BOLETÍN SAI
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EL TESORO QUE SWAMI NOS DEJÓ
Número 17, febrero del 2019 Comité Editorial: Óscar Morado, Luis Muñiz, Lourdes Martínez, Laura León, Leticia Deschamps Edición: Leticia Deschamps Diseño gráfico: Bibiana Castillo difusión.nal@sathyasai.org.mx
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CONTENIDO Sai
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El tesoro que Swami nos dejó
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El camino del Amor
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La meditación no debe hacerse sólo a determinadas horas del día; debe ser un proceso continuo, que llene la personalidad de dulzura divina. La mente debe desechar toda amargura y llenarse con el néctar del amor universal. El amor les debe revelar que e individuo es solamente Deva (Dios) vestido con ese traje. Ustedes tampoco son la vestimenta que han venido usando, sino lo eterno sin cuerpo, lo Divino. Los límites de tiempo y espacio que lo hacen afirmar que han nacido en determinado año y que el lugar en donde nacieron es un punto en el mapa, son también artificiales, temporales e incidentales; no son fundamentales.1 El sadhana (práctica espiritual) de apreciar lo divino a su alrededor. Crean que el Alma dentro de ustedes es la misma Alma que activa a todo el mundo haciéndolo vivir y amar, gemir y pedir. La meditación no es un asunto de responsabilidad limitada; no hay límites para participar en ella; es un esfuerzo de tiempo completo. Dedíquense por completo a ella, y obtendrán una buena cosecha a cambio. Tomarán consciencia de que son un templo de Dios, que sus extremidades son recipientes sagrados, dedicados al servicio; que sus actos son los frutos, sus pensamientos, las flores, sus palabras, música con que la adoración se consuma en cada momento. Ofrézcanse como el corazón de fe. Entonces, no importa con quién tengan contacto, brillará ante ustedes como Dios mismo.2 Sai Baba 1 Sai Baba, “Siempre Yoguis”. Discurso de Sai Baba, 23 de julio de 1971. 2 Sai Baba, “Siempre Yoguis”. Discurso de Sai Baba, 23 de julio de 1971.
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El tesoro de la fusión con Dios
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Luis Muñiz Alonso El propósito primordial de la vida es el realizarse4 Sai Baba
Hablando coloquialmente, todos quisiéramos realizar, conocer a Dios, platicar con Él, verlo cara a cara, poder contarle todas nuestras penas y sufrimientos. Lo buscamos porque sabemos que en el fondo Él es nuestro único refugio. Sin embargo, esta búsqueda de Dios es bastante inútil, porque como decía Swami, Dios está en todas partes, en todo tiempo y en todo lugar; por lo tanto, no es necesario buscarlo. Además, Dios no es alcanzable, no se puede ver, así como así. Dios no es visible, no está al alcance de los sentidos. Los sentidos no lo pueden ver, tocar, escuchar, oler. Y la mente tampoco tiene facultades para poderlo experimentar. En síntesis: Dios está aquí siempre, arriba, abajo, a los lados y dentro de nosotros, pero no nos damos cuenta de Él, no tenemos consciencia de Él. ¡Qué mala suerte! Este es el dilema. ¿Qué podemos hacer? Mientras mi deseo por Dios sea sólo eso, un simple deseo, Él va a estar fuera de mi alcance. 3 Luis Muñiz. Plática en la Ceremonia de Lingam de enero del 2019. 4 Sai Baba, “El empeño del hombre debería tender hacia su fusión en Dios”. Discurso de Sai Baba, 23 de julio de 1971. http://www.saibabadice.org/52/25.htm
