blanco&negro
Director general Anubis Mendoza Editor miguel(así,sinapellidos) Redacción Flor Batista Anubis Mendoza miguel(asì,sinapellidos) Alan Sierra Ilustración María Zamora Satyrico Negro Diseño miguel(así,sinapellidos) Anubis Mendoza Colaboradores Zahira Rico Brisa Barbosa Christhian Ferenc Contacto info1@apocrifa.com.mx
Apócrifa art magazine es una revista digital independiente que muestra el trabajo de artistas y escritores que participan en la actualidad del planeta. Todo el contenido publicado en este número ha sido bajo la autorización de sus autores. En ningún momento esta publicación intenta lucrar con el trabajo que se presenta en esta edición. Total libertad para cualquier espectador hacer uso adecuado de esta revista siempre y cuando respete el crédito de los autores participantes. ISSN en trámite. Junio-Agosto 2012.
Editorial
El aspecto de la unidad de estas entidades es la trama sintética de la vida. El primero conformado por los colores y el segundo cuando éstos están ausentes, ambos extremos de la vista, excitación de la naturaleza y muerte de la mente. Cada uno con sus respectivos estigmas y cualidades, así los tenemos en esta edición que planeamos como una diferencia de lo que anteriormente habiamos generado. Dos polos, dos cordiales visiones nos encautan el trabajo de diferentes perspectivas, todos son una prioridad de cada uno, son ausencia de color y la postura máxima del mismo. Ahora nos tocó configurar una revista en tonos neutros, los extremos, la semiótica y todos aquellos engaños que resuelven el blanco y negro. La luz se asoma mientras la noche desvela corrientes de bosque y calles mal empedradas. Ahora tenemos una distancia de uno a otro, somos blanco y negro, y con ello la sensibilidad de los monstruos diurnos y los morfeos de segunda mano. Bienvenido.
índice Billy Mavreas Pat Perry José Aguilera Hengki Koentjoro Patrick Seymour Estudio Zoveck Alexiara Cué Nuestro Oscuro Hacer Mustafa Sabbagh John Moore Williams Herbert Baglione Christian Villacillo Mariangela Guatteri Sara G. Umemoto Massimo Sannelli Michael Rothenberg Santiago Fregoso Eleanor Bennett Kahori Maki Miguel (así,sinapellidos) Yury Ustsinau Peurs du noir Sigga Bjorg El velo sobre la incógnita Keith Higginbotham Colleen Rochette Laura Macías Ricardo Luévanos Héctor Guerrero
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www.billymavreas.blogspot.com En ocasiones solemos ser entusiastas y razonables. Billy Mavreas lo es también en ocasiones, tomemos como ejemplo este trabajo. Manchas, secciones, convergencias y alteraciones son parte de su discurso que funciona como estridente sensación a la vista. Existe una directriz capaz de apaciguar la composición efervescente que coloca en cada trabajo para sentir un lenguaje de poco uso. Se trata pues de una estética que emancipa la integración de pasos o secuencias bajo cajas de diálogo, algo así como una fijación en la mancha, una descripción de construcciones y encantos. La composición se es a sí misma, se traduce para sí y se finiquita, por ende, solitaria y trashumante, a su vez, sarcástica. txt miguel(así,sinapellidos)
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Un garrafón de agua y una mochila dispuesta sobre un vagón de tren, imagen que plasma el “acerca” del artista en su portal de internet. Sugerente cuando se observa su trabajo de pintura e ilustración. Porque Perry vive en Michigan, Estados Unidos, y eso se nota en los blancos y negros que pueblan sus imágenes surrealistas. La arquitectura, las calles, la naturaleza boscosa, gente de campo. A estas bellezas naturales, casi ingenuas, les inyecta de detalles algo destructivos, algo oscuros que al mezclarse con el candor de un paisaje rural, nos traslada a lo más realista de nuestro mundo contemporáneo, donde la pureza, la dualidad o el blanco y negro no existen más. A Perry le apasiona viajar, escuchar, conocer gente y dibujar. El mundo es su inspiración y la realidad es su pase directo para ese estado de surrealismo al que nos lleva sin pedir permiso, sólo con mirar su obra.
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www.patperry.net
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BLANCO Y NEGRO Escojo los colores del día Hoy se siente blanco y negro Todas las letras del mundo siguen esta lógica Todas las lluvias del mundo se me presentan como delgadas líneas Negras Me despierto del infarto del día anterior Todos morimos cada noche La piel reseca se cae los cabellos débiles se desprenden de nosotros
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No me gustan los dĂas grises que estĂĄn llenos de sol Me gustan los dĂas nublados llenos de arco iris Me gusta correr por las calles, Respirar las calles Subir las calles y bajar las calles Me estoy durmiendo en el escritorio toda el aula es blanco y negro.
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El uno indivisible, el insondable, el solitario que se busca o se encuentra. Si una respuesta racional se le quiere dar este trabajo bestial, esta podrĂa ser la propuesta, aunque todos sabemos que las palabras siempre quedan escasas ante una imagen del tipo.
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El alma que guió estas capturas es joven, bien lo expresan los claroscuros. Caballero que roza los cincuenta, nacido en Indonesia pero formado en Estados Unidos. “La fotografía no es sólo una vía de expresar su más profunda alma, sino también de abrir una ventana al mundo donde, a través de sus fotografía, lo no visto y lo no dicho pueda ser capturado”, dice el artista. Si de tormentas se trata, Hengki es especialista.
