editorial
Por: p. WILSON ZULoAGA N., ssp l wilsonzuloaga@sanpablo.com.co
Desconocer las escrituras es desconocer a Jesucristo
S
an Jerónimo, patrono de los biblistas, cuya memoria celebramos el 30 de septiembre, manifestó que: “Desconocer las Sagradas Escrituras es desconocer a Jesucristo”. En septiembre, mes de la Biblia, debemos concientizarnos de ello.
Pero, más allá de hacer una simple y sencilla lectura de las Escrituras, como debe hacerlo todo fiel católico, debemos hacer presente que el conocimiento de las Escrituras debe ser vivencial. No se trata solamente de leer la Biblia como un texto cualquiera, como si estuviéramos consultando algún aspecto académico, o por cultura general, no. Se trata de hacer una experiencia de vida a la luz de la Palabra de Dios. Una Palabra que se actualiza día tras día y que debe ser el eje central sobre el cual gira nuestra vida. Conocer las Escrituras, implica, en el sentido estricto de la palabra, “conocer” su significado bíblico, “dejarnos imbuir por ella, entrar en intimidad con la Palabra de Dios”, que la Palabra nos posea y dejarnos llevar de su mano para poder contemplar las maravillas de Dios en la creación, en nuestro entorno, en nuestras propias vidas. Sólo quien ha tenido una verdadera experiencia de Dios puede contemplar la majestuosidad de su acción, gozar con seguridad de las grandezas de su misericordia, manifestar libremente el testimonio de su inmenso amor y comprender, a la luz de la fe, que Dios, a través de su Palabra, todo lo renueva, todo lo hace bien. Sólo quien “conoce” las Escrituras, puede decir con certeza que ha logrado entrar en intimidad con Dios, porque su vida
se convierte en una auténtica manifestación de la presencia de Cristo en medio de la humanidad, su vida se hace sacramento para los demás. A eso se refería san Jerónimo cuando afirmaba con certeza la necesidad de “conocer” las Escrituras para poder conocer a Jesucristo. Cuántas veces necesitamos un consejo, una palabra amiga, una voz de aliento, alguien que nos ayude a salir de alguna situación que nos genera angustia y preocupación, y entonces buscamos la ayuda de los amigos, los familiares, los psicólogos, los profesionales en las diversas ramas según nuestra necesidad, y aunque esto no está mal, puesto que Dios también actúa en medio de la comunidad y nos habla a través de nuestros hermanos, podríamos en muchas ocasiones evitar tantos conflictos personales dirigiéndonos directamente a su Palabra escrita, allí donde está impresa toda la sabiduría de Dios, aquella voz que más que ser un texto muerto, se transforma para nosotros siempre en un libro abierto a la vida para encontrar la respuesta a muchos de nuestros interrogantes. Y Dios siempre nos va a hablar desde allí. Basta que nos arrojemos y nos abandonemos en sus brazos, basta que nos dejemos inquietar por Él, basta con saber que nuestra fe nos dará los lineamientos necesarios para comprender las Escrituras y entender todo aquello que Dios nos quiere comunicar. La Palabra de Dios está siempre abierta para ser nuestro libro de la vida, donde encontraremos nuestras vivencias, nuestras experiencias, nuestras angustias y también nuestras alegrías y éxitos; todo está allí impreso, con sus hojas abiertas dispuestas a recibirnos y decirnos: “Ánimo, Yo soy, no tengas miedo”.
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Desbloqueado proceso de monseñor Romero
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l papa Francisco desbloqueó el proceso de beatificación del asesinado arzobispo de San Salvador Óscar Arnulfo Romero, conocido como “Monseñor Romero”, que estaba estancado desde hacía años.
La autorización dada por el papa Francisco es una señal fuerte para todo un sector del clero latinoamericano que, sin estar comprometido con las posiciones más radicales de la Teología de la Liberación, ha actuado en favor de los más pobres, a veces corriendo grandes riesgos. Los expedientes apoyados por comunidades locales que conciernen a otros sacerdotes u obispos del continente latinoamericano –sobre todo en Argentina– podrían también progresar y llegar a ser examinados por los servicios romanos. Desde 1996 la causa para canonizar a Romero se encuentra en Roma, y en 2006 la Congregación de la Doctrina de la Fe acordó iniciar el proceso de beatificación. El expediente se encuentra en la actualidad en manos de la Congregación para la Causa de los Santos. Por denunciar la injusticia social y la represión militar, Romero fue asesinado por un francotirador contratado por la ultraderecha al anochecer del 24 de marzo de 1980, cuando oficiaba la Eucaristía en un hospital de enfermos de cáncer de San Salvador. Con el crimen y
Foto: Tomada de Internet
contenido EDITORIAL
Desconocer las escrituras es desconocer a Jesucristo
PREGUNTA AL TEÓLOGO La asunción de la santísima Virgen María
BEATO ALBERIONE
El beato Santiago Alberione y el espíritu pastoral en el ámbito de la Familia Paulina
INTROSPECCIÓN
¿Qué es una Iglesia cercana a la gente?
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ACTUALIDAD
La Iglesia frente al desafío del desplazamiento forzado en Colombia
Familia
El equilibrio entre amor y autoridad para la educación de los niños
CATEQUESIS
¿Cuál es el objetivo de la catequesis?
IGLESIA
Diplomacia Pontificia y Nunciaturas Apostólicas
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el cierre de los espacios de participación política, estalló la guerra civil que finalizó en 1992, tras la firma de acuerdos de paz entre el gobierno y la guerrilla salvadoreña.
151 julio
Monseñor Romero, muy popular en América Latina, llamado “la voz de los sin voz”, por su dedicación a los más desfavorecidos, fue asesinado el 24 de marzo de 1980 por un comando de ultraderecha, al comienzo de la guerra civil de El Salvador.
septiembre
2013
El arzobispo italiano Vincenzo Paglia, presidente del Consejo Pontificio para la Familia, anunció la noticia en Molfetta, región de Apulia (sur): “La causa de la beatificación de monseñor Romero ha sido desbloqueada”, dijo.
Dirección Y COORDINACIÓN: P. Wilson Zuloaga Niño, ssp Consejo de redacción: P. Martín Sepúlveda, ssp; P. Favio Marín, ssp; P. Arnoby Álvarez, ssp; Constanza Moya
Esta noticia fue confirmada por la agencia de informaciones sobre el Vaticano I.Media dada por un responsable de ese Consejo Pontificio. Monseñor Romero era un obispo moderado, pero bastante cercano a las corrientes de izquierda de la Teología de la Liberación. Su asesinato lo convirtió en un icono en los medios progresistas. El religioso había denunciado el hecho de que los campesinos salvadoreños autorizados a tomar posesión de las tierras gracias a la reforma agraria hubieran tenido que enfrentarse a gente armada, y puso a disposición de ellos la radio de su diócesis.
OTROS Colaboradores: P. William Gerardo Segura, Ariel Álvarez Valdés. AUTORES: EDITORIAL: P. Wilson Zuloaga Niño, ssp / INTROSPECCIÓN: Rafael De Brigard, Pbro. PREGUNTA AL TEÓLOGO: Hno. Edisson Fiquitiva, Fsc / ALBERIONE: Hna. Clara Cecilia Ariza, Sjbp / ACTUALIDAD: Dra. Lina Cecilia Peña Tavera / FAMILIA: David González / CATEQUESIS: P. Martín Sepúlveda, ssp / IGLESIA: Hernán Alejandro Olano García / GUÍAS HOMILÉTICAS: William Gerardo Segura, Pbro. / LITURGIA: P. Wilson Zuloaga Niño, ssp / TESTIGOS DE LA FE: P. Stefano Lamera, ssp / OPINIÓN: Luis Rosas (Semper Gaudens) / EN LIBRERÍA Y CULTURA: Constanza Moya / BIBLIA: Ariel Álvarez Valdés Publicidad: María José Molina Trujillo / e–mail: publicidad@sanpablo.com.co Diseño & diagramación: Luis Gabriel Niño Devia / e–mail: estudiografico@sanpablo.com.co
Católicos contestatarios como el obispo francés Jacques Gaillot y el teólogo suizo Hans Küng deploraban desde hace años que el proceso de beatificación de Romero, abierto en 1996, hubiera sido, según ellos, “bloqueado”.
GUÍAS HOMILÉTICAS
P. William Gerardo Segura S.
LITURGIA
Los ciclos en el tiempo litúrgico
TESTIGOS DE LA FE
Beato Santiago Alberione: un “patriarca” en la familia Paulina
OPINIÓN
Los mitos sobre la verdad y La complacencia del católico
Suscripciones: periodicos@sanpablo.com.co Impresión: Taller San Pablo, Calle 170 Nº 8G–31, Bogotá, D.C. - Colombia
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EN LIBRERÍA
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Riqueza más grande – la fe
CULTURA
¿Por qué es importante estimular la buena lectura en los niños?
BIBLIA
¿Cómo murió Juan el Bautista?
PIDO LA PALABRA
56 58 60 66
pregunta al teólogo
Por: Hno. Edisson L. Fiquitiva Sánchez, fsc
n ó i c n u s La a
a í r a M Virgen 6
Vida pastoral no 151 - julio / septiembre - 2013
¿Cuál es el significado de la expresión: “María fue llevada al cielo en cuerpo y alma”, acontecimiento que celebramos en la solemnidad de la Asunción el 15 de agosto? Javier Villabona (Pereira)
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a calidad de solemnidad con la cual se ha calificado el acontecimiento que celebramos el 15 de agosto nos da ya la idea de la enorme importancia que reviste la presencia de nuestra Señora, la santísima Virgen María, en el seno de la comunidad eclesial, atestiguada por las más antiguas tradiciones de la Iglesia en Oriente y Occidente, no tanto por la infaltable imagen de grandes ojos expresivos y suave sonrisa en infinidad de hogares, sino porque desde antiguo se le invoca con la certidumbre de que el Padre acoge las oraciones dirigidas a ella. Si bien conocemos muy poco acerca de los últimos años de la Madre del Señor, el papel central que desempeñó en el corazón de la Iglesia naciente queda ratificado en las primeras tradiciones escritas, pertenecientes a la Liturgia oriental y que se remontan hacia el siglo IV, donde se relata que llegando al final de sus días, María no sufrió la experiencia destructiva de la muerte entendida como símbolo de la desaparición de la persona y del significado de su vida para siempre, dándonos a comprender que su vida toda fue la absoluta respuesta de amor al llamado del Padre hasta el punto de poder decir que también en ella, por su Hijo, se ha cumplido lo que se dice de Él en el Salmo 15, 10-11: “Porque no me entregarás a la muerte, ni dejarás a tu fiel conocer la corrupción. Me enseñarás el sendero de la vida, me saciarás de gozo en tu presencia, de alegría perpetua a tu derecha”.
Foto: Tomada de thinstock
El significado esencial de la solemnidad de la Asunción consiste en la afirmación oficial de la Iglesia, sintiéndole hondamente en su fe y en su conciencia, que María, Madre de Dios, “habiendo completado el curso de su vida terrena”, verdaderamente ha resucitado, la primera de entre todos. Decimos con certeza que resucitaremos, que ahora nos encontramos camino de la resurrección; de María confesamos que ha sido ya glorificada, aun cuando su gloria, exactamente como la de Cristo, sólo será perfecta cuando toda la humanidad sea uno en Él. Así como afirmamos que Cristo, por su resurrección y ascención, vive, por su presencia viva y eficaz, en medio de nosotros y en la vida del mundo, también podemos decir que María, “asunta a los cielos”, está más que nunca presente y cercana a nosotros en el mundo, como ninguna otra mujer, presencia real que se pone de manifiesto llevando una vida conforme al Espíritu de Cristo: apóstoles, mártires, santos, hombres y mujeres buenos de todo linaje que pertenecen a la comunidad humana, quienes se hacen Iglesia al saber que quienes viven en Dios están unidos entre sí. julio / septiembre - 2013 - Vida pastoral no 151
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beato
ALBERIONE
a los sacerdotes
Por: Hna. Clara Cecilia Ariza, sjbp
El beato Santiago Alberione
y el espíritu pastoral en el ámbito de la Familia Paulina
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os aproximamos al centenario de la Sociedad de san Pablo, Congregación religiosa masculina fundada por el beato Santiago Alberione, y con ella al nacimiento a posteriori de toda la Familia Paulina.
Por este motivo, al cumplir este 20 de agosto 99 años de fundados, y como preámbulo al centenario, Vida Pastoral ha querido reunir algunos documentos escritos por miembros de la Familia Paulina acerca de nuestro beato Fundador, para compartir con nuestros lectores esa visión pastoral que los Paulinos y Paulinas, Pías Discípulas y Pastorcitas, Apostolinas e Institutos agregados y la Unión de Cooperadores Paulinos, tenemos acerca de nuestro Fundador y su espíritu carismático. Iniciamos en esta sección de “Alberione” este regalo especial a nuestros lectores, para que se familiaricen aún más con nuestra espiritualidad paulina. En esta ocasión, el texto de la hermana Pastorcita Clara Cecilia Ariza: “Como raíz de la orientación pastoral del P. Alberione encontramos su sensibilidad en asumir los desafíos que al comienzo del siglo XX proponían la
modernidad y el uso de las nuevas tecnologías aplicadas a la evangelización. Su carisma de Fundador de la «admirable Familia Paulina» va fuertemente unido a su orientación pastoral, que le llevó a escribir precisamente dos obras de pastoral: Apuntes de teología pastoral (Alberione, S. Lit. Viretto, Turín, 1912. Esta fue la primera edición; la segunda, revisada, corregida y aumentada con el mismo título, lo publicó P. Marietti, Turín 1915) y La mujer asociada al celo sacerdotal (Alberione, S. Escuela Tipográfica «Pequeño Obrero», Alba, 1915), verdaderos programas para cada una de las Congregaciones e Institutos por él fundados. Para lo que el beato Santiago Alberione llamaba el «espíritu pastoral» de la Familia Paulina, tuvieron gran influjo el canónigo Chiesa y, según él mismo declara en Abundantes divitiæ gratiæ suæ (AD 84), dos de los grandes pastoralistas de la Iglesia, Swóboda y Krieg. En Apuntes de teología pastoral, el P. Alberione indica el criterio del contacto personal en la cura de almas, afirmando que ésta “es la acción personal de Jesucristo y de su Iglesia ejercitada por el sacerdote para la
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salvación de las almas” (Alberione, S. Apuntes de teología pastoral, 81). Y en el libro La mujer asociada al celo sacerdotal encontramos reafirmada esta misma idea (Alberione, S. La mujer asociada al celo sacerdotal, 17). La visión pastoral de Alberione se desarrolla en Cristo Camino, Verdad y Vida, en línea con una afirmación de Krieg: “La vida espiritual y la nueva creatura surgen en el púlpito –Yo soy la Verdad; en el altar –Yo soy la Vida; en el confesionario –Yo soy el Camino”. En 1935, hablando a los paulinos sobre la pastoral, el Fundador cita a los dos grandes pastores de la Iglesia, Pedro y Pablo, y con una imagen materna muy sugestiva afirma:
La pastoral implica una fuerte unidad, que puede expresarse de diversas formas. Alberione se orienta a fin de que cada Congregación e Instituto de la Familia Paulina sea una expresión concreta de las exigencias específicas que dicha unidad entraña, con el único objetivo de “salvar almas”. De 1954 es un texto autógrafo, donde se afirma: «En el conjunto de las cuatro Familias Paulinas está
Las cuatro Familias se completan para alcanzar el fin común, salvar almas: luego, la Pía Sociedad de San Pablo da la doctrina cristiana a la generalidad de la gente, mientras a cada uno se le aplica con la oración de las Pías Discípulas y con la acción de las Pastorcitas» (Esposito, Rosario. Carissimi in San Paolo, p. 137). Ciertamente, esta gran obra se ampliará y fortificará con la posterior fundación de los otros Institutos que componen la Familia. Y como todos hemos nacido de la Eucaristía, nos amonesta el Fundador: «[Tenemos] un único espíritu: vivir la vida de Jesucristo y servir a la Iglesia. Hay quien representa a todos intercediendo ante el Sagrario; hay quien difunde, como desde lo alto, la doctrina de Jesucristo; y hay quien entra en contacto directo con las personas. Se da entre ellas [las Congregaciones de la Familia Paulina] una íntima colaboración espiritual, intelectual, moral, económica» (AD 33-34). Por eso el centro de nuestra vida espiritual es la Eucaristía como sacrificio, como sacramento, como presencia real. La Familia Paulina en todos sus apostolados vive un espíritu pastoral porque nuestra misión como Familia es precisamente la de nutrir al pueblo de Dios.
beato alberione
«La pastoral es la ciencia y el arte de utilizar los talentos sacerdotales para la salvación de las almas… La madre elabora el alimento y lo transforma en leche para el nutrimento del niño, así como, según san Pablo, el apóstol elabora el saber y de él nutre a los pequeños en Cristo. Por su parte, san Pedro recomienda a los fieles: “Como niños recién nacidos, busquen la leche auténtica, no adulterada, para crecer con ella hacia la salvación, ya que han saboreado lo bueno que es el Señor”» (San Paolo, 15 de marzo de 1935).
representado el Maestro divino que presenta a los hombres la verdad, el camino, la vida. La Pía Sociedad de San Pablo con las Hijas de San Pablo representan a Jesús que dice: ‘Yo soy la verdad’; las Pías Discípulas representan a Jesús que dice: ‘Yo soy la vida’; las Pastorcitas representan a Jesús que dice: ‘Yo soy el camino’.
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introspección Por: Rafael de Brigard Merchán, Pbro.
¿Qué es una
Iglesia cercana a la gente?
l papa Francisco ha despertado a los románticos. Su sencillez en las apariciones en público, los vestidos sencillos en las celebraciones litúrgicas, su facilidad para saludar y bendecir a los niños, sus zapatos viejos –que siempre son los más cómodos–, su capacidad para salirse de los discursos escritos y dejar ver que es un ser vivo que vibra con sus convicciones, su paciencia para saludar con amabilidad a la fila de desconocidos que siempre están ante un pontífice, etc., han llevado rápidamente a muchos a concluir que por fin “la Iglesia se ve más cercana a la gente”. Desde luego que los párrocos no compartimos esta aseveración, pues una parroquia es el signo diario y vital de la Iglesia en medio de las personas y, por tanto, cercana a ellas. Pero la situación del Papa es mucho más compleja y estos signos, más bien audaces, también son portadores de posibles confusiones a futuro.
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El mundo no va a cambiar sustancialmente por los signos que el papa Francisco ha hecho hasta ahora, aunque sí parece que le han transmitido un viento refrescante. Pero la cosa será muy distinta cuando los que abogan por una Iglesia más cercana empiecen a destapar sus cartas más queridas y cuyos temas son más que conocidos. A este Papa “tan cercano a la gente” le van a pedir, por lo menos lo siguiente: ordenación sacerdotal y episcopal para las mujeres, bendición para el matrimonio de personas del mismo sexo, comunión para los separados vueltos a casar por las leyes civiles, revisión de toda la doctrina moral sexual de la Iglesia, en particular de las relaciones prematrimoniales y uso de los métodos anticonceptivos no naturales, revisión de la visión de la Iglesia sobre el tema de la vida y las intervenciones sobre ella, bien sea para crearla, para interrumpirla, para mejorarla en laboratorio, esto es, toda la posición bioética del pensamiento cristiano. Y como lo más seguro es que frente a casi todo esto el Papa venido del fin del mundo no haga cosa diferente a reiterar la enseñanza habitual de la Iglesia, entonces dirán que su cercanía resultó ser flor de un día, “porque todos los Papas son iguales”. Detrás del supuesto ideal de una Iglesia más cercana a la gente se acumulan desordenadamente toda clase de ideas inconexas. La primera es una acusación implícita: la Iglesia
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no es cercana a la gente, cosa que es una gran mentira pues la vida de la Iglesia, pueblo de Dios, la hace la gente y es acompañada por sus pastores. Que si el Vaticano es cercano a la gente realmente es cosa de escasísima importancia. ¿A quién debe ser cercana, en verdad, la Iglesia? En primer lugar a Dios, a quien debe su existencia, de quien ha recibido la misión en la persona de su Hijo y de quien ha recibido el don del Espíritu Santo. El peor error de la Iglesia sería estar alejada de Dios y esto nunca será posible. Se podrán alejar algunos de sus miembros o algunas de sus comunidades, pero el cuerpo entero jamás, pues existe sólo porque Dios lo quiere y nada más. El día que Dios no quiera a su Iglesia ésta se hundirá “como plomo en las aguas formidables” (Ex 15, 10). Basta con recordar que la Iglesia es madre y maestra y quizás no haya mejores imágenes para confirmar lo dicho, pues no hay verdadera madre ni sabia maestra que no hayan experimentado dolor y sufrimiento causado por quienes reciben sus beneficios. Pero, pese a lo dicho, no hay que negar que en los signos que ha hecho el papa Francisco se contiene también una fuerza transformadora inmensa que ojalá se cristalice en acciones concretas. Si estos gestos sirven para que de la cabeza de la Iglesia y de sus pastores emane un aroma de comprensión y de apertura a todas las personas y que a través de ellos se establezca sobre todo una relación de mutua comprensión entre la misión y la realidad –la gente–, la ganancia será muy grande. Si, de igual manera, los gestos del Pontífice sirven para recordar que la Iglesia camina igual que todos los seres humanos en medio de un mundo complejo y cambiante, pues seguimos acumulando ganancias. Y si cada bautizado empieza a darse cuenta de que esa Iglesia de la cual tanto se habla es su Iglesia y que su suerte está ligada a la de ella y, al contrario, pues aquí sí cabría decir que la Iglesia se hace más cercana, no porque a ella se le exige todo, sino porque en ella todos hacen lo que deben hacer según las enseñanzas de Cristo y de la Palabra de Dios y se la empieza a experimentar como una Iglesia que está en el alma y en el corazón.
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También en:
www.cristovision.tv
Mayor Información: Contact Center Cristovisión: (571) 747 07 10 Email: cristovision@cristovision.org Cll. 18 No . 97- 61 Bogotá - Colombia
actualidad Por: Dra. Lina Cecilia PeĂąa Tavera
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Iglesia
afĂo s e d l a e t n fre do a z r o f o t n e ami del desplaz en
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a i b m o l o C
a Iglesia católica en Colombia viene realizando acciones para mitigar el flagelo del desplazamiento forzado interno. Esta labor se ve reflejada a través de programas y proyectos que se desarrollan en 76 diócesis y 5.500 centros y parroquias que existen.
