En Comunidad
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Edición No. 1 • Septiembre 2013
El Ministro del Interior y el 30S
El Comandante General y el 30S
José Serrano Salgado hace una lectura política de los sucesos ocurridos hace tres años. Pág. 2
El General Rodrigo Suárez Salgado habla por primera vez del sacudón institucional de hace 3 años. Págs. 3-5
Así rescatamos al Presidente Correa El Cabo Primero Cristian Bonilla del GOE, y el Capitán Santiago Ordóñez del GIR, fueron protagonistas y testigos excepcionales del 30S. Por primera vez detallan cómo protegieron, rescataron y salvaron la vida del Presidente Rafael Correa Delgado. Págs. 10-14 Cristian Bonilla. Estuvo siempre con el Presidente. Santiago Ordóñez. Manejó el auto con el que rescataron al Presidente del Hospital de la Policía.
Las cifras
Cae la tasa de homicidios en porcentajes
Entre septiembre del 2010 y septiembre del 2013, la Policía elevó su eficiencia en el control antidelincuencial. Págs. 6-7
2010 2011 2012
Imágenes del hecho histórico Una mirada al pasado y presente del 30S. Nuestra Policía Nacional tres años después. Págs. 8-9
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Especial 30S
‘Le entregamos al señor Presidente, sin novedad’ Foto: En Comunidad
El Cabo Primero Cristian Byron Bonilla Lescano (izq.) y el Capitán Santiago Xavier Ordóñez Rosemberg revelan hechos inéditos del 30S.
En este testimonio excepcional se descubren los detalles nunca divulgados del secuestro y rescate del Presidente Rafael Correa.
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l 30 de septiembre de 2010 (30S) el Ecuador se conmovió. Un grupo de policías se insubordinó ante el poder político democráticamente constituído y desencadenó una seria de hechos graves para la sociedad, para la Institución Policial y riesgosos para la democracia. La gran historia del 30S está en construcción. En el plano de la reconstrucción de los hechos hay un largo trecho por recorrer. Por ejemplo, muy poco se sabe del grupo de Unidades Especiales de la Policía que actuó para defender la democracia y el orden público. Estas líneas calzan en ese esfuerzo. Este testimonio inédito permite adentrarse en los sucesos que escalaron al nivel más alto hasta involucrar al propio Presidente Correa. A continuación el Teniente Santiago Xavier Ordóñez Rosemberg (SO) y el Cabo Primero Cristian Byron Bonilla Lescano (CB) -protagonistas y testigos únicos- narran cómo protegieron la vida del Presidente, cómo le rescataron y cómo llegó al Palacio Nacional:
CB - Soy Cristian Bonilla (Ambato, 1980), Cabo Primero de la Policía Nacional, pertenezco al Grupo de Operaciones Especiales (GOE). El 30 de septiembre de 2010 estaba de servicio, dispuesto a una práctica de tiro en la Escuela Superior Militar (ESMIL), en Parcayacu. El día anterior me habían indicado que fuera con ropa cómoda (pantalón, camiseta, etc.) para esa actividad que empezaría a las 8 de la mañana. Yo formaba parte de la Seguridad del señor Presidente Correa. A esa hora estábamos reunidos con el personal de la Presidencia para dicha práctica y justo ese momento se escuchó en la radio que algo pasaba en Quito y la práctica se suspendió. Estaba al mando de mi Mayor Montenegro -miembro del Ejército y del Cuerpo de Seguridad del Presidente- quien ordenó que nos movilicemos hacia el Regimiento Quito, pues ahí estaba el Presidente dando un discurso. Hasta ese momento no sabíamos qué sucedía y desconocíamos las razones por las que se encontraba ahí el señor Presidente. A las 8 y media de la mañana, el escenario era un caos, quemaban llantas en la parte
