JUNTOS JUNTOS Caminemos
“María es modelo de los jóvenes en movimiento” .
“María es modelo de los jóvenes en movimiento” .
¿SABÍAS QUÉ?
Callejiando la fe diver vocacional
Querido amigo, la alegría está en ti, en mí y en todos, gracias a la Resurrección del Señor. Un ejemplo claro de ello, es la humildad con la que María respondió al Padre, y esta realidad nos invita a vivir tres actitudes: primero, recordar que la Pascua, se vive como Iglesia universal, es decir, con todos y para todos, siendo reflejo visible de la luz del Señor; segundo, que debemos servir con amor, convencidos que nuestras palabras y obras pueden transformar vidas, salvar almas y labrar nuestra propia santificación; de modo que, dando testimonio del Evangelio -tercera actitud-, los demás perciban en cada uno de nosotros, la obra del Padre, la dulzura y obediencia del Hijo, y el amor del Espíritu Santo.
Esto nos deja ver que, como Iglesia, caminamos en los diferentes contextos que el mundo experimenta a diario, actuando como la maternidad de una madre que acoge, acompaña, auxilia y ama; todos los bautizados reconocemos en nuestra fe, la importancia de la Virgen María, Madre de la Iglesia, Mujer que demostró con su amor la grandeza del Señor, Reina del acontecimiento salvífico de la humanidad y por último, discípula y misionera del plan de Dios.
Todos estos enfoques otorgan a María un espacio celebrativo amplio en la vivencia del Misterio Pascual de Cristo, teniendo en
cuenta que fue elegida entre todas, para ser la llena de gracia. Es por esto que debemos tener la mirada fija en el Señor, para que pueda actuar y hacer obras grandes en nosotros, para que, siguiendo el testimonio de fe de nuestra Madre, comprendamos el amor que se nos ha dado.
Por esto, querido joven, tu vida debe confiarse a la voz del Señor de la misma manera como María lo hizo, es decir, debes clarificar tus pensamientos, ideales, motivaciones, de acuerdo al proyecto de vida que estás construyendo y que sigues elaborando como respuesta a Dios. No permitas que nada opaque tu alegría, tu gozo o tu corazón; trabaja como lo hizo ella, que comprendió la manifestación del Señor y con sus virtudes, demostró a la humanidad el servicio que solo se puede realizar si brota del corazón.
“Confía en Ella y verás lo que son los milagros”, decía nuestro padre Don Bosco, dejándonos como testamento espiritual, la relación de amor que tenía con María, convencido que, gracias a Jesús, había
«El Poderoso ha hecho obras grandes en mí» Lc 1, 49
Nos encontramos con el testimonio de un salesiano cejeño. Él es un auténtico paisa que ha descubierto en la vocación salesiana un camino de configuración con Cristo, el cual, refiere como un proyecto de vida eminentemente humanizante.
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Ingresó a la experiencia del aspirantado en el año 1999 por “pura curiosidad”. Luego, en el noviciado decide hacer un stop en su formación como salesiano por motivos familiares. Y seguidamente decide trabajar mientras realiza sus estudios de comunicación social. Mas, su experiencia con la comunidad marca su vida y años después lo lleva a retornar a las filas de Don Bosco, para continuar su formación y convertirse así en salesiano sacerdote.
Actualmente, presta su servicio como animador pastoral en la presencia salesiana del eje cafetero.
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Hay un sueño que en la tradición salesiana se tiene presente para dar realce al estilo maternal que es característico de la Santísima Virgen María bajo los títulos de protectora, acompañante, guía y Auxiliadora; este sueño profético de nuestro padre fundador San Juan Bosco es conocido como: “el sueño de las dos columnas”. En resumidas cuentas, presenta el anclaje de la vida del cristiano en la Eucaristía y en María Auxiliadora, pilares que siempre acompañarán el camino del cristiano hacia la santidad partiendo de su diario vivir.
Ciertamente, este sueño es profético porque día a día mantiene una voz de esperanza para todas aquellas personas que están pasando por situaciones difíciles en su cotidianidad; para todos aquellos que pareciera que la vida no tuviera soluciones, para aquellos tantos jóvenes que les es difícil encontrarle sentido a su existencia, a lo que hacen y a lo que desean ser. Este sueño para el día de hoy representa una invitación a la vida en la Esperanza, una esperanza que exige poner de nuestra parte, especialmente en la participación activa y real de los sacramentos y en la confianza maternal de la “bendita entre las mujeres” Lc 1,42, en la Virgen de los tiempos difíciles, en María Auxiliadora. Ella, como mujer y madre, acompaña
el caminar de sus hijos, especialmente de los jóvenes como tú.
Ten presente, querido amigo, que María comprende bien los afanes de tu vida, tus incertidumbres, los miedos que se te presentan ante la toma de una decisión fundamental e importante para tu proyecto personal de vida; ella acompaña tu caminar y te sostiene en la fe.
