Boletín de Nazaret

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Ejemplar bimestral 14 Mayo Junio 2016

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En

Portada

Tema espiritual 3 Consagrados en el Espíritu

Tema Familiar 6 Dones del Espíritu Santo Cumpleaños Aniversario

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Ven, Espíritu Santo, y envía del Cielo un rayo de tu luz. Ven, padre de los pobres, ven, dador de gracias, ven luz de los corazones. Consolador magnífico, dulce huésped del alma, su dulce refrigerio. Descanso en la fatiga, brisa en el estío, consuelo en el llanto. ¡Oh luz santísima! llena lo más íntimo de los corazones de tus fieles. Sin tu ayuda, nada hay en el hombre, nada que sea bueno.

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Lava lo que está manchado, riega lo que está árido, sana lo que está herido.

Lic. D.G. Rafael Reinerio

Diseño Editorial

Dobla lo que está rígido, calienta lo que está frío, endereza lo que está extraviado.


Consagrados En el

E spírit u

Pbro. Víctor Ortega Covarrubias

Nuestra consagración religiosa es auténtica y fructífera en el Cuerpo de Cristo porque el Espíritu Santo nos consagra. El hombre no se consagra a Dios, sino que es consagrado aquel a quien Dios ha alcanzado, sobre el que ha puesto su sello y que en adelante le pertenece de un modo especial. La consagración evoca ante todo y esencialmente, el movimiento que parte de Dios. Pertenece al orden del acontecimiento de la libre intervención de Dios y Padre de Jesús en el destino del hombre. Nuestra comunidad apostólica es el resultado de un encuentro entre el carisma del Espíritu y nosotros, que lo hemos acogido en nuestra vida. Dicho encuentro se ha realizado, para cada uno, en el momento de la consagración que nos dispone de manera estable para realizar “las obras buenas que de antemano dispuso Dios que practicáramos” (Ef 2,10).

En el campo bíblico, se respira la alianza con Dios que elige libremente un pueblo y dentro de éste algunos grupos o individuos (profetas, reyes, sacerdotes), destinándolos a una misión específica en su plan de salvación. En la realidad de la Iglesia, donde el Hijo de Dios, el Ungido (Mesías, Cristo), sobre el cual en la plenitud de los tiempos el Padre ha puesto su total consagración, nos llama a participar de su misma unción: 1) En el Bautismo, “somos consagrados por la regeneración y la unción del Espíritu Santo como casa espiritual y sacerdocio santo” (LG 10a) y “hechos partícipes de la función sacerdotal, profética y real de Cristo” (LG 31a). 2) “La Virtud del Espíritu Santo, por quien hemos sido fortalecidos con la Confirmación” (AG 11a), sacramento de la edad adulta cristiana, nos compromete a crecer en la fe, esperanza y caridad y a ser miembros activos y responsables de la Iglesia, dispuestos a asumir una diaconía (servicio) en beneficio de los hermanos (LG 33c).

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3) Con la profesión religiosa, “peculiar consagración, que radica íntimamente en la consagración del bautismo y la expresión con mayor plenitud” (PC 5a), llevamos a plena realización la consagración del bautismo y el fortalecimiento de la confirmación, y, constituidos en “comunidad”, quedamos “unidos especialmente con la Iglesia y con su ministerio” (LG 44b) y delegados a una misión especial del Espíritu en beneficio de los hombres. SIGLAS:

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AG = Ad gentes / Misiones LG = Lumen gentium / Iglesia PC = Perfectae caritatis / Religiosos

El hecho de la consagración indica presencia del Espíritu Santo con un carisma específico, de modo que la profesión de los consejos evangélicos no sea un hecho meramente privado en la Iglesia de Dios, sino un hecho realmente eclesial, por lo cual consagración significa acción de mediación-sacerdotal en servicio de la Iglesia, acción cultual y al mismo tiempo tensión hacia Dios Padre en el seguimiento de Cristo en virtud del Espíritu.


