Domingo de Cuaresma, Ciclo B
10 de marzo de 2024
Dios ha enviado a su hijo al mundo (Jn 3, 14-21) El cuarto domingo de Cuaresma es conocido como “laetare”, palabra latina que se traduce como “¡Alégrate!”, esto es porque así comienza la antífona de entrada de la Misa de este domingo: “Alégrate, Jerusalén, y que se reúnan cuantos la aman. Compartan su alegría los que estaban tristes, vengan a saciarse con su felicidad”. El Evangelio de este cuarto domingo de Cuaresma nos dice que el motivo de la alegría cristiana está en la acción de Dios a favor nuestro: “… tanto amó Dios al mundo, que le entregó a su Hijo único, para que todo el que crea en Él no perezca, sino que tenga vida eterna”. Estas palabras, que fueron pronunciadas por Jesús en su diálogo con Nicodemo, en realidad nos presentan el centro del anuncio cristiano, Dios no se desentiende, interviene ofreciendo salvación a la humanidad, Dios entra
NO. 10
“Alégrate, Jerusalén”
en nuestra historia y en nuestra propia vida, y su entrada es para animarnos con su gracia. Por un lado, tenemos el “mundo” (las tinieblas, las obras malvadas, los que hacen el mal y odian la luz) que no cree y está condenado; por el otro lado, está el hombre que cree y es “salvado” porque actúa conforme a la verdad y busca la luz. En torno a estas dos posturas se posiciona toda humanidad, esto es lo que dice Jesús en el diálogo con Nicodemo. Ante estas dos realidades, Cristo es el signo vivo del amor de Dios Padre, amor que llega al extremo donándonos a su propio Hijo. Hoy se nos invita a atender este anuncio rechazando la tentación de sentirnos seguros de nosotros mismos, de querer prescindir de Dios. Cuando nos reconocemos a nosotros mismos, entonces descubrimos el llamado a enfrentar nuestra fragilidad
y limitación, y esto es lo que Jesucristo toma en sus manos para sanarlo, Él es más grande que nuestras debilidades, limitaciones y pecados, los lleva a la cruz, los perdona. Esta es su oba de amor. Con esto podemos constatar que Dios es bueno y fiel, en su Hijo elevado a la cruz nos cura de toda herida ocasionada por el Maligno. Tarea nuestra es renovarnos con la fuerza de su Espíritu y así correspondamos a la obra de su amor. Cristo es “levantado” en la cruz, también es “levantado” en su Resurrección, este “alzarse” de Cristo provoca nuestra fe para que creyendo en Él tengamos vida eterna.
ORACION COLECTA
De pie
Señor Dios, que por tu Palabra realizas admirablemente la reconciliación del género humano, concede al pueblo cristiano prepararse con generosa entrega y fe viva a celebrar las próximas fiestas de la Pascua. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
PRIMERA LECTURA
Del segundo libro de las Crónicas 36, 14-16. 19-23
Sentados
En aquellos días, todos los sumos sacerdotes y el pueblo multiplicaron sus infidelidades, practicando todas las abominables costumbres de los paganos, y mancharon la casa del Señor, que él se había consagrado en Jerusalén. El Señor, Dios de sus padres, los exhortó continuamente por medio de sus mensajeros, porque sentía compasión de su pueblo y quería preservar su santuario. Pero ellos se burlaron de los mensajeros de Dios, despreciaron sus advertencias y se mofaron de sus profetas, hasta que la ira del Señor contra su pueblo llegó a tal grado, que ya no hubo remedio. Envió entonces contra ellos al rey de los caldeos. Incendiaron la casa de Dios y derribaron las murallas de Jerusalén, pegaron fuego a todos los palacios y destruyeron todos sus objetos preciosos. A los que escaparon de la espada, los llevaron cautivos a Babilonia, donde fueron esclavos del rey y de sus hijos, hasta que el reino pasó al dominio de los persas, para que se cumpliera lo que dijo Dios por boca del profeta Jeremías: Hasta que el país haya pagado sus sábados perdidos, descansará de la desolación, hasta que se cumplan setenta años. En el año primero de Ciro, rey de Persia, en cumplimiento de las palabras que habló el Señor por boca de Jeremías, el Señor inspiró a Ciro, rey de los persas, el cual mandó proclamar de palabra y por escrito en todo su reino, lo siguiente: “Así habla Ciro, rey de Persia: El Señor, Dios de los cielos, me ha dado todos los reinos de la tierra y me ha mandado que le edifique una casa en Jerusalén de Judá.
En consecuencia, todo aquel que pertenezca a este pueblo, que parta hacia allá, y que su Dios lo acompañe”. Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 136, 1-2. 3. 4-5. 6
R. Tu recuerdo, Señor, es mi alegría.
Junto a los ríos de Babilonia nos sentábamos a llorar de nostalgia; de los sauces que estaban en la orilla colgamos nuestras arpas.
R. Tu recuerdo, Señor, es mi alegría..
Aquellos que cautivos nos tenían pidieron que cantáramos. Decían los opresores:
"Algún cantar de Sión, alegres, cántennos".
R. Tu recuerdo, Señor, es mi alegría..
Pero, ¿cómo podríamos cantar un himno al Señor en tierra extraña? ¡Que la mano derecha se me seque, si de ti, Jerusalén, yo me olvidara!
R. Tu recuerdo, Señor, es mi alegría..
¡Que se me pegue al paladar la lengua, Jerusalén, si no te recordara, o si, fuera de ti, alguna otra alegría yo buscara! R. Tu recuerdo, Señor, es mi alegría..
SEGUNDA LECTURA
De la carta del apóstol san Pablo a los efesios 2, 4-10
Sentados
Hermanos: La misericordia y el amor de Dios son muy grandes; porque nosotros estábamos muertos por nuestros pecados, y él nos dio la vida con Cristo y en Cristo. Por pura generosidad suya, hemos sido salvados. Con Cristo y en Cristo nos ha resucitado y con él nos ha reservado un sitio en el cielo. Así, en todos los tiempos, Dios muestra, por medio de Jesús, la incomparable riqueza de su gracia y de su bondad para con nosotros. En efecto, ustedes han sido salvados por la gracia, mediante la fe; y esto no se debe a ustedes mismos, sino que es un don de Dios. Tampoco se debe a las obras, para que nadie pueda presumir, porque somos hechura de Dios, creados por medio de Cristo Jesús, para hacer el bien que Dios ha dispuesto que hagamos. Palabra de Dios.
ACLAMACION ANTES
DEL EVANGELIO Jn 3, 16
R. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Tanto amó Dios al mundo, que le entregó a su Hijo único, para que todo el que crea en él tenga vida eterna.
R. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Sentados
EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio segun
san Juan 3, 14-21
EnDe pie
aquel tiempo, Jesús dijo a Nicodemo: “Así como levantó Moisés la serpiente en el desierto, así tiene que ser levantado el Hijo del hombre, para que todo el que crea en él tenga vida eterna. Porque tanto amó Dios al mundo, que le entregó a su Hijo único, para que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga vida eterna. Porque Dios no envió a su Hijo para condenar al mundo, sino para que el mundo se salvara por él. El que cree en él no será condenado; pero el que no cree ya está condenado, por no haber creído en el Hijo único de Dios. La causa de la condenación es ésta: habiendo venido la luz al mundo, los hombres prefirieron las tinieblas a la luz, porque sus obras eran malas. Todo aquel que hace el mal, aborrece la luz y no se acerca a ella, para que sus obras no se descubran. En cambio, el que obra el bien conforme a la verdad, se acerca a la luz, para que se vea que sus obras están hechas según Dios”. Palabra del Señor.
ORACION DESPUES DE LA COMUNION
De pie
Señor Dios, luz que alumbra a todo hombre que viene a este mundo, ilumina nuestros corazones con el resplandor de tu gracia, para que podamos siempre pensar lo que es digno y grato a tus ojos y amarte con sincero corazón. Por Jesucristo, nuestro Señor.
El Día de nuestro Seminario
Cada
año, durante el mes de marzo, se toman dos domingos para celebrar el Día del Seminario, el corazón de la Arquidiócesis; el primero para visitar las Parroquias consideradas urbanas y el segundo para visitar las Parroquias tenidas como foráneas. Esto con el objetivo de que los seminaristas nos acerquemos a quienes serán nuestros feligreses dentro de algunos años, cuando ya seamos Sacerdotes.
La presencia de los seminaristas propicia en las Parroquias un ambiente de cercanía, se pretende que busquemos entre el pueblo de Dios promover las vocaciones a la vida sacerdotal, que las personas se interesen por acrecentar su oración por quienes ya buscamos responderle, estando en formación.
Además, es la ocasión para solicitar el apoyo económico y poder así solventar algunos de los diferentes gastos durante el año, por ello se realiza la colecta anualmente. La economía del Seminario es sostenida, en gran parte, por el bendito pueblo de Dios, particularmente nuestros bienhechores que se comprometen a aportar mes con mes; así también por la mensualidad que cada seminarista aporta y, considerablemente, por la colecta que realizamos el Día del Seminario en las Parroquias cada año.
Confiamos en que Dios no nos abandona, siempre es Providente, y siempre habrá gente de muy buena voluntad que apoyará esta gran obra, además es Él quien sigue llamando a muchos jóvenes valientes que quieren participar de su Sacerdocio abrazando este estilo de vida. Dios recompense la generosidad de todos nuestros bienhechores, tanto espirituales como materiales.
P FESION DE NUESTRA FE
Creo en un solo Dios, Padre todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo invisible.
Creo en un solo Señor, Jesucristo, Hijo único de Dios, nacido del Padre antes de todos los siglos:
Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho; que por nosotros, los hombres, y por nuestra salvación bajó del cielo, y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al tercer día, según las Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la derecha del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su reino no tendrá fin.
Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre y del Hijo, con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria, y que habló por los profetas.
Creo en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica. Confieso que hay un solo bautismo para el perdón de los pecados. Espero la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro.
Amén.