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Estas líneas no tienen nada de lineal. El ilustrador canadiense sabe de espacios, porque los hace suyos con juegos de líneas que dan un efecto inédito en la cabeza del que mira. Esta serie de animales y seres extraños es una que lo plasma como un artista contemporáneo, también la famosa serie inspirada en el libro The hunger games, novela de ciencia ficción de la autoría de Suzanne Collins. Como un mándala posmoderno, las ilustraciones nos trasportan a estados de conciencia donde el macrocosmos animal se representa sobre franjas oscuras que hacen del blanco su hogar. Deje que su inconsciente se manifieste y verá como el rinoceronte deja de serlo.
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www.be.net/patrickseymour 8
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www.zoveck.com
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En nuestra cultura del diseño, sin signos no hay creatividad, la re interpretación de estos, retratos de una época, es donde se empieza a configurar una nueva gráfica. Contrario al estilo que conocemos de Estudio Zoveck, compartimos una serie de gráficas negadas al colorismo.
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No puede pensarse en el blanco sin el negro, Alexiara Cué sustenta su búsqueda de la ternura utilizando claroscuros para destacar la inocencia en la penumbra. Las obras aquí expuestas se desprenden de la serie “Primera mirada“, obra de temática infantil que se destaca por plasmar momentos íntimos de soledad. Cabe mencionar que estas obras de técnica al óleo son oríginalmente pinturas en color y se presentan aquí con esa ausencia en un ejercicio que provoca un cambio de percepción que termina por asentuar la inocencia de los protegonistas.
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NUESTRO OSCURO HACER: para estos días de mucha visibilidad Blackbird singing in the dead of night take these sunken eyes and learn to see take this broken wings and learn to fly all your life you were only waiting for this moment to arise Blackbird fly Blackbird fly Into the light of the dark black night The Beatles, Blackbird Es cosa curiosa que cuando la luz es abundante te lleves la mano al rostro para evitarla, quizás para evadirla; misma luz que has usado en bellas metáforas para describir a la sabiduría, a la plenitud existencial, plenitud espiritual, plenitud… Has llamado a alguna época ilustración para diferenciarla de aquel “oscurantismo” que has creído vivir o crees que vivirás, llamas ilustrado al conocedor, iluminado al sabio, le has llamado luz a aquella gracia divina del Ser -danos tu luz- proclamado con ferocidad religiosa, y a pesar de ello, sigues llevándote la mano al rostro cuando la luz es abundante para evitarla, quizás para evadirla, quizá para... 64
Camino cegador, en el exceso de luz perdido, peso del sol sobre tanto viñedos, y, como un sueño, un portal, de pronto, ancho y abierto en un muro invisible.
El problema con la luz es que da ideas sobre lo que son en realidad las cosas, los sentidos se encargan de modificarlas para transportarlas al ser, son la caverna platónica que proyecta las sombras de las cosas, sombras son luminosas; y es por eso dicen que “Una idea […] puede tener más fuerza que el propio sentimiento de nuestra realidad”, y no sólo abstrae lo que te rodea sino que también abstrae a tu ser, pues la luz también te rodea y delimita, y es en la luz donde estas más ensimismado: pensamos que somos, una idea de lo que en realidad está “Nuestra personalidad nos despoja de ella y nos convierte en otro […]. Nadie es lo que cree ser, sino tan sólo aquél en el que se representa lo que uno cree ser”. Era el día de los crisantemos blancos… y casi me asustaba su esplendor pesado. Entonces viniste a adueñarte de mi corazón; viniste a mí, en plena noche
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Durante el día, cuando las cosas están ahí tan nítidas y frágiles, no haces más que parpadear, como si con el simple hecho de parpadear se salvaran del tiempo, de una posibilidad perpetua, de un fin siempre presente. Aprovechas ese oscurecer momentáneo para volverlas oscuras y verlas eternas, sin tiempo, completas, libres de los límites en que la luz las ha encerrado. Necesitas de esa oscuridad para volver tu mundo invisible y hacerte en él eterno, porque también se adueña de ti. Pues sólo en la oscuridad puedes lograr estar fijo aunque sea por un momento, volverte una leyenda ¡toda leyenda tiene algo de eterno! Tenía miedo, pero tú viniste, querida y tierna… en mi ensueño, un instante, había pensado en ti. Viniste, y suavemente, un aire de leyenda tiño la noche
Pero la oscuridad es tan solo un medio, ¿un medio para qué?. En esta misma hoja de papel donde la luz es abundante, no es la luz la que trasciende, son estas oscuridades, cosas invisibles, palabras al fin y al cabo lo que permite que deje de hablar de un tú para decir un nosotros, un yo vago, ausente, pero que está presente, no en el pasado ni el futuro, sino en un tiempo ya inmóvil. Es por eso que aquí nunca estamos, sólo pasamos, es un transitar momentáneo por lo eterno, no una permanencia, pues como humanos no podemos permanecer: Fuera, íos, dijo el ave: no pueden los humanos soportar demasiada realidad. El pasado y el futuro, lo que pudo haber sido y lo que ha sido, miran a un solo fin, siempre presente
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Entonces esta oscuridad externa, donde podemos individualizarnos o anularnos ante el todo; ser o no ser, estar o no estar, escuchar el zumbido eterno del silencio o el murmuro constante de los pensamientos, se vuelve el medio idóneo para adentrarnos a una oscuridad ficticia, deseamos la oscuridad porque viene a nosotros la sensación de lo eterno, lo transitamos brevemente; es por este movimiento -de un allí a un ahí-, que yo ya no existe, tú ahorita no está, y esos nosotros se elevan sin ser tú ni yo, ni siquiera ellos o esos; y es que “por su carácter inmaterial, por su ausencia de cuerpo, son vacuos e inapreciables, hasta el punto de que es imposible evitar que se mezclen y se confundan uno con otro, anulando mediante este movimiento [nuestra] su propia identidad porque esa identidad, en verdad, ya no existe”: nos hemos vuelto invisibles. […]Lo ficticio no se encuentra jamás en las cosas ni en los hombres, sino en la imposible verosimilitud de aquello que está entre ambos: encuentros, proximidad de lo más lejano, ocultación absoluta del lugar donde nos encontramos. Así pues, la ficción consiste no en hacer ver lo invisible sino en hacer ver hasta qué punto es invisible la invisibilidad de lo visible
Las palabras se mueven, la música se mueve, pero nosotros nos podemos detener y podemos detener las cosas en la oscuridad y esto es porque podemos situarnos en un punto fijo, inmóvil, que se haya en la creación, en la obra, donde rodeada por luz, sean las oscuras letras (árboles negros) que se vuelvan eternas, pues es en la palabra que permanece después del silencio que las cosas están ahí invisibles y nosotros lectores que al leer también las escribimos vemos hasta qué punto está ahí lo que sabemos de allí: ¡acudamos al llamado del poeta!: Seas quien seas, sal al anochecer de tu cuarto, donde todo lo sabes; ante la lejanía la última es tu casa, seas quien seas tú. Con los ojos que, cansados, apenas se liberan del desgastado umbral, alzas muy lentamente un árbol negro y ante el cielo lo plantas: solo, esbelto.
