Limonada Maracuyá

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Año 1 Febrero || Abril 2013 Llévala. ¡Es gratuita!




Editorial ........... 05 maracuyá ....... 06 desayuno ....... 08 huerta ............... 12 Música ............. 14 almuerzo ....... 16 ecología ............. 22 M. Althaus . 24

Libro ..................... 30 lonche ................ 32 bendayán ........ 36 cena ..................... 44 cine ....................... 49 visitando ....... 50 M. Natural .. 52 LIMODATO ........ 57 bebida ................... 59

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02 Llegó el verano, y con él, la segunda edición de Limonada. presso Bar) preparó un súper desayuno veraniego; tomamos el lonche con Alvaro Herrán (Eckler dulces y salados); aprendimos a comer Este número viene perfumado. Cada receta, cada palabra, cada pen- sano de la mano de Carmela Aldave, quien nos dejó boquiabiertos samiento está impregnado de un fuerte aroma, dulce y ácido a la vez, con su enigmática torta sin cocción; Giacomo Bocchio (Manifiesto) que invade el espacio con su presencia. Apasionados por la diversidad nos pasó la receta del coctel del verano; y en la huerta te contamos más y la creatividad que caracteriza a nuestra cocina decidimos dedicar este sobre este fruto tropical de sabor inconfundible y aroma persistente. número de Limonada a la fruta de la pasión, que tantos placeres suscita. Todo amenizado por las melodías recomendadas por La Lá, la lectura La lista comienza con Pedro Miguel Schiaffino quien aceptó nuestra de un triángulo pasional inspirado en una leyenda india de atípica reinvitación y preparó junto a José Ragazzi, su jefe de cocina en Ma- solución y una película que te hará creer en el poder de la imaginación. labar, una cena selvática con frutas pasionarias. La irreverente obra de Christian Bendayán ilustra nuestras páginas centrales. Reciente- Que tu verano se llene de pasión. Ese es nuestro deseo. mente reconocido con el Premio Nacional de Cultura en Creatividad, este artista oriundo de Iquitos nos acerca su visión artística de la Limonada Perú Amazonía. Mientras que una apasionada del teatro como Mariana de Althaus nos cuenta cómo es hacer teatro alternativo en Lima. Dedicamos este número de Limonada a Lorena Valdivia y Jason Nanka quienes iban a ser parte de esta edición. A pesar El almuerzo, a cargo de Luciano Mazzetti (Factoría 1075), sorprende de su repentina ausencia siempre estarán en nuestro recuerdo. por lo rico, rápido y fácil de preparar; Hannah Scranton (Arábica Es-

DIRECTORA DE LIMONADA LATINOAMERICA Tatiana Bauer DIRECCIÓN GENERAL DE LIMONADA PERÚ Selma Bozanic PRODUCCIÓN Y DIRECCIÓN EDITORIAL Valeria Seoane ARTE Y DISEÑO Achille Milone de Limonada Argentina FOTOGRAFÍA Maricel Delgado RETOQUE FOTOGRÁFICO Maximo Recchia ILUSTRACIÓN Y ARTE DE TAPA Katherine Dossman Kasallas

REVISIÓN DE TEXTOS Giovanna Núñez EJECUTIVAS COMERCIALES Gabriela Tejerina Yoydi Checa COORDINACIÓN LOGÍSTICA Antuanet Del Carpio COLABORARON EN ESTE NÚMERO Hannah Scranton Luciano Mazzetti Alvaro Herrán José Ragazzi Carmela Aldave Giacomo Bocchio Fernanda Margasin Giovanna Nuñez Valeria Seoane Elea Di Lorenzo Paula Alvarez Pedro Kaufmann

AGRADECIMIENTOS Pedro Miguel Schiaffino Dédalo, arte y artesanía Hecho el Depósito Legal en la Biblioteca Nacional del Perú Nº 201211847 / Editorial Aló Bebé S.A.C. / Av. Monte Umbroso 209 Of. 202, Santiago de Surco. / Teléfono 243-02055 / Segunda edición, Lima, febrero de 2013 / Forma e imagen empresa gráfica de Billy Victor Odiaga Franco / Av. Arequipa 4558 - 4550, Miraflores.

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INTRODUCCIÓN

MARACUYÁ DE ALTO CONTRASTE.

Sobre el tejado de la casa

se expandía una ramada de maracuyá. El techo era precario, podíamos caer, según el sector del mismo, uno o tres pisos hacia abajo. Eso hacía que estar más cerca del cielo tuviera doble sentido. Pero a mi hermano y a mí, no nos importaba el metraje ni la velocidad que adquiere un huevo en caída libre: nosotros es-

Pero los habitantes por antonomasia de esta galaxia vegetal, eran

los gusanos: negros, gordos y conchudos mansos paseantes. Como tenían púas y eran muy grandes, asustaban –o asqueaban- a nuestros amigos, pero nosotros, que ya estábamos acostumbrados a ellos, los poníamos en una hojita para perseguir a nuestras visitas.

El espesor del follaje formaba un colchón en el que, de niños, pudimos ver un universo. Universo compuesto por varios soles de distintas edades y colores:

Mi abuelo Guillermo nos enseñó a treparnos al techo de la casa, y a disfrutar de los pocos placeres agrestes que es posible encontrar en medio de una ciudad. Él podaba las ramas, recogía las hojas secas y cosechaba los maracuyás con nosotros. Antes del almuerzo, se los llevábamos a mi abuela Chela, para que preparara el jugo de maracuyá para esa hora. A veces nosotros, que éramos muy ñoños, ayudábamos a revolver el azúcar al fondo de la jarra de plástico amarilla. Mi mamá se comía a escondidas los maracuyás, puros y con bastante azúcar, mirando el patio, entrecerrando un ojo por el ácido. Solamente la escuchábamos pasar musitando “mmm… qué rico”, mientras lavaba rápido su taza y cucharita, desapareciendo los rastros de su simple y solitaria receta.

los habían amarillo lima, jóvenes y tiernos por dentro, de piel lisa y perfumada; los habían naranja oscuro, arrugadísimos y de interior fermentado; o verde pepino, soles confundidos, aún adolescentes.

Me pareció que el atributo que debió hacer al maracuyá merecedor del apelativo anglosajón de “fruta de la pasión”, debió ser su flor extrovertida o su perfume embriagador. Pero el oleado y sacramentado Wikipedia,

tábamos viviendo maracuyá. El fruto del maracuyá, pendiendo de la rama de su planta trepadora, pegada al muro que rodeaba la casa, la planta creciendo sobre los techos, por encima del mundo… nos acercaba más al sol. Habitamos sobre su lecho mientras el verano y el peso nos lo permitieron. Zambullimos nuestras nucas en una nube de ramas, frutos, flores e insectos.

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Las ramas también hacían circular una escala cromática, que iba del verde intenso al marrón tierra. Seguirlas con los ojos, verlas enredarse, albergando arañas y sus telarañas, era fascinante.


quiere contradecir mi ardorosa y entusiasta impresión del maracuyá, diciendo que su nombre se debe a la coincidencia numérica de las partes de su flor con elementos religiosos del cristianismo. Entonces, la pasión a la que remite este nombre, sería a la de Cristo. Bueno, nadie sabe lo que sintió Jesús. Yo siempre imagino que todo en él era intenso; y como todo en él se trataba del amor irrestricto, las pasiones del cuerpo, santo por (la) naturaleza, deben estar también en el camino de ese encuentro con Dios. Para presentar la naturaleza física y manifiesta del maracuyá, diremos que su nombre botánico es passiflora edulis, y que es una trepadora. ¡Sí! Si no han visto en acción a esta hermosura, sepan que esta planta –ella y sus habitantes- puede cubrir cualquier tapia, perfumando los paseos por el jardín y regalándonos en tiempo de cosecha deliciosos jugos, mermeladas y postres hechos con su fruto solar. Otra vez con la Wiki-erudición: dícese que el vocablo “maracuyá” viene de una palabra guaraní que significa “criadero de moscas”. Dado que es pasional, exuberante y perfumada –y trepadora-, cómo no iba a atraer moscas. Del maracuyá, se imprime todo. Su na-

turaleza está hecha para distinguirse y permanecer. Su jugo ácido, dulce y penetrante, como un torrente, entra en la cocina y se adecúa a un sinfín de formas. Y en todas sus presentaciones, inaugura un plato con su nombre, nunca es un ingrediente más. En esta edición de Limonada, nos sumergimos con zapatos y recuerdos en el aroma y sabor penetrantes del maracuyá, entusiasmados con su coincidencia estival y con su colaboración suculenta a platos y bebidas que esperamos ya, ropa de baño en mano, para acompañarnos en estos días de playa y escapadas de la chamba por una delicia marina que nos haga olvidar el asfalto.

recibido la tarde y despedido al sol quemante un domingo de verano sobre flores, frutas y perfume de maracuyá.

