Revista Fuete y Verguilla Vol. 14 #1 abril 2020

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Volumen 14, Número 1

Fuete y Verguilla abril 2020

Programa de Colegio Sea Grant y el Centro Interdisciplinario de Estudios del Litoral (CIEL) de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Mayagüez

Puerto Rico: Una sacudida inesperada


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Tiembla el suroeste Por Jannette Ramos García

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a pesadilla comenzó a finales de diciembre de 2019. Fueron varias noches en las que nos levantamos con el sobresalto de que la cama se había movido o las tardes en las que sentimos cómo temblaban nuestras casas y pertenencias. La primera vez pensé que lo había soñado. Total, en Puerto Rico si tiembla no lo sentimos, me dije. Tal vez, ustedes igual que yo, esa primera vez, regresamos al a la cama y continuamos durmiendo con la certeza de que nada pasaría. Sin embargo, muchas personas, a raíz de esos primeros movimientos, prepararon sus bultos de emergencia tal y como lo sugiere la Red Sísmica de la UPR- Mayagüez y otras autoridades vinculadas al manejo de emergencias y desastres. Las colocaron cerca de las puertas de salida por si acaso ocurría algo. En nuestro hogar, así lo hicimos. Eran pasadas las 4:00 de la madrugada del 7 de enero de 2020, cuando un fuerte terremoto estremeció Puerto Rico. Aunque el mismo fue en la zona suroeste, hubo gente que lo sintió en la zona metropolitana y hasta en Humacao. Muchas personas salieron de sus hogares huyendo despavoridas al ver que las mismas se desplomaban o se agrietaban. Así las cosas, comenzaron a asentarse en las canchas, en campos abiertos y en parques en los pueblos de Guayanilla, Guánica, Yauco, Peñuelas y Ponce que fueron los pueblos más afectados. De forma similar, mucha gente en la montaña dejó sus hogares y optaron por

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iV sta aérea de la Parroquia Católica Inmaculada Concepción en Guayanilla, la cual sufrió daños luego del terremoto.

acampar o refugiarse en espacios abiertos por miedo a que sus viviendas colapsaran. A raíz de esta situación, el pueblo de Puerto Rico, que puede ser muy solidario, se volcó en ayudas para las personas afectadas. Llegaban en caravanas, llegaron hasta de Vieques con camiones cargados de víveres, ropa, artículos de higiene y efectos de primera necesidad. Un grupo que se vio afectado directamente fue el de los pescadores. En las redes sociales, cada día, expresaban lo que habían vivido. Desde Guánica, Guayanilla, Peñuelas, Cabo Rojo, muchos buzos contaban lo que sentían cuando ocurría un temblor y ellos se encontraban bajo el agua. Con dos de ellos, hablé directamente. Andrés Maldonado, pescador carruchero de Cabo Rojo, me contó cómo habían sido sus experiencias al sentir los movimientos telúricos bajo el agua. Su impresión era que lo primero que escuchaba era un sonido nada agradable y luego sentía que las ondas atravesaban su cuerpo. Lo mismo expresó Jorge W. Vargas García, pescador de Guánica. Jorge vive en una casa en el sector Guaypao de Guánica, uno de los municipios más afectados. Su casa sufrió grietas, pero no lo suficiente para hacerla insegura para vivir. Al igual que Andrés, Jorge sintió las vibraciones bajo el agua y llegó a sentir malestar físico al subir a la superficie. Afortunadamente, ninguno de los dos sufrió daños mayores y continúan pescando. 3


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Tiembla bajo el mar: Pescadores de Playa Santa enfrentan las secuelas de los terremotos de Guánica Por René F. Esteves Amador

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l huracán María dejó a muchos de nuestros pescadores sin yolas, nasas, muelles, rampas y/o villas pesqueras para almacenar y distribuir su pesca. Sin embargo, para la Asociación de Pescadores Barrio Salinas Providencia (Playa Santa) la peor pesadilla llegó dos años más tarde y no la trajo el viento.

Andrés Maldonado, pescador carruchero, muestra un pez león en el sector La Playa en Guánica. Jorge Vargas García, pescador del sector Guaypao en Guánica.

Liderados por Jorge “Georgie” González (Presidente de la Villa) y ubicados en la conocida Playa Santa de Guánica, este grupo de pescadores pudo rápidamente retomar la pesca luego del huracán María gracias en gran parte a que la costa suroeste de Puerto Rico fue de los lugares menos afectados por los vientos y el oleaje del 20 de septiembre de 2017. Motivados por su buen destino y dispuestos a mejorar su calidad de vida, los miembros de esta asociación se enfocaron en la solicitud de ayudas disponibles, mejorar el mercadeo del producto y en la diversificación de fuentes de ingreso, atendiendo a grupos de jóvenes y turistas interesados en el recurso pesquero1

Sin embargo, al cabo del 7 de enero de 2020, las zonas sur y suroeste sufrieron una merma en la pesca. Primero, porque muchos restaurantes cerraron temporalmente ante la incertidumbre de lo que estaba ocurriendo. Por lo tanto, muchos pescadores no tenían a quién venderle. De igual forma, ante las circunstancias, muchos pescadores redujeron su actividad pesquera durante los primeros días luego de los terremotos. Asimismo, hubo restaurantes que permanecieron abiertos, pero si temblaba, sus comensales se iban, muchas veces sin siquiera terminar la comida. Los terremotos tuvieron un fuerte impacto económico sobre el suroeste de Puerto Rico y habiendo pasado solo dos años del huracán María, el impacto se sintió aún más. Cabe señalar que además del impacto económico que sufrieron, sus vidas se vieron afectadas ya que muchos tuvieron que dejar sus hogares para mudarse a distintos campamentos, refugios o a residencias de otros familiares. El Programa Sea Grant, a través de su director asociado, doctor René Estéves, visitó la Villa Pesquera de Playa Santa en Guánica, la Pescadería en Ensenada y Santo Cristo de la Salud en Peñuelas. No solo llevaron apoyo, sino que se visitaron para conocer de cerca sus necesidades y vicisitudes. En este número de Fuete y Verguilla, René nos presenta cómo fueron los infortunios de los pescadores, pero a su vez, cómo tiraron pa’lante y han dado cátedra de resiliencia. Aprenderán también, a través de los conocimientos en geología de la educadora Doris J. Rivera Santiago, sobre cómo se forman los terremotos y por qué tiembla tanto en la zona suroeste de nuestra Isla.

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Representantes del Programa Sea Grant visitaron pescadores en la Villa Pesquera Santo Cristo de la Salud, Peñuelas.

Parte de esta iniciativa se logró gracias a una colaboración entre los pescadores, el Programa Sea Grant y el Servicio de Extensión Agrícola (SEA). Del SEA, resaltamos el apoyo la doctora Alexandra Gregory Crespo en estos esfuerzos. 1

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Con los niños apenas estrenando los regalos de nuestra tradicional Fiesta de Reyes, la tierra se estremeció fuertemente y antes de que saliera el sol del próximo día ocurrió el terremoto de mayor magnitud en afectar a Puerto Rico en más de un siglo. Minutos más tarde en la oscuridad total a causa del apagón general, sonaron las sirenas alertando la posibilidad de un maremoto. Despavoridos, los miembros de las comunidades costeras del área suroeste de Puerto Rico buscaron tierra alta dejando todo atrás. La ola gigante nunca llegó, pero el susto y el terror vivido arropó la conciencia de jóvenes y viejos al punto que nadie quiere relatar su experiencia durante ese momento.

Pescadería en Playa Santa, Guánica.

Pescadería en El Malecón, Guánica.

Todo parecía que iba camino a mejorar hasta que para finales de diciembre de 2019, los buzos del área comenzaron a regresar a tierra más temprano de lo usual y hablando de unas explosiones subacuáticas que los estremecían cuando pescaban. En tierra, ya se sentían unos temblorcitos que aumentaban en frecuencia. Aún así, pocas personas imaginaban que podía ocurrir algo mucho más fuerte. Puerto Rico no había sufrido un terremoto fuerte desde 1918; habían pasado más de 100 años. No obstante, visitantes extranjeros que ya habían vivido terremotos en sus países, comenzaron a sospechar. Entre estos, estaban los familiares de una amiga que visitaban Puerto Rico desde Guatemala y quienes reconocieron las señales de lo que se avecinaba y se fueron de inmediato del área de Guánica porque ya habían vivido algo similar en su tierra natal. Sin embargo, ninguno de los locales tenía este tipo de experiencia y titubeaban entre cómo reaccionar ante algo tan distinto e impredecible a los ya acostumbrados ciclones atmosféricos, mientras aplicaban el creativo humor boricua a la hora preparar la dichosa mochila de emergencia.

Ejemplo de coral afectado por los temblores (Foto tomada de https://es-us. noticias.yahoo.com/pandemia-frena-rescate-arrecifes-asolados-202600219.html).

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El pueblo de Guánica se llenó de campamentos comunitarios por todas partes. Ejemplo de uno de los muchos campamentos fue el llamado “Pipote”. Subiendo por la Calle Magueyes, en el camino desde Playa Santa hacia Ensenada, en el tope de la loma donde está un tanque de agua de la AAA, montaron campamento los miembros de la Asociación de Pescadores Barrio Salinas Providencia, sus familias y muchas otras familias que desde el comienzo de los temblores habían identificado esa montaña como un lugar seguro para refugiarse. Muchos lo perdieron todo y los que pudieron, enviaron a sus hijos e hijas con familiares que viven fuera de Puerto Rico. Ninguno quiso mudarse a las facilidades provistas por el gobierno para así permanecer con el ojo al pillo que les robaría las pertenencias remanentes entre los escombros o bajo techos inestables. También expresaron que les faltaba confianza en los funcionarios de gobierno y no querían que su desventura sirviera de plataforma mediática para sus aspiraciones políticas.

Ejemplo de uno de los muchos campamentos comunitarios.

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Puerto Rico: Una sacudida inesperada Por Doris J. Rivera Santiago El comienzo del año 2020 será siempre inolvidable para los puertorriqueños y puertorriqueñas. El 7 de enero nos sacudió un terremoto de magnitud de 6.4M, situación que no había sido experimentada por la generación actual. Aunque vivimos en una zona propensa a actividad sísmica, el último terremoto fuerte había sido el Terremoto de San Fermín, ocurrido el 11 de octubre de 1918. Pasaron más de 100 años entre este evento y el terremoto del 7 de enero de 2020. El terremoto del 7 de enero de 2020 no ocurrió como un hecho aislado; es decir, no es que todo estaba quieto y de pronto, vino un solo terremoto fuerte. Es importante que conozcamos que la secuencia sísmica comenzó el 28 de diciembre de 2019, cuando ocurrieron los primeros movimientos telúricos en la zona del Suroeste de Puerto Rico. Estos movimientos ocurrieron específicamente en tres fallas: la Falla del Valle de Lajas, la Falla de Punta Montalva y la Falla del Cañón de Guayanilla (Figura 1). Temprano en la mañana del 6 de enero de 2020 (Día de Reyes), un terremoto de 5.8M nos puso en alerta. No pasaron ni siquiera 24 horas, cuando otros dos sismos mayores—6.4M y 6.0M—nos sorprendieron y nos sacaron de la cama asustados. Muchas personas perdieron parcial o totalmente sus casas y pertenencias, y su vida les cambió muchísimo a raíz de estos eventos. A pesar de que ocurrieron movimientos de tierra durante varios días corridos, nadie esperaba la fuerza y las consecuencias de lo que vivimos en enero. Vista aérea de un campamento erigido en Guánica.

Según la ciencia, los terremotos en Guánica están asociados a la recién identificada Falla de Punta Montalva y la Villa Pesquera en Playa Santa está ubicada justo encima de esta. Bajo el mar, muchos arrecifes se derrumbaron, disminuyendo la complejidad estructural necesaria para albergar peces y eliminando puntos de referencia utilizados por los buzos. Ambos cambios hacen más difícil el arte de pescar con arpón y lazo. Todos los negocios locales cerraron, obligando a los pescadores a viajar más lejos y perder más tiempo en busca de gasolina para sus yolas, compresor para llenar los tanques de buceo y negocios para vender la pesca. Peor aún que el impacto negativo en las ganancias de este grupo de pescadores, es la naturaleza incierta, desconocida y persistente de la secuencia de terremotos de la Falla de Punta Montalva y los efectos que esto tiene en la salud mental de todas las personas. Hay eventos que no se olvidan, trastocan la vida de los seres humanos y que traspasan generaciones. La bisabuela de mi esposa vivió el maremoto del 1918 en Mayagüez y tres generaciones más tarde mis hijos escuchan a su mamá (mi esposa) querer mudarse cada vez que aparece una grieta en la casa. ¿Cómo recordarán los nietos de los pescadores a la nueva villana de Playa Santa: La Falla de Punta Montalva?

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Figura 1. Mapa de actividad sísmica en el área suroeste de Puerto Rico desde diciembre 2019 hasta enero 2020 (Imagen de USGS/dominio público). A mayor tamaño del círculo, mayor la magnitud de los terremotos.

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Para entender mejor qué sucede durante estos y otros eventos sísmicos, es importante conocer varios conceptos usados en la geología, que es la rama que estudia los procesos que ocurren en el planeta Tierra. Nuestro planeta está dividido en muchas placas tectónicas, similares a un rompecabezas, que se mueven de diferentes formas: chocando, separándose o rozando. El archipiélago puertorriqueño se encuentra localizado en el área de la Placa del Caribe, rodeado de varias placas mayores como las de Norteamérica, Suramérica, Cocos y Nazca (Figura 2).

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quiere decir que en Puerto Rico no estamos exentos de que ocurra un terremoto de mayor magnitud en algún momento. La incertidumbre es la orden del día ya que la predicción de sismos es algo que no se puede realizar. Es por ello que nos toca mantenernos instruidos e informados con las agencias pertinentes como por ejemplo, la Red Sísmica de Puerto Rico, ubicada en la Universidad de Puerto Rico, Recinto Universitario de Mayagüez. A través de las páginas de estas agencias, podemos encontrar información educativa sobre los terremotos y qué preparativos y acciones se deben realizar antes, durante y después de algún movimiento telúrico. ¿Cómo los pescadores se pueden ver afectados por estos eventos? Los cambios en la costa y en las mareas, entre otros, son aspectos que debemos tomar en cuenta al sentir un temblor. Muchos pescadores reportaron escuchar explosiones, ruidos similares a un tren, y cadenas moviéndose y retumbando bajo el agua. Esos sonidos provienen del roce de las rocas y la onda sísmica pasando por la zona. Aunque no existe mucha información científica acerca de cómo los organismos que habitan en zonas sísmicas se ven afectados por los terremotos, podemos inferir que los terremotos pueden provocar que los organismos se muevan de unos espacios a otros luego de eventos de grandes magnitudes. De igual manera, ocurre con los seres humanos. Sismos de gran magnitud, pueden provocar la pérdida de estructuras, limitar las actividades laborales y económicas, y eventualmente, hasta causar que las personas se muden y cambien sus estilos de vida. A pesar de que no podemos predecir los terremotos, estar conscientes de que estos pueden seguir ocurriendo y de sus posibles consecuencias, nos ayuda a entender mejor nuestro entorno y adaptarnos. El cambio y los movimientos de tierra son inevitables, pero los seres humanos podemos ser proactivos, estar preparados en la medida en que se pueda, y mantenernos vigilantes a lo que ocurre a nuestro alrededor.

Figura 2. Mapa que muestra la Placa del Caribe y las que la rodean (Imagen de: https://geolpr.files.wordpress.com/2018/06/placa-del-caribe.jpg?w=768)

Estas se mueven constantemente, ocasionando cambios en las rocas donde se encuentran; es decir, cuando las placas tectónicas se deslizan una con la otra estas se aprietan, en ellas se acumula mucho estrés hasta que ya no aguantan más presión, lo que eventualmente causa el sismo. Los terremotos son una sacudida repentina del suelo que es provocada por movimientos de rocas. Esto nos recuerda cuán vivo está nuestro planeta, ya que está en constante movimiento y es algo que no podemos controlar. En nuestra zona existen una gran cantidad de rupturas activas que se encuentran ya sea, en el fondo del mar, como en la superficie de la Isla. La falla que se encuentra actualmente activa en la superficie terrestre de Puerto Rico es la falla del Valle de Lajas. Esta fue la causante de los terremotos ocurridos a principios del 2020. Esto 10

M – Es el símbolo que se usa cuando queremos hablar de magnitud. Ya no se usa Richter. movimiento telúrico – Es un sinónimo para terremoto o sismo. onda sísmica – Ondas creadas por los terremotos. placas tectónicas – Son porciones de la litósfera (capa superficial sólida) que se ubican y se mueven debajo de la superficie o de la corteza terrestre del planeta Tierra.

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Créditos Dirección Ruperto Chaparro Serrano René F. Esteves Amador Redacción Jannette Ramos García René F. Esteves Armador Doris J. Rivera Santiago

La misión de Sea Grant consiste en promover la conservación y el uso sustentable de los recursos y los ecosistemas marinos y costeros. Para alcanzar su misión, el programa cuenta con proyectos de investigación, de educación y de extensión marina.

Edición Cristina D. Olán Martínez Revisión Ruperto Chaparro Serrano Cristina D. Olán Martínez René F. Esteves Armador Jannette Ramos García Coordinación Jannette Ramos García Diagramación y diseño gráfico Cynthia L. Gotay Colón Fotografías Terry Chevako Bava Efra Figueroa Cristina D. Olán Martínez Jorge W. García Impresión Imprenta del Programa Sea Grant Puerto Rico

Contacto Teléfono: (787) 832-8045 Fax: (787) 265-2880 Correo electrónico: seagrant@uprm.edu comepezleon@gmail.com

El Centro Interdisciplinario de Estudios del Litoral (CIEL) es un centro de investigación adscrito al Departamento de Ciencias Sociales, de la Facultad de Artes y Ciencias del Recinto Universitario de Mayagüez. A partir del estudio interdisciplinario y de la investigación aplicada, CIEL investiga, educa y disemina información acerca de procesos sociales costeros con énfasis en la relación entre el ser humano, la sociedad y el medioambiente. https://cieluprm.weebly.com


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