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Movernos sin movernos, salir en la oscuridad a crear oscuridades ficticias; tránsito sin movilidad, eso es la ficción, crear el movimiento sin espacio y tiempo, volverlo eterno, pues esa transitoriedad de las cosas se fija en la obra, se vuelve inmóvil porque hemos visto y conocemos su movilidad, cómo fueron, son y serán. Somos pasajeros del día, vamos de un ahí a un allá, transitamos a través del espacio-tiempo. Nuestra corporeidad, limitada al espacio-tiempo, nos permite conocer el mundo en un punto específico, sin embargo “no estamos satisfechos un instante en el mundo temporal, ni estamos ligados a él”, anhelamos un existir más allá de nuestra limitante: Queremos crear porque el tiempo devora. Seremos anulados por el tiempo, convertidos en Nada, convirtámonos en el Todo al ser engullidos por la obra. Y ya has creado el mundo. Y es enorme y como una palabra, que aún madura en silencio. Y como su sentido tu voluntad lo capta, tus ojos tiernamente le dan suelta…
La transitoriedad que poseemos nos da la capacidad de sentir asombro ante el mundo, o mejor dicho, ante el espacio-tiempo que presenciamos y: […] precisamente por su transitoriedad, que comparten con nosotros, estos fenómenos y estas cosas deben ser comprendidos y transformados por nosotros en una íntima comprensión. […] nuestra tarea es imprimir en nosotros esta tierra transitoria y caduca, tan profunda, tan dolorosa y apasionadamente, que su esencia vuelva a resucitar en nosotros “invisiblemente”. […] En nosotros está la responsabilidad, no sólo de conservar su recuerdo (esto sería poco e inseguro), sino su valor humano y lárico […]: sólo en nosotros puede cumplirse esa íntima y permanente transustanciación de lo visible en invisible, en lo que ya no depende de ser visible y palpable, lo mismo que nuestro propio destino se hace sin cesar en nosotros a la vez más existente y más invisible.
Sólo podemos hacernos invisibles en la oscuridad, ¡sólo podemos hacer invisibles las cosas quitándoles su luz, su movimiento, su espacio y tiempo!: “Noche, noche tranquila en la que se entretejen/ cosas muy blancas, cosas rojas, de mil colores,/ colores esparcidos, ahora alzados/ a la oscuridad única de la única calma,/ -relacióname a mí 69
también con lo diverso/que logras y persuades. ¿Juegan acaso/ todavía en exceso mis sentidos con luz?”. Es por eso que los sueños son posibles en la oscuridad de los ojos, nuestros ojos que han sentido el tiempo y medido el espacio son capaces de crear en nuestro sueño. ¿No es el anillo mismo simple aquí en mi mano, no se posa la luz tan plenamente confiada sobre ellas cual si fueran caminos que, con luz se ramifican lo mismo que en lo oscuro?
Suena paradójico pero es en esta pérdida de personalidad, de tiempo, y de espacio, que todo se vuelve más existente, más real: “Puedo sólo decir que ahí estuvimos, pero no sé dónde está el lugar./ Ni puedo decir la duración, pues sería situarlo en el tiempo”, sería situar la realidad en el olvido, en una luz que hace que las cosas cambien y que nosotros sintamos ese cambio pues la luz “delimita el mundo,/ porque ella está brillando/ tan sólo para un ámbito,/ fuera del cual no hay ser que la conozca”. Somos Todo si sabemos que las cosas están ahí, dentro de la oscuridad ficticia en la que las hemos puesto, gracias a la oscuridad externa se nos presentan en una forma invisible porque somos capaces, más que visualizarlas, de sentirlas, inclusive podemos serlas; podemos estar allí y ahí a la vez, porque “la oscuridad lo abarca todo:/ formas y llamas, animales, yo,/ tal como lo ha apresado: personas y poderes…”. La oscuridad en este caso nos permite fundirnos “Y puede ser: una energía inmensa/ se mueve junto a mí”, esto nos permite traspasar nuestros límites, volvernos invisibles, sin límites temporales y espaciales; dicho de otra forma menos idealizada, podemos percibir 70
esa invisibilidad de lo visible. No vemos las cosas porque verlas, sería ver sus límites y temporalidad: Sería situarlas en el tiempo. Así, la obra puede ser como la luz negra, esa luz que no es luminosa, que no elimina la oscuridad, sino que en ella permite ver las cosas sin delimitarlas. Nos volvemos así un barco navegando por un mar que se entiende eterno de aquello que fue, es y será. Por eso “Creo en todo lo nunca dicha aún”, ya lo he visto, oído y sentido, porque así invisible tenemos acceso a Todo, a lo eterno, a lo infinito, ya que “Con un fluir así, un desembocar/ anchos brazos de río al mar abierto,/ con este retornar siempre creciente, te he de reconocer, te he de anunciar,/ como nunca hizo nadie.” Así invisibles nos fundimos en el todo, nos suspendemos en el punto fijo del tiempo y espacio, y eternos en “esa aparente imposible suspensión [nos encontramos] la continuidad sin fin de la literatura en un libro que permanece siempre abierto y absorbe la identidad del autor”. Entonces ahora digamos, exclamemos, recemos con diferente fervor religioso: Oscuro ser ¡sal de mí! azúcar de alma ¿acaso soy yo? A 15 de abril del 2012, Casa Xitla, Distrito Federal El presente trabajo no hubiera sido posible sin haber consultado libros de autores cuyos nombres son oscuridades por sí solos. No incluí su ficha bibliográfica y evité hacer notas en el texto para fundirlos a todos en un mismo pensamiento: : Rainer Rilke Arthur Rimbaud Juan García Ponce Michel Foucault T.S. Eliot 71
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txt Anubis Mendoza
El fotógrafo italo-jordano Mustafa Sabbagh retoma los conceptos estéticos clásicos y los traduce en esculturas contemporáneas. Una manifestación austera que expresa una sensualidad a prueba de juicios morales.