Flor, fruto, hoja e insectos, se tienden brillando al sol del medio día de verano: la flor blanca refrescando el aire; las hojas tamizando la luz y verdeándola; el fruto amarillo emulando al sol; su pequeña fauna reflectando con su piel escarchada como noche estrellada, un fragmento del espacio exterior. A través del evidente verano solar, atravesando el hecho de la ropa de baño, de la piel despierta, del helado de hielo, con el sol por todas partes… a través del hecho celeste y claro del verano, la galaxia entrena sus El maracuyá es un pequeño paquetito de cables a tierra en la planta de maracuyá. regalo, por su cualidad de guardar a la sombra un sabor inesperado, un ácido que potencia la dulzura de su fruto, y así, Por: Giovanna Núñez Cantautora bajo el nombre de La Lá de la vida. Un regalo, por su cualidad flavors.me/lalauna de albergar en su complejidad botánica, estéticas tan contradictorias como la pinta boba de sus frutos ovalados, la desconcertante belleza de sus flores, y la aparente anarquía de su intricado ramaje, hogar de la gracia de sus insectos y de niños felices revolcándose entre arañas, ¡que vaya que pican!, pero qué importa una roncha volcánica, después de haber 7


Dorada mañana de maracuyá

Desde niña casi todos los días de mi vida desayuné cereal con leche.

Nunca esos cereales azucarados como en otras casas. No, en mi casa comimos siempre cereales secos, sencillos, de trigo, maíz o arroz, con leche y unas rodajas de plátano.

A pesar de la simplicidad de la preparación, lo que hacía que volviera a alcanzar la caja de cereales día tras día era el proceso íntimo y placentero que ocurría en el transcurso de esos 10 ó 15 minutos mientras el cereal se remojaba con la leche.

El primer bocado… el cereal todavía crocante, la leche fría con sabor neutro y refrescante a su alrededor y el plátano tan dulce y suave abriéndose paso entre ellos. El último bocado… el cereal casi del todo remojado, la leche templada impregnada del sabor a trigo, maíz y plátano. El mejor momento era absorber lo que quedaba después del último crujido. Hace años, ya, que cambié la leche fresca por el yogur natural, los cereales secos de caja por cereales integrales y semillas, el plátano de siempre por todas las frutas de estación. A pesar del tiempo, siempre seré la niña que busca esos momentos cada mañana, disfrutando un proceso vivo y placentero, desde el primer hasta el último bocado.

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Para evocar esas mañanas de mi niñez les propongo un

muesli veraniego con mango y maracuyá, tal como lo preparamos en Arábica cada mañana de verano. Para el muesli vamos a combinar en un bowl 1 taza de avena, ¼ de taza de coco rallado tostado, 2 cucharadas de linaza molida, ½ taza de almendras tostadas y picadas, 1 pizca de sal y ½ cucharadita de canela molida. Recoge en tus manos estos ingredientes y diviértete creando una lluvia seca sobre el bowl de manera que la canela molida llegue hasta la primera hojuela de avena que habíamos incorporado. Incorpora, luego 2 tazas de yogur natural, mezclas bien, esta vez con una chuchara, y dejas reposar como mínimo media hora en la refri. También puedes dejarlo preparado la noche anterior de manera que todo esté listo para cuando te levantes.

Para la

salsa de mango y maracuyá, corta 1 mango Edward en cuadraditos y aplástalos con un tenedor, incorpora la pulpa de 1 maracuyá grande ó 2 pequeños con semillas y todo. Agrega 3 ó 4 cucharadas de miel de abeja. Mézclalo bien y ponlo en la refrigeradora.

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Esta receta es muy flexible: ¿no te gustan las almendras?, puedes sustituirlas por cualquier fruto seco, como castañas, pecanas o semillas de girasol; ¿no tienes mango?, puedes hacerlo con fresas, piña, melocotón o ciruelas; ¿no comes avena?, prueba con hojuelas de quinua o semillas de chía. Ahora que has elegido los ingredientes perfectos para ti, cuando despiertes sólo tienes que servir el blanco muesli remojado pintarlo con la exquisita salsa de mango y maracuyá, decorarlo con almendras tostadas y llevarlo a la mesa del desayuno junto con adicionales de salsa y yogur para que los golosos puedan servirse a gusto.

¡Ahora sí, despierta a tu familia y disfruta una mañana de sol! Por: Hannah Scranton Cocinera y administradora de Arábica Expresso Bar Recavarren 269, Miraflores

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maracumbé

¿Quién no ha sufrido por una espera de amor? Ahora, hay que ver que hay muchas maneras de sufrir. Una, puede ser añorando al bien ausente, poniendo en la rocola canciones que te lo hagan recordar; otra, “ahogando las penas” (muy divertida, muy conveniente); y otra, a la reaccionaria, sacando el pecho y diciendo “¡Tú, señor/señora, a mí no me tienes en ascuas!”. Con la viada de la ilusión, dulce y plena, y con el ácido de su chasco, te traemos 8 hitazos contestatarios, para que rocíes tu verano ardiente con un toque agridulce, fresco y desmesurado, cual pisco sour de maracuyá. Todos pedimos algo cuando nos enamoramos. Hasta al amado que no nos ama, le pedimos que voltee su corazón hacia nosotros. Y la expectativa, madre de todas las angustias, es también la madre de muchas canciones. Yo, siempre que le pregunto que cuándo, cómo y dónde, él siempre me responde, “Quizás, quizás, quizás”. De la canción invocada, compuesta por el cubano Osvaldo Farrés, me gusta la versión de

NAT KING COLE

-editada en 1958 en el álbum Cole español-, porque así como este grande de los grandes pretende hablar español, yo pretendo una hora, un día, una respuesta. Si alguna vez te han hecho esperar o te han dado largas sin piedad, te sentará. Otra belleza que pide que disipen sus dudas es LIANNE LA HAVAS, en “No Room From Dubt”, una canción que nos hace olvidar en un momento todo el tiempo esperado, y nos dispone sólo a ella, a Lianne reclamando contundencia en el amor. Mi versión

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favorita de esta canción es la que registró La Blogotheque –canal de Internet cuyo quid es grabar músicos en vivo en espacios candorosos-, allá por octubre de 2011, mientras ella atravesaba las calles de Montmartre, ante la mirada o la indiferencia de los transeúntes. Viene floreciendo con fuerza en las radios y bocas de peruanas, latinas y, posiblemente, mujeres del planeta tierra, un patrón temático en la canción popular: el de la mujer de estampa aguerrida que antes de caerse al hoyo, se levanta con el pie en alto para decirle a su otrora amado imprecaciones como las que lanza “El estúpido”, hit de la orquesta peruana

SERRANO.

CORAZÓN

El tema es una paliza original de la dominicana Juliana Oneal, pero en la dulce voz de la peruana Tamara Gómez - de inflexiones de cantante de gamelán tailandés-, toma aires de meditación.

