Frambuesa
11 A帽o 2 Diciembre | Enero 2014 Colecci贸nala. !Es gratuita!
indice Editorial....... 06 Frambuesa.... 08 Desayuno...... 10 Huerta........ 14
Lonche............. 34 Arte................ 38 Cena................ 46
MĂşsica........ 16
Visitando cocinas... 52 Libro................ 54
EcologĂa....... 24
Bebida.............. 60
Almuerzo...... 18
Entrevista..... 28
Cine................. 55
EDITORIAL
Limonada cumple 2 añitos: qué buena época para ella, se la ha pasado vagabundeando entre arte culinario, plástico, escénico, audiovisual y musical, y amanece hoy vestida en luz, fondo azul cielo con trazos de amarillo sol y rojo frambuesa. Con esta paleta de color, está lista para decirle gracias y adiós al año 2014, y bienvenido seas al 2015. Así que así, por una cuestión de complementariedad necesaria para la perfección y el disfrute, esta edición está dedicada a la frambuesa. Empezamos este día de cumpleaños desayunando con Melissa Abusada en Kitchen Center, quien nos preparó unas deliciosas tostadas francesas con frambuesas. Junto a Anís y su selección musical enrumbamos a nuestro siguiente destino, una ensalada veraniega y una tarta de trufas de chocolate y frambuesa hecha por Ximena Llosa, quien además de alimentarnos, nos dio todo su cariño. Luego, decidimos irnos a Cieneguilla a disfrutar de la tarde junto a la naturaleza y Armando Ángeles, que nos sorprendió con unos langostinos al panko en salsa de frambuesas. Con el cuerpo totalmente saciado, fuimos a alimentar el alma con el arte de Adriana Tomatis, digerido y descrito por el maestro Villacorta. Conversamos con Maxim Holland sobre el proyecto Hawapi, el arte local, las comunidades nativas y el cambio climático, y llenos de esperanza descansamos felices leyendo El bello verano de Cesare Pavese y viendo Frances Ha de Noah Baumbach. Reactivamos la tarde culinaria tomando un té ahumado en la Matilda junto a Fer Margasín y recargándonos de energía con Karen Lema, quien nos preparó un batido verde de frambuesas junto a un panini con súper pesto. Y, ya como para cerrar la noche, decidimos hacer nuestra cena mega frambuesoide en el restaurante Perroquet, donde Jacinto Sánchez y Rómulo Herrera nos prepararon una chita con camarones, y nos cantaron Happy Birthday en un mousse de pera con espejo de frambuesa y base de brownie de nueces. Para Limonada ha sido un delicioso segundo año y, como sería lo natural, esperamos que el 2015 sea aún mejor. ¡Felices fiestas y feliz 2015 a todos! Selma Bozanic infoperu@revistalimonada.com DIRECTORES INTERNACIONALES
EDICIÓN GRÁFICA
Tatiana Bauer tati@limonadacontenidos.com Achille Milone achille@limonadacontenidos.com
Sergio Maceda
Antuanete Del Carpio
FOTOGRAFÍA
Agradecimientos
DIRECCIÓN GENERAL Y EDITORIAL
DIRECCIÓN DE ARTE Y PRODUCCIÓN
Colaboraron en este número
Selma Bozanic infoperu@revistalimonada.com
DIRECCIÓN COMERCIAL Nancy Girau ngirau@revistalimonada.com
DISEÑADORA
Romina Villaruel www.rominavillaruel.com De Hermo dehum.com.ar pinterest: /dehermo/ facebook: /hum.ilus/
Francisco Tomey
Giuliana Origgi
DISTRIBUCIÓN Y LOGÍSTICA
Dédalo Arte y Artesanía Kitchen Center, Perroquet, Menorca.
DEPARTAMENTO COMERCIAL
Melissa Abusada, Ximena Llosa, Armando Ángeles, Adriana Tomatis, Jorge Villacorta, Maxim Holland, Jacinto Sánchez, Rómulo Herrera y Karen Lema.
EDICIÓN REDACCIÓN Y CORRECCIÓN DE TEXTOS
Hecho el Depósito Legal en la Biblioteca Nacional del Perú Nº 201211847 Editorial Aló Bebé S.A.C. Calle San Marcos 303 Of. 202, Barranco. Teléfono 243-2055 Décimo primera edición, Lima, Diciembre de 2014 Forma e imagen empresa gráfica de Billy Victor Odiaga Franco Av. Arequipa 4558 - 4550, Miraflores.
Lorena Sánchez lsanchez@revistalimonada.com Claudia Scamarone cscamarone@revistalimonada.com Gabriela Tejerina gtejerina@revistalimonada.com
Andrea Aramburú Thais Luksic
INTRODUCCIÓN
Frambuesas
Por fin llegan los primeros días de verano, calurosos y brillantes. A nosotros nada nos pone más contentos que despertar con el sol, quien, inmenso y animado, nos saluda desde la ventana. Hoy queremos ir a la playa, jugar en la arena, chapotear sobre las olas y sumergirnos en toda esa magia luminosa que estos meses traen consigo. Nos provoca comer helados de esas frutas exigentes, que una vez desterrados la niebla, la llovizna y el viento frío, empiezan a aparecer en los mercados, como la frambuesa, que solo crece y madura cuando se siente calentita y a gusto.
Las frambuesas son pequeñas y quebradizas, como un corazón aterciopelado de naturaleza inconstante y amoríos fugaces: no podemos confiar en sus palabras punzantes, pues sus promesas duran apenas una semana y luego se deshacen entre nuestros dedos, cuando menos nos lo esperamos. Van con la sensibilidad a flor de piel: hay que tratarlas con
cuidado, porque cualquier presión o intento de incidir sobre su voluntad puede ser fatal.
Casi a escondidas, son poliamorosas como nadie: con su sabor acidulce enamoran a más de uno y hacen buena pareja con todos: además de su larga relación con las mermeladas, tartas, jugos y helados, también han tenido discretos -pero desenfrenados- amoríos con ensaladas y pescados. Su éxito no nos sorprende, pues su hermosura la hace merecedora del premio de belleza entre las bayas del bosque M; es, sin duda, la ninfa más radiante y la zarza más volátil. Su triunfo es indiscutible: ella misma es una pequeña corona formada por bolitas; sus mágicas polidrupas arracimadas la convierten en la musa inspiradora de más de un verso. A pesar de tanta delicadeza, cosechar frambuesas es un asunto espinoso. Eso lo sabe cualquiera que se haya
salvajes enfrentado a sus engreídas zarzas, que todo lo trepan: se enredan caprichosamente por todas partes y sobre sí mismas en un tejido incomprensible de espinas diminutas pero amenazadoras. En medio de esa maraña cuelgan las frambuesas, rojas y brillantes, emitiendo su propia luz desde detrás de las hojas. Cuando es hora de partir, la generosa enredadera se desprende sin arrepentimientos de sus pequeñas joyas. Si las frambuesas siempre llegaron a ti huérfanas, las has conocido ya indefensas: al separarse de la planta quedan vacías, sin núcleo, frágiles alrededor de una ausencia irremediable. Hoy las seguimos recogiendo, aunque no siempre silvestres, una a una, tal cual como, en las tardes de sol brillante, las recogieron los griegos de los suelos húmedos del monte Ida. Cuenta la leyenda que esta fruta de tez fina solía ser blanca como la nieve, hasta que un día la ninfa Ida, hija del Rey de Creta, la manchó con sangre cuando una espina atravesó su piel. De aquí que su nombre científico, Rubus idaeus, nos remita a los tiempos de Aristóteles, quien por cierto mencionó que de no existir los seres humanos no habría nadie capaz de distinguir entre gatos y perros, lirios y frambuesas….
Aunque el “rojo frambuesa” no ha faltado nunca en las paletas de los más ilustres pintores y las canciones digan lo contrario, así como no todos los gatos son grises y no todas las hojas son marrones (menos aquí, donde no existe ese otoño), no todas las frambuesas son rojas. Las hay también negras, azules y amarillas, y como se trata de un fruto del bosque, esencialmente silvestre y andariego, las especies y variedades son infinitas. Se sospecha que tan solo en Asia, uno de sus lugares de origen, hay alrededor de 180 tipos de frambuesa, que aún no han sido catalogados por la ciencia occidental pero seguramente han sido el deleite de distintos pueblos durante centurias.