Estilo/ Predrag Pajdic Modelos/ Andrea, Tom, Francesco Ferrari, Michael Fleisher
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www.mustafasabbagh.com
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Poemas visuales, negativo, positivo, siempre el día y la noche. El negativo como método para la creación de una transfiguración que pasa a ser una clonación de grafías que nos permutan una valoración de identidades, como si fuera una galaxia concreta, algo así como aquello que seguía Eugem Gorimger y el grupo Noigandres. Lo que nos muestra Williams es un retrato que los neutros provocan mediante la de/formación de la verticalidad/horizontalidad que incluye las letras. Se trata de una dislocación de la palabra, un trastorno que siente y que crece mediante la hegemonía sustancial del grafema. 81
www.johnmoorewilliams.com
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La expresión de la libertad, quizá sea la forma de iniciar la descripción de la plástica de Herbert Baglione, buscar referencias en su acto decorativo implica la decisión de lanzarse a un lugar donde el sentido común no tiene lugar.
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www.herbertbaglione.blogspot.com
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www.christianvillacillo.com
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La mirada de Villacillo presenta momentos específicos que tienen que ver con las formas de la naturaleza, paisajes que por su perfección parecen irreales. La serie aquí presentada nos lleva a través de accidentadas geografías y paisajes que no desbordan verdor, pero que dejan concluir que el paraíso está en la tierra. 96
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Hemos pensado sobre los aforismos como un desquiciado movimiento de los hombres: los aforismos y las mentiras; las mentiras y los globos; de estos hasta la luna; la luna y la noche; la noche un eufemismo del sol; el sol y la cobardía de la luz; con la anterior los prismas ambulantes de nuestros ojos y en ellos el engaño de nuestra propia verdad. Mariangela Guatteri provoca en la precocidad del espacio blanco sustancias planas que se convierten en provocaciones estupefactas asimetic trans o el polvo negro de un tóner sobre las posibles cualidades de sus impresiones, mismas que infieren ecos de luz incoloros. Desde Italia, un discurso oscuro que provoca la flexión de la vista.
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www.mariangelaguatteri.wordpress.com
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La postura de los cuerpos tridimensionales es una farsa ante los ojos, sin embargo se ha convertido en una expresión tan real como la visión de la imaginación. Ahora en día este tipo de trabajos son sustancias que prevalecen en la discordia de la pasión por el arte digital. Sara G. Umemoto es una artista que plasmo su incolora magia para otorgarnos una delicia de plumas y otros cuentos que sólo los pixeles generan en la construcción virtual, algo así como un ente inexistente que se explaya en la fantasía de nuestras miradas. Aquí son pues varios elementos los que componen la distancia entre el tiempo y la imaginación, un paso de Sara y otros tantos de nosotros. Que sea pues la tridimensionalidad otro factor de arte, otra expresión “futurista”, una versión inimaginable del hombre.
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www.samsaragate.com
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Italia es una tierra de encantos, sin embargo, lo que muchos no observamos es que también abunda la creatividad. Massimo Sannelli, residente de Génova, editor y traductor, así como poeta visual, es un experimental de las sensaciones de obra en blanco y negro. El hospicio de la luz mediante su creación es una tangente atemporal que suspira inerte en la retícula que la apresa. Distorsiones de aquí para allá, un verso quizá, una palabra tal vez, sin embargo, el trabajo de imaginar bajo giros o verticalidades es el conjunto de la libertad y del gozo. La experiencia de el movimiento bajo un hecho estático eso es.
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www.massimosannelli.splinder.com 123
BLACK It never snowed last night. But there was ice on the road. Gaddafi says, “Libya will be red with fire.� Irrelevant people have all the money. You go to poetry school, get your poetry permit, your license to practice. (Permission to breathe).
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So what can a poor boy do/Except to sing for a rock & roll band/ Cause in sleepy London town there’s no place for a street fighting man. Rolling Stones sell McDonald’s breakfast sausage sandwiches and recreational trucks. Record the soundtrack for our Times while engineers rule the world. Black. But where I live the game to play is compromise solution.
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Now what will you do with all your green, green money? Gray blue money? Black and blue dollars and cents? Diamonds and gold? Rose colored hundred dollar bills, absolute yen, dissolute drachmas, and spangled lire?
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Spyro Euros and spinach pie! On the Heathrow runway ready to take off. The pilots are talking. “I’d like to invite you over to my house for a duck dinner.” Black Simoleons! Gravity falls short of expectation.