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Hace falta que mi deseo por Dios crezca y se convierta en anhelo por Dios, es decir, que yo no pueda vivir sin Él. Sólo entonces, me voy a dar cuenta de Él, pero no con la mente o los sentidos, sino con el corazón. Mi deseo y amor por Dios deberá ser mayor que mi deseo por todas las cosas del mundo. En cuanto a las enseñanzas de Sai Baba, si las estudiamos y analizamos a fondo, vamos a descubrir que Él nos dejó a todos sus devotos tanto a los que lo conocimos personalmente como a los que no, un tesoro único: El tesoro de la fusión con Dios, la meta última de la vida. ¿En qué consiste este tesoro? Este tesoro viene a ser las indicaciones que Sai Baba nos dejó para lograr dicha fusión con Dios, ¿estamos siguiendo tales indicaciones? Mientras no utilicemos este tesoro o riqueza que Sai Baba nos otorgó seguiremos siendo seres humanos ordinarios sujetos a la pena y el dolor; es decir, seremos ricos, pero sin disfrutar o gozar de la riqueza que Sai Baba nos heredó. ¿Cómo utilizar este tesoro? Para ello, vamos a necesitar un requisito indispensable el cual hay que resaltar: la completa fe en Él. Fe en Dios o fe en Swami. Ello significa creer que nada hay fuera de Él, sólo Dios es. Cuando los discípulos de Cristo fallaron en curar a un niño epiléptico lunático, le preguntaron por qué habían fallado, Él les dijo: “Por vuestra incredulidad; porque de cierto os digo que si tuviereis fe como un grano de mostaza, diréis a este monte: pásate de aquí allá, y se pasará; y nada os será imposible”. Sai Baba nos dijo con absoluta certeza que éramos uno con Él. “Si piensan que son polvo, polvo serán. Si piensan que son Dios, Dios serán. Piensen en Dios, sean Dios”. Sin embargo, para poder asimilar esta aseveración necesitamos tener fe como la fe a la que se refirió Jesús. Además, es natural que no sintamos que somos el atma ilimitada, que somos pureza, amor, paz, bondad, felicidad plena. De hecho, sentimos lo opuesto, nos sentimos limitados y poca cosa, llenos de defectos; ésta puede ser nuestra percepción, pero es una percepción incompleta, porque se refiere únicamente al cuerpo y a la mente. Entonces, ¿Por qué decía Sai Baba que nuestra naturaleza esencial es alegría y amor, que somos la Divinidad misma? Nos lo decía porque él tenía la visión completa de nuestra Realidad, Él veía tanto la parte efímera como la parte permanente y eterna de nuestra naturaleza. Aunque esta fusión con Dios nos parezca imposible e irrealizable, si deseamos lograrla, lo único que se nos pide es seguir con plena convicción las instrucciones de Sai Baba, asumiendo dicha fusión con Dios y empezando a actuar y a vivir desde esa convicción. “Yo soy uno con Sai, con la Divinidad que Él es”. Podemos preguntar, ¿en qué forma Sai está en mí y yo estoy en Él? Él está en nosotros en la forma de atma o Consciencia divina, inmanente en todo mi ser, en todo mi cuerpo. Tan sólo debo aguzar mi atención y sentir dicha Consciencia dentro de mí. Aquí está, en todo mi cuerpo, en forma sutil, no perceptible a los sentidos. Si me quedo quieto, puedo llegar a sentirla. 3
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Al quedarme quieto, todo lo que percibo, siento y pienso desaparece; toda percepción externa se abate. Al final sólo queda la esencia misma de mi ser, aquello que percibe pero que no puede percibirse, tan solo puede sentirse. Es conocida esa cita que dice: “Aquello que permite que los ojos vean, pero que los ojos no pueden ver, eso es Dios” Dicho todo lo anterior, ¿Qué pasaría si creyéramos y pensáramos sin ninguna duda que Dios está aquí presente, ahora mismo? De hecho, así es, Dios está aquí presente pero a nosotros nos da por hacernos que no lo vemos, nos damos el lujo de no verlo. Sai Baba nos dice esto mismo en sus propias palabras: El Principio Divino es la esencia del hombre. La meta de la vida es tomar Consciencia de esta verdad, la infalible e irresistible fuente de