteniendo Irene una meritoria medalla de bronce en la modalidad de eliminación en el Europeo que se disputó en Suiza. Otras corredoras que siguen progresando son las también guipuzcoanas Eider Unanue (Caja Rural) y Nahia Domínguez (Arsuaga). Mención especial para la navarra Ainara Elbusto, que corre en las filas del equipo navarro CAISPEWRC-CONNOR junto a corredoras como Ane Iriarte o Anna Pujol, y que ha comenzado el año con sendas victorias en el Torneo Euskaldun y en la etapa de Villarcayo en la Vuelta a Burgos, imponiéndose a las grandes escuadras. Además, ha vencido este año, una vez más, en la primera de las cuatro pruebas disputada en Nueva York de las series mundiales de la Red-Hook-Crit, series de la que ha resultado campeona los dos últimos años. Impagable también el trabajo y la aportación de los numerosos equipos como, por nombrar solo algunos de ellos, el GUTTRANS, MERUELO, MARIN, FUENLABRADA, KORYO CAR, CICLOCLINIC BURRIANA, CAF-TRANSPORT ENGIENERING, SOPELA UGERAGA…

Y no podemos terminar sin mencionar a las emigrantes, que tan buen papel están haciendo por las carreras allende nuestras fronteras. Este año está siendo el año de Ane Santesteban, que en su vuelta al equipo italiano ALE-CIPOLLINI, bajo la tutela de la campeonísima Fabiana Lupperini, está consiguiendo los mejores resultados de su carrera con grandes actuaciones en todas las pruebas donde esta compitiendo, lo que le está valiendo a la ciclista de Errenteria para conseguir los valiosos puntos UCI necesarios para poder estar presente en las olimpiadas de Rio de Janeiro. También errenteriarra es Dorleta Eskamendi, que este año ha hecho las maletas para iniciar una aventura en Bélgica, en el equipo UCI Lares Waowdeals, lo que le está permitiendo participar en pruebas que le eran inéditas hasta ahora. Consolidándose está también la riojana Sheyla Gutiérrez en el CYLANCE-INSPIRE, nuevo equipo profesional estadounidense dirigido por el catalán Manel Lacambra y liderado por su pareja Shelley Olds. Y en su línea de dejarse ver por los puestos cabeceros sigue la valenciana Anna Sanchís en las filas del equipo número uno del mundo, el WIGGLE-HONDA.


RAAM RACE ACROSS AMERICA


Rutas bizarras

DOSSIER 1ª parte: Introducción a la RAAM 2ª parte: El entrenamiento de Julián Sanz 3ª parte: La carrera ciclista más dura del mundo


Rutas bizarras

Introducción a la RAAM por Imanol González

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a primera noticia que me llegó de esta prueba fue por medio de un ex compañero de triatlón, el ahora ultra fondista Julián Sanz. Julián no es un ciclista al uso, ya que antes de ser el tragamillas que es a día de hoy, incluso antes de ser triatleta, fue jugador de fútbol en la segunda B, formando parte de lo que hoy es el Sestao River. Un ciclista que se ha hecho con un palmarés notable compitiendo en la modalidad más eterna del ciclismo, el ultrafondo. Entre sus victorias contamos con el campeonato del mundo de ultraciclismo del 2007, al vencer en Le Tour Ultimate (Tour de Francia non stop), las 24 horas de Le Mans en 2010, la Madrid-Gijón-Madrid de 2013 o el campeonato del mundo de 24 horas de 2015 disputado en California. Además de las citadas victorias, ostenta varios records homologados por la UMCA (Ultracycling Marathon Cycling Association) siendo el más conocido el del reto del Camino de Santiago.

Al margen de todo esto, para todo ultrafondista que se precie hay una cita que para ellos es lo que el Tour de Francia para los vueltómanos o el Tour de Flandes para los clasicómanos, y ésta no es otra que la RAAM: Race Across America. RAAM es una prueba que cruza los Estados Unidos de costa a costa. Una competición a medio camino entre la aventura y la supervivencia, en la que nuestro protagonista ha tomado parte hasta en cuatro ocasiones, finalizando en 2012 en una cuarta posición final, que a su vez es la mejor clasificación de un ciclista de este país. El propio Julián describió muy bien lo que es esta carrera con una frase que jamás se me olvidará: “el ganador es el que mejor gestiona y asimila el deterioro de su propio cuerpo”. Antes de meternos de lleno en lo que a la RAAM se refiere y con el fin de saber algo más acerca del ultrafondo, hemos tenido la suerte de contar con la opinión de Aitor Alberdi. Aitor, es el actual entrenador de Julian Sanz, Licenciado en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte y Entrenador Nacional de Triatlón y Ciclismo. He de añadir, que además es un deportista competitivo como pocos. En las siguientes líneas, nos expone su punto de vista de los entresijos del ultra-fondo ciclista.


Rutas bizarras

El entrenamiento de Julián Sanz por Aitor Alberdi

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n referencia a la cantidad de pruebas en que puede tomar parte un ciclista de esta modalidad se ha de saber que existen diferentes tipos de competiciones. Esto depende de los objetivos principales que se planteen, el número de competiciones y el nivel previsible que pueda tener el ciclista pueden cambiar. En general son carreras muy duras, con un nivel de exigencia tanto físico como psicológico muy altos, que necesitan de una logística muy compleja y de muchos medios humanos, aparte del desembolso económico que suponen. Todas estas circunstancias hacen que, de manera general, no se puedan realizar muchas competiciones con un nivel alto de rendimiento. Por lo tanto, es muy importante focalizar bien los objetivos principales de la temporada utilizando las demás competiciones como entrenamiento/competición. A modo de ejemplo las competiciones planificadas de Julián para la temporada 2016 son los siguientes: • 30 abril: 24h Circuit de Barcelona • 28 mayo: 12h Trackman Almería • 11 junio: 12h Monza • 25 junio: 24h Calafat • 30 julio: 24h Cheste • Una prueba en agosto a elegir entre: • 9 agosto: Race Around Austria • 18 agosto: Race Around Switzerland

• 20 agosto: 24h Le Mans • 27 agosto: 24h Aranda de Duero Kotarr • Noviembre: –24h Campeonato del Mundo La competición es la que determina qué características son necesarias desarrollar en el proceso de entrenamiento, teniendo en cuenta las características propias del ciclista. En las dos modalidades, ruta y ultrafondo, el objetivo prioritario es el de conseguir el mejor resultado posible. En busca de ello se pueden diferenciar dos momentos de actuación. El entrenamiento El cambio de tendencia que está sufriendo el mundo de las competiciones de ultrafondo hacia una mayor intensidad de competición obliga a que los ciclistas de ultrafondo tengan que entrenar de una manera muy similar este aspecto respecto a los ciclistas de ruta. La mayor diferencia estaría en que en ciertas fases de entrenamiento en las que el ciclista de ultrafondo pueda buscar la adaptación al fondo que requieren estas pruebas y simular situaciones extremas de competición los volúmenes de entrenamiento puedan ser mayores con un desgaste orgánico y psicológico elevado. La alimentación y los cuidados serían bastante similares en la mayor parte del proceso de entrenamiento, excepto en los momentos en que se buscan esos