de afuera, había manifestaciones; fue lo primero que vi cuando llegué al Regimiento Quito. SO - Soy Santiago Ordóñez (Quito, 1979), capitán de la Policía Nacional y miembro del Grupo de Intervención y Rescate (GIR), especialista en Operaciones de Protección y Seguridad. Por disposición de la Casa Militar debíamos estar a las 8 de la mañana en la ESMIL, punto de encuentro de los miembros de la Seguridad del señor Presidente. Cuando salí de mi casa oí en la radio lo que pasaba en el Regimiento Quito; en eso recibí una llamada de mi Almirante Santiago, entonces Jefe de la Casa Militar, quien me comentó: “teniente (esa época era teniente), ¿sí está escuchando la radio, verdad?, ¿sabe lo que está pasando con su institución?, ¿usted está trabajando con nosotros, no?, ¿sabe de qué lado está?”… Le respondí: “Tranquilo, mi Almirante, soy responsable de mi gente y sabemos qué tenemos que hacer”. Contestó: “Entonces le hago responsable de lo que pase…”; éramos policías, alrededor de 15 personas. Casi al llegar a la ESMIL recibí la llamada del Capitán Celi: me indicó que no vaya hacia allá, que todos debemos reunirnos en el Palacio de Gobierno. Cuando llegué a Carondelet ahí estaba mi capitán Oswaldo Mora (entonces Teniente
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de Navío), quien reunió al Grupo de Seguridad Presidencial para saber qué pasaba y organizar grupos que informen desde los puntos donde se apreciaban los mayores problemas: Regimiento Quito, Aeropuerto, Ministerio de Defensa, etc. También se envió gente para que informe qué pasaba en Guayaquil, Cuenca. Empezamos a mandar gente al Hospital de la Policía para tratar de sacar de ahí al Presidente, llegó información de que varios policías motorizados venían a tomarse el Palacio de Gobierno. La presión de la Seguridad Presidencial recayó sobre nosotros, se nos pidió recabar datos de fuentes policiales para planificar, pero todo era un caos total. Foto: En Comunidad
Santiago Ordóñez: experto del GIR.
Hoja de vida 20 de mayo del 2013: Condecoración al Valor por los actos excepcionales en el desempeño de sus funciones específicas y por precautelar la integridad del señor Presidente de la República, Economista Rafael Correa. 29 de febrero del 2008: Condecoración al Mérito Profesional “Caballero” por aprobar con calificación sobresaliente el décimo Curso de Perfeccionamiento. 22 de agosto del 2005: Diploma del X curso y III Internacional avanzado de Intervención.
¿Qué pasó cuando el Presidente llegó al Hospital de la Policía? El escenario cambió drásticamente: no pudo salir de ahí. Entonces, con mi compañero Giovanni Molina -por nuestra condición de policías no podíamos hacer nada sin autorización de la Casa Militar- pedimos a mi Subcomandante de Casa Militar que nos permita realizar algunas acciones… CB - Hacia las 9 de la mañana, cuando llegamos al Regimiento Quito, el Presidente trataba de hablar con el personal policial ahí reunido; unos gritaban y silbaban, otros abucheaban, algunos querían escucharle… había de todo. Se buscaba un altavoz para el Presidente, nadie ayudó. Entonces, alguien de la Seguridad propuso que el Presidente, junto con el doctor Gustavo Jalhk, suban al segundo piso del Edificio del Regimiento Quito y hable desde ahí. Así lo hizo, luego se sacó la corbata. Yo escuchaba en la parte de abajo, esperando que se calmen los ánimos; sabíamos que los compañeros policías estaban armados y que alguien quizá podía ocasionar una tragedia. Casi todos tenían información parcial. Mucha gente fue llevada por otros compañeros que recién se enteraban de lo que pasaba. En general, les animaba la defensa de algunos beneficios que teníamos. Pero el Presidente también tenía su criterio: se nos estaba beneficiando bajo otra modalidad. En ese momento no hubo ningún acuerdo. El Presidente se retiró la corbata y la gente se exaltó. Él estaba recién operado y no podía caminar bien, necesitaba muletas y gente que lo ayude, ahí hicimos los primeros cercos. En ese momento el Capitán Celi me dijo: “Usted, que es policía, ayúdeme a buscar una puerta de salida porque la principal está obstruida”. Me fui hacia arriba, hacia el GOE, sabía que ahí había una puerta de salida, desgraciadamente, semanas atrás le habían sellado. Luego hablé con mi Mayor Miño para que nos ayude tumbando la pared, pero no había tiempo. Me desplacé al otro lado del Regimiento donde había salida a través de