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Las Salinas de Cabo Rojo: Un espacio único en El Caribe

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Visión

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Por Cristina D. Olán Martínez

Imaginar una comida sin sal es casi imposible. Durante milenios, la sal ha sido uno de los productos más preciados en el mundo por sus múltiples usos agrícolas, farmacológicos y gastronómicos. Ha sido usada como moneda, vinculando a los seres humanos unos con los otros ya sea porque se ha ofrecido como pago por un trabajo, porque forma parte del trueque de bienes o por haber sido pieza fundamental en el contrabando.

La sal sigue siendo un mineral intensamente extraído alrededor del Planeta. Según el portal electrónico Statista, tan solo en 2019, la producción mundial de sal alcanzó las 283 toneladas métricas. Y a pesar de que Puerto Rico no se sitúa como un país líder en la producción de sal, sí es sumamente importante señalar que es custodio de Las Salinas de Cabo Rojo, un lugar de alto valor histórico, social, cultural y ecológico.

Las Salinas de Cabo Rojo están ubicadas al suroeste de Puerto Rico y constituyen la primera industria de extracción de sal documentada en el Continente Americano. Los documentos oficiales ubican el comienzo de esta industria en la fecha del 25 de julio de 1511, momento en que la Corona Española autorizó la explotación industrial salinera. Y aunque ya los taínos la recogían para distintos usos, es desde este punto en adelante donde se registran datos de la extracción para propósitos industriales y todo un andamiaje económico y social que giraba alrededor de la sal.

Las Salinas de Cabo Rojo fueron lugar de conflicto entre diversas potencias europeas (franceses, ingleses y holandeses) que buscaron tener el control de este recurso. A nivel local, también surgieron enfrentamientos por el control de la sal. Ejemplo de ello es el combate entre vecinos de Aguada y salineros de Cabo Rojo en 1769. De ahí que a los caborrojeños se les conozca como “mata con hacha” y la playa donde ocurrió el enfrentamiento se llame El Combate.

Con el transcurso de los siglos, diversas familias fueron adquiriendo el control del recurso y la administración de los procesos de extracción de sal. Sin embargo, las condiciones de los obreros de la sal, por mucho tiempo, fueron paupérrimas. Estas pobres condiciones laborales, caracterizadas por la sobreexplotación de los trabajadores, fueron combustible para huelgas durante las primeras décadas del siglo XX. Asimismo, dieron paso a un fuerte movimiento obrero que trajo consigo la fundación de la Unión Independiente de los Trabajadores de la Sal, una de las más antiguas de Puerto Rico.

Hoy día, a más de 500 años del inicio de Las Salinas de Cabo Rojo como industria, el valor de esta zona sigue vigente. Es manejada por el Servicio Federal de Pesca y Vida Silvestre (USFWS) y forma parte integral del Refugio de Vida Silvestre de Cabo Rojo. Las Salinas de Cabo Rojo comprenden toda una red de ecosistemas que dan vida a: plantas capacitadas para sobrevivir bajo condiciones de calor extremo, diminutos crustáceos y aves que residen y migran a través de esta región. Todos estos organismos, en conjunto con la intervención humana mediante la extracción de sal, hacen de este espacio un lugar único y atractivo para la recreación y el turismo. Anualmente, miles de visitantes se detienen a observar y a tomar fotos de los cuajaderos rosados, cuyo color es provisto por el camaroncillo de salmuera (Artemia spp.). Este camaroncillo se alimenta del alga rosada Dunaliella salina y de ahí obtiene su peculiar color.

Sin embargo, múltiples factores han impactado el área durante los pasados años. El cambio en la entrada de agua es uno de los más notables. Estas transformaciones abruptas comenzaron a notarse bien marcadamente desde 2008 aproximadamente, con la apertura del área en Punta Águila. Tanto las áreas de Punta Águila como Bahía Sucia están abiertas. Esto provoca la entrada continua de agua de mar y tiene como consecuencia la merma en la habilidad de producir sal y la reducción del hábitat del cual dependen las aves migratorias para alimentarse y anidar.

Los eventos climáticos y geológicos figuran entre los causantes de estos cambios. Sistemas atmosféricos–como el huracán María en 2017–el aumento en el nivel del mar y posiblemente, la actividad sísmica en esta área han ocasionado que los hábitats que caracterizan las salinas (manglares, dunas, bermas) y protegen el sistema de la acción de las olas e inundaciones, se hayan visto afectados por la erosión y la mortandad masiva de los manglares. A pesar de que el área de Punta Águila llegó a estabilizarse naturalmente en años previos al huracán María, el paso de este ciclón desencadenó nuevamente la apertura de esta zona. En un intento por disminuir la entrada de agua, los salineros llegaron a reacomodar la arena del lugar para tratar de bloquear el paso del agua, pero esta iniciativa no fue suficiente.

Esto genera una ola de preocupaciones por parte de muchos sectores: científicos, agencias gubernamentales, comunidad, entre otros. La calidad del hábitat es la raíz de la importancia funcional de Las Salinas de Cabo Rojo para las aves residentes y migratorias. Las condiciones de inundación sin control comprometen dicha calidad y se va perdiendo el mosaico diverso del mismo, el cual sostiene la supervivencia de las diferentes especies. Al mismo tiempo, se afecta significativamente la industria de la sal, que por siglos ha dejado huella en la historia, la sociedad y la economía de la región. El Servicio de Pesca y Vida Silvestre trabaja en colaboración con otras agencias federales, estatales y locales, así como diversas organizaciones incluyendo el Programa Sea Grant, a fines de analizar e implementar soluciones a corto y a largo plazo para la restauración de Las Salinas de Cabo Rojo. Estos esfuerzos pudieran ser abordados en próximas ediciones de Marejada.

Por el momento, en este número, te invitamos a conocer un poco más sobre los ecosistemas, las aves residentes y migratorias, y las plantas de las Salinas de Cabo Rojo. Todos estos organismos en su conjunto son, en gran medida, héroes de una zona caracterizada por condiciones extremas. Antes, una zona siempre seca y calurosa, y ahora,

Referencias batallando con una situación más compleja, gracias a cambios súbitos en los patrones hidrológicos del lugar. También destacamos la labor comunitaria que, junto con las agencias gubernamentales, el sector científico y la academia, han contribuido a resaltar el valor de la zona y procurar su conservación.

Comité Caborrojeño Pro Salud y Ambiente, Inc. https://ccpsai.org/

Ramírez-Padilla, L. (s.f.). Sal, Sangre y Sudor: Memorias históricas de las Salinas de Cabo Rojo. Ediciones CCPSAI.

Statista. https://es.statista.com/

Agradecimiento

La autora agradece la información provista por el Servicio Federal de Pesca y Vida Silvestre (USFWS) y el Comité Caborrojeño Pro Salud y Ambiente, Inc. (CCPSAI). También agradece la colaboración de Ana

Román, Líder de Proyecto de USFWS y la revisión realizada por Lillian Ramírez Durand, Asesora en Desarrollo Costero Comunitario del PSGUPR y Gisella Burgos, Especialista en Servicios al Visitante en USFWS.

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