Obra editada bajo licencia Creative Commons 3.0: Reconocimiento - No Comercial - Sin Obra Derivada (by-nc-nd) © de la edición, Sans Soleil Ediciones, Vitoria-Gasteiz, 2018 © de la introducción y los textos, V. David Almazán Tomás, 2018 Diseño gráfico: Mikel Escalera Maquetación: Sandra Rodríguez García Corrección de textos: Isabel Mellén ISBN: 978-84-947354-6-2 Depósito legal: VI-62-201 Imprime: Kadmos WWW.SANSSOLEIL.ES Contacto: info@sanssoleil.es
K AT S U S H I K A H O K U S A I MANUAL DE DIBUJO ABREVIADO
K AT S U S H I K A H O K U S A I MANUAL DE DIBUJO ABREVIADO
略画早指南 Ryakuga hayaoshie
EDICIÓN DE V. DAVID ALMAZÁN TOMÁS
VITORIA-GASTEIZ • BUENOS AIRES
EL PRIMER MANUAL DE DIBUJO DE HOKUSAI: RYAKUGA HAYAOSHIE (1812)
HOKUSAI, EL GRAN MAESTRO DE LA PINTURA JAPONESA
Sin duda alguna, Katsushika Hokusai 葛飾北斎 (1760 - 1849) es el más famoso artista japonés de todos los tiempos. La genialidad de su abundante obra es cada vez más reconocida y son frecuentes las exposiciones que presentan al gran público de todo el mundo sus composiciones, más allá de su célebre gran ola. Las últimas de estas grandes exposiciones se han celebrado, mientras escribimos estas líneas, en el British Museum de Londres (Hokusai: beyond the great wave 1, entre el 25 de mayo y el 13 de agosto de 2017) y en el Museo dell’Ara Pacis de Roma (Hokusai: Sulle orme del Maestro2, entre el 12 de octubre de 2017 y el 14 de enero de 2018). La primera de estas exposiciones ha sido acompañada de la edición de un monumental catálogo editado por Timothy Clark en el que varios especialistas actualizan nuestros conocimientos sobre este artista. Los estudios sobre Hokusai son muy extensos, ya que desde finales del siglo XIX, cuando floreció el Japonismo3 y la moda de coleccionar estampas japonesas en Europa, se editaron monografías sobre la vida y obra del genial pintor, siendo la primera de ellas la que publicó el escritor Edmond de Goncourt en 1895, con el título de Hokousai, transcribiendo a la francesa el nombre de Hokusai4.
Anteriormente, ya habían aparecido múltiples artículos sobre el admirado artista nipón que destacaban la calidad de sus libros ilustrados5. Desde entonces, en todos los estudios se ha subrayado que una de las claves para analizar la gran influencia de Hokusai ha sido su dedicación a la ilustración de manuales y libros6. Hokusai fue un artista del ukiyo-e7, un artista del mundo flotante, esto es, del mundo de las diversiones. Los actores de teatro kabuki, las bellezas femeninas del momento, las escenas eróticas, los combates de valerosos guerreros, los paisajes famosos… fueron algunos de los temas que se popularizaron en los grabados xilográficos del ukiyo-e. En todas estas temáticas triunfó Hokusai gracias a su oficio, talento y versatilidad. En muchos aspectos, ciertamente, Hokusai sobrepasó los tópicos del mundo flotante, pero cualquier aproximación a este artista requiere tener presente el horizonte cultural y social en el que se desarrolla su obra. En este sentido, la cultura editorial del periodo Edo es una de las claves para entender el trabajo de este artista. LIBROS, NEGOCIO Y OCIO EN LA ÉPOCA DE HOKUSAI
En nuestros días Hokusai aparece en la Historia del Arte junto con los nombres de los grandes artistas de todos los tiempos, como Miguel Ángel, Rafael, Rembrandt, Velázquez o Goya. Lo positivo que tiene este reconocimiento puede suponer cierta distorsión en el espectador occidental con relación a la fortuna de Hokusai en su tiempo y en el contexto cultural de los pintores del ukiyo-e. La tratadística de nuestra Edad Moderna, la cuestión de la liberalidad de las artes y otros temas semejantes no son equiparables a las preocupaciones de nuestro artista, que socialmente estaba en una posición baja dentro de las estrictas categorías establecidas por los samuráis que gobernaban el país. A diferencia de los artistas citados anteriormente, que se codeaban con reyes y papas, Hokusai no trabajaba para las clases altas, sino para el pueblo, las clases medias urbanas llamadas chōnin, la gente que quisiera comprar sus pinturas y grabados. Hokusai dependía del éxito comercial 8