Rutas bizarras aspectos de exigencia extrema en algunas fases de la temporada. En algunos entrenamientos claves se opta por una reducción de la ingesta de los CHO y un aumento de la ingesta de grasas. Intentando dar mucha importancia a los procesos de recuperación después de estos estímulos. La competición Las competiciones de ultrafondo, como se ha mencionado antes, se están convirtiendo en competiciones en el que el factor discriminatorio en muchas ocasiones es la intensidad. Dependiendo de la competición las posibilidades de alimentarse del ciclista de ultrafondo cambia, con lo que la estrategia de alimentación también cambia, pero de manera general, la ingesta total de alimentos y líquidos por parte de los ciclistas de ultrafondo es mucho mayor. La tendencia de las últimas competiciones ha sido la de intentar simplificar lo más posible todas las estrategias y utilizar alimentos y bebidas cotidianas. Siempre se ha tenido el concepto de que el ultrafondo era algo cercano a la locura. Pero poco a poco está pasando de ser un “tipo de aventura”, a una competición en toda regla. Aún y todo, como competición tiene poco impacto mediático y social y junto a que no está dentro de una estructura avalada por la federación internacional

y el COI hace que los estudios y la divulgación de los avances sea lenta. Aún y todo, con la información que vamos recogiendo y analizando junto a la experiencia práctica que vamos adquiriendo, se podría decir que un ciclista de ultrafondo orientado al alto nivel tiene la misma preparación que otros de deportistas de alto nivel. La preparación física de estos ciclistas se basa en las tendencias de la “preparación moderna”. Unas cuantas características del mismo sería que se insertan: - Entrenamientos de muy alta intensidad. - Entrenamientos de potencia lipolítica en situaciones específicas. - Entrenamiento en altura. - Entrenamiento de fuerza y core. - Adaptaciones previas a situaciones de calor y/o humedad altas. - Métodos y medios de recuperación. - Especial atención a los avances técnicos y tecnológicos. - Alimentación y ayudas ergogénicas adaptadas al proceso de entrenamiento. En general los ciclistas de ultrafondo tienen una eficiencia aeróbica muy elevada, siendo capaces de producir mucha energía mediante la metabolización de las grasas. Aún y todo, en ciertas fases de la competición son capaces de producir intensidad elevadas.

“Siempre he tenido el concepto de que el ultrafondo era algo cercano a la locura”


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Julián Sanz en pleno esfuerzo Foto: juliansanz.net

Centrándonos en lo que requiere (en todos sus aspectos) participar en una prueba como la “Race Across America”, hay que tener en cuenta lo siguiente. Desde el punto de vista de la preparación exige una mayor capacidad de resistencia, aún y todo, una de las claves para conseguir el máximo rendimiento es capaz de rondar los 2000 km en los 3 primeros días, con lo que es de vital importancia ir muy rápido esos 3 primeros días.

La RAAM tiene una serie de características que conviene llevarlas muy bien entrenadas, como es el caso de la adaptación al calor en la primera parte de la competición. Desde un punto de vista más amplio, el presupuesto que se necesita es un presupuesto muchísimo mayor y una competición que requiere a muchos medios humanos. La duración de la competición exige tener que preparar un espectro amplio de variables


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La carrera ciclista más dura del mundo por El tío del mazo

Los términos ciclismo, dureza, tesón, constancia, esfuerzo… van indiscutiblemente unidos; para muchos también significa diversión, pasión, entretenimiento, etc. Todos estos términos pueden aplicarse perfectamente a la práctica de este deporte o forma de vida para algunos. Pero, hablando de la dureza de las pruebas ciclistas nos surge una duda… ¿Cuál es la carrera ciclista más dura del mundo? Vamos a tratar de responder a esta pregunta con la que posiblemente, y digo posiblemente, porque nadie tiene la última palabra para hacer esta afirmación al cien por cien segura, sea la carrera ciclista más dura del mundo. Os proponemos como principal candidata una prueba denominada Race Across America, como la carrera ciclista más dura del mundo y lo hacemos porque su recorrido son 3.000 millas desde Oceanside, en California del Sur, hasta Nueva York. La RAAM, cómo se conoce popularmente a esta prueba de ultrafondo, transcurre por las regiones más épicas, así como también las más inhóspitas de la geografía estadounidense. El reto consiste en recorrer los 5.000 kilómetros de distancia que separan la costa Oeste de Estados Unidos de

la costa Este, para llegar en un máximo 14 días después a la meta en Annapolis (Maryland). La gran diferencia con las grandes vueltas europeas, es que la RAAM no prevé ningún día de descanso para los ciclistas, el cronómetro no se detiene desde que se da la salida hasta que se cruza la línea de meta; así que cada uno se administra como buenamente puede o quiere sus horas de descanso, comida y demás circunstancias fisiológicas que el cuerpo humano necesita llevar a cabo en un periodo de tiempo de dos semanas. En el recorrido de la RAAM se cruzan 14 estados, 4 franjas horarias diferentes, se pasan 54 controles, y se pedalea una media de 22 horas diarias. A todo esto, el recorrido también tiene sus dificultades añadidas, como cruzar las Montañas Rocosas y los Montes Apalaches o atravesar el Desierto de Arizona, donde las temperaturas alcanzan los 45ºC durante el día y descienden a los 4ºC por la noche. Además, el terreno por el que se circula acumula un desnivel positivo de 30.000 metros, los ciclistas pedalean a una altura máxima de 3.300 metros sobre el nivel del mar en la zona de Wolf Creek Pass, donde las temperaturas pueden descender hasta los 0ºC, mientras que en


Rutas bizarras el desierto lo hacen a 50 metros bajo el nivel del mar y a temperaturas que rondan los 40ºC. Ahí es nada… No me cabe duda que nuestro amigo el Tío del Mazo se lo tiene que pasar de lo lindo en esta prueba ciclista…

“El reto consiste en atravesar Estados Unidos de costa a costa”

Para que os hagáis una idea, el ganador de la prueba en la edición de 2013 pedaleó de media cerca de 600 km diarios, a una velocidad de 18 km/h. Hablamos del austriaco Christoph Strasser, que empleó para finalizar la carrera 7 días, 22 horas y 11 minutos. Mucho menos tiempo de los 14 días que la organización prevé como tope máximo para acabarla. En la categoría femenina, la ciclista estadounidense Cassie Schumacher fue quien con, 12 días, 18horas y 57 minutos se hizo con la victoria.

Ruta de la RAAM


¿Entrenamiento integrado en ciclismo? por Gonzalo Vicente

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ecuerdo como si fuera ayer mi primer año de carrera en INEF, en Vitoria. Recuerdo las charlas entre compañeros, incluso discusiones, acerca de cómo catalogar los diversos deportes existentes, sus “situaciones motrices”, es decir, la actividad física y el contexto que la rodea. Dentro de cada deporte, a veces, podíamos llegar a catalogar las diversas modalidades como tipos muy diferentes. Todo eso basado en la considerada, por muchos (que no por todos), ciencia de la Actividad Física: la Praxiología. Este artículo no tiene por objeto hablar acerca de ella, pero sin una breve reseña sobre qué es o a qué hace referencia, es difícil explicar lo que vendrá después. Pierre Parlebas acuñó el término “Praxiología” con el fin de dar respuesta a la dificultad de analizar, describir y clasificar toda actividad física, ya sea deportiva o no. Sin querer profundizar mucho, como digo, uno de los principales objetivos es clasificar todas las situaciones motrices basadas en tres aspectos: la existencia o no de compañeros, la existencia o no de adversarios y la

incertidumbre del medio. Así, todas las diferentes combinaciones posibles permiten diferenciar unos deportes de otros e, incluso, dentro de cada deporte, unas modalidades de otras. De este modo, también nos permitiría comparar unas modalidades con otras así como unos deportes con otros. A fin de comprender, en la práctica, de qué estamos hablando, tal vez nos valga un ejemplo que compare ambos extremos del ciclismo: una prueba de 200 metros en pista cubierta frente a una etapa en línea del Tour de Francia. En el primero de los casos, se trataría de una prueba sin compañeros, sin adversarios y sin incertidumbre del medio. En cambio, cualquier etapa en línea del Tour de Francia que analicemos contará con la presencia de compañeros, adversarios y, dado que la prueba se desarrolla en un entorno natural, y éste es cambiante, existirá incertidumbre del medio. No obstante, en el párrafo anterior hemos pasado por alto el mayor punto de desencuentro que encontraba,


