Una de las mayores enseñanzas durante mi tiempo de estudiante, fue que no hay escuela ni profesor tan malo del que no se pueda aprender algo, porque el ingrediente indispensable en realidad está en el alumno, en su actitud y disposición. Y es que aun cuando no se es estudiante, de todos se aprende, en todo tiempo, en todo espacio y de cada vida que nos comparte sus sueños.
Esto viene a razón de los casos de emprendedurismo que conocí al realizar la investigación para el reportaje central de esta edición, desde los jóvenes empresarios exitosos surgidos de programas oficiales como de los programas internos de sus universidades, hasta las personas de la tercera edad, los jóvenes con capacidades diferentes y agrupaciones sociales con actividad empresarial.