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A raíz del último informe del Centro de Seguimiento para los Desplazados Internos (IDMC, por sus siglas en inglés) que señala que en Colombia existen 4,9 y 5,5 millones de desplazados, publicamos un informe del trabajo que la Iglesia, a través del Secretariado Nacional de Pastoral Social, viene animando. Hace casi 30 años, la Conferencia Episcopal de Colombia publicó los resultados de una investigación que sentó importantes precedentes y puso en evidencia ante el país y ante el mundo la tragedia de miles de personas que huían en medio del conflicto armado. Este estudio titulado "Derechos Humanos: Desplazados por violencia en Colombia" estableció que entre 1985 y 1995, más de medio millón de personas fueron obligadas a salir de sus sitios de origen para reasentarse en las grandes ciudades. Con gran valentía la Iglesia ha evidenciado la tragedia del desplazamiento forzado como una violación masiva y múltiple de
los derechos humanos, una infracción al Derecho Internacional Humanitario y la más grave expresión de la crisis humanitaria que afronta el país, acompañando y respondiendo día a día a las necesidades humanitarias y de protección de miles de familias y comunidades que huyen para salvar sus vidas. Estas víctimas que genera el conflicto armado afrontan realidades complejas en contextos ajenos y lejanos, que dificultan la rápida y efectiva recuperación de los daños y el restablecimiento de sus condiciones de vida.
Gracias a esfuerzos conjuntos, la Iglesia participa en escenarios de incidencia para el avance, no regresión y aplicación de políticas integrales a decisiones estatales en todos los niveles en materia de asistencia, protección y reparación a víctimas, en particular del desplazamiento forzado interno. Desde los lugares más remotos de la geografía colombiana, el compromiso eclesial por la vigencia del Derecho Internacional Humanitario como instrumento de protección de la población civil y el respeto a los derechos humanos, pretende que a través de las 76 diócesis y 5.500 centros y parroquias que existen en Colombia, las víctimas encuentren respuesta solidaria y escucha activa para mitigar el dolor y encontrar caminos que fortalezcan la esperanza de una vida digna. En los últimos años se ha recrudecido el conflicto armado especialmente en departamentos como Cauca, Norte de Santander, Caquetá, Arauca, Putumayo y Nariño; los cuales siguen presentando altas tasas de desplazamiento forzado individual y julio / septiembre - 2013- Vida pastoral no 151
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actualidad colectivo. Así mismo, el surgimiento de nuevos grupos armados organizados y de actores de violencia en ciudades como Medellín, Buenaventura y Tumaco genera nuevas víctimas de desplazamiento intraurbano las cuales padecen barreras de acceso al registro y la atención integral. Recientemente, las cifras a nivel internacional han declarado a Colombia como primer país que alberga el mayor número de personas internamente desplazadas (PDI) del mundo, seguido de Siria y la República Democrática del Congo (RDC). En el informe del IDMC (Internal Displacement Monitoring Centre) de los 28,8 millones de desplazados internos en el mundo en 2012, Colombia aporta un total situado entre los 4,9 y 5,5 millones de personas.
Según el Sistema de Información y Caracterización de la Población Desplazada en Colombia RUT, de la Iglesia católica, del total registrado de población en situación de desplazamiento, 52% corresponde a niños, niñas, adolescentes y jóvenes; afectando en forma significativa la concreción e integralidad de las etapas de desarrollo para gran parte de la población infantil colombiana. Siguen siendo múltiples los esfuerzos efectivos para superar este deshonroso primer lugar en las estadísticas globales de desplazamiento y avanzar hacia un país que ponga fin al conflicto armado y brinde garantías de no repetición, esfuerzo que la Iglesia colombiana seguirá acompañando.
(Ver Recuadro)
28,8 millones de desplazados internos en el mundo en 2012. Cifra récord que
incluye un aumento de cinco veces en Siria
GINEBRA: A finales de 2012, el número de desplazados internos por causa de conflictos armados, violencia y violaciones de derechos humanos fue de 28,8 millones. Esta cantidad supone un aumento de 2,4 millones respecto al año anterior, y es la cifra más alta jamás registrada por el IDMC.
En el año 2012 hubo más de 6,5 millones de nuevos desplazados, casi el doble que en el 2011. Debido a que estas personas no han cruzado una frontera, no son refugiados y no se benefician de la protección internacional. ''El principal componente del repunte en el número de desplazados internos en todo el mundo fueron los 2,4 millones de personas desplazadas por la crisis de Siria a finales de 2012'', indicó Kate Halff, Directora del IDMC. "La aceleración de los desplazamientos internos se encuentra aquí estrechamente vinculada con el conflicto. Uno alimenta al otro, creando un 'efecto bola de nieve'. En este contexto, el desplazamiento interno se convierte en un 'blanco móvil' para los encargados de darle respuesta". Hasta que se resuelva el conflicto en Siria, el desplazamiento interno continuará su aceleración. Este fenó-
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meno se ha observado en otros países en situación de conflicto en curso y prolongado. Entre ellos se incluye Colombia, que sigue albergando el mayor número de personas internamente desplazadas (PDI) del mundo, y la República Democrática del Congo (RDC), que tiene la tercera mayor población de desplazados internos después de Siria. La región del África Subsahariana, con 10,4 millones de desplazados internos, alberga a casi un tercio del total mundial. En la República Democrática del Congo, un millón de personas se vieron obligadas a huir de sus hogares a consecuencia de un importante incremento de la violencia en las provincias orientales. "Años de inseguridad en la República Democrática del Congo han agotado la capacidad de los desplazados internos como de las personas que los acogen para hacer frente al impacto del desplazamiento, con un profundo y devastador efecto en las vidas de las personas", dice Halff. Mientras que el Congo ostenta las mayores cifras de nuevos desplazados después de Siria, una gran parte de sus 2,7 millones de desplazados internos viven en situaciones de desplazamiento prolongadas.
Familia
Por: David GonzĂĄlez
El
equilibrio
y r amo autoridad para la educacion
entre
de los
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niĂąos
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odo en exceso es malo. Por ejemplo, la comida en exceso es mala, y la obsesión por no comer es igualmente mala. Los extremos radicales se han mostrado ineficaces para su fines mismos y esto es evidente en gran parte de realidades: en el ámbito político con la dicotomía socialismo – capitalismo; en el religioso con el fanatismo religioso y el ateísmo fanático; en el social con la brecha entre pobres y ricos, etc. Lo mismo pasa con el amor. ¿Qué es el amor? ¿Tú has sentido alguna vez el amor verdadero? El amor es un concepto que no conocemos bien, como afirmara nuestro papa emérito Benedicto XVI: “El término «amor» se ha convertido hoy en una de las palabras más utilizadas y también de las que más se abusa, a la cual damos acepciones totalmente diferentes”.
Concretamente, el amor de los padres hacia los hijos seguramente es la analogía de amor por excelencia: nadie siente un amor semejante al de una madre, y ciertamente así nos ama Dios: “¿Acaso olvida una mujer a su niño de pecho, sin compadecerse del hijo de sus entrañas? Pues aunque esas llegaran a olvidar, yo no te olvido. Aquí estás, tatuada en mis manos” (Is 49, 1516); pero el problema del cual quiero hablar es cuando el amor –expresado en las prácticas educativas de los padres con los hijos– toca algún extremo posible: el castigo excesivo y la ausencia de castigo. Nadie es inmune a la sensibilidad que causa el ver los actuales casos de maltrato infantil. Hay padres que castigan a sus hijos de forma severa, a tal punto que llegan a tocar los límites del amor y, traspasándolos, llegan al odio y la destrucción. Con respecto a este extremo es adecuado reflexionar. El padre Ignacio Larrañaga ha desarrollado un discurso que me gustaría llamarlo “La Catequesis del hacha”. Aquí vemos una parte: “El hacha es símbolo del poder. El poder sin la ternura, deja desolados los bosques. Si cada árbol que tiene un tumor lo cortamos con el hacha, si
cada hermano que tiene una crisis lo expulsamos o lo excomulgamos, la vida se nos va a transformar en un desierto, en un cementerio. Nuestro instinto es tratar a las personas molestas con juicio y condenación, y el rebelde se torna más rebelde”. Aplicando al caso de la educación con los hijos, es común que los padres vean algún defecto en su hijo, y de hecho es natural: lo no natural sería no verles defectos. El error ocurre cuando los padres quieren arreglar la situación por la fuerza y creen que castigando a sus niños lograrán cambiarlos según sus concepciones y estándares, cuando quieren moldear a su hijo de acuerdo con sus propios deseos, e incluso sus frustraciones personales; pero aun así ésa es nuestra tendencia más primitiva como humanos: no amamos a las personas tal cual son, tal cual han sido creadas, sino las queremos como nosotros queramos. Sin embargo, ante esta situación nos preguntamos ¿qué podemos hacer?, ¿cómo podemos mejorar? La mejor solución para todo es el amor, el verdadero: Dios mismo. Quiero invitar a todos los padres de familia a descansar en Dios, a que se quiten ese pesado yugo de ser los padres perfectos. Después de todo, no existen manuales para ser padres. Quizá les sirva este texto del padre Larrañaga: “El poder, sólo el poder es muerte. El amor es vida. Pero si enlazamos en un solo haz el poder y el amor no habrá raíces podridas
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familia que no sanen, ni muerte que no se torne en fiesta. Siempre hablamos del Todopoderoso, ¿cuándo hablaremos del Todoamoroso? Los rebeldes son resentidos porque no se sienten amados. Al final, toda crisis es cuestión afectiva”. ¿Tu hijo es tildado de rebelde? Ámalo, y si lo sigue siendo ámalo más: “A quien poco se le perdona, poco amor muestra” (Lc 7, 47). Aunque esto suene contrario a las leyes psicológicas de cambio de conducta (como el refuerzo y el castigo) y probablemente esto nunca te lo recomiende un profesional, de seguro te dará los resultados que quieres, porque el amor es infalible. He aquí el remedio para todo problema: amar a los hijos tal cual son, sin querer añadirles o quitarles nada, y de igual forma amarse a ustedes como padres, tal cual son con sus defectos y sus descaches, porque finalmente sus hijos son los hijos perfectos para ustedes, y ustedes son los padres perfectos para sus hijos. Ahora bien, este no es el único extremo que acaece en cuanto a la educación se refiere: existe también el “exceso de amor”. Generalmente con los primeros hijos, muchos padres creen que darles todo cuanto ellos les piden, y evitar a toda costa el castigo, es la demostración más pura de amor. Re-
Conclusión: castigar a los hijos es parte de las actividades como padres; y no es bueno que le tengas miedo a esta palabra. sulta que no es así: cuando el amor se transforma en aquella fuerza ciega que te lleva a no ver los defectos en tu hijo, y a cumplir sus peticiones cuales órdenes fueran, el amor se torna en esclavitud, y eso no es amor, porque el amor debe estar fundamentado en la verdad, aquella que nos hace libres (Jn 8, 32). A los hijos así criados nada les llena, son caprichosos y altaneros. La palabra de Dios nos instruye: “El que ama a su hijo, le azota sin cesar, para poderse alegrar en un futuro. Caballo no domado sale indócil, hijo consentido, sale libertino. No rías con él para no llorar y acabar rechinando de dientes. Doblega su cerviz mientras es joven, tunde sus costillas cuando es niño” (Eclo 30, 1.8.10.12). Mientras que se maneje con una intensidad y frecuencia prudentes, justo después de la conducta a corregir y siempre explicando el porqué de la acción, el castigo será beneficioso tanto para ustedes como para sus hijos.
Recuerda algo: tus hijos no son tuyos, los has recibido en calidad de administrador(a), porque ellos son un don de Dios (cf. Sal 127 (126), 3), no una propiedad tuya; similar a la parábola de los talentos te pedirá cuenta de ellos. ¡Ánimo!
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¡Ánimo! Si le acolitas todo a tu hijo, escondiendo sus defectos, queriéndolos tapar, le haces daño, porque no lo pones en la verdad –antes bien, le temes a ella–. Finalmente, los padres consentidores no recibirán una buena paga. “El que reprende a alguien será más apreciado que el de lengua aduladora… Vara y corrección dan sabiduría, muchacho consentido avergüenza a su madre… Esclavo consentido en la niñez al final será un ingrato” (Pr 28, 23; 29, 15.21).
catequesis
Por: Martín Sepúlveda, ssp Freddy Granados Blanco
¿Cuál es el
objetivo de la catequesis? on una simple dinámica los catequistas pueden responder las siguientes preguntas para descubrir el objetivo de la catequesis. (Si hay un grupo de catequistas reunidos, dividir el grupo en 3 sub-grupos. Cada grupo responderá una pregunta).
"C
¿Qué tipo de cristianos deseamos para que se construya el Reino de Dios –aquí y ahora– para tender a una sociedad justa y fraterna, según el Proyecto de Dios? Para esta misión, ¿qué tipo de catequesis necesitamos? ¿Cuál es la formación que el catequista necesita? Para definir el objetivo de una actividad debemos partir de informaciones concretas y no de meras suposiciones, opiniones o esperanzas.
Por eso, el objetivo debe ser: Claro, preciso, concreto, medible –que se puedan medir los avances y los retrocesos–, desafiante –que requiera dedicación y exija respuesta. No se puede agotar la noción de catequesis en una simple definición del OBJETIVO. Para aclarar nuestra comprensión presentamos la siguiente definición:
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catequesis
Objetivo de la catequesis Educar en la fe las diversas dimensiones de la vida cristiana, a la luz de la Palabra de Dios, para construir comunidades catequizadoras comprometidas con la verdad y la justicia, señales del Reino ya presente entre nosotros.
Cuando Jesucristo es el centro de la catequesis, como camino al Padre y a los hermanos, por la acción del Espíritu Santo.
Este objetivo exige la interacción fe-vida, y lleva al proceso continuo de conversión a Cristo, a la vida en comunidad, a la vida sacramental y al compromiso apostólico (cf. CONFERENCIA GENERAL DEL EPISCOPADO LATINOAMERICANO, Puebla, n. 1007; cf. también CONFERENCIA GENERAL DEL EPISCOPADO LATINOAMERICANO, Aparecida, n. 290).
Cuando la Biblia es la fuente de la catequesis.
El Objetivo nos hace descubrir la exigencia de un nuevo tipo de catequesis y, por consiguiente, de un nuevo tipo de catequista (un trabajo de formación para el catequista puede ser revisar, en el Documento de Aparecida, el índice analítico y los números en los que aparece la palabra catequesis)
Cuando la catequesis está presente en las costumbres y en las fiestas del pueblo.
¿Cuándo, entonces, podemos decir que nuestra catequesis logra el objetivo de la Catequesis Renovada? Cuando es un camino de fe y no simple enseñanza de la doctrina. Cuando es un proceso permanente en una catequesis de adultos y no sólo para niños y adolescentes, o se limita a la preparación para los sacramentos.
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Cuando la comunidad es catequizada y catequizadora, en la certeza de que ella es la fuente y el lugar de la educación en la fe.
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Cuando la catequesis introduce en la vida litúrgica, prepara para los sacramentos, dentro de un camino continuo de la comunidad. Cuando prepara al catequizando para asumir su papel en la sociedad como verdadero cristiano.
Cuando entra en el proceso metodológico de la interacción “fe-vida”. Cuando hay participación de la catequesis en las otras dimensiones de la acción pastoral de la comunidad.
Conversando y respondiendo: Reflexionar sobre estos 10 elementos que hemos expuesto de la Catequesis Renovada y compararlos con la catequesis y los procesos de formación de nuestra comunidad.
La historia de la catequesis en la Iglesia Didajé: el primer catecismo Es herirse a sí mismo y a los otros en el intento de llenar el vacío que existe en el corazón de quien no ama.
Al final del siglo I, en las comunidades de Palestina y de Siria, surgió un pequeño catecismo para los candidatos al bautismo: La Didajé o Instrucción de los Doce Apóstoles. La Didajé es un manual que resume toda la propuesta cristiana: el amor a Dios, a sí mismo y al prójimo. Todas las instituciones, reglas y ventajas personales quedan en segundo plano cuando se trata del amor, el don más precioso del Espíritu (1 Co 13, 13).
Los dos caminos (Tomado de la Didajé, que significa “enseñanza”). “Existen dos caminos: uno es el camino de la vida y el otro, el de la muerte. La diferencia entre los dos es grande” (Didajé 1, 1). El camino de la vida (Didajé 1, 2-4, 14) es el amor con todas sus consecuencias: vivir en la solidaridad total, compartir los bienes, seguir los mandamientos, obrar con honestidad, vivir en comunidad... El camino de la muerte (Didajé 5, 1-2) es la autosuficiencia: no amar a Dios ni al prójimo.
El candidato al bautismo está llamado a hacer una opción definitiva por el camino de la vida. Ése es el mensaje central de la Didajé.
Comunidad: camino de vida En aquella época, antes del bautismo, el candidato (adulto) recibía la propuesta del camino de la vida, se decidía libremente y era bautizado en seguida. Nadie logra perseverar en el camino de la vida sin el apoyo de la comunidad. Por eso, la Didajé indica los sacramentos de la reconciliación y de la Eucaristía como forma de dinamizar la vida fraterna. El Padrenuestro es la oración central en la vida cristiana. Al rezarlo tres veces al día con las palabras del mismo Señor, el discípulo reafirma su opción por la vida. Otro mensaje es el cuidado con los falsos catequistas: en esa época muchos ya se aprovechaban del Evangelio para sacar ventajas personales. La señal de la autenticidad del catequista es la coherencia de vida. “Todo profeta que enseña la verdad, pero no practica lo que enseña, es un falso profeta” (Didajé 11, 10).
Iglesia
Diplomacia
Pontificia
Y Nunciaturas
Apostólicas
Por: Hernán Alejandro Olano García Vicecónsul (h.) de Chipre y Director de Humanidades en la Universidad de La Sabana
A propósito de la figura del Nuncio Apostólico de Su Santidad en Colombia, Decano del cuerpo diplomático acreditado ante nuestro gobierno, vamos a presentar algunos aspectos acerca de la diplomacia pontificia.
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a Santa Sede, al gozar de subjetividad jurídica internacional, ejerce el derecho de legación y posee una actividad diplomática semejante a la de los Estados, aunque con una serie de modalidades que al efecto indica el propio Código de Derecho Canónico, canon 363. Su actividad diplomática se sirve de los mismos instrumentos que usan los Estados, pero con finalidades específicas no siempre identificadas con las que éstos persiguen.
L
La diplomacia pontificia es solicitada y acatada, y reconocida como legítima desde el punto de vista del derecho internacional y de los Estados que cuentan con ella. Se dice también que la diplomacia vaticana, consultada el 4 de noviembre de 2007) corre “al mismo ritmo que la Iglesia, en una peregrinación larga y apasionada como la historia misma del hombre”, “está comprometida en favor del desarrollo mediante toda una red de intervenciones dirigidas a llamar la atención sobre las necesidades más urgentes y lograr que converjan sobre ellas todas las ayudas que la Santa Sede pueda conseguir, así como atraer la atención de las organizaciones católicas y entes internacionales” (http://www. radiovaticana.org/spa/Articolo.asp?c=66782). Monseñor Dominique Mamberti, responsable en su momento de las relaciones con los Estados de la Secretaría de Estado del Vaticano, respondio a la revista británica The Economist, de orientación crítica con la Iglesia, que había pedido que la Ciudad del Vaticano renunciara a su estatuto diplomático especial y se definiera como una O.N.G., que,
el Estado Vaticano posee la condición de “Observador permanente” en la Organización de Naciones Unidas. Señaló, además, que ese tipo de propuestas “proviene de una comprensión no exacta de la posición de la Santa Sede en la comunidad internacional”, así como, probablemente, de “una visión reductiva de su misión, que no es sectorial o ligada a intereses particulares” (Ver: REVISTA PALABRA N. 527, Madrid, octubre de 2007, p. 18). Vicente Cárcel, señala tambien que: “Los diplomáticos de la Santa Sede son representantes del Papa que desarrollan su acción en dos direcciones: ante todo, delante de las Iglesias y de los obispos de cada país; en segundo lugar, ante los gobiernos. Con estos últimos tratan de la vida de la Iglesia local y de los grandes valores morales, como la paz, la justicia, la libertad (en particular, la libertad de religión y de conciencia), los derechos humanos, la solidaridad.
La Santa Sede está presente en 174 países, aumentándose en más de 128 las representaciones diplomáticas, 46, con las que se contaba en la última década del siglo XX.
Esta doble dirección de la acción diplomática de la Santa Sede está en perfecta sintonía con la obra que realiza el Papa durante sus viajes apostólicos a los diversos países. Ante todo, él encuentra a la Iglesia local (obispos y fieles), y habla con ella, la sostiene, anima y estimula para que profundice su fe en Cristo y la traduzca en comportamientos coherentes. Con los gobiernos, el Papa dialoga y discute de la vida, de los intereses, de las aspiraciones, de los derechos y de la misión de la Iglesia local; de la búsqueda y de la defensa de la paz, de la tutela de los derechos de las personas de los pueblos y de la promoción de la justicia” (Cárcel, 1999).
