Inspectoría- Salesiana Nuestra Señora de Copacabana - Bolivia Boletín Informativo En Comunidad Fraterna
Boletín
Digital Año 42/N° 271/01 Septiembre 01
FELIZ MES DE LA BIBLIA Varias veces hemos oído “te amo”, “lo eres todo para mí”, “te extraño”, “hijo te quiero”, y en muchas situaciones estas palabras nos han dado fuerzas y razones para vivir. Estas mismas palabras, y con mayor profundidad las encontramos en la Biblia, ese Padre con corazón de Madre, infinitamente amoroso, en su Palabra, en la Biblia, viene a nuestro encuentro y nos susurra palabras parecidas o más hermosas “No temas, yo estoy contigo”, “aunque una madre se olvidara de su hijo, Yo no me olvido de ti”, “nadie tiene amor más grande que él que da la vida por sus amigos” “ya no les llamo siervos sino amigos”; y precisamente porque somos sus hijos, seres sedientos de vida y de fuerzas para enfrentar nuestra existencia necesitamos oír nuevamente estas Palabras.
lo escucha de acuerdo con la fuerza de las ideas, de igual modo la Palabra bíblica tiene poder salvífico. La Palabra tiene energía convencer y persuadir, mueve los afectos, consuela, anima, alegra, entristece, infunde simpatía, confianza y serenidad. Todas estas propiedades de las palabras están también en el lenguaje de la Sagrada Escritura totalmente humana y considerada por la fe emanadas de la fuente que es el corazón de Dios. “La Palabra de Dios ablanda el alma endurecida, más que el fuego y la dispone para toda obra buena” (San Juan Crisóstomo).
Estamos iniciando septiembre, el mes dedicado a la Biblia, el mes de la juventud, el mes del amor. Así como palabra humana ejercita un poder sobre quien
1
La energía que posee una palabra no se disminuye en las Escrituras; la intensifica por su Autoridad de origen y por la Salvación que promete; no solo revela la gracia sino es portadora de gracia, no es un sonido vacío, ni una fuerza mágica, es comunicación activa y eficaz de alguien que nos ama infinitamente, da sentido a la existencia humana: “Mis palabras son espíritu y vida” dice el Señor en el evangelio de Juan (Jn 6,63); “El Evangelio es la fuerza de Dios para la salvación de todos los que creen” dice San Pablo en su carta a los Romanos (Rm 1,16).
P. Mario Candia SDB