Ninguno de ustedes vive para sí mismo; como tampoco muere nadie para sí mismo, si vivimos, para el Señor vivimos; y si morimos, para el Señor morimos. Así que, ya vivamos ya muramos, del Señor somos

En la Consagración religiosa, el Espíritu Santo toma posesión de la persona y de las actividades humanas para llenarlas de su vida divina, de modo que el religioso está más íntimamente poseído por Dios y a Dios personalmente pertenecen las potencias de su alma, lanzadas a realizar una acción mediadora para el bien común. Para nosotros, lo que hace fermentar el pensamiento de la comunidad paulina, es la maduración integral de la persona en Cristo, siguiendo el ejemplo de san Pablo, y es el hilo conductor de nuestro compromiso apostólico. Reconocemos que la consagración religiosa, interpretada siempre, por todos, como totalidad o plenitud, es el camino más apropiado para esto.

Comprometidos ya radicalmente por el bautismo y la confirmación a una creciente respuesta a Dios en la fe, en la esperanza y en la caridad, nuestra consagración religiosa, resulta una profunda liberación interior en vistas del compromiso total de nosotros mismos. Nuestra consagración religiosa es ofrenda pura y simple del “todo”. Nuestro Fundador lo pone de relieve en los términos centrales de la consagración: “Me ofrezco, me entrego y me consagro todo a Dios”. Todo, es la gran palabra, nuestra santidad depende de ese todo. Si nos damos totalmente al Señor, si le entregamos la mente, la voluntad, el corazón, todo cuanto tenemos y cuanto tendremos, perteneceremos enteramente a Dios. Así lo hizo san Pablo: siguió en todo al Señor.

“La consagración será tanto más perfecta cuanto, por vínculos más firmes y estables, represente mejor a Cristo, unido con vínculo indisoluble a su Iglesia” (LG 44a). Estos vínculos son los votos o consejos evangélicos de castidad, pobreza y obediencia. Dichos vínculos nos unifican integralmente a Cristo, en el espíritu del apóstol Pablo: “Ninguno de ustedes vive para sí mismo; como tampoco muere nadie para sí mismo, si vivimos, para el Señor vivimos; y si morimos, para el Señor morimos. Así que, ya vivamos ya muramos, del Señor somos” (Rom 14, 7-8). Ser del Señor significa, en Cristo y bajo la guía del Espíritu Santo, confiar totalmente el destino de la propia vida a la voluntad del Padre.

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D ones del

EspĂ­ritu Santo Explicados por el

Papa Francisco

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Ve n, ven

Espíritu Santo v en Pbro. Víctor Ortega Covarrubias

El Espíritu mismo es “el don de Don” por excelencia (cfr. Jn 4,10), es un regalo de Dios y, a su vez, comunica diversos dones espirituales a quien lo acoge. La Iglesia enumera siete, número que simbólicamente significa plenitud, totalidad.

Los dones del Espíritu Santo son: · Sabiduría · Entendimiento · Consejo · Fortaleza · Ciencia · Piedad · Temor de Dios.

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1. La Sabiduría. Es la gracia de poder ver cada cosa con los ojos de Dios. Es sencillamente ver el mundo, ver las situaciones, las oportunidades, los problemas, todo, con los ojos de Dios. Ésta es la sabiduría. Algunas veces vemos las cosas según nuestro gusto o según la situación de nuestro corazón, con amor o con odio, con envidia, etc. Esto no sería ver con los ojos de Dios. La sabiduría es lo que obra el Espíritu Santo en nosotros para que veamos todas las cosas con los ojos de Dios. Esto deriva de la intimidad con Dios, de la relación íntima que nosotros tenemos con Dios, de la relación de hijos con el Padre. Y el Espíritu Santo, cuando tenemos esta relación, nos da el don de la sabiduría. Cuando estamos en comunión con el Señor, el Espíritu Santo es como si transfigurara nuestra corazón y le hiciera percibir todo su calor y su predilección. Esto no quiere decir, que quien tiene este don, tenga una respuesta para cada cosa, que lo sabe todo, sino que sabe de Dios, sabe cómo actúa Dios, conoce cuándo una cosa es de Dios y cuándo no es de Dios; tiene esta sabiduría que Dios pone en nuestro corazón. El corazón del hombre sabio en este sentido tiene el gusto y el sabor de Dios.

