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vivir en el amor
Número 9, 2017 • Comité Editorial: Oscar Morado, Luis Muñiz, Lourdes Martínez, Laura León, Leticia Deschamps Diseño gráfico: Bibiana Castillo difusión.nal@sathyasai.org.mx
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CONTENIDO SAI 1 El Amor
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Vivir en el amor y para el amor: amar…amar sin fin.
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Fragmentos del discurso amoroso de Bhagavan Sri Sathya Sai Baba: hacia un amor desinteresado, puro, sincero, verdadero.
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Sai “Dios derrama su amor igualmente sobre todos. Dios es la encarnación del amor y esta presente en todos en la forma de amor. Podrán alcanzarlo sólo por medio del amor”. Sai Baba1
El Amor El amor es Dios. El amor es Verdad. El amor es Rectitud. Y el Amor es riqueza. Este mundo se originó del amor, se sustenta por el amor y al final se funde en el amor. Cada átomo tiene su origen en el amor. El amor es vida y el amor lo es todo. El amor es lo que brilla esplendoroso en todo el individuo. Sai Baba2
1 Bhagavan Sri Sathya Sai Baba. Discurso del Día de Ishwaramma. “Ishwaramma: Encarnación de Amor y Sacrificio”. Eterno Conductor, Volumen XVII, número 6, junio 2000. Editorial Yug. 2 Organización Sathya Sai Baba. Guía de Estudio “Amor”. Un compendio de los discursos y citas de los trabajos de Bhagavan Sri Sathya Sai Baba. 2014.
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Vivir en el amor y para el amor: amar…amar sin fin.
Alberto Morales3
Permíteme poner a tus pies mi amor, mi amor y devoción, Swami Tú sabes que eres todo para mí y mi existir te lo debo sólo a ti, Swami Sostén mi barca al sucumbir en el mar de la ilusión, quiero ver en todo sólo a ti y amar sin distinguir
Ofrezco mis reverencias a Bhagavan Sri Sathya Sai Baba, mi maestro, mi madre, mi padre, mi dios. Te agradezco, Señor, por esta oportunidad que me das de dirigirme a ti, a través de cada uno de mis hermanos y hermanas Sai quienes con su vida me enseñan a amar. El 6 de julio de 1991, Swami nos recibió en una entrevista, muchas cosas ocurrieron en ella que sería largo de contar, pero una cosa me parece importante compartirles. Nos preguntó acerca del fin de la educación, del objetivo de la educación y del objetivo del Sadhana (práctica espiritual). Nos dijo que el fin de la educación es el carácter, el objetivo de la educación es la vida y el objetivo del Sadhana es la concentración de la mente.
3 Este texto fue una plática presentada en el aniversario de nuestro maestro Sathya Sai Baba, el 25 de noviembre del 2012.
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Swami siempre tiene preparado un camino para cada uno de nosotros. En mi caso, los últimos 21 años me han permitido ver como realiza su trabajo para reformar la educación en México y el mundo. Hemos tenido muchas experiencias, la apertura de Bal Vikas en diferentes centros Sai de la República, la impartición de talleres y cursos de Educación en Valores Humanos que han tocado el corazón de profesores en muchos lugares del país, la fundación del Instituto Sri Sathya Sai de México y el surgimiento y desarrollo de las dos escuelas Sai de México en Chihuahua y Cuernavaca. Durante los últimos cuatro años hemos podido ver el trabajo diligente de muchos voluntarios elaborando los manuales de educación en valores para la educación preescolar y primaria, corrigiendo cuentos o inventando canciones para los niños. Hace un mes estábamos en el Primer Congreso Internacional Sathya Sai de Educación en Valores Humanos en México, asistieron más de 1200 profesores, acudieron de toda la República Mexicana y de Latinoamérica, pudimos escuchar las conferencias de algunos de los más capacitados y experimentados maestros que han aplicado el programa de educación de Sathya Sai Baba en el mundo. Hace un par de años, al Colegio Sathya Sai de Cuernavaca llegó ya iniciado el curso una madre angustiada pues su hija era maltratada en la escuela a la que acudía, tenía una dermatitis que le impedía asolearse, totalmente tapada por la ropa y una gorra, la niña apenas levantaba la cara, tenía miedo de mostrarse a los demás, ya había recibido suficiente maltrato. Fue aceptada de inmediato en la escuela Sai, la directora le abrió su corazón, la maestra y los compañeros la trataron con amabilidad y la niña poco a poco fue curando su dermatitis. Al miedo y el dolor le sucedieron la confianza y la salud. Frente a la desorientación de la sociedad y las amenazas de la violencia y el dolor, Sathya Sai Baba nos ha permitido ver cómo, paulatinamente, se extienden las raíces de una nueva era de la humanidad. La era de la conciencia espiritual. La era del amor, de la no violencia, de la verdad, la paz y la rectitud. ¿Qué es lo que ha hecho posible todo esto? Su gracia, su infinita Gracia, su amor inconmensurable. Gracias Swami por haber encarnado para encender la lámpara de la verdad en el corazón de la humanidad. En un discurso pronunciado el 26 de septiembre de 2000, Sathya Sai Baba dijo que en eras anteriores Rama o Krishna se habían encargado de restaurar los valores en el mundo, pero que en la presente era de Kali: Dios ha dado la fortaleza suficiente a cada ser humano para fomentar todos los cinco valores. Es el mandato de Dios que el hombre promueva los valores humanos y salvaguarde al mundo. Éste es el significado interno de propagar los valores humanos. El hombre no necesita esperar a que Dios fomente estos valores. Se lo ha dotado con la fortaleza para hacer lo mismo. Estos cinco valores son vuestras propiedades. Es su responsabilidad protegerlos. No esperen que otros salvaguarden su propiedad. Así que no tenemos ningún pretexto, cada uno de nosotros es parte de una gran tarea, tenemos un divino mandato y contamos con la fortaleza divina para lograrlo: debemos salvaguardar los valores.
