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Educación

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Centenario

Centenario

La educación

en tiempos de PANDEMIA

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1. Seamos realistas: sufrimos una muy grave crisis.

Nos encontramos en un contexto excesivamente frágil, fruto de las situaciones dramáticas que estamos viviendo: golpeados por la crisis de la democracia en Bolivia, luego por la crisis sanitaria y la consecuente crisis económica. En este contexto, tanto nuestras instituciones educativas como las familias de nuestros profesores y estudiantes, deben enfrentar un contexto de tal gravedad que la educación boliviana está pasando uno de sus momentos más difíciles. El reconocimiento de esta dramática realidad no nos debe llevar a ser pesimistas, por supuesto. Pero es necesario poner los pies en la tierra y saber cuál es el punto de partida donde nos encontramos.

La comprensión de lo anterior debe despertar en nosotros un fuerte ‘sentido de urgencia’, comprendiendo que la traumática realidad que enfrentamos en nuestra patria requiere la máxima atención que nos sea posible y la realización de todos nuestros esfuerzos, dando lo mejor de nosotros mismos para enfrentar esta situación. Este ‘sentido de urgencia’ debe nacer del reconocimiento de los profundos desafíos urgentes que nos toca afrontar: estudiantes mal preparados en primaria y en secundaria, que muy difícilmente podrán acceder a una educación universitaria de calidad y que por ello estarán menos preparados que antes de enfrentar desafíos que son mayores a los de las anteriores generaciones.

2. El desafío de ser educadores es más grande que nunca.

Sería un error asumir que “cuando pase la pandemia”, y podamos regresar a las clases presenciales, casi por inercia se volverá a la “normalidad”. Eso simplemente no sucederá y la razón es simple: incluso antes de esta emergencia sanitaria nuestro sistema educativo boliviano era realmente lamentable. No podemos aspirar a recuperar esa mediocridad. Justo por ello es más necesario que nunca que seamos educadores creativos y dedicados a procurar alcanzar una calidad educativa que vaya, gradualmente, compensando todo lo que no se ha hecho en los recientes años.

Nosotros, educadores salesianos, debemos ser fieles al carisma de Don Bosco haciendo lo que él hizo cuando en su época tuvo que enfrentar inmensos desafíos: dar respuestas creativas. Este momento histórico nos exige contar con nuevas metodologías, con una didáctica adaptada a las nuevas necesidades, haciendo un uso inte-

ligente de todos los recursos tecnológicos con los que podamos contar. En resumen: debemos reinventarnos constantemente.

3. La educación virtual requiere, no sólo de medios tecnológicos, sino contar con autodisciplina en los estudiantes y renovación didáctica en los profesores.

La necesidad nos ha obligado, en todas nuestras comunidades educativas, a improvisar una educación que procuró ser virtual. En nuestra patria enfrentamos esta batalla sin estar preparados para ella. Algunas de las principales deficiencias estuvieron en la improvisación de una normativa que era imprescindible para encaminar adecuadamente esta modalidad de educación a distancia, los graves problemas económicos que sufrieron las familias de nuestros estudiantes, muchas veces todo agravado por el insuficiente acceso a dispositivos electrónicos con una buena conexión a internet.

Todo lo anterior es cierto, pero no debemos olvidar que incluso si contáramos con una buena ley educativa, mejores medios económicos y tecnológicos, aún quedan dos barreras que debemos superar: - El cultivo de la autodisciplina en los estudiantes. Esto cobra más importancia que nunca por la inmensa abundancia de distracciones que nuestros niños y adolescentes encuentran en las redes sociales y en los juegos en línea; incluso los adultos corremos el riesgo de perder mucho tiempo en esos espacios digitales y, con más razón, es un desafío para nuestros estudiantes. - La renovación didáctica de los profesores. No nos podemos con-

tentar con el mínimo esfuerzo en el uso de la tecnología aplicada a la educación. Lamentablemente, la realidad de la educación en Bolivia está marcada por una profunda desactualización en la formación de los maestros.

4. El llamado del Papa Francisco a que todos nos comprometamos en un Pacto Educativo Global.

Es mucho lo perdido. Ante este contexto el Papa Francisco ha convocado a todos los católicos y a las personas de buena voluntad a que todos nos comprometamos en un Pacto Educativo Global, que debe nacer de la esperanza, poniendo en el centro el bien de los estudiantes, y cuidando la casa común a través de una correcta educación ambiental.

La labor educativa de la Iglesia Católica en Bolivia ha marcado, muchas veces, la diferencia en favor de una educación de calidad y también lo ha estado haciendo en el actual contexto de emergencia. Nosotros como familia salesiana somos punta de lanza de ese mismo esfuerzo. No debemos “dormirnos en nuestros laureles”; la educación salesiana en Bolivia es buena, pero no lo suficientemente buena ante tantos desafíos que nuestros estudiantes tienen que enfrentar. Que nuestro esfuerzo por mejorar sea incansable y que nuestra Madre Auxiliadora nos guíe.

P. Luis Tórrez Sanjinés, SDB.

canciller usB y directOr ePdB

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