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VI+VII–2013
SADA y el BOMBÓN sada bomb on.co m
revista de cultura urbana en el centro de México
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10 cartelera de eventos
JUNIO JULIO // 2013
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We have a winner! Los casinos, las tragamonedas y el azar en nuestras vidas.
fotografías: jacobo zanella.
el reportaje
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Botanas cantineras
Las diez cantinas que sirven las mejores botanas. Top 10
08 El evento. Festival Internacional de Cine de Guanajuato. El más dinámico y completo guateque cinematográfico de México. 14 Versus. Norte vs. Centro vs. Sur de México. Todo pende del punto de vista; este país existe desde donde lo vemos.
Cuando bebe el gallo, llueve en verano. ¿Pero qué pasa con el jaguallo? 22 Viajes y paseos. Pueblos fantasma. Una ruta por los pueblos que presienten el futuro de los nuestros. 32 Medios y entretenimiento. El golf visto a través del caddie. Las categorías, el trabajo, la relación con los golfistas y las actividades diarias de los caddies.
38 Propuestas y recomendaciones. ¿Qué hacer en caso de emergencia? Sugerencias ante distintas desgracias. Seis casos ejemplares. 40 En peligro de extinción. La poda figurativa. Se extinguen los animalitos y los figurines hechos con las hojas del ficus.
Esta edición viene con su minimí; la acompaña el ya clásico suplemento de verano. En la revista hablamos del mejor evento de la temporada (el Festival Internacional de Cine de Guanajuato), de las cantinas que sirven suculentas botanas, de los caddies de golf y del árbol característico de las ciudades del Bajío. En el suplemento abordamos un tema que ya habíamos esbozado aquí: el diseño gráfico e industrial que se hace y consume en la región.
Esta revista es producida gracias al Programa «Edmundo Valadés» de Apoyo a la Edición de Revistas Independientes 2012, del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes.
Directorio Las personas que han colaborado en esta edición: Mauricio Sánchez, coordinación ejecutiva. Eduardo de la Garma, redacción y edición. Luis Bernal, redacción. Denisse Piña, diseño. Jacobo Zanella, dirección de arte. Mauricio Aguilera, publicidad. Daniel Bravo, ilustración. Julia Perales, distribución. José Manuel Hernández, información y redacción. Fotografía de la portada: Café Bretón Querétaro, por Jacobo Zanella. Esta revista es un proyecto de Sé, taller de ideas.
Cartas del lector ¡¡¡Holaaa Sada y el bombón!!! Gracias a ustedes pude enterarme del PhotoFest, y estuvo bien chévere. Tomé miles de fotos, pero tampoco me quiero ver tan gandalla y enviarles todo un baúl de recuerdos fotográficos. Donde salgo yo es una muestra de lo bien que me la pasé, nada de vanidades jajaja. Saludos… Dupina Herrera
Sobre el papel Sada y el bombón es la primera revista comercial impresa en México en papel hecho con 100% de fibras post-consumidor. Por favor recicla esta revista: préstala, regálala o haz un bombón de origami con ella.
En agosto 2012, Sada y el bombón ganó el Premio Quórum, el reconocimiento más importante al diseño gráfico en México.
premio quórum 2012 ¿Dónde se distribuye? Se imprimen 5 mil ejemplares más sobrantes que se reparten en estos 115 establecimientos: Querétaro. Librerías: Fondo de Cultura Económica, El Sótano, Nuevos Horizontes (Urban Center). Gyms: Sport City, O2. Escuelas: Tec de Monterrey, Escuela Activa de Fotografía, UVM, Anáhuac, UCO, Escuela de Diseño y Arquitectura ITESM. Galerías, museos y centros culturales: Museo de la Ciudad, Galería DRT, Centro Cultural Gómez Morín. Restaurantes y cafeterías: Cibbo Universidad, Cibbo Jardines de la Hacienda, Río Quintana, Il Diavolo, Hank’s New Orleans Café (antes Harry’s), La Esquina Gaucha, Paralelo 35, Josecho, Robinson Crash, Crepería Villemont Álamos, Porto Buzios Juriquilla, Il Duomo, Oriental Grill, Oriental Wok, Argentilia, El 9, Yellow Fish, Mara & Co, Tako Kong, Alda Café Bernardo Quintana, Amadeus Juriquilla, El Arcángel, Marrón Café, Te Amo Café, Moser Café Kultur, Italian Coffee Juriquilla, Italian Coffee Plaza Cibeles, La Organización, Cócono, Port 7, Pastelería Zürich. Bares: Terruño, La Grupa, Zeppelin, Gracias a Dios, Café Bretón, 5DMayo Experimental, La Contra Restaurante. Otros: Artisti Italiani, Club Campestre, Suite Hair Room, Tienda Espacios, Muebles Dettaglio, BMW, Mercedes Benz, Audi, Viajes Mundo Joven, Club Regency Jurica, Gallina Verde, Panartería, Hotel Misión Juriquilla, La Fábrica, Kuku Rukú Hotel, Shop Suey, La Central, Holograma Urban Shop, Velvet Oak, La Vieja Varsovia, Dix Diseñado Por, Hotel MO17, Geociencias UNAM. San Miguel de Allende. Restaurantes y cafeterías: Hank’s New Orleans Café (antes Harry’s), Hacienda de Guadalupe, Mamma Mía, Petit Four Café, La Fragua, El Tomato, Garufa, La Mesa Grande, Mezzanine Bistro, La Crêpe. Otros: Hotel Doña Urraca, Oficina de Turismo, CarneVino, Fábrica La Aurora, Teatro Ángela Peralta, Hotel Casa Rosada, Ave María Boutique. Guanajuato. Santo Café, Café Tal, Café Carcamanes, Bagel Cafetín, Antik Café, El Viejo Zaguán, Corazón Parlante, Mestizo Restaurante, Café Conquistador, El Fusilado, Casa Museo Gene Byron, Golem. Celaya. Restaurantes y cafeterías: California, Robinson Crash, Andariega, Le Petit Bistro, Buenos Aires, Bora Bora, Grotto. Otros: Baudín Wine House, Librería Tercer Milenio. Df. Rosetta, Pirwi,
Contrastes, Vértigo, Mob, Casa del Libro, Lilit, El Modo, Parada 54. También puedes ver esta lista en www.bit.ly/sada20. Si conoces un lugar donde deba distribuirse sí o sí, por favor escríbele al bombón con los datos. Sada y el bombón —Año 3 #16 junio+julio 2013— es una publicación bimestral editada por Sé, taller de ideas SA de CV. Guerrero Sur 34, Centro, 76000 Querétaro QRO. Tel (442) 1665066 sadabombon.com hola@sadabombon.com. Editor responsable: Eduardo de la Garma de la Rosa. Número de certificado de reserva de derechos al uso exclusivo otorgado por el Instituto Nacional del Derecho de Autor: 04-2011-091411403500-102. ISSN en trámite. Número de Certificado de Licitud de Título y Contenido otorgado por la Comisión Calificadora de Publicaciones y Revistas Ilustradas de la Secretaría de Gobernación: 15384. Impresa en Metrocolor México SA de CV: Av. Rafael Sesma 17, Parque Industrial Finsa, 76240 El Marqués QRO. Distribuida por Mensajería Barradas: Alberto de Sarzana 130, Fundadores III, 76117 Querétaro QRO. Este número se terminó de imprimir el 1 de junio de 2013 con un tiraje de 5,000 ejemplares. La difusión de los productos y servicios es libre, gratuita y evaluada bimestralmente por el H. Consejo Editorial de acuerdo con criterios temáticos y en la pertinencia de su contexto. Nos reservamos el derecho de selección. Las promociones, los contenidos, textos, fotografías y demás imágenes de los anuncios publicitarios son responsabilidad de los anunciantes; Sada y el bombón no se hace responsable de la publicidad anunciada. Todos los derechos reservados. Ninguna parte de esta publicación –incluyendo esto que estás leyendo– puede ser reproducida, transmitida o vilmente plagiada por ningún medio sin la autorización escrita de Sada y el bombón. Una cosa es el valor y otra el precio: Sada y el bombón vale, pero no cuesta, por lo tanto, queda prohibido venderla a cualquier precio.
