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Actualidad
Crisis de angustia: Ataques de pánico
Los ataques de pánico o crisis de ansiedad están dentro de los trastornos de ansiedad. Cuando estos ataques se repiten, podríamos hablar de “Trastorno de Pánico o Crisis de Angustia”. Se estima que al menos un 25 al 30 % de la población en general sufre de trastornos de ansiedad. Este tema lo desarrollamos con la especialista en Psicología Clínica, Lic. Olga B. González.
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Todo comenzó hace como 5 años. Estaba manejando a casa en medio de un tráfico terrible. De repente empiezo de la nada a sentirme raro, una sensación muy molesta que fue subiendo de intensidad en breves minutos. Sentí mi corazón latir muy a prisa, un hormigueo en mis pies. Todo parecía irreal, como si estuviera en una película tridemensional. Creí que iba a volverme loco o que sufriría ahí mismo un infarto. Esto hizo que me desespere más y sentí mareos. Paré a un lado de la calle y llamé a mi esposa quien me llevó a un centro de urgencia. Me hicieron todos los estudios (hasta ahora los hago) pero no me salía nada alterado. Entonces me angustié aun más. No sabía qué hacer y cada vez vivía con más miedo a que aparezcan los síntomas evitando manejar largas colas y hasta incluso beber café o estresarme. Esto es muy difícil. ¿Qué hago?”
Este es solo uno de los muchos casos de crisis de angustia (ataques de pánico) del que algunas personas sufren frecuentemente. “La persona sufre intensamente el temor de perder la razón, hacer el ridículo o incluso sufrir un infarto y morir”, expone Olga B. González, Psicóloga Clínica.
Los ataques de pánico o crisis de ansiedad están dentro de los trastornos de ansiedad (reacciones a nivel cognitivo, fisiológico y motor muy intensas, frecuentes o desacordes a la situación, que experimenta una persona, provocándole malestar y afectando a las diferentes áreas de su vida cotidiana). Cuando estos ataques se repiten, podríamos hablar de “Trastorno de Pánico o Crisis de Angustia”. Se estima que al menos un 25 al 30 % de la población en general sufre de trastornos de ansiedad.
“Si bien los análisis pertinentes descartan la presencia de alguna enfermedad física, los síntomas experimentados por la persona son tan reales que por el temor de que vuelva a ocurrir otro episodio se evita cualquier situación semejante a la sufrida, lugares, estresores e incluso pensamientos que tengan que ver con la aparición de un ataque”, señaló la especialista.
¿es la ansiedad peligrosa?
Cierto grado de ansiedad es normal y totalmente necesaria en el ser humano ya que cumple una función adaptativa, “sin embargo cuando esta ansiedad es elevada y persistente y causa dificultades en la vida diaria estamos hablando de una ansiedad patológica”, explicó la Lic. González.
Apuntó que los ataques de pánico constituyen un fuerte estallido de ansiedad, con sensaciones de carácter marcadamente físico, de comienzo repentino, que pronto llegan al máximo y que duran alrededor de 10 a 20 minutos. “Cuanto mayor es el número de latidos, mayor es la duración del ataque y el número de síntomas físicos descritos por el paciente (sensación de ahogo, mareos, escalofríos, etc.). A nivel psicológico, el temor a morir o el miedo a enloquecer o a perder el dominio de sí mismo son los síntomas más significativos”, refirió.
Según el DSM-5 (Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales de la Asociación Americana de Psiquiatría) un ataque de pánico es la aparición súbita de miedo intenso o de malestar intenso que alcanza su máxima expresión en minutos y durante este tiempo se producen cuatro (o más) de los síntomas siguientes: 1. Palpitaciones, golpeteo del corazón o aceleración de la frecuencia cardíaca. 2.Sudoración. 3.Temblor o sacudidas. 4.Sensación de dificultad para respirar o de asfixia. 5.Sensación de ahogo. 6.Dolor o molestias en el tórax. 7. Náuseas o malestar abdominal. 8.Sensación de mareo, inestabilidad, aturdimiento o desmayo. 9.Escalofríos o sensación de calor. 10. Parestesias (sensación de entumecimiento o de hormigueos). 11. Desrealización (sensación de irrealidad) o despersonalización (separarse de uno mismo). 12. Miedo a perder el control o de “volverse loco”. 13. Miedo a morir
causas
Si bien la persona siente la necesidad de identificar cuándo se originó su trastorno es importante recalcar que las causas que la originaron no son las que las mantienen, siendo la evitación de situaciones y los pensamientos distorsionados y catastróficos los que instalan los síntomas por efecto de una percepción de “amenaza y riesgo” hacia alguna situación . “Al intentar protegerse la persona de otra crisis ocurre lo que se llama ‘miedo al miedo’ y evita exponerse a situaciones y se vuelven hipervigilantes a sus sensaciones físicas como taquicardia, sudoración, mareos, hormigueos, ante el menor cambio en sus sensaciones se activa casi ‘automáticamente’ produciendo una cadena de respuestas fisiológicas profundamente displacenteras”, indicó nuestra interlocutora.
Añadió que algunas personas son más propensas que otras a sufrir ataques de pánico. “Las personas nerviosas, o aquellas que presentan gran preocupación por la salud y tienen miedo a enfermar, presentan más probabilidades de sufrir una crisis de pánico. Las crisis de angustia son, también, más frecuentes en mujeres que en hombres”.
Lic. Olga B. González, Psicóloga Clínica. Diplomado en terapias basadas en evidencia científica. Nivel inicial TREC (terapia racional emotiva conductual) por el Albert Ellis (EEUU).
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¿existe un tratamiento para los ataques de pánico?
Efectivamente este trastorno de ansiedad tiene un tratamiento muy efectivo a través de la intervención terapéutica cognitiva conductual que ha demostrado evidencia científica muy alta (del 50 al 90 %) por lo que padecer de éstos síntomas tan desagradables es innecesario. “Muchas veces las personas por desconocimiento no buscan ayuda psicológica enfocándose en la medicación y en la evitación de situaciones consideradas de riesgo, lo que de por si contribuye a agudizar más éste estado corriendo el riesgo de desarrollar Agorafobia (aparición de ansiedad al encontrarse en lugares o situaciones donde escapar puede resultar difícil o embarazoso) o donde, en el caso de aparecer una crisis de angustia inesperada o más o menos relacionada con una situación puede no disponerse de ayuda”, señaló la especialista. Los temores agorafóbicos suelen estar relacionados con un conjunto de situaciones características, entre las que se incluyen estar solo fuera de casa; mezclarse con la gente o hacer cola; pasar por un puente, o viajar en autobús, tren o automóvil.) Sin embargo, un tratamiento oportuno al trastorno de pánico puede frecuentemente detener el progreso hacia la agorafobia.
El tratamiento se basa en tres pilares fundamentales: la psicoeducación, la exposición (enfrentar lo temido) y las técnicas de respiración y relajación.
“Si se encuentra en una situación en que reconozca estos síntomas no dude en buscar ayuda, la psicología ha dado pasos gigantes en el tratamiento de estos trastornos, y la terapia cognitiva conductual puede hacer la diferencia entre una vida saludable y equilibrada y el convivir con el miedo y la angustia”, destacó.