de los proyectos que le encargaban los editores, y el prestigio de un artista aclamado por el público garantizaba las ventas. Para Hokusai, la relación con los impresores fue una cuestión profesional, ya que pertenece a una corriente pictórica estrechamente relacionada con la industria editorial del entretenimiento, que demandaba gran cantidad de dibujos para reproducirlos por medio de grabados xilográficos que hacían más atractivos sus impresos8. Hokusai nació el 30 de octubre de 1760 en la ciudad de Edo, actual Tokio. No era una capital con una antigua tradición cultural, como Kioto o Nara, pero ya por entonces se había consolidado como capital política del gobierno militar del clan Tokugawa, que controlaba la nación desde el inicio del siglo XVII. Los años de paz y desarrollo económico bajo los shogunes Tokugawa supusieron el vertiginoso crecimiento económico y demográfico de Edo, que en tiempo de Hokusai era la ciudad más importante de Japón y, también, un relevante centro artístico y editorial. Con una población de un millón de habitantes, las posibilidades de negocio eran amplias: restaurantes, barrios de placer, teatros, comercios de todo tipo y, también, imprentas que editaban una amplia gama de libros, desde clásicos eruditos a novelas para pasar el rato que se vendían por poco dinero e incluso se alquilaban por un módico precio. Precisamente, el primer oficio que se conoce del joven Hokusai, que por entonces era llamado Tetsuzō, fue en un establecimiento de alquiler de libros, por lo que es fácil imaginarse al futuro artista fijándose en las ilustraciones de moda y adiestrando la mirada en el dibujo de mediados del siglo XVIII. También de joven trabajó como grabador o horishi, tallando en planchas de madera los diseños de otros artistas. Ésa fue su primera escuela antes de poder ingresar en 1778 como aprendiz del pintor Katsukawa Shunshō (1726-1792) y familiarizarse, sobre todo, con las convenciones del yakusha-e, esto es, la representación de las estampas del popular teatro kabuki. Este maestro le dio a Hokusai en 1779 su primer nombre artístico: Katsukawa Shunrō, anteponiendo a su nombre artístico el de la escuela pictórica a la que
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estaba adscrito, como es habitual en el arte japonés. Su talento le podía haber permitido permanecer en el estudio de Katsukawa indefinidamente y llegar a una vida acomodada, pero su permanente inquietud y la voluntad de disfrutar de una total libertad artística y personal le llevaron a abandonar su trabajo en 1794, a cambiar su nombre por el de Sōri y a encabezar la escuela Tawaraya, que también dejó atrás en 1798 para pasar a llamarse Hokusai, nombre que a lo largo de su carrera combinaría con otros muchos, siempre sin estancarse en ningún género, ni estilo, ni escuela. En las primeras décadas del siglo XIX Hokusai cosechó grandes éxitos como artista con un estilo personal de gran energía y efectismo, que hizo que se multiplicaran sus seguidores. Además, también aumentó su prestigio con el éxito de sus ilustraciones para novelas. La más celebrada fue la edición japonesa de la novela china Suikoden (Shuihu Zhuan, en chino), con textos escritos entre 1805 y 1807 por el escritor japonés Bakin, pseudónimo de Takizawa Okikuni (17661848), en los diez primeros volúmenes. Aunque