una malla. Regresé para decirle que era imposible. Cada quien daba su opinión teníamos comunicación confusa, la gente nos empujaba. SO - En ese momento se vio que no había un plan de contingencia para ese tipo de sucesos; cuando se tiene un plan de seguridad se hacen las adaptaciones pero los procedimientos generales permiten saber qué hacer. CB - Fue ahí cuando vimos como le lanzaban gas al señor Presidente. A las 10 de la mañana, en el helipuerto del Regimiento Quito, buscando una salida, pero todo el mundo corría sin saber qué hacer. Unas motos cerraban el paso hacia la salida del hospital, en eso vino alguien y dijo: “les vamos a ayudar, vengan por la parte de acá para que salgan, fue cierto: un grupo de compañeros militares nos ayudó a abrir la puerta, bajamos al Presidente en andas y llegamos a la puerta del hospital. Ahí, la mayoría de la Seguridad Presidencial nos contactamos otra vez. En
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la puerta recibí una orden: “Tú hazte cargo y no permitas que nadie ingrese por esta puerta (de emergencia)”, fue la disposición de mi almirante Santiago. Estaba con dos compañeros militares, sabía que los compañeros policías podían identificarse pero no podían ingresar. En ese momento, el señor Presidente estaba asfixiándose, estaba mal, aparte, tenía la dolencia de la pierna y estaba siendo atendido. Media hora después comunicaron al Presidente que le iban a trasladar al segundo piso; igual, gente que se apostaba en las ventanas gritaba que salga. Le trasladamos al segundo piso, a una habitación del ala izquierda del hospital; había una puerta de emergencia por donde comenzaron a asomarse miembros Foto: En Comunidad
Cristian Bonilla: comando del GOE.
Hoja de vida 20 de mayo del 2013: Condecoración al Valor por los actos excepcionales en el desempeño de sus funciones específicas y por precautelar la integridad del señor Presidente de la República, Economista Rafael Correa. 14 de abril del 2011: Felicitación pública solemne por su actuación en la custodia, evacuación y protección del Presidente de la República, Rafael Correa, el 30 de septiembre del 2010. 15 de marzo del 2010: Curso especializado de Búsqueda y Rescate Subacuático.
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Especial 30S Foto: En Comunidad
El Cabo Bonilla y el Capitán Ordóñez rinden testimonio de su participación durante las trágicas horas del 30 de septimbre del 2010.
policiales con capuchas. Por tanto, era muy difícil y peligroso quedarnos ahí en esas condiciones, aunque algunos compañeros militares que estaban a cargo del señor Presidente eran menos pesimistas. En todo caso, unos señores del hospital nos ayudaron a subir al tercer piso, a la parte derecha. Había una puerta de ingreso y dos habitaciones al final del pasillo. Me ordenaron cuidar la puerta de acceso. Ahí fue colocado el señor Presidente, luego llegaron asesores, de la fuerza de seguridad no éramos muchos. Era casi mediodía, estábamos relativamente tranquilos: había una puerta de seguridad, nadie pudo ingresar sin autorización de los miembros de Seguridad. Se apostaron más compañeros en esa puerta y en la puerta de cristal. SO - ¿Qué pasaba ese rato en el Palacio de Gobierno? Nos acercamos al Subcomandante de la Casa Militar, al ver que el hospital estaba tomado por policías y era difícil el acceso. Los policías sabían quiénes eran de la Seguridad, quiénes trabajaban con el Presidente, por eso pedimos autorización para ir –conocíamos el hospital- para tratar de encontrar medidas de evacuación para el señor Presidente. Cuando nos acercamos al hospital subimos a pie, todo era un caos, jalando dedo, una camioneta nos dejó en el hospital. Estábamos de civil y fue fácil ingresar. Distribuí al personal: unos se quedaron en el cerco externo, yo fui al cerco interno para ver la situación. Era la una y media de la tarde. Para eso ya había avanzado personal de Seguridad del Presidente, no tan cerca pero alrededor del hospital. Contacté con mi Mayor Mora a quien informé de la situación, también a mi mayor Celi. Entré al hospital sin mayor problema porque me iden-