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txt Alan Sierra
Santiago Fregoso atiende a sus personajes con ahínco, su naturaleza parece repentina pero se toma el trabajo de construirles un cuarto propio. A pesar de su presencia bidimensional viven un diálogo profundo con el cuerpo y el volumen, platican con sus sombras, observan sus dedos. Es evidente que sus manos son síntoma de un asunto no resuelto pues responden a una disciplina filosófica: Piensan silentes. Sus personajes a veces conviven con mobiliario. Esta decisión apela a espacios interiores donde el silencio es una ley a respetar. Viven en habitaciones cargadas de carácter, sin ser incómodas luchan por deshacerse del hombre al que dan posada, casi son hospitales. También tienen máscaras, algunos las portan como anteojos. Ésta situación es propia tanto del teatro como la ceremonia, es claro que están preparados para un evento. No dejan de ser retratos de una misión: Distinguir que hay algo terrible en sus rostros que recuerda el sonido del viento en la maleza.
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www.santiagofregoso.tumblr.com
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www.eleanorleonnebennett.zenfolio.com
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txt Flor Batista
Tan pequeña y ya con el sabor de la fama en el paladar. Esta adolescente británica ha ganado ya innumerables premios, y su trabajo se encuentra dándole la vuelta al planeta Tierra. Quizá sea esa ingenuidad que le imprime a las imágenes, o que nos permite ver otros mundos tan cercanos que no llaman a la pupila. Eleanor promete un futuro donde la fotografía también está por romper prototipos.
“El año pasado, Japón tuvo un desastre y me dolió mucho, así que quise crear algo brillante, algo que nos levantara el ánimo. Esa es la razón por la que las flores nacieron.” Kahori Maki
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www.alfaromeogiulietta.jp/thedriveart/#/artist/kahori_maki 143
Negro como un abanico de color
www.alfaromeogiulietta.jp/thedriveart/#/artist/kahori_maki
www.alfaromeogiulietta.jp/thedriveart/#/artist/kahori_maki
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El arte y la sociedad estĂĄn intrĂnsecamente unidos
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La femineidad y la flora son temas recurrentes en la obra de Kahori. Curvas y formas frágiles resaltan la pasión al mismo tiempo que la autora refleja algo de sí en sus atmósferas ausentes de color. Contrario a las creencias en occidente, la autora nipona ve al negro como un abanico de color donde resalta sus matices. Tras de una década de vivencias entre el viejo y el nuevo mundo Kahori ha creado mundos de ensueño sin principio, sin fin, sólo fuera del tiempo. Su producción como compositora visual se basa en la creencia de que el arte y la sociedad están intrínsecamente unidos. El esplendor y desarrollo tecnológico de Japón no es ajeno a su trabajo, que nace de forma análoga y se mezcla con la tecnología digital en un proceso que hoy ella siente muy natural.
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“Creo que el negro tiene mucho color en sí mismo. En realidad, depende del material, por ejemplo, el lápiz, la acuarela, la tinta. . . muestran un distinto tono de negro. “
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Su trayectoria ha rebasado el diseño de autor asociándose a reconocidas marcas del mundo de la moda con el que simpatiza al converger en la necesidad de la constante renovación. Ahí es donde encuentra que el lenguaje visual cumple su función: reproducirse y evolucionar en etapas simbólicas para seguir proliferándose. Kahori ha creado su propio terreno para explorar sus temas, para aumentar su sensibilidad en lo más profundo, en el alma humana.
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Reproducirse y evolucionar en etapas simb贸licas
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www.k-maki.com
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Con un lenguaje simple, Miguel crea una serie fotográfica donde hay algo que nos susurra una crítica mordaz a las esperanzas, una construcción terrible en la búsqueda de una verdad personal. La luminiscencia aquí captada y transformada a partir de los inertes cuerpos plásticos es irresistible y grotesca.
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txt miguel(así,sinapellidos)
Black o negro da lo mismo la lengua con la que mentimos. Las figuras de reflejos blancos son controversiales. Un clásico de su magia es la conformación de la ausencia de color, el negro como testimonio de la frivolidad que marca las posiciones y retazos de verdades así como de la mentira. Un retrato caricaturesco e icónico de la diversidad actual como juego del estatismo que recubre la vida de las personas. Yury Ustsinau nos entrega una serie de dilemas y de aforismos visuales que prevalecen en la sonrisa de sus elementos. La mentira y la verdad, la luz y la oscuridad, el blanco y el negro, todos, espasmos viscerales. Son un eco de deformación espiritual en una contundencia física. El negro más presente que el blanco, pero este último nunca oculta la validez de una incertidumbre visual. Así es este trabajo que desde Alemania ha llegado para conformar una entidad contraria a lo que somos.
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www.ustsinau.com
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La ilustración gráfica en Peurs du noir y la paleta de colores: la importancia del blanco y el negro. TXT Zahira Rico
Las figuras visuales en la ilustración gráfica que comienza en el siglo XX muestra influencias de vanguardias y tendencias creativas que proponen un nuevo lenguaje en transición. En el caso de los seis cortometrajes franceses reunidos en la obra audiovisual Peurs du noir (2007) encontramos una riqueza estética en la que el blanco y el negro juegan un papel significativo como temática visual en algunas de las historias, así como la ausencia de color y, la exaltación uniforme de un tono verde que encontramos en otras. Antes de enfocarnos en una valoración crítica específicamente de la presencia del blanco y el negro, hablemos de la narrativa y los ilustradores que participaron en cada una de las historias animadas que llevan el mismo hilo conductor: el miedo a la oscuridad. Peurs du noir es un compendio de historias sobre el miedo, entendiendo este, como una de las emociones más poderosas de la humanidad; los temores usualmente presentes son a lo desconocido y a lo impredecible. La característica principal de este filme son las narraciones macabras, exaltando el horror sobrenatural. La estructura inter-cut es peculiar, ya que como base tiene dos narraciones intercaladas con las otras cuatro que la componen.