Mármol por esculpir y todavía encuentro, cuando hablamos del ciclismo en carretera. Dando por válido que existen tanto la citada incertidumbre del medio como los adversarios, no todos están de acuerdo en catalogar el ciclismo como un deporte de equipo, es decir, con cooperación entre iguales, con compañeros. A menudo se le incluye en el “saco” de los deportes individuales. De hecho, durante muchos años el ciclismo fue considerado un deporte puramente individual, donde el trabajo de equipo, lejos de no concebirse, no se permitía. Con el paso de los años este hecho fue cambiando. La aparición de los combinados nacionales y, más tarde, de los equipos comerciales fueron modernizando tanto el ciclismo como la manera de interpretar y dar respuesta a las “situaciones motrices” que lo conforman. En todo caso, no hay que remontarse muchos años para ver inicios de etapa de todo un Tour de Francia donde “los gallos” luchan de tú a tú entre sí desde la primera ascensión del día. Ha sido en los veinte últimos años donde la modernización del ciclismo ha dado un mayor salto, ya no sólo a nivel material, sino a nivel conceptual y de interpretación. Claros ejemplos de ello fueron los “trenos” del Saeco de Mario Cipollini o, años más tarde, los del US Postal de Lance Armstrong. Trabajo en equipo puro y duro. Todavía hoy, aunque tendríamos que ceñirnos a las pruebas de fondo en pista, ese trabajo en equipo está limitado. Es cierto que en pruebas de máximo nivel no se permite la presencia de dos ciclistas de un mismo equipo o selección pero, en competiciones de menor nivel, donde es necesaria la participación de varios ciclistas por equipo para formar un buen pelotón, sí existe una restricción clara para las ayudas entre compañeros. Otra cosa bien distinta es el caso que se le haga a dicha restricción… Aunque ahora no estamos para discutir este punto. Y diréis: todo esto está muy bien, ¿pero qué implicaciones tiene todo este razonamiento teórico en el día

“A menudo se incluye el ciclismo en el saco de deportes individuales” a día de un ciclista? Pues, en mi opinión, menos de las que deberían. Y es que todavía hoy en día entrenamos al ciclista como antaño. Uno de los mejores profesores que he tenido en mi vida,Valentín Rocandio, un reputado ex-atleta y entrenador me dijo una vez que, hasta hace “no muchos años” el entrenador de un fondista se basaba en la máxima de “tocar el infinito y volver”. Afortunadamente, de unos años para aquí, las cosas están cambiando. La ciencia del deporte va haciéndose su hueco. Hoy en día nadie discute que, por citar ejemplos comunes, la determinación de unas zonas de trabajo variables en función de la intensidad o de la duración del esfuerzo, el entrenamiento en series basadas en dichas zonas de trabajo o el desarrollo de la fuerza específica son aspectos ineludibles en la buena preparación de un ciclista de carretera. Esto es, se ha entendido que el ciclismo es un deporte lo suficientemente complejo desde la perspectiva de la preparación física como para que el entrenamiento diario se ciña a algo tan poco elaborado como la broma que hacía mi profesor en sus clases. Desde hace años veo observando que se siguen dando pasos hacia delante en esta materia, algo que considero fundamental aunque, no obstante, sigo echando en falta algo más. Y, en mi opinión, ese “algo más” pasa por empezar a fijarnos en lo que hacen en otros deportes que, tirando de la citada praxiología, nos dicen que tienen más similitudes de las que inicialmente podíamos pensar: fútbol, baloncesto, balonmano, vóleibol, hockey, waterpolo… Todos esos deportes, cogiendo nuevamente el


Mármol por esculpir

Así, ¿por qué no adecuar los entrenamientos del ciclista a aspectos considerados importantes en un deporte como el fútbol? ¿Por qué no empezar a trabajar, por ejemplo, situaciones tácticas de uno contra uno, dos contra dos, en superioridad o en inferioridad? ¿No es acaso eso lo que luego van a encontrarse en carrera? ¿Cuándo tenemos previsto, si no es en los entrenamientos, que aprendan todas estas cosas nuestros ciclistas?

La gran pelea del entrenamiento en el fútbol es la búsqueda de la panacea, del santo grial: el entrenamiento integrado. Llaman así al modelo que aúna las parcelas física, técnica y táctica. Ejercicios, actividades, entrenamientos orientados, en mayor o menor medida, a mejorar esos tres grandes aspectos que conforman toda práctica deportiva. Como hemos podido ver, las similitudes existentes a nivel general entre los diferentes deportes podrían defender el hecho de que puedan plantearse entrenamientos de ciclismo con unos objetivos similares a los planteados en deportes como el fútbol. Hoy en día, siguiendo este modelo, la mayoría de los equipos se centran en mejorar la técnica y la táctica en una contrarreloj por equipos o en el lanzamiento de un sprint. No obstante, el resto de labores de equipo o, in-

Foto: Rainer Mittelstädt (1988)

ejemplo del ciclismo en carretera, comparten muchas, si no todas las características. Son deportes de equipo con adversarios. La única diferencia la encontramos en que los deportes disputados “en sala” minimizan la incertidumbre del medio, mientras que aquellos que se realizan al aire libre podrían equipararse, en teoría, a lo que encontramos en el ciclismo de carretera.


Mármol por esculpir

“La búsqueda del santo grial: el entrenamiento integrado” cluso, la toma de decisiones que cada ciclista debe realizar en todo momento, no suelen tener tanto peso en la preparación diaria de un ciclista. En cambio, muchas son las veces que se pone en duda la inteligencia táctica de un ciclista o la interpretación, a nivel de táctica colectiva, que hace un equipo de su estrategia previa. Todos estos aspectos, al igual que en otros deportes, no deben ser tomados a la ligera y, dada la relevancia que pueden tener en el devenir de una carrera, deberían entrenarse de manera específica en algún momento del desarrollo como ciclistas de nuestros deportistas. Pero, ¿cómo podemos abordar este tipo de entrenamientos? En primer lugar, dependerá de la categoría o del punto de desarrollo en el que se encuentren nuestros ciclistas pero, en líneas generales, y teniendo en cuenta que tenemos que tratar de integrar todos los aspectos del ciclismo, el planteamiento de situaciones reales de carrera puede ser una alternativa válida, integral y, sobretodo, divertida. A una situación de carrera determinada (pelotón compacto, fuga, descolgados…) se le pueden añadir aspectos como kilómetros hasta la línea de meta, características del recorrido por cubrir (ascensiones, descensos, tramos de viento lateral…) y, en especial, la adquisición de una serie de roles determinados para cada ciclista o grupo de ciclistas. Así, cada ciclista tendrá que desempeñar un papel determinado basándose en la información que solo él (o su grupo) conoce y dar respuesta a las decisiones tomadas por el resto de “rivales”. Estas simulaciones pueden valer para asegurarnos de que nuestros ciclistas han vivenciado esas situaciones predeterminadas por el entrenador y, si

añadimos un periodo de reflexión posterior al ejercicio, extraer conclusiones acerca de los aciertos y errores detectados. A la hora de programar este tipo de ejercicios, y antes lanzarnos a la carretera, conviene poner en práctica simulaciones en circuitos cerrados o en velódromos. A los riesgos que entraña la carretera hay que añadirle el hecho de que, en este tipo de espacios, el entrenador puede estar viendo constantemente a sus ciclistas y, además de servir como un periodo de iniciación a este tipo de actividades, también puede valer para marcar una serie de restricciones. Una vez todos conocen hasta dónde pueden desempeñar sus papeles sin que esto suponga un riesgo para nadie, la elección del recorrido a cubrir en carretera no deberá dejarse para el último momento, a fin de minimizar los posibles riesgos. Carreteras poco transitadas o con pocas entradas y salidas serán ideales para este tipo de actividades. De ahí en adelante, la elección de un recorrido u otro dependerá de los objetivos que se marque el entrenador. En definitiva, el objetivo de este artículo no es otro que el de proponer una nueva manera de entender el entrenamiento del ciclismo, ampliar el abanico de posibilidades para los entrenadores y hacer reflexionar acerca de su pertinencia. La utilización de elementos como el famoso “pinganillo” minimizan el número de tomas de decisiones relevantes en carrera por parte de los ciclistas, lo que los hace depender, casi totalmente, de la capacidad de interpretación de las diferentes situaciones de carrera de aquellos que van en los coches de equipo. En cualquier caso, y teniendo en cuenta que, a veces, una decisión impuesta desde el coche puede llegar tarde, más vale tener ciclistas capaces de pensar, decidir y actuar correctamente y por sí mismos.