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¿Qué son estos valores? Son nuestros aires vitales, son el poder que anima la existencia propiamente humana. Hoy en día, en la época del materialismo en la que todo se pesa y se cuenta en números, valor ha adquirido el significado de precio y creemos que nosotros podemos establecer el precio, es decir el valor, de cada cosa y que podemos decir, según nuestra conveniencia que es lo que vale más que otra cosa. Así que creemos que los valores son pasajeros y que cada quien puede tener su propia escala de valores. De acuerdo con la Filosofía de Sathya Sai Baba los valores humanos no son algo que pueda tasarse y comprarse, son nuestra propia naturaleza. Lo que hace a los humanos ser humanos. Si hoy en día no actuamos como humanos, si hoy palestinos y judíos se asesinan mutuamente, si hay hombres que por ganar dinero no dudan en envenenar con drogas la vida de los niños y jóvenes, si somos presa de la violencia y la corrupción, simplemente es porque somos ignorantes. Desconocemos nuestra propia naturaleza, no nos conocemos a nosotros mismos. Creemos que somos este saco de carne y huesos y vamos detrás de la satisfacción de sus sentidos, hemos olvidado que nuestro linaje es divino, que nuestro padre es Dios y que nuestra verdadera naturaleza es sagrada. Nuestra esencia, lo que nos hace lo que somos, son los valores humanos. Como aquel hijo que tomo su heredad y se dedicó a despilfarrar su dinero hasta perderlo todo y tener que vivir en la porqueriza. Tenemos que tocar fondo y comer lo mismo que los puercos para recordar que nuestro Padre nos trataría mejor, incluso si fuéramos sólo sus empleados y no sus hijos (Lucas, XV, 11-32). Decía Baba que somos héroes no ceros; o en términos cristianos: somos pueblo de reyes, asamblea santa, pueblo sacerdotal. Descubrir los valores humanos, por tanto es descubrirnos a nosotros mismos. Conocer quiénes somos. Volteemos a ver a quienes están a nuestro lado, miremos sus ojos y sonriamos, ahora tomemos todos de las manos y cerremos los ojos. Respiremos profundamente. No imaginemos algo, veamos la oscuridad luminosa que hay bajo nuestros párpados y sintamos como nos llenamos de vida con cada respiración. Esa es la energía que anima nuestra vida, la misma energía que anima a toda la creación, eso es el amor. Cuentan que en un día caluroso en Prashanti, Sathya Sai Baba, vio que los niños pequeños de la escuela estaban bajo el sol y entonces él mismo se encargo de llevarlos a un lugar a la sombra. Se estaban cantando los bhajans y en ese mismo momento comenzaban a cantar “El amor es mi forma, la verdad es mi aliento”. Sai se detuvo y se volteó hacia los niños para preguntarles ¿qué es el amor? Los niños sonrieron confundidos, así que Baba les dijo: “El amor es un helado”. Todos se rieron y entonces Baba explicó: “El Amor
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es dulce como el helado, el Amor es gozo como un helado, el Amor es fresco como el helado, el Amor es puro como un helado blanco”. Dulzura, gozo, frescura y pureza son la naturaleza profunda de todos los seres humanos. Esa energía de amor que vive en nosotros y de la que debemos hacernos conscientes para dejarla fluir y convertirla en no violencia, paz, verdad y rectitud. La psicología hindú considera que los seres humanos tenemos cinco envolturas, en el programa de la Educación en Valores Humanos explicamos que son cinco niveles de la personalidad humana: física, intelectual, emocional, intuicional y espiritual. También lo podemos explicar considerando que somos cuerpo, mente y espíritu. La dimensión física es este cuerpo que requiere alimento y realiza una serie de funciones que nos permiten hablar, escuchar, ver, caminar, tocar, se trata del vehículo a través del cual estamos en este mundo. En realidad es nuestra primera “envoltura”, porque claro está que nosotros no somos eso. También tenemos una mente que realiza tres funciones básicas: pensar, sentir y ver hacia dentro, intuir, tomar conciencia. Son los niveles intelectual, emocional e intuitivo del ser humano. Finalmente el nivel espiritual, es la última envoltura, la de la bienaventuranza que cubre lo que es nuestra verdadera realidad: la energía divina del amor. Ojo, nosotros no somos unas “envolturas”. Cuando recibimos un regalo, sabemos que la envoltura no es el regalo, la envoltura cubre el regalo. No somos el cuerpo, ni somos la mente, no somos nuestros pensamientos, ni nuestros sentimientos, ni siquiera somos la conciencia interna. Somos esa energía que anima la