Nuestro amor frambuésico será un
romance veraniego: intenso y pasional. A la luz del descontrol, este pequeño ser nos ofrecerá sus encantos por una temporada fugaz... Y como sabemos que el futuro es lo de menos y el tiempo es cosa del pasado, nos aferramos al dicho de la abuelita cuando recuerda con nostalgia sus amores de juventud: lo bueno, si es breve, es doblemente bueno. Escribe: Thaís Luksic y Andrea Aramburú
DESAYUNO
Here comes the
sun
Para esta edici贸n, inspirada en la frambuesa, Melissa Abusada prepar贸 para nosotros un indulgente pero saludable desayuno: unas tostadas
francesas con queso ricotta y mermelada de frambuesas.
La especialidad de Melissa es la pastelería; mientras organiza los ingredientes, nos dice que siempre le han encantado los dulces y que le encantan las frambuesas. Los rojos
son sus frutos favoritos, así que con las primeras semanas de calor aprovecha para incorporarlos a sus preparaciones. Esta receta, que rinde de 4 a 6 porciones (dependiendo del diente de los comensales), no solo es deliciosa, sino que es fácil de hacer y tan saludable como los ingredientes que uno elija usar.
MERMELADA
Primero, Melissa empieza a preparar la mermelada: en una sartén caliente, coloca 2 cucharadas de mantequilla, 300 g de frambuesas y 40 g de azúcar (también puede ser panela). Para darle un toque especial, añade un chorrito de miel (puede ser de abeja o de maple), y revuelve la mezcla con una cuchara de palo. A fuego lento, la deja reducir hasta alcanzar la consistencia de una mermelada, siempre prestando atención y revolviendo ocasionalmente para que no se queme. Nos comenta que, si nos provoca, podemos añadirle la ralladura de ½ limón para darle un toque ácido. En unos minutos, el azúcar toma consistencia, las frambuesas se deshacen y la mermelada está lista; Melissa apaga el fuego y la deja enfriar mientras continúa con la receta.
1. Ahora coloca 200 g de almendras en una olla con agua que las cubre, para que se remojen brevemente, y las lleva a hervor durante aproximadamente 2 minutos; luego las cuela (en este punto, pelarlas es opcional y más fácil) y las lleva a la procesadora o licuadora. Como Melissa nos indica, basta con molerlas un poco, no se trata de obtener una pasta. Cuando están listas, traslada las almendras a un tazón con 250 g de queso ricotta (si te gusta más, puedes elegir feta u otro similar), añade 1 cucharadita de canela en polvo, un chorro de miel y mezcla todo muy bien. Esta combinación, junto con la mermelada, irá sobre las tostadas.
Para preparar las tostadas francesas, corta un pan baguette en rebanadas de más o menos 5 cm de grosor, mientras nos comenta que en realidad esta receta puede prepararse con otros tipos de pan; chancay, por ejemplo, para hacer unos chancay franceses... Luego, en un nuevo tazón, vierte ½ taza de leche de almendras, 2 huevos y canela molida al gusto, e incorpora todo con una batidora de varillas. Melissa nos explica que si bien ella eligió utilizar leche de almendras, también puede usarse leche de vaca u otro animal.
2.
3.
Con cuidado, Melissa sumerge cada una de las rebanadas de pan en esta mezcla de leche y huevo, asegurándose de que queden bien remojadas.
Y aquí va el dato secreto: si prefieres las tostadas bien crujientes, debes utilizar leche fría; si te gustan más suaves, leche caliente. Ya nos acercamos al final: coloca 2 cucharadas de mantequilla en una sartén, a fuego lento, y fríe las rebanadas de pan, hasta que estén bien doradas por todos lados. Llegó el momento de servir este delicioso desayuno: Melissa
unta las tostadas con la mermelada de frambuesa;
coloca encima una porción generosa de queso ricotta y almendras, algunas frambuesas frescas y un par de hojas de albahaca; espolvorea azúcar en polvo y las corona con un chorro de miel.
Receta: Melissa Abusada Facebook: Melissa Pastry Boutique 349-2784 / melissaabusada@hotmail.com Texto: Thais Luksic Fotos: Francisco Tomey Dirección de arte: Giuliana Origgi Utensilios de cocina y locación: Kitchen Center Av. Reducto 1135, Miraflores www.kitchencenter.pe
¡Las hay en muchas variedades: rojas, amarillas o negras!
Las plantas de frambuesa buscan el sol pleno, pero es necesario mantener su tierra húmeda: podemos ayudarlas poniéndoles un mantillo de paja o corteza de pino. Necesitan un hábitat fresco y húmedo.
Se trata de un arbusto perenne, que tiene tendencia a extenderse a menos que se le mantenga bajo control.
La frambuesa es uno de los denominados frutos del bosque, porque crece mayormente en claros de bosques, prados, zonas silvestres, junto a humedales y al costado de caminos. Es oriunda de América y Eurasia.
FRAMBUESA
HUERTA
La recolección de los frutos debe realizarse a mano, viendo qué fruto alcanzó el color y el tamaño deseado. La planta recién da frutos a los 2 años. Necesita protección de los pájaros e insectos.
Durante su floración y fructificación debemos regarlas en abundancia; después es necesario reducir un poco la cantidad de riego.
Necesitan suelos ácidos y profundos pero de buen drenaje, para impedir el encharcamiento. Si las vamos a plantar en macetas, lo recomendable es que sean amplias y profundas. Estas reinas del bosque necesitan siempre estar protegidas del viento por otras plantas más grandes. Pueden soportar calor intenso y también bajas temperaturas.
MÚSICA
a s e u b m a r F p o P Las bandas de esta edición de Limonada comparten todas un corazón acidulce, como el de la frambuesa. Todas con voces femeninas al mando, cada una con un estilo particular. Extracciones diversas
El comienzo melancólico de la primera canción de Horrible, el segundo disco de la banda argentina noventera Suárez, provoca bailar solo un baile de salón en medio de la sala: la voz dulce de Rosario cantando sobre “una prueba de valor que nadie va a ver” te arrastra suavemente, hasta que de pronto revienta la quietud, estallan los instrumentos y punza la voz, y el baile se convierte en pogo, porque al diablo con la bilis negra: “voy a ir y venir / voy a pasarla bien / pidiendo todo lo que quiero”. Etiquetado en Internet como un disco de rock alternativo, el resto de Horrible avanza a paso lo-fi por melodías pop, atmósferas shoegazeras, ruidos extraños y bellas letras, y termina en un pastiche de sampleos que ocupa los últimos 20 minutos del disco.