fortaleza. Cierren sus ojos; sentirán que no hay nadie aquí, aunque hay miles. Si sufren de cataratas o, peor aún, si están ciegos, no podrán saber la verdad; así también, lo Divino está aquí, frente a ustedes, detrás de ustedes, dentro y fuera de ustedes; está en la inteligencia con la cual pueden reconocerlo, pero, o son ciegos, o sufren de algún defecto visual o, peor aún, ¡voluntariamente tienden a cerrar los ojos! Pero, suponiendo que, en verdad, quisiéramos ver a Dios, ¿qué tendríamos que hacer? Una cosa es cierta, deberíamos hacer a un lado todos los prejuicios que tenemos acerca de Dios. Requerimos tener una mente fresca y vacía que solamente sea testigo de los hechos y no se imagine nada al respecto. La razón por la cual no podemos ver a Dios en la vida diaria es porque tenemos una imagen preconcebida y equivocada de Él que no embona, no es afin con lo que vemos a nuestro alrededor. A cada momento estamos viendo a Dios, pero no lo podemos aceptar porque no se parece a lo que creemos y pensamos que debería ser. Veamos a nuestro alrededor y dentro de nosotros, ¿vemos a Dios? Vamos a contestar que no lo vemos, pero, de hecho, Sí lo vemos, pero no nos damos cuenta, no queremos reconocer que todo esto que vemos es Dios. Swami, a menudo le decía al devoto “be happy”, sé feliz (aparte de ser una sugerencia o consejo, también, aunque suavemente, era una orden). ¿A qué tipo de felicidad se refería, a la felicidad familiar, mundana que todos conocemos? No, se refería a la felicidad que Él sentía (ananda). Felicidad de ser el Uno. Con su presencia nos decía: “Mírame, sé feliz como Yo lo soy”. Se refería a la felicidad de la Consciencia Suprema.
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Un poema de Jorge Luis Borges dice5: He cometido el peor de los pecados que un hombre puede cometer. No he sido feliz. Que los glaciares del olvido me arrastren y me pierdan, despiadados. Mis padres me engendraron para el juego arriesgado y hermoso de la vida, para la tierra, el agua, el aire, el fuego. Los defraudé. No fui feliz. Cumplida no fue su joven voluntad. Mi mente se aplicó a las simétricas porfías del arte, que entreteje naderías. Me legaron valor. No fui valiente. No me abandona. Siempre está a mi lado La sombra de haber sido un desdichado Para experimentar este tipo de felicidad, sólo se requiere aceptar lo que Sai Baba decía: “Despierta, levántate y no te detengas hasta llegar a la meta”, se dice. Pero no es necesario ir caminando hacia la meta, no es un lugar determinado a donde hay que ir. Es sólo abrir los ojos, descorrer el velo, despertar del sueño, encender la lámpara del conocimiento. También decía: En un instante pueden tener el conocimiento, y el conocimiento es bienaventuranza. ¿Para qué anhelar lo que no existe?, ¿por qué ignorar lo que “existe”, es decir, el Ser? La raíz de todo temor, tristeza y enfermedad de la humanidad es la búsqueda de lo irreal. Estamos buscando una quimera y lo que sí existe no lo tratamos de descubrir. Así pues, en todo momento, somos consciencia. En palabras de Swami: “Cualquier cosa que vean, oigan, piensen, digan, hagan, y dondequiera que vayan, todo es Brahman”. Por lo tanto, lo que debemos hacer es pensar en ella, volvernos conscientes de la consciencia. Lo que nos sucede es que, al despertar, la consciencia se une a la experiencia que tengo a cada momento, se vuelven una sola; entonces, me es muy difícil, aunque lo intente, distinguir o separar una de la otra. Aunado a esto, debido a que ubico a mi consciencia en la cabeza, todo lo que me pasa lo filtro a través de la mente o los pensamientos los cuales, la mayoría de las veces son superficiales e intrascendentes. 5 El poema de Jorge Luis Borges se titula: “Remordimiento”.