tificaron como policía, no como miembro de la seis de la tarde? Muy complicado, se escuchaban Seguridad de Presidente, porque había llegado disparos, había más agresión entre manifestantres meses antes. Me identifiqué como miembro tes y policías, el uso del gas era descontrolado, del GIR y dije que venía con una emergencia; se veían los impactos de proyectiles en los vime dejaron pasar, todos estaban encapuchados drios del Hospital Metropolitano. Si hasta ese y era difícil identificarles, además yo no iba para momento pensábamos que la única manera de identificar personas, el fin era identificar rutas. sacar al Presidente era vía helicóptero, improviSubí al piso donde estaba el Presidente; fui a la sando un helipuerto, a las seis y treinta esa idea terraza para ver si se podía hacer una evacuación colapsó: entraba gente al hospital, donde estaba aérea. el Presidente (creo que él les llamó para que le Ahí contacté con el Capitán Celi y me dijo que expliquen qué estaba pasando). ayude a sacar al Presidente. Vi el movimiento CB - Hacia las dos de la tarde llegó algo de codonde estaba el Presidente, había un gran cerco; mida para el Presidente, le dejaron una bandeja, la Seguridad Presidencial y los médicos tranquipero su edecán ordenó que le retiren; sospechalizaban a la gente que estaba afuera, explicaban ba que podía tener algo dañino. Veíamos por TV que era una casa de salud, que había gente enlos saqueos en Guayaquil, el caos en Quito. Mi ferma. Al interior estaba calmado. Hacia las tres comandante estuvo en contacto por radio, tray media de la tarde salimos a la parte externa y tando de comunicarse, buscando una ruta para vimos que un grupo de gente -con banderas- susacar al Presidente, no había manera. El Presibía para apoyar al Presidente. Los policías empedente hizo dos o tres apariciones por la ventana, zaron a lanzar bombas para replegar la marcha. yo estaba a sus espaldas y se molestó con noEn el plano de la seguridad, aquel escenario se sotros porque no le dejamos salir, obviamente, complicó más porque se cerraron las rutas de por razones de seguridad; hasta cierto punto se evacuación que habíamos visto temprano para disgustó porque le dijimos que no había cómo sacar al Presidente; los manifestantes llegaron hacer eso. Llegó el Ministro Patiño. Mi Comanpor distintos lugares y cercaron el hospital. El dante General trataba de calmar las cosas, hubo ambiente era muy violento y era difícil el paso. reuniones de miembros policiales con el PresiA las cinco y media de la tardente. Tres grupos subieron a de todo estaba totalmente hablar con él: entraban trancomplicado. En eso, desde quilos, al salir se iban más dis“Llegó comida la terraza del hospital, vimos bravos. Alguno dijo: para el Presidente gustados, que helicópteros militares “no sé qué hacemos aquí” y en una bandeja; aterrizaban en el Colegio Mise fue. su edecán ordenó SO - No podían entrar encalitar. Luego supimos que los militares buscaban algún tipo que le retiren: todo puchados a hablar con el Prede opción. sidente, todos tenían uniforera sospechoso” ¿Cuál era el escenario a las mes, eran de distintos rangos
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policiales. Yo me encargué de ver que tengan sus credenciales, que tengan sus uniformes. Pero hubo también personal vestido de civil, un militar registraba sus nombres. Las conversaciones del Presidente con esos grupos fueron a puerta cerrada, nosotros, afuera, nunca supimos de qué se habló. A quienes entraban, algunos les arengaban diciéndoles: “no te dejes convencer”. A las seis media de la tarde, unos encapuchados entraron corriendo y disparando. “Esto se c…, vienen los militares”, dijo. Yo estaba en la parte externa del círculo interno, es decir, entre la prevención del hospital y el hospital. Ví un herido que entró a emergencia. “Vienen los militares no les dejen entrar, vienen disparando”, dijo