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Centenario

2021 año del centenario de la muerte de Don Albera, “el pequeño Don Bosco”

En la Iglesia somos una de las pocas congregaciones que reconoce a su Superior Mayor como sucesor de su fundador, en nuestro caso de Don Bosco. Este modo de nombrar a nuestro Rector Mayor, quien tiene el servicio de animación y gobierno de la Congregación en todo el mundo, nos invita a permanecer fieles y unidos a nuestro carisma en torno a él. El Rector Mayor es el centro de unidad de la Familia Salesiana.

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Ahora bien, desde la muerte de Don Bosco existieron algunos de sus sucesores que encarnaron con claridad algunos rasgos de su personalidad y espíritu. Muy especialmente, aquéllos que lograron vivir y compartir directamente con él. Ese fue el caso de Don Pablo Albera, el segundo sucesor de Don Bosco.

Don Albera (1845-1921) conoció a Don Bosco siendo un niño. Entró al Oratorio de Valdocco a sus 12 años, un poco después de la muerte de Domingo Savio. Tuvo el privilegio de conocer a Miguel Magone y de recibir clases de Don Rúa y Don Cagliero. El pequeño Pablito se ganó la estima y el aprecio de todos, también de Don Bosco quien lo nombró director de una de las obras en claro crecimiento. Allí, por su personalidad y su modo de estar cerca de los jóvenes, fue apodado “el pequeño Don Bosco”.

Don Rúa le encargó la tarea de ser el animador espiritual de toda la Congregación y, en ese servicio, de visitar todas las casas salesianas de América. A la muerte de Don Rúa (1910), el Capítulo General XI lo eligió como Rector Mayor, segundo sucesor de Don Bosco.

Don Albera gobernó la Congregación Salesiana en los momentos difíciles de preparación, desarrollo y consecuencias de la Primera Guerra Mundial (1914). Una de las preocupaciones principales de su rectorado fue la de incrementar la piedad y vida ascética de los hermanos, pero siempre en el trabajo activo y efectivo en favor de la juventud menos favorecida. A pesar de que, a diferencia de su antecesor (don Rúa) y sucesor (don Rinaldi), no llegó al honor de los altares, no cabe duda de que fue un hombre de Dios y consagrado del todo a la misión salesiana. Desde el cielo, al lado de Don Bosco, bendice nuestro apostolado.

P. Marcelo Escalante, SDB.

directOr de la OBra de muyurina

Don Albera

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