Bakin era un reputado erudito y escribió obras muy notables, el valor de las ilustraciones estaba por encima de los textos, así que cuando hubo una discusión entre Bakin y Hokusai, la editorial que publicaba por entregas esta novela, Kadomaruya, tomó partido por este último. La extensa obra Suikoden se publicó de manera completa, con un total de sesenta y un volúmenes, entre 1829 y 1838, con ilustraciones de Hokusai y ya con otro editor, Hanabusaya, y otro escritor como traductor y adaptador, Takai Ranzan. Este tipo de colaboraciones en novelas superventas por entregas fueron para Hokusai una prolífica fuente de ingresos, que no siempre se mantuvieron tan generosos, pues la vida de este artista oscilaba entre la abundancia y la penuria. A pesar de ello, la incertidumbre nunca alteró su carácter bohemio. La fama también era un reclamo para recibir encargos particulares. En el periodo Edo era frecuente que los empresarios y comerciantes cultivaran aficiones como la composición de poemas y que solicitaran lujosas ediciones, con características técnicas superiores a los impresos
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comerciales, a reputados artistas, como fue el caso de Hokusai. En este sentido, una gran parte de los mejores trabajos de Hokusai y de su escuela estaban constituidos por los surimono o impresos de lujo9. Con la misma afición que estas clases cultivadas dedicaban su ocio a escribir poemas, también había un amplio grupo de personas que practicaban la pintura como divertimento. Para este sector del público la edición de manuales que les sirvieran de guía y modelo para avanzar en el arte de la pintura fue una nueva vía de negocio. Desde el punto de vista del desarrollo técnico, debemos subrayar el gran potencial de los manuales impresos en la cultura japonesa. Estas publicaciones reciben en Japón diversos nombres, que en ocasiones aparecen en los propios títulos de las obras. Los más utilizados son ehon, dehon y gafu. Los manuales de pintura eran una eficaz manera de propagar por todo el país un alto nivel en los diseños de diversas escuelas pictóricas. De este modo, estos diseños eran accesibles a grupos de artesanos que los utilizaban como repertorios gráficos de modelos decorativos. Con sus manuales de pintura, Hokusai multiplicó su magisterio, tanto entre artistas aficionados como profesionales. De este modo, los tallistas de madera y marfil, los pintores de laca urushi con su decoración a base de polvo de oro o maki-e, etc., se beneficiaban de los creativos diseños de Hokusai En la segunda década del siglo XIX la producción de manuales de pintura comenzó a adquirir una mayor importancia entre los proyectos de Hokusai, quien firmaba ya por entonces con el nombre de Taito. Un viaje en otoño de 1812 a Nagoya, importante ciudad comercial próxima a Osaka y Kioto (esto es, en el área de Kansai, en el este, lejos de Edo, que se hallaba en el oeste del país), pudo ser el desencadenante del interés por la producción de manuales de pintura, con la intención de difundir su arte por todo el país. El número de admiradores que acudieron a Nagoya durante su estancia y las solicitudes para aceptar alumnos debió de ser para Hokusai la constatación del renombre que había adquirido. Ese año, en 1812, Hokusai publicó su manual de dibujo abreviado Ryakuga hayaoshie10, que es su primer gran éxito como mé-