otro policía. Hablaban por radio. Inmediatamente subí donde estaba el Presidente. CB - Aproximadamente a las 6 de la tarde aparecieron policías con el distintivo de GOE y decían que venían a sacar al Presidente. Se tomaron el segundo y tercer piso distribuyendo a la gente casi en hilera. Mi mayor Miño estaba dispuesto a sacarlo pero no tenían el ingreso, se le consultó El Capitán Ordóñez dibuja el mapa de evacuación del Presidente en el hospital. a mi Comandante, hubo la apertura; habló con el Presidente para sacarlo del lugar, le indicó lealtad, por estar aquí”. Añadió: “si salgo vivo de principales, ya no pudimos evacuar por ese lado. cómo tenia distribuido el personal para el opeaquí nunca me olvidaré de ustedes”. Nosotros le Entonces fuimos a la sala de neonatos, donde, rativo. Fueron miembros del GOE y del GIR, que dijimos que esté tranquilo, que proteger su vida gracias a Dios no hubo ningún niño prematuro. también ingresaron al sitio, quienes intentaron era nuestro trabajo, que para eso estábamos, que Una enfermera, aparecida del cielo, nos abrió la sacar la primera vez al Presidente. no se preocupe. Entonces remarcó: “muchas puerta y entramos. Le dijimos que estábamos SO - Me dejaron ingresar, subí corriendo y le gracias por su lealtad”. En realidad, en nuestro con el señor Presidente; nos llevó a una esquiindiqué a mi Capitán: ahora ya es más complifuero interno, creo que todos los allí presentes na de la sala, cerramos la puerta y apagamos la cado sacar al Presidente, entraron disparando esperábamos un desenlace fatal. Admitíamos la luz… Ella nos salvó la vida. Vino mi mayor Miño al interior del hospital, en la radio se oye decir posibilidad de que nos maten. y le dio un casco y un chaleco al señor Presiden“hay que matarlo”, llegaron los militares, todo En medio de este escenario desolador, reacciote. El escenario de violencia era increíble: por colapsó, hay violencia, bombas de gas, agresión né y le dije a mi Comandante: “yo conozco este efecto de los disparos las ventanas se iluminaron física, los policías llegaron disparando, con un lugar porque mis hijos nacieron aquí”. Sabía que como en las películas. Pasamos de 15 a 20 minuherido, y bloquearon todas las salidas. Ahí se al lado de la sala había una bajadita para salir tos con la luz apagada. conmocionó todo, todo el mundo comenzó a con el señor Presidente. Me adelanté, bajé y me Estando ahí buscábamos un alicate para zafar los disparar. Cuando ingresé a la sala donde estatopé con miembros del GIR. Les pregunté: “¿qué pies del Presidente que estaban atados a la silla, ba el Presidente vi que el cabo Cristian Bonilla hacen aquí?”. Me respondieron: “buscamos al eso le provocaba mucho dolor en sus rodillas, ayudaba al señor Presidente a Presidente”. Entonces les dije: “suban conmigo”. pero no había manera. En ese sentarse en una silla de rueAhí comenzamos la evacuación. La enfermera momento de tanta adrenalidas, comenzamos a evacuar el milagrosa nunca más apareció. na, al doctor De la Torre se le “Una enfermera, tercer piso, no teníamos un CB - Salimos de la sala de neonatos y empezaocurrió hacer una oración, reaparecida del cielo, plan establecido, el momenmos a evacuar el lugar cuando ya había un cerzar un Padre Nuestro. Todos abrió la puerta, nos los que estuvimos ahí pento en que estábamos sacando co de seguridad para el Presidente. Cuando me al Presidente se apagaron las llevó a una esquina samos que no íbamos a salir encontré con los del GIR me comentaron que luces; había gente del GOE habían tenido un serio problema con miembros vivos. Junto con el Presidente y apagamos la luz… alrededor. del GEO pues les habían querido desarmar. El estábamos: mi comandante Nos salvó la vida. CB - Ese momento, el señor problema era entre militares y policías: los del Andrade, Cristian Bonilla, el Presidente de la República ya GEO querían desarmar a los del GIR pensando cabo Gallegos de la FAE, Geono quería caminar, le subimos que estaban contra el Presidente. Cuando llegavani