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Iglesia
La historia de las nunciaturas apostólicas es muy extensa. Según un informe del Archivo Secreto Vaticano (http://asv.vatican.va/es/arch/rappresent.htm), el primer enviado papal aparece en el año 314 en el sínodo de Arlés como representante del papa Silvestre I (314-335) en el conflicto que enfrentaba la Iglesia de Roma con los donatistas. Hasta el siglo IV, los Papas enviaban a Constantinopla sus propios legados a los concilios de Oriente y a los emperadores bizantinos para tratar asuntos particulares, denominados también Legados Temporales. Pero sólo con el papa León Magno (440-461) los pontífices nombran representantes en la corte imperial de Constantinopla, que eran competentes en asuntos religiosos pero no políticos y que se denominaban apocrisarii. Los “Apocrisarios” o “Responsores”, eran los encargados de llevar respuestas a la sede Apostólica. El apocrisario representaba al Papa (gerebat personam Pontificis) y residía en el palacio imperial bizantino durante su misión. Otras figuras que toman forma en el primer milenio son las de los vicarios apostólicos y los legados misioneros o “Legati Nati”, que ejercían sus funciones sólo de manera temporal y por encargo directo del Papa. Generalmente eran asignados para cumplir este encargo los obispos locales. Las decretales de los siglos XII y XIII llegarán a distinguir con claridad tres clases de legados: los legados a latere (o de latere) y los legados missi, que sustituyeron a los legados nati, pues al encomendarse esa misión a los obispos locales, el
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Durante el siglo IX, por primera vez se confió a los legados también el poder judicial, pudiendo así poner en marcha investigaciones judiciales en caso de mala administración eclesiástica. Con Nicolás I (858-867) los legados llegaron a desempeñar también una función política. Papa se dio cuenta de que los vecinos a ellos no toleraban que un par tuviera superioridad como Legado Pontificio. Por consiguiente, el Papa determinó enviar a las regiones Legados extranjeros, dotados de dignidad eclesiástica, constituyendo a expensas del Pontífice sus propias legaciones, las que poco a poco fueron adquiriendo carácter estable y permanente, tomando ya el nombre de NunciaturasApostólicas, lo que se consolidó en el Congreso de Viena de 1815, cuando la diplomacia pontificia tuvo un singular reconocimiento de las naciones al disponerse que la Decanatura del Cuerpo Diplomático le sería asignada a los Nuncios.
Será en el siglo XVI cuando empiecen a tomar forma las primeras delegaciones permanentes y no extraordinarias. La acreditación de Angelo Leonini en la corte del dux de Venecia se considera el nacimiento de la primera nunciatura estable. En la primera mitad de este siglo se desarrollan las primeras nunciaturas en Venecia, Nápoles, Madrid, Lisboa, París ante el emperador en Viena. En la segunda mitad del siglo, en Varsovia. También en Italia (Turín y Florencia), y después Colonia y Lucerna, Graz y Bruselas. A las primeras nunciaturas «históricas» se sobreponen las conocidas como «nunciaturas de la reforma», cuyas principales funciones estaban relacionadas con los asuntos internos de la Iglesia, y las conocidas como «nunciaturas de corte».
La prueba más contundente de la estabilidad de las nunciaturas apostólicas se dio luego de 1870, pues con la disolución de los Estados Pontificios, la Santa Sede conservó su derecho de legación activa y pasiva, es decir, de enviar Nuncios Apostólicos a los diversos Estados y acreditar embajadores ante ella. Igualmente, cumplió un importante papel como mediadora arbitral en conflictos limítrofes, como en los casos de España con Alemania en 1885; Inglaterra con Portugal en 1890; Inglaterra con los Estados Unidos en 1894; Haití con Santo Domingo en 1895; entre Argentina y Chile en 1896; Colombia y Perú en 1905 y Colombia y Ecuador en 1906.
Posteriormente la actividad de arbitraje entre Argentina y Chile por el conflicto del Canal Beagle en 1983; la revisión de los Pactos Lateranenses entre Italia y la Santa Sede en 1984 en Villa Madama; la adhesión de la Santa Sede al Tratado de no proliferación atómica en 1971, el Fundamental agreement con Israel de 1993; acuerdo con Hungría y Croacia; el Concordato con Polonia, etc., junto a la actividad diplomática en distintos Congresos Internacionales como los de la Mujer y la Familia, sumado a las intervenciones que en su momento Pablo VI y luego Juan Pablo II hicieron ante la Asamblea General de las Naciones Unidas.
Iglesia
Los legados pontificios El legado pontificio tiene una doble función: intraeclesial y diplomática, que se unifican en el hecho de que la función diplomática, como dice Giuseppe De Rosa, es un “oficio eclesiástico” que se debe ejercer para un fin espiritual (in fidem spiritualitatem exercendum); en la práctica, para “el bien de la Iglesia y de la sociedad civil” (ut bonum ecclesiae civilisque societatis promoveatur). En la actividad diplomática ese “fin espiritual se obtiene promoviendo y sosteniendo las relaciones entre la Sede Apostólica y las autoridades del Estado; tratando la estipulación y la actuación de los concordatos y de otras convenciones similares, para asegurar mejor la libertad de la Iglesia y la paz religiosa; promoviendo todo lo que atañe a la paz, el progreso y la cooperación entre los pueblos” (De Rosa, 1998).
Actualmente se pueden distinguir varias clases de legados pontificios: los nuncios, que tienen el grado de embajadores de primera clase ante un Estado y ocupan el decanato del cuerpo diplomático, lo cual ha sido confirmado en el artículo 4° de la Convención de Viena de 1961 sobre Relaciones Diplomáticas, luego por la Convención de Viena sobre Derecho de los tratados de 1969 y por la Convención de Viena sobre Representación de los Estados en sus relaciones con Organismos Internacionales, suscrito en 1975. Los pronuncios que tienen la categoría de embajadores ante el país correspondiente, pero sin la condición de decanos. Los internuncios que son representantes al igual que los dos anteriores, aunque de menor rango: el equivalente al de un enviado extraordinario o ministro plenipotenciario en el país en el que son acreditados. Delegados y observadores de la Santa Sede ante organizaciones y organismos internacionales, conferencias o reuniones internacionales. Delegado, Jefe o miembro de una misión en un organismo internacional al que pertenece la Santa Sede, o en una conferencia internacional en la que la Santa Sede participa con derecho a voto. Observador, jefe o miembro de una misión en un organismo internacional al que no pertenece la Santa Sede, o en una conferencia internacional en la que la Santa Sede participa sin derecho a voto. La Santa Sede también tiene representación diplomática a nivel de nunciatura apostólica ante las comunidades europeas. Envían representante diplomático ante la Santa Sede sin percibir representante del Vaticano, el Principado de Mónaco, la Orden Militar de Malta y la República de San Marino.
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Igualmente, Suiza recibe nuncio pero no envía representante a la Santa Sede, no obstante mantener desde hace 500 años a la Guardia Suiza allí acantonada para el servicio de protección del Santo Padre. La Academia Eclesiástica Pontificia, antes conocida como Academia de Nobles Eclesiásticos, que regirá Monseñor Beniamino Stella, está ubicada en la Plaza de Minerva, cerca de la iglesia de Santa Catalina de Siena, tiene 307 años de fundada, y es la institución encargada de formar a los diplomáticos que trabajarán en las nunciaturas y en la Secretaría de Estado. El plan de estudios incluye Diplomacia, Economía Política, un Derecho Internacional, Historia e idiomas. Entre 1701 y 2002 la Academia ha contado con 1752 alumnos. Devotos alumnos cinco han sido coronados como papas: Carlo Rezzonico, de Venecia (Clemente XII); Annibale della Genga, de Spoleto (León XII); Gioacchino Pecci, de Anagni, (León XIII); Giocomo della Chiesa, 1879 (Benedicto XV) y Giovanni Battista Montini (Pablo VI). El último Pontífice en visitarla formalmente fue Juan Pablo II, quien en su discurso, expresó: Esta mañana, antes de venir a la plaza de la Minerva, donde se hallan frente a frente la histórica iglesia en la que se conservan los restos mortales de santa Catalina de Siena, tan devota del sucesor de Pedro, y su ya tricentenaria institución, he orado por todos ustedes. Me alegra ahora encontrarme con ustedes y dirigiles mi cordial
saludo. Agradezco a monseñor Justo Mullor García, presidente de la Academia, las nobles palabras con las que ha interpretado sus sentimientos, delineando con eficacia los propósitos que orientan su compromiso. Pienso con gratitud también en cuantos lo han precedido en este cargo, llevando a cabo con entrega y sacrificio una misión de tanta responsabilidad. Al entrar en este edificio, no he podido por menos de pensar en todos los que se han formado aquí con vistas a sus futuras tareas al servicio de la Iglesia. ¡Cómo no recordar a mis predecesores que fundaron y apreciaron esta Academia, o que transcurrieron aquí una parte de su joven existencia sacerdotal! Una mención especial merece seguramente el siervo de Dios Pablo VI, pero también viene a mi memoria el gran pastor que me ordenó sacerdote, el cardenal Adam Sapieha. Entró en esta Academia un año antes de que fuera nombrado presidente de ella el siervo de Dios Rafael Merry del Val, futuro cardenal secretario de Estado. Ante estos y otros eclesiásticos de gran talla espiritual, es preciso sentir el deber de imitar sus virtudes y su entrega ejemplar al servicio de la Iglesia. Todos los formadores y alumnos de la actual comunidad son hombres del concilio Vaticano II; son también sacerdotes que han vivido la experiencia del gran jubileo de la Encarnación. Por consiguiente, en su existencia, tanto individual como colectiva, todo debe llevar
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Iglesia
al compromiso de responder a la vocación universal a la santidad, en la que se resume el mensaje fundamental de esos dos grandes acontecimientos eclesiales. Han venido aquí para aprender a ser "expertos en humanidad", según la sugestiva expresión de Pablo VI, porque esto requiere el arte, a veces complejo, de la diplomacia. Pero están aquí, ante todo, para proveer a su santificación: lo exige su futuro servicio a la Iglesia y al Papa (www.vaticano.va., 2007).
El Congreso de Cúcuta se encargaría también del tema, al aprobar el 12 de octubre de 1821 un informe de la Comisión eclesiástica sobre patronato y diezmos, “sin perjuicio de que se den a los enviados de Colombia cuando se trate de hacer un Concordato las instrucciones convenientes para arreglar este negocio” (Pabón, 1975, 78). Siguiendo las instrucciones del Congreso de Cúcuta, Santander, en su condición de vicepresidente encargado del Ejecutivo, designó un delegado en abril de 1822, se trató de José Tiburcio Echeverría, quien falleció antes de llegar a Roma, siendo reemplazado por Agustín Gutiérrez Moreno, quien por encontrarse en Chile no supo a tiempo de su designación y, al no poderse presentar oportunamente, fue reemplazado por Ignacio Sánchez de Tejada, nacido en El Socorro en 1764 y fallecido en Roma en 1837. A él le correspondería cumplir con el encargo del vicepresidente Santander quien el 18 de julio de 1822 escribía a Su Santidad Pío VII que deseaba “celebrar con la Sede Apostólica un tratado público o concordia (publicam conventionem seu concordiam)” (Pabón, 1975, 79).
Un poco más de historia El 7 de julio de 1819, el Congreso de Angostura, decidió nombrar una comisión integrada por Fernando Peñalver, José María Vergara Lozano y Juan Germán Roscio, doctor in utroque iure, con el encargo de establecer contacto con la Santa Sede y proponerle a Pío VII “las bases de un Concordato y el nombramiento de una persona suficientemente autorizada para concluirlo con Venezuela” (Pabón, 1975, 77). El Papa, con la desinformación de la corona española, se había pronunciado ya en 1816 a favor de Fernando VII con la Encíclica Etsi longissimo.
El inicio de nuestras relaciones con la Santa Sede fue largo y lleno de dificultades; sin embargo, en 1826 el Nuncio en Madrid informó que había obtenido el beneplácito español para que la Santa Sede pudiera recibir a los diplomáticos americanos en calidad de agentes privados con fines eclesiásticos, además, España solicitó que a ninguna de sus colonias se le reconociera independencia alguna1.
Otro desfavorable resultado tendría la misión de don Francisco Antonio Zea, quien buscó en 1820 obtener del Pontífice la designación de “un Nuncio o Delegado extraordinario provisto de amplias facultades, que, examinando sobre el terreno el verdadero estado de las cosas, pudiera poner los oportunos remedios” (Pabón, 1975, 79).
(Una reseña más extensa en: Derecho Eclesiástico Jurisprudencial, de Hernán Alejandro Olano García, Editorial Hyrcania, Bogotá, 2007).
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El Libertador, que era partidario del patronato, decidió posponer la expedición de un decreto en 1820 por medio del cual lo establecía, ya que el capítulo de la Catedral de Bogotá le aconsejó acudir a Roma para alcanzar sus propósitos.
Los nuncios en Colombia León XII, por esa época, designaría los primeros obispos para Colombia, que fueron los mismos presentados por la naciente república en una lista encabezada por monseñor Fernando Caicedo y Florez, quien asumió como arzobispo de Bogotá. Gregorio XVI, quien sucedió a León XII, ni siquiera comunicó a Sánchez de Tejada la Bula Sollicitudo Ecclesiarum, en la que se disponía tratar con “los gobiernos de hecho”, aunque, finalmente, el 27 de septiembre de 1833 se reconoció a Sánchez el título de “Encargado” de negocios y se dio a la Nueva Granada en tratamiento de nación soberana, lo cual se concretó el 26 de noviembre de 1835. El 14 de diciembre de ese año el Embajador Granadino presentó sus credenciales y la Sede Apostólica designó como Internuncio a monseñor Gaetano Baluffi, quien presentó credenciales el 22 de enero de 1837 en Bogotá y estuvo en Colombia hasta 1842, cuando fue designado arzobispo de Camerino.
diplomática hasta el 9 de febrero de 1913, cuando fue trasladado como Nuncio a España; después fue Nuncio monseñor Alberto Vassallo-Torregrossa, designado el 25 de noviembre de 1913 y permaneciendo en Bogotá hasta su partida a la Nunciatura Argentina el 2 de mayo de 1916; después fue Nuncio monseñor Enrico Gasparri desde el 9 de diciembre de 1915 hasta el 1 de septiembre de 1920, cuando pasó a Brasil como Nuncio. Después de un lustro de vacancia, el Santo Padre designó el 30 de marzo de 1925 como Nuncio a Monseñor Paolo Giobbe, quien permaneció en Colombia diez años, para luego ser el Internuncio en Holanda; le sucedería monseñor Giuseppe Beltrami el 15 de noviembre de 1945, hasta que cinco años después se le trasladó como Nuncio al Líbano; el 30 de junio de 1950 fue nombrado Nuncio monseñor Antonio Samoré, hasta que en 1953 fue llamado a un cargo en la Santa Sede, siendo sucedido por monseñor Paolo Bertoli, quien permaneció en Colombia hasta 1959, cuando fue nombrado Nuncio en el Líbano.
Le sucedió años más tarde monseñor Serafino Vannutelli, quien ocupó la Nunciatura desde el 23 de julio de 1869, hasta que el 10 de septiembre de 1875 fue designado Nuncio en Bélgica. El 14 de agosto fue designado Nuncio monseñor Mario Mocceni, quien ocupó el cargo hasta el 28 de marzo de 1882 al ser designado Internuncio para Brasil.
Los siguientes tres nuncios serían monseñor Giuseppe Paupini, entre 1959 y 1969 cuando pasó a la Santa Sede; monseñor Ángelo Palmas, quien fue Nuncio desde el 19 de abril de 1969, hasta el 2 de septiembre de 1975, pasando a ser Pro Nuncio en Canadá y, finalmente en este grupo, monseñor Eduardo Martínez Somalo, designado Nuncio el 12 de noviembre de 1975, hasta el 5 de mayo de 1979, cuando se le nombró en la Secretaría de Estado de la Santa Sede.
El siguiente Nuncio designado hasta el 24 de noviembre de 1897 fue monseñor Antonio Vico, designado el 4 de febrero de 1904 Nuncio en Bélgica; le sucedió monseñor Francesco Ragonesi, designado el 14 de septiembre de 1904 y ocupando la silla
De ahí en adelante, Colombia ha tenido otros Nuncios también destacadísimos, siendo importante señalar a los últimos, monseñor Ángelo Acerbi, monseñor Paolo Romeo; monseñor Beniamino Estella; monseñor Aldo Cavalli y monseñor Ettore Balestrero. Monseñor Acerbi nació en Sesto Godano, en la diócesis de La Spezia, el 23 de septiembre de 1925 y fue ordenado sacerdote el 27 de marzo de 1948. Graduado en Derecho Canónico y licenciado en Teología, fue llamado al julio / septiembre - 2013 - Vida pastoral no 151
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Iglesia servicio de la Santa Sede en 1954. Después de prestar servicio en las nunciaturas en Colombia, Brasil, Japón y Francia, y en la Secretaría de Estado del Vaticano en la Sección de Relaciones con los Estados, en 1974 fue nombrado arzobispo de Zella y Nuncio Apostólico en Nueva Zelanda y el Pacífico. Posteriormente fue nombrado Nuncio en Colombia, Hungría y Holanda. Siendo Nuncio en Colombia, desde 1979 hasta 1990, en su primera aparición pública, fue secuestrado por el grupo M19, junto a un numeroso grupo de diplomáticos en la sede de la Embajada de la República Dominicana en Bogotá. El día 6 de agosto de 2001 fue designado Capellán Gran Cruz Conventual “ad honorem” de la Soberana Orden de Malta. Monseñor Paolo Romeo nació el 20 de febrero de 1938 en Acireale, Italia, fue ordenado sacerdote el 18 de marzo de 1961, fue designado obispo titular de Vulturia el 17 de diciembre de 1983, fue Nuncio en Haití, Colombia, Canadá, Italia y San Marino. Desde febrero de 2007 es el arzobispo de Palermo, Italia. Monseñor Beniamino Estella, nacido en Pieve di Soligo, Italia, el 18 de agosto de 1941; ordenado sacerdote de Vittorio Venetto el 19 de marzo de 1966; en 1987 fue designado arzobispo titular de Midila y Oficial de la Curia Romana, pasando el 14 de noviembre de ese año a ejercer el cargo de Pro Nuncio en la República del Congo; el 15 de diciembre de 1992 fue nombrado Nuncio en Cuba y el 11 de febrero de 1999 fue designado Nuncio en Colombia, cargo que ocupó hasta octubre de 2007. El siguiente Nuncio fue monseñor Aldo Cavalli, nacido el 18 de octubre de 1946 en Maggianico di Lecho, Italia; el
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18 de marzo de 1971 fue ordenado sacerdote; en 1996 se le designó Delegado Apostólico en Angola, luego se le designó arzobispo titular de Vibo, antes de pasar el 2 de julio de 1996 a ser Nuncio en Santo Tomé y Príncipe, luego Nuncio en Angola desde 1997 y posteriormente desde el 28 de julio de 2001, Nuncio en Chile. Hasta el 16 de febrero de 2013 ocupó la nunciatura en Colombia, habiendo sido ese día designado Nuncio en la República de Malta. El papa Francisco lo reasignó antes de su posesión en Malta, como Nuncio Apostólico en
Libia, por rescripto del sábado 13 de abril de 2013. Fue sucedido por monseñor Ettore Balestrero, nacido en Génova el 21 de diciembre de 1966. Ordenado sacerdote en Roma el 18 de septiembre de 1993. Designado el 22 de febrero de 2013 por el papa Benedicto XVI como Nuncio Apostólico en Colombia, y elevado a la dignidad de arzobispo titular de Victoriana, siendo consagrado episcopalmente el 27 de abril de 2013 por el Cardenal Tarcisio Bertone, cardenal-obispo de Frascati y Secretario de Estado de la Santa Sede.
BIBLIOGRAFÍA: Cárcel, Vicente. Historia de la Iglesia. Tomo III. La Iglesia en la Época Contemporánea. Palabra, Madrid, 1999. De rosa, Giuseppe. "Las Nunciaturas Apostólicas. Naturaleza y fines de la Diplomacia Pontificia". En: La Civiltá Católica, # 3545, marzo 7 de 1998, Roma. Feldkamp, Michael F. La Diplomacia Pontificia: desde el papa Silvestre hasta Juan Pablo II. Biblioteca de Autores Cristianos, B.A.C., 1ª. Edición, Madrid, 2004. http://asv.vatican.va/es/arch/rappresent.htm, consultada noviembre 4 de 2007. http://www.catholic-hierarchy.org, consultada noviembre 5 de 2007. http://www.radiovaticana.org/spa/Articolo.asp?c=66782, consultada el 4 de noviembre de 2007. http://www.vatican.va/holy_father/john_paul_ii/speeches/2001/documents/hf_jp-ii_spe_20010426_accademiaecclesiastica_sp.html, consultada el 4 de noviembre de 2007. Olano García, Hernán Alejandro. Derecho Eclesiástico Jurisprudencial. Hyrcania, Bogotá, 2007. Pabón Núñez, Lucio. Un Senador ante el Nuevo Concordato. Imprenta Nacional, Bogotá, 1975. REVISTA PALABRA # 527, Madrid, octubre de 2007. Sodano, Ángelo. La Pontificia Accademia Ecclesiastica: Una storia di servizio ecclesiale. Discurso del 26 de abril de 2001, durante la conmemoración de los 300 años de la Academia. www.orderofmalta.org
Guías
Homiléticas P. William Gerardo
Segura Sánchez
Del santo Evangelio según san Lucas
Domingo Julio 7 de 2013 XIV DOMINGO ORDINARIO Is 66, 10-14/ Sal 65/ Gal 15, 1-8/ Lc 10, 1-12.17-20
LA PALABRA COMPROMETE EN LA CONSTRUCCIÓN DE LA PAZ
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a liturgia dominical, desde la Palabra de Dios, convoca y provoca al creyente a asumir en comunidad acciones concretas que expresen el compromiso en la construcción de la paz en nuestro mundo, no sólo como ausencia de guerra, sino como búsqueda de la justicia y la verdad.
Poner la confianza en el Señor
guías homiléticas
La paz no es sólo ausencia de guerra, y no se limita sólo a asegurar el equilibrio de fuerzas adversas. La paz verdadera tiene su origen, no en los convenios y acuerdos políticos, sino en Dios. El profeta Isaías contagia a sus oyentes con la buena noticia de la acción de Dios en favor de su pueblo, anunciándoles que la paz mesiánica correrá por la ciudad como un río, lo que nos hace pensar casi en un río que se desborda y atraviesa todos los rincones de la ciudad sin causar daños, sino gozo.
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Conviene detenerse en las expresiones de gozo, júbilo, alegría. Dios ofrece a Jerusalén una nueva experiencia de su poder y salvación, y su fruto es la paz; ofrece su consuelo paterno a imitación del materno. La promesa de Dios hará surgir la vida y su belleza en medio de su pueblo. Hoy nos corresponde ser mensajeros al estilo de Isaías, anunciadores de una paz que implica la renuncia a toda acción violenta para la defensa de los derechos humanos, por más justa que sea la causa. Profesemos con valentía que Él es nuestra paz, que en Él hemos puesto la esperanza, que Él garantiza una estabilidad que ninguna ley puede otorgar.