Recuerde que tanto el renegar como el maracuyá, son trabajo duro para el hígado, así que este disfrute expiatorio tendrá por ahí estragos en su organismo. Pero hoy no estamos promoviendo la salud ni el desapego, ni la suspensión del juicio. Hoy nos divertimos con las amigas y los amigos, botando la mala entraña almacenada con tanto primor y dignidad. Te has imaginado cientos de veces que lo ampayas, ¿no?, te has imaginado tu discurso implacable. Pues mejor que imaginarlo, es bailarlo y cantarlo con

LAS CHICAS DEL

CAN en “Ta Pillao”, “… a mí no me engañas…”. Este tema fue editado en 1985, en el álbum Chicán, y Lizandro Meza le hizo una versión jitanjáfora que si te la aprendes, seguro que entrenas todos los recodos de tu masa encefálica, más aún que cepillándote los dientes con la mano izquierda.


Otra que me gusta cantar, no solamente cuando no me quieren, sino también cuando tengo sobrecarga de trabajo, o cuando pierdo las llaves de mi casa es, “Jodida pero contenta”, en la voz llena de duende de

CONCHA BUIKA.

Ella, mallorquina, radicada en Miami, se lanzó al mercado de la música en el año 2001 y desde entonces no han parado de buscarla para colaboraciones con músicos tan disímiles como Nelly Furtado y Anouska Shankar. Pero este tema, parte del álbum Mi niña Lola, es purito ella, cantando en vivo, acompañada de un guitarrista -que bien que sabe lo bueno que es-, palmas y cajón. Para que los impacientes logremos entender la gracia de la espera, su delicada belleza, su paz precaria siempre exigiendo esfuerzo

y sabiduría, nos entregamos a CHABUCA GRANDA, para aprender de su “Vértigo” a

vivirla con bondad. “¿Cuándo será el día que me pierda en tus brazos? Vendrá, vendrá… para el vértigo. Suave, lento, dulce, largo… como el camino largo que quiero andar contigo… ¿Cuándo? ¿Cuándo?... Vértigo…”. Y ya para terminar, queremos citar algo incomprensible pero hermoso, inconmensurable como el signo de interrogación sobre tu cabeza al preguntarte “¿por qué será que no viene?” (“…si estaba tan bonito”): “Chuncho”, joya compuesta por Moisés Vivanco e interpretada por la voz ultramundana de

YMA SUMAC. Y vete caminando como ella por entre los árboles, para que siquiera los pájaros te acompañen y te entiendan, porque los humanos, no nos entendemos tanto cuando la ansiedad es la que media. Por: Giovanna Núñez “Cantautora bajo el nombre de La Lá” flavors.me/lalauna

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cv sb

ceviche thai de mango y maracuyá Calor… sol abrazador… después de haberte dado orondos baños de mar, tu barriga comienza a pedir auxilio, qué mejor que engreírla con un ceviche sano y refrescante. ¡Alto! Parece que en el 2004, el Instituto Nacional de Cultura del Perú estableció que había que escribir sebiche con s y con b, pero como decía nuestro buen amigo Saussure “la lengua es de los hablantes”, y en Limonada preferimos escribirlo como estamos acostumbrados a verlo: con c y v. Ahora sí, continuemos.

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Para este almuerzo veraniego le pedimos a Luciano Mazzetti que nos prepare un plato fresco que incluya maracuyá. Luciano, seductor como pocos, de comienzo tímido y final destapado, nos cautivó con la idea de preparar un ceviche thai con la combinación perfecta de dos socios que, juntos, son dinamita:

mango y maracuyá.

La cita con Luciano se hizo esperar; un viaje repentino para practicar su hobby, bien inusual por cierto, postergó nuestro encuentro. Verán, Luciano no se contenta con armar avioncitos de madera o coleccionar estampillas, no, para evitar el aburrimiento, en sus ratos de ocio, Luciano se lanza desde un avión a 4000 m de altura en caída libre y sólo pasado el minuto abre su paracaídas. Arriesgadísimo. Cuando por fin dijo, “sí estoy, hagamos el plato”, un último curso,

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ése que se da sólo una vez al año y es súper difícil que te hagan un lugar, postergó nuestro almuerzo una vez más. Pero es cierto que lo bueno se hace esperar y finalmente llegó el día en que logramos probar el tremendo

ceviche thai con mango y maracuyá de Luciano.

Nos recibe sonriente. Sí, es lindo, y se sabe lindo, pero lo lleva bien, para nada creído, súper amable y entrador, tiene la cuota perfecta de timidez y soltura como para no arruinar su lindura con un engreimiento innecesario.

Basta de cháchara y manos a la obra. Mientras prepara los ingredientes, Luciano nos deja con su laptop y las últimas fotos donde se lo ve feliz con su gorro y anteojos, planeando entre las nubes a 4000 m. Tanto nos sorprendieron las imágenes que recién cuando el aroma inconfundible del maracuyá llegó a nuestras narices nos dimos cuenta que Luciano ya había comenzado la preparación vertiendo todo el interior (pepas incluidas) de 6 maracuyás en una sartén para cocinarlo a fuego lento hasta que el líquido se redujera a 1/3. Una vez colado el jugo, lo dejó enfriar. Cortó el pescado en cubos -eligió 150 g de charela pero nos aclaró que podía ser cualquier otro. Atún o bonito también van bien-. Lo vemos algo nervioso y es que no es muy amigo del ají limo y debe cortar uno


entero para dar sazón al plato junto con sal, pimienta y culantro. Mientras lo hace nos cuenta una graciosa pero irreproducible anécdota que explica su fobia al ajicito. Sazonado el pescado agrega ¼ de taza de la reducción de maracuyá y el jugo de 1 limón y ½ ó 2 según el gusto de cada uno. Luego, ralla una cucharadita de kion y vierte unas 3 ó 4 gotas sobre el ceviche para aromatizar. Agrega 1 mango chico no muy maduro cortado en cubos, y chequea la sazón. Por último, incorpora 1 cebolla roja mediana cortada en pluma que previamente había puesto en agua con hielo para suavizar su sabor. Luciano comienza a armar el plato que finalmente vamos a degustar y le pide a su bartender que improvise un trago con maracuyá, entusiasmado, licua 2 oz de vodka, 4 oz de jugo de maracuyá, 1 dash de jarabe de goma, hierba buena, 1 oz de jugo de mango y hielo y nos ofrece un

mojito frozen con maracuyá.

Exquisitamente refrescante...

El plato ya está en la mesa, sólo falta decorarlo con unas gotas de leche de coco y una hermosa lluvia de fideos chinos fritos.

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Afuera, el solmáforo del malecón de Miraflores se deshace en alertas implorando a los paseantes que eviten la exposición al sol. El verano limeño abochorna a aquellos que osan salir a la calle; nosotros, felices, resguardados en el local de Mendiburu 1075; fresco, tranquilo, un oa-

Mojito en boca, cuchara en mano, nos disponemos a disfrutar un rico almuerzo en compañía de linda gente.

sis en el desierto.

Receta: Luciano Mazzetti Cocinero de Factoría 1075 www.factoria1075.com Texto: Vale Seoane

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La primera cerveza del mundo creada para apoyar el arte contemporĂĄneo

EncuĂŠntranos en: Feria P.AR.C.

24 al 28 de abril de 2013 www.parc.com.pe

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Pequeños trucos para quitar manchas ¡No temo más mancharme cuando cocino!

Domingo al mediodía.

SIETE REGLAS BASICAS

La familia de mi novio viene a comer a la casa por primera vez. ¡Qué ansiedad! Todo está listo. Me puse mi vestido más lindo -el blanco- e hice un pie de maracuyá que le gusta mucho a mi suegro. Intento poner el último toque para decorar y… ¡horror! Se me escapa una gota de maracuyá, como a propósito, sobre mi vestido.