Molina, mi capitán Rocha a la silla de ruedas, sonaron disparos y una bomron les dije a los del GIR: suban para sacar al sedel Ejército, Piedra, Quiroga, el médico del Preba reventó cerca de la silla de ruedas; escuchañor Presidente. Me dicen: “ya mi comando”. Ansidente y el doctor De la Torre. Eran como las mos pa-pa-pa-pa, eran disparos y empezamos a tes subí yo y le digo a mi Comandante Andrade: 8 de la noche. Estábamos en una situación de correr con la silla de ruedas… “está listo, salgamos. Él me dice: “no, tengo la extrema vulnerabilidad: ¡alguien podía abrir la SO - Estábamos el cabo Gallegos, Geovani Molidisposición de salir solo con los del GEO”. “Pero puerta, disparar una ráfaga, y todo habría termina, Cristian Bonilla, mi capitán Rocha del Ejércimi comandante –le dije- está asegurado”. En eso nado así sin que nadie sepa qué pasó y ya! En to, Piedra, Quiroga, el doctor Pancho de la Torre. se presentó el mayor Apolo del GEO y dijo: “Seese momento de tanta adrenalina, sin embargo, Tomé la silla de ruedas para evacuar al Presidenñor Presidente, son del GEO, estamos listos para hubo un breve tiempo para pensar en la familia, te, y a lo que íbamos saliendo, nos botaron una su evacuación”. Así empezó el operativo. en nuestros hijos, en nuestros padres. El doctor bomba de gas aún en el tercer piso, ahí estaban SO - Cuando empezamos a salir hubo la trifulDe la Torre rezó el Padre Nuestro, nosotros le periodistas y fotógrafos; se rompieron vidrios y ca total: querían llevar al Presidente pero no se escuchábamos. Luego el señor Presidente nos se oía disparos de gente que subía por las gradas sabía a dónde. La misma silla de ruedas del Preagradeció, nos dijo: “yo les agradezco por su
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Los dos miembros de la Policía Nacional recuerdan los momentos dramáticos del 30S.
sidente era halada por gente del GEO y del GIR. Decidimos proteger más al Presidente, Cristian estaba siempre detrás de la silla. Los del GEO querían sacarle por las gradas principales, por donde ya hubo la balacera. Les dije que por ahí no llegaremos a ninguna parte. Les quité la silla de ruedas donde estaba el Presidente, justo en eso llegaron los del GIR. Reconocí a uno de ellos. “Guzmán –le dije- tú eres del GIR, ayúdanos a evacuar al Presidente por la salida de emergencia. Cuando llegaron los del GIR me sentí más tranquilo porque es mi gente. Cuando comenzamos a salir, la gente apostada dentro del hospital nos golpeó, nos insultaron, nos dijeron “desleales” y cosas por el estilo. Al llegar al borde de la puerta de salida de emergencia nos topamos con que no había un conductor. CB - En la salida de emergencia del hospital aún no teníamos escudos que nos protegieran. El Presidente y nosotros estábamos expuestos. Luego llegaron, justamente cuando comenzaron los disparos desde las partes aledañas y altas. Gritábamos pidiendo ayuda. En la salida de la evacuación no había militares, solo mi capitán Quiroga, quien estuvo hasta el último con nosotros. El señor Presidente se mostraba bastante tranquilo, tenía un casco, máscara. No decía nada; él vio todo lo que pasó. SO - Hay imágenes donde se ve que los policías retroceden y llegan los escudos para protegernos, eran del GOE y del GIR. Cuando me dicen que no hay conductor, decidí conducir yo y antes de subirme al vehículo un policía empezó a dispararme, gracias a Dios no me pegó. Llegué al auto y no había la llave, los del GIR ven eso, gritan y ponen sus escudos. Alguien dice: “tranquilo, mi comando, nosotros le protegemos”. En eso, alguien tira la llave y me dicen: “mi comando ahí la llave”. Encendí el motor, pero la trasmisión automática del Nissan Patrol estaba trabada. Puse en “D” y sonó pero empezó a andar. Fue