A mí me toca ir a visitar a los clientes potenciales y a los clientes existentes. Tratar de vender. Es difícil si la persona no conoce la revista, pero si ya la conoce, prácticamente no tengo que hacer nada. Hace falta leer la revista para convencerse y anunciarse en ella. Mauricio Aguilera
Contacto Pocas cosas tan emocionantes y satisfactorias como escuchar o leer a nuestros lectores. Escríbenos hola@sadabombon.com, hablanos de tuit @SadaBombon o por teléfono al (442) 166 5066 R sadabombon.com
LA ESENCIA DEL SISTEMA MONTESSORI POR FIN EN QUERÉTARO Con más de 30 años de experiencia en la educación, Guadalupe Borbolla abre en Querétaro el Colegio Essentie Montessori, un colegio con sistema Montessori completo y auténtico para niños entre 1 y 12 años de edad.
LA FILOSOFÍA MONTESSORI
LAS GUÍAS
El niño tiene una capacidad indiscutible de aprender, construirse a sí mismo y formar su propia personalidad. Esta construcción –interna e invisible– es acompañada por un guía que facilita los medios para cultivar en el niño su natural deseo por aprender. En un ambiente Montessori, los niños tienen la oportunidad de potenciar su desarrollo cognitivo, afectivo y social, formándose como seres humanos autónomos, responsables, respetuosos, ordenados, seguros de sí mismos y apasionados por el trabajo que hacen y comparten.
Para ser guía Montessori se debe pasar por una rigurosa y especializada formación en distintos cursos impartidos por la AMI. La guía es la encargada de crear el ambiente que, además de tener el material apropiado para los niños, sea también ordenado, atractivo, sereno, seguro y que invite a los niños a trabajar. En pocas palabras, trabaja para guiar al niño hacia sus propios descubrimientos.
LOS AMBIENTES «Essentie» significa esencia en holandés. Holanda es el país sede de la AMI (Association Montessori Internationale), pues desde ahí la Dra. María Montessori difundió su método pedagógico. En el Colegio Essentie se aplican los principios fundamentales de la filosofía Montessori: personal docente calificado y el material didáctico que la Dra. María Montessori creó para satisfacer las necesidades –y oportunidades– de cada etapa de desarrollo del niño. El Colegio Essentie cuenta con un ambiente de Comunidad Infantil que recibe a niños de 1 a 3 años; dos Casas de Niños para niños de 3 a 6 años; un Taller I para niños de 6 a 9 años, y un Taller II para niños de 9 a 12 años.
EL NIÑO En su ambiente –con su guía, su material y sus compañeros– los niños descubren, comparten y ponen inmediatamente en práctica sus aprendizajes. Esto los hace sentirse productivos y autosuficientes. Los niños trabajan de manera natural y sin presiones innecesarias, buscando siempre el bienestar espiritual y el crecimiento interno. De esta forma, obtienen una educación armónica y eficaz basada en el método científico de la Dra. Montessori. En el Colegio Essentie Montessori los niños adquieren, en todos los sentidos, una educación para la vida.
¡INSCRIPCIONES ABIERTAS! Circuito La Cima 950 Fracc. La Cima, Querétaro. Tel. (442) 278 4566 info@essentiemontessori.com www.essentiemontessori.com
www. sadabombon .com
En la web
Encuentra en la versión web de esta revista (sadabombon.com), además de todos los artículos de la edición impresa, posts como estos:
r ULISES CARRIÓN Y EL ARTE
NUEVO DE HACER LIBROS Ulises Carrión fue un «artista prolífico y revolucionario» que no aparece en Wikipedia, es decir, un raro. Un anómalo. Un extravagante. Nació en Veracruz en 1941, estudió filosofía y letras en la UNAM, publicó dos libros «normalitos»…
r VARIACIONES DE LO MISMO
Gayle Hawes pasó 67 años de su vida escribiendo variaciones a una misma canción de tres minutos recogidas en 950 cuadernos que, afortunadísimamente, dejó encontrables. Tres de esas variaciones se encuentran en el excéntrico disco producido por…
r
¿Qué ocupas tú para leernos? ¿Café, vodka, paz, silencio? Tuitéanos: @SadaBombon
fotografías: giff.mx
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Festival Internacional de Cine de Guanajuato EL EVENTO
Del 19 al 28 de julio en Guanajuato y San Miguel de Allende.
A
unque la imagen gráfica de este año sugiera lo contrario, el Festival Internacional de Cine de Guanajuato (el GIFF) es un gran –enorme– festival cinematográfico. Y lo es tanto en calidad como en cantidad. Basta mencionar, por ejemplo, los casi 3 mil cortometrajes que reciben de más de 100 países distintos. O los casi 100 mil espectadores que durante diez días disfrutan de más de 400 películas. O, para practicar el fino arte del name-dropping, mencionar algunas personalidades que han pasado por ahí: Peter Greenaway, Spike Jonze, Tim Burton, Lucrecia Martel. Después de 15 años, el GIFF ha logrado ser, con perdón de Guadalajara y Morelia, el más dinámico y completo guateque cinematográfico de México. Películas, retrospectivas, cortometrajes, conferencias, foros, convocatorias, concursos, talleres y –lo mejor– fiestas casi bacanales con cientos de cineastas y miles de cinéfilos. Como dijo el bombón justo hace un año: «las fiestas aquí son descomunales, sí, pero es gracias a que crudeamos viendo estas películas».
«El cine es un viaje»
San Miguel y Guanajuato: grandes cines urbanos Durante el GIFF, los teatros, explanadas, jardines, muros, túneles y cementerios de San Miguel y Guanajuato se convierten en pantallas y salas de cine. En los centros históricos de estas dos ciudades virreinales –Patrimonios Mundiales por la Unesco– se proyectan distintas películas nacionales e internacionales. Asimismo, además de ser enormes salas de cine, las ciudades se convierten también en estudios cinematográficos. El Rally Universitario, por ejemplo, reúne a distintos grupos de estudiantes que deben grabar y editar un cortometraje en menos de 48 horas. Ciudades que espiran lo que otros inspiraron; muros que reciben lo que otros proyectaron. El Festival Internacional de Cine de Guanajuato como la mejor expresión de nuestra cultura cinematográfica.
Colombia, país invitado La edición XVI del GIFF tiene como país invitado a Colombia. El programa de conferencias, talleres y muestras todavía no está definido, pero seguro será no sólo interesante, sino entretenido y hasta guasón –ojalá, para esto último venga Andrés Burgos. Y es que, además de ser el país, digamos, más bacana del continente, Colombia cuenta con una estimulante industria fílmica. Si el GIFF de este año logra acercarse nomás tantito al Festival de Cine de Cartagena, ya la hicimos. Ojalá.
El eje temático del GIFF 2013 son los viajes: la experiencia cinematográfica como un viaje en sí. Fuera de cursilerías como «el cine te lleva a otras dimensiones», o frases publicitarias como «el cine es un viaje, el destino es Guanajuato», el GIFF 2013 hace un interesante doble recorrido por la industria cinematográfica: interpretando las películas como road movies y celebrando distintas trayectorias (el homenaje a Fernando Luján, por ejemplo). La frase «el cine es un viaje» adquiere un profundo sentido cuando ves una película de ciencia ficción en un espacio construido durante el virreinato.
¿Quieres participar? Trabajar en un festival de cine es una gran forma de conocer más sobre la industria cinematográfica. El GIFF no sólo está lleno de artistas y glamour, sino también de negociaciones e intercambios entre productores, directores, distribuidores y exhibidores. Si quieres participar como voluntario, traduciendo a celebridades o ayudando con la logística, regístrate en el sitio web del festival: giff.mx.
¿Más info? Consulta la prograr mación oficial, las convocatorias y las distintas actividades en www.giff.mx.
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Escena Urbana LA cartelera
Nuestras recomendaciones para junio y julio de 2013.