¡Nooo…! Ok. No me estreso. Tengo mis recetas mágicas para sacar manchas

(de manera

ecológica, ¡claro!). Mmm… Maracuyá: volcar agua bien hervida sobre la mancha a través de la tela y, ¡listo! ¡Desaparece! ¡Uf! ¡El timbre! 22

1. Es más fácil quitar una mancha si se actúa rápidamente. 2. No utilizar nunca productos peligrosos para el medio ambiente, tales como el amoniaco o la lavandina, por ejemplo (si hay dudas, fijarse en la web). 3. La mayoría de las manchas se eliminan lavándolas con agua y jabón. 4. Utilizar agua caliente para limpiar manchas «dulces», y agua fría para sangre, leche y manchas «saladas». 5. Para manchas viejas: frotar primero con un paño y agua fría. Si continúa allí, secar y limpiar con un paño empapado en esencia de trementina (un líquido obtenido por destilación de resina de pinos). ¡Ojo!, poner un papel absorbente bajo la tela manchada. 6. Para manchas viejas en tela blanca: frotar con agua oxigenada (un producto biodegradable). 7. Las manchas más difíciles se pueden quitar, también, con una taza de agua caliente mezclada con dos cucharaditas de bicarbonato de sodio.


Recetas para quitar manchas específicas de manera ecológica (de la A a la Z) ACEITE: Colocar talco de inmediato. Si sigue, limpiar con detergente para vajilla (ecológico). CAFE: Las manchas de café normalmente se quitan en la lavadora, pero pueden enjabonarse antes. En ropa de seda o de lana, limpiar con agua y alcohol a 90°C. CHICLE: Poner la ropa en una bolsa de plástico durante una hora en el freezer, sacarla y refregar. CHCOLATE: Limpiar con agua fría suele ser suficiente. Con una mancha vieja, raspar el chocolate y frotar con un paño enjabonado. Si persiste, frotar con un paño con vinagre blanco y enjuagar con agua tibia. FRUTAS: Volcar inmediatamente agua hervida (pasar el agua a través de la tela). Sobre una mancha seca, se puede tratar con jugo de limón, agua con vinagre blanco o agua oxigenada. Para la lana: frotar con suavidad con un paño empapado en un poco de vinagre blanco y enjuagar. Para la seda: poner alcohol de 90°C, frotar suavemente con alcohol y enjuagar. MANTECA: Hervir la ropa en agua con jabón o detergente (¡ecológico!).

SANGRE: ¡Nunca verter agua caliente! Poner en agua fría con mucha sal y refregar. Para manchas secas: usar agua oxigenada. Para manchas viejas: tratar con agua y vinagre blanco. Para telas frágiles: dejar en agua fría con una tableta de Aspirina. TÉ: Frotar con glicerina y agua tibia con jabón o, simplemente, con vinagre. Para telas sintéticas: se puede utilizar jugo de limón o agua oxigenada. TOMATE: Limpiar con agua caliente y jabón, o frotar con un paño empapado de leche, enjuagar y limpiar normalmente. Para manchas viejas: dejar en agua con detergente y un poco de agua oxigenada, luego, enjuagar. VERDURAS: Véase “Frutas”. Las manchas de tomates y zanahorias tienen un tratamiento particular. VINO TINTO: Remojar en agua tibia, enjabonar y tender al sol sin enjuagar. Luego, lavar en la lavadora. ZANAHORIA: Lavar la ropa y secarla al sol de forma plana con el lado de la mancha hacia arriba. Los rayos del sol hacen desaparecer el betacaroteno. Emilienne Brard y Adèle Pérez ecologia@revistalimonada.com

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ENTREVISTA

Mariana de Althaus

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De Mariana de Althaus nos sorprende que habla casi como escribe. Sus frases fluyen naturalmente con la armonía de quién las ha recorrido con anterioridad. No titubea, no cambia palabras. Su hablar tiene música, matices, es grato escuchar su voz, sus anécdotas, sus ideas.

Aquí las compartimos.


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¿Te acuerdas cómo era la cocina Tuve la suerte de que sí me de- muchísimo contenido y propuesta escénica. jaron estudiar literatura, que es algo de tu infancia? tan demencial como estudiar teatro. Actriz, dramaturga, directora, docente, ¿cómo defines tu proTengo muy buenos recuerdos. Vivíamos en la casa de mis abuelitos. Se comía muy rico, ¿Cómo era el teatro de aquél fesión? comida muy tradicional. Yo tengo debilidad momento? por los postres y recuerdo el helado hecho en casa de chocolate, de lúcuma, de fresa. Mi mamá también cocinaba unos postres muy ricos. Los fines de semana o para las fiestas hacía un mousse de chocolate que ya no quiere hacer porque tiene demasiada mantequilla y va en contra de sus principios naturistas. Es una pena porque amo el mousse de chocolate.

¿En qué momento descubriste que lo tuyo era el teatro? Desde el colegio. Era una niña muy introvertida que tenía pocos talentos, muy pocas habilidades sociales, y en el taller de actuación encontré un lugar. Cuando salí del colegio lo más natural para mí fue decirle a mi mamá “quiero ser actriz”, me dijeron, “de ninguna manera, estú-

diate una carrera y después vemos”.

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Puede sonar un poco cursi, pero lo único se me ocurre decirte es que soy una Cuando empecé, había que mujer de teatro. Cuando me metí a estumuy poco teatro, te ha- diar actuación no tenía idea de cuáles eran mis habilidades, ni qué cosas quería hacer, blo de la época justo lo único que quería era estar ahí, en el teadespués del terrorismo. tro. Como actriz no me fue tan bien, no me sentía tan cómoda y creo que no era muy Dedicarse a la actuación buena. Y por otro lado era muy lectora, esliteratura y naturalmente me fui hacia era una extravagancia. tudié la escritura teatral. Y eso me llevó luego a querer poner en escena esos textos. Me siento El poco teatro que había era potentísimo, muy mucho más cómoda escribiendo y dirigiendo. interesante. Yuyachkani, Ensayo, Umbral, Alberto Ísola, Lucho Peirano, Gianfranco Madre, esposa, hija, hermana… Brero. Todos estos maestros eran los jóvenes que hacían teatro, que hoy día llamaríamos, Me gusta mucho ser mamá, la sufro mucho alternativo. Pero era lo único que había. también, porque soy muy exigente con todo, me estoy siempre autoevaluando. Y estoy Para mí es una gran referencia. Un teatro aceptando que no puedo hacerlo todo bien, muy austero en cuanto a producción, con que definitivamente va a llegar la adolescen-


cia de mi hija y va a decirme que lo hice todo mal. Y seguramente voy a tener que darle la razón. Es que yo he sido así de malvada con mi mamá, entonces, ya me estoy preparando.

periencia. Criadero, El sistema solar y El lenguaje de las sirenas. Considero que están mejor escritas y mejor montadas. Tiene que ver con una calidad final que se logra con un poco más de experiencia.

En el 2007 dijiste que te atemorizaba tu futuro como escri- Si fueran un plato de comida, tora después de ser mamá. Tenías ¿cuál sería? miedo de producir sólo obras Todas serían un poco como chifa, porque felices... es humor con drama mezclado. Es como salado y dulce, o salado y amargo. Tengo que decir, no me creas nada de lo que Podría ser también helado de maracuyá digo. Nunca he tenido una etapa tan promezclado con chocolate, que para mí es la ductiva como después del nacimiento de combinación perfecta entre dulce y amargo. mi hija. Te da una energía desbordante, ser mamá. Pero también es cierto que mi preocupación en ese momento tenía que ver con ¿Cómo fue montar El sistema la sensación de plenitud que te puede dar solar en un espacio tan atípico la maternidad. Cinco años después me doy como la habitación de una cacuenta que la maternidad también está llena, sona barranquina? pues, de contradicciones, te enfrenta también a tu propia vulnerabilidad, a tus propios límites. Te enfrenta a la muerte, a la posi- La cercanía del público nos exigía una acbilidad de la muerte como algo mucho más tuación minimalista, súper natural, verdaterrible que antes, entonces vives con más dera, casi cinematográfica, porque cualquier fuerza pero a la vez más temerosa, encuen- tipo de sobreactuación, de fingimiento, de tras la vulnerabilidad en formas tenebrosas. impostura, salta como si fuera una exageración espantosa. Hemos sido muy cuidadosos con eso y yo sigo ajustando cada funPor su aroma y sabor incon- ción. Los actores tienden a veces a agrandar fundibles el maracuyá se desta- gestos que funcionan, a ahondar en emoca cuando aparece, ¿cuál sería el ciones que surgen y está bien que ahonden pero que no las provoquen. Que no las estén maracuyá entre tus obras? buscando, por lo tanto que no las exageren.