2. El Entendimiento. Es una gracia que sólo el Espíritu Santo puede infundir y que suscita en el cristiano la capacidad de ir más allá del aspecto externo de la realidad y escrutar las profundidades del pensamiento de Dios y de su designio de salvación. El apóstol Pablo, en la primera carta a los corintios dice: “Ni el ojo vio, ni el oído oyó, ni el hombre puede pensar lo que Dios ha preparado para los que lo aman. Y Dios nos lo ha revelado por el Espíritu” (2, 9-10). El don del entendimiento permite leer dentro, nos hace comprender las cosas como las comprende Dios, con el entendimiento de Dios. Uno puede entender una situación con la inteligencia humana, con prudencia, y está bien, pero comprender una situación en profundidad, como la entiende Dios, es el efecto de este don. Es el don con el cual Dios nos introduce en la intimidad con Él y nos hace partícipes del designio de amor que tiene con nosotros.


3. El Consejo. Sabemos cuán importante es éste don en los momentos más delicados, poder contar con las sugerencias de personas sabias y que nos quieren. Aquí es Dios mismo con su Espíritu, quien ilumina nuestro corazón, de tal forma que nos hace comprender el modo justo de hablar y de comportarse; y el camino a seguir. Es el don con el cual el Espíritu Santo capacita a nuestra conciencia para hacer una opción concreta en comunión con Dios, según la lógica de Jesús y de su Evangelio. Con ello, el Espíritu nos hace crecer interiormente y nos ayuda a no caer en manos del egoísmo y del propio modo de ver las cosas. En el momento en que lo acogemos y lo albergamos en nuestro corazón, el Espíritu Santo comienza inmediatamente a hacernos sensibles a su voz y a orientar nuestros pensamientos según el corazón de Dios. La condición para conservar este don es la oración. El Señor no nos habla sólo en la intimidad del corazón, también nos habla a través de la voz y el testimonio de los hermanos. Es un don poder encontrar hombres y mujeres de fe que, sobre todo en los momentos más complicados e importantes de nuestra vida, nos ayudan a iluminar nuestro corazón y a reconocer la voluntad del Señor.

4. La Fortaleza. Con este don, el Espíritu Santo libera el terreno de nuestro corazón, lo libera de la tibieza, de las incertidumbres y de todos los temores que pueden frenarlo, de modo que la Palabra del Señor se ponga en práctica, de manera auténtica y gozosa. Este don debe contribuir la nota de fondo de nuestro ser cristiano, en el ritmo ordinario de nuestra vida cotidiana. El apóstol Pablo dijo una frase que nos hará bien escuchar: “Todo lo puedo en Aquél que me fortalece” (Flp 4, 13). Invoquemos al Espíritu Santo, para que con el don de fortaleza dirija nuestro corazón y comunique nueva fuerza y entusiasmo a nuestra vida y a nuestro seguimiento de Jesús. 5. La Ciencia. Es un don especial que nos lleva a captar, a través de la creación, la grandeza y el amor de Dios y su relación profunda con cada creatura. Cuando nuestros ojos son iluminados por el Espíritu, se abren a la contemplación de Dios, en la belleza de la naturaleza y la grandiosidad del cosmos, y nos llevan a descubrir cómo cada cosa nos habla de Él y de su amor. El Espíritu nos conduce a alabar al Señor desde lo profundo de nuestro corazón y

