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l escuchar su nombre salió al escenario. Los asistentes rompieron a aplaudir rabiosamente y el ponente, comenzó con convicción su elocución sinuosa: - Lo utópico es más cercano al sueño y lo distópico a la realidad. Una realidad que varía dependiendo de los ojos que la miren. Por ejemplo, sin ir más lejos, un humano del siglo de XVIII, encuadraría algunos aspectos de nuestra sociedad actual dentro de una distopía creada por un comedor de setas alucinógenas. Sin embargo, simultáneamente, otros elementos los calificaría como utópicos. Me explico. Para un humano del siglo XVIII nuestros hospitales, viajar en avión, ver una televisión o usar Internet, serían un sueño hecho realidad, es decir una utopía. Mientras que, el ser vigilado por cámaras, nuestro uso de los medios de
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comunicación o el hecho de que el gobierno sepa la producción exacta de leche de tu vaca, le resultaría sin dudas enormemente distópico, yo diría que insufriblemente distópico. Por tanto, a mi parecer, esta dicotomía no existe.
ciencia. Un impulso final hacia el saber: La ciencia total donde todos inventamos. Y para comenzar con esta experiencia sin parangón, nada mejor que enviar a cada niño la ciber cucaracha pack. Mitad cucaracha y mitad robot. La hemos insertado unos electrodos, gracias a los cuales el niño podrá manejar a la cucaracha con solo bajarse la aplicación desde su propio CRUDC (control remoto de comunicación), que incluye, asimismo, instrucciones precisas para aumentar su poder y su tamaño.
En nuestra mente, sí existe, influido por nuestras propias creencias, lo que denominaríamos el bien y el mal. Pero ambas son producto de acuerdos previos que han servido a la humanidad para progresar. Desafortunadamente, esos cambios que nos llevan a un Señores, estamos cerca de tocar la Utopía avance inmediato, es indudable que no con nuestras propias manos. ocurren con la velocidad que a todos nos gustaría. Jugar y Producir nos hará más ricos. Por eso, por esta razón, estoy defendiendo hoy en este centro del pensamiento mundial, de la ciencia de la razón, la inserción de la ciencia en la niñez. Permitir que desde pequeños se acerquen a la ciencia sin miedo, mediante el juego. Pequeñas mentes haciéndose grandes y experimentando en el que sería el mayor hito en la historia de la
Los aplausos de toda la jerarquía de lameculos y sirvientes del poder atronaron aquel recinto. Los científicos lo hicieron tímidamente y un tanto avergonzados. Frente a ellos, Aurelio Jáuregui, que era un auténtico hijo de puta, sonreía satisfecho tras su discurso.
5 Había sido un profesor universitario mediocre, pero un especialista vendiendo burras. Ascendido inexplicablemente a cargos que no merecía por sus contactos políticos, Aurelio Jáuregui no perdió la oportunidad de pasarse al lado oscuro y comenzar así con el negocio de la compra de voluntades. Su principal labor era la de atraer a los científicos más brillantes, llevándolos a donde, a sus amos y no a la humanidad, convenía; a defender con tesis doctorales la bondad de productos peligrosos o lesivos para la salud o los intereses de los ciudadanos. - Aurelio, pero ¿qué cojones es esto de la cucaracha y los electrodos? -Le preguntaba el ministro de ciencia entre bambalinas al orador-. - Mira Ernesto, esto es lo más grande desde la penicilina, ¿te imaginas?: Millones de niños creando ciencia gracias a nosotros, algo con lo que pasar a la historia, señor ministro, no tenga la menor duda al respecto. - Aurelio, no me joda con esto, mire que tengo a los defensores de los animales en
el cogote, incluso la Iglesia y los filósofos no ven muy claro el asunto de controlar cerebros a control remoto… - Usted tenga la seguridad de que esto será un despegue del PIB mun dial; la instauración de una era de conocimiento y prosperidad.... Adem ás, el consorcio que represento es cono cido por su generosidad a la hora de dotar económicamente a las universid ades y centros de I+D…
- ¿No le parece poco ético meterse en el cerebro de un ser vivo y dominarlo a control remoto?
- Y, ¿por qué mejor no pensam os las vidas que podrían salvar los insectos cuando, por ejemplo, des activen una bomba terrorista a control remoto? No permitiré que ningún terrícola pierda la vida mientras nuestro partido esté en el poder. El ministro no dijo nada más Res ponsabilidad, señores. Seg y salió urisiguiendo al encargado de prot dad y responsabilidad, es ocolo que lo para hablar con la prensa que le nosotros ofrecemos con este proyecaguardaba a la salida. to de futuro.
- Ministro, ministro: ¿Nos puede explicar qué utopía es esa donde están experimentando con el control mental remoto?, ¿No sería esto, en todo caso, un claro caso de distopía? - ¿Utopía?, ¿Distopía? Depende de como lo mire. ¿Está el vaso medio lleno o medio vacío?, ¿Fue primero el huev oo la gallina? El caso es que, gracias a este concienzudo programa, millones de niños serán científicos algún día… Sí, tú, dime…
- Pero, ¿y quién nos dice que mañana no deciden hac érnoslo a nosotros, o que esto cae en las manos erróneas? - Ya le he respondido clarame
pablo calonge
nte.
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- Pero si no ha respondido nada y esto evidentemente, es un claro caso de distopía y dictadura pura y dura… Además, ¿quién se beneficiará económicamente de los resultados de esta investigación masiva hecha por niños menores de 4 años? - ¡Seguridad! La rueda de prensa terminó con el periodista pelota-de-turno haciendo la pregunta preparada, para arrancar así un aplauso cerrado que diera por terminada la susodicha. Los que aplaudían con mayor fervor eran aquellos que sólo pensaban numéricamente y, siempre, a favor de su bolsillo.
5 MESES DESPUÉS. - BIZZZZZZZZZZZZ (Ruido infinito, poco molesto y futurista que hacen los móviles en una sociedad utopicodistópica). - ¿Oiga? ¿Es este el centro de quejas del programa Ciber Cucaracha? - Sí, claro, ¿en qué puedo ayudarla…? Al otro lado de la línea un tipo delgado y fibroso se sacaba la polla mientras la escuchaba. - Verá, es que mi niño, al cabo de un tiempo se aburrió de la ciber cucaracha y comenzó él solito a hacer un casco
más grande siguiendo las instrucciones que se bajó de la aplicación. Hasta ahí iba todo bien pero, ahora, se lo pone al perro y a la hermanita y, por las noches, se le pone una mirada rara. Le he visto prepararse el café con sólo 4 añitos y atiborrarse de él, pareciera que esperara a que nos durmiéramos para ponernos a nosotros esa mierda de casco y controlarnos a distancia. Mi marido y yo tenemos miedo. ¿Oiga, está ahí? - Sí, sí, claro, por supuesto, pero, sígame contando… El tipo se relamía un bigotillo desagradable y decrépito mientras se la pelaba sin descanso. - Lo de sus notas nos puso sobre aviso de que algo iba mal. Él nunca pasa de cinco raspado y ahora trae sólo dieces. De hecho, Don Eladio, su tutor, odiaba a nuestro hijo, una vez incluso trató de atropellarlo con una moto. Como llevaba casco no pudimos demostrarlo, pero bueno, que me desvío... El caso es que ahora, contra todo pronóstico, sólo llegan felicitaciones de su puño y letra. Esto, lógicamente, y sabiendo como sabemos que nuestro hijo, además de burro, es insoportable, nos hizo juntarnos con varios padres en el mismo caso y decidir ir al colegio a ver, con nuestros propios ojos, lo que allí estaba sucediendo. No me lo va usted a creer
pero los niños han tomado control de todo el personal del colegio y juegan con ellos como con la cucaracha: Los hacen caerse, chocar entre ellos; los profesores se han convertido en robots para niños… - ¡¡¡Argggggggggggggg!!! - ¿Cómo dice? - Nada, nada, señora, que la historia me ha afectado mucho y dejado preocupadísimo y sí, sin duda, pasaré esta queja a mis superiores para que le den resolución lo antes posible. - Muchas gracias y, por favor, dense mucha prisa que ni dormimos por miedo a nuestros hijos… - BIZBAZ (Ruido infinito, poco molesto y futurista que hacen los móviles en una sociedad utopicodistópica cuando termina la llamada). El tipo, se limpió con el rollo de papel higiénico que tenía junto a su teclado, así como el profuso legado de desheredados lechosos que había salpicado en la pantalla. La luz de su teléfono volvió a sonar y con profunda desgana, tomó la siguiente llamada.
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1 AÑO DESPUÉS. Creo que fácilmente podríamos enviarles Dentro de aquel búnker dotado de toda la tecnología existente, todo era realmente kitsch en términos de decoración. Terciopelos multicolores, candelabros de brazos de pulpo, alfombras de neopreno de cebra, suelos de hormigón pulido y techos muy altos, lo hacían sentirse a uno en un decadente club londinense de los ochenta. Sentado en un sillón púrpura de brazos de madera de ébano tallado con siluetas de tías en bolas, se encontraba el ministro con un enfado monumental. - Le dije que no me jodiera Aurelio y, si esto sigue así, el mundo, tal y como lo conocemos, se irá al carajo. Ni utopía ni leches, tenían razón los demás, esto es una maldita distopía. Pues usted verá cómo cojones salimos de ésta porque los niños han tomado el control de los misiles de destrucción masiva y nos apuntan. No me queda claro qué hacer ahora que tienen al congreso, al senado y al presidente controlado remotamente… - ¡Hombre, ministro!, todo el mundo sabe que a los niños les gustan los perros y los dispositivos electrónicos de todo tipo.
unas tabletas como regalo de paz, pero impregnadas con isótopo 25 altamente radiactivo que acabaría con ellos en 24 horas después del primer contacto. - ¿Me está sugiriendo matar a todos los niños del mundo?
Nadie, salvo los niños, volvió a pensar por sí mismo en aquel planeta. El mundo fue diferente y el juego - Es posible que alguno sobreviva… ocupó gran parte del tiempo. Los niños comenzaron a crear su propio - ¡Maldita sea, Aurelio! Inteligencia me mundo, sin referencias impuestas. informa que desde que perdimos el poder, allí se lo pasan como niños de teta: Los árboles crecieron, la navegación pura mamada y trabajar lo justo... ¿Se da espacial aceleró su desarrollo y el cuenta?, aquí adentro cada vez todo más hambre y las enfermedades desaparecieron, así como el concepto del distópico y afuera, una utopía digna de dinero. El fin era más grande que Walt Disney. Y usted recomendándome el enriquecimiento personal. Era la pasar a la historia como Herodes… supervivencia de la especie. - El poder económico mundial está Vivían bajo una ética diferente hecha encerrado en el búnker contiguo y preguntan que cuál es el plan de acción y por mentes científicas de niños en desarrollo. Se conformó una sociedad que a qué hora cenamos. donde pocos pensaban y decidían por el resto. Nada había cambiado - ¿Qué sabemos del general Standford? tanto en las formas, y relativamente en los fines, y todo a costa de crear - Capturado, los niños lo han puesto a un mundo de zombis controlados hacer macramé… remotamente. - ¡Maldita sea! Cuénteme otra vez lo del isótopo 25.
Un niño iba corriendo a toda velocidad por la calle cuando tropezó tratando de saltar una valla urbana. Se puso a llorar y a llamar a su madre. Se había hecho una herida en la rodilla de la que sangraba abundantemente. Sacó su control remoto y lo apuntó a la primera mujer que pasó por su lado. Esta lo abrazó, lo consoló, le puso un pañuelo en la rodilla para cortar la hemorragia y lo besó en los carrillos. Cuando se sintió mejor, el niño apretó la pantalla semi-líquida de su control y simplemente la liberó, siguiendo ésta su actividad normal. Entonces buscó con su vista un hombre, lo
Afuera del búnker los niños dominaban el mundo. Los adultos vestían unos cascos extraños mediante los cuales los niños los dominaban a través de sus controles remotos.
controló y le hizo caerse una y otra de perro o paté, depende de ustedes. vez con rabia hasta que sus rodillas ¡Cómo se extraña a Aurelio! No daba una al derecho pero tenía un pico de sangraron… oro. Capturado por esos pequeños bastardos cuando trataba de hacerles Mientras, a 14 kilómetros bajo llegar los regalos con el isótopo 25 y, tierra, atrapados por el pasado y ahora, también controlado… Pero esta por un golpe de estado perfecto, vivían en una perfecta distopía los Guerra la vamos a ganar, pueden creer en mi palabra. Por Aurelio y por la restos del pasado. victoria. ¡Salud! - ¿Utopía?, ¿Distopía? Todo depende del color con que lo mires -decía el ministro a sus fieles mientras cenaban latas de comida de perro-. Esto es comida
- ¡Salud! -dijeron a coro sus fieles mientras brindaban sonrientes con orina purificada por la victoria final-.
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9 -¡Socorro! No quiero volver al mundo real. Quiero perder de vista la bolsa de líquido rojo que me transporta a un mundo de derrota… Esta fue mi peor pesadilla, la que me empujó a cambiar la mirada y dar esquinazo a esta concepción social que nos ha tocado. Me fui a otro mundo… a mi mundo, siempre conectado con todo lo positivo y rechazando lo que supone una dosis de toxicidad en mi vida. Quizá en algún momento de nuestra vida hemos deseado no estar o simplemente no tener que pasar por determinadas situaciones, pero pasamos, vivimos, nos fortalecemos o nos hundimos en el desaliento. Yo abogo por ser resiliente, sacar fuerzas de flaqueza, retomar la vida con optimismo. ¡Bien! Tomé el sendero de baldosas amarillas, me encaminé a la isla del país de Nunca Jamás. A pesar de algunas opiniones contrarias en mi entorno decidí vivir en utopía. ¡En mi utopía! Cada vez es más necesario el mundo interior de cada uno, nuestro YO, es el camino hacia la excelencia. Ser poeta, aunque el mundo piense que tenemos un punto de locura, me encanta, o mejor… ser aprendiz en el universo de la poesía, así puedo aprender indefinidamente. No quiero renunciar a mi mundo utópico, quizá inalcanzable, a mis reinos emocionales, a errar y rectificar, a creer en la bondad de la gente, a tener las manos abiertas y el corazón atento, a tener casa entre las nubes, a vivir un nuevo paradigma, a no creer lo que me cuentan de buenas a primeras. Si esta manera de ver mi mundo es vivir utópicamente me resigno a hacerlo a ojos cerrados porque el mundo y las personas que están en él merecen la pena. Siempre es mejor sumar y yo sumo a la menor oportunidad, aunque me tachen de orate. Os veré en mis reinos de utopía para cambiar el mundo.
Gema rebolledo
Llevo en el alma senderos cuajados de flores blancas. Camino con pies desnudos por alfombras floreadas de primavera y aromas y gotas de rociada. Tengo casa entre las nubes con las paredes de escarcha, ventanales de colores y mariposas aladas. Tengo un huerto en la ladera de tu boca enamorada. Besos azules y malvas brotan en la enredadera, se esconden en el estanque donde guardo mis estrellas. Nunca pinto las paredes de mi casa cristalina, platea de luz la noche una luna cantarina.
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la tinta de otros
javier perales
Versos con tintes de utopía se envuelven en acordes dulces, forman melodías caídas al unísono cuando los gatos pardos dejan de serlo a la luz de farolas que se desahogan en noches perdidas sin sueño, en tiempo de ajenos. Es así como las sombras afloran bajo el influjo de la distopía que quiere encontrarnos distraídos, rendidos a placeres mundanos, vencidos sin vista previa. Y las semillas florecidas sueñan con ilusiones atemporales que se revelan como imágenes nítidas en las que ser lo que fuimos un día vuelve a ser algo sencillo.
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utopía
Tu crisálida sonrisa engendró en uno de los pliegues de mis desvelos una pesadilla de la que aún no he sabido despertar, y desde entonces ya no cruzo el camino de baldosas amarillas; la incertidumbre densa y mis ojos abiertos andan al acecho de tu enigma; del estigma que en tu piel dibujó el paso del tiempo.
eduardo villanueva
Tu crisálida sonrisa duele si llueve abrupta realidad sobre el tejado del hogar de la fantasía, donde Utopía ocupa su trono y los huéspedes cercenan, como se apagan las colillas en un cenicero, toda la verdad con la yema de sus dedos.
Utopía salvaje y bella, con el traje de la paciencia espera el momento en el que todos duerman para salir de casa y frotarse descalza con el corazón de la tierra.
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<<Así pues (Alicia), se puso a considerar (con algún trabajo pues con el calor que hacía aquel día se sentía adormilada y torpe) si el placer de tejer una cadena de margaritas le valía la pena de levantarse para ir a recogerlas, cuando de golpe saltó corriendo cerca de ella un conejo blanco de ojos rosados (…) Alicia se puso en pie de un brinco al darse cuenta repentinamente de que nunca había visto un conejo con un chaleco y aún menos con un reloj en el bolsillo. Y ardiendo de curiosidad, se puso a correr en pos del conejo a través de la pradera, justo para ver cómo se colaba raudo por una madriguera que se abría al pie del seto. Un momento después, Alicia también desaparecía por la madriguera, sin pararse a pensar cómo se las iba a arreglar para salir después…>>
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Y así fue como Alicia fue a parar al país utópico, donde tenían lugar las cosas más inverosímiles. No le fue difícil situarse en él, pues al poco de llegar encontró en una papelera un viejo periódico en cuya portada se mencionaba una verdadera tragedia: más del 25% de la población del país del conejo blanco no tenía empleo. Inquieta, Alicia paseó la mirada por los titulares de la prensa, y después descendió a los artículos de opinión. Asombrada de cuanto había leído, no podía sospechar que poco después encontraría otro periódico que dibujaba un escenario por completo diferente. Según pudo leer en él, el problema del paro que aquejaba al país, según afirmaban los gobernantes, comenzaba a quedar atrás. Sin ir más lejos, un mes antes
habían creado un puesto de trabajo nuevo en el que el afortunado se obligaba a sí mismo a sobrevivir como mendigo a jornal fijo sin derecho ni siquiera a respirar. Y, eso sí, para garantizar la seguridad de unos señores llamados Inversores y Mercados, aquel afortunado trabajador podía ser despedido de la noche a la mañana sin la menor consideración. Eso, al parecer, era acogido con gran entusiasmo por los señores Mercados. Les daba tranquilidad. Alicia no sabía qué creer. ¿Debía dar crédito al primero o al segundo periódico? Avanzó en la lectura y descubrió que aquel extraño país había sido bendecido con unos gobernantes que contaban con
13 grandes aliados para solventar el problema del paro: ni más ni menos que una Virgen intercedería para la ocasión. La responsable de ese asunto, del trabajo, había proclamado que la deidad les echaría un capote para resolver la desgraciada situación. De modo que, dado que el pueblo veneraba a sus ídolos con pasión más allá de su hambre y su miseria, todos podían sentirse a salvo con semejante protección. Alicia frunció el ceño y comenzó a sospechar que algunos periodistas no parecían tales, sino que ejercían de palmeros de los gobernantes. Miró con recelo a aquel periódico, y decidió escuchar a la gente. Al cabo de una semana, Alicia estaba hecha un lío. No lograba entender nada de nada. Pudo descubrir que unos años antes, los Usureros –en secreta alianza con los gobernantes que permitieron la construcción de viviendas en cualquier descampado sin el menor control– habían engatusado a la gente concediendo créditos sin medida. Fue así, golosina tras golosina, como la población engordó ciegamente. Pero de pronto, todo el entramado estalló en las manos de los Usureros, que no tardaron en sonreír pérfidamente a los gobernantes recordándoles el dinero que ellos mismos les adeudaban –te perdono tus deudas a cambio de impunidad, tal vez dijeron–, e idearon planes para recuperar su dinero al tiempo que se declaraban en quiebra. Timaron a los ciudadanos de aquel país utópico con productos bancarios falsos; exigieron la devolución de las viviendas que no podían pagar, y al mismo tiempo, en una jugada que no puede considerarse sino como despreciable, lograron que los gobernantes les dieran dinero suficiente como para volver a ser ricos. ¿Y de dónde salió ese dinero? Pues precisamente de los mismos ciudadanos a los que habían timado y arrebatado sus viviendas. Para ello, los gobernantes menguaron salarios, pensiones, derechos sociales, ayudas a MARIANO F. URRESTI
la educación, a la sanidad, a la cultura… ¡Asombroso! ¡Increíble!, pensó Alicia. Y más estupefacta quedó al averiguar que el mismo pueblo había dado su apoyo mayoritario a los gobernantes que, a su vez, apoyaban satisfechos las maquiavélicas operaciones de los Usureros. No en vano, algunos gobernantes se habían convertido en Usureros y habían dirigido entidades bancarias que, más tarde, timaron a los ciudadanos antes de declararse en quiebra para que, de nuevo, los gobernantes inyectaran transfusiones de sangre arrebatada a la gente que, dócilmente, se dejaba hacer. Afortunadamente, el país utópico tenía un rey, una reina y unos príncipes, y Alicia se tranquilizó. Ellos, sin duda, podrían las cosas en su sitio, se dijo. Pero eso fue antes de que supiera lo que ahora Alicia conocía: que el rey del país utópico se gastaba el dinero del pueblo en viajes cinegéticos; que el rey y la reina no convivían aunque hacían ver lo contrario; que entre los príncipes había algunos ladrones, y que todo aquel escenario de saludos y discursos era de cartón piedra. Pero lo mejor de todo, descubrió Alicia, era que en el país del conejo blanco el pueblo embargado, parado, estafado y engañado, aplaudía a rabiar a los reyes y a los príncipes cuando, en carroza, paseaban por calles y ciudades. Decididamente, Alicia estaba perpleja. Al menos, quiso creer, siempre quedaría la protección de los sacerdotes. Pero eso fue antes de conocer que a ellos les faltaba tiempo para dar la bendición a un cañón o a una boda real, y nunca se les veía exigiendo que los Usureros devolvieran su vida y dinero al pueblo. Alicia lamentó la vida que llevaban los compatriotas del conejo blanco. Y aunque tardó encontrar la salida, jamás estuvo más feliz que el día en que pudo regresar a un mundo, el suyo, que ahora ya no le parecía tan malo.
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las fases del mercurio
Título: Las fases de mercurio Autor: Rafael Coloma
Rafael Coloma Ruíz, ese cruzado intelectual en busca de su propio lenguaje, ofrece a todos los degustadores de buena poesía con “Las fases del Mercurio” toda una variedad de gamas cromáticas que paladear.
Género: Poesía Editorial: Brosquil Año de publicación: 2005 Número de páginas: 98 Jose Antonio Olmedo López-Amor Coloma rojo sobre fondo gris: Rafael Coloma es, sin duda, una de las voces poéticas españolas más originales y auténticas de finales del siglo XX. Su osadía como poeta le ha llevado a ganarse títulos como: radical, iconoclasta, transgresor o irreverente, calificativos en él, llenos de lucidez y sarcasmo. Rafael nació en Valencia en 1945 y, atraído por los conceptos humanistas, estudió Filosofía en la Universidad de Valencia, ocupó el cargo de Jefe de Sección del Libro de la Generalidad Valenciana y fue el máximo responsable de la Biblioteca Pública de Valencia. Actividades de importancia social y todas ellas ligadas a la cultura, en concreto a la Literatura, arte que para muchos es ciencia o religión, un arte que en las manos de Coloma adquiere un nuevo significado. Persona entusiasta y amante de las artes en general como el Cine, la Música o la Pintura, es una figura omnipresente en los círculos artísticos valencianos, ligado por afinidades y
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amistad, por ejemplo: al grupo poético “El Limonero de Homero” o al “Taller de Poesía” de la Universidad de Valencia impartido por Elena Escribano.
Alfóns el Magnánim de Valencia y Miembro del Consell de Cultura de la misma ciudad; sin duda Coloma sabe elegir muy bien a sus colaboradores.
Ha incursionado en la narrativa desde sus inicios en varias ocasiones: Jornada intensiva (CAM 1976), Fragmentos para Miss Urquhart (Alfaguara 1982) o De la Naturaleza del Cielo (Aries 1985), pero ha sido en la vertiente poética donde Coloma ha encontrado un verdadero vehículo con potencia suficiente como para poder canalizar toda su abstracción. Facsímile ( Víctor Orenga, 1987) o El regreso de Holly Golightly (Libertarias, 1992) son un buen ejemplo de ello.
Para esta ocasión Rafael cuenta ni más ni menos que con la aportación de Jaime Siles, que nos confiesa en su acertado prólogo la dificultad a la hora de elaborar para cualquier persona las cartas de navegación que utilizará el lector de cualquier obra artística, máxime si la obra es de un autor como Coloma, abstracto en ocasiones, surrealista en otras, y digamos que tan capaz de alcanzar cotas en diferentes estilos como inclasificable.
Rafael ha contado en muchas ocasiones con colaboraciones de personalidades ilustres del mundo de la cultura para presentar con mucho más empaque su obra ante el público, como por ejemplo, once años después de publicar su poemario Yoni Bismuler Forever! se publicó una reedición en el año 2004 por la editorial “Edicions de ponent” pero ilustrada por el artista alicantino Arly Jones. En el año 1997 Los silencios de JaneAusten, publicado por la editorial “Aguaclara”, ganó el premio de la Crítica Valenciana con prólogo firmado por Rosa María Rodríguez Magda, catedrática de Filosofía, directora del Aula de Pensamiento de la Institución
Una ilustración de Manuel Bellver ornamenta la cubierta del libro, libro que comienza con una dedicatoria a la psicóloga Margarita Sánchez Durá que fue miembro fundador del Colegio de Psicólogos de Valencia y falleció tristemente once meses después de la publicación del mismo. Seguidamente encontramos dos citas de apertura, una de Ítalo Svevo que clama “Yo soy un hombre nacido realmente a destiempo” y otra de Fernando Pessoa que apunta “Decirse es sobrevivir”, notas luminosas con respecto al pensar de un artista que adolece el desencuentro entre su alma y el panorama artístico-contemporáneo
de los semovientes o debería decir de los semovivientes que lo rodean. El poemario está estructurado en siete partes, aunque yo diría que son tres, distingo claramente un preludio representado en el primer bloque que está compuesto por un poema “El punto de fuga”, después comienza el aria que está compuesta por los tres bloques esenciales, los que soportan el peso de la obra: “Continuidad de las tardes”, “Paisaje urbano con espejo” y “Las Cárceles del Tiempo”, y para finalizar, Coloma utiliza otro poema solitario o coda llamado “Las fases del Mercurio”. Debo decir que antes y después del que sería el cuarto bloque natural, Rafael introduce dos pinceladas tituladas “Dama en azul I y II” en forma de anotaciones en primera persona a las que él llama (e-mail). Coloma prescinde de títulos para sus poemas en todo el libro exceptuando los del apartado “Paisaje urbano con espejos” quizá porque sean necesarios para ubicar en el mapa los motivos poéticos de sus descripciones. Ningún poema supera los diez versos y están presentados con la continuidad narrativa de una poesía en prosa, ¿o prosa poética? Una ardua tarea que sin duda deberá abordar cada lector. Confieso que al terminar la lectura de Las fases del Mercurio sentí la sensación de tener entre mis manos
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un cuaderno lleno de ilustraciones, un libro pictórico plagado de colores y texturas, algo así como el Cuaderno de Roma de Mestre, así que volví a abrirlo por el principio para cerciorarme, pero sólo había palabras. Coloma tiene la cualidad de utilizar, yo diría que inconscientemente, la lengua castellana como una pluralidad de sistemas para inmiscuir al lector en una vorágine de sensaciones, en un contexto aparentemente caótico y laberíntico donde todo aquel que quiera hallar un sentido coherente se lo tendrá que trabajar: “Descifrar el enigma de una lágrima y sentir el espasmo de la tarde sobre la planicie de mi espalda”. Desde la estética de sus renglones narrativos, al léxico, sus múltiples figuras y argumentos, a la sustancia de su expresión, todo está subordinado al vaivén de sus pinceles que van expandiendo los colores sobre el tapiz de nuestra imaginación: “Un barco de papel zarpa en los muelles de la Luna”. Los primeros poemas van componiendo una lontananza pictórica llena de veladuras y sfumatos, todo sugerencias, sutileza envuelta en gasas de misterio, y poco
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a poco vamos reconociendo las texturas: “Busco palabras que no me den problemas, que no dependan de mi humor”, existencialismo, autocrítica, búsqueda de la utopía, un tímido abocetado comienza a esquiciar las formas. “Los piratas saquearon la caja fuerte del diccionario”, no hay lugar para el aburrimiento entre los versos de Coloma, pasamos de la excitación al desencanto en un abrir y cerrar de ojos, somos testigos de una vehemente crítica bordada con ironía y sarcasmo. “El asesinato sistemático es el mejor recurso para silenciar a todos aquellos que fabrican vacío con la sintaxis”, el poeta se ensueña y reflexiona en voz alta, sin tapujos, aunque lo que expulse a veces sea imprudente o violente a quien lo escucha. El bloque “Paisaje urbano con espejos” es un cuaderno de bitácora, una hoja de ruta de apuntes paisajísticos, pero unos paisajes de su mundo interior que deambula por un itinerario de plazas, puentes, óperas o bibliotecas, coliseos dorados de naturaleza muerta sobre los que Coloma estofa sombras demoníacas como relieves al temple. De repente, a la manera de Klint o Kandinsky, y cuando parece que estamos formando nuestra composición de campo frente a un cuadro, Rafael nos sorprende con trazos gruesos y enérgicos dignos de una pintura de acción y rompe todos nuestros esquemas, una aerografía inolvidable salpica lo pintado e inunda los vacíos, los enclaves ideales para colocar figuras, y pen-
samos por un momento que quizá el motivo principal no es el color o las formas, sino la imagen que de ellos se forma nuestra percepción. “Mensaje de esperanza para la juventud: el ombligo de E.T. está a tres kilómetros de aquí. ( Ya queda menos piensan los yonquis).Expresionismo abstracto, surrealismo, posmodernismo, es difícil concretar los géneros que la creatividad de Coloma toca con suma sencillez para embargarnos el alma, nos arrastra con su descaro y su mordacidad hasta callejuelas infestas donde puede aparecer un unicornio con alas que huele a hamburguesa. Todo es posible en este poemario escrito entre Valencia, Berlín y Mallorca que no es más que una piedra preciosa de engarce en el suntuoso conjunto de la obra de este autor que ya forma un corpus digno de admiración. Me gustaría afirmar que “Las fases del Mercurio” es un termómetro para calibrar las emociones, o un manual teórico sobre las paulatinas fases del extraño metal, pero no lo es, quizá está más cerca de la divinidad que Mercurio encarnaba como dios en el Olimpo romano como mensajero de los dioses, aunque después de haber leído y releído estos versos sólo alcanzo a afirmar que una de las características del Mercurio en estado líquido como metal pesado es romper las leyes de la gravedad y de la lógica debido a su deslocalización electrónica, curiosamente la misma cualidad que posee Rafael Coloma como poeta, un estado de gracia que transporta a sus lectores.
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Título: Como si nunca antes Autor: Bibiana Collado Cabrera Editorial Pre-Textos, Valencia, mayo 2013
Bibiana Collado Cabrera es, sin duda, una de las voces femeninas emergentes del panorama poético no sólo valenciano, sino también nacional, y lo demuestra con creces en el poemario que nos ocupa. Bibiana ya ha obtenido diversos reconocimientos a su interesante labor poética, como el Premio Voces Nuevas, organizado por la editorial Torremozas, en 2009, y los premios Universidad de Valencia de Escritura de Creación en castellano y en valenciano, en 2009 y 2012, respectivamente. Ahora con Como si nunca antes certifica esa progresión geométrica de una poesía madurada con el estudio de la poesía escrita por mujeres cubanas durante la Revolución, que le ha permitido realizar estancias de investigación en las universidades de La Habana y en la Autónoma Metropolitana de México, una poeta nómada y cosmopolita que vierte sus sentimientos y emociones en palabras dotadas de luz y de sombra, una poesía donde lo que no se cuenta también cuenta y mucho, y en ese sentido parangonable a la denominada “poesía del silencio”. Como si nunca antes ha sido merecedor del XXXIV Edición del Premio de Poesía “Arcipreste de Hita” del Ayuntamiento de Alcalá la Real, Jaén, que publica la
editorial Pre-Textos en una bella edición que hace justicia a su contenido: cincuenta poemas por lo general breves pero que hacen gala de una enorme densidad expresiva, divididos en tres partes, “Hendidura”, “Nervio y arterias” y “Hueso”, con un poema a modo de prólogo, “El cajón”, donde evoca con añoranza y nostalgia la infancia olvidada, y otro de epílogo que es el que da título a todo el conjunto. En la parte inaugural, “Hendidura”, Bibiana Collado rinde un sentido homenaje a la isla de Cuba, con sus tormentas tropicales, y a la ciudad de La Habana, todos los poemas de esta sección destilan un aroma a la Habana Vieja: “el olor a guayaba, los viejos chevrolets”, los soportales, los almacenes “La época”, la escuela Lenin, los muebles coloniales, todo barnizado de nostalgia con un aliento lírico de amplio calado. He aquí una poesía sensitiva, capaz de transmitir al lector la fisicidad de una ciudad anclada en el período revolucionario. Así también podemos hablar de poesía contenida, precisa, que adelgaza la longitud de los versos en aras de conseguir una concentración expresiva que se dilata con la propia experiencia que el lector aporta en su lectura. Los poemas que recoge la segunda parte, “Nervio y arterias”, aluden, en efecto, a la anatomía del ser humano, cómo ésta se imbrica con los sentimientos para urdir una trama por donde rezuma la poesía en estado puro, así hallamos
todo un glosario de palabras como placenta, nuca, carne, labios, venas, sangre, piel, músculos, clavículas, rótulas, pecho, etc., que configuran una poesía más carnal y sensual por cuanto la cama (y las sábanas) aparece como objeto recurrente que simboliza el regreso a casa en “Gestación”, algo meramente decorativo en “Performance”, ese espacio compartido con el cuerpo amado o el “Presagio” de su ausencia calcificada. Además esta parte también plantea un discurso metaliterario en poemas donde esa vida paralela que proporciona la palabra escrita se filtra en la cotidianidad del yo poético, como en “Neobovarismo”: “tantos libros de poesía/ después/ decidí que te amaba./ Ahora eres discurso./ Mi amor por ti, / una actitud textual.”; o en ese intento de suicidio “libresco” en el teatro de “Final de fiesta”. La tercera parte, “Hueso”, es la más breve y se trata de una especie de síntesis de las anteriores, pues en los ocho poemas que la componen hallamos tanto la carne, la sangre y el cuerpo protagonista de la segunda, como los escenarios americanos, en esta ocasión México, las cafeterías postcoloniales, la selva, la llanura continental, el altiplano, de la primera parte. En definitiva, un poemario cuya lectura nos ilustra sobre una forma de ver la vida, de sentirla, de verterla en palabras capaces de transcribir un universo poético fraguado en idas y venidas, en espacios alejados, en la intimidad de la carne.
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¿Utopía o realidad? susana herrera - ¿Cómo estás hoy, abuelo? Cada tarde, al volver de la escuela, María hacía la misma pregunta al anciano que,sentado siempre en la misma butaca del salón, sonreía débilmente tratando de aparentar mucha más fortaleza de la que tenía. - Mucho mejor ahora que llegó mi enfermera favorita. La respuesta también era siempre la misma. Como si hubiera un pacto tácito entre ambos. O como si alguno de los dos temiera que las cosas empeorasen si variaban un ápice su ritual diario. Sonriendo a pesar de su preocupación, la jovencita se acercó a su abuelo y con un cariñoso gesto le retiró una pelusa que tenía sobre la nariz antes de darle un beso en la frente. Mientras le preparaba la merienda, María se lamentaba en silencio de lo mucho que había caído su abuelo en apenas unos meses. Su enfermedad avanzaba irremediablemente. En la última revisión, el oncólogo le había explicado a su hija que ya no había mucho que hacer por él. Ya eran tres años luchando contra la enfermedad. Tres años en los que la madre de María había gastado todos los ahorros de su padre y lo poco que había logrado reunir ella trabajando en empleos eventuales, en los que se desgastaba mucho y ganaba poco, en adquirir medicamentos. Había gastado todo lo que tenían en carísimos tratamientos que no habían dado sus frutos, a juzgar por el aspecto débil y cansado del anciano. - Te he dicho mil veces que no quiero ser enfermera, abuelo, que quiero estudiar medicina. María soñaba con ser médico para poder sanar a personas como su abuelo o como tantas que había visto en las visitas al hospital. Ancianos como su abuelo y personas más jóvenes también. Incluso niños. María quería ser médico y curar sobre todo a los niños. Pero también sabía que eso era un imposible. Porque su madre le había explicado que para ser médico había que estudiar en la universidad y eso costaba mucho dinero. Eso era algo que solo podían permitirse los
19 ricos y no alguien como ellas. La pensión de su abuelo apenas les alcanzaba para comer a los tres y lo poco que ganaba su madre servía para cubrir el resto de necesidades básicas y gastos fijos mensuales, una vez descontado el elevado importe de los medicamentos para el abuelo. ¡Cómo para pensar en pagar matrículas y tasas universitarias! Mientras ayudaba al anciano a sostener la cuchara con la que comía el yogur, María le daba conversación tratando de distraer su atención. Sabía que el hombre sentía mucha impotencia al verse cada vez más incapacitado para hacer las cosas más cotidianas. Juan siempre había sido una persona tremendamente activa y verse ahora tan dependiente le angustiaba y le deprimía. Muchas veces estaba irritable y malhumorado y descargaba su ira contra ellas dos, su hija y su nieta, las personas a las que más quería. Y en otras muchas ocasiones se derrumbaba, lloraba y les decía que se sentía un estorbo. Alguien que solo les daba gastos y preocupaciones y que sería mejor ir un día a dormir y no despertar jamás. - En el colegio me han encargado una redacción sobre la utopía, abuelo. Sabes lo que es una utopía, ¿verdad? Es algo irrealizable. Una idea o proyecto deseable pero que no se puede llevar a cabo. Yo ya tengo pensado lo que voy a escribir. Voy a imaginar una sociedad en la que no cueste dinero estudiar lo que uno quiere. En la que cualquier persona, tenga o no dinero, pueda esforzarse y ser lo que uno desee porque los estudios sean gratuitos… Su abuelo le interrumpió. - Eso no es exactamente una utopía, María. Ahora las cosas son de otra manera, pero cuando yo era joven no solo los ricos iban a la universidad. Muchas personas sin recursos estudiaron una carrera y llegaron a ser médicos, arquitectos, maestros, ingenieros… La niña puso cara de perplejidad pero no dijo nada y siguió escuchando atentamente la explicación del anciano. - Sí, no me mires así. A finales del siglo pasado y primeros de éste el estado daba ayudas y becas a estudiantes que no podían pagarse las tasas. De tal manera que esas personas estudiaban y adquirían libros y material financiados de esa manera. Como ves, eso no es algo irrealizable. Es algo que funcionó durante muchos años y se podía llevar a cabo. Así que no te sirve como ejemplo de utopía. —
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María pensó unos instantes y contraatacó con otra idea. - Bueno pues entonces voy a imaginar un país en el que no haya que pagar los medicamentos cuando uno es un enfermo crónico, como tú, por ejemplo. Un país donde un enfermo va a un hospital y le dan los tratamientos necesarios para curarle porque los tienen allí y no cuestan nada. Te los dan y punto. Y que cuando te duela algo, al momento te pongan cosas que remedien ese dolor. Sería una utopía perfecta. ¿Te imaginas vivir así, abuelo? Juan suspiró con tristeza antes de explicarle que esa “utopía perfecta” también fue realidad durante muchos años. A la joven le costaba enormemente creer lo que su abuelo le estaba contando. ‐- Y era así —terminó él—. Te ponían tratamientos médicos de los cuales tú no pagabas nada cuando eras un enfermo crónico. Te ingresaban en el hospital y te daban todo lo necesario sin cobrarte ni un euro. Y en los casos no tan graves, como enfermedades comunes y transitorias, el médico te hacía una receta y tú ibas con ella a la farmacia y pagabas solo una parte de ese importe. Una mínima parte. El resto lo pagaba el Estado. Y en el caso de los pensionistas, todos los medicamentos eran gratuitos. El hombre continuó explicándole que también las intervenciones quirúrgicas de cualquier índole eran gratis y María se quedó de piedra cuando escuchó que incluso hubo un tiempo en el que venían de otros países a que les tratasen médicos españoles y a que les operaran en España, porque teníamos la mejor Seguridad Social del mundo, con las más amplias coberturas. Todo ello a cargo del Estado. - Como ves, ese país que imaginabas tampoco es una utopía, cariño. Es España hace unos cuarenta o cincuenta años, solo eso. La niña no podía encajar todo ese panorama dentro del esquema en que se desarrollaba la sociedad de su época. Le parecía algo inaudito, inexplicable, inimaginable… y se hacía mil preguntas. - Pero… ¿el Estado tenía tanto dinero como para pagar tantas cosas? No lo entiendo, abuelo, de verdad que no
21 lo entiendo… creo que te estás confundiendo o lo has soñado o lo estás imaginando. - No, María, las cosas eran así. Puedes preguntar a cualquier persona que tenga una edad aproximada a la mía y te dirá lo mismo. En mi época vivíamos así. María empezó a sospechar que la enfermedad de su abuelo comenzaba a extenderse hacia la cabeza. Ya les había advertido el médico que eso podía suceder. Sin duda el pobre hombre empezaba a delirar. No había explicación posible para que tuviese unas ideas tan extrañas y lo afirmase con esa rotundidad, como si estuviera convencido de que realmente las cosas hubieran sido así un día. Sintió una profunda lástima por el anciano y una opresión en el pecho que le provocaba unas intensas ganas de llorar. Para evitar que él captase su tristeza, continuó con otra idea. - Bueno, tengo otra idea, abuelo —trató de que su voz sonase alegre—. Voy a escribir una redacción sobre una sociedad en la que hubiese empleo para todos. Y que las empresas respetasen los derechos de los trabajadores y en la que mamá, por ejemplo, no tuviese que buscar un empleo nuevo cada dos o tres meses. Y en la que haya ayudas para gente como tú, que necesita que alguien esté con él en casa para ayudarle a vestirse o a comer. Que tú tuvieses a alguien contigo para acompañarte y que no te sintieras solo cuando yo voy a la escuela y mamá está trabajando. Juan iba a decirle que también hacía unos años hubo una “ley de dependencia” que regulaba todas esas cuestiones y que había unas ayudas económicas para que esas personas dependientes pagasen a alguien que le prestase esa ayuda. Pero se contuvo. Quizá era una buena idea que María plantease esa cuestión como una utopía, porque después de todo, se acababa de dar cuenta de que era así. Hablando con la niña se había percatado de que la realidad de hace unos años ahora era ya una utopía. Para María y los de su generación, que siempre habían vivido en un ámbito social, político y económico tan diferente al de sus años de juventud, sería del todo imposible entenderlo. Lo que no entendía ahora él era en qué momento de la historia y de qué manera se produjo un punto de inflexión a partir del cual una mediana calidad de vida llegó a convertirse en una utopía para todos.
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por Luís Ferreirim
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BENEFICIOS INCONMENSURABLES La importancia de la polinización para la seguridad alimentaria y para la biodiversidad es indiscutible. Solo en Europa el 84% de los cultivos y el 80% de la flora silvestre dependen de la polinización animal, en particular de los insectos. El valor de la polinización es inconmensurable, pero solo para la agricultura europea se estima en unos 22.000 millones de euros anuales, mientras que a nivel mundial se valora en unos 265.000 millones de euros. La polinización es un servicio ecológico gratuito que regalan los insectos, pero, si nos fallan los polinizadores, la crisis ecológica, alimentaria y económica en que podemos caer tendrá dimensiones inimaginables. Pero a pesar de su relevancia, las abejas y el resto de polinizadores están en peligro. El reciente informe de Greenpeace El declive de las abejas. Peligros para los polinizadores y la agricultura Europea [1] muestra que la mortandad de las abejas es el resultado de un conjunto de factores. El cambio climático, la presencia de enfermedades y parásitos, pero también las prácticas de la agricultura industrial, provocan graves impactos a las poblaciones de estos insectos tan beneficiosos. En particular se muestra que el uso generalizado de plaguicidas en la agricultura está poniendo en peligro el futuro de las abejas y otros polinizadores y, como consecuencia, de la propia agricultura. Y esto sucede cuando la superficie agrícola dedicada a cultivos que dependen de la polinización aumentó cerca de un 17% en los países desarrollados y el 9% en los países en vías de desarrollo en el período de 19612006.
Por otro lado, vemos como la pérdida de biodiversidad es una de las principales amenazas para la Tierra. Las evidencias actuales indican que la sexta gran extinción de la diversidad biológica ya está en marcha y que en cada década se pierde entre el 1 y el 10% de la biodiversidad. El valor de la polinización para los ecosistemas es inmensurable y nadie se puede atrever a estimarlo porque, además, si hay algo que está mucho más allá de cualquier valoración económica eso es la Naturaleza.
RIESGOS DE LOS PLAGUICIDAS Los neonicotinoides se han convertido en uno de los tipos de insecticidas más comúnmente utilizados en las últimas décadas. El imidacloprid (38 productos comerciales en España, como Gaucho, Seedo, Couraze, Seedoprid, Picus, Escocet...), la clotianidina (Poncho y Dantop en España) y el tiametoxam (8 productos en España como Cruiser, Actara y Axoris, y sus variantes) están entre los insecticidas más vendidos del mundo y suponen el 85% del mercado de su tipo, cuyo valor ascendía a 2.236 millones de dólares en 2009. El imidacloprid es el insecticida más vendido del mundo, con beneficios de 1.091 millones de dólares en 2009. Se trata de insecticidas sistémicos. Después de ser aplicados no se mantienen solamente en el exterior de la planta, sino que entran en su sistema vascular y se distribuyen por ella. Algunos neonicotinoides se utilizan para recubrir las semillas (semilla en píldoras) y protegerlas al plantarlas. Cuando la semilla comienza a germinar y crecer, los neonicotinoides se distribuyen por los tallos y las hojas de la planta, y pueden finalmente alcanzar el agua de gutación (las gotitas que exuda el plantón en el extremo de los cotiledones) y más tarde el polen y el néctar. También se utilizan como granulados y en fumigaciones. En España están autorizados más de 100 usos diferentes (desde cereales, leguminosas, hortalizas o frutales hasta cultivos ornamentales).
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Un mayor uso de neonicotinoides significa más posibilidades de exposición de los polinizadores a estas sustancias químicas durante periodos más largos, ya que los insecticidas sistémicos se pueden encontrar en diversos lugares durante el ciclo de vida de una planta. Actúan sobre el sistema nervioso central de los insectos que se quieren eliminar pero también sobre los insectos no objetivo, como las abejas y otros polinizadores. Tienen efectos crónicos y también agudos que provocan la muerte inmediata. Cuando son aplicados en dosis bajas presentan efectos subletales sobre las abejas que se pueden clasificar en:
Efectos fisiológicos a distintos niveles. Por ejemplo, alteran las tasas de desarrollo (es decir, el tiempo requerido para alcanzar la edad adulta) y malformaciones (como en las celdillas de los panales). Alteración del patrón de pecoreo. Por ejemplo, efectos evidentes en el aprendizaje y la orientación. Interferencias en el comportamiento alimentario, mediante efectos repelentes, que inhiben la alimentación o reducen la capacidad olfativa. Trastornos en los procesos de aprendizaje. Por ejemplo, se han constatado problemas en el reconocimiento de flores y colmenas, de orientación espacial, que son muy relevantes y han sido estudiados y ampliamente identificados.
Estos efectos negativos sirven como advertencia de los impactos inesperados que los plaguicidas tóxicos para las abejas podrían tener en el conjunto de polinizadores. Son un recuerdo de la necesidad de aplicar el principio de precaución para proteger a estos insectos tan fantásticos y necesarios.
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Al fin, las primeras medidas Combatir algunos de los factores que hacen peligrar la salud de los polinizadores implica inversiones a largo plazo, pero la prohibición de los plaguicidas tóxicos para estos insectos es algo que se puede hacer de forma inmediata.
prohibición se encontraba España ya que partía de una postura bastante contraria a la propuesta. Este cambio solo fue posible debido a la fuerte campaña de organizaciones como Ecologistas en Acción y Greenpeace, a la denuncia activa y reiterada durante años del sector apícola y a un apoyo impresionante de muchas entidades de la sociedad civil española (casi 100).
Después de casi 20 años de inacción desde que los apicultores franceses denunciaron los efectos de uno de los neonicotinoides (el imidacloprid) sobre la salud de las abejas, el pasado mes de enero la Comisión Europea presentó una propuesta para la prohibición de tres de estos insecticidas (imidacloprid, clotianidina y tiametoxam) cuya toxicidad para las abejas se había demostrado [2].
El 29 de abril, tuvo lugar la votación de la propuesta en el Comité de Apelación. Una vez más, el resultado ha demostrado el fuerte apoyo que recibe de los Estados miembros: 15 votos a favor, entre los que destaca España, que ha mantenido su apoyo, mientras otros países lo han cambiado. Aunque lamentablemente no se ha obtenido la mayoría cualificada para aplicar inmediatamente la propuesta, la Comisión tiene ahora un respaldo más que A pesar de que 13 países votaron a favor, la propuesta importante y ha afirmado que sigue decidida a proteger no salió adelante en la primera votación el pasado 15 a las abejas, por lo que pondrá en marcha la propuesta. de marzo. La presión por parte de las grandes corpora- Nuestro #SOSabejas ha sido escuchado. ciones como Syngenta y Bayer, que están detrás de estos plaguicidas, no ha podido con la gran movilización La propuesta aunque es temporal (dos años a partir del 1 social en torno a este tema. Fue grande la sorpresa al de diciembre de 2013) y parcial (excluye el uso en inverver que entre los 13 países que votaron a favor de la naderos, en cereales de invierno y fumigaciones después de la floración) es un primer y crucial paso. Esta nueva propuesta incluye ahora el tratamiento en semillas, tratamientos para aplicación directa en el suelo y fumigaciones para un listado muy significativo de cultivos y no solo los cuatro iniciales (maíz, girasol, colza y algodón). Prohibir parcialmente los neonicotinoides es un primer paso para proteger a las abejas, los ecosistemas y la agricultura. El siguiente paso es prohibirlos totalmente junto a otros insecticidas tóxicos, empezando por los siete prioritarios (clotianidina, imidacloprid, tiametoxam, fipronil, clorpirifos, deltametrin y cipermetrin) indentificados en el citado informe El declive de las abejas [1].
Notas y referencias:
1 EL DECLIVE DE LAS ABEJAS 2 EFSA IDENTIFIES RISKS TO BEES FROM NEONICOTINOIDS
En definitiva, resulta fundamental apoyar decididamente la agricultura ecológica, que es la única que garantiza alimentos y productos saludables para hoy y mañana. Además, protege los suelos, el agua, el clima y la biodiversidad. Genera empleo, es motor de desarrollo rural, asegura cultivos resistentes, no contamina el medio ambiente con productos químicos o transgénicos, y responde a una necesidad imperante de soberanía alimentaria por parte de los pueblos. Se ha dado un primer paso para la prohibición de estos tóxicos, pero la agricultura ecológica es el paso fundamental y definitivo.
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Hartos de ser totalmente comestibles, los cerdos, han conseguido camuflarse en la vida de los humanos de un modo tan inteligente, que a cualquier “sabio” podría producirle más escalofríos que el orgasmo más prohibido.
okoriades
El proceso comenzó cuando todos los cerdos del planeta (sin ninguna excepción), se unieron para poner en marcha todas sus verdaderas cualidades y demostrar a la humanidad, que no son sólo jamón, longanizas y demás… Aunque todos los cerdos se consideraban capaces de demostrar su valía, el comité de sabios, comandado por los cerdos más notables, propuso realizar una selección previa que serviría para enarbolar una comitiva que abriría las puertas al grueso de la comunidad. Todos los cerdos estuvieron de acuerdo.
Y se crearon “las tres pruebas de la incursión” 1-Estudiar minuciosa y pacientemente el comportamiento de la masa/humanidad. Para eso, tres horas al día, durante tres meses, los cerdos preseleccionados debían sentarse frente al televisor y observar en silencio, para desarrollar una nueva teoría de la “nueva humanidad”. Dicha teoría debía ser contundente y definitiva, pues con ella, se elaborarían los principios con los que comenzaría el proceso de incursión. 2-Alcanzar un estado de desnudez máxima, donde el interior del cerdo, se deshiciese de todas las programaciones y órdenes adquiridas hasta ahora. Acto seguido, se implantarían la nueva programación (libre, pasional y racional), con la que deberían prepararse la tercera prueba. 3- Aprender a beber la sangre humana, comer la carne humana, saber diseccionar el cerebro humano, descifrar las claves de su comportamiento, ir progresivamente adaptándolas a su nueva visión de la vida y por último, ir adquiriendo la forma humana. Si todo lo anterior se realizaba a la perfección, la forma humana surgiría sin problemas. Con esas tres pruebas cumplidas, los cerdos elegidos, tenía casi asegurado su elección final. inó Tras casi un año, la selección term s cuyo s, cerdo Mil nte. iame actor satisf ción evolu una resultados obtenidos mostraron para inimaginable, fueron los elegidos do. mun al sión incur su preparar
En la realidad actual, los nuevos cerdos, han logrado escalar puestos de responsabilidad y se han movido por todas las esferas sin excepción. Han triunfado en los deportes, en el arte, en la economía, en la comunicación… en la política. Han Y así fue. s, cerdo os nuev los cio silen triunfado en todo lo que se han en y Poco a poco , propuesto convirtiéndose en una anos hum seres los con larse mezc ron logra ry hasta formar parte de la humanidad y crece alternativa real. El resultado fue tan r… ciona sorprendente que la transformación evolucionar y evolu
de los cerdos, generó una extraña reacción en seres vivos como, ratones de laboratorio, perros, burros y monos. Una reacción que comenzó por hacer que percibiesen que el mundo creado hasta ahora, no tenía nada que ver con algo que les latía en su interior.
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Los nuevos cerdos, han dado forma a una nueva sociedad. Han dado forma a un mundo que antaño, sólo era una utopía y que ahora, desbancaba a lo establecido y se deshacía de lo que se consideraba “la realidad establecida”. Gracias a los cerdos, ya no existe ninguna utopía, todas están al alcance de cualquiera que se proponga un cambio. Si los cerdos han podido, ¿Por qué no lo puede lograr cualquier ser humano? En la nueva realidad conseguida por los nuevos cerdos, no puede existir ningún nuevo término contrario a la obtención de lo imposible, ni ninguna nueva denominación de la vida, porque sencillamente, todo es posible y la vida deja atrás la supervivencia para ser rotundamente vivida. Todo es placer, belleza y experiencia. Todo pertenece a un elixir que cada vez más, se extiende por todo el universo, siendo un ejemplo de cómo alcanzar la perfección, casi sin pensárselo. Pero todo logro, necesita ser cuidado.
La lista de logros es tan intensa como increíble. Por ejemplo, podríamos comenzar con el logro que ha permitido que los animales puedan hablar y comunicarse con los humanos, podríamos continuar con el descubrimiento que afirma que dentro de los ojos de las agujas, laten universos impresionantes y hermosos, capaces de asombrar a cualquier intelectual, podríamos continuar con el logro que ha permitido que desaparezca la enfermedad, la vejez y la muerte, sólo con cambiar la actitud de la mente, podríamos, podríamos… En definitiva, podríamos estar exponiendo tantos logros, que estaríamos varios días relatándolos sin parar. El éxito ha sido brutal. Poderoso. Con resultados inimaginables. Se han cumplido todos los sueños. Las metas desaparecen casi al instante, puesto que en cuanto se proclama alguna, es inmediatamente conseguida. Los sueños se convierten en compañeros cotidianos y todo lo que la nueva raza se propone, lo consigue casi al instante. Eso ha dado forma a una nueva sociedad, tan exitosa que, a muchos sabios, les ha producido… MIEDO. Los sabios del gobierno mundial. Los avances de esa nueva humanidad, alertaron al gobierno mundial. Algo estaba pasando. Algo que escapaba de su control. Algo que ponía en peligro cualquier otro proyecto que no estuviese controlado por su “sistema”.
Para mantener el equilibrio alcanzado, todos los meses, el comité de sabios de los nuevos cerdos, estudia el panorama actual, valora todo lo sucedido, añade, quita, remueve, renueva, habla, comparte y da forma a las nuevas líneas que permiten que se mantenga vivo el proyecto. En plena unanimidad, han solucionado problemas como el paro, la delincuencia, la corrupción y hasta incluso, se han abrazado a ciertas filosofías, que abogan por la evolución de eso que siempre han denominado como “Almas”. Gracias a los cerdos / humanos, todo lo que parecía imposible de alcanzar, se ha Demasiada perfección era conseguido de una forma asombrosa. imposible. Según palabras de los sabios más reconocidos del mundo; “todo
está resultando demasiado fácil. Demasiado rápido. Demasiado alcanzable y demasiado inútil”. Los nuevos cerdos han demostrado que se puede lograr lo que hasta ahora era sólo una quimera. Los nuevos cerdos, han demostrado que la elección en libertad, sin necesidad de destruir lo ajeno, podría llevar a cualquiera que se lo propusiera hasta las metas que se marcase… incluso más allá. Los nuevos cerdos, derrocaron términos, eliminaron límites, expandieron la soberanía del individuo hacia un bien común, permitiendo que cada uno eligiese su camino sin avasallar el del prójimo, crearon nuevas posibilidades y sobre todas las cosas, lo hicieron sin destruir, ni discriminar, ni imponer, ni invadir… Los cerdos, los nuevos cerdos. Transformados en seres humanos. Lo que sucederá a partir de ahora en adelante se desconoce. El comité de sabios del colectivo cerdo, considera que pronto surgirá una reacción por parte del mundo de los humanos. Una reacción que comenzará por investigar uno a uno a cada habitante del planeta. Lógicamente, no todos serán inspeccionados. Mantener viva la raza humana como hasta ahora, no compromete a todas las clases sociales. Sólo los que pertenecen a la raza no serán investigados y según el gobierno mundial, los que pertenecen a la raza, son los que aceptan y “no existen”. Pero los cerdos, los nuevos cerdos, por fin existen.
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Realidad constatable Vivimos en un mundo donde la mayor parte de la riqueza del planeta es repartida entre catorce familias. Por desgracia, las clases más pobres de países enteros subsisten como pueden a las enfermedades, la violencia y el hambre sin tener acceso a los recursos que su propia tierra les concede. Además, no encuentran una solución ni en sus gobernantes ni en los mandatarios del resto del mundo. Existen adelantos científicos que sólo pueden disfrutar los pudientes, intervenciones quirúrgicas, vacunas, sistemas de prevención de incendios, tsunamis, terremotos, artilugios que podrían salvar cientos de vidas humanas pero que si no hay quien abone a su distribuidor el precio total de su coste nunca serán instalados ni suministrados. Tenemos el ejemplo cercano de ese material, ya maldito, el Coltán, erigido, en la República del Congo y alrededores, como el culpable de una matanza entre etnias con los países desarrollados como mediador. Las pobres gentes de los países subdesarrollados por no tener industria ni mercado, es decir, no tener la forma de extraer las piedras preciosas de sus minas (por ejemplo) como tampoco de comercializarlas, son testigos del asalto de los países “desarrollados” en odiseas ya conocidas por todos por películas como por ejemplo “Diamante de sangre”. ¿Hasta dónde puede llegar la crueldad humana?. El avance de la ciencia resulta un progreso al cincuenta por ciento, ya que por igual se invierte en evolucionar (antídotos, confort, lujo, salud, comunicación) como también en involucionar (explotación, vulneración de los derechos más básicos, belicismo… etc.).
Hasta ahora, y como raza dominante, no hemos podido demostrar que somos los verdaderos dueños de todo cuanto nos rodea, no hemos demostrado que merezcamos el legado de la Naturaleza, el legado de saber utilizar nuestro cerebro o la conquista del conocimiento a través de la Ciencia. Al mismo tiempo que nuestra curiosidad, que nuestra ambición, camina nuestra insensatez. Por ello, a lo largo de la historia no hemos dejado de desear mundos perfectos, oníricas visiones de una sociedad más que imposible. Y es que, mucho antes de que Tomás Moro acuñara la palabra “utopía”, esa necesidad utópica de soñar realidades incumplibles ya existía. Digamos que nuestra raza siempre ha deseado, más que buscado la perfección. Desde los faraones del Antiguo Egipto a través de sus construcciones milenarias, hasta los escultores de la antigua Grecia en busca de la proporción divina. Es evidente que no lo hemos conseguido. El mundo político está sufriendo un descrédito como pocas veces se ha visto, el sistema económico mundial ha demostrado fehacientemente que no es sostenible, nuestras leyes están a
muchos años luz de ser justas con el ciudadano, la administración de los recursos naturales está manipulada por el interés de los mercados, por no hablar de la vulneración de los derechos humanos a todas luces así como el inmenso deterioro físico que está sufriendo nuestro planeta. Con factores así, no es de esperar que en la imaginería del ciudadano-guerrero, aunque desencantado, se den operaciones infinitas. Necesitamos creer en algo más, no podemos solamente aspirar a la patética realidad del presente. Por eso la utopía es necesaria, tan necesaria como peligrosa. Por una parte, critica a la realidad que la provoca, eso es bueno, pero, por otra, construye castillos en el aire a veces más movida por la ilusión y el idealismo que por la razón. En cambio, la distopía, como término “contrario”, propone un futuro no tan apacible, basándose también en las reminiscencias del presente, construye un futuro más coherente con respecto a las ruinas en que se asienta. Si nuestro mundo real fuese perfecto, una distopía sería
Jose Antonio Olmedo López-Amor
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la realidad que actualmente estamos viviendo, por tanto existen tantas distopías y utopías como fantasía posea el ser humano. En cualquier manual o diccionario encontraremos que la palabra distopía es un término “contrario” a la utopía, pero en verdad no lo es. Si la utopía es una ilusión tan esperanzadora como irrealizable, la distopía, para ser contraria, debería ser la ausencia de ilusión o una desilusión desesperanzadora y totalmente realizable, por tanto, para mí, lo contrario a la utopía es la realidad y la distopía es un género de esperanza que bebe del realismo.
Cine distópico El séptimo arte es un manantial de distopías que quizá algún día se cumplan. En el año 1976 el director de cine Richard T. Heffron dirigió el film “Mundo futuro”, protagonizado por Peter Fonda y Yul Brynner, en el que una siniestra organización suplanta a los dirigentes de las superpotencias mundiales por réplicas mecánicas a sus órdenes. Lo llaman ciencia-ficción pero en realidad es una simbiosis entre la actualidad científica y la insobornable condición humana. En el año 1984, con un bajo presupuesto, el director de cine James Cameron filma un gran éxito de taquilla llamado “Terminator”. Un guión en el que las máquinas, en el futuro, dominan la tierra y deciden exterminar a la raza humana, ya que nos consideran una amenaza para ellos. Ordenadores muy potentes conectados a todos los sistemas de defensa, ejércitos de robots casi indestructibles y viajes en el tiempo conforman esta historia que cada vez está más cerca de la realidad. Hoy en día ya existen los robots de apariencia humana y existen proyectos para fabricar cyborgs en menos de 20 años. “Fahrenheit 451”, “Equilibrium”, “La Fuga de Logan”, “The Road” o “Mad Max” son sólo algunos ejemplos de cuan terribles pueden ser nuestros futuros. En ellas, la opción de gobierno más repetida es la opresión, el totalitarismo mientras que la resistencia humana trata de sobrevivir a las dictaduras implacables, que es casi más preferible que la otra opción más recurrente, el caos absoluto o la anarquía, donde impera la ley del más fuerte. Lo cierto es que es tan productiva la imaginería de los guionistas de cine, que no sería descabellado afirmar que alguna de sus truculentas hipótesis futuras acertase de pleno con nuestro porvenir. Los directores Marc Foster y Neil Blomkamp han estrenado este verano dos propuestas a cada cual más terrible: “Guerra Mundial Z” y “Elysium”. Son dos historias diferentes que parten de géneros estereotipados, quizá manidos, una de zombis y otra de un héroe que quiere salvar al mundo. Ciencia ficción al servicio del entretenimiento pero que si observamos las verdaderas tramas de estas dos historias, vemos que podrían convertirse en realidad dado los grados de concupiscencia y deshumanización que adolecemos en nuestro presente.
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Literatura utópica Un torrente de propuestas fantásticas nos brinda la literatura desde tiempos inmemoriales, pero más arcaica aún que la propia escritura es la utopía, pues siempre ha vivido en los sueños de los hombres. Durante los siglos XVI y XVII, en pleno Renacimiento, la utopía intenta expresar el espíritu del Humanismo, la sociedad desempolva el platonismo. Además, junto a lo anterior, los nuevos descubrimientos geográficos, la confianza generalizada en el carácter prometeico del Hombre y una eclosión de búsqueda y reelaboración de antiguas historias igualitarias y cristianas forman el caldo de cultivo del que germina, digamos, un nuevo género literario: la Utopía. Hagamos un repaso esquematizado y sintetizado de algunas de las obras surgidas en ese periodo de tiempo tan prolífico de nuestra historia y veamos cómo, sin grandes análisis ni enrevesadas interpretaciones, encontraremos diversos denominadores comunes: En el año 1516, aunque ya se habían escrito grandes obras utópicas como la Democracia de Platón, Tomás Moro escribe “Utopía”, la obra capital sobre este género y acuña por primera vez el término, su traducción precisa es “no lugar”. Esta obra conforma ciertas características que después serán canónicas para posteriores autores y visionarios, por ejemplo: geografía insular, holismo político, arquitectura geométrica, pureza moral, voluntarismo o igualitarismo. Utopía es una isla en forma de luna creciente, formada por 54 ciudades cuadradas, fortificadas y simétricas.
Es una federación democrática parlamentaria representada por un príncipe. Su economía es uno de sus puntos clave, es un comunismo de estado, sin propiedad privada, comercio ni moneda, la distribución de bienes es igualitaria, sus pobladores están obligados a trabajar seis horas diarias por lo que se garantiza la ausencia de la miseria y el lujo. En el año 1602, Tommaso Campanella escribe “La Ciudad del Sol”, en ella se narra la existencia de una ciudad sobre una colina compuesta por siete círculos concéntricos, en cuya cumbre se encuentra un templo. En cuestiones políticas, se utiliza la Teocracia. Su sociedad es totalitaria, de autocrítica pública, donde existe la educación común desde los dos años y donde se formulan reglamentaciones eugenistas sobre la sexualidad. 1623 es el año escogido por Francis Bacon para divulgar su “Nueva Atlántida”, una nueva propuesta de utopía que rompe moldes al considerar que la Naturaleza hay que dominarla y propone una apología de la ciencia que basa a la felicidad del Hombre en su desarrollo. Su ubicación es en una isla cercana a la famosa Atlántida llamada Bensalem. En el centro de su urbanidad se encuentra la “Casa de Salomón” que es un centro de investigaciones científicas. Se profesa el reparto equitativo de las riquezas, existe la propiedad, el comercio y la moneda, y sus administradores son una élite jerarquizada de sabios. Ya metidos en el siglo de la Ilustración, encontramos “El naufragio de las islas flotantes” (1753) de Étienne-Gabriel Morelly, donde se condena la propiedad privada, se articula la libertad e igualdad en iguales proporciones y una monarquía, escogida como símbolo de un poder soberano, se limita a hacer cumplir las leyes naturales. En esta arcadia, no existe la policía ni el matrimonio, tampoco hay ejército y la moral se regula según los conceptos que dicta la madre Naturaleza. “El Manifiesto de los plebeyos” (1795) de Graco Babeuf o “El Reino de Butua” (1788) de D.A.F. Sade son sólo la punta del iceberg de una larga lista de relatos icónicos en relación al tema que nos ocupa, lo que significa que la humanidad todavía no ha aplacado ese sentimiento de desencanto propiciado por ella misma. La utopía siempre ha estado y siempre estará porque es una necesidad vital del ser humano. Es un anhelo que poseemos los virtuosos soñadores de mundos mejores, una proyección de una realidad virtuosa que ha aprendido de los errores y puede servirnos para corregir las posibles faltas que inundan nuestras páginas de historia.
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Hipótesis de la nueva utopía o Neotopía George Orwell se acercó como nadie al futuro incierto a través de su elucubración fantástica y Dante enumeró cuatro tipos de utopía en su “Divina Comedia”. Pero, nuestro verdadero rol en la actualidad, nuestro guión literario en la existencia es el mismo que el del protagonista de “El Paraíso perdido” de John Milton, un hombre atribulado, obligado a vivir, sentenciado a contemplar la grandeza de su paraíso perdido, la eternidad de un paraíso que seguramente le sobrevivirá, nos sobrevivirá y, quizá por ello, debamos suprimir esa obcecación de reconquistarlo.
la humanidad. Si la utopía se concibe como algo inalcanzable, es porque necesita de la honestidad y la bondad humana para transformarse en realidad, necesita de la ausencia de codicia y violencia, pero esos son costumbres inherentes a nuestra conducta humana, costumbres arraigadas en lo más profundo de nuestros genes, que, de momento, no hemos sido capaces de censurar o administrar. Poseemos un temple animal, instintivo, que ansía el poder y es capaz de alcanzar su propia destrucción por la ambición, algo Yo, creyente del dogma numérico que postula incoherente si tenemos en cuenta que a las matemáticas como el verdadero lenguaje alardeamos de ser el único ser vivo del Universo y apóstol de una idea kafkiana con capacidad de raciocinio. -sentir que la vida biológica está intrínsecamente ligada a la geometría- no puedo más Hoy concebimos la administración que vincular tales perspectivas a este azote de nuestras naciones por un holismo fantástico de vaticinar posibles futuros para político que está a años luz de servir a un pueblo al que ni siquiera repre-
senta, holismo disfrazado de: democracia, monarquía, república o comunismo que no es más que una élite de acaudalados gobernantes que monopolizan los recursos de un planeta que deberían revertirse en el pueblo que lo trabaja y no como ocurre, para servir a su propio enriquecimiento. Por la permisividad del pueblo ante actitudes semejantes surgen el hambre y la guerra, la pobreza, la desigualdad y se edifican sistemas donde las propias leyes protegen a los que las quebrantan en un bucle que jamás se romperá si no es con la violencia.
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En mi opinión, la inteligencia al servicio del ego ha sido la responsable de esta letanía de dictaduras enmascaradas y, en mi opinión también, no es la violencia sino la inspiración el lugar donde debemos buscar la llave de nuestras soluciones. Una inspiración que nos lleve a derrocar a estos adoradores del dinero, pero con mucha mayor clase y dignidad que la que demuestra aquel que intenta machacar al más vulnerable. Me reitero en que la distopía no es diametralmente opuesta a la utopía, ya que ese hueco queda reservado para la realidad. Sin embargo, encuentro más factible que la distopía discurra perpendicularmente a la utopía y en algún momento, en su radio de acción, éstas se entrecrucen pudiendo tener una las características de la otra,
y sea muy difícil distinguirlas. Por lo tanto, supongamos el epicentro de una circunferencia al que llamaremos “realidad constatable” y de ese trazamos una recta en sentido vertical hasta tocar el límite de la circunferencia, ese radio será llamado “utopía o nuestro optimismo”. Del mismo punto central dibujamos otra recta, esta vez perpendicular a la utopía y la trazamos directamente hasta el límite de la circunferencia, a esta recta la llamaremos “distopía o nuestro pesimismo”. El límite de la circunferencia no es más que “nuestro futuro incierto” ese valle que todos queremos conquistar o diríamos pre-conquistar para garantizar nuestra felicidad, llegados a este punto las direcciones de distopía y utopía describen un ángulo hipotético de 90º que si tomamos los segmentos
de cada directriz como diámetro de su propia circunferencia (supuesto campo de acción) nos da como resultado otra línea hipotética que cortaría ese ángulo de 90º en dos ángulos de 45º y llegaría de igual manera al límite de la gran circunferencia, hacia el futuro incierto. Esa recta dibujaría el verdadero sendero que tomaría nuestra realidad constatable en su periplo hacia el futuro incierto, un camino no contaminado ni por optimismos ni pesimismos, exento de valoración humana, coherente y rutilante, condenado a ser una neotopía efímera, que a diferencia de sus compañeras de viaje, algún día se consumará y dejará de serlo. Un pensamiento en consonancia con una naturaleza cíclica, un nuevo género en el que, de momento, no hemos tenido la potestad de escribir.
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luz gonzález fernández
Según la Real Academia de la Lengua, llamamos utopía al plan, proyecto, doctrina o sistema optimista que aparece como irrealizable en el momento de su formulación. Además, añade que procede del nombre de un país imaginario descrito por Tomás Moro (s. XVI) en una de sus obras. Analicemos en profundidad la definición. En primer lugar, asegura que se trata de un proyecto, es decir, un plan (término que también aparece en el significado) que se realiza como prueba antes de darle la forma definitiva. Es decir, algo provisional. Aunque, también, designa a aquello que se tiene la intención de hacer. Continuemos con el análisis. Asimismo, se refiere a una doctrina o sistema optimista. Esto es, entonces, que nos encontramos ante un conjunto de ideas u opiniones de una persona o grupo además de un conjunto de reglas o principios sobre una materia racionalmente enlazados entre sí. El adjetivo optimista se relaciona, por su parte, con la propensión a ver y juzgar las cosas en su aspecto más favorable. Por lo tanto, una utopía necesita una base de preparación y tiene que tener una ideología determinada, eso sí, siempre con una disposición positiva ante la consecución del proyecto.
pero sólo, en el momento de su formulación. Si continuamos con el optimismo que el propio término nos regala; es verdad que ahora es irreal pero, ¿y en un futuro más o menos cercano?. El objetivo de este artículo es demostrar cómo muchas doctrinas o sistemas y algunos proyectos y planes que, en un principio, eran irrealizables, el tiempo demostró que eran posibles. Ahora bien, hay que estar atentos porque siempre existen determinados elementos reaccionarios que intentan que esas ideas ya perfectamente asentadas se consideren revolucionarias o simplemente negativas para volver a un pasado más proclive a sus intereses. Empecemos, para demostrar esta tesis, analizando el movimiento obrero. Como sabemos, al principio del desarrollo industrial las condiciones de los trabajadores eran penosas. Estamos hablando de jornadas eternas, explotación infantil, nula asistencias social y sanitaria, ausencia de vacaciones o días libres y salarios bajísimos. Se consideraba subversiva, por otra parte, cualquier reivindicación de un trabajo digno y en condiciones, simplemente, humanas.
Ahora bien, lo que más me llama la De este modo, se prohibían atención, no sé a ustedes, es aquello tanto las asociaciones de obreros de que aparece como irrealizable, como el derecho a huelga. En ese momento, se consideraban
utópicas la asistencia sanitaria, cobrar por enfermedad o jubilación, la jornada de ocho horas o la prohibición del trabajo infantil. Sin embargo, había mucha gente que consideraba que todo ello o algo parecido podía ser posible y luchaba para conseguir sus proyectos. Tanto es así que los pensadores que, hasta 1848, propusieron ideas que abordaban la producción industrial desde otra perspectiva con el objetivo de mejorar las condiciones laborales y vitales de los trabajadores fueran llamados socialistas utópicos por el propio Marx. Este pensador quería diferenciarse de ellos porque los consideraba idealistas. Además, les recriminaba el no combatir la causa sino sólo paliar los efectos de un capitalismo feroz. A pesar de ello, muchas de sus ideas, que ellos mismos pusieron en práctica, fueron aplicadas tiempo después, ya en el siglo XX, en las cooperativas de obreros o la protección y asistencia del trabajador en los llamados clubes sociales o economatos que crearon las grandes empresas en ese momento. Como vemos, lo que a priori puede parecer utópico y optimista se convierte en realizable y realista. Más adelante, las asociaciones obreras fueron luchando para que sus reivindicaciones fueran escuchadas. Es verdad que se
35 Europa, después, desencadenó ideologías políticas totalitarias en las que se apoyaron las élites reaccionarias para continuar con sus prerrogativas. Por otra parte, Rusia aparece como enfrentaron a aquellos colectivos una guía para todos aquellos que querían mantener sus movimientos que intentaban privilegios. Estos últimos, desbancar a los perennes disimulaban sus verdaderas poderosos de sus sillones. intenciones con mensajes de respeto a la propiedad o paz social Todos sabemos cómo acabaron e inoculando en los ciudadanos estos enfrentamientos y las un miedo a lo desconocido y una desgarradoras consecuencias reivindicación de lo tradicional. que provocaron la irracionalidad Todo esto al final pretendía un y la guerra como excusa. mantenimiento de lo antiguo que respetaba sus privilegios y Sin embargo, tras finalizar un obstáculo al progreso que la Segunda Guerra Mundial, pretendía arrebatárselos. aparece de nuevo la puesta en práctica de la utopía que hemos La lucha entre las élites analizado anteriormente y surgió económicas que disfrutaban un término que será símbolo de de los grandes emolumentos la socialdemocracia y proyecto conseguidos en la primera y de creación de un mundo en segunda revolución industrial y paz a partir de la asistencia aquellas nuevas fuerzas sociales pública y total a los sectores más que también querían disfrutar necesitados de la sociedad. Me del pastel provocó un duelo refiero al Estado de Bienestar. sin cuartel tanto político, como Un concepto basado en ideas judicial o periodístico. En aquellos que ya aparecen en el XIX y se países donde se disfrutaba de desarrollarán ampliamente, unas formas de gobierno más como hemos apuntado, tras o menos democráticas, los las Segunda Guerra Mundial. enfrentamientos eran continuos El paradigma de este modelo entre los representantes de los lo encontramos en los países obreros que, tras el triunfo de nórdicos pero, con diferencias, la revolución rusa, fueron vistos se implantará en el resto de como el demonio rojo y los Europa. Sus objetivos son luchar enviados de las élites privilegiadas. contra la injusticia además de La crisis económica que se sufrió proporcionar asistencia social en Estados Unidos, primero y en a toda la población. Esto ha provocado una mejora de las condiciones de vida de la mayor cantidad de gente posible como nunca anteriormente y una defensa de lo público como garante de la protección social.
La crisis de los años 70 puso en entredicho el sistema aunque consiguió recuperarse. Pero, ¿qué está pasando ahora? El ataque al Estado de Bienestar viene, como hemos visto que ha ocurrido anteriormente, por aquellas élites que quieren mantener sus privilegios. Este concepto tiene su cara y su cruz. Privilegio implica que yo disfruto de prebendas que le son negadas al otro. Desde luego, si formo parte de esa élite no me importa proteger una asistencia pública porque yo no la voy a necesitar. Es más, seguramente mi vida será más cómoda y tendré menos competencia si no existe una sanidad o una educación públicas de calidad. Anteriormente, se defendía, también, por cuestiones económicas ya que se necesitaba una amplia masa de consumidores que mantuvieran el sistema capitalista. Sin embargo, actualmente, las grandes élites económicas ni siquiera ganan dinero vendiendo productos reales, sino que sus grandes fortunas provienen de la especulación en diversos ámbitos: alimentos, materias primas, deudas de países soberanos… La economía real ha pasado a ser virtual. Por eso, he denominado al artículo la utopía perdida, porque aunque estoy convencida y, así lo he expuesto en el artículo, las utopías de hoy son realidades de un futuro más o menos próximo. También estas palabras son un llamamiento a la reflexión. No admitamos los hechos que se nos quieren vender ni permitamos que se nos arrebaten las utopías que, tras mucho tiempo, esfuerzo y vidas humanas ya habíamos conseguido.
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Desde Tomás Moro a George Orwell el ser humano ha sentido la tentación de idear mundos maravillosos o infernales como alternativa feliz o proterva a la realidad y circunstancias de su época, esa necesidad de evasión o denuncia denota siempre una inquietud hacia un futuro incierto. Recordemos que Tomás Moro vive en un mundo dominado por una nobleza depredadora, que devora sin piedad los recursos generados por un pueblo depauperado por esa insaciable ansia de poder territorial y económico, y que George Orwell es testigo de una conflagración mundial que ha removido los cimientos morales del hombre contemporáneo. Partiendo de contextos muy diferentes ambos comparten esa misma inquietud que les conduce a reflexionar sobre un hipotético nuevo orden de cosas, así Tomás Moro imagina una isla-nación ideal para superar
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las desigualdades de la sociedad de su época, y George Orwell prevé las nefastas consecuencias de un nuevo tipo de guerra, la “guerra fría”, en la que la pugna por los territorios y recursos estratégicos estará destinada a afianzar la supremacía de las nuevas superpotencias. Orwell teme una ruptura del frágil equilibrio existente y el advenimiento de un gobierno supraestatal, enconado y vigilante, capaz de ejercer un control absoluto sobre el ciudadano y su esfera privada, una nueva forma de dominio total que pretende aplastar y someter la voluntad de los “ciudadanos” para reducirlos a la condición de meros números con el fin de satisfacer las necesidades del nuevo estado represor y totalitario.
del adocenamiento y la sumisión impuesta por la dictadura de los grandes partidos. Sin embargo, Orwell no es pionero, sino epígono, antes el escritor ruso Yevgueni Zamiatin había descrito ese mismo temor en una novela premonitoria, Nosotros (1921). Zamiatin se había adelantado dos décadas a la reflexión orwelliana al saber entrever con aguda inteligencia las terribles consecuencias de un régimen como el bolchevique, autocrático e imperialista, que degenerará en un neozarismo narcisista merced a la figura mesiánica del líder, convertido en salvaguarda y héroe de la nación al que todos los ciudadanos deben rendir culto y pleitesía. Esta inspiradora novela abriría todo un subgénero en la ciencia ficción Como otras grandes ficciones política. distópicas, véase Un mundo feliz (1932) de Aldous Huxley o Fahrenheit En estas obras nos encontramos 451 (1953) de Ray Bradbury, Orwell habitualmente sociedades apela a la voluntad y el individualismo plenamente instauradas y fundadas como únicas formas de superación sobre bases autoritarias en pleno
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funcionamiento donde surgen individuos singulares que destacan sobre la masa y “despiertan” de una conciencia adocenada y aletargada, que desarrollan una actitud o pensamiento crítico sobre la realidad circundante, es el caso de John el Salvaje, Winston Smith o Guy Montag, héroes antisistémicos capaces de amenazar la continuidad de un estado represor e impostor y de concienciar a sus semejantes para afirmar su individualidad y conseguir una ruptura liberadora con un mundo “perfecto”. Ahondando en la degeneración, un aspecto interesante a comentar es el de la utopía que acaba mutando en distopía, una metamorfosis perversa que será consecuencia de la manía casi inherente al ser humano de concentrar el poder en manos de unos pocos privilegiados. Veamos algunos ejemplos que la literatura y el cine nos ha legado. En el primero de los campos es el
propio Orwell quien nos ha ofrecido el mejor ejemplo en su novela satírica Rebelión en la granja (1945), una sabia parábola sobre los peligros que entraña el comunismo. En el cine, tal vez el mejor ejemplo lo encontramos en la película La fuga de Logan (1976) de Michael Anderson, basada a su vez en la novela homónima de William Nolan y George Clayton Johnson, que en su adaptación cinematográfica alcanzó mayor fortuna, y que se constituye en verdadera expresión de huida de un mundo en apariencia idílico, volcado en el ocio y el placer, y en fondo maquiavélico, sometido a la dictadura de las computadoras. En este sentido no podemos concluir sin plantear otro aspecto que afecta directamente a la realidad que hoy en día vivimos, que no es otro que el de la materialización de todas esas inquietudes en las incertidumbres que genera en la actualidad un sistema como el capitalista. Podríamos hablar de utopía dentro
de la distopía y viceversa pues si observáramos desde el otro lado del espejo podríamos constatar que lo que a priori supone una distopía para la inmensa mayoría, para una minoría interesada que detenta el poder supone todo lo contrario. En este sentido ¿no es el capitalismo un sistema “utópico” que una minoría de prohombres tienen interés en preservar a toda costa para continuar detentando el poder por tiempo indefinido? y ¿no es la actual crisis un punto de inflexión necesario para frenar esa degeneración progresiva hacia una “distopía” de imprevisibles consecuencias para el futuro de la humanidad? La historia nos enseña y de nosotros depende aprender de ella para no incurrir en los mismos errores de nuestros antepasados. Sin duda la experiencia sigue siendo la mejor ciencia.
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Jose Manuel Saiz Zunzunegui
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