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Un max de terpenos para un max de calidad

última etapa, la mayoría de la biosíntesis activa ha parado y más cantidad de THC se ha convertido en CBN, y menos cantidad de THC se ha producido por el CBD.

Factores que influencian la producción de THC

Muchos factores influyen en la producción de THC. Generalmente, cuanto más vieja es la planta, mayor es el potencial para producir THC. La planta debe mantenerse saludable y vigorosa. La producción de THC, depende básicamente de la cantidad y calidad de luz suministrada. Ninguno de los procesos de biosíntesis opera adecuadamente cuando las condiciones de luz son débiles e impiden un adecuado proceso de fotosíntesis. Algunos estudios indican que se produce el doble de THC bajo un fotoperíodo luminoso de 12 horas diarias que bajo un periodo de 10 horas. También es conocido que las temperaturas cálidas promueven la actividad metabólica y la producción de THC. El calor promueve la secreción de resinas, posiblemente en respuesta a la posible disecación de las flores por el sol. Las cabezas resinosas pueden servir para disrumpir los rayos solares y solo alguno de estos rayos llegan a la superficie de las hojas elevando la temperatura. Sin embargo, tenemos que recordar que la luz y el calor también destruyen al preciado THC. En una variedad de gran potencia, la consistencia de producción biosintética debe ser siempre sustancialmente superior al volumen de THC que se descompone.

La humedad, es otro factor que debemos interpretar adecuadamente. Muchas variedades de Cannabis crecen en climas áridos producen altas concentraciones de THC, por lo que podría interpretarse que este clima árido es favorable para la producción de resinas. Sin embargo, otras variedades, florecen en lugares con mayor humedad produciendo grandes cantidades de resina. La planta de Cannabis no produce más THC en suelos áridos, pero si en condiciones atmosféricas áridas. Lo que significa que no regar lo suficiente en la etapa final de floración, no estimula en absoluto la producción de THC, en cambio, una atmósfera seca lo consigue. Las flores necesitan agua y nutrientes para poder seguir operando sus mecanismos biosintéticos.

Realmente no hay un método confirmado para forzar la producción de THC. Muchas técnicas han sido empleadas, casi siempre malinterpretadas y negativas, desde hace mucho tiempo. Cortar el flujo de agua y nutrientes en la base del tallo, clavar púas, piedras o clavos, etc.… ninguna de estas técnicas, aumentan el nivel de THC como se piensa de manera equivocada.

En general, para producir buenos niveles de THC, lo más importante es crecer una planta los más sana y bajo las condiciones de medio ambiente ideales. El genotipo de la planta, resultado de la selección de la semilla, es el factor primario para determinar el nivel de THC. Semillas de padres con gran potencia, producirán seguramente descendientes con gran potencia. Proporcionar los nutrientes orgánicos necesarios a la planta, así como las mejores condiciones de irrigación, una potencia y espectro luminoso ideal, junto a un suministro extra de CO2, aire fresco y renovado, un espacio de crecimiento adecuado, temperaturas de 24º durante el día, 17º grados por la noche y algunos otros factores ideales de medio ambiente, es lo mejor que podemos hacer por nuestras plantas, y además aumentaremos las posibilidades al máximo para producir altos niveles de THC.

La floración de una planta o rama del Cannabis puede ser inducida en cualquier momento. Esto no influye en absoluto la producción de THC. Cuanto mayor sea la cantidad de horas de luz diarias que recibe una planta durante su florecimiento, mayor será el porcentaje de producción de THC. Si pudiéramos florecer una planta con un ciclo de 13 horas de luz y 11 de oscuridad, aunque tarden un poco más en madurar, la recompensa será mucho mayor.

El THC durante el cosechado, secado y almacenamiento

Cada cultivador tiene sus propios métodos, técnicas y secretos para preservar la buena apariencia, sabor y psicoactividad de sus flores. Si bien existen conceptos generales, la mayoría de los cogollos se arruinan a menudo por falta de escrúpulos y unas manos descuidadas más que por causas naturales. La mejor hora para cosechar, siempre temprano en la mañana, aprovechando la acumulación de THC a partir de CBD durante toda la noche, con una mínima degradación por efecto de la luz solar y el calor para la transformación en parte del THC en CBN. Los cúmulos florales se pueden cosechar individualmente o la planta completa. En ocasiones, algunos cogollos maduran más rápido que otros, sobre todos en variedades sud asiáticas como Tailandesas, Laosianas o Camboyanas y en híbridas, es normal cosechar primero los cogollos más maduros, cercanos a las luces. De esta manera, se dejan los cogollos inmaduros y pueden beneficiarse de la apertura a la luz y la concentración energética de la planta para terminar de madurarlos. En las variedades que poseen una maduración pareja, se corta la planta entera desde el tallo. También se puede dejar algo de vegetación y ponerla a rejuvenecer.

Para el secado se pueden utilizar deshumidificadores para reducir la humedad del ambiente y acelerar el proceso de secado. Es importante entender que la marihuana debe secarse de manera pareja y natural y no a la presurosa. Forzar el secado con calor directo y ventiladores degrada el THC en CBN y es lo último que queremos. La luz degrada la marihuana, siempre es apropiado secar las plantas a oscuras o con una luz tenue que se filtre por una cortina. Generalmente, el peso de un cogollo seco se reduce a un valor entre un 15% y un 30% del peso original recién cosechado. Los cogollos no deben secarse hasta el extremo de quedarse sin nada de humedad en su interior. Es necesario que conserve entre un 8% a un 12% de humedad, para que guarde la frescura, aroma y sabor. Si lo secamos demasiado, se desintegrará entre los dedos y perderá sabor, aroma, frescura y potencia. Si en cambio retiene mucha humedad, a la hora de quemarse, se apagará y el THC en forma ácida no se descarboxidará convirtiéndose en psicoactivo. Hay que recordar que, por acción del calor directo, el THC pasa de su estado inactivo a psicoactivo por medio del proceso de descarboxilación de forma inmediata. Un cogollo que no se quema o enciende, no cumple este proceso químico y, por ende, no tiene ningún efecto psicoactivo.

Para aquellos que intentan secar un cogollo de forma rapidita, debemos recordar que la técnica de 30 segundos en el microondas con potencia baja funciona, pero parte del THC se degra- da o pierde en este proceso de secado forzado, y no calificar nunca el grado de la marihuana de acuerdo con esta prueba, producto de la impaciencia y el descalabro psicosomático emocional del cultivador.

El curado lleva el proceso de secado a otro nivel, para producir marihuana con buen sabor y la mayor psicoactividad posible. Un cogollo no está muerto después de cosechado, ciertos procesos metabólicos siguen ocurriendo durante cierto tiempo.

Durante este período, ácidos cannabinoideos se descarboxilan en cannabinoides psicoactivos y algunos terpenos se isomerizan creando nuevos politerpenos con aromas y sabores diferentes a aquellos que encontrábamos en las flores frescas. Se piensa que la biosíntesis de cannabinoides puede continuar por un periodo corto de tiempo aún estando la planta cosechada. Por lo tanto, cuanto más sellado y menor sea la exposición del Cannabis envasado, al aire, menor es la degradación del THC en CBN. De esta manera, cuanto más sellado y mejor envasado está, mayor es el número de días, meses y años que puede mantenerse sin degradar el THC en CBN y otras sustancias no psicoactivas. En conclusión, el calor, la luz y la exposición al aire, son los peores enemigos de la marihuana cosechada. Los mismos que degradan la marihuana transformando al THC en CBN y otros componentes.

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