cuando grité: “listo, embarquen al Presidente”. CB - Estaba mi capitán Díaz también. Subimos al señor Presidente por el asiento de atrás. Para protegerle le pusimos en el piso, le viramos la silla y le abracé. Le dije: “señor Presidente, esté tranquilo, no puede moverse”. Le llevamos con el capitán Quiroga; eran las nueve de la noche. SO - Empecé a salir cobijado por un un escudo humano, cuando giré en el parqueadero vi que empezaron a disparar a un carro del GEO que estaba parqueado en la salida principal del hospital, por donde ellos querían sacar al Presidente, se desató fuego cruzado con munición real. Cuando llegué a la puerta principal no pude salir; estaba bloqueada con piedras. Di retro y los del GIR levantaron el obstáculo. Al frente vi que un Trooper rojo empezó a dispararme. Puse retro y evadí los disparos haciendo un zigzag. Logré salir a la avenida Mariana de Jesús. Ahí Froilán Jiménez me dijo: “tranquilo mi comando, yo protejo su ventana”; él estaba con el escudo. Veía por los retrovisores y escuchaba que me estaban disparando. Salimos y vi caer a Froilán; pensé que le topé con el carro por la maniobra que hice (luego me enteré que había caído por un impacto de bala y falleció). Nunca imaginé que iba tan rápido, pensé que nos seguían porque escuché las municiones. Me subí a las veredas pues había vehículos cruzados. CB - Casi se vira el carro, pero no le dejamos levantar la cabeza al señor Presidente, yo le tenía abrazado, le decía: “tranquilo señor Presidente”. Él nunca dijo nada. Hasta ese momento no habíamos recuperado la situación normal. SO - En la avenida América y Selva Alegre la cosa empezó a calmarse un tanto. Detuve el auto porque sentía que golpeaban la ventana… ¡era mi capitán Yépez, quien durante todo ese trayecto se había quedado colgado de la ventana! Abrimos la ventana y el Presidente ordenó que se suba. Ahí me comentó: “bajaste rapidísimo
por la América, a unos 80 km por hora, y casi te pegas contra un carro”. Muchos vehículos estaban cruzados sobre la avenida como barricadas. CB - Le preguntamos al señor Presidente si se encontraba bien, dijo que sí. Le pregunté a dónde vamos: “Al Palacio”, dijo. En ese momento el Presidente volvió a preguntar quiénes éramos, de dónde éramos. Y por primera vez revelo aquí un hecho inédito que casi nadie sabe: al señor Presidente se le fueron las lágrimas. “Estoy vivo –dijo-, todos estamos bien”. Me tomó del brazo, yo le dije: “soy Cristian Bonilla, soy del GOE, soy policía”. También se apoyó en el hombro de mi teniente Ordóñez y le dijo: “¿quién eres tu?” “Soy Ordóñez, de la policía”, respondió. SO - Nos preguntó si hay muertos, si hay heridos. Ese momento no teníamos información. Nos dirigimos al Palacio Nacional. Seguí conduciendo. La gente, el pueblo, al ver la caravana se lanzó a las calles; el Presidente quiso salir pero no le dejamos, no era seguro, incluso en la Plaza Grande. Hice una maniobra de distracción indicando que el Presidente venía en el auto de atrás, todo el mundo se desplazó y así pude entrar al Palacio Nacional. Le dije: “señor Presidente, espero que nunca se olvide que los que le sacamos fuimos policías”. Él comentó: “nunca me voy a olvidar”. CB - Llegar con el Presidente al Palacio Nacional fue gratificante, porque el trabajo de tantos años de preparación en el GOE y en el GIR estuvo bien encaminado, fue bien hecho. SO - Una vez en la cochera de la Presidencia, yo bajé del auto y le dije a mi Almirante Santiago: “le entrego al señor Presidente, sin novedad”. Enseguida se bajó el Presidente, le recibió el almirante Santiago. Ahí mismo me quisieron sacar del lugar porque estaba de civil, pero el señor Presidente les dijo “a él no le topan, viene conmigo”. Entonces subí en el ascensor con él. CB - Yo no pude subir, luego el señor Presidente salió con sus muletas y me dijo: “ven conmigo”. Me tomó del hombro y caminé junto al Presidente, mientras de la parte de atrás me halaban la camista. Decían: “es policía, retírenlo”. SO - Simplemente nadie sabía lo que nosotros habíamos hecho: cuidamos y rescatamos al señor Presidente de la República, Rafael Correa, y le llevamos vivo al Palacio Nacional. Foto: archivo particular
El Cabo Bonilla y el Presidente Correa, el momento de su ingreso al Palacio Nacional.