DOSSIER AUTOCULTIVO Y LEY SEGURIDAD CIUDADANA
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Ocultación de cultivos La necesidad de ocultar las plantas de cannabis de la vista de extraños no es nueva. Las distintas leyes prohibicionistas llevan décadas condenando a los cultivadores a dedicar muchos esfuerzos a esconder su afición si no quieren tener problemas. Un cultivo oculto es un cultivo seguro. José T. Gállego
Las mallas de ocultación o antivistas son baratas, fáciles de instalar y muy efectivas.
Ley Mordaza es un claro atentado contra las libertades de los ciudadanos y parece más encaminada a evitar protestas y manifestaciones contra el gobierno que a proteger la seguridad de la ciudadanía. Sin embargo, entre la colección de desatinos que componen la ley se encuentran cinco palabras muy interesantes que no figuraban en el anteproyecto y que se han añadido al artículo 36.18. Este artículo determina como falta grave “la ejecución de actos de plantación y cultivo ilícitos de drogas tóxicas, estupefacientes o sustancias psicotrópicas en lugares visibles al público, cuando no sean constitutivos de infracción penal”. Las cinco palabras nuevas son “en lugares visibles al público”. Según algunos abogados estas cinco palabras están encaminadas a impedir que la gente tenga unas plantas en el balcón mientras que otros juristas opinan que despenalizan el cultivo para autoconsumo siempre que esté oculto a ojos del público. Con la nueva ley, la ocultación de las plantas se ha convertido en una necesidad de primer orden para sentirse seguro como autocultivador. El cultivo destinado al tráfico sigue siendo un delito pero el autocultivo “oculto” se puede considerar, si no legal, al menos no sancionable. Es decir, si las plantas están ocultas y te las pillan, no te multarían. Claro que habrá que ver cómo lo interpretan los jueces...
Principios y técnicas de camuflaje
La nueva ley penaliza el cultivo en lugares visibles al público, basta un rollo de brezo para ocultar los cogollos a la vista de curiosos.
En los últimos años, algunos jueces ya interpretaban la ley como que sólo era delito el cultivo de cannabis con destino al tráfico, mientras que entendían el cultivo para el autoconsumo como la única forma legal de procurarse cannabis. Si el consumo es legal pero el tráfico no, cultivar cannabis es la única forma de obtenerlo sin tener que comprarlo. En numerosas ocasiones los jueces no han considerado delito un cultivo destinado al consumo propio del cultivador, siempre que se lleve a cabo en un lugar privado y sin provocar escándalo público o poner en riesgo la seguridad pública. En otras palabras, se puede cultivar para el autoconsumo siempre que se haga sin llamar la atención y sin que nadie vea las plantas. ¡Ojo!, que la ley no dice eso. Lo han interpretado así algunos jueces, pero no todos. Además incluso cuando no se ha considerado delito, a veces sí se ha condenado por una falta administrativa por lo que el cultivador no sólo perdía las plantas que le habían sido incautadas por la policía sino que, además, acababa siendo multado.
Nueva Ley Orgánica
La Ley Orgánica 4/2015 de protección de la seguridad ciudadana entró en vigor el pasado 1 de julio. Aprobada por el Partido Popular, la llamada
Resumimos en cuatro los principios básicos para ocultar un cultivo: 1. Esconder las plantas, colocándolas siempre en los lugares más alejados de la visión del público y donde menos tráfico de personas haya. 2. Tapar la visión con setos, mallas de ocultación, mallas de sombra, etc. La idea es bloquear la linea de visión entre la calle y las plantas. 3. Confundir con el medio. Plantar otras especies junto al cannabis. Una mezcla de plantas diversas ayuda a camuflar la marihuana. 4. Alterar los contornos. La silueta de una planta de marihuana es muy reconocible. Por medio de la poda o el atado de las ramas se puede cambiar el aspecto externo para que sea menos reconocible desde lejos.
Cultivo de interior
La forma más clara de ocultar las plantas al público es, sin duda, cultivar en interior. Un armario de cultivo con una lámpara y un filtro antiolor permite autoabastecerse de cannabis sin que nadie pueda ver, ni oler, las plantas. Es importante no limitarse sólo a impedir que se vean las plantas, sino también que se huelan. Nunca se sabe si un juez podría interpretar que el olor es suficiente indicio de que alguien está cultivando como para considerar que el cultivo es “visible al público”, además la preocupación del cultivador no acaba en las fuerzas de seguridad, los ladrones de plantas también andan al acecho y cuantos menos indicios del cultivo haya, mucho mejor.
Bloquea la visión de las plantas
Las mallas de ocultación, así como los rollos de brezo o cañizo resultan muy apropiados para crear una barrera visual que rodee la zona de cultivo, sea un balcón, una azotea, un huerto o un jardín, e impida que los vecinos o los viandantes puedan ver las plantas. Cuanto más cerca esté el cultivo de la gente, por ejemplo, si la malla está al nivel de la calle y los viandantes pueden acercarse a ella, más opaca debe ser. En algunos casos puede ser necesario combinar dos mallas para asegurarse de que no se vea absoluta-