Johan Van der Velde por Imanol González

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n 1978 debutaba como profesional uno de los corredores más variopintos y de vida más azarosa, de cuantos han ocupado el panorama ciclista, Johan “La lanza de Rijsbergen” Van Der Velde.

Desde un principio quedó patente, que este espigado y melenudo neerlandés, el cual más bien parecía bailar sobre la bicicleta con su fácil pedalear, no era un ciclista al uso y mucho menos del montón. El era una estrella, en todas sus versiones. En ese mismo 1978 aquí nuestro primo, se destapó al más puro estilo Zakarin, endosándose el Tour de Romandía, amén de las rondas a Gran Bretaña y Holanda. Todo ello para regocijo de su director en el todopoderoso Ti-Raleigh, Peter Post, que llegaría a definir a Johan, como el hijo que no había tenido.

En 1979 se haría con el carné de ciclista profesional, al conseguir finalizar el Tour de Francia, gracias a una más que meritoria decimocuarta plaza en la clasificación general. Con tan solo veintitrés años, se le auguraba una carrera exitosa. Curiosamente según declararía años más tarde, el propio éxito y la incapacidad para poder asumirlo, fueron unos de los grandes escollos tanto en su vida profesional, como personal. Un año más tarde portando el maillot de campeón de Holanda, en el transcurso de la Grande Boucle, acudimos a una de sus primeras extravagancias deportivas. Corría la decimosexta etapa, entre Trets y la ascensión a Pra-Loup. Johan tira de su jefe de filas y maillot jaune, Joop Zoetemelk. En cierto momento de la subida en cuestión, nuestro protagonista comienza a dar chepazos y culebrear peligrosamente en cabeza de grupo. Tanto,


Enfants terribles que su compañero y líder de la carrera, Gerardus Joseph Zoetemelk más conocido como Joop, se va al suelo ante la incredulidad de todos. Durante un espacio corto de tiempo, los periodistas enmudecen, la sangre de miles de holandeses se hiela ya que ven como la posibilidad de que un tulipán triunfe en París se esfuma por momentos. La cosa no fue muy grave o al menos no tanto como parecía en un principio, ya que el bueno de Joop se sobrepuso al infortunio. Superando de este modo, una situación más parecida a un gag televisivo. Todo se olvidó en el seno del equipo al acabar por entrar de manera triunfal en los Campos Elíseos con el maillot amarillo de Zoetemelk por un lado y por otro el maillot blanco destinado al mejor joven en la clasificación final de Van Der Velde, gracias a su decimosegundo puesto. Su techo en las grandes vueltas lo tocaría en 1982 con un tercer puesto en la clasificación final del Tour de Francia, que con a sus veintiséis años le auguraba un futuro prometedor como dominador de cuantas carreras quisiera dada su polivalencia. Esta calidad y capacidad de la que estaba dotado tanto para rodar, escalar e incluso esprintar, junto a su incapacidad para estar concentrado en periodos largos de tiempo, no pasaban desapercibidos para nadie. Tanto es así, que Bernard Hinault llegó a decir de él: “¿Quién será mi sucesor como dominador del ciclismo? Sería Johan Van Der Velde, si no fuera completamente subnormal”. Por todos es sabido que en ocasiones “el Caimán”, en vez de hablar soltaba cañonazos. A lo largo del resto de

su vida deportiva, míster Van Der Velde fue dando tumbos y alternando momentos de gran brillantez con otros en los que más de un director suyo, lo hubiera condenado al paredón. Por muchos es recordada la salida de una Milán San Remo en la que ante la mirada de todos y lo más llamativo, su propia indiferencia, se le empezaron a caer de los guantes varias pastillas, que resultaron ser anfetaminas. Lo cual no pareció preocuparle en absoluto, aun y siendo uno de los favoritos de aquella edición de la Classicissima. Como hemos comentado, los momentos de lucidez aderezados de un agudo sentido de la estrategia se combinaban con algunos totalmente desastrosos como el anteriormente citado e incluso llegando al punto de lo surrealista. En el transcurso del Tour de Francia de 1986, marchaba escapado camino Villers Sur Mer, junto a Joel Pelier. La cosa parecía clara gracias al clásico pacto, etapa para uno y liderato para el otro. Johan Van Der Velde se disponía a cumplir con su parte y no disputar la etapa a su compañero de fuga, hasta


Enfants terribles que a doscientos metros de meta se le cruzó el cable, esprintó metiéndole un par de segundos a un atónito Pelier y enfundándose además el maillot jaune. Un año después durante el Giro de Italia, venció en dos “tapones” que tenían lugar de manera consecutiva. El primero con meta en Sappada, etapa más conocida por el gran público, como la de “la traición de Judas Roche a Visentini”. El segundo día de gloria sería en otra etapa con nombre y apellidos, la denominada “ masacre de la Marmolada”. En Italia y más concretamente en la “Corsa Rosa”, nuestro protagonista tenía aún páginas por escribir, aunque estas formaran parte de la de su otra vertiente, la del “imprevisible Johan”. Una muy famosa data de 1988, cuando coronó el Gavia bajo un temporal de nieve y ¡en manga corta!. Agarrotado de frio y sin sentir las extremidades, no se le ocurrió otra cosa que hacer todo el descenso de dicho puerto metido en un coche y bajarse del mismo a dos kilómetros de la llegada a Bormio. Mediante esta jugada digamos que poco maestra, pasó de liderar la carrera, a entrar en meta a más de cuarenta minutos de los primeros en aquella dantesca jornada, Breukink y Hampsten. Aunque la más delirante y estrambótica de todas sus anécdotas como ciclista profesional, tendría lugar en el Giro de 1989, cuando al finalizar una de las etapas de la segunda semana de carrera, desapareció del hotel donde se encontraba alojado su equipo de entonces, el TVM. Su director en la escuadra holandesa, Cees Priem, al ver que Johan no se había presentado al masaje post carrera, ni a la cena de rigor, decidió llamar a la mujer de Van Der Velde, la cual se encontraba en su domicilio de Rijsbergen (Holanda). Ésta le comunicó que no sabía nada de su marido, por lo que el dirigente del TVM se fue directo a la comisaría de Carabinieri más cercana, con el fin de po-

“Coronó el Gavia bajo un temporal de nieve en manga corta” ner en conocimiento de las autoridades la desaparición de su ciclista. Una vez que Cees Priem se personó en la citada inspección de policía, se dio de bruces con varios directores de otros equipos que se hospedaban en su mismo hotel y a los que en vez de un ciclista, lo que les había desaparecido aquella misma tarde, eran varias bicicletas y diverso material de competición. Este episodio cleptomaniaco con Van Der Velde como protagonista, no fue un hecho aislado, ya que el robo de máquinas cortacésped, así como el de sellos de correos para posteriormente revenderlos, son hechos conocidos. Concretamente en el año 1991 un tribunal de su población natal, Rijsbergen, ya lo condenó por robar en coches y en diferentes domicilios, situación que se repetiría en 1992 ante un tribunal de Breda. Y es que la vida personal de nuestro protagonista ha sido fiel reflejo de su carrera ciclista. Una vez retirado como profesional, tras batir un dudoso record en su última temporada en la élite, ya que vistió hasta cuatro maillots diferentes durante 1990, TVM-Ragno, Carrera Jeans-Vagabond, I.O.C Tulip y Artiach-Royal, su devenir vendría marcado por una fuerte adicción a las anfetaminas, que según propias declaraciones, era legado de su época ciclista.


