Dos Gardenias para tí, con ellas quiero decir...

Page 1

8

Parte de Música | Nº 290 s $OMINGO DE JULIO DE

Suplemento dominical del

Una extraña versión

3WING LATINO

Dos gardenias para ti, con ellas quiero decir… Cuando las palabras sobran y un bolero funciona como efectiva arma para el despecho T/ Ángel Méndez F/ Archivo CO

“H

e amado y he tenido la gloriosa dicha de que me amen. Las mujeres en mi vida se cuentan por docenas. He dado miles de besos y la esencia de mis manos se ha gastado en caricias, dejándolas apergaminadas… Soy ridículamente cursi y me encanta serlo, porque la mía es una sinceridad que otros rehúyen… ridículamente. Cualquiera que es romántico tiene un fino sentido de lo cursi y no desecharlo es una posición de inteligencia. A las mujeres les gusta que así sea…” Lo he sido toda mi vida, por ello me apropio de ese texto maravilloso que forma parte de un “autorretrato” plasmado por ese genio del bolero que fue don Agustín Lara. Calificado de cursi, en mi niñez fui amigo de las serenatas. Fueron muchas las canciones que “El Chino” Suárez y yo desgajamos en nuestras correrías de muchachos… “Pintor que pintas paisajes, pintor que pintas el maaaaaar…” fue una de las muchas piezas que entonábamos en esa Vega que disfrutamos hasta entrar la madrugada… cigarro de por medio y una carterita de anís.

DOS GARDENIAS PARA TÍ Esa canción se convirtió en un himno para mí. Daniel Santos fue mi infructuosa cura cuando Carmencita, mi primera novia, me mandó a freír monos. Demasiadas intrigas se tejieron para alejarnos, pero yo la quise desde lejos y me sirvió de excusa para beberme lo que no podía a esa tierna de edad de 15 años. El despecho, sublime emoción de los poetas, despertó en mí la pasión por lo romántico, por lo cursi… “Toma este puñal ábreme las venas, quiero desangrarme hasta que me muera, no quiero la vida si he de verte ajena, pues sin tu cariño, no vale la pena” ¡Que vaina tan buena! Morir por pedacito en tanto la ingrata se solaza con el tipo ese que me llevaba como diez años y era el cuarto bate del equipo de béisbol donde Carmencita… era la madrina. En el bar La Soledad se desgastó la tecla A-18 de la “rockola” que había allí. Me dejaban beber cerveza negra y yo escanciaba mi vaso mientras escuchaba a Daniel. Me percaté en ese entonces que él cantaba “Dos Gardenias” muy distinto a como lo hacían los demás. Su interpretación tenía dos compases más. No se compaginaba con la letra original, porque Isolina Carrillo, la compositora, lo dejó en “Pero si un atardecer / las gardenias de mi amor / se mueren, es porque han adivinado / que tu amor me ha traicionado / porque existe otro querer”. Es su final y así lo señalan las versiones de don Pedro Vargas, Fernando Álvarez, Toña La Negra, Jorge Negrete, María Luisa Landín, Nat King Cole, Olga Guillot, Elena Burke, Vicenti-

$OS GARDENIAS /RIGINAL Dos gardenias para ti, / con ellas quiero decir / te quiero, / te adoro, / mi vida. Ponle toda tu atención / que serán tu corazón / y el mío. Dos gardenias para ti / que tendrán todo el calor / de un beso. De esos besos que te di / y que jamás encontrarás / en el calor de otro querer. A tu lado vivirán / y te hablarán / como cuando estás conmigo. Hasta creerás / que te dirán / te quiero. Pero si un atardecer / las gardenias de mi amor / se mueren, es porque han adivinado / que tu amor me ha traicionado / porque existe otro querer.

co Valdés, Alberto Ruiz, Fernando Álvarez, Panchito Riset, Omara Portuondo, Antonio María Machín e Ibrahim Ferrer y Omara Portuondo, entre otros, pero la de Daniel Santos era otra cosa. Fue la versión con arreglos de Pérez Prado… y la elegí para toda mi vida de despecho. Luego del final señalado, ese “aditamento” reza de la siguiente manera: “No llores más, que tu llanto me entristece, /no es pecado el sacrificio que tú has hecho. / Olvida la traición, no eres culpable, / yo te juro que más nunca te desprecio. / En la vida todos tienen su pasado, / pero el mío es tan triste y pesaroso. / Muchas veces /de tristeza voy cantando, por el camino, que florecen los abrojos”.

El musicólogo cubano Lino Betancourt, quien fuese amigo de la autora, contó en una entrevista realizada para la televisión cubana una historia muy distinta a la conocida en torno a la creación de “Dos gardenias”. “Isolina Carrillo tenía un alumno colombiano que trabajaba en una obra basada en gardenias. Cierta vez, la invitó a una fiesta de cumpleaños en su apartamento, situado en el edificio América, donde hoy se encuentra el teatro. Cuando ella entraba por el pasillo escuchó la algarabía, pero al tocar a la puerta se hizo un silencio sepulcral”, aseguró el musicógrafo Lino Betancourt. “Al ver que nadie respondía, Isolina se retiró. Mientras caminaba por la calle Galeano, una alumna se le acercó a explicarle que el anfitrión no la había dejado pasar porque no quería negros en su casa. En ese instante se sintió rechazada, pero tiempo después ese estudiante fracasó y un día le pidió ayuda económica. Ella había compuesto ‘Dos gardenias’ pero nadie la conocía todavía. Le dio un billete y le dijo que le entregaba además dos gardenias que lo acompañarían durante toda su vida, para que la recordara siempre. Esta es la versión que le contó a Carmela de León sobre cómo surgió la reconocida pieza musical”, prosiguió.

Es la puntilla de Daniel. Son palabras de consuelo para sí mismo ante la traición de la pérfida. Son palabras lanzadas hacia ese corazón idiota que se enamora una y otra vez para ser lacerado diez mil veces más. Brevemente, acotaré que “Dos gardenias” le pertenece a Isolina Carrillo, nacida en La Habana el 9 de diciembre de 1907 y que supuestamente la canción se la dedicó a su marido, el barítono cubano Guillermo Arronte, el 13 de abril de 1947. De su obra, comentó la cubana: “‘Dos gardenias’ es simplemente un himno al amor. No dice que no te quiero, que te desprecio, ni te maltrato. Dio la casualidad que al público le cayó bien y constituyó todo un éxito”. Reconocida maestra de más de un generación de creadores, la compositora, pianista y directora de coros murió a los 88 años el 21 de febrero de 1996, en La Habana, a consecuencia de un infarto reportado por los médicos como “emotivo”. Caracas


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.