12 | G U A S Q U E R O S A R G E N T I N O S
Apuntes sobre la preparación del cuero crudo Con el fin de conocer algunas de las técnicas utilizadas en la preparación del cuero crudo a lo largo de la historia, y no siendo este un manual técnico que pretende abarcar todos los pormenores del tema, brindamos un recorrido sintético, sin ahondar en detalles o particularidades regionales, por las formas más usuales de transformar la piel en cuero crudo. Según su preparación, el cuero presenta una variedad de estados que van desde rígido y duro hasta suave y maleable. Resistente al desgarro y al desgaste, puede contener o soportar la acción del agua y la humedad. Es aislante térmico, provee amortiguación a los golpes y puede ser moldeado. La tarea de convertir la piel en cuero comienza en el momento de desollar el animal. El proceso debe hacerse con sumo cuidado a fin de evitar daños. La forma de extracción depende del animal y de la finalidad del material. En animales pequeños, es posible sacar la piel entera realizando un corte en el cuello y, en caso de ser necesario, en extremidades y cola. El resultado es una bolsa de piel con cuatro o cinco orificios que puede ser utilizada para colocar objetos en su interior o para ser inflada con aire. Esta modalidad de extracción en nuestro territorio suele denominarse “sacado en bolsa”. También pueden obtenerse bolsas más chicas sacando el cuero de una extremidad. En animales más grandes, o cuando se buscan otros resultados, la piel puede ser sacada en una sola pieza realizando un corte a lo largo de la parte inferior y en los miembros, o cortando y retirándola en diferentes segmentos. A su vez, del cuero entero fresco pueden extraerse tiras más delgadas de diferentes maneras. Una de ellas es el corte en espiral, que permite obtener una tira larga de material. Esto puede hacerse con la totalidad del cuero o con una
parte del mismo. Según el animal, la piel presentará diferentes espesores en las distintas secciones. Estas variaciones suelen tenerse en cuenta en el momento de la segmentación, ya que los distintos espesores del producto final condicionan o direccionan el tipo de uso que se le dará. Una vez que la piel fue extraída, es necesario limpiarla y remover los restos de grasa y/o carne que pudieran quedar adheridos. La materia obtenida puede ser utilizada sin otra preparación, dejando que se seque de manera controlada, o ser sometida a diferentes formas de tratamiento que estarán determinadas por el uso y la finalidad; en el siguiente apartado citaremos algunos de ellos. En las distintas secuencias del tratamiento de la piel para su conversión en cuero intervienen elementos y sustancias que pueden ser utilizados solos o en combinación con otros. A continuación, nos detendremos en aquellos tratamientos que responden a la preparación de lo que suele denominarse cuero crudo. Posiblemente el tratamiento con grasa y/o humo haya sido una de las primeras técnicas utilizadas por los homínidos para evitar la putrefacción de las pieles. Uno de los principales tratamientos para la conservación del cuero es el secado. En los lugares secos y relativamente cálidos, la forma más común es el secado al aire, durante el cual se produce un intercambio de humedad con el ambiente que deshidrata el cuero hasta obtener un 15 % (o menos) de humedad. En caso de que la temperatura o la humedad del ambiente no lo permitan, este proceso puede ayudarse con la acción indirecta del fuego. Si el cuero es expuesto al humo, además del secado