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ENTREVISTA
RELATOS DE UN CULTIVADOR DE CANNABIS
Feije Wieringa
EL ORO VERDE El señor Silver Haze (¡un seudónimo, evidentemente!) ha escrito lo que, hasta donde yo sé, es el primer libro honesto sobre la realidad del tráfico ilegal en los coffeeshops. El libro no es tan triste como pretende hacernos creer el título, pues está plagado de divertidas anécdotas. Pero también resalta el hecho de que el camino del cultivador no siempre es un lecho de rosas. Existen distintas publicaciones sobre el cultivo pero esta, realmente no tiene nada que ver con el cultivo en si. Al contrario, explica lo que sucede cuando alguien se decide a cultivar no solo cinco pequeñas plantas para el consumo propio, sino todo un vivero. El libro de Silver Haze es imprescindible tanto para que los cultivadores puedan aprender mucho, como para que los consumidores descubran que comprar unos gramos de cannabis en los coffeeshops, de forma completamente legal, es algo que no deberían dar por sentado (aún...). Soft Secrets entrevistó al autor, quien ya abandonó la industria, pero que aún, evidentemente tiene buenas razones para ocultar su identidad. Todavía está pagando su deuda con la ley por una
tencia que podríamos resumir en “No actúes sin pensar antes”. ¿Cómo empezaste? Bien, aunque lo explico todo en el libro, esto es lo que sucedió. Estamos hablando de los años noventa del siglo pasado, cuando un florín era aún un florín. Estaba en el negoció de la carne, suministrando el producto a restaurantes. Tenía un montón de clientes chinos. No era una actividad mala pero sabía que no podría conseguir la luna. Los márgenes eran pequeños y había un extra que tenía que añadirse: trabajaba muy duro, a menudo 10 horas diarias. Puesto que mis clientes cada vez pagaban menos y más tarde tenían que abonar la diferencia, evidentemente no me pagaban los intereses. Cuando un cliente importante entró en bancarrota, supe que mi vida solo iría a peor.
growshop es legal; podrías haberlo comprado todo de forma separada en cualquier tienda de jardinería. Pero cuando hago algo, lo hago bien. Así es como me decidí a empezar a cultivar a gran escala en lugar de en un ático cualquiera. ¿Y las cosas funcionaron bien desde un principio? Desde un punto de vista técnico, las cosas funcionaron increíblemente bien, porque organizamos (encontré un socio) nuestro negocio correctamente desde el inicio. Esto significa que teníamos el espacio adecuado, un equipamiento
después, siempre te aparecen extrañas sorpresas. Si la primera cosecha no hubiera sido un éxito, probablemente no hubiera continuado. Pero tenía un buen amigo con un espacio ideal para trabajar, electricidad abundante, toma de aire perfecta y todo gestionado por ordenador. Era mucho más fácil de lo que nos habíamos imaginado. Y ¿no teníais escrúpulos morales? Ninguno. No me considero un criminal en el sentido literal. No hago daño a nadie; pagaba por la electricidad y por todo el equipamiento y no molestaba a nadie.
¿Fue en este momento cuando empezaste a pensar en el cannabis? Podría decir que pasó más o menos por casualidad. Una mañana, estaba repartiendo carne para un cliente que iba
Alguien tiene que producir este cannabis, porque no aparece en el aire, aunque algunas personas actúen como si así fuera. sentencia anterior y no le gustaría que la policía investigara estas confesiones. En cualquier caso, la verdad es mucho menos romántica de lo que a menudo imaginamos y, como bien se dice, “es duro ganarse la vida”, ¡incluso para un productor excelente! Soft Secrets: Empecemos con una pregunta tópica: ¿por qué este libro? Silver Haze: Existen varias razones. En realidad, todo empezó bajo los efectos de un porro y de una bebida, empecé a explicar a un grupo de conocidos las situaciones absurdas y a veces tristes, con las que uno se encuentra si se trabaja en este sector. Evidentemente, mis historias no eran algo que escucharan cada día y un oyente me indicó que debía plasmarlas en papel. Este comentario quedó en el aire durante un rato, pero como no soy escritor, pronto me olvidé de él. Más tarde empecé a pensar “¿Por qué no? Tengo buenas historias que contar y nunca antes se ha explicado mi punto de vista. Así que me senté delante del ordenador y empecé escribirlo todo. Y cuanto más escribía, más y más convencido estaba de que mi historia tenía un valor educativo real. Asimismo, aunque no soy un moralista, quería añadir una especie de adver-
tarde. No soporto merodear sin hacer nada, así que fui a dar un paseo. Mis ojos quedaron atrapados ante un aparador luminoso con la palabra “Growshop” escrita sobre la puerta. Sentí curiosidad y me pregunté qué tipo de tienda podía ser. Evidentemente, siempre he sabido lo que es el cannabis, pero desconocía totalmente todo el mundo que se esconde detrás. Así que entré en la tienda, sin ser consciente de donde me metía, y empecé a hablar con un chico realmente simpático. Estaba fumando un porro y me lo explicó todo. También me entregó muchos folletos informativos que empecé a leer esa misma noche. Así que ¿decidiste entrar en este nuevo campo y empezar a cultivar a gran escala inmediatamente? Sí, de hecho fue así. No soy un idealista del cannabis. Es decir, puedes comprarlo, fumarlo, tenerlo. Para mí es un hecho. Lo consideré un negoció, no había razón alguna para esconderme detrás de un máscara. Sabía por supuesto, que la mayoría de productores a pequeña escala no estarían de acuerdo con mi punto de vista, pero vamos a ser claros: muy pocos cultivadores a pequeña escala son proveedores de grandes coffeeshops. Además, todo lo que se vende en un
electrónico excelente, una atmósfera perfecta y al final del ciclo, una sorprendente hierba y una enorme cosecha. Por otro lado, al principio siempre aparecen problemas inesperados. Puedes encontrar toda la información sobre cultivo que necesitas muy fácilmente pero
Esto es lo que pensé: puedes encontrar coffeeshops que venden cannabis en cualquier esquina. Y puedes encontrar los productos que necesitas para cultivarlo en cualquier growshop. Aunque estoy casi seguro de que los growshops preferirían llamarse tiendas de jardinería.