![](https://assets.isu.pub/document-structure/201111194027-82f66f7702864ac4fed5271cf6bf1935/v1/1acf70e4f59d8d004e897c7798e1ecae.jpg?width=720&quality=85%2C50)
5 minute read
Actualidad
¿Comer pan engorda?
¿Mito o una realidad? Una porción de este alimento en el desayuno y/o en la merienda es recomendable para una dieta sana y equilibrada. La Lic. Gabriela Fretes, encargada de la Unidad de Prevención de la Obesidad del Ministerio de Salud explica que todo lo que se consume en exceso puede ser contraproducente para la salud, llevando incluso al aumento de peso.
Advertisement
La especialista en Nutrición, Lic. Gabriela Fretes refiere que el pan es un alimento rico en hidratos de carbono -como lo es el arroz, la papa y las pastas-, nutriente esencial para el organismo y constituye la base de la olla alimentaria.
Según afirma, si se consume adecuadamente, una porción en el desayuno y/o la merienda no contribuye a la suba de peso. “Lo que aumenta las calorías del pan es lo que le acompaña: mermeladas, mantecas, salsas, embutidos”, aclara.
Para llevar una alimentación saludable, es importante mantener un equilibrio e incluir alimentos de los diversos grupos de la olla alimentaria cuidando las porciones: cereales, tubérculos y derivados, frutas, verduras, lácteos, carnes magras y aceites.
¿realmente el pan es tan malo?
Lo que pudiera hacernos dudar mayormente es que a veces no se cuenta con una fuente digna de confianza en la cual se pueda fundamentar firmemente; por el contrario, lo más común es que haya lugares en los que, prácticamente, se alaben las propiedades de cierta comida y, al mismo tiempo, lugares en los que se desprestigien complemente.
No basta con la lectura de algo para “saber” si funciona o no, la práctica es necesaria igualmente.
Decimos esto porque constantemente nos topamos con que, cuando se quiere poner en práctica alguna dieta, hay una infinidad de alimentos que deben consumirse en cantidades mínimas o que deben desaparecer. Tal es el caso del tan famoso pan.
Este particular alimento aparece con mucha frecuencia en la lista de los comestibles que es mejor evitar, por múltiples razones. Veremos, entonces, cuáles son estas concepciones que se tienen del pan que lo vuelven tan “peligroso” en las dietas, y cuál es el contraste con los beneficios que nos aporta.
Evidentemente el miedo principal que surge en las personas sobre este alimento se da por los carbohidratos que contiene.
En una dieta, lo “ideal” es evitar al máximo el consumo de los carbohidratos, pues si la idea es no engordar estos se encargan de hacer exactamente lo contrario.
El almacenamiento de la glucosa generada por este cereal es el némesis que todos esperamos no enfrentar mientras estamos en una dieta, por lo que este alimento no es tan deseable.
Además, las vitaminas y minerales que nos aporta son muy limitados, cuando, lo que pretendemos, es hallar sustitutos alimenticios que contengan los nutrientes necesarios para la vida y sin embargo no subir de peso.
Es por esto que se prefiere reemplazar a cualquier costa su consumo, ya sea por galletas integrales o por una variación: el pan integral.
La diferencia entre el pan blanco común y el pan integral radica en que el segundo contiene una cantidad mucho mayor de fibra dietética, así contenga, igualmente, hidratos de carbono. Entonces, lo mejor será retirarlo de nuestra dieta si queremos bajar de peso.
Estas son algunas de las afirmaciones que pueden hacerse sobre este alimento y sus
inconvenientes referentes al consumo. No obstante, ¿Qué tan cierto o falso es todo lo que se dice? ¿De verdad sólo trae mal a nuestra nutrición? ¿Por qué no se resaltan las otras características que tiene?
Hasta cierto punto, las cosas pueden ser verdad o mentira, por lo que es mejor conocer ambas caras de la moneda.
Ahora vamos a ver cuál es el contraste con las cosas positivas que nos ofrece este “alimento prohibido”.
Es verdad que para bajar de peso lo mejor es mantenerse al margen del consumo de glucosa excesiva por parte de los alimentos; sin embargo, el enemigo número uno de la dieta no son los carbohidratos, son las grasas.
Podríamos sumarle puntos al pan, ya que
![](https://assets.isu.pub/document-structure/201111194027-82f66f7702864ac4fed5271cf6bf1935/v1/65e6c7e3e80048fad4b41718fc8637b5.jpg?width=720&quality=85%2C50)
su contenido en grasas es mínimo. No se estaría haciendo nada si se quita por un lado a los hidratos de carbono de nuestra dieta y, en cambio, no se vigila el consumo de alimentos que contengan grasas.
Al mismo tiempo, uno de los errores que se comete al abandonar los carbohidratos de la alimentación es que se está acabando con las reservas que el cuerpo tiene de éstas, por lo que, como mecanismo de defensa, las buscará en lugares donde no está sólo para suplir su ausencia y poder trabajar.
Es ahí cuando se activa la reserva de grasas, en acto de compensación, logrando justo lo que queríamos evitar.
Por otro lado, una de las mayores ventajas que tiene es que, por algunos aspectos culturales, es fácil de conseguir, ya que se encuentra en múltiples lugares, a diferencia de ciertas “comidas sugeridas” en periodo de dieta que, además de su restricción, son poco accesibles monetariamente.
Lo mejor cuando se realiza una dieta es que haya una variedad en lo que se consume y tratar de encontrar los alimentos que mayor nutrientes nos brinden, para no perdernos de los aportes a nuestra salud que puedan darnos; la idea principal es tener un balance en lugar de castigarnos.
Es decir, para muchos de nosotros el pan forma parte de nuestras comidas diarias, en cualquier momento del día. Si lo retiráramos de nuestra dieta probablemente no seríamos capaces de mantenerla y tendríamos que lidiar todos los días con el sentimiento de culpabilidad de no estar “haciendo las cosas bien”. Basta con tener consciencia respecto a lo que se consume y evitar al máximo los excesos, en todo.
Como último factor a resaltar, el metabolismo en todas las personas NO es el mismo. Una de las posibles causas de la adversidad de ideas referentes al pan es que puede ser que a algunos, definitivamente, les haya hecho engordar más de lo esperado; para otros, puede ser que haya tenido el efecto contrario.
Recordemos igualmente que cuando buscamos bajar de peso no buscamos maltratar a nuestro cuerpo, haciendo a un lado aquello que nos gusta, sino ser lo más saludable posible.