El complejo, rico y enigmático aparato icónico de la Masonería o Francmasonería constituye uno de los aspectos más llamativos y fascinantes de esta fraternidad “discreta”. Las imágenes masónicas se han convertido en el componente esencial de su lenguaje, signo de reconocimiento corporativo y auténtico fundamento y factor vertebrador de su estructura interna, su método iniciático y su pedagogía simbólica. Este corpus iconográfico, inserto en una trama ritual y una puesta en escena que configuran su principal seña de identidad, se caracteriza de modo especial por su extraordinaria diversidad. Ello es la consecuencia de una permanente capacidad de asimilación sincrética de materiales procedentes de muy distintos imaginarios y corrientes culturales que los francmasones, animados por el propósito de universalidad que envuelve a sus manifestaciones, han ido adoptando e integrando en sus espacios y ritos a lo largo de los últimos tres siglos. En el presente libro se profundiza en las fuentes