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En otras palabras, desde que despierto en la mañana, empiezo a ser dirigido por la mente. De esta manera, mi perspectiva de la vida se distorsiona y el vivir se vuelve confuso y difícil. Pero, siguiendo con nuestra estrategia de percibir a Dios a cada momento, ahora mismo, ¿han visto esas ilustraciones que tienen figuras escondidas que a simple vista no se ven? El juego consiste en descubrir dichas figuras. En forma similar, tenemos que descubrir a Dios en todo esto que vemos. Lo único que tenemos que hacer es abrir los ojos y agudizar la atención tratando de descubrirlo en cada experiencia que estamos teniendo. Aunque antes, tenemos que hacer a un lado todos los peros. ¿Cuáles son esos peros? • Sí pero no tengo tiempo, estoy muy ocupado con mi familia, mis negocios, mis deseos, mi vida en general. • Sí, pero no tengo suficiente conocimiento espiritual, debo seguir estudiando y acumulando más y más conocimiento espiritual. • Sí, pero no lo merezco. Tengo muchas faltas en mi personalidad; me siento culpable por esto, aquello y lo otro, ¿quién soy yo para ser uno con Dios?, ¿cómo me puedo comparar con él? • Sí, pero todavía no, aún soy joven y no he disfrutado de la vida, en unos años más, etc. En resumen: Dios está aquí, en este momento. Para poder sentirlo, no requiero de ninguna destreza especial. Mi Maestro, por todos los medios me lo estuvo diciendo. De manera que, sólo necesito tener completa fe en sus palabras y seguir sus instrucciones con determinación una y otra vez, sin desanimarme. ¿Qué les parece si durante dos o tres minutos tratamos de sentir a Dios y ser uno con Él o con Sai? En este preciso momento, cerremos los ojos y preguntémonos: Verdaderamente, ¿qué soy o quién soy? ¿soy el cuerpo, la mente o la personalidad? O, más bien, soy la Consciencia o el espacio consciente en la que éstos aparecen. Lo que somos es este espacio consciente, esta presencia consciente. Dejemos que la consciencia fluya desde el espacio ilimitado de nuestro ser. El tipo de creencia en mí que yo le pido a la gente, es más, mucho más de lo que la gente piensa que es la fe o el amor. No, lo que yo te pido es que me des todo. No me refiero a frutas, dinero o terrenos, sino a ti, todo tú sin que retengas nada; tu mente, tu corazón, tu alma. Pero esas son sólo palabras6
6 Sai Baba. Discurso del 11 de mayo de 1971.
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El camino del Amor
Rafael Toro
“Para ganar la Consciencia de la no dualidad, el único camino es el camino del amor. Prema (amor) significa seva (servicio), que significa sadhana, que es expansión, el alcanzar el mismo horizonte de ser y llegar a ser, hasta que todo es Ser. El amor debe crecer en cada momento de sadhana, debe endulzar cada palabra, acto y pensamiento. Surjan de la meditación como personas llenas de amor, salgan de bhajans (cantos devocionales) con una mayor medida de amor, regresen de nagarasankirtan con la más firme convicción de que todo está lleno de la misma Divinidad que está detrás de todas sus actividades”7 Sai Baba
¿Donde esta Dios? Swami solía hacer esta pregunta, una vez contestó: La respuesta está dada en el canto 18, estrofa 61 del Bhagavad Gita, allí Krishna declaró: “Ishwarah sarvabhuthanam Hriddheshe”, es decir, “El Señor reside en la región del corazón de todos los seres”. Aunque también Swami nos decía que Dios esta arriba, abajo, delante y atrás de nosotros, reside muy especialmente en nuestro corazón y es allí donde emana y brota el amor en el ser humano. Sai Baba nos decía: hay dos tipos de amor: personal e impersonal. El amor personal se refiere a la parte física del ser mientras que el impersonal se refiere a lo espiritual. La vida está destinada para practicar el amor impersonal. Cuando este amor se revele en su corazón realizarán la maravillosa verdad universal, el espíritu de la existencia, que se llama Dios. El corazón es el que lleva a la meta, así que sigan al corazón. Sai es amor, Él es compasión y bondad. Habita permanentemente en los corazones de todos. 7 Sai Baba, “Siempre Yoguis”. Discurso de Sai Baba, 23 de julio de 1971.