creación, somos Dios, somos Amor. Por eso Sathya Sai Baba nos llama Premaswarupalaras: Encarnaciones del Amor. Cuando el amor vibra en nuestro nivel intuitivo, entonces estamos conscientes de que todo lo que existe es parte de nosotros, que no estamos separados, vivimos la experiencia de la unidad, lo que se convierte en una actitud de respeto, justicia y entendimiento. Esa conciencia de amor es la no violencia. Cuando reconozco que el amor que soy es el amor que tú eres, cuando reconozco que el amor que nosotros somos es el amor que toda la creación es, entonces actuamos en un espíritu de unidad y de respeto que no permite dañar a nada ni a nadie. Por eso Baba dice que “El amor en la entendimiento es no violencia”. Cuando el amor vibra en nuestro nivel emocional, entonces los estados anímicos del placer y el dolor, de la alegría y la tristeza, del éxito y el fracaso, se experimentan como estados pasajeros que no nos atan. Actualmente buscamos sólo el placer, la alegría y el éxito, sin recordar que el día supone la existencia de la noche y que la vida como una moneda tiene cara y cruz y que la naturaleza de la vida mundana es justamente la alternancia de todas estas experiencias. Krishna recomendaba a Arjuna en la Bhagavad Gita que cuando estuviese sufriendo recordara “ya pasará” y que también pensara así cuando estuviese en medio de la alegría. Que la vida se armonice con sus tristezas y alegrías, que la vida sea como una música armonizando silencios y sonidos, eso es la paz. Por eso Sathya Sai Baba dice que “El amor en el sentimiento es paz”.
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Cuando el amor vibra en nuestro nivel intelectual, la inteligencia nos permite descubrir la verdad. No la verdad que adecua el pensamiento con la realidad, como al decir que hoy es domingo o al reconocer que estamos en la Hacienda celebrando una fiesta o la verdad de saber que si soltamos un objeto este caerá por la fuerza de la gravedad. La verdad a la que se refiere Sathya Sai Baba es la verdad ontológica. La verdad que solicitamos cuando cantamos “Muéstrame la verdad, de lo que no cambia, lo trascendental”. Cuando Jesús dijo que Él era la Verdad y la Vida. No se refería a su cuerpo físico, se refería a su naturaleza básica, la del amor divino que permanece y Es. El término sánscrito Sathya se traduce como verdad, su raíz etimológica Sa, se traduce como Ser. La verdad es lo que Es. y lo que Es no puede ser la transitoria y cambiante realidad del mundo. Así que Baba dice “El amor en el pensamiento es verdad”. Finalmente cuando el amor vibra en nuestro nivel físico, nuestras piernas nos conducen hacia la realización personal, nuestras manos se dedican a servir a los demás. Este cuerpo actuando empujado por el amor hace lo correcto. Así que Baba asienta que “El amor en la acción es conducta recta”. Cuando nuestro nivel físico está atrapado por la ignorancia básica y los sentidos arrastran el carruaje de nuestra vida, vivimos como troncos secos y huecos. A quien actúa sólo impulsado por sus necesidades físicas solemos decir que lo hace como animal, pero lo cierto es que con eso insultamos a los animales. Ellos siguen a su naturaleza, manteniendo el equilibrio ecológico. Los hombres debemos aprender a seguir nuestra naturaleza, fuimos creados para emprender la maravillosa aventura de descubrirnos a nosotros mismos y así experimentar como Dios se encuentra a sí mismo. Eso es la educación. En sánscrito educación se dice Vidya: “Aquello que ilumina”, por eso el maestro es un gurú, “Aquel
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que disuelve la oscuridad”. De esta manera la Educación en Valores Humanos consiste en encender la luz de la verdad, despertar al hombre de su sueño del placer y el dolor, la educación en valores humanos es iluminar la conciencia y que cada uno conozcamos quiénes somos. También Sathya Sai Baba explica la educación en valores con el término “Educare”, recurriendo a la palabra en latín de la que derivan el inglés education o el español educar. Educare según sus raíces latinas viene de E-extraer y de ducere-conducir. Así que educare es guiar para extraer, para sacar algo que ya está dentro. Dicho de otra manera el proceso educativo es hacer salir lo que está dentro; es hacer patente lo que está latente. Convertir en flor y fruto lo que está en semilla. Conocer toda la información que ha acumulado la humanidad es importante, se trata de todo el acervo cultural y la experiencia que generaciones de hombres y mujeres han logrado y nos puede ser útil. Pero esa