Construyamos la paz desde la cruz La paz no se construye con la violencia, pero necesita de un gran acto de “violencia” interna, de un gran esfuerzo (hay que hacerse violencia) que, en no pocas ocasiones, lleva consigo las señales de la cruz, signo evidente, no del esfuerzo humano, sino de la acción poderosa de Dios Vida pastoral no 151 - julio / septiembre - 2013
Y les dijo: “La cosecha es abundante, pero los obreros son pocos. Pidan al dueño de la cosecha que mande obreros a recogerla. Pónganse, pues, en camino. Yo los envío como corderos en medio de lobos. No carguen dinero, provisiones ni calzado, ni se detengan a saludar a nadie en el camino (...) Regresaron, pues, alegres los setenta y dos misioneros y le dijeron a Jesús: “¡Señor, cuando damos órdenes en nombre tuyo, hasta los demonios nos obedecen!” (Lc 10, 1-12.17-20).
Palabra del Señor
que realiza la obra de la pacificación entre los pueblos. San Pablo escribe a los de Galacia sobre la criatura nueva que brota del misterio de la cruz. El creyente es instrumento no violento (a pesar de la violencia de la cruz en la persona del Hijo) para alcanzar la paz y la misericordia de Dios. Pablo, justificado por la acción de Dios, da testimonio del poder redentor de la cruz, lleva en su cuerpo la marca del sufrimiento, del caminar con el Señor, y se gloría de ello en Cristo. La cruz es el signo de la gloria del creyente, de una paz que no se limita a la simple pacificación de fuerzas adversas. La verdadera paz se encuentra en la persona de Jesucristo, Príncipe de la paz, que con su muerte en cruz acabó con el odio que impedía ser felices, constructores de comunidad, solidarios unos para con los otros.
Desear, anunciar y construir la paz es misión del discípulo Uno de los grandes deseos de todos los tiempos es construir y alcanzar la paz. Jesús llama bienaventurados a los que construyen la paz. Los grandes personajes de la historia han solicitado la paz del mundo. San Lucas narra el envío misionero de los setenta y dos discípulos de Jesús, a quienes les dio poder, y les confía la misión de anunciar y llevar la paz a cada lugar donde llegaran. El deseo de paz de los discípulos no son palabras vacías, ni brotan de una convicción ideológica. No, la paz que anuncian es el resultado de un tiempo prolongado con el Príncipe de la paz, por eso al darla sale de ellos y si los destinatarios no la reciben, vuelve a ellos. Su deseo ha de cumplirse y es una bendición para quienes se disponen a recibirlo. La lección de Jesús es clara, pues indica que el anuncio del Evangelio cuenta con la acogida por parte de la gente de paz, y con la posibilidad del rechazo de algunos, como efectivamente sucede. El discípulo enviado a construir la paz sabe desde ya que no siempre lo logrará, pues el mundo manifiesta signos y acciones contrarios a la anhelada paz mesiánica.
Domingo Julio 14 de 2013 XV DOMINGO ORDINARIO Dt 30, 10-14/ Sal 68/ Col 1, 15-20/ Lc 10, 25-37 Del santo Evangelio según san Lucas En cierta ocasión, se presentó a Jesús un doctor de la Ley para ponerlo a prueba y le preguntó: “Maestro, ¿qué debo hacer para alcanzar la vida eterna?”. Él le dijo: “¿Qué está escrito en la Ley? ¿Qué es lo que en ella lees?”. El doctor de la Ley le contestó: “Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón y con toda tu alma, con todas tus fuerzas y todo tu espíritu, y amarás a tu prójimo como a ti mismo”. Jesús le dijo: “Bien respondido. Haz eso y vivirás”. Él, queriendo justificar su actitud, le preguntó a Jesús: “¿Y quién es mi prójimo?” (Lc 10, 25-37).
Palabra del Señor
CUMPLIR LA LEY AMANDO AL PRÓJIMO la ley, como anota Pablo sobre la centralidad de Cristo en todo. Él es primogénito de toda creación, todo fue creado por Él y para Él. El cristiano, consciente de su herencia histórica y religiosa del pueblo de la alianza, no puede hacer una lectura de la historia de la salvación, si no es en relación con la persona, obra y redención de Cristo Jesús.
La alianza escrita en el corazón
Estamos invitados a contemplar su presencia en todos los acontecimientos de la vida, hacer una lectura de la ley dada en la alianza desde su persona y la plenitud que Él encarna. La ley alcanza su plenitud reconciliadora y pacificadora en Cristo, no sólo para el género humano, sino para toda la creación, y el signo de ello es la cruz elevada en lo alto. Ésa es la alianza definitiva, en ella el Decálogo, en cuanto expresión del querer salvífico de Dios que abraza a todo ser humano que se acerca con fe, alcanza su plenitud.
Cuando en un parlamento se promueve y promulga una ley, existe el temor de que ésta vaya más allá de lo deseable, perjudique algún derecho ya adquirido o limite alguna acción. El temor ante lo nuevo es grande, por eso reaccionamos o nos justificamos diciendo que no está al alcance de nuestras posibilidades cumplirla, lo que algunas veces es sólo una excusa para no someterse a la nueva ley. El lugar de la Ley de Dios no es la lejanía del cielo ni del mar, sino el centro mismo de la persona: el corazón, donde confluyen capacidades y facultades humanas. Los mandamientos no son superiores a nuestras fuerzas, eso los volvería imposibles; tampoco son contrarios a nuestra naturaleza, eso los haría inhumanos. El ser humano los conoce, están a su alcance, en su propio ser, en sus labios y en su corazón, por eso es posible y humano su cumplimiento, ante todo, en cuanto a su espíritu. En el contexto del Antiguo Testamento su cumplimiento y su factibilidad se comprende a la luz de la liberación y del éxodo, así como de la alianza que une a las partes: Dios y la comunidad.
En Cristo todo alcanza su plenitud San Ireneo decía: “Las palabras del Decálogo persisten también entre nosotros (los cristianos). Lejos de ser abolidas, han recibido amplificación y desarrollo por el hecho de la venida del Señor en la carne”. Cristo es la plenitud de
La letra mata, el espíritu genera vida La ley no es sólo un conjunto de normas que rigen la vida y la moral de un pueblo determinado, ni sólo obras que hay que realizar para ser fiel a ella, sino que implica una acción que se concretiza en la persona del prójimo. No es suficiente cumplir la letra de la ley, es necesario llegar a su espíritu que es la caridad entrañable con el necesitado. Es lo que Jesús hace cuando relaciona el cumplimiento de la ley con el amor concreto al prójimo maltratado. El modelo que representa el doctor de la ley, el observante fiel de la letra, es significativo, pues para Jesús, prójimo no es sólo el perteneciente al pueblo de Israel, sino todo ser humano que se encuentre en una situación adversa a su naturaleza y a su condición de persona. Ése es el prójimo, por encima de todo tipo de prejuicio cultural, étnico, religioso o lo que sea, y en él se concretiza el mandamiento del amor a Dios y al prójimo. No cumple fielmente la ley quien observa celosamente la letra, sino quien la convierte en amor entrañable ante el hermano necesitado, indefenso y débil. julio / septiembre - 2013- Vida pastoral no 151
guías homiléticas
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a liturgia dominical pone en alerta ante cualquier falsa comprensión de la ley que se quede sólo en la letra, coloca en sintonía con el valor de aquella, la acción creadora y santificadora de Dios en Cristo, y la centralidad de la ley al servicio del prójimo, en apertura sincera al Espíritu.
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guías homiléticas Domingo Julio 21 de 2013 XVI DOMINGO ORDINARIO Gén 18, 1-10/ Sal 14/ Col 1, 24-28/ Lc 10, 38-42 Del santo Evangelio según san Lucas Cuando iban de camino hacia Jerusalén, llegó el Señor a un pueblo, y una mujer que se llamaba Marta lo recibió en su casa. Tenía ella una hermana llamada María. María se sentó a los pies del Señor a escuchar su enseñanza. Marta, en cambio, andaba ocupada en el trajín del servicio, hasta que se acercó a Jesús y le dijo: “Señor, fíjate que mi hermana me dejó sirviendo sola. Dile que me ayude”. Pero el Señor le respondió: “Marta, Marta, tú te afanas y preocupas por demasiadas cosas, cuando sólo una es necesaria. María escogió la mejor parte, y nadie se la quitará” (Lc 10, 28-42).
Palabra del Señor
QUIEN SE DISPONE A SERVIR AL SEÑOR HA DE ESTAR CON ÉL
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a liturgia nos ayudará a hacer las cosas según su verdadero grado de importancia, desde el centro mismo de la persona, mediante la acogida generosa del Señor, las atenciones necesarias, y la atenta escucha de su Palabra, para aprender a escoger la mejor parte, la revelación del misterio.
Dios se hace “invitar” y nos regala sus dones La hospitalidad es una bella característica del creyente oriental, hacer que el huésped se sienta acogido, tratado como amigo, tenido en cuenta, por eso hasta se interesa por los motivos de su paso por un lugar determinado y su meta final. La escena es de hospitalidad ofrecida (por Abrahán), recibida y bendecida (por el Señor), que tiene como fruto la gestación de un hijo por parte de una mujer estéril (Sara). La hospitalidad de Abrahán es recompensada por su huésped (tres hombres), por quien él hizo de todo para servirlo, por quien se interesa y a quien le suplicara por la vida del pueblo vecino. Ésa es la forma generosa de actuar de Dios con el ser humano que acoge, que da lo mejor de sí mismo, que suplica la visita del Señor: “No pases junto a mí sin detenerte”. Como la frase de Lucas “quédate con nosotros, Señor, que el día va de caída”. Abramos nuestro espíritu al paso de Dios por nuestros pueblos y comunidades, en medio de nuestros problemas, miserias y desilusiones, supliquémosle que se detenga ante nuestras desesperanzas y frustraciones, acojamos su acción y sus dones.
La revelación del misterio: misericordia divina La revelación del misterio de Dios la ha buscado el ser humano desde antiguo, quién es Dios, su voluntad, su rostro, cómo actúa, conocer el misterio y lo que éste significa para las personas. La revelación del misterio de Dios es, a la vez, revelación del misterio del ser humano, de su identidad, su misión y su meta final. Pablo se presenta a los creyentes 34
Vida pastoral no 151 - julio / septiembre - 2013
de Colosas como ministro y predicador del Evangelio, les escribe con alegría de su disposición para este anuncio y sobre la determinación de Dios de dar a conocer, por su mediación, el misterio oculto y ahora revelado a su pueblo. Misterio que consiste en la participación de los paganos, de los no creyentes, de los que no eran pueblo, en el misterio de Cristo, en el proceso de la perfección y la santidad. El Señor resucitado vive en medio de la comunidad, ellos ya lo acogieron para la esperanza de la gloria y la madurez espiritual perfecta. Qué alegría predicar el misterio que hace de todos los pueblos, que lo acepten por la fe, un nuevo pueblo santo, en torno a Cristo muerto y resucitado, en torno a su Palabra y en la vivencia de la fraternidad.
La acogida a Jesús requiere de la persona entera La acogida del misterio divino, revelado en la persona de Jesús, abre al ser humano nuevos horizontes, le restablece en su condición de oyente de la Palabra, le coloca en actitud de servidor unificado del Señor, le libera del activismo, le conduce a la comunidad reunida en torno al Maestro. San Lucas narra la escena de acogida del Señor por parte de María y Marta, ésta tiene dos dimensiones complementarias. Pero una tiene prioridad: la acogida de la persona y la Palabra de Jesús. Si bien todo lo demás es importante y útil, sólo una cosa es necesaria, la escucha atenta del Maestro y su Palabra, sentarse a sus pies, darse a Él sin impacientarse, entregarle a Él no tanto las actividades sino la propia persona, el tiempo y la actividad, acogerle con la propia persona. Se corre el peligro de querer servir al Señor y terminar sirviéndose a sí mismo, sirviéndose de la religión, de la relación con Él para los propios intereses. Nos hará bien detener tanto activismo, para entregarle a Él nuestra persona atenta a la escucha. Así se recupera el verdadero sentido de la existencia y del servicio que brotan de la escucha.
Domingo 28 de Julio de 2013 XVII DOMINGO ORDINARIO Gén 18, 20-32/ Sal 137/ Col 2, 12-14/ Lc 11, 1-13 Del santo Evangelio según san Lucas Estaba Jesús orando (…) uno de sus discípulos le dijo: “Señor, enséñanos a orar (…)”. Él les dijo: “Cuando oren, digan: Padre, santificado sea tu nombre; ven a reinar; danos cada día nuestro pan del mañana; perdónanos nuestros pecados, que también nosotros perdonamos a todos los que nos ofenden, y no nos dejes caer en la tentación (…) Pidan y recibirán; busquen y encontrarán; llamen a la puerta y les abrirán. Porque todo el que pide recibe, el que busca encuentra, y al que toca a la puerta le abren (…) Ustedes, pues, por malos que sean saben regalar cosas buenas a sus hijos, con mucha más razón el Padre, que está en el cielo, les dará el Espíritu Santo a quienes se lo pidan” (Lc 11, 1-13).
Palabra del Señor
LA ORACIÓN DE FE DEL JUSTO ALCANZA EL PERDÓN ha escuchado las súplicas de su pueblo, ha suprimido toda condena, la ha clavado en la cruz, ha dado al verdadero creyente el perdón de los pecados. Pero la acción redentora de Cristo no se limita a un pueblo, sino que su alcance llega y beneficia también a los que no pertenecían al pueblo de la alianza, a los paganos, gracias a la vida nueva en Cristo.
Quien ora de verdad ora por los demás
Pablo destaca la universalidad del sacrificio de Cristo, nos abre la inteligencia para que comprendamos que la salvación alcanza a todo ser humano, que abierto a la fe por el testimonio de los Apóstoles, descubre que el misterio de Cristo da a todos la posibilidad del perdón si se le acoge por la fe. Orar pidiendo perdón para los otros en nombre del misterio de Cristo es garantía de oración escuchada.
Cuando se recibe con gusto un huésped, se termina involucrándose en sus asuntos, y si éstos tienen que ver con personas a las que conocemos o nos interesan, tanto más nos concierne el asunto. En el diálogo puede suceder que el asunto es serio y que la vida de las personas conocidas por ambos interlocutores esté en peligro, entonces la intervención puede ser al estilo de intercesión y súplica. En el plano religioso le llamamos a eso oración, es decir, hablar con Dios acerca de las personas, interesarse por ellas y su futuro, pero no es un simple hablar por hablar, sino que toda la persona se ve inmersa en la situación, se coloca ante Dios, hasta con insistencia, suplicando piedad para el otro. Es lo que hace Abrahán, que llega a pensar que su hablar podría enfadar a su Señor, tanto es su deseo de alcanzar la seguridad de que los habitantes de Sodoma no sean castigados si al menos hay allí un cierto número de justos. Orar hoy es asumir, en el diálogo con Dios, las muchas situaciones humanas carentes de sentido religioso para darles una dimensión trascendente y llenarlas de sentido y valor.
En Cristo se nos da el perdón de los pecados El poder de la oración dirigida al Padre en nombre de Jesucristo por el creyente y su comunidad de fe, es tan poderoso que realiza lo que pide, si lo que se desea son las justas necesidades. Abrahán es ejemplo de que la oración de súplica insistente del justo puede obtener el perdón. Sin embargo, el sacrificio supremo de Cristo es el signo de que Dios
Orar pidiendo a Dios su Espíritu Una de las más bellas formas de oración en la Escritura es la acción de gracias, la que Jesús reclama y exige, pero también es cierto que el ser humano esencialmente ora pidiéndole a Dios. Nuestra oración es más de súplica que otra cosa. Lucas insiste en el poder de la oración de petición, que confiada y perseverantemente se dirige a Dios, no sólo para obtener un bien necesario, sino, ante todo, para que nos otorgue el don por excelencia del Espíritu Santo. Éste nos hace conocer, en la oración, el querer de Dios, quien derramado en nuestros corazones eleva al Padre la oración que nuestros labios no alcanzan a expresar, quien trae consigo el conocimiento del don de la filiación divina. Oremos a Dios, Padre bueno, que sabe escucharnos y darnos lo que nos conviene, pero, sobre todo, a aquel que a cada instante nos sorprende con sus dones. Es importante que no abandonemos la oración de súplica, pedir para recibir el Espíritu que nos enseñe a orar con la vida de las personas en las manos y en el corazón, elevar a Él la oración que nos haga constructores de justicia y paz. julio / septiembre - 2013- Vida pastoral no 151
guías homiléticas
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a liturgia dominical nos convoca como comunidad en torno a la escucha atenta de la Palabra de Dios, y al banquete del altar, para dirigir hacia Él nuestras oraciones, súplicas y para hablarle de las necesidades de los demás, para llamarle, bajo la guía del Espíritu, Padre nuestro y de todos.
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guías homiléticas Domingo Agosto 4 de 2013 XVIII DOMINGO ORDINARIO Qo 1, 2; 2, 21-23/ Sal 89/ Col 3, 1-5.9-11/ Lc 12, 13-21 Del santo Evangelio según san Lucas Jesús les propuso esta parábola: “A un hombre rico le produjeron sus tierras una gran cosecha. Entonces comenzó a hacer planes: ‘¿Qué hago, que ya no tengo donde almacenar la cosecha?’. Y se dijo: ‘(…) Voy a demoler los graneros y a construir otros más grandes; ahí podré almacenar todo el trigo y los demás víveres. Entonces podré decirme: Ya tienes abundantes víveres en reserva para muchos años. Ya puedes descansar, comer y beber y ser feliz’. Pero Dios le dijo: ‘Insensato: esta misma noche perderás la vida. Y todo lo que habías amontonado, ¿para quién será?’. Así pasa con el que acumula bienes para sí mismo pero no los atesora en el cielo” (Lc 12, 13-21).
Palabra del Señor
LOS BIENES COMPARTIDOS ALCANZAN LA VIDA ETERNA
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a liturgia que nos reúne en torno a la Palabra y al Pan partido, orienta nuestra mirada hacia los bienes del cielo, hacia lo que perdura, de tal modo que podamos compartir los bienes materiales y con ellos el gozo de un bien mayor, el de la salvación obtenida por el misterio de Jesucristo.
La acumulación de bienes contraría el bien común Uno de los grandes afanes del ser humano contemporáneo es la acumulación de bienes y riqueza en todas sus formas: intelectual, prestigio, economía, propiedades, títulos y otras muchas. En eso se le va el tiempo y la vida a más de una persona, y no es que haya que despreciar esos bienes, sino que no hay que poner en ellos toda la ilusión, las fuerzas y el tiempo, a costa de la vida. Qohélet invita justamente a contemplar la acumulación de bienes y riquezas desde la perspectiva de la vana ilusión o vanidad, recodando que todo pasa y todo queda, y que nadie se lleva nada de lo acumulado materialmente.
Buscar los bienes verdaderos de la resurrección A veces se escuchan expresiones contra la Iglesia y su doctrina asegurando que se rechazan los bienes materiales, pero eso no es cierto, la Iglesia lo que busca es que se cumpla el designio originario de Dios sobre los bienes de la creación, poniéndolos al servicio de los demás. Igualmente, la Palabra de Dios no asume una actitud de rechazo de los bienes materiales, sólo los coloca en el sitio que le corresponden dentro del plan de Dios (la comunión y participación) y de la vida del ser humano (una vida en dignidad y plenitud) en medio de una comunidad (solidaridad y comunicación).
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Vida pastoral no 151 - julio / septiembre - 2013
Por eso, Pablo se preocupa más bien de orientar la mirada de los creyentes en dirección a los bienes duraderos, los del cielo, hacia allí donde está Cristo, en ellos se ha de poner el corazón, a ellos se le puede consagrar la vida. El beneficio definitivo de los bienes está en el hecho de que un día se nos dará el mayor bien posible de pensar, la gloria junto a Cristo en el Reino de Dios.
Ante el don de la vida palidecen los demás bienes Sabemos que la justa valoración de los bienes materiales los coloca en su debido lugar, y que para que éstos tengan sentido es necesario tener el don supremo, la vida, pues sólo quien vive puede disfrutar de sus bienes. Pero qué grave error es pensar que ellos son más importantes que la vida, o incluso ocuparse tanto de los bienes que se olvide la vida misma. El texto de Lucas advierte y orienta a no poner en ellos “la vida”, pues al final del día (o de la vida), cuando llegue la noche (es decir, la muerte), ya no se tratará de entregar cuentas claras respecto a cosechas o graneros, por más que se hayan ampliado y registrado en los libros exactos de la contabilidad. En esa hora decisiva sólo cuenta la vida y de ella se pedirá cuentas a todos. Los bienes acumulados y celosamente custodiados serán para otros, ese es su destino original e irreversible. Nuestra sociedad consumista y materialista nos ha convencido de la necesidad de acumular, asegurar, custodiar cada uno de los bienes, pero no nos ha enseñado a custodiar el valor supremo de la vida y a poner en él todo el esfuerzo y las mejores energías.
Domingo Agosto 11 de 2013 XIX DOMINGO ORDINARIO Sb 18, 6-9/ Sal 32/ Hb 11, 1-2.8-19/ Lc 12, 32-48 Del santo Evangelio según san Lucas “Donde esté su riqueza, allí estará su corazón. Estén preparados y con las lámparas encendidas, como haciendo guardia de noche. Pórtense como quienes aguardan a que su amo vuelva de la boda, para abrirle apenas llegue y llame a la puerta. ¡Felices los servidores a quienes el señor, al llegar, encuentre esperando despiertos! Les aseguro que entonces será él quien se prepare, y los haga sentar a la mesa y se ponga a servirles. ¡Felices si los encuentra así el señor aunque llegue a medianoche o antes del alba! (…) Ustedes también estén preparados, porque a la hora menos pensada vendrá el Hijo del hombre” (Lc 12, 32-48).
