4 minute read
EL CAMINO HACIA UN CONSUMO RESPONSABLE
Tomar decisiones de consumo conscientes e informadas no solo ayuda al futuro sostenible del planeta, sino que también puede contribuir a mejorar la calidad de vida de las personas. Te contamos sus impactos positivos en la salud física, mental y financiera.
¿Prefieres compartir tu carro con los compañeros de la empresa? ¿Has comprado alguna vez ropa de segunda mano? ¿Tomas duchas rápidas y cierras la llave cuando no la necesitas? ¿Prefieres reparar algo antes que comprarlo nuevo? Si respondiste que sí a la gran mayoría vas por buen camino hacia un consumo responsable.
Cada vez más las personas le apuestan a la simplicidad, la reutilización y lo artesanal. Lejos de los excesos, el consumo responsable se puede interpretar como una filosofía de vida que propone implementar pequeñas acciones al comprar un bien o servicio y tener en cuenta ciertos criterios sociales y medioambientales.
El consumo responsable también involucra prácticas incluidas en un concepto bastante usado actualmente: la economía circular. Dentro de esta se destaca la correcta disposición de residuos, el mantenimiento preventivo de equipos, la compra de productos que permitan reutilizarse –evitando los de un solo uso–, entre otras prácticas que satisfacen las necesidades de las personas y al mismo tiempo disminuyen el consumo de materiales y promueven la durabilidad en el tiempo de uso.
Todo esto, sumado, genera un impacto positivo en el medioambiente y en las diferentes dimensiones humanas de las personas que desarrollan su vida desde el consumo responsable.
Para tu salud física
• Moverse de manera responsable, prefiriendo el uso de transporte público y la actividad física, permite tener mejores condiciones de salud y reduce la contaminación generada al desplazarse de manera individual en vehículos particulares. Intenta el reto de viajar por lo menos una vez por semana en transporte público.
• En caso de que debas movilizarte en vehículo particular, pon a tu favor herramientas de navegación para conocer el estado de las vías. Waze o Google Maps ayudan a escoger la ruta óptima. Los vehículos contaminan más al estar acelerando y frenando en medio del trancón.
• Al elegir alimentos producidos de manera consciente como frutas o verduras orgánicas, productos de limpieza ecológicos o de material reciclado se permite reducir la exposición a sustancias tóxicas y promover entornos saludables en el hogar y en los grupos sociales.
• Revisa la información ambiental de los productos que compras. Muchos de ellos tienen certificaciones que demuestran un menor uso de químicos que afectan tu salud. Algunos ejemplos que puedes encontrar:
Alimentos Pinturas
Producto orgánico Pinturas sin Compuestos Orgánicos Volátiles
Madera Vivienda
FSC (Forest Stewardship Council)
SURA, Celsia y Bancolombia se unieron para crear Muverang, una solución de transporte sostenible para que alquiles un vehículo eléctrico como si fuera tuyo.
Una solución 100% digital, con garantías de seguridad y cobertura, que reduce el CO2 de las ciudades.
Conoce más de este servicio y comienza a utilizarlo.
Para tu salud mental
• En el momento en que se decide hacer una compra consciente se evita caer en patrones de consumo compulsivo y adquisitivo, lo que puede generar estrés financiero y emocional. Al contrario, se escogen los productos y servicios que realmente necesitamos y que están alineados con nuestros valores.
• El consumo responsable nos permite apoyar a empresas y marcas que operan de manera ética y sostenible, lo que puede generar un sentimiento de contribución positiva hacia el mundo y mejorar nuestra autoestima.
• Si adelantamos hábitos de consumo desde el ejemplo y la pedagogía podemos generar cambios en las nuevas generaciones. Los padres o cuidadores pueden enseñar a que es mejor reusar, reparar o reciclar lo que no se usa, antes que desechar.
Para la salud financiera
• Al evitar compras impulsivas y reflexionar sobre nuestras necesidades reales podemos tomar decisiones más inteligentes y ahorrar dinero a largo plazo.
• Optar por productos de calidad y duraderos, en lugar de opciones desechables, reduce la frecuencia de las compras y disminuye los gastos generales.
• Utilizar electrodomésticos y equipos con alta eficiencia en el consumo de agua y energía. Al inicio pueden ser algo costosos, pero en el corto plazo el ahorro será mayor.
• Anímate a explorar fuentes de energía renovable, como los paneles solares. Existen modelos donde puedes realizar la inversión o alquilar el sistema. Es más fácil e lo que parece.
• Al preferir el préstamo o alquiler de herramientas o servicios, como un taladro o una aspiradora, generas un mayor alivio a tu bolsillo. Hoy existen plataformas como Lizit donde puedes alquilar productos por un tiempo en vez de comprarlos.
Acciones para el uso eficiente de la energía
• Comprueba el estado de eficiencia del consumo de los equipos electrónicos. Al momento de la compra, prioriza los de menor gasto. Busca productos con la etiqueta de Energy Star en A, que indica que cumplen con estándares de eficiencia energética.
• Apaga los dispositivos electrónicos y desconecta los que están en desuso; solo por estar enchufados pueden consumir energía.
• Aprovecha al máximo la luz natural. Abre las ventanas y trata de encender las lámparas solo cuando sea necesario.
• Compra bombillas LED, siempre que las que tengas hayan cumplido su ciclo útil. Revisa si encuentras en el empaque de la bombilla su eficiencia e intenta comprar las que tengan una eficacia mayor a 90 lm/watt. Además, busca las horas de vida útil y prioriza las de más duración.
Si quieres incorporar hábitos ecológicos, conoce aquí cómo entrenarlos.
Buenas prácticas para el uso eficiente del agua
• Revisa que no existan fugas de agua en el hogar. Puedes comprobarlo al cerrar todas las llaves y observar si el contador varía.
• Instala dispositivos de bajo flujo y ahorradores como los aireadores de los grifos que reducen el consumo, sin sacrificar el confort; los sanitarios de doble descarga y las duchas con consumos menores a siete litros por minuto pueden disminuir en gran medida el consumo de agua y gas para la calefacción de esta.
• Recoge aguas lluvias que se pueden utilizar para regar las plantas, limpiar el balcón, lavar la trapeadora o los baños. Utiliza al 100% la carga de la lavadora, secadora y lavavajillas.
• Cierra la llave al lavarte las manos, el cuerpo o los dientes.
• Si es posible, puedes recoger el agua de la ducha mientras esta calienta. En ocasiones esto puede representar cuatro o cinco litros de agua, a la que puedes darle otro uso.