parte de la educación es la instrucción, la cual es inútil sin la parte fundamental de la educación, lograr que el hombre se convierta en hombre, la educación espiritual: utilizar nuestro cuerpo para actuar correctamente, usar nuestra mente para ver la verdad, sentir la paz y estar conscientes de la unidad de toda la creación, vivir en amor y para el amor. Eso es tener carácter, moldear nuestra personalidad bajo la fuerza de la voluntad. Eso es también lo que permite que la educación sea útil para nosotros y para los demás. Así que por eso creo hoy que Baba nos dijo en el 91 en aquella entrevista: El fin de la educación es el carácter y el objetivo de la educación es la vida. Cuentan que una señora de California, estaba muy preocupada por las predicciones acerca de un gran terremoto que habrá de ocurrir en San Francisco. Ustedes saben que hay una gran falla geológica que atraviesa justamente California. Así que muy angustiada le contó a Baba todos sus temores. Baba al escucharla mostraba con su rostro que él también consideraba factible que el terremoto ocurriera. Entonces la mujer le preguntó, “Pero.. ¿qué haré?”. Baba entonces se inclinó a ella amorosamente y le susurró: “Prepárate para morir”. Creo que es un excelente consejo que debemos seguir cada uno de nosotros. El pasado no existe, es un tiempo que ya se fue. El futuro no existe, es un tiempo que aún no llega. El presente es un instante fugaz. Vivimos entonces saltando de un instante a otro y nos morimos un poco más a cada uno de esos instantes. Al nacer compramos un boleto para subirnos al tren, un día llegará a su destino y tendremos que bajar del tren. ¿Ya estamos preparados para bajarnos del tren? o ¿seguimos muy ocupados en hacer lazos con los otros pasajeros? o ¿andamos entretenidos en admirar cada una de las estaciones? Debemos estar listos para bajar del tren y llegar a nuestro destino, nuestro Padre nos está esperando desde hace tiempo, con la esperanza de que lo reconozcamos al llegar y no nos pongamos a llorar por regresar al tren. Nos tendrá que dar otro boleto y no podremos gozar con él la dicha de estar nuevamente en su regazo y contemplar nuestros ojos en sus ojos.
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La práctica espiritual en la que nos hemos involucrado cuando decidimos seguir a Sathya Sai Baba, esos cantos devocionales, esas meditaciones matutinas, esas actividades de servicio, aquellas oraciones que pronunciamos, tienen un solo objetivo: controlar nuestra mente. La mente es como un lago, agitado por los pensamientos y sentimientos que se despiertan por seguir a nuestros sentidos. La mente debe ser aquietada. El lago debe ponerse en calma para que pueda reflejar el sol interior, para despertar la conciencia y entonces ver a la divinidad que hay dentro de nosotros y dejarla fluir para que transforme nuestra vida. Eso es Educación en Valores Humanos, aquietar el lago de la mente, descubrir quiénes somos y dejar que la energía del amor invada toda nuestra existencia. Recuerden lo que él nos dijo en su discurso del año 2000: “Estos cinco valores son vuestras propiedades. Es su responsabilidad protegerlos. No esperen que otros salvaguarden su propiedad”. Es por ello que no puedo dejar de invitarlos a dedicar su vida entera a proteger nuestra heredad. Hoy el mundo reclama que pongamos nuestros actos bajo el poder de nuestra voluntad siguiendo a nuestra conciencia. Ya no estamos para despilfarrar la herencia que nos ha dejado nuestro Padre. Estamos para dedicarnos a utilizar los talentos que ha puesto en nuestras manos y multiplicarlos sirviendo a la sociedad. En 1992, en otra entrevista, Sathya Sai Baba nos hizo un examen sorpresa, espetándonos una pregunta: ¿Qué es espiritualidad? Balbuceábamos algunas respuestas que no parecían satisfacerlo. Hasta que una maestra respondió decididamente: Espiritualidad es Educación en Valores Humanos. Él sonrió y aprobó. La espiritualidad no se trata de hacer complicados ejercicios o vivir en medio de grandes austeridades, espiritualidad es hacer florecer la excelencia humana, decidirnos a vivir como hombres y mujeres de bien, dejar que la verdad guíe nuestros pensamientos, el amor sea nuestra conciencia y la rectitud nuestra acción cotidiana. Eso se puede lograr si reconocemos que no somos sólo el cuerpo y logrando la concentración de la mente en lo único real: la dulzura, frescura, gozo y pureza del Amor de Dios. Señor, escucha nuestra oración: Sostén nuestra barca al sucumbir en el mar de la ilusión queremos ver en todo sólo a ti y amar...amar sin fin.
