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NUESTRAS COMUNIDADES

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NOS FORMAMOS

NOS FORMAMOS

COMUNIDAD DE TÉNÈS- ARGELIA

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Ténés es una pequeña ciudad costera argelina, situada a medio camino entre Argel y Orán.

La Hijas de la Caridad fueron enviadas por la Iglesia y están presentes aquí desde 1856. Las Hermanas trabajaron en Guarderías, Dispensarios, Escuelas…pero todo eso fue nacionalizado en 1975.

Ahora vivimos en el antiguo presbiterio, y la antigua iglesia es hoy una mezquita que nos llama cinco veces al día y nos invita a encontrarnos con Nuestro Señor.

Hoy en día la Comunidad es ante todo una presencia de amistad y de vida con el pueblo argelino. Como presencia de Iglesia solidaria, intentamos estar junto a los más pobres

A nuestra Casa llegan mujeres y jóvenes que quieren tejer y compartir unas con otras. Nuestro servicio es de acogida, intentando estar atentas a quien necesita un consejo o

a quien simplemente quiere charlar con una de nosotras.

También colaboramos en instituciones públicas:

 Un Hogar de niños, donde una Hermana se ocupa de los que se encuentran en situación de discapacidad física, psíquica o mental.  También se ocupa de los niños escolarizados, mediante el juego y el estudio del francés.

 En un Centro médico- pedagógico una Hermana lleva a cabo dos talleres destinados a adolescentes en situación de discapacidad física, psíquica o mental.  Hay una Casa de la Juventud con un equipo de voluntarios argelinos en la que unos cuarenta niños se benefician del apoyo escolar en francés.

Todo esto es posible gracias a la larga presencia de la Comunidad, a las buenas relaciones de amistad que tenemos con el pueblo y a la aceptación de las autoridades civiles.

Compartir las alegrías y las dificultades, vivir en amistad con nuestros hermanos musulmanes es una riqueza, pero es necesario pasar mucho tiempo delante del Señor… Somos la única presencia cristiana en toda la región. Los padres vienen de Argel (a cuatro horas de camino) para celebrar la Eucaristía con nosotras. María es la que domina y protege la ciudad. Los tenesinos han luchado para protegerla; ellos la han restaurado.

María, pide por nosotras y por los musulmanes….

CASA DE ESPIRITUALIDAD JEREZ DE LA FRONTERA (CÁDIZ)

Cuando pensaron en la fundación de esta casa, el primer objetivo fue dotar a la Provincia de una Casa apropiada para Hermanas mayores. El segundo, dedicar una parte de ella a Casa de Espiritualidad (Ejercicios Espirituales, Retiros, Encuentros de Hermanas de la Provincia y Religiosas y seglares). Se construyó en terreno, propiedad de la Compañía, en Jerez de la Frontera, situado en un barrio alejado del Centro de la Ciudad, denominado PICADUEÑA ALTA. Fue inaugurada el 9 de Abril de 1981, por la Madre General Sor Lucía Rogé, con motivo de su visita a la Provincia. El Sr Obispo de Jerez, Don Rafael Bellido, expidió el Documento de Erección Canónica. En sus comienzos, la Comunidad la formaban doce Hermanas. Tres de ellas prestaban servicio en la Residencia Sanitaria. Consta de tres plantas. Dispone de 50 habitaciones individuales, con cuarto de baño, en las plantas primera y segunda, más las de la Comunidad que están en la primera planta a la derecha. En la planta baja : Capilla, Sala de Conferencia, tres salas pequeña de reuniones, dos recibidores, dependencia para el Director y Padre de Ejercicios, Servicios, Comedor , Cocina, despensa, cámaras y lavadero. En esos años, casi sin interrupción, hubo varios grupos, de Hermanas, Padres Paúles, Religiosa de otras órdenes, matrimonios cristianos, Cursillistas…En la actualidad, tiene la misma misión, pero no tanta demanda a nivel Provincial, como de los grupos de fuera. Hay que decir que hubo unos años en que la Casa se cedió al Asilo “Dulce Nombre de María” de Cádiz, mientras hacían obra, que duró varios años. Creemos que es uno de los motivos por los que se alejaron muchos grupos y buscaron otras Casas de Espiritualidad donde alojarse. Lo mismo nos ocurre ahora con la unión de las Provincias, hay más alojamiento para los Encuentros y Ejercicios, aunque esta ha sido y es una de las Casas de Espiritualidad que las Hermanas y las personas que vienen se encuentran a gusto por el silencio y la acogida. Grupos de alumnos de nuestros Colegios han celebrado convivencias, una o dos veces al año, y guardan un recuerdo imborrable. Siempre, en la evaluación de la convivencia, han valorado la acogida, los detalles de la Comunidad y la comodidad que ofrece la Casa.