Palabra del Señor
LA FE ABRE EL CAMINO HACIA EL SEÑOR
La gloria de Dios se revela en sus acciones Las promesas de liberación animan a los pueblos, se espera que la esclavitud o el sometimiento terminen y un nuevo tiempo de libertad y de gloria se inaugure pronto. No siempre la respuesta viene en seguida, pero la promesa se mantiene en pie y anima y sostiene la esperanza. El gozo de la victoria sobre los enemigos se festeja en grande y da pie a diversas celebraciones. La Sabiduría comparte la experiencia de la terrible y gloriosa noche de la liberación del pueblo de Israel de la esclavitud de Egipto. Se describe la acción de Dios como una gran liturgia celebrativa. Tiene un preanuncio de salvación, era ya una promesa, algo que se esperaba con anhelo desde tiempos. Implica una preparación para el evento, no es algo que se improvisa, es algo que sigue un proceso que va acompañado de una esperanza de cumplimiento de las promesas, de la fe depositada en el poder de Dios, de la manifestación de la gloria de Dios. El pueblo celebra cada momento del camino de la liberación, y descubre que lo que fue ruina para unos (los egipcios) ha sido motivo de gloria para otros (los hebreos).
Dios es el constructor de la comunidad creyente La construcción de una gran obra requiere de una buena dosis de fe en el éxito de los diversos factores que se ven implicados. Cuando se trata de la construcción de la ciudad de Dios, la fe es todavía más un requisito necesario. La fe no es solo esperar la acción de Dios, sino mirar en Él al constructor de la obra de la salvación. En Hebreos el tema de la fe de
los grandes personajes de la promesa es exaltada y puesta de modelo en el hoy de la salvación del creyente, es decir, para nosotros que leemos la Palabra en medio de la asamblea convocada por el Señor para proclamar sus maravillas. La fe de los mayores sostuvo su vida y sus esperanzas a pesar de toda contradicción. Abrahán y su estilo de vida confiado en la Palabra de Dios; Sara y su fe en la fidelidad de la promesa de Dios, ellos vieron cumplirse las promesas divinas. La fe de los creyentes es hoy reclamada como exigencia de que las obras que realizamos en nombre de Dios sean sostenidas efectivamente por Él, y los obstáculos que se presentan no hagan desfallecer la fe de los discípulos constructores de la comunidad.
La fe es compromiso activo con el amor El camino de la fe no ofrece seguridades permanentes, sino un caminar que exige iniciar cada día el camino, volver a comenzar la obra de la salvación, abrirse paso en lo cotidiano para descubrir allí una presencia misteriosa que le da sentido a todo, que mantiene alerta, que abre perspectivas a la esperanza, que no deja desfallecer al amor. El Evangelio invita seriamente a la vigilancia en nombre de la fe, pues ella anima a mantenerse firmes en toda circunstancia, sabiendo que el Señor llegará inesperadamente, cuando menos lo pensemos. Por eso se llama a una espera activa y comprometida en la solidaridad para con los demás desde los bienes recibidos, al servicio generoso, atento y desinteresado a los hermanos, sin maltratar su integridad y dignidad, correspondiendo al don recibido del Señor. Decir que se espera con fe la venida de nuestro Señor Jesucristo puede ser relativamente fácil, pero esperarlo con una actitud de compromiso activo es otra cosa. Es necesario que los que nos confesamos cristianos lo hagamos visible en una espera cargada de espíritu fraterno y solidario. julio / septiembre - 2013- Vida pastoral no 151
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a liturgia dominical que una vez más nos convoca en torno a la Palabra y la Eucaristía, centra su atención en la fe en las promesas de Dios, su elección, la solidez y vigilancia ante su venida, pero reclama que la fe profesada con los labios asuma acciones concretas para con el hermano.
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guías homiléticas Domingo Agosto 18 de 2013 XX DOMINGO ORDINARIO Jr 38, 4-6.8-10/ Sal 39/ Hb 12, 1-4/ Lc 12, 49-53 Del santo Evangelio según san Lucas Dirigiéndose a sus discípulos, dijo Jesús: “Yo vine a encender fuego en el mundo, ¡y cómo deseo que ya estuviera ardiendo! Pero tengo que recibir un bautismo, ¡y cómo sufro esperando que llegue ese momento! ¿Piensan que vine a traer tranquilidad al mundo? Les aseguro que no: yo vine a traer divisiones. De ahora en adelante, si hay cinco en una familia, se pondrán tres de una parte y dos de otra. Estarán divididos el padre contra el hijo y el hijo contra el padre; la madre contra la hija y la hija contra la madre; la suegra contra la nuera y la nuera contra la suegra” (Lc 12, 49-53).
Palabra del Señor
EL SEGUIMIENTO DE CRISTO COMPROMETE
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l anuncio testimonial de la Palabra de Dios no está exento de dificultades y divisiones, persecución y muerte, pero se asegura que el Señor sostiene, en las pruebas y dificultades propias del anuncio, a los que le pertenecen y ha escogido, Él interviene para salvarlos y liberarlos.
La predicación fiel de la palabra incomoda Los grandes personajes de la historia han tenido que padecer ciertas situaciones o pruebas para salir adelante, lograr sus objetivos, alcanzar su cometido en la transformación de la sociedad a la que pertenecían. En la Biblia se narran situaciones parecidas de los grandes hombres y mujeres amigos de Dios y radicalmente fieles a su voluntad. El profeta Jeremías es uno de esos personajes fieles al querer del Dios que le ha confiado una difícil misión en un pueblo complicado, él se ve obligado a experimentar las consecuencias de su predicación. Los destinatarios no le quieren escuchar y más bien deciden acabar con él, quitarle la vida, apartarlo de su presencia, él les incomoda. Pero Dios tiene otros planes con el profeta y por intervención de algunos, que interceden por él, es liberado de la muerte. Cuando parece que para el amigo de Dios todo ha acabado, Él se hace presente para asegurar con su presencia y acción que no abandona a los suyos, que su cercanía se experimenta también en el momento de la angustia y la desgracia. Es hora de que también nosotros lo experimentemos así.
La fe asegura que la meta es Jesucristo La experiencia de la fe va de la mano con el recorrido de un camino que conduce a una meta, aun cuando la meta no siempre esté a la vista, pero el creyente, al igual que un atleta, sabe que corre por un motivo cierto y que al final le espera la corona merecida a su esfuerzo y dedicación, a su perseverancia y constancia a toda prueba. 38
Vida pastoral no 151 - julio / septiembre - 2013
El texto de Hebreos anima a los creyentes a asumir con valentía y perseverancia no sólo las dificultades, sino también el sufrimiento que acompaña el seguimiento de Jesucristo. Se invita a correr la carrera con la mirada fija en Jesús, el consumador de la fe, Él es el motivo que alienta hacia la meta de la fe, hacia Él y su final pascual nos dirigimos. Se trata de alcanzar a Jesucristo, quien aceptando el sufrimiento y la cruz ha llegado a ocupar el puesto sentado al lado de Dios. Saber correr es condición para participar con cierto éxito en una competencia, pero más que eso, es necesaria una buena dosis de fe en sí mismo y en las capacidades que ha generado el esfuerzo, la dedicación, la intimidad volcada hacia la consecución de la meta final, que para nosotros es Jesucristo.
El seguimiento de Cristo conlleva dolor Disponerse a participar en una competencia deportiva implica la decisión de privarse o renunciar a ciertas cosas, que no necesariamente son malas, pero que obstaculizan el buen desarrollo en la competencia. En cierto sentido eso genera y provoca una división, una separación y una ruptura incluso con las personas que amamos, para dedicarse por entero a la competencia. La decisión por Cristo comporta también rupturas, incluso esas tan dolorosas y difíciles de comprender como son las de la propia familia, amigos y conocidos. Seguir a Jesús es romper con una situación, desplazar el centro de interés hacia su persona, lo que en muchos casos significa romper con relaciones sanas, buenas y agradables, pero que no compaginan con el nuevo estilo de vida en sintonía con el querer de Dios. Por eso podemos afirmar que el cristianismo es una religión que exige una actitud, que conlleva una ruptura, que provoca grandes divisiones que no siempre son digeribles para el creyente mismo y para los que están en su entorno. Asumamos con valentía y madurez el compromiso que comporta el seguir a Jesús Maestro.
Domingo Agosto 25 de 2013 XXI DOMINGO ORDINARIO Is 66, 18-21/ Sal 116/ Hb 12, 5-7.11-13/ Lc 13, 22-30 Del santo Evangelio según san Lucas “¿Señor, serán pocos los que se salvan?”. Jesús dijo: “La puerta es estrecha: tienen que esforzarse por entrar. Les digo una cosa: muchos querrán entrar y no podrán. (…) Aunque desde fuera empiecen a tocar a la puerta y se queden pidiéndole que abra, él les dirá: ‘No los conozco ni sé de dónde vienen’. Y por más que insistan diciendo: ‘¡Pero si estuvimos comiendo y bebiendo juntos! ¡Tú enseñaste en nuestras plazas!’, él les replicará: ‘No los conozco ni sé de dónde vienen. ¡Lejos de aquí! ¡Todos son unos malvados!’. Y entonces vendrá el llanto y la desesperación (…)” (Lc 13, 22-30).
Palabra del Señor
LA SALVACIÓN ALCANZA A LOS QUE SE ABREN A LA FE
La universalidad de la salvación y la fraternidad Qué hermoso es encontrarse con una persona que posee amplitud de mirada, perspectiva amplia, horizontes vastos; esa persona que anima, motiva, da esperanza, no se limita a lo inmediato, no le frustran las dificultades, abre caminos, ensancha el horizonte. El profeta Isaías entusiasma con su amplitud de mirada, con las dimensiones universales de la salvación que Dios ofrece a todas las naciones y países. Las ofrendas ya no serán sólo los dones llevados al Templo por los israelitas, sino las mismas personas, venidas de todas partes y presentadas a Dios como ofrenda. Pero los venidos de todos los rincones, no son simples personas de otras regiones lejanas, sino que son reconocidos y tratados como “hermanos”, los extranjeros serán considerados como familia de todos los pueblos. En una sociedad que profesa y promueve el individualismo, el profeta nos llama a la universalidad, a la fraternidad, a la solidaridad, a un culto comunitario donde lo central no son los dones sino las personas que celebran y se ofrecen a Dios como ofrenda agradable. ¿Quién no sueña con una Iglesia de esas dimensiones?
Dios corrige a los suyos porque los ama La educación que prevé la corrección no es bienvenida, se prefiere más bien la generosa, la permisiva, la que deja que todo siga su rumbo, la que acepta todas las modas de turno. Sin embargo, está más que comprobado que la educación que corrige con amor y por amor genera mejores ciudadanos y cristianos. El texto de Hebreos, como el de Isaías, también ani-
ma sobremanera, pues aclara que la corrección de Dios tiene su origen y fundamento en su gran amor para con los suyos. Si bien la corrección no es lo que más guste al ser humano, ella tiene efectos maravillosos en quien la acoge desde el amor, ella produce paz y santidad, abre perspectivas, mantiene todo en su debida proporción y humildad. Hay que entender que el amor a una persona o a una comunidad no puede permitir que la vida y el camino sigan un rumbo equivocado, eso no sería amor, sino abandono de la propia responsabilidad. Estamos llamados a acoger con fe las correcciones de Dios como signo de su amor paterno, sabiendo que para los que aman a Dios todo confluye para su bien y salvación.
La salvación es don, no mérito adquirido Qué hermoso es, desde el punto de vista de la fe, mirar que los fieles forman una comunidad con personas provenientes de todos los confines de la tierra, es la universalidad de la fe y del culto ofrecido a Dios. Sorprenderse de que entre los venidos hay gente que no se esperaba, que no formaba parte de la comunidad de fe, en fin, de una multitud incontable que ha abrazado la fe. San Lucas presenta, como es habitual en su Evangelio, una inversión de las posiciones a las que estamos habituados. En el gran banquete del Reino participarán no los que creen tener ganado ese privilegio, no los que han acumulado méritos de diversas maneras, sino los venidos de lejos, de los pueblos paganos, los que eran considerados no herederos del Reino. Los obradores del mal, los que pretenden los primeros puestos, así como los que han rechazado a Jesús quedaran fuera del banquete. El cristianismo es una religión que vivida con autenticidad es exigente, es un estilo de vida que implica asumir los valores del Reino para poseer la vida bienaventurada. El comportamiento cristiano es según los valores evangélicos. julio / septiembre - 2013- Vida pastoral no 151
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a liturgia dominical nos llama a una mentalidad abierta, con horizontes amplios, acogedora de todos los que vienen de lejos, de los países lejanos, y a alegrarnos de que se agrande la familia de los hijos de Dios que le invocan y glorifican con sus vidas y se dejan corregir por Él con amor.
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guías homiléticas Domingo Septiembre 1 de 2013 XXII DOMINGO ORDINARIO Eclo 3, 17-18. 20. 28-29/ Sal 67/ Hb 12, 18-19. 22~24a/ Lc 14, 1. 7-14 Del santo Evangelio según san Lucas Cuando te inviten a un banquete de bodas, no te sientes en el puesto de honor, porque puede haber otro invitado de más categoría que tú; y al llegar el que los invitó a los dos, puede pedirte que le cedas el puesto al otro; entonces tendrías que pasar por la vergüenza de ir a ocupar el último puesto. Cuando te inviten, siéntate más bien en el último puesto; y así, cuando llegue el que te invitó, te dirá: ‘amigo, ven a sentarte más cerca’. Entonces quedarás muy bien ante todos los comensales. Porque todo el que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido” (Lc 14, 1.7-14).
Palabra del Señor
LA HUMILDAD HACE GRANDES A LOS PEQUEÑOS
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a liturgia dominical invita a contemplar la pequeñez y sencillez ante Dios y ante los demás, ante el único que es capaz de resaltar nuestra verdadera dignidad desde su abajamiento y su entrega generosa en la cruz, abrámonos a la escucha y dejemos que la Palabra transforme nuestros parámetros.
Hacerse pequeño y dejar a Dios ser Dios ¿Qué tipo de consejos dan los padres a sus hijos para defenderse en la vida, para asumir sus responsabilidades? Hemos de reconocer que en una sociedad de la competencia en todos los sentidos, el consejo va en el sentido de ser el mejor, el más audaz, el que lleva la delantera. El Eclesiástico pone ante nuestros ojos un consejo que raya con la locura, según la perspectiva de los parámetros que rigen el comportamiento en la sociedad actual. Nos deja con la boca abierta su propuesta de conducta. Se trata de hacerse pequeño y tanto más pequeño cuanto más grande se es. La finalidad es el reconocimiento de que sólo Dios es grande y además obtener gracia ante Dios, quien acepta la gloria de los humildes, de los sabios y prudentes, de los que escuchan las sentencias sabias. Esos hallan gracia ante el Señor, y también quienes se abandonan a una Palabra que no falla, que no es perecedera, que cumple y realiza lo que dice. Ser cristianos en un mundo de la competencia es manifestar que para nosotros el único grande es Dios y que los demás son hermanos de fe y miembros de la gran familia humana.
Lo nuevo ha llegado, Dios se comunica en su Hijo La comunicación es una dinámica que evoluciona en sus formas de tal manera que cada día nos sorprendemos más de los avances tecnológicos. Y aunque quienes se comunican son las mismas personas, la forma de hacerlo adquiere nuevas dimensiones. En el Antiguo Testamento Dios se comunicaba 40
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por mediación de las creaturas, esa forma, de alguna manera ha terminado. Ahora Él, que sigue siendo el mismo (es el mismo ayer, hoy y siempre), se hace presente en la persona de su Hijo Jesús, en quien tenemos acceso a Dios, a su monte, a su ciudad celestial, a su presencia viva y real. En el encarnado Dios se ha hecho cercano, habla nuestro lenguaje, se comunica mediante signos, gestos y palabras comprensibles al ser humano. En Él se han abierto las puertas del cielo, en Él los que han alcanzado la perfección contemplan la misericordia de Dios, su rostro y su alianza eterna. Él es el nuevo rostro de Dios, el nuevo modo de comunicación con Dios, en su persona y su lenguaje. Maravilla de la salvación, Dios sale al encuentro del ser humano, le busca, le habla en su lenguaje y lo invita a su compañía.
La humildad es el preámbulo de la vida en Dios El evangelista Lucas tiene una especial predilección por los sencillos, los pobres, las mujeres, los pecadores, los publicanos, los despreciados, los enfermos... Jesús sólo se siente bien en su compañía, a su lado, cuando los tiene junto a sí en la noche de su nacimiento, en las cenas y las mesas, cuando en las fiestas ellos son los invitados principales, en la cruz. Jesús invita a los fariseos a desaparecer de la escena, a ceder el puesto de honor a los más pequeños, a tomar en cuenta a los pobres, enfermos y marginados de su sociedad. Les invita a invertir el orden de las cosas a las cuales se han acostumbrado y se han apegado; a mirar la vida y las relaciones desde otras dimensiones como la pobreza, la pequeñez, la humildad, la escucha, desde los últimos lugares. El punto de cambio está en la decisión de no engrandecerse a sí mismo, sino de humillarse, hacerse pequeño, para ser engrandecido por Dios. Una Iglesia de los más pequeños, de los humildes y sencillos es la que tanto ama Jesús, la que nos llama a construir, la que tiene en el centro, no los títulos y privilegios, sino su persona, Jesús.
Domingo Septiembre 8 de 2013 XXIII DOMINGO ORDINARIO Sb 9, 13-18/ Sal 89/ Flm 9b-10.12-17/ Lc 14, 25-33 Del santo Evangelio según san Lucas Muchos acompañaban a Jesús por el camino; y Él se dirigió a ellos y les dijo: “El que quiera venirse conmigo, no puede ser discípulo mío si no se olvida de su padre y de su madre, de su esposa y de sus hijos, de sus hermanos y hermanas, e incluso de sí mismo. El que no carga con su cruz y me sigue, no puede ser discípulo mío (…). De igual manera, ninguno de ustedes puede ser discípulo mío, si no renuncia a todo lo que tenga” (Lc 14, 25-33).
Palabra del Señor
LA PALABRA DE DIOS CONVOCA, EVOCA Y PROVOCA su saber humano, para dar cabida en él a la acción de Dios, devuelve a Filemón, su hijo y amigo querido, el esclavo Onésimo, a quien ahora también siente como un hijo amado, por eso lo devuelve no ya como esclavo, sino como hermano amadísimo, engendrado para Cristo por él.
La limitación del conocimiento humano y el don de Dios
El encuentro con la persona de Cristo transforma las relaciones entre las personas, las obliga a superar las legislaciones y abrirse a la comprensión del misterio humano, por lo mismo, las relaciones humanas se transforman radicalmente cuando se abraza la fe en Cristo, ya no hay esclavitud sino amor, libertad y fraternidad. Estamos llamados a dejarnos conducir por el espíritu de la sabiduría y cambiar nuestro trato con los demás, incluyendo a todos, sin excepción.
El ser humano se precia de su sabiduría, conocimiento y desarrollo científico, y qué bien, pues es fruto de la capacidad que el Creador le ha dado, pero en realidad su saber es limitado, su comprensión de la realidad sólo una creación de la lógica muy lejana aun de la verdad de las cosas. La Sabiduría se hace una serie de preguntas relacionadas con la limitación de la capacidad humana para conocer los misterios de las cosas y los designios de Dios. La respuesta la da la misma sabiduría, pues es ella, no en cuanto conocimiento racional y lógico, sino en cuanto sabiduría de la vida, la que capacita para el conocimiento y la comprensión de los misterios ocultos a la mente y el corazón humano. Ella, en cuanto don del Espíritu, ha conducido a las personas sabias a lo largo de la historia en la comprensión del misterio divino y por lo mismo alcanzaron la salvación. En un mundo lleno de conocimientos o información, pero carente de sabiduría, es necesario que los creyentes nos dejemos conducir por la Sabiduría que viene de lo alto y revela no sólo el misterio de Dios, sino del ser humano.
La sabiduría transforma las relaciones humanas La sabiduría que proviene del Espíritu es diferente a la sabiduría que procede del pensar humano, ella es don que ilumina y revela el misterio de Dios y su designio sobre las personas, más allá de nuestros prejuicios, criterios y razonamientos. Pablo, un hombre que se ha dejado literalmente conducir por la sabiduría divina, que ha renunciado a
Abandonar las seguridades para seguir a Jesús La renuncia a los bienes materiales es algo que no nos suena bien, es un trago difícil de digerir, pero si se trata de renunciar a los bienes ligados a lo humano, entonces es todavía más difícil. Pero ciertamente la comprensión del misterio de Dios en la persona de Jesús transforma las relaciones entre Él y todas las otras realidades propias del mundo. Quien gracias al Espíritu, por mediación de la Palabra y de la comunidad eclesial, conoce a Jesús, se ve llevado al seguimiento, el cual conlleva una decisión drástica, una renuncia a los diversos bienes, para alcanzar el mayor de todos ellos, el discipulado y la salvación. Saber seguir a Jesús, es saber colocar los otros bienes (no dejan de ser bienes) en el lugar que le corresponden, como la familia, los amigos, los bienes materiales, y otras cosas más. Es un llamado y para responderle con radicalidad se exige querer vivir en radicalidad, en itinerancia, en abandono confiado en el proyecto de Jesús, quien restituye el ciento por uno, en esta vida y la eternidad en su reino. Abrámonos a la acción del Espíritu y con la mirada fija en Jesús seamos sus discípulos. julio / septiembre - 2013- Vida pastoral no 151
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a liturgia dominical en torno a la Palabra de Dios y la Eucaristía nos compromete en el conocimiento del misterio de Dios, en el seguimiento de Jesús, la disponibilidad a los impulsos del Espíritu y la vivencia de la fraternidad, superando todo aquello que impida la vida eclesial.
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guías homiléticas Domingo Septiembre 15 de 2013 XXIV DOMINGO ORDINARIO Éx 32, 7-11. 13-14/ Sal 50/ 1Tm 1, 12-17/ Lc 15, 1-32 Del santo Evangelio según san Lucas Jesús dijo esta parábola: “Si uno de ustedes tiene cien ovejas, y se le pierde una, ¿no deja las otras noventa y nueve en el campo, y se va a buscar la que se le perdió hasta que la encuentra? Y apenas la encuentra, se la echa a los hombros lleno de alegría, y al llegar a la casa llama a los amigos y vecinos y les participa su felicidad diciéndoles: ‘¡Qué alegría! ¡Encontré la oveja que se me había perdido!’. Pues yo les digo que lo mismo sucede en el cielo: habrá más alegría por un solo pecador que se arrepienta que por noventa y nueve justos que no tienen necesidad de arrepentirse” (Lc 15, 1-32).
