8
Parte de Música Nº 331 • Domingo 28 de mayo de 2017
Suplemento dominical del
Swing Latino
La misteriosa muerte de Orlando Contreras Su deceso gira en torno a tres teorías: la primera se afinca en un crimen pasional, la segunda señala muerte natural por cáncer hepático y la más escabrosa es que habría sido envenenado T/ Ángel Méndez F/ Archivo CO
E
l pasado 22 de mayo Orlando Contreras habría cumplido 87 años de edad, pero su vida quedó truncada a los 63 años, para ser más exactos el 9 de febrero de 1994, fecha signada de su fallecimiento. Sus restos (o cenizas) se quedaron en Medellín, Colombia, donde residía. Sobre su muerte se han tejido –y aún se tejen– muchas conjeturas. Vale la pena refrescar la memoria y recordar a quien en nuestro país era considerado uno de los reyes de la rockola, junto con Julio Jaramillo y “El Jefe” Daniel Santos.
ASCENSO SIN CAÍDA Nació Orlando González Soto, más conocido como Orlando Contreras, en La Habana, Cuba. Le llamaban “La Voz Romántica de Cuba”. Sobresalió entre muchos vocalistas que para entonces se dedicaban a hurgar en las emociones de los enamorados. Orlando siempre estuvo presente a la hora del despecho. Contreras permaneció en la isla durante los primeros años de la revolución y en 1961 grabó un cúmulo de éxitos que lo ubicaron en los primeros lugares; en ese entonces trabajó en el legendario “Alí Bar” al lado de Benny Moré, Fernando Álvarez y Orlando Vallejo. También se presentaba con el conjunto Musicuba y en septiembre de 1965 se fue a los Estados Unidos. Uno de sus grandes éxitos fue “Mi corazonada”, de José Fernández Pérez. Entre 1966 y 1970 actuó en un barco turístico portugués, al tiempo que seguía grabando. En la década de los años 70 grabó un disco de antología con Daniel Santos, con quien realizó giras por América y España. Finalmente se radicó en Medellín, donde en los años 70, él y Daniel Santos fueron “proclamados” como “Los Jefes” por los clientes de los bares y cantinas de la ciudad. Los éxitos musicales del artista tuvieron relevancia tanto en Cuba como en América Latina, que lo cobijó como uno de sus boleristas preferidos. Quedaron para la posteridad números como: “En
un beso la vida”, “Sin egoísmo”, “Difícil”, “Amarga decepción”, “Por borracha”, “Por un puñado de oro”, “Dónde tú iras”, “Mi corazonada”, “Muerto en vida”, “Dolor de hombre”, “Que murmuren”, “Un amigo mío”, “Amigo de qué”, “Yo estoy desengañado”, “Arráncame la vida”, “Egoísmo”, “Esta tu canción”, “Sé muy bien que vendrás” y “Corazón de madera”, entre otros.
SU MISTERIOSO DECESO No hubo caída. Al momento de su muerte Orlando Contreras gozaba de gran popularidad. Mantenía casi intacta la voz que lo había hecho famoso. Era uno de los consentidos en las emisoras de toda América, compartiendo honores con Julio Jaramillo y Daniel Santos. El caso es que su muerte, según crónicas colgadas en internet, fue reportada el 9 de febrero de 1994 entre las 7:30 y 8:00 am por las emisoras radiales y cremado una o dos horas después. Sus seguidores y su propia familia se enteraron por la radio del fallecimiento. Fue una sorpresa para quienes nunca lograron explicarse por qué murió el bolerista a tan temprana edad. Algunos hechos ocurridos antes y después de su deceso dieron lugar a múltiples teorías respecto a los motivos y causas de su muerte. La controversia continúa; se habla de crimen, pero otros califican las versiones como especulaciones infundadas. Surge la teoría del crimen pasional, también muerte por cáncer hepático y
una tercera versión es el envenenamiento. El caso es que Contreras murió a la hora señalada y a las 9:00 am fue cremado, supuestamente contra su voluntad, ya que muchas veces había manifestado que a su deceso fuese velado en un lugar público, incluso, momificado, para que sus fans pudiesen verlo. Al parecer, Orlando Contreras odiaba los crematorios. Ese lapso de tiempo entre su muerte y su cremación fueron las que dieron lugar a las denuncias presentadas ante la Fiscalía General contra la persona que hicieron aparecer como esposa al momento de su deceso. Una joven llamada Diana María Cárdenas, quien según las crónicas era una vendedora de chiclets y cigarrillos fuera de una discoteca de Medellín donde Orlando Contreras se presentaba con cierta regularidad. Quienes califican la muerte de bolerista como crimen pasional, presentan como prueba el acta de defunción, y señalan que su fallecimiento no fue registrado por la autoridad competente para hacerlo. Se arguye que el notario
encargado llenó el acta de defunción obviando la fecha de registro, pero dejando en claro los datos de su muerte, calificada como resultado de un cáncer hepático, hecho que no pudo ser verificado porque al cadáver no se le hizo la autopsia de ley. Otra crítica para el momento es que sus allegados no esperaron que sus hijas y familia se hicieran presente para el sepelio. Las incógnitas en torno a la muerte de Orlando Contreras permanecen en el aire. Nada se pudo comprobar por falta de pruebas, solo quedan las especulaciones periodísticas. Interrogantes que difícilmente podrán ser dilucidadas, como la de que la notaría que expidió el acta de defunción fue la misma que, 18 días antes, registraba el matrimonio del bolerista con Diana María Cárdenas Jaramillo y la venta, el mismo día del matrimonio, de todos los bienes de Contreras a la mujer que sería su esposa, quien según testigos no tenía manera de comprar un bien inmueble debido a sus precarios ingresos económicos. La ceremonia de matrimonio y de venta de los bienes inmuebles del artista no se llevó a cabo en la notaría como normalmente se realiza, sino que todo ocurrió en una vivienda cercana al registro, ya que el artista estaba impedido para movilizarse hasta la sede de la notaría y así llevar a cabo su propia boda y vender sus pertenencias. Esto fue denunciado por la familia del artista, ya que los actos dejaron entrever maniobras oscuras y viciadas de corrupción que dieron lugar a las sospechas por parte de la Fiscalía que efectivamente se trataba de un acto delincuencial de hurto calificado y de homicidio. La muerte de Orlando Contreras, “El Romántico de Cuba y América Latina”, permanece en el limbo y, al parecer, es un caso cerrado Caracas