Las ligas menores de Las ligas menores se ha convertido en mi
disco de paseos en bici, a falta de un Renault Fuego. Cuando no tengo música, lo empiezo a cantar por inercia, como si el primer pedaleo estuviese sincronizado con la voz suave de Anabella entonando “un sweater violeta y / un pantalón de corderoy”. El disco marcha, y las guitarras de Pablo y Anabella, el bajo de María, los teclados de Nina y la batería de Micaela incendian las melancólicas letras que caminan a paso lento, mientras las emociones van a 1200 km por hora; también las mías, porque
“prefiero el silencio de la montaña / a escucharte hablar, una y otra vez / de cómo nunca perdés”. Son, el cuarto álbum de estudio de Juana Molina, es muchas cosas a la vez, todas cambiadas de lugar. Es caos,
murmullos, gritos, cielo e infierno; va en círculos y al revés. El corazón sutil y eléctrico de Juana se trasluce en canciones que sangran, porque “donde hubo fuego / heridas quedan”, en sonidos electrónicos y vocales que se repiten en ondas que, inquietantes y hermosas, nos conducen a un estado de trance espacial. Y para las tardes osadas de verano, nada como el indie pop acidulce de Los Punsetes: madrileños, raros y fanáticos acérrimos del Punset. La primera vez que vi a Ariadna cantar no entendía por qué no se movía; su voz punzante y melodiosa salía misteriosamente de un cuerpo inerte. Creo que ni ella misma lo entiende, simplemente así se siente más a gusto. LPIV es su cuarto disco (¡acaba de salir hace un mes!). Fieles a su estilo, pero quizá menos dulces que en el anterior, esta vez nos traen 11 canciones de verdades “a la cara”, directas y estridentes, como un “animal muerto sobre la almohada”, que nosotros no nos atrevemos a decir porque pueden resultar políticamente incorrectas... pero que no por eso dejamos de bailar y cantar hasta quedar afónicos:
“Me gusta que me pegues / sin motivo aparente / tus golpes son / siempre pertinentes”. Los Punsetes o gustan mucho o no
gustan nada: a mi me encantan. Cultivos locales
Gomas es mi banda local favorita. Su
sonido, en medio de la escena que yo frecuentaba, en la que todo era rock, punk o ruido, era y es algo especial. Por fin, pop. Es una banda que disfruta de tocar pop en medio de un circuito en el que a menudo se toma esa palabra con un poco de desprecio o roche. La combinación divertida y contagiosa de la voz melodiosa de Susana, su teclado, el bajo demente de Nando, la batería precisa de Muriel y los sonidos bizarros y estridentes del pad electrónico que toca Mariel (sonidos pregrabados como ladridos y gritos de lo que yo imagino como un pterodáctilo) me atrapó inmediatamente. Esa era la formación original, con la que sacaron un EP titulado Canas Verdes (pueden buscarlo en Bandcamp), pero hace ya varios meses la alineación de Gomas cambió. Inicialmente como consecuencia de una epidemia de tendinitis que obligó a Nando y Susana a bajarle el ritmo, se unieron Teté (bajo/
sinte) y Giacomo (guitarra), que ahora son parte integral de la banda. Con su entrada, Gomas ha cambiado, y aunque a veces extraño la simplicidad y el lo-fi de la formación original, porque así me enamoré de ellos y me domina la nostalgia, es innegable que han mejorado y ahora tienen un sonido más complejo y lleno, sin que hayan perdido nada de su particularidad. En sus conciertos es imposible dejar de bailar, y nunca he visto un público tan frenético y a la vez tan sonriente como el que vi este año en la Fiesta Gomosa. Escribe: Anís
ALMUERZO
La reina s a y a b s a l de Si hubiera un concurso de belleza entre las frutas y yo fuera la jueza, la ganadora indiscutible sería la frambuesa.
Su forma es tan especial, y es una mezcla perfecta entre dulce y ácido. No hay fruta más delicada. Por eso, en mi mundo culinario trato de usar frambuesas cada vez que están en temporada, no solo para decorar sino para jugar el rol principal en salsas, compotas, mermeladas, jugos y hasta cocteles. Son muy versátiles y que se prestan para muchas combinaciones exitosas.
LICUADO
Los jugos, sobre todo ahora que se acerca el verano, van a estar a la orden del día. Uno de mis favoritos es el jugo de mango, frambuesas y menta. Para preparar dos vasos de este jugo súper refrescante y colorido, primero tienes que lavar, pelar y cortar 1 mango en pedazos pequeños (el mango Edward es mi favorito). Luego, licúalo con 1 taza de frambuesas y un poco de agua o jugo de naranja al gusto, dependiendo de qué tan espeso te guste. Si te gustan los jugos dulces, también puedes añadirle un poco de azúcar rubia. Cuando esté licuado (no te pases, que no se ponga demasiado líquido), cuélalo para lacar las fibras del mango y las pepitas de la frambuesa. Ahora vuelve a ponerlo en la licuadora y agrégale 4 cubos de hielo y 6 hojas de menta para darle un toque refrescante. También aprovecha para ver si está bien de azúcar y si te gusta la textura. Licua el jugo por 30 segundos, sírvelo y ¡disfrútalo! Este jugo es aún más delicioso servido en un vaso heladito, y también es perfecto para agregarle un chorrito de vodka.
También soy amante de las ensaladas, y me gusta que tengan salsas o aliños diferentes. Este me lo inventé usando como base uno que preparo siempre con limón y yogurt, al que agregué un poco de frambuesas: dio un giro inesperado y descubrí, mientras lo preparaba, que el aliño tomaba un color rosado suave y precioso… ¡mi color favorito!
ALIÑO Y ENSALADA
La preparación de este aliño de limón, yogurt y frambuesas es simple, pero es importante hacerlo poco antes de servirla, porque si no se pone amarga. En un tazón mediano, mezcla ¼ de taza de jugo de limón, la ralladura de 1 limón, 1 cucharada de mostaza Dijon, sal y pimienta al gusto. Luego, añade 5 cucharadas de aceite de oliva y bate la mezcla enérgicamente. Solo hace falta agregar 100 ml de yogurt natural (sin azúcar añadido, y mejor si es espesito), 1 cucharada de romero bien picado y ½ taza de puré de frambuesas. Para hacer el puré simplemente cocina 100 g de frambuesas con una pizca de azúcar por 15 minutos y luego déjalo enfriar.
Este aliño es perfecto para aderezar una deliciosa ensalada veraniega, fresca y nutritiva. Para preparar seis porciones, primero hay que cocer ¼ de kilo de alverjitas en agua hirviendo con sal; 4 minutos desde que el agua retoma el hervor son suficientes. Apenas estén listas, cuélalas y échales un chorro de agua fría para detener la cocción; así quedarán bien verdes. El resto de los ingredientes son crudos: debes lavar 1 bolsa de lechuga de seda,
pelar, despepitar y cortar 2 tomates bien maduros y cortar 1 palta en cubos (recomiendo echarle un poco sal y limón para que no se ponga negra). ¡Listo! A armar la ensalada: coloca
en el fondo la lechuga, como una cama, y añade encima los vegetales. Ahora añade 100 g de queso de cabra, desmenuzándolo y tratando de distribuirlo uniformemente y, finalmente, corónala con la estrella de
este platillo: 100 g de frambuesas frescas. Puedes añadir el aliño a último momento, o dejar que tus comensales lo hagan. Además, Para darle un toque extra
de color, yo le añadí ralladura de naranja confitada.
POSTRE
Cuando de postres se trata, una de mis combinaciones favoritas es el matrimonio entre frambuesa y chocolate. En esta unión el divorcio no es una opción: deben estar juntos hasta que la muerte los separe. Por eso elegí preparar para ustedes estas tartitas de suave trufa con una sorpresa de compota de frambuesas dentro. Se ven tan delicadas que hasta da pena comerlas… ¡pero olvídense de la pena, prepárenlas y cómanselas con ganas!
Por: Ximena Llosa, chef del programa Oh Diosas! Facebook: Ximena Llosa Chef contacto@ximenachef.com
Esta receta rinde seis tartitas. Hay que empezar por la masa: en un tazón, mezcla 160 g harina sin preparar, 60 g de azúcar en polvo y una pizca de sal. Luego toca agregar 115 g de mantequilla fría (si la cortas en cubitos antes será más fácil incorporarla). Usando tus manos o un procesador, deshazla hasta que parezcan migas de pan, y luego forma una bola de masa. Si no la has manipulado mucho y aún está fría, estírala con un rodillo y forra los moldecitos para tartas. Si no, es mejor refrigerarla antes de hacerlo. Cuando estén forrados, congélalos por 10 minutos y luego hornéalos a 350°F/180°C hasta que estén bien dorados. Lo que más me gusta es poder llegar a la gente con mis recetas, que le pierdan el miedo a la cocina y puedan prepararlas con éxito. Cuando alguien me agradece porque que le salió mi receta… ¡eso me
pone demasiado feliz!
El relleno para estas tartitas es de lujo: compota de frambuesas y trufa.
Para preparar la compota, simplemente pon en una olla 150 g de frambuesas (frescas o congeladas, las que tengas), ¼ de taza de agua, la ralladura de ½ limón, 4 cucharadas de azúcar rubia y una cucharadita de vainilla. Cocina la mezcla a fuego medio-bajo por 15 minutos, removiendo de vez en cuando. Si te provoca que sea más dulce, puedes agregarle más azúcar. Cuando esté
lista, pasa la compota a un tazón y déjala enfriar. Cuando enfríe espesará un poco, así que no te preocupes si la textura te parece muy aguada. Para preparar la trufa, lleva a hervor en una olla 125 ml de leche fresca y ¼ de cucharada de glucosa. Luego añade 300 g de chocolate bitter (picado muy finamente), mezcla bien y retira del fuego. Puedes agregarle 1 chorrito de vainilla o de un licor que te guste. ¡Ahora solo falta armar las tartitas! Sobre cada masa, pon 2
cucharadas de compota y rellena el resto con la mezcla de trufa. Déjalas reposar un momento antes de refrigerarlas: en dos horas habrán cuajado. Para decorarlas, puedes poner 1 cucharada de frambuesa en cada uno, y encima algunas frambuesas frescas y una hojita de menta o alguna flor comestible.