Enfants terribles Fruto de dicha adicción y para conseguir dinero con el fin de costeársela, los robos se fueron sucediendo de manera más frecuente, llegó a perder su casa, llegando a dormir alguna noche entre rejas, más que nada resultado de sus quehaceres poco lícitos. Los episodios inverosímiles y alucinantes, no acaban aquí, ya que en algunos círculos se insinuaba que Johan regentaba un Coffee Shop o que incluso utilizó hasta tres

identidades falsas diferentes, más que nada para pasar desapercibido sin que nadie supiera de él, en la época en que se dedicó a la construcción. A día de hoy Johan Van Der Velde parece haber encontrado un punto de equilibrio en su vida, tiene una página web con diferentes servicios (todos relacionados con el ciclismo) http://johanvandervelde.nl/ y conduce el autobús del equipo ciclista Roompot Orange Cycling.

LOGROS DESTACADOS Tour de Romandía (1978) Dauphiné Libéré (1980) Campeonatode Holanda (1980 y 1982) 3º Tour de Francia (1982) Campeonato de Zurich (1983) Regularidad Giro de Italia (1985, 1987 y 1988)


Evolución del campo aficionado por Xabier Muriel prólogo por Imanol González

Que el ciclismo amateur o aficionado ha cambiado en los últimos veinte años, es un hecho innegable y es a su vez algo, en lo que todo el mundo está de acuerdo. Si el cambio ha sido a mejor, a peor, si es debido a una evolución, involución o revolución, es harina de otro costal y tiene más que ver con el punto de vista desde el que le toca vivir este deporte a cada uno. Xabier Muriel, en su día ciclista de aquel potente Iberdrola y más tarde llamado Bidelan, director de la Fundación Oreki y ahora preparador vinculado al Murias-Euskadi, nos ofrece su punto de vista del campo aficionado. Todo ello, desde la propia experiencia.


Tubular vs Cámara

C

uando corría en las categorías inferiores de la Sociedad Ciclista Loinaz-Iberdrola, lógicamente me fijaba sobre todo en los amateur del Ibedrola. Tengo muy buenos recuerdos de como seguía las clasificaciones por un periódico de moda entonces: Meta Dosmil. De los Iberdrola, seguía mucho a gente como Josean Garrido, Juanma Garate, Ivan Gutierrez, Asterio Garcia, Gorka Gonzalez o Acedo. Aunque realmente seguía a todos los equipos del campo amateur. Recuerdo como me impresionaba la dupla del Caja Rural, Egoi Martinez y Patxi Vila, miraba con cierta admiración a los miembros del filial de Banesto, Sastre, Zandio, Blanco, o los del Kaiku, Me acuerdo también una etapa de la Vuelta Bidasoa como la gano Samuel Sanchez con el Olarra. En 1999, tuve la suerte de pasar al Iberdrola amateur, que entonces era “filial” de la ONCE y la verdad que era un ejemplo de equipo, no nos faltaba de nada, todo muy bien organizado y estructurado. Coincidí con muchos compañeros que a la postre fueron y son profesionales: Joaquín Rodríguez, Alberto Contador, Xabier Florencio, Juanjo Oroz, Javier Benitez, Andoni Aranaga, Imanol Erviti, Josu Agirre, etc. Si te digo la verdad, eran compañeros y no los veía nunca ni por encima, ni por debajo, todo a la par. Desde el principio me adapté muy bien al equipo y me sentí integrado. Como anécdota en mi primer entrenamiento con el Iberdrola amateur, estando concentrados después de navidades en Oiangu (Ordizia), hicimos una vuelta de 190 kilómetros. Imaginaros, yo recién pasado de juveniles, cuando llegábamos al hotel, dijo un corredor: oye no se puede ir al hotel sin hacer 200km. El que lo dijo y dos más, nos fuimos a hacer los diez kilómetros que faltaban, el resto no le gustó la idea y se fueron al hotel con los 190 km. Aquella voz, era la de Joaquin Rodriguez y los que fuimos con él, Xavier Florencio y yo, buena compañía.

Mi debut en el campo amateur en un principio fue raro. Ya que pensaba que iba a ser muy difícil asimilar el salto. La cosa no fue nada mal en un inicio, ya que desde pretemporada me veía muy bien y no noté mucho el cambio. De hecho las dos primeras carreras, Villaba y Lizartza me decía a mi mismo: pues no andan tanto. En Lizartza a pesar de caerme, llegué entre los veinte primeros. Pero de ahí en adelante empecé a entender de verdad el salto. Con el entusiasmo de pasar amateur había entrenado demasiado fuerte en invierno y el punto bueno me duró dos carreras. Hasta junio, que fue cuando acabé el primer año de carrera, no volví a andar bien. Me retiraba en muchas carreras, hasta que a finales de temporada le di la vuelta al cuerpo, con algún puesto entre los diez primeros, incluso con élites. Los años segundo y tercero, fueron mis mejores temporadas, progresando, con muchos puestos entre los diez primeros, pero sin llegar a ganar. El cuarto año cuando pensaba que ya iba empezar a estar en la pelea por las victorias y dar el salto, acabó siendo un desastre. Lo veo con la experiencia de ahora y me doy cuenta que estaba obsesionado con adelgazar y entrenar bien. El resultado no pudo ser peor, no anduve bien en el todo año, exceptuando carreras sueltas, como los Campeonatos de Gipuzkoa (sub campeón) y campeonato de Euskadi (Bronce), pero poco más. Además el ciclismo amateur estaba muy contaminado por el dopaje y no me gustaba lo que veía y escuchaba. Ese año decidí que iba dejar la bici. El quinto año, me lo tomé para disfrutar, tenía claro que no iba poder pasar a profesionales y quería ser preparador físico, acabar la licenciatura y vivir de ello. Curiosamente entrenando la mitad que el año anterior (ahora lo entiendo todo mejor, entonces evidentemente no) hice un muy buen año. Me lo pasé muy bien, creo que


Tubular vs Cámara hice 28 puestos entre los 10 y varios podiúms e incluso gané en Lakunza. Compitiendo sin presión, ese año me dejó muy buen recuerdo. Deje la bici feliz, en el pódium de la Vuelta Goierri, venciendo en la clasificación por equipos y con mi compañero de equipo Lander Aperribay venciendo en la última etapa, que a la postre sería mi última carrera. En cuanto al cambio de la categoría en sí, no sé si ha evolucionado o involucionado. Es cierto, que se ha dado una evidente evolución, en los métodos de preparación, potenciómetros, descripción de recorridos, altimetrías y demás. Pero hay menos corredores, menos carreras, menos vueltas, resumiendo menos competencia y en mi opinión la competencia es la que te hace crecer. En mi época había muchos equipos potentes y mucha competencia, hoy en día eso no existe: Banesto, Kaiku, Baqué, Olarra, Banaka, Iberdrola, Tegui, Telcom, Caja Rural, etc..