Expo Tendencias Gastronómicas
En el centro de México
Una vez más, por favor, de Michel Tremblay
Del 6 al 8 de junio Poliforum León expotendencias gastronomicas.com
Campeonato Latinoamericano de Enduro Del 28 al 30 de junio Parque Bicentenario Guanajuato
Encuentro de Cocineras Tradicionales de Guanajuato
8 y 9 de junio Teatro del Bicentenario León
7 y 8 de junio Parque Bicentenario Guanajuato
Festival Pozos Blues
Cena en la intimidad
14 y 15 de junio Mineral de Pozos Facebook: Pozos Blues
Fiesta de Locos Desfile de disfraces en honor a San Antonio de Padua Domingo 16 de junio San Miguel de Allende
Sábado 29 de junio Cavas Freixenet freixenetmexico.com.mx
Catar México: cumbre del vino mexicano Del 4 al 6 de julio Guanajuato www.catarmexico.com.mx
Café Tacvba
Aniversario de Querétaro
Sábado 22 de junio en León. Y miércoles 26 de junio en Querétaro.
Jueves 25 de julio Santiago de Querétaro facebook.com/culturamqro
En los alrededores
Recomendaciones Feria del Libro Independiente Hasta el 19 de junio Centro Cultural Bella Época Ciudad de México
One Direction 8 y 9 de junio Foro Sol Ciudad de México
Ana Gabriel Viernes 21 de junio Auditorio Nacional Ciudad de México
Caifanes 22 y 23 de junio Palacio de los Deportes Ciudad de México
Gloria Trevi Jueves 27 de junio Auditorio Nacional Ciudad de México
Andrés Calamaro Sábado 29 de junio Auditorio Nacional Ciudad de México
Juan Gabriel 5 y 6 de julio Auditorio Nacional Ciudad de México
Viña Real Fest Sábado 6 de julio Pepsi Center WTC Ciudad de México
Paramore Lunes 15 de julio Palacio de los Deportes Ciudad de México
r¿Qué leer? Cocina esencial de México, de Diana Kennedy. Diana Kennedy es una inglesa que vive en un rancho en Michoacán. Desde 1957 ha recorrido el país, pueblo por pueblo, en busca de las recetas de la comida mexicana. «Es una historiadora, una antropóloga y una curadora de nuestra comida», dice la escritora Alma Guillermoprieto. Éste es un compendio de los tres primeros libros de Kennedy, referencia insuperable para entender cómo se come y se cocina en este país.
r¿Qué escuchar? Jake Bugg, de Jake Bugg. Jake Bugg es lo mejor que nos ha pasado desde los hermanos Gallagher. Tiene una acústica estilo Bob Dylan y un ritmo que recuerda a Ritchie Valens. Encantador. Acaba de sacar su primer álbum. Recomendadísimo. La canción Taste It se puede descargar gratis de iTunes. Cálate.
r¿Qué ver? Happy People, de Dmitry Vasyukov y Werner Herzog. Este documental nunca llegó a nuestros cines, pero se puede pedir a Amazon (lo vale). Es el retrato de un año en la Taiga –el corazón de Siberia–, donde vive una comunidad que prácticamente no ha cambiado en siglos.
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Festival Internacional de Música de Cámara
Del 26 de julio al 17 de agosto en San Miguel de Allende.
Fiestas de la vendimia
Celebra con los viñedos de la región la primer cosecha de la uva.
En su breve glosario de conceptos vitivinícolos, el libro Vinos & viñedos del centro de México define la vendimia así: «acción de recolectar las uvas del viñedo para llevarlas a la bodega. Se puede utilizar también el término ‹cosecha›, pero se prefiere ‹vendimia›, pues es un vocablo más festivo». Entre julio y octubre – dependiendo de la cepa– los viñedos vendimian las uvas que luego se transformarán en vino. Cada casa vitivinícola hace su
propia fiesta, en algunas se pisa la uva, en otras se ofrecetodo un banquete. El objetivo es siempre el mismo: celebrar el producto más exquisito que da nuestra tierra: el vino. El primer viñedo en organizar su vendimia es La Redonda, será el sábado 20 y el domingo 21 de julio. Luego sigue Cavas Freixenet, del 9 al 11 de agosto. Consulta las vendimias de los demás viñedos y las fechas de otros festivales vitivinícolos en www. vinosdelcentro.com/festivales.
Este es, sin duda alguna, el mejor festival de música clásica que se organiza en el centro de México. Desde hace 35 años el Festival Internacional de Música de Cámara trae a San Miguel a reconocidos ensambles, artistas y maestros de música. Cuenta con un extenso programa de conciertos y con un completo programa académico. Es decir, el festival es ideal tanto para profesionales como para aficionados a la música clásica. Este año, del 26 de julio al 17 de agosto, se presentarán diez conciertos de siete ensambles distintos. Asimismo, los 28 artistas invitados por el festival impartirán clases maestras, talleres y seminarios. Consulta el programa de conciertos y/o inscríbete a alguna sesión académica en www.festivalsanmiguel.com.
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Norte vs. Centro vs. Sur VERSuS
Todo pende del punto de vista; México existe desde donde lo vemos. Norte
Centro
Sur
Delimitación geográfica:
Delimitación geográfica:
Delimitación geográfica:
de San Luis Potosí pa’rriba.
lo de en medio (no lo mediano).
de Oaxaca pa’bajo.
En el pasado: un páramo
En el pasado: el límite de
En el pasado: vegetación
desolado con alacranes, víboras y uno que otro indígena errante.
Mesoamérica: una mezcla entre grupos nómadas y sedentarios.
paradisíaca y una tierra tan fértil como el mismísimo Edén.
Inicio de: la Revolución.
Inicio de: la Independencia.
Inicio de: el EZLN.
Expresión característica:
Expresión característica:
Expresión característica:
¡perrón!
¡chingón!
¡bomba!
Comedera: el caldito duranguense
Comedera: el pozole, el mole
Comedera: el chilpachole,
y el aguachile estilo Sinaloa.
de olla y las carnitas.
la cochinita pibil y el poc chuc.
Alcoholizada: con un cartón
Alcoholizada: con cualquier cosa
Alcoholizada: con maguey
(o mejor dos) de cervezas, de preferencia Tecate o Carta Blanca.
que venga del agave y, entre una y otra, un poco de pulque de Apan.
fermentado (comiteco), caña destilada (posh), fruta fermentada (mistela).
Clichés: la carne de res, las tortillas de trigo y la banda norteña.
Clichés: las quesadillas sin queso, las ciudades coloniales y las monjas.
Clichés: los Mayas, las playas caribeñas y el indigenismo.
Mito: trabajan más.
Mito: piensan mucho.
Mito: viven de siesta en siesta.
Catástrofe latente: la falla de
Catástrofe latente: el Popo-
San Andrés acierta, es decir, crece y… goodbye California.
catépetl hace lo suyo y… desastre en la región más poblada de México.
Catástrofe latente: el esoterismo nos supera, la supuesta profecía Maya se cumple y el mundo colapsa.
El mejor viaje: en tren por las
El mejor viaje: por los pueblos y
El mejor viaje: uno gastronómico
Barrancas del Cobre.
paisajes michoacanos.
que incluya Campeche y Mérida.
Lo sobrevaluado: Los Cabos.
Lo sobrevaluado: el Cervantino.
Lo sobrevaluado: Cancún.
Grandes cosechas: de uvas,
Grandes cosechas: de trigo y
Grandes cosechas: de mangos
nueces y manzanas.
aguacates.
y mangos.
Artesanía: el sarape o jorongo de Saltillo.
Artesanía: la alfarería de Capula, Michoacán.
Artesanía: los textiles de San Cristóbal de las Casas.
Película: Bajo California, de
Película: Los olvidados,
Película: Fiestas presidenciales en
Carlos Bolado.
de Luis Buñuel.
Mérida, de Enrique Rosas. (?)
Guateque: las fiestas de la
Guateque: el Festival de
Guateque: la Guelaguetza en
vendimia en los viñedos de Ensenada.
Huapango Huasteco en San Joaquín.
Oaxaca (y cualquier buffet en Chetumal).
Gelatin Lover
Fotografía de Juan Z. González La imagen urbana En sus Minucias del lenguaje, José G. Moreno de Alba trata la curiosa variación jaletina / gelatina. Mientras en el DF suelen decir «gelatina», en el centro y occidente de México dicen «jaletina». Ambos vocablos –explica Moreno de Alba– tienen el mismo origen: gelatus, que en latín significa helado o congelado. Minucias mediante, nunca hemos escuchado a un vendedor
ambulante gritar, ni siquiera en el DF, «gelatina con rompope». Si se añade el rompope a la gelatina (porque nosotros somos de Querétaro pero le decimos gelatina), el vendedor siempre cantará «jaletina con rompope». Y este señor de las gelatinas trae rompope (La Holandesa, parece ser). Es decir, cuando este señor decide omitir el rompope, grita: «¡gelatinas!». Y cuando
quiere vender su fina jalea con piquete (de monja), grita: «¡jaletina con rompope!». Este señor sí le sabe, por lo menos a esto de las gelatinas. No por nada es el «Gelatin Lover» y su carrito lleva el nombre «Los viajeros del amor». Lovely.
r Mándanos tus fotos. Consulta las bases en bit.ly/FotoUrbana.