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Sigamos este camino del Amor, a través de la Devoción y el Servicio, es el más seguro, “El corazón es el que lleva a la meta”. Cuando brote el Amor puro e inmaculado no experimentaremos ni dolor ni sufrimiento. El Amor físico es pasajero, el amor por el Ser es eterno, comprender esta verdad depende de nosotros, si indagamos dentro de nosotros encontraremos que no hay diferencia entre nosotros y los demás, el Amor que recorre nuestro Ser, es el mismo Amor del cual esta hecho el cosmos por completo. El Amor es la luz que disipa la oscuridad y deja al descubierto nuestro ser espiritual. El amor viaja más rápido que el pensamiento, es la fuerza mística invisible que sostiene la vida. Se debe Amar el aire que se inhala y se exhala, Amar lo manifestado y lo inmanifestado. Al observar al mundo bajo la óptica del Amor, desde el corazón, no habrá juicio, ni condena, ni separación, ni identificación, solo queda el amor puro, inmaculado entre el observador y lo observado. El verdadero amor es el que trasciende el tiempo, el Amor de madre e hijo es el que ha surgido entre ellos. ¿Qué madre amó a su hijo antes de que éste naciera? ¿Qué hijo amó a su madre antes de nacer? El Amor entre ellos toma forma en el nacimiento del bebé. Antes de la boda, ¿quién es el esposo? ¿Quién es la esposa? El Amor entre un esposo y su esposa sólo comienza cuando se crea una relación entre ellos, de igual forma entre parientes y amigos. Hagamos que todos nuestros pensamientos estén llenos de Amor, que cada sílaba este imbuida de Amor y que nuestra mirada sea una mirada de Amor, entonces habremos alcanzado el Amor sin principio ni final, Amor eterno, el cual llenará nuestros corazones de bienaventuranza. Amar sin diferenciar. Decía Swami: El árbol no desea comer sus propios frutos, amar sin desear ser amado es la meta. Para esto debemos tener determinación, redireccionar nuestra manera de ser, pensando lo bueno, diciendo lo bueno y realizando lo bueno, por lo tanto, es necesario cultivar buenas cualidades. Emprendamos el camino del Amor, trasformemos en personas serviciales, bondadosos, afables, tiernos, compasivos, caritativos, en verdaderos seres humanos. “Si solo amas a los que te aman, no estas haciendo nada extraordinario porque hasta los incrédulos lo hacen. Y si solo haces el bien a los que te hacen el bien, que tienes de extraordinario? Aun los pecadores lo hacen ¡Ama a tu enemigo! ¡Hazle el bien! Entonces tu recompensa será grande y te estarás comportando como un verdadero hijo de Dios”.8 En resumen, ni yoga, ni mantra, ni kriya, ni tantra, ni ninguna meditación es más trascendente que el Amor. Los átomos se atraen unos con otros por el vínculo del Amor, creando moléculas, células, planetas y cuerpos. El vinculo de una madre por su hijo, el de un devoto por su deidad, el de Swami por la humanidad, es el mismo vinculo que hace latir nuestros corazones. Vinculémonos con el Amor, practiquemos Amar a todos, Amemos a la Divinidad en sus diferentes formas; como madre, hijos, amigos, parientes, extraños, plantas y animales. Recorrer el camino del Amor comienza en nuestro corazón. 8 Mateo 5:46
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Desarrollen el amor que no espera nada a cambio, construyan la fe sobre esas bases. Así se salvarán de la dualidad de entusiasmo y desesperación. El camino del amor no conoce altas y bajas, es suave y plano, firme y seguro, los conduce al trono del Rey de Reyes, instalado en su corazón. Nada puede demorar su viaje u oponer obstáculos9 Sai Baba
9 Sai Baba, “Siempre Yoguis”. Discurso de Sai Baba, 23 de julio de 1971.
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