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En primer momento se nos presenta la historia sobre un aristócrata francés del 1800 que vaga con perros salvajes de caza y los lanza a diversas víctimas que son devoradas violentamente por estos. Su estructura se fragmenta en cuatro partes siguiendo una técnica de trazo en grafito, en la que la ausencia de color le brinda un toque crudo, sucio y oscuro a la narrativa. El autor de cómic Francés Christian Hincker, mejor conocido como “Blutch” (1967), recurre a su huella característica en el dibujo: el carboncillo, pero sobre todo, utiliza la recurrencia de representar de forma borrosa el rostro del personaje principal, mientras los otros personajes y escenarios son trazados de forma agresiva y caótica; él mismo menciona: “me encantan las cosas borrosas, con los contornos mal definidos”. 178
El turno del francés Pierre di Sciullo (1961), quien se ha consagrado como artista gráfico, tipógrafo y diseñador de 3D, hace uso de las formas geométricas a blanco y negro, como si fuese un test psicológico, la protagonista lleva a cabo un monólogo en seis partes, su voz en off y la muestra directa de las figuras, logran una conexión directa con el espectador. Sin embargo, también puede interpretarse como la representación del fluir de conciencia con alta carga política e ideológica, a partir del uso gráfico de figuras geométricas que responden a el constructivismo ruso y a la escuela Bauhaus. Vemos que es más importante el significado de un círculo en un contexto determinado, que la figura humana (por eso la ausencia del personaje y la presencia de su voz). Entonces, ¿en donde reside lo aterrador? en el discurso sobre los miedos personales que responden a un imaginario colectivo. El espectador en cada fragmento está recibiendo el impacto del cerebro de la protagonista en relación a sus palabras. 179
En la tercera narración, un joven encuentra un insecto antropomórfico que decide guardar en su habitación sin percatarse que este al escapar provocará una pesadilla que le genera zoofobia y posteriormente, una hibridación a partir de desviaciones zooantropológicas, es decir, deseo de sumisión animal y dominio hasta de orden sexual. Charles Burns (1965), autor gráfico de Black Hole y quien fue parte del grupo “Valvoline” junto con otro artista que participa en este excelente trabajo, Lorenzo Mattotti, responde a su recurrencia onírica y en este caso kafkiana, con trazos simples a blanco y negro que refuerzan el discurso del horror moderno.
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Siguiendo con las pesadillas, Marie Caillou (1971), a través de un homenaje al cine de terror oriental, ilustra la historia de una niña japonesa que internada en un hospital aparentemente psiquiátrico, tiene que terminar un sueño constante que la ha traumatizado, para obtener la cura. Su técnica a diferencia del resto de autores, recurre al tono verde para reforzar la atmósfera enfermiza.
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Ingresamos a un mundo un tanto gótico con el trazo artesanal en grafito de Lorenzo Mattotti (1954), quien juega con la sombra para acercarnos a un mundo rural en el que comienzan a surgir crímenes sin razón alguna, recordando un poco a la novela de tinte policiaco y de horror como Los crímenes de la calle Morgue de Edgar Allan Poe. Y por otro, en el dibujo, a Henri Matisse en el diseño de sus personajes y los escenarios fauvistas.
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Finalmente, Richard McGuire (1954), aplicando el blanco y el negro, introduce al personaje principal en escenarios negros completamente, que nos remite al cuadrado negro de (1915) de Malévich, para contarnos la erupción de la locura de un hombre frente a la violencia y la claustrofobia, que según el mismo autor es una cita directa de algunas de sus pesadillas. Además para el desarrollo estilístico, recurrió a la obra gráfica de Félix Vallotton, que “(…) a menudo hacía un truco de negro sobre negro, una persona vestida de negro sobre un fondo negro. Me gustó la forma en que su mente se completa la imagen. Sabía que era una clave para la forma de abordar la película” menciona McGuire.
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Así que siendo “la vanguardia” una postura y más que desarrollar una estética, construye una actitud que influye al resto de los movimientos artísticos, es decir, se vuelven referenciales. Lo que llama la atención es que el manejo de colores se llevan a su máxima expresión mientras en Peurs du noir podemos observar la riqueza de posturas vanguardistas pero experimentando el uso del blanco y el negro (con acentos rojos en algunas ocasiones). Cabe mencionar que el concepto proviene de Prima Linea productions y uno de los requisitos fue que las historias se ilustraran en blanco y negro. Este dúo de contrarios, en la época de la fotografía era el poder de la evocación, mientras en el elemento gráfico como ausencia del color tienen un valor neutro, en el que el negro sería un color sin resonancias. En las animaciones que presentan el manejo de estos, se puede identificar que además de reforzar la temática del miedo a través del genero del horror, el negro es el predominante en fondos, mientras en otras, aplicando el grafito, se hace uso de recursos sencillos como las rayas y las líneas para crear el efecto de las luces y las sombras. En este sentido, resaltemos dos cosas: El fondo negro, sobretodo en la última historia de McGuire, pareciera funcionar como un telón que oculta un “embrión de infinitas posibilidades” diría Ana María Coderch. Es la imagen indeterminada, del silencio, de un misterio, es la nada de la imagen. Las sombras, son reflejos especulares que nos recuerdan a la figura del “doble” que curiosamente nos remite al cuestionamien-
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to de la realidad platónica en los reflejos de los objetos a partir de la luz, y por otro lado, al desdoblamiento fantástico que se desarrolla en cada historia: el aristócrata y el perro; el joven y el insecto; el amigo (que se convierte en una sombra al desaparecer) y el monstruo; el mismo miedo y el ser, por mencionar algunos. ¿Y el blanco? es el que delimita los objetos y los personajes, sin embargo las sombras proyectadas evocan a los fantasmas de sí mismos. Definitivamente, Peurs du noir es un interesante trabajo de artistas gráficos, ilustradores y artistas del cómic que logran explotar el blanco y el negro otorgando un sentido macabro a cada narración.