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todo de enseñanza de su arte. A esta obra le siguieron otras tan famosas y ambiciosas como el Manga11, una gran enciclopedia visual de 3191 dibujos reunidos en quince volúmenes que comenzó a publicarse en Edo y en Nagoya en 1814. En ningún caso, Hokusai pretendía que sus discípulos se limitaran a copiar sus dibujos. Más bien, estos dibujos querían mostrar cómo había que observar la naturaleza, cómo llegar a captar sus formas. En 1819, al nombre de Taito le sucedió el de Iitsu, pero el interés por la elaboración de este tipo de publicaciones no cambió y siguió siendo una constante durante su vida. Con sesenta años, ya en una etapa de madurez plena, la principal predilección artística de Hokusai fue el paisaje, con obras tan representativas como su serie de estampas Treinta y seis vistas del monte Fuji o su magnífico libro Cien vistas del monte Fuji12. Hasta su muerte en 1849, a los ochenta y ocho años, no dejó nunca de trabajar. Firmó sus últimos trabajos con el nombre Gakyō Rōjin Manji, “el viejo loco por la pintura”, sin ocultar su incontrolada pasión por el arte. Si hubiera vivido en el siglo XXI, Hokusai hubiera sido un bloguero de los que actualiza los contenidos de su página cada día con cualquier observación sobre lo ocurrido en su paseo diario, y también un youtuber de éxito con tutoriales sobre cómo pintar y cómo apreciar la belleza de las cosas. Como vivió en el periodo Edo en los siglos XVIII y XIX, empleó los medios de comunicación visuales de su época: los grabados xilográficos. RYAKUGA HAYAOSHIE, EL PRIMER MANUAL DE PINTURA DE HOKUSAI
En plena etapa de reconocimiento y éxito, Hokusai aceptó difundir su arte a artistas profesionales y aficionados por medio de manuales de pintura. No era el primer artista del ukiyo-e que preparaba un libro de recopilación de dibujos que sirvieran como modelo y, posiblemente, el propio Hokusai consultó muchas veces manuales y libros ilustrados para sus propios trabajos. Es difícil enumerar el total de manuales de pintura de Hokusai, que ronda el centenar. La falta de precisión en 12
1. MÉTODO PARA DIBUJAR LEONES MEDIANTE CÍRCULOS
2. MÉTODO PARA DIBUJAR A DARUMA MEDIANTE ÓVALOS 3. MÉTODO PARA DIBUJAR PULPOS MEDIANTE CÍRCULOS
4. MÉTODO PARA DIBUJAR A FUKUROKUJU Y UN NIÑO CHINO
5. MÉTODO PARA OBTENER LA FORMA DE UN SACERDOTE SINTOÍSTA
6. MÉTODO PARA DIBUJAR UNA FIGURA QUE HACE UNA REVERENCIA 7. MÉTODO PARA DIBUJAR A UNA MUJER MADURA BAJO LA LLUVIA
KATSUSHIKA HOKUSAI (1760-1849) es el gran maestro del grabado ukiyo-e y el artista japonés más admirado en todo el mundo. Durante su longeva vida abordó multitud de géneros, destacando de manera sobresaliente como paisajista. Su gran capacidad de observación y su extraordinaria habilidad para el dibujo se refleja en todos sus trabajos. Fue también uno de los artistas más influyentes, dentro y fuera de Japón, gracias a su extensa producción de libros ilustrados, como su celebérrimo Manga. En esta faceta del artista destaca el manual de dibujo abreviado Ryakuga hayaoshie que Hokusai publicó en 1812.
DAVID ALMAZÁN TOMÁS es doctor en Historia del Arte y antropólogo. Trabaja como profesor de Arte de Asia Oriental en los estudios de Historia del Arte del grado y máster de la Universidad de Zaragoza, institución en la que también es profesor del Diploma de Especialización en Estudios Japoneses. Es académico correspondiente de la Real Academia de Bellas Artes de Santa Isabel de Hungría de Sevilla. Investiga sobre las relaciones culturales hispano-japonesas y sobre el arte japonés. Ha dedicado varias publicaciones y ha comisariado exposiciones sobre estos temas, como Noh-Kabuki. Escenas del Japón (Universidad de Zaragoza, 2014), Bijin. El Japonismo de Julio Romero de Torres (Museo de Córdoba, 2014), Arte japonés y Japonismo (Museo de Bilbao, 2014) y La naturaleza del samurái (Galería Odays, 2017). Ha realizado la edición de Cien Aspectos de la luna (2015) de Tsukioka Yoshitoshi y de Cien vistas del monte Fuji (2016), ambas publicadas por Sans Soleil Ediciones.