Cultiva con Jorge Cerva ntes
Soft Secrets
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Combatiendo el calor Soluciones para el estrés por calor o agua El estrés por calor y agua, así como las plagas, pueden ralentizar muchísimo el proceso de cultivo durante la estación calurosa. Todos los años, incluso a los mejores cultivadores se les olvidan los largos y calurosos días del verano. Los síntomas de estrés por el calor suelen ser muy sutiles y los cultivadores menos experimentados no se dan cuenta de los daños causados hasta que es demasiado tarde. Conocer lo que sucede en el interior de las plantas puede ser de gran ayuda para resolver problemas relacionados con el calor, antes de que empiecen a ralentizar el crecimiento de la plantación. Combinando esta información con ciertos conocimientos sobre microclimas, es posible mantener los cultivos –tanto de exterior como de interior- unos cuantos grados más frescos. En muchos casos, bastan unos pocos grados menos para incrementar considerablemente la cosecha. El tiempo caluroso cambia los procesos en el interior de las plantas. Cuando la temperatura exterior es de 20 º, la interior es unos cinco grados más cálida. Dentro de las hojas, puede ascender hasta diez grados más que en la superficie de éstas. Cuando sube la temperatura, las plantas emplean mucha más agua para mantenerse frescas. El incremento en el consumo de agua genera estrés en todos los sistemas de la planta. Cuando este estrés no se detecta, el ritmo de crecimiento desciende notablemente, haciendo a las plantas más vulnerables a las enfermedades y al ataque de las plagas. La planta de cannabis extrae el agua por medio de las raíces para conducirla hasta las hojas. El agua sirve para refrescar los tejidos de la planta y para llevar sustancias por el interior. Unos finos poros en la parte baja de las hojas, llamados estomas, se abren y cierran para regular el flujo de humedad que se libera en forma de vapor de agua. Esta transpiración de agua mantiene fresca a la planta y es muy similar al modo en que los humanos nos refrescamos al sudar. Las plantas utilizan la misma cantidad de fertilizantes que antes del verano, pero emplean mucha más agua. A menudo se duplica el consumo de agua si se está cultivando en contenedores en exterior o en una habitación interior calurosa. Este cambio en el consumo de agua puede causar graves problemas de crecimiento tanto en exterior como en interior. Si a esto se le añade un poco de viento, el consumo de agua a través de la transpiración crece rápidamente. Las plantaciones en terrazas de tejados y patios son las más vulnerables a la pérdida de humedad causada por el viento. Muchas veces los cultivadores de interior aumentan la circulación de aire y la ventilación para ayudar a refrescar las plantas durante los días de más calor, obligándolas también a un mayor consumo de agua.
También el aire retiene más humedad cuando la temperatura sube, lo que hace que la humedad relativa disminuya. Una menor humedad relativa también hace que las plantas transpiren más y utilicen más agua. Los contenedores y medios de cultivo también tienden a estar más calientes durante el verano. Los procesos químicos se producen con más rapidez en los medios de cultivo cálidos, y se utiliza más agua. Cuando la temperatura del suelo sube hasta los 25-30º, el ritmo de crecimiento baja rápidamente. Tanto en exterior como en interior bajo lámparas de alta presión, la temperatura de los contenedores alcanzan fácilmente los 30º. Un contenedor en un patio caluroso puede llegar a más de 40º en menos de una hora a pleno sol. Estas temperaturas tan altas literalmente cuecen las raíces, y una vez cocidas, no pueden absorber el agua y los nutrientes, ni siquiera aunque haya agua disponible en el medio de cultivo. Las raíces muertas se pudren inmediatamente, atrayendo a plagas y enfermedades. Cuando están cocidas, las raíces tardan varias semanas en volver a crecer, suponiendo que las condiciones sean perfectas. Cuando se incrementa el consumo de agua, el de fertilizante permanece más o menos igual. En este momento, es importante reducir la concentración del fertilizante, para evitar que se formen sales nutrientes en el sustrato. Si esto ocurre, la capacidad de las raíces para obtener agua a través de ósmosis se reduce. De hecho, esta capacidad decrece proporcionalmente a la aparición de sales tóxicas. Cuanto más sobre-fertilizado esté el suelo o medio hidropónico, menos agua podrá extraer la planta. Para evitar esta aparición de sales, hay que diluir la concentración del fertilizante según las especificaciones del fabricante. También se debe permitir que salga del contenedor un mínimo de un 20% de agua en cada riego. Es mucha agua, pero aplicándola a obtener un drenaje adecuado se evitan muchos problemas posteriores. Echando un vistazo a los problemas arriba descritos, se constata que la escasez de agua en la planta puede deberse a varias causas a la vez. Cuando se juntan todas, tienen un efecto sinérgico y retrasan el crecimiento de la planta. ¿Cuáles son los síntomas del estrés por calor? Sí, que las plantas se marchitan, en efecto. Pero al mismo tiempo se producen daños ocultos. Primero aparecen diferencias sutiles. El primer síntoma (movimiento limitado de fluidos por culpa del estrés de agua), ocurre en el interior de la planta y no puede observarse. El primer signo visible de deshidratación se manifiesta porque los bordes de las hojas se vuelven ligeramente hacia arriba. Lo hacen para disipar más deprisa la
Este cultivador ha puesto una valla de bambú alrededor de su cultivo. Sirve para bloquear el viento y la vista de los vecinos. La valla de bambú deja pasar el suficiente aire para que circule, al tiempo que evita la mayor parte del viento.
Un techo de plástico tapa una buena cantidad del sol de mediodía, lo que mantiene a las plantas más frescas en la terraza. El cultivador ha dejado un espacio bajo el techado para permitir la circulación del aire, lo que también ha contribuido a mantener fresco el cultivo.
Plantar a la sombra ayuda a que las plantas se mantengan frescas durante el periodo estival. Aunque esta planta ha recibido menos luz y por lo tanto ha resultado más pequeña, produjo sus buenos porros.
Cuando las plantas son lo suficientemente grandes, su follaje sombrea los contenedores, protegiéndolos de la cálida luz del sol, que cocería las raíces y paralizaría el crecimiento.
humedad. Cuando las hojas no tienen la suficiente humedad para transpirar, los bordes se curvan hacia arriba en un intento de obtener la máxima cantidad de agua posible. En cualquier caso, también un exceso de potasio puede causar este efecto. La toxicidad del potasio es difícil de diagnosticar, ya que normalmente está mezclado con los síntomas de deficiencia de otros nutrientes. Demasiado potasio disminuye la absorción de magnesio, manganeso y a veces zinc y hierro. El déficit de estas sustancias debe advertir de una aparición de potasio tóxico. Estos síntomas suelen aparecer después de que las plantas hayan sufrido de estrés por falta de agua.
Puede que el suelo esté mojado y aún no pueda proporcionar agua suficiente a las raíces. Esto suele causarlo el desarrollo de sales en el medio de cultivo, lo que impide que las raíces absorban agua y nutrientes. Las sales de sodio son las peores. Cuando hay en el agua solo 50 PPM partes por millón, las raíces no pueden absorber más que una pequeña parte de agua y nutrientes. La primera señal son hojas con motitas. Las plantas se marchitan según avanza el proceso. La mejor manera de evitar esto es utilizar un medio de cultivo de drenaje rápido y mantenerlo plenamente
Un container en un patio caluroso puede llegar a más de 40º en menos de una hora a pleno sol. Estas temperaturas tan altas literalmente cuecen las raíces.