Palabra del Señor
LA CASA PATERNA ES ANHELO DE MISERICORDIA
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a liturgia nos hace partícipes de la maravillosa experiencia del perdón, la salvación, la supresión del castigo, la misericordia. Estamos convocados para abrir los oídos para oír y los ojos para ver la salvación que viene de Dios, para celebrar con la comunidad que Dios está de nuestro lado.
La oración de intercesión es garantía de perdón Qué hermoso saber que alguien lo defiende a uno de malas acciones y peligros. Eso da seguridad, confianza, valor, y la vida se afronta con optimismo. Aun cuando a veces las cosas parecen ir en sentido contrario a la meta para la cual han sido llamadas. Quien defiende a uno habla, discute, intercede, negocia, dialoga, convence, hace cambiar de opinión, es capaz de cambiar decisiones ya tomadas que aplicarían toda la severidad de la ley. El Éxodo ofrece el diálogo entre Dios y Moisés. Dios se manifiesta ya cansado de su pueblo terco y testarudo, decide castigarlo y consumirlo. Él prefiere comenzar un nuevo pueblo con Moisés. Pero Moisés no parece estar dispuesto a ceder ante esa decisión e intenta aplacar la ira de Dios contra “su pueblo”, y le hace memoria de las promesas hechas a los patriarcas de Israel. Dios se deja convencer por las palabras firmes y decididas de Moisés, hace memoria, renuncia al castigo, ofrece una nueva oportunidad. Para nosotros el tiempo propicio es este, el Señor sigue escuchando a quienes interceden en favor de los suyos con valentía y decisión.
Perdonados para revelar el gran amor de Dios Precisamente contar con un abogado defensor en el peligro salva la vida. Uno que no sólo defiende, sino que da la vida por los suyos, un Padre bueno que pone a su Hijo en el lugar del otro, uno que entrega al Hijo para demostrar lo que es capaz de hacer con quien se aproxima a Él, qué tan
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grande es su paciencia para con el ser humano. Pablo escribe a Timoteo sobre la misión de la obra de Cristo, quien vino al mundo para salvar a los pecadores, la paciencia de Dios no se ha agotado aún (no se agotó con Pablo), sigue dando una nueva oportunidad ahora en la persona de su único Hijo. Su obra es de perdón y se expresa en la forma como trata a quienes, como Pablo, eran blasfemos y perseguidores, así como él todos son llamados a salvarse. Tener a alguien que interceda con poder a favor de uno es algo que los cristianos podemos proclamar a voz en grito, Cristo Jesús ha derramado su sangre por mí, para perdonar mis pecados, para dar la paz, para mostrar cuánto amor nos tiene el Padre, para dejar clara su obra redentora. Cada uno es signo del perdón generoso de Dios en Cristo.
La alegría desbordante es un don de la misericordia Saberse defendido y protegido es causa de una gran alegría, no sólo para el protegido, sino también para el protector, ambos pueden celebrar el triunfo sobre la maldad, la injusticia y la mentira. Dios es uno que se congratula con la liberación de cada uno de los suyos, para Él cada uno de los que recupera merece una gran fiesta de presentación y de alegría compartida. Las tres parábolas de la misericordia de Lucas son elocuentes, una joya de la misericordia desbordante de Dios para con los pecadores. Lucas, el evangelista de la misericordia de Dios, nos deja conmocionados, estupefactos ante tanta misericordia, alegría y fiesta. Dios está dispuesto a recorrer los caminos y los campos y a revolcar toda la casa con tal de encontrar lo que se le ha perdido, a buscar hasta encontrar una oveja o una moneda perdida, un hijo dado por muerto, pero del que se espera siga con vida (el amor nunca espera la muerte, sólo la vida recuperada), al pecador, para ofrecerle su perdón, su comunión, su alegría, su misericordia, el gozo del cielo y la fiesta de la tierra con los hermanos.
Domingo Septiembre 22 de 2013 XXV DOMINGO ORDINARIO Am 8, 4-7/ Sal 112/ 1Tm 2, 1-8/ Lc 16, 1-13 Del santo Evangelio según san Lucas Jesús dijo: “El que es digno de confianza en lo más pequeño, lo es también en lo grande. Y el que es de mala fe en lo más pequeño, también es de mala fe en lo grande. Si no merecen confianza en el manejo de la falsa riqueza, nadie les va a confiar la verdadera. Y si no merecen confianza en el manejo de los bienes ajenos, nunca serán dueños de los bienes que quiere darles Dios. Ningún siervo puede servir a dos señores. Pues despreciará a uno por querer al otro, o al menos atenderá a uno y al otro lo descuidará. No es posible servir a Dios y al dinero” (Lc 16, 1-13).
Palabra del Señor
LA DEFENSA DEL POBRE ES SIGNO DE FE MADURA
Dios defiende la dignidad personal del pobre La mentalidad del consumo no soporta que en algún momento no se vendan sus productos, sus necesidades creadas y asumidas como elemento esencial en la vida de sus consumidores, por eso se inventa todo tipo de maniobras y leyes para que sus mercados estén abiertos y exhibiendo sus productos que atraen la mirada y carteras de sus clientes. El profeta Amós, comprometido con lo social, pone en guardia contra las injusticias cometidas por los que ostentan el poder contra los predilectos del Señor, los pobres, que en aquel momento se habían multiplicado. A éstos se les practica todo tipo de injusticia en el campo de las relaciones comerciales, alterando los pesos, precios y balanzas. En el campo social al someterlos a entregar sus vidas para poder obtener lo necesario para solventar sus necesidades. Pero el juicio del Señor es claro: “No olvidaré jamás ninguna de estas acciones”. A veces parece que Dios se ha olvidado de los necesitados, pero la Palabra asegura que Él está pendiente de ellos, que no pierde de vista ninguno de los movimientos de los poderosos y que no olvidará sus acciones.
Orar también por los que injustamente gobiernan Tomar conciencia de las injusticias cometidas por los que poseen el dominio político, económico o social, no nos dispensa de orar con perseverancia por ellos, pues están llamados a salvarse y la oración tendrá como fruto la justicia, la paz y las buenas relaciones de solidaridad y fraternidad. Pablo escribe a Timoteo para encomendarle precisamente la oración por los que gobiernan las naciones, los jefes de Es-
tado y autoridades, en las cuales debemos incluir no sólo los políticos, sino los grandes economistas de este mundo, para que se sientan conmovidos por la justicia y la necesidad de los que menos poseen. Pablo ofrece como motivo que Dios en su proyecto salvífico quiere que todos los seres humanos se salven, que la paz y la convivencia en justicia y equidad sea una realidad que refleje el verdadero conocimiento de Dios. Es nuestra responsabilidad orar por los gobernantes. Ser cristianos implica saber colocar ante la presencia de Dios incluso a aquellos que parecen gozar de la maldad, de la injusticia, de la mentira, del robo y hasta la eliminación de la vida. Ellos necesitan la oración para salvarse.
O Dios y el prójimo, o el dinero a solas Una terrible tentación del creyente es querer vivir su fe cristiana de la mano con los intereses de este mundo, y no es que éstos sean necesariamente malos, sino que no están en sintonía con el querer evangélico y la comunión de bienes querida por el Creador y reclamada por la justicia. Lucas va a la raíz de la problemática anotada en las dos lecturas anteriores: querer servir, a la vez, a Dios y al dinero, lo que para Jesús no es compatible con los criterios evangélicos. Los bienes han sido dispuestos, desde la creación, para el servicio de todos, para cubrir las necesidades de los miembros de la comunidad. Ese es su fin, a eso están destinados y si se trastorna su destino el ser humano sale perdiendo, pues se encierra en sí mismo, rechaza la solidaridad y abandona el designio de Dios. Estamos llamados a un estilo de vida que sea coherente con la justicia divina, con el compartir, lo contrario a ello nos aleja del Evangelio, de los otros, y terminará alejándolos de sí mismos, al estar tan ocupados en la administración de los bienes. Por eso sirvamos a Dios y al prójimo con los bienes que hemos recibido generosamente de Él. julio / septiembre - 2013- Vida pastoral no 151
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a liturgia de la Palabra y la Eucaristía pone en alerta contra posibles abusos ya existentes en la comunidad contra los pobres, los necesitados, los predilectos del Señor de la vida y la justicia. Celebrar la fe y practicar la injusticia no va de la mano, sólo uno es posible a la vez y para Dios.
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guías homiléticas Domingo Septiembre 29 de 2013 XXVI DOMINGO ORDINARIO Am 6, 1a. 4-7/ Sal 145/ 1Tm 6, 11-16/ Lc 16, 19-31 Del santo Evangelio según san Lucas “Había una vez un hombre rico, que se vestía con gran lujo y elegancia y diariamente se daba espléndidos banquetes. Y había un pobre que se llamaba Lázaro, y que se la pasaba tendido delante de la puerta del rico, cubierto de llagas y deseando calmar el hambre con lo que caía de la mesa del rico. Y hasta los perros se acercaban a lamerle las llagas. Sucedió, pues, que murió el pobre, y los ángeles lo llevaron a disfrutar de la compañía de Abrahán. También el rico murió, y le hicieron sus funerales. Y cuando llegó al infierno, en medio de los tormentos levantó la vista y divisó desde lejos a Abrahán, y a Lázaro en su compañía (…)” (Lc 16, 19-31).
Palabra del Señor
LOS NECESITADOS SON NUESTRA RESPONSABILIDAD
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a liturgia dominical cuestiona radicalmente cuál es el sentido de la vida, hacia dónde nos conduce el bienestar social y económico que ignora la presencia de los más desfavorecidos que se encuentran incluso a nuestras puertas, dejemos que la Palabra transforme nuestras actitudes.
Levantar la voz contra los abusos Dice el dicho que no hay peor ciego que el que no quiere ver. Así le pasa a la corte del tiempo de Amós, disfrutan, comen, banquetean, gozan de las cosechas y comidas, pero incapaces de ver las necesidades del pueblo, al cual están explotando con altos tributos y la expropiación de sus tierras. Por eso Amós levanta su voz, no en nombre propio solamente, sino en nombre del Señor todopoderoso, y lo hace contra los que llevan una vida llena de placeres, pero sin sentido, éstos irán al destierro, han olvidado la justicia para con los pobres sumidos en las desgracias. Incluso piensan, en el colmo de la aberración, que en medio de su vida disoluta tributan culto a Dios, pero Él se ha distanciado decididamente de su estilo de vida y reclama, por voz del profeta, la justicia y el derecho para con los desprotegidos. Hoy necesitamos creyentes bien formados y convencidos del Dios de la vida, que hayan digerido la doctrina cristiana en el campo de lo social, para que, en nombre de Dios y de la Iglesia, levanten su voz reclamando los derechos de los que han sido despojados incluso hasta de su dignidad humana.
No olvidar la meta y plenitud de la fe Un riesgo en la vida es olvidar que hay una meta que alcanzar, cuentas que dar, no en el sentido negativo, sino al menos que los números cuadren en cuanto al amor dispensado. Uno podría cansarse de la espera y pensar que al fin y al cabo no pasa nada y el final no llegará. Pablo escribe a Timoteo aconsejándole llevar en todo tiempo y lugar una vida digna del nombre cristiano, llena de la experiencia madura 44
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de fe y con orientación hacia la vida eterna, que es la propia de la vocación cristiana a la que hemos sido llamados y ya se nos ha dado en el bautismo. Él le ordena que cumpla todo lo mandado hasta la venida de nuestro Señor Jesucristo, es decir, no hay que descuidarse, ni retrasar el tiempo ni la venida del Señor. La exhortación de Pablo es conducir la vida según un proyecto de vida que tiene su origen y meta en Dios. Hermosa página para quien ha decidido mantenerse fiel, pero también para quien ha comenzado a pensar que Dios tarda y no tiene sentido vivir coherentemente la fe. Pablo nos garantiza que vale la pena, pues el Señor vendrá y nos salvará pero espera encontrarnos en pie.
Una vida a solas se mantiene así en la eternidad ¡Qué triste una vida al margen de las necesidades de los demás! Y saber que muchos la viven así sin el más mínimo remordimiento, es su estilo de vida acomodado y los otros son culpables de no haberse instruido, de no haberse superado, de no haber alcanzado un cierto status en la sociedad. San Lucas, con la impresionante y desconcertante parábola del rico avaro y el pobre Lázaro (Lázaro significa aquel a quien Dios ayuda), pone en jaque nuestro estilo de vida acomodado e indiferente a las necesidades de los más necesitados. Pero el final también estremece, pues la situación de los personajes de la parábola da un giro inesperado después de la muerte. Lázaro ahora disfruta de los bienes junto al padre de la fe, Abrahán; mientras que el rico sólo experimenta males, pues de los bienes disfrutó en vida y no se fijó en Lázaro para compadecerse de él y compartir con él sus abundantes bienes, vestidos y comidas suculentas. Llamada de atención que nos deja perplejos si es que de una u otra forma vivimos del bienestar sin fijarnos en los que a la puerta sobreviven con las miserias que algunos les obsequian.
liturgia
Por: P. Wilson Zuloaga N., ssp
Los ciclos en el tiempo liturgico Ya hemos visto todo lo referente a la organización del Año Litúrgico. Es importante ahora comprender cómo está distribuido el Tiempo por ciclos litúrgicos. Cualquiera podrá preguntarse: ¿Cómo? ¿Es que acaso hay más aparte del Año Litúrgico? Pues bien, para evitar confusiones digamos que no es que haya más, sino que los años litúrgicos también tienen su distribución para una mejor organización. Veamos: hemos escuchado muchas veces, quizá, decir que nos encontramos en el Ciclo A o en el B o en el C; pues bien, ¿qué significa esto?, ¿en qué consiste? La idea es que el pueblo de Dios que se congrega en asamblea los domingos, principalmente para la celebración eucarística, en un periodo de 3 años pueda recorrer todos los textos bíblicos durante ese tiempo, por ello, se organizaron los tres ciclos tomando como base los cuatro evangelios.
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ada Año Litúrgico, desde Adviento hasta Cristo Rey, corresponde a un ciclo, distribuidos en A B - C. Así, cada ciclo tiene la duración de un Año Litúrgico; lo que quiere decir que en 3 años litúrgicos se agotan los 3 ciclos. Cuando hablamos de cada ciclo, los identificamos con la lectura, los días domingo, de cada uno de los evangelios sinópticos: Mateo, Marcos y Lucas, cada uno de ellos se lee en un ciclo diferente, así:
Este cuarto Evangelio, pues, cuenta con el privilegio de ser leído durante los tres años y acompañar la lectura de la Sagrada Escritura durante los tres ciclos a los evangelios sinópticos: Mateo, Marcos y Lucas.
C
› El Ciclo A corresponde a la lectura del Evangelio de Mateo, los días domingo. › El Ciclo B corresponde a la lectura del Evangelio de Marcos, › El Ciclo C corresponde a la lectura del Evangelio de Lucas. De esta manera, los 3 Evangelios llamados también sinópticos, se leen a lo largo de los tres años litúrgicos en los que se desarrollan los tres ciclos.
¿Por qué se llaman evangelios sinópticos los de Mateo, Marcos y Lucas? ¿Qué pasa con san Juan? Claro, existe un cuarto Evangelio, el que conocemos como Evangelio de san Juan o Evangelio del Discípulo amado. Este Evangelio se ha dejado aparte para ser leído durante los tres ciclos en sus Tiempos Fuertes, es decir, en Adviento, Navidad, Cuaresma y Pascua. La razón: su contenido. Debido a que el contenido del Evangelio de san Juan es mucho más teológico que los otros tres, y sus datos en gran parte le son propios, es decir, que tiene narraciones de acontecimientos que no están en los otros tres; algunos coinciden, otros no.
Se llaman evangelios sinópticos, porque sus relatos son muy similares y podrían equipararse entre sí. Los datos de Mateo y Lucas fueron tomados en gran parte del Evangelio de Marcos, otra fuente llamada la Fuente Q, y fuentes propias de cada uno de ellos. El primer evangelio en ser escrito fue el de Marcos, entre los años 65 y 70 d.C. mientras que Mateo y Lucas se escribieron de cinco a diez años después, lo que deja entrever que Mateo y Lucas tomaron como fuente bibliográfica algunos datos de Marcos y los adaptaron a sus intenciones, según los lectores a quienes les dirigían el mensaje para evangelizarlos.
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Liturgia
Algunos daticos bíblicos interesantes
La liturgia entre semana
Es importante saber que entre la resurrección de Cristo y el primer evangelio escrito, el de Marcos, transcurrieron aproximadamente entre 30 y 35 años, tiempo durante el cual los datos que se recogieron obedecieron a la Tradición Oral de las primeras comunidades cristianas. Fue necesario poner esos datos por escrito para que no se perdieran y es así como surge el Evangelio de Marcos; para darle una mayor fuerza a estas tradiciones orales que relataban los hechos y palabras de Jesús, aparecieron posteriormente los evangelios de Mateo y Lucas. Claro está que el primer autor del Nuevo Testamento en escribir fue san Pablo, cuyo primer escrito fue la Carta que escribió a los tesalonicenses, pero como sabemos, Pablo no lo hizo a manera de relato histórico, sino como enseñanza pastoral para dar a conocer el mensaje de Cristo.
Es importante destacar que, si bien el común de la gente asiste a la Eucaristía los días domingo, también es cierto que entre semana la celebración eucarística tiene sus propias normativas. Por ejemplo: elementos como el Credo, Gloria, segunda lectura, se omiten, y el presidente puede, o no, realizar la homilía; los domingos es obligatorio que estos elementos aparezcan.
Aunque los textos bíblicos no tienen como finalidad relatar un acontecimiento netamente histórico, sino más bien una experiencia de fe, por eso los relatos coinciden en su esencia aunque no coincidan en datos de exactitud histórica. En la mentalidad judía de la época, lo menos importante era relatar acontecimientos de manera cronológica con datos de exactitud, lo que les interesaba, y que se puede ver en la Biblia, era relatar la experiencia de fe que habían tenido con Jesús de Nazaret durante su vida y su resurrección.
Igualmente es importante resaltar que esto es así en líneas generales, pero no siempre, pues existen algunos días que son fiestas o solemnidades, dependiendo del santoral, entonces la liturgia establece que algunos de estos elementos entre semana también se observen. Las lecturas, entre tanto, tienen un Leccionario propio. El Leccionario es el libro litúrgico desde el cual se deben desarrollar las lecturas; la Iglesia establece que no es válido –salvo razones de tipo estrictamente pastoral– que las Lecturas se tomen de otros “recursos” como folletos, hojas, etc.; estos elementos adicionales que contienen las lecturas sirven más como catequesis y apoyo a los laicos para que oren en sus casas con sus familias, no para ser proclamados desde el ambón de las iglesias. Los leccionarios entre semana se distribuyen en leccionarios pares e impares, también conocidos como I y II. Cada uno de ellos posee lecturas diferentes, de tal forma que a lo largo de los dos años en que entre semana se leen los textos sagrados, quienes asisten a la Eucaristía todos los días, habrán escuchado ya en un elevado porcentaje los textos contenidos en la Biblia. Se determina el año par o el impar, por la mayor cantidad de tiempo que corresponda al Año Litúrgico correspondiente, así por ejemplo, si el Adviento se celebró en Noviembre y diciembre del 2012 y el resto del Año en el 2013 hasta Cristo Rey, dicho Año Litúrgico será impar, dado que la mayor parte del año corresponde a año impar, es decir, 2013. En nuestra próxima edición continuaremos con nuestro curso litúrgico en Vida Pastoral con el tema de ornamentos, lugares sagrados y libros litúrgicos.
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testigos de la fe Por: P. Stefano Lamera, ssp
Beato
Santiago Alberione un
“patriarca”
en la Familia Paulina Su lema: “Vivir a Jesucristo y darlo a los hombres de hoy con los medios de hoy”. Del libro RICORDATI, SIGNORE, DEI NOSTRI PADRI (Acuérdate, Señor, de nuestros padres)
Era un hombre de baja estatura, flaco, con frecuentes dolores físicos y morales, pero de la estatura de un hombrelegión, con una actividad inmensa, surgida de su intensa y prolongada oración. Un gran admirador, enamorado e imitador de san Pablo, que hizo suya la experiencia del Apóstol: “Vivo yo, pero no soy quien vive; es Cristo quien vive en mí”. n obediencia a Dios y a la Iglesia, el 20 de agosto de 1914 daba inicio en Alba (Cúneo) a la Familia Paulina, con la fundación de la Sociedad de San Pablo. Seguidamente fue dando vida a las otras nueve ramas de la Familia Paulina, unidas entre ellas por el mismo ideal de santidad y de apostolado, “con un vínculo más fuerte que el de la sangre”: llevar a Cristo a los hombres y a la sociedad de hoy mediante los instrumentos de la comunicación social.
E
Una vez obtenida la aprobación diocesana para su obra, en 1927, el P. Alberione empezó a pensar en las futuras fundaciones en todo el mundo. Así como san Pablo, su inspirador, piensa en grande, aun-
Nació el 4 de abril de 1884 en San Lorenzo de Fossano (Cúneo, norte de Italia). De su familia, profundamente cristiana y trabajadora, a la vez que la fe recibió una vigorosa educación al trabajo. Entró en el seminario de Alba a los 16 años. En la noche del 31 de diciembre de 1900, en la adoración al Santísimo durante cuatro horas, recibió una luz especial de la Hostia, y desde entonces se sintió profundamente obligado a servir a la Iglesia y a los hombres del nuevo siglo. Fue ordenado sacerdote el 29 de junio de 1907.