Tuve la suerte que al estudiar una carrera relacionada con el deporte (Ciencias del deporte), ciclismo y estudios se podían compaginar y complementar. Esto es, lo que iba aprendiendo lo podía ir viviendo en mis propias carnes, no eran dos mundos opuestos y separados. Siempre prioricé los estudios y sí que en épocas de exámenes o trabajos, mermaba mi condición física y esto evidentemente se notaba en las carreras. Pero tuve la suerte, que desde el equipo, siempre nos apoyaban en el estudio y nunca tuve pegas para dedicar tiempo a los libros. Me gustaba lo que estudiaba y muestra de ello es. que nunca me costó compaginarlo. Es más, siendo director en Bidelan, me atrevería a decir que más del 50 % del equipo estudiaba una carrera universitaria y todos conseguían compaginarlo de un modo u otro. Si se respeta desde el equipo, se puede llevar adelante sin problema. Lógicamente, el rendimiento de uno que está estudiando o de otro que se dedica plenamente al ciclismo, no se puede comparar, pero tampoco tiene porque estar tan lejos. De entre todos los corredores con los que coincidí, recuerdo que siendo cadete de primer año, me dijo un colaborador de la federación: “este fin de semana, viene un murciano a correr con los cadetes de 2º año, que está aburrido de ganar en Murcia y a ver si aquí le aprietan un poco más”. Vino y ganó la dos carreras… un tal Alejandro Valverde, desde aquel día le seguí el rastro,… imagínate.

“Hay menos corredores, menos carreras, menos vueltas”

Al dejar de competir, entraba de preparador y de “ayudante director” del director principal de entonces, que era Unai Paredes. Pero nada más empezar la temporada, Unai dejó el equipo y me ofrecieron a mí ser el director principal. No tuve tiempo de pensármelo, se corría el siguiente fin de semana y había que dar una contestación en el momento. Al principio me daba respeto, dirigía a corredores que en algún caso eran mayores que yo, como Ivan Velasco, o de mi edad como Josu Agirre o Lander Aperribay. Pero desde un principio me respetaron y acabó siendo un año muy bonito. Recuerdo que ganarme el respeto de algunos otros directores me costó un poco más, pero con el tiempo y algún enfrentamiento que otro, también lo conseguí. Es normal, tenía 23 años y dirigía un equipo que corría contra gente de 25 a 30 años en muchas ocasiones.

También recuerdo una Bira, ya en amateur, escapados, Luis Pérez, un belga y yo. El belga nos llevaba en el llano a mil, no me lo podía creer, no entendía como se podía ir tan rápido, no le podíamos dar relevos y venga a sacar tiempo al pelotón, también me quedé con el


Tubular vs Cámara nombre…Johan Van Sumeren, ese año fue campeón del mundo Sub-23. No se me olvidará tampoco, una Vuelta a Valladolid de hace ya unos años. En aquella ronda vallisoletana, un corredor del Wurth me dijo: “vamos a montar un abanico”, se puso sólo a tirar en un páramo, le aguantamos sólo dos, los únicos a los que nos dejó sitio. Que manera y que facilidad de andar, se llamaba y se llama Luis León Sanchez. Si debiera dar un solo nombre de cuanto mereciéndolo, no gozaron de la oportunidad de haber podido pasar a profesionales, me quedaría. Muchos hicieron méritos para merecerla , pero si hay que poner uno, diría Joseba Larralde.Tener, tuvo la oportunidad, pero no el cuidado y mimo que necesitaba, sin duda uno de los mayores portentos que he conocido. Para ser profesional y ser parte de la élite, no sólo hay que tener una buena condición física y pasar, luego mentalmente hay que trabajar mucho y no siempre se consigue.

Hoy día con la distancia que hay entre el World Tour y el campo amateur, nos encontramos en que desgraciadamente sólo existen dos equipos continentales, el Burgos y el nuestro, el Murias. Debería haber más, pero teóricamente está bien planteado. En la categoría amateur debe ser donde el corredor se tiene que empezar a perfilar; sprinter, escalador, corredor de vueltas, de clásicas con repechos, abanicos, aprendiendo diferentes roles, como el de gregario, líder, director interno. Para ello es importante que corran todo tipo de carreras, ante todo tipo de contrarios, no correr únicamente el mismo calendario de siempre y con los mismos oponentes. Algunos equipos lo están haciendo, moviéndose por diferentes calendarios , pero otros en cambio no salen del calendario vasco-navarro, siempre con los mismos planes de carrera, en parecidas orográfia. Es una etapa de formación y se debe plantear como tal. La categoría continental es un paso más en este proceso de aprendizaje, con mayor exigencia y más nivel.

En cuanto a la cuestión de si me llamaba la atención un equipo u otro, Respecto a la limitación de edad en tuve la suerte de estar en un equipo el campo amateur, teniendo como donde nos cuidaban y trataban muy se tiene a día de hoy un pelotón bien. Después de director, desde la que no va más allá de los 200 ciclisfundación Oreki, intentábamos hatas, no entiendo el límite de edad. Xabi Muriel ajusta el casco a Gari Bravo cer lo mismo con nuestros corredores. Con Como bien he dicho antes, la competencia la idea de formar ciclistas íntegros, sin priorizar sólo la mejora al corredor. Sobreprotegiéndolos, no conseguicondición física. Siempre me llamaba mucho la atención mos que sean mejores. Y la motivación de los ciclistas la escuela rusa, eran plena sincronía, no eran un ejemplo jóvenes es trabajo de cada director, no creo que por en todo, pero sí en muchos aspectos deportivos, ahora a correr contra gente mayor, tengan que desmotivarse. lo mejor se han difuminado un poco. Tampoco, creo que haya necesidad de que cada equipo


Tubular vs Cámara profesional tenga un filial amateur, aunque no me parece mal que los tengan. Creo que cualquier corredor que esté en un equipo u otro, debe tener las mismas oportunidades. Los equipos profesionales sería bueno que tuviesen ojeadores y equipos de control. Si estos trabajan bien, no hace falta tener filiales. Pero insisto, que los haya tampoco me parece mal. Yo siempre he dicho, que el ciclismo hay que verlo desde diferentes prismas y a estas alturas, ya he sido, ciclista, preparador, director, mecánico, masajista, organizador, pequeño patrocinador, hasta moto de enlace y así es como valoras realmente el trabajo de todo el mundo. Como director te das cuenta de la burbuja en la que vives como ciclista y como organizador, de lo que cuesta organizar cada carrera. Todos son necesarios y a todos nos vendría bien de vez en cuando hacer el trabajo del otro.


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BIDASOA Fuente de talento por Imanol Llucia


Subiendo puertos

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entenares de aficionados. Música. Banderas. Suenan las notas de los himnos nacionales de Francia y España. El alcalde de la ciudad don V icente Zaragüeta , en medio de la general expectación de la salida de la etapa más larga de la V uelta al Bidasoa. Se hace un circuito por las calles de Irún a lo largo de las cuales se han estacionado millares de personas” narra la crónica del Diario Vasco del 24 de mayo de 1963. En aquella ocasión el vencedor de etapa fue Perurena, una avería de J osé Manuel Lasa le dejó descartado y Domingo “Txomin” Perurena alzó los brazos en la Plaza San Juan con un tiempo de 4 horas 6 minutos y 55 segundos. Un año más tarde, P erurena se adjudicaría el triunfo en la Clasificación General de la prueba bidasotarra sacándose la espina de la pasada edición. Navegando por el archivo municipal irunés, encontraría la siguiente efeméride. El día 28 de mayo del 66, la etapa empezaría y concluiría por primera vez fuera de dicha localidad guipuzcoana. El escenario elegido fue el velódromo de Anoeta, lugar emblemático del ciclismo por el cual han pasado diversos personajes ilustres del pelotón. Aquella etapa pasaría a la historia también debido a que R adio Popular retransmitió la jornada siendo ésta la primera vez en la Bidasoa Itzulia.