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EL REPORTAJE
We have a winner! Los casinos, las tragamonedas y el azar en nuestras vidas.
Las tragamo-
nedas son las máquinas de la esperanza: están programadas para dejarnos ganar, pero sólo poquito, lo suficiente como para volver a ellas y acabar brutalmente con nuestros ahorros. Sentarse en esos aparatos es la menguante lucha del hombre contra el azar, un montón de luces y sonidos virtuales que –misteriosamente– percibimos como fama y fortuna. ¿Quién gana en esos juegos? En teoría, el que descubre que no existe la esperanza y se va de la máquina a tiempo con su semi-ganancia (y semiderrota). Pero los casinos no están hechos para que uno ande por ahí de serio y sensato, no, los casinos son templos al riesgo y la probabilidad, espacios tenues y atemporales, con alfombras polvorientas y bingos que parecen rezos. Los casinos son el refugio de hombres y viejitas solitarias que fuman y giran los rodillos en espera de un religioso «puedo ganar». Julio Cortázar decía que las esperanzas son bobas, por no decir necias, torpes y malditas. Nosotros somos esos seres hurgando la cajita de Pandora, buscándole una razón al destino en un tablero manchado de cenizas y Coca-Cola, aferrándonos al bonus point. Y aunque sabemos que la riqueza no está en los casinos, secretamente fantaseamos con que timbre la chicharra multicolor, desfalcar a la casa y ganarnos el premio mayor. No se juega en busca del golpe de suerte millonario; más bien, se juega para ganarle al azar, para hacer más soportable una vida sujeta a las casualidades. Estamos hechos de esperanza: somos bobos sin remedio.
Los casinos en México: del Agua Caliente al humo Royale
“
Mi psicóloga dice que juego para sentirme derrotada, pero yo lo hago por distracción. ~Jugadora anónima
”
Los primeros grandes casinos e hipódromos llegaron a México durante la Francia ficticia de don Porfirio Díaz. En ese entonces, los casinos eran dignos espacios del derroche y el glamour, exclusivos y de etiqueta rigurosa. Después de la Revolución, el presidente Plutarco Elías Calles emprendió un ambicioso proyecto turístico en la ciudad fronteriza de Tijuana: un casino, hotel, hipódromo y centro vacacional llamado Agua Caliente. Durante los años veinte y treinta, Tijuana y sus playas se volvieron el espectacular escenario de la buena vida y los excesos. En esos tiempos, los americanos huían de la aburrida –y ridícula– prohibición (después de que les desmantelaron los saloons) para darle vuelo a la hilacha en la frontera –y no han parado. Agua Caliente fue el esplendor turístico del país: un Atlantic City con tequila, un lugar con pista de aterrizaje privada que recibía aviones de Europa, Sudamérica y la ciudad de México, escenario de películas con actrices como Dolores del Río, centro de contrabando de alcohol hacia Estados Unidos y
el lugar preferido de Hollywood. Sí, Agua Caliente pudo haber sido un libro de Fitzgerald, o quizá incluso lo es: A este lado del paraíso, El diamante tan grande como el Ritz, Todos los hombres tristes, El crack-up. Eventualmente, Lázaro Cárdenas llegó al poder y acabó con el despapaye. A finales de los treinta prohibió los juegos de apuestas en el país y entregó las instalaciones del Agua Caliente a la Secretaría de Educación Pública (?). Con los años, el gobierno se empeñó en borrar ese pasado mafioso y demolió lo que quedaba del lujoso complejo. ¿Por qué los vicios no son historia? Desde entonces los casinos nunca volvieron a ser bien recibidos en México. Antes de los holgados noventa, la mayoría de los juegos y centros de azar estaban prohibidos. Luego cedieron algunas legislaciones, vino el atasque corrupto de los políticos y la tragedia nacional del 2011: el incendio y la masacre del casino Royale en Monterrey. Y entonces sí, los permisos se apretaron y el gobierno inició una cruzada en contra de los casinos y su siempre íntima o cuando menos sospechosa relación con el crimen organizado. Ahora nos es imposible imaginar un centro de entretenimiento como el Caesars Palace o el flamante Agua Caliente; nos hemos vuelto un país de máquinas japonesas, nada más.
Más allá del bingo
Protocolo y etiqueta Hasta en el juego hay cortesías indispensables, acciones básicas y rarísimas para mantener la suerte en orden. • Si perdiste todo tu dinero en una máquina, deja la tarjeta sobre el tablero. La siguiente persona en sentarse sabrá que esa máquina «no está dando». • Si el de a lado va ganando y quiere ir al baño, apártale su lugar casi como si fuera el tuyo. • Jamás apures a alguien de su máquina. Mantén una actitud buitre: caza pacientemente tu máquina preferida. • Nunca limpies el cenicero, dicen que se te esfuma la suerte. • Que no se te ocurra hacer ruido mientras está el bingo. • «Retírate cuando vayas ganando»: un cliché que nomás no logramos comprender.
La palabra «casino» significa casa de campo en italiano. Eso es lo que hacía la nobleza renacentista: descansar, jugar y dormir –nunca apostar. En algún momento los gringos denigraron a los grandes casinos con lo peor de Las Vegas, nos pasaron la pedalear y acabamos con verdaderos tugurios, pura fachada. Eso sí, esta tropicalización democratizó a los casinos – ahora todos pueden entrar– y nos dio refrescos gratis, alcohol y platillos ba-ra-tí-si-mos. Herméticos, sin ventanas y con mucha luz artificial, los casinos son una dimensión desconocida llena de atractivos más allá del juego: el restaurante con refill infinito, ideal para ver un partido de futbol, el único bar al que le vale si fumas en la cara de otras personas, espacios rarísimos donde literalmente, quién sabe cómo, se pierde el tiempo, quizá como se hacía en los palazzos campestres.
La casa siempre gana – probabilidad for dummies Yo tengo un dado de seis caras. Tú le apuestas $1 a que salga, digamos, el 3. Si fallas, te quito tu $1, pero si le atinas yo te doy $5. La probabilidad que tiene el dado de caer en el 3 es una en seis. Teóricamente, si apuestas seis veces, ganas $5, pero pierdes $6 en el intento. En teoría, yo siempre terminaré con $1 más que tú. Por supuesto, existe la posibilidad de que caiga el 3 las seis veces. Pero también existe la posibilidad contraria. Independientemente de una u otra, la probabilidad es siempre la misma: una en seis –o una en cien si juegas bingo o una en un millón si juegas en una de esas maquinetas. Lo posible no es lo mismo que lo probable. Tú juegas a lo posible, yo a lo probable. «Los hombres no miran las cosas tal y como son, sino como desean que sean, y esto los lleva a la ruina», dijo Maquiavelo. Tú tienes fe y le apuestas al 3, yo sé que la fe es un concepto espiritual y le apuesto al 1, 2, 4, 5 y 6. Aquí, en la Iglesia del Azar de los Últimos Días, tú crees en Dios, a mí Dios, ahora, me tiene sin cuidado. Tu ganas en esperanza, yo gano, por lo menos, $1 más que tú.
“ El negocio de los casinos depende, como casi todo negocio, del volumen. Entre más apuestes, más probabilidades tienen ellos de ganar. Por eso los casinos ni se molestan en «cargar» los dados: ya tu esperanza cargó el dado en tu contra. Como en todo, quien se involucra pierde. Pero, también, quien se involucra vive. Entre más usas tu vida, más posibilidades tienes de morir. La vida no es sino el vértigo que sentimos hacia la muerte. Por eso nos justa tanto el juego.