Nuestro padre Don Bosco la heredó a todos sus hijos como Madre y guía, porque él supo comprender, llegado sus años, que “Ella lo había hecho todo”; que como madre no abandona nunca a sus hijos, como cuando Jesús padecía clavado en la cruz, y ella estaba de pie junto con Él (Jn 19,25). Es Ella quien “te toma de la mano y te lleva a una casa salesiana”; Es Ella a la que “jamás se oyó decir, que alguno que le haya implorado, sin su auxilio, se haya quedado sin recibir”.
Amigo, ¿Eres consciente de las grandes maravillas que el auxilio de la Madre hace por ti en tu caminar por esta vida que es un regalo de Dios?
Por último, amigo joven, te invito a abandonarte siempre en los brazos maternales de la Auxiliadora y Madre, por medio de esta preciosa oración de la confianza, porque tal como lo pregonaba a viva voz Don Bosco: “confiad en María Auxiliadora y verás que son los milagros”.
Acuérdate, oh Madre Santa, que jamás se oyó decir, que alguno te haya implorado sin tu auxilio recibir. Por eso con fe y confianza, humilde y arrepentido, lleno de amor y esperanza, este favor yo te pido: (pedir la gracia que se desea).
Decir tres veces:
¡Oh María, sin pecado concebida, ruega a Dios por nosotros que recurrimos a ti! Amén.
El llamado de Dios siempre es inquietante, se enciende como una llama ardiente en el corazón y es difícil apagarla. En ocasiones es complejo descubrir ese querer de Dios, pero el Espíritu Santo y la presencia materna de María, ayudan a conocer hacia dónde se dirige ese fuego ardiente de amor que desea hacerse obra. Por esto quisiera contarte la historia real de un joven inquieto por el llamado de Dios en su vida.
Una tarde de domingo, en el atrio de la parroquia, un joven se quedó platicando conmigo. Me contó con alegría un nuevo proyecto sobre psicología y educación, su deseo de ser empresario y de formar una familia. Lo percibí muy convencido de su opción. Sin embargo, luego de abrirme su corazón, le dije con confianza: ¿Y qué tal si Dios te está llamando a la vocación religiosa o sacerdotal? ¿Qué tal si tu vocación es la de ser un empresario, pero en la empresa de almas de Don Bosco? Su
mirada de sorpresa, el silencio y su respuesta, me indicaron que el Señor había tocado su corazón. Seguimos platicando y concluimos nuestro encuentro, invitándole a revisar dentro de sí, a qué le llamaba el Señor, porque a veces el llamado es contrario a los propios proyectos.
Pasadas dos semanas me envía un audio: “Brian, quiero tener una familia e hijos, siempre ha sido mi sueño; pero, por otra parte, los sacerdotes, los salesianos se miran tan felices, y me digo: ¿por qué los dos me llaman la atención? Y no sé qué quiero, me da miedo y siento que Dios me está poniendo a escoger, pero como me dijiste: Dios quiere que yo elija, aunque necesito discernir”. ¿Qué le respondí? Estas breves líneas que, hoy, también son para ti:
“No te preocupes. La duda sobre el llamado de Dios genera miedo y ese miedo es signo de vocación, signo de que el Señor te llama a una misión grande. María también sintió miedo, se turbó frente a una inmensa misión, pero respondió a ese llamado. Tú ¿qué responderás? Ahora que eres consciente que hay varios caminos, es momento para discernir, escuchar, dejarte acompañar, abrir el corazón para descubrir la voluntad de Dios en ti y elegir el camino que te haga feliz y santo. Los dos, ciertamente, te llevan a la santidad, pero escogerás el que Dios te pida: como un empresario de almas (religioso o sacerdote) o como un empresario de Dios en el mundo, siendo un laico comprometido con su bautismo y con el don de una familia”.
Ahora bien, ¿Quieres un poderoso medio para descubrir, elegir y sostener tu respuesta? Céntrate en Jesús a través de MARÍA
Ella, como dijo el Papa Francisco en Evangelii Gaudium (n. 286), es “la misionera que se acerca a ti”:
• Para acompañarte en el camino de tu vida (en momentos de decisiones y de fidelidad);
• Para abrir tu corazón a la fe con su cariño materno y permitirte leer las respuestas de Dios en palabras y gestos cotidianos;
• Para ayudarte a notar, dentro de ti, a ese Jesús que te llama a ser feliz y que espera tu elección para seguir caminando junto a ti en el amor.
“Como una verdadera Madre, ella lucha contigo, camina contigo y derrama incesantemente en ti la cercanía del amor de Dios” (EG 286). Habla con ella, dile sin miedo que te ayude a comprender esa duda que hay en tu corazón; dile que te enseñe a escuchar la voz del Espíritu y tener la fuerza, como ella, de decir “sí” a la misión dada por Dios. Dile con un profundo amor: María hagámoslo juntos, descubramos juntos lo que Dios quiere para mi vida.