3 minute read

Actualidad

Avances, cultura y alimentación: El verdadero impacto en la salud

Vivimos en un país donde el avance se presenta día a día. Contamos con una enorme sociedad de consumo y esto nos posiciona en la vanguardia. Tiempo atrás no existía todo lo que hoy forma parte de nuestra rutina. Los días antes tenían 24 horas y parecían largos, hoy el día no alcanza para todo lo que tenemos que realizar y estamos comprometidos.

Advertisement

Tanta “hiperconectividad” hace que nuestra vida esté impregnada de tecnología y así nuestra cultura vaya cambiando y generando excesos constantemente. Excesos en todos los sentidos, de relaciones, de trabajo, de compromisos, de actividades, de información, de tareas, de problemas y también de comida. Si… así mismo, cada día hay mucho más por comer.

Desde que tenemos uso de razón, en nuestro país (y en todos) la comida tiene un simbolismo y está completamente arraigada a nuestra cultura. Es así como antes, por ejemplo, los domingos pertenecían a la casa de la abuela y la mesa estaba más cargada de lo normal con el fin de compartir ese día

Lic. Diego Viola, Psicólogo Clínico

tan esperado.

Hoy, en la actualidad, los domingos se convirtieron en el inicio de una semana “cargada” de comida. Los lunes del tercer tiempo, los martes de after office, los miércoles de cine, los jueves de pasta, los viernes de solteros, y el terrorífico fin de semana, sábado y domingo de todo inclusive.

Lugares de comida abiertos 24 horas solo veíamos en las grandes capitales y hoy, en un país que avanza y crece también existen y están al alcance de todos. Para poder comprender mucho más al avance y su impacto en la cultura es necesario retroceder en el tiempo, y recordar, por ejemplo, que solo eran uno o dos los sabores de empanadas (algo bien tradicional en nuestra sociedad), hoy contamos con más de 30 sabores, incluyendo a platos súper elaborados dentro de una masa con la forma peculiar de una empanada.

El avance de por sí tiene connotaciones positivas en todo lo que se pueda aplicar en la vida personal y como sociedad, pero si el avance trae consigo excesos, es allí donde la conducta humana se descompensa.

Tan solo un aspecto se menciona en este artículo respecto al lado oscuro del avance y es el vínculo con la comida. ¿Y porque la comida? Por su aporte de placer hedónico e instantáneo. Ante la vivencia agradable o desagradable, la persona al consumir algo que le apetece inmediatamente siente una enorme fuente de gratificación.

Esta es la manera en que el cerebro comienza a identificar que, ante sentimientos agradables o desagradables, ingiere algo sabroso y se tranquiliza. Desafortunadamente este estado de tranquilidad no dura más que un par de minutos, pero el cuerpo comien-

za a sufrir el impacto ante cada ingesta realizada para compensar la emoción vivida.

Es ahí donde se produce el quiebre y la persona comienza a presentar serios problemas en su salud. No solo física, también la salud mental.

Seis de cada diez paraguayos presentan sobrepeso y obesidad. Este último reporte otorgado por el Ministerio de Salud demuestra que algo no está funcionando bien. Más de la mitad no puede controlar lo que come. ¿Por qué? Porque hay demasiadas actividades con demasiada comida.

Los síntomas físicos más comunes que se presentan ante el aumento del volumen del cuerpo por el consumo excesivo de comida son, fatiga, problemas gastrointestinales, diabetes, hipertensión, etc. Por consiguiente, si vemos al ser humano como un todo y el cuerpo comienza a deteriorarse, la salud mental también.

Estos daños no son menores, porque la estima de la persona se ve alterada. Comienzan a brotar sentimientos de inseguridad, perdida de la confianza en sí mismo y aislamiento social. Además de enojo, frustración y todo tipo de malestar emocional.

Cuando estas características se identifican, la persona debe parar, hacer una pausa y tomar decisiones propias sobre cómo de nuevo recuperar el control.

Es común que inclusive al tomar las decisiones cueste controlarse porque ante los patrones culturales inmersos en la vida de cada uno, la comida hizo su parte y comenzó a devorar a su presa. Convirtiéndose en un círculo donde la persona y la comida se comen.

Siempre se recomienda para un mayor control y recuperación, hacerse cargo de los problemas que se presentan. Evitar al máximo grandes impactos en la salud física y emocional de la persona y trabajar en todo tipo de perturbación mental.

Un equipo interdisciplinar que esté conformado por médicos, nutricionistas, psicólogos e instructores de actividad física es el espacio ideal para conseguir mejores resultados y al profundizar en el tratamiento psicológico se consigue proyectar nuevamente un futuro más saludable.

This article is from: