Laberinto No.861 (14/12/19)

Page 1

Suplemento cultural de MILENIO

LABERINTO RESEÑA

DANZA

LAURA CORTÉS

ARGELIA GUERRERO

Memorias fotográficas de Félix Nadar

El Zapata de Guillermo Arriaga

Foto: Félix Nadar

SÁBADO 14 DE DICIEMBRE DE 2019 AÑO 16 - NÚMERO 861

Amin Maalouf: adiós, mundo viejo Guadalupe Alonso Coratella/ FOTOGRAFÍA: HÉCTOR TÉLLEZ

Foto: Jorge Izquierdo


-02-

ANTESALA

14 DE DICIEMBRE 2019

CASTA DIVA

El irlandés AVELINA LÉSPER www.avelinalesper.com FOTOGRAFÍA BRITISH MUSEUM

H

ay que temer a la envidia, más que a la fuerza del ejército enemigo. Hay que temer a la propia codicia, más que a la codicia del enemigo y hay que cuidarse de los aliados, de esos que nunca mostrarán el rostro mientras sacan la espada, es la esencia de Julio César y es la escuela del Príncipe. Las ruindades y glorias del poder, sus putrefactas entrañas y el camino más certero para alcanzarlo están en los versos de Shakespeare y en la tesis de Maquiavelo. El irlandés, película de Martin Scorsese, la descripción de la arrogancia del poder parece inspirada en las dos obras del Renacimiento, de ese periodo de la Historia en que la elocuencia y el asesinato fundaron imperios. El líder sindical Jimmy Hoffa, como Julio César, se deja arrastrar por su propia demagogia y egolatría, populista que conoce los sentimientos que desatan la lealtad de la masa, sabe que la venganza de clase es un deseo que nunca se sacia, y que prometerla genera una lealtad inquebrantable. El personaje de Al Pacino es el líder esperpéntico y ridículo, oratoria inmediata, su constante dar y dar, en la medida en que crece la fe, aumenta su miedo. En el poder no hay lealtades, hay oportunidades, el servilismo se transforma, los privilegios no compran la seguridad de mantener la corona y la vida. Marco Bruto, leal servidor, lleva la acción, Robert de Niro, tiene encomendada la vida del líder y será él quien deba quitársela. Casio, Joe Pesci, intriga, y trama la solución que desde el Renacimiento hizo de la política el arte del asesinato, el líder que rompe con el equilibrio del poder adelanta su caída. Maquiavelo nos advierte la diferencia entre ser un príncipe temido o amado, que el príncipe demasiado benévolo deja que el reino caiga en la violencia y la rapiña, es fácil de invadir y dominar, y su pueblo terminará por perderle el respeto. El balance ideal es ser al mismo tiempo temido y amado, es muy difícil de lograr, entonces se debe elegir ser temido, el ejemplo es César Borgia, con crueldad consiguió unificar su reino. En El irlandés, el líder es temido y justamente lo asesinaron sus cercanos, los que él amaba. La corrupción es el gran personaje, el orgullo del gremio, la idiosincrasia folclórica de la clase que detenta la fuerza de manipular y decidir. La anécdota “histórica” que pueda ser el argumento describe cómo el Renacimiento o el sindicalismo norteamericano de la época de Kennedy, o el populismo actual, tienen la misma conducta y comparten el drama de las verdaderas motivaciones de la ideología. Dictadores, príncipes, sindicalistas, o líderes populistas, ahí están todos, cada siglo, devorando los cadáveres de sus antecesores, construyendo sus tumbas con las ruinas de sus estatuas.

_

Julio César, de William Shakespeare.

Parásitos. Dirección: Bong Joon-ho. Corea del Sur, 2019.

HOMBRE DE CELULOIDE

Un pícaro surcoreano

J

FERNANDO ZAMORA @fernandovzamora FOTOGRAFÍA BARUNSON

uzgar una ópera como Las bodas de Fígaro por su trama es banal. Lo mismo sucede con Parásitos del surcoreano Bong Joon-Ho: la historia es lo de menos; lo de más son los instantes en que el ritmo se suspende y uno siente algo como un aria de Mozart. Que Parásitos ganó la Palma de Oro es anecdótico. Muchas obras menores han recibido esta presea y se olvidan en poco tiempo. No así el espíritu de este filme de Bong que se nos queda en la mente varios días. En 2006, The Host se volvió la película más taquillera del cine de Corea del Sur. En aquel tiempo el cineasta parecía solo un joven talentoso que hacía entretenidas películas de monstruos. Había en The Host, sin embargo, momentos poéticos que nos sumían en un auténtico cuento de hadas en el que un padre de familia tenía que rescatar a su hija raptada por una creatura que había crecido monstruosa en las profundidades del río Han. La cosa tenía su moraleja social: el padre era un tipo incapaz de encontrar trabajo y funcionar en este mundo capitalista. Aun así, Bong no forzaba la nota queriendo denunciar la injusticia social. Con su siguiente obra representativa sí que lo hizo. Llevó las cosas hasta un extremo chocante. Okja, de 2017, cuenta la historia de una niña

que se hace amiga de un cerdito mutante que los malos carnívoros capitalistas quieren convertir en salchicha. El surcoreano nos espetaba con un mensaje ecológico que terminaba por empañar lo realmente importante: la historia de esta niña de campo y su mascota tonta pero feliz. Este año Bong Joon-Ho ha conseguido el punto medio que, como sabía Aristóteles, no implica mediocridad sino virtuosismo. Parásitos contiene los temas que preocupan al creador quien, sin embargo, los toca con un gentil sentido del humor. La historia va de un pícaro que, como todos los pícaros del mundo, cae bien a pesar de que hace mal. Nuestro joven héroe es contratado para dar clases de inglés a la hija de familia de un ejecutivo rico. El muchacho aprovecha para enamorarla, tender trampas a los sirvientes de la mansión y hacer que los corran para luego recomendar a su propia familia pues todos están desempleados. Es así que la familia pobre del chico pícaro entra a trabajar para la familia rica de la

Bong Joon-ho ha conseguido este año el punto medio que no implica mediocridad sino virtuosismo

joven tonta. Los millonarios, claro, no saben que los primeros están emparentados, lo cual se presta para una comedia de enredos del tipo de Las bodas de Fígaro. Hasta aquí el director denuncia que no hay trabajo y que la brecha social en países como Corea es muy amplia. Sin embargo, la cosa da un giro y lo que comenzó siendo la simple metáfora de eso que los marxistas llaman “lucha de clases” comienza a volverse, primero, analogía de la situación política en Corea. Más adelante, la obra crece en arte. Y se expande. Emerge entonces el tema que Bong Joon-Ho ha venido cazando desde los inicios de su carrera. Es un tema que está en el cuento de hadas que es The Host y en el panfleto ecologista que es Okja: el amor filial. Se equivocan quienes han querido ver en Parásitos una crítica al sistema: los ricos están lejos de ser los malos. Los pobres resultan además tan malos como sus enemigos de clase. Por otra parte, los mensajes panfletarios son muy aburridos. Lo que no aburre nunca es el arte de obras como Parásitos, una película capaz de transmitir la ternura que siente este joven pícaro cuando ve que humillan a su padre. No, Parásitos no es el retrato de la injusticia social en Corea; es un retrato de amor filial.

_


ANTESALA

14 DE DICIEMBRE 2019

POESÍA

Cinco haikús VERÓNICA GERBER BICECCI

El sauz Plan de emergencia: corta una rama adulta, replica clones. El chirimoyo Hay otro trópico, emerge de los polos, en el deshielo. Los gansos No alimente aves, las buenas intenciones deforman sus alas. El bambú Crece con prisa hacia el cielo, como quien quiere escapar. El caballo del diablo Trae noticias: el futuro habita en los puntos ciegos. De Poemas sintéticos (Almadía, 2019).

EX LIBRIS

El canto del violador/ EKO

-03-

LOS PAISAJES INVISIBLES

Dos viñetas del absurdo IVÁN RÍOS GASCÓN

U

@IvanRiosGascon

no. En mis paupérrimos años como alumno de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, había tres especímenes que hicieron del hurto de libros una forma de vida. El primero era el que, como una oprobiosa alternativa para su anhelada erudición, robaba títulos inasequibles con el afán de alimentarse, pues su presupuesto no le permitía adquirir ciertos ejemplares cuyo metafórico valor superaba el paliativo para un estómago famélico, por ejemplo, un bolillo y un café. El segundo era el que ponía a prueba la astucia de sí mismo en los controles de seguridad de las librerías, y obtenía el aprendizaje (o la riqueza intelectual) sin erogar un solo peso, y así podía gastar sus dividendos en otros afanes tan valiosos como un libro, digamos una copa para la novia en turno, una juerga u otras ociosidades igual de estimulantes que la novela de moda o el ensayo de la luminaria contemporánea o el poemario de un taumaturgo (Octavio Paz y Fernando Pessoa eran clientes frecuentes de esos ladrones irredentos). El tercero, en cambio, era aquél que sustraía tomos de bibliotecas y establecimientos, o incluso, de las ocasionales ferias de libro de la Facultad, para vender a mitad de precio las obras que a los menesterosos les era imposible conseguir. Cuando el tiempo rebasaba el deadline para deshacerse del cuerpo del delito, ese tipo de rateros ofrecían títulos ambicionados a precio de ganga y aceptaban pagos parciales, aquiescencia que les dotaba de un aura tipo Robin Hood: sustraía bienes a los que más tenían (los libreros), para casi regalarlos a los más desfavorecidos, aunque en el último rubro también se contabilizaban los avaros y los oportunistas. El robo no es disculpable. No se justifica. De hecho, no robarás es un mandamiento. Sin embargo, como podría entenderse el pillaje de un pan o de un litro de leche para saciar el hambre, atracar un libro podría ser un delito menor, dependiendo de la finalidad por la que uno esté dispuesto a perpetrarlo. En una sociedad como la nuestra, conforme o resignada a la cleptomanía de la clase política o del empresariado, condenarla per se es una impostura. Dos. ¿A quién daña una imagen? ¿Quién puede asegurar que un dibujo atenta contra su alma, su conciencia, su ataraxia? ¿Qué deshonra una pintura? El modelo de un boceto, un apunte, un retrato, no es, nunca será el personaje de la vida real o de la biografía que, suponemos, fue genuina. Ese modelo pasa por la inspiración o la invención del artista, quien está en todo su derecho de crear lo que le plazca. Censurar la imagen de un caudillo con sombrero rosa, desnudo y con tacones, es una cuestión de intolerancia, también una impostura, si pensamos, por ejemplo, que sus ideales se han vuelto una triste caricatura en las soflamas politiqueras para huestes clientelares. Si se pretende forjar una sociedad verdaderamente plural, incluyente, y sin dogmas nocivos, es fundamental respetar la mirada del otro. Abandonar la idolatría. No veas lo que te espanta o te confronta. Ignorar una obra plástica es más fácil de lo que parece, nuestros ojos a diario pierden muchas cosas. La hipocresía suprema radica en la condena de lo que solo existe en el prejuicio, ese absurdo hecho de símbolos frágiles y valores quiméricos del imaginario, en los que también se sostiene la cultura.

_


-04-

ARTE

14 DE DICIEMBRE 2019

La editorial Canta Mares publica en español Cuando era fotógrafo, las memorias del artista genial y aeronauta

Félix Nadar: fotografías escritas LAURA CORTÉS FOTOGRAFÍAS FÉLIX NADAR

Nadar y su esposa Ernestine en el taller del propio Nadar.

D

esafiar a la muerte. Alterar el tiempo, tocarlo y registrar su transcurrir, fue la obsesión de Félix Tournachon, mejor conocido como Nadar (París, 1820-1910), fotógrafo excepcional y personaje imprescindible para comprender una época cuya luz aún nos ilumina. Gacetero, periodista, caricaturista, inventor y aeronauta, encontró en la conciencia de su mortalidad la pulsión que lo llevó a realizar febrilmente cada uno de sus oficios. En un diálogo con la muerte, Nadar consigna esta sentencia: “en la inmensa soledad de las llanuras, en las populosas calles de la ciudad, siempre estás presente para mí y yo te acompaño”. Esa presencia constante avivó su fascinación por la aventura sin importar los riesgos, siempre ávido por descubrir, experimentar y… volar. Fue la fotografía, tal vez, el vehículo que más lo acercó al cumplimiento de su anhelo: “No deseo otra cosa que archivar y preservar, en una serie fotográfica, en la serie de fotografías escritas que conforman mis memorias, no solo la velocidad de la luz sino también de la noche y el olvido sin los cuales nunca podríamos ver, y sí, también la muerte y el duelo sin los cuales ni ustedes ni yo podríamos decir que estamos vivos”, confesó Nadar en una colección de relatos que conforman sus memorias reunidas bajo el título Cuando era fotógrafo, publicado en 1899. Editorial Canta Mares lanza este 2019, en español (la traducción del francés estuvo a cargo de Melina Balcázar), este singular y fascinante documento escrito por un genio parisino que otorgó a su mundo un rostro fotográfico. La estructura de estas memorias es compleja, como complejo es su autor. Se trata de una serie de catorce anécdotas redactadas en tono conversacional que no siguen un orden cronológico y cuyo contenido va desde sus proezas en globo aerostático al realizar las primeras fotografías aéreas de la historia, su descenso por las catacumbas y cloacas de

París, cuando por primera vez se utiliza luz artificial en las tomas de imágenes, hasta la descripción de sus clientes en su estudio fotográfico y cómo una fotografía impacta en la opinión pública en el caso de un famoso homicidio. El legado de Félix Nadar ha llamado fuertemente la atención de estudiosos de la imagen como Walter Benjamin, quien no pocas veces citó esas memorias en algunas de sus obras, o Rosalind Krauss, figura esencial en la crítica de arte, quien señala el carácter “disgresivo” de esta obra escrita “como una colección de cuentos de vieja, como si un pueblo hubiese confiado sus archivos a la comadre local… Son una serie de reminiscencias personales que poco tienen de relación con el título del volumen”. No obstante, las aparentes desviaciones del tema central no restan méritos a este deslumbrante libro. En la introducción que acompaña la obra publicada por Canta Mares, Eduardo Cadava, prestigioso catedrático de Princeton, sostiene que “aún en esos textos que parecen caprichosos encontramos una potencia analítica que encumbra estas memorias como uno de los escritos sobre fotografía más sobrecogedores, precisos y ricos de los que tengamos noticia. El texto se nos presenta como una serie de instantáneas en prosa; cada una de ellas nos ofrece una alegoría de las diferentes características y los distintos rasgos del mundo fotográfico”.

Altos vuelos y bajo mundo

“Nací por aquellos tiempos de inocencia en los que un ministro no robaba más de cien mil francos, e incluso lo hacían entre dos, como para que los pescaran más rápido. Las costumbres eran afables, los corazones simples”, relata Nadar en el último capítulo de su libro, titulado “Alrededor de 1830”. Sus memorias reflejan también la efervescencia del París del siglo XIX en “un indiferente desorden de fechas y datos con los que sobre todo nací peleado”. El narrador va más allá de la cronología y exhibe una fotografía escrita de los acontecimientos relevantes de su tiempo. “Como si, por arte de magia o ilusión teatral, el primer pitido de la primera locomotora hubiera hecho que todo se despertara y pusiera


La calle Anjou, París.

en marcha. Todo un mundo nuevo se pone en movimiento en aquel universal abril, titubea, se agita, se lanza al vuelo con riesgo de buscar después dónde asentarse: todo se pone y vuelve a poner en tela de juicio. El corazón y cerebro de París bullen”. Sus textos conforman un deslumbrante retrato de los avances científicos y tecnológicos, las transformaciones políticas y sociales, el desarrollo de nuevos medios de comunicación y, sobre todo, el poder de la fotografía para modificar la percepción del mundo. “La fotografía es un descubrimiento maravilloso, una ciencia que ocupa las más altas inteligencias, un arte que agudiza las mentes más sagaces —y cuya aplicación está al alcance de cualquier imbécil—. [...]Es posible aprender la teoría de la fotografía en una hora y los elementos para practicarla en un día. Lo que no se puede aprender [...] es el

sentido de la luz, la apreciación artística de los efectos producidos por distintas y combinadas fuentes de luz, el empleo de este o aquel efecto conforme a la fisonomía que, en tanto artista, debo reproducir”, asevera Nadar. En el capítulo “La primera prueba de fotografía aerostática”, el artista describe sus numerosos intentos por elevarse en un enorme globo hasta convertirse en el primer fotógrafo en capturar imágenes desde las alturas. “Todo está lejos, preocupaciones, amarguras, aversiones. Qué bien caen desde arriba la indiferencia, el desdén, el olvido —y también el perdón—. Otro éxtasis nos llama, sin embargo, hacia el admirable espectáculo que se ofrece a nuestras miradas cautivas. Bajo nosotros, como queriendo hacernos el honor acompañando nuestra marcha, la tierra se extiende en una inmensa alfombra sin bordes, sin comienzo ni fin,

-05-

ARTE

14 DE DICIEMBRE 2019

de colores variados en donde predomina el verde, en todas sus tonalidades y asociaciones”, rememora el fotógrafo sobre aquel glorioso momento. En la sección “París subterráneo”, narra su descenso a las profundidades de la capital francesa para retratar catacumbas y cloacas, “un campo infinito de acción”. Durante esas expediciones tuvo lugar el primer ensayo fotográfico con luz artificial, algo que muchos, sin la audacia de Nadar, consideraban impensable. “Como ocurrió con mi tentativa de la fotografía aerostática, que con vehemencia en aquel entonces combatieron y negaron los más competentes, me confronté con más de un contradictor cuando me ocupaba de suplir la luz diurna por

las iluminaciones artificiales. [...] Una vez concebida la idea, me dediqué a los preparativos. A partir de entonces, la posibilidad de la fotografía con luz artificial se había conseguido”. Sus fotografías no solo demostraron su intrepidez y singular visión. El crítico Eduardo Cadava asevera que constituyen “una declaración de amor a París y a las personas que amaba, y a quienes amaba fotografiar”. Al retratarlas, Nadar inmortalizó a las personalidades más célebres de su tiempo, como Charles Baudelaire, Gustave Doré, Théophile Gautier, Victor Hugo, George Sand, entre una larga lista de amigos que sucumbieron a la genialidad del inventor, como fue también el caso del visionario Julio Verne, a quien inspiró y contagió su pasión por el vuelo aerostático. Muchos más fueron atraídos por su cautivadora personalidad. “Quien busque el honor antes que la ganancia encontrará el medio más seguro para obtener la ganancia con honor”, sentenció. En otra de sus viñetas, “Fotografía homicida”, muestra la poderosa influencia de una imagen para formar o deformar la opinión pública, al desarrollar un relato fascinante sobre un boticario ofendido que, con la complicidad de su hermano y su esposa adúltera, asesina al amante de ésta última. El crimen alcanza una inusitada notoriedad cuando la fotografía del cadáver desfigurado flotando en el río es publicada en el periódico. “El servicio de la prefectura fotografió el horror, y un endemoniado diario siempre al acecho se procuró la primera prueba: desde ayer, todos se apiñan en la sala de noticias de Le Figaro, y París entero pasará por ahí. “Solo un grito ante la imagen maldita: “—¡Oh! ¡Qué ruines! ¡Qué monstruos! “La fotografía acaba de pronunciar la sentencia —la sentencia sin apelación—: ¡que mueran! “Toda la manada se lanzó ladrando, aullando tras la pista de sangre hacia donde ningún poder logrará detenerla ahora. “Permanezco a la vez sobrecogido de horror y de una infinita piedad ante los condenados que pagarán por el culpable absuelto, hundidos para siempre en lo horrible e irreparable… Pero esta vez la fotografía lo quiso así”. Nadar muestra el poder de la imagen para inocular opiniones, movilizar multitudes y rebasar autoridades: “la prueba fotográfica suplantó de manera soberana todo el resto, arrastrándolo consigo”. El juicio en contra del homicida y sus cómplices no se realiza en los tribunales; es la opinión pública la que se encarga de sentenciarlos. El episodio es de una sorprendente vigencia. En la actualidad, una imagen, publicada en diferentes plataformas, sigue ejerciendo un potente influjo. En opinión de Eduardo Cadava, Nadar atestigua “el nacimiento de un periodismo moderno que inventa el refuerzo mutuo entre palabras e imágenes en la producción de una opinión contagiosa”. Imprescindibles, las memorias de Félix Nadar ofrecen la mirada de un visionario multifacético que hizo de la fotografía su lenguaje.

_


-06-

DE PORTADA

14 DE DICIEMBRE 2019

En El naufragio de las civilizaciones, el escr Amin Maalouf avizora una era de cambios ra

“El estallido de un mundo nue

E

GUADALUPE ALONSO CORATELLA FOTOGRAFÍA HÉCTOR TÉLLEZ

n su libro El naufragio de las civilizaciones (Alianza Editorial, 2019), el escritor Amin Maalouf advierte sobre el colapso del mundo tal y como lo conocemos y del surgimiento de una nueva era para la que debemos estar preparados. Revisa las causas que han conducido a esta situación y hace un llamado a enderezar el mundo antes de que sea demasiado tarde. Si bien este recorrido por el siglo XX y lo que va del XXI, partiendo del Oriente próximo hasta el mundo occidental, podría parecer apocalíptico, Maalouf abre un resquicio que alumbra la noche oscura de estos tiempos. “Siento que el mundo de ayer ha desaparecido, está muriendo. Estamos moviéndonos hacia un mundo distinto que todavía no ha nacido y apenas podemos imaginar algunas de sus características, pero aún no está presente. El sentimiento que tengo no es de horror o desesperación. El mundo que desapareció tenía cosas buenas y malas, pero no tiene sentido lamentarse, no hay nada qué hacer. Sin embargo, es importante darnos cuenta de que ha desaparecido y necesitamos imaginar lo que será este otro mundo, qué debemos hacer para construirlo, porque la civilización que yo he conocido, está muriendo”. Con una larga trayectoria en el periodismo y la literatura, Maalouf apela a la memoria, a las experiencias que vivió en la infancia cuando su familia se vio obligada a dejar Levante, tras perderlo todo. De ahí parte hacia la elaboración de un análisis histórico, político y social sobre la actual crisis civilizatoria. “La civilización en la que nací está muriendo, no solo la de Levante; ese es el sentimiento que tengo. De vez en cuando me acosan ciertos miedos. En el pasado, muchas civilizaciones surgieron y desaparecieron, pero de lo que hablo ahora no es solo de una civilización. Cuando menciono Levante me refiero a un momento, a una civilización específica, pero hoy todo un mundo con todas sus civilizaciones está desapareciendo y es algo completamente nuevo. Por eso en el título uso la palabra civilización

en plural. No es solo una civilización que es sustituida por otra; es todo el mundo lo que está desapareciendo y no sabemos lo que viene”. ¿Considera que es más peligroso? Diría que es preocupante y fascinante. Preocupa perder lo que conocemos, a lo que estamos acostumbrados pero, al mismo tiempo, el estallido de un mundo nuevo es fascinante. No estoy seguro de que otros antes que nosotros hayan experimentado algo semejante. Es un problema global. Usted utiliza la metáfora de la “montaña de hielo que nos acecha”. ¿Cómo traducir esta imagen a lo que está sucediendo? Esta imagen viene del hundimiento del Titanic, un acontecimiento que tenemos en la memoria. El glacial es una metáfora. Uno de los elementos que nos afecta es el cambio climático. Hace algunos años teníamos la impresión de que algo sucedería en el fin de siglo, pero aquello parecía muy lejano. Hoy experimentamos algo diferente; lo vemos, cada año es peor que el anterior. Hay eventos extremos, y aunque sea difícil referirnos a uno en específico, a una causa, debemos preocuparnos. Otra amenaza es la carrera armamentista. Durante la Guerra Fría la carrera de las armas nucleares causó mucho temor, pero la amenaza desapareció y pensamos que no podría repetirse algo igual. Ahora vemos cómo surge una nueva carrera armamentista con tecnologías más sofisticadas que hace 40 años, con misiles más poderosos que no solo pueden ser producidos por las súperpotencias, sino por cualquiera, terroristas o grupos que tienen su propia agenda. Este nuevo elemento es uno de los posibles glaciares, en especial si pensamos en el riesgo de las armas bacteriológicas. No quisiera provocar pesadillas, pero tampoco podemos excluir una amenaza así. También hay otras amenazas. La población crece y pronto estaremos luchando para dar alimento y vivienda a billones de seres humanos. Al mismo tiempo, se desarrolla la inteligencia artificial, la robotización, la capacidad de reemplazar el trabajo humano por máquinas, así que tenemos en perspectiva una población de millones de desempleados, gente que no tendrá ningún rol en la sociedad, y una minoría de billonarios

El autor, entre otros libros, de Las Cruzadas vistas por los árabes y León el Africano.

viviendo en un espacio distinto, quizá con acceso a una medicina privilegiada. Hay demasiadas tensiones potenciales en el mundo producidas por el progreso científico y tecnológico y no sabemos cómo sortear las consecuencias. Usted destaca el año 1979 como un momento crucial de la historia moderna, el momento en el que se dan cambios radicales en el mundo. ¿Cómo llega a esta conclusión? Traté de revisar los eventos que atestigüé, a veces de cerca, a veces de lejos,

desde que abrí mis ojos, hace casi 60 años. A los 10 años comencé a mirar el mundo a mi alrededor y a preguntarme, antes de escribir este libro, hasta qué punto algo esencial sucedió y nos puso en el camino equivocado. Y cada vez volvía al año 1979. Muchas cosas sucedieron en este periodo que moldearon el mundo de hoy. El elemento principal, el más común, fue que el conservadurismo se convirtió en revolucionario, y sucedió en muchos lugares casi al mismo tiempo y en distintos niveles. Uno de ellos es lo


DE PORTADA

14 DE DICIEMBRE 2019

ritor de origen libanés adicales e irreversibles

evo es fascinante”

De hecho, dedica un capítulo importante al papel del Estado en la sociedad de hoy. Hubo una evolución en el papel del Estado. Si hace unos 40 años empezó a nacer la idea de limitar el papel del Estado, del gasto público, hoy necesitamos que intervenga un poco más a fin de reducir las desigualdades. Los movimientos que existen en varias regiones del mundo: América Latina, el mundo árabe, Asia, son una demanda para que el Estado atienda mejor a los sectores más pobres de la población. En su libro también se refiere a un naufragio espiritual. ¿Cuáles son los síntomas? Hoy nadie tiene credibilidad moral. No sé de un país que la tenga, aunque algunos tratan de adquirirla. Incluso las naciones más poderosas tienen poca credibilidad moral. Las grandes religiones están plagadas de escándalos. ¿Qué ideología tiene credibilidad moral? Estamos frente a un mundo en el que muy pocos países e instituciones tienen credibilidad. Creo que esto es grave, no sé si se trata de un factor determinante, pero sí preocupa. La crisis de identidad pareciera un problema sustantivo que ha marcado el mundo de hoy. La crisis de identidad está en todas partes, sobre todo la identidad emocional que ha sido borrada por siglos. A la gente se le forzó o invitó a optar por un elemento de identidad como si fuera el único. Por ejemplo, la religión. Había que definirse hacia una creencia como si todos los demás elementos de identidad fueran irrelevantes. En otros momentos de la historia la nación se erigió como símbolo de identidad, lo demás no importaba. Durante siglos esa fue la actitud. Luego las cosas cambiaron. Había gente que vivía en un país, por ejemplo, el Imperio otomano, donde se hablaban todo tipo de lenguas, el árabe, el griego, el búlgaro, y se pertenecía a distintas religiones. Luego surgieron los Estados-nación. Si eras otomano y griego podías vivir con eso, pero si vivías en Turquía y eras griego te convertías en un extranjero. En muchas partes del mundo la gente tenía ese dilema: elegir entre su etnia y su lugar de residencia. Con el fenómeno de la colonización y luego el de la migración, cada vez hay más gente que pertenece a un país y vive en otro, y no sabe si pertenece al país donde nació o en el que vive. La noción de identidad necesita revisarse. Vivimos en un mundo donde no tenemos los elementos de identidad que se requieren ante las nuevas realidades. Necesitamos elementos más acordes al mundo actual. La noción de identidad, desde mi punto de vista, es central. Si pudiéramos lidiar con los problemas de identidad, podríamos solucionar casi todo lo demás. Sin embargo, vemos que prolifera el fanatismo, el odio a las diferencias. Hay sociedades polarizadas y la retórica de los políticos no parece ayudar.

Creo que necesitamos ser más activos y creativos. Por supuesto, hay líderes políticos que usan toda clase de demagogia, pero debemos convencernos de que esa no es la manera. Uno tiene que debatir y luchar por los ideales, no solo deplorar que esas personas estén llegando al poder. Es necesaria una sociedad donde exista el debate, se tenga conciencia intelectual y una vida política activa. Uno tiene que luchar por distintas ideas: eso puede hacer la diferencia. Al final de este libro, al parecer apocalíptico, usted abre una rendija a la esperanza. Necesitamos esperanza, no desesperación. Deberíamos estar atentos a todos los problemas y avanzar con los ojos abiertos. Nos movemos del mundo de ayer al mundo de mañana, así que debemos construir un mundo mejor, no lamentarnos del mundo de ayer. Por otro lado, este ensayo, donde se alzan las voces de poetas y escritores, se construye como una pieza literaria. ¿Cree en la literatura como un medio para leer la realidad de una manera más precisa? La literatura no es solo contar historias, no es solo una rama de la cultura, es algo más: la posibilidad de contar la historia del mundo tal como es y como debiera ser, pero también un vehículo para reinventarlo. Soy alguien que sueña con un mundo diferente, soy un soñador, cierto. Observo el mundo, tengo ganas de ver cómo está, con lucidez, con realismo. Esto no significa que lo acepte, me gustaría transformarlo. A veces sueño con algo utópico, pero asumo este sueño porque creo que necesitamos sacudir al mundo con utopías, con sueños de un mundo ideal, aun si sabemos que no lo alcanzaremos. “No siempre lo peor es cierto”. Con este epígrafe de Calderón de la Barca usted anuncia el epílogo. En un mundo en el que las poblaciones viven codo con codo y en el que tantas armas devastadoras están en incontables manos, no puede darse rienda suelta a las pasiones y las avideces personales. Si nos imaginamos que en virtud de algún “instinto colectivo de supervivencia” van a desaparecer por sí mismos los peligros, eso no es prueba de optimismo y de fe en el porvenir; es vivir en la negación, la ceguera y la irresponsabilidad. ¿Tendremos la fuerza de ánimo para recobrarnos y enderezar el rumbo antes de que sea demasiado tarde? No quiero perder esa esperanza. Qué triste sería que el transatlántico de los hombres siguiera navegando hacia su perdición, inconsciente del peligro, convencido de ser indestructible, como tiempo atrás el Titanic, antes de hundirse, en la oscuridad, al chocar contra la fatídica montaña de hielo, mientras la orquesta tocaba “Más cerca de ti, oh Señor”, y el champán corría a raudales.

“No hay credibilidad moral. No sé de un país que la tenga, aunque algunos tratan de adquirirla”

que entonces se llamó la revolución conservadora, liderada por la señora Thatcher, que adoptó Estados Unidos y luego otros gobiernos. La idea central era que se debía disminuir el papel de la autoridad pública en la economía y en la vida social. Esto provocó un desequilibrio cuyas consecuencias estamos viendo, el aumento de la desigualdad en el mundo. Toda la dimensión social del capitalismo disminuyó o fue descartada, lo cual explica lo que está sucediendo. Tres meses antes de que la señora Thatcher llegara al po-

der ocurrió otra revolución: la revolución islámica. Fue el comienzo de una tendencia de políticas de identidad muy agresivas. Marcó el principio de la guerra del Islam, el surgimiento de los yihadistas, y de un fenómeno que más adelante fue conocido como terrorismo, que se esparció por el mundo y cambió nuestra percepción del futuro. Fueron tantas cosas las que tuvieron lugar en este periodo que podría extenderme. Sucedieron en un corto tiempo y cambiaron el mundo como lo conocíamos.

-07-

_


-08-

LITERATURA

14 DE DICIEMBRE 2019

ENTREVISTA

Nell Leyshon: “La noción de una mala madre nos aterra” ÁNGEL SOTO FOTOGRAFÍA A. S.

H

ay un contraste incuestionable en la literatura de Nell Leyshon (Glastonbury, 1962). Es capaz de evocar los tormentos colosales de una guerra mundial y, de manera simultánea, narrar el entorno doméstico de un niño ansioso por desnudar al mundo, amparado en la figura de una mujer que se debate entre la realización profesional y la pérdida de autonomía que la maternidad le impuso. Esa contienda entre lo universal y lo particular es el corazón de El bosque, tercera novela que la escritora británica publica con Sexto Piso, después de El show de Gary (2016) y el éxito de ventas de Del color de la leche (2013), elegido como Libro del Año por el Gremio de Libreros de Madrid en 2014. ¿A qué se debe esa oposición entre guerra y cotidianidad? Cuando pensé en escribir sobre la guerra, me di cuenta de que la mayoría de las cosas que leemos sobre ella están contadas desde el punto de vista masculino. Siempre oímos sobre las grandes batallas y la gente que está peleándolas, pero me interesaba examinar la guerra desde el punto de vista doméstico. Hay un subtexto en el que la gente no está luchando precisamente una guerra, pero lo está haciendo en sus hogares. Así, sus vidas se vuelcan por completo. Mujeres y niños quedan sin posibilidad de tomar decisiones. Quería explorar la intensidad de un ambiente doméstico y cómo se modifica. El título de una canción de Thom Yorke, “Daily Battles”, podría resumir esa búsqueda. Eso es interesante, “Batallas cotidianas”, porque eso es lo que son. No se trata de cómo vamos a derrotar a Rusia o cómo venceremos a Trump. Es, más bien, qué le voy a dar de comer a mi hijo. La maternidad es el otro gran tema del libro. Con Zofia, la madre protagonista, uno desarrolla una relación contradictoria. Con la maternidad ocurre esta dicotomía de virgen-puta. Eres una u otra y parece que las mujeres no tienen permitido ser ambas. Existe una expectativa de que ser madre es una especie de acto sagrado. Nos olvidamos de que es un acto animal que comienza con el sexo y termina con la aparición de un bebé entre las piernas de una mujer. Si piensas en las raíces de la maternidad, en particular en un país católico, la virgen es una mujer que no tuvo sexo para concebir un hijo. Si todos creyéramos eso, todas las adolescentes

La escritora británica, autora de El bosque (Sexto Piso).

del mundo estarían embarazadas. Por otro lado, la noción de una mala madre es algo que nos aterra, mientras que los malos padres aparecen todo el tiempo. Tenemos expectativas enormes sobre las mujeres cuando se convierten en madres. En el siglo XX tuvimos dos guerra mundiales, pero ahora tenemos tiroteos, actos terroristas, incluso debemos lidiar con desastres naturales. Creemos que hay certeza en todo, pero es una ilusión. Podemos perder todo en un momento. Todas estas seguridades que tenemos pueden desaparecer. En el libro, cuando irrumpe la guerra, todo se transforma. Pensamos que la vida tiene que ocurrir de cierto modo, pero luego debemos reinventarnos. Los seres humanos somos muy plásticos. No viviste la Segunda Guerra Mundial, pero la escribiste como si lo hubieras hecho. ¿Cómo se llega a esos detalles tan recónditos?

Lo que ocurre es que hay hombres tomando decisiones sobre los cuerpos de las mujeres

Simplemente los inventé . Mientras más escribo y mientras más hablo sobre escribir, entiendo menos. Es un acto de imaginación, como ser un niño. Y no es tan difícil como la gente cree. No hago investigación para los detalles. Es una confesión valiente. Y estúpida, probablemente. Pero tampoco lo hice para Del color de la leche. Si investigo, eso controla mi pensamiento. De modo que simplemente invento cosas y cuando termino me aseguro de que estaba en lo cierto. Desde que comenzaste a publicar, las críticas han resaltado la belleza de tu prosa, pero al mismo tiempo hay algo de crueldad en ella. ¿Es un contraste sobre el que trabajas conscientemente? No, solo trato de ser leal a mí misma. Si estoy escribiendo sobre cosas duras, no voy a pretender que no lo son solo para hacer que la gente se sienta mejor. Prefiero decir la verdad. Es como escribir una obra musical: a veces quieres lograr sonidos graves, profundos, y otras quieres los agudos. Es un asunto muy musical para mí. Ya que mencionas la música, Zofía es una chelista; ahí hay otro con-

flicto, porque los músicos aman a sus instrumentos como si fueran sus hijos. Esa decisión fue para establecer un tono. El sonido del chelo tiene el tono correcto para la sensación que abarca al libro. No había pensado en eso, pero hay algo muy solemne y majestuoso en el chelo. Por otro lado, sí, el conflicto en cierto modo es entre el niño-chelo y el niño real. Atravesamos un momento en el que las mujeres en muchas regiones, especialmente de Latinoamérica, están luchando por el derecho al aborto legal. ¿Qué piensas de eso? Por supuesto que debería haber aborto legal. El aborto legal no está en la mesa de discusión para mí. No creo que la gente se dé cuenta de la difícil tarea que es tener un hijo. Es muy fácil para un padre embarazar a una mujer y marcharse, pero esto es algo que va a determinar el resto de la vida de la mujer y del niño. Lo que ocurre en el mundo es que hay hombres tomando decisiones sobre los cuerpos de las mujeres. Pero no es solo el cuerpo de una mujer, sino su vida entera. No existe el momento en el que te liberas de esa responsabilidad.

_


EN LIBRERÍAS

14 DE DICIEMBRE 2019

NARRATIVA, POESÍA, ENSAYO El colgajo

Drácula, el origen

-09-

A FUEGO LENTO

Una temporada en el infierno

Entre los rotos México, 2019

Philippe Lançon Anagrama España, 2019 443 páginas

Dacre Stoker y J. D. Barker Planeta México, 2019 565 páginas

Arthur Rimbaud Universidad Veracruzana México, 2019 133 páginas

Ganadora de más de un premio de altura, entre ellos el Femina, está novela nace de los atentados contra la plantilla editorial de la revista Charlie Hebdo en enero de 2015. Se presenta como memoria personal, como retrato de una temporada y defensa de una escritura sin manierismos. Así lo expresa el narrador: “Siempre me han irritado los escritores que dicen escribir cada frase como si fuera la última de su vida”. La transformación es el signo influyente.

Según la advertencia inicial, esta novela fue concebida a partir de los archivos de la familia Stoker, descendiente del creador de Drácula, y, en especial, de una serie de documentos inéditos. El protagonista es el propio Bram, quien en su niñez libró la muerte gracias a las artes misteriosas de su nana, desparecida sin dejar rastro. Han pasado quince años y Bram emprende su búsqueda al lado de su hermana para encontrarse en el camino con el mismo conde legendario.

En el prefacio a esta obra luminosa de la segunda mitad del siglo XIX, Paul Verlaine dice que la Musa de Arthur Rimbaud “se adapta a todos los tonos, pulsa todas las cuerdas del arpa, rasguea todas las de la guitarra y acaricia el rabel con un arco ágil, si le viene la real gana”. Se trata de una obra de juventud, compuesta por poemas en prosa, una obra marcada por la rebeldía y la clausura del pasado. La traducción es de José Luis Rivas y suena refrescante.

Viaje al fin de la Revolución

El primer hombre

Invndación Castálida

Patricio Fernández Debate México, 2019 409 páginas

James R. Hansen Debate México, 2019 582 páginas

Universidad del Claustro de Sor Juana Número 11 México, 2019 150 páginas

Cuba está viviendo un final de época marcado, entre otras cosas, por el restablecimiento de las relaciones con Estados Unidos, cierta apertura hacia el mundo y la muerte de los “barbudos”. Tomando el pulso de la vida cotidiana, registrando las palabras de una corte variopinta de autoridades, militares, artistas, periodistas, gente común, Fernández consigue un mural en el que se valoran los males y las bondades de la Revolución, ya muerta pero aún sin funerales.

Luego de largas jornadas de entrevistas, de recoger los testimonios de familiares y amigos, y consultar archivos personales, Hansen pudo trazar la biografía de Neil A. Armstrong, el primer hombre en poner un pie en la Luna. Inicia con el momento en que los tripulantes del Apolo XI regresan a la Tierra, y se esparce la sospecha sobre la veracidad de su misión, y de ahí se lanza a una reconstrucción que parte de la infancia y llega hasta los últimos años de vida. Satisface nuestra curiosidad.

En este número doble, por un lado se le rinde un homenaje al pintor puertorriqueño Antonio Martorell por sus 80 años con textos del artista, Moramay Herrera Kuri y Magali García Ramis, entre otros. Por otro, con el título de “Traducir la vida”, la revista “hace el elogio de un oficio poco reconocido, pero cuya influencia es insoslayable”. Selma Ancira, Juan Villoro, Juan José Reyes, Antonio Rivero Taravillo y Hernán Bravo Varela son algunos de los invitados.

Chantaje sentimental ROBERTO PLIEGO robertopliego61@gmail.com

U

na galería fotográfica conduce la trama de Entre los rotos (Literatura Random House), Premio Mauricio Achar 2019. De modo que somos invitados a ver mientras leemos una historia sobre la que pende una sombra de cardenales y heridas físicas e irremediablemente emocionales. ¿Qué muestran las fotografías invocadas por una narradora en la que reconocemos la culpa y sus dotes para la manipulación? Muestran instantes congelados de un pasado familiar como si fueran los únicos objetos sobrevivientes de un incendio. Ahí están los padres, el hermano menor y ella misma; en ocasiones, los abuelos maternos y algún desconocido. Parecen captar a individuos en cuyas poses no se adivina la desgracia. Aunque se instala en los terrenos pantanosos de la familia, Entre los rotos se concentra en la figura de ese hermano cuya personalidad se va conformando a medida que su hermana desarrolla el papel de narradora. Como tantos otros, ha sido víctima de un padre golpeador y una madre incapaz de confrontar la violencia. Su debilidad—la de su cuerpo y su voluntad— encuentra a su pesar una salida: el silencio voluntario. De esta manera, es posible aventurar que las palabras vertidas sobre el papel compensan, no sin rabia, esa renuncia. Hay algo más: si en el hermano reconocemos solo indefensión, en la hermana conviven la independencia y la arrogancia. Por eso leemos: “Aprendí a mentir no solo con palabras: con hechos. Mi existencia entera era una invención. Igual que los deportistas se retan a sí mismos un poco más cada día, yo me preguntaba: ¿cómo sostendré esta nueva mentira? Procedía entonces a construirle una arquitectura barroca, atiborrada de detalles suntuosos, innecesarios”. Encuentro en este cinismo el mérito indiscutible de Entre los rotos. Alaíde Ventura Medina pudo caer sin remedio en la trampa de la autocompasión a la que conducen las biografías en las que impera el machismo con rostro seductor. Abuso, maltrato, visitas al hospital, habladurías entre los vecinos, rostro oculto por unos lentes oscuros, la ley del más fuerte, son términos que la sociedad mexicana conoce de sobra y que en ocasiones reciben el aliento de las mismas víctimas. Esos términos abonan el suelo de donde proviene Entre los rotos. El mérito, insisto, de Alaíde Ventura Medina es que no ha elegido el melodrama sino el retrato minucioso de una chantajista sentimental.

_


-10-

PENSAMIENTO

14 DE DICIEMBRE 2019

FILOSOFÍA DE ALTAMAR

Tomar la plaza pública Raimund Herder habla de la vocación humanista de la editorial que dirige

H

ace poco más de diez años leí la edición bilingüe de El arte de ser feliz de Schopenhauer y los tres tomos de Eusebi Colomer de El pensamiento alemán de Kant a Heidegger, que me introdujeron a esa filosofía que marcaría desde entonces mis intereses más profundos. Esos fueron mis primeros libros, traducciones publicadas por Herder, a los que siguieron muchos otros, impecablemente traducidos, sobre todo de filósofos alemanes. En la reciente FIL de Guadalajara pude coincidir y platicar con Raimund Herder, director de la editorial española que lleva su apellido, con quien me une el amor por la filosofía alemana. Doctor en filosofía y editor, ¿a qué tipo de filosofía le apuestas, en qué forma de hacer filosofía crees? Vengo de una tradición clásica de la filosofía, estudié filosofía en Alemania. Los textos del siglo XVIII, XIX e inicios del XX, me fascinan. Estudié la fenomenología de Edmund Husserl, que creo que sigue siendo vigente y es la gran aportación a la filosofía del siglo XX, y sigue vigente. Sabemos que autores como Heidegger, Eugen Fink, o franceses como Sartre, Foucault, desarrollaron la fenomenología y la llevaron a un contexto sociohistórico concreto. Reconocer este pasado me parece importante porque marca el pensamiento actual. Sin embargo, creo que también ha llegado el momento en que la filosofía debe reinventarse. Volver a donde estaba antes, a la plaza pública, al ágora socrático. Aunque creo que la universidad es importante porque la universidad es el control de calidad, la filosofía no pertenece a la universidad, ni puede encerrarse en esa torre de marfil, pues corremos el riesgo de que entonces no salga. Se tiene que ser consciente de este peligro y salir de verdad a hacer un trabajo pedagógico, no como un trabajo de ideología, sino como una labor de llevar a los jóvenes, y a cualquier persona, al pensamiento. La filosofía enseña a pensar y criticar, y para mí esa es la condición más esencial en una democracia que funciona. ¿Un libro de filosofía puede ser un bestseller? La filosofía tiene al menos el potencial de venderse. Esto depende de cómo se presenta. Los libros muy académicos escritos para otros académicos venden muy poco. Pero tenemos autores que se dirigen a un público no acadé-

JULIETA LOMELÍ @julietabalver FOTOGRAFÍA WORDPRESS.COM

mico como Byung-Chul Han, un filósofo coreano que vive en Berlín y escribe en alemán. Su libro La sociedad del cansancio ha vendido alrededor de 35 mil ejemplares, muchos de ellos en México, así que lo considero un bestseller o un pequeño bestseller, porque es un autor que se lee y se compra mucho. Herder no es solo un sello editorial, es también un proyecto de divulgación del conocimiento en el ámbito especializado y entre el gran público. Más allá de los libros que publicamos —que son unas 70 novedades al año y la reimpresión constante de nuestro catálogo de alrededor de 1700 títulos vivos—, también tenemos el proyecto de Argumenta philosophica, la única revista académica de filosofía, que no pertenece a una universidad, en el mundo hispanohablante, la única independiente. En segundo lugar, tenemos tres portales, el primero es Encyclopaedia Herder. Nuestra editorial es quizá la editorial en castellano que más diccionarios temáticos en humanidades tiene. Para nosotros, sería una gran

Cada vez es más difícil exportar libros, y sufrimos muchísimo la piratería

pena que el fondo de estos diccionarios, que son trabajos maravillosos, se perdiera; por ejemplo, la Enciclopedia de obras de filosofía de Franco Volpi, o el Diccionario enciclopédico de sociología de Hillman. La idea de Encyclopaedia es crear un portal de consulta lexicográfica en filosofía, sociología, teología y los campos que estamos trabajando. Otro es un portal de reseñas que está a punto de salir, en el cual se recuperan las reseñas que se han publicado en múltiples espacios sobre nuestros libros, con la idea de mantener viva esta información que siempre es muy útil. Y el tercer proyecto que nació hace año y medio es Filosofía & Co. (https://www.filco.es/), un portal de noticias y contenidos alrededor de la filosofía. Es un portal que busca tener un nivel divulgativo, que se dirige a lectores y lectoras interesados en la filosofía, no necesariamente provenientes de la academia. Y con grata sorpresa hemos confirmado que la filosofía interesa mucho. Las cifras aprueban el éxito de este portal, ya que tenemos alrededor de 400 mil visitas por mes a Filosofía & Co. ¿Qué piensas de la lectura de la filosofía en Latinoamérica? ¿Es suficiente o se lee poco? El mercado latinoamericano es muy

complicado. Si hace 30 años vendíamos dos tercios de los libros en Latinoamérica y un tercio en España, hoy es casi al revés, ¡lo cual es absurdo! porque España es un país muy pequeño si lo comparas con el enorme mercado de Latinoamérica. Cada vez es más difícil exportar libros, y sufrimos muchísimo la piratería aunada a las crisis de las universidades en los presupuestos para la compra en bibliotecas. La buena noticia es que nos seguimos manteniendo y publicando libros con éxito, a pesar del entorno, un poco complicado. Más allá de lo editorial y de la divulgación del conocimiento, ¿qué otro valor humanista motiva a Herder? Nuestra labor la guía el muy antiguo valor del fundador de la editorial, Bartolomeo Herder, quien desde 1801 consideraba que el libro es el medio a través del cual se pueden cambiar o mejorar las sociedades. Antes de la Ilustración, los libros llegaban a muy pocos miembros de la sociedad, eran leídos por una clase muy alta o culta, y nadie más participaba. Con la Ilustración, y sobre todo con la Revolución francesa, nació la intención de que el conocimiento y la educación deberían estar al alcance de todos, y la herramienta para ello eran los libros. Creo en ello y así quiero entender mi trabajo.

_


-11-

ESCENARIOS

14 DE DICIEMBRE 2019

DANZA

DOBLE FILO

Juan Carlos Laguna arrulla a los bebés FERNANDO FIGUEROA

G Los bailarines Mari Carmen Victoria y Germán Pizarro.

El Zapata de Guillermo Arriaga

E

ARGELIA GUERRERO makarova81@yahoo.com.mx FOTOGRAFÍA JORGE IZQUIERDO

n días recientes ha surgido una acalorada polémica en torno a la imagen de Emiliano Zapata. La exhibición de un cuadro en el Museo del Palacio de Bellas Artes mostrando al general sobre un caballo, posando en tacones y con un sombrero rosa, ha desatado un sinnúmero de reacciones diversas entre las que reconocemos el retrato de una sociedad tremendamente polarizada, diversa y confrontada, no desde el diálogo, sino desde la violencia. La figura de Zapata, así como su historia e ideario, han puesto sobre la mesa no solo una infinidad de interpretaciones, sino que a través de la polémica generada podemos observar y reflexionar sobre una sociedad intolerante, clasista, racista, homófoba y poco o nada dispuesta a la escucha sobre la diversidad de ideas que la constituyen. Pensé en la versión coreográfica que Guillermo Arriaga creó sobre la figura del Caudillo del Sur. La noche del 10 de agosto de 1953 se estrenó Zapata en el teatro Nacional Studio de Bucarest, con Rocío Sagaón encarnando a la Madre Tierra y al mismo Guillermo Arriaga en el rol de Zapata. El coreógrafo mexicano llevaba mucho tiempo pensando en la posibilidad de coreografiar la vida y lucha del caudillo, inspirado por la influencia de su bisabuelo Ponciano Arriaga, quien le compartió el ideario de Zapata y el Ejército Libertador del Sur.

En una primera etapa pensó en una obra épica cuya idea original incluía caballos, rifles, tiros, sombreros y bigotes. Sin embargo, con el cambio de régimen, este y otros proyectos se vinieron abajo. Arriaga debió revisar toda la naturaleza de la obra y hubo que echar mano de la creatividad para modificar los recursos coreográficos y mantener la idea de transmitir la esencia e ideario de Zapata. Así realizó la danza con dos elementos: la Tierra y el Campesino, de los que se pueden desprender distintas dicotomías con momentos profundos de comunión: El Hombre y la Mujer, La Madre y el Hijo, La Tierra y la Humanidad. Un primer recurso escénico fue el de las cananas que en un momento climático de la pieza coloca la madre al campesino para exponer la decisión del caudillo de comenzar la lucha por la tierra para quien la trabaja, la consigna que aún hoy reivindica la lucha agraria. El segundo recurso fue el de las cadenas que mantienen atada a la tierra y de las que el campesino libera con su lucha, con su danza. La generosidad de Clara Rodríguez del Campo, esposa de José Pablo Moncayo, y del propio Moncayo,

La partitura tiene una gama de matices que Arriaga empató con los movimientos de sus bailarines

también facilitaron que la pieza Tierra de temporal fuera la idónea para crear la coreografía, pues tampoco hubo presupuesto para una partitura hecha para la obra. La partitura tiene una gama de matices que Arriaga empató con los movimientos de sus bailarines y que confieren a toda la obra momentos de profunda ternura, amor por la tierra y comunión con ella; por otro lado, también nos lleva a momentos de éxtasis en los que es la propia madre la que prepara al campesino para la batalla y éste se asume como seguidor de un ideario. Guillermo Arriaga contó a la periodista Adriana Malvido: “La obra no tiene grandes problemas de tipo técnico, solo hay tres o cuatro momentos difíciles, pero no es una obra virtuosa en el sentido del ballet clásico. El secreto es la modulación y los matices. Tienes que crecer, que dar un grito de repente y después un sollozo, tienes que dar una ternura especialísima frente a una patada tremenda; es una gama cromática de sentimiento más que de movimiento”. Inspirada en la pintura La Piedad de Pedro Coronel, la imagen de la Madre-Tierra que sostiene a Zapata asesinado es de un profundo dramatismo al que es difícil mantenerse indiferente. El trabajo del maestro Arriaga lleva del parto de la Madre a la conversión del Caudillo y la vuelta a los brazos de la Tierra que lo sostiene muerto, pero cuyo desenlace no es la resignación, sino la sentencia “¡Zapata vive!”

_

anador en 1991 del Concurso Internacional de Guitarra de Tokio, Juan Carlos Laguna lanza el álbum Babies’ Songs (Tempus Clásico, 2019), con canciones de cuna del compositor japonés Hirokazu Sato. Laguna recibió la medalla Gabino Barreda luego de estudiar en la Escuela Nacional de Música de la UNAM, hoy Facultad, donde imparte clases desde hace tres décadas. Pertenece a los Concertistas de Bellas Artes y se dio tiempo para jugar ping-pong con Laberinto. ¿Qué reacción tuvieron sus pequeños hijos, Martina y Mateo, al oír las canciones de Hirokazu Sato? De felicidad. Hirokazu Sato en dos palabras. Amistad profunda. Tōru Takemitzu en tres palabras. Poeta del silencio. Su recuerdo musical más antiguo. Un disco con Pedro y el lobo, de Prokófiev, que me regaló mi papá. Su primera serenata. Nunca he dado una, se la debo a mi esposa. ¿La guitarra es buena Celestina? Por supuesto. ¿Jimi Hendrix o Chamín Correa? Jimi Hendrix. ¿Qué se siente tocar con la Sinfónica de Londres? Responsabilidad, temor, motivación. La Sala Neza en dos palabras. Una meta. ¿Qué provoca la música? Te desnuda. El más grande compositor. Muchos. Bach es uno de ellos. Compositor mexicano favorito. Manuel María Ponce. Una composición de él. El segundo movimiento de la Sonata número 3. Un día que haya llorado al tocar. En el velorio de mi padre. ¿Es casualidad que la guitarra tenga forma de mujer? No lo sé, pero curiosamente hay pocas mujeres guitarristas. Al menos en México. ¿Qué sintió al ganar el 34 Concurso Internacional de Guitarra de Tokio? Muchísima alegría porque no lo esperaba. Una composición que le hubiera gustado crear. Cualquier miniatura de Bach. ¿Ya chale con el Concierto de Aranjuez? ¡Nooo! Es bellísimo. ¿Cuál es la página en blanco de los músicos? El silencio. Su peor lesión. Una distonía en la mano derecha. El mejor guitarrista que ha escuchado en vivo. Iván Rijos. ¿Nunca empeñó una guitarra? No, pero un día platiqué con un desconocido en el Metro que iba a empeñar la suya. Su mejor guitarra. La primera que fue realmente mía, de Paracho. Un compositor vivo mexicano. Arturo Márquez. ¿Tiene manos de guitarrista? Tengo mejores uñas, muy resistentes.

_


LABERINTO

DIRECCIÓN: JOSÉ LUIS MARTÍNEZ S. EDICIÓN: ROBERTO PLIEGO EDICIÓN WEB: ÁNGEL SOTO ARTE Y DISEÑO: SALVADOR VÁZQUEZ

14 DE DICIEMBRE 2019

http:// www.milenio.com/cultura/laberinto/Facebook: Laberinto Milenio/Twitter:@SCLaberinto/Instagram: milenio_laberinto

TOSCANADAS

Comezón DAVID TOSCANA dtoscana@gmail.com

A

buena parte del mundo le gusta atacar las artes porque nada saben de artes, y entonces les ofende la existencia de un mundo que pertenece exclusivamente a una élite espiritual. Sin embargo, las artes no pretenden ser elitistas, simplemente buscan ser una manifestación del alma humana y ¿qué culpa tienen los artistas vivos o muertos de que el grueso de los seres humanoshayaperdidoelalma?Porsuparte, los que viven desterrados de ese mundo delasartes,envezdetratardeaccederaél, justificansurusticidady,sinhabersedejado tocar por la poesía de Paz, Darío, Quevedo, Huidobro o Sor Juana, acaban por pensar que los reguetoneros hacen versos; aprecian el sonsonete del pop, mientras juzgan que Stravinski hace ruido. Si les dan oportunidad, se lanzan contra una obra pictórica para que la descuelguen de un museo que ni siquiera piensan visitar. Del comedor de Cambridge acaban de quitar un cuadro

EL MERCADO DE LAS AVES

La naturaleza muerta de Frans Snyders fue descolgada de la Universidad de Cambridge.

del siglo XVII porque mostraba animales muertos y los veganos perdían el hambre; atacan la pintura de Gauguin porque estuvo con muchachas en un mundo donde bastaba ser núbil para ser mujer; condenan la obra de Balthus porque una niña muestra los calzones. Y los casos se suman. La literatura no está exenta de ataques, pero sufre menos porque no basta un tuit para enfangarla; se puede enfangar al autor, pero no la obra. Ahora muchos internautas se han pronunciado contra un retrato que muestra a Zapata con sombrero rosa, ya que es una imagen muy obvia y basta un segundo para descubrir de qué se trata; pero la valiosa novela de Pedro Ángel Palou que menciona el amor de hombre del caudillo no causa la misma reacción, pues para eso hace falta leer, cosa que no está al alcance de los enjambres. Los mismos que protestan por la existencia de becas para artistas suelen ser los que pillan cuando no hay

becas para deportistas de élite; y claro, también rezongarían si el apoyo a deportistas no tuviese como norma la calidad, sino un torcido criterio democrático: “Apoyamos a este muchacho gordo, lento y torpe porque no vive en la Condesa”. Pero el hecho de que cualquiera entienda un gol y pocos comprendan un poema no quita que la poesía sea más relevante que el futbol. Algo similar pasa con la inteligencia, que es lo más elitista en el ser humano. Las personas de buena cabeza suelen admirar a los intelectuales, aprender de ellos, dialogar y asentir o disentir; mientras que los de vacuo cerebro prefieren insultarlos con cinco faltas de ortografía por línea. Que pasen estas cosas, ya es normal desde hace años. Lo que veo con inquietud es que ahora buena parte de las embestidas al arte vienen desde los propios artistas, críticos e intelectuales que han hecho suyas las comezones de esa masa que antes no pintaba nada.

_

CAFÉ MADRID

Que no se borre el exilio

C

uando la silueta del buque se impuso en el horizonte, el gentío que estaba en el Puerto de Veracruz estalló en aplausos y vítores. A bordo del Sinaia venían 1599 exiliados de la República española, tan desgarrados como esperanzados. Habían salido hacía 18 días de la costa sur de Francia, después de haber huido de la represión nacionalista encabezada por el general Franco. Eran los primeros de un total de 25 mil que el gobierno mexicano acogería entre 1939 y 1942. Así que aquella mañana, en el soleado puerto jarocho, descendían del barco escritores, ingenieros, médicos, arquitectos, maestros, químicos, carpinteros y campesinos… y se quedaban atónitos al ver el cálido recibimiento, lleno de banderas tricolor y enormes pancartas con frases como “¡El Sindicato de Tortilleras le da la más cordial de las bienvenidas a nuestros hermanos españoles!” “¡Si es que México es la leche! Aquí hasta las lesbianas están bien organizadas”, dijo algún recién llegado, antes de enterarse de las diferencias lingüísticas entre el español de México y España. Han pasado 80 años desde entonces y durante estos días, antes de que se acabe este 2019, el gobierno español conmemora el aniversario con varios actos y exposiciones. En la Biblioteca Nacional se exhibe El exilio republicano de 1939, ochenta años después y en La Arquería de Nuevos Ministerios, 1939: exilio republicano español. Ambas muestras, repletas de fotografías, cartas y objetos, representan la nostalgia, el dolor y la desesperanza por la ruptura con el país de origen, pero también la continuidad y la necesidad de mantener la cultura y el legado de la República

VÍCTOR NÚÑEZ JAIME periodismovictor@yahoo.com.mx FOTOGRAFÍA INAH

que terminaron por acoger países como México, Chile y Argentina. En general, para un mexicano el tema siempre ha estado presente, pero resulta que en España no tanto y por eso estas dos exposiciones en Madrid no son reiterativas y sí un acontecimiento cultural necesario. Para que quede más claro: el exilio de 1939 apenas se menciona en los planes de estudio de la educación básica. Macu

El exilio de 1939 apenas se menciona en la matrícula de educación básica en España

Tejera Osuna, que durante años ha sido guionista de series de televisión, ha escrito una novela para contribuir a difundir esa parte histórica del siglo XX. Se llama Me llevo la canción (Plaza & Janés) y surgió, me cuenta, de la “necesidad de redescubrir un tema que fue enterrado durante la dictadura y relegado en la democracia. Por eso en España se desconoce mucho el exilio español en México. Lo ignora mucha gente de mi generación y sobre todo los jóvenes. Y, además, hay muy pocos libros al respecto”. Recuerdo que hace unos años, un amigo me presentó a su abuela. “Víctor es de México”, le especificó, y el rostro de la mujer cambió enseguida: “¡Ah, ahí se iban antes los rojos!”, dijo,

El presidente Lázaro Cárdenas y algunos de los niños españoles que llegaron a México.

y se metió en su cocina para no salir más. Yo puse cara de circunstancias y no supe qué decir o qué hacer. Luego pensé, sin embargo, que a pesar de algún prejuicio casposo, aquel éxodo también formaba parte de la cotidianidad de los españoles. Poco a poco, es verdad, me he ido dando cuenta de que no es así. “Aquí se ha tocado muchas veces, y desde distintas ópticas, el tema de la Guerra Civil. Pero no el del exilio, sobre todo el exilio en México, un país al que llegaron muchos de los mejores creadores españoles. Y me parece que es un tema muy literario, como Jordi Soler lo ha demostrado”, subraya Macu Tejera. En su novela (cuyo título ha sido tomado de unos versos de León Felipe: “¿Y cómo vas a recoger el trigo/ y a alimentar el fuego/ si yo me llevo la canción?”), el exilio es retratado como una experiencia colectiva. Hay varios personajes con tramas propias y desavenencias entre los grupos de exiliados que se formaron en México (“cada uno había hecho la guerra a su manera”), pero la solidaridad y la esperanza prevalecen entre canciones que acarician el corazón y lo arañan al mismo tiempo. “Las canciones en la memoria fueron lo único que muchos pudieron llevarse. En el libro, la música representa la tierra perdida. Lázaro Cárdenas siempre dijo que México se había beneficiado del exilio español porque llegaron muchos creadores. Pero también ganaron los republicanos. Porque salieron del infierno y llegaron a México y fueron recibidos de manera estupenda. Ambos países ganaron pero, sobre todo, se unieron más que nunca”, dice la escritora que aboga, cómo no, para que el tema del exilio español no se borre.

_


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.