Por aquel entonces, J ulio Jiménez vestía la maglia rosa del Giro de Italia c ompitiendo de tú a tú con el francés Jacques Anquetil .Y bastante más cerca de la ciudad fronteriza, otro icono del ciclismo, Poulidor partiría con la vitola de favorito en la Subida a Arrate… Volvamos a la Vuelta Ciclista al Bidasoa, en el 66, O caña enrolado en las filas del Sud Ouest galo aguantaría los ataques de LópezCarril en Jaizkibel logrando vencer en la General en presencia del seleccionador nacional Gabriel Saura. Cabe destacar que ningún equipo de los 12 participantes acabó con todos sus integrantes, Kas fue el primero en esta clasificación. La Voz de España días después hablaba de un déficit de 40000 pesetas, el éxito deportivo había dejado un agujero considerables en las arcas. Hoy en día, la prueba presenta un presupuesto de 76.000 € y acoge a varios de las escuadras más potentes de la categoría sub 23 del extranjero (Team Colpack, La Pomme de Marseille, VL Technichs o GSC Blagnac) además de traer a prácticamente todos los conjuntos nacionales. Antxon Mendia se encarga de diseñar los recorridos, Erlaitz o Jaizkibel son los puertos de mayor dureza de una Bidasoa que mira ya más allá de su comarca, Orio e


Subiendo puertos

“Por la Bidasoa han pasado Olano, Freire, Sastre, Contador, Landa...” Igantzi con el final en IrriSarri Land son prueba de ello. Junto al Director, un grupo de 1015 amigos se encargan de organizar todos los pormenores de la vuelta por etapas más importante que hay en el país además de aprovechar para almorzar hablando de la que es su pasión. Por la Bidasoa han pasado estrellas de la talla de Abraham Olano , Óscar Freire, Carlos Sastre, Alberto Contador o un Mikel Landa que ha terminado abandonando de forma prematura este Giro, pero que guarda en sus piernas exhibiciones para levantar del sofá a la afición vasca en la alta montaña. De los ciclistas de este 2016, destacar el dominio del Colpack italiano que ha rodado a sus anchas desde el primer día de competición, en parte también por una montonera que agrandó las diferencias.

Edward Ravasi ganador de la primera etapa, será profesional el año que viene de la mano del LampreMerida. Jon Irisarri (4º clasificado en la General) está dando razones de peso para hacer lo propio con el Caja Rural completando una temporada notable. Ciclistas más random como J ulen Amézqueta (Southeast), I uri Filosi (NippoFantini), Loic Chetout (Cofidis) o el hijo del técnico de Astana, D avide Martinelli (EtixxQuick Step) entre otros dejaron su sello aquí. Os invito a seguir de cerca a estos nombres al igual que a Giulio Ciccone , el año pasado no pudo brillar en Bidasoa aunque se le veían maneras. Su triunfo en la corsa rosa con el Bardiani habla bien del conjunto de formación italiano y por supuesto también de la Vuelta al Bidasoa.


Conjuntos El Mazo pro eltiodelmazo.com


TOUR DE TRUMP La otra carrera de Donald por Juan Ramón Cendrero

E

n el proceso electoral de la presidencia de los Estados Unidos se ha registrado la aparición de un candidato perturbador, un hombre de una verborrea incontenible, un provocador en toda regla, Donald Trump. Muchos años antes de emprender la carrera hacia la Casa Blanca, la esperanza del Partido Republicano se hizo conocer en el mundo del ciclismo con la puesta en pie de una carrera ciclista que no dejaba lugar a dudas acerca del carácter del personaje: el Tour de Trump.

Tradicionalmente la denominación de una prueba ciclista evoca al país, a la región o a la ciudad que recorre. Hoy en día es diferente y podemos encontrar nombres de competiciones de bicicletas asociados a una marca publicitaria, pero hace 25 años nadie era tan extravagante como para darle a una carrera el nombre del patrón. Únicamente a un ser tan megalómano como Trump se le pudo ocurrir una cosa así. Y lo extraño del caso es que el neoyorquino no tenía, de partida, ninguna vinculación con el mundo de la bicicleta. ¿Cómo pudo este indocu-


Farolillo rojo mentado en el mundo del pedal ser amo y dueño del mayor acontecimiento ciclista de los Estados Unidos? Nos encontramos a finales de la década de los 80, una época en la que Trump era un hombre de negocios, poseedor de un grupo de empresas que iban desde el sector inmobiliario hasta el de los casinos, pasando por el hotelero. Por aquel entonces el ciclismo gozaba de un impacto relativamente bajo en Estados Unidos. Muy por debajo de la resonancia que tenían (y todavía tienen) los deportes que entusiasman al público de aquel país: el fútbol americano o el béisbol. Ciertamente, Greg Lemond se había convertido en 1986 en el primer ciclista norteamericano en haber conquistado el Tour de Francia, pero el interés deportivo en la nación del McDonald’s y la Coca-Cola estaba en otros lugares.

en un buen negocio. Consideró que los casinos de Nueva Jersey podían estar interesados en invertir y en este punto de la película es cuando aparece el inefable Trump.

El magnate de permanente bronceado era dueño de varios casinos y fue contactado para meter sus dineros en el mundo de la bicicleta. Inicialmente no mostró demasiado entusiasmo, pues en cuestión de deportes él era fan del boxeo, y, de hecho, la primera reunión que sostuvo con Packer en Manhattan para tratar el asunto de su carrera duró solamente unos minutos. No obstante, la idea acabó agradando a Trump y éste se comprometió a patrocinar el evento con un cheque de 750.000 dólares, un pastón para las cifras que se manejaban en el ciclismo en aquellos años. Eso sí, el bueno de Donald tuvo el capricho de que la prueba llevara su nombre, una extravagancia que no le paSin embargo, en el periodismo reció bien a Packer en un princideportivo estadounidense se hapio, aunque finalmente accedió a bía generado cierta curiosidad cumplir el antojo del millonario. por las carreras de hombres de “Podríamos llamarla de otra forpiernas afeitadas y la CBS envió ma, pero entonces ya no tendría a la edición del Tour 1987 a un tanto éxito” dijo Trump en uno joven reportero, John Tesh, pese de sus arranques de narcisismo. Foto: Jamelle Bouie a que aquel año Lemond no pudo tomar parNo era de extrañar ese empeño, ya que todo te en el evento, víctima de un accidente de caza que le lo que le pertenecía llevaba su nombre: la Trump Tower, llevó al borde de la muerte, aquel accidente en el que la Trump World Tower, el Trump Internacional Hotel, el su cuñado le disparó al confundirle con un pavo salvaje. Trump Taj Mahal... El caso es que el cronista regresó fascinado a América y transmitió su entusiasmo a Billy Packer, locutor de parLa entrada del entonces ya polémico Trump en el mundo tidos de baloncesto y empresario, a quien el exaltado del ciclismo causó el efecto que éste buscaba en realidad: Tesh propuso organizar un acontecimiento equivalente que se hablara de él y de su imperio empresarial. Los al Tour, pero en Estados Unidos. “Nunca en mi vida he medios de comunicación le prestaron la atención que estado en una carrera ciclista y ni siquiera sé cómo se esperaba. “Algunos de nosotros pensamos en comprarpone aire en los neumáticos” le respondió Packer. Pese a nos una bicicleta, Donald Trump piensa en comprarse ello, la idea germinó y el locutor pensó que esa extraña una carrera de ciclismo” se asombraron en la cadena de carrera que le planteaba el reportero podía convertirse televisión NBC, que se ofreció a retransmitir la prueba.