Tienen una pinta muy vintage, así que son perfectas para servirlas en platos de ese estilo. ¡Provecho!
ECOLOGÍA
El sol se acerca a nosotros y el calor se asienta nuevamente como un manto sobre el hemisferio sur. El verano ha llegado.
Como tengo que escribir sobre el compost o compostaje decidí que voy a hacer mi compostaje casero e iré escribiendo lo que suceda en una especie de diario documental. Pongo algo de música y me siento frente a la computadora. Antes de empezar, eduquémonos un poco con una búsqueda en la red. El compost o mantillo se puede definir como el resultado de un proceso de humificación de la materia orgánica, bajo condiciones controladas y en ausencia de suelo. El compost es un nutriente para la tierra, que mejora la estructura, ayuda a reducir la erosión, y ayuda a la absorción de agua y nutrientes por parte de las plantas.
Ya sabemos qué es lo que vamos a hacer; ahora a hacerlo. Para esto recurro a un número pasado de esta misma revista, en su edición argentina (que pueden ver en la red). En principio necesitamos un compostador (recipiente donde mezclaremos los “ingredientes”). Se puede comprar o lo podemos hacer nosotros. En mi caso, lo voy a hacer. Tomamos un bidón de 5 litros de agua, le cortamos la parte superior y hacemos agujeros pequeños en la base: esto va a servir para que el compostaje se drene y así evitar el mal olor. Luego lo forramos con una bolsa para residuos (con agujeros también). Es recomendable colocarlo en tierra y bajo sombra para que conserve la humedad, y no haya que regarlo a cada rato. Como donde vivo no tengo tierra, tomé un cajón de verdulería, lo cubrí con una bolsa de residuos y lo llené de tierra, colocando el compostador en el medio. También lo pueden hacer en una maceta grande.
Es aconsejable tener ciertos instrumentos de medición (termómetro de alcohol, medidor de PH) para conocer mejor el estado del compostaje; no tengo de esos, así que tocaré de oído, como quien dice. Ahora lo divertido:
¿QuÉ ponemos dentro…?
El primer instinto va a ser querer tirar todos los residuos que tengamos para agrandar nuestra nueva creación. Repriman un poco esas ganas, porque no se puede poner cualquier cosa. Puedes poner hojas, pasto, paja, ramas trituradas, vegetales, flores marchitas, restos de frutas (sin las semillas o carozo), todo tipo de hierbas que haya en el jardín o en las macetas, café, té, yogures vencidos, corchos, aceite de cocina, cenizas. Casi todos los restos de comida, alimentos podridos o cocidos salvo los de origen animal (carnes, huevos) pueden añadirse al compost. Habiendo juntado todo lo que encontramos en nuestras cocinas, ahora preparémoslo. Primero hacemos en el fondo un colchón de hojas y ramas trituradas. Después de esto, pongamos todos los desechos que reunimos. Lo regamos para que quede húmedo y no pasado por agua, y lo ponemos a la sombra en un lugar caluroso. Ya han pasado un par de semanas desde que hice mi compost y estoy
por tomar una muestra para ver su estado (que no se haya podrido). Si escurre líquido hay que ponerle unas hojas secas para que lo absorban; si está muy seco, regarlo un poco. Si tiene olor a amoníaco es porque la materia seca y la húmeda no se integraron debidamente: en ese caso, deberíamos revolver la mezcla y agregarle hojas, ramas o trocitos de madera. Es importante que el PH del compuesto se mantenga neutro, para que la descomposición no se interrumpa. Si tienen alguna manera
aquello que siempre quisimos tener pero que creíamos que no iba a sobrevivir en tierra poco abonada. Para saber si nuestro preparado está óptimo hay que ver el color; este debe ser marrón o negro. Tiene que tener un olor suave, a bosque en verano, y debe estar frío por la falta de actividad de los microbios.
de medir el PH y este se encuentra por debajo de 7, significa que el compostaje está ácido. Esto se resuelve agregando cal o cenizas. Si el valor es mayor a 7, entonces está alcalino y se corrige incorporando restos de frutos cítricos u hojas de pino.
La manera de usarlo es la siguiente: colocar un centímetro
Ya ha pasado un mes y viene bien el compostaje: es momento de invertir las capas para renovar tanto la parte inferior como la superior de la mezcla. Para los impacientes como yo en este momento se le puede agregar cal, para estimular y acelerar el proceso de las bacterias.
Yo voy a plantar una pequeña planta de tomates que ya debo trasplantar y luego les haré saber cómo me fue. Si lo prueban y les da resultado manden fotos con los resultados a nuestro facebook. Aquí los dejo yo, suerte con sus compostajes y nos vemos en otoño.
Han pasado ya dos meses desde que empezamos (quiero creer que lo hicieron a la par conmigo). Nuestro compostaje ya debería estar listo. Es momento de usarlo en la tierra del jardín o en las macetas de nuestras terrazas, y plantar
y medio de compostaje sobre la tierra (una vez al año, preferiblemente en otoño). En maceta, se debe combinar mitad tierra, mitad abono casero.
Referencias: www.infoagro.com/abonos/compostaje.htm Limonada Argentina Nro10 www.revistalimonada.com Facundo Spolaore
ENTREVISTA
HAWAPI por Maxim Holland El 3 de diciembre se inauguró en el Museo de Arte Contemporáneo de Lima la muestra HAWAPI 2014, que reúne el registro y algunas de las obras que 19 artistas realizaron a partir de una experiencia de
convivencia al pie del nevado Pariacaca, a 4600 msnm.
EL PROYECTO El antecedente de HAWAPI es AFUERA, un proyecto que se realizó en 2012 en Cerro de Pasco, ciudad emblemática por la minería a tajo abierto y sus nocivas consecuencias sobre el ecosistema y la salud, y en 2013 en Pisco, ciudad portuaria por excelencia que en 2007 sufrió un devastador terremoto y cuya población, 7 años después, sigue viviendo en situación de emergencia.
Maxim Holland, el organizador de HAWAPI (“afuera” en quechua), nos explica que la idea es desplazar a un grupo de artistas a un lugar ajeno al circuito tradicional del arte contemporáneo, un espacio naturalmente bello, pero en donde la vida no se desarrolle con tanta facilidad como en la ciudad, un espacio que fomente la necesidad de compartir conocimientos y sirva como inspiración para la obra de cada uno de ellos. En esta primera edición, cuyos resultados se expondrán durante todo el mes de diciembre en el MAC, la intención fue elegir una locación que estimule la reflexión y el diálogo acerca de la problemática ambiental que enfrenta y enfrentará el Perú, uno de los países más sensibles al cambio climático, durante los próximos años, y así aprovechar la oportunidad que tenemos en Lima en el contexto del desarrollo de la COP20 (Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático). El nevado Pariacaca, ubicado entre Lima y Junín, fue el lugar elegido. La elección de un nevado remite inmediatamente al manejo
del recurso hídrico, particularmente a la lucha por el agua que hace varios años resuena en nuestro país, aunque probablemente no lo suficiente, ya que su representación en los medios oficiales, en el mejor de los casos, es el de un problema que compete solamente al agricultor y al ganadero, o a las poblaciones periféricas o rurales. Como nos cuenta Maxim, la elección del Pariacaca, en lugar de algún nevado tal vez más grande y conocido, como el Pastoruri, responde a la necesidad de llamar la atención de la ciudad de Lima y vincularla a la problemática del agua en su propio territorio. De hecho, el rol crucial del Pariacaca estaba bastante claro para los antiguos habitantes de estas zonas: es uno de los apus principales de los Andes centrales, motivo de peregrinaciones y cultos prehispánicos, cuya historia se conserva en los Manuscritos de Huarochirí. En este texto, Pariacaca es representado como el dios del agua y las lluvias torrenciales, el agua que nos permite habitar esta ciudad que, si bien a veces lo olvidamos, está edificada en un desierto.
HAWAPI es un proyecto ambicioso, pues organizar un campamento (“residencia”) a 4600 m.s.n.m para 19 artistas, con energía solar, por 7 días, con todas las dificultades propias de la geografía andina y las de la altura, no es tarea sencilla.