«Tengo la costumbre de nunca jugar con gente que no conozca»
”
Yo nací con la baraja en la mano; mi familia toda la vida ha jugado baraja, así que no sé cómo aprendí ni cómo empecé, pero desde que tengo uso de razón yo juego. Normalmente juego Paco, y sí, apuesto, pero sólo en familia; tengo la costumbre de nunca jugar con gente que no conozca. Dicen que el Paco es un juego característico de mi estado; en Guanajuato sólo se juega Paco y Póquer. Voy a los casinos nomás para ver el futbol. No juego ahí, yo juego por diversión, no por ganar dinero. Sí voy, pero sólo a ver los partidos de futbol que luego no pasan en la televisión, como cuando juegan los Gallos aquí en Querétaro. Como en los casinos apuestan, ahí sí se ven todos los partidos. Y bueno, también voy porque, además, ¿a quién no le gusta que le sirvan refresco gratis, que las cubas valgan una tercera parte que en un restaurante, que la comida sea más barata que en un buffet? Los casinos tratan de estimularte y tenerte a gusto para que juegues y pierdas. ~Eduardo Macías, un jugador ejemplar
Las apuestas en el centro de México
“
Me tuve que rapar porque le aposté al no descenso de los Gallos. Un par de semanas después me salen con esto de que regresan. ¿Y mis trenzas qué, esas también vienen de Chiapas o qué? Lamentable… ~el bombón
”
Las apuestas siempre han sido parte de nuestro folklore: todos tenemos un pariente, un amigo o un niño interior vicioso. Desde mediados del siglo XIX, los mexicanos hemos creado una necia cultura alrededor del azar y la suerte. Antes del Caliente y el Big Bola, nuestros pueblotes contaban –y cuentan aún– con infinidad de cantinas, rincones y tugurios dedicados a las apuestas: bodegas clandestinas con cartas, ruleta y bravos jugadores. En un principio, hasta nuestras ferias y fiestas patronales fueron grandes celebraciones a los excesos del juego: peleas de gallos, carreras de caballo, botellas de alcohol y un montón de «cuetes» tronando sobre la provincia. De todas esas fiestas, la más grande y más vieja –este año cumplió 185 añotes– es la Feria de San Marcos en Aguascalientesn, el lugar ideal para disfrutar de las apuestas en México. Su palenque y casino son auténticos ejemplos del folklore y el azar en el país, escenarios de anécdotas como el hombre que apostó hasta su mujer en las cartas. Sin contar los emocionantes excesos hidrocálidos, ahora sobran los centros de apuestas: hay mínimo un Yak, un Caliente, un Big Bola o alguna cadena similar en cada ciudad del Bajío. Seguro sabes dónde queda tu casino más cercano,
aunque quizá no, pues su mercadotecnia suele ser muy discreta. Aún con la grosera abundancia de este tipo de casinos, las apuestas informales siempre serán, además de mayores, mucho más entretenidas. El Póquer de los martes con los amigos, el jueves de dominó con el abuelo, las apuestas futboleras con el vecino; jugar con la suerte es infinitamente más divertido en un contexto iconoclasta. «Apostar las trenzas es mucho más emocionante que jugar con dinero –dice el bombón–, pues los billetes suelen carecer de valor sentimental». Aunque, claro, existen personas que amasan el dinero como si fuera una extensión de sus propias barbas. Por último, otro juego común en las pequeñas ciudades del Bajío se da, no en los casinos ni en las casas particulares, sino en el mundillo político. Cada tres años, miles de personas le apuestan a su gallo, es decir, traicionan al amigo en pos de un hueso inexistente. Cada tres años la decepción es la misma: «mi mero gallo» pierde y un jaguallo insospechado llega a comerse todo el banquete.
¿Conoces a alguien que ha r ganado el premio mayor en un casino? Escríbenos a sadabombon. com, nos gustaría entrevistarlo.
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Una ruta por los pueblos que presienten el futuro de los nuestros.
Pueblos fantasma VIAJES Y PASEOS
U
n fantasma es, más que un espanto, la sensación efímera de algo que fue, el recuerdo ajeno que se inserta en la memoria. A esta definición se acercan los pueblos fantasma de México. Pozos, San Pedro, Real de Catorce, Ojuela: espacios colmados de calma y desolación, personas y edificios interrumpidos en el tiempo. Todos los pueblos mineros que incluimos aquí fracasaron. Construyeron un paraíso económico y social en medio de cerros, rocas y extensos yacimientos minerales. Se enriquecieron, pero en seguida se confiaron: sobreexplotaron sus recursos y acabaron en la ruina. Ahora viajamos a ellos, caminamos su decadencia y, en el mejor de los casos, la examinamos detenidamente para tratar de retrasar la nuestra.
Viajar a un pueblo fantasma es enfrentar la ausencia y la desaparición, entender nuestro paso por el tiempo a través de sus casas olvidadas, cantinas derruidas, templos desolados y tierras baldías. Para tener una experiencia nostálgica e introspectiva durante el verano, he aquí cuatro de los pueblos más melancólicos de México.
Mineral de Pozos A 45 minutos de San Miguel de Allende (más o menos lo mismo de Querétaro) se encuentra el nostálgico Pueblo Mágico de Mineral de Pozos, los vestigios de una ciudad minera que atrajo numerosas comunidades extranjeras durante el siglo XIX. Tras la Revolución y una desastrosa inundación, las vetas de las minas colapsaron, la fortuna se restó y el pueblo se olvidó. Ese es justo el encanto de Pozos: los recuerdos descuidados, la calma y la desolación. Aunque Pozos se descubre caminando sin rumbo, recomendamos visitar las ruinas de la hacienda (y mina) Santa Brígida, sus hornos y el antiguo hospital. También vale la pena hospedarse en alguno de los hoteles-boutique de la plaza principal, cerca de las nuevas galerías de arte. Los antiguos hornos mineros de Santa Brígida acompañan la soledad de Pozos. F otografía : Jacobo Zanella.
Cerro de San Pedro Enclavado en el paisaje desértico y montañoso de San Luis Potosí, Cerro de San Pedro fue sinónimo de exceso y abundancia minera. Pero al igual que nosotros con nuestra quincena, su pésima administración financiera llevó al pueblo a la decadencia (oh, el eterno y desastroso fin de mes). Recomendamos pasar el día en las ruinas del pueblo, visitar lo que queda del templo de San Pedro y descansar en la capital del estado (a poco menos de una hora de camino). San Pedro del Potosí, bautizado en honor a las minas del Alto Perú. F otografía : Esteban Romero.
Real de Catorce
Para llegar a Real de Catorce hay que cruzar un túnel de más de 2 km de longitud. F otografía : El Chala.
Real de Catorce es el pueblo fantasma menos olvidado del país. Ubicado a 260 km al norte de la ciudad de San Luis Potosí, esta colonia española solía ser –allá en 1803– el segundo lugar de mayor producción de plata en el mundo. Eventualmente, las vetas de las minas se agotaron y el pueblo no volvió a ver fama y fortuna hasta la llegada de Julia Roberts y Brad Pitt (el cine todo lo revive). Ahora Real de Catorce es un Pueblo Mágico con hoteles, restaurantes, tiendas y antojitos potosinos –pruébense las enchiladas mineras y las gorditas de guisos. De atractivos históricos resaltan el túnel de Ogarrio, el panteón local y la Parroquia de la Purísima Concepción. Proponemos extender la experiencia con un paseo por Wirikuta, el desierto huichol.
Francisco de Ojuela descubrió la riqueza mineral de estos cerros. F otografía : Mario Valenzuela Chagoya.
Puente de Ojuela
El puente cuelga sobre un barranco de 95 metros de profundidad. F otografía : D’lira.
A una hora de Torreón, cerca de Mapimí, se encuentra Ojuela, un pueblo dividido por dos cerros que se conectaban por un imponente puente –que aún cuelga pero a duras penas se soporta. En Ojuela, entre un paisaje montañoso, se encuentra un antiguo casino que fue abandonado tras el cierre de las minas de Santa Rita. De Real de Catorce a Ojuela son más de 6 horas, así que esta ruta propone la mejor excusa para pasar una noche en la ciudad colonial de Zacatecas (casi a la mitad del camino).
Tip de viaje: mantén una actitud fantasma No vayas en busca de una fiestuki con los zapatos recién boleados. El destino es nostálgico, introspectivo y desértico (terroso y con un clima extremoso). Lleva ropa adecuada y una actitud como si fueras en busca de Pedro Páramo. Como dicen los versos de Amado Nervo: «Tú lo sabes hoy todo…, ¡yo, en cambio, no sé nada! / Tú no eres el fantasma: ¡el fantasma soy yo!».