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Fragmentos del discurso amoroso de Bhagavan Sri Sathya Sai Baba: hacia un amor desinteresado, puro, sincero, verdadero. Leticia Deschamps S.
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Introducción El título de este artículo se inspira en el del libro “Fragmentos de un Discurso Amoroso” de Roland Bartres4. Su contenido se apoya en la Guía de Estudio “Amor”, un compendio de los discursos y citas de los trabajos de Bhagavan Sri Sathya Sai Baba, publicado por la Organización Sathya Sai Baba en 20145. Parafraseando a Bartres, la necesidad de este artículo se sustenta en la consideración siguiente: el discurso amoroso de los devotos de Sathya Sai Baba es de una extrema soledad. Es un discurso hablado pero que muy pocos vivimos en su plenitud (incluyendo en primer lugar a quien esto escribe) y, sin embargo, constantemente lo afirmamos. La idea de escribir este artículo partió de una conversación entre viejas amigas devotas, en la que en el fondo cuestionábamos nuestra congruencia entre pensamiento, palabra y acción, basada en las enseñanzas de Swami sobre el amor. Como lo señala en la Guía el presidente del Consejo de Prashanti, el Dr. Narendranath Reddy: “si una palabra pudiera contener la esencia de la vida y las enseñanzas de Swami, esa palabra sería “amor”. La vida de Bhagavan Sri Sathya Sai, su mensaje, sus ideales y sus trabajos humanitarios pueden encerrarse en una palabra: Amor. Su vida es su mensaje y su mensaje es amor. Él es en verdad la encarnación del amor. Nos dice, “Dios es amor, vivan en el amor” y nos exhorta “comiencen el día con amor; llenen el día con amor, terminen el día con amor “éste es el camino hacia Dios” Dios, que es la encarnación del amor, puede experimentarse sólo a través del amor. “Pero ese amor”, dice Swami, “es incondicional, puro, amor desinteresado que se dirige única y exclusivamente hacia Dios.” Ofrezco este artículo a los divinos pies del loto de Bhagavan Sri Sathya Sai Baba, con la esperanza de lograr esa congruencia entre pensamiento, palabra y acción, y de experimentar permanentemente el amor puro, desinteresado e incondicional. La esperanza de una profunda transformación espiritual que nos llame a todos los devotos al amor. Como dice El Popol Vuh, libro sagrado de los mayas: “que nadie se quede atrás, ni uno, ni dos, sino todos como uno”6.
4 Bartres Roland. Fragmentos de un Discurso Amoroso. Siglo XXI Editores. México. 1993. 5 Organización Sathya Sai Baba. Guía de Estudio “Amor”. Un compendio de los discursos y citas de los trabajos de Bhagavan Sri Sathya Sai Baba. 2014. 6 El Popol Vuh, libro sagrado de los mayas, dice: “Que todos se levanten, que llamen a todos, que nadie se quede atrás, ni uno, ni dos, sino todos como uno”.