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Testigos de la fe que luego es sumamente concreto en la planificación de sus actividades, y muy avaro con el tiempo. El mapamundi está siempre sobre su escritorio; el mundo es su parroquía, sueña con miles de sacerdotes, religiosas y laicos enamorados de Cristo, deseosos de acercar las masas descristianizadas a la Iglesia. Su frecuente preocupación era la de llegar a todos, llegar pronto, a trevés de los medios más rápidos y eficaces, los instrumentos de la comunicación social. Lo impulsaba el ansia pastoral, el deseo de hacer llegar el Evangelio a todos. Si el hombre ya no viene a las iglesias, la Iglesia tiene que llegar a él, con el Evangelio de la salvación dondequiera que esté, con el lenguaje que le sea comprensible hoy. Soñaba con dotar de la Biblia a todos en sus textos completos, en ediciones para las familias o ilustrada para los niños y analfabetos. Por la experiencia adquirida en sus muchos viajes, visitando sus numerosas fundaciones, afirmaba: “El mundo no comprende ya nuestro lenguaje; es que no nos hacemos entender; y cuando asumimos su lenguaje, ¡el mundo ya está un kilómetro más lejos que nosotros!”. El secreto de su multiforme e intensa actividad fue su vida interior, que hizo posible su adhesión total a la voluntad de Dios, realizando en sí la experiencia de san Pablo: “Para mí la vida es Cristo”. El padre Alberione no se atribuyó nunca el título de padre respecto de la Familia Paulina, sino que dejó traslucir repetidas veces su firme convicción de que había sido elegido como los profetas para llevar a cabo una obra que él debía comenzar en la Iglesia. Fue padre, sí, pero ante todo como modelo de fe. En un siglo marcado por la negación de Dios, por el ateísmo de masas y por la indiferencia religiosa, por la tecnología y el progreso contrapuestos a Dios, el padre Alberione se presenta como hombre de fe y testigo del Absoluto. Tuvo el coraje de partir por “caminos todavía no abiertos”, hacia territorios que necesitaban ser evangelizados y re-evangelizados. Santiago Alberione tomó en serio el llamado de Dios y se confió totalmente a Él. Emprendió su camino como portador de un nuevo futuro para la Iglesia, sabiendo que se convertiría en padre de una descendencia incontable que se unirán a él a lo largo de los siglos, para dar al mundo “todo el Cristo a todo el hombre”; es decir: Jesús Maestro, “Camino, Verdad y Vida”, y así preparar para la humanidad una época nueva, en la cual Dios conducirá eficazmente hacia Cristo a los hombres 50
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La fe del padre Alberione es su única seguridad, por encima de todo cálculo humano. Escribió: “Dios quería cuanto se ha hecho en la Sociedad de San Pablo; comenzaría de nuevo desde el principio, porque era su voluntad”. “Estamos fundamentados en Cristo y en la Iglesia”. por medio de “nuevos apóstoles”, los cuales tendrán por padre a san Pablo, Apóstol de las gentes, y por madre a María, Reina de los Apóstoles. Se veía a sí mismo pobre y desprovisto de todo, por eso firmó con Dios un “cheque” en blanco e hizo con Él un pacto de absoluta fidelidad. Vivía a diario la palabra de Jesús: “Sin mí no pueden hacer nada”, hecha oración: “Por mí solo nada puedo; con Dios lo puedo todo”. Aventajado discípulo de san Pablo, vivió y comunicó a sus hijos e hijas la experiencia del Apóstol: “Para mí la vida es Cristo… Todo lo que hasta ahora consideraba una ganancia, lo tengo por pérdida, a causa de Cristo. Más aún, todo me parece una desventaja comparado con el inapreciable conocimiento de Cristo Jesús. Por Él he sacrificado todas las cosas, pues las considero como desperdicio, con tal de ganar a Cristo y estar unido a Él. Olvidándome del camino recorrido, me lanzo hacia delante, hacia la meta, para alcanzar el premio al que Dios nos llama en Cristo Jesús” (Flp 1, 21; 3, 7-14).
La experiencia total de Cristo lo vivió “por medio de san Pablo”, recibiendo del mismo Apóstol el don de conocimiento vivencial de Cristo y su participación en la vida divina. De aquí deriva la insistente declaración del Fundador sobre el hecho de que sólo a través de san Pablo realiza la Familia Paulina su relación vital con Cristo, interpreta correctamente el Evangelio y vive la propia vocación. “Vaya a san Pablo el reconocimiento más vivo… que es el verdadero Fundador de la Congregación. De hecho, él es su padre, su maestro, su modelo, su protector. Él ha formado para sí esta Familia… Todo es de san Pablo, que es el más completo intérprete del Divino Maestro. Él todo lo impulsó, todo lo iluminó, todo lo sustentó; él fue el guía, el defensor, el sostén. No hemos elegido nosotros a san Pablo, sino que fue él quien nos eligió a nosotros. La Familia Paulina debe ser san Pablo vivo hoy, según la mente del Divino Maestro; y obrar bajo la mirada y con la gracia de María, Reina de los Apóstoles” (CISP 147). Por eso “la Familia Paulina aspira a vivir integralmente el Evangelio de Jesucristo, Camino, Verdad y Vida, en el espíritu de san Pablo. El secreto de grandeza y de riqueza es modelarse según Dios, viviendo en Cristo…, y alimentarse de cada frase del Evangelio según el espíritu de san Pablo”. “El Apóstol de los gentiles es el discípulo que conoce al Maestro Divino en su plenitud: él lo vive en todo, sondea los profundos misterios de su doctrina, de su corazón, de su santidad, de su humanidad y divinidad; lo ve como doctor, hostia, sacerdote; nos presenta al Cristo total, como Él mismo se había definido: Camino, Verdad y Vida” (AD 93-96).
Pues, a través de san Pablo la Familia Paulina se remonta a Cristo, Hijo de Dios y Maestro del hombre. El padre Alberione es el eslabón que nos une a Pablo, y por él, a Cristo y al Padre. Por tanto, nuestra historia se enraíza en Dios, principio y fin de todas las cosas. En las abundantes riquezas (su autobiografía carismática), escribe: “Si, para condescender a la petición de ustedes, quisiera él (se refiere a sí mismo) narrar algo de cuanto aún recuerda, debería contar una doble historia… Todos deben considerar sólo a san Pablo Apóstol como padre, maes-
El padre Alberione dio la vuelta al mundo varias veces para visitar y animar a sus numerosos hijos e hijas esparcidos por los cinco continentes. A su muerte dejaba alrededor de 250 comunidades.
tro, modelo, fundador. De hecho, lo es. Por él ha nacido (la Familia Paulina), por él fue alimentada, él la hizo crecer y de él tomó el espíritu. En cuanto a él (se refiere a sí mismo), por ser el más anciano, tuvo que recibir del Señor y dar a los otros… Así pretendo pertenecer a esta admirable Familia Paulina: como servidor, ahora y en el cielo; donde me preocuparé de quienes empleen los medios modernos y más eficaces para el bien: en santidad, en Cristo y en la Iglesia… Abundantes riquezas de gracia que, por su bondad, Dios ha otorgado a la Familia Paulina en Cristo Jesús; que se han de revelar en los futuros siglos por medio de los nuevos ángeles en la tierra, los religiosos… Todo esto se debe a Dios; todo nos lleva al Magníficat” (AD 1-4). El padre Alberione, como auténtico patriarca, “recuerda”, “medita” la propia historia en sentido bíblico y litúrgico, refiriendo la propia aventura a la Providencia de Dios, y extrayendo una lección capital: la ascendencia paulina de la propia vocación y de la vocación de los suyos. A través de esta ascendencia él, por mediación de Apóstol, “recibe” y “transmite” las insondables riquezas destinadas a enriquecer a la Iglesia “a lo largo de los siglos futuros” mediante los “nuevos ángeles”: los religiosos y las religiosas de la Familia Paulina. Murió el 26 de noviembre de 1971, en Roma, a la edad de 87 años. Sus últimas palabras inteligibles fueron: “Muero... ¡El cielo!... ¡Ruego por todos!” Mientras estaba en agonía, lo visitó Pablo VI, acompañado de pocos íntimos. Fue el homenaje del pastor máximo a uno de los más preclaros hijos de la Iglesia contemporánea. Fue beatificado por Juan Pablo II el 27 de abril del 2003. julio / septiembre - 2013- Vida pastoral no 151
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Opinión
Por: Luis Rosas (Semper Gaudens)
Cuando Jesús, nuestro Señor, se despide de los apóstoles, les dice que el Espíritu Santo les será enviado para fortalecerlos, inspirarlos y confirmarlos en las cosas que Él les había enseñado para impedir que las olvidaran y para que las entendieran. En el Evangelio de san Juan, (16, 12-13) dice: “Todavía tengo que decirles muchas cosas, pero no pueden entenderlas ahora. Cuando venga Aquél, el Espíritu de la verdad, los guiará hacia toda la verdad, pues no hablará por sí mismo, sino que dirá todo lo que oiga y les anunciará lo que va a venir”; y en Lucas 24, 49: “Y sepan que yo les envío al que mi Padre ha prometido. Ustedes permanezcan en la ciudad hasta que sean revestidos de la fuerza de lo alto”. 52
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A
través de la historia, Dios ha inspirado a la Iglesia para que enseñe la verdad y guíe al pueblo cristiano a la salvación prometida.
Sin embargo, y al igual que la parábola del trigo y la cizaña, el enemigo no ha cejado en su intento de destruir la obra de Dios entre los hombres. Cuando suscitó a aquellos que lo clavaron y mataron en la Cruz, le pareció que había arruinado la obra de Dios triunfando y destruyendo su plan. Tardíamente descubre su error y se lanza en la lucha abierta contra la Iglesia. Todo esto para que se dé cumplimiento a la sentencia de Dios en Génesis 3, 15: “Pondré enemistad entre ti y la mujer, entre tu linaje y el suyo; él te herirá en la cabeza, mientras tú pretendas morderle en el talón”. La cabeza le ha sido aplastada, pero su acecho no termina, pues continúa con la pretensión de morder el talón y destruir a quien lo aplasta. Y es eso lo que ha tratado de alcanzar a través de la historia. Persecuciones de toda índole, divisiones, herejías, cismas... no obstante eso la Iglesia se ha mantenido firme y vigorosa, aunque por momentos parezca extinguirse. Quizá observando que todo ha resultado inútil, ha recurrido al método que le es propio por naturaleza: la mentira. Para que la mentira sea más eficaz, la ha revestido con apariencia de verdad, erudición y elocuencia.
Mejor aún, ambientado con sentencias y aproximaciones bíblicas maliciosamente interpretadas y astutamente divulgadas. Crea y se aprovecha entonces de un escenario seductor y atractivo en apariencia que confunde a estudiosos, indoctos y distraídos, sobre todo si son rebeldes al Magisterio de la Iglesia. El método moderno consiste en
buscar elementos de la historia y acusar a la Iglesia, valiéndose del desconocimiento que sobre esa época tienen la mayoría de las personas por no ser un tema cotidiano, de modo tal que se pueda inocular la mente de la mayor cantidad de ellas, tanto católicas como anti católicas, haciendo trastabillar la fe de los primeros y envalentonando a los segundos. Poco vale que el católico sea un presbítero, laico o profesor de un seminario. Bastará que algún escritor una vez bebido el líquido embriagante de la mentira, lo adopte y lo escriba en algún volumen denso y de un cierto alto precio para que parezca digno de todo seguimiento de un católico que se considere ilustre y prestigioso. Sobre todo si se emplean las técnicas más recientes de mercadeo y ventas. A los enemigos de la Iglesia poco les importará el descubrir que se apoyan en falsedades porque el deleite de sentir que diezman de algún modo a la tan aborrecida Iglesia católica, le nublan todo discernimiento.
Opinión
En este escenario se encuentran El código Da Vinci, El caballo de Troya, entre otras. Una persona católica me decía a propósito de este último que el Cristo que allí se describía sí era digno de ser creído. Poco valía para ella que estuviera reñido con el Jesús de la historia, que es el mismo que el de los evangelios. Le bastaba que fuera simpático y moderno. Así sí podía creer. Por supuesto, existen no sólo estos casos, sino muchos otros que se apostan en ángulos diferentes y todos casi al unísono disparan sus proyectiles. Como muestra he escogido el siguiente ejemplo que, creo, ilustra diáfanamente lo hasta ahora escrito: Todo empieza con el ministro protestante Alexander Hislop, quien escribió el libro Las dos Babilonias publicado en 1858, en el que planteaba que la religión católica tenía notables similitudes con la religión que se practicaba en Babilonia en la antigüedad. Esto probaría, según él, la falsedad y paganismo. Sostiene que la religión babilónica ha continuado hasta nuestros días a través de la Iglesia católica, con los respectivos disfraces para pasar inadvertida. No obstante estar plagado de toda suerte de inexactitudes, poco importaba, porque el ataque a la Iglesia Católica era implacable. Decía que existían dos Babilonias a saber, la ya conocida y también ahora la Iglesia católica.
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El libro fue de impacto en ventas y creó una fiebre anti católica, así como la mayor cantidad de muy prolíficas interpretaciones libres del libro del Apocalipsis de la Biblia. Era cuestión apenas de introducir la mano en su imaginación después de leer el libro, mezclarlo con el texto del Apocalipsis, aderezado con el sentimiento anticatólico para que las más fantásticas y disonantes figuras y acusaciones cobraran vida. Se demostraba, según él, que la Iglesia católica era la gran ramera del Apocalipsis, y que la Virgen María sería una diosa llamada Semiramis, etc. Inspiró la imaginación de muchos anti católicos que escribieron varias obras todas relativas a la Iglesia católica presentándola como la “gran ramera de Babilonia”, entre otros calificativos. Otro pastor protestante anti católico llamado Ralph Woodrow escribió y publicó en 1966 otro libro que sería como una especie de resumen del de Hislop, sólo que en un lenguaje más sencillo y atractivo: Babilonia, misterio religioso, en el que continuaba con las clásicas acusaciones en contra de la Iglesia católica como, por ejemplo: La cruz, afirmaba, era un símbolo babilonio, la Eucaristía en su forma redonda era asociada con el Dios sol que adoraban también los babilonios. Según él, los cardenales de la Iglesia católica, en un momento de la historia, confabulados en secreto y ambiciosos, implantaron estas prácticas. El libro se vendió como pan caliente. Muchas mentes fueron afectadas por estas ideas haciendo que personas sencillas se convirtieran en anti católicas y que incluso algunos católicos dudaran de su fe.
Unos años después ocurrió un hecho inesperado. En 1997 (unos treinta años después de su primer libro) Woodrow, escribe otro, ¿La conexión babilonia?, en el que se retracta abiertamente de lo escrito en el primero. Con estas palabras explique que (la traducción es libre): “En mi temprana experiencia cristiana, cierta literatura cayó en mis manos proclamando que el paganismo se había mezclado con el cristianismo. Mientras que la Iglesia católica era usualmente el objetivo, parecía que también otros grupos se habían contaminado... Cuando era un evangelista joven, empecé a utilizar un sermón sobre la mezcla de cristianismo y paganismo y eventualmente escribí un libro basado en Hislop, “Babilonia, religión misteriosa”. Con el tiempo mi libro se hizo muy popular y fue objeto de varias ediciones traduciéndose al coreano, alemán, español, portugués y otros idiomas. Llegué a ser considerado una autoridad en este tema... Muchos preferían mi libro sobre el de Hislop, porque resultaba más fácil de entender y seguir. Algunos confundían un libro con el otro. Incluso alguien llegó a calificarme como “El reverendo Hislop”. Llegaban cartas de manera continua y muy pocas que estuvieran en desacuerdo. Una de ellas, sin embargo, era de Scott Klemm, un profesor de historia de una escuela del sur de California, quien siendo un cristiano y apreciando otros de mis escritos, empezó a mostrarme evidencia de que Hislop no era un historiador confiable. Como resultado me di cuenta de que necesitaba revisar el trabajo de Hislop, que era la fuente básica de mi escrito y en actitud de oración revisarla con cuidado. A medida que lo hacía, fui evidenciando que la historia de Hislop era frecuentemente mitología. Incluso cuando los mitos pueden a veces
reflejar eventos que realmente ocurrieron, un arreglo arbitrario de mitos antiguos no son fundamento sólido para la historia. Tome suficientes tibus, bastantes cuentos, bastante tiempo, salte de una época a la otra, de un país al otro, seleccione y escoja semejanzas y cualquier cosa puede ser probada... ”1. Pero el daño estaba hecho. En Internet existen muchos sitios que continúan promoviendo el primer libro ignorando la tardía retractación del autor, ya sea porque desconocen ésta o por malicia. La primera edición aún se puede comprar en editoriales que publican el primero y no el segundo libro. Estas personas (incluso algún escritor y profesor católicos) repiten con evidente titubeo esos errores producto de la imaginación y sentimientos anticatólicos. Presumo que no conocen sobre la retractación de Woodrow.
Nos referiremos al autor como “Hislop” en lugar de “Rev. Hislop” sin que esto pretenda ser una falta de respeto. Quienes deseen verificar por sí mismos esta retractación, la podrán encontrar con facilidad en http://www.amazon.com/
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Ésa es la batalla contra el mal, quien emplea la técnica de una gota de veneno en un galón de agua pura. Es frecuente escuchar en personas cristianas no católicas argumentado según la primera edición del libro de Woodrow. Peor aún escuchar de algún católico hacerlo también. Bastaría recordarles la segunda obra en que aparece la retractación para zanjar el asunto. G.K.Chesterton lo describe de la siguiente manera: El mundo moderno no acepta dogmas sobre autoridad alguna; pero si acepta cualquier dogma que se base en la ausencia de autoridad. Diga Ud. que una cosa es así, según el Papa o la Biblia, y será tomado como superstición. Pero si su enunciado lo acompaña con frases como “Ellos dicen”, “¿No sabía Ud. esto?, “lo dijeron en aquel canal de televisión de cable”, o trate (y falle) de recordar el nombre de algún profesor mencionado en algún periódico, y el agudo racionalismo de la mente moderna llevará a su interlocutor a aceptar cada palabra que Ud. diga.
en librería DE JULIO A SEPTIEMBRE LEEMOS
EL RECOMENDADO ES... SAN FRANCISCO DE SALES, SU COMBATE CONTRA EL DEMONIO San Francisco de Sales, obispo de Ginebra de 1602 a 1622, emerge en una época oscura del pensamiento, caracterizada por el analfabetismo tanto del clero como del pueblo. Reconocido como doctor de la Iglesia, también sostuvo un encarnizado y permanente combate contra el demonio. Una de sus principales causas fue combatir el pecado, raíz de todo mal. En el transcurso de su ministerio, exorcizó y liberó del demonio a más de cuatrocientas personas. El método que él proponía se fundaba en el amor evangélico, una intensa vida de oración y el recurso a los sacramentos, sobre todo la confesión bien hecha. Nunca recurrió a talismanes, ni bebedizos extraños como se acostumbraba en aquella época. Gilles Jeanguenin, sacerdote oblato secular de la Orden de San Benito y conocido exorcista en la diócesis de Albenga-Imperia (Italia), logra transmitir en una prosa muy amena la personalidad de Francisco de Sales, el ardor de su fe y la fineza de su pensamiento. El libro comprende textos escritos por san Francisco y testimonios elocuentes y conmovedores sobre la santidad de su vida. El autor hace un minucioso seguimiento de la manera como Francisco de Sales entendía al Maligno y del modo como lo combatió; narra los obstáculos que tuvo que atravesar el santo en su lucha contra el mal
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¿PUEDO CONFESARME POR E MAIL?
valiéndose únicamente de las armas de la fe y el Evangelio. Habla de la tentación, del discernimiento de los espíritus de san Francisco, su capacidad sobrenatural para sondear los corazones, develar los engaños del demonio y comprender las vías naturales por las cuales se revela la voluntad de Dios. En palabras del autor: “Francisco percibía la acción del Espíritu Santo en las almas que dirigía, y sabía distinguir, con la misma claridad, las verdaderas posesiones de toda otra simulación, turbación interior o enfermedad psíquica”. Un apasionante tema, tratado con seriedad y de manera también apasionante siguiendo la figura de un santo que supo guiar a otros a la conversión y liberación del pecado, desde una perfecta humildad y servicio a Dios. El autor presenta, además, una reflexión en la cual comparte con el lector su experiencia en materia de exorcismo y de vida espiritual.
¿Debería comentar esto en mi próxima confesión? ¿Está bien donar nuestros órganos internos? ¿Podemos casarnos con alguien que se rehúsa a tener hijos? Si soy soltera, ¿puedo utilizar la ciencia para tener bebés? ¿Deberíamos darle a nuestro hijo todas las vacunas guardadas en el consultorio del médico? ¿Pecamos cuando hacemos algo que nuestra conciencia dice que está bien? ¿Es suficiente confesar nuestros pecados a Dios? Estas y otras preguntas se hacen muchos cristianos que tienen dudas acerca de su fe, que como se dice comúnmente son “creyentes pero no practicantes” y, por tanto, aunque son bautizados ignoran los principios esenciales de la fe cristiana y se confunden fácilmente ante los desafíos que presenta la vida moderna. La autora responde a estos interrogantes fundamentándose en el Magisterio de la Iglesia, el Catecismo de la Iglesia Católica y la Sagrada Biblia. Su libro se convierte en un excelente manual para aquellos católicos que desean informarse bien y “salir de dudas” respecto a ciertos temas básicos relativos a la doctrina como el pecado, los sacramentos, la ética médica, la vida eterna, el purgatorio, el aborto, la anticoncepción, entre otros temas que preocupan a los fieles.
El COMPENDIO CONTADO POR LOS CHICOS Un libro que comprende las verdades fundamentales de la fe cristiana, dirigido, especialmente, a los preadolescentes y adolescentes. Su propósito es hacer conocer y comprender las verdades de la fe cristiana de manera divertida, contándolas mediante aquello que los chicos y chicas viven cada día en su pequeño, gran universo, hecho de tareas escolares, amistad, catequesis y vida en la comunidad cristiana. El texto de referencia utilizado es el Compendio del Catecismo de la Iglesia Católica. Las ilustraciones le dan vida a la narración, que no es simplemente la presentación del dogma cristiano, sino más bien su comprensión a partir de las preguntas que se hacen los adolescentes, su experiencia cotidiana, sus emociones y el misterio que ven en ciertas verdades de la fe.
Tal y como se señala en las primeras páginas, el texto puede ser leído de seguido, pero puede también ser utilizado de diversas maneras, por ejemplo: Escoger el tema que se quiera considerar. Leer el relato e imitarlo. Leer las referencias en el Compendio y buscar ulteriores referencias en las páginas de los catecismos. Hacer que los chicos reformulen un nuevo diálogo. Sin lugar a dudas, un excelente material para el trabajo de catequistas y animadores.