Hospédate con estilo El abandono de los pueblos fantasma es lo mejor que nos pudo haber pasado en el siglo XXI. Últimamente existen hoteles/refugios que filtran las comodidades del mundo moderno: nos cambian el Sky por masajes y mimos. Recomendamos ampliamente el Hotel Posada de las Minas (posadadelasminas.com) en Mineral de Pozos y el Hotel El Real (hotelelreal.com.mx) en Real de Catorce.
El Hotel Posada de las Minas recuerda las antiguas posadas de mineros. F otografía : Jacobo Zanella.
PUENTE DE OJUELA
TORREÓN
Un viaje fotográfico Todos estos pueblos han sido escenarios de películas y documentales; su dirección de arte natural los convierte en un destino obligado para fotógrafos profesionales y aficionados. Llévate tu cámara al viaje y retrata fantasmas; a veces la cámara capta cosas que el ojo nomás no alcanza a ver.
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¿Eres experto en turismo zombi? Encuentra este artículo en sadabombon.com y guíanos entre estos –y otros– pueblos fantasma.
REAL DE CATORCE DURANGO
CERRO DE SAN PEDRO
ZACATECAS SAN LUIS POTOSÍ
MINERAL DEL POZOS
GUANAJUATO QUERÉTARO
Empaca la tienda de campaña, las cosas para escalar, la caña para pescar. ¡Viaja a Hidalgo y practica el ecoturismo con toda tu familia!
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www.hidalgo.travel ESTE PROGRAMA ES PÚBLICO, AJENO A CUALQUIER PARTIDO POLÍTICO. QUEDA PROHIBIDO EL USO PARA FINES DISTINTOS A LOS ESTABLECIDOS EN EL PROGRAMA.
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Botanas cantineras
top10
Bar La Roca (Prol. Corregidora Sur. 163, Col. Aragón, Querétaro) Por el ambiente futbolero, el WiFi gratis, el aire acondicionado y el chamorro adobado de los viernes, el Bar La Roca es la cantina más frecuentada por esta zampabolla y tripera redacción. Es más, digámoslo, este artículo lo estamos escribiendo desde aquí (lo corregiremos degpués, claglo engtá). Hoy no es viernes, no hay chamorro, pero ya nos embuchamos una carne tártara, unos muy buenos guajolotes y, para acompañar esta nueva ronda de cervezas, estamos esperando –uy uy uy, ya llegó– la carne de res con chile negro.
Bar Olé
Las diez cantinas que sirven las mejores botanas. Bar Varela (Av. Universidad Pte. 18, centro de Querétaro) Don Daniel Varela es toda una institución en la exquisita y etílica industria cantinera queretana. Desde los sesentas ha sido cantinero; en el ‘94 abrió su ya mítico bar. Desde entonces él y su familia han dejado claro que el buen cantinero no sólo es el que prepara grandes bebidas, sino el que las acompaña con descomunales botanas. Todos los días ofrecen caldo, tacos y tostadas. Caldo de camarón, de garbanzo, menudo y, el viernes, caldo de almeja; tostadas de nopales, manitas de puerco, tacos de frijol y de copete. Estos últimos, la razón por la que el Bar Varela está en el número uno. Sirven también un insuperable chamorro desengrasado y deshuesado, pero ese sí lo cobran aparte. Lo vale, jurámoslo.
(Av. Alfonso García Robles 1, Col. Alameda, Querétaro) Los tacos dorados del Bar Olé son exquisitos. «No se crea –nos dijeron ahí–, luego fallamos». Será el sereno, pero a nosotros no nos han fallado, ni con los tacos dorados, ni con el caldo de camarón, ni con las enchiladas verdes y las albóndigas de los jueves. Como en cualquier cantina, «el viernes es el día mero bueno». El Bar Olé sirve un chamorro exqui-si-to. Destacamos también las micheladas y el ambiente, ideal para jugar dominó.
La Tiznada (Luis Olvera 8, centro histórico de Querétaro) En Querétaro hay dos Tiznadas: la del centro y la de Epigmenio González 80. Preferimos la del centro porque de ahí podemos salir gateando, mientras que en la de Epigmenio González es preferible salir en trailer (está entre bodegas industriales). La Tiznada ostenta la descripción «centro botanero» y lo demuestra, por ejemplo, con sopas de lenteja, tostadas norteñas, gorditas de chicharrón y, «¡porky tú lo pediste!», el viernes de puerco a la vuelta y vuelta.
Bar El Coliseo (20 de Noviembre 302, centro histórico de Celaya) En Celaya, si de botana se trata, El Coliseo es la respuesta inmediata (asiendo rimas o ke ase?). El bar se divide en dos: abajo es cantina tradicional; arriba, un centro botanero un tanto desaliñado. Pero exquisito: caldo de camarón, carne tártara, cueritos, tacos dorados. Todo picoso. Y todo muy sabroso. A la hora de la comida, si vas ya como en la quinta o sexta chela, te llevan tu chamorro al horno.
La Castreña (Hidalgo 505, centro histórico de Celaya) «Aquí damos lo que se le ocurra a la cocinera», dicen los que atienden la cantina. En la cocinera confiamos, pues. Y hacemos bien, pues prepara, además de los clásicos caldos y carnes tártaras, unos guisos deleitosos. Memorable es también el pollo con tocino. ¡Larga vida a la cocinera de La Castreña!
La Cucaracha
La Diabla en Marfil (Calle Real de Marfil, poco antes de llegar a la presa de Los Santos, Guanajuato) En Guanajuato, decir La Diabla es casi casi el nombre genérico de cantina. La Diabla tradicional es la del centro, pero la mera buena es la que está en Marfil, por la presa de Los Santos. Con mesas en la terraza y cubetas al 6 por 5, La Diabla ofrece un picosísimo caldo de camarón, nachos, tostadas con cueritos y unos suculentos burritos de carne al pastor.
Las Micheladas (Camino Real de Noria Alta 7, Noria Alta, Guanajuato) Enfrente del hotel Real de Minas sirven las micheladas más chicharroneras de la región: al primer trago te dan cueritos con chicharrón; al segundo, entremés de jícama y pepino; al tercero, caldo de camarón; al cuarto, tacos de carne asada, y al quinto unas suculentas enfrijoladas. Si ese fue el menú de un martes cualquiera, imagínate nomás el del viernes.
(Domicilio conocido: Zacateros 22, centro histórico de San Miguel de Allende) Esta cantina abrió en 1947. Desde entonces le ha servido tragos a veteranos de la Segunda Guerra Mundial, artistas frustrados, estudiantes, actores, músicos y gente como uno (GCU). Dicen que Kim Novak pasó por aquí. Qué vértigo. Sólo los jueves ofrecen botana: comida casera preparada por la familia Correa, los dueños de La Cuca. A fe nuestra, los jueves de botana es razón suficiente para hacer de esta cantina la mejor la San Miguel.
El Tenampa & El Gato Negro (Mesones 12 y 12A, centro histórico de San Miguel de Allende) «Real deal cantina, ¡todo loco!», dijeron unos gringos al salir del Tenampa. Iban fundidos, se tambaleaban. Todo loco. Pero parece que no tomaron suficiente, pues enseguida se metieron a la cantina de al lado: El Gato Negro. La botana de estas dos cantinas se reduce a grupos de gringos errantes. No sólo de chicharrón vive el hombre; a veces la botana es metafórica.
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El golf visto a través del caddie MEDIOS Y ENTRETENIMIENTO
por Diógenes el Chades, antiguo caddie en El Campanario.
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os ricos viven generalmente más allá de las murallas, así sean naturales o construidas. El Club Campestre de Querétaro es como un fuerte: lo rodea una gran muralla. Lo mismo sucede con el Campestre de León. Por su parte, El Campanario –en Querétaro– se encuentra en la cima de un cerro, esto lo aísla de toda la ciudad; está rodeado por La Cañada, Hércules, Lomas del Marqués y Bolaños. La única forma de entrar es en coche, hay una caseta de vigilancia, cámaras, identificadores; si no vives ahí tienes que dar santo y seña de por qué quieres entrar. El hombre ha construido murallas desde que pudo hacerlo, primero para protegerse y después para dividirse y hacer notar la diferencia entre unos y otros. Al tiempo que se levantan muros y fronteras, se construyen historias que entreveran a los que están dentro con los que –supuestamente– están fuera. Historias que no sólo mezclan, sino que reúnen. Esta es la historia de los golfistas y sus caddies.