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El Amor Amor. El amor es Dios. El amor es Verdad. El amor es Rectitud. Y el Amor es riqueza. Este mundo se originó del amor, se sustenta por el amor y al final se funde en el amor. Cada átomo tiene su origen en el amor. El amor es vida y el amor lo es todo. El amor es lo que brilla esplendoroso en todo el individuo. El amor es la base de la creación Véanse ustedes mismos en Mí porque Yo me veo a Mí mismo en todos ustedes. Todos ustedes son mi vida, mi aliento, mi alma. Todos son mis encarnaciones. Cuando los amo, me amo. Cuando se aman, me aman. Me he separado de Mí mismo para así poder amarme. Amados míos, ustedes son mi propio Ser. La base de todas las cosas es el amor y solo el amor. El ser humano ha nacido en el amor, se sustenta en el amor. El amor es la base de la vida humana. El amor existe por el amor mismo y por nada más. Es espontáneo y proporciona deleite. El amor está presente en todo. El amor mira con el corazón y no con los ojos. No escucha con los oídos sino a través de la tranquilidad del corazón. No habla con la lengua sino desde la compasión. Compasión, amabilidad y amor son palabras diferentes que significan lo mismo. El amor tiene muchos sinónimos. El amor solo puede emanar del corazón y de ninguna otra fuente. El amor es inmortal, puro néctar, está lleno de dicha y es infinito. Un corazón lleno de amor no tiene límites. Igual que ríos diferentes con diferentes nombres y cauces se funden en el océano y se vuelven uno con él, el Amor, en muchas formas diferentes entra en el océano del corazón y se identifica con él. En este mundo, no hay mayor virtud que el amor. El amor es Verdad. El amor es Rectitud. El Amor es riqueza. Este mundo se originó del amor, se sustenta por el amor y al final se funde en el amor. Cada átomo tiene su origen en el amor. Existen innumerables fuerzas en este mundo, como la interacción atómica y la fuerza magnética, pero la fuerza del amor las supera todas... Para los humanos en este mundo el amor es vida y el amor es todo. Es del amor donde han surgido los cinco elementos (pancha bhutas). El amor es el que brilla esplendoroso en todo el individuo. Mirando más de cerca, descubriremos que la vida misma es amor. No son dos sino uno. El amor es la verdadera naturaleza de la vida. El amor es vida. Una persona sin amor que compartir está más muerta que viva. Ésta es la razón por la que el amor se expande en un círculo eternamente creciente.
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En otras palabras, el Papa Francisco señala: la existencia de cada uno esta ligada a la del otro, a ese otro que reconoces como tú, ese otro que puedes ser tú; tú y otro tú crea un nosotros, un sí mismos como parte de un nosotros. La atracción es la base del amor La atracción que el inmenso Brahman tiene por el átomo es la atracción del todo por la parte. Es la base del amor” el amor de la madre, del padre y del hijo, del amigo, del cónyuge e incluso del devoto hacia Dios. El amor lo atrae todo. El amor de Dios se ha manifestado en la forma de la Naturaleza. Toda la naturaleza esta impregnada del poder de la atracción. Por ello, la Naturaleza nos atrae a todos. El mundo atrae a todo y a todos. Este poder de atracción tiene su origen en el principio inmutable y eterno de la Verdad, que es la base de la creación. A eso se le conoce como Verdad Trascendental. Está presente en los tres periodos del tiempo (presente, pasado y futuro), los tres mundos y los tres atributos (trikalas, trilokas y trigunas). El mundo está gobernado por el principio de la atracción mutua. La hierba atrae a la vaca. El niño atrae a la madre. Cuando dejan una flor aquí, las abejas se ven silenciosamente atraídas desde la lejanía. La flor las atrae debido a la dulce miel que hay en ella. La ley de la atracción universal está relacionada con esta energía magnética. La dulzura que atrae a la gente es el Amor (Prema). Este amor puede manifestarse de muchas formas: amor maternal, amor filial, cariño fraternal, amor conyugal, amor entre amigos, etc. El amor divino es la base de todas las formas de atracción. Es un potente imán. Está presente en todas partes incluso en cada ser humano. El que atrae es Krishna. Dios atrae y otorga dicha divina a todos. Es la encarnación de la dulzura. Rama, el Morador de todos los corazones, es el símbolo supremo del poder de la atracción. El Atma es el imán universal que todo lo atrae. Invitación de Baba a los devotos: El Amor es el principio átmico que siempre está con ustedes en todo momento. Deben transmutar todos sus pensamientos en expresiones de amor. Considerar cualquier acción que realicen como una ofrenda a Dios es la mejor forma de disciplina espiritual (sadhana). Sea cual sea la buena acción o actividad espiritual que realicen, si no está impregnada de amor no tiene ningún valor. La divinidad es la misma en todos los nombres y formas que vemos en este mundo. No se puede limitar a Dios a una forma en particular. Por ello, consideren que todas las formas son suyas. Pueden ir a cualquier
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parte, adorar a cualquier forma, pero todas las formas son divinas. Cuando tengan un amor así por Dios y una fe así en Él, podrán verle en cualquier parte y experimentar su Amor. No es posible experimentar la Divinidad sin cultivar amor. Vean a los demás como partes del mismo todo al que ustedes mismos pertenecen, de este modo no puede haber odio, ni envidia, ni codicia, ni orgullo.