Farolillo rojo

No obstante, Packer tuvo serias dudas de que Trump acudiera a la presentación de la carrera, ya que pocos días antes había saltado la noticia de que se iba a separar de su esposa y el día anterior se encontraba en Tokio para ver el combate de boxeo entre Mike Tyson y James Douglas. Pero Trump voló en helicóptero y llegó in extremis a una sala abarrotada de periodistas locales y nacionales. Donald se acercó a Packer y le dijo: “¿Has visto? Trump sabe cómo reunir una multitud” Genio y figura. Gracias a la suculenta dotación de premios, la primera edición atrajo a un buen ramillete de figuras del ciclismo de la época, con Greg Lemond y Andrew Hampsten a la cabeza, primeros estadounidenses en ganar Tour y Giro, respectivamente. Respondieron a la llamada también equipos europeos de primera fila, como el PDM, Panasonic o Lotto. La prueba estaba catalogada como “open”, lo que permitía la participación de equipos de categoría amateur, entre ellos la selección nacional soviética y un conjunto holandés llamado Sauna Diana, patrocinado por una cadena de burdeles. La competición arrancó en Baltimore el 5 de mayo de 1989 con un total de 114 corredores repartidos en 15 equipos. El programa estaba compuesto por 10 etapas, que recorrían cinco estados del Este de los Estados UniFoto: Donald West

dos, los más cercanos a Nueva York. La prueba fue una sucesión de tediosas etapas llanas que acababan al sprint y solamente la crono levantó un poco de entusiasmo. El ganador final de esta primera edición fue el noruego Dag Otto Lauritzen, un antiguo paracaidista que pertenecía al equipo local Seven Eleven y que se había impuesto un año antes en una etapa del Tour, en concreto en Luz-Ardiden. En segunda y tercera posición se clasificaron dos hombres del Panasonic, Henk Lubberding y Erik Vanderaerden. Sin embargo, sin un incidente de carrera el vencedor del Tour de Trump bien pudiera haber sido este último, pues en un final de etapa el belga fue desviado en un cruce hacia una rampa de garaje por un motorista que abría la carrera, lo que le hizo perder mucho tiempo. Unos días antes, el flamenco había declinado una invitación de Trump a su yate privado, un yate que éste había comprado al sultán de Brunei por 28 millones de dólares y que había pertenecido antes al traficante de armas Adnan Khashoggi. Hubo quien vio en el error de trayectoria de Vanderaerden la venganza del multimillonario por su descortesía. La organización desmintió que se hubiera urdido una conjura contra el corredor del Panasonic. La edición de 1989 acabó de forma apoteósica a la sombra del Trump Plaza de Atlantic City, uno de los casinos de Donald. La carrera fue todo un éxito, por lo que Trump y su equipo se empleó a fondo para darle más lustre. Su objetivo era convertirla en la mejor del mundo, superando incluso al Tour de Francia. Quería un acontecimiento nunca visto en aquella nación. “Nuestra población es más grande. Podemos hacerlo” explicó jactancioso el potentado. La idea era atravesar todo el país con su carrera, una especie de Vuelta a los Estados Unidos. La realidad fue muy distinta. Al año siguiente la competición siguió por los mismos derroteros, con un itinerario un poco más amplio (trece etapas más prólogo) aunque siempre por la parte del noreste del país. La carrera contó otra


Farolillo rojo vez con una buena participación y el triunfo fue para otra de las estrellas del momento, Raúl Alcalá, por delante de Atle Kvalsvoll y Eric Breukink. El mexicano, que entonces defendía los colores del PDM, dominó la prueba desde el prólogo, en el que se vistió de líder. Luego, consolidaría su hegemonía en la decisiva contrarreloj. ¿Un mexicano ganador de la carrera de Trump? Paradojas de la vida. En sus mítines políticos recientes Donald acusó a los mexicanos de drogadictos, criminales y violadores; y pidió construir un muro que les impidiera la entrada en los Estados Unidos. Donald Trump era la gran estrella de su propia carrera, pues firmaba tantos autógrafos como los ciclistas, pero la prueba estuvo marcada también por polémicas extradeportivas con manifestantes que exhibían pancartas en contra del millonario, al que acusaban de especulador. Lo cierto es que los negocios del ricacho no iban tan bien como parecía. Pese a que su situación económica era apurada decidió construir un nuevo macro casino y financiarlo con bonos basura. La operación fue un fracaso. Esta y otras decisiones equivocadas llevaron al emporio Trump a su derrumbe. Después de dos ediciones tuvo que abandonar su objetivo de superar a la Grande Boucle. El Tour de Trump pasó a mejor vida. “Nos separamos como buenos amigos de negocios-explicó su socio Billy Packer-Todo lo que prometió hacer lo cumplió. Admiro lo que hizo.” Packer había estrechado relaciones con la DuPont Corporation, un gigante de la industria química que tomó el relevo de Trump y se convirtió en el patrocinador principal de la prueba. El heredero de la empresa, John DuPont, mantuvo la idea de utilizar el apellido para dar nombre a la carrera, pues la rebautizó como DuPont Tour. Consiguió dar nueva vida a las ambiciones de su antecesor y que la competición alcanzara la clasificación 2.1 de la UCI, en aquel momento la más alta obtenida por una prueba fuera de Europa. La carrera duró seis años más,

“Donald era la gran estrella, firmaba tanto autógrafos como los ciclistas” hasta 1996, y tuvo como vencedores a los más destacados campeones del ciclismo internacional: Erik Breukink, Greg Lemond, Raúl Alcalá, Viatcheslav Ekimov y Lance Armstrong (éste en dos ocasiones), pero este John DuPont era otra pieza de cuidado y debió renunciar a la aventura tras ser enviado a prisión, acusado del asesinato de Dave Schultz, un luchador, medalla de oro en unos Juegos Olímpicos. DuPont murió entre rejas en 2010. Según el excorredor estadounidense Derek Bouchard-Hall, que compitió en la edición de 1995, si se dejan a un margen las rarezas de Trump, no se debe considerar lo efímero de su prueba como un fracaso. “El Tour de Trump y el DuPont Tour fueron más que positivos para el ciclismo estadounidense, ya que sirvieron para promocionar este deporte en los Estados Unidos y elevaron el perfil del ciclismo norteamericano en el plano internacional” Donald Trump no ha vuelto a tener relación alguna con el ciclismo, salvo para mofarse del secretario de Estado John Kerry. Éste tuvo un accidente en bicicleta a consecuencia del cuál sufrió una fractura en la pierna. El ínclito neoyorquino aprovechó la circunstancia para decir que a él no le pasaría eso, porque nunca se le vería en una carrera de bicicletas. Y es mejor así. Fenómenos como Trump cuanto más lejos del ciclismo, mejor.


EQUIPO Imanol González: Enfant “Redactor jefe” terrible. Josu González: Diseño y maquetación. Manuel González: Ilustraciones. Juan Ramón Cendrero: Farolillo rojo. Gonzalo Vicente: Mármol por esculpir.

AGRADECIMIENTOS Yon Suinaga por los textos y fotos en Barra libre. Julián Sanz por colaborar en Rutas bizarras. Aitor Alberdi por los textos en Rutas bizarras. El tío del mazo por prestarnos sus textos en Rutas bizarras. La foto de portada de Rutas bizarras es de dominio público. Xabier Muriel por los textos y fotos de Tubular vs Cámara. Imanol Llucia por los textos en Subiendo Puertos. Juan M. Clavijo y su programa de radio Defiende el maillot.


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NĂşmero 4 Junio 2016 Editado por Rota Punctatis en San SebastiĂĄn ISSN: 2445-2645


Junio 2016


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