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El velo sobre la incógnita txt Brisa Barbosa img Satyrico Negro
Dar la cara. En sentido literal. Despojarse, revelarse, dejar de alimentar la fantasía. No es el final: solo el adiós del alter ego. Nunca más portar la cosa más preciada. “No sólo mostrará su rostro, tendrá también que revelar su nombre”, sentenciaba el Dr. Alfonso Morales al final de la lucha que narraba por televisión aquel 21 de septiembre de 1990. El afiche que anunciaba la lucha máscara contra máscara celebrada en la Arena México, quedaría como vestigio de ese nunca más. La arena abarrotada, los asistentes abandonaron sus butacas y se fueron sobre el escenario, en ese espacio llamado “tarima de protección” que rodea el ring. Sobre el cuadrilátero, la prensa se apretujaba para capturar el momento. Arriba, un hombre se resistía, manoteaba y alegaba, mientras todos se le iban encima. El verdugo, después de todos los aspavientos necesarios para celebrar la victoria, ante las exigencias de la muchedumbre, se le acercó para intentar arrebatarle la identidad ficticia: al fin y al cabo era su derecho, la había ganado y la pondría junto a otros treinta y seis trofeos parecidos que tenía en su haber. Sumaría otra máscara obtenida sobre el pancracio. Eso sí, sería la cuarta más importante.
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El anunciador, como le llamaban a ese hombre vestido de frac de voz ceremoniosa, se le acercaba al derrotado, intentando convencerle de que era el momento, que tenía que revelarse ante la audiencia, “como todo un caballero” le insistía. Esa fue la última vez. Quien sabe si los enmascarados que se jugaban la identidad, reflexionarían en el vestidor sobre esta sentencia mientras ajustaban las cintas por la parte trasera del cráneo y anudaban las puntas en la nuca. Más de veinte años después, perdida la inocencia de aquellos años adolescentes, me da por pensar que más que reflexionar, a lo mejor lo que hacían era despedirse de su máscara. “Al fin que todo estaba arreglado” me decían siempre los mayores. La parafernalia, siempre presente en este tipo de espectáculos, comenzó cuando el Rayo de Jalisco Jr (en lo sucesivo llamado solamente Rayo) hizo su entrada al escenario mientras el mariachi tocaba El son de la negra; sobre el ring, lo esperaba ya Cien caras quien haciendo honor al bando rudo le arrebató el guitarrón a uno de los músicos y se lo azotó en la cara. El Rayo yacía lastimado sobre el piso y Cien caras lo instaba a subir al ring. El público abucheaba al rudo y una niña alentaba al técnico para que se recuperara y comenzara la pelea. El silbatazo inicial. El referee Gran Davis comenzó el conteo que obligaba al Rayo a subir al ring. Fue una caída corta: aprovechando el desconcierto por el guitarrazo, Cien caras le “tupió “y en menos de un minuto, sacó la rendición del otro con una llave llamada “abrazo del oso invertido”. De tan rápido, fue solamente “gracias a la magia de la repetición” como le llama el narrador 199
Miguel Linares, que puede verse como el Rayo es levantado en peso (llave nada fácil, considerando que pesaba fácilmente más de 100 kg) y apretado por la espalda hasta que con el movimiento característico de manos señala su rendición. Se lleva el primer episodio Cien caras y celebra en una de las esquinas del ring, trepando a la primera cuerda y estirando los brazos. El abucheo es general. Dos de tres. Entra al quite en la narración televisiva Arturo Rivera (odiado y amado por igual por su frase “guácala de pollo”, que bien podría incluirse en una lista de frases generacionales). Comienza describiendo como Cien caras (en un acto que debería tener copyrigth en el bando rudo, pues está presente en todas las peleas ) le da una patada de fault al Rayo quien, a la usanza de los técnicos se retuerce y se lamenta por todo lo ancho y largo del ring y reclama al referee quien a su vez, niega todo ante el repudio del respetable. Le sigue una serie de maniobras y patadas voladoras hasta que el Rayo derriba a su rival y una vez en el piso le propina una sucesión de “topes” (lance que hiciera famoso su padre, el consagrado Rayo de Jalisco ahora fungiendo como su entrenador ) y lo pone de espaldas al ring. Conteo de tres por parte de Gran Davis y el segundo asalto es para el técnico. Acérrimos rivales. Comienza la tercera caída. El Dr. Morales hace un recuento de la rivalidad entre los luchadores, que databa de hacía cuatro años. Originarios de Jalisco, ambos llegaron al Distrito Federal para hacer carrera en la lucha libre profesional. Compartieron casa “por el rumbo del aeropuerto” recuerda el comentarista. Cada uno por su parte llegó a ser campeón nacional de peso completo. Al respecto, hay que señalar que con una altura superior al 1.80 m, tenía mejor físico Cien caras, pues a decir del lenguaje coloquial, el Rayo poseía más “cuerpo de luchador”. Recuerda Morales, que cuatro años atrás, en esa misma Arena México, cuando luchaban como técnicos y parecían ser compañeros entrañables, Cien caras desconoció al Rayo. “La noche de la amnesia” le llama