La Devoción: amor verdadero Devoción. Devoción significa amor. El único amor verdadero es el amor por Dios. Únicamente es devoción aquel amor puro y verdadero por el amor mismo. La verdadera devoción es el amor que brota de un corazón puro; es el vínculo íntimo de la relación entre el devoto y el Señor. Hay nueve formas de devoción: escuchar relatos sobre la gloria de Dios, el canto devocional, la contemplación, la veneración a los pies del señor, la adoración, los rituales de devoción, el servicio, cultivar la amistad y la entrega. Ninguna forma de devoción iguala el amor puro (prema). La esencia de la devoción es el amor y no los ejercicios rituales de recitación ni las diversas formas de adoración. La devoción no es sólo ofrecer alabanzas o ir en peregrinación. Únicamente es devoción aquel amor puro y verdadero por el amor mismo. La verdadera devoción es el amor que brota de un corazón puro, no contaminado por motivaciones egoístas. El amor es el vínculo íntimo de la relación entre el devoto y el Señor. Mirar hacia adentro La adoración debería ofrecerse al Dios que reside en todos los seres. No es necesario buscar en ninguna otra parte. Puede encontrarse dentro de uno mismo cuando todos los pensamientos están controlados y la mente se mueve hacia nuestro interior. Devoción y liberación Las escrituras consideran que la liberación (moksha) es fundirse con Dios. Pero la bienaventuranza que se experimenta en la constante contemplación de Dios mediante la devoción, no se puede obtener ni siquiera fundiéndose con Dios. El Vedanta ha proclamado que el amor a Dios es moksha. El corazón del devoto lleno de amor a Dios es tierno y dulce. Tarde o temprano, todo el mundo está destinado a hacer de 13
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su corazón un santuario de amor por el Señor. Con el Señor consagrado en su interior, el devoto renuncia al deseo de la liberación. La devoción misma hará que sea uno con el Señor. La unión con lo Universal sólo se puede lograr a través del amor. Para un devoto que ha logrado tal unión con lo Eterno todo aparece divino. El devoto que está inmerso en el océano de néctar del Amor divino no puede existir un solo momento sin el amor de Dios. Ese devoto no puede deleitarse con nada más. Todas las partes de su cuerpo están llenas del amor a Dios que cada órgano encuentra su propia expresión proclamando la gloria de Dios o prestando servicio a Dios. La indagación intelectual no puede explorar lo sutil que solo puede conocerse por experiencia.
Invitación de Baba a los devotos: El amor es Dios. Vivan en el amor. Comiencen el día con amor. Éste es el camino hacia Dios. El amor es el camino para alcanzar la bienaventuranza del Ser, que radica en nosotros mismos. No es necesario buscar en ninguna otra parte. Puede encontrarse dentro de uno mismo cuando todos los pensamientos están controlados y la mente se vuelve hacia nuestro interior. Dediquen toda acción al Señor, esta es la suprema sabiduría. Es el bien supremo, la meta final de la existencia. El amor ha de convertirse en una forma de vida. Solo esto es devoción. Permitan que la corriente del amor fluya de un corazón a otro. Consideren el amor como su vida. El amor es la fuerza magnética divina presente en el ser humano.
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Amor desinteresado, puro, sincero, verdadero vs Amor mundano Amor desinteresado, puro, sincero, verdadero El amor desinteresado, puro, sincero guía al ser humano hacia Dios. El amor verdadero no tiene principio ni fin. Existe en las tres categorías del tiempo: pasado, presente y futuro. Puede saciar al ser humano de felicidad verdadera. Prema solo se puede aplicar al amor absoluto hacia a Dios. Cuando el amor está dirigido a Dios se vuelve puro, desinteresado, duradero y divino.
El amor verdadero está basado en el desinterés. Dios reside en el corazón y allí es donde hay que buscarlo. Hay que cerrar la boca y abrir el corazón. Solo entonces experimentaras la felicidad divina. La felicidad que recibimos a través del Atma es permanente, pura, desinteresada. Atma es el símbolo de la verdad y por lo tanto es permanente. Prema y verdad están presentes en cada alma individual. Solo es sagrado aquel amor que se basa completamente en el olvido de uno mismo y tiene que ver plenamente con anhelar a Dios. El distintivo del amor es el sacrificio desinteresado. No busca nada de nadie. No está cargado de mala voluntad hacia nadie. Es completamente desinteresado y puro. Es libre de la impureza del egoísmo. El Amor Divino llega incluso a los seres más remotos. Une a aquellos que están separados. Eleva al ser humano de la animalidad a la Divinidad. Transforma gradualmente todas las formas de amor mundano en Amor Divino. El Amor Supremo refleja al Morador interno y el Principio divino: “Tat twam Asi” o “Tú eres eso”. El amor concede felicidad y gracia. Amor es Dios; vivan en amor.