Caddies de primera, segunda y tercera Te apuntas en una lista, lavas el carrito y lo formas en espera de los primeros jugadores. Podrías ser uno de los primeros o últimos en salir, todo depende de la clase de caddie que seas. Aquí también somos de primera o de segunda, de tercera también hay pero ellos no cuentan en la lista de tarifas, son los que apenas están aprendiendo y les pagan una propina, lo que considere el patrón. Eres de primera si conoces las reglas, las distancias, los bastones, las formas del juego, las caídas en el green, si sabes llevar las apuestas, si sabes distinguir entre bola baja, alta o por golpes. Las apuestas, sobre todo tienes que saber bien las apuestas, porque así puedes apostarle al juego de tu patrón con el otro caddie. Eres de segunda si conoces los bastones, las distancias, algo de las caídas y conoces un poco el campo; las orientaciones, los pastos, las banderas. Todos los demás caddies apenas están aprendiendo, son los que se van con la gente que no sabe jugar, con los jugadores codos o cuando todos los caddies de primera o segunda están ocupados.
El uniforme del caddie • Gorra (a veces el club te da una gorra) • Playera tipo polo • Pantalón de vestir sport • Zapatos o tennis (pocos caddies tienen spikes)
Un buen caddie también le pega El campo cubierto de agua-hielo, blanco muy blanco, la neblina que lo cubre todo y se extiende por los 18 hoyos; los lagos, aunque artificiales, también humean por la mañana; Tezcatlipoca, el espejo humeante, está presente, la batalla está por comenzar, los ancestros no nos abandonan. Los paisajes en El Campanario son únicos, debe haber campos más chingones, pero yo no los conocí. Decían que el pasto lo habían traído de Inglaterra y en esos días yo me asombraba. Ahora me pregunto ¿cuánto habrá que invertir para mantener un pasto de aquellos climas en el semidesierto de Querétaro? Seguro mucho dinero, seguro mucho más dinero del que nos pagaban a todos nosotros juntos. Es responsabilidad de los caddies ir a tapar los devots (los hoyos en el campo) una vez a la semana. Si nos apuramos, tenemos chance de ocupar el campo para jugar y aprender. Un buen caddie también le pega. Martín, «el Foco», comenzó de caddie y cuando creció se hizo profesional. Supongo que ahora «el Venao», «el Barras», «el K-28» y otros más se estarán preparando para lo mismo. Cualquier buen caddie puede chingar a un patrón ordinario en el juego. Hay patrones listos que entre semana juegan con los caddies y el fin llegan bien afilados a chingarse a todos sus partners. Hay patrones que aunque jueguen con los caddies… pobres patrones.
«Mándame a aquel de ahí» Llegamos casi siempre en grupos, algunos vienen de Juriquilla amontonados en un coche; los del Pozo, la Purísima, Hércules, Arabia y Lomas del Marqués llegamos a pie o en bicicleta. A los ojos de los patrones todos son caddies, pero entre nosotros no es lo mismo venir de un lado o de otro. Decían que a los del Pozo habría que echarles una bomba atómica ¡pa’ desaparecerlos! Todo es carrilla sana. Unos a otros se dicen negros, mulatos, simio, chango, caracascada, lento, pendejo, mugriento, «¡ora cuilmas!» Al Cuba le decían así por su labio grueso, pero en realidad todos estamos igual de tostados. Yo no sabía que a esto de la discriminación entre pobres le llamaban la «colonialidad del poder», ahora lo sé y me gusta pensar que las cosas pueden ser distintas. El hombre sobre la naturaleza, el hombre sobre el hombre. Y los caddies sobre sí mismos. Nos dividimos como en tiempos de la colonia, no era lo mismo ser mulato, indio, cambujo, salta pa’ atrás o criollo. Así como no es lo mismo ser del Pozo, la Purísima o Arabia. Cuando un patrón te pide, es decir, cuando uno de ellos dice «Mándame a aquel de ahí», entonces mereces un poco de respeto. Cuando el patrón Cándano –«la Fiera»– me pidió, le cadeaba cada fin de semana. En cuanto lo veía llegar en su carrito verde, me echaba a correr por su café con leche, con tres de azúcar. Aún recuerdo su voz ronca y fuerte: «¡A ver Greñas, prepara el putt y una pelota que voy a practicar!» Se aprende el oficio entre semana. El día que llegan menos socios a jugar, cada quien agarra una cubeta, la llena de arena y órale a tapar divots. La escena siempre me pareció buena: toda una columna de caddies avanzando sobre el campo, dándole vida. Hay que tener bien limpio también el caddie house y los carritos. Si las tareas se terminan a tiempo, hay chance de salir a jugar y es ahí donde aprendes. Hay cosas que nomás mirando las aprendes, como las caídas; otras te las tienen que enseñar, como llevar el score. A jugar sólo aprendes practicando y perdiendo cada semana. Yo no podía ir entre semana a jugar y a veces preguntaba tanto sobre una cosa u otra que una vez, ya encabronado, me dijo «el Cueta»: «¡pos nomás fíjate! ¿o qué, estás ciego?»
Herramientas del caddie • Arregla divots para el green • Toalla •Tis •Cubeta de arena (cuando vas en carrito la amarras a un lado) •Rastrillo para arreglar las trampas de arena (a veces lo dejan cerca de las trampas) • Plumas • Score
Que comience el juego Se espera la mañana llena de patrones, corriendo de un lado a otro del club, haciendo los equipos para salir a jugar, en forson o en fiveson. Sabemos hacer el trabajo: hay que llenar la cubeta de arena y amarrarla al carrito, ir por un rastrillo para las trampas, traer chaleco, toalla, arregla divots para el green, tarjeta de score, plumas, pelota y tis en la bolsa del pantalón. Si no tienes todo esto: arabaund y «¡mándame a otro caddie!» Ni modo, perdiste la cadeada y a esperar la siguiente, a ver si llegan otros grupos. Ahora sí que comiencen a salir. Les pasas el drive o la madera tres, todo depende sí es par cinco, par cuatro o de la habilidad del jugador. Hay personas que juegan porque pueden pagarlo, otras que juegan por tradición familiar, a otros más les encanta el chupe, el desmadre, las apuestas, y el golf es un buen pretexto.
Al final del atardecer
• Vigilar que el juego sea limpio. Para vigilar esto, un buen caddie debe saber jugar. • Aconsejar al jugador sobre: distancias, dirección del golpe, reglas y a veces les corriges un poco el swing. • Cargar, limpiar y cuidar los bastones. Cuando vas en carrito y este no puede entrar al campo, el caddie tiene que llevar los bastones.
El torneo Los tiempos muertos Si los patrones no llegan, es bueno ponerse a leer, jugar rayuela, acabalar pa’ las carnitas o la barbacha, platicar o dormirse un rato al fondo de la bodega. Un día quise llevar mis libros y estar ahí leyendo mientras esperaba al patrón «¿Libros? ¡Déjate de mamadas!» Me dieron literatura de la buena: Las chambeadoras, El cuento vaquero, La fotonovela porno, Famullas y Chalanes. Desde entonces comencé a soñar que algún día una patrona se pondría cachonda a medio campo. Hay patronas muy bonitas, pero «obvi» no están al alcance del pobre, eso sólo pasa en películas como Amarte duele, o muy por debajo del green.
Los cohetazos son la señal de salida en los torneos. Un mar de gente en el campo, las mesas de salida abarrotadas, caddies que vienen de todos los campos. Mane, el caddie master, reparte chalecos a diestra y siniestra, Noé reparte los carritos y el Oso la comida. Patrocinadores, chupe, verdaderas edecanes. El campo con dieciocho hoyos se tiene que recorrer en cuatro horas, máximo cinco, seis ya es una mentada de madre. El ritmo importa bastante, un campo que no tiene buen ritmo no es bueno para jugar. En esto también influye nuestro trabajo, todo buen caddie sabe que tiene que ir al ritmo de los patrones y, si estos van lentos, apurarlos; somos réferis y testigos.