Criadero. Tiene un encanto que no tiene ninguna otra obra que haya escrito. Tiene que ver con el tema testimonial, con la verdad que trae la obra. La verdad es irresistible en teatro. Yo todavía me sigo preguntando cómo así hice algo tan exitoso. Siempre mi teatro ha sido más bien alternativo. Creo que tuve la suerte de encontrarme estas tres actrices, que aunque les costó mucho esfuerzo porque se morían de miedo, se atreven noche a noche a hablar frente al público y contar cosas que hasta avergüenza decir, que remueven heridas de hace muchos años.

Si tuvieras que elegir 3 de tus obras ¿cuáles serían?

Decías que escribías para aliviar tormentos ¿qué te estará atormentando en el 2013? El próximo año solamente me voy a ocupar de escribir 2 obras, y una de ellas es Criadero de hombres. Las mujeres estamos muy empoderadas, estamos encontrando muchos espacios que antes nos estaban vedados, y el hombre no ha evolucionado en ese sentido, no ha conquistado nuevas zonas. En las generalidades, el hombre está como en una situación de desconcierto en estos momentos. Me interesa escribir sobre ello.

Por otro lado voy a preparar la dramaTal vez elegiría las últimas. Porque es lo turgia de Los hermanos Karamazov que está escrito con un poco más de ex- para montarla en el 2014 en Vía Expresa.

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¿Por qué un colectivo como Vía Expresa?

La labor del director es muy solitaria. Tienes que siempre dar la cara frente a los actores, frente al productor, pero no tienes con quien discutir o conversar tus decisiones

Invitamos a Mariana a responder el famoso cuestionario Proust: Qué te excita creativa, espiritual o emocionalmente Las ideas imposibles Qué te desanima La mala onda Qué sonido o ruido adoras La voz de mi hija

o tus dudas, Vía expresa nos sirve mucho para eso. Somos directores que hemos hecho nuestras obras de manera independiente y que teníamos un deseo de trabajar de una manera más acompañada, en la que hubiera más retroalimentación, discusión.

Cuándo dije que te iba a entrevistar me dijeron que eras algo tímida -algo que ya has confesado- y que te gustaba hacer llorar, ¿es cierto?

Qué sonido o ruido detestas El timbre del celular Cuál es el defecto propio que más odias Mi mal humor Cuál es el defecto ajeno que más odias La falta de consideración Si el paraíso existiera ¿qué te gustaría que te dijera Dios al recibirte? Me hizo llorar tu última obra.

A mí me encanta llorar, porque no soy muy llorona. Y si una obra de teatro consigue hacerme llorar, la pongo entre mis tops. Yo sobre todo busco conmover. Porque creo que andamos muy reprimidos, negando el dolor, haciendo como si no estuviera pasando nada, guardando capas de tristeza. Luego un día viene alguien te dice algo o te da un abrazo o te canta una canción o te muestra una obra de teatro que te sacude de alguna manera, que te hace soltar una lágrima, y liberas algunos de esos nudos que tienes alrededor del corazón. Para mí es bonito y es una de las funciones del arte. Texto y entrevista: Vale Seoane Agradecimiento especial a Mariana de Althaus y a La bodega verde

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LAS CABEZAS TROCADAS MANN, Thomas. Las Cabezas Trocadas, 1940. Una pequeña leyenda de la india da lugar a este libro que Thomas Mann publicó durante su exilio en Estados Unidos. A través de la hermosa Sita, del fuerte y atractivo Nanda, y de Chridaman, un ser espiritualmente bello, el narrador relata las pasiones que se despiertan en el ser humano.

Pasiones mundanas y divinas. Pasión por la palabra correctamente empleada para transmitir ideas y emociones, y por la belleza del cuerpo y sus placeres. De los sentimientos violentos que perturban el ánimo, Mann, eligió el amor vehemente. En Las cabezas trocadas aparece el deseo de lo que no se conoce pero se intuye, de lo que no se ha probado pero se imagina y se adivina más encantador que aquello que nos es familiar, deseo de lo que se nos está vedado.

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Sita acepta su destino con una aparente calma que es pura ebullición en su interior. La pasión crece como una hiedra y exige una resolución. Esta, parece venir de la mano de la catástrofe. Cuál tragedia griega, no tardará en evidenciarse que el hombre no puede revertir el plan divino, y circularmente, todo volverá a comenzar para encontrar su irremediable final. Así como el ácido singular del maracuyá encuentra su mejor aliado en el dulce néctar del mango, el intelectual Chridaman se siente atraído y completo por la belleza de Nanda, mientras que éste, admira la sabiduría de su amigo por sobre su propia fortaleza física. Las frutas pueden fundirse y nosotros, a diferencia de Sita, disfrutar de esa perfecta combinación, por el contrario ningún humano puede apropiarse de la gracia de otro para lograr la divina perfección. Breve pero intensa, Las cabezas trocadas, te hará vivir esta pasión extrema y perturbará tus días hasta leer la palabra final. Texto: Vale Seoane


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S铆ganos en:

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LONCHE

Verano Maracuyá Tardes de mar, sol, arena. Ya te has bronceado de frente, de espaldas, de perfil… terminaste la primera novela del verano, ojeaste todas las secciones de sociales jugando a “¿Dónde está Wally?” con las caras de tus conocidos… En este punto, promediando el verano, puedes tomarte un descansito del descanso y volver a la cocina a preparar un sencillo y delicioso pie de maracuyá para sorprender a la familia y amigos en la casa de playa.

Para este lonche buscamos una receta que se pudiera hacer con niños, ellos están de vacaciones, tienen

tiempo libre y les encanta jugar a ser grandes y divertirse en la cocina. Para ello le pedimos a Álvaro Herrán que buscara una receta sencilla, de las que preparaba su abuela Eckler antes de migrar a Australia. Así que, si no tienes hijos, invita algún sobrino, se divertirán en grande. Álvaro nos da cita en el nuevo local de El Polo, el centro de operaciones desde donde envía diariamente sus exquisitos quiches y postres a más de 30 distritos de Lima. Aquí, todo huele a maracuyá, y es que para esta receta, nos cuenta que ha estado colando 15 maracuyás, y agrega que lo hace de este modo, al estilo low, para que las pepas del maracuyá no se mezclen y oscurezcan el jugo. Mientras dice esto, pienso que no soy enemiga del naranja oscuro y, en mi caso, bien podría adaptar su receta haciendo el jugo en la extractora, tú tienes la última palabra. Mientras nos instalamos, le preguntamos el grado de dificultad de nuestra receta. La respuesta es alentadora, se trata de un pie muy fácil de hacer así que ¡manos a la obra!

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Todo comienza partiendo 226 g de galletas de vainilla. ¿Quién no tiene un recuerdo de su infancia torturando galletitas con manos y tenedor? Álvaro, que ya tiene las galletitas ultra molidas, las hidrata con 30 g de margarina derretida, mezcla hasta obtener una masa compacta y la coloca sobre un molde desmontable. Con la parte posterior de una cuchara va presionando prolijamente la masa sobre el fondo, hasta cubrirlo totalmente. Cuando la superficie quedó perfectamente lisa lo deja en un lugar seguro. Ahora sí, avanza con el relleno: vierte en un bowl 794 g de leche condensada y 6 yemas (no temas por las claras, sólo resérvalas, porque toditas las vamos a utilizar). Una vez integrados, suma los 300 g de jugo de maracuyá que había preparado colando alrededor de 15 piezas de esta fruta. Los líquidos se mez-

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clan y, finalmente, bañan la base de galletas. Vemos que Álvaro recupera las 6 claras que habíamos separado y las bate a punto nieve. Cuando la maravillosa espuma blanca ya no cae del batidor incorpora en forma de lluvia 300 g de azúcar blanca hasta que la nieve forma picos: he aquí el merengue. Lo coloca en una manga y magistralmente decora nuestro pie con copitos simétricamente iguales, algo que puedes comenzar a practicar o dejar para una mejor oportunidad y reemplazar por una decoración en forma de rejilla o haciendo picos con un tenedor. Hecho esto, llevamos el pie al horno. Álvaro nos advierte que lo había precalentado, dejamos que el pie se relaje por 15 ó 20 minutos a unos 150 C°. Pasado este tiempo y cuando vemos que el merengue ya está comenzando a cambiar de color, lo retiramos. ¡Divino! Pero aún no podemos comerlo. Tiene que alcanzar temperatura ambiente y debemos darle un golpe de frío, la crema de maracuyá sabrá más refrescante de este modo. Habrá que esperar entonces una media hora para poder probarlo.

Está lista la torta para el lonchecito con amigos. Merecemos un nuevo descanso. Podemos volver renovados a nuestras tardes de sol, mar, lectura y arena, disfrutando, de tanto en tanto, una porción de este sabroso y fresco pie. Por: Álvaro Herrán Creador de Eckler dulces y salados pedidos@ecklerdulcesysalados.com Texto: Vale Seoane

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ARTE

Las Flores de Bendayán

A Christian Bendayán (Iquitos, 1973), ya lo conocemos y admiramos. Su amplia trayectoria en el Perú y el extranjero, ha dejado huellas en nuestra memoria. Ante su obra, estarás en un lugar del corazón. Un lugar prohibido por la Iglesia, por el ideal de desarrollo, por la moda y por el Ministerio de salud. Un lugar de tu corazón rosado cintilante de escarcha plástica, con vegetación tropical sintética, como la que odias que compre tu mamá.

Su psicodelia no es producto de la electrónica, sino de una visión del universo aún no recibida en toda su pureza. Como la palabra de un ser humano

que auténticamente quiere ser quien es, sin ser aplacado por los arquetipos vigentes. La sensualidad de su obra destapa, como un taladro, la intimidad del observador. Pienso que, tal vez, el muchacho desnudo y maquillado, la joven prostituta que hace un alto en su trabajo, quien duerme sobre un cartón, drogado a la luz del sol, son flores de mi corazón. Por: Giovanna Núñez “Cantautora bajo el nomre de La Lá” flavors.me/lalauna

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El león. 2007. Óleo sobre lienzo. 160 x 220

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Madre soltera. 2007. Ă“leo sobre lienzo. 120 x 90


El encuentro del Amazonas. 2012. Ă“leo sobre lienzo. 260 x 360 cm.

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Orilla. 2006. รถleo sobre lienzo. 170 x 220 cm.

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Fila India. 2012. รถleo sobre lienzo. 170 x 300 cm.

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El encanto de la laguna. 2011. Ă“leo sobre lienzo. 170 x 300 cm.

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El sueño. 2012. Óleo sobre lienzo. 120 x 150 cm.

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malabares de maracuyá Quizás por su sabor único e inconfundible, y por su personalidad arrolladora, pensé en maracuyá y pensé en Malabar. Recuerdo la primera vez que probé un maracuyá… me descolocó. Lo abrí y me enamoré de ese aroma que yacía encorsetado, esperando que alguien lo liberase al mundo. Podría decir lo mismo de los platos de Pedro Miguel Schiaffino, desconcertantes sabores que no evocan recuerdos. Probar un plato en Malabar es lanzar mil estímulos a nuestros sentidos; asociaciones impensadas de sabores y texturas se crean en cuestión de segundos. Pedro Miguel nos cita en su restaurante de San Isidro donde nos presenta a José Ragazzi, su jefe de cocina, que de inmediato nos cuenta lo que han pensado para la cena de Limonada. Prepárate, porque como era de suponer, para realizar estos platos y conseguir los inconfundibles sabores de la cocina de Pedro Miguel, hay que trabajar, y mucho. Tenemos la sabia guía de José, que iluminará nuestro camino, pero para preparar estos platos necesitarás tiempo, dedicación y plena atención. Eso sí tu trabajo será reconocido y admirado.

Taidai de pescado con jugo de tumbo. José nos explica

Comenzamos con un

que el tumbo es una fruta pasionaria de la familia del maracuyá. Comienza realizando una infusión con 150 ml de agua y 100 g de airampo, la cuela y empapa unas gasas con el líquido morado, escurre el exceso de líquido y seca la gasa en una placa a 50°C por 15 minutos. Una vez coloreada la gasa envuelve 300 g de filetes de lenguado y lleva a la refri.

Para

jugo

el

de

jugo

tumbo

de

y

tumbo,

100

ml

licúa 100 ml de de leche de tigre.

En un procesador, coloca 200 g de palta y 50 g de leche de tigre, incorpora de a poco 30 g de aceite de oliva hasta lograr una textura cremosa, salpimenta y obtiene la leche de palta.

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José trae los filetes que ahora se han vuelto morados, los corta en láminas y forma una flor. Vierte leche de palta en medio del plato, apoya la flor y distribuye armónicamente 1 cdita. de huevos de pez volador y flores de mastuerzo, por último agrega el jugo de tumbo. Aquí, la entrada.

paiche con jugo de masato y tapioca negra, hornea

Para el

150 g de paiche a fuego medio, durante 12 min.

Fácil.

Rehoga 50 g de cebolla y 50 g de ají dulce, cuidando que no se oscurezca, agrega 200 g de caldo de pescado, 200 g de huesos de pescado, 100 g de masato y 200 g de puré de yuca, hierve y coloca 20 g de sacha culantro y 3 g de ají charapita; listo el jugo de masato.

Para la tapioca negra, realiza un sofrito con 100 g

de cebolla picada finita, 70 g de ají dulce y 1 ajo, agrega 300 g de caldo, 20 g de tinta de calamar, 25 g de sacha culantro y cocina 20 min. Cuela y reserva.

Cocina en agua hirviendo 100 g de esferitas de tapioca, cuidando no sobre cocinarla, la enfría en un colador con abundante agua, para teñirla luego con el caldo negro durante un par de horas. Elije un plato hondo sobre el que coloca una rodaja de ají dulce asado, el paiche y una cucharada de tapioca negra encima, vierte el jugo de masato y decora con una ramita de culantro. Como postre un

pie de maracuyá y

cítricos.

Para ello José ha preparado 3 helados, consíguete

una sorbetera y conviértete en la revelación del verano. Primero el helado de tumbo. Unió a baja temperatura 250 g de leche fresca, ½ taza de azúcar, 4 yemas y

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colapez. Agregó 500 g de jugo de tumbo a la mezcla anterior, dejó enfriar e incorporó 400 g de crema batida. Mientras batía la crema, José nos dijo que podíamos incorporar una lámina de gelatina en cada preparación de helado, esto hace que la mezcla en frío se vuelva más estable.

Para el helado de pie de limón hizo una crema inglesa hirviendo 370 g de leche evaporada y 100 g de leche fresca. Luego batió 4 yemas junto con 200 g de azúcar hasta que blanquearon. Llevó la mezcla a baño maría e incorporó lentamente la leche caliente, hizo ochos con un batidor de alambre hasta que espesó, sin que hierva. Retiró del fuego, mezcló bien y dejó enfriar. Luego, agregó 100 g de jugo de limón, la ralladura de 4 limones y llevó a la sorbetera. Para el sorbete de naranja agria sólo mezcló 500 g de jugo de limón cravo con 250 g de agua, lo necesario de almíbar para obtener densidad, y lo llevó a la máquina de sorbetes. Ahora sí, la salsa de maracuyá preparó una crema inglesa y enfrió. Agregó 250 g de pulpa de maracuyá y 150 g de crema de leche, le dio consistencia con la ayuda de 1 cucharada de maicena.

Ya casi llegamos al final para la crema de limón mezcló a

fuego bajo 2 huevos, 3 yemas, 50 g de azúcar, 50 g de jugo de limón y 40 g de agua moviendo hasta que espesó un poco, agregó 100 g de mantequilla sin sal y ½ hoja de cola pez; tamizó y llevó al frío.

Finalmente el crumble. Cortó 40 g de almendras y 40 g de pecanas en láminas finas, mezcló con 40 g de harina sin preparar, 70 g de azúcar y 45 g de mantequilla a temperatura ambiente; integró la mezcla y horneó a 165° por 15 min.

Ya están todos los ingredientes listos. José se detiene un momento, nos preguntamos qué pasó, qué salió mal, qué falta, y dice: “sí, lo hago en este plato”. Recién en ese instante nos dimos cuenta de que el proceso creativo de un chef no tiene límite. El chef crea permanentemente, es un poco químico, un poco biólogo, y en el momento de llevar la preparación a la mesa, es diseñador y artista. Su mirada sobre el plato, describiendo a mano alzada los diseños que haría en apenas instantes sobre ese ready made. Dice “sí, sí la hago” y dibuja uno, dos, tres círculos de salsa de maracuyá, luego dos líneas rectas de crema de limón que le permitirán, hacia el final, sostener en un segundo nivel las tres cucharadas de helado. Pequeños merengues por aquí y por allá, caminitos del crumble… y la obra ha llegado a su fin. Receta: José Ragazzi Agradecimiento especial a Pedro Miguel Schiaffino Texto: Vale Seoane

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RUBY SPARKS,

el fruto de una pasión. “Si amas a alguién, déjalo libre”; esta

famosa frase pareciera resumir el argumento de “Ruby, la chica de mis sueños”, la nueva película de Jonathan Dayton y Valerie Faris, los directores de “Pequeña Miss Sunshine”. Con una bellísima fotografía que retrata todos los colores de la soleada California, y un guión ácido e inteligente, “Ruby” cuenta la historia de Calvin, un joven escritor que luego de haber publicado una exitosa primer novela diez años atrás, se siente acosado por la fama, las mujeres y su agente literario, que le demanda la entrega de su próximo trabajo. Sin embargo, Calvin sufre un extenso bloqueo creativo que le impide concentrarse en la escritura. Una noche sueña con una mujer misteriosa y a la mañana siguiente comienza a escribir sobre ella. El bloqueo ha desaparecido y Calvin ha reecontrado su pasión por la escritura. El fruto de esa pasión es Ruby Sparks, un personaje que emerge de su propia imaginación y que posee todas las cualidades que él desearía encontrar en una mujer. Todas las noches Calvin sueña esa historia de amor que a la mañana siguiente tipea enardecido; por momentos, hasta él mismo parece surgido de una novela del siglo XVIII, con todos los ademanes del héroe romántico, escribiendo en su anacrónica máquina de escribir, aislado del mundo.

Una mañana Calvin se encuentra en la cocina de su casa a la chica de sus sueños, materializada. Ella actúa como si siempre hubiera estado allí, sin tomar conciencia de su condición de personaje literario.

vence de que ella es real y comienza a vivir el romance que antes había imaginado. Entonces, Calvin se entrega a la pasión por Ruby, y se aleja nuevamente de la escritura, porque mediante la escritura podría modificar a su enamorada. Pero teniendo ese inmenso poder, ¿cuánto tardará en usarlo? La crítica estadounidense ha recibido esta película con mucho entusiasmo, reconociendo en su argumento ciertas influencias de Woody Allen y Charlie Kaufman, entre otros. El guión está escrito por Zoe Kazan, la nieta del emblemático Eliaa Kazan. Zoe también protagoniza la película, dándole vida a la bella Ruby. A su vez es la enamorada de Paul Dano (Calvin) en la vida real, sumándole una cuota de autorreferencialidad a una historia sobre la autorreferencialidad de la ficción. Además de Dano y Kazan, la película cuenta con un reparto grandioso, con las participaciones de Annette Bening y Antonio Banderas, interpretando a la madre de Calvin y a su enamorado, ambos formidables componiendo una pareja bastante extraña y simpática. “Ruby” es una comedia del cine indie norteamericano que justamente se encarga de desmitificar a la heroína prototípica de este género: la chica sensible, volátil, bella de un modo no convencional, y, finalmente, irritante por ser un producto exclusivo de la imaginación masculina. Cuando la chica se vuelve real y la idealización se desvanece, la película llega a su climax, transitando momentos muy oscuros pero memorables. Por: Julieta Lopardo

Calvin piensa que ha enloquecido, pero cuando todo su entorno puede verla, se con49


La PicanterĂ­a Francisco Moreno 338 (esquina de la cuadra 6 de Gonzales Prada) Surquillo, Lima. Martes a domingo: de 11 a.m. a 5 p.m.

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En este número de Limonada te dido que tan bien marida con la buena proponemos viajar a la costa norte comida, permiten disfrutar los mejores del Perú sin moverte de Lima. sabores del norte del Perú en grandes fuentes para el piqueo entre amigos. Ingresar a La Picantería es trasladarse instantáneamente a un local de La decoración, a cargo de Héctor, pueblo norteño, como el que pod- Johana y el arquitecto Alberto Tay, rías encontrar a la vera del camino, a entusiasma por su simplicidad y colla altura de Chiclayo o Lambayeque, orido. Ubicada en una esquina Suryendo por la Panamericana Norte. quillana, sus techos de esteras, sus manteles a cuadritos y sus rústicos Héctor Solís y Johana Aparcana, chicla- estantes con botellones de chicha yanos, abrieron este espacio motivados de jora a la orden -preparada con por traer a Lima y mostrarle al mundo frutas como el durazno, la manzana uno de los conceptos tradicionales de o el mamey- , disponen el corazón la gran cocina peruana, una picantería, para vivir una experiencia sin tiempo. como la que regenteaban los abuelos de Héctor cuándo era apenas un niño. Todos los platos de la cocina peruana pasan por La Picantería. Sin cartas De las tradicionales picanterías de que mitiguen la imaginación, el menú pueblo, espacios sin tiempo, lugar de de las pizarras cambia en forma perencuentro social, atendidos por sus due- manente. A pesar de ello, las grandes ños con comida hecha al momento, La recomendaciones son el cau cau, el Picantería lo tiene todo. Sus largas me- chupe de rocoto relleno, el ceviche sas compartidas y el ambiente disten- y el arroz con chancho. Imposible re-

marciano de algarrobina, un viaje sin escala a la niñez de quien lo prueba. La Picantería cuenta con los mejores insumos, todos seleccionados bajo la magistral supervisión de Héctor Solís. Lejos de la formalidad, la experiencia en La Picantería promete ser distendida, deliciosa y divertida en un ambiente familiar de alegre festividad. Ya sabes, si te cansas de Lima este verano tómate un respiro y bébete una chicha de jora en La Picantería. Texto: Vale Seoane

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MENÚ NATURAL

Torta Viva de Maracuyá ¿Cómo hacer una torta de maracuyá exquisita, sin huevos, ni harina, ni leche, ni azúcar? Este es uno de los grandes desafíos que encuentran los amantes de la alimentación viva cada vez que arman su menú. Una misión imposible excepto para Carmela Aldave, alma máter de El árbol de la vida, un espacio de kundalini yoga, bio-tienda y escuela de cocina natural. Carmela es pionera en difundir la Raw Food en Lima, por su espacio ha pasado Gabriel Coussens, máxima autoridad mundial en cocina vegana de alimentos vivos, una alimentación a base de vegetales, frutas y semillas de origen orgánico, donde todo se consume lo más cercano a su estado natural, con procesos de preparación que no superan los 42 grados de temperatura, para preservar la integridad de los alimentos. Observando a Carmela descubrimos que preparar alimentos vivos es una actividad que involucra todo tu ser. Para intuir qué necesita tu cuerpo y espíritu hay que estar atento y consciente, despertar la sensibilidad para equilibrar colores, sabores, formas y texturas, y combinar adecuadamente los alimentos para que entre ellos potencien sus características.