Amor mundano El amor egoísta y restringido le ata a uno al mundo. El cariño entre una madre y su hijo o entre marido y mujer está vinculado a una determinada relación temporal y para nada es amor verdadero. A las relaciones entre madre e hijo, marido y mujer, señor y criado, profesor y alumno, no se les puede llamar amor verdadero, solo son afecto. El afecto cuando se dirige a objetos mundanos queda contaminado, le siguen la felicidad y la tristeza; se convierte en presa de deseos y decepciones. A la alternancia del apego y separación entre amistades (afecto), esposos (enamoramiento), padres e hijos (amor paterno-materno), etc. no se le puede llamar amor verdadero. El apego está basado en el egoísmo. El amor hacia el cuerpo es apego.
Generalmente denominamos felicidad a las comodidades y a los placeres relacionados con el cuerpo que son pasajeros, pero inmediatamente nos sumerge en un tristeza profunda porque es pasajera.
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Invitación de Baba a los devotos • Para experimentar este Amor Divino es obligatorio que las personas estén dispuestas a despojarse del amor propio y del egoísmo. Es preciso que tengan pureza y constancia. Es preciso que con fe inquebrantable en Dios, fomenten el amor a Dios a pesar de todos los obstáculos y sufrimientos. • Es necesario que aspiren a este sentido de unidad entre ustedes y Dios. • Cultiven el amor que trasciende la consciencia del cuerpo. Solo entonces podrán entender la verdad eterna. • El Amor es Dios. Vivan en Amor. • No se olviden nunca de Dios. Sólo Dios es eterno. Esa es la única verdad. • El único medio de experimentar el Atma es el camino del amor. • Cuando estén henchidos de amor, alcanzaran fácilmente al Señor. • El amor es Dios, vivan en el amor.
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México
vivir en el amor
Una historia de amor desinteresado, puro, sincero y verdadero. Los miembros del Centro Sai en la Ciudad de México casi desde su fundación tenían el deseo de adquirir un inmueble propio. Este anhelo trató de concretarse juntando fondos con este fin por más de veinte años, en los que muchas personas en diferentes momentos aportaron todo su amor, compromiso y apoyo. En diciembre del 2012 la comunidad Sai iniciamos un nuevo esfuerzo de recaudación, mensualmente recibimos donativos de devotos y realizamos diferentes actividades para recaudar fondos: bazar navideño, comida hindú, venta de calendarios, bazar del día del amor, ciclo de conferencias sobre lo sagrado en los mayas, danza hindú. En todo este proceso fueron impresionantes las demostraciones de apoyo, entrega, compromiso y amor a Swami. Muchos devotos participaron activamente y aportaron -según sus posibilidades- sus capacidades, recursos, trabajo y servicio. El apoyo del hermano Agabio Santiago fue determinante en esta última etapa. Nos sorprendió a todos con una gran aportación, producto de la venta de su propiedad, que nos acercó más a la posibilidad de contar con un Centro propio. Dicha aportación fue una muestra del despojarse del egoísmo, del amor sagrado basado completamente en el olvido de uno mismo, de su fe inquebrantable y su gran anhelo por Dios. Su apoyo desinteresado generó una reacción en cadena, una fuerza magnética, una corriente de amor entre los hermanos Sai. Al poco tiempo de conocer esta noticia, otros donativos se sumaron y en unas cuantas semanas fue posible comprar una casa muy bien ubicada en la Ciudad de México. Todo ello hizo posible contar hoy con el Centro Sai Escandón, Sede Nacional de la Organización Sai en México. Agabio Santiago fue un gran ejemplo para todos los devotos por su sencillez, humildad, compromiso, entrega, amor puro, desinteresado y sincero a Swami. Su historia de vida es ejemplar, muestra una gran congruencia entre pensamiento, palabra y acción, no solo por su servicio a la patria como militar (miembro del Estado Mayor Presidencial) y en la educación (Ingeniero y maestro en Transmisiones en el Instituto Politécnico Nacional), sino también porque su amor incondicional a Swami contribuyó a que todos los devotos a través del Centro Sai contáramos con mejores condiciones para aplicar las enseñanzas de nuestro maestro Sathya Sai Baba y avanzáramos en ese amor puro, desinteresado, verdadero, permanente y divino dirigido a Dios, permitiendo que esa corriente del amor, esa fuerza magnética divina presente en el ser humano, fluya de un corazón a otro, de un devoto a otro, en armonía de cada uno con el todo. ¡El hermano Agabio henchido de amor alcanzó a Dios!
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