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Cultura Por: Constanza Moya
¿Por qué
es importante
estimular
la
buena lectura en los
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niños?
n abril pasado tuvimos la feria del libro en Bogotá, con Portugal como país invitado. Y como ocurre después de cada feria, aparece la misma pregunta: ¿qué tanto leen los colombianos? Las estadísticas refieren que leen 2.2 libros al año. Sin embargo, la feria contó con 400.000 visitantes y, como bien se preguntaba una periodista: “¿A qué va la gente a la feria si no lee?”. Pareciera que existe una cierta preocupación generalizada por los libros y la lectura, pero no una claridad sobre por qué es importante leer y por qué es necesario incentivar en los niños el hábito de la lectura, cabe decir, de la buena lectura. Tal como refería la periodista citada, en una columna de El Espectador, pareciera que estamos generando consumidores de libros y no lectores (cf. http://www.elespectador.com/opinion/columna418001-lectores-o-consumidores).
E
Para esto es importante contribuir en la formación de buenos lectores y ofrecer, entonces, a nuestro público libros de calidad. Como señala Michèle Petit −reconocida antropóloga francesa, con estudios en sociología y psicoanálisis, y con una trayectoria de más de 17 años en investigación sobre la lectura−, el libro no es “solamente” un objeto sino un concepto, un elemento que refleja la sociedad actual. Por eso, un ciudadano distinto se va construyendo en cada lectura. De ahí la importancia de proporcionar buenos libros y buenas lecturas a nuestros niños. A través de ellas se va configurando un sujeto particular.
Como editorial católica, la misión de Editorial San Pablo es fomentar los valores humanos y cristianos, y esto se hace a través de los distintos medios de comunicación, entre ellos, los libros, no importa su formato, impreso o digital. en Colombia el Ministerio de Cultura ha trabajado arduamente en la promoción de la lectura con proyectos como Libro al viento. La experiencia que se ha hecho con población desplazada ha permitido concluir que la lectura siembra mayores esperanzas en las personas que sufren crisis o que han sido víctimas de conflictos armados, y también que sociedades lectoras tienen menos probabilidades de ser violentas. Según Michèle Petit: “En contextos como en Colombia, donde hay programas de lectura para chicos desvinculados a causa del conflicto armado, abandonados, la lectura permite que la gente hable entre sí, que recuperen la palabra. Claro que también hay tiempos de silencio, pero se desencadena un proceso, relanza el pensamiento, la memoria. Algo se alivia”.
Para la antropóloga, la literatura nos da otro lugar, otro tiempo, nos deja respirar. Y es que la lectura apela a la imaginación, nos permite ampliar el universo, comprender y crear estructuras narrativas que, de otro modo, difícilmente lograremos establecer. Por esta razón es importante ofrecer a los niños lecturas de calidad, de tal manera que desarrollen el lenguaje, se relacionen mejor con su realidad y generen propuestas creativas que les permitan salir de sí mismos y mostrar lo que sienten y lo que piensan. Pero si estas lecturas no son dirigidas, si dejamos que acunen en sus manos libros vacíos que subestiman sus capacidades o les permitimos acceder, a través de la lectura, a realidades que no son aptas para su edad, estaremos cayendo en el error de volverlos simples consumidores moldeados y moldeables por el mercado a través de los medios de comunicación. De ahí que sea importante que los padres de familia y docentes se capaciten acerca de los buenos libros que pueden recomendar a sus hijos o alumnos, porque son ellos los mediadores principales en la formación de un público lector en las nuevas generaciones.
Ser lector es una práctica comunicativa. Nuestras lecturas influyen en la manera de relacionarnos con nosotros mismos, con el otro y con la realidad en general. Por eso,
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Biblia
¿
Por: Ariel Álvarez Valdés
Cómo
Juan el Bautista
murió
Dos versiones de un crimen
?
L
a muerte de Juan el Bautista, ocurrida en el transcurso de una trágica fiesta de cumpleaños, es uno de los crímenes más conocidos de la historia. Únicamente los evangelios de Mateo y Marcos la cuentan. Lucas y Juan la omiten. A su vez, de los dos evangelios que la cuentan, Marcos trae el relato más completo y original, pues Mateo presenta sólo una versión abreviada tomada de Marcos. Por lo tanto, de los libros bíblicos, Marcos es el que proporciona la información mejor y más precisa sobre ese hecho. Ahora bien, ¿es histórico el relato de la muerte de Juan el Bautista narrado por san Marcos? ¿Podemos aceptarlo así como está, con todos sus detalles? El problema se plantea porque existe una versión distinta, contada por un historiador judío llamado Flavio Josefo, del siglo I. Este escritor compuso, alrededor del año 93 d.C., una obra titulada Antigüedades Judías, en la que narra la muerte de Juan de un modo diferente.
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El juramento imprudente Veamos primero el relato de Marcos, que dice así: “Herodes había hecho arrestar a Juan y lo había encadenado en la cárcel, por causa de Herodías, la mujer de su hermano Filipo, con quien Herodes se había casado. Porque Juan le decía: «No te es lícito vivir con la mujer de tu hermano». Por eso Herodías odiaba a Juan, y quería matarlo. Pero no podía porque Herodes admiraba a Juan; y como sabía que era un hombre justo y santo, le tenía respeto. Por eso lo protegía. Y al oírlo, quedaba asombrado y lo escuchaba con gusto”.
“Y llegó el día oportuno, cuando Herodes, con motivo de su cumpleaños, dio un banquete para los nobles, los oficiales y la gente importante de Galilea. Entonces entró la hija de Herodías a bailar. Y le gustó tanto a Herodes y a sus invitados, que el rey dijo a la muchacha: «Pídeme lo que quieras y te lo daré». Y le juró: «Lo que me pidas te daré, aunque sea la mitad de mi reino». Ella salió y le consultó a su madre: «¿Qué le pido?». La madre le respondió: «Pídele la cabeza de Juan el Bautista». Inmediatamente la muchacha corrió a donde estaba el rey y le dijo: «Quiero que ahora mismo me des la cabeza de Juan el Bautista en una bandeja». El rey se puso muy triste, pero no quiso negárselo porque se lo había jurado delante de los invitados”. “Al instante mandó el rey a un verdugo para que le trajera la cabeza de Juan. El guardia fue a la cárcel, y le cortó la cabeza. Luego la puso en una bandeja y se la trajo a la muchacha; y la muchacha se la dio a su madre. Cuando se enteraron los discípulos de Juan, vinieron a recoger el cadáver y lo llevaron a enterrar” (Mc 6, 16-29).
Una familia complicada Al comienzo del relato ya encontramos un error. Marcos afirma que Herodías (la esposa de Herodes) había estado casada antes con un hermano de éste llamado Filipo (6, 17). Es cierto que Herodías había estado casada antes con un medio-hermano de su marido, pero no se llamaba Filipo sino Herodes como su actual marido.
Los dos Herodes Un segundo error que comete Marcos, es llamar a Herodes “rey” (6, 14). En efecto, hubo dos Herodes en la vida de Jesús. El primero es el célebre “rey Herodes”, que gobernaba el país cuando Jesús nació. Fue el cruel monarca que, según Mateo, luego de recibir en Jerusalén a los Magos venidos de Oriente, ordenó matar a todos los niños de Belén y sus alrededores buscando eliminar al niño Jesús (Mt 2, 13-18). En cambio, durante la vida adulta de Jesús, quien gobernaba el país era un hijo del rey Herodes, llamado también Herodes, con el sobrenombre de Antipas. Pero este Herodes no era “rey”, sino sólo “tetrarca”, un titulo inferior al de rey (viene de “tetras” = cuatro, y “arqué” = gobernante; es decir, “el que gobierna la cuarta parte de un territorio”). Este “tetrarca Herodes” es el que hizo matar a Juan Bautista y también el que participó en el juicio a Jesús (Lc 23, 8-12). Mateo y Lucas, a este segundo Herodes lo llaman correctamente “tetrarca” (Mt 14, 1; Lc 3, 1). En cambio Marcos lo llama erróneamente “rey”, lo cual ha llevado a muchos lectores a confundirse, y a pensar que este Herodes de la vida adulta de Jesús es el mismo “rey Herodes” de la infancia.
Puede parecer raro que dos medio-hermanos se llamen igual. Pero sabemos que la familia de Herodes era sumamente complicada. El famoso rey Herodes (su tronco central) estuvo casado con diez esposas, algunas con el mismo nombre; y con ellas tuvo numerosos hijos, varios de los cuales se llamaron Herodes (a los que los historiadores suelen ponerle un sobrenombre para distinguirlos). Por eso no es extraño que Marcos, que no era un minucioso historiador, se haya confundido y haya dicho que el primer marido de Herodías se llamaba Filipo (cuando en realidad Filipo era otro hermano de su marido). Algunos comentaristas de la Biblia, para salvar el error de Marcos, dicen que el primer marido de Herodías se habría llamado “Herodes Filipo” (uniendo los dos nombres: el correcto, “Herodes”, y el erróneo “Filipo” dado por Marcos). Pero un personaje llamado “Herodes Filipo” no existió jamás, fuera de la imaginación de esos comentaristas. julio / septiembre - 2013 - Vida pastoral no 151
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Por la mujer de su hermano Un tercer elemento dudoso del relato de Marcos es el motivo del arresto de Juan. Según el evangelista, Antipas lo arrestó porque el Bautista lo había criticado por su matrimonio irregular con Herodías (6, 17). En efecto, en un viaje que Antipas hizo a Roma hacia el año 27 d.C., se alojó en casa de su medio hermano Herodes. Éste llevaba una vida privada tranquila en la capital del Imperio, viviendo como ciudadano común. Estaba casado con Herodías, mujer ambiciosa y de carácter, que no se resignaba a la oscura existencia que llevaba. Cuando se conocieron Herodías y el poderoso Antipas, se encendió la vanidad en ella y la pasión en él;
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y ambos se pusieron de acuerdo en que ella abandonaría a su marido de Roma y se iría con su cuñado; y que Antipas, apenas llegara a Galilea, despediría a su mujer. Este segundo matrimonio del tetrarca seguramente produjo gran escándalo en Galilea, ya que violaba abiertamente la Ley de Moisés (de Lv 20, 21), que prohibía el casamiento de una mujer con dos hermanos. Y según Marcos, Juan el Bautista fue el que se atrevió a denunciar públicamente semejante inmoralidad. Por eso terminó con sus huesos en la cárcel.
Por razones políticas Sin embargo, por Flavio Josefo sabemos que el motivo del encarcelamiento de Juan fue otro. El historiador judío escribe: “Grandes muchedumbres acudían a escuchar a Juan (el Bautista), debido a la enorme fuerza de atracción que ejercían sus palabras. Entonces Herodes tuvo miedo de que Juan aprovechara esta extraordinaria influencia que tenía para incitar a sus seguidores a una rebelión, pues parecía que todo el mundo hacía caso a sus palabras. Y consideró que era mejor eliminarlo a tiempo, antes que tener que lamentar más tarde las revueltas que este hombre peligroso pudiera ocasionar. Y de ese modo Juan, a causa de esta sospecha, fue encadenado y conducido a la fortaleza de Maqueronte, en donde fue ejecutado” (Antigüedades Judías 18, 5).
Según Marcos, el motivo de la prisión del Bautista fue de orden moral: las críticas al matrimonio adúltero del gobernante. En cambio, para Flavio Josefo fue de orden político: los temores de Antipas a un levantamiento social. Es probable que lo que cuenta Josefo sea lo más correcto. Porque aun cuando Juan hubiera criticado a Herodes por su situación matrimonial ilícita, el tetrarca debió haber tenido motivos mucho más graves para hacer encarcelar a alguien tan popular y querido por el pueblo, con el riesgo que eso significaba. También el comentario que hace Marcos, de que Herodes frecuentaba al prisionero en la cárcel, y que lo escuchaba con agrado (Mc 6, 20), es un intento de minimizar las causas políticas del arresto, y que no cuadran con la versión de Marcos. ¿Cómo Herodes podía escuchar con agrado a alguien que lo trataba de inmoral y pervertido? Y ¿cómo Juan, por su parte, consentía en platicar apaciblemente con él?
¿Doble personalidad? Un cuarto elemento dudoso del relato evangélico es el extraño proceder de Herodes. En efecto, en el v. 17 leemos que el tetrarca mandó a encarcelar al Bautista sin consideración alguna y que no sólo lo encerró sino que lo tenía “encadenado”. Pero a partir del v. 19 el cuadro cambia. Ahora dice que en realidad era Herodías la que perseguía a Juan y quería matarlo, mientras que Herodes lo “admiraba”, lo consideraba “justo y santo”, lo “respetaba”, e incluso lo “protegía” y defendía de las
asechanzas de su mujer (el verbo synetêrei significa literalmente “defender a alguien de daños y muerte”). El mismo encarcelamiento, en el relato de Marcos, parece más una custodia protectora para Juan que un suplicio. ¿Cómo podía Herodes tener un comportamiento tan ambiguo? Evidentemente el relato de Marcos no está contando una crónica rigurosamente histórica.
Los invitados al cumpleaños Un quinto detalle problemático del evangelio es el lugar de la muerte de Juan. Marcos no dice dónde ocurrió, sólo señala que fue durante el cumpleaños de Herodes Antipas. Pero por el contexto de su relato da a entender que tuvo lugar en Galilea. En efecto, al mencionar que Antipas organizó su fiesta “para los nobles, los oficiales y la gente importante de Galilea” (6, 21), sugiere que se celebró en la ciudad de Tiberíades, en Galilea, la capital de Antipas, y donde éste tenía su palacio. Sin embargo, Flavio Josefo cuenta que Juan el Bautista no murió en la provincia de Galilea sino en la provincia de Perea, en una fortaleza llamada Maqueronte. Es que Herodes Antipas gobernaba sobre dos provincias: una era Galilea, al norte del país (en donde estaba la capital, Tiberíades) y la otra era Perea, al sudeste (en donde estaba la fortaleza de Maqueronte). Su jurisdicción era, pues, bastante incómoda, ya que gobernaba dos provincias separadas entre sí.
Un regalo a las apuradas Ahora bien, como Juan el Bautista predicaba y bautizaba en la provincia de Perea, es lógico pensar que los soldados de Antipas al apresarlo lo llevaran a la fortaleza de Maqueronte, que estaba en la provincia de Perea. Lo cual le da la razón una vez más a Flavio Josefo. ¿Pero no es posible que la fiesta se haya celebrado en Galilea (como dice Marcos), y que desde allí Antipas haya ordenado que mataran al Bautista
biblia en Maqueronte (como dice Josefo)? Según el evangelio, esto no es posible, ya que la prisión y la fiesta parecen hallarse en el mismo lugar. Pues vemos que la niña, luego de bailar, le dice al tetrarca que quiere que le traigan “ahora mismo” la cabeza de Juan el Bautista; y ella espera a que el verdugo vaya, cumpla la orden, y vuelva. Y Maqueronte está ¡a 175 kilómetros de Tiberíades! ¿Cuántos días habría tenido que esperar la muchacha para que le trajeran su macabro regalo? Aquí también, pues, Marcos ha dado una información histórica inexacta. Pero no es que el evangelista se equivoque. No. Él no pretendió en su relato transmitir una precisión histórica, sino un mensaje teológico. Por eso ambienta a propósito la muerte de Juan en Galilea. Porque al ser ésta la región donde vivía y predicaba Jesús, muestra que el martirio del Bautista iba presagiando el trágico final de Jesús de Galilea.
Otra reina, otros tiempos Juan, pues, no fue encarcelado por agravios morales, sino por cuestiones políticas, y no murió en Galilea, sino en Perea. Pero queda todavía una pregunta: ¿murió en medio de un banquete? El historiador Flavio Josefo, a quien hemos seguido hasta ahora, sólo dice que “fue llevado a la fortaleza de Maqueronte y allí fue ejecutado”, sin precisar las circunstancias. Pudo, pues, haber sido en me64
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dio de un banquete celebrado en la fortaleza. Sin embargo, muchos biblistas opinan que los detalles de la fiesta, relatada por Marcos, no son históricos sino que están inspirados en una obra del Antiguo Testamento: el libro de Ester. En efecto, esta obra cuenta que cierto día, el rey de Persia organizó un opulento banquete para los nobles, los oficiales y la gente importante de su reino (Est 1, 1-3). Cuando el rey se encontró alegre por el vino, hizo llevar ante él a la reina para que todos la admiraran (Est 1, 9-11). Luego, durante otro banquete, el rey pregunta a su nueva reina: “¿Qué deseas pedir, reina Ester? Lo que me pidas te daré. Aunque sea la mitad de mi reino” (Est 7, 2). Marcos se inspira en estos dos banquetes para su relato. Con una diferencia. Mientras Herodías pide la muerte (de
Juan), la reina Ester pide la vida (de los judíos del país, que estaban en peligro) (Est 7, 3-4). Es posible, por lo tanto, que Juan muriera durante un banquete, como relata Marcos. Pero los detalles de la fiesta parecen más bien tener un origen popular y legendario, de donde los habría tomado el evangelista. Se trata de un relato surgido de la gente, que estaba dolida por la muerte de su querido predicador, y que mediante ese relato intentaba mostrar la diferencia entre la reina Ester (ejemplo de mujer judía), y la “reina” Herodías (ejemplo de mujer perversa y fatal). Notemos, por ejemplo, que la frase “te daré aunque sea la mitad de mi reino”, así como está, difícilmente la haya podido pronunciar Antipas; porque él no tenía “reino” sino “tetrarquía”.
El temor a la gente Diez años después de Marcos, escribió Mateo su evangelio. Para ello se basó en su predecesor. Pero cuando llegó al relato de la muerte del Bautista, le añadió algunos cambios (Mt 14, 3-12). Ante todo, no le pareció lógico que una persona tan inmoral como Antipas pudiera sentir respeto por Juan, ni que mantuviera con él conversaciones de ningún tipo. Por eso, en lugar de decir, como Marcos, que Antipas no lo mataba porque lo admiraba, dice no lo mataba “por temor a la gente, que lo consideraba un profeta” (v. 5). También elimina la consulta que la bailarina va a hacerle a su madre. Según Mateo, cuando el tetrarca le pregunta qué quería, “ella, aconsejada por su madre, respondió”. Es decir, como si madre e hija se hubieran puesto de acuerdo ya de antemano para pedir el tétrico regalo. Por último, Mateo añadió al final de su relato que los discípulos de Juan, luego de enterrar el cadáver, “fueron y le contaron a Jesús”. De este modo, Mateo quiso subrayar el entendimiento y las buenas relaciones que había entre Juan y Jesús, y entre sus discípulos y Jesús.
Aprender a perder la cabeza Cuenta una leyenda que, cuando la perversa Herodías tuvo entre sus manos la cabeza de Juan, no pudo contener su satisfacción, y con un alfiler de oro atravesó la lengua de quien se había atrevido a denunciar públicamente su inmoralidad. El relato muestra hasta dónde la tradición posterior continuó ensañándose con Herodías.
Hoy en día en que tantos “pierden la cabeza” por tonterías, el ejemplo del Bautista nos enseña que es posible perderla por cosas más importantes. Sea cual fuere la razón de la muerte del Bautista, san Marcos la incluyó en su evangelio con una clara intención: mostrar que Juan no sólo preparó los caminos de Jesús, sino también preparó su desenlace; que la muerte de Juan, aparentemente sin sentido, tuvo un importante significado: preparar la muerte de Jesús. Por eso Marcos la cuenta antes de que Jesús anunciara por primera vez su futura pasión. El austero profeta precursor, más que “una voz que grita”, como él mismo se definió (Jn 1, 23), había sido un trueno que retumbó con estridencia, ante la corrupción del tetrarca que manejaba el poder a su antojo, sin importarle el sufrimiento de la gente ni el padecimiento del pueblo humilde. Por eso Juan perdió la cabeza.
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Pido la palabra RIQUEZA MÁS GRANDE – LA FE Por: Hna. María Esperanza López, rcs
Año de la fe, año de gracia y bendición, año para es hacer un alto y tomar conciencia de lo que tengo: qué creo, por qué creo, de que me sirve lo que creo y qué hago con lo que creo. Gran inicio para ir echando raíces fuertes, profundas y firmes. Este Año de la fe, que inauguró el papa emérito Benedicto XVI –La Puerta de la fe, es la oportunidad para darme cuenta de este gran don, regalo, gracia y gracia perenne que no tiene precio: “La fe, regalo maravilloso con el que he sido adornado desde el día de mi bautismo”. Es mi deber y responsabilidad con el pasar de los años ir alimentándola. ¿Y cómo? 1. Frecuentando y recibiendo los sacramentos, especialmente la confesión y la Eucaristía. 2. La oración diaria y continua, a veces a solas otras en familia o en comunidad. 3. Sacando tiempo para el estudio, la reflexión, retiros, encuentros relacionados con temas de nuestra doctrina católica. 4. Participando en algún grupo parroquial. 5. Sirviendo con gran celo apostólico en algún ministerio. 6. Saboreando y practicando cada día la Lectio Divina; teniendo como modelo a la mujer creyente que dijo siempre sí, María santísima quien con su gran amor creyó, confió, esperó y se entregó hasta llegar a exclamar: “El Poderoso ha hecho obras grandes en mí”. María santísima es la mujer fuerte del Evangelio que fue capaz de demostrarnos que cuando se da un sí es dejar que las huellas del amor de Dios hagan maravillas en nuestra vida. La fe es confiar, abandonarse en las manos de Dios, creer y ser fiel en todo momento, es saber ver en las dificultades, incredulidad, problemas, accidentes y sinsabores que trae la vida como un camino de crecimiento en la fe.
Amable lector, este Año es la oportunidad para rescatar y valorar este tesoro precioso que hemos recibido y que no se puede estancar. Es tu deber como cristiano, fortalecer, revivir, purificar y crecer en la fe. La Iglesia católica te ofrece todos los medios, aprovéchalos… La fe no se compra, no se vende, no se negocia ni se chantajea con ella, dentro de los 1000 millones de católicos que formamos parte del cristianismo, somos privilegiados, no sólo ve a la puerta de la fe, entra, navega, agradece, conoce, comparte y defiende la fe que te ha sido dada. La fe se fortalece dándola. Repite cada día: Señor, gracias por la vida, por la fe, yo creo, aumenta mi fe. Termina haciendo el acto de fe más grande, como lo hizo el gran apóstol santo Tomás: ”Señor mío y Dios mío”. La fe es el único antídoto para combatir las tentaciones y una vida light atrapada en las fuerzas del mal, del pecado. Porque tuve fe, creí, esperé, confié, encuentro luz en mi camino y sigo diciendo: “Señor, yo creo, pero aumenta mi fe”.