Fue necesario buscar financiamiento externo, que consiguieron gracias a Arts Collaboratory, un programa establecido por las organizaciones holandesas Hivos y la Fundación DOEN. Maxim nos explicó que si bien fue difícil conseguir el financiamiento, él sintió desde un principio que Arts Collaboratory era la pareja perfecta para esta edición del proyecto. Además, HAWAPI recibió una subvención de parte de Prince Claus Ticket Fund, lo que les permitió traer a artistas extranjeros, y ayuda de la agencia de trekking de los padres de Maxim, que les facilitó todo el equipo necesario para montar el campamento. El proyecto hubiese sido imposible de realizar, asimismo, sin la participación de la Asociación de Arrieros del Apu Pariacaca, liderada por Antonia Segura Soto y conformada por expertos arrieros locales, cuyo valioso conocimiento de la zona y las condiciones aseguró el éxito del viaje y la supervivencia en el campamento. INTENCIÓN Y RESULTADOS
Maxim es claro sobre su propósito al realizar HAWAPI: frente a la pregunta de hacia quién cree está dirigida principalmente la crítica en esta edición (en las dos ediciones de AFUERA la negligencia del Estado y las empresas mineras ocupaban sin duda un lugar privilegiado), indica que su interés no es criticar, sino entender mejor una situación muy compleja, pues cree que es demasiado frecuente la tendencia a criticar desde la distancia y la falta de conocimiento. Sin embargo, deja claro que le interesa fomentar que los artistas trabajen en torno a problemas actuales y urgentes, pues concibe el arte como una herramienta de cambio social y a los artistas como sujetos con un rol privilegiado en la sociedad en tanto cuestionadores, visionarios, y aportadores de propuestas y miradas distintas. La aproximación de cada artista, según sus intereses y experiencia personal, ya es otra cosa. Sobre el impacto que este proyecto pueda tener sobre el público en general, al intentar descentralizar el arte contemporáneo, que muchas veces se mueve
a través de circuitos y discursos que resultan excluyentes y elitistas, se espera promover el diálogo, ayudar al público a profundizar su entendimiento, y ampliar su perspectiva sobre los temas relacionados al cambio climático y su impacto en la región y el mundo en general. En ese sentido, si bien aún no hay planes concretos, se espera mover el proyecto por la mayor cantidad de circuitos posibles. Por ahora tienen claro que participarán de la primera edición de Futuro Caliente, un festival de arte colaborativo que tomará el espacio público, también por motivo de la COP20. En realidad, el impacto que HAWAPI pueda tener en la población en general es imposible de determinar, y eso no parece preocuparle mucho a Maxim, que nos confiesa que en realidad su interés principal está en el impacto particular que el proyecto tiene en los artistas, el aprendizaje personal de cada uno. Es esa la principal motivación, reunir a estos artistas para fomentar en ellos la reflexión y el trabajo en torno a un problema que considera urgente y relevante para la sociedad en conjunto, cosa que algunos quizás nunca habían hecho: “...trabajos
con un mensaje, obras que comuniquen algo. Cada uno a su manera pero que estén en contacto con los temas que son importantes para toda la sociedad hoy en día”. Resalta, de esta experiencia, el enfrentamiento con la naturaleza y el tiempo, el estado de contemplación que es tan inusual en la vida citadina. Además, el trabajar en un espacio nuevo, difícil, obligó a varios de los artistas a adaptar su obra a las posibilidades que ofrecía el lugar; viajar hacia el Pariacaca con una idea determinada de lo que querían y tener que modificarla los confrontó con su propia ignorancia, su propio desconocimiento del lugar. El hecho de trabajar en
un espacio aislado, de difícil acceso y clima impredecible, compartiendo el día a día con todos los miembros del campamento y ayudándose mutuamente, según Maxim, provocó lo que para él fue el efecto global más interesante e importante del proyecto, y para el cual fue crucial el proyecto desarrollado por Nahú y Gabriela, la radio HAWAPI: “Nos unió, generó una
identidad comunal [...] Nos volvimos una comunidad, literalmente. Tener esta radio, nuestro propio medio de comunicación, aunque parezca un poco ridículo para tan pocas personas en un área de 150 m2, tuvo un impacto psicológico sobre el grupo.” Esta microcomunidad, que se generó a partir de la convivencia en un lugar aislado y la mutua dependencia, es para Maxim una metáfora de la comunidad global y su enfrentamiento a las condiciones climáticas cambiantes. Cuando le preguntamos por sus planes hacia el futuro, Maxim se ríe y responde que lo que le piden todos los artistas (siempre hay algunos que vuelven a participar y también algunos nuevos)
es que la próxima vez vayan a un lugar menos frío, en la selva o la costa. Por ahora no hay planes concretos para la próxima edición de HAWAPI, excepto la intención de seguir adelante con el proyecto y llevarlo a otras zonas del país. Como afirma Maxim, las problemáticas sociales, políticas y ambientales que demandan atención y reflexión en el Perú son prácticamente infinitas.
La exposición de HAWAPI 2014, que incluye algunas de las obras producidas durante la estadía al pie del Pariacaca, así como el registro visual de otras y el proyecto en general, va desde el 3 de diciembre hasta el 4 de enero en el Museo de Arte Contemporáneo de Lima. En HAWAPI 2014 participaron: Alejandro Jaime Celine Wald - Christians Luna - Colectivo Emergentes - Dana Bonilla - Diego Vizcarra - Eduardo Valdez Eliana Otta - Frank Cebreros - Gabriela Leon & Nahú Rodríguez - Giuseppe De Bernardi - Haresh Bhodjwani - Ishmael Randall Weeks - Johannes Laumer - Jose Urteaga - Mark Dorf - Pamela Arce - Teresa Borasino
Museo de Arte Contemporáneo (MAC) - Av. Grau #1511, Barranco - www.maclima.pe HAWAPI - www.hawapi.org
LONCHE
Al cocinar, m e fascina fusionar sab ores, textura s y colores. Co mbinar colores vivo s que realzan los platos y que con solo verlos t e provoca probarlos es algo que disfruto muc ho hacer. Por eso mis espec ialidades so n siempre full impresi贸n -隆de color y s abor!llamativas t anto para la vista como pa ra el paladar .
Les enseñaré a preparar unos
langostinos al panko en salsa de frambuesas, cuya inspiración vino
de la idea de seguir la secuencia de ingredientes agridulces que acompañan muy bien a los mariscos. Se me ocurrió que podía hacer el mismo proceso que ya había probado antes con el maracuyá con otras frutas deliciosas como la frambuesa y el tamarindo.
¡Los resultados fueron deliciosos, y aquí va la receta!
preparando la salsa de frambuesas. Lava 250 g de frambuesas frescas con un fuerte chorro de agua, para limpiarlas bien, y déjalas escurrir. Luego, licúalas con el jugo de 2 naranjas grandes y maduras. Una vez listo el jugo, te recomiendo colarlo bien, utilizando un colador mediano, para deshacerte de las pepitas que raspan el paladar e interrumpen el sabor al probarlo. Empieza
Ahora, ¡es momento de llevarlo al fuego! Coloca lo obtenido en una olla mediana
y añádele 150 g de azúcar blanca; además, agrégale una cucharada sopera de canela y otra de clavo. Verás que se va formando una salsa… caliéntala despacito, a fuego lento, hasta conseguir la textura deseada: tipo una miel. Te sugiero moverla utilizando una cuchara de madera, porque la
madera tiene la propiedad de transmitir tu energñia a lo que estññaás preparando.
de 2 maracuyás. Es importante que añadas el jugo de maracuyá casi al final, solo unos momentos antes de retirar la olla del fuego, para que este no pierda el acidito que lo caracteriza y se combine generando un aroma nuevo, como una explosión agridulce.