COLEGIO SAN MANUEL- MÁLAGA

La actual ciudad de Málaga, volcada hoy día a la playa y al turismo, tiene un importante pasado industrial. Diferentes familias de renombre se instalan en nuestra ciudad, a finales del siglo XVIII, para aprovechar los recursos que esta ofrece. Se fundan industrias de diferente tipo, destacando los altos hornos metalúrgicos de la familia Heredia. Este fervor industrial hace que Málaga crezca a gran velocidad, llega población de toda la provincia e incluso de otros lugares de España, desde ricos industriales a humildes obreros. El barrio de El Bulto, fue construido a instancias de Manuel Heredia para alojar fundamentalmente a los trabajadores de su ferrería “La Constancia”. El barrio estaba poblado a la par de viviendas de obreros de las industrias colindantes y de las viviendas de los marengos que se agrupaban junto a la franja costera de las playas de San Andrés. Los empresarios disponían ahí de amplios y baratos terrenos para edificar fábricas. Este era un lugar privilegiado pues estaba a suficiente distancia del centro para no causar molestias, y cerca del puerto y de la estación de ferrocarril para permitir un mejor abastecimiento. Doña Trinidad Grund y Cerero, viuda del industrial Manuel Heredia Livermore, lleva a cabo las disposiciones del testamento de su marido, en el que aparece el deseo expreso de “que no más tarde de cinco años, se destinara una partida de veinticinco mil reales de vellón anuales, para la creación y mantenimiento de una escuela en la que puedan formarse los obreros, los hijos de estos y sus viudas”. Sin duda fue precursor de una idea que ha sido desarrollada a partir del último tercio del siglo XX cuando los empresarios comienzan a valorar la formación como una inversión apropiada, para así poder cumplir con el objetivo del incremento de la eficacia de la organización.

Doña Trinidad funda en 1859 el Asilo San Manuel, cuyo nombre se elige en recuerdo de su esposo. Así pues el 3 de Mayo de 1859 inicia su actividad el Asilo de San Manuel acogiendo en principio treinta y seis viudas con sus hijos proporcionándoles alojamiento, alimento y todo lo necesario. Trinidad Grund decide poner la obra en manos de las Hijas de la Caridad que han probado su eficacia, buen hacer y amor a los pobres en la gestión de la cercana Casa de Socorro, igual que en otras numerosas obras. Trinidad Grund con sus deseos y Sor Navarre con su entusiasmo, trabajando juntas hacen que pronto la obra se amplíe creándose un obrador externo, una clase de niñas y un parvulario de niños, que es de los primeros de este género en la ciudad de Málaga. Se decide formar un internado para huérfanas de padre y madre hasta el número de 60, que permanecen en el Centro hasta los 21 años. Su manutención debe pagarse parte con el producto del trabajo de las mismas y parte con la donación de la fundadora. A la salida reciben una dote proporcional al tiempo que han permanecido en el Asilo y ganado con su trabajo. Así no solo se las mantenía y formaba sino que se buscaba su promoción a nivel humano y profesional, para que alcanzada una edad, fuesen autónomas para poder salir adelante por sus propios medios. De ellas, 25 se quedaron en la Casa para formar un taller de encajes que llegó a ser una especialidad muy valorada por las damas de la burguesía malagueña. Posteriormente se organizó un lavadero y un planchador para las mujeres que estaban desempleadas. Poco después comienza la visita a domicilio a familias necesitadas y a continuación se abre una Escuela dominical para chicas y chicos de la fábrica. Hasta el año 1884 se mantiene el Asilo con cierto confort y a la vez sencillez, pero al verse mermados los bienes de la benefactora comienza a decaer, pero el ánimo y la fe de Doña Trinidad y Sor Navarre no decaen, y plantean formar una “sociedad de señoras llamada del Santo Ángel Custodio” para la protección de las clases externas y la alimentación de los párvulos. La obra continua con la misma filosofía de dar respuesta a todas las necesidades que se puedan plantear en el barrio y aumentando su acción a otras zonas de la ciudad. En el año 1916, en el Boletín Eclesiástico Oficial de la Diócesis de Málaga encontramos referencia de todas y cada una de las obras que se llevan a cabo en el Asilo de San Manuel diciendo: Escuela de Párvulos con una matrícula de 450 niños y niñas a los cuales se les sirve una comida diaria. Escuela gratuita para niñas pobres externas, que cuenta con seis clases, a ella asisten 260 alumnas, entre 5 y 16 años que reciben formación de cultura general y costura. Gota de Leche, cuya finalidad consiste en dar leche que prescribe el facultativo a niños de pecho, hijos de madres pobres que no pueden criarlos. Casa Cuna, con el patrocinio de la Marquesa de Larios, donde se atiende a los hijos de las obreras de la Industria Malagueña. Escuela Dominical y Clases Nocturnas para adultos, para atender las necesidades de formación de los trabajadores de las industrias del barrio.

Patronato de jóvenes y Congregación de Hijos de María: Dos Asociaciones de los que fueron educados en el Asilo y que conservan el amor que merece la Casa que fue su segunda madre en la que se reúnen los domingos y días festivos para atender a su recreo honesto y educación cristiana. A partir de 1937 se incrementan el número de clases y se matriculan unos 800 alumnos, algunos de ellos cursan Formación Profesional. En 1946 se firma un acuerdo con el Servicio de Reaseguros de Accidentes de Trabajo, y se internan 60 huérfanas de toda España. En 1964 el centro obtiene la categoría de Reconocido Elemental para Bachillerato Técnico y en 1967 se le reconoce como Colegio de Enseñanza Media para Bachillerato General con una matrícula de 277 alumnas entre ambas especialidades. Con la llegada en 1970 de la ley de Educación General de Villar Palasí tendrá lugar la conversión del Centro en un Colegio de EGB y en 1990 se transformará, para adaptarse a las exigencias de la LOGSE, en un Centro Concertado de Enseñanza Infantil, Primaria

y Secundaria.

En estos 160 años de camino, lo que ha permanecido desde siempre es el carisma de Vicente de Paúl y Luisa de Marillac, su fe, su impronta, su estilo y su filosofía de vida: romper moldes en la lucha por la justicia social, poniendo siempre por delante el amor y el respeto al otro. Aspectos que se han vivido desde siempre y que ahora se reflejan en nuestro Carácter Propio como Centro Educativo Vicenciano: Desde el convencimiento de que son las personas quienes le dan la vida al Centro siendo la atención preferente a los alumnos y a sus familias uno de nuestros rasgos más característicos. Desde la seguridad de que educar es humanizar, creer y confiar en lograr engrandecer en todos los alumnos y alumnas, el potencial de ternura, de inteligencia, de sensibilidad y de solidaridad. Desde la confianza en que los valores del Evangelio pueden transformar el mundo, haciéndolo más generoso y más acogedor, para poder sentir que merece la pena nuestra existencia. Desde la apuesta por lograr la integración social de nuestros alumnos y alumnas, la sensibilización por los necesitados y la valoración del saber cómo medio para servir mejor a los demás. Y seguiremos Educando para la Vida… Deseamos que el Centro Educativo Vicenciano San Manuel continúe siendo un lugar de experiencia. Hablar de experiencia es hablar de vida, de dinamismo emocional y racional, pues ningún apartado de nuestra personalidad y de nuestra vida queda al margen al entrar en el aula donde convivimos con el pensamiento y con los sentimientos de los demás. Una experiencia que en la escuela vicenciana se hace realidad mediante: La experiencia de la solidaridad: El aprendizaje más importante es el humano, entendiendo las asignaturas como instrumentos, más que como fines, para construir actitudes y modos de responder ante la vida. La experiencia de la solidaridad es

desarrollar pasión por la vida, manifestada en valorar, respetar y sentir ternura hacia la existencia de los otros y de uno mismo. La experiencia de la interioridad: Descifrar, a través de los conocimientos y saberes el sentido de la vida, valorar y disfrutar de la belleza que existe y que somos capaces de crear. Creemos que la oración, reflexión y el sentido transcendente pueden ayudar a lograrlo. La experiencia de las relaciones interpersonales: El conocimiento desarrolla la conciencia y así sabemos que nuestros comportamientos, actitudes y elecciones tienen consecuencias muy diversas tanto para nosotros como para los que están cerca y lejos. Favorecer la respuesta ética ante la realidad, las actitudes y los comportamientos para que sea siempre humana y humanizadora. Apostamos por el diálogo como el mejor medio para lograrlo. La experiencia de la naturaleza. Sin duda uno de los valores fundamentales de nuestra cultura hoy, es la conciencia ecológica. Cuidar lo que hemos recibido, amarlo, mejorarlo y compartirlo con generaciones futuras es todo un reto donde desarrollar al máximo todas nuestras capacidades.

Pueden parecer tareas difíciles pero nos animan 160 años de historia y logros. Y sobre todo nos impulsa la fuerza de la experiencia y la fe en que:

“El Amor es creativo hasta el Infinito”

COMEDOR SOCIAL REGINA MUNDI- GRANADA

En 1985, durante una Asamblea doméstica, surge la propuesta de comprometerse con una obra, y ésta se concreta entonces en la apertura de un Comedor Social.

Se inició, pues, la obra impregnada del carisma vicenciano, buscando que las personas atendidas recibieran, además de una alimentación adecuada, una acogida cálida y comprensiva ante su situación, fomentando la implicación personal y la promoción de la persona.

El Comedor inició su andadura con la colaboración de las Comunidades de Regina (Colegio, Casa Provincial y Residencia) y un grupo de Voluntarios/as.

A medida que iba pasando el tiempo, y ante las demandas que se iban detectando se incorporaron servicios de ducha, ropero, lavandería y peluquería.

En la actualidad el Comedor es atendido por dos Hermanas de la Comunidad del Colegio, y sigue contando con la incondicional generosidad del grupo de voluntarios/as.

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