el comentarista, Cien caras se pasó al bando rudo. Fingió simplemente no saber quien era el Rayo y no le permitió dirigirle la palabra nunca más. Es por ello que ese enfrentamiento de máscara vs máscara fue durante mucho tiempo la pelea más esperada entre la afición. Siguen las maniobras en el ring. Cien Caras le aplica la cavernaria pero no logra la rendición del Rayo; tras reponerse, con patadas voladoras logra sacar al rudo del cuadrilátero, después se lanza sobre éste y quedan los dos sobre el piso. Davis comienza el conteo reglamentario para que suban los luchadores. Arriba, aplicándose distintas llaves, se ponen en distintas ocasiones uno al otro de espaldas a la lona, pero cuando la cuenta del referee va en dos, logran levantarse. Momentáneamente, en un juego de cuerdas, Cien Caras toma al Rayo y lo levanta, pero éste se zafa y lo tumba, lo inmoviliza y después de tres palmadas sobre la duela por parte de Gran Davis y coreadas por el público termina la lucha. De la sombra a la luz. El público enardecido, pedía la máscara de Cien caras. Esa noche de septiembre quedó inscrita dentro de las más memorables en la historia de la lucha libre mexicana. El luchador se resistió cuanto pudo. La tradición indica que al despojarse de la máscara, el vencido tiene que identificarse, proporcionando su nombre. A partir de entonces, será conocido como tal. “Hay hombres que con la máscara lo pierden todo” comentaba en la narración Miguel Linares. “Otros logran identificarse plenamente con el público, quién sabe cual sea el destino de este luchador”, se preguntaba. Y hacía énfasis en que “al darse a conocer él, terminará descubriendo la identidad de sus hermanos”, para darle más dramatismo a la historia. Desesperado, el Rayo intentó quitarle a la fuerza la máscara. Se hicieron de palabras, de manotazos, pero la sentencia era clara. Ante el clímax de la afición, con los reporteros gráficos encima, por fin decide él mismo retirarse la máscara. Se oyó un clamor en toda la arena, el anunciador, con ese tono característico, como de niño gritón de la Lotería Nacional, exclamó “El luchadoooor, Cien Caraaas, dice llamaaarse Caarmelo Reeeyes”. Fue el comienzo de otra historia. 202
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En un ambiente saturado de color y diseños barrocos, era de destacarse lo minimalista de la indumentaria de Cien caras. Junto a sus hermanos, Máscara año 2000 y Universo 2000 conformaron el legendario Trio Dinamita. Mientras lucharon bajo ese mote, usaron siempre el blanco y negro en sus trajes: calzoncillo y botas blancas, mallas negras. Una máscara elegante, sobria, la de Cien Caras.Bicolor, era de lycra blanca en los costados, razo negro la tapa del cráneo y el contorno de los ojos, que simulan la silueta estilizada de un murciélago, en aplicación de charol. Aquí una crónica de cómo perdió su máscara. Máscara año 2000, cubría su rostro con una confección con fondo en blanco y negro y la careta con aplicaciones tribales que parecían formar un test de Rorschach en vinil negro. Perdió la máscara ante el Perro Aguayo. Por su parte, Universo 2000, fusionó los diseños de las máscaras de sus hermanos y utilizó una con aplicaciones en vinil negro sobre fondo blanco. En cada ojo hay un antifaz independiente con grecas estilo tribal. Lo desenmascaró Canek.
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Caminaba hacia una página de una revista, encontré incrustada en el espacio blanco la transformación de líneas que atendían a las estadísticas de los polvos digitales. Una obra de Keith Higginbotham interrumpió en Apócrifa art magazine y se desplomó una catarsis en las varias sensaciones que involucran su trabajo. Este espécimen de composición inaudita es el placebo para que el espectador redima su sentir sobre el buen trazo y la elegancia dentro de la servidumbre de las rayas y agresiones a la retícula. Pesa una historia y un instante: es lágrima del color.
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Una mujer y su idílico amorío con la naturaleza. Momentos llenos de ingenuidad donde el folclor de la flora y fauna revisten las ilustraciones de esta excéntrica estadounidense, superviviente de la manada de Brookling, pero nacida en un pequeño pueblo de Massachusetts. Su especialidad es la pintura y el dibujo, pero también le guiñe a la escultura y multimedia. Colleen cuenta que su inspiración renace en las imágenes de su pequeño pueblo natal, de ellas recrea momentos lúdicos idealizados en la tinta y esos pequeños espacios de lo blanco y negro. Como sueños húmedos, estás imágenes brotan del subconsciente.
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Lo conocí en la ciudad. Era un cuerpo humano en la cabeza de un caballo que tocaba el xilófono. Partimos para el puerto más cercano, él, yo y el xilófono. Hay momentos que miró el horizonte y recuerdo aquellos edificios viejos que me gustaba retratar. Tapatía que cuenta historias con su cámara. Usted puede inventar la suya. 221
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txt Flor Batista · miguel(así,sinapellidos)
“El punto básico es que veo mis diseños como un diario personal”. Aquí mostramos un capítulo de su diario donde se enamoró de la cosmovisión “chicana”, un tanto patriota, un surgir de las identidades que prevalecen en las calles, situaciones de barrios y de ilustración. Aquí la categoría de radical no basta para sentir en la sangre el porvenir de los discursos que entonan la voz cruzada de la frontera. Sí, Ricardo Luévanos es de Guadalajara.
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Fotografía documental de la joya tapatía, para empezar. Luego le sigue todo aquel documento periodístico que tenga la función de contar historias. Sí, porque al fotógrafo le interesa lo dicho, captar esas expresiones de la realidad donde los objetos estén dotados de buenos trayectos narrativos y también las personas. Comenzó su carrera trabajando en medios locales, luego en agencias internacionales. Hoy labora por su cuenta y para su cuenta. Lo que le gusta de la fotografía es que es una expresión donde, sí, se reseña la vida. txt Flor Batista
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