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a reconocer, en todo lo que tenemos y somos, un don inestimable de Dios y un signo de su infinito amor por nosotros (cfr. Dn 3, 51-90). Con el don de la ciencia nos coloca en profunda sintonía con el Creador y nos hace participar en la limpidez de su mirada y de su juicio. Y en esta perspectiva logramos ver en el hombre y en la mujer el vértice de la creación, como realización de un designio de amor que está impreso en cada uno de nosotros y que hace que nos reconozcamos como hermanos y hermanas. 6. La Piedad. Indica nuestra pertenencia a Dios y nuestro vínculo profundo con Él, un vínculo que da sentido a toda nuestra vida y que nos mantiene firmes, en comunión con Él, incluso en los momentos más difíciles y tormentosos. Es un vínculo que viene desde dentro. Se trata de una relación vivida con el corazón: es nuestra amistad con Dios, que nos dona Jesús, una amistad que cambia nuestra vida y nos llena de entusiasmo, de alegría. Piedad es sinónimo de auténtico espíritu religioso, de confianza filial con Dios, de esa capacidad de dirigirnos a Él con amor y sencillez, que es propia de las personas humildes de corazón. Significa ser capaces de gozar con quien experimenta alegría, llorar con quien llora, estar cerca de quien está solo o angustiado, corregir a quien está en el error, consolar a quien está afligido, acoger y socorrer a quien pasa necesidad. Con este don, el Espíritu nos hace apacibles, serenos, pacientes, en paz con Dios, estar al servicio de los demás con mansedumbre.

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7. Temor de Dios. No significa tener miedo de Dios: sabemos bien que Dios es Padre, y que nos ama y quiere nuestra salvación, y siempre perdona; por lo cual no hay motivo para tener miedo de Él. Con este don, el Espíritu nos recuerda cuan pequeños somos y que nuestro bien está en abandonarnos con humildad, con respeto y confianza en sus manos. Esto hace que el Espíritu Santo en nuestro corazón, nos haga sentir como niños en los brazos de nuestro papá. En la experiencia de nuestros límites y de nuestra pobreza es donde el Espíritu nos conforta y nos hace percibir que lo único importante es dejarnos conducir


D ones del

Espíritu Santo

por Jesús a los brazos de su Padre. Nuestra verdadera fuerza está únicamente en seguir al Señor Jesús, y en dejar que el Padre pueda derramar sobre nosotros su bondad y su misericordia. El temor de Dios hace de nosotros cristianos convencidos, entusiastas, que no permanecen sometidos al Señor por miedo, sino porque son movidos y conquistados por su amor. Además, es una alarma,

cuando una persona vive en el mal, cuando blasfema contra Dios, cuando explota a los demás, cuando vive sólo para el dinero, la vanidad, el poder, el orgullo; el temor de Dios nos pone en alerta. Nadie puede llevar consigo al más allá el dinero, el poder, la vanidad, el orgullo. Sólo podemos llevar el amor que Dios Padre nos da, las caricias de Dios, aceptadas y recibidas por nosotros con amor.

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Mayo Rosa Elena González Baca

01-may-54

Miami, Fl.

Rodolfo Guzmán Rico

03-may-42

Celaya, Gto.

Yolanda Espinosa de Sánchez

05-may-40

Tula, Hgo.

José Miguel Moguél Pavón

05-may-54

Veracruz,Ver.

Angeles Cañedo de Acevedo

05-may-71

Tula, Hgo.

Eva María Cruz de Vázquez

05-may-69

Tula, Hgo.

Laura Angélica Morales Ortíz

07-may-70

Guanajuato, Gto.

María Antonieta Maya Mendieta

07-may-53

Puebla, Pue.

Jesús Manuel Tabares Labrado

08-may-59

Cd. Juárez

Esperanza Aguilar de Gutiérrez

10-may-46 Coatzacoalcos Mayo Juni o 2 0 1 6 11-may-73 Boca del Río

Alberto Ramírez Rivero

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Cecilia González de Rodríguez

12-may-62

Zapopan, Jal.

Carlos Ramírez Luna

14-may-69

Guanajuato, Gto.

Enedina Mendoza de Vázquez

14-may-54

Tula, Hgo.

Pascual Zaragoza Martínez

17-may-33

México, D.F.