El campo se vuelve a quedar solo. Se quedan dos guardias, los últimos que se hayan anotado en la lista, y recogen las banderas del green cuando los jugadores han abandonado el campo Impera un silencio fúnebre en la oscura bodega llena de carritos, cargadores, rastrillos y un poco de basura. Al final del atardecer, Mane, Noé, Cueta, Moya, Conejo, Bufa, Chilacas, Moster, Güila, Barras, Huesos, Chiva, Mudo, Burrín, Maromas, Chava, Chucho, César y K-28 tienen varias opciones; comenzar con unas chevecitas pa’ seguirla después, van al mercado por mariscos o a casa con sus familias. Al final, el atardecer es la hora más esperada, es la hora de salida.
ilustración: daniel bravo.
Funciones del caddie
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¿Qué hacer en caso de emergencia?
propuestas
Recomendaciones ante distintas desgracias. Seis casos ejemplares.
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a máxima socrática dice que quien conoce el bien hace el bien. Nada más falso, sobre todo cuando se presenta una desgracia. Sabemos que ante una emergencia debemos mantener la calma, actuar con inteligencia, «no correr, no gritar y no empujar», etc. Si estás en tu casa y tu pareja se colapsa, sabes que debes ir al refrigerador, buscar «ambulancia» en la lista de teléfonos de emergencia y llamar de inmediato. ¿Pero qué pasa si el teléfono está ocupado? ¿Sales corriendo, gritando y empujando en busca de un taxi para que te lleve al hospital? ¿A cuál hospital? ¿Al más cercano o al del seguro? ¿Cómo se utilizan los servicios de emergencia? Las respuestas son tantas como desgracias individuales hay; no recomendamos nada concreto aquí porque sería no sólo imposible, sino irrelevante (¿o qué, cuando tu pareja se colapse, a poco vas a ir en busca de esta revista?). Lo único que sí podemos recomendar aquí es imaginar posibles y terribles escenarios y trazar un plan tan meticuloso como sea posible. ¿Qué harías, por ejemplo, si invitas a cenar a un amigo y éste se atraganta y se desmaya? Imaginar es la mejor educación emocional que existe. Por eso el valor de los simulacros: actuar como mimo ante una desgracia que no está ahí, pero que puede aparecer en cualquier momento.
1.
Cataclismos súbitos
Hay desgracias que se pueden prevenir: remodelando el drenaje pluvial de tu casa, apagando las velas de tu esotérica esposa, guardando tu coche el 15 de septiembre. O comprando un seguro (no previenen, pero sí recomponen). Pero hay otras desgracias, cataclismos súbitos, imposibles incluso de presentir: una pipa de gas que explota justo afuera de tu casa, una turbina que se desprende de un avión y cae en tu sala, una tormenta de granizo que acabó con tu rosal (oh, Voltaire). La mejor que podemos hacer en esos casos es recordarnos que hay cosas más importantes. Porque siempre las hay.
2.
¡Santa cachucha, al vecino le picó un alacrán!
Es domingo. Estás en tu casa, tranquilo, disfrutando la mañana, podando tu rosal. En eso, de repente, el timbre suena como si lo tocara un baterista punk. Es Ramón, el tierno hijo de tu vecino. Sus papás no están; salieron y en su lugar se quedó, tal parece, un pequeño alacrán. El niño está pálido, sudoroso y todo indica que en cualquier momento te va a… ¡Santa cachucha, ya cantó la guácara! El problema con los alacranes es el veneno que esconden, y no sólo en sí mismos, sino el veneno que esconden en el otro. Como «tus perjúmenes, mujer», el veneno del alacrán reacciona dependiendo de cada individuo. Eso sí, en todos los casos hay envenenamiento: llévate inmediatamente a Ramón al hospital a que le inyecten el popular suero antialacrán.
3.
Contra el remedio casero
Como dice el doctor dicharachero: «mucho ayuda el remedio casero que no estorba». Si a una quemadura de tercer grado le untas aceite de oliva, sábila, miel, puré de papa, yogur, cátsup y aderezo mil islas, sólo vas a lograr que el doctor se tarde más en tratar correctamente la herida. Los remedios caseros funcionan para los males caseros. O, para decirlo con otras palabras, existen emergencias que pueden ser tratadas por la siempre bien intencionada tía Tula y emergencias que requieren –y suplican– el tratamiento de un profesional. Y esto da pie para otro dicho popular: «quien en salud escatima, poco se estima».
4.
La ignorancia en ambulancia
Tu esposo despliega testosterona encima de una escalera: cual hombre de la casa, está cambiando un foco. Tú sostienes la escalera hasta que, oh coincidencia, los dos estornudan al mismo tiempo. Tu esposo vuela por los aires y… «¡córcholis, me rompí el brazo!». En lo que tú llamas y esperas a la ambulancia, tú esposo ya se fue manejando al hospital. Hay que saber medir el tamaño de la emergencia. Una epilepsia, un infarto o alguien inconsciente amerita el excesivo costo de una ambulancia. Prender la sirena resulta invaluable no tanto por la rapidez del servicio como por la preparación certera ante la desgracia. Si la urgencia (la que sea) sobrepasa tu atención, llama a la ambulancia.
5.
¡Invasión cucaracha!
«Somos todos valientes hasta que la cucaracha vuela», tuiteó @florencia. El verano es, así, la estación más cobarde, pues es justo ahora cuando la cucaracha gusta de convivir con nosotros. Y resulta difícil, sobre todo ahora, exterminarla, pues es milenaria: «más sabe la cucaracha por vieja que por Samsa» (?). Además de limpiar constantemente la casa y no dejar agua ni alimentos a la vista del curioso insecto, recomendamos la operación #FumigaConElVecino. Si fumigas sólo tu casa, la cucaracha se irá con el vecino, se reproducirá y, la muy temeraria, volverá. Busquen entre todos asesinar a la maldita, no se conformen sólo con desterrarla.
6.
¿Te quedaste sin papel de baño?
En pleno siglo XXI, entrar al baño, hacer lo propio y quedarse sin papel es algo común y, hay que decirlo, bastante corriente. Pero entrar al baño sin celular es algo inaudito. Tu smartphone, no te hagas, es tu mejor amigo; llévalo siempre contigo. De esta forma, si carente de papel te encuentras, mandas de inmediato un mensajito a quien más confianza le tengas. ¿O acaso eres de esos que le teme a la webcam caprichosa y nunca invita a tu celular al baño? Si sí: a la vieja usanza, carga siempre contigo un periódico (situaciones extremas requieren soluciones extremas). Todo esto si te pasa en la oficina; si sucede en la casa, pues regaderazo (ni modales).
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La poda figurativa en peligro de extinción
Se extinguen los animalitos y figurines hechos con las hojas del ficus, el ciprés y el laurel. Un parabién más de esta todavía tierna región.
ilustración: daniel bravo.
A
unque nuestra infinita cursilería quisiera hacer de la jacaranda el árbol representativo de la región, el ficus se sobrepone (¡y de qué forma!) en nuestros jardines urbanos. La jacaranda sólo es visible durante las primeras y remilgadas semanas primaverales; es algo así como la versión ingenua del pino navideño. El mezquite es otro árbol característico del Bajío. Pero ese no cuenta, pues, para empezar, es más un arbustote que un árbol. No confundamos. Además, el mezquite representa más al campo que a la ciudad: se da solito, a pesar de nosotros. Lo mero nuestro es el ficus y, cuando nos ponemos magnánimos, el ciprés y el laurel. Y bien podados, incluso formando animalitos, naves espaciales y curiosos figurines. La imagen que mejor describe el espíritu provincial es, quizá, la del ama de casa en bata asomándose entre las cortinas para ver cómo el fornido jardinero de la vecina va configurando un anoréxico elefante verde. Normalmente la poda figurativa sucede en estas fechas, a media primavera. Sin embargo, cada año hemos visto cómo la flora urbana ha pasado de ser figurativa a abstracta. Quizá esa sea la diferencia entre un pueblote y una pequeña ciudad. Celebremos, pues, nuestro «cambio de niña a mujer». Despidámonos –no sin una furtiva lágrima– del poni-ciprés y festejemos –aún con vértigo– nuestra ya certera e incuestionable era urbana.