Ya estñña listo: retira la olla del fuego y deja reposar la salsa a un lado. Ahora, es el turno de preparar los
Una vez que la salsa esté lista, sin deliciosos langostinos al panko. sacarla aún del fuego, agrégale el jugo
Lava 300 g de langostinos frescos. Al compararlos, es importante que te fijes que la cabeza de los langostinos mantengan un aspecto traslúcido y que el cuerpo no tenga manchas oscuras. Así sabrás que están frescos. Luego de lavarlos bien, déjalos escurrir por unos 10 minutos. A continuación, pela los langostinos de arriba hacia abajo, dejando intacto el cascarón en la parte de la cola, para poder cogerlos con facilidad al momento de comerlos. Ahora, realiza un corte pequeño en la parte del lomo, de modo que puedas limpiarlos por dentro y sacarles el cordoncillo negro (¡estos son sus intestinos).
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Para el siguiente paso, te sugiero preparar tres tazones antes de proceder: uno con 150 g de harina sin preparar, otro con 4 huevos y, finalmente, otro más con 150 g de panko. Para que la preparación sea mucho más fácil y cómoda, es necesario que tengas todo lo que usarás listo y a la mano. Este paso requiere mucha atencióóon: una vez
pelados los langostinos, échales una pizca de sal y otra de pimienta, y pásalos primero por la harina, luego por el huevo y enseguida por el panko. Presiónalos con la mano para que todo pegue bien.
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Ahora, coloca en una sartén ½ litro de aceite vegetal y caliéntalo a fuego medio. Suelta los langostinos con cuidado, uno por uno, volteándolos constantemente hasta conseguir un dorado uniforme. Cuando estén doraditos, sácalos del fuego y colócalos en un recipiente forrado con papel toalla, para absorber el exceso de aceite.
Receta y texto: Armando Ángeles Arroyo Locación: XXX
Los puedes servir colocándolos con la colita hacia arriba, como formando una corona india. Decóralos con perejil crespo y rocíales encima la salsa de frambuesas que preparaste antes. Para acompañar este plato con gracia, te sugiero un buen anisado. ¡ Que lo disfrutes.
ARTE
Adriana Tomatis De todo el mobiliario que rodea al humano en una vida, la silla es la que guarda con él la relación más cercana, al punto de que su sola presencia ha sido utilizada por un gran número de artistas visuales como símbolo de una ausencia, irreparable o no. Esta ausencia trae consigo la posibilidad de experimentar la espera como un estado consustancial a la vida en relación a los demás. Otros artistas, por el contrario, la han presentado ocupada por una figura poseída por el desamparo a un grado tal que la convierte en un apoyo del individuo en la soledad y, por ende, en la representación de un respaldo físico de la consciencia en el quiebre emocional. Adriana Tomatis ha buscado una vía alterna a ambas, dado que si bien en su nueva serie de trabajos parte de la asociación afectiva que guarda en su memoria con la persona a la que perteneció el mueble que ella retrata una y otra vez, este no parece cobrar en ningún caso el aspecto de un asiento para el desamparado o de un emblema del ausente. La silla que ella pinta es una que se presenta más grande que cualquier silla habitual y acoge a una serie de cuerpos de ambos sexos que se relacionan diferentemente con ella. Podría uno decir que entra abiertamente en juego con cada cuerpo que la pintora ha tomado como modelo. Está claro que la silla no pertenece a ninguno pero es un elemento en una situación lúdica, en una suerte de permuta de asiento, pues un modelo se lo cede a
otro con entera libertad. Adriana Tomatis es la que decide quién, cuándo y cómo, y esto le da a la serie de pinturas un carácter contaminado de performance. El aspecto lúdico se refuerza en la serie de imágenes -dibujos-, transferidas a papel hecho a mano por la pintora, en las que la silla aparece vacía pero en relación natural con más individuos, que podrían ser los miembros de una familia para la cual la silla se ha transformado en una presencia más -hasta una mascota aparece retratada en el asiento, como si estuviera en un regazo-, como si un espíritu acompañante se hubiera encarnado en el mueble antiguo y de ser un testigo inerte se convirtiera en una compañía. La aproximación pictórica sugiere una corriente de empatía en flujo. Las pinturas tienden al verde agua, que inmediatamente sugiere una suavidad fluida que elude los acentos graves de cualquier invocación a la memoria como algo sagrado. En esta modalidad pictórica, hay lugar para la aparición de una frescura que la traza del dibujo en los lienzos y las irregularidades naturales del papel hecho a mano aportan a la imagen siempre.
Adriana Tomatis explora una familiaridad en clave cotidiana, que nos es presentada nucleada en un objeto que cobra vida y alienta una ficci贸n con caracter铆sticas de brev铆sima narraci贸n: una trama encapsulada por una voluntad que conoce las facetas de un mundo impermanente. Jorge Villacorta
CENA
Le perroquet rouge
Esta cena es obra de Jacinto Sánchez y Rómulo Herrera, chefs peruanos, capos de la cocina y creadores responsables del restaurante Perroquet en el Country Club Lima Hotel, que recibe cada día a presidentes, artistas, políticos y un sinfín de siempre satisfechos comensales.
Esta vez Jacinto nos preparará una chita con camarones servida con papas panaderas, un delicioso plato que, según él, es muy fácil de preparar y, además, estará listo en tan solo 12 minutos.
Para empezar tendrás que calentar una sartén de teflón, agregarle un chorrito de aceite de oliva y, enseguida, colocar dentro un filete de chita, previamente aderezado, por el lado de la piel. Una vez dorada la piel, dale la vuelta y espera a que dore nuevamente, por el otro lado. Antes de retirarlo del fuego, verifica que el pescado esté bien cocido. GUARNICIÓN
Para la guarnición, corta 10 g de papa en chips delgados, fríelos para que queden crujientes, y resérvalos a un lado mientras preparas la cebolla. En una sartén caliente, agrega un chorrito de aceite de oliva y, a continuación, saltea 30 g de cebolla blanca, cortada en pluma. Luego, añade 30 ml de vino blanco y, cuando el alcohol se evapore, agrega 50 ml de crema de leche hasta que coja punto. Finalmente, añade los chips de papa y mezcla bien. Prueba la crema y rectifica la sazón con sal al gusto.
SALSA DE CAMARONES
Para la salsa de camarones, pon a calentar un chorrito de aceite de oliva en una sartén y sella 6 colas de camarones limpias. Resérvalas a un lado y, en la misma sartén, agrega 3 g de ajo picado y 10 g de pasta de ají panca; espera a que dore y luego añade 20 ml de vinagre blanco para desglasar. Una vez que esta mezcla reduzca, agrega 100 ml de fondo de carne, deja que coja punto y, finalmente, echa los camarones sellados junto a 2 g de perejil picado. Nuevamente, rectifica la sazón con sal al gusto y saca la sartén del fuego.
Para terminar, coloca las papas panaderas en un plato, sobre ellas la chita y adorna con la salsa de camarones.
se hidraten bien. Luego bota el agua sobrante y llévalas al microondas o a baño maría para que se disuelvan. Una vez que el colapis esté bien disuelto, mézclalo con el puré de peras.
En este momento Rómulo hace su aparición para regalarnos un delicioso, ligero y
rosado mousse de pera con espejo de frambuesa y base de brownie de nueces. Receta para 10.
Para terminar el mousse de pera, bate 300 g de crema de leche hasta punto yogurt e incorpórala al puré de forma envolvente. Prueba la mezcla y rectifica el dulzor; si te provoca que sea más dulce, puedes añadirle más azúcar.
Para el montaje del postre, coloca sobre cada uno de los moldes con Empezaremos con el mousse de pera, para ello pela 5 peras cuidadosamente brownie una porción de mousse de
y hiérvelas por 30 minutos en 2 litros de agua con 150 g de azúcar, 5 g de canela y 6 clavos de olor. Mientras hierven las peras aprovechamos el tiempo para preparar el brownie de nueces. Empieza por batir, utilizando una batidora eléctrica, 4 huevos junto con 125 g de azúcar blanca y 1 cucharadita de esencia de vainilla. Bate bien, a máxima velocidad, hasta que la mezcla doble su volumen. A un lado, derrite 125 g de mantequilla en una sartén caliente y resérvala mientras troceas 50 g de nueces. Luego, combina un poquito más de una taza de harina (125 g) con 2 cucharaditas de polvo de hornear (8 g) y ciérnelos; agrégalos
a la mezcla de los huevos y el azúcar en forma envolvente. Para terminar, añade, primero, las nueces y, al final, la mantequilla derretida. Vierte la mezcla en 10 moldes individuales, previamente engrasados con mantequilla y enharinados, y hornéalos por 8 minutos a 140°C. Cuando estén listos, sácalos del horno y déjalos enfriar. Cuando hayan pasado los 30 minutos de cocción de las peras, saca una de ellas, pásala por agua fría para detener la cocción y córtala en trozos. Licúa la pulpa de las 4 peras restantes (sin pepas) con el almíbar de la cocción, formando un puré, y reserva. Ahora, remoja 4 láminas de colapis en 500 ml de agua fría, hasta que
pera y encima algunos trozos de la pera que se cortó en cuadrados, y déjalo enfriar por 30 minutos. Mientras la base y las peras enfrían,
las frambuesas harán su entrada triunfal para darle el toque final a este mousse. Para preparar el espejo de frambuesa empieza licuando 100 g de frambuesas con 25 g azúcar. Mientras tanto, remoja 1 lámina de colapis en agua fría para hidratarla y luego elimina el exceso de líquido. Lleva la frambuesa licuada a una olla pequeña para darle un hervor y añade el colapis ya hidratado. Mezcla bien hasta que se disuelva. Deja enfríar la mezcla por 5 a 10 minutos; cuando esté tibia, ya puedes agregar una capa delgada sobre cada uno de los moldes. Espera unos 20 minutos y, una
vez fríos, desmóldalos y coloca cada uno sobre un plato tendido. Decóralos con
una hoja de menta, un barquillo y acompáñalos con helado de frambuesa o el sabor que más te guste. Lugar: Restaurante Perroquet Country Club Lima Hotel Dirección: Calle Los Eucaliptos 590, San Isidro, Lima Teléfono: 6119000 www.hotelcountry.com/es/dinning/ restaurante-perroquet Texto: Andrea Aramburú y Thais Luksic Foto: Francisco Tomey Dirección de Arte: Giuliana Origgi
VISITANDO COCINAS
La Matilda AlmacĂŠn de cosas ricas y bonitas
Fernanda Margasin llegó al Perú, desde la ciudad 9 de Julio en Argentina, por cosas de la vida. Después de viajar y vivir temporadas en Cuzco y Huaraz, se estableció en Lima y, en 2012, decidió volver realidad su sueño de niña. En una casita rosada, que resplandece entre las oficinas y edificios de la calle Dos de Mayo en Miraflores, le dio vida a La Matilda: una acogedora tetería detenida en los tiempos de nuestras abuelas, donde cada taza, única y hermosa a su manera, está especialmente concebida para cada matildero que busque entibiar su alma con un tecito caliente. Hoy, a pocos meses de haber cumplido 2 vueltas al sol, Fernanda nos recibe, como al resto de personas que la visitan cada día, con una cálida sonrisa en el rostro, y nos invita a comer sano y rico, a disfrutar y a sentirnos como en casa. Nos enamoramos de inmediato de la atmósfera hogareña, de la nostalgia que
cuelga de las paredes, del olor delicioso a galletas recién horneadas. Fernanda nos cuenta que en La Matilda se coleccionan recuerdos: no es solo un almacén de cosas ricas y bonitas, como su nombre lo indica, sino también de historias. La vajilla, los objetos y las recetas que en ella habitan han sido rescatados de la familia, de los amigos o de la vida misma, y hoy visten al lugar, junto con las flores, plantitas, suculentas y cactus que adornan las mesas y estantes, de un aura a la antigua. Las cartas hechas a mano, de tapas floreadas y escritas con crayolas de colores, descansan sobre las mesas vintage y almacenan una variedad de tés, tisanas naturales, cafés, jugos de frutas, leches vegetales, saladitos y postres caseros cuyos insumos son principalmente orgánicos. Es imposible resistirse, pues la vitrina deja ver mil maneras de endulzar nuestro corazón: el pie de ganache bitter y dulce de
leche; la torta sin harina de chocolate y almendras; las trufas veganas de cacao orgánico; los kekes de almendras, de lúcuma orgánica o de plátano. Sobre los estantes, entre los adornos de budas y gatos, encontramos mermeladas caseras para disfrutar en la tranquilidad de nuestro hogar: hoy tenían de damascos, frutos rojos, fresas y zanahoria con membrillo. Sus puertas están abiertas de lunes a viernes desde las 8 de la mañana, para empezar el día de la mejor manera, hasta las 8 de la noche. Los sábados abren a las 9, dejándonos dormir un ratito más, y cierran a la misma hora.
¡Vayan pronto! Por: Andrea Aramburú Locación: La Matilda, Av 2 de Mayo # 535 - Miraflores
LIBRO
El bello verano Hay una canción de Family, la banda donostiarra de pop, que lleva el mismo nombre que este libro. Es una canción
hermosa y nostálgica sobre un bello verano perdido. La protagonista de El bello verano, Ginia, es una chica de dieciséis años, sentimental e ingenua. Es enternecedora y también desesperante, en su constante tira y afloja con el deseo de convertirse en una mujer, de convertirse en un adulto, que la atemoriza. Ginia es decorosa y teme perderse, pero se siente atraída por la figura de Amelia, una chica un poco mayor de quien “se sabía que hacía otra clase de vida”. A través de su vínculo con ella, se interna en otros espacios, conoce el amor y el desengaño, y se
aleja del bello verano, ese tiempo idílico previo a la adultez, en el que “Los chicos y las chicas respiraban hondo y la tristeza siempre pasaba de largo”. Escrita por el italiano Cesare Pavese en 1940, esta novela corta llevó como título original La cortina, en referencia innegable a la cortina roja del estudio en el que se desarrollan momentos cruciales de la trama, que simboliza claramente la separación entre la infancia y la adultez: es esa cortina detrás de la que Ginia quiere mirar, pero que no se atreve a correr. Por: Thais Luksic
CINE
Frances Ha es una peli color frambuesa. Dirigida por Noah Baumbach en 2012, y coescrita y protagonizada por su novia, la princesa del cine mumblecore, la bella Greta Gerwig. Este subgénero del cine indie suele ser de bajo presupuesto, algo trashy, filmado con cámara en mano y enfocado, principalmente, en incluir diálogos intelectuales que parecen improvisados. Genial a su estilo.
Frances Ha
dirigida por Noah Baumbauch Ahora, creo que Frances Ha se ha vuelto mi nueva película preferida. Incluso, yo la ubicaría solo tangencialmente dentro del mumblecore. Está hermosamente filmada en blanco y negro, la fotografía es suave y sugerente, y audiovisualmente es una joya del cine indie de los últimos tiempos. Verla es casi como disfrutar de una canción pop de los años 80 o de un film de la Nueva Ola francesa posmodernizado: es Truffaut, Godard, Bowie y Paul McCartney, todo a la vez. Es una historia de amor, pero no tradicional. Frances tiene 27 años, es bailarina para una compañía de danza y vive en Nueva York. Un buen día, producirte sentimientos encontrados. Sophie, su mejor amiga, que para ella No sabes si la odias o la amas; es es la misma persona pero con color de precisamente como una frambuesa: pelo diferente, le suelta una bomba: dulce y ácida a la vez. Es la mejor ya no quiere vivir con ella, se mudará amiga que todas quisiéramos tener: a un departamento mejor y perseguirá ingenua, divertida, soñadora; pero su carrera como editora literaria. Su también es la caótica por-siemprevida se derrumba. No le queda otra que adolescente que se pasea por la vida enfrentarse al mundo, a la gran ciudad tratando de encontrar su lugar, y que y a ella misma. más de una vez termina envuelta Greta Gerwig haciendo de Frances es en terribles enredos. Es una artista encantadora, aunque admito que puede incomprendida cuyos comentarios
simultáneamente indiscretos y tiernos la vuelven “undateable”, como le dice uno de sus amigos todo el tiempo. Se muere de vergüenza porque aún no es una persona real. ¿Mi escena favorita? Frances bailando en las calles de Brooklyn al ritmo de ‘Modern Love’ de David Bowie. Es una referencia a Mauvais Sang, dirigida en 1986 por Leos Carax. ¡Ah! Y los guiños a las escenas de la amistad en bicicleta de Jules et Jim, película icónica de la Nueva Ola francesa. Es, definitivamente, una película que calienta el corazón. Graciosa, ligera e ingeniosa, pero también dulce y de aquellas que te dejan con ganas de saber todo sobre los detalles detrás de cámaras cuando termina. Tiene varias escenas que te sacan una carcajada y al mismo tiempo te producen un poquito de vergüenza ajena, ese sentimiento de querer esconderte debajo de la mesa, como cuando ves a Frances hablar como una locomotora sobre su vida personal en una cena con personas casi desconocidas. La recomiendo a ojos cerrados. De hecho, ya llevo viéndola tres veces y cada vez me gusta más. Greta Gerwig cuenta que eso era lo que ella y Noah Baumbauch querían lograr con Frances Ha, que al llegar el final se sienta como haber escuchado una canción pop, que solo provoque decir ¡pónla de nuevo!,
y bailar, bailar, bailar.