Aurelia Torres

21-may-65

Miami, Fl.

Luis Alfredo Tovar Manríquez

21-may-83

Silao, Gto.

Sergio Arturo Fuentes Rodríguez

24-may-63

Monterrey, N.L.

María Magdalena de Maciel

26-may-53

Guadalajara, Jal.

María Edith Zambrano de Castillo

30-may-55

México, D.F.

Fernando Ortíz Muñoz Juan

30-may-74

Guanajuato, Gto.


Mayo Juni o 2 0 1 6

Junio Gerardo Alfonso de la Maza González

01-jun-49

Monterrey, N.L.

Jorge Arturo Mota Moscoso

01-jun-69

Coatzacoalcos

María de Lourdes Urbina de Roque

01-jun-63

Uruapan

Jaime González Zamarripa

08-jun-75

Zapopan, Jal

Lorena Margarita Saucedo de Tabares

10-jun-62

Cd. Juárez

Norma Barrera Banda

11-jun-71

Boca del Río

María Graciela Neri de Cervantes

15-jun-60

Cd. Juárez

Oscar José Marenco

16-jun-57

Miami, Fl.

Jairo Guerrero

17-jun-71

Miami, Fl.

Ma. Del Carmen Ruíz de Ramírez

17-jun-45

Uruapan

Efrén Morales Moreno

18-jun-47

Hidalgo

María Guillermina Jasso Benítez

19-jun-57

Aguascalientes

Alicia Martínez de Díaz

23-jun-65

Durango, Dgo.

José Eugenio Bribiesca Navarro

23-jun-55

Uruapan

Esteban Vázquez Pereyra

24-jun-76

Coatzacoalcos

Juan Rodríguez Araujo

24-jun-48

Aguascalientes

María Magdalena Villareal de la Maza

26-jun-55

Monterrey, N.L.

Ana María Hernández de Marín

26-jun-40

Uruapan

Estela Baez de García

26-jun-56

Uruapan

Paula Linares de Hernández

29-jun-51

Tula, Hgo.

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Mayo · Junio · 2016

Mayo

14

Severo García Sanchez Escolástica Ortíz de García

03-may-80

México, D.F.

Jos Luis Muñoz Muñoz María Antonieta Maya Mendieta

04-may-85

Puebla, Pue.

Raúl Mora Cruz Margarita Vieyra de Mora

10-may-86

Uruapan

Calos Angulo Delgado Dora Mota de Angulo

10-may-81

Coatzacoalcos

Juan de Dios Ortega Enciso Encarnación Burciaga de Ortega

14-may-78

Cd. Juárez

Agustín Guzmán López María Trinidad Guzmán de Guzmán

16-may-64

Uruapnan

Jairo Guerrero Heidi Sánchez

20-may-06

Miami, Fl.

Eugenio Marín Suárez Ana María Hernández de Marín

25-may-67

Uruapan

José Luis Martínez Arrañaza Elva Sanjuana Espinosa Vázquez

25-may-91

Monterrey, N.L.

Javier Alonso Hernández Ogaz Esmeralda Valerio Santiago

31-may-08

Cd. Juárez


Mayo · Junio · 2016

Junio José Eugenio Bribiesca Navaro Elizabeth Negrete de Bribiesca

03-jun-80

Uruapan

Jorge Arturo Mota Moscoso Edita Díaz Herrera

04-jun-94

Coatzacoalcos

David Navarro Fuentes María Guadalupe Rodríguez Pérez

06-jun-98

Silao, Gto.

Mario García Correa Estela Baez de García

17-jun-78

Uruapan

Fernando Ortíz Muñoz Juan María Mercedes Zamarripa Rocha

27-jun-98

Guanajuato, Gto.

José de Jesús Maciel Carrillo María Magdalena de Maciel

28-jun-75

Guadalajara, Jal

Heriberto Ramírez Nevarez Leticia Loza de Ramírez

15 29-jun-84

Cd, Juárez


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