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Con su voz pausada y cordial, Carmela nos propone utilizar el maracuyá en dos formatos, como salsa para acompañar ensaladas u otros platos, y en una torta de maracuyá y chocolate para endulzar y refrescar nuestras tardes de verano. Para la

salsa de maracuyá con semillas de girasol coloca en la licuadora 1 taza de semillas de girasol y 1 taza de jugo de maracuyá. Para endulzar, agrega cabuya o miel a gusto e incorpora hierbas aromáticas, sal y pimienta para dar sazón. Licua los ingredientes y agrega aceite de oliva; si deseamos una consistencia más liviana, nos recomienda incorporar agua lentamente. La salsa ya está lista para aderezar nuestra ensalada. Como el productor de verduras orgánicas aún no ha llegado, Carmela reemplaza las lechugas frescas por otras hojas verdes, unas zanahorias y algunos tomates. Mientras corta la zanahoria en hilos delgados, nos dice que el propósito de este tipo de alimentación es preservar las bondades de los alimentos, que se encuentran de manera sutil y sensible en sus encimas, vitaminas, minerales y electrones libres, ayudándonos a mantener un índice de alcalinidad óptimo, a eliminar toxinas, radicales libres y carcinógenos. La cocina de Carmela es funcional, tiene todo lo necesario para que cocinar y alimentarse sean una terapia más. Cocinar crudo requiere de una gran libertad, creatividad e intuición. Todos estos atributos transmite Carmela en su cocina. Ella imagina las mejores combinaciones de alimentos para que uno y otro se potencien, diseña a la vez las texturas y colores de los platos para que haya un grato equilibrio a los ojos y al paladar. Y así, dibujando en el plato, rápidamente, nos presenta la ensalada que acompañará nuestra salsa.

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Ahora sí, nos preparamos para el gran desafío, nuestras cabezas no dejaron de pensar cómo prepararíamos la

torta viva de maracuyá con chocolate. Carmela nos cuenta que para esta torta armará 2 bases, una oscura y otra clara para lograr contraste. Inicia el proceso moliendo 1 taza de linaza en un molinillo de café. Luego mezcla y muele, en el procesador, 1 taza de pasas, 1 taza de almendras, ½ taza de pecanas, 3 cucharadas de cacao molido, una pizca de anís, una pizca de sal, 50 g de guindones y 1 rama de vainilla. Agrega la harina de linaza a esta mezcla natural hasta que obtiene una masa uniforme color chocolate y la coloca en la base de un molde, hasta la mitad de su altura. Hasta aquí la primera gran ventaja visible, no tienes que ensuciarte los dedos enmantequillando previamente el molde, ya que la torta… ¡jamás ingresará al horno! Mientras prepara los ingredientes para la segunda base, Carmela nos cuenta que en la cocina de alimentos vivos hay dos grandes protagonistas: los alimentos puros y el hombre que crea; y dos grandes aliados: la procesadora y la deshidratadora. En estas recetas sólo utilizará la procesadora, su inseparable amiga, en la que ahora incorpora 1 y ½ taza de pasas rubias, 1 taza de pecanas, 1 taza de almendras y 1 cucharada de algarrobina, mezcla y agrega agua de a poco hasta lograr una masa uniforme de color claro que coloca sobre la primera base. De inmediato, sentimos la presencia de nuestro apasionado protagonista: 1 y ½ taza de jugo de maracuyá darán personalidad a nuestra torta. Para preparar la crema de maracuyá, vierte el jugo en la licuadora junto con 1 taza de cashue, ¼ de mantequilla de cashue, ¼ de taza de semillas de chía remojadas, miel de cabuya a gusto (puedes con54


seguir chía y esta miel en El árbol de la vida o en cualquier tienda natural) y 1 rama de vainilla. Una vez lograda la crema amarilloanaranjada, la vierte encima de las bases y refrigera para lograr la consistencia deseada. Decora pacientemente con semillas de maracuyá y algunas flores. Y he aquí la solución al gran enigma: una exquisita torta sin huevos, ni harina, ni leche, ni esencias, ¡lista para nu-

trirse disfrutando su intenso sabor! Receta: Carmela Aldave. Asesora de Nutrición saludable e Instructora de Kundalini Yoga. www.arboldelavida.com.pe texto: Vale Seoane

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LIMO DATO

LIMO DATO El Enano Especialidad: la mayor variedad de jugos de Lima Calle Chiclayo 699 esquina Arica Miraflores - Lima Domingo a Jueves de 6 a.m. a 1 a.m. Viernes y Sรกbados de 6 a.m. a 3 a.m.

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El próximo número de Limonada saldrá en mayo 2013, búscalo en las principales cafeterías, restaurantes y galerías de arte de Lima y alrededores, entre ellos: Amaz, Ache, Arábica espresso bar, Café Café, Charlotte, Dánica, Dédalo, Don Mamino, El Hornero, El Mercado, El pan de la chola, El Piloto, Galería Lucía de la Puente, Jose Antonio, La Matilda, Factoría1075, La Baguette, La Carreta, La Folie, Malabar, Punta sal, Segundo Muelle, Sofá Cafe, Tostaduría Bisetti y Tragaluz.

A TU CASA Si quieres recibir Limonada en tu casa suscríbete abonando los gastos de envío. Envíanos un mail a: infoperu@revistalimonada.com

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burbujas de maracuyá Un espumante en vaso con mucho hielo, damasco y maracuyá. Así de transgresor y anaranjado es el trago que ha creado Giacomo Bocchio, una bebida fresca y burbujeante que marida perfectamente bien con tu piel bronceada y el deseo insaciable de beber algo fresco día y noche en esta temporada estival. Buscando el trago del verano dimos con Giacomo, chef revelación en el 2011 por su celebrado Manifiesto, el restaurante miraflorino de sabores sureños. Sencillo, rápido y deliciosamente fresco, no necesitas músculos para agitar este trago ya que se trata de un coctel directo en el que todos los ingredientes irán de frente al vaso elegido, sólo asegúrate de tener a la mano, mucho hielo, abundante y heladísimo Chandon Délice, jugo de maracuyá, 1 naranja y licor de damasco tacneño; las 2 onzas de este néctar que lleva el Manifiesto Délice son el sello inconfundible de Giacomo, quien al momento de crear, siempre nos sorprende con los sabores y encantos de su Tacna natal.

Para acompañar el Manifiesto Délice, Giacomo nos sugirió unas deliciosas tapas en las que predominen productos salados, una solución rápida y perfecta para compartir entre amigos este verano. Ahora sí, metámonos de lleno en el Manifiesto Délice. Elige un vaso de 8 onzas, es decir un vaso grande como de ¼ de litro, ponle hielo y endulza estos cristales con 2 onzas de un maravilloso licor de damasco tacneño, sorpréndelos con el exótico sabor de 1 onza de apasionado jugo de maracuyá y hazlos bailar en el vaso al ritmo del tema del verano con las heladas burbujas de un Chandon Délice a temperatura bajo cero, decóralo con 1 espiral de naranja y en este momento, con sol o con luna, siente en los labios la gloria del frío y las cosquilleantes burbujas del exótico sabor de este maravilloso Manifiesto de color. Receta: Giacomo Bocchio Chef Manifesto www.manifesto.pe Texto: Vale Seoane

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