MENÚ NATURAL
Verde, verde, verde y ROJO frambuesa Mamá, cocinera, chef pastelera y entusiasta de la comida sana, me encanta investigar y compartir los beneficios de una alimentación saludable. Me gusta partir de una receta tradicional y transformarla usando ingredientes que tengan mayores aportes nutricionales, orgánicos, naturales y sin preservantes.
La frambuesa es una fruta deliciosa y glamorosa. No la consumimos tanto como las fresas, pero deberíamos, sobre todo cuando están en temporada. Una gran forma de comer fruta fuera de temporada por varios meses es congelándola, para luego utilizarla en deliciosos batidos y postres, como los que presento en este artículo. Espero que disfrutes estas recetas tanto como yo.
BATIDO
El batido verde de frambuesas es una forma de incluir
más frutas y verduras en nuestro día a día: aporta muchos beneficios a nuestro organismo y es ideal para el desayuno o para la media tarde. Se prepara en dos simples pasos, aunque tienes que haber tomado algunas pequeñas previsiones. Primero debes licuar 1 taza de acelga con 2 tazas de té verde frío, y luego agregar 1 ½ tazas de frambuesas (frescas o congeladas, las que tengas), ½ plátano congelado y 2 cucharadas de chía, y volver a licuar. Si quieres agregarle más contenido energético, puedes añadir 5 almendras. Listo, ya tienes dos vasos de un batido delicioso y nutritivo, para disfrutar inmediatamente. No te dejes desanimar por el color: la fruta se encarga de darle un sabor dulce.
CRUMBLE
Ahora les presento mi crumble de manzanas con frambuesas y canela; prometo que será el favorito de muchas personas, por la mezcla ácida y dulce entre el sabor de las frambuesas y las manzanas. Además, la costra crocante llenará tu casa con un olor que hará que todos quieran quedarse y regresar. Esta receta es ideal para preparar en un molde redondo de más o menos 26 cm de diámetro, que debes engrasar con un poco de aceite de coco antes de empezar. Para preparar el relleno, coloca en un tazón ¾ de kilo de manzanas verdes cortadas en láminas: estas serán
la base. Yo prefiero usarlas orgánicas, pero cualquiera está bien; además, si te provoca, puedes combinar mitad manzana verde y mitad delicia. ¡El resultado también es excelente! Combina las manzanas con 120 g de panela, 1 cucharadita de canela y el jugo de 1 limón. Mezcla todo con las manos, para que la manzana quede bien impregnada. Ahora puedes añadir 250 g de frambuesas y mezclarlas con cuidado, para que no se deshagan. Si no puedes conseguir frambuesas, también puedes usar fresas o arándanos. Cuando el relleno esté bien combinado, viértelo en el molde engrasado. Ahora toca hacer el crumble. Antes de empezar, puedes aprovechar para precalentar el horno a 180°C/350°F. En un tazón, mezcla 300 g de avena, 250 g de panela, 100 g de aceite de coco, 2 cucharaditas de canela, ½ cucharadita de pimienta dulce, ½ cucharadita de sal y 150 g de pecanas bien picadas. Combina todos los ingredientes con las manos,
hasta que se integren bien en una masa. Para hacer esta masa más nutritiva, puedes agregar 1 cucharada de maca
en polvo.
Cubre el relleno que está en el molde con este crumble y llévalo al horno, ya precalentado, por 45 minutos. Cuando esté doradito, puedes servirlo tibio o esperar a que se enfríe: es delicioso de las dos formas y queda espectacular
acompañado de una bola de helado de vainilla o tu sabor favorito. PANINI
Uno de mis bocadillos favoritos es este panini con “súper pesto”, mozarella y palta, muy nutritivo y perfecto para cualquier momento: el desayuno, la lonchera, un almuerzo ligero o el lonchesito. Para prepararlo, licúa una taza de brócoli y 1 taza de espinaca cocidos (mejor si es al vapor),
1 taza de zapallito italiano (este si va crudo), 2 tazas de hojas de albahaca, ¾ de taza de pecanas, 2 cucharadas de ajonjolí, 2 dientes de ajo soasados, ½ taza de agua y 2 cucharaditas de sal (yo prefiero la sal rosada, pero puedes usar la que te guste). Si no se licúa bien, puedes agregar más agua, siempre poco a poco para que no se te pase. Yo intento usar verduras orgánicas siempre que sea posible, y te lo recomiendo; cada vez hay más oferta y los precios son más accesibles. Cuando esté todo bien licuado, añade ½ taza de aceite de oliva (extra virgen para mí) y vuelve a licuar el pesto hasta obtener esa textura cremosita.
Karen Lema Cocina Natural & Orgánica www.naturalyorganica.com
Para armar el panini, necesitas 2 rebanadas de pan. Puedes utilizar pan de molde o pan francés, pero te recomiendo usar pan artesanal: la diferencia en sabor y textura es increíble. Primero, unta las dos tapas del pan que hayas elegido con tanto “súper pesto” como te provoque. Sobre una de las mitades acomoda ¼ de palta en tajadas, agrega sal y pimienta, y ¼ de taza de queso mozzarella rallado. Cubre con la otra mitad y dóralo en una sartén o una plancha engrasada con un poco de aceite de oliva, hasta que se derrita el queso.
Este panini es buenazo, pero si te provoca otra cosa puedes usar la receta de pesto para preparar fideos y lasañas; como dip para crudités; como salsa para cubrir pescados, carnes y pollos; para untarlo en pizzas; o para aliñar una ensalada de papas y choclos.
+ helado de Te n o r y s a s e u b m fra
BEBIDA
Esta bebida combina la frescura del té helado, ideal para enfriar las calurosas tardes de verano, con el delicioso y versátil sabor de las frambuesas, el acidito del limón, y una dosis precisa de ron negro y ron blanco. Es perfecta para disfrutar con amigos en las fiestas al aire libre a media tarde, antes de que caiga el sol.
Para empezar con la preparación, debemos preparar un almíbar de frambuesas -dura alrededor de una semana si se guarda en la refri en un contenedor hermético-. Comienza por combinar ½ taza de frambuesas, 1 taza de azúcar y 1 taza de agua en una sartén pequeña. Calienta la mezcla hasta que hierva, asegurándote de remover constantemente hasta que se disuelva el azúcar. Luego, reduce la temperatura y cocina a fuego lento hasta que el almíbar tome un color rojo intenso y las frambuesas estén suaves; alcanzar esta textura te tomará unos 10 minutos. Una vez lista, retira la mezcla del calor y déjala enfriar. Cuando esté lo suficientemente fría, cuélala utilizando
un colador o una rejilla, presionando con cuidado para extraer todo el líquido que sea posible. Finalmente, deja a un lado la pulpa de frambuesa sobrante y almacena el almíbar en la refri, dentro de un contenedor cerrado: te servirá para preparar rápidamente la bebida, si así lo deseas, o cualquier otra receta que se te ocurra. ¡Es delicioso! Ahora sí, es hora de preparar el cóctel. En una jarra grande combina 3 tazas de té negro helado frío, 1 taza del almíbar de frambuesas, ½ taza de jugo de limón fresco (alrededor de 4 limones), ½ taza de ron negro, ½ taza de ron blanco y 8 cubos de hielo. El té helado lo puedes comprar ya listo, o también lo puedes infusionar en casa y mantener en la refri hasta que llegue el momento de preparar la bebida. Revuelve con fuerza durante unos 30 segundos, hasta que todos los ingredientes se incorporen de manera uniforme y los cubos de hielo se empiecen a derretir. Una vez lista, sírvela en vasos largos repletos de hielo, que puedes decorar con una cañita y algunas hojas